Pablo Ruiz Picasso por Raquel Ita Udelsman.
un objeto desde un único punto de vista. Siempre siguió los concejos de Cêzanne en considerar a la naturaleza. Después de la Primera Guerra Mundial, tuvo un período de vuelta a la figuración. Pinta figuras macizas, estatuas y algo del nuevo estilo surrealista. “Las Señoritas D´Avignon”
Nació el 25 de octubre de 1881 en Málaga, España. Desde temprana edad, el arte estuvo presente en su hogar. Su padre era artista pero como pintor, fracasó. Pablo mostró una fuerte vocación y talento para los pinceles. El jamás dudó en alcanzar el éxito que no conoció su padre. Fue a estudiar a Barcelona y a los 15 años asombró a sus maestros con su técnica. También concurrió a la academia de Madrid. Al regresar a Barcelona, instala su estudio y trata con los pintores modernistas. En 1900 viaja a París. Los ambientes marginales le sirvieron de inspiración, visitando burdeles y los bajos fondos. Comienza a usar el color azul desde 1901-04 y el color rosa de 1904 al 1906. Esos colores predominaron en sus pinturas. También se nota la etapa del negro. En esto, hay influencia del fauvismo y el conocimiento de la obra de Cêzanne. Los dos elementos esenciales para una modalidad pictórica de forma simplificada y de gran emotividad. Con su obra “Las Señoritas D´Avignon” hay figuras femeninas con rostros y cuerpos deformados y posiciones anatómicas inusitadas. Esto confirma sus palabras “Yo pinto los objetos tal como los pienso y no como los veo”. Con forma de triángulos, conos y figuras geométricas basa la evolución al cubismo, representar una escena o
Tuvo una agitada vida amorosa. Siempre necesitó muestras de afecto. El amor era una fuerte inspiración. En sus obras se reflejan sus relaciones con sus esposas. Cada nuevo amor era una nueva línea de experimentación. Las consideraba sus musas. Un retrato muy valioso fue el de Olga, la bailarina rusa y el de Jacqueline. Su gran pasión fueron los toros, el enfrentamiento del hombre y el animal. La figura del Minotauro simboliza la contradicción interna de Picasso. Era creativo y a la vez, destructor. “Para mí, un cuadro es una suma de destrucciones, primero lo hago, luego lo destruyo”. Cuando se habla de Vanguardia, el nombre de Picasso siempre estuvo en primera plana. Cualquier cosa que pasaba por su cabeza, se convertía en obra artística. Uno de sus grandes cuadros “Guernica” (1937) representa una cornada alegórica a la oscuridad y brutalidad. Se convirtió en el símbolo del arte al servicio de la denuncia social. Respecto a la crítica, no era tolerada por su carácter. Opinó que “Todos quieren comprender la pintura, ¿Por qué no tratan de comprender el canto de los pájaros?. “Los cuadros viven sólo para quienes los miran”. Su gran talento lo convirtió en el artista más popular del siglo XX. Demostró la fecundidad de su genio con más de 20.000 obras, fruto de siete décadas de inspiración. Falleció en Francia en 1973.