8166080 Antologia De Carlos Drummond De Andrade

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  • Pages: 40
Carlos

1

Drummond De Andrade Unidos por las manos y otros poemas

Biblioteca Digital

Muestrario de Poesía 12

2

Unidos por las manos y otros poemas

Carlos Drummond de Andrade, Brasil Edición digital gratuita de

Muestrario de Poesía

12

Primera edición: Septiembre 2008 Santo Domingo, República Dominicana

¿Qué somos? Muestrario de Poesía es una colección digital gratuita que se difunde por la Internet y se dedica a promocionar la obra poética de los grandes creadores, difundiéndola y fomentando nuevos lectores para ella. Junto a las colecciones complementarias Libros de Regalo, Ciensalud, Iniciadores de Negocios y Aprender a aprender, son iniciativas sin fines de lucro del equipo de profesionales de INTERCOACH para servir, aportar, añadir valor y propiciar una cultura de diálogo, de tolerancia, de respeto, de contribución, de servicio, que promueva valores sanos, constructivos, edificantes a favor de la paz y la preservación de la vida acorde con los principios cristianos. Los libros digitales son gratuitos, promueven al autor y su obra, así como el amor por la lectura, y se envían como contribución a la educación, edificación y superación de las personas que los solicitan sin costo alguno.

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INTERCOACH Forjando líderes ganadores Sol Poniente interior 144, Apto. 3-B, Altos de Arroyo Hondo III, Santo Domingo, D.N., República Dominicana. Tel. 809-565-3164 Se autoriza la libre reproducción y distribución del presente libro, siempre y cuando se haga gratuitamente y sin modificación de su contenido y autor. Si se solicita, se enviarán copias en formato PDF vía email. Para pedirlos, enviar e-mail a [email protected],

[email protected]

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Contenido Carlos Drummond de Andrade y la fábula de la piedra Canto órfico Dulce fantasma, por qué me visitas… El mundo es grande… En mitad del camino Los que sufren Mi corazón no es más grande que el mundo No lo hagas Permanencia Búsqueda de la poesía Reconocimiento del amor Vamos, no llores… Nota social De frente a los últimos acontecimientos Tristeza en el cielo Poesía Aniversario Letanía de la huerta Liquidación Una plegaria para escritores… La falta que ama Aparición amorosa Enemigo Poemas de su libro a Don Quijote Amar Consuelo en la playa Biografía de Carlos Drummond de Andrade

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4 Carlos Drummond de Andrade y la fábula de la piedra Rodolfo Mata Con el paso del tiempo, un incidente fundacional en la carrera literaria de Carlos Drummond de Andrade (1902-1987) se ha convertido en una fábula medular de la historia de la poesía brasileña contemporánea. Cuando el poeta publicó "No meio do camino" –en el número 3 de la Revista de Antropofagia (julio de 1928)– seguramente no imaginó que lanzaba una verdadera "piedra de toque" en el desarrollo de la poesía brasileña: "No meio do caminho tinha uma pedra / tinha uma pedra no meio do caminho / tinha uma pedra / no meio do caminho tinha uma pedra. // Nunca me esquecerei desse acontecimento / na vida de minhas retinas tão fatigadas. / Nunca me esquecerei que no meio do caminho / tinha uma pedra / tinha uma pedra no meio do caminho / no meio do caminho tinha uma pedra". Si Mário de Andrade le había comentado por carta,1 en 1924, que el poema era formidable y que le parecía un ejemplo fuerte, bien logrado y "psicológico" (las inclinaciones de Mário por ese tipo de análisis fueron frecuentes) del "cansancio intelectual", cuando apareció en la provocadora revista, los elogios no se repitieron, aunque tampoco hubo repudios, como los que se verían después, sino que más bien el poema pasó un tanto desapercibido. El clima belicoso de la llamada "fase heroica" del Modernismo –la vanguardia brasileña que llevó a cabo la ruptura frontal con los cánones estéticos anteriores– se había entibiado un poco: el uso de manifiestos comenzaba a declinar, el desparpajo del poema piada (poema-broma) había perdido parte de su prestigio original y, como Mário señalaría más tarde, se acercaba la hora en que la fase de destrucción cedería su lugar a un ciclo constructivo. Drummond estaba consciente de esta situación y por ello su primer libro llevaría el modesto título de Alguma poesia (1930). No sólo le parecían innecesarios los gestos de ruptura grandilocuentes en el panorama poético del momento sino que tenía la certeza de que el lugar del poeta en el mundo moderno es marginal. "Impossível compor um poema a essa altura da evolução da humanidade. / Impossível escrever um poema –uma linha que seja– de verdadeira poesia", nos dice al principio de "O sobrevivente", para rematar con "Inabitável, o mundo é cada vez mais habitado. / E se os olhos reaprendessem a chorar seria um segundo dilúvio. / (Desconfio que escrevi um poema)". Esta

5 mezcla de ironía y humor, templados por la amargura y la resignación, está presente en Alguma poesia, al lado de otros rasgos típicamente modernistas, como el mencionado poema-piada ("É preciso fazer um poema sobre Bahia... / Mas eu nunca fui lá"), el verso libre, el prosaísmo, los temas "no poéticos", las "imágenes novedosas", etc. De esta manera, tenemos que este libro nace siendo un punto de inflexión en la poesía brasileña, no sólo por el genio creativo de Drummond, sino porque, como dice Wilson Martins, surgió en un ambiente de "revolución estabilizada", en el que, agregaría, el poeta puede buscar más tranquilamente su propio camino. Pero entonces, regresando a "No meio do caminho", ¿cómo se dio la polémica que desató este poema, según consignan casi indefectiblemente las referencias a la obra de Drummond, por más escuetas que sean? La historia del poema da pedra, como llegó a ser conocido, se inició realmente con su inclusión en Alguma poesia; fue revisada ampliamente en Uma pedra no meio do caminho. Biografia de um poema (Seleção e montagem de Carlos Drummond de Andrade; estudo de Arnaldo Saraiva, Rio de Janeiro, Editora do Autor, 1967) y continúa rindiendo frutos como un fenómeno de gran riqueza no sólo en la historia de la poesía brasileña sino en la de la crítica literaria. Según Arnaldo Saraiva, la publicación en libro, en 1930, provocó adhesiones y repulsas, aunque raros ataques por escrito. Uno de los más graciosos es la parodia del indignado Gondim da Fonseca (Correio da Manhã, Rio de Janeiro, 26/08/38), quejándose de que ya no había rima y que cualquier incidente podía producir un poema, "papagayando" cuatro o cinco veces lo mismo: "Eu tropecei agora numa casca de banana. / Numa casca de banana! / Numa casca de banana eu tropecei agora, / Caí pra trás desamparadamente, / E rasguei os fundilhos das calças! / Numa casca de banana eu tropecei agora. / Numa casca de banana! / Eu tropecei agora numa casca de banana!". De hecho, esta es una muestra de los deseos de restauración del "orden" en la "Poesía" que más tarde fueron propugnados por la llamada "Generación del 45".2 En ocasiones, éstos llegaron a excesos preceptivistas, como los expresados por Domingos Carvalho da Silva, según refiere Sérgio Buarque de Holanda: el buen verso no debe contener palabras esdrújulas; la palabra "fruta" debe ser desterrada de la poesía en favor de "fruto", al igual que "cachorro" en favor de "cão"; y el Océano Índico es "más poético" que el Pacífico.3 De ahí que las acusaciones más frecuentes a "No meio do caminho" sigan esa línea: 1) es irreverente con la Divina comedia, "Nel mezzo del camin di nostra vita"; 2) las demasiadas repeticiones son empobrecedoras; 3) la regencia del verbo "esquecer" es incorrecta; 4) en vez de "haver", utiliza el verbo "ter" con valor impersonal, dando cabida así a un brasileñismo muy frecuente en el habla cotidiana del país, pero impropio en poesía. Para la década de 1940, los elogios y los ataques se intensifican –refiere Saraiva– por varias causas: 1) Drummond es una figura pública pues sucesivamente ocupa un puesto importante en el Ministério da Educação, invitado por su amigo Gustavo Capanema; se aproxima a Luis Carlos Prestes y es director por unos meses del diario comunista Tribuna Popular; participa en la

6 frustrada remodelación del Departamento Nacional de Informações (el antiguo Departamente de Informação e Propaganda, órgano de censura de la comunicación social durante el Estado Novo); y finalmente se asienta en la jefatura de la sección de historia de la Direitoria do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional. 2) Goza de un prestigio literario sólido con 6 libros de poesía publicados, uno de prosa, y una participación constante en la prensa como cronista. 3) Surge la llamada "Generación del 45" que ve en Drummond un sobreviviente de los primeros principios estéticos del modernismo y, por lo tanto, un "peligroso" e inteligente adversario. De 1950 en adelante, dice Saraiva, aumentan los elogios pero no desaparecen del todo los ataques e ironías. A esas alturas parece que todo se ha dicho: glosas, parodias, anécdotas, meditaciones, comentarios, etc., y "No meio do caminho" ha sido calificado como: bufonada, babosada, poema chistoso, poema futurista, marca indeleble de una fase de locura de la poesía brasileña, el poema más característico de nuestra época prosaica y tan agitada, mensaje tan simple e impresionante, poema formidable y estupendo, el poema que todos nosotros quisiéramos haber escrito, la mejor cosa del mundo, etc. De hecho, esta avalancha de opiniones fue la que llevó a Drummond a armar Uma pedra no meio do caminho. Biografia de um poema. Necesitaba poner en claro esta confusión que lo mantenía un tanto amargado, y exponer su punto de vista, al lado de las reacciones contemporáneas a su aparición y las impresiones que circulaban. De esta manera, dice Antônio Houaiss, se integró un documento ejemplar de la sociología del gusto literario, en torno a la poesía moderna en Brasil.4 En esta "biografía", Drummond afirma que su famoso poema "não pretende expor nenhum fato de ordem moral, psicológica ou filosófica" y que solamente quería "dar a sensação de monotonia e chateação, a começar pelas palavras" (con lo cual confirma la apreciación inicial de Mário de Andrade). Según el autor, el poema había servido hasta esas fechas "para dividir no Brasil as pessoas em duas categorias mentais". Aunque nunca dijo cuáles eran éstas, no hay duda que el fenómeno de división se había dado y que el poema albergaba una consciencia crítica multiforme. Es decir, aunque no se supiera con exactitud qué entrañaba, se percibía que había algo profundamente crítico que inquietaba y abría la posibilidad a múltiples interpretaciones. "No meio do caminho" no fue un exabrupto modernista genial. Ya con anterioridad Drummond se venía afiliando a la praxis modernista de violentar la sintaxis, practicar el verso libre, el coloquialismo y el poema-piada, además de que Mário de Andrade le había contagiado su nacionalismo. Sin embargo, el nacionalismo drummondiano no resultó ser de exaltación sino de regreso a la objetividad de las cosas. En una de sus tempranas colaboraciones en A Revista (no. 1, julio 1925), el poeta ya apuntaba: "Agora, o escritor foge de teorias e construções abstratas para trabalhar a realidade com mãos puras", observación que recuerda el "ver com olhos livres" del Manifesto da Poesia PauBrasil de Oswald de Andrade. En otra (no. 2, julio 1925), afirma: "Não podemos oferecer nenhuma permeabilidade aos produtos e detritos das civilizações

7 estrangeiras".5 Es aquí donde la "teoría del cansancio" encaja. La solución no estaba en complicados manifiestos, ni en importaciones (o en su contraparte: los exotismos de exportación), sino en el cotidiano brasileño y su lenguaje, en el regreso a las cosas, en el nacionalismo "con signo de menos". Esto explica que la otra piedra que se atravesó constantemente en el camino de Drummond fue Itabira, ciudad del estado de Minas Gerais donde nació: en tupi, lengua indígena presente en gran parte de los toponímicos brasileños, "itá" significa "piedra", e "itá-bira" quiere decir "piedra levantada o empinada". NOTAS 1 En 1924, Drummond conoció a Mário de Andrade, Blaise Cendrars y Tarsila de Amaral, en el Grande Hotel de Belo Horizonte, cuando el grupo de la Semana de Arte Moderno regresaba de su excursión a Minas. Fue entonces cuando inició una larga correspondencia con Mário muy provechosa para su orientación literaria. 2 La "Generación del 45" es un concepto tan problemático en la historia de la literatura brasileña como el papel de "No meio do caminho". En él se mezclan criterios temporales, de preferencias estéticas y de política literaria pues, como apunta João Cabral de Melo Neto, no fue un movimiento. Entre sus supuestos integrantes, observa el poeta a quien se incluye frecuentemente en el grupo, había grandes diferencias. 3 Cf. Sérgio Buraque de Holanda, "Rebelião e convenção", Diário Carioca, 20/04/52, en Sérgio Buarque de Holanda, O espírito e a letra. Estudos de crítica literaria II (1948-1959), Antonio Arnoni Prado (comp.), Companhia das Letras, São Paulo, 1996, p. 504. 4 Cf. Antônio Houaiss, "Introdução" a Carlos Drummond de Andrade, Reunião, Livraria José Olympo, Rio de Janeiro, 1971, p. xxi. 5 Apud. Péricles Eugênio da Silva Ramos, Do Barroco ao Modernismo, p. 263.

8

Canto órfico La danza ya no suena, la música dejó de ser palabra, el cántico creció del movimiento. Orfeo, dividido, anda en busca de esa unidad áurea que perdimos. Mundo desintegrado, tu esencia reside tal vez en la luz, más neutra ante los ojos desaprendidos de ver; y bajo la piel, ¿qué turbia imporosidad nos limita? De ti a ti, abismo; y en él, los ecos de una prístina ciencia, ahora exangüe. Ni tu cifra sabemos. Ni aun captándola tuviéramos poder de penetrarte. Yerra el misterio en torno de su núcleo. Y restan pocos encantamientos válidos. Quizás apenas uno y grave: en nosotros tu ausencia retumba todavía, y nos estremecemos R una pérdida se forma de esas ganancias. Tu medida, el silencio la ciñe, la esculpe casi, brazos del no-saber. Oh fabuloso udo paralítico sordo nato incógnito la raíz de la mañana que tarda, y tarde, do la línea del cielo en nosotros se esfuma, tornándonos extranjeros más que extraños. En el duelo de las horas, tu imagen atraviesa membranas sin que la suerte se decida a escoger. Las artes pétreas recógense a sus tardos movimientos. En vano: ellas no pueden ya. Amplio vacío un espacio estelar contempla signos que se harán dulzura, convivencia, espanto de existir, y mano anchurosa recorriendo asombrada otro cuerpo.

9 La música se mece en lo posible, en el finito redondo, donde se crispa una agonía moderna. El canto es blanco, huye a sí mismo, ¡vuelos! palmas lentas sobre el océano estático: balanceo del anca terrestre, segura de morir. ¡Orfeo, reúnete! llama tus dispersos y conmovidos miembros naturales y límpido reinaugura el ritmo suficiente que, nostálgico, en la nervadura de las hojas se limita, cuando no forma en el aire, siempre estremecido, una espera de fustes, sorprendida. Orfeo, danos tu número de oro, entre apariencias que van del vano granito a la linfa irónica. lntégranos, Orfeo, en otra más densa atmósfera del verso antes del canto, del verso universo, lancinante en el primer silencio, promesa del hombre, contorno aún improbable de dioses por nacer, clara sospecha de la luz en el cielo sin pájaros, vacío musical a ser poblado por el mirar de la sibila, circunspecto. Orfeo, te llamamos, baja al tiempo y escucha: sólo al decir tu nombre, ya respira la rosa trimegista, abierta al mundo.

Dulce fantasma, por qué me visitas… Dulce fantasma, ¿por qué me visitas como en otros tiempos nuestros cuerpos se visitaban? Me roza la piel tu transparencia, me invita

10 a rehacernos caricias imposibles: nadie recibió nunca un beso de un rostro consumido. Pero insistes, dulzura. Oigo tu voz, la misma voz, el mismo timbre, las mismas leves sílabas, y aquel largo jadeo en que te desvanecías de placer, y nuestro final descanso de gamuza. Entonces, convicto, oigo tu nombre, única parte tuya indisoluble música pura en continua existencia. ¿A qué me abro?, a ese aire imposible en que te has convertido y beso, beso esa nada intensamente.

El mundo es grande… El mundo es grande y cabe en esta ventana sobre el mar. El mar es grande y cabe en la cama y en el colchón de amar. El amor es grande y cabe en el breve espacio de besar.

En mitad del camino En mitad del camino había una piedra había una piedra en la mitad del camino había una piedra en la mitad del camino había una piedra. Nunca olvidaré la ocasión nunca tanto tiempo como mis ojos cansados permanezcan abiertos. Nunca olvidaré que en la mitad del camino

11 había una piedra había una piedra en la mitad del camino en la mitad del camino había una piedra.

Los que sufren Las plantas sufren como nosotros sufrimos. ¿Por qué no habrían de sufrir si esta es la llave de la unidad del mundo? La flor sufre, tocada por la mano inconsciente. Hay una ahogada queja en su docilidad. La piedra es sufrimiento paralítico, eterno. Nosotros -animales- no tenemos ni siquiera el privilegio de sufrir.

Mi corazón no es más grande que el mundo No, mi corazón no es más grande que el mundo. Es mucho más pequeño. En él no caben ni mis dolores. Por eso me gusta tanto contarme a mí mismo por eso me desvisto, por eso me grito, por eso frecuento los diarios, me expongo crudamente en las librerías: necesito de todos. Sí, mi corazón es muy pequeño. Sólo ahora veo que en él caben los hombres. Los hombres están aquí afuera, están en la calle.

12 La calle es enorme. Más grande, mucho más grande de lo que yo esperaba. Más en la calle tampoco caben todos los hombres. La calle es más pequeña que el mundo. El mundo es grande. Tú sabes como es grande el mundo. Conoces los navíos que llevan petróleo y libros, carne y algodón. Viste los diferentes colores de los hombres, los diferentes dolores de los hombres, sabes cómo es difícil sufrir todo eso, amontonar todo eso en un solo pecho de hombre... sin que estalle. Cierra los ojos y olvida. Escucha el agua en los vidrios tan calmada. No anuncia nada. Sin embargo, se escurre en las manos, ¡tan calmada! va inundando todo... ¿Renacerán las ciudades sumergidas? ¿Los hombres sumergidos -volverán? Mi corazón no sabe. Estúpido, ridículo y frágil es mi corazón. Sólo ahora descubro cómo es triste ignorar ciertas cosas. (En la soledad de individuo desaprendí el lenguaje con que los hombres se comunican). Otrora escuché a los ángeles, las sonatas, los poemas, las confesiones patéticas. Nunca escuché voz de gente. En verdad soy muy pobre. Otrora viajé por países imaginarios, fáciles de habitar, islas sin problemas, no obstante exhaustivas y convocando al suicidio. Mis amigos se fueron a las islas. Las islas pierden al hombre. Sin embargo algunos se salvaron y trajeron la noticia de que el mundo, el gran mundo está creciendo todos los días, entre el fuego y el amor. Entonces, mi corazón también puede crecer. Entre el amor y el fuego, entre la vida y el fuego, mi corazón crece diez metros y explota. -¡Oh vida futura! nosotros te crearemos.

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No lo hagas Carlos, fácil, amor es lo que ves: hoy un beso, mañana nada, y el siguiente día es Domingo y por Lunes, quién sabe qué sucederá. Tonto, deberías resistir o matarte, aún. No lo hagas, Oh, no lo hagas. Guárdalo todo para la fiesta de bodas, nadie sabe cuando vendrá, o aún si. Amor, Carlos, hijo de la Tierra, pasaría la noche contigo y, vencidas tus hesitaciones, dentro crecería una maravillosa barahúnda: rezos estéreo santos bendiciéndolos avisos para las mejores marcas de jabón, una barahúnda nadie sabe de dónde, qué por. ún caminas melancólico, vertical. eres la palmera, eres el grito que nadie escuchó en el cine y las luces se apagaron. Amor en la oscuridad -no- amor por día es siempre triste, Carlos, mi nijo, pero no le vayas a contar a nadie, ellos no saben y no tienen que

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Permanencia Ahora recuerdo uno, antes recordaba otro. Día vendrá en que ninguno será recordado. Entonces en el mismo olvido se fundirán. Una vez más la carne unida, y las bodas cumpliéndose en sí mismas, como ayer y siempre. Pues eterno es el amor que une y separa, y eterno el fin (ya comenzara , antes de ser), y somos eternos, frágiles, nebulosos, tartamudos, frustrados: eternos. Y el olvido todavía es memoria, y lagunas de sueño cierran en su negrura lo que amamos y fuimos un día, o nunca fuimos y que con todo arde en nosotros a la manera de la llama que duerme en la leña apilada en el galpón.

Búsqueda de la poesía No hagas versos sobre acontecimientos. No hay creación ni muerte ante la poesía. Frente a ella la vida es un solo estático, no calienta ni ilumina. Las afinidades, los aniversarios, los incidentes personales no cuentan. No hagas poesía con el cuerpo, ese excelente, completo y confortable cuerpo, tan enemigo de la efusión lírica. Tu gota de bilis, tu máscara de gozo o de dolor en lo oscuro son indiferentes. Ni me reveles tus sentimientos, que se prevalecen del equívoco y tientan el largo viaje.

15 Lo que piensas o sientes, eso aún no es poesía. No cantes a tu ciudad, déjala en paz. El canto no es el movimiento de las máquinas ni el secreto de las casas. No es la música oída de paso; rumor del mar en las calles junto a la línea de espuma. El canto no es la naturaleza ni los hombres en sociedad. Para él, lluvia y noche, fatiga y esperanza, nada significan. La poesía (no extraigas poesía de las cosas) elude sujeto y objeto. No dramatices, no invoques, no indagues. No pierdas tiempo en mentir. No te aborrezcas. Tu yate de marfil, tu zapato de diamante, vuestras mazurcas y supersticiones, vuestros esqueletos de familia, desaparecen en la curva del tiempo, son inservibles. No recompongas tu sepultada y melancólica infancia. No osciles entre el espejo y la memoria en disipación. Que se disipó, no era poesía. Que se partió, cristal no era. Penetra sordamente en el reino de las palabras. Allá están los poemas que esperan ser escritos. Están paralizados, mas no hay desesperación, hay calma y frescura en la superficie intacta. Helos allí solos y mudos, en estado de diccionario. Convive con tus poemas, antes de escribirlos. Ten paciencia, si oscuros. Calma, si te provocan. Espera que cada uno se realice y consuma con su poder de palabra y su poder de silencio. No fuerces al poema a desprenderse del limbo. No recojas en el suelo el poema que se perdió. No adules al poema. Acéptalo como él aceptará su forma definitiva y concretada en el espacio. Acércate y contempla las palabras.

16 Cada una tiene mil fases secretas sobre la neutra faz y te pregunta, sin interés por la respuesta, pobre o terrible, que le des: ¿Trajiste la llave? Repara: yermas de melodía y de concepto, ellas se refugian en la noche, las palabras. Aún húmedas e impregnadas de sueño rolan en un río difícil y se transforman en desprecio.

Reconocimiento del amor Amiga, cómo carecen de norte los caminos de la amistad. Apareciste para ser el hombro suave donde se reclina la inquietud del fuerte (o que ingenuamente se pensaba fuerte). Traías en los ojos pensativos la bruma de la renuncia: no querías la vida plena, tenías el previo desencanto de las uniones para toda la vida, no pedías nada, no reclamabas tu cota de luz. Y te deslizabas en ritmo gratuito de ronda. Descansé en ti mi fajo de desencuentros y de encuentros funestos. Quería tal vez -sin percibirlo, lo jurosádicamente masacrarte bajo el hierro de culpas y vacilaciones y angustias que dolían desde la hora del nacimiento, estigma desde el momento de la concepción en cierto mes perdido en la Historia, o más lejos, desde aquel momento intemporal en que los seres son apenas hipótesis no formuladas en el caos universal. ¡Cómo nos engañamos huyéndole al amor! Cómo lo desconocimos, tal vez con recelo de enfrentar

17 su espada reluciente, su formidable poder de penetrar la sangre y en ella imprimir una orquídea de fuego y lágrimas. Pero, él llegó mansamente y me envolvió en dulzura y celestes hechizos. No quemaba, no brillaba, sonreía. No entendí, tonto que fui, esa sonrisa. Me herí con mis propias manos, no por el amor que traías para mí y que tus dedos confirmaban al juntarse a los míos, en la infantil búsqueda del Otro, el Otro que yo me suponía, el Otro que te imaginaba, cuando -por agudeza del amor- sentí que éramos uno sólo. Amiga, amada, amada amiga, así el amor disuelve el mezquino deseo de existir de cara al mundo con la mirada perdida y la ancha ciencia de las cosas. Ya no enfrentamos al mundo: en él nos diluimos, y la pura esencia en que nos transmutamos perdona alegorías, circunstancias, referencias temporales, imaginaciones oníricas, el vuelo del Pájaro Azul, la aurora boreal, las llaves de oro de los sonetos y de los castillos medievales, todos los engaños de la razón y de la experiencia, para existir en sí y para sí, con la rebeldía de cuerpos amantes, pues ya ni somos nosotros, somos el número perfecto: Uno. Tomó su tiempo, yo se, para que el «Yo» renunciase a la vacuidad de persistir, fijo y solar, y se confesara jubilosamente vencido, hasta respirar el más grande júbilo de la integración. Ahora, amada mía para siempre, ni mirada tenemos para ver, ni oídos para captar la melodía, el paisaje, la transparencia de la vida, perdidos como estamos en la concha ultramarina de mar.

Vamos, no llores… Vamos, no llores... La infancia se ha perdido. La juventud se ha perdido. Pero la vida aún no se ha perdido.

18 El primer amor ya pasó. El segundo también pasó. El tercer amor pasó. Pero aún continúa vivo el corazón. Perdiste a tu mejor amigo. No realizaste ningún viaje. No posees tierra, ni casa, ni barco, pero tienes un perro. Algunas duras palabras en voz tenue, te golpearon. Esas, nunca, nunca cicatrizan. Sin embargo, ¿existe el humor?

Nota social El poeta llega a la estación. El poeta desciende. El poeta toma un auto. El poeta va para el hotel. Y mientras hace eso como cualquier hombre de la tierra, una ovación lo persigue hecha algarabía. Banderolas que despliegan sus alas. Bandas de música. Cohetes. Discursos. Gente con sombreros de paja. Cámaras fotográficas disparadas. Automóviles inmóviles. Bravos... El poeta está melancólico. En un árbol del paseo público (gestión de la actual administración) árbol grueso, prisionero de anuncios en colores, árbol banal, árbol que nadie ve, canta una cigarra. Canta una cigarra que nadie oye

19 un himno que nadie aplaude. Canta, bajo un sol terrible. El poeta entra en el elevador el poeta sube el poeta se encierra en su cuarto. El poeta está melancólico.

De frente a los últimos acontecimientos ¡Oh! seamos pornográficos (dulcemente pornográficos). ¿Por qué seremos más castos que nuestro abuelo portugués? ¡Oh!, seamos navegantes, pioneros y guerreros, lo que se quiera seamos, sobre todo pornográficos. Puede ser triste la tarde y la mujer puede doler como duele un puñetazo en el ojo (pornográficos, pornográficos). Están sonriendo tus amigos de tu última resolución. Pensaban que el suicidio fuese la última resolución. No comprenden, pobrecitos, que lo mejor es ser pornográfico. Propónselo a tu vecino, al chofer de tu tranvía, a todas las criaturas que son inútiles y existen, propónselo al hombre de gafas

20 y a la mujer con el bulto de ropa. Dile a todos: mis hermanos, ¿no queréis ser pornográficos?

Tristeza en el cielo En el cielo también hay una hora melancólica. Hora difícil, en que la duda también penetra las almas. ¿Por qué hice el mundo? Dios se pregunta y se responde: No sé. Los ángeles lo miran con reprobación, y caen plumas. Todas las hipótesis: la gracia, la eternidad, el amor caen, son plumas. Otra pluma, el cielo se deshace. Tan manso, ningún fragor denuncia el momento entre todo y nada, o sea, la tristeza de Dios.

Poesía Gasté una hora pensando un verso que la pluma no quiere escribir. No obstante, él está aquí dentro inquieto, vivo. El está aquí dentro y no quiere salir. Pero la poesía de este momento inunda mi vida entera.

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Aniversario ¿Un verso para salvarte del olvido sobre la tierra? Si es en mí que estás olvidada, el verso recordaría apenas esta fuerza de olvido, mientras la vida, sin memoria, vaga atmósfera, se condensa en la pequeña caja donde vives como los muertos saben vivir.

Letanía De La Huerta Huerta de los repollos, huerta del jiló huerta de la lectura, huerta del pecado, huerta de la evasión, huerta del remordimiento, huerta del escaramujo y del sapo y del pedazo de cuenco de color guardado por el recuerdo, huerta de acostarme en el suelo a poseer la tierra, y de poseer el cielo, cuando la tierra me cansa.

Liquidación La casa fue vendida con todos los recuerdos todos los muebles todas las pesadillas todos los pecados que se cometieron en vida o por cometer. La casa fue vendida con sus golpes en la puerta con su viento acanalado su vista del mundo sus imponderables por veinte, veinte contos.

22

Una plegaria para escritores (de todos tipos) que hay que leer con diccionario en mano: PLEGARIA INTRODUCTORIA De la lectura sintagmática De la lectura paradigmática del enunciado De la lengua fáctica De la factividad y de la no factividad en la oración principal Libera nos, Domine. De la organización categorial de la lengua De la principalidad de la lengua en el conjunto de los sistemas semiológicos De la concretez de las unidades en el estatuto que dialectiza la lengua Del ortolenguaje Libera nos, Domine. Del programa epistemológico de la obra Del corte epistemológico y del corte dialógico Del sustrato acústico del culminado De los sistemas genitivamente afines Libera nos, Domine. De la semia Del sema, del semema, del semantema Del lexema Del clasema, del mema, del sentema

23 Libera nos, Domine. De la estrcturación semémica Del ideolecto y de la pancromía científica De la reliabilidad de test psicolingüísticos Del análisis computacional de la estructuración silábica de las fablas regionales Libera nos, Domine. Del vocoide Del vocoide nasal puro y sin clausura consonantal Del vocoide bajo y del semivocoide homorgámico Del glide vocálico Libera nos, Domine. De la lingüística frástica y transfrástica Del signo sinésico, del signo icónico y del signo gestual De la clitización pronominal obligatoria De la glosemática Libera nos, Domine. De la estructura exo-semántica del lenguaje musical De la totalidad sincrética del emisor De la lingüística generativo/transformacional Del movimiento transformacionalista Libera nos, Domine. De las apariciones de Chomsky De Mehler, de Perchonock

24 De Saussure, de Cassirer, Troubetzkoy, Althusser De Zolkiewsky, Jacobson, Barthes, Derrida, Todorov De Greimas, Fodor, Chao, Lacan et caterva Libera nos, Domine.

La falta que ama Entre arena, sol y grama lo que se evita se da. Mientras la falta que ama busca a alguien que no hay. Está cubierto de tierra, de completo olvido envuelto. Donde el ojo más se aferra la dalia es toda cemento. La transparencia de la hora corroe ángulos oscuros: una canción que no implora ni ríe, resbalando muros. No se oye la polvareda que el gesto esparce en el llano. La vida se cuenta entera en letras de conclusión. ¿Porqué es que revuela a tontas el pensamiento en la luz? ¿Y porqué nunca se escurre el tiempo, llaga sin pus? El insecto petrificado en la concha ardiente del día une el tedio del pasado a una futura energía.

25 ¿Se hará en el suelo simiente? ¿Todo va a recomenzar? ¿Es la falta o él que siente el sueño del verbo amar?

Aparición amorosa Dulce fantasma, ¿por qué me visitas como en otros tiempos nuestros cuerpos se visitaban? Me roza la piel tu transparencia, me invita a rehacernos caricias imposibles: nadie recibió nunca un beso de un rostro consumido. Pero insistes, dulzura. Oigo tu voz, la misma voz, el mismo timbre, las mismas leves sílabas, y aquel largo jadeo en que te desvanecías de placer, y nuestro final descanso de gamuza. Entonces, convicto, oigo tu nombre, única parte indisoluble música pura en continua existencia. ¿A qué me abro?, a ese aire imposible en que te has convertido y beso, beso esa nada intensamente. Amado ser destruido ¿por qué vuelves y eres tan real y tan, igualmente, ilusorio? Ya no distingo más si eres sombra o sombra siempre fuiste, y nuestra historia el invento de un libro deletreado bajo pestañas soñolientas. ¿Habré un día conocido tu verdadero cuerpo como hoy lo conozco enlazando el vapor como se enlaza una idea platónica en el aire? ¿El deseo perdura en ti que ya no eres, querida ausente, persiguiéndome, suave?

26 Nunca pensé que los muertos el mismo ardor tuviesen de otros días y nos lo transmitiesen con chupadas de hielo y fuego candente matizados. Tu visita ardiente me conforta. Tu visita ardiente me acongoja. Tu visita, apenas una limosna.

Enemigo Voy a pelearme contigo. Voy a recibir, voy a sangrar pero voy a pelearme. Tengo que pelearme contigo, tengo que gritar en voz alta palabrotas que me llenan la garganta. Crecerán en el aire de la calle, subirán hasta los voladizos de las buhardillas todos las oirán. Yo las dije. El flacucho. El triste. Tengo que pelearme rodar por el suelo contigo, íntimamente abrazados por la rabia. Tengo que a puntapiés herirte en el escroto. Poco importa que tú me des el doble. Poco importa que me destroces. No llamaré a mi hermano para socorrerme. Quiero ser el perdedor que le gana al miedo.

Soneto de la locura Es rica, mi pobre casa, en quimeras y voy sin destino lidiando espantos, mi nombre ha de romper obscuras eras, tal cual Pentapolín, rey Garamanta.

27 Ronda mi mente un tropel de batallas jamás vistas en tierra, mar o infierno. Si de la cocina escapa olor de ajo me huele a aroma de la gloria eterna. Doncellas a salvar, mil en la Tierra y yo parto y mi rocín, chispa, grito, fin a entuertos, héroe de seda y fierro, y no duermo, angustiado, y ceno nubes con la obsesión de que al fin la bendita Edad de Oro de las alturas baje. II

Consagración Rocinante pasta la hierba del sosiego. La Mancha entera está en calma. La llama oculta arde en esta vehemente España interior. De rodillas y ojos visionarios me consagro caballero, andante, amante de amor cortés para mi dama, cristal perfecto de la perfección. De aquí en adelante he de girar, circunvagar, combatir los errores, la falsedad y cosechar, del pecho ensangrentado, la palma esquiva y rara que ha de ciñirme la frente con las manos del Amor-Amante. La fama en la hierba rala que Rocinante come se guarda para mí, la siento en todo, en la sed que bebo y en el viento que me arrastra.

28 III

El fino propósito Caña de pescar pescando en el aire, saltamontes montado en magro corcel, espectro de grillo ciñendo loriga, hilo de coser que tuerce la brisa, relámpago ingenuo furor de solitarias horas en vela cuando el designio invade la noche obscura. Espolea al caballo, espolea al sin fin. IV

Convite a la gloria Juntos en la polvoreda de las encrucijadas conquistaremos la gloria. - ¿Y de qué me sirve? -Nuestros nombres resonarán en las campana de bronce de la Historia - ¿Y de qué me sirve? - Nadie jamás, en ninguno de los puntos cardinales será tan grande. - ¿Y de qué me sirve?

29 - Las más inaccesibles princesas se curvarán a nuestro paso - ¿Y de qué me sirve? - Por tu valor y por tu fervor tendrás una isla de oro y esmeralda - ¡Eso me sirve! V

Uno en cuatro A b

Z y A&B

Z&Y

Ab

yZ AByZ

cuatrigerminados cuatrimiembra jornada cuatripartida anhelo cuatrivaliente búsqueda ansia unificada uncaballerouncaballounjumentounescudero VI

El derrotado invencible - ¡Gigantes! (Molinos de viento...) - ¡Maldita hechicería signo del ardid! (Molinos y molinos de viento...) - ¡Gigantes!

30 Sus brazos de acero ¿me quiebran la espina, me vuelven harina? Pero brilla San Telmo que rige e ilumina mi valor. Adolorido molido caído perdido curtido muerto yo sigo persigo lo celene intento: por la justicia en el mundo lucho, iracundo VIII

Lana y piedra - ¡Mira a Alifanfarón y a sus guerreros! ¡Mira a Brandabarbarán y a Miulina! ¡Ve a Micocolembo y a Timonel! - Señor, yo sólo veo unos carneros. La lanza en ristre avanza y hiere a la lana, traspasa ovejas como si atravesase el corazón de fieros enemigos - Basta, señor, esta pelea es vana. (No basta, no, hasta que la boca sangre y salten los dientes, se quiebren las costillas y el cuerpo ruede colchón de dolores

31 del héroe vencido, no por Alí sino a pedradas de los pastores enfurecidos.) IX

Esdrujulerías de amor penitente En esta tierra, páramo de mi soledad a donde no llega la música de la voz de Dulcinea que por mí no suspira, y que mal sabe que existo, voy a hacer penitencia de amor. Voy a lamentar mis penas, y a conmover a las piedras lavándolas con lágrimas, rompiéndolas a gritos, voy a enloquecer a las águilas, a cautivar hipogrifos y a acariciar serpientes, me arrancaré la vestimenta de fierro y de grandeza y sin calzones, ya desnudo con los documentos del sexo cínicamente expuestos, para que aves y plantas disfruten del espectáculo, haré mil muecas, la cabeza en el piso y los pies al aire dando piruetas saltos mortales vitales de amor de amor de amor.

X

32

Petición genuflexa ¡Oh! terrible azote del demonio. ¡Oh! benigno defensor de humillados parapeto y amparo de la honra espejo de galantería dueño de olorosas y machas virtudes roca de la voluntad en movimiento constante, satisface, mi amo, este requerimiento. La ínsula la ínsula la ínsula prometida esa maldita ínsula dámela con urgentísima presteza. Cubro de besos vuestras manos por mí y por Teresa futura prima dama Panza. XII

Pleito y contentamiento - La fatigada fiesta de correr peligros sin moneda ya me pesa en los huesos. Exijo mi salario de locura y la suma del tiempo de servicio. - Amigo Sancho, vete a la mierda, que no aprecio favores mercenarios y puedo tener doscientos escuderos sólo ambiciosos del renombre eterno. - Señor, ¿dejaros? Nunca. Ya me derrito en lloro arrepentido. Sigo con vosotros, sigo hasta el ultísimo peligro sin otra paga que vuestro afecto.

33 Abracémonos pues, de almas lavadas, que mi destino es ser a vuestro lado el caldo grueso junto al vino fino. XIX

Soliloquio de la renuncia Vuelvo por los caminos en mi búsqueda; que de mí yo me perdí cuando me sentí gobierno. Gobernar, qué tontería; blanda prisión de insomnios y cuidados. ¿De qué sirve vigilar el interés de los hombres, castigarlos o premiarlos, si a Sancho el libre labrador de otros tiempos lo esclavizó el poder? ¿Si con su buey y su perro su comarca niña y todo lo que cupiera en sus campos, en ese imperio, se gobernaría a sí mismo? Por los caminos vuelvo buscando a Sancho para de nuevo Sancho saberme y constatarme con redoblado placer. XX

En el camino de Zaragoza Eran pastoras de sol ninfas doradas brotando de la corteza de los árboles para cercarme

34 entre murmullos de plata líquida y mariposas cintilantes. Ahora, toros furiobufantes me envuelven, derrumban y pisan, entre lanzas y arreos enemigos y el tropel de un combate que no me hará callar: En estos bosques proclamo la belleza de ninfas y pastoras y la belleza mayor, que el eco prolonga de Dulcineaneaneanea. XV

El recado Caballero que cae del caballo parado y ¡plas! lastima el cuerpo en el suelo raspado... ¿Fue por artes, tal vez, del escudero culpado? No. Su destino está para siempre trazado: Cae de espaldas o dando cabriolas mareado. De ese modo nos deja su triste recado, de saber, cada día, su juego frustrado y, otra vez, en el barro, inventarlo mayor. XXI

Nocturno antefinal

35 Duerme, Alonso Quijano. Peleaste más de lo que ninguna pelea (y perdiste). Amaste más de lo que el amor se deja amar. El ímpetu el sereno la desmesura, fábulas que daban rumbo al sin rumbo de tu vida llevada a golpes y a culatazos, ¿de qué sirvió el todo de esa nada? Villanos discuten y luchan a brazo partido mientras duermes. Neutras estatuas de alimañas velan la arena obscura de tu sueño desnudo de todo encantamiento. Duerme, Alonso, andante petrificado caballero-desengaño.

Amar Qué puede una criatura sino, sino entre criaturas, amar? amar y olvidar, amar y mal amar, amar, desamar, amar? siempre, y hasta de ojos vidriados, amar? Qué puede, pregunto, el ser amoroso solo, en rotación universal, sino rodar también, y amar? amar lo que el mar trae a la playa, lo que el sepulta, y lo que, en la brisa marina, es sal, o precisión de amor, o simple ansia? Amar solemnemente las palmas del desierto, lo que es entrega o adoración expectante, y amar lo inhóspito, lo áspero, un florero sin flor, un piso de hierro, y el pecho inerte, y una calle vista en sueno, y una ave de rapiña.

36 Este es nuestro destino: amor sin cuenta, distribuido por cosas pérfidas o nulas, donación ilimitada a una completa ingratitud, y en la concha vacía del amor la búsqueda medrosa, paciente, de mas y mas amor. Amar nuestra falta misma de amor, y en la seguridad nuestra amar el agua implícita, el beso tácito y la sed infinita.

Consuelo en la playa Vamos no llores. La infancia está perdida. La juventud está perdida. Pero la vida no se perdió. El primer amor pasó. El segundo amor pasó. El tercer amor pasó. Pero el corazón continúa. Perdiste a tu mejor amigo. No hiciste ningún viaje. No posees carro, barco, tierra. Pero tienes un perro. Algunas palabras duras. Con una voz mansa te golpearon. Nunca nunca cicatrizan. Pero ¿Y el humor? La injusticia no se resuelve. A la sombra de un mundo errado murmuraste una protesta tímida. Pero vendrán otras. Sumado todo esto, deberías precipitarte de una vez en las aguas Estás desnudo, en la arena, en el viento. Duerme hijo mío.

37

Carlos Drummond de Andrade / biografía Poeta, periodista y político brasileño, nació en 31 de octubre en la ciudad de Itabira, Minas Gerais (Brasil) en 1902. A los 23 años edita junto a otros escritores La Revista, cuyo objeto era dar difusión a las expresiones del "modernismo brasileño", movimiento que tiene su inicio durante la Semana de Arte Moderna realizada en Sao Paulo durante 1922. En 1925 Andrade ingresó en la Facultad de Farmacia, se graduó aunque nunca llegó a ejercer su profesión. Junto a su amigo Emilio Moura y otros amigos fundó A Revista, que fue uno de los principales órganos de difusión del modernismo local. En 1930 publica su primer libro Alguna poesía. En 1934 se trasladó definitivamente a Río de Janeiro, ocupando el cargo de jefe de gabinete del nuevo ministro de Educación y Salud Pública. En ese mismo año ve la luz su segunda obra Brejo das Almas y en 1940 Sentimiento do Mundo. Al finalizar la segunda guerra mundial y caer el gobierno de Getulio Vargas, ocupó por un corto período la dirección del diario Tribuna Popular. Regresó al ministerio de Educación desempeñándose en la Dirección de Patrimonio Histórico y Artístico. En forma paralela una intensa actividad periodística a la vez que una riquísima labor poética. Ejerció en su país primero y luego en el mundo la representación de los altos valores del modernismo de Brasil (nacionalismo no dogmático, empatía con el pueblo, creatividad no académica y libertad total a la palabra). En su momento no tembló su conciencia al renunciar a un importantísimo premio nacional que iba acompañado de una gran cantidad de dinero ya que éste era otorgado por el entonces gobierno militar de su país. Desde sus primeros libros la poesía de Drummond se destacó del resto; es un obsequio verbal de la más alta calidad; es auténtica, legítima y grande. Siempre mantuvo una estrecha relación con la gente ejerciendo el poema y su prosa de prensa. Este enorme autor brasileño (tiene 28 libros de poesía editados) es considerado por la crítica como uno de los mayores poetas del Brasil. Murió el 17 de agosto de 1987 en la ciudad de Río de Janeiro, doce días después de la muerte de su única hija María Julieta Drummond de Andrade.

38 Muestrario de Poesía 1. La eternidad y un día y otros poemas / Roberto Sosa 2. El verbo nos ampare y otros poemas / Hugo Lindo 3. Canto de guerra de las cosas y otros poemas / Joaquín Pasos 4. Habitante del milagro y otros poemas / Eduardo Carranza 5. Propiedad del recuerdo y otros poemas / Franklin Mieses Burgos 6. Poesía vertical (selección) / Roberto Juarroz

7. Para vivir mañana y otros poemas / Washington Delgado. 8. Haikus / Matsuo Basho 9. La última tarde en esta tierra y otros poemas / Mahmud Darwish 10. Elegía sin nombre y otros poemas / Emilio Ballagas 11. Carta del exiliado y otros poemas / Ezra Pound 12. Unidos por las manos y otros poemas / Carlos Drummond de Andrade

Libros de Regalo 1. Llevar a Gladys de Vuelta a Casa y otros cuentos / Aquiles Julián 2. Letras sin Dueños / Aquiles Julián 3. Música, maestro / Aquiles Julián 4. Una Carta a García / Elbert Hubbard 5. 30 Historias de Nasrudín Hodja / Aquiles Julián 6. Historias para Crecer por Dentro / Aquiles Julián 7. Acres de Diamantes / Russell Conwell 8. 3 Historias con un país de fondo / Armando Almánzar R. 9. Pequeños prodigios / Aquiles Julián 10. El Go-getter / Peter Kyne 11. Mujer que llamo Laura / Aquiles Julián 12. Historias para cambiar tu vida / Aquiles Julián 13. El ingenio del Mulá Nasrudín / Aquiles Julián 15. Algo muy grave va a suceder en este pueblo / Gabriel García Márquez 16. Cuatro cuentos / Juan Bosch 17. Historias que iluminan el alma / Aquiles Julián 18. Los temperamentos / Conrado Hock 19. Una rosa para Emily / William Faulkner 20. El abogado y otros cuentos / Arkadi Averchenko

21. Luis Pie y Los Vengadores / Juan Bosch 22. Ahora que vuelvo, Ton / René del Risco 23. La casa de Matriona / Alexander Solzenitsin 24. Josefina, atiende a los señores y otros textos / Guillermo Cabrera Infante 25. El bloqueo y otros cuentos / Murilo Rubiao 26. Rashomon y otros cuentos / Ryunosuke Akutagawa 27. El traje del prisionero y otros cuentos / Naguib Mahfuz 28. Cuentos árabes / Aquiles Julián 29. Semejante a la noche y otros textos / Alejo Carpentier 30. La tercera orilla del río y otros cuentos / Joao Guimaraes Rosa 31. Leyendas aymarás / Aquiles Julián 32. La muerte y la muerte de Quincas Berro Dágua /Jorge Amado 33. Un brazo / Yasunari Kawabata 34. Cuentos africanos 2 / Aquiles Julián 35. Dos cuentos / Yukio Mishima 36. Mejor que arder y otros cuentos / Clarice Lispector 37. La raya del olvido y otros cuentos / Carlos Fuentes 38. En el fondo del caño hay un negrito y otros cuentos / José Luis González

39 39. La muerte de los Aranco y otros cuentos / José María Arguedas 40. El hombre de hielo y otros cuentos / Haruki Murakami 41. Dos cuentos / Pedro Juan Soto 42. Aquellos días en Odessa y otros cuentos / Heinrich Böll 43. 12 cartas de amor y un amorcito y otros cuentos / Juan Aburto 44. Rebelión en la granja / George Orwell

45. Cuentos hindúes / Aquiles Julián 46. El libro de los panegíricos / Rubem Fonseca 47. Juana la Campa te vengará y otros cuentos / Carlos Eduardo Zavaleta 48. Venezuela cuenta 1 / Varios autores 49. La habitación roja / Edogawa Rampo 50. Jóvenes cuentistas de América Latina 1 / Varios Autores 51. Caballo en el salitral y otros cuentos / Antonio Di Benedetto

CIENSALUD 1. Inteligencia de Salud y Bienestar: 7 pasos 2. Cómo prevenir la osteoporosis

Cristina Gutiérrez Cristina Gutiérrez

Iniciadores de Negocios 1. La esencia del coaching 2. El Circuito Activo de Ventas, CVA 3. El origen del mal servicio al cliente 4. El activo más desperdiciado en las empresas 5. El software del cerebro: Introducción a la PNL 6. Cómo tener siempre tiempo 7. El hombre más rico de Babilonia 8. Cómo hacer proyectos y propuestas bien pensados 9. El diálogo socrático. Su aplicación en el proceso de venta. 10. Principios y leyes del éxito

Varios autores Aquiles Julián Aquiles Julián Aquiles Julián Varios autores Aquiles Julián George S. Clason Liana Arias Humberto del Pozo López Varios autores

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Colección

Muestrario de Poesía 2008

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