Violeta 7 | Besos Y Celos

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EDITORIAL Dedicamos este número a las glorias y a los infiernos del amor: a los besos y a los celos; porque añoramos una vida marcada por afectos exquisitos y rechazamos la violencia en todas sus formas.

Este número contiene artículos de contenido pero también de ficción pues dentro de ésta es más sencillo reflexionar temas tan sublimes como el amor y dolorosos como los celos.

En este séptimo número decidimos abordar el amor y el desamor porque encontramos que la vida es un diálogo entre lo que somos y lo que queremos ser. Porque aunque las mujeres asesinadas por sus parejas nos tumban al suelo, desde ahí somos capaces de reconocer que fuimos creadas para amar y ser amadas en la libertad.

Nos acompañan en esta edición autoras y autores que nos regalan su reflexión, su cuento o su poesía y a quienes, junto con los ilustradores, agradecemos por su talento y generosidad. Ximena Peredo Directora de la revista Violeta

ÍNDICE 2 CELOS VIOLENCIA

15 BESOS CUENTO

4 CELOS PSICOLOGÍA

16 BESOS Y CELOS POESÍA

6 BESOS AUTOESTIMA

18 CELOS VIOLENCIA

8 CELOS CUENTO

20 SANAS Y SALVAS SALUD

10 BESOS SEXOLOGÍA

22 TODAS Y TODOS SOCIEDAD

12 CELOS CUENTO

24 CELOS SONDEO

Celos y violencia Miguel Villegas

Planeación Jordi Rosquillas

Los celos: el lado oscuro del corazón Martha Flores El mito de la pareja pareja Irma A. Ochoa

Entre la gloria y el infierno Josefina Leroux Violencia en el noviazgo Esther de la Rosa

Cabeza de piedra Graciela Ríos

El sida en mujeres Sonia Borjas

Bésame, bésame mucho Belinda Hernández De los celos Héctor Alvarado

Mujeres indígenas Séverine Durin Celos, ¿amor o violencia? Juana María Nava

DIRECTORIO CONSEJO DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA Josefina Leroux Presidenta Ubaldo Ortiz Vicepresidente Blanca Laura U. de Rocha Celita Alamilla Eduardo Pérez Fernando Reyes Filiberto de la Garza Hilda Catalina Cruz Margarita Villasana Sandra Góngora CONSEJO EDITORIAL Alejandra Rangel Felipe de J. Rodríguez Vértiz Francisco Gómez Graciela Ríos Jorge Villegas Rosaura Barahona

JUNTA DE GOBIERNO

INSTITUTO ESTATAL DE LAS MUJERES

Lic. José Natividad González Parás Gobernador Constitucional del Estado Sra. Cristina Maiz de González Parás Invitada especial Lic. Rogelio Cerda Pérez Secretario General de Gobierno Gral. José Domingo Ramírez-Garrido Abreu Secretario de Seguridad Pública Lic. Luis Carlos Treviño Berchelmann Procurador General de Justicia

Lic. María Elena Chapa H. Presidenta Ejecutiva

Lic. Rubén Martínez Dondé Secretario de Finanzas y Tesorero General Profra. María Yolanda Blanco García Secretaria de Educación Dr. Gilberto Montiel Amoroso Secretario de Salud Lic. Eloy Cantú Segovia Secretario de Desarrollo Económico Lic. Alejandra Rangel Hinojosa Presidenta del Consejo de Desarrollo Social Profra. Gabriela del Carmen Calles González Directora General del Sistema DIF

Dra. María del Refugio Ávila Carmona Secretaria Ejecutiva Lic. Juana María Nava Castillo Coordinadora de Difusión e Imagen Ximena Peredo Dirección general Margarita Flores Coordinación de diseño Ilustraciones José Luis Arriaga Tapia y Carlos Cavazos Fotografía Sonia Borjas Violeta es una revista trimestral del Instituto Estatal de las Mujeres de Nuevo León. Es un espacio de libre expresión. Las opiniones aquí vertidas no reflejan necesariamente la postura de la institución. Certificado de Reserva de derechos al uso Exclusivo Número 04-2004072014370400-102. La correspondencia se recibe en Morelos 877 Ote.entre Dr. Coss y Diego de Montemayor, Barrio Antiguo, Centro, Monterrey, N.L. C.P.64000. Tels: 83-4577-71, 20-20-97-73 al 76. Lada 01800-503-77-60· E-mail: [email protected] Violeta se reserva los derechos de los artículos que publica. Pueden reproducirse siempre y cuando se cite el nombre de esta revista. Se aceptan colaboraciones.

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ASUNTO PÚBLICO VIOLENCIA

Celos y violencia - POR MIGUEL VILLEGAS

“Un azote en el alma que te empuja a correr. Un eclipse total de la razón. Una venda en los ojos que no te deja ver. Una mortaja negra en el corazón”. Joan Manuel Serrat Los celos son como el amor: muy difícil de definir. De manera contundente y precisa, Serrat recurre a la poesía para explicar lo que para muchas personas significan los celos: “locura total”. La “locura” a la que hacen referencia muchas personas que se ven atrapadas en una vivencia de celos tiene que ver con todas aquellas situaciones, pensamientos, sentimientos que experimentan de manera abrumadora y que no les permite vivir con tranquilidad y que muchas veces terminan en hechos extremos de violencia que erróneamente se les conoce como “crimen pasional”. A veces, dentro de esa “locura”, se dan cuenta de que están haciendo cosas que no encajan en una lógica. De repente se encuentran atrás de unos arbustos, agazapados para que nadie los vea, en espera de ver salir a su amada y comprobar que nadie se le acerca o a nadie le sonríe. Empiezan a revisar su agenda, su celular, contratar investigadores privados, acuden a que les lean las cartas para ver si su pareja les es infiel…

Siempre surgen las preguntas ¿se pueden controlar los celos?, ¿son normales?, si no hay celos ¿no hay amor? ¿cuándo surgen los celos?, interrogantes que en la vivencia de los celos se tornan muy dolorosos. En el grupo de hombres de Los Forkados, la temática de los celos y su relación con la violencia está en el 100 por ciento de los casos. En algún momento, o en todo momento, ha estado presente este binomio en su relación de pareja. Si bien, como todo afecto, los celos forman parte del repertorio afectivo de todas las personas, hombre o mujer, es muy significativo que en el caso de la expresión masculina de los celos emparejados con la violencia, ésta se vea “protegida” por un sostén cultural que a los hombres nos facilita utilizar los celos como un medio de control sobre la pareja. Es por eso que en este artículo, se hace referencia a los celos manifestados por los hombres ya que en el caso de la violencia masculina, da a lugar el cuestionamiento de que si los celos pueden ubicarse más que como signo o muestra de amor, ya que representan un síntoma de violencia contra la pareja. Los celos surgen cuando entra a escena “un tercero imaginario”, es decir, cuando se hace una interpretación personal de los hechos.

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ASUNTO PÚBLICO VIOLENCIA

Viven inmersos en un río de preguntas que los desgastan: “Claro, como él si es exitoso”. “Todo el mundo se ríe de mí, todos los saben, menos yo”. “¿Cómo pudo haberme mentido?”. “¿Cómo pude ser tan confiado?”. “Estoy solo en el mundo, nadie me ama y yo he dado todo”. Son inagotables las historias que hablan de la búsqueda de pruebas concretas que “den fe” y justificación de los celos y la violencia: necesidad de checar todos los movimientos de ella, prohibirle visitar o hablarle a familiares, amistades, amigos o amigas, prohibirle que salga a trabajar, prohibirle o cuestionarle que salga sola, prohibirle que vaya al médico, que utilice determinada ropa que a opinión del celoso, es provocativa. O aquellas historias en las que el celoso, mientras duerme, sueña que su pareja le es infiel y al despertar y verla a ella, la empieza a agredir como si su sueño fuera una comprobación de la infidelidad de ella. En el mundo del celoso, hasta unos segundos en los que su pareja sale de su espacio visual, representan una agonía impresionante, hay hombres que argumentan: “En un segundo ella puede hacer muchas cosas con otro”. Cabe señalar que en muchos de los casos donde se conjugan los celos y la violencia, lo que el celoso reclama es lo que él hace o lo que imagina que hace y le sirve como “cortina de humo” para evitar que ella se entere o le reclame algo. Además, le sirve al celoso para ocultar un mundo de miedos masculinos.

Hay un peculiar confusión cuando el celoso manifiesta: “mis celos son justificados, yo si la he visto a ella con otro, es más la he visto besarse con él”. Aquí el punto es que una cosa son los celos y otra la infidelidad, hay que recordar que los celos tienen que ver con lo que se imagina, no con hechos concretos. Los sentimientos que los hombres que acuden a Forkados manifiestan experimentar en primer momento asociados a los celos son: rabia, ira, envidia, coraje. Se les complica hablar inicialmente del dolor, tristeza, soledad, miedo, pena, que viven junto con los celos. Se pierde la dimensión y no se alcanza a ver que los celos pueden ser una demostración de afecto cuando no se asocian a la violencia. Los celos pueden hacernos reflexionar sobre nuestra relación de pareja e incluso sobre uno mismo, es decir, al sentir celos es posible preguntarnos: ¿Qué me revela esta experiencia de mí mismo, o de mi relación? Incluso los celos nos pueden enseñar a tomar en cuenta seriamente el amor de la pareja y tener claro el compromiso que se tiene con ella o definir la relación. Al conjugar los celos con la violencia, se pierde la dimensión de que una cosa es sentir celos y otra muy diferente es querer controlar a la pareja. A la persona celosa se le complica aceptar que su pareja es libre… de estar a su lado. El autor es psicólogo y director de Los Forkados, A.C.

-ILUSTRACIONES: CARLOS CAVAZOS

Los celos no tienen justificación en lo real, la imaginación tiene un papel fundamental en la vivencia de los celos, por eso es que el celoso de todo desconfía y todo vigila ya que siente amenazada su relación, independientemente de la calidad de la misma, es decir, no es tanto la relación sino lo que representa para él ya sea no estar solo, un estatus económico, tener una persona a quien controlar, etcétera.

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CELOS PSICOLOGÍA

Los celos:

el lado oscuro del corazón desconfianza, las obsesiones, la intriga, la cólera y la hostilidad; es solamente cuando dificultan la convivencia y entorpecen las relaciones que se les cataloga a los celos como enfermizos o patológicos. Para la psicología evolutiva los celos tienen una función particular, dado que promoverían la constitución de relaciones monogámicas y basadas en la fidelidad. Con estos se garantizaría la permanencia con la pareja, con la consiguiente repercusión en la crianza de los hijos.

- POR MARTHA FLORES CAVAZOS

Los celos definidos como “los sentimientos que acompañan al temor de perder a la persona amada, en beneficio de un rival real o imaginario…”, han sido una emoción profunda y universal plasmada en todo tipo de manifestación de las artes y que remite al ser humano desde sus orígenes. Descritos tanto como una emoción dentro del desarrollo normal, o como una problemática profunda, esta dualidad sembrada a lo largo de la historia tiene que ver con la gama de tonalidades e intensidades en las manifestaciones que acompañan a los celos, que pueden ser diferentes si son descritas dentro del ámbito personal o relacional como emociones, sentimientos, pensamientos y acciones que van desde la tristeza, congoja, ansiedad, impotencia, abandono, resentimiento y temor, a manifestaciones más dolorosas como el enojo, la rabia, el dolor, la humillación, la necesidad de poseer, la

En general los diferentes abordajes psicológicos se refieren a los celos como un rezago en la madurez afectiva de los individuos, que tienen su origen temprano en el desarrollo humano cuando en el vínculo estrecho con la madre, fuente de seguridad y amor, esta relación exclusiva deja de ser dual al introducir a un tercero, llámese padre, o cualquier otra sustitución, conformándose una relación triangular y surgiendo así la necesidad de recuperar el objeto perdido y de excluir al rival. Cuando no se han logrado crear estrategias funcionales ante ese “alejamiento” de la madre, ese “vacío” se proyectará a las relaciones actuales. Los celos son de tres involucrados, a diferencia de la envidia donde son dos en juego. La existencia de un tercero real o imaginario se convierte en el centro del pensamiento del que cela. Así, hombres y mujeres están involucrados en sentir celos, con algunas especificidades que los diferencian y que tienen que ver con los procesos socioculturales de su desarrollo:

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CELOS PSICOLOGÍA

Los celos como una característica constitucional del hombre; los celos como una manifestación del amor hacia las mujeres. Los hombres se ven más afectados ante un supuesto rival sobre todo ante la duda de que su pareja pueda tener relaciones sexuales con otro –“infidelidad sexual”–. Para las mujeres los celos tienen que ver más con la supuesta “infidelidad emocional” que se traduce en brindar tiempo, atención, reconocimiento o recursos a otra persona sin que necesariamente exista una relación sexual de por medio. Para muchos hombres la cuestión de controlar los aspectos físicos y emocionales de la pareja se convierte en su obsesión, de tal manera que comienza a comunicar mensajes dirigidos a restringir cuestiones como atuendo, personas con las que interactúa y toda actividad que considere amenazante; para las mujeres puede significar la diferencia entre salud y enfermedad física o emocional, donde no es raro encontrar diversas enfermedades psicosomáticas o problemas emocionales como la depresión y los trastornos ansiosos.

incondicional y exclusiva. Por supuesto es importante considerar los antecedentes de experiencias familiares en relación a los celos, así como la propia experiencia individual. Algunas recomendaciones para la persona celosa: Dialoga con tu pareja; entiende que tu pareja también necesita su espacio personal; reflexiona sobre lo que sientes de la manera más racional posible; comunica lo que sientes. Piensa antes de actuar; controla la emoción a la hora de aclarar, porque la confianza es uno de los principales ingredientes del amor. La autora es médica psiquiatra, coordinadora del Equipo Interinstitucional contra la Violencia Familiar.

Los hombres tienden a incluir más veces en la manifestación de los celos los actos violentos, existiendo una relación importante en la presencia de celos en los homicidios de mujeres por su pareja o ex-pareja; las mujeres son más dadas a buscar llamar la atención a través de tácticas para verse mejor o más atractivas. Para los hombres es importante dejar claros sus “derechos”, sobre todo de posesión; las mujeres tratan de asegurar el compromiso y los recursos de su pareja para con ellas y sus hijos.

En general, el perfil de la persona celosa incluye elementos como la baja autoestima, la inseguridad y la desconfianza, necesidades altas de aprobación y reconocimiento externos, demanda de ser amado de una manera

-ILUSTRACIONES: CARLOS CAVAZOS

Las mujeres manifiestan más sentir tristeza e ideas de abandono; los hombres manifiestan sentir más rabia y coraje. La humillación es compartida.

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BESOS AUTOESTIMA

El demito la pareja-pareja

- POR IRMA ALMA OCHOA TREVIÑO

Pareja es una palabra que viene del latín y significa igual o semejante. Término que se aplica también al conjunto de personas que cuentan entre sí con características parecidas y afinidades que les motiva a compartir su vida. El investigador Nelson Minello define a las parejas como la unión de dos personas, sean hetero u homosexuales, que conviven y cohabitan, en una relación de apoyo y crecimiento mutuo entre quienes puede mediar un contrato civil, o no. Por la extensión del texto abordaré el mito de las relaciones de pareja entre mujeres y hombres. Es importante destacar que culturalmente hay una tendencia generalizada a pensar sólo en las parejas integradas por un hombre y una mujer; no obstante, en su calidad de construcción social se apega a la máxima de Heráclito de que nada permanece igual, por consecuencia, es dinámica y propensa a sufrir cambios. Las parejas no presentan las mismas características en los países avanzados social, económica y políticamente, de los que apenas se encuentran en vías de desarrollo; como tampoco son iguales las reglas que norman la vida en sociedad en los albores de la humanidad a las que hoy nos rigen. Existen, además, diferencias en un mismo espacio y tiempo: de tipo social, étnico, económico, político, sexual y etario, entre otras más. No es lo mismo una pareja de jóvenes profesionistas citadinos a una pareja conformada por campesinos en edad madura

habitando en la zona rural; los fines, las funciones y las normas son diferentes. Y, de importancia nodal, la valoración social desigual para los integrantes de la pareja, debido, primordialmente por las funciones asignadas a unos y a otras. El espacio social de los hombres sustenta los mitos de la superación masculina, representan al grupo dominante y, su autoestima se desarrolla desde etapas tempranas y se reafirma conforme avanza el tiempo. Mientras tanto las mujeres están configuradas socialmente en ser seres para los otros, desarrollan el cuidado, la nutrición, la capacidad de compartir, la generosidad, el soporte emocional y la humildad, encubriendo una situación de subordinación. La individualidad o autonomía les provocan temor y baja autoestima porque su sentido de vida se sostiene al lograr la mirada y el reconocimiento de su pareja, en esta condición, enfocan sus energías en el cuidado y atención a los otros, descuidándose a sí mismas. Aunque pareja signifique par o paridad, no hay tal. El mito de pareja persiste a pesar de la jerarquización asimétrica y normas sociales desiguales aplicadas en forma diferenciada a mujeres y a hombres. El lazo de unión es, generalmente, la búsqueda de la felicidad mediante la vivencia del amor.

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BESOS AUTOESTIMA

La cultura está llena de mensajes de amor y desamor en las relaciones de pareja. Ser importante para alguien y que alguien lo sea para una, es parte central de lo que se conoce como amor, es aprender a ver el otro lado de la luna. Encontrar a ese alguien, vincularse, estrechar los lazos cada vez más y mantener la relación requiere dedicarle amor, tiempo y esfuerzo. Pero, ¿cómo dar lo que no se tiene?, ¿si no te amas a ti misma cómo puedes amar a los demás? El amor a sí misma pasa por el vivir conscientemente, aceptarse tal como es, ser responsable de sus actos, vivir con propósito y significado, confiar en la capacidad de pensar, de tener creatividad, de enfrentar los desafíos, de llegar a la meta, de tener éxito, de gozar del fruto del esfuerzo diario; de ser independiente y autónoma –darse poder a sí misma–; al serlo se fortalece la flexibilidad y la capacidad de aceptar los cambios, admitir y corregir los errores en pos del desarrollo personal y, en consecuencia, el encuentro de la felicidad.

Significa que cada miembro de la pareja aporte la gama de colores en que se refleja su persona: cualidades, virtudes, defectos, aptitudes, capacidades, habilidades. Cada quien tiene la responsabilidad de ser feliz por sí misma sin esperar a que el otro piense, actúe, decida o viva en función ajena. Significa no tener miedo a lo desconocido o a lo diferente, inconformarse con las injusticias, estar en contra de la sumisión y de la dependencia emocional y física. Significa hacerle frente a las vicisitudes de la vida en forma individual y llevar a la relación de pareja la paridad.

Bibliografía: • Branden, Nathaniel. Los seis pilares de la autoestima. Buenos Aires. Paidós. 2000. • Döring, María Teresa, La pareja o hasta que la muerte nos separe ¿un sueño imposible? Fontamara. Fontamara. México 2000. • Lagarde, Marcela, Cautiverios de las Mujeres: Madresposas, Monjas, Putas, Presas y Locas. Universidad Autónoma de México. Colección Postgrado. 1990.Velázquez, Susana, Violencias Cotidianas, violencia de Género. Escuchar, comprender, ayudar. Buenos Aires. Paidós, 2003.

La autora es trabajadora social e integrante de Niñez Siglo XXI, A.C.

-ILUSTRACIÓN: CARLOS CAVAZOS

El amor y el respeto por sí misma significa no tener miedo a lo desconocido o a lo nuevo, inconformarse con las injusticias, estar en contra de la sumisión y de la dependencia emocional y física. En pareja, ser autónoma e independiente implica no depositar en el otro la vida, las decisiones pequeñas o grandes, los fracasos o los éxitos.

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CELOS CUENTO

Cabeza de piedra - POR GRACIELA RÍOS

Entró Nicandro tambaleante por el zaguán de su casa. Dónde estás, desgraciada. Le gritaba a Juana mientras avanzaba en su búsqueda por el pasillo. Hedía. De cada poro de su cuerpo podría aspirarse los estragos de una noche más de juerga. Tabaco, sudor rancio, alcohol, pero más penetrante eran aún los olores a semen y a fluidos vaginales. -Dónde estás maldita-, gruñía. -Ya sabes cómo me gusta que me recibas cuando llego, animal. ¡Te quiero de rodillas y con el culo al aire! Juaaaaana-, gritaba desgañitándose. Ella, paralizada. Todavía le ardían en su cuerpo los residuos de las últimas golpizas. Además, desde que a él le había dado por usarla de maneras diferentes, defecaba con facilidad y se sentía sucia. -Ya te vi, cabeza de piedra, ¿por qué no me contestas?-. Se acercó a ella y agarrándola por los cabellos la arrastraba hacia su habitación. -Maldita puta cabeza de piedra-, le dijo mientras le asestó un trancazo en el rostro. -De plano tú no aprendes animal-. No tienes cerebro o ¿qué te pasa? -No te enojes Nico, te hice un pozolito que te va a caer muy bien. Además, tengo unos tamales con frijoles recién hechos.

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CELOS CUENTO

-Quién piensa en comer pendeja si lo que quiero es cogerte. Eres mi puta o qué, ¿ya se te olvidó?-. Juana cerró los ojos mientras se desvestía. Quiso respirar profundo para calmar el dolor que anticipaba, pero en cada aspiración percibía el hedor que estaba segura, era el mismo que en otras ocasiones le había provocado las ronchas sanguinolentas entre sus partes. Empezó a rezar. Repetía un Padre Nuestro una y otra vez, rogando que no se le reventaran las tripas en cada invasión, que el bambolineo que le chasqueaba los dientes terminara pronto, que se quedara dormido, dormido para siempre.

La autora es empresaria, psicóloga y editorialista.

-ILUSTRACIÓN: JOSE LUIS ARRIAGA

Al fin sucedió. Sobrevino la calma en medio de los estruendosos ronquidos de Nicandro. Juana lo veía con ojos de fuego tirado con la boca abierta y babeante. Sus labios no se movían y sin embargo, ella seguía oyendo sus ahogos y sus insultos. Se incorporó temblorosa para encaminarse rumbo al patio. “Que se quede dormido, dormido para siempre”, seguía rezando mientras elegía el peñasco más grande. Rodándolo hasta la orilla de su petate. Tomó los 40 kilos con sus manos, abrió en compás sus piernas sobre la cabeza de Nicanor y con la fuerza acumulada producto del coraje sentido en cada golpe, logró levantarlos muy por encima de su rostro. “Esta es la última vez que aspiro tus mierdas, maldito. ¿Quién es ahora el cabeza de piedra?”, pensó al esbozar una sonrisa mientras sus dedos se abrían extendiéndose hacia el cielo.

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BESOS SEXOLOGÍA

Bésame, - POR BELINDA HERNÁNDEZ

El primer beso no se puede olvidar. Lo esperas con ansia de saber qué se siente acariciar con tu boca la del ser que te atrae sea hombre o mujer. Imaginas la escena frente a un espejo: Él o ella te mira, se observan los labios y de repente todo se vuelve negro, tus ojos se cierran y sientes sus labios posarse en los tuyos mientras tu corazón palpita de emoción. Juegas y tu imaginación es tu mejor confidente, babeas el espejo y lo llenas de vaho hasta que escuchas a tu madre interrumpir tu amorío. Después escuchas que hay “besos de lengüita” y tu cara de asco no se te quita hasta que los pruebas y quedas fascinad@ de tan excitante experiencia. Con tu amante te envicia besarte por horas inventando a partir de ahí una serie de besos interminables, algunos socorridos por todas las parejas y otros patentados.

Así comienza una carrera de besos dulces, babosos, creativos y cachondos, los primeros siempre tiernos divertidos e ingenuos... Inicias con el “Beso de cuento de hada” besando a unos cuantos sapos hasta encontrar tu príncipe azul, hasta que después de tantas decepciones descubres el “beso de Shrek”, el beso de amor que te convierte en ogra. A partir de ahí más curtida en el arte de besar le das vuelo a la hilacha, mejor dicho al hilo de baba. El desenfreno te lleva a probar todo “ El cavernícola” con jalón de greña, “El dentista” que si no te apartas de tanta pasión hasta sin dientes te dejan, “La aspiradora” cuando barren con toda tu cara, “El mordelón” un beso suave pero que de repente te dan un mordisco en el labio inferior. De ahí las cosas se van poniendo más ardientes y experimentas besos más provocadores como “El

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BESOS SEXOLOGÍA

Pinocho” que después del beso va creciendo la nariz, bueno aunque a decir verdad lo que aumenta de tamaño por la excitación no es precisamente la nariz. Los besos a partir de ahí van subiendo de tono y de humedad. “El beso de pulpo” -durante el beso los tentáculos recorren todo tu cuerpo- explora hasta sin ropa, pasas a besos más íntimos y comprometedores, besos que no sólo recorren tus labios y cara sino todas y cada una de las comisuras de tu cuerpo.

El beso, es una caricia preliminar y fundamental para la excitación erótica. El beso francés es lo que conocemos como el beso de lengüita. Las dos leguas se entrelazan para juguetear una con la otra. Pero todo es un arte, no se trata de introducir la lengua y ya, es un contacto erótico, en donde los amantes pueden expresarse libremente con el o la otra, decirse con el contacto cálido hasta dónde quieren llegar, qué desean hacer y cuánto son capaces de hacer con su lengua no sólo en la boca sino en otras zonas del cuerpo.

bésame mucho Ahora haremos una parada para explicar uno de los besos más famosos, El francés, ya en otra ocasión nos ocuparemos del de telenovela que es sólo de mentira y sin pasión pero que también es muy socorrido... El beso francés Si un beso tiene fama es El francés ¿en qué consiste? En principio, dicen las malas lenguas o mejor dicho las buenas lenguas que los y las francesas son buenos amantes.

Como puedes darte cuenta la diversidad de besos es enorme y cada quien puede inventar los propios, todo va e la mano de la imaginación para crear sensaciones excitantes, así es que pon a practicar tus labios y a volar tu imaginación con la seguridad que pasarás momentos placenteros.

La autora es educadora sexual y editora del portal www.sexualidadonline.com

-ILUSTRACIONES: CARLOS CAVAZOS

Gracias ese título se ha creado un beso universal, el beso francés que hace honor a Francia.

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CELOS CUENTO

Pobre, pálida, mísera forma que persigo en la tormenta; lágrimas de hierro y quejidos de plomo me ciñen la doliente cabeza. William Blake - POR HÉCTOR ALVARADO

Todo se inicia con una aparente futilidad: Juan llega del trabajo y hay una carta en el buzón. Está dirigida a S; así nada más. La esposa de Juan se llama Socorro. Antes de leer con cuidado la dirección, busca el remitente: De quien ya sabes. Entonces Juan ya no sigue adelante, no puede ver que en realidad la carta debió entregarse en el sector 12 de la colonia, y no en el 13, donde él vive, debido a que el cartero resultó supersticioso y qué mas da, una carta se pierde aquí y en China.

Las púas de la incertidumbre levantan pequeñas ampollas que se hinchan conforme Juan busca a su mujer en la cocina, el patio, la recámara y el baño. No está en casa. Obvio, de otro modo hubiera recogido la misiva. Tenían dos años de casados y hasta ese día Juan nunca abrigó siquiera la mínima sombra de desconfianza; no, señor. Socorro era una mujer especial, comunicóloga de profesión, inteligente, y si algo había recibido de ella era precisamente comunicación. Es más, para Juan no era secreto que ella mantenía el equilibrio de la pareja gracias a la paciencia y el don de Socorro para analizar los

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CELOS CUENTO problemas diarios, nimios o trascendentales, que se habían presentado hasta entonces... Pero, De quien ya sabes, lee y relee resoplando quedamente. Juan se sirve un trago de brandy, fuma tres cigarrillos mientras el coruscante enojo se le clava en una zona indetectable entre el cuello y el ombligo. Sacrifica el cuarto tabaco en el cenicero y rompe al mismo tiempo la cejilla del sobre y dos años de feliz matrimonio. Dentro había la foto tamaño credencial de un tipo moreno, cejijunto, ojigrande, labitosco, de mostacho tupiespeso, y una breve nota: Lo prometido, aquí está tu verdadero Juan. Como quedamos: a las 10 donde siempre. Furibundo, Juan repasó letra a letra aquella caligrafía casi infantil, bebió de un envío el brandy doble y miró el reloj; eran las siete cincuenta. Quiso establecer la estructura de la traición, la forma en que Socorro se las arreglaba para verse con De quien ya sabes. Repasó cada movimiento diario de su esposa; era muy difícil que se viera con él por la mañana, además de anticlimático, resultaba apresurado porque ella tenía que llevar a los niños e irse corriendo a la redacción de la revista donde trabajaba; de vuelta, pasar al súper, recoger a los niños y cocinar para recibirlo a eso de las tres; dormían juntos una siesta de tres treinta a cuatro, y luego Juan se iba para regresar a las ocho; de ahí en adelante no se separaban ni para ir a la tienda de la esquina... De pronto le fue cayendo el veinte, había dos irrupciones en la mecánica de todos los días en las cuales Socorro tenía el tiempo justo para encornarlo: 1) Los martes, de siete a diez de la noche, asistía a una reunión con las compañeras de la revista, una especie de taller en el que todas discutían, analizaban lecturas y planteaban problemas personales respecto a la condición de la mujer. 2) Los domingos, teóricamente, se iba a comer con su mamá desde temprano para regresar alrededor de las seis. Pero hablemos de Socorro. Ya hemos dicho que no era Una mujer sumisa, ni una ama de casa atareada, ni una esposa mártir, sino un poco de todo ello para formar su vida navegable al lado de Juan que, aunque no muy brillante de entendederas, era un hombre apacible y trabajador, bien parecido, con un sentido del deber que en ocasiones la dejaba admirada, y respetuoso del trabajo

que ella desempeñaba. ¿Amantes?, bueno sí, pero nada en serio, pues opinaba que las relaciones de pareja debían sustentarse en un conocimiento profundo, tal vez de años, que no estaba dispuesta a emprender por ahora. Disfrutaba de la libertad de los martes con toda su alma, discutía de las nuevas propuestas de la psicología en materia de interrelaciones emocionales, ponía el corazón de por medio cuando sus amigas sufrían algún trato injusto de parte de los hombres, y consideraba el adulterio con mano dura si éste se daba en términos de venganza o de pretendida justicia. A veces –aunque no con frecuencia ni demasiada emoción– ponía a Juan de ejemplo ante la colectividad, un hombre seguro de sí mismo, profesional, comprensivo y solidario con los intereses de la mujer del siglo XXI. Así pues, no, la carta que Juan tenía en la mano, casi húmeda de tanto que la había llevado y traído mientras caminaba por la casa, no estaba dirigida a Socorro... Pero eso era lo menos importante. La sala era una jaula que ya le iba quedando estrecha a la bestia, al energúmeno que Juan mostraba poco a poco espoleado por los celos; De quien ya sabes; A las 10 donde siempre; Aquí está tu verdadero Juan; y el apócrifo Juan ahí, de pie en el centro de la nada con su copa a medio vaciar, la mirada inyectada de insana cólera, el cabello revuelto, la piel brillosa tan distintiva del suicida. Juan no era un tipo violento, de hecho la última vez que se peleó fue engatusado por sus compañeros de la secundaria hacía casi veinte años, pero ahora las ganas de matar o ser muerto brotaban por cada poro de su humanidad, la ropa se iba humedeciendo, todo músculo en aguda tensión, la sangre agolpada en el rostro para hacer que Juan semejara una estatua de pórfido en medio de la sala y entonces, cuando estaba a punto de explotar, de gritar con toda la energía de su frustración, Socorro abrió la puerta. Llevaba en equilibrio un paquete de revistas las cuales dejó sobre la mesa del teléfono para después suspirar un cansancio apresurado, dirigirse a Juan, darle un beso de bienvenida en el cachete y seguir con paso raudo hacia la recámara en el segundo piso. Juan arrugó la carta al oír el chorro de la regadera. --Juan, querido ¿no me traes un jabón de la despensa?

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BESOS CUENTO

Y Juan se retiró farfullando su acrimonia sin que lo oyese hasta la cómoda donde guardaba las piyamas. Se desvistió muy lentamente, de modo que cuando Socorro se despidió apenas se había quitado zapatos y calcetines. Se los calzó de nuevo, tomó el revólver del ropero y salió tras su esposa, A las 10 donde siempre, sin saber que

la superstición del cartero era la culpable de todo el asunto. Aunque no nadaban en dinero, la pareja disfrutaba de cierta holgura como la de tener un carro compacto para cada quien. Socorro partió, y Juan, unos segundos de por medio, dio marcha adelante rumbo a sabría Dios qué destino. Conducía a distancia prudente, de forma que no pudiera reconocerlo pero que tampoco pudiera escapársele del panorama visual. Al poco andar, Socorro se detuvo en una esquina y Juan creyó ver que alguien, un alguien de traje y sombrero, subió muy rápido. Juan llevaba los ojos cristalizados de ira. A todo lo que daba su Tsuru no respetó semáforo ni señal ninguna con tal de ir pegado, a no menos de veinte metros, a la defensa del Astra de su mujer. Arriesgándose a un accidente, logró encender un cigarro; para él todo estaba claro, allá adelante iban los adúlteros rumbo a un departamento o cuarto de hotel, y repasaba el frío metal de la pistola que descansaba sobre el asiento como copiloto silencioso y fiel. Las calles de la ciudad eran como los toriles que conducen a la bestia, ciega, enfurecida y llena de energía, hacia su cruel destino, hacia la cita inevitable con el acero y el rejón de muerte: Calzada Madero, Revolución, Sendero Sur, fueron las vías de acceso hasta la colonia Contry donde Socorro se internó y, tomando por callejuelas y meandros retorcidos, llegó a un mirador desde el cual se divisaban las luces gelatinosas de la ciudad. Paró el auto. Juan de inmediato se estacionó y apagó los faros. Podría decirse que las cosas hubieran sido de modo distinto si Socorro y el hombre de traje no se hubiesen bajado del carro, sentado en el cofre y fajado tan apasionadamente. Pero lo hicieron, y la cabeza de Juan fue un volcán sin control conforme encendía el motor y arrancaba calle arriba a toda velocidad sacando el brazo que ya era uno con la pistola, disparando como gángster de los veinte, hundiendo el acelerador con el intenso fervor de los celos, hasta que todo fue confusión de golpes metálicos y chatarra precipitándose al vacío. El autor es escritor.

-ILUSTRACIÓN: JOSE LUIS ARRIAGA

La pretendida tranquilidad en el tono de su mujer hizo que Juan se enfureciera aún más, pero de pronto cayó en la cuenta de que si lo veía en ese estado Socorro sospecharía y quizá cambiara su plan nocturno con De quien ya sabes, de modo que fue a la despensa, tomó el jabón y se lo dio en propia mano. --Vas a salir, mija? --¿Cómo? No te oigo. --Que si vas a salir. --Sí, tenemos una reunión extraordinaria en la revista. --Ah. Socorro salió de la ducha en calzones. Espigada, firme, piel suave perlada de agua y cabello liso hasta los hombros, ella parecía inocente y mucho más sensual que nunca, debido a lo cual a Juan se lo llevaba el demonio tan sólo de imaginar al otro Juan, al verdadero, poniéndole encima una uña siquiera. Pero se contuvo, aparentó. --¿A qué horas regresas, Soco? --No sé, a lo mejor tarde, pero de allá te hablo por teléfono. Y convocado por Socorro sonó el aparato. Ella, arrojando el cepillo, se abalanzó a contestar. --Sí, sí...¿no pudieron?...ajá, bueno pues yo lo recojo...a las diez, claro. Juan había encendido un cigarrillo, mordía el filtro despistadamente. Socorro continuó acicalándose y le explicó: --Están nerviosas, es que vamos a publicar un número de aniversario y no hemos completado el material. Además necesitamos asesoría, contratamos a un especialista de la UNAM. --No es la primera vez que viene ¿verdad? --Es su tercera o cuarta visita. Y se puso el vestido de rayón que ceñía sus formas con una prontitud que a Juan le pareció demasiado. --¿Vas a llevar ese vestido? ¿Es baile o qué? --Es muy fresco, mijo –dijo mirándose al espejo--, nada más por eso me lo pongo... oye ¿qué te pasa? estás muy raro. Juan trató de sonreír, luego bostezó. --Nada, estuvo cansado el día. --Duérmete temprano, ándale.

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BESOS CUENTO

Planeación - POR JORDI ROSQUILLAS

Tu nariz a un milímetro de la mía. Tu hombro y senos apretados a mi pecho. Puedo sentir tu respiración. Mi mano en tu cintura y en la piel de nuestros labios un instante eterno antes de que salte la chispa entre los polos en atracción. -¿Me oíste? Vuelvo violentamente de mi ensueño y repites: -Según este test, los dos somos del tipo de personas que piensa demasiado las cosas antes de hacerlas. -Desgraciadamente-, contesto yo. Sonrisa.

-ILUSTRACIÓN: JOSE LUIS ARRIAGA

El autor es comunicólogo y aficionado a la literatura.

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BESOS Y CELOS POESÍA

Entre la gloria y el infierno - POR JOSEFINA LEROUX

Como un sueño, cuando se vive luce eterno. En una crónica fantástica hace que el corazón lata más de prisa y la conciencia se dilate y en colores y formas se confunda. Estremecido el cuerpo, electrizado por caricias. Apasionada el alma que en ese estado no sabe de pecados conmovida por imágenes que se suceden todas juntas en una conspiración callada. Dulce tormento, inunda el gozo y lo desborda. Agonía protegida suave asfixia que de pronto aniquila empeñando la vida. Estruja mi alma duele mi vida pero colma al mismo tiempo mi existencia.

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BESOS Y CELOS POESÍA

Cruenta pasión la que me obsequias cortejada de ilusiones, entre la gloria y el infierno la vivo con la fe que me enseñaste. Ejercicio de una risa y de un fuego que me quema sin remedio y me ahoga hasta el fondo en un mar agitado y profundo. Noche sin fin donde la voluntad no cuenta nunca extraviada en insólito suceso de placer obligatorio deliberadamente inventado. Visiones presumidas que florecen altivas jactándose prolijas de su verdad en el tiempo. Legítimas oportunidades a las amarras esquivas presagio secreto de feliz ventura que inconsciente se repite sin la venia del arbitrio. Entre la gloria y el infierno un océano de emociones revuelcan mi conciencia hasta dejarla impasible y serena, con tan sólo despertar.

-ILUSTRACIÓN: JOSE LUIS ARRIAGA

La autora es psicóloga con especialidad en sexología, editorialista y poeta.

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CELOS VIOLENCIA

Violencia en el noviazgo: en nombre del amor - POR ESTHER DE LA ROSA

La violencia disfrazada de amor es casi invisible: los signos del maltrato durante el noviazgo son desconocidos para gran parte de las jóvenes mexicanas, quienes los confunden con muestras de afecto que, en realidad, ocultan conductas controladoras sustentadas en la desigualdad entre los sexos. La violencia en el noviazgo comenzó a llamar la atención de las instituciones mexicanas recientemente. Desde la familia, y en un contexto más amplio de inequidad social, las y los jóvenes aprenden a relacionarse reproduciendo las desigualdades. Así, el noviazgo puede convertirse en un caldo de cultivo para las actitudes violentas dirigidas, sobre todo, hacia las mujeres. Pellizcos, celos, llamadas incesantes, chantaje emocional, insultos o incluso alguna bofetada son tolerados muchas veces por las adolescentes en nombre del amor. Inés Salgado tiene 22 años y es madre de un niño de dos años fruto de una relación fallida: “Me ha ido mal en el amor porque he cometido los mismos errores con mis novios”, dice. Su amiga Janet Celaya, de 26 años, asiente; sabe lo que es equivocarse y aguantar durante siete años los maltratos de su marido. Janet asegura que cuando eran novios, “todo era amor y belleza, hasta que te casas y se cansan de ti”. Para las instituciones mexicanas de apoyo a la juventud, muchas chicas no saben que sufren violencia en el noviazgo porque no cuentan con los instrumentos para identificarla, ya que generalmente se reconoce la violencia física o la sexual, pero no la psicológica o la económica. Tal vez con dichos instrumentos Janet podría haber evitado siete años de maltrato.

Síntomas de la violencia Según Edith Zúñiga -directora académica de la organización civil Tech Palewi, dedicada a la prevención y la atención de la violencia familiar- durante la adolescencia se malinterpretan los aspectos negativos de la relación. Así, “cuando nos dicen ‘no te vistas de ese modo’ o ‘no quiero que le hables a tus amigas’ pensamos que es signo de que nos aman, cuando en realidad se trata de mecanismos de control”. Con 21 años, Giovanna Trejo Álvarez es consciente de que “los chavos pueden ser tan sutiles que no te das cuenta del maltrato, porque no hace falta ser agresivo para ser violento”. Pero no todas las adolescentes tienen tan claro como esta joven universitaria cuál es la delgada línea que separa el amor de la violencia. Así lo constató el equipo que desarrolló el programa Amor-es Sin Violencia -dirigido a las y los jóvenes de entre 13 y 25 años- mismo que impulsaron en 2002 la Dirección General de Equidad y Desarrollo Social, el Instituto de las Mujeres (Inmujeres) del D.F. y el Instituto de la Juventud del D.F. Angello Baños Terrazas, coordinador del área de Equidad en la Infancia y Juventud del Inmujeres del D.F., comenta que el primer paso de la campaña fue preguntar a las y los adolescentes si sufrían violencia en el noviazgo. “Noventa por ciento dijo que no”. Posteriormente, junto con varias organizaciones civiles, se formuló una nueva encuesta con preguntas como: “¿Te llama constantemente para preguntarte dónde estás, con quién y qué haces?; ¿te dice qué ropa ponerte?; ¿ha tocado alguna parte de tu cuerpo sin tu consentimiento?”, explica Baños.

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CELOS VIOLENCIA

Un problema socialmente aceptado Aún no existen estadísticas para conocer el alcance nacional de la violencia durante el noviazgo. En cuanto a políticas públicas, están en un nivel incipiente. El gobierno del Distrito Federal fue el primero en contar con un programa específico enfocado a la violencia en el noviazgo, mismo que después llevó a Tabasco, Chiapas y, más recientemente, a Guerrero y Guadalajara. En el ámbito legal, la violencia en el noviazgo no está tipificada expresamente pero puede contemplarse dentro de la violencia familiar. Además, según Baños, los adultos contribuyen a restar visibilidad a la violencia entre las y los jóvenes porque consideran que es normal. Frases como “el que bien te quiere te hará llorar” ilustran la aceptación social de la violencia en el noviazgo, misma que la familia reproduce; como dice Baños, “la madre aplaude que su hijo tenga cinco novias en secundaria porque es muy guapo”. Así, el noviazgo se convierte en un escenario donde desarrollar los estereotipos adquiridos. Mientras que se acepta socialmente que el hombre sea un conquistador, las mujeres se involucran en relaciones violentas porque tienen muy interiorizada la idea de sacrificio, “y de que para amar hay que sufrir”, afirma María de la Luz Estrada, integrante de la organización Católicas por el Derecho a Decidir.

Las consecuencias La baja autoestima, el displacer, las infecciones de transmisión sexual y el escaso rendimiento escolar son algunas de las consecuencias derivadas de la violencia en las relaciones amorosas, según las y los expertos. La violencia sexual es una de las más graves expresiones de sometimiento que se producen en las relaciones de noviazgo: “Es normal que te pidan la prueba de amor”, comenta Maira Alcántara, estudiante de bachillerato de 16 años, quien asegura que aunque ella no la aceptaría, sí conoce a varias amigas que han la aceptado por miedo a que sus novios piensen que no los quieren. El miedo a decir no es, en parte, una causa de las elevadas cifras de embarazos adolescentes. Según el Consejo Nacional de Población (Conapo), anualmente se producen casi 500 mil embarazos adolescentes en México, los cuales representan 25 por ciento de total de los embarazos registrados en el país. María de la Luz Estrada afirma que para prevenir la violencia durante el noviazgo es necesario trabajar en la sensibilización y la educación no sólo con las y los jóvenes, sino también desde la primera infancia, con el fin de transformar los códigos afectivos. Con ella coincide Baños, quien destaca que el objetivo del programa Amor-es Sin Violencia es “que las chavas asuman esta cultura de prevención para identificar los tipos de violencia y que no lleguen tarde a nuestras unidades”. La especialista aludió así a las Unidades de Atención y Prevención de la Violencia Familiar (UAPVIF) a las que pueden acudir las y los jóvenes en las 16 delegaciones del D.F. Por la experiencia que le proporcionan sus 22 años, Lidia López piensa “que todo es cuestión de educación”. El problema radica en que gran parte de la juventud mexicana no ha tenido la oportunidad de aprender a amar sobre la base del respeto y la equidad de género pero, sobre todo, sin sufrimiento. Fuente: encuesta realizada en noviembre de 2004 dentro de la campaña Amor-es Sin Violencia. La autora es periodista e integrante de Comunicación e Información de la Mujer, A.C., CIMAC. -ILUSTRACIONES: CARLOS CAVAZOS

Los resultados cambiaron radicalmente. De las mil personas de entre 12 y 29 años que contestaron la encuesta, seis de cada 10 mujeres vivían violencia en sus noviazgos. Otro dato esclarecedor se desprende de una encuesta realizada en el Albergue para Mujeres que viven Violencia Familiar del DF: 9 de cada 10 mujeres maltratadas durante el matrimonio vivieron violencia en el noviazgo.

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SANAS Y SALVAS SALUD

En aumento el sida

en mujeres - POR SONIA BORJAS

Entrevista al Dr. José Manuel Ramírez Aranda (Coesida)

La población femenina en México muestra un constante y más rápido incremento en el número de casos de vih, lo que habla de factores de vulnerabilidad que dejan más desprotegidas a las mujeres frente a esta enfermedad. Y el comportamiento es todavía más visible en Nuevo León: De un porcentaje de entre 18 y 20 por ciento de mujeres contagiadas en los últimos años, hoy la cifra ha crecido a 22 por ciento. José Manuel Ramírez, Secretario Técnico del Consejo Estatal para la Prevención y el Control del Sida (Coesida) en Nuevo León, dijo que a nivel país, la población femenina es uno de los sectores en donde hay un mayor incremento en el número de casos y las últimas cifras pasaron de una participación de 16 a 17 por ciento. “Una cosa importante es que en Nuevo León el porcentaje de población femenina afectada era de entre 18 y 20 por ciento y ahora en el 2005 tenemos 22 por ciento, es un fenómeno que indica que el sector de las mujeres es vulnerable”. Respecto a explicaciones a esta situación, precisó que son múltiples, pero está muy ligado a la situación de vulnerabilidad de las mujeres en cuanto a su dependencia en muchas áreas, principalmente en zonas rurales, así como el no tener acceso o no ser respetada su decisión de tomar medidas preventivas como el uso del condón; incluso comentó como una tendencia mundial el no privilegiar a las mujeres en el desarrollo de investigaciones clínicas.

“Por ejemplo, lo que se sabe respecto a drogas anti retrovirales primero se estudió en hombres. Como la epidemia empezó en hombres, quizás por ello se sesgó un poco la decisión de hacia donde dirigir los estudios y la investigación, o hacia donde dedicar recursos, y empezaron a hacerse más estudios que privilegiaron más al hombre que a la mujer”. Comentó que este hecho también hace la diferencia en cuanto a los efectos de los tratamientos. “Un factor importante es el hecho de que las mujeres son las que generalmente cuidan a las hijas e hijos y eso hace que se atiendan más tardíamente, agregó”. “Hay una serie de circunstancias que la hacen más vulnerables desde el punto de vista de la infección, pues ya se ha comprobado que el virus se transmite más fácilmente del hombre a la mujer que de la mujer al hombre”. El funcionario mencionó que las autoridades de salud están muy alertas en la atención que se brinda a mujeres embarazadas portadoras del virus con el objetivo de evitar que el producto se contagie. “Hemos incrementado el tamizaje en mujeres embarazada y seguimos trabajando en su atención; además desde el año pasado adquirimos condones femeninos con la idea de empoderar a la mujer cuando su pareja masculina no deseé usar el condón por múltiples razones”, precisó.

21

SANAS Y SALVAS SALUD

En las acciones de Conasida con trabajadoras sexuales, indicó que la autoridad necesita comprobar una cierta prevalencia que ha observado, que pudiera ser más alta que a nivel nacional. “Hay resultados muy preliminares, necesitamos saber que medidas preventivas hay que implementar para evitar que esa población resulte dañadas y también para evitar una propagación del virus hacia otros niveles de población”. Los datos a octubre de este año en Nuevo León indican que en Nuevo León existen tres mil 445 casos de vih asintomático y sida juntos, y sólo en el 2005 se presentaron 134. La mayor parte de la población portadora del virus se localizado en el grupo de 20 a 39 años de edad. Con 98 mil 933 casos de vih y sida en México hasta el mes de noviembre, Nuevo León ocupa el lugar número 20. La expectativa, indicó, es que tengamos un número menor al promedio anual , que es de 250 casos, debido a los esfuerzos realizados en promoción, difusión y criterios de educación, comentó. Ramírez aseguró que han avanzado en cuanto al conocimiento de la población respecto a la enfermedad pero esto no se ha traducido necesariamente en medidas de protección o de prevención, “porque esta es una enfermedad de comportamiento, que tiene que ver con cómo la gente se conduce en su vida sexual”. Apuntó que el estigma y la discriminación sobre las personas infectadas daña aún más a esta población y destacó la labor que autoridades y organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil organizada realizan para desterrarlo. La autora es periodista y productora de Mujeralia radio y televisión del Instituto Estatal de las Mujeres.

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TODAS Y TODOS SOCIEDAD

Mujeres indígenas

empleadas en el hogar

- POR SÉVERINE DURIN

“En Monterrey hay trabajo para mujeres”. Así dicen en los pueblos de Hidalgo, Veracruz y San Luís Potosí, estados de origen de las jóvenes indígenas que trabajan como empleadas domésticas en casas acomodadas del Área Metropolitana de Monterrey (AMM). Desde una perspectiva académica, a través del proyecto de investigación “Migración indígena urbana en el Noreste de México: el caso de Monterrey” se pretende conocer la realidad de estas jóvenes: su experiencia migratoria, sus condiciones de trabajo y sus relaciones sociales fuera de éste. En este proyecto participan dos estudiantes de Posgrado de la UANL, Adela Díaz y Fabiola Rodríguez, cuyas tesis versan sobre las jóvenes indígenas migrantes. Agradezco su disposición para compartir avances de sus trabajos. El grueso de la migración indígena en Monterrey lo constituyen jóvenes mujeres indígenas En los últimos quince años, a través de los censos de población se ha observado un aumento muy significativo de los indígenas radicados en Nuevo León. Entre 1990 y 2000 su número se triplicó y alcanzó 18,873 individuos (INEGI, 1990, 2000). Se incluyen los menores de cinco años quienes viven en hogares cuyo jefe o su cónyuge habla una lengua indígena. Esta población es mayoritariamente femenina. En el 2000 se censaron 8,484 mujeres mayores de cinco años por 6,962 hombres,

además estas mujeres son jóvenes, pues tienen entre 15 y 29 años de edad y representan 64.99 por ciento de la población total de mujeres hablantes de lenguas indígenas. Este hecho habla de la importancia de la participación de las mujeres en el sector de los servicios, en especial el del empleo doméstico en los hogares de las clases media y alta del AMM. Apoyo entre mujeres, confianza y seguridad: la importancia de las redes Gran parte de estas jóvenes indígenas llegan a Monterrey siendo adolescentes para trabajar como empleadas domésticas en hogares acomodados. Gracias al trabajo de Fabiola Rodríguez sabemos que según lo acordado entre la “patrona” y la “muchacha” ésta se encarga de limpiar la casa y la ropa, de contestar el teléfono y tomar recados, y a veces de cocinar y cuidar a los hijos cuando éstos son pequeños. También se le pide sea honesta y discreta. La joven reside en un cuarto de la casa donde labora, recibe alimentación y a veces apoyo médico. Su sueldo varía entre 800 y 1,000 pesos semanales de acuerdo con las tareas que desempeña. Su horario de trabajo diario suele ser bastante flexible, hasta abusivo, puesto que en algunos casos se le pide sea disponible todo el día y a veces hasta muy tarde. En general, descansa del sábado a medio día hasta el domingo en la noche.

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TODAS Y TODOS SOCIEDAD

Así, tanto las patronas como las empleadas depositan su confianza en conocidos y se apoyan en ellos para contratar a alguien o emplearse como muchacha: patronas y empleadas forman parte de una red de redes. Estas prácticas, ampliamente difundidas, generan confianza y seguridad. La Alameda: nuestra casa en la ciudad Al pasar por la Alameda en un taxi, un taxista comentó a mi esposo que se le llama el “Consulado de San Luis”, pues a los regiomontanos no les cabe duda de que ahí se reúnen inmigrantes provenientes del vecino estado. Adela Díaz está evidenciando que al carecer de un espacio propio en casa de sus patrones las jóvenes han ido apropiándose de este espacio público hasta hacerlo privativo de ellas. Domingo tras domingo se reúnen ahí entre hermanas, primas y amigas para pasear, divertirse, dar la vuelta al parque y encontrase con conocidos, paisanos y pretendientes, comer y comprar ropa en los puestos, así como bailar en las discotecas cercanas. La Alameda se ha vuelto un lugar estratégico para su estancia

en la ciudad, porque ahí se encuentran con los suyos, envían recados, dinero y despensa a sus familiares a través de estos, o bien a través de empresas especializadas, e intercambian información, por ejemplo, sobre las oportunidades de trabajo. Para estas jóvenes indígenas la Alameda funge como el corazón de la ciudad siendo este lugar el primero que pisan al llegar a Monterrey. Adolescentes trabajadoras: trabajo mientras me embarazo Gracias a su trabajo, y mediante el envío regular de remesas, estas jóvenes apoyan a sus padres y hermanos menores. En vez de casarse muy jóvenes, como es costumbre en zonas indígenas y rurales, tienen la oportunidad por unos años de ser autónomas financieramente y conocer la vida urbana. Esta experiencia sólo dura unos años, pues parte de su ciclo de vida como mujeres jóvenes consiste en vivir noviazgos e iniciar su vida sexual y al querer casarse o al quedar embarazadas tienen que dejar su trabajo o bien son despedidas por sus patronas. A finales de cuenta, éstas no quieren de una muchacha menos disponible. En este aspecto, las empleadas domésticas están muy desprotegidas en materia de respeto a sus derechos laborales como mujeres. Agregaría que un mejor acceso a la salud, incluida la salud reproductiva, también debería ser un derecho para todas, mas no una prestación que se brinda a discreción de la empleadora. Idear las modalidades que permitan a estas jóvenes gozar estos derechos es tarea de una institución como el Instituto Estatal de las Mujeres y esperamos que la exposición de estos avances de investigación contribuya a ello. La autora es Doctora en Antropología e investigadora del Programa Noreste del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS). Coordina el proyecto “La migración indígena urbana en el Noreste de México”.

-FOTOGRAFÍA: SONIA BORJAS

Puesto que trabajan “puerta dentro”, se apela a la confianza de los conocidos para contratar a una muchacha. Quien solicita muchacha averigua entre sus familiares y amigas si están conformes con su empleada y de ser así les piden preguntarle si ésta tiene alguna hermana, prima o amiga disponible para trabajar. Esta práctica explica por que mujeres tan jóvenes pueden ser autorizadas por sus padres a venirse a trabajar en la ciudad. En efecto, las jóvenes llegan a la ciudad mediante el apoyo de familiares quienes se encuentran trabajando ahí. Por ejemplo, una joven quien labora en una casa invita a una prima para que trabaje en Monterrey en casa de un conocido de su patrona, o bien, mientras le consigue un empleo en casa la recibe en su casa. Así vemos como la migración de estas jóvenes se apoya en la experiencia migratoria de los familiares y de los paisanos. Estas redes migratorias les brindan seguridad al llegar a la ciudad y es por su conducto que consiguen vivienda, trabajo y aprenden a moverse en la ciudad.

Mujeres indígenas Mujeres Mujeres indígenas indígenas

empleadas en el hogar empleadas en empleadas el hogar en el hogar

24

CELOS SONDEO

Celos,

y las mujeres manifestaron que no en un 57 y 64 por ciento respectivamente, pero en sentido afirmativo es mayor la proporción de hombres que aceptaron sentir celos, con un 43 por ciento, en relación con el 36 por ciento de las mujeres.

- POR JUANA MARÍA NAVA CASTILLO

La autora es periodista.

Sin duda el tema de los celos es asunto serio. El abordaje hecho por personas expertas nos dan cuenta de que una situación que involucre celos conlleva finalmente a la ruptura de las relaciones entre las parejas, muchas veces de forma trágica.

1)¿ Qué significan para usted los celos?

¿amor o violencia?

Quisimos conocer el sentir de la ciudadanía con respecto a este asunto, y nos abocamos a realizar un sondeo a población abierta, mediante entrevista directa, en la calle, con igual proporción a mujeres y hombres, para que nos manifestaran de forma espontánea el significado que tienen los celos para ellos y ellas. Las respuestas, aunque variadas, unificaron a los géneros. Las percepciones de las mujeres son muy parecidas entre sí. Lo mismo sucede con los hombres. De este modo, a la pregunta de qué significan los celos las mujeres respondieron en mayor medida que violencia (51 por ciento), y en menor proporción que cariño (11 por ciento). Los hombres entrevistados identificaron a los celos como sinónimo de amor en un 49 por ciento de los casos, y como violencia los ubicaron en un 29 por ciento. Sin embargo, ambos géneros consideraron que los celos son algo malo, aunque la proporción de esta respuesta varía en cuanto a la apreciación por género. El 90 por ciento de las mujeres respondieron en este sentido, contra el 69 por ciento de los hombres. En esta misma pregunta, el 31 por ciento de los hombres consideran que los celos son buenos, contra el 10 por ciento de las mujeres que opinan en este sentido. A la pregunta de si se consideran celosos, los hombres

Cuando se le pregunta a las mujeres que quién cree que siente más celos, contestan que los hombres. Lo mismo sucede a la inversa: los hombres consideran que las mujeres son más celosas.

Hombres

Mujeres

Amor

49%

19%

Odio

12%

19%

Cariño

10%

11%

Violencia

29%

51%

2) Usted ve en los celos algo: Hombres

Mujeres

Bueno

31%

10%

Malo

69%

90%

3) Se considera usted una persona celosa Hombres

Mujeres

Si

43%

36%

No

57%

64%

4) ¿Quién cree que tiene más celos? Hombres

Mujeres

El hombre

33%

60%

La mujer

53%

26%

Ambos

14%

14%

Encuestadoras: Elma Moreno, Victoria Ruiz, Laura González.

Violencia contra las mujeres Homicidios en Nuevo León 2000-2004

Esta obra, publicada por el Instituto Estatal de las Mujeres en el marco del Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres, tiene como objetivo ser un marco de referencia para continuar avanzando en el análisis y la atención de la violencia contra las mujeres. Su contenido está distribuido en cinco capítulos. En el primero se hace un breve recorrido por el marco conceptual de lo que significa la violencia contra las mujeres e incluye una relación de los instrumentos internacionales y regionales en los que se sustenta el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia. Mediante entrevistas a las expertas que brindan el apoyo directamente, en el segundo capítulo se dan a conocer las acciones realizadas por las instituciones públicas, privadas y sociales en la difusión, prevención y atención de la violencia contra las mujeres En el tercer apartado se reseñan los procesos legislativos realizados en el Estado de Nuevo León en materia de violencia familiar, los cuales han dado como resultado que se cuente con disposiciones legales en esta materia. El papel social que juegan los medios de comunicación en cuanto al abordaje de la violencia hacia las mujeres, se trata en el cuarto capítulo, donde además se incluye el análisis de las cifras y datos de las notas periodísticas de los homicidios de mujeres durante el periodo comprendido del 1 de enero de 2000 al 31 de diciembre de 2004. El quinto capítulo consiste en el análisis de las cifras y datos proporcionados por la Procuraduría General de Justicia del Estado en relación a los homicidios dolosos de mujeres 2000-2004. Este trabajo se realizó por Josefina Rodríguez, con la coautoría de Juana María Nava, Irma Alma Ochoa y Sylvia Puente, en memoria de todas y cada una de las mujeres y niñas que han muerto a causa de la violencia que se ejerce en su contra.

Dos años

de acciones - POR MARÍA ELENA CHAPA H.

En diciembre de 2003 se creó el Instituto Estatal de las Mujeres de Nuevo León, con el compromiso de incorporar la equidad de género en la agenda de políticas públicas y con la firme intención de luchar por la revaloración del rol de las mujeres en la sociedad. A lo largo de estos dos años, el Instituto Estatal de las Mujeres se ha constituido como un organismo especializado en la promoción de la equidad de género. Hemos realizado eventos de capacitación, conferencias, cursos, talleres, seminarios, diplomados y acontecimientos masivos sobre temas con enfoque de género que tuvieron impacto en 27 mil 763 personas. Se han firmado 78 convenios de colaboración con diversos sectores de la sociedad, que se han comprometido en forma auténtica a resolver los problemas que particularmente padecen las mujeres de nuestro Estado. Para fortalecer la participación política de las mujeres, el Instituto inició en 2005 los cursos de capacitación política en coordinación con los partidos políticos del Estado, sindicatos y administraciones municipales. Ante el grave problema que representa la violencia de género, fomentamos la cultura de la denuncia, canalizando hacia las autoridades a las víctimas de violencia familiar; otorgando atención y seguimiento a 4 mil 116 mujeres. Además se ha impulsando la actualización de diversas leyes.

En este periodo, el Instituto Estatal de las Mujeres ha mantenido una presencia permanente en los medios de comunicación, con más de mil 400 espacios. Además, se ha tenido una amplia labor editorial que se refleja en la elaboración de 13 libros que visibilizan la trayectoria de las mujeres del Estado en diversas áreas. Se han proyectado 81 programas de radio y 68 programas de televisión. Como parte de las acciones afirmativas tendientes a impulsar el uso de un lenguaje incluyente, en marzo del 2004 se emitió un decreto para que las instituciones académicas que expidan certificados o títulos de estudio, lo hagan indicando el grado en femenino, al tratarse de mujeres. Conscientes de que falta mucho por realizar, seguimos promoviendo que la perspectiva de género se integre en el Presupuesto de Egresos del Estado; y continuamos impulsando la línea de atención 01 800 503 77 60 para brindar apoyo inmediato a las mujeres. Asimismo, nos mantenemos firmes en nuestro propósito de intensificar la cultura del respeto, convivencia y tolerancia en la sociedad. Todos los derechos para todas las mujeres, es un objetivo que suscribimos y refrendamos hoy. Nuestro compromiso será total para lograr este cometido.

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