EDITORIAL
DIRECTORIO Consejo de Participación Ciudadana Atala Martínez Presidenta
Alicia Leal·Ana María Schwarz· Edelmiro Sánchez·Fidel Chávez· Irma Martínez·María Elena Morín·Oscar Muraira· Rosario Zambrano·Susana Dieck Junta de Gobierno Lic. José Natividad González Parás
Gobernador Constitucional del Estado de Nuevo León
Sra. Cristina Maiz de González Parás Invitada especial
Lic. Napoleón Cantú Cerna
Secretario General de Gobierno
Gral. José Domingo Ramírez Garrido-Abreu Secretario de Seguridad Pública
Lic. Luis Carlos Treviño Berchelmann Procurador General de Justicia
Lic. Rubén Martínez Dondé
Secretario de Finanzas y Tesorero General
Mtra. María Yolanda Blanco García Secretaria de Educación
Dr. Gilberto Montiel Amoroso Secretario de Salud
Lic. Eloy Cantú Segovia
Secretario de Desarrollo Económico
Lic. Alejandra Rangel Hinojosa
Presidenta del Consejo de Desarrollo Social
Profra. Gabriela del Carmen Calles González Directora General del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia
Lic. María Elena Chapa H.
Presidenta Ejecutiva del Instituto Estatal de las Mujeres
Dra. María del Refugio Ávila Carmona Secretaria Ejecutiva del Instituto Estatal de las Mujeres
En el 2006 se desarrollarán las elecciones para ocupar los diversos escaños en la Cámara de Diputados(as) Federal y Local, además de las Alcaldías y Regidurías. Pienso que es el tiempo de sentar las bases para que las mujeres, en el ejercicio de la ciudadanía plena conquistada apenas en octubre de 1953, cristalicen sus aspiraciones de ocupar puestos de elección popular, eliminando las barreras que les impiden el acceso real a todos sus derechos. La participación igualitaria de uno y otro género en la adopción de decisiones no sólo es una exigencia básica de justicia o democracia, sino que es condición necesaria para incorporar la mirada de la mujer en todos los niveles, y conseguir los objetivos de equidad y desarrollo, misión del Instituto Estatal de las Mujeres. La democracia a la que aspiramos, el punto de equilibrio, es la paridad 5050. Los avances en México son paulatinos, en la Constitución de 1917 se les escatimó su ciudadanía, mediaron varias reformas a la Carta Magna para poder contender en elecciones municipales, más tarde para ocupar un escaño en la Cámara Baja y en el Senado, hasta hoy han llegado a gobernadoras Griselda Álvarez, Dulce María Sauri, Beatriz Paredes y Amalia García, y una Jefa del Gobierno del DF, Rosario Robles. La importancia de que las mujeres ocupen puestos de toma de decisiones reside en su contribución al desarrollo social, económico y político de un pueblo, pues incorporan temas rezagados que reflejan sus experiencias y necesidades, tal es el caso de la apertura de guarderías en centros de trabajo, el impulso en reformas de leyes para abatir la violencia familiar, los presupuestos de género, entre otros. Igualar la participación de mujeres y hombres en cargos de decisión responde a los compromisos internacionales, nacionales y locales con este sector de la población, y la firme convicción de que el desarrollo sólo será posible en una sociedad igualitaria y equitativa, una sociedad justa, una sociedad de vanguardia. Lic. Irma Alma Ochoa Treviño
Lic. Juana María Nava Castillo
Directora de Enlaces del Instituto Estatal de las Mujeres
Directora de Comunicación y Difusión del Instituto Estatal de las Mujeres
Consejo editorial Alejandra Rangel·Graciela Ríos· Felipe de Jesús Rodríguez Vértiz· Francisco Gómez·Jorge Villegas· Rosaura Barahona
ÍNDICE
Ximena Peredo
Dirección general
Santiago Canales
Coordinación editorial
Margarita Flores
Coordinación de diseño
Colaboran en este número Adriana Flores·Alejandro Silva Martínez· Ana María Schwartz·Belinda Hernández· Guadalupe Elósegui·Haydeé Pérez de Gómez· Isy De la Luz·José David Ortiz Mariscal· Juan Guillermo Figueroa Perea· Leticia Vargas López·Luis Manuel Garza· María Elena Ramos Tovar· Paula Bernal·Rosaura Barahona· Sergio Elías Gutiérrez·Sonia Borjas Ilustración Ana Lorena Marrón·Carlos Estrada· Rubí Juárez·Ximena Peredo Fotografía Alejandro Silva Martínez· Heráclito Benavides Portada Peres Cana Violeta es una revista trimestral del Instituto Estatal de las Mujeres de Nuevo León. Es un espacio de libre expresión. Las opiniones aquí vertidas no reflejan necesariamente la postura de la institución. Registro en trámite. La correspondencia se recibe en Morelos 877 Ote. entre Dr. Coss y Diego de Montemayor, Barrio Antiguo, Centro, Monterrey, N.L. C.P.64000. Tels: 83-45-77-71, 20-20-97-73 al 76. E-mail:
[email protected] Violeta se reserva los derechos de los artículos que publica. Pueden reproducirse siempre y cuando se cite el nombre de esta revista. Se aceptan colaboraciones.
2 DESDE LA TRINCHERA TRABAJO DOS PARA ÉL, UNO PARA ELLA 4 TESTIMONIO MI ADOPCIÓN
A CAPELA
5 UNA DE NOSOTRAS PERFILES UNA MUJER DE HECHOS 6 ASUNTO PÚBLICO VIOLENCIA INFANCIA, ABUSO Y ABANDONO 7 AGENDA LEGISLATIVA CUOTAS SÍ
LA CURUL
8 PUNTO VITAL SEXUALIDAD SEXUALIDAD EN NUESTRAS MANOS 9 SANAS Y SALVAS OSTEOPOROSIS
SALUD
10 DE BUENA FUENTE REPORTAJE MIXTECAS MUY REGIAS 12 CENTRAL VIOLETA VOTO FEMENINO EL VOTO FEMENINO EN MÉXICO
14 VOZ EN CUELLO POLÍTICA PODER E IGUALDAD, ¿DOS CONCEPTOS IRRECONCILIABLES? 16 MUCHO GUSTO ENTREVISTA SIN MIEDO A LA OSCURIDAD 18 MUY HOMBRES NUEVA MASCULINIDAD EL CULTIVO DE LA PATERNIDAD 20 PLUMA Y FUENTE CREACIÓN LITERARIA BORRAR EL PASADO 22 SE ROMPEN GÉNEROS RECOMENDACIONES LA RECONCILIACIÓN DEL CUERPO Y EL ESPÍRITU 23 LAS MONERAS GRAVE EDAD
CÓMIC
24 DESDE LA REDACCIÓN EL INSTITUTO INFORMA
NOTAS
DESDE LA TRINCHERA
TRABAJO
DOS PARA - POR ADRIANA FLORES
Los ojos excesivamente abiertos de Sofía Almaguer no acababan de expresar su sorpresa. Apenas alcanzó a abrir la boca para preguntar “¿Perdón?”, pero sí, había oído bien: el jefe de Recursos Humanos no la quería contratar de camarógrafa simplemente porque era mujer.
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artes visuales no sólo tuvo que desvelarse por varias semanas para conseguir que le otorgaran la plaza, también se levantaba muy temprano para asistir a sus clases que terminaban sólo unos minutos antes de que volviera a su empleo. “Fue muy pesado y no me gustó, porque mi jefe estaba probando la energía física que él creía que yo no tenía, pero estaba haciendo a un lado mis conocimientos que es lo que verdaderamente cuenta”.
La noticia le cayó como una cachetada. Tenía 18 años e intentaba dar sus primeros pasos en la carrera de producción audiovisual, de hacer arte con las imágenes, de transmitir belleza. Y allí estaba sentada frente al integrante de aquella empresa, pisoteada por el LA POLÍTICA DEL hecho de no haber nacido en el género aparentemente correcto para esos TRABAJO DECENTE menesteres. “No puedes hacerlo, no vas a poder con la cámara”, le comentó El trabajo decente se define el jefe, “es un trabajo muy pesado para como aquel en donde hay una dama y tú pues eres una dama, ¿o no?”. igualdad de oportunidades No. La segregación laboral no ha desaparecido y sigue como una sombra a las mujeres. Basta observar las cifras del INEGI. Poco a poco –y gracias a las luchas de los grupos que han defendido la equidad– las mujeres se han ido incorporando al tren del trabajo sin tantas complicaciones como antaño. De acuerdo con las estadísticas del instituto, de 9 millones 599 mil 35 mujeres que laboraban en 1991, ahora el número supera los 15 millones.
entre hombres y mujeres para obtener empleos productivos y decentes en condiciones de libertad, igualdad, seguridad y dignidad humana. Un trabajo decente se enfoca en cuatro objetivos: derechos laborales, empleo, protección social y diálogo social.
Pese a que varios de sus compañeros no tenían el mismo soporte teórico, consiguieron el empleo de una manera más fácil y, lo peor, con un salario superior al de la estudiante. Este aspecto es una realidad en un gran número de empresas en México, un país con una cultura machista que se venera sobre todo en figuras idolatradas como el desaparecido Pedro Infante o Vicente Fernández. La misma Organización Internacional del Trabajo (OIT) lo reconoce. De acuerdo con cifras de la institución, las mujeres ocupan sólo entre uno y tres por ciento de los puestos ejecutivos más altos de las empresas más grandes del mundo. En el 2001, sólo ocho jefes de Estado eran mujeres y 21 ocupaban un segundo cargo gubernamental. El sexo femenino sólo abarca el 13.4 por ciento de los parlamentos de todo el mundo y el uno por ciento de las dirigencias sindicales.
Sin embargo, pese a este aumento en la fuerza femenina dentro del ámbito del trabajo, la proporción de mujeres en el área laboral sigue siendo la misma que hace ocho años: menos de la mitad. Las estadísticas indican que en el 2004 hay 43 millones 398 mil 755 personas económicamente activas en el país, de las cuales 28 millones 13 mil 539 son hombres y el resto, mujeres.
Para la organización internacional, el problema de segregación laboral, además de atentar contra la dignidad de las mujeres, impide un verdadero desarrollo de las empresas y los gobiernos debido a que no se contrata –por discriminación sexual– a las personas más capacitadas para los empleos.
Mismas capacidades, salarios distintos Para obtener su empleo, Sofía sufrió lo que ninguno de sus compañeros, hasta entonces, había hecho. “Tenía que probarles que podía cargar esa cámara y la cargué muchas horas seguidas, sin parar, me ofrecí a trabajar horas extra y ahí estaba, trabajando varios turnos cargando el mismo peso”. Y es que esta estudiante de
De techos y pisos incómodos Se entiende por techo invisible todos aquellos obstáculos artificiales e invisibles que impiden que las mujeres lleguen a ocupar altos puestos ejecutivos. Sin embargo, también está el problema del “piso pegajoso”, el cual consiste en las fuerzas que retienen a las mujeres en la base de la pirámide económica.
DESDE LA TRINCHERA
TRABAJO
ÉL,
UNO PARA ELLA
De todos modos, Elisa se esforzó hasta conseguir ser jefa de varias áreas, pero pronto renunció a su trabajo cuando exigió tener el salario que sus compañeros hombres tenían en el mismo cargo. Se lo negaron. “Yo era lo suficientemente competente como para permitir eso. Ahorita tengo un trabajo menos remunerado, pero lo preferí a pelear todos los días contra mi dignidad y tragarme el orgullo. No era justo, que ellos se lo pierdan”, destaca.
Juan Somavia, director de la OIT, en uno de sus discursos por el Día de la Mujer, comentó: “Si queremos que las empresas y las organizaciones sigan siendo competitivas, no podemos desperdiciar el talento de las mujeres. Ésta no es sólo la opción más correcta, sino también la más inteligente. Debemos seguir explicando cómo y por qué la igualdad de género es importante para el crecimiento económico y el bienestar de las familias. Para ser eficaces, las organizaciones y las empresas deberán depender cada vez más de una combinación equilibrada de atributos ‘masculinos’ y ‘femeninos’ en todos los niveles”. La autora es periodista.
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MUJERES TRABAJADORAS EN MÉXICO 1991
9 millones 599 mil 35
2004
15 millones 385 mil 216
DIFERENCIAS EN SALARIOS POR GÉNERO Entre 10 y 30 por ciento MUJERES EN EL GABINETE DE VICENTE FOX 6 de los 54 cargos
TRABAJO DOMÉSTICO
MUJERES
37 millones 902 mil 570
HOMBRES
22 millones 434 mil 769
-FUENTE OIT, INEGI
Para la OIT el reto para las mujeres y también para los hombres es una sola sentencia: mientras más se asciende mayor es la diferencia de género. El problema está en que para un grupo numeroso de mujeres es muy lento alcanzar posiciones de influencia más elevadas. “Me decían que la única manera de llegar a ser jefa de mi área era acostándome con el superior y nunca creí eso, pero todas las trabas que me ponían para conseguir la meta me hacían pensar que el ‘sexo jerárquico’ sí era necesario”, relata Elisa Mercado, ex asistente de una empresa que presta servicios de oficinas en Monterrey.
A CAPELA
TESTIMONIO
MI ADOPCIÓN
- POR HAYDEÉ PÉREZ DE GÓMEZ
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Entonces iniciamos la búsqueda, la primera opción que vino a mi mente fue el DIF. Llamé y nos dieron una cita; nos explicaron a grandes rasgos cómo era el programa de adopción y nos entregaron un listado de requisitos y papelería que deberíamos reunir. ¡Vaya que era extensa la lista!, ¡hasta examen de sida! Nos llevó un mes juntar todo lo que solicitaban, para después iniciar las entrevistas con las psicólogas y trabajadoras sociales, además de cumplir con una serie de exámenes psicométricos. Así que al cumplir con todo lo solicitado, en octubre de 1998, sentí que estábamos cerca de hacer realidad nuestro sueño. En la solicitud tratamos de abrir el abanico de posibilidades mencionando que podía ser niño o niña, que podían ser uno o dos –si fueran hermanitos–, pero que fuera lo más pequeño posible –que usara todavía pañales–. Ahora sólo quedaba esperar a que el comité del DIF se reuniera, revisara nuestro caso, nos aceptara como candidatos a padres adoptivos y que hubiera un bebé para nosotros. Cuando empecé a contar a mis amistades más cercanas nuestra decisión de adoptar, recibí todo tipo de comentarios: desde casos conmovedores de cómo un bebé que fue dejado a la puerta de un hogar cambió la vida de una familia, hasta historias fatales del hijo que se fue de la casa al saber que era adoptado. Había quiénes me felicitaban y quiénes preguntaban que si lo había pensado bien, que si sabía los riesgos que podría correr de que la criatura tuviera un mal hereditario. Pero a mí ya nada me hacía cambiar de opinión. También hubo quién me recomendó que intentara en otras instituciones para tener más posibilidades, no me pareció mala la idea, así que pedí informes también en el hospital La Conchita, y en Vida y Familia; pero lamentablemente ahí no pude llegar ni a la primera entrevista porque me dijeron que eran instituciones privadas sólo para católicos y como yo no lo soy, no podía iniciar el trámite siquiera.
Ése fue un golpe fuerte, no entendía cómo se me podía negar la posibilidad de ser madre sólo por el hecho de ser evangélica. Pero así fue. Pedí también solicitud en Filios, me la enviaron por correo, pero en ese momento no tenían bebés, sólo niños de más de dos años, así que decidí esperar. Al iniciar el año 1999 fui con mi jefe inmediato y le dije: “quiero que sepas que estoy esperando un hijo, sólo que este embarazo no sé si sea de tres, seis, nueve o doce meses, porque seré madre por adopción, pero tan pronto como llegue mi hijo voy a renunciar”. Él me pidió que le diera una fecha para poder planear con tiempo mi reemplazo, así que en ese momento le dije que trabajaría hasta el 30 de junio. En marzo mi esposo y yo empezamos a comprar los muebles para la recámara del futuro hijo y planeamos la decoración. Hicimos algunas remodelaciones y para junio la recámara estaba totalmente lista, amueblada y decorada. El día último de junio firmé mi renuncia y mi ritmo de vida cambió totalmente, ahora estaba en casa y disfrutaba del hogar, pero el motivo de todos los cambios aún no llegaba. Por fin, cuarenta días después –como si hubiera pasado por una incapacidad– llamé al DIF después del medio día y nos dijeron que ya éramos padres de un bebé de sólo 21 días de nacido y que podíamos pasar por él al día siguiente por la mañana. Teníamos menos de 24 horas para prepararnos y recibir a nuestro hijo. Nos presentamos ante el comité, y nos entregaron a un bebé hermoso y completamente sano, lo tomé en mis brazos y al verlo a los ojos le dije: “llegaron papi y mami por ti, te hemos amado siempre”. Actualmente Míkel tiene cinco años, sabe que lo hemos adoptado porque le contamos la historia de su llegada a nuestra vida y le decimos que es un niño que fue recibido con muchas flores, regalos y, sobre todo, con mucho amor de parte de todas las personas que lo rodean. Me siento afortunada de haber adoptado en esta época en que ya no existen tantos mitos sobre el tema, aunque aún queda mucho por hacer para que la adopción se vea simplemente como otra forma de construir una familia. La autora es integrante fundadora de la Asociación de Padres Adoptivos A.C.
-ILUSTRACIÓN CARLOS ESTRADA
“No hay más que se pueda hacer”, nos dijo un médico a mi esposo y a mí después de más de cinco años de realizar varios estudios y tratamientos de fertilidad sin conseguir éxito. En esta ocasión me dolió hasta el corazón. Me quedaban pocas lágrimas, había derramado ya muchas a través de todos los años de espera, ilusiones y expectativas. Así que le dije a mi esposo: “Acepto el que no podamos concebir, pero no renuncio a la maternidad, aún nos queda la adopción”.
PERFILES
UNA DE NOSOTRAS
UNA MUJER DE HECHOS NORMA VILLARREAL DE ZAMBRANO
- POR SONIA BORJAS
Norma Villarreal de Zambrano agradece a la política y a las organizaciones sociales en las que ha participado el haberla mantenido ocupada, porque gracias a esto ha tenido una vida feliz. “La gente ocupada siempre está contenta”, dice quien fuera la primera alcaldesa del municipio de San Pedro Garza García, Nuevo León. Nació el 2 de julio de 1922 en Monterrey. Vivió su infancia y adolescencia en el barrio de La Purísima, “ahí todos nos conocíamos, participábamos juntos en la fiesta de la parroquia, patinábamos en la plaza todo el tiempo, Monterrey terminaba en la casa de mis padres, ya no había más casas hacia el sur que la nuestra”. Estudió en el Colegio Americano, después pasó al colegio Sagrado Corazón en la colonia Obispado donde concluyó la escuela secundaria. Trabajaba dando clases de inglés, pero le interesaba conocer otros países, por lo que solicitó una beca al gobierno estadounidense y ésta le fue concedida. Estudió por dos años el bachillerato en Estados Unidos y regresando empezó a trabajar como secretaria en la oficina de su padre. Ya con seis años de novios, se casó en octubre de 1944 con Roberto Zambrano, con quien procreó dos hijas y siete hijos. Actualmente goza de sus 36 nietos y 28 bisnietos. Además de la convivencia familiar, disfruta de leer, tocar el piano y practicar tenis, golf y natación. Su participación política inició en 1964, en las filas del Partido Acción Nacional (PAN) y, poco tiempo después, encabezó una regiduría en el municipio de San Pedro Garza García. La petición inicial de militantes de su partido fue que se postulara para la alcaldía desde 1965, pero prefirió esperar y contendió hasta los siguientes comicios, ganando las elecciones. La alcaldía de San Pedro Garza García la ocupó de 1967 a 1969 y entre las acciones más importantes de su administración municipal destaca la construcción de la avenida Santa Bárbara y de la carretera a Chipinque, la introducción del drenaje sanitario, agua potable y gas natural en colonias populares, la edificación de dos escuelas y reparación de 36 aulas. Le propusieron promoverse posteriormente como candidata del PAN al gobierno del estado, pero esta oferta la desechó porque su interés principal era colaborar sólo en el municipio que habita.
Para Villarreal de Zambrano, la forma de hacer política de mujeres y hombres es diferente: a los hombres les interesa más la fama, cuidan mucho su imagen. “A las mujeres nos preocupa más satisfacer las necesidades básicas de las personas”, dice, “tenemos mayor percepción de los problemas más inmediatos de la gente, porque lidiamos con ellos todos los días en nuestro papel de amas de casa”. Hoy, y desde hace 44 años, un grupo de amigas y ella mantienen activa una asociación informal de mujeres que se encarga de reunir fondos para entregar canastillas para recién nacidos en hospitales públicos o repartir ropa en colonias de escasos recursos. Otra actividad en la que participa es el coro de ex alumnas del colegio del Sagrado Corazón, que, además de dedicarse a la música sacra en celebraciones religiosas, monta dos conciertos de música popular al año. Villarreal de Zambrano cree en las mujeres como agentes de cambio y pregunta “¿por qué no?” cuando se le cuestiona sobre la posibilidad de que una mujer llegue al gobierno del estado o a la presidencia de México. Sin embargo, reconoce que los hombres son celosos cuando se trata de compartir con las mujeres el poder político, “a mi me da mucho gusto que ya haya muchas mujeres participando en la política y en otras actividades que antes estaban reservadas para los hombres”. La autora es periodista.
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ASUNTO PÚBLICO
VIOLENCIA
INFANCIA, ABUSO Y ABANDONO - POR ANA MARÍA SCHWARTZ
La humanidad debe a la niñez lo mejor de sí misma. Declaración de los Derechos del Niño de 1924 En la historia de la humanidad, las niñas y los niños, al igual que las mujeres, se han considerado siempre objetos de valor personal. La consideración del infante como un objeto de propiedad de sus progenitores, permitía que la práctica del infanticidio fuera común en las sociedades antiguas y esto no sólo afectaba a las niñas y los niños anormales –sin duda los más desprotegidos en la historia humana hasta nuestros días–, por lo general las niñas eran eliminadas con mayor frecuencia que los niños.
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Durante el Imperio Romano se señalaba entre los derechos privados más importantes aquél que ejercía el padre sobre sus hijos (patria potestas); en la civilización China, en tiempos anteriores a Jesucristo, el poder de los padres sobre sus hijos era ilimitado, llegando a disponer de sus vidas. En América, las costumbres de los grupos indígenas incluían el sacrificio de niños y de jóvenes como tributo a los dioses. En la época del dominio español, el abandono y el infanticidio, motivado por razones de pobreza y vergüenza racial, fueron opciones copiadas de la cultura hispana, los cuales, a pesar de las creencias cristianas, se practicaron con frecuencia durante siglos. Las creencias religiosas no fueron suficientes para incidir en las actitudes hacia las y los niños en la Europa del siglo XVIII cuando se ignoraban incluso los métodos más primitivos de control natal. Llegaban al mundo niños y niñas que muy pronto eran abandonados en las calles, y en las puertas de las iglesias y orfanatos, quienes en su mayoría morían antes de cumplir dos años de vida. Antes del año 1700, incluso si el infante no era abandonado, su probabilidad de llegar a los 5 años de edad era inferior al 50 por ciento.
En el siglo XIX niños y niñas de apenas 5 ó 6 años trabajaban 10 horas o más por día en tareas agotadoras en fábricas y minas, en condiciones tan peligrosas que muchos enfermaban y morían. Eran requeridos, sobre todo en las minas de carbón, por ser lo bastante pequeños para arrastrarse por los minúsculos túneles, halando tras de sí canastas llenas de carbón. La mayor parte de estas minas eran subterráneas y los túneles que conducían a las excavaciones a menudo no tenían más de 70 centímetros, estaban mal ventilados, y algunas veces los cubrían de 7 a 10 centímetros de agua. También durante el siglo XX ha habido ignorancia, dolor y sufrimiento innecesarios. En todas las culturas del planeta los niños y las niñas son, y siguen siendo, las víctimas más indefensas ante el abuso del poder y la violencia. En los países occidentales el abandono, infanticidio y el aborto continúan siendo fenómenos sociales presentes. Oficialmente, fue hasta el año 1989 que los derechos humanos de la infancia quedaron establecidos en una convención internacional. Años antes, en 1924, la Liga de las Naciones tomó las primeras medidas jurídicas a favor de éstos. Unicef y la Comisión Internacional de Derechos Humanos han establecido acuerdos con los países suscritos a la ONU para castigar el abuso y el abandono contra niños y niñas, y promover una cultura de respeto y dignidad. Nuestro país, como firmante de esos acuerdos, garantiza los derechos de los niños y niñas mexicanos; a nivel estatal, el artículo tercero los establece. Recientemente fue modificado el Código Penal para tipificar como delito a la pornografía infantil –anteriormente era incluida como corrupción de menores–; sin embargo, el garantizar una vida digna, y sin violencia para todos los niños y las niñas en cualquier rincón del mundo, representa un compromiso personal de cada ciudadano de este planeta. La autora es Consejera Ciudadana del Instituto Estatal de las Mujeres.
LA CURUL
AGENDA LEGISLATIVA
CUOTAS SÍ - POR LUIS MANUEL GARZA -ILUSTRACIÓN XIMENA PEREDO
¿De qué sirven las cuotas de género en materia política si las mujeres no tienen experiencia ni interés para participar en la vida pública de nuestro país? Éste es uno de los principales cuestionamientos de quienes se oponen o cuestionan la eficacia de las reformas al COFIPE de junio de 2002, en donde se establece que “los partidos políticos o coaliciones, ante el Instituto Federal Electoral, en ningún caso incluirán más del setenta por ciento de candidatos propietarios de un mismo género”. El tema de las cuotas de género es relativamente nuevo y en nuestro país ya superó la prueba de la inconstitucionalidad, que miembros del Partido Acción Nacional interpusieron sin éxito en el 2002, contra las reformas que las incluyeron en la Ley Electoral de Coahuila. La Suprema Corte de Justicia de la Nación se pronunció en el sentido de que las mismas no violaban el Pacto Federal. Pero, ¿cuáles fueron los argumentos del PAN para debatir la inconstitucionalidad de las cuotas de género? ¿No se supone que las cuotas de género intentan cumplir con el principio constitucional que muy solemnemente reza: “El varón y la mujer son iguales ante la Ley”? Los argumentos de Acción Nacional y de los detractores de las cuotas pueden resumirse de la siguiente manera: – Violan el principio de igualdad, puesto que el mismo no puede medirse en porcentajes ni calcularse matemáticamente. – Transgreden el principio de libertad de trabajo. Resulta imposible ajustar los porcentajes, sin la voluntad de ambos géneros. – Utilizan un criterio prohibido para diferenciar a las personas. Al igual que el origen étnico y las creencias religiosas, el sexo no puede utilizarse para distinguir a los individuos. – Son paternalistas. Afianzan la idea de que las mujeres son seres indefensos o inferiores. – No respetan el mérito de las personas.
7 Bien, pues la Suprema Corte consideró insuficientes los argumentos en contra del establecimiento de las cuotas de género y, posteriormente, el Congreso de la Unión aprobó reformas al COFIPE en donde las incluye. Tal parece que mientras en la práctica no se demuestren sus invocadas maldades, la tendencia debe ser a favor de ellas y las leyes estatales que no las contengan, como la de Nuevo León, deberán reformarse en el mismo sentido; aunque no necesariamente con los mismos porcentajes. Sin embargo, ni los ministros de la Corte, ni mucho menos los diputados federales son infalibles. El tema debe seguir discutiéndose. Pero lo más importante: las mujeres deben demostrar que tienen interés en participar en política a pesar de que están siendo rechazadas. Mientras permanezcan de espectadoras y la lucha sea sólo de una minoría, de muy poco servirá la implementación de las cuotas en la Ley. Y seguramente sucederá que, para cumplir con el requisito, los partidos políticos les asignarán los distritos que de antemano saben que van a perder. El autor es abogado, editorialista y profesor.
SEXUALIDAD
PUNTO VITAL
SEXUALIDAD EN NUESTRAS MANOS AUTOEROTISMO FEMENINO
- POR BELINDA HERNÁNDEZ
Existen muchos mitos en torno a la sexualidad femenina. La ignorancia disfrazada de moral ha violentado el sano desarrollo de la vida sexual de las mujeres. Las frases como: “las mujeres decentes no disfrutan”, “las niñas buenas no hacen eso”, “siéntate con las piernas cerradas”, “no te toques ahí”, ya han hecho demasiado daño al placer sexual de las mujeres. Se estima que en México seis de cada diez mujeres han sufrido algún tipo de anorgasmia. Hay quienes después de 30 años de actividad sexual escuchan sobre la existencia del orgasmo, pero no saben qué es porque nunca lo han sentido. Para muchas, “hacer el amor” es el simple acto de ser penetradas, desconocen su constitución física y con ello las zonas erógenas de su cuerpo.
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La mujer se pertenece a sí misma, con un cuerpo capaz de percibir placer y explorarlo. Sabiéndose suya, debe aprender a conquistar su propio erotismo. La pregunta es, ¿cómo lograrlo si por siglos le han dicho que es pecaminoso y sucio? Lo primero es aprender a conocerse físicamente. El discurso de que lo sexual es malo, prohíbe la exploración de los órganos sexuales. Existen quienes jamás se han visto la vulva ni revisado cómo están constituidas. Es importante revisar los orificios, los pliegues y distinguir el clítoris, un pequeñito botón rojo que se encuentra protegido por los labios menores. Ese delicado órgano es un centro de placer intenso por sus terminales nerviosas y parece ser que su única función es brindar placer a la mujer.
Al conocer su cuerpo, además de visualizar las zonas erógenas, también está la posibilidad de reconocer algún cambio como laceraciones o infecciones, lo cual es importante para la salud sexual. A su vez, hay que aclarar que los órganos sexuales pélvicos no son la única fuente para alcanzar placer. La piel, el cabello, las piernas, todo el cuerpo, hasta nuestro más pequeño dedo del pie pueden ser zonas erógenas inexploradas. Por siglos, la religión ha satanizado la masturbación; sin embargo, actualmente se sabe que desde la niñez se practica como una forma de autosatisfacción y, además, como una forma de aprender a conocer las potencialidades sensuales del cuerpo. Pero cuando los adultos o adultas, con una educación de prejuicios, limitan a las niñas, éstas aprenden que no deben hacerlo y reprimen esta actividad o la llevan a cabo a escondidas. Las mujeres son quienes limitan más esta actividad, de hecho se cree que no la practican, porque los órganos sexuales femeninos están más ocultos que el pene. Sin embargo, el autoerotismo femenino existe y conlleva muchas ventajas como: – Disfrute del placer en solitario. – Conocimiento del cuerpo y de las zonas erógenas. – Sexo seguro. No existe posibilidad de un embarazo ni de contraer una infección sexual como el VIH-sida. – Autoexploración para reconocer bolitas o laceraciones para preservar la salud. La masturbación es una fuente para alcanzar placer en solitario. Un instante íntimo y excitante que además ayuda, cuando se está en pareja, a verbalizar con conocimiento cuáles son las zonas que más gusta se estimulen y con qué intensidad. En la actualidad muchos hombres no saben cómo satisfacer a sus parejas mujeres, para algunos es nuevo que ellas pugnen por lo que les corresponde: su placer. Por ello hay que explorar primero para después saber exactamente qué pedirles y juntos aprender a reconocer las prácticas sexuales como un encuentro de conocimiento mutuo, de amor, respeto y placer para ambos.
-ILUSTRACIÓN RUBÍ JUÁREZ
La autora es sexóloga educadora y periodista. Presidenta de Sexología Educativa Integral A.C. Editora de Sexualidadonline.com, primer portal de educación y salud sexual en México.
SANAS Y SALVAS
SALUD
OSTEOPOROSIS - POR JOSÉ DAVID ORTIZ MARISCAL
¿Qué es la osteoporosis? La osteoporosis es un trastorno de la mineralización ósea que da como resultado un aumento en el riesgo de fracturas, especialmente en las vértebras, la cadera y la muñeca, debido a la disminución de la densidad del tejido óseo, causada por la pérdida de balance entre la formación de hueso y la reabsorción del mismo, alterándose el remodelado normal del hueso y, por lo tanto, su micro arquitectura. ¿A quiénes afecta? Afecta a personas de cualquier edad, principalmente a las mujeres en proceso de envejecimiento. A escala mundial, una de cada 4 mujeres y uno de cada 8 hombres arriba de los 50 años tienen osteoporosis. México tiene casi 7 millones de mujeres mayores de 44 años, por lo que 1 millón 700 mil mujeres pudieran estar afectadas. Una de cada tres mujeres corre el riesgo de sufrir fracturas osteoporóticas. ¿Qué consecuencias tiene? Facilita la ocurrencia de fracturas en el fémur proximal (fractura del cuello del fémur) y distal (fractura del hueso del muslo), en el húmero (fractura del brazo), pélvis y antebrazo distal (muñeca), en muchas ocasiones con leves impactos o caídas. Causa dolores, deformidades, pérdida de la autoestima, altos costos de atención y, si se asocia a fracturas de cadera, puede impedir a una persona caminar sin ayuda mermando su independencia y calidad de vida. A escala mundial, el riesgo de sufrir fracturas por osteoporosis llega hasta el 40 por ciento en la mujer y el 13 por ciento en el hombre. ¿Cuáles son los principales factores de riesgo para la aparición de la osteoporosis? Ser mujer mayor de 50 años; de raza blanca; tener familiares con osteoporosis; menopausia precoz; consumo excesivo de alcohol o tabaco; dieta pobre en calcio por periodos prolongados; vida sedentaria; constitución delgada; padecer de diabetes, artritis reumatoide, intolerancia a la lactosa, mala absorción intestinal, alteraciones renales; consumo prolongado de medicamentos como corticoides, diuréticos, antiácidos que contengan aluminio; entre otros. ¿Cómo se previene la osteoporosis? Los tres pilares básicos en la prevención y tratamiento de la osteoporosis son: el ejercicio físico, una dieta con adecuado aporte diario de calcio y un estilo de vida sano.
Ejercicio físico Adecuado a la edad y características de cada persona, practicado de forma regular. Son recomendables los ejercicios como: caminar, subir y bajar escaleras, danza, ejercicios aeróbicos, natación. Están contraindicados los que incluyan flexiones, saltos o movimientos bruscos. Dieta Debe contener cantidades suficientes de calcio, fósforo, vitamina D, lactosa y fluor. Si la dieta diaria es deficitaria en calcio, debe recurrirse a los suplementos. El médico es quien mejor podrá orientar sobre el tipo de suplemento de calcio más indicado. En las mujeres climatéricas, además del calcio, puede ser beneficiosa la terapia hormonal de reemplazo con estrógenos, combinada con medicamentos que eviten la reabsorción acelerada del hueso; su uso requiere de una valoración médica personalizada. Estilo de vida Un buen estilo de vida debe comenzar desde la niñez y sobre todo en la adolescencia. Se debe dejar de fumar o beber alcohol en exceso y vigilar en la vida diaria las posturas que se adoptan tanto en reposo como durante el ejercicio. Entre los 30 y los 35 años se logra la mayor densidad de los huesos. Ésas serán las reservas para la vejez. ¿Cómo se diagnostica? ¿Cómo sé si tengo osteoporosis? A través de los diversos sistemas de densitometría ósea que permiten valorar los niveles de densidad mineral ósea (DMO). ¿En quiénes debe realizarse de rutina este estudio? – Mujeres mayores de 65 años con o sin factores de riesgo. – Mujeres post-menopáusicas menores de 65 años que presenten fracturas o que tengan cuando menos un factor de riesgo adicional además de la menopausia. – Mujeres que estén considerando tratamiento para osteoporosis y en las cuales el resultado de la medición de la DMO pueda influir en esta decisión. – Mujeres que han estado recibiendo reemplazo hormonal por un período prolongado de tiempo. El autor es médico ginecólogo y miembro activo de la Asociación Mexicana para el Estudio del Climaterio Capítulo Noreste, A.C.
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DE BUENA FUENTE
REPORTAJE
MIXTECAS M UY R E GIAS - POR ALEJANDRO SILVA MARTÍNEZ
Grandes sacudidas golpean al camión tipo coraza, no panorámico, cuando avanza por el camino que lleva a la colonia Héctor Caballero, en Villa Juárez, un asentamiento humano de los llamados eufemísticamente “urbanización progresiva”. El pavimento está dañado, pero en el resto de las calles que convergen no hay un solo metro cuadrado de asfalto, grandes charcos se forman con el agua de las lluvias recientes, y el lodo se adhiere a los zapatos y ropa de quienes abordan la unidad.
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El viaje desde Villagrán y Colón, donde retorna la ruta 89 Héctor Caballero-Santa Lucía, hasta la colonia tarda más de una hora, es el trayecto que recorren todos los días las 35 mujeres mixtecas avecindadas desde hace diez años en el área metropolitana de Monterrey, cuando acuden al centro a vender los productos que elaboran. La colonia Héctor Caballero es su hogar tras haber sido reubicadas de las márgenes del río La Silla, aquí habitan con su familia. El autobús se detiene, es el fin de la ruta. Algunos metros más adelante acaba el camino, sólo se ve el monte cubierto con arbustos, a un lado de esa frontera están las casas de la comunidad mixteca. Son 35 familias que una década atrás emigraron en busca de una mejor calidad de vida, Guadalupe Vega Rojas es una de ellas, habla a la perfección el español y es intérprete de las 34 restantes. De San Andrés, Oaxaca a la Héctor Caballero La sierra de Oaxaca es el enclave del pueblo natal de Guadalupe. Ella, sus hermanas y varias amigas se unieron al éxodo que encabezaron sus parejas, la mayoría músicos. Dejaron San Andrés Montaña para viajar a Monterrey, se instalaron en Guadalupe, en las orillas del río La Silla, de donde fueron desalojadas luego de que el gobierno municipal decidió construir un parque. Guadalupe y sus amigas coinciden en sentirse cómodas residiendo aquí: “Todo nos gusta aquí en Monterrey, porque allá en el pueblo no hay trabajo, no hay qué decirle que no nos gusta algo, estamos bien aquí, aunque sea sacamos para la comida y para los niños en la escuela; tenemos muchos niños en la escuela, algunos tienen los hijos en la facultad, ya nos sentimos como aquí de Monterrey”. Guadalupe, tras preguntarle en mixteco al resto de las mujeres, continúa explicando las razones que tienen para no desear regresar: “Los niños de nosotros, los más chiquitos, ya nacieron aquí, viven aquí, ya están acostumbrados aquí, ya no están acostumbrados allá en el pueblo de nosotros, están impuestos a vivir aquí porque tenemos muchos años, los más grandecitos son los que trajimos de allá para acá”, agrega. A San Andrés Montaña regresan una vez al año para pasar las fiestas, y aprovechan para traer algunos ingredientes usados en sus platillos típicos y festejar el día de muertos. “Vamos como dos meses, allá por octubre y noviembre, luego nos regresamos para acá, no vamos allá para quedarnos, vamos de visita”, precisa Guadalupe.
DE BUENA FUENTE
REPORTAJE
La adaptación a su nuevo entorno fue fácil, pero sus vecinos tardaron en asimilar que compartían la colonia con una comunidad indígena que guardaba sus tradiciones, y que hablaban mixteco mezclado con español, lo que generó discriminación. “Antes sí, a veces, cuando subimos a la ruta, se ponen a burlar, nos dicen cosas, a los niños también en la primaria, pero yo creo que ahora ya no”, recuerda Guadalupe. Martes de maquila Cada martes las mujeres de la comunidad se reúnen en casa de Guadalupe para elaborar pequeñas canastas, tortilleros y bolsas con materiales plásticos, el resto de los días salen a venderlos al centro de Monterrey para ayudarse en los gastos de la casa; sin embargo, eso les representa ingresos muy bajos. “Batallamos mucho para venderlas, casi ya no nos quieren comprar las cosas que nosotros hacemos, batallamos mucho, a veces se venden a veces no, la venta de esto, los productos que hacemos no es muy buena”, detalla Guadalupe. Las reuniones del martes se aprovechan también para recibir la visita de una capacitadora del Instituto Nacional para la Alfabetización de los Adultos, que les enseña a leer y escribir.
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Sobre si han pensando en hacer otras cosas para comercializar sus productos, Guadalupe responde: “No hallamos la forma, estamos haciendo las mismas bolsas y todo lo que antes hacíamos, pero la venta de esto ya casi no ayuda.” María Guadalupe Alfaro Aguilar coincide con su amiga sin dejar de tejer con las manos una bolsa en llamativos colores, dice que le es difícil convencer a los regiomontanos para que adquieran alguno de sus productos.
Al día siguiente, a diferentes horas, las 35 mujeres mixtecas caminarán hasta el taller de la ruta 89, abordarán un camión tipo coraza para trasladarse al centro de Monterrey y ofertar sus artesanías. Pese las pocas monedas que puedan recolectar, y las grandes diferencias entre su pueblo y el área metropolitana donde ahora habitan, no desean regresar. El autor es periodista.
-FOTOGRAFíA ALEJANDRO SILVA MARTÍNEZ
Como toda mujer que trabaja, las mixtecas cumplen con una doble jornada, en el hogar y en la vendimia. “Nosotras batallamos mucho porque salimos a vender y aparte las comidas, los niños y todas las cosas que hacemos en la casa, entre los dos mantenemos la familia”, detalla. Mientras sus esposos salen a trabajar, ellas se quedan en casa y un poco más tarde salen a vender los artículos que ellas mismas fabrican, con las ganancias apoyan un poco la economía del hogar. “Nosotras vivimos solas, nosotras tenemos los niños porque a veces sale a trabajar, nosotras salimos a vender”, dice María Guadalupe Alfaro Aguilar en un español mocho.
CENTRAL VIOLETA
VOTO FEMENINO
EL VOTO - POR SERGIO ELÍAS GUTIÉRREZ
La primera pregunta que me hice cuando me invitaron a escribir estas líneas sobre el voto femenino fue si tiene caso insistir en un tema que fue hecho consumado hace más de medio siglo. Recordemos que el derecho al voto femenino fue concedido, primero de manera limitada en las elecciones municipales, el 12 de febrero de 1947, cuando se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto de reformas al artículo 115 de la Constitución para señalar: “En las elecciones municipales participarán las mujeres, en igualdad de condiciones que los varones, con el derecho de votar y ser votadas”.
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En las demás elecciones las mujeres seguían excluidas del derecho al sufragio. Si vamos a la raíz, encontramos que la exclusión en el voto y, en general, de la participación política, se originaron por una desafortunada interpretación restrictiva de la Constitución. Desde la incorporación de las garantías individuales al texto constitucional en 1857, se estableció en el artículo primero que en nuestro país todos los individuos gozarían de los derechos que otorga la Constitución. Esta redacción fue respetada en la Constitución de 1917, salvo que esta última se apartaba de la redacción de la del siglo XIX, en la que prevalecía un concepto jusnaturalista. Esto implicaba que los derechos humanos fueran considerados anteriores al Estado. En esa virtud, la Carta Fundamental se limitaba a reconocer su existencia y a consagrarlos en el texto de la misma. Con espíritu positivista en 1917 se cambió la concepción de los derechos humanos. Desde entonces el artículo primero señala que los derechos humanos son “otorgados por esta Constitución”. Ya no se trata de reconocer derechos naturales previos y superiores a los otorgados por el Estado.
Este artículo considera la universalidad de los derechos, es decir, se conceden a nacionales y a extranjeros, a personas físicas y jurídicas, y, en general, a quienes el derecho reconoce alguna personalidad. Ante esa universalidad de derechos cabría preguntarse, ¿por qué los derechos humanos no fueron suficientes para que la mujer votara? Buscamos la respuesta de nuevo en la historia constitucional. En nuestro país los derechos políticos, votar y ser votado, y participar de manera activa en la política nacional, se encontraban consagrados, en un apartado distinto al título primero llamado de las garantías individuales, que comprende de los artículos 1 al 29 de la Carta Fundamental. Los derechos políticos estaban consagrados –ahí siguen– en el capítulo cuarto llamado De los ciudadanos mexicanos. En este capítulo, se establecía en el artículo 34 que: “Son ciudadanos de la República todos los que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan además los siguientes requisitos: – Haber cumplido dieciocho años, siendo casados o veintiuno si no lo son. – Tener un modo honesto de vivir”. Interpretado en estricto sentido gramatical se podía pensar que el enunciado “todos los que” incluía ambos géneros, pero la sorpresa es que a ese artículo se le daba una interpretación distinta a la que la lógica indicaría. Eso llevaba a concluir que la Constitución, al hablar de “todos los que”, no comprendía a las mujeres, sino sólo a los varones. Ya que este artículo estaba ubicado fuera del apartado de las garantías individuales se negaba la universalidad que éstas tenían. Se negaba a las mujeres la calidad de ciudadanas, y
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VOTO FEMENINO
FEMENINO M É X I C O
el derecho de votar que es propio y exclusivo de quienes son ciudadanos. Esta interpretación restrictiva, excluía del cuerpo electoral a la mitad o más de los mexicanos mayores de veintiún años, es decir a las mujeres. Ante la extensión del derecho al voto de la mujer en casi todo el mundo occidental, creció en México la demanda por otorgarle derechos políticos plenos, es decir, la ciudadanía que conlleva la capacidad de votar, ser votada y además participar en los asuntos políticos del país. Así, el 17 de octubre de 1953, se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma a la Constitución que consagra desde entonces: “Artículo 34: Son ciudadanos de la República, los varones y las mujeres” y sigue con la redacción original antes citada. Fue necesaria una reforma al texto constitucional paa romper la interpretación restrictiva. No obstante, persistían en otras leyes restricciones legales de todo tipo para las mujeres, pese a la universalidad de los derechos humanos de nuestro Texto Fundamental. En la década de los setenta y en el marco de la celebración en México de la reunión mundial de la ONU sobre población, se realizó una investigación del conjunto de leyes, estatales y federales, que resultaban discriminatorias para las mujeres: el saldo fue de cien leyes discriminatorias. Por eso se consideró necesario reforzar el principio de igualdad ante la ley. El 31 de diciembre de 1974 se publicó la reforma al artículo 4 para señalar: “El hombre y la mujer son iguales ante la ley”. Además se adicionó en el mismo texto lo que ahora se conoce como la libertad de procreación: “Toda persona tiene derecho a decidir de
manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos”. Con todo y esa reforma, las discriminaciones en contra de la mujer continuaron y no sólo en materia de derechos políticos, sino en la diferencias salariales y en oportunidades de ingreso a posiciones de relevancia social, política y económica. Y otra vez se reformó la Constitución, ahora en el artículo primero para señalar: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, de género” y otras muchas causas de discriminación.
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Con vista en eso podemos concluir que en nuestro país, no obstante la reiterada práctica de reformar la Constitución para reforzar o incluir derechos, sigue siendo escasa, por no decir nula, la concesión de medios de defensa de esos derechos, llamadas de cuarta generación o derechos sociales colectivos. En esta virtud, la lucha de las mujeres y de los varones modernos debe orientarse a que la igualdad jurídica sea una realidad material, a que las leyes sean normativas y no simple declaraciones carentes de sentido en la vida real. Pelear por el voto femenino fue importante, ahora la lucha debe orientarse al pleno disfrute de la igualdad jurídica, pero también material. Hasta que la igualdad jurídica no se convierta en igualdad material, podremos decir que somos una sociedad moderna y democrática. El autor es abogado, editorialista y profesor.
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VOZ EN CUELLO
POLÍTICA
PODER E IGUALDAD,
¿DOS CONCEPTOS IRRECONCILIABLES? - POR MARÍA ELENA RAMOS TOVAR
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El hecho de que en toda familia existan diferencias de edad, de género, de recursos económicos, de capacidades intelectuales diversas, de habilidades, o de colores de piel, conlleva la posibilidad de establecer relaciones de poder, dado que este concepto está relacionado con términos tales como diferencias, jerarquías, niveles. Sin embargo, no todas las relaciones de poder implican desigualdad. Según Maldonado, la desigualdad aparece “cuando interviene la valoración cultural de las posiciones y las implicaciones en el desarrollo de los individuos” (Maldonado, 1994:160); es decir, hablar de desigualdad está relacionado con lo que una cultura o sociedad establece como superior. Esto nos lleva a cuestionarnos: ¿qué significa hablar de relaciones de poder dentro de la familia?, ¿qué diferencia existe entre poder y autoridad?, ¿por qué tenemos una opinión negativa respecto al poder?, ¿es posible hablar de poder e igualdad al mismo tiempo? Partiremos de una serie de supuestos p a r a d a r respuesta a estas preguntas. Primero, en todas las relaciones sociales hay siempre una relación de poder. Segundo, en las relaciones de poder hay dominados y dominantes, pero esta dominación se basa en la idea de una subordinación legítima basada en el consenso. Tercero, como lo describe Foucault, el poder debe ser visto como un poder positivo que organiza y permite un orden para la vida social, es un poder concertado. Cuarto, el concepto de poder no está relacionado con la idea de posesión, sino con la idea del ejercicio del poder. Por tanto, los aspectos negativos ligados al concepto del poder se deben a la idea de que el poder es un objeto y por tanto es algo que se posee o no se posee. Quinto, que el poder puede tomar distintas formas y no se debe pensar únicamente como una versión simplificada de prohibición y castigo; el ejercicio del poder tiene también expresiones muy sutiles y puede pasar desapercibido por los actores.
Vamos por partes, sobre el primer supuesto Bourdieu (1997) sostiene que las relaciones de poder dentro de la casa están conectadas a otras formas de poder. El poder no sólo se refiere a las esferas públicas de las acciones humanas –el gobierno o los partidos políticos–, sino que es también intrínseco de otros tipos de relaciones humanas como las relaciones de producción, de alianza, familia y sociedad. Bourdieu argumenta que los sistemas de clasificación –la división por sexo, edad o posición en las relaciones de producción– reproducen y contribuyen sus condiciones objetivas asegurando la falta de reconocimiento de las arbitrariedades en las que están basadas estas relaciones (Bourdieu, 1997:164). Esta falta de reconocimiento es el universo de lo que no se discute, de lo inconfesado, del dogma. La adherencia expresada en la relación dogmática hacia el mundo social es el reconocimiento absoluto de la legitimidad a través de la falta de reconocimiento de las arbitrariedades. Dentro del hogar, las madres reproducen las relaciones de poder sin reconocerlas o estar conscientes de ellas al asignar “automáticamente” las tareas domésticas a las hijas y no a los hijos. Muchos autores (Arendt, 1998; Bourdieu, 1997; Maldonado, 1994) han establecido que en la relación entre dominado y dominantes ambos se necesitan para subsistir, es decir, el dominante busca asegurar sus privilegios y el dominado otorga al otro esa posición, “en las relaciones de dominación-subordinación tanto el uno como el otro se necesitan, así el deseo y voluntad de dominación están interconectados con el deseo y voluntad de subordinación.” Sin embargo, el ser dominado no implica que se carezca de libertad, porque, como dice Foucault, aun en las relaciones más opresivas existen “playas de libertad”. Por tanto, la determinación sobre quién manda y quién obedece en la familia está fundamentada sobre bases sociales-culturales. ¿Por qué la mujer es la responsable de los hijos y de las tareas domésticas? ¿Por qué los hombres tienen mayor control sobre el manejo del dinero? ¿Por qué los hijos tienen prerrogativas distintas a las hijas? ¿Por qué las mujeres empleadas y con mayor educación tienen más control sobre el número de hijos que van a tener? Las investigaciones sobre este tema han utilizado un esquema más o menos básico que consiste en analizar los recursos –grado de escolaridad, tipo de ocupación, ingresos– con que cuenta los miembros de una familia y los resultados que obtienen en la negociación de ciertos aspectos como la distribución de las tareas domésticas, el cuidado de los hijos, y el control y uso del dinero. Estos estudios sugieren que el poder
POLÍTICA
marital está influenciado por la interacción de recursos comparativos de las esposas y los esposos, y por las expectativas culturales acerca de la distribución de poder dentro del matrimonio. De esta manera, la determinación de quién manda y quién obedece, en parte se debe a los recursos que poseen y los derechos que se cree tener para manipularlos. Poseer tierra, trabajo, vivienda, utensilios domésticos, herramientas de trabajo, conocimiento y habilidades otorga capacidad de mando; es decir, la posibilidad de unos para imponer su voluntad a otros para “su propio beneficio”. La posesión de recursos se funda en criterios de valor (simbólicos o no) sobre bases biológicas o síquicas, unas sociedades valoran el saber del anciano mientras que otras el del joven, unas valoran más la propiedad territorial que las herramientas de trabajo, mientras otras dan un mayor valor al trabajo productivo que al doméstico. En el caso concreto de las investigaciones hechas en México, sabemos que el empleo femenino puede representar una fuente de transformación de la dinámica familiar (Benería & Roldán, 1992; Ramos, 1999), este cambio está sujeto al significado que hombres y mujeres le den al empleo femenino. En un estudio realizado entre hombres y mujeres regiomontanas (Ramos, 1999) se encontró que el empleo le otorga a la mujer más control sobre el ingreso del esposo, así como mayor sentimiento de independencia; segundo, a pesar de que las mujeres ganaban más que los esposos la mayoría de los entrevistados percibieron que el ingreso del esposo es el que paga los gastos más importantes de la casa e, incluso, son las mismas mujeres las que tienden a minimizar las diferencias salariales como una forma de evitar conflictos maritales. De esta manera podemos decir que para convertir el empleo de la mujer en una fuente real de poder, ella tiene que ser capaz de asignarle un valor. La investigación del trabajo doméstico en países desarrollados y países en vías de desarrollo muestra que la carga de trabajo del hogar recae principalmente en la mujer. Muchos hombres y mujeres perciben que la habilidad de la mujer para dar a luz las convierte en las principales responsables por las tareas de la casa y la crianza de hijos (García & Oliveira, 1994). En México, 91 por ciento de las mujeres que son parte de la población económicamente activa hacen trabajo doméstico, mientras que sólo 40.7 por ciento de los hombres lo hacen (INEGI, 2003).
VOZ EN CUELLO Estos datos empíricos nos llevan a la conclusión de que, como Maldonado (1994) establece, “el poder cambia y tiene grados (…) y en el ejercicio del poder se establecen múltiples interacciones, y cadenas de mandato y obediencia”. Las diferencias entre los miembros de una familia no necesariamente deben significar desigualdad. Visto así, el poder es, como lo dice Foucault, el poder del sí, aquél que produce saber, el de la verdad, es el positivo, el que construye, que produce normalización, que no explota y no reprime (Foucault, 1980). Por tanto, poder e igualdad no son términos irreconciliables. La autora es Doctora en Género e investigadora de la facultad de trabajo social de la UANL. – Arendt, Hanna (1998). Los orígenes del totalitarismo, Madrid: Taurus Ediciones – Benería, Lourdes (1992). The Mexican Debt Crisis: Restructuring the Economy and the Household. In Unequal Burden: Economic Crises, Persistent Poverty, and Women’s Work, Lourdes Benería & Shelley Feldman (ed.), Boulder, San Francisco, Oxford: Westview Press. – Bourdieu (1997). Outline of a Theory of Practice. Cambridge, United Kingdom/New York, USA. Melbourne, Australia: Press Syndicate of the University of Cambridge. – Foucault, Michel (1980), Power/Knowledge: Selected Interviews and Other Writings 1972-1977, edited by Colin Gordon, Harvester, London. – García, Brígida & Oliveira de, Orlandina (1994). Trabajo femenino y vida familiar en México. México: El Colegio de México. – Maldonado Gómez, María C. (1994). Relaciones de dominación en la familia. En Discurso, Género y Mujer, Gabriela Castellanos (ed.), Cali-Colombia: Editorial Facultad de Humanidades-Universidad del Valle. – Ramos Tovar, María Elena (1999). Gender, Power and DecisionMaking in Northern Mexico, PhD. Dissertation, Tulane University.
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MUCHO GUSTO
ENTREVISTA
SIN MIEDO A LA OSCURIDAD ENTREVISTA CON ALEIDA GUEVARA
En su primera visita a México, Aleida Guevara March no solamente vino a evocar los ideales de su padre, el legendario guerrillero Ernesto “Che” Guevara, sino también a recordar que es necesaria la participación de la mujer para lograr los cambios sociales que se requieren y que lleven a la construcción de un mundo mejor en donde lo que se globalice sea la solidaridad, la paz y el respeto.
- POR ISY DE LA LUZ
Aleida Guevara March, cubana comprometida con la revolución que llevaron a cabo su mítico padre y Fidel Castro en su país, realizó una gira por México en donde se incluyó Monterrey, como parte de las acciones que lleva el gobierno de Cuba en la defensa de los cinco presos políticos cubanos en Estados Unidos.
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Para terminar sus compromisos, Aleida, acompañada de Barbara Iglesias, otra cubana y Jesús Escamilla, arribaron al tradicional Café Nuevo Brasil, en donde compartimos una breve conversación. Isy: ¿Cuál ha sido su percepción de México en estos encuentros? Aleida: Sería muy superficial si yo te diera una respuesta a esto, porque llevo muy pocos días y así no puedes medir absolutamente nada, pero he tenido el privilegio de estar siempre rodeada de mucha gente que quiere mucho a mi país, entonces, por supuesto, la opinión que me llevo es la de gente muy solidaria, muy linda como seres humanos y de verdad que me voy muy contenta. Isy: ¿Cómo ve la situación en América Latina y cuál sería el papel que debe de jugar la mujer en estos cambios? Aleida: Decía José Martí, que un cambio social, una batalla, cualquier proceso importante, sin la participación de la mujer, fracasa. Creo que él tenía toda la razón, porque además yo te digo –como madre también– que nosotras no solamente defendemos nuestros principios y nuestros ideales, sino el futuro para el fruto de nuestro vientre y eso te da una fuerza mayor, una energía mayor. Creo que los procesos futuros en América Latina deberán tener, obligadamente, la participación femenina para llevar a cabo los cambios que se requieren. Hacen mucha falta cambios importantes, porque la política neoliberal acabó con nuestros pueblos. Hay que buscar alternativas, y ahorita se debe de trabajar en esto y forzosamente debe estar involucrada la mujer.
Isy: ¿Habrá que humanizar la política? Aleida: Pienso que la política neoliberal ya no tiene solución, ésa no puede utilizarse, hay que buscar nuevas alternativas a esto y lo que sí hay que buscar es la humanización de la globalización; la solidaridad globalizada, la paz y el respeto globalizado porque es como nosotros podemos vivir. Fíjate en las palabras de Benito Juárez, para mi son fundamentales: “El respeto al derecho ajeno es la paz”, tú no puedes violentar eso, aunque en este momento se hace en muchas partes del mundo. Isy: ¿Cómo lograr que la mujer no quede fuera de este proceso de búsqueda de nuevas alternativas políticas y sociales en América Latina? Aleida: Eso no tiene recetas. Ninguna. No hay recetas para que te sirva a ti o a la otra, es simplemente que las mujeres de cada lugar, de cada pueblo, tienen que buscar soluciones a los problemas pero, sobre todo, unirse y convencer a sus compañeros que son tan capaces como ellos de crear un mundo mejor, es más, que sin ellas, ese ”mundo mejor” no es posible. Isy: ¿Cuál sería el mensaje para las mujeres? Aleida: Una de las cosas más importantes es la educación dentro del hogar, es decir, nosotras tenemos que luchar para que las nuevas generaciones no cometan los mismos errores que cometieron nuestros padres o nosotras y ahí es donde está la clave, porque el machismo empieza desde la casa y, sobre todo, a partir de la educación femenina. Nosotras somos quienes permitimos que nuestros hijos nos vean servir la mesa, limpiar los platos, ser prácticamente una empleada de servicio y no una compañera que también trabaja, que tiene necesidades y que contribuye de una forma definitiva a mejorar la situación de nuestro entorno, de nuestro pueblo, del mundo.
ENTREVISTA
Isy: Entrando a cuestiones más personales, me gustaría saber si no ha sido un peso en su vida ser hija de un revolucionario considerado en el mundo como una leyenda. Aleida: No, porque soy hija de un hombre y de una mujer que se amaron extraordinariamente y para mí no es leyenda. Todo lo contrario: es mi papá y mi mamá. No lo veo de otra forma, para mí es un ser y es lo que hemos tratado de que la gente entienda. Mi papá es un ser humano muy completo, muy capaz, pero un ser humano, y nosotros podemos ser igual o mejor que mi papá, pero eso sí, hay que meterle “pecho completo” para poderlo lograr, no es fácil, porque era un hombre especial, pero un hombre. Isy: ¿Cuál es el recuerdo o el momento más importante que mantiene en su mente de lo que compartió con su padre? Aleida: Podría contarte, por ejemplo, que me dio miedo la oscuridad en mi niñez, y mi mamá me buscó un libro que era el cuentecito de un león que acompañaba a un niño. A mí me encantó el cuento, y ella se lo comentó a mi papá y él, en uno de sus últimos viajes, me trajo de regalo un león de peluche. Yo iba con el león al baño, a todos lados por la noche y le perdí el miedo a la oscuridad. Ellos dos me ayudaron a que perdiera ese temor, pero son cosas de los papás. Normal.
MUCHO GUSTO
Apresurada por el tiempo y además viendo su rostro que denotaba demasiado cansancio, a pesar de su sonrisa y amabilidad, para concluir la entrevista pregunté: Isy: Finalmente, ¿cómo se enteró o quién le comunicó la muerte de su padre? Aleida: Mi mamá. Yo tenía seis años, mi mami me leyó la carta de despedida y yo me di cuenta que mi papá había dejado de existir, y fue un momento duro, porque mi mamá lloraba mucho. Mi mamá siempre fue el centro de nuestras vidas, la mujer más fuerte y valiente que conozco, y, sin embargo, ese día era totalmente un llanto incontrolable, leyendo la carta ella lloraba y yo también, pero después me acordé de mi tío Fidel, quien unos días antes había platicado conmigo y me dijo que si mi papá caía en combate habría muerto como él quería y no se debe de llorar por los hombres que mueren como ellos quieren. Yo lo entendí y traté de trasmitírselo a mi mamá y creo que le ayudó en ese momento. La autora es Licenciada en Letras Españolas.
-FOTOGRAFíA HERÁCLITO BENAVIDES
Isy: ¿Usted no ve a la leyenda, al legendario guerrillero, si no al padre nada más? Aleida: Claro que no es una leyenda. Existe, es de carne y hueso y tienes que pensar en eso, hay que leer al Che para darse cuenta de cuán real es ese hombre, ahora les recomiendo la película Diarios de motocicleta, mírenla para que vean qué hombre era mi papi.
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MUY HOMBRES
NUEVA MASCULINIDAD
EL CULTIVO DE LA
PATERNIDAD
- POR JUAN GUILLERMO FIGUEROA PEREA
Se pretende compartir algunas reflexiones sobre el concepto de paternidad y las condiciones de posibilidad para su ejercicio, a partir de algunos de los modelos de aprendizaje del ser hombre.
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Paternidad en su contenido Si consultamos diccionarios y buscamos la palabra paternidad, encontramos recurrentemente que consiste en “tener la calidad de padre”; sin embargo, aquellos varones identificados como padres, ¿tienen “la calidad de padre”? Otras definiciones dicen que padre es el progenitor, quien biológicamente engendró a un hijo o quiere reconocerlo socialmente, aunque no lo haya engendrado, y ése es el caso de la adopción. El problema es que para mucha gente consiste simplemente en haberlo engendrado. La calidad de padre se adquiere, pues se cultiva la paternidad y se trabaja para ser reconocido como padre. Algunas responsabilidades paternas El padre proveedor. Cuando se le pregunta a los hombres cuáles son las responsabilidades de un padre, se tiende a decir que ser proveedor económico. El hijo podría preguntarse, ¿de mi padre yo nada más necesitaba apoyo económico?, ¿no había necesidades afectivas, de presencia, de juego, de contacto y de seguridad que hacían falta en el intercambio con él? ¿Valdría la pena que los hombres tomáramos una licencia de paternidad?, ¿qué haríamos si de repente nos la concedieran por tres meses? Lactar no consiste nada más en surtir de leche a un infante, es tocar, es acariciar, es cargar, es dar seguridad. La personalidad se conforma en buena medida entre los primeros cinco y seis años de vida, ¿qué pasaría si los padres pidieran una jornada laboral más corta para hacerse presentes en el desarrollo de la personalidad de los hijos? Si con la ausencia influimos, ¿por qué no tratar de influir mejor a través de la presencia? El padre autoridad. Es muy desgastante que la única figura que uno represente en la familia sea proveedor económico, y además le corresponda ser juez y autoridad. ¿Qué pasa cuando uno se equivoca como juez en un contexto donde se cree ser el padre perfecto, el que establece las normas, que incluso se puede estar más allá de ellas porque se es el juez? Cuando los padres no reconocemos errores, acabamos transmitiendo que no se debe rectificar, sino al contrario, justificar.
Valdría la pena cuestionar la figura de autoridad, repensar las relaciones de poder, siendo capaces de reconocer, por ejemplo, que podemos aprender de los hijos. Un relación de paternidad donde se piensa que los hijos no pueden enseñar algo resulta aburrida; por otro lado, resulta una aventura y un proceso muy interesante, si se reconoce que ellos pueden enseñar cosas; para ello se tiene que demostrar que no se sabe todo lo que ellos creen, que se tienen limitantes, defectos. ¿Cómo decirle a un hijo que no sabemos de lo que están preguntando, que a veces tenemos miedo o que nos sentimos solos? El padre modelo. Frecuentemente se piensa a los padres como un modelo a seguir. Representa todo un reto y responsabilidad el que los hijos tomen a sus padres como modelos de referencia, ya que, por ejemplo, ¿qué sucede cuando la interacción es a través de la violencia o de la alcoholización? Podría decirse que la alcoholización es una “epidemia simbólica” en el sentido de que los hombres creemos que tenemos que buscar situaciones de riesgo para legitimar nuestra masculinidad. ¿Qué tipo de modelo le transmitimos a nuestros hijos?, ¿en qué tipo de contexto los estamos socializando? Muchos varones dicen que el primero que los violentaba y humillaba era su propio padre, con el argumento de que así aprenderían a ser hombres; ¿cómo les pedimos cuentas después por ser violentos? Elementos lúdicos de la paternidad la paternidad fuera pura responsabilidad, sería una tremenda complicación. A continuación se comentan otras características relacionadas con su aspecto positivo, disfrutable y amable. El padre que (se) acompaña. Algo muy disfrutable de la paternidad es la presencia y la compañía de los hijos, cada uno con sus personalidades distintas. Habría que pensar si ellos también se sienten acompañados cuando estamos nosotros, o bien si se sienten estorbados o hasta amenazados. La compañía puede ser un tremendo desencuentro si no se han cultivado los tiempos y los ritmos para acompañar, ya que es frecuente –en la versión de los hijos– que el padre quiera establecer sus tiempos y sus ritmos. El contacto con los hijos es favorable para el desarrollo de los propios padres: cuando se ha estado cerca de ellos, tratando de entender y respetar sus tiempos, se aprende a ser tolerante y paciente.
MUY HOMBRES
NUEVA MASCULINIDAD
El padre que (se) divierte. Divertirse con un ser querido es una doble diversión. Divertirse con alguien que de alguna manera es producto de uno, con un personaje que hemos acompañado en su proceso de construirse como persona es fascinante como una relación posible en la paternidad. Esta característica alude a la diversión, la cual es posible si se es capaz de conectarse con sus tiempos, lenguaje y su lógica, pero a la vez si logramos que ellos reconozcan nuestros ritmos de interacción. Los vicios de la paternidad También es factible encontrar en el ejercicio de la paternidad elementos que degradan las relaciones entre las personas involucradas. El padre violento. Cuando en la violencia intrafamiliar quien violenta es el padre, el sentimiento que genera en los hijos es de humillación y de disminución de su autoestima; es un proceso de desadaptación social y emocional. Es urgente hablar de la violencia y de las formas en que los hijos pueden contrarrestar el impacto de una experiencia tan desagradable, pero sobre todo tratar de contrarrestar el ejercicio mismo de la violencia, descifrando sus causas e, incluso, indagando las historias de violencia a las que muchos hombres han estado expuestos antes de ejercerla. No se trata de exculparlos, pero sí de identificar los mecanismos para contrarrestar el gran impacto que tiene por provenir de una persona que muchas de las veces se ama y que se reconoce
como autoridad, a la par que como ejemplo y modelo a seguir, pero que paralelamente se le teme, por ese tipo de prácticas sociales. El padre autoritario. El autoritarismo y el abuso del poder se ejercen en relaciones jerárquicas y desiguales. Es frecuente recurrir al discurso de que los hijos tienen que obedecernos y servirnos porque son nuestros hijos, y porque uno es su padre. Sin embargo, lo que valdría la pena imaginarse es si tendría validez para nosotros el que ellos demandaran equidad con el argumento de “porque son nuestros hijos”. Lo que muchos hijos no nombran por agotamiento o porque no ven muchas posibilidades de cambio en los padres refleja una crítica (a veces silenciosa) a los autoritarismos ejercidos por los padres en sus intercambios con ellos.
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Conclusiones El ejercicio de la paternidad puede ser visto como parte del replanteamiento de las responsabilidades de género y sociales en el entorno de la reproducción, en tanto representan vínculos entre la reproducción biológica y la social, y una de las posibles síntesis de las relaciones de género y generacionales. A través de resignificarla, de nombrarla críticamente y de tomar distancia de su ejercicio, nos haremos de más recursos para enfrentar sus complejidades, tendremos más elementos para disfrutarla, y para construir una paternidad respetuosa, solidaria y afectiva, que a la par nos facilite resignificarnos como personas, dignificarnos como personajes sociales y divertirnos más como seres humanos. Adaptación de la ponencia El miedo a la soledad en el ejercicio de la paternidad: una reflexión personal presentada en las VII Jornadas de historia de las mujeres, realizadas en Salta, Argentina, durante julio de 2003.
El autor es investigador y profesor de El Colegio de México.
-ILUSTRACIÓN XIMENA PEREDO
El padre amoroso y amado. Es posible pensar que los hijos quieren a sus padres y que si los aceptan no es por obligación, sino por convicción; es decir, que es algo que fluye espontáneamente. El amor no se impone, no podemos obligarlos a que nos amen, el amor se cultiva, y por eso es atractiva la relación entre los padres y los hijos, porque es un reto permanente el cultivar una relación amorosa “dentro de una relación obvia”. No hay quien ame por obligación, sino que el amor disfrutable es el que se vive por convicción. Al mismo tiempo que es una característica fascinante de la paternidad, resulta una interacción que necesita cultivarse.
PLUMA Y FUENTE
CREACIÓN LITERARIA
BORRAR EL PASADO Cuento publicado por primera vez en el periódico El Norte en marzo de 1994.
- POR ROSAURA BARAHONA
Casandra estaba furiosa. Mientras entraban a la clínica de especialidades neurológicas, veía a Rolando y se preguntaba por qué no lo mandaba al diablo. Los hombres no eran todos iguales como decía la frase hecha, pero les faltaba poco para serlo. Su esposo, ajeno a las ideas de su mujer, sonreía ufano. Desde que la ciencia había descubierto cómo y dónde almacenaba el cerebro humano los recuerdos, podía borrarlos, definirlos o aclararlos con un procedimiento sencillísimo. Bastaba una descarga eléctrica para alterar, de acuerdo a lo solicitado por el paciente, toda huella de la memoria en el espacio y en la profundidad deseados.
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El descubrimiento fue uno de los grandes avances del siglo XXI. Los criminales, los seres dañados por traumatismos psicológicos, los asesinos, los obsesivos, los viciosos, los fanáticos, los falsos poetas, los santos, los tímidos, los mitómanos y los malos artistas eran sometidos a tratamientos diseñados por un equipo interdisciplinario que determinaba qué se debía borrar para siempre. Todos los pacientes despertaban transformados y ya sin memoria de esa fracción de su pasado. Aun así, eran sometidos a observación durante períodos específicos y si en tres años no había regresiones, se destruía su expediente oficial y se les proporcionaba una nueva identidad. Su rehabilitación merecía la aceptación absoluta de la sociedad a la que alguna vez habían dañado con sus excesos. Pero también existía la posibilidad de acceder al tratamiento por voluntad propia. En casi todos los países eso había dado resultados maravillosos. No en México. El mexicano –salvo algunas excepciones– lo había visto como la oportunidad de realizar el sueño más frecuente entre los varones latinos: ser el primero y el único en la vida amorosa de sus mujeres –porque ellos no se conformaban con una. Como el procedimiento era rápido y barato, muchos mexicanos empezaron a borrar todo lo que consideraban inconveniente del cerebro de sus féminas. Eso incluía la huella de cualquier otro hombre, así fuera el niño que en primaria había osado robarle un beso durante el recreo. Casandra estaba lista para entrar al cubículo en donde le borrarían los recuerdos que molestaban a Rolando. El médico tenía el mapa de su cerebro al lado de la larga lista de las experiencias que aparecían bajo el inciso Vida Amorosa. Aunque Casandra había aceptado borrar algunos recuerdos, otros le eran muy queridos y se resistía a desecharlos de su vida. Rolando fue tajante: todos. De no ser así, se divorciarían. Su determinación no era negociable. Casandra amaba a Rolando. De todos los hombres que había amado, sólo él la había conquistado sin pedirle que renunciara a su vida. Poco a poco, ella se volvió más dependiente de sus palabras, de sus llamadas, de los largos paseos verbales en los que se contaban, se escuchaban, discutían, se reclamaban. De él había aprendido mucho y quería seguir aprendiendo. Un día descubrió que Rolando daba sentido a su vida y cometió el error
CREACIÓN LITERARIA
PLUMA Y FUENTE
de decírselo. Descubrió también que, como la mayoría de los hombres, Rolando se engolosinaba con su propia vanidad y no sabía qué hacer con ella, sino convertirla en un poder que ejercía con placer morboso. A partir de entonces –como contaba la literatura de las abuelas–, Rolando se transformó y dejó salir su otra –¿la verdadera?– personalidad. Los celos se volvieron cotidianos y retroactivos, lo cual a Casandra le parecía injusto y ridículo. Pero no podía hacer nada. La situación se fue agudizando. A mayores celos de Rolando, mayor sumisión de Casandra. Por eso estaban ahora en la clínica de donde saldría inmaculada; sin las cicatrices ni la dulzura que le habían dejado otros ojos, otros cuerpos y otras voces, que la habían hecho ser lo que era; Casandra no podía negarlo. Rolando la tomó del brazo y la empujó con suave firmeza hacia el cubículo de cristal en donde la esperaba el especialista. Antes de soltarla, la besó con uno de esos besos que a Casandra le doblaban las corvas y la exhortó a volver pronto. Ansiaba recibirla en sus brazos, totalmente pura para que, ahora sí, fuera sólo de él, le dijo. Casandra entró y cerró la puerta transparente. Se sentía como en una clínica de desintoxicación, aunque no estaba intoxicada. Se sentó frente al médico y empezó a recorrer la lista de experiencias subrayadas. Entre recuerdo y recuerdo volvía a ver a Rolando: su mirada denunciaba una alegría y un júbilo apenas contenibles. En unos segundos revivió su primer beso en una calle desierta, se recostó sobre un ventanal de cristal pegado al cielo, acarició una espalda desnuda y alguna vez amada, descubrió el otro lado del mundo en una larga conversación en medio del bosque, escuchó las canciones cursis que le cantaron frente a la chimenea de una cabaña en La Rumorosa, hizo el amor frente al mar en un amanecer sin luna y lloró todos sus desencuentros. En unos segundos vio lo que sería su felicidad al lado de Rolando cuando en ella sólo existiera él. Habló unos momentos con el médico y se acostó en una plancha de acrílico al mismo tiempo que los cientos de pacientes cuyos recuerdos se borrarían en la cita de las diez. Vio a su esposo señalar con el dedo pulgar hacia arriba y al doctor teclear las instrucciones que movieron vertiginosamente los brazos seguros de un robot sobre la cabeza de Casandra. Tres minutos después se levantó, sonrió agradecida al médico, firmó unos papeles, recogió una receta, abrió la puerta y pasó frente a Rolando sin siquiera mirarlo. Casandra no acostumbraba voltear a ver a los desconocidos. La autora es escritora, editorialista y profesora de literatura.
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SE ROMPEN GÉNEROS
RECOMENDACIONES
CHICAS DE CALENDARIO:
LA RECONCILIACIÓN DEL CUERPO Y EL ESPÍRITU
- POR LETICIA VARGAS LÓPEZ
Los personajes de la película Chicas de calendario son una representación de la mujer contemporánea que trasciende la falsa dicotomía mente-cuerpo. Bajo la dirección de Nigel Cole, en esta historia de la vida real, adaptada al cine por Juliette Towhidi y Tim Firth, un grupo de señoras de la tercera edad vive sus años de madurez integradas a un instituto de mujeres en el que se reúnen para participar en actividades de jardinería y cocina.
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Al plantearse en una junta del instituto el nuevo tema del calendario que editan para conseguir fondos para sus obras de caridad, una idea novedosa surge en la mente de Chris. Primero en secreto y luego abiertamente, Chris y sus amigas empiezan a preparar el calendario: ellas mismas posarán desnudas, gloriosas, en la plenitud de su vida.
Chris y Annie –las protagonistas– pertenecen a la clase media de un poblado inglés. Educadas para ocultar su cuerpo hacen abstracción de su sensualidad, hasta que un día deciden liberarse y mostrarlo. La experiencia, en un inicio frívola y escandalosa, se revelará al final como un triunfo del espíritu. Para estas mujeres provincianas de la campiña inglesa, como para la mayoría de quienes crecimos con la referencia fundamental de la cultura occidental, la concepción del cuerpo como una cárcel para el alma subyace aún en los albores el tercer milenio. El cuerpo como un espacio que debe ser negado en aras de enaltecer el espíritu, es un concepto cristiano que se intensificó con el racionalismo de la Europa del siglo XVI y que heredamos hasta nuestros días. De entonces a la fecha la dicotomía mente-cuerpo ha expresado la lucha entre el bien y el mal, la oposición entre lo material y lo inmaterial, la distancia entre lo sagrado y lo profano. La muerte de John –marido de una de ellas– lleva a este grupo de mujeres dedicadas a las labores femeninas a reparar en la riqueza que cada una, a sus 50, 60 años de edad, atesora en su interior. “La última etapa es la más hermosa” les ha dicho el difunto antes de morir, haciendo un símil con la vida del girasol.
A pesar de lo extravagante de su idea y la oposición inicial de algunas de sus compañeras, ante el argumento contundente de que no están desnudas, sino al natural, posando para una obra de arte, finalmente la Convención Nacional de Mujeres aprueba la idea. El calendario se realiza y tiene un gran éxito entre el público, lo que provoca que se reedite varias veces más y que viajen a Estados Unidos a dar una entrevista al show de Jay Leno. Luego de lograr importantes recaudaciones para un institutición de lucha contra el cáncer, las chicas cincuenteras, ricas en experiencia y reconocimientos, regresan a su vida de siempre, satisfechas de haber dado testimonio del esplendor de su edad. Esta película inglesa da cuenta de cómo las mujeres somos quienes hemos recibido el peso mayor de la idea de que el cuerpo debe ser ignorado para que se vuelva instrumento de elevación espiritual, pero también narra cómo está cambiando la manera en que lo habitamos. La historia de Chicas de calendario es maravillosa sobre todo porque es real y representa con justicia un nuevo modelo de mujer que trasciende atavismos culturales que por siglos nos han obligado a negar la mitad de nuestro ser. La autora es cineasta.
LAS MONERAS
DE LA SERIE LUNARES:
CÓMIC
GRAVE EDAD
- HISTORIA: PAULA BERNAL
- DIBUJO: ANA LORENA MARRÓN
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DESDE LA REDACCIÓN
NOTAS
EL INSTITUTO INFORMA
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Un factor importante para alcanzar el logro de los objetivos del Instituto Estatal de las Mujeres es la coordinación con diferentes organismos del sector privado y público a través de convenios de colaboración.
Dirección de Enlaces La Dirección de Enlaces continúa con las giras a los municipios, capacitando en el trimestre a un total de 49 ayuntamientos en derechos de las mujeres y perspectiva de género; además en diferentes zonas se pintaron 97 bardas con la leyenda “Todos los derechos para todas las mujeres”.
Dirección Jurídica Durante el tercer trimestre del año el Instituto firmó nuevos convenios con la subdirección de jueces calificadores de Monterrey, la Secretaría de Seguridad Pública de Nuevo León y la Universidad Metropolitana de Monterrey, para continuar con la impartición de cursos y talleres de capacitación, promoción de investigaciones con perspectiva de género, y el servicio social de alumnas y alumnos.
Un total de 36 organizaciones de la sociedad civil participaron en reuniones de trabajo con esta Dirección, además de ocho colegios de profesionistas y seis instituciones de educación superior.
Como parte del convenio con la Secretaría de Seguridad Pública, en el mes de agosto se ofreció un curso de capacitación contra la violencia familiar a dos mil 300 elementos de la dependencia. La capacitación en la atención de la violencia, incluyó además a 43 jueces calificadores y 100 abogados defensores de oficio. En el periodo julio-septiembre, esta dirección ofreció 457 asesorías jurídicas y psicológicas, beneficiando a un total de 14 mil 304 personas; y elaboró un anteproyecto de reformas a la Ley Electoral del Estado. Dirección de Planeación, Administración y Evaluación Para dar seguimiento a la situación de las mujeres en las diferentes actividades productivas en el estado, el departamento de investigación se encuentra realizando la segunda fase del estudio Participación de las Mujeres en la Administración Pública Estatal y la muestra y cuestionario del estudio sobre prevalencia del dolor crónico en las mujeres. A través del programa Banca de las Mujeres se han garantizado ya 86 créditos a igual número de beneficiarias y están en espera de entregarse 36 más. Este programa tiene por objetivo otorgar a las jefas de familia que viven en situación de desventaja, un crédito que les permita iniciar un negocio que contribuya a mejorar sus condiciones de vida.
Dirección de Capacitación En el tercer trimestre del año, la dirección de capacitación del Instituto impartió un total de 59 conferencias, cursos, talleres y diplomados en materia de derechos humanos, perspectiva de género y una nueva forma de convivencia familiar a un total de tres mil 112 personas, de las cuales el 80.82 por ciento fueron mujeres. Los sectores impactados fueron en primer lugar el social, pero también se atendió a población de área pública y privada. Dirección de Comunicación En el marco del Día de las Personas Adultas Mayores, el 28 de agosto, el Instituto encabezó una campaña de difusión de los derechos de este grupo de población a través de la elaboración y distribución de postales, de las que se imprimieron 18 mil; seis mil de ellas en colaboración con la administración municipal de Guadalupe y Santa Catarina. La presencia del Instituto en los medios de comunicación es relevante: en el trimestre se contabilizó un total de 132 entrevistas de radio, prensa y televisión con las funcionarias del IEM; mientras que el programa Mujeralia llegó a la emisión 14 en radio y al número 13 en televisión. Se elaboró una serie de comics sobre derechos, violencia, e información general del Instituto y el segundo número de la revista Violeta.