El exilio duele. Cuando abandonamos la patria nos llevamos el dolor propio y sumamos en tierra extrana el dolor ajeno. Saber que un viaje sin retorno se emprende es conocer como nuestro corazon se desgarra al no saber cuando se podra regresar. Es tener en perspectiva el conocimiento real de la nostalgia que nos golpea aun antes de la partida. Se que no soy mas cubano que nadie; pero quiero a mi patria y hoy cuando han pasado los anos, a pesar de la vida misma y todos sus sinsabores y alegrias la nostalgia nos golpea. De una forma continua se repite incansablemente una palabra y es: Cuba, Cuba, CUBA! El recuerdo del entranable amigo, el barrio, los olores, los sabores, el decir del cubano, nuestra idiosincracia tan llena de matices y colores, el paisaje, las noches calidas y alegres, la musica, el tabaco, el ron, la rumba, la conga, el son, el chiste a tiempo y la jacarandosa risa conque celebramos a aquel que nos hizo reir en cada esquina luego del encuentro fortuito. Y se vuelve a escuchar muy adentro: Cuba, Cuba, CUBA!!! Septiembre 24, 2003 Pedro P. Dollar:. Por Cuba, con Dios y la Masoneria