¿Conoces a Alexia? Tenía más o menos tu edad: doce, trece catorce años. Era una chica simpática, alegre y deportista, y…
…se llamaba Alexia González Barros. Nació en Madrid el 7 de marzo de 1971, en una familia de siete hermanos. Dos habían fallecido antes de que ella naciera.
De pequeña era una chiquilla normal, cariñosa y divertida.
En su casa se respiraba un clima cristiano de libertad, alegría y sencillez. En esta foto está junto a su abuela, durante unas vacaciones.
Hizo su Primera Comunión en Roma, junto al lugar donde reposa San Josemaría. Al día siguiente, en el Vaticano, se dirigió hasta el Papa muy decidida, y le entregó una carta que le había escrito. Juan Pablo II la miró sonriendo y le dio un beso en la frente.
Alexia estudió en el Colegio Jesús Maestro, de la Compañía de Santa Teresa de Jesús. Sus profesoras y compañeras la recuerdan como una chica alegre y piadosa, que quería mucho al Señor y a la Virgen María. Era, además, muy buena amiga de sus amigas.
Tenía mucho espíritu de iniciativa y una gran autonomía personal. Sus padres le dieron siempre mucha confianza y libertad. Sabía reconocer sus defectos y se esforzaba por superarlos, con paciencia y buen humor.
Durante un viaje estuvo con su familia en Belén y pudo besar el lugar donde nació Jesús. No sabía que muy pronto Jesús le iba a dar un beso en el Cielo.
A los trece años, le apareció de improviso un tumor maligno que la fue dejando paralítica lentamente. Esta fotografía es del día en que cumplió catorce años.
Durante los diez meses siguientes sufrió cuatro operaciones muy duras, con continuos y tremendos dolores. Y siempre estuvo muy unida al Señor.
En ese tiempo, se reveló todo el amor de su corazón, y abrazada a la Cruz de Jesús, le decía, una y otra vez, su oración favorita: ¡Jesús, que yo haga siempre lo que Tú quieras!
Sufrió muchísimo y se esforzó por sonreír en todo momento, luchando hasta el final por amor a Dios, al que quería con todo su corazón.
Falleció feliz y santamente el 5 de diciembre de 1985. Dejó una huella tan profunda en los que la conocieron que ocho años después, de su muerte, en 1993, la Iglesia decidió abrir su Causa de Canonización. Su cuerpo reposa en el templo eucarístico de San Martín de Tours, en Madrid, donde acuden numerosas personas para pedir su intercesión ante Dios.
Como ves, Alexia era como tú, una joven normal y corriente, que amaba la música y el deporte… …y que estaba enamorada con toda su alma de Jesucristo. Ese amor le hizo dar el gran salto de la santidad, tanto en los momentos fáciles como en los difíciles.
Alexia tiene un montón de amig@s en todo el mundo. Muchos de ellos son jóvenes como tú, que buscan a Dios dentro de su corazón. Les consigue gracias y favores desde el Cielo.
¡Gracias, Alexia! g r o . b g a i x e l a www.