Virtudes Cardinales Justicia, fortaleza, templanza, prudencia
Como primer acercamiento definamos la palabra virtud. Es una cualidad personal que se considera buena y correcta. Actuar con amabilidad y consideración por los sentimientos y pensamientos de otros, es hacer del mundo un lugar más agradable en el que estar con la actitud de comenzando por uno y ayudar sin entorpecerle trabajo o proyectos de otros. En definitiva, virtud es una propensión y facilidad para conocer y obrar el bien.
El fin supremo del hombre es la felicidad. Vivir bien, obrar bien es sinónimo de ser dichoso. El bien moral coincide con el bien completo de la persona en la medida exacta en que ese bien está en juego en la conducta humana y ha de ser realizado a través de ella. La perspectiva del bien de la persona como fin aparece necesariamente ligada a la esencia de la acción libre: querer es abrirse intencionalmente a un fin alcanzable o realizable y ese abrirse es auto referencial. plata, deudas, cuentas, cambios de dinero, etc.
Las virtudes cardinales son el principio y el fundamento de las demás virtudes.También llamadas virtudes morales, reciben ese nombre porque en latín “cardinal” significa cardinales cardo, gozne, el gozne de una puerta, es decir que todas las virtudes giran en torno a ellas. Las Virtudes cardinales, son hábitos que se adquieren con el ejercicio y la repetición y que la habilitan para la realización de una vida correcta y buena.
Vitudes cardinales
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PRUDENCIA
JUSTICIA
FORTALEZA
. Mediante estas virtudes nuestras facultades apetitivas se inclinan hacia lo conveniente y conforme al juicio de la razón. La repetición de los actos provoca la aparición de hábitos. Cuando estos hábitos predisponen al hombre adecuadamente para el cumplimiento del bien reciben el nombre de virtudes y en caso contrario de vicios.
. La moral llama a un trabajo ascético (se dice de la persona que se dedica la práctica y ejercicio de la perfección espiritual y lleva una vida modesta y sobria) sobre las pasiones, para dominarlas al juicio de la razón, de modo tal que ellas nos ayuden para la mejor consecución de nuestros fines.
Consiste en actuar con reflexión y precaución para evitar posibles daños, dispone la razón practica para discernir el bien y elegir los medios justos para realizarlos. Es el valor que nos ayuda con mayor conciencia frente a las situaciones ordinarias de la vida, nos ayuda a reflexionar y a considerarlos efectos que pueden producir nuestras palabras y acciones, teniendo como resultado un actuar correcto en cualquier circunstancia
Consiste en dar a cada uno lo que le corresponde. Para ello precisamente se necesita la guía de la prudencia. La justicia no existe sin la misericordia, la caridad o el amor. La justicia es principio fundamental de la existencia y coexistencia de los hombres, como asimismo de las comunidades humanas, de las sociedades y los pueblos. A lo largo de los siglos, la justicia ha ido teniendo definición según las distintas relaciones y aspectos. Todo ello es testimonio de cómo la justicia tiene una significación fundamental en el orden moral entre los hombres, en las relaciones sociales e internacionales.
La fortaleza en la filosofía griega se entiende como fuerza de ánimo frente a las adversidades de la vida, como desprecio del peligro. La virtud de la fortaleza consiste en tener el valor y la constancia para perseverar en una obra buena hasta el final, no importando los obstáculos soportando una mala situación con paciencia e inteligencia hasta el final sin derrumbarse. También incluye el valor en situaciones de peligro y la capacidad de tomar riesgos prudentes. Según la doctrina de Santo Tomás, la virtud de la fortaleza se encuentra en el hombre que está dispuesto a afrontar los peligros y dispuesto a soportar las adversidades por una causa justa, por la verdad, la justicia, etcétera. La virtud de la fortaleza requiere siempre una cierta superación de la debilidad humana y, sobre todo, del miedo.
TEMPLANZA
La virtud de la templanza es la virtud que nos capacita para controlar y canalizar correctamente nuestras tendencias. A esta virtud se la llama también sobriedad. La virtud de la templanza representa el término medio entre el desenfreno y la insensibilidad. Templanza se refiere más a la ética personal. Para unos, un comportamiento es conformarse a unas reglas, pero no sólo es esto. La ética es un dinamismo interno del sujeto. Es adecuarse a la recta ratio, no las reglas externas. La templanza no es meramente dominarse y moderarse, sino que es una discreción ordenadora en orden a la armonía y perfección del interior del hombre. Ordenar por la templanza no sólo significa suprimir, sino armonizar.