Dos niñas asomaditas, cada una en la ventana; lo ven y lo cuentan todo, sin decir una palabra.
Tiene un buen pabellón, su lóbulo también tiene; y dentro está un caracol que los sonidos obtiene.
Tiene la forma de un puño cerrado; y en tu pecho late con gran precisión.
Con ellas tocas el piano, y mil cosas puedes hacer. Con ellas, a cualquier hora, todo lo puedes coger.
Redondito, redondito, siempre andando, siempre andando, y no se mueve de su sitio.