Varios > Para Una Crisologia

  • November 2019
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Varios > Para Una Crisologia as PDF for free.

More details

  • Words: 3,634
  • Pages: 5
PARA UNA CRISOLOGIA – Edgard Morin La noción de crisis se ha extendido a todos los dominios: pareja, ciencia, sociedad, etc, pero ha sufrido una suerte de vaciamiento. Krisis significa decisión: es el momento decisivo, en la evolución de un proceso incierto, que permite el diagnóstico. Hoy crisis significa indecisión; es el momento en que con la perturbación, surgen las incertidumbres. Pongamos en crisis la noción de crisis. El concepto fue aplicado primero en Biología (como perturbación, de ruptura del equilibrio), pero despliega su riqueza en lo socio-histórico. Sin embargo, no debemos considerar el dominio antropo-social-histórico como un dominio cerrado. Si queremos ir más allá de la idea de ruptura del equilibrio, es necesario concebir la sociedad [de un modo más abarcador que el habitual] como sistema capaz de tener crisis; es decir, plantear 3 órdenes de principios: sistémico, cibernético, neguentrópico, dado que sin estos principios la teoría de la sociedad es insuficiente y la noción de crisis inconcebible. El principio anti-or-ganizacional de organización El concepto de sistema (conjunto organizado por la interrelación de sus constituyentes) debe evocar la idea de antagonismo, dado que toda interrelación supone el juego de atracciones, afinidades, posibilidades de relación, pero también la repulsión y la disociación. Como dice Lupasco: “a fin de que un sistema pueda formarse y existir, es necesario que los constituyentes de todo conjunto, por su naturaleza o por las leyes que los rigen, sean capaces de acercarse al mismo tiempo que excluirse, de atraerse y a la vez repelerse, de asociarse y disociarse, de integrarse y desintegrarse”. Así, toda interrelación necesita y actualiza a la vez un principio de complementariedad y necesita y virtualiza a la vez un principio de antagonismo. A diferencia de los equilibrios termodinámicos de homogeneización y desorden, los equilibrios organizacionales son equilibrios de fuerzas antagónicas. Y toda relación, ergo toda organización, todo sistema, implica, produce un antagonismo. Al antagonismo que supone toda interrelación, se sobreimprimen los antagonismos que produce la organización sistémica, dado que el sistema instaura restricciones, inhibiciones, que avasallan y potencializan fuerzas y propiedades que, de tener que expresarse, serían antagónicas con respecto a las otras partes, a las interrelaciones, a la organización como conjunto. Hay, pues, un antagonismo entre lo que está actualizado y lo que está virtualizado. Lo que está actualizado es complementario, asociativo, organizacional. Así, puede enunciarse el siguiente principio sistémico: La unidad compleja del sistema crea y a la vez rechaza un antagonismo. El antagonismo latente o virtual entre partes relacionadas así como entre las partes y el todo es la otra cara de la solidaridad manifiesta en el seno del sistema. Las complementariedades sistémicas son indisociables de antagonismos. Estos antagonismos irrumpen cuando hay crisis, y hacen crisis cuando están en erupción. En los sistemas vivos, las complementariedades son inestables y oscilan al tiempo que los antagonismos, de la actualización a la virtualización y de la virtualización a la actualización. En los ecosistemas y los sistemas sociales de los mamíferos, comprendidos los humanos, la relación entre complementariedades, concurrencias, antagonismos, se complejiza: las mismas relaciones pueden ser al mismo tiempo complementarias y antagónicas. Esto porque en el seno del sistema vivo un proceso de desorganización o desintegración es a la vez complementario, concurrencial y antagónico al proceso de reorganización permanente de la vida. [Ejemplo hasta aquí: pasaje de la fusión al juramento en un grupo desde Sartre: tensión entre integrantes, tensión entre el grupo y el integrante: entre la tendencia a la integración y la pertenencia grupal y el rechazo a la masificación; entre la tendencia a la individualidad y la necesidad asociación con el otro] En el nivel cibernético se observa que en los sistemas de complejidad cibernética (como la máquina, la célula, la sociedad) la organización misma suscita y utiliza comportamientos y efectos antagónicos por parte de ciertos constituyentes. Es decir que hay también antagonismo organizacional (feed-back negativo). La retroacción (que mantiene constante y estable un sistema) es llamada negativa, dado que, desencadenada por la variación de un elemento, tiende a anular esta variación. La regulación resulta pues, de la acción antagónica de uno o más elementos sobre otro u otros elementos, tan pronto éstos varían más allá de una zona de tolerancia y amenazan la estabilidad, la homeostasis del sistema. Así, la regulación

mantiene la complementariedad general del sistema por medio de una acción antiantagónica parcial y local. Hay pues un lazo ambivalente, en el nivel cibernético, entre complementariedad y antagonismo. Este lazo es de naturaleza organizacional. La complementariedad juega de manera antagónica al antagonismo y el antagonismo juega de manera complementaria a la complementariedad. La regulación, el control, se oponen a los antagonismos virtuales que sin cesar comienzan a actualizarse. De modo que el antagonismo no solamente lleva a la disociación, sino que contribuye a la estabilidad y la regularidad. Resumiendo: Antagonismo en diversos niveles: - en el nivel de las interrelaciones, que lo suponen y lo neutralizan - en el nivel de las restricciones organizacionales, que crean y rechazan el antagonismo - en el nivel de la utilización organizacional de procesos y acciones antagónicas El antagonismo organizacional / antiorganizacional (Nivel neguentrópico) El antagonismo lleva en sí, potencialmente, la desintegración del sistema. Desde este ángulo podemos considerar el principio de entropía (muerte térmica), 2º de la termodinámica. El crecimiento de la entropía corresponde a una degradación energética-organizacional que libera los antagonismos, los que acarrean desintegración y dispersión (Siguiendo con el ejemplo, la burocracia): un sistema cerrado sólo puede evolucionar hacia la desintegración. La única posibilidad de luchar contra la desintegración es: - integrar y utilizar lo más posible los antagonismos en forma organizacional - renovar energía y organización extrayéndolos del medio (sist. abierto) - poder automultiplicarse de manera que la tasa de reproducción supere la tasa de degradación - ser capaz de autoorganizarse, de autodefenderse Es el caso de los sistemas vivos, que integran su propio antagonismo, llevando en sí a la muerte [si sólo consideramos los elementos y no el sistema de conjunto, que según Prigogine, sufrirá un punto de bifurcación] Recapitulemos: - La existencia de un sistema implica antagonismos, que llevan en sí la potencialidad de la muerte del sistema. - La potencialidad desintegradora es proporcional a la fuerza de integración que relaciona los sistemas físicos. En los sistemas cibernéticos, las potencialidades desorganizacionales y las potencialidades organizacionales son las dos caras del concepto de Jano de feed-back: allí donde hay feedback negativo hay potencialidad de feed-back positivo, es decir de una desviación que se amplifica nutriéndose de su propio desarrollo. Así, si nada lo inhibe, el feed-back positivo se propaga en cadena en todo el sistema, se vuelve runaway (precipitación desintegradora). Pero hemos observado que las relaciones concurrentes y antagónicas son fundamentales en la constitución misma de los ecosistemas. Formulamos así el principio: no hay organización sin (sólo en carácter potencial) antiorganización. Para la máquina, es feed-back positivo; para el ser vivo, es desorganización permanente. La antiorganización es a la vez necesaria y antagónica a la organización. La problemática del antagonismo Así, antagonismo y complementariedad son dos polos de una misma realidad compleja. El antagonismo, más allá de ciertos umbrales y procesos, se vuelve desorganizacional. Pero, aún desorganizacional, puede constituir la condición de reorganizaciones transformadoras. Esto se profundiza en el nivel de los sistemas vivos, dado que allí el principio se relaciona con la dinámica de las interacciones-retroacciones internas y externas. Cuanto más rica es la complejidad viva, más móvil e inestable se vuelve la relación antagonismo-complementariedad, acarrea más fenómenos de crisis, las que, desorganizadoras del hecho de la transformación de las diferencias en oposiciones, de las complementariedades en antagonismos, pueden suscitar reorganizaciones evolutivas. La complejidad teórica de la crisis Hemos recorrido el nivel sistémico: el nivel cibernético (regulación, homeostasis) el nivel neguentrópico (reorganización permanente, desarrollo de la complejidad) de los fenómenos histórico-sociales. Desde el primer nivel hay complejidad. ¿Qué es complejidad? que las interrelaciones e interacciones llevan en sí un principio de complejidad teórica y lógica, puesto que es necesario dejar de desligarlas y simplemente

oponerlas. La complejidad es lo que nos obliga a asociar nociones que aparentemente deberían excluirse, de forma complementaria, concurrente y antagónica. Un primer nivel en que puede nutrirse el concepto de crisis, es el siguiente: la problemática de la relación de complementariedad / concurrencia / antagonismo entre la organización y la antiorganización, se difunde plenamente en las sociedades históricas. Los sistema sociales modernos en tanto tales, están débilmente integrados y las relaciones entre individuos, grupos, clases, partidos, etnias, oscilan diversamente entre actividades complementarias y antagónicas. (Los estados totalitarios tienden a aniquilar los antagonismos en lugar de utilizar sus virtualidades organizacionales en el sentido de la complejidad.) Un segundo nivel es el cibernético, propio de las sociedades históricas: es constituir enredos, poliperos (grupo de pólipos (moluscos como los pulpos o tumor blando y fibroso que nace en las mucosas por ej. nasales) que viven sobre un soporte calcáreo, arborescente, que ellos mismos segregan), regulaciones mutuas, utilizando los mismos antagonismos. En esas sociedades, los feed-back positivos (como crecimiento económico) se convierten en reguladores sociales (atenuando tensiones internas), desarrollando fuentes de desórdenes y pro consiguiente crisis: el crecimiento económico suscita nuevas necesidades, crea nuevas tensiones, despierta otras antiguas... Es decir que en el nivel cibernético, las homeostasis múltiples (juegos complejos entre feedback positivos y feed-back negativos) nutre al concepto de crisis. Todo crecimiento, toda oscilación, todo bloqueo, toda insuficiencia en la regulación, puede convertirse en factores de crisis, provocando desestructuraciones en cadena. En el tercer nivel, el de la neguentropía, el problema central es el de la reorganizaición permanente, ligada a la desorganización permanente. Tales sistemas no pueden desarrollarse si no intercambian con el medio; son dependientes del medio en y por su autonomía relativa, y están por tanto sometidos a las perturbaciones fenoménicas del mundo exterior. Así estos sistemas llevan en sí el desorden y el álea (riesgo – contingencia); no pueden subsistir simplemente: están necesariamente obligados a utilizar el desorden que implicado en el principio auto-referente de organización que es el dispositivo generativo (el código genético inscripto en el ADN de los individuos vivos; el conjunto de reglas socio-culturales de una sociedad [magma – cerco de Castoriadis] Es por ello que tales sistemas son auto-ecoreorganizadores. Ahora bien, a partir de los desórdenes internos y externos, sobre todo a partir de sus interferencias, dichos sistemas son aquellos en los que aparecen esos fenómenos complejos llamados crisis. Así se revela el tercer nivel de complejidad que no sólo nutre sino que permite el surgimiento del concepto de crisis. Sin este concepto, la teoría de la sociedad sería no sólo unidimensional sino irreal. Sin esto, en rigor, no hay teoría de la crisis. Los componentes del concepto de crisis Como todo concepto molar, está constituido por una constelación de nociones interrelaconadas. 1. La idea de perturbación Tiene un doble aspecto. Por una parte puede ser el acontecimiento, el accidente: la perturbación exterior que desencadena la crisis. Pero más interesantes son las perturbaciones surgidas de procesos aparentemente no perturbadores: ejemplo, el crecimiento rápido de la oferta. Cuando se considera este tipo de procesos en términos sistémicos, se ve que el crecimiento cuantitativo crea un fenómeno de sobrecarga: el sistema se vuelve incapaz de resolver los problemas como lo hacía cuando estaba de este lado de ciertos umbrales. Tiene que transformarse. Pero no puede concebir ni efectuar una transformación de este tipo. La crisis nace de una situación en que el sistema, colocado entre dos exigencias contrarias, queda paralizado, perturbado y desordenado. La crisis puewde ser considerada en este sentido, como consecuencia de sobrecargas en las que el sistema se encuentra enfrentado con un problema que no puede resolver según las reglas de funcionamiento existentes. La crisis aparece como una ausencia de solución, que puede de golpe suscitar una solución (nueva regulación, transformación evolutiva). La perturbación interna se va a manifestar como ausencia de regulación, de debilidad de la homeostasis. La verdadera perturbación de crisis es el desarreglo de su organización misma, en lo que ella tiene de generativo y regenerador. El desarreglo organizacional se va a traducir en disfunción donde había funcionalidad; en ruptura donde había continuidad; feed-back positivo donde había feed-back negativo, conflicto donde había complementariedad... 2. El crecimiento de los desórdenes y de las incertidumbres Todo sistema vivo, especialmente todo sistema social, implica desorden interior y funciona a causa de él, con él, lo que significa que una parte del desorden es rechazado, vaciado, corregido, integrado. Ahora bien, la crisis es siempre una progresión de desórdenes, de perturbaciones. Esto provoca una progresión de las incertidumbres: la regresión de los determinismos acarrea una regresión de la predicción [ciencia y paradigma positivista o clásico como parte del feed-back negativo] El sistema entra en una fase en la que las formas que tomará su porvenir inmediato son inciertas. Por cierto que se puede prever la imposición de una solución autoritaria, estudiando las relaciones de fuerza o estrategia en esa sociedad.

3. Bloqueo / Desbloqueo Los desórdenes se asocian a la parálisis y a la rigidización de lo que era la flexibilidad organizacional. Todo ocurre como si la crisis anunciara dos formas de muerte: la descomposición, dispersión y retorno al desorden de los elementos constitutivos por un lado, y rigidez por otro: retorno a formas y causalidades mecánicas (estado anterior o muerte). Este aspecto de rigidización se manifiesta por el bloqueo de lo que hasta ese momento aseguraba la reorganización permanente del sistema: el bloqueo de los dispositivos de retroacción negativa [feedback negativo] que anulan las desviaciones y perturbaciones. Pero este bloqueo de reorganización permite el desbloqueo de potencialidades o realidades inhibidas [feedback positivo], es un levantamiento de las inhibiciones que pesan sobre los componentes. Así, el carácter central de la crisis no está en la explosión, desorden, incertidumbre: está en la perturbación, bloqueo de la organización, desarreglo, pérdida de regulación. El desbloqueo de la crisis se manifiesta bajo aspectos diferentes. Enumerémoslos: a. Desbloqueo. Desarrollo de los feed-back positivos El feedback positivo es el proceso retroactivo a partir del cual la desviación, en lugar de ser anulada, se mantiene, se acentúa y se amplifica a sí misma. El desarrollo de los feedback positivos se manifiesta por: - transformación rápida de una desviación en tendencia antagónica - fenómenos desmesurados de crecimiento o decrecimiento de un elemento o factor - procesos rápidos signados por esa desmesura que pueden propagar una desintegración en cadena (runaway) En este sentido, el tiempo de la crisis es tiempo de aceleración, de morfogénesis (constitución y desarrollo de formas nuevas a partir de las desviaciones) b. Desbloqueo. Transformación de las complementariedades en concurrencias y antagonismos Los antagonismos virtuales tienden a hacerse manifiestos y las complementariedades manifiestas se virtualizan. Esto ocurre en las relaciones entre individuos, grupos, clases, etc.: se juega el cada uno para sí, uno para todos, uno contra otro, todos contra todos, alianzas tanto más aleatorias cuanto más profunda es la crisis c. Desbloqueo. Crecimiento y manifestaciones de los caracteres polémicos Los caracteres antagónicos se actualizan, se manifiestan. El carácter conflictual tiende a acentuarse en todas partes y se convierte en dominante (una crisis puede derivar en guerra civil o guerra exterior). Los conflictos se multiplican y agudizan entre los elementos y también entre los dispositivos de control-regulación y los procesos desviantes. La crisología proporciona una guía para descubrir los componentes de una crisis pero no una técnica de análisis. Cada crisis necesita el estudio concreto de su complejidad propia. d. Desbloqueo/rebloqueo: la multiplicación de los double-bind En el nivel de las instancias de control y poder, los double-bind se multiplican: el poder no puede tolerar ni reprimir la irrupción de desórdenes. Pero los individuos y grupos pueden alcanzar por sí mismos los umbrales más allá de los cuales la satisfacción de sus exigencias corre el riesgo de aniquilarlas, en nombre de los peligros en aumento de existencia del sistema y su propia existencia. Así, también los reivindicadores deben, en la incertidumbre y los riesgos de la crisis, volver a encontrar las contradicciones. Es decir que se produce un desorden en cadena que afecta diversas dimensiones: hay variedad de efectos de la crisis y hay formas crísicas de respuesta, incluso rituales o míticas (lucha contra el enemigo imaginario): ej. gato pág. 292 e. El desencadenamiento de actividades de investigación Cuando más profunda, la crisis suscita una investigación de soluciones cada vez más radicales y fundamentales. La investigación puede ir más allá de la reforma y acarrear una reestructuración o revolución, que sea capaz de constituir sobre bases nuevas, una complejidad mayor, que pueda superar los double-bind fundamentales, revelando los límites y carencias del sistema anterior. Así, en toda crisis se desbloquean las actividades intelectuales, dando lugar a una creatividad en acción a la vez que la crisis implica una destructividad en acción. La crisis libera fuerzas de muerte y de regeneración. De ahí su ambigüedad radical. 4. Las soluciones míticas e imaginarias Pero en la misma investigación hay ambigüedad, ya que adquiere aspectos míticos, mágicos, rituales. Se trata de aislar, circunscribir la culpabilidad, liquidar el mal sacrificando a los “culpables” [como un feedback negativo pero mecánico]. La búsqueda de las responsabilidades se separa en dos ramas: una trata de reconocer la naturaleza misma del mal y otra busca el chivo emisario, dando lugar a una multiplicación de culpables imaginarios, que por lo general

son marginales o minorías. Al mismo tiempo las crisis suscitan grandes esperanzas de un porvenir mejor, de solución final y radical. 5. La dialectización de todos estos componentes La crisis no es sólo el conjunto de sus componentes, sino sus interacciones, su dialectización. La crisis es a la vez bloqueos y desbloqueos, feedback positivos y negativos, antagonismos y solidaridades, doublebind, investigaciones prácticas y mágicas, soluciones en el nivel físico y en el mítico. El concepto de crisis es pues, extremadamente rico, más que la idea de perturbación. Lleva en sí perturbaciones, antagonismos, estimula fuerzas de vida y de muerte, como dos caras de un mismo fenómeno. El desarrollo y resultado de la crisis son aleatorios no solo porque hay progresión del desorden, sino porque todas estas fuerzas, procesos y fenómenos ricos se influyen y destruyen entre sí en el desorden. Crisis y transformaciones 1. De la acción En una situación normal, el predominio de los determinismos y regularidades permite una acción que se desarrolla entre márgenes estrechos. En cambio la crisis crea nuevas condiciones para la acción. La situación de crisis, en nombre de esas incertidumbres y azares, en nombre de la multiplicación de alternativas, crea condiciones favorables para el despliegue de estrategias audaces e inventivas: la decisión entre estrategias posibles, a todo o nada; y esto puede acarrear consecuencias irreversibles e incalculables sobre todo el proceso. En este sentido, la crisis es tributaria del azar: es posible que una minoría o individuo haga inclinar el desarrollo en un sentido a veces altamente improbable. La ampliación del papel individual y del papel del azar son dos caras de un mismo fenómeno. 2. El cambio: progresiones / regresiones La crisis lleva en sí, en las sociedades históricas, no sólo la potencialidad del retorno por reabsorción de la perturbación, no sólo potencialidad de la desintegración del sistema, no tanto la posibilidad de desintegración total (salvo por un genocidio o un ataque mortal al ecosistema) sino sobre todo, posibilidades de cambio. Estos cambios pueden ser locales, de detalle, pueden constituir transformaciones en el corazón de la organización misma. Las más profundas conciernen a la organización generativa de la sociedad (la estructura). Pero al dar lugar al surgimiento de fuerzas de desintegración y de regeneración, puede tener un resultado regresivo y progresivo. Regresivo: el sistema pierde en complejidad, en flexibilidad. Progresivo: adquiere cualidades y propiedades nuevas: mayor complejidad. Así se aclara el doble rostro de la crisis: riesgo y oportunidad, desorganización y reorganización. 3. Teoría de la crisis y teoría de la evolución La crisis no es necesariamente evolutiva, pero es potencialmente evolutiva. Para comprenderlo es necesario deshacerse de una vez por todas de la idea de que la evolución es un proceso que fluye frontal y continuo. Toda evolución es acontecimiento, accidente, perturbación que origina desviación, que entra en antagonismo en el seno del sistema. La evolución puede ser concebida como un rosario de desorganizacionesreorganizaciones casi críticas. Ya no sabemos, hoy, en nuestras sociedades en crisis permanente, si la evolución no es crisis permanente. Pero podemos diferenciar los dos conceptos porque la crisis no es permanente. La crisis se manifiesta en ciertos umbrales temporales, se define en relación con períodos de estabilidad relativa. Si no, la noción de crisis se sumiría en la de evolución. Pero toda evolución implica un componente crísico, y puede ser concebida como rosario inconcebible de crisis. ¿Hacia una crisología? El de crisis se eleva así al rango de concepto que lleva en sí mismo una constelación de conceptos. El hecho de que introduzcamos la incertidumbre, el azar, la ambigüedad no corresponde a una regresión teórica sino a una regresión del conocimiento simple, lo que permite una progresión del conocimiento complejo. Hoy se trata de profundizar la crisis de la conciencia para hacer emerger la conciencia de la crisis. La crisis del concepto de crisis es el comienzo de la teoría de la crisis. Cibernética: ciencia que estudia los mecanismos automáticos de comunicación y de control de los seres vivos y de las máquinas. En Medicina, estudia el funcionamiento de las conexiones nerviosas en los seres vivos. Humberto Eco define un proceso comunicativo como el paso de una señal (lo que no implica necesariamente un signo) desde una fuente a través de un transmisor, a lo largo de un canal, hasta un destinatario o punto de destino. La señal no tiene capacidad significante alguna; aunque haya paso de información, ahí no hay comunicación. Pero si el destinatario es un ser humano (y aunque la fuente no sea un ser humano) estamos ante un proceso de comunicación, siempre que la señal no funcione como simple estímulo y solicite una respuesta interpretativa del destinatario.

Related Documents

Varios > Para Una Crisologia
November 2019 17
Varios
October 2019 38
Varios
December 2019 22
Varios
November 2019 21
Varios
November 2019 24