Voz Femenina & Testimonio Por Mdelgado

  • November 2019
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UNIVERSIDAD ANDINA SIMÓN BOLÍVAR – Sede Ecuador Maestría en Estudios de la Cultura Historia Memoria e Identidad Guillermo Bustos Mónica Delgado 27 de Marzo de 2008 Ensayo La construcción de la voz femenina en el testimonio de Rigoberta Menchú Este ensayo es un esfuerzo por articular diferentes ideas y postulados teóricos que permitan responder a la pregunta: ¿cómo se construye la voz femenina en el testimonio oral y cuáles pueden llegar a ser las implicaciones colectivas resultado de éste testimonio? Para esto tomaré como objeto de análisis el texto de Elizabeth Burgos sobre el testimonio de Rigoberta Menchú. El campo de éste trabajo se orienta hacia la construcción de la voz del sujeto en el testimonio oral y el ejercicio de la memoria implícito en la formación de los procesos sociales. En un primer momento de éste ensayo situaré la categoría de género desde la obra de Teresita De Barberi, haciendo una descripción de los componentes de la categoría género, relacionándola con los principales postulados sobre el tema de la memoria desde autores como: Halbwachs, Jelin y Ricoeur. Finalmente expondré a modo de conclusiones la presencia del género en el testimonio de Rigoberta Menchú exponiendo brevemente la crítica que otros autores han realizado sobre su testimonio. Reconociendo que la subjetividad está presente en el autor de cualquier obra debo reconocer la mía y mi interés por trabajar el tema del género y la mujer como una suerte de espejos de auto-reconocimiento y reflexión sobre mis propias experiencias. 1. El género y la memoria La categoría de género implica sujetos, lugares y contextos históricos, diferentes formas de ver y entender las relaciones sociales en las comunidades. Teresita De Barberi, expone ampliamente la evolución de lo

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que hoy entendemos como la categoría de género partiendo de las ideas de los movimientos feministas que surgieron en los años 60`s, como un esfuerzo por comprender y explicar la condición de subordinación de las mujeres. Uno de los aspectos básicos para el desarrollo de estos movimientos fue el énfasis por ampliar la noción clásica entre naturaleza - cultura y el determinismo biológico, con el fin de comprender que los comportamientos sociales van más allá de las diferencias biológicas y que a la vez son una construcción social que contiene más elementos: El desarrollo de los estudios académicos sobre las mujeres llegó a la conclusión de generar conocimientos sobre las condiciones de la vida de las mujeres, la sociedad, y la cultura, hacerlas visibles en la historia, en la nación y en la vida cotidiana.1

La autora menciona que han sido dos posturas diferentes las que han dirigido la investigación sobre mujeres. La primera sitúa a la mujer como objeto de estudio, categoría sobre la cual es posible generar, acumular, revisar información sobre trabajo, creación y cultura producida por mujeres. Dentro de ésta línea de comprensión se consideran los aspectos de la subordinación como producto de determinadas formas de organización y funcionamiento de las sociedades, así como los niveles, ámbitos y tiempos de las relaciones: mujer – varón, mujer-mujer, varón- varón. El segundo señala que la sociedad es la generadora de la subordinación de las mujeres. A partir de estos postulados es posible definir la categoría de género, como hace referencia la autora: Género es “El conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana y en el que se satisfacen esas necesidades humanas transformadas”. (De Barberi, 1992:114) Entender la categoría de género desde ésta perspectiva permite distinguir formas diversas en períodos históricos diferentes y como utopía 1

Teresita, De Barberi, Sobre la categoría género, Una introducción teórico-metodológica, en: Fin de Siglo: Género y Cambio Civilizatorio, Ediciones de las mujeres No. 17, ISIS Internacional, Santiago de Chile, 1992. pp.113.

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pensar la liberación de las mujeres desde otras maneras distintas de organización social. Es conveniente entender que la palabra género no puede sustituir a la palabra mujeres, lo cual ha sido un error recurrente en la literatura cuando en realidad son estudios de historias de mujeres, porque la categoría género implica el reconocimiento tanto de hombres y mujeres. En relación a la condición de las mujeres, existen tres perspectivas y orientaciones teóricas: La primera son las relaciones sociales de sexo (privilegian la división social del trabajo como núcleo motor de la desigualdad), tienen implícitas la inserción femenina en el trabajo y la participación sindical. Otra perspectiva considera los sistemas de género como sistemas de poder, resultado de un conflicto social. La tercera perspectiva hace referencia a que los fenómenos sociales se definen por la relación que guardan entre sí. La perspectiva de género como conflicto permite analizar: los sistemas de parentesco, normas y formas de matrimonio, la filiación y la herencia, es decir las tramas de relaciones que orientan las lealtades y solidaridades más elementales entre las personas de sexos y generaciones distintas, incluyendo el tabú del incesto y las normas legales que reglamentan el relacionamiento intra e interfamiliar así como los conflictos y sus resoluciones en dichos ámbitos. Creo que éste marco es posible abordar el tema de la memoria. Halbwachs, sostiene que todos los recuerdos se inscriben dentro de marcos sociales como: la familia, religión, condición social, o a su vez con etapas de vida y eventos que marcaron un referente histórico, en éste caso también las relaciones de género. Sobre éstos marcos se construyen las memorias las que son una interpretación del pasado, son memorias individuales, colectivas e historiográficas. Aquí surge la pregunta que plantea el autor, ¿Cómo explicar la memoria?, considerando que éstas se desprenden de individuos y como su memoria es derivada de su cuerpo es necesario que haya algo fuera de su cuerpo, y en el individuo a la vez. Según Ricoeur, la memoria se caracteriza por ser un recuerdo fiable, es decir verdadero que se remite a las huellas que han quedado grabadas en

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el pasado. Sin embargo la veracidad de la misma está sujeta a otros elementos, como Jelin menciona: “Abordar la memoria involucra referirse a recuerdos y olvidos, narrativas y actos, silencios y gestos, hay también un juego de saberes, pero también de emociones. Y hay también huecos y fracturas” (Jelin, 2002:17). 2. El Testimonio de Rigoberta Menchú Una forma de abordar la memoria es a través del testimonio, el que se caracteriza por ser inspirador, generar confianza y remitirse a lo que pasó bajo la premisa de que el testimoniante puede decir yo estuve allí, y que por tanto necesita ser creído. En éste sentido una de las claves es descifrar como el género está presente en los testimonios sobre la base de los recuerdos memorables. Cabe mencionar que el objetivo principal del testimonio de Rigoberta Menchú es denunciar las injusticias cometidas hacia su pueblo, lo cual en gran medida se encuentra atravesado por sus experiencias de vida y los eventos históricos que se convierten en marcos sociales. Rigoberta Menchú, en su testimonio asume una voz colectiva, que desde su perspectiva representa todo lo aprendido y vivido por su gente: Mi situación personal engloba toda la realidad de un pueblo. Ella sitúa lugares, describe paisajes, cuenta la vida de sus padres y familia, las condiciones de trabajo y la pobreza de su pueblo. A lo largo de su relato es posible distinguir elementos transversales como la religión, la vida en comunidad, las tradiciones del pueblo, entre otros que constituyen partes importantes y que son abordados en ciertos momentos de manera muy emotiva. En éste punto es clave reconocer al sujeto testimoniante, ¿Quién es ella?, ¿es ella sola o es un colectivo?, ¿qué cosas recuerda y que olvida?,. En éste punto resulta interesante abordar lo que la crítica a su testimonio ha resaltado, y es como Rigoberta, omite hechos relacionados con su formación religiosa, así como las situación de alcoholismo de su padre, aquí claramente se puede leer que cosas ella desea recordar y cuáles no. El tema de la religión es importante dentro de su testimonio, la expresión y cosmovisión de la fe como lo que ella llama ir acomodando la doctrina a las

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creencias religiosas de su comunidad: “Aceptar la religión católica no era no aceptar una condición o abandonar nuestra cultura, sino que era como otro medio (…) esa es nuestra concepción indígena”2 . De la misma forma el nacimiento es un hecho importante para toda la comunidad, como un signo de integración, valoración y responsabilidades mutuas, aunque existen rasgos dentro de éstas prácticas culturales que en apariencia podrían denotar una clara distinción de género: Cuando es un niño el que nace, se tiene una celebración especial, no es porque sea hombre, sino por lo duro que es su trabajo, por toda la responsabilidad que el hombre tiene que tener como hombre, (…). Ahora para nosotros no es tanto que el machismo no exista, pero no es un elemento dificultoso en la comunidad ya que de hecho vamos a tomar en cuenta las costumbres.3

Resulta determinante el hecho de que Rigoberta, superpone la importancia de las costumbres de su pueblo por encima de cualquier situación externa que implique un riesgo, como una suerte de defensa. De ahí que la fortaleza de las tradiciones orales de su comunidad son una base sólida en todo su relato, por ejemplo en ciertos eventos memorables como la ceremonia de los 10 años que se realiza a los niños de la comunidad, los consejos de la madre como compañera de vida para los hijos, junto con las ceremonias de matrimonio, entre otras tradiciones. De ahí que ella misma menciona el hecho de que sus abuelos le han recomendado guardar los secretos de los antepasados. La propia experiencia de Rigoberta como trabajadora es otro elemento clave en su relato, su visión del valor del dinero, el trato a los trabajadores y la imposibilidad de superar la pobreza son temas recurrentes en su testimonio, así como la necesidad de superar el analfabetismo como único camino hacia un cambio de vida y como el principio de su lucha política.

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Elizabeth Burgos, (y Rigoberta Menchú), Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia, Siglo XXI, 1985, 1 edición. Pp. 106 3 Ibíd. P. 25

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Yo tenía muchas, ideas pero sabía que no podría llegar a decir todas mis ideas, yo deseaba un día poder leer o escribir o hablar el castellano (…) tal vez cuando uno lee sea diferente, (…) aprender a leer y escribir, como antecedentes para alejarse de la comunidad significa no tener el apoyo del padre.4

3. El género en el testimonio Como había mencionado anteriormente, abordar la categoría de género involucra tanto a hombres como a

mujeres y no puede reemplazar

solamente a la palabra mujer, sino que el género se debe entender en el marco de las relaciones sociales. Dentro del testimonio de Rigoberta Menchú, son evidentes las costumbres de su comunidad reflejadas a través de la marcada división del trabajo, la valoración del varón como fuerza laboral y su acceso a la vida política, por lo que la mujer en muchos momentos es simple espectadora de los acontecimientos, sin embargo es importante rescatar la tradición oral presente en los relatos de la madre de Rigoberta, quien era un testimonio vivo de lucha y participación política. Mi mamá decía que con su vida, con su testimonio vivo, trataba de decirles a las mujeres que tenían que participar como mujeres para cuando llegara la represión y cuando nos tocaría sufrir, no sólo sufrían los hombres. Las mujeres también tenían que participar como mujeres y las palabras de una madre decían que una evolución y un cambio sin la participación de las mujeres no sería un cambio y no habría victoria. 5

Rigoberta Menchú, asume una posición clara en relación a su lucha por la defensa de su pueblo y su renuncia al matrimonio. En éste punto se evidencia la importancia que dentro del género han asumido las mujeres a lo largo de la historia en su relación con la sociedad y su visibilización en la esfera pública, incluso a costa de su propia vida.

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Ibíd. pp.115 Ibíd., pp. 221

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Estaba clara de que yo estaba luchando por un pueblo y estaba luchando por los muchos niños que no tienen que comer, pero al mismo tiempo, pensaba que sería triste un revolucionario que no dejara una semilla, (…), yo soy humana y soy una mujer y no puedo decir que yo rechazo al matrimonio, pero mi tarea principal, pienso que es primero mi pueblo y después mi alegría personal.6

En éste testimonio el tema del patriarcado no puede ser interpretado de manera superficial ya que se debe considerar la cosmovisión indígena del mismo, para explicar esto cito a Teresita De Barberi: Hubo un período de la historia que fue patriarcal, pero ni siempre ni en todas las sociedades el patriarcado se expresó y se ejerció de la misma manera, otra cosa es el machismo, forma de organización social y de ejercicio del poder de dominación masculina, pero donde las mujeres existen como sujetos de algunos derechos y en la que tienen algunos espacios de autonomía, pero también mucha indefensión. Un buen objeto de estudio en América Latina, puesto que sabemos que no siempre se ejerce de la misma manera. (De Barberi, 1992:127)

Rigoberta lo explica considerando que al hombre se lo estima como algo distinto y se lo trata de manera privilegiada y prioritaria, “el trabajo de la casa se hace en primer lugar para los hombres, en segundo lugar porque es un estímulo especial que tenían también nuestros antepasados hacia el hombre, (…), lo que decía ella – la madre – era que ni el hombre, es culpable, ni la mujer es culpable del machismo, sino que el machismo es parte de toda la sociedad”. (Burgos, 1985:239,241). Durante el relato es posible leer la relación de la memoria y el género, ya que los recuerdos evocados involucran a múltiples actores en distintas condiciones de relación social. Sin embargo éste relato al igual que la

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Ibíd., pp. 249

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mayoría de testimonios orales, ha tenido fuertes críticas en cuanto a la veracidad y exactitud de los hechos y el tratamiento del lenguaje, calificándolo de escencialista y multiculturalista, sobre lo cual creo se debe distinguir el “lugar” desde el cual se habla y no sólo el contenido de los hechos narrados. Marc Zinmerman7, en su trabajo sobre el testimonio de Ignacio Bizarro Ujpan y la resistencia indígena en Guatemala, toca aspectos de las fuerzas populares emergentes, las relaciones de los indígenas con el ejército, la importancia de la religión católica, que no es abordada con profundidad en el testimonio de Rigoberta, es decir ella escogió que contar. Por otro lado los elementos presentes en el texto de Ignacio nos ayudan a entender mejor a un pueblo diferente en una situación diferente como la situación familiar y comunitaria, el orgullo del trabajo y la cultura, a la vez la pobreza, la dependencia de la bebida en tiempos de depresión, etc. Los lugares de enunciación son diferentes: Rigoberta en un momento determinado habla como trabajadora e Ignacio como caporal, según el autor, Rigoberta puede representar la conciencia potencial de los indígenas guatemaltecos, pero Ignacio puede representar la conciencia ideal. Finalmente quisiera concluir señalando que el género esta presente en el testimonio como un recurso configurativo que permite leer de manera más amplia las relaciones sociales y otorgarles mayor validación al accionar tanto de hombres como de mujeres. Esta construcción de la memoria es crucial para la comprensión de los procesos sociales y políticos interraciales, inter-género y más concretamente las relaciones varón –mujer, varón- varón y mujer-mujer entre personas de razas, étnias y culturas distintas, pero tampoco se puede descalificar lo que no sea estrictamente verídico o descalificarlo porque venga de una mujer.

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Marc, Zimmerman, El otro de Rigoberta: Los testimonios de Ignacio Bizarro Ujpan y la Resistencia Indígena en Guatemala, en: La Voz del Otro: Testimonio, Subalternidad y Verdad Narrativa, Guatemala, Universidad Landivar, 2002.

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BIBLIOGRAFÍA ™ DE BARBIERI, Teresita, Sobre la categoría género, Una introducción teórico-metodológica, en Fin de Siglo: Género y Cambio Civilizatorio, Ediciones de las mujeres No. 17, ISIS Internacional, Santiago de Chile, 1992. ™ BEVERLY John y Hugo Achúgar, La voz del otro, Guatemala, Universidad Rafael Landivar, 2002 ™ BURGOS, Elizabeth (y Rigoberta Menchú), Me llamo Rigoberto Menchú y así me nació la conciencia, Siglo XXI, 1985, 1 edición. ™ JELIN, Elizabeth, Los trabajos de la memoria, Madrid, Siglo Veintiuno, 2002. ™ RICOEUR, Paul “Definición de la memoria desde un punto de vista filosófico” en Varios, ¿Por qué recordar?, Barcelona, Granica, 2002. ™ ZIMMERMAN, Marc, El otro de Rigoberta: Los testimonios de Ignacio Bizarro Ujpan y la Resistencia Indígena en Guatemala, en: La Voz del Otro: Testimonio, Subalternidad y Verdad Narrativa, Guatemala, Universidad Landivar, 2002.

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