Adviento

  • July 2020
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ADVIENTO , La palabra Adviento viene del latín y significa venida, advenimiento. En los primeros siglos de la vida cristiana se denominaba con este termino al tiempo de preparación para la segunda venida de Cristo al final de los tiempos. El adviento comienza el domingo más cercano a la fiesta de San Andrés (30 de noviembre) y culmina en vísperas de Navidad, teniendo así las comunidades, cuatro domingos para dedicar a la preparación y meditación de las promesas realizadas por Dios a lo largo de la Historia de la Salvación. Estas promesas fueron ya cumplidas en Jesucristo, pero todavía no realizadas plenamente. Es por eso que al mismo tiempo que nos disponemos a un nuevo nacimiento del niño de Belén, esperamos con constancia y confianza su Segunda Venida, la plena realización de sus promesas a los hombres. En cada uno de estos domingos se enciende una vela de la Corona de Adviento, como símbolo de la llegada de la Luz del Mundo. En muchos lugares, los cristianos se esfuerzan en este tiempo para que sus hermanos comprendan el hondo significado de estos días a través de representaciones teatrales y musicales basadas en las historias y profecías de la Biblia, como también adornando sus casas y templos con el Arbolito de Navidad y el Nacimiento, las comidas familiares y los regalos, que no son lo esencial de la fiesta, pero si son signos que quieren expresar y comunicar a los demás la alegría que nos produce el hecho de que Dios se haya hecho hermano nuestro. De esta y otras maneras los creyentes invitan a compartir este gran misterio que nos hace descubrir más que nunca que todos somos hermanos. CORONA DE ADVIENTO

La Corona de Adviento o Corona de Luces de adviento es un signo que expresa la alegría del tiempo de preparación a la Navidad. Este signo nace en los países germánicos y está vinculado al simbolismo de la luz. El Adviento coincide con el progresivo decrecimiento de los días, que tiene su punto culminante el 21 de diciembre. Justamente los paganos celebran en la proximidad de esa fecha el día del sol invicto que renace, ya que desde esa fecha en adelante, los días son más largos. El origen de la fiesta cristiana de la navidad es precisamente oponer a la fiesta pagana del sol invicto el misterio cristiano del Sol que Nace de lo alto, es decir, Jesús, el Mesías, el Salvador. El Adviento se convierte entonces en un ascenso progresivo hacia esa fiesta que ilumina las tinieblas del corazón, porque Cristo, la luz eterna, nos manifiesta el resplandor de Dios. La Corona de Adviento marca el progreso de la luz: por una lado ala necesidad de iluminar cada vez más un ambiente oscuro, y eta es su base natural; por otro, el progresivo ascenso hacia el que es la luz. De manera que al encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la Corona, se muestra la ascensión gradual hacia la plenitud de al luz de la Navidad. Antiguamente la corona estaba conformada por ramas verdes que son signo de la vida y la esperanza. En los países donde el invierno es muy crudo, sólo algunos árboles mantiene verdes sus ramas, mostrando la vida que en ellas persiste a pesar del frío. El Adviento es también el tiempo de la esperanza, es decir de la certeza de saber que la luz y la vida triunfarán sobre las tinieblas y la muerte.

Significado de la Corona de Adviento En muchas casas vemos que antes de Navidad ponen como centro de mesa una corona con velas. Además de ser un elemento decorativo, esta corona anuncia que la Navidad está cerca y debemos prepararnos. La costumbre es de origen pagano, esta corona representaba el ruego al sol para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los cristianos, para prepararnos a la venida de nuestra LUZ y VIDA, la Natividad del Señor, aprovechamos esta "Corona de adviento" como medio para esperar a Cristo y rogarle infunda en nuestras almas su luz. El círculo es una figura geométrica perfecta que no tiene ni principio ni fin La corona de adviento tiene forma de círculo para recordarnos que Dios no tiene principio ni fin, reflejando su unidad y eternidad. El follaje verde perenne (que puede ser de ramas de pino, oyamel o hiedra) representan que Cristo está vivo entre nosotros, además su verde color nos recuerda la vida de gracia, el crecimiento espiritual y la esperanza que debemos cultivar durante el Adviento.

Las cuatro velas representan los cuatro domingos de Adviento. Las tres primeras que se enciendes son de color morado para recordarnos el espíritu de vigilia, penitencia y sacrificio que debemos tener par prepararnos a la llegada de Cristo. La última es de color rosa o blanco y manifiesta la alegría de que el nacimiento del Señor está muy cerca. El día de Navidad las velas moradas son substituidas otras de color rojo que simboliza el espíritu festivo de la reunión familiar. En algunos todas las velas se substituyen por velas rojas y en el centro se coloca una vela blanca o sirio simbolizando a Cristo como centro de todo cuanto existe. La luz de las velas simboliza la luz de Cristo que desde pequeños buscamos y que nos permite ver, tanto el mundo como nuestro interior. Cuatro domingos antes de la Navidad se prende la primera vela. Cada domingo se enciende una vela más. El hecho de irlas prendiendo poco a poco nos recuerda como conforme se acerca la luz las tinieblas se van disipando, de la misma forma que conforme se acerca la llegada de Jesucristo que es luz para nuestra vida se debe ir esfumando el reinado del pecado sobre la tierra. La luz de la vela blanca o del cirio que se enciende durante la Noche Buena nos recuerda que Cristo es la Luz del mundo. El brillo de la luz de esa vela blanca en Navidad nos recuerda como en la plenitud de los tiempos se cumple el "Advenimiento del Señor". Celebración en torno a la Corona de Adviento Cada domingo se reúne la familia sola o con algunos amigos, en torno de la corona. Antes de comenzar se designa quienes participarán como guía, lectores o encendiendo las velas. La celebración se inicia haciendo una breve oración al Espíritu Santo pidiendo su presencia y su ayuda. Se encienden las velas de acuerdo al domingo que corresponda y se da lectura a las Sagradas Escrituras ( se puede leer algún fragmento de las profecías de Isaías o el Evangelio de dicho Domingo). Después de guardar silencio por uno o dos minutos cada uno de los participantes podrá aportar sus comentarios. A continuación el guía hace una invitación a hacer un propósito personal a los asistentes. Cuando los niños son pequeños, conviene que el propósito sea muy sencillo y sea familiar, Cuando los niños son más grandes, es conveniente respetar su intimidad y no obligarlos a decir su propósito si no quieren.

Los propósitos no deben de ser ideales inalcanzables, sino las pequeñas cosas que por prisa o flojera o hacemos, aunque sabemos que nos ayudarían a vivir mejor. Toda la familia se beneficia cuando sus miembros se deciden a ser más puntuales , más generosos, mas ordenados. Esto se traducir en acciones que el niño puede comprender fácilmente (por ejemplo el orden como "no dejar las cosas tiradas"). El cuarto domingo se prende la vela blanca y se reflexiona sobre si se cumplieron los propósitos o no y por qué. Para finalizar, algún miembro de la familia hace una pequeña oración. Después aprovechando que la familia está reunida, se puede cantar villancicos, conversar o jugar.

ORACIONES PARA LA CORONA DE ADVIENTO Cada domingo de Adviento, se enciende una vela, marcando el camino que llevarán a la Navidad. También puede tenerse una corona de adviento en cada casa, para que las velas sean encendidas durante la oración familiar o la bendición de los alimentos

Primer Domingo Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir, en la noche, al encuentro del amigo que ya viene. En esta primera semana del Adviento queremos levantarnos para esperarte con alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen. Queremos estar despiertos y vigilantes porque tú nos traes la luz más clara, la paz más profunda, y la alegría más verdadera. ¡Ven Señor Jesús. Ven Señor Jesús! Tercer Domingo En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la Buena Noticia: ¡El Señor va a llegar! Preparen sus caminos porque ya se acerca Adornen su alma como una novia se engalana el día de su boda Ya llega el mensajero. Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz.Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven Señor, a salvarnos, envúelvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor!

Segundo Domingo Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas. El viejo tronco está rebrotando, florece el desierto... La humanidad entera se estremece porque Dios ha sembrado en nuestra carne. Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas, y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza. ¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador! Cuarto Domingo Al encender estas cuatro velas, en el último domingo, pensamos en Ella, la Virgen, tu madre y madre nuestra. Nadie lo esperó con más ansia, con más ternura, con más amor. Nadie te recibió con más alegría. Tú sembraste en ella, como el grano de trigo se siembra en el surco. Y en sus brazos encontraste la cuna más hermosa. También nosotros queremos prepararnos así: en la fe, en el amor, y en el trabajo de cada día. ¡ven pronto, Señor, Ven a salvarnos!

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