Sal y Luz Hoja de reflexión para compartir el compromiso laical
AÑO I – NÚMERO 1 - AGOSTO 2009
PRIMEROS PASOS.
Desde el camino…
Este es el primer número de Sal y Luz. Esta publicación que con mucho entusiasmo iniciamos los Laicos Sagrados Corazones, quiere llegar hasta ustedes para compartir vivencias, reflexiones e iniciativas vinculadas a esta misión que creemos fundamental en la vida cristiana del laico: seguir a Jesús desde la vida cotidiana. La nuestra es una publicación que pretende lo que dice el titular principal: ser sal y luz dentro de nuestro compromiso laical. No pretendemos dar normativas de la vida y organización laical, buscamos más bien generar un espacio de encuentro de nuestras experiencias que a la vez que anime nuestro día a día, sea capaz de movernos a reflexionar e ir elaborando una manera de ser laico viviendo en el mundo y desde el corazón de la Iglesia. Es por ello que les pedimos que esta hoja sea siempre leída en el contexto de una reunión comunitaria o de equipo, comentando su contenido a cada paso. Las secciones de nuestro medio son tan sólo tres, pues no pretendemos abarcar muchos temas: la primera, Desde el camino, es una sección dedicada a presentar desde la coyuntura, alguna opinión y retos que vemos desde nuestras comunidades y proyectos personales, y relacionar esta realidad con el tema que nos convoca en el número. La segunda sección Sobre la mesa, es una sección dedicada a la reflexión teológica y bíblica de nuestra realidad laical. Intentaremos mantener un ritmo de reflexión y de compartir que alimente lo que ya se viene dando en nuestras comunidades y grupos. Finalmente, nuestra sección Para volvernos a ver, que es básicamente una agenda de lugares de encuentro diverso (Internet, encuentros de pastoral, reuniones de comunidades, recursos de los medios de comunicación, actividades culturales, etc.) que nos pueden ser útiles y, por qué no, propiciar un encuentro fraterno.
Estaremos siempre abiertos a los aportes y sugerencias de todos los que hagan suyo este proyecto. Los invitamos a difundir y a comentar este nuevo recurso que esperamos haga mucho bien, y sazone y motive –como la sal- los diálogos comunitarios para clarificarnos a todos nuestra misión común. Que brille –como la luz-- en nuestros corazones para comunicar el Amor de Dios en nuestras realidades cotidianas. Nuestro email para compartir tu opinión, tus sugerencias y aportes:
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Sobre la mesa… HACIA UN PERFIL DEL LAICO. Lo vivido en todos los grupos y experiencias eclesiales -sobre todo en América Latina- nos habla de la necesidad de consolidar la opción de vida laical como un derrotero de compromiso cristiano auténtico, con la potencialidad de enriquecer la comunión y la misión en nuestra Iglesia. Para ello, muchas personas y grupos han desarrollado ya experiencias pastorales en donde este tema ha venido dando frutos muy valiosos. Sin embargo, podemos decir que al tiempo que se dan estos avances, se mantienen también ciertos prejuicios que impiden un mayor desarrollo de este camino. Desde este sencillo espacio creemos que los seglares que hoy estamos construyendo este testimonio cotidiano requerimos de un esfuerzo adicional para consolidar esta experiencia. Necesitamos juntar nuestros esfuerzos por levantar un paradigma de Iglesia que coloque al seglar –más conocido como laico- dentro de una perspectiva de comunión y corresponsabilidad en la misión. Para ello vemos también necesario darle a esta opción de vida cristiana (la del laico) una identidad desde la cual sea posible compartir la responsabilidad de anunciar el Evangelio y construir verdadera comunión. Los textos bíblicos nos dan fe de ello. Nuestra perspectiva de identidad no es más que la de reconocernos en el encuentro de Jesucristo con este conjunto de personajes simpáticos y anecdóticos que lo reconocen, escuchan su anuncio y entran en diálogo con él desde su propia circunstancia personal. El encuentro con el Mesías, más que desarrollar una militancia radical con la comunidad del Salvador, provoca un retorno al mundo desde donde se desarrolló este encuentro. Así, la marca del Evangelio recibido es que convierte una realidad cotidiana en otra distinta, en la que la historia de los sencillos genera un susurro que pronto se convierte en un nuevo sentido: el anuncio de la nueva realidad del Reino de Dios. La suegra de Pedro, que vuelve al servicio del Mesías sin mucho discurso; el centurión, que reconoce que su nivel de autoridad y ejercicio del poder no es capaz de discutir con un poder mayor que abarca no sólo la vida sino también la eternidad; el hombre anónimo desde el gentío, que atraviesa la muchedumbre con su pedido de renovación de la salud, sabiendo bien que éste pasa por la renovación de su propia fe; la mujer cananea que, superando el paradigma de lo sagrado y lo profano, construye un puente con sus palabras en un diálogo ecuménico que no tiene otro fin que el de abrirse un camino hacia la Vida; éstas son las personas que nos refieren a un compromiso con una identidad laical integral, relacionada de cerca con lo que tenemos que asumir: nuestra propia realidad, nuestra propia vida. Tenemos que luchar para ello con nuestros falsos ideales, aquellas imágenes que nos han confundido por años dentro de nuestro caminar como Iglesia: dejar de ser los traficantes de lo sagrado, dejar de convertirnos en pseudo sacerdotes; dejar de alienarnos olvidando que el principal deber de nuestro compromiso tiene que ver con lo que construimos o dejamos de construir cada día; dejar de sembrar la división y traficar con el Evangelio haciéndolo un producto exclusivo, cuando pertenece a todo hombre y mujer que quiera acercarse al Señor con un corazón sincero. Éstos son algunos de los problemas que siempre nos han perseguido en el compromiso y nos han alejado de la posibilidad de convertirnos en un camino de realización y de felicidad plena.
Revisemos nuestras actitudes y nuestro caminar como comunidades y como personas. Veamos qué estamos haciendo y qué nos estamos perdiendo de hacer por amor al Evangelio; veamos cómo podemos cambiar las situaciones que nos afectan más de cerca y ordenarlas según el Plan de Dios. Esta tarea es más que urgente, puesto que no está en juego solamente nuestra vida de setentitantos años, sino el destino de nuestra Iglesia y de nuestro pueblo. Que el Espíritu Santo nos ayude a ver entre la bruma, aclare sobretodo nuestras mentes y lleve nuestros pasos por el camino de la Vida.
Para volvernos a ver… CIUDAD REDONDA. Dentro del conjunto de páginas web de Iglesia, queremos comenzar nuestros comentarios con una que, producida por los Laicos Claretianos, es un espacio muy importante de reflexión y compartir. En esta página puedes encontrar servicios muy originales como el Evangelio Seglar, que es el comentario del Evangelio de cada domingo desde una perspectiva seglar. Diversas personas comparten su reflexión a partir de la lectura del Evangelio y nos entregan cada semana la mejor agua de su propio pozo. No dejen de visitarla, la dirección es http://www.ciudadredonda.org Rama Secular de los Sagrados Corazones – Sector Perú