SERIE: LAZOS DE AMOR.
5o. Lazo. EL PERDÓN. La falta de perdón…te pudre el corazón. BASE BÍBLICA. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida. Proverbios 4:23. OBJETIVO. Que cada miembro de la familia analice su actitud y comportamiento hacia los demás integrantes de la misma, y comprenda que esta se debe a todo lo que se ha ido acumulando en el fondo de su corazón, que sean capaces de deshacerse de todas las cosas que enferman el corazón y comprendan que deben de cuidarlo como un tesoro. INTRODUCCIÓN. La ciencia médica define al corazón como el órgano encargado de impulsar la sangre a las arterias, es el elemento central de la circulación, por lo tanto si este deja de funcionar se acaba la vida, se le considera como la parte central o esencial de alguien. Es el corazón el que hace que el hombre sea lo que es, y el que gobierna todas sus acciones. Cuando leemos en la Biblia acerca de el corazón, se refiere casi siempre al hombre interior, está escrito que “los de limpio corazón verán a Dios” Mt. 5:8 y está claro como es que debemos de cuidarlo Pr. 4:23, lamentablemente en muchas de las ocasiones es lo que más olvidado tenemos y lo utilizamos como una bodega de cosas inservibles que poco a poco lo van ensuciando y enfermando a tal grado que en ocasiones llega a morir, por eso es muy importante analizar en qué situación se encuentra el nuestro. I.- EL REFLEJO DE NUESTRO CORAZÓN. Hemos escuchado que “el rostro es el reflejo del alma”, entonces diríamos que nuestras palabras son el reflejo de nuestro corazón, o más bien dicho de lo que albergamos en él. Analicemos lo siguiente: “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón, saca lo bueno; y el hombre malo del mal tesoro de su corazón saca lo malo; por que de la abundancia del corazón habla la boca” Lc. 6:45. La lengua aunque es un miembro pequeño, en nuestro cuerpo es capaz de causar daños que hacen estragos grandes en la vida de los seres que amamos, la misma palabra de Dios dice que es como una pequeña chispa que puede causar fuegos
voraces y causar daño al mundo entero, con ella podemos otorgar bendición a nuestra familia, pero también maldición. Stg. 3:5-10. Durante mucho tiempo nos hemos justificado con el pretexto de haber dicho o hecho algo sin querer o sin pensar, pero la verdad es que todo lo que decimos es solamente la interpretación de aquello que hemos ido acumulando “celosamente” en nuestro corazón. ¿Cómo está tu corazón? ¿Qué guardas en él? ¿Qué es lo que sale de tu corazón para tu familia, bendición o maldición? II.- COFRE DE TESOROS O CUARTO DE TILICHES. En nuestra cultura somos muy dados a elaborar dichos y refranes que en su momento por algo se dijeron (valga la expresión), uno de ellos es “del dicho al hecho, hay mucho trecho”, en esta ocasión lo enfocaremos un poco al perdón. Dentro del hogar nos encontramos con que aunque llevemos la misma sangre y tengamos los mismos genes, somos personas con diferente personalidad, carácter y manera de pensar, esto hace que la convivencia diaria no sea siempre del todo agradable, en muchas de las ocasiones ofendemos aquellos a los que más amamos y cuando se llega el momento de pedir o de otorgar el perdón, decimos que perdonamos, pero la verdad es que la mayor parte del tiempo sólo lo hacemos de palabra, no actuamos con sinceridad y le vamos guardando como comúnmente decimos uno a otro, todos los errores cometidos dejamos que se vayan acumulando en el corazón, el rencor, maltrato, mentiras, discusiones, rechazo, celos, como si fueran tesoros valiosos, ¿Es esto en realidad un tesoro?, la verdad es que son sólo elementos que están formando una bomba de tiempo que cuando tenga el detonante adecuado (estrés, presión, cansancio, etc.) estallará causando daños en nuestro hogar que en ocasiones son muy difíciles de sanar. ¿Qué uso le estas dando a tu corazón? Dios nos dice que debemos de cuidar nuestro corazón por sobre todas las cosas ya que de él mana la vida, y nosotros en ocasiones le damos un uso inadecuado y lo ponemos como ese cuarto de “tiliches” en el cual arrojamos todo lo que no nos sirve, y que no nos atrevemos a deshacernos de ellos porque algún día lo podremos necesitar, y de la misma manera como esos objetos que arrojas en ese cuarto se echan a perder, se enmohecen y no te sirven para nada, esos malos sentimientos te enferman y marchitan el corazón, creando en el hogar una raíz de amargura que puede extenderse a todos los integrantes. He. 12:15. III.- LIMPIEZA PROFUNDA. Cuando es detectado el problema, es necesario arrancarlo de raíz, una vez que hemos analizado lo que estamos hospedando en nuestro corazón, necesitamos hacer una limpieza profunda, es decir dejar en el olvido todo aquello que nos lastimó, eso es basura, es verdad que como seres humanos no podemos olvidar del todo, pero Dios nos ha dado la capacidad de perdonar y si algún día recordamos, será sin dolor, lo pasado ya no nos lastima.
Pero no podemos dejar un corazón vacío, necesitamos llenarlo para que de él brote la vida en nuestro hogar, pero ¿De que manera? “Con sabiduría se construye la casa, con inteligencia se echan los cimientos, con buen juicio se llenan los cuartos de bellos y extraordinarios tesoros”. Pr. 24:3-49. Indiscutiblemente necesitamos de la mano de Dios para que limpie nuestro corazón y darle el cuidado correcto, y podamos hacer de él un verdadero cofre que contenga tesoros reales que tienen un costo incalculable. ¿CUALES SON ESOS VERDADEROS TESOROS? • • • • • • • • •
El amor. El respeto. La comunicación. La confianza. Las caricias. Las palabras de aliento. Los momentos que han pasado juntos (los que los hicieron reír y también llorar, pero juntos). El reconocer las virtudes de cada integrante de la familia. Perdonar los errores una y otra vez, etc.
La rutina diaria en ocasiones no nos permite ver que hay muchas cosas bellas dentro de nuestro corazón para darle a nuestra familia, son esas cosas las que realmente debemos guardar como un tesoro, para que de esa manera fluya la vida en nuestro hogar, y a su vez este tesoro trascienda de generación en generación. REFLEXIÓN. El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó, no significa darle la razón a alguien que te lastimó, significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causaron dolor o enojo. El perdón rompe las cadenas y te hace verdaderamente libre. “perdonar es el valor de los valientes, solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar” CONCLUSIÓN. El centro del ser humano es el corazón, el centro de la sociedad es la familia, podemos decir entonces que el corazón de la sociedad es la familia y el enemigo quiere dividirlas para terminar con la obra perfecta que Dios diseñó, hagamos un chequeo minucioso de lo que estamos acumulando en nuestro corazón, para deshacernos de lo que no sirve y conservar aquello que de verdad dará vida a nuestro hogar.