Unidad Ii Las Teorias Economic As Y Las Transformaciones Tecnologicas

  • June 2020
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2.1

El pensamiento Clásico. Adam Smith y David Ricardo Carlos Marx

Análisis del pensamiento económico de Smith, Ricardo y Marx Introducción En el siguiente trabajo intentaremos analizar la teoría del valor-trabajo desde la perspectiva de tres autores distintos. Siguiendo el orden cronológico, abordaremos en primer lugar esta noción desde las teorías elaboradas por dos de los máximos exponentes de la denominada “Economía Clásica”: Adam Smith (1723 – 1790, economista escocés) y David Ricardo (1772 – 1823, economista inglés), y a continuación consideraremos el mismo tema analizado desde la perspectiva del pensamiento de Karl Marx (1818 – 1883, filósofo, sociólogo, economista y pensador socialista) realizando una comparación entre ambas corrientes del pensamiento económico. Adam Smith Antes de analizar la concepción que este economista escocés tenía del concepto de valor, caracterizaremos de una manera muy general su pensamiento económico. En su obra fundamental, Una investigación sobre la naturaleza y las causas de la Riqueza de las Naciones, Smith busca explicar el crecimiento económico a partir del concepto de “división del trabajo”, cuyo regulador será el mercado. La especialización de la fuerza de trabajo genera un incremento en la productividad que permite la acumulación de riquezas. Sin embargo, sólo aquellas economías orientadas hacia la producción para el intercambio son las beneficiarias, ya que las economías de subsistencias no son capaces de generar estas innovaciones que elevan el nivel de producción. Smith realizaba una distinción entre las actividades que resultaban útiles y productivas, y las que no lo eran. En su teoría, los empleos productivos eran aquellos que 1. tenían como resultado la producción de objetos tangibles, que permitirían la acumulación. 2. generaban un “excedente” que se podría re-invertir en el futuro. Desde esta perspectiva, actividades como aquellas destinadas a prestar servicios no son consideradas como productivas, al igual que las actividades gubernamentales. Smith no negaba que estas actividades fueran necesarias, pero remarcaba que no contribuían a enriquecer a la sociedad. A continuación entraremos en el análisis de la concepción del valor de Adam Smith. Dada la importancia que el mercado tiene en su modelo económico, le resultará muy importante averiguar la forma en que se establecen el valor económico de los diversos productos. Para ello, lo primero que hará Smith será marcar una distinción entre los conceptos de “valor de uso” y “valor de cambio”. El valor de uso es aquella capacidad que tienen los diversos productos para ser utilizados, la capacidad que tienen para satisfacer alguna necesidad del hombre. Smith no cree que el valor de uso de un producto resulte económicamente significativo, ya que existen objetos que son muy útiles y que sin embargo no se intercambian. El valor de cambio, por otro lado, es aquel que establece cuánto de un producto se debe intercambiar para obtener otro. Permite establecer relaciones entre productos, y es por ello que resulta económicamente tan significativo. La pregunta es: ¿Cuál es el elemento unificador que permite comparar los valores de cambios de diversos productos? Smith sostuvo que el trabajo era “la medida del valor”. Desde esta perspectiva, la cantidad de trabajo invertido en un producto determina su valor. Sin embargo esta definición es muy ambigua, y no logra explicar satisfactoriamente el fenómeno de la formación de valor de un producto. Smith lo utiliza de un modo esquemático, representando sociedades primitivas, pero al analizar sociedades más complejas no considera que sólo mediante el trabajo se pueda establecer el valor, ya que factores como el capital y la tierra también tienen influencia. De este modo, Smith deja de lado la visión del “trabajo incorporado”, y en su lugar instaura la noción de “trabajo ordenado” como la medida apropiada del valor de un producto. Consideremos esta nueva concepción a la luz de un ejemplo: si para fabricar un determinado producto se necesitan 10 unidades del factor trabajo, y tanto los empresarios dueños del capital como los propietarios de la tierra exigen (“ordenan”) cada uno una retribución equivalente a 10 unidades de trabajo, el valor final de ese producto será de 30 unidades de trabajo. 10 unidades del valor final serán utilizadas para pagar los salarios, 10 corresponderán a la renta y 10 a la ganancia del empresario. Esta división de la formación de valor de un producto en salario, renta y ganancia le permitió a Smith elaborar el concepto de “precio natural”. El precio natural de los bienes (es decir,

su valor de cambio) estará dado por estos 3 factores, y cada uno de ellos tiene a su vez un nivel natural dentro del precio natural de los bienes. El precio natural será aquel que alcance para pagar, ni más ni menos, la renta de la tierra, el salario del trabajo y la ganancia del capital. Sin embargo, Smith observa que en el precio que los bienes tienen en el mercado no suele cumplirse con esa definición. El precio de mercado suele ser distinto del precio natural, y es a través de la competencia que se logra que estos niveles se acerquen. De esta forma, la acción del mercado hará que los precios alcancen un equilibrio. David Ricardo David Ricardo fue un exitoso empresario inglés, que se interesó por la economía como ciencia una vez que ya había ganado una considerable fortuna. Puede verse que utilizó sus conocimientos de economía para defender los intereses de la burguesía industrial. Ricardo muestra que la ganancia industrial se ve determinada por la ganancia agrícola, ya que los insumos de la industria provendrán del excedente de la producción agrícola. Cuanta más producción agrícola haya, mayores serán las posibilidades de obtener ganancia en la actividad industrial ya que los precios de los productos agrícolas serán bajos. Por lo tanto, cuando disminuya el margen de ganancia agrícola disminuirá también el margen de ganancia que obtengan los empresarios industriales de la burguesía. Al disminuir los alimentos producidos, su precio subirá, pero el empresario deberá seguir pagando con la misma cantidad de alimentos a sus obreros, por lo que obtendrá menos ganancia. Sin ganancia, el sistema capitalista entraría en una etapa de estancamiento; es por ello que Ricardo sostiene fervientemente que, para evitar dicho estancamiento y permitir al sector industrial acumular ganancia, se debe garantizar que exista una gran cantidad de producción agrícola disponible. Existían 2 elementos que hacían que la cantidad de producción agrícola inglesa no fuera necesaria. En primer lugar, el incremento del número de la población hacía necesario obtener más alimentos. En segundo lugar, la teoría del rendimiento decreciente de las tierras. Con el tiempo, las tierras se desgastaban y su productividad decrecía. Era necesario hacer cada vez más inversiones para elevar la productividad de la tierra. La posibilidad era cultivar nuevas tierras, pero en Inglaterra Ya no quedaban tierras sin cultivar La solución propuesta por Ricardo es levantar la restricción a las importaciones de granos. Esta cuestión generó gran polémica en el Parlamento (dominado por el grupo terrateniente conservador) quien en principio decidiría no llevar a cabo tal medida, destinada a beneficiar a la clase empresaria burguesa. En cuanto a su teoría de valor, Ricardo intenta elaborar su teoría siguiendo los mismos pasos que había tomado Adam Smith, intentando utilizar el “trabajo” como la medida para establecer el valor. Ricardo sostenía que el precio del trigo estaba regulado por el trabajo empleado en tierras de renta cero (recordemos que Ricardo escribe en un contexto en que Inglaterra está cerrada a las importaciones y el rendimiento decreciente de la tierra hace que el margen de ganancia agrícola sea muy bajo) por lo que no será necesario considerar a la renta como componente del valor de un producto. Por su parte, el capital podía expresarse en factor trabajo si consideramos a las maquinarias y demás insumos como trabajo acumulado o incorporado, que agrega parte de ese trabajo al producto elaborado. Sin embargo, Ricardo observó que su teoría era de un alcance limitado, ya que variaciones en los tipos de salario monetario, o la acumulación de capital fijo, hacían muy difícil sostener su teoría en espacios de tiempo prolongados. De igual manera, al no existir uniformidad entre el capital fijo y variable necesario para elaborar distintos productos, la teoría también resultaba difícil de sostener. Ante una elevación de los salarios, el valor de un producto elaborado fundamentalmente por el trabajo directo de la mano de obra sería más vulnerable que el de un producto realizado fundamentalmente a través de trabajo incorporado en capital fijo (es decir, trabajo incorporado indirectamente). Karl Marx Para poder analizar el pensamiento económico de Karl Marx, es importante comprender que el propio Marx no se consideraba a si mismo como un economista. Siempre se definió fundamentalmente como un revolucionario, y en función de sus intereses y objetivos políticos realizó trabajos y estudios en distintas áreas del saber humano, utilizándolas como herramientas para su lucha política. De esta manera, atravesó la filosofía, la sociología, y también la economía política. Es por esto que Eric Roll dice que se lo puede considerar “mucho más (o mucho menos) que un economista”. Como veremos, Marx construye toda su teoría económica sobre la base del molde elaborado por la economía clásica. Asimismo, veremos que Marx es un pensador que económicamente podríamos calificar de “positivista”, dado que la idea de “progreso” es fundamental en toda su teoría. El marxismo es una teoría económica que busca explicar la evolución histórica a través de procesos económicos, especialmente a través de la denominada “lucha de clases” entre dominadores y dominados a lo largo de las distintas etapas de la historia. El hombre produce todos sus medios de subsistencia en sociedad. Marx parte de esta base,

negando el individualismo llamándolo despectivamente con el término “robinsonada”, ya que incluso cuando un hombre subsiste solo en una isla tras un naufragio, ya tiene dentro suyo las formas de producción social. Partiendo de la premisa que el hombre produce sus medios de subsistencia en sociedad, necesariamente se sigue que entre los hombres se establecen relaciones sociales que les permitan producir esos medios. Esas relaciones sociales son lo que Marx llama “estructura económica” de la sociedad, y es a partir de las características de esa base económica que se levanta toda una “superestructura” de instituciones políticas y jurídicas, de ideas y modos de pensar. Marx sostiene que todas estas formas sociales están determinadas por la base económica de la sociedad, es decir, por las relaciones sociales de producción que están establecidas en un determinado momento histórico. Los distintos tipos de relaciones sociales de producción ofrecen distintas capacidades productivas, y permiten aumentarlas hasta cierto punto. Sin embargo, en determinado punto las fuerzas productivas ya no podrán seguir desarrollándose, puesto que las relaciones sociales vigentes que les permitieron llegar a ese punto de desarrollo ahora resultan un impedimento para continuar con el progreso. De esta forma, Marx explica el cambio social a través de la necesidad de un cambio económico. La evolución de un modelo social a otro se genera por un cambio en las relaciones y modos de producción económica. Al cambiar la base económica de la sociedad, también es necesario elaborar una nueva superestructura institucional, jurídica e ideológica que se adapte correctamente a la nueva situación económica. La necesidad de un cambio llega cuando se alcanza una contradicción interna dentro del sistema económico En un primer momento, en los orígenes de la sociedad, la producción social se daba dentro de lo que Marx llamaba el “proto-comunismo”, un modo de producción en el que no existía la propiedad privada. Luego de este momento inicial en la historia de las relaciones económicas, aparece el factor que habría de marcar los modos de producción siguientes: la propiedad privada. La misma determina que la sociedad debe dividirse en 2 clases: la clase propietaria y la clase trabajadora, de modo que todos los miembros de una sociedad se distribuirán en estas clases. La lucha entre estas 2 clases a lo largo de la historia será la que permita la evolución de las fuerzas productivas, y determinará los cambios sociales necesarios. A partir de la propiedad privada, surgirá en primer lugar el modo de producción esclavista, en el que tanto los hombres pertenecientes a la clase trabajadora como su fuerza de trabajo son propiedad privada de la clase dominante. De este modelo se pasa al de producción feudal, de allí se llega al modo de producción capitalista, y finalmente se llega al punto que Marx considera como el modo de producción definitivo: el Comunismo. En líneas muy generales, esta es la filosofía de la historia que propone el análisis económico de las sociedades realizado por Marx. Otros economistas clásicos anteriores no tenían opiniones muy distintas sobre la evolución social previa que había llevado a las sociedades humanas a constituirse como sociedades capitalistas. La gran diferencia entre Marx y otros pensadores es que él aplica esta filosofía de la historia también al capitalismo, considerándolo como una etapa de desarrollo más en la escalera del progreso, y no como el orden social inmutable que sostenían los economistas clásicos. Marx define al trabajo humano como “actividad deliberada dirigida a apropiarse objetos naturales de una u otra forma”. A través del trabajo, el hombre produce objetos que tienen la capacidad de satisfacer necesidades humanas; es decir, que esos objetos producidos tienen un determinado “valor de uso”. Tienen valor ya que al usarlos se logra satisfacer una necesidad. El trabajo no es la única fuente generadora de valor de uso, ya que se necesitan elementos naturales para poder trabajar. Todo valor de uso tiene un componente de trabajo y otro de naturaleza. El trabajo puede caracterizarse en trabajo particular, realizado por un individuo específico, Y la suma total de los trabajos individuales de los distintos individuos que componen una sociedad. En este segundo aspecto, el trabajo adquiera una significación social, y el valor de uso producido se convierte en parte del trabajo total de la sociedad. Se ha encontrado un “arreglo social” que permitirá “distribuir” el trabajo de toda la sociedad. El valor de uso no está determinado por el tipo de relación social a partir del cual está elaborado. “Por el sabor del trigo no podemos decir si lo cultivó un siervo ruso, un pequeño propietario francés o un capitalista inglés”. El modo en que se genera la transformación del trabajo individual en una fracción de trabajo social, está dado por las relaciones sociales de producción que imperan en cada sociedad, según el modo de producción que utilicen. Al analizar el caso de una familia campesina patriarcal,

O el de una sociedad de hombres libres sin propiedad privada, Marx sostiene que allí el trabajo individual de cada uno de los integrantes es considerado como un “órgano” de la fuerza de trabajo a la que pertenecen, la familia o la sociedad en cada caso. Sin embargo, en una sociedad capitalista con propiedad privada de los medios de producción y empresas privadas, la generación de trabajo individual en parte del trabajo social no puede darse de esta manera, puesto que no hay una identificación del individuo con el todo social; por lo tanto, hay que conseguir dicha identificación de alguna otra manera. El método utilizado por estas sociedades es asignarle a los productos, además de su valor de uso que les es intrínseco por sus propiedades, un “valor de cambio” que permitirá intercambiar esos objetos por otros, en una sociedad en la que rige el cambio privado. Los objetos tienen valor de cambio porque se ha invertido en ellos una parte del trabajo social. Este valor de cambio está medido por el tiempo de trabajo que se ha empleado para producirlo. No el tiempo empleado para un bien en particular, sino el “tiempo socialmente necesario” para producir ese tipo de bien. También el trabajo, tiene un doble carácter en la sociedad capitalista, pues produce tanto valor de uso como valor de cambio. El valor de cambio es un requisito necesario para que pueda existir el cambio privado y la sociedad capitalista. Si bien existen diferencias en los valores de uso de los productos, el sistema ignora esas “diferencias materiales individuales” y crea una equivalencia general entre ellos; sólo a través de este proceso puede existir una sociedad capitalista con cambio privado. Con esta teoría del valor-trabajo, Marx se aleja de los economistas clásicos, ya que si el valor de cambio de un bien está determinado por la cantidad de trabajo necesario para producirlo, entonces el trabajo no puede tener valor, ya que él mismo es el patrón que determina el valor de un producto, y no puede determinarse a sí mismo. Cuando un capitalista compra fuerza de trabajo en el mercado, la paga por su valor de cambio, determinado por el tiempo de trabajo socialmente necesario que incorpora el trabajador en sus medios de subsistencia. Sin embargo, al utilizarla se apropia de su valor de uso, que genera un nuevo valor de cambio, y que además puede utilizarse por más tiempo que el necesario para producir los medios de subsistencia del trabajador. De esta diferencia entre el valor de cambio de la fuerza de trabajo y el valor de uso, el capitalista obtiene la “plusvalía” que le permite realizar acumulación de ganancias. Sin este mecanismo, la apropiación de ganancias no sería posible, ya que el cambio de mercancías no podría generar excedentes por si mismo. Si una persona con una determinada cantidad de dinero cambia ese dinero por una mercancía, lo está cambiando por el valor de cambio de esa mercancía. Si luego vuelve a cambiar esa mercancía por dinero con otra persona, el valor de cambio debe seguir siendo el mismo que cuando él adquirió la mercancía, por lo que allí no puede generarse un excedente que permita la acumulación de capital. Pero el capitalista, al cambiar su dinero por un valor de cambio cuyo valor de uso tiene la propiedad de generar un nuevo valor de cambio (es decir, al comprar fuerza de trabajo contratando obreros) ha encontrado la forma de obtener ganancias. A lo largo de este trabajo se ha podido observar en ciertos puntos las similitudes y diferencias que el pensamiento de Marx presenta respecto a los economistas clásicos como Smith y Ricardo. Si bien tienen algunos puntos en común a la hora de analizar la evolución social y económica que llevó al surgimiento del Capitalismo, Marx se diferencia rotundamente de los clásicos al sostener que el capitalismo no es un modo de producción absoluto e irremplazable, sino que constituye sólo un eslabón más en la cadena del progreso, que habría de desembocar en el Comunismo, con una sociedad sin clases y sin propiedad privada. Como podemos ver, para realizar sus análisis económicos Marx toma numerosos elementos del pensamiento económico clásico, aunque los reformula para expresar su distinta concepción de la sociedad capitalista. Vemos que al igual que Adam Smith utiliza los conceptos de “valor de uso” y “valor de cambio”, pero que del análisis de esos conceptos llega a una conclusión muy distinta: el trabajo humano (generador de valor de uso) no puede tener valor de cambio, dado que el propio trabajo es el elemento utilizado para medir el valor de cambio de cualquier producto. A partir de esta conclusión rotundamente alejada del pensamiento clásico (pero que partió de un análisis distinto de los mismos conceptos) Marx estudia la forma en que el capitalista compra fuerza de trabajo, pagando su valor de cambio y usando su valor de uso, que le permite obtener una ganancia al apropiarse de la plusvalía generada por el obrero; ganancia que sería imposible de obtener intercambiando dinero por mercancías y luego volviendo a intercambiarlas por dinero.

2.2 El pensamiento Neoclásico. El caso de la ciencia económica será el tema de la presente investigación, revisaremos las bases epistemológicas de la teoría económica neoclásica y trataremos de proponer el esbozo de una teoría diferente. La motivación central de esta investigación es nuestra propia pobreza, sin embargo, no nos avocaremos a una investigación empírica de este fenómeno, nos concentraremos en el análisis de las teorías que pretenden explicar esa realidad económica. Las teorías, como cuerpos lógico deductivos, no pueden ser tomadas aisladamente del contexto del pensamiento en que se desarrollan; necesariamente, las bases éticas y filosóficas que las sustentan forman parte indisoluble de su estructura lógica aunque no lo manifiesten explícitamente. Así, la concatenación entre los principios éticos, las teorías económicas, la explicación de los fenómenos y las consecuencias de la aplicación de las políticas económicas nos permite comprender la realidad y la acción del hombre sobre ella, con una transparencia que cuando se toma la teoría aisladamente es difícil de alcanzar. De esta manera, se abren perspectivas de búsqueda teórica alternativa a los paradigmas hegemónicos si comenzamos desde nuevas bases filosóficas y éticas la construcción de estructuras lógico deductivas diferentes, quedando la dirimencia de su validez en la contrastación con la realidad. En el primer capítulo exponemos como las políticas económicas neoclásicas en América Latina en los últimos 50 años solamente han agravado nuestra pobreza. El paradigma económico que sustenta estas políticas se muestra incapaz de explicar el fenómeno. Y como explicamos en ese capítulo, según Thomas Kuhn, cuando una ciencia normal se contrapone a fenómenos inexplicables de manera reiterada nos encontramos frente al caso de una anomalía que exige explicaciones desde nuevas bases, sin embargo, la comunidad científica adherente del paradigma hegemónico tratará de levantar hipótesis explicativas ad hoc para salvar la teoría, resistiéndose, así, al abandono de sus convicciones. En el segundo capítulo presentamos de manera sucinta las proposiciones fundamentales del paradigma económico neoclásico. Comenzamos con las proposiciones de carácter filosófico, que tienen en la función de utilidad uno de los supuestos axiomáticos fundamentales y veremos cómo todo el cuerpo teórico de esta ciencia normal se sustenta en esta función. Luego, continuamos resumiendo esquemáticamente los aspectos fundamentales de la teoría económica αneoclásica en sus proposiciones económicas genéricas (0) y), como parte de lo que llamamosγnormativas ( ciencia normal. El análisis lógico deductivo de esta teoría económica nos permite encontrar en la crítica del tema del ocio el puente para un enfoque diferente del trabajo y el comienzo del esbozo de una teoría alternativa. Precisamente, la idea original para esta investigación surgió al estudiar el tema del trabajo en un Seminario sobre Hegel . Fue, al reflexionar sobre la dialéctica del amo y el esclavo en La Fenomenología del Espíritu, el momento en que surgieron las primeras ideas de esta tesis. En el capítulo tercero emprendemos la búsqueda de una teoría económica alternativa a la ofrecida por el pensamiento neoclásico. Iniciamos nuestro desarrollo con la presentación de un conjunto de proposiciones filosóficas que nos ofrecen una concepción del Ser en su realidad, su proceso, su finalidad y su sentido ético. Seguimos esta secuencia lógico deductiva y (9) que a nuestro juicio esφllegamos a la proposición filosófica fundamental: En el trabajo, el hombre no solo recrea lo que es, reproduciendo su existencia, sino que también recrea qué es, modificando su propio Ser. El trabajo es presentado, entonces, como el aspecto central que configura el Ser del hombre, en su aspecto existencial y en el proceso del desarrollo de su propia naturaleza. Apoyándonos en esta proposición filosófica fundamental, abordamos, en este capítulo, el cuestionamiento de la actividad económica del ser humano, buscando críticamente su sentido teleológico. Así, presentamos un conjunto de αproposiciones económicas generales 0 y entre ellas destaca la αproposición 0 (19) que dice: El σολετ de la economía es la reproducción ampliada de la vida humana como parte de la vida en general. El sentido, la finalidad, el σολετ de la actividad económica del ser humano dependerá necesariamente de los supuestos éticos que hayamos asumido, por consiguiente, su encadenamiento lógico deductivo nos llevará por diferentes caminos en función de esas primeras proposiciones éticas. Y así, continuamos con αlas proposiciones económicas específicas 1 que desarrollan sintéticamente algunos aspectos de la teoría de la exclusión. En el capítulo cuarto nos avocamos a la construcción de nuestro modelo, y, como veremos, no parte de una tabula rasa, sino que se apoya en los desarrollos teóricos previos para introducir nuevas perspectivas. Por eso, recogemos y asumimos los planteamientos desarrollados por el Dr. Adolfo Figueroa en Teorías Económicas del Capitalismo, en especial, el tema de la internalización de la mano de obra en el modelo. Ello nos permite establecer que los bienes se convierten en insumos del proceso productivo de seres humanos. A diferencia de la teoría económica neoclásica y sus axiomas hedonistas, nuestra investigación parte de otros supuestos filosóficos. Para nosotros la cuestión fundamental es la afirmación de la

recreación del hombre como proceso económico histórico de aquellas sociedades que despliegan sus capacidades y amplían sus potencias. Así, tomamos como punto de partida, la tabla II.6 de la página 77 del libro del Dr. Figueroa, e introducimos una pequeña modificación para obtener el modelo de una sociedad que sólo produce hombres y bienes de capital. Entendiendo la producción de seres humanos en un sentido cualitativo, humanos con capacidades superiores. El desarrollo de nuestro modelo nos permite llegar al siguiente gráfico que resume lo fundamental de nuestra propuesta:

FRONTERA DE EXCEDENTE ECONÓMICO ¿Qué nos dice este gráfico? La “teoría T”, que proponemos, nos dice que solamente en el segmento MN podemos alcanzar el pleno empleo y, por consiguiente, la ausencia de exclusión. La “Economía T”, según los α,φsupuestos axiomáticos presentados [0] alcanzaría cualquier punto del segmento MN, porque es una economía dinámica que después de cada ciclo económico amplía su frontera de excedente económico, pues, acumula capital físico y capital humano. Ahora sí podemos explicar la pobreza de una manera diferente. No la definimos solamente como carencia ingresos, sino como aquella exclusión del mercado laboral que impide la reproducción de la existencia humana. Los excluidos son pobres porque no logran reproducir su existencia, la pobreza es un ciclo de degradación humana. La causa de la pobreza absoluta es esa exclusión del trabajo y acceso a los medios de trabajo, no es un problema de explotación o apropiación de los excedentes, es un problema mucho más grave, es la negación del derecho a la existencia de los excluidos. Finalmente, como conclusión, podremos ver el problema de la pobreza desde una perspectiva diferente, podremos explicarlo de una nueva manera y podremos formular políticas económicas diferentes. Buscando, desde la ética y la epistemología, que la economía se desarrolle como una ciencia que no se deja sujetar por ideologías doctrinales. Cuestiones epistemológicas y metodología Uno de los aspectos diferentes de esta investigación es aquel referido a la forma de conocer y a la manera de hacer investigación científica, es decir, a los supuestos epistemológicos. La relación entre la teoría económica, la observación empírica de la realidad y las políticas para cambiarla es presentada por el Dr. Figueroa en sus obras como una estructura lógico deductiva. En ellas nos expone la concatenación entre las proposiciones axiomáticas αuniversales en economía 0, las proposiciones económicas específicas αj y las proposicionesβ, las proposiciones empíricas observables .γnormativas Por nuestra parte, hemos agregado una idea previa: Las proposiciones , de modo que las fronteras entre filosofía yε y epistemológicas φfilosóficas teoría económica se diluyen, permitiendo la conexión entre ambas como un todo lógico coherente. Este enfoque holístico (σολοη significa todo) nos permite concebir la teoría como una unidad totalizante y no como partes individuales especializadas científicamente, este enfoque nos lleva a concatenar lógicamente aspectos ontológicos, éticos y epistemológicos con aquellos aspectos específicamente económicos. Así, podemos abordar el estudio de la teoría económica desde sus supuestos primeros, los de carácter filosófico, permitiendo la conexión entre ética y economía. Proposiciones: o )φ(Filosóficas o )ε(Epistemológicas o α(Económicas genéricas 0) o α(Económicas específicas 1) o )’α(Modelos o )β(Económicas empíricas o )γ(Económicas normativas

Las proposiciones primeras tienen carácter axiomático, a ellas les exigimos una verdad por coherencia. De esta manera, toda teoría, desde sus proposiciones filosóficas, debe necesariamente respetar el principio de no contradicción, estableciendo una concatenación racional lógico deductiva.

La racionalidad de la teoría permite derivar proposiciones observables de carácter empírico y establecer relaciones de causalidad respecto a la realidad. No obstante, la validación de la teoría, según Popper, sólo puede verificarse por falsación, si la realidad observada no se adecua a las proposiciones empíricas, entonces, la teoría es falsa, sin embargo, si la observación no contradice la teoría, solamente podemos señalar que hay consistencia entre la realidad y la teoría, no se puede afirmar que sea verdadera. La política económica se derivará, entonces, de aquella teoría validada en la realidad y consiste en aquellas acciones para modificarla. Para ver el gráfico seleccione la opción “Descargar” del menú superior El profesor Figueroa nos dice, citando a A. Einstein lo siguiente: o “detrás de las cosas tiene que haber algo profundamente oculto” o “...una colección de hechos empíricos por muy abundante que sea, no puede conducir [a una teoría]. o Una teoría puede contrastarse con la experiencia, pero no hay ningún camino de la experiencia a la construcción de una teoría” La pobreza En primer lugar la pobreza en el Perú, luego la pobreza en América Latina y también la pobreza en el llamado mundo subdesarrollado, es la motivación central que suscita esta investigación, el reclamo por el derecho a existir como sociedad y como cultura (1)φes lo que nos mueve. Así, presentamos como primera proposición filosófica de nuestro desarrollo, aquella que propone la preeminencia del Ser, el derecho a existir, como cuestión fundamental a considerar: Lo que es, es y no es posible no ser (Parménides) Desde el fin de la II Guerra Mundial las potencias vencedoras organizaron su hegemonía y crearon las instituciones necesarias para ejercerla, surgieron, así, entre otros organismos mundiales el Banco Mundial, el FMI y la OMC como parte de una nueva institucionalidad global política y económica. Las políticas económicas desarrolladas por estas instituciones han tenido como objetivo, según sus propias declaraciones, el combate a la pobreza en países como el nuestro; y sabemos, además, que la base teórica que sustenta estas políticas ha sido en términos generales el pensamiento económico neoclásico. Más de medio siglo después, los resultados de estas políticas se pueden apreciar en los informes del Banco Mundial, más aún, en la última década en América Latina se ha aplicado de manera ortodoxa este modelo neoclásico, tanto el Perú de Fujimori como la Argentina de Menen siguieron al pie de la letra las recomendaciones de política económica del Fondo, y los resultados son los que estamos viviendo en este momento. Para ver el cuadro seleccione la opción “Descargar” del menú superior La población en situación de extrema pobreza en América Latina y el Caribe, según el Banco Mundial, ha aumentado de 63 millones en 1987 hasta 78.2 millones en 1998, aunque según sus optimistas proyecciones ésta descendería a 60 millones en el 2015. La situación es más grave aun en el África al Sur del Sahara que aumenta desde 217 millones en 1987 hasta 291 millones en 1988. Lo mismo podríamos decir del Asia del Sur que aumenta desde 474 millones en 1987 hasta 522 millones en 1998. Creemos que las hipótesis ad hoc de la teoría neoclásica carecen de capacidad explicativa en estos casos, más bien, pueden servir para explicar casos como el de China.

El porcentaje de la población en situación de extrema pobreza tiende a no reducirse en el caso de América Latina sino que se mantiene constante. Para ver el cuadro seleccione la opción “Descargar” del menú superior La última información del Banco Mundial que hemos podido obtener vía Internet nos señala que ha habido avances en la lucha contra la extrema pobreza. Lamentamos observar que en los casos de América Latina, África del Sur y Asia del Sur esos avances no se aprecian, por el contrario, se agrava la situación. América Latina aumenta hasta 77 millones en 1999 y África del Sur hasta 490 millones. Es difícil de compartir el optimismo del Banco Mundial en sus proyecciones para el 2015, por el contrario, si seguimos por el mismo camino que nos proponen las políticas derivadas de la teoría económica neoclásica creemos que la tendencia al agravamiento del problema se mantendrá. Para ver el cuadro seleccione la opción “Descargar” del menú superior

Los cuadros que nos presenta el Banco Mundial señalan que hay millones “Personas que viven con menos de US $ 1.00 diarios”, ello supone la comparación con aquellos que viven con más de US $ 1.00 diarios. Quedarnos en esa lógica comparativa supondría aceptar que es un problema entre los que tienen menos de un dólar y los que tienen más de un dólar, aparentemente un problema de redistribución del ingreso y de pobreza relativa, que podría enfrentarse con “ayuda internacional”. Nosotros creemos que esos cuadros expresan un problema de pobreza absoluta, no se trata de compararnos con aquellos que tienen más, la comparación no es con otro, sino con nosotros mismos, la comparación es con lo necesario para reproducir nuestra existencia. Precisamente, en América Latina, en África y en Asia la existencia de esos millones de personas se encuentra amenazada por esa exclusión que impide la recreación del propio Ser. Además, habría que preguntarse si esa cifra arbitraria de US $ 1.00 tiene alguna relación con lo necesario para la reproducción de la vida humana. Podríamos, a partir de esta evidencia, comenzar a investigar las razones que explican cada fracaso concreto y nos embarcaríamos, entonces, en una polémica interminable con los economistas neoclásicos del Fondo y el Banco Mundial. Quienes, necesariamente, tienen una hipótesis ad-hoc para explicar el fracaso de cada caso. Este camino no conduciría a esclarecer el problema. Veamos, entonces, el problema desde otra perspectiva, según Tomás Kuhn, cuando un fenómeno no es explicado satisfactoriamente en el contexto de la ciencia normal, en el marco del paradigma vigente, nos encontramos frente a una anomalía. Estas pueden interpretarse como contraejemplos de las teorías científicas, sin embargo, las comunidades científicas adherentes del paradigma vigente tratan de incorporar la explicación de estas anomalías a su teoría, para ello levantan hipótesis ad-hoc. Pero, cuando las anomalías se multiplican se hace evidente la incapacidad explicativa de esa ciencia “normal”, es, entonces, cuando se produce la crisis del paradigma. “[Los paradigmas] son realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica.” ”[Ciencia normal] significa investigación basada firmemente en una o más realizaciones científicas pasadas, realizaciones que alguna comunidad científica particular reconoce, durante cierto tiempo, como fundamento para su práctica posterior”. (Kuhn, 1998) El fracaso en América Latina de las políticas económicas del Fondo nos lleva al señalamiento, en el mismo sentido del lenguaje de Kuhn, de una anomalía que involucra principalmente a la teoría económica neoclásica que sustenta estas políticas, esta anomalía cuestiona el paradigma neoclásico. La incapacidad explicativa de esta teoría para aclararnos el problema de la pobreza nos lleva a la búsqueda de nuevas explicaciones. Aunque es necesario precisar que no pretendemos hacerlo desde el análisis particular de los casos para luego generalizar, sino que trataremos de encontrar, siguiendo un camino lógico deductivo, los fundamentos que están a la base de la teoría económica. La confrontación entre paradigmas económicos tiene una larga historia que comienza con el nacimiento mismo de la Economía como ciencia. En ciencias sociales la contienda entre paradigmas tiene un significado distinto al de la ciencia Física: “Por un lado, la contienda de paradigmas tiene en las ciencias sociales un significado distinto que en la Física moderna. La originalidad de los grandes teóricos de la sociedad, como Marx, Weber, Durkheim y Mead, consiste, lo mismo que en los casos de Freud y Piaget, en que han introducido paradigmas que en cierto modo siguen compitiendo hoy en pie de igualdad. Estos teóricos siguen siendo contemporáneos nuestros, o en todo caso no se han vuelto históricos en el mismo sentido en que lo son Newton, Maxwell, Einstein o Planck, los cuales consiguieron progresos en el desarrollo teórico de un mismo paradigma básico. Por otro lado, los paradigmas guardan en las ciencias sociales una conexión interna con el contexto social del que surgen y en el que operan. En ellos se refleja la comprensión que del mundo y de sí tienen los colectivos: sirven de manera mediata a la interpretación de intereses sociales, a la interpretación de horizontes de aspiración y de expectativa.” (Habermas, 1987) La teoría económica neoclásica observa generalmente la pobreza como un problema de distribución del ingreso, desarrolla investigaciones empíricas que miden los niveles de consumo de unos sectores en comparación de otros. Entonces, estamos hablando solamente de pobreza relativa. Por el contrario, el enfoque de esta investigación pretende abordar el problema de la pobreza más allá de cuestiones redistributivas del ingreso o cuestiones de explotación. Cuando la carencia de bienes y la exclusión del trabajo pone en peligro la existencia misma de los hombres estamos hablando de pobreza absoluta. Ya no se trata de que unos tengan más que otros, o de que esos unos se apropien del excedente social, el problema es que tenemos tan poco que ya no podemos reproducir nuestra existencia y, además, estamos excluidos por el sistema social de la posibilidad de salir de esa situación. Significado ético de la pobreza Podría, ahora, desarrollar una amplia argumentación ético moral sobre el significado de la pobreza para el hombre, sin embargo, prefiero citar brevemente a un peruano ilustre que ya es parte del acervo intelectual de la humanidad. La universalidad de los siguientes juicios morales se encuentra más allá de la adhesión a cualquier fe e involucra a creyentes y no creyentes, aunque haya, entre las mismas autoridades religiosas de hoy, quienes pretenden silenciar a este peruano ilustre. “La pobreza es para la Biblia un estado escandaloso atentatorio de la dignidad humana y, por consiguiente, contrario a la voluntad de Dios.” “... oprimir al pobre es atentar contra Dios mismo, ...”

“En una palabra, la existencia de la pobreza refleja una ruptura de la solidaridad entre los hombres y de comunión con Dios.” “La pobreza es expresión de un pecado, es decir, de una negación del amor.” “La pobreza es un mal, un estado escandaloso, escándalo que en nuestros días adquiere enormes proporciones.” (Gutiérrez, 1984) Ciencia normal: la teoría económica neoclásica Proposiciones Filosóficas )φ( La función de utilidad La teoría económica comienza, según Samuelson por ejemplo, con el problema de la escasez, es decir, una cantidad limitada de factores (trabajo, capital y tierra) frente a las necesidades insatisfechas, la economía pretende resolver la asignación de recursos escasos en la sociedad. Sin embargo, la pregunta sobre qué es lo que mueve al hombre en su actividad económica es anterior al problema de la escasez; mucho antes de la existencia de la misma economía como ciencia, el hombre se ha hecho esa pregunta. Según Hal Varian, en la época victoriana, los filósofos y los economistas hablaban de la “utilidad” como indicador del bienestar, una medida de la felicidad. La búsqueda de la felicidad sería lo que mueve al hombre, al respecto, se remontan a la antigüedad clásica los pensadores que lo sustentan así, podemos citar a Platón y Aristóteles, en primer lugar, pero también a Antístenes, Demócrito, Epicuro y otros. Luego, con el nacimiento de la modernidad, la idea de la búsqueda de la felicidad adquiere nuevas perspectivas con el pensamiento de René Descartes, Baruch Spinoza, David Hume, Thomas Hobbes, John Locke, Jeremy Bentham, John Stuart Mill y otros. “De acuerdo con la definición de Mill, que es prácticamente la de Bentham, el utilitarismo o principio de la mayor felicidad sostiene que las acciones humanas son buenas en la medida en que tienden a promover la felicidad. Por felicidad se entiende el placer o la ausencia de dolor.” “Esta segunda parte de la definición ...es la de mayor importancia para Bentham, ya que implica tres supuestos sicológicos sobre los que descansa toda su concepción del utilitarismo.” “Según el primero, el único objeto posible de voluntad o deseo es el placer o la ausencia de dolor. Con esto se afirma el egoísmo como único impulso sobre el cual hay que fundamentar la ética.” “Según el segundo supuesto, el placer es susceptible de medida o, lo que es lo mismo, todos los placeres son cualitativamente iguales. De aquí la posibilidad de una suma de placeres, que se calcularían según criterios de intensidad, duración, proximidad y seguridad.” “Según el tercer supuesto, los placeres de distintas personas pueden compararse entre sí, ya que la sociedad es un agregado de individuos a los que deben darse las mismas oportunidades de placer.” (Mill, 1974) se derivan del hedonismoφEstas proposiciones tienen carácter filosófico ( contemporáneo y también podrían tener su antecedente en el hedonismo racional de Epicuro, aunque algunos señalarán su vinculación con el hedonismo cirenaico; de ella pueden derivarse lógicamente proposiciones económicas referidas a la maximización de la función de utilidad sujeta a la restricción de la disponibilidad de recursos en la sociedad, para luego deducir el equilibrio general y proponer el óptimo de Pareto como criterio de eficiencia económica. No obstante, como señala Hal Varian, la medida de la utilidad no es cuantificable, por eso los economistas han abandonado hoy la anticuada idea de la utilidad como medida de la felicidad y la han reemplazado por las preferencias que el consumidor revela en su comportamiento. La influencia del empirismo positivista es evidente en esta nueva forma de explicar el comportamiento. A pesar de ello, la búsqueda de la felicidad sigue siendo el impulso que mueve las preferencias del consumidor y ésta se alcanzaría consumiendo una canasta de bienes. “Una función de utilidad es un instrumento para asignar un número a todas las cestas de consumo posibles de tal forma que las que se prefieren tengan un número más alto que las que no se

prefieren.” (Varian, 1994) La función de utilidad tiene implícito el supuesto de la búsqueda de la felicidad y que ésta se halla consumiendo bienes, puede que nadie lo diga de esta manera tan simple, pero nos parece que la lógica de la ecuación lo dice así: La utilidad está en función de los bienes el grado de utilidad expresa el grado de felicidad. Después puede aderezarse la idea con discursos de libertad individual, pero la cuestión es simple, esta teoría supone que una felicidad mayor se alcanza con más bienes:

Para el utilitarismo los bienes son el insumo del bienestar y la felicidad. Aunque es necesario recordar como Aristóteles no estaría de acuerdo con esta forma de buscar la felicidad, para él, por el contrario, se debería buscar en la realización plena de la naturaleza humana. Proposiciones Económicas Generales α(0)

Maximización de la Utilidad La teoría económica, entonces, ha establecido de manera axiomática el supuesto de que la felicidad es alcanzable con bienes, sea que lo señale de manera explícita o que lo sostenga implícitamente y de manera subyacente. El Utilitarismo desarrolla como doctrina que todo aquello que es útil es bueno, el objetivo supremo de la acción moral es el logro de la mayor felicidad para el más amplio número de personas, maximizar la función de utilidad será, entonces, ese objetivo supremo.

Y podríamos llegar hasta el límite de la saturación si no fuese porque estamos restringidos por la escasez de recursos. Los mitos del Edén suponen la abundancia de bienes sin ninguna restricción, el paraíso de la felicidad sería la maximización de la utilidad sin límites. Restricción presupuestaria La teoría económica neoclásica nos plantea que el individuo está sometido a una restricción para alcanzar niveles mayores de utilidad, está sujeto a una cantidad limitada de ingresos y solo podrá alcanzar la cantidad de bienes que ese ingreso le permita. Para ello, tiene que suponer que el dinero y el precio son cuestiones de carácter universal, y que son formas de relación social que corresponden a todas las formaciones sociales independientemente del lugar y de la época. Y así obtenemos el conocido gráfico que todos hemos estudiado el cursos básicos de microeconomía: Para ver el gráfico seleccione la opción “Descargar” del menú superior

Luego la teoría permite el análisis de variaciones de acuerdo con el aumento o disminución del ingreso disponible, del cambio en los precios y otras variaciones según los impuestos, los subsidios y el racionamiento. Permite analizar el efecto sustitución, el efecto renta y otros. Pero lo fundamental de la teoría ya está planteado en la maximización de la función de utilidad sujeto a la disponibilidad de ingreso. La función de la demanda

La función de la demanda es lógicamente deducible de lo anterior y puede sintetizarse en: Establecida esta proposición podemos continuar derivando lógicamente los conceptos de bienes normales e inferiores, las curvas de Engel, los bienes complementarios, los bienes Giffen, el excedente del consumidor, la elasticidad de la demanda y otros temas. La tecnología

Los factores de producción (tierra, capital y trabajo) permiten producir los bienes necesarios para alcanzar la maximización de la función de utilidad y minimizar las restricciones del ingreso disponible para alcanzar, así, el bienestar y la felicidad. Así obtenemos la función de producción: Las relaciones tecnológicas establecen las proporciones necesarias de cada factor de producción para obtener una unidad del producto y. La teoría continua definiendo los conceptos de producto marginal, relación técnica de sustitución, rendimientos decrecientes y otros. La maximización del beneficio Consistentemente con la proposición filosófica de la función de utilidad del individuo consumidor, ahora se propone la maximización del beneficio de la empresa, que en última instancia es el beneficio de los accionistas que persiguen el incremento de sus ingresos para maximizar su función de utilidad, es decir, el principio axiomático fundamental sigue presente. Para ver el gráfico seleccione la opción “Descargar” del menú superior Los beneficios que obtiene la empresa se pueden resumir en el resultado de los ingresos totales por ventas menos los costos totales. Después podemos continuar con las definiciones de costos fijos y variables, corto y largo plazo, hacer análisis de estática comparativa, minimización de costos, costos medios, costos marginales y otros.

La curva de oferta Para obtener la curva de oferta hay que considerar la igualdad del precio y el costo marginal, en el corto plazo se supone que el nivel de capital está dado y en el largo plazo se puede ajustar el tamaño de planta. La oferta de la industria será:

Luego la teoría explicará el equilibrio de la industria a corto y largo plazo, el efecto de los impuestos, la renta económica, los controles de precios, el monopolio, la discriminación de precios, el oligopolio y otros. )γ(Proposiciones Económicas Normativas El óptimo de Pareto La eficiencia económica para asignar bienes permitiría que la sociedad en su conjunto alcanzase niveles mayores de utilidad y por consiguiente una mayor felicidad total. “Una situación económica es eficiente en el sentido de Pareto si no existe ninguna forma de mejorar el bienestar de un grupo de personas sin empeorar el de algún otro.” “El concepto de eficiencia en el sentido de Pareto puede utilizarse para evaluar las diferentes formas de asignar recursos.” (Varian, 1994) Según el principio de la optimización, los individuos tratan de elegir libremente las mejores pautas de consumo de bienes. Y según el principio del equilibrio, los precios se ajustan hasta que la cantidad demandada de bienes corresponde a la cantidad ofrecida. En La Riqueza de las Naciones, Adam Smith desarrolló como tesis central que la mejor forma de distribución de la riqueza es aquella en la que no interviene el gobierno, es decir, en condiciones de laissez-faire; se trata del principio de la mano invisible del mercado que buscando los propios intereses de cada uno, todos los individuos alcanzan el óptimo de la asignación de bienes. Vilfredo Pareto (1848 – 1923) intento establecer una teoría de los sistemas sociales que permitiera explicar su estabilidad, sus estudios lo envolvieron en las polémicas sobre la economía de libre comercio y el proteccionismo, argumentando que el óptimo se logra sin intervención estatal en una situación en la que no es posible mejorar el bienestar de alguien sin perjudicar el de otro. El Bienestar “La eficiencia en el sentido de Pareto es en sí misma un objetivo deseable, pues, si es posible mejorar el bienestar de un grupo de personas sin empeorar el de otras, ¿por qué no hacerlo?” “Pero normalmente hay muchas asignaciones eficientes en el sentido de Pareto; ¿cómo puede la sociedad elegir una?” “...el concepto de función de bienestar, que sirve para “sumar” las utilidades de los diferentes consumidores.” (Varian, 1994) Las funciones sociales de bienestar consiste en sumar las utilidades de los individuos, es decir, que la asignación x se prefiere socialmente a la y:

O también la función utilitarista clásica o benthamita ponderada:

Pero en síntesis es solamente un desarrollo más de la proposición axiomática fundamental que señalamos al principio. El Ocio Suponiendo que el consumidor: M = percibe inicialmente una renta monetaria independientemente de que trabaje o no C = la cantidad de consumo del individuo } p = el precio del consumo w = el salario L = la cantidad ofrecida de trabajo L°= la cantidad máxima de trabajo posible R = (L°-L)= el ocio R°=L = la cantidad total de tiempo disponible para el ocio Tendremos la restricción presupuestaria:

Si el individuo no trabaja, su dotación de consumo será: Podemos rescribir la restricción presupuestaria de la siguiente manera:

“[La última ecuación] nos dice que el valor del consumo de un individuo más su ocio tiene que ser igual a su dotación de consumo y su dotación de tiempo, valorado en función de su salario.” “El salario no es sólo el precio del trabajo sino también el precio del ocio.” “... el salario es el costo de oportunidad del ocio.” (Varian, 1994) Más adelante este autor se pregunta ¿qué pasaría si alguien se saca la lotería? M aumentaría tanto que surge la pregunta ¿Trabajaría o sólo se dedicaría al ocio? Él observa empíricamente que cuando aumenta la renta monetaria disminuye la oferta de trabajo. Luego, maximizar la función de utilidad sin trabajar sería preferible a hacerlo con trabajo, salvo el caso de aquellos “locos” que les gusta trabajar. Comentario crítico Precisamente el tema del ocio nos tiende el puente teórico para establecer una primera gran diferencia con el paradigma hegemónico en economía y a partir de ella comenzar a construir un modelo alternativo, tomando al trabajo de una manera totalmente diferente a como lo hace la teoría económica neoclásica. Consistente y coherente con el supuesto axiomático fundamental sobre la función de utilidad, lo deseable será, entonces, disponer sin limites, gratuitamente y sin trabajar de una renta tan grande que la maximización de la utilidad alcance el infinito de sus posibilidades y que todo el tiempo disponible pueda ser destinado al ocio. Será una situación de riqueza tan grande que el costo de oportunidad del ocio no podrá ser alcanzado por ninguna oferta de empleo. Así, la teoría y sus axiomas coinciden en este caso con la mitología de esta sociedad: El Mito del Edén: el paraíso de la abundancia llegó a su fin por el castigo de Dios y el hombre fue condenado a trabajar. Según esta teoría una limosna suficiente permitiría que los miserables de nuestra sociedad alcancen el Edén. O que todos los problemas de pobreza de África del Sur, Asia y América Latina se solucionen con la donación de un pequeño porcentaje de la renta de los países desarrollados del Norte. O que Foncodes y su asistencialismo sea el principal organismo estatal para enfrentar los problemas nacionales. Supóngase que el sistema globalizado no nos necesitara, que el tercer mundo estuviera lleno de excluidos, entonces, solamente es necesaria una pequeña donación para que no ocasionemos conflictos y “mal aspecto” con nuestra pobreza, así, el costo de la paz mundial sólo será una pequeña suma de la inmensa riqueza del Norte. Consumir sin trabajar sería el ideal de este Edén. Recordando a Hegel queφPor el contrario, nosotros, en base a los supuestos filosóficos planteamos, podemos decir que el trabajo es lo que precisamente humaniza al hombre. Más adelante, en el siguiente acápite, presentaremos de manera estructurada y en secuencia lógico deductiva estos supuestos filosóficos. El hombre tiene certeza subjetiva de ser, precisamente, hombre; pero su certeza no es aún un saber, la idea que se hace de sí mismo puede ser todavía falsa. Para que esa idea de sí mismo sea una verdad es necesario que revele una realidad objetiva, la idea de sí mismo debe ser reconocida por los otros. Una verdad meramente subjetiva no es verdad, se necesita la adecuación de la subjetividad y la objetividad. Por eso solamente otro sujeto podrá objetivar la subjetividad ajena, reconociéndolo. Elevando, así, al rango de verdad la certeza subjetiva que el Yo tiene de sí mismo. La propia Autoconciencia no puede realizarse de manera unilateral o solitaria. Mientras el señor se ve atrapado por el apetito y el goce insatisfecho, nunca saciado y siempre ocioso, servido por su esclavo, éste trabaja. Antes el siervo era una cosa, el señor lo cosificaba, ahora el siervo vence al mundo con su trabajo y se humaniza en este acto. El señor en el consumo aniquila o desaparece al objeto, el siervo en el trabajo refrena su apetito y con su acción transforma el objeto, lo humaniza. “Este término medio negativo o la acción formativa es, al mismo tiempo, la singularidad o el puro ser para sí de la conciencia, que ahora se manifiesta en el trabajo fuera de sí y pasa al elemento permanencia; la conciencia que trabaja llega, pues, de este modo a la intuición del ser independiente como de sí misma.” (Hegel, 1998) En el objeto trabajado el siervo puede contemplarse a sí mismo, en el fruto de su trabajo puede ver su propia singularidad. Pero le falta todavía el reconocimiento de la otra conciencia.

“... la sociedad igualitaria, la comunidad espiritual no se ha conseguido todavía y en cualquier caso esta experiencia de intersubjetividad no ha conseguido realizar plenamente el Yo que es un Nosotros o el Nosotros que es un Yo.” (Hegel, 1998) El siervo logra la objetivación de su propia subjetividad trabajando o transformando el objeto, es decir, suprimiendo su forma natural e imprimiéndole su humanidad. Trabajando destruye la naturalidad del objeto, aquella vida de la que no quiso desprenderse, esa vida que no quiso arriesgar para afirmarse como autoconciencia superior a la naturaleza. En el trabajo el siervo objetiva su superioridad humana de una manera más perfecta que el señor, que solamente desprecio la naturaleza arriesgando su vida. “En el señor, el ser para sí es para ella otro o solamente para ella; en el temor, el ser para sí es en ella misma; en la formación, el ser para sí deviene como su propio ser para ella y se revela a la conciencia como es ella misma en y para sí.” (Hegel, 1998) El señor ponía su esencia en el esclavo, otro; el siervo, por el contrario, tiene su esencia humana en sí mismo gracias al temor; y por el trabajo su certeza subjetiva es la verdad objetiva de su producto. “En el fondo queda algo que no ha sido todavía satisfecho, el deseo de reconocimiento y de sociedad perfecta.” (Hegel, 1998) ,β, α, ε, φLa Economía Neoclásica como una formulación integral ( )γ Hemos visto en este breve resumen lo fundamental de la estructura lógico deductiva en la teoría económica neoclásica. Las proposiciones primeras de carácter filosófico proporcionan los fundamentos de esta construcción teórica, así de esta manera, el utilitarismo provee los primeros axiomas afirmando la felicidad como búsqueda del placer o de la ausencia de dolor, el egoísmo como naturaleza esencial del hombre, la cuantificación del placer por su intensidad, duración y proximidad, y la sumatoria de placeres personales en una sociedad concebida como agregación de individuos. Y se articulan coherentemente con proposiciones de carácter epistemológico que tienen a la base lo fundamental del pensamiento empirista inglés y del neopositivismo, pretendiendo equiparar la ciencia económica con el paradigma de la Física. Surge así, por derivación lógica, la primera proposición económica general en la maximización de la función de utilidad y coherentemente nos permite construir la curva de la demanda, para luego, derivar desde la maximización de beneficios de la empresa la correspondiente curva de oferta. Sea que lo expresemos como algoritmo matemático o como curva geométrica, esta construcción teórica concatena sus proposiciones económicas con los fundamentos señalados. La capacidad de predicción de esta teoría esta comprobada por infinitas observaciones del movimiento de los precios y de las cantidades en los múltiples mercados de las actividades de la sociedad moderna. Y, finalmente, tenemos en el óptimo de Pareto la proposición normativa que nos orienta en la mejor asignación de los recursos para alcanzar la felicidad.

Como vemos es un cuerpo teórico con una estructura lógico deductiva que no presenta fisuras de coherencia y que además posee probada capacidad de predicción y explicación del fenómeno de los precios y las cantidades de bienes. No obstante, como señala Thomas Kuhn, los paradigmas de la ciencia normal sufren la subversión de las revoluciones científicas, así por ejemplo, la astronomía Ptolemáica que también poseía similar capacidad de predicción de los fenómenos fue subvertida por Galileo. En nuestro caso, el fenómeno de la pobreza como anomalía inexplicada subvierte la coherencia de este sólido edificio. Evidentemente, no pretendemos equipararnos con Galileo, solamente tratamos, con nuestro pequeño cincel, de minar las bases de esta sólida construcción teórica neoclásica. En la búsqueda de una teoría alternativa en la economía La teoría económica neoclásica también puede eludir la contrastación con la realidad. Así, según Hal Varian, la Economía no es comparable con la Física o la Biología como ciencias, piensa que una mejor comparación sería con la ingeniería o con la medicina. “Y como no puede existir una epistemología para la ingeniería, la economía no necesita de la filosofía de la ciencia. Economía es aplicación de la teoría económica a problemas de política económica. Si definimos las políticas económicas como Doctrina, tomando la filosofía sólo como ética, entonces tendremos una derivación lógica de las y éstas ,α a partir de las proposiciones económicas γproposiciones normativas .φa su vez, se derivarán de las proposiciones filosóficas

Así, no habrá espacio para la contrastación con la realidad, de esta forma eludirían la crítica kuhniana que les señala la anomalía de la pobreza. Ni siquiera hacen el esfuerzo de construir hipótesis ad hoc para explicar los fenómenos que escapan a su cuerpo teórico, les basta su doctrina. Sin embargo, tomando la filosofía como ética y epistemología, cuando la naturaleza del problema exige que nos preguntemos sobre los fundamentos y las razones subyacentes al hecho observado, las fronteras entre la filosofía y la ciencia se diluyen llevándonos a un enfoque holístico. La pobreza, como hecho y como problema, exige que vayamos a los fundamentos mismos de la teoría económica, sobretodo, cuando la ingeniería económica del Fondo solo nos muestra la evidencia de sus fracasos, tenemos que ir a la búsqueda de sus razones subyacentes. Tenemos, entonces, que hacer epistemología de la economía y estudiar la validez del conocimiento científico económico, de la estructura de las teorías económicas, de la naturaleza de su método. El método lógico deductivo que asumimos, nos lleva por un camino que comienza , para)φ(con las proposiciones primeras, es decir, las de carácter filosófico continuar, luego, con las derivaciones que se desprenden de estas. Proposiciones: )φ(Filosóficas )ε(Epistemológicas α(Económicas genéricas 0) α(Económicas específicas 1) )’α(Modelos )β(Económicas empíricas )γ(Económicas normativas

El Dr. Figueroa nos plantea la discusión sobre el carácter de la ciencia económica: ¿teórica o fáctica? Y nos dice que las proposiciones α , de carácter axiomático y no observables por consiguiente, permiten la derivación de las proposiciones β , que sí son observables empíricamente. Entonces, la ciencia económica sería una ciencia fáctica, no obstante, las proposiciones observables β son derivadas de proposiciones axiomáticas α. Luego se pregunta sobre la universalidad o singularidad de estas proposiciones, adoptando una posición intermedia con las proposiciones α0 , de carácter universal, y las αj , de carácter singular referido a una sociedad j dada en el tiempo y en el espacio. Hemos definido, así, que las proposiciones β se obtienen por derivación lógica desde las α , sin embargo, hay dificultades operativas para relacionarlas, por ello, con ayuda de las matemáticas necesitamos construir modelos ’α de estas teorías generales, que sí permiten la relación. Las relaciones de causalidad son establecidas en las proposiciones β , permitiendo, así, las predicciones. Las variables exógenas de la teoría constituyen la causa, que se expresa en las variables endógenas como efecto. Estas proposiciones β son empíricamente contrastables con la realidad observada. A continuación, sobre el criterio de verdad, el Dr. Figueroa nos dice: es, en cierto grado,α”Como se ha señalado arriba, toda proposición arbitraria. Por ello, se dijo, es axiomática.” “¿Cuáles son los límites de la arbitrariedad?” , que sí son empíricamente observables.”β”Esto lo dan las proposiciones puede ser arbitraria pero lasα”La elección de una proposición ya no lo serán, pues éstas predecirán relaciones de causalidadβproposiciones (relaciones de causa efecto) observables empíricamente.” se genera así una hipótesis de causalidad sobre la realidad.”α”De Con la realidad y por esta vía evaluar la β”Se puede entonces confrontar validez de la proposición.” Entonces laβ”Si la realidad observada no conforma a la proposición , es falsa.” αteoría, es decir, el conjunto de proposiciones “Evidentemente, una teoría, que como sistema lógico es correcto, puede ser empíricamente falsa.” , Sólo se puede decir que hayβ”Pero si la realidad observada conforma sea verdadera.”α . No se puede aceptar que α‘consistencia’ con Puede también ser derivada lógicamente de otra β”La razón es simple: “ (Figueroa, 1996)αteoría, de otro conjunto

αNosotros proponemos una nueva 0 , desde la pregunta sobre el de la actividad económica. Para ello hemos necesitado eliminar la fronteraσολετ de carácterφentre la ciencia y la filosofía. Entonces, desde las proposiciones epistemológicas, derivamosεontológico y deontológico y desde las proposiciones de teoría económica.αlógicamente las proposiciones La contrastación con la , que establecenβrealidad observada se hará, entonces, con las proposiciones las relaciones de causalidad. , llevarán a la acción las políticas que seγFinalmente, las proposiciones desprenden de la teoría desarrollada y su contrastación con la realidad. Toda esta secuencia lógico deductiva puede desarrollarse de manera explícita por el investigador, o de manera implícita. Vemos en la crítica del pensamiento económico neoclásico que los supuestos filosóficos, deontológicos y epistemológicos que la sustentan no están presentes explícitamente, lo cual no significa que no existan de manera subyacente. Es, precisamente, la falta de explicitación lo que conduce a encubrir los fines de esa teoría económica. Proposiciones Filosóficas )φ( Introducción La primera idea que deseamos presentar es la idea de Realidad, la cita de Parménides recoge de una excelente y bella forma lo que queremos expresar. Tomar esta idea como punto de partida es crucial para establecer el criterio de verdad, precisamos por ello, que siempre y en última instancia estaremos referidos a lo Real como criterio de verdad, como criterio de adecuación entre el concepto de lo real y lo real. Lo que es, es y no es posible no ser Pero, haciendo un paréntesis en el desarrollo de la exposición lógico deductiva, también hemos escogido esta cita de Parménides como proposición primera por un motivo: sentimos que nuestra existencia se encuentra amenazada, la pobreza absoluta que nos envuelve amenaza nuestro futuro como Ser. Sin embargo, estas palabras de Parménides nos llenan de esperanza porque nos dice que: ... no es posible no ser Queremos leer esa imposibilidad del no ser en un sentido deontológico: no es posible que nos nieguen la existencia, debemos negar esa posibilidad. Cerrando el paréntesis y continuando, decimos: La segunda idea fundamental que planteamos es la concepción del movimiento, al respecto existen múltiples teorías, nosotros asumimos la idea de que el movimiento es inherente a la naturaleza del Ser. El movimiento es proceso, entonces, el Ser es proceso. Con esta segunda idea nos distanciamos de Parménides que concibe al Ser como inmutable y sin movimiento y nos acercamos a Heráclito. Luego, el proceso de la naturaleza nos lleva necesariamente al proceso de la vida, y este, al de la vida humana. El proceso del Ser nos ha llevado hasta el Ser consciente de sí mismo: el hombre. Esta idea del movimiento natural supone una idea más profunda: la idea de recreación. Pero ¿Cuál es la finalidad de la existencia? ¿Para qué existe el Ser? Las respuestas a estas interrogantes son diversas, habrá algunos que le otorgarán una finalidad trascendente, otros, como Parménides, le negarán toda finalidad. Nosotros asumimos que la finalidad del Ser es el ser mismo, es el existir, como delσολετproceso de recreación perpetua, como proceso de reproducción. El hombre es existir, es recrear su existencia. Ahora bien, ¿En qué consiste la recreación de la existencia humana? Nosotros, tomándolo de Smith, Ricardo y Marx, asumimos al trabajo, como el acto humano que recrea o reproduce la existencia del hombre. Sin embargo, establecemos una precisión, no señalada explícitamente por los clásicos: el hombre no solo recrea lo que es, reproduciendo su existencia, sino que también recrea qué es, modificando su propio Ser. En contraste con este desarrollo proposicional, la filosofía utilitarista y la teoría económica neoclásica nos proponen otra cuestión, entonces debemos φcomparar la propuesta a αy su derivación a con nuestra φpropuesta de una filosofía del trabajo b y su derivación αb. Para ver el cuadro seleccione la opción “Descargar” del menú superior

La filosofía utilitarista nos propone la maximización de la felicidad para el mayor número de personas, entendiendo por felicidad el placer o la ausencia de dolor como único objeto posible de la voluntad o el deseo. De ello deducen la esencia egoísta de la naturaleza humana como fundamento de su ética y una concepción de sociedad como agregado de individuos cuyo placer es susceptible de medida sumatoria. φPor el contrario, nuestra filosofía del trabajo b y la αalternativa teórica b que proponemos, nos presenta caminos diferentes, cuya consecuencia será una explicación y un combate a la pobreza desde nuevas perspectivas muy distantes de la exclusión actual. Para ver el cuadro seleccione la opción “Descargar” del menú superior diferente, la racionalidad económica que αLa Teoría Económica “T” propone un se deriva de estas proposiciones axiomáticas es distinta a la racionalidad del homo economicus de la teoría neoclásica. A partir de este supuesto, se podría desarrollar una nueva teoría positiva, como un criterio de bienestarαsin embargo, en nuestro estudio tomaremos esta social, es decir, como una teoría normativa, así como el óptimo de Pareto es tomado como la teoría normativa derivada de la función de utilidad. Desarrollo proposicional Desarrollaremos, a continuación, un conjunto de proposiciones de carácter filosófico que comenzando con cuestiones ontológicas, para establecer la naturaleza de las cosas y de la realidad, concluye en una proposición deontológica, para establecer la ligazón entre el derecho a la existencia, al Ser, con el derecho a la vida y al trabajo. La existencia es el punto de partida de todos los razonamientos y la existencia es proceso perpetuo, sin embargo, cuando la existencia se haya amenazada es necesario el juicio moral que reclama el derecho a la existencia. Desarrollo proposicional: Lo que es, es y no es posible no ser. (Parménides) Aunque tomo distancia de otros extremos del pensamiento de Parménides, como: El Ser sin finalidad ni propósito. .)νοτσελετα(El Ser es sin fin El Ser es completo, no cambia. El Ser es perpetuo presente. El mundo sensible es ilusión El Ser es y existe (significado predicativo y existencial) El movimiento es inherente a la naturaleza del Ser. El Ser es movimiento, es cambio, es transformación perpetua. El Ser es proceso. El Ser en su proceso natural crea la vida y la continua recreando: el proceso vital. El Ser en su proceso vital crea al ser consciente de sí mismo: el hombre. La finalidad del Ser es el ser mismo, es el existir, como proceso de recreación perpetua, como proceso de reproducción. El Ser Humano recrea su existencia, reproduce su existencia trabajando. Las potencias o capacidades del hombre se ponen en acto en esta recreación: el trabajo. El σολετ del hombre es la recreación de su existencia, la reproducción de su vida es la finalidad del hombre. La reproducción de la vida del hombre tiene un significado esencialmente colectivo, el hombre es un ser social, se reproduce como sociedad en todas las múltiples dimensiones de su humanidad. En el trabajo, el hombre no solo recrea lo que es, reproduciendo su existencia, sino que también recrea qué es, modificando su propio Ser. Deber ser: El derecho a la vida se traduce en el derecho a reproducir la existencia y, por tanto, en el derecho al trabajo. Cualquier orden o sistema que excluya a los hombres del trabajo niega el derecho a la vida, niega el mismo Ser. Proposiciones Epistemológicas La epistemología, entendida como la disciplina filosófica que estudia los criterios de validez del conocimiento científico, la estructura de las teorías científicas, la naturaleza del método científico y el lenguaje de la ciencia, tiene que estar sustentada en una concepción gnoseológica, en una teoría del conocimiento. Consideramos un error reducir la epistemología a la rigidez positivista de reglas metódicas, la filosofía de la ciencia tiene que ir, necesariamente, más allá. El punto de partida es el contenido del saber mismo, por eso comenzamos citando las primeras palabras de Aristóteles en la Metafísica referidas al saber. El siguiente paso es definir cómo se resuelve el acceso a este saber, al respecto se ha desarrollado una antigua polémica entre racionalistas y empiristas, sin embargo, Kant nos ayuda a comprender la relación entre la cosa en sí y la conciencia que aprehende la idea de la cosa. No obstante, es necesario definir que la relación entre sujeto y objeto no es estática, en ese sentido Hegel nos introduce a la idea de proceso como el camino hacia el saber.

Si bien, estamos siguiendo un camino lógico deductivo en la presente exposición, estamos lejos de plantear, simplemente, como criterio de verdad la coherencia de las proposiciones expuestas; nuestro criterio de verdad está referido fundamentalmente hacia lo Real. Aunque, es necesario que precisemos: Para nosotros esta realidad no tiene el mismo significado que para los empiristas, según ellos, la verdad reside en la cosa y ésta puede ser aprehendida directamente por los sentidos. Nosotros, por el contrario, proponemos que el saber subjetivo y la verdad objetiva deben adecuarse, la certeza de sí mismo y la verdad objetiva deben identificarse, nosotros suponemos que el hombre se hace hombre por el trabajo, y la certeza subjetiva de su humanidad se ve reflejada y confirmada en el fruto de su trabajo como verdad objetivada, su Yo se ha plasmado en ese objeto y el Yo se reconoce en él. La objetivación de la verdad es un punto medular de nuestra propuesta, todo aquello que el hombre posee como autoconciencia solo quedará como certeza subjetiva al interior de sí mismo si no es exteriorizada, si no es objetivada, si no es reconocida por el Otro. El hombre al ponerse en acto, al ir a la práctica, extrae de su interior esa subjetividad y la transforma en verdad objetivada, entonces, su Yo se ha plasmado en el fruto de su acto, y, así, puede ser reconocido por el Otro. Solamente cuando nos encontramos frente a esa verdad objetivada podemos desplegar las múltiples facetas de la intersubjetividad y avanzar, de esta manera, en ese camino infinito de la búsqueda del Saber Absoluto. Desarrollo proposicional (Aristóteles, Met..)εµετσιπε(Todos los hombres por naturaleza desean saber 1 980b) El saber en general, el saber filosófico y el saber científico con fronteras que se diluyen cuando se aborda las cuestiones fundamentales, es esencial a la naturaleza humana. Sin sensibilidad ningún objeto nos sería dado y, sin entendimiento, ninguno sería pensado. Los pensamientos sin contenido son vacíos; las intuiciones sin conceptos son ciegas. (Kant, B75) La relación entre el sujeto y el objeto es replanteada por Kant y resuelve, así, la polémica de esa época entre empiristas y racionalistas. La razón se despliega históricamente. La verdad se despliega en el tiempo y adquiere nuevos contenidos. La razón se sustenta en el movimiento de la realidad. La realidad es portadora de la verdad que se va desplegando históricamente. La relación entre el sujeto y el objeto no es un proceso atemporal, es un proceso histórico. (Hegel, 1998) El saber subjetivo y la verdad objetiva deben adecuarse, la certeza de sí mismo y la verdad objetiva deben identificarse. El hombre se hace hombre por el trabajo, la certeza subjetiva de su humanidad se ve reflejada y confirmada en el fruto de su trabajo como verdad objetivada, su Yo se ha plasmado en ese objeto y el Yo se reconoce en él. El saber científico no es acumulativo en la historia, avanza de crisis en crisis derribando viejos paradigmas y levantando nuevos. (Kuhn, 1998) Proposiciones Económicas Genéricas α(0) Como derivación lógica de las proposiciones filosóficas (φ) y ) expuestas surge una nueva definición de la economía comoεepistemológicas ( de la actividad económica, el “output”σολετciencia, si planteamos ese nuevo final del proceso económico tiene que ser necesariamente nuevo. Entonces, el estudio del proceso de producción y distribución de bienes para comprender la economía será insuficiente, desde esta nueva perspectiva. La economía debe estudiar la actividad del hombre para recrear su existencia. Esta definición de economía tiene carácter universal, es independiente de cualquier forma de organización social singular, esta proposición es aplicable a todas las sociedades, desde la actividad económica de una primitiva tribu recolectora hasta la actividad más compleja de las actuales sociedades modernas. Sin embargo, esta propuesta de definición de carácter universal podría ser adulterada si concebimos al hombre solamente en su dimensión individual. Por ello debemos tener absolutamente claro que cuando decimos: la economía debe estudiar la actividad del hombre para recrear su existencia, nos estamos refiriendo tanto al ser personal como al ser social. Esta nueva definición de economía lleva implícito consideraciones éticas que la tradicional definición no posee, el derecho a la existencia, el derecho a la vida, el derecho al trabajo. Enfocar la pobreza desde esta perspectiva abre posibilidades explicativas que el paradigma neoclásico carece, una sociedad que no puede recrear su existencia será una sociedad pobre en camino a la extinción. La pobreza tiene, entonces, un carácter absoluto. Ya no se trata de un problema redistributivo como lo conciben las políticas del Fondo, que solo ve la pobreza relativa. Una sociedad que excluye a una parte de sí misma y le niega el derecho a la propuesto a para la economía.σολετexistencia no cumpliría el El significado del concepto reproducción adquiere nuevas dimensiones cuando lo asociamos al concepto recreación, la actividad económica del hombre no solamente restablece las energías gastadas en el proceso productivo, sino que recrea al hombre mismo, desarrollándole nuevas capacidades. El hombre no solo recrea lo que es, reproduciendo su existencia, sino que también recrea qué es, modificando su propio Ser.

Reproducir la vida humana se entiende como la recreación del Ser del hombre en todas las dimensiones de su naturaleza, en especial, de aquellas que son exclusivas de él: las formas de conciencia. Desarrollo proposicional La Economía estudia el proceso económico, entendido como el proceso productivo y distributivo de bienes para reproducir la vida humana como parte de la vida en general. El proceso productivo no solo genera los bienes necesarios para reproducir la existencia del hombre, sino que también reproduce al hombre mismo. De la economía es la reproducción ampliada de la vida humana comoσολετEl parte de la vida en general. La pobreza es la incapacidad de generar los bienes necesarios para la existencia y para recrear al hombre mismo. La privación de capacidades es la negación del Ser del hombre, la pobreza niega el Ser del hombre. Proposiciones Económicas Específicas α(1) Introducción La explicación de la sociedad capitalista actual ha merecido la atención de múltiples escuelas económicas, cada una levantando su propio modelo explicativo. Las escuelas neoclásica, keynesiana y clásica, en términos generales, son las más relevantes. Los siglos XIX y XX fueron testigos de la contradicción que generó las teorías de Karl Marx en su interpretación de la sociedad capitalista, contradicción que se extendió también a lo político, lo económico y lo militar, y todavía continua. Sin embargo, esta teoría marxista pretende, fundamentalmente, explicar la explotación, desarrolla teóricamente las formas particulares que la sociedad moderna tiene para la apropiación privada del excedente económico. Entonces, al proponer la apropiación social de los excedentes, su finalidad última es la redistribución de la riqueza, su preocupación se reduce al ámbito de la pobreza relativa y a la justicia o injusticia de las formas de apropiación del excedente, llamada por él: plusvalía. Para los neoclásicos, la apropiación privada del excedente económico no solamente está justificada teóricamente, sino también éticamente. Así, la gran dispersión de los niveles de ingreso de los diferentes estratos sociales, es coherente con el sistema. La discusión entre neoclásicos y marxistas podría ser simplificada a un problema de redistribución, o de justicia o injusticia de la pobreza relativa. Sin embargo, nuestro problema no es redistributivo, nuestro primer problema no es la pobreza relativa, nuestro problema es mucho más grave que la diferencia entre ricos y pobres. Nuestro real problema es que la existencia como sociedad y como cultura de países como el Perú está amenazada, nuestra existencia está en peligro. Tomamos la teoría de la exclusión desarrollada por el Dr. Figueroa como explicación de esta pobreza absoluta, aunque el planteamiento original este referido a la pobreza relativa. Consideramos que la economía de subsistencia de los excluidos no permite su reproducción, por ejemplo, para tomar solo un aspecto, podemos decir que los niveles de alimentación a los que están sometidos los excluidos, en el largo plazo, podrían tener consecuencias genéticas y generar una raza subnormal. Desarrollo proposicional Consideraré tres tipos de sociedades capitalistas... [Abstractas]: épsilon, omega y sigma. La sociedad Épsilon: Trabajadores homogéneos. El capital está concentrado en la clase capitalista. Los capitalistas buscan maximizar ganancias. Se produce un solo bien. El sistema requiere desempleo para funcionar. El mercado laboral es un mercado no walrasiano. El dueño del capital se apropia del excedente. El sistema está en equilibrio, se reproduce período tras período con desempleo y desigualdad. Los trabajadores son excluidos de tres mercados: del mercado de trabajo (los desempleados), del mercado de crédito y del mercado de seguros. La sociedad Omega: Igual a la sociedad épsilon, salvo por una diferencia: superpoblación en relación con el stock de capital. El único bien se puede producir también solo con trabajo y sin capital, pero su productividad será muy baja. El sector de subsistencia obtiene un sustento mínimo para sobrevivir autoempleándose. El salario es superior al ingreso de autoempleo. El sistema está en equilibrio, se reproduce período tras período con desempleo y desigualdad. La sociedad Sigma: Igual a la sociedad omega, salvo por una diferencia: los trabajadores no son socialmente homogéneos. En la población aborigen (Z) [ex colonia] las dotaciones de capital físico y capital humano (activos políticos y culturales) serán inferiores a las del resto de la población (X)

El sistema está en equilibrio, se reproduce período tras período con desempleo y desigualdad. La teoría de la exclusión plantea una explicación de la desigualdad y de la pobreza relativa. Un Modelo de la Teoría “T”: El sistema de Leontief ’ )α(Proposiciones Continuando con las derivaciones lógicas de las proposiciones anteriores, (9φvemos que la proposición α) sobre el trabajo, la proposición 0 α(19) y las proposiciones 1 que resumen la teoría de la exclusión, nos permitirán construir un modelo que puede explicar la pobreza. Apoyándonos en los desarrollos teóricos de Dr. Adolfo Figueroa que resumimos en el apéndice 2, ahora, podemos comenzar el desarrollo de nuestra propuesta. Revisando las bases axiomáticas Veamos, que nos dicen: “Independientemente de cómo se organice una sociedad para la actividad de producción y distribución de bienes, hay ciertas relaciones que se establecen entre los elementos materiales y no materiales que intervienen en la producción. Estas son las relaciones tecnológicas.” (Figueroa, 1996) Por nuestra parte introduciríamos solo una sutil modificación, aquella referida a los bienes, y diríamos lo siguiente: Independientemente de cómo se organice una sociedad para la reproducción de su existencia, hay ciertas relaciones que se establecen entre la naturaleza y los hombres que intervienen en la producción. Estas son las relaciones tecnológicas. El profesor Figueroa define Economía así: “La economía es una ciencia, una ciencia social. Estudia un proceso particular: el proceso económico.” “Éste es definido como el proceso de producción de bienes y su distribución entre los distintos grupos sociales que forman las sociedades humanas.” Nosotros introducimos nuevamente una leve modificación desde la proposición α0 (19) de la economía. La implicancia de éstaσολετsobre el la entendemos en el siguiente alcance: El proceso que nos interesa es el proceso de reproducción de la vida humana, en ese sentido el proceso de producción de bienes es solamente una parte del proceso principal. Entonces diríamos lo siguiente para definir la Economía: El proceso económico es definido como el proceso de reproducción de la vida humana entre los distintos grupos sociales que forman las sociedades. Insistimos en esta diferencia sutil, porque es posible que se establezcan relaciones tecnológicas muy eficientes (en el sentido del óptimo de Pareto) en la producción de bienes y que, sin embargo, no logran reproducir la vida humana en su conjunto. Vimos anteriormente como la teoría de la exclusión nos muestra la situación de segmentos poblacionales por debajo de los niveles mínimos de subsistencia. Concebir el objetivo del proceso económico como la maximización de la producción de bienes puede llevarnos a políticas económicas que generan la exclusión de una parte de la sociedad. Nosotros negamos el supuesto axiomático fundamental de la economía neoclásica que nos dice que:

La recreación del hombre Por el contrario, nosotros afirmamos al hombre como aspecto central de la actividad económica. La cuestión fundamental de esta investigación es recogida en la proposición φ (9) referida al papel del trabajo en la reproducción de la existencia y el Ser de los hombres dice: En el trabajo, el hombre no solo recrea lo que es, reproduciendo su existencia, sino que también recrea qué es, modificando su propio Ser. En el modelo que presentaremos, la reproducción de la existencia del hombre se expresa en Hn, como el flujo que se desarrolla al interior del proceso económico para restablecer las energías (en términos generales) consumidas en el proceso mismo. Se satisface, de esta manera, la exigencia deontológica que implícitamente contiene la proposición α0 (19) sobre el σολετ de la economía. Pero, esta reproducción de la existencia sólo satisface un aspecto de proposición φ (9) Queda pendiente el otro aspecto, la modificación de su propio Ser. El “output” final del proceso económico es He, el excedente económico es lo que permite, o mejor dicho, es la recreación misma del Ser del hombre.

La cuestión fundamental de esta investigación es la afirmación de la recreación del hombre como proceso económico histórico de aquellas sociedades que tienen la capacidad de generar excedentes.

El mito del Edén y el paraíso de la abundancia, implícitos en el paradigma neoclásico, desaparecen de esta manera y el trabajo deja de ser el castigo de Dios, para convertirse en el aspecto fundamental de la humanización del hombre. La acumulación de capital La acumulación de capital en la teoría económica neoclásica está referida a la acumulación de bienes (capital fijo y capital variable). Esta forma de entender la acumulación es consistente con todo su desarrollo teórico y sus supuestos axiomáticos. Concebir la economía como proceso de recreación del hombre nos abre la posibilidad de un nuevo enfoque en el concepto de acumulación de capital, nos referimos a: La acumulación de capital humano. Como desarrollaremos más adelante, la dimensión H (la potencia humana) es acumulable históricamente. Por ahora, tomemos en cuenta que cuando decimos que He se refiere a la modificación del propio Ser del hombre, el qué es, estamos diciendo que esas modificaciones de la naturaleza humana son acumulables. Construcción del modelo La internalización de la mano de obra en el modelo del Dr. Figueroa nos permite establecer los coeficientes tecnológicos para la reproducción de esta misma, así los bienes se convierten en insumos del proceso productivo de hombres. Nueva tabla de insumo – producto Vamos a seguir una secuencia lógica que comienza con la tabla II.6 de la obra citada del profesor Figueroa, que supone un sistema estático, con pleno empleo, sin exclusiones y que reproduce la población al mismo nivel de vida y de capital humano. Pero, con una modificación solamente, no hay consumo innecesario y no hay inversión en activos acumulables.

El sistema de ecuaciones es el mismo que en los acápites del anexo 2 (Aproximación al nuevo modelo: Bases teóricas previas) salvo lo siguiente:

Para ver el cuadro seleccione la opción “Descargar” del menú superior Esta tabla expresa el proceso económico de una sociedad que reproduce su existencia periodo tras periodo, el consumo necesario está totalmente cubierto al interior del mismo proceso. Pero no produce más, no aumenta su stock de capital, ni aumenta el stock de tierras útiles, ni aumenta su población y la población económicamente activa se mantiene constante. Entonces el gráfico de Frontera de Excedente Económico se modificaría de la siguiente manera: Para ver el gráfico seleccione la opción “Descargar” del menú superior El gráfico es exactamente igual al del anexo 2 salvo el Proceso Ph que ha sido modificado aumentando la cantidad de bienes necesarios para reproducir un trabajador, de modo que la frontera de excedente económico se reduce a cero. Nueva tabla de insumo – producto (2) El siguiente paso es avanzar de una sociedad que no produce excedentes a otra sociedad superior que si los produce, sin embargo, surge la pregunta: ¿Qué excedentes producirá esta sociedad superior? ¿Acaso buscará aumentar la cantidad de bienes producidos de manera similar a la tabla II.6? Sí el de esa sociedad es la reproducción de la vida humanaσολετ ¿Qué producirá? La respuesta será: Debe producir hombres Pero no se trata de aumentar la cantidad de hombres, hemos supuesto que ésta se mantenga constante Debe producir hombres en un sentido cualitativo. ¿Qué significa hombre en sentido cualitativo? Un hombre con capacidades superiores. (9) referida al papel del trabajo en la reproducción de laφLa proposición existencia y el Ser de los hombres recoge esta idea, es, a nuestro juicio, fundamental. No se trata solamente de reproducir la existencia cuantitativa de los hombres, el proceso económico tiene como finalidad la reproducción de la vida en un sentido cualitativo, es decir, mejorando la calidad de vida de esos hombres. En el trabajo, el hombre no solo recrea lo que es, reproduciendo su existencia, sino que también recrea qué es, modificando su propio Ser.

Recrear qué es el hombre significa modificar su propio Ser. No obstante, el ser humano biológicamente hablando es inmutable, al menos en el horizonte de tiempo de la actual existencia humana. Entonces: ¿Dónde esta el cambio? ¿En que consiste la modificación? Podemos responder la pregunta así: El recipiente no cambia, lo biológico La materialidad no cambia Lo que cambia es la conciencia El incremento de capacidades humanas se manifiesta como formas de conciencia Capacidades entendidas como potencias humanas Forma de conciencia como capacidad de regularidad y seguridad Forma de conciencia como capacidad estructural y relacional Forma de conciencia como capacidad de autovaloración y reconocimiento Forma de conciencia como capacidad cognitiva Forma de conciencia como capacidad estética Forma de conciencia como capacidad de realización plena Debemos producir hombres en un sentido cualitativo. H = Hn + He La variable H tiene que ser observable necesariamente, y así lo es, aunque no a la manera de la observación del empirismo. Cuando recordamos a Hegel señalamos que la subjetividad se revela como realidad objetiva en el fruto del trabajo y nos reconocemos intersubjetivamente en ello. La teoría económica neoclásica solamente verá objetos tangibles en el fruto del trabajo, es decir, bienes. Por el contrario, cuando nosotros observamos los frutos del trabajo del hombre, vemos algo más que la tangibilidad del objeto producido, nosotros reconocemos al hombre. Históricamente, podemos observar la acumulación de capital humano que hace posible el actual nivel de desarrollo de nuestras sociedades. Por ejemplo, tomemos la energía y comparemos la primitiva fogata de los primeros hombres con las actuales formas de energía, o también, tomemos sus instrumentos y comparemos la primitiva piedra punta de flecha y las sofisticadas herramientas que hoy usamos. Todos estos objetos nos hablan más de los hombres que los produjeron que las fotografías de un australopiteco o de un moderno newyorkino. Evidentemente, la observación de esta variable H no es sencilla, será necesario establecer convenciones y acuerdos generalizados para definir las unidades de medida correspondientes, por nuestra parte, haremos un esfuerzo de aproximación a los criterios generales para llegar a esas unidades. Definamos, entonces, la variable H: Hn se define como la cantidad de energía transferida al interior del proceso económico para recrear la existencia del hombre Hn medido en términos de potencia recuperada, de cantidad restablecida al nivel inicial del proceso He se define como la cantidad de energía transferida en el proceso económico que modifica qué es el hombre He medido en términos de potencia ampliada, que implica cambios de calidad El proceso productivo de la industria de hogares (Ph) podría circunscribirse a la reproducción de la existencia humana al mismo nivel que se encontraba al inicio del proceso económico. Es decir, el proceso Ph produce hombres en el sentido Hn. Tenemos que crear otro proceso productivo que incremente las capacidades humanas Pe que produciría hombres en un sentido He La nueva tabla insumo producto que obtendríamos sería la siguiente: Para ver el cuadro seleccione la opción “Descargar” del menú superior El sistema Leontief que se deriva de esta tabla

El proceso de producción de la industria “hogares” (P4) tiene los coeficientes que indican la mezcla de bienes necesaria para reproducir a un trabajador y su familia, esto es el consumo necesario. Y el consumo recreativo estaría dado por el proceso productivo de ampliación de capacidades humanas (P5)

El proceso P4 consiste en la producción de bienes para el consumo necesario e indica la mezcla de bienes necesarios para la manutención del trabajador y su familia. El proceso P5 consiste en la producción de bienes para el consumo recreativo e indica la mezcla de bienes utilizados para la ampliación de capacidades humanas.

Los procesos productivos serían cinco y generarían los siguientes “bienes”: o B1 (bienes agrícolas) o B2 (bienes industriales) o B3 (bienes de capital importados) o B4 (trabajadores) reproducción necesaria de la existencia o B5 (trabajadores) recreación de la existencia y ampliación de capacidades 1. Simplificando la nueva tabla de insumo – producto Para poder graficar vamos a reducir el número de procesos productivos. Los siguientes procesos pueden ser resumidos en uno solo llamado Bk o B1 (bienes agrícolas) o B2 (bienes industriales) o B3 (bienes de capital importados) Los bienes agrícolas B1 pueden ser comprendidos como insumos de los procesos productivos de la industria de hogares y de la industria de ampliación de capacidades, es decir, como capital de trabajo. Por ejemplo, la producción de alimentos en x14 y x15 permitiría la alimentación de los trabajadores. El excedente de producción de bienes agrícolas I1 sería acumulación de capital de trabajo. Igualmente, los bienes industriales B2 también pueden ser comprendidos como insumos de los procesos productivos de la industria de hogares y de la industria de ampliación de capacidades, es decir, como capital de trabajo. Por ejemplo, la producción de textiles en x24 y x25 permitiría el vestido de los trabajadores. El excedente de producción de bienes industriales I2 sería acumulación de capital de trabajo. Finalmente, los bienes importados B3 asimismo pueden ser comprendidos como insumos de los procesos productivos de la industria de hogares y de la industria de ampliación de capacidades, es decir, como capital de trabajo. Por ejemplo, la importación de software informático en x34 y x35 permitiría satisfacer las necesidades de comunicación de los trabajadores. El excedente de bienes importados I3 sería acumulación de capital de trabajo. De esta manera, los tres procesos productivos pueden ser simplificados en un solo proceso de bienes de capital Bk que proporcionaría insumos xk4 y xk5 como capital de trabajo de los procesos productivos de la industria de hogares y de la industria de ampliación de capacidades. El stock de factores también puede ser simplificado en Bk o X1 B1 (bienes agrícolas) o X2 B2 (bienes industriales) o X3 B3 (bienes de capital importados) El stock de bienes agrícolas B1 puede ser comprendido como capital fijo de los procesos productivos de la industria de hogares y de la industria de ampliación de capacidades. Por ejemplo, el fondo o stock de árboles frutales en X14 y X15 permitiría la producción de frutas para la alimentación de los trabajadores. El excedente de producción de bienes agrícolas I1 aumentaría el capital fijo al sumarse al stock inicial. Igualmente, el stock de bienes industriales B2 también puede ser comprendido como capital fijo de los procesos productivos de la industria de hogares y de la industria de ampliación de capacidades. Por ejemplo, el fondo o stock de maquinarias electro domésticas en X24 y X25 permitiría el funcionamiento de múltiples servicios en los hogares de los trabajadores. El excedente de producción de bienes industriales I2 aumentaría el capital fijo al sumarse al stock inicial.

Finalmente, el stock de bienes importados B3 asimismo puede ser comprendido como capital fijo de los procesos productivos de la industria de hogares y de la industria de ampliación de capacidades. Por ejemplo, la importación de automóviles en X34 y X35 permitiría proporcionar el servicio de transporte de los trabajadores. El excedente de bienes importados I3 aumentaría el capital fijo al sumarse al stock inicial. De esta manera, los tres fondos pueden ser simplificados en un solo stock de bienes de capital Bk que proporcionaría servicios Xk4 y Xk5 en los procesos productivos de la industria de hogares y de la industria de ampliación de capacidades. Por último, en lo referente al fondo de naturaleza o tierra T asumiremos el supuesto de que ésta es un factor redundante absoluto. Aunque, como veremos más adelante, es necesario considerar de manera especial el proceso económico como parte del proceso de la vida en general, como lo contempla la Economía Ecológica. Y no como un simple recurso o factor de producción subordinado a los fines del proceso económico. Ahora si estamos en condiciones de presentar una nueva tabla de insumo producto simplificada que expresa el proceso de producción de bienes de capital Bk y la recreación de hombres He. Para ver el cuadro seleccione la opción “Descargar” del menú superior Los procesos productivos serían los siguientes:

Este es el sistema Leontief que se deriva de la tabla. Para ver el cuadro seleccione la opción “Descargar” del menú superior Definamos, entonces, el conjunto de variables involucradas en este modelo. Sea: Sh = Población de trabajadores Sk = Stock de capital δ = Jornada laboral Xk = Total de del Stock de capital = Sk δ xk = Producción total de capital xkk = Cantidad de Bk para producir Bk akk = Cantidad de Bk para producir una unidad de Bk xk4 = Cantidad de Bk para reproducir Hn (Proceso 4) ak4 = Cantidad de Bk para reproducir la existencia de 1 trabajador y su familia xk5 = Cantidad de Bk para recrear He ak5 = Cantidad de Bk para ampliar la capacidad de 1 trabajador y su familia x4 = Total de trabajo necesario x4k = Cantidad de trabajo necesario para Bk a4k = Cantidad de trabajo necesario para producir una unidad de Bk x5 = Total de trabajo excedente x5k = Cantidad de trabajo excedente para producir Bk a5k = Cantidad de trabajo excedente para producir una unidad de Bk x54 = Cantidad de trabajo excedente para reproducir Hn a54 = Cantidad de trabajo excedente para reproducir la capacidad de 1 trabajador y su familia (Ejemplo: trabajo en educar) x55 = Cantidad de trabajo excedente para recrear He a55 P) la∆= Cantidad de trabajo excedente para ampliar ( capacidad de 1 trabajador y su familia (Ejemplo: trabajo en investigar) H = Potencia o capacidad de trabajar de una sociedad = Sh P Ht = Potencia al inicio del proceso P = Coeficiente de potencia o capacidad Pt = Coeficiente de potencia al inicio del proceso P[t + 1] = Coeficiente de potencia al final del proceso P∆ = Incremento del coeficiente de potencia = [P[t + 1] - Pt] Hn = Potencia inicial para trabajar de una sociedad = Sh Pt x4 = Trabajo necesario = Xh = [ Sh Pt ] δ x4 = Potencia en acto para reproducir Hn (Proceso 4) x5 = Trabajo excedente = [ Sh P∆ ] δ x5 = Potencia en acto para recrear He (Proceso 5)

Para ver el gráfico seleccione la opción “Descargar” del menú superior La línea de restricción está determinada por el stock de Xk y está representada en el presente gráfico por la línea S1 S2 Luego, como hemos supuesto que el número de trabajadores sea constante la representaremos por H1 H2

Finalmente, el consumo necesario estará representado por el segmento OR’ del proceso productivo P4 y haciendo la sustracción gráfica correspondiente obtenemos la Frontera de Excedente Económico PMN. Para ver el gráfico seleccione la opción “Descargar” del menú superior FRONTERA DE EXCEDENTE ECONÓMICO Este gráfico de la frontera de excedente económico nos permite analizar que solamente en el segmento MN se logra la ausencia de exclusión porque se opera con pleno empleo, en cambio, en el segmento PM se opera con una parte de los trabajadores excluida del trabajo.

La “Economía T”, según los supuestos que hemos desarrollado, llegaría a un punto cualquiera en el segmento MN, debido a que es una economía dinámica, y, así, en el siguiente periodo la Frontera de Excedente Económico crecerá porque se ha acumulado capital físico y capital humano. Se satisface, de esta manera, la exigencia deontológica de la cual se derivó αla proposición 0 (19) de la economía y que nosσολετsobre el dice: de la economía es la reproducción ampliada de la vida humana comoσολετEl parte de la vida en general.

Recapitulando, podemos señalar que: Por el contrario, la lógica del óptimo de Pareto nos lleva a una situación lejana del pleno empleo y que genera la exclusión de una parte de la sociedad. El laissez-faire que defiende la teoría económica neoclásica, nos puede llevar a cualquier punto a lo largo del segmento PM, pero ese óptimo no logrará de laσολετsatisfacer el supuesto axiomático que proponemos como nuevo economía. ¿Conduce la economía capitalista, en la versión de la teoría neoclásica, al segmento MN? La respuesta es negativa, pues implicaría tener máquinas sin usar, lo cual implica no maximizar ganancias ¿Podría alcanzarse el equilibrio en el segmento PM? La respuesta es afirmativa, sin embargo, ese equilibrio implica exclusión en el mercado laboral y, por consiguiente, no hay reproducción de toda la mano de obra, ni acumulación de capital humano para todos los trabajadores. Entonces, según el criterio de la teoría T, la solución neoclásica es ineficiente. Y, sin embargo, una solución en el segmento PM puede ser “eficiente” desde α,φlos supuestos axiomáticos [0] neoclásicos: ¡¡Un óptimo paretiano!! 2.2.1

La función de producción.

EL PROCESO PRODUCTIVO.CONCEPTO: El Proceso de Producción consiste en transformar unos factores o recursos en bienes o productos. TIPOS FACTORES PRODUCCION: ELEMENTALES: Recursos necesarios. (Materiales, energía, equipo y trabajo) CREATIVOS: Diseño, análisis y definición de las características.

ADMINISTRATIVOS: Dirección del proceso productivo.

APROVISIONAMIENTO DE FACTORES (INPUTS)

DISTRIBUCION DE BIENES Y SERV. (OUTPUTS)

PROCESO DE TRANSFORMACION (TECNOLOGIA)

CLASES DE PROCESOS PRODUCTIVOS:

1.S/ VARIEDAD DE PRODUCTOS: Producción simple Producción múltiple

2.S/ SECUENCIA DE ACTIVIDADES: Producción monoetapa Producción multietapa 3.S/ NIVEL DE INTEGRACION: Producción centralizada Producción descentralizada 4.S/ ORIGEN DE LAS ORDENES DE FABRIC. Producción para el mercado o para almacén Producción por pedido o encargo 5.S/ LA EXTENSION TEMPORAL DEL PROCESO: Producción continua Producción intermitente LA ORGANIZACIÓN DE LA PRODUCCION. Es uno de los campos en los que más se ha avanzado Ha producido disminución de los costes de los productos. Aumento de la productividad, en el último cuarto del s. Xx por: • Utilización de nuevas tecnologías Aumento de la automatización: • Mejorar la comunicación, el cálculo, el control y la utilización de grandes cantidades de datos. Nuevas formas de organización: • Justo a tiempo (JIT) • Planificación de las necesidades de materiales (MRP) LOS COSTES DE PRODUCCION. COSTES = Consumo de recursos en una actividad productiva valoradomonetariamente. GASTO = Salida de fondos por la adquisición de factores de producción. CLASES: S/ • • • •

LA NATURALEZA DEL GASTO: Materiales Mano de obra Energía Amortizaciones

S/ EL VOLUMEN DE PRODUCCIÓN: • Fijos • Variables S/ EL HORIZONTE TEMPORAL: • A corto plazo • A largo plazo S/ LA REFERENCIA DEL CÁLCULO: • Reales • Previstos S/ SU RELACION CON EL PRODUCTO: • •

Directos Indirectos

EL UMBRAL DE RENTABILIDAD:

CONCEPTO: El Punto Muerto o Umbral de Rentabilidad es la cantidad de producto que debe producir la empresa para que sus ingresos sean igual a sus costes, es decir, es la cantidad a partir de la cual se obtienen beneficios.

C I I

Ct

Cf

Q0

Q

Cf PM = -------------------------------- P – Cvu LA PRODUCTIVIDAD. La productividad nos da la eficiencia del sistema productivo. EFICIENCIA = Máximo de producto con los mínimos recursos. EFICIENCIA = EFICACIA PRODUCTIVIDAD EN LA EMPRESA: PROD. de un factor= Vol. Prod./ Cantidad de factor consumido. Pgi = P1 Q1+………+Pn Qn / f1 F1 +…….+fn Fn TPG 0-1 = (PG1-PG0/PG0) * 100 La productividad nos sirve para tomar decisiones futuras en la producción. ESTUDIO DE METODOS YTIEMPOS. OBJETIVO= Aumentar la productividad ESTUDIO DE TRABAJO: Análisis sistemático de los procedimientos, operaciones y métodos de trabajo que se emplean con el objetivo de incrementar su eficiencia. TECNICAS:

ESTUDIO DE METODOS: Observación y análisis de todos los métodos y formas de realizar una tarea, tanto actual como prevista, para idear métodos más sencillos y simplificados, reduciendo así los costes. LA MEDICION DEL TRABAJO: Sirve para determinar el tiempo necesario para desarrollar una tarea eficientemente y establecer una norma para que dicha tarea se realice en el tiempo previsto

LOS INVENTARIOS Y LA GESTION DE ALMACENES. PROBLEMA IMPORTANTE: GESTION STOCKS O INVENTARIOS DE LOS PRODUCTOS TERMINADOS Y DE LAS MATERIAS PRIMAS COSTES QUE SE GENERAN: I) COSTES DE ADQUISICION O FABRICACION: D* P II) COSTES DE RENOVACION O EMISION (COSTES FIJOS DE ENTRADA EN ALMACEN): E*(D/Q) III) COSTES DE ALMACENAMIENTO (COSTES DE POSESION): (A+P*i)*Q/2 IV) COSTES DE RUPTURA DE STOCKS (COSTES TECNICOS O DE OPORTUNIDAD) COSTE TOTAL: (D*P)+(E*(D/Q))+((A+P*i)Q/2) MODELO DE WILSON

Q= 2ED /(A  Pi)

LA GESTION DE LA CALIDAD.-

La calidad suele referirse al grado en que las características obtenidas se acercan a lo previsto. La calidad se mide por: • Standares o normalización • Por muestreo La calidad es objetivo fundamental. La calidad va a depender de muchos factores. El control de calidad supone la inspección de la producción final. Los costes de controlar la calidad son menores que los costes que provoca la falta de calidad. COMPETITIVIDAD Y CALIDAD: Una empresa es competitiva cuando sus costes permiten establecer unos precios en posición de ventaja relativa respecto a la competencia. Esto es así, en parte, por dos motivos: En competencia perfecta, los precios quedan condicionados por la oferta y por la demanda. No basta con abaratar los costes cuando se hace rebajando la calidad del artículo o servicio ofrecido por la empresa. REDIMENSIONAMIENTO DE LA ACTIVIDAD.-

Los cambios en las tecnologías y la accesibilidad de estas a las empresas ha modificados los sistemas de producción y los sistemas de administración, registro e inventarios. EFECTOS: 1.- A las operaciones (downsizing) 2.- A los mandos intermedios: • • •

Por la aparición de los ordenadores Por la Delegación Por la Externalización (outsourcing)

La función de producción es la relación que existe entre el producto obtenido y la combinación de factores que se utilizan en su obtención. Dado el estado de la tecnología en un momento dado del tiempo, la función de producción nos indica que la cantidad de producto Q que una empresa puede obtener es función de las cantidades de capital (K), trabajo (L), tierra (T) e iniciativa empresarial (H), de modo que:

Cada tipo de actividad empresarial, industrial, o simplemente cualquier actividad productiva (entiéndase, por actividad productiva aquella que combina los factores de la producción con el objetivo de obtener un resultado materializado en un bien, o en la prestación de un servicio) tendrá una función de producción diferente. De esta forma podemos pensar diferentes ejemplos de funciones de producción. Supongamos un agricultor que se dedica al cultivo del trigo. Este empresario utilizará la tierra de que dispone, las semillas, trabajo, maquinarias fertilizantes, tecnología de riego, etc. La función de producción le indicará a nuestro agricultor cuáles son los niveles de producción, cantidad de trigo, que alcanzará mediante la combinación de todos los factores de la producción que tiene a su disponibilidad en ese momento. Esto último es importante, la dimensión temporal. Con esto queremos decir que la función de producción hace referencia a un momento del tiempo en que la tecnología está dada, si ocurre una innovación o retroceso tecnológico, es decir, si ocurre un cambio en la tecnología, la función de producción cambiará. La función de producción en el corto plazo Entendemos por corto plazo, ese momento del tiempo en el cuál no es posible modificar la cantidad disponible de algunos factores, a esos factores los denominamos factores fijos; mientras que sí es posible modificar la disponibilidad de otros factores, a los que llamamos, factores variables. Es importante entender que el corto y el largo plazo no hacen referencia lineal a una cantidad tiempo cronológico, sino que el concepto de corto y largo plazo se encuentra relacionado a la capacidad de la empresa (unidad de producción) para modificar la disponibilidad de factores. Veamos esto con un ejemplo. Supongamos que nuestro empresario es un panadero de un barrio y atiende sólo a ese barrio, es decir es un productor de pequeña escala (tanto en tamaño de mercado como de acceso a capitales). Supongamos también, que de un momento a otro, aumentada la demanda por pan. El panadero de nuestro ejemplo, puede dedicar más horas de su propio trabajo a fabricar pan, por lo que comprará más insumos y eventualmente puede contratar un ayudante. En el

corto plazo los factores variables de la función de producción de nuestro panadero, son las horas de trabajo, y los insumos variables que utiliza en la producción del pan (harina, sal, levadura, agua, etc.). Se nos hace difícil pensar que este empresario pueda duplicar la planta, su panadería, en el corto plazo. Vemos así, que los factores de capital se mantienen fijos en este momento del tiempo. Por otra parte, podemos pensar que en la ciudad que contiene al barrio de nuestro panadero, existe una planta industrial dedicada a la elaboración de todo tipo de productos de panadería. El tiempo que necesita esta planta para responder al incremento de la demanda por pan, es muy diferente al de nuestro panadero artesanal. Es decir, esta planta rápidamente puede extender los turnos del personal empleado actualmente; puede incorporar con facilidad más personal; adquirir con rapidez la mayor cantidad de insumos necesarios para la producción. Además, si todo eso no fuera suficiente, tiene la posibilidad de ampliar la planta, porque suponemos que su disponibilidad de capital es mayor que la del panadero artesanal. Este ejemplo muestra como los conceptos de corto y largo plazo, dependen de la capacidad de cada productor para modificar todos sus factores. En general, para simplificar el análisis, se suele suponer, que en el corto plazo, todos los factores de la función de producción son fijos, menos el trabajo, que es el único factor variable. De esta manera, aumentar la producción, solamente es posible mediante la adición de unidades de trabajo. 2.2.2.

El modelo lineal de cambio tecnológico.

El Cambio Tecnológico: el modelo conceptual y la aplicación de la política Sumario: El presente artículo propone un nuevo enfoque teórico del cambio tecnológico y sus consecuentes implicaciones de política. El concepto de competitividad empresaria aquí asumido se vincula estrechamente con la capacidad de generar innovaciones o cambio técnico. Una breve discusión sobre el concepto de tecnología y el conocimiento tecnológico da lugar a la presentación de una visión alternativa del “modelo lineal tradicional”. Además, el análisis del cambio técnico es abordado desde el punto de vista de los factores generadores, por lo que se establece una clara diferencia entre la “capacidad productiva” y la “capacidad tecnológica” de las empresas. Por último, se hace referencia al rol de la política tecnológica y sus áreas de actuación. I. La Competitividad y el Cambio Tecnológico La competitividad se ha convertido en un tema de creciente interés teórico-práctico, tanto desde el punto de vista académico como, del empresarial y de los “policy makers”. Existen diversas definiciones de competitividad que se aplican a nivel de empresa y otras, que se consideran a nivel agregado de un país. En relación con el primer tipo de definiciones, se asocia a la competitividad tanto con la simple capacidad de las empresas de vender sus productos como, con su capacidad de diseñar y producir eficientemente de acuerdo con patrones específicos de calidad, especialmente internacionales. En cuanto al segundo tipo de definiciones, se asocia a la competitividad con el buen desempeño de una economía nacional dentro del comercio internacional. En algunos de estos casos se agrega además que, para que un país sea competitivo, debe ser capaz de lograr un mayor nivel de vida para sus habitantes y elevar el producto per cápita.Sin embargo, tal como señala Porter (1991), el principal determinante de la prosperidad económica de las naciones es la productividad y pretender estudiar la “competitividad nacional” es algo improcedente. En este sentido, la búsqueda de competitividad en forma de superávit comercial, devaluaciones del tipo de cambio o bajos costos salariales está “plagada de trampas y peligros”. O bien como señala Krugman (1994), si una firma deja de ser competitiva tiende a desaparecer del mercado; hecho éste que no ocurre con las naciones. Es un error considerar que los países compiten entre sí en el mismo nivel en que lo hacen las empresas. Por ende, el concepto de “competitividad nacional” es confuso, peligroso y puede además, implicar políticas públicas distorsionadoras. Asumimos aquí que el concepto de competitividad se refiere principalmente a las empresas y que éste tiene que ver, esencialmente, con la capacidad de supervivencia de las mismas en el mercado (nacional pero, especialmente internacional). A partir de este concepto, nos preguntamos: ¿qué determina la competitividad de una firma? Indudablemente las características del entorno macroeconómico y sectorial en el que se desenvuelve una empresa, afectan a su competitividad. Pero, el determinante fundamental de la competitividad es la capacidad para innovar; o, dicho en otros términos, la capacidad para generar cambios tecnológicos. Schumpeter (1952) fue el pionero en señalar que la base de la competencia reside, principalmente, en la innovación tecnológica. Justificando esta línea de pensamiento se encuentran numerosos autores; entre ellos: Freeman y Soete (1997), quienes destacan la importancia de la innovación tecnológica como motor de generación del éxito competitivo y también, Nelson (1991), quien explica que las firmas tienden a diferenciarse y obtener ventajas competitivas, mediante la innovación. II. El Análisis del Cambio Tecnológico

Dentro del pensamiento económico neoclásico, se ha asignado una notable importancia al cambio tecnológico como fuente del crecimiento económico pero, sin embargo, esta corriente de pensamiento no incorpora con claridad una teoría de la tecnología y la competitividad. Dentro de este enfoque teórico, el avance tecnológico es considerado exógeno a la firma y ésta sólo se limita a aplicar las tecnologías que se encuentran disponibles dentro del sistema científico-tecnológico. Sin embargo, la idea de que la tecnología es un bien del cual las firmas disponen libre y gratuitamente ha recibido fuertes cuestionamientos. A fines de la década del ’80 las denominadas nuevas teorías del crecimiento se propusieron “endogeneizar” el cambio tecnológico en los modelos de crecimiento económico. Sin embargo estos modelos, tal como lo destaca von Tunzelmann (1995), se concentran, casi exclusivamente, en la formación de capital humano a nivel agregado antes que en la tecnología. La escuela que se enmarca dentro del evolucionismo económico y del pensamiento de los reformistas NeoSchumpeterianos ha adelantado también fuertes críticas a la idea de tecnología como “maná que cae del cielo”. Según este nuevo enfoque teórico, es necesario replantear qué se entiende por tecnología para luego evaluar cómo se relaciona con las funciones de una firma y su competitividad. Estudios realizados en la “Science and Technology Policy Research” (SPRU) de la Universidad de Sussex intentan sobreponerse, en cierta medida, a las deficiencias teóricas del enfoque neoclásico sobre el tema de la tecnología, desde esta perspectiva “evolucionista”. En suma, este enfoque enfatiza un nuevo punto de vista: a pesar de que comúnmente se entiende como tecnología a los artefactos o bienes tangibles, es decir a los propios productos o bienes de capital físico, la tecnología constituye más precisamente, un bien intangible. En primer lugar, la tecnología se conforma a partir de un conjunto de conocimientos, capacidades y habilidades (o “know-how”) relacionados con la producción. En segundo lugar, estos conocimientos no pueden ser codificados totalmente ni transmitidos fácilmente. Finalmente, la tecnología necesita ser aprehendida y, en gran parte, consiste en un conocimiento tácito, específico en su naturaleza y acumulativo en su desarrollo (Pavitt, 1998). Así, la tecnología influye sobre el desempeño de una empresa en sus diversas funciones; es decir, en relación con qué productos produce una firma, cómo los produce y cómo ésta se organiza y se administra para producir y vender. Consideramos, entonces, al cambio tecnológico como aquellas innovaciones que realiza la firma a partir de un conjunto de conocimientos, habilidades y capacidades. Al respecto, ya Schumpeter (1952) sugirió diferenciar cinco tipos básicos de innovaciones. Ellos son: nuevos procesos, o nuevas formas de producir los productos existentes con los recursos existentes; nuevos productos o nuevas versiones de ellos; nuevas fuentes o tipos de insumos (materias primas o productos intermedios); nuevos mercados (en sentido geográfico o en sentido de sectores de destino de los productos) y nuevos métodos organizacionales (para organizar y controlar las actividades productivas en general). Pero a partir de nuestra definición ¿cómo analizamos el cambio tecnológico? Existen, básicamente, dos formas de abordar el tema. Una de ellas es analizar el cambio tecnológico desde el punto de vista de los resultados; es decir considerando los efectos que el mismo tiene en el proceso de competencia de una firma. Este enfoque, evidentemente, se ocupa de clasificar a las innovaciones en función de sus resultados en el mercado una vez realizadas pero, no considera las condiciones que hacen posible tal generación de cambio técnico. Por esta razón es de poca utilidad para comprender las reacciones y las decisiones de la firma que contribuyen a su supervivencia. La otra alternativa para analizar el cambio tecnológico es hacerlo desde el punto de vista de los insumos o “inputs” del mismo. Es decir, mediante el estudio sobre cómo se desarrollan las capacidades tecnológicas generadoras del cambio técnico. Este enfoque, a diferencia del anterior, no tiene en cuenta solamente a las empresas que efectivamente realizan innovaciones sino que, parte del supuesto de que no todas las empresas poseen capacidad para generar cambio tecnológico. En base a ello, pretende analizar las causas y los determinantes de que las empresas tengan o no tal capacidad. Nuestro estudio, el cual se sitúa dentro de este segundo enfoque, centra su interés en las causas generadoras del cambio tecnológico más que en los efectos que éste provoca en el mercado una vez realizado. III. El Modelo Lineal Tradicional del Cambio Tecnológico Tradicionalmente, los estudios relacionados con el cambio técnico así como también, muchas de las recomendaciones generales de política para el progreso tecnológico estaban basados en el denominado “modelo lineal”. Este modelo señala que el cambio técnico es el resultado de la existencia de investigación científica básica, de la cual se deriva la posibilidad de realizar investigación aplicada. Esta investigación aplicada, a su vez, posibilita la realización de desarrollos experimentales que dan lugar, finalmente, a la innovación tecnológica y su difusión. En términos gráficos:

Investig ac. Básica

Investig ac. Aplicada

Desarrol lo Experim.

Innovac. Tecnoló g.

Difusión

De este modelo lineal se deriva la conclusión de que mientras más se invierta en investigación básica y aplicada, mejores serán los resultados alcanzados en relación con el cambio técnico y su difusión. Este modelo, sin embargo, ha sido muy criticado dado que empíricamente no se ha podido encontrar una fuerte asociación entre tales fenómenos. Estas críticas dieron lugar al famoso debate “tirón de demanda versus empuje de oferta” de las innovaciones. Frente a ello, coincidimos con Freeman (1975), quien planteó un enfoque superado de este debate en el cual se destaca la importancia tanto del avance científico-técnico como, del reconocimiento de las necesidades del mercado y sus posibilidades. En síntesis, para que una innovación sea exitosa debe ser resultado de: a) las bases científico-tecnológicas generadas por el lado de la oferta, b) la identificación de las necesidades del mercado por el lado de la demanda y c) la capacidad del empresario para combinar estas posibilidades (técnicas y del mercado). IV. El Conocimiento Científico y el Conocimiento Tecnológico Como alternativa a la anterior idea de que el conocimiento científico es determinante unidireccional del conocimiento tecnológico existe, en la actualidad, la idea de que tanto la investigación básica como la aplicada junto con los desarrollos experimentales, están en constante interacción y retroalimentación. Así, de la interacción entre el conocimiento científico y tecnológico se desprende el conocimiento que puede ser codificado y fácilmente transmisible como así también, aquel conocimiento que es tácito y basado en la experiencia (generalmente incorporado en las personas y no fácilmente transmisible). En este sentido, cabe destacar la contribución de Dosi (1988), quien afirma que la tecnología comprende conocimiento que proviene directamente del saber científico (universal) pero, al mismo tiempo, comprende conocimiento que se corresponde con “el modo de hacer las cosas” (específico). En parte, el conocimiento tecnológico proviene del “aprendizaje formal” (articulado) y en parte, del “training” o puesta en práctica de tal aprendizaje (tácito). Por último, la tecnología también se conforma del conocimiento que se ofrece en las publicaciones científicas y técnicas (público) y paralelamente, del conocimiento que es secreto o está patentado (explícitamente privado) o es tácito (implícitamente privado). En definitiva, la anterior visión lineal y abstracta que se ha venido proponiendo para el análisis del cambio técnico ha sufrido una profunda revisión en los últimos años. Hoy el cambio técnico es conceptualizado como el resultado de un proceso interactivo entre diversos tipos de conocimientos: científico, tecnológico, experimental. Ahora bien, para comprender cómo las firmas desarrollan sus capacidades competitivas, se propone diferenciar la capacidad tecnológica de la capacidad productiva. V. La Capacidad Tecnológica y la Capacidad Productiva Al respecto de las capacidades tecnológicas a nivel de firma cabe destacar la característica “innovativa” de las mismas. Este elemento marca una clara diferencia entre lo que constituye “capacidad productiva” y “capacidad tecnológica”. La capacidad productiva (o de producción) incorpora aquellos recursos usados para la producción, con una tecnología dada; mientras que los recursos “necesarios para generar y gestionar el cambio técnico” constituyen las capacidades tecnológicas. De esta manera, incrementos en la capacidad productiva no están ligados a la acumulación de capacidades tecnológicas. Como consecuencia, el sólo hecho de llevar a cabo actividades productivas no necesariamente tiene efectos de aprendizaje en relación con el cambio tecnológico. Por el contrario, las inversiones explícitas en aprendizaje son de creciente importancia como base para la acumulación de capacidades tecnológicas (Bell y Pavitt, 1993). El siguiente diagrama ayuda a precisar la diferencia de efectos entre cambios en la capacidad productiva y en la capacidad tecnológica:

Capacidad Productiva

2

4

1

3

Capacidad Tecnológica El eje vertical representa las capacidades productivas e indica que, en la medida en que más avanzadas sean las tecnologías aplicadas mayores serán las capacidades productivas alcanzadas y ello estará también asociado a mayores niveles de productividad (producto por trabajador en relación al capital por trabajador). La aplicación de tecnologías atrasadas y más simples indica menores niveles de capacidad productiva y menor productividad. Ello, sin embargo, poco refleja respecto del grado de capacidad tecnológica. La capacidad tecnológica, que se representa en el eje horizontal del diagrama, está ligada a la capacidad de generar el cambio técnico o innovar. Mientras mayores sean las capacidades tecnológicas mayor será el grado de creación tecnológica, o la posibilidad de generar cambio técnico (o innovaciones). En este caso la implementación de nuevas tecnologías será “creativa”. Si las tecnologías son, por el contrario, adoptadas “pasivamente” ello indica que los niveles de capacidad tecnológica son bajos. Así, en la zona 1 de la figura se combinan bajos niveles de capacidad productiva y bajos niveles de capacidad tecnológica, lo que indica la aplicación de tecnologías atrasadas y la imposibilidad de mejorarlas “creativamente”. Si las tecnologías aplicadas son de avanzada pero no se aprende “creativamente” de ellas y por ende, no hay lugar para el cambio técnico, se estará en la zona 2 de la figura. La zona 3 indica un alto grado de capacidad tecnológica combinado con baja capacidad productiva; es decir que aunque las tecnologías sean relativamente atrasadas, éstas son implementadas de manera creativa y por ende, son susceptibles de ser mejoradas. Por último, en la zona 4 se combina la situación ideal de elevada capacidad productiva y elevada capacidad tecnológica en donde no sólo se aplican tecnologías de avanzada sino, que se aprende creativamente de ellas, por lo que existe la posibilidad del cambio técnico. Habiendo señalado esta diferencia entre capacidad productiva y capacidad tecnológica, observamos que aparece una clara implicación: una alta capacidad productiva en las empresas no necesariamente implica acumulación de capacidades tecnológicas que den lugar al cambio técnico ni al desarrollo tecnológico. Por el contrario, es sólo la acumulación de las capacidades tecnológicas la que da lugar al cambio técnico y el desarrollo tecnológico. Así las empresas, en sus intentos por alcanzar competitividad, pueden decidir acumular sólo capacidades productivas o también capacidades tecnológicas o una combinación de ambos tipos de capacidades. Lo importante es que sólo la acumulación de capacidades tecnológicas es la que asegurará la posibilidad de generar cambio técnico y por ende, competitividad. VI. Las Fuentes del Cambio Tecnológico Ahora bien, ¿en qué aspectos del accionar de la firma pueden ocurrir la generación y la acumulación de estas capacidades tecnológicas impulsoras del cambio técnico? En otros términos, ¿cuáles son las posibles fuentes de cambio tecnológico y de competitividad en una firma?

El cambio tecnológico en una firma, puede provenir de las distintas funciones que ejerce la misma. La figura siguiente muestra las principales funciones de una firma y sus relaciones con los elementos propios del contexto:

Ciencia y Tecnología

I&D

Técnicas

Institucione s

Camb. Org.

Proceso s

Funciones de la firma Fuentes cambio técnico Elementos del contexto

Gestión General

Finanza s

Benef.

Financ. Externo

Producto s Cam. Dem.

Gustos En la figura se señalan por un lado, aquellos factores que constituyen fuentes de cambio tecnológico dentro de la empresa misma tales como, por ejemplo, “Investigación y Desarrollo” y “cambios organizacionales”. Y, por otro lado, se señala cómo el contexto en el que la firma opera (conformado por las diversas instituciones, la ciencia y tecnología, las características particulares del mercado, etc.) influye sobre las distintas funciones de la firma. El sentido de las flechas indica el sentido en que se producen los cambios: por un lado, existen interrelaciones entre las diversas funciones de la firma y por otro, entre ellas y aquellos factores que, dentro de la empresa, afectan tales funciones. En el caso de las características del entorno las flechas indican que el origen del cambio es unidireccional dado que, en principio, el entorno macro-sectorial constituye un “dato” para la firma, que no puede ser 1 modificado por ella . El “management” o “gestión general” figura como el núcleo central de la estructura dado que supone que es el elemento que coordina e interrelaciona todos los aspectos que entran en juego para el funcionamiento de la empresa. Dentro de nuestro modelo, el diagrama anterior permite identificar las posibles fuentes del cambio técnico empresarial y por ende, los potenciales factores de competitividad en una firma. Estos factores de competitividad, entonces, se encuentran en aquellas partes o aspectos del operar de la firma en que puedan existir y desarrollarse capacidades tecnológicas. Como consecuencia, el logro del cambio técnico y una mayor competitividad puede resultar de la capacidad para realizar cambios en los productos producidos, en los procesos productivos, en la organización de los mismos y en la gestión o “management”, en general.

VII. La Política hacia el Cambio Tecnológico y su Aplicación Dado nuestro modelo conceptual del cambio tecnológico cabe destacar una clara implicación de política. Dado que la firma es el ente fundamental en donde el proceso de cambio tecnológico tiene lugar, su rol en materia de decisión de política es de importancia crucial. Es decir, dentro de un esquema de política que tienda a favorecer la creación de capacidades tecnológicas, las firmas no deben ser consideradas como meras receptoras de tal política. Por el contrario, junto con los organismos de aplicación de la política (tales como los ministerios de economía y los consejos o ministerios de ciencia y tecnología), la empresa debe ser el tercer actor central en la decisión de política. Por un lado, una política tecnológica puede fijar ciertos lineamientos estratégicos sobre la forma en que se facilitará la generación y acumulación de capacidades tecnológicas. Por ejemplo, decidir si se basará en esfuerzos locales de aprendizaje tecnológico o si se basará en la transferencia de tecnologías desde el extranjero, con un complemento de capacidades locales que permita la absorción de ese conocimiento tecnológico transferido. En función de esta elección estratégica, podrá decidir sobre la aplicación de instrumentos de política específicos. Por otro lado, y más allá de la estrategia elegida, la política deberá actuar en aquellas áreas en donde las firmas encuentren obstáculos para hacer posible la acumulación de capacidades tecnológicas. En efecto, las firmas, especialmente si son pymes, pueden encontrar ciertas limitaciones para ello. Por ejemplo, la inversión en investigación y desarrollo por teoría, posee resultados inciertos en cuanto a la generación de innovaciones y por ello, es un gasto que no siempre las pymes están en condiciones de llevar a cabo. En segundo lugar, éstas pueden no encontrar en el mercado recursos humanos suficientemente calificados como para absorber y acumular el conocimiento tecnológico necesario para hacer posible la generación de cambio técnico. En tercer lugar, pueden no encontrar en el mercado de servicios tecnológicos la infraestructura adecuada que apoye y estimule la generación de capacidades tecnológicas al interior de la firma. De ello se deriva que son tres las grandes áreas de actuación de una política tecnológica: 1) el financiamiento de actividades tecnológicas en las empresas; 2) la formación y la capacitación de los recursos humanos y 3) el desarrollo de la infraestructura tecnológica. La infraestructura tecnológica se compone, a su vez, de tres elementos básicos: i) las instituciones que ofrecen servicios de metrología, calidad, normas, etc.; ii) las instituciones de investigación, tanto públicas como privadas (universidades, centros de investigación y desarrollo, etc.) y iii) la asistencia técnica y las actividades de extensión. Así el financiamiento de las actividades tecnológicas, que debe responder estrechamente a las necesidades de la demanda de las empresas, puede por ejemplo ser asistida mediante mecanismos de “bonos” a la demanda o mecanismos de fondos compartidos (“matching grants”), entre otros. La política hacia los recursos humanos debe apuntar a la formación y capacitación que permita la generación de conocimiento tecnológico local y el aprendizaje del nuevo conocimiento tecnológico implícito en la transferencia de tecnologías desde el extranjero. Por su parte, la política hacia el fortalecimiento de la infraestructura tecnológica, debe considerar instrumentos adecuados para promover la oferta de servicios tecnológicos en función de la demanda empresarial y también, puede facilitar la asistencia técnica para acompañar a las empresas en el proceso hacia la innovación. 2.2.3. La innovación como variable inducida. En 1971, Hayami y Ruttan, propusieron en el marco de la teoría neoclásica de la producción y de la firma, una teoría de innovación tecnológica e institucional en la agricultura, la cual facilita el entendimiento del proceso de desarrollo en el sector agrícola. El modelo de la innovación inducida considera la tecnología como un elemento fundamental del desarrollo agrícola y del uso eficiente de los factores de producción. Intenta explicar por qué y cómo los productores agrícolas pueden impulsar y estimular el desarrollo y la adopción de nuevas técnicas de producción socialmente más eficientes y por qué para ello es necesaria la participación del sector público (Machado y Torres, 1987). El punto central del modelo de la innovación inducida, es la existencia de numerosos patrones de desarrollo tecnológico y de crecimientos de la productividad en el sector agrícola. Los cambios en los precios de los insumos, reflejan su escasez relativa, lo cual representa una señal en la guía de la investigación para la adopción de nuevas tecnologías e instituciones. La teoría explica el cambio tecnológico a través del comportamiento de los precios relativos de los insumos. Por ejemplo en las sociedades en que el trabajo es un factor de producción escaso y por ende costoso, debe existir la posibilidad de sustituirlo por otros factores como la tierra y el capital, mejorando los implementos y la maquinaria agrícola con los cuales se puede cultivar mayores extensiones de tierra. En consecuencia, la escasez relativa del factor trabajo debe orientar la investigación agrícola hacia la generación y adopción de paquetes tecnológicos poco intensivos en el uso del trabajo. El que se induzca o no una innovación en el sector agrícola para adoptar una nueva tecnología depende, fundamentalmente de los precios relativos de los factores productivos, los cuales expresan la situación de escasez relativa de los factores de producción e insumos en la sociedad.

En cuanto a la innovación institucional, Hayami y Ruttan reconocen que no solo los investigadores responden a las condiciones que crea el mercado, pues las instituciones que orientan el uso de la tecnología también lo hacen con las nuevas oportunidades, por lo que la innovación institucional es una respuesta a la búsqueda de un empleo más eficiente de los recursos disponibles y de mayor abundancia. El modelo de la innovación inducida también se basa en la hipótesis de que cambios en las oportunidades económicas generan cambios institucionales por la misma vía que inducen cambios tecnológicos. Este cambio institucional facilita la incorporación de variables endógenas de la economía al modelo de crecimiento. Tal es el caso de los cambios tecnológicos, que inducen a cambios en las expectativas de las instituciones en cuanto a la asignación de recursos, por lo que el desarrollo de la agricultura ocurre con cambios en la función de producción, lo que influye directamente en el nivel de producción obtenido (Stevens y Jabara, 1988). En síntesis, el modelo de la innovación inducida se basa en: 1) la existencia de mercados en los que los precios de los bienes reflejan su escasez o abundancia y 2) mecanismos institucionales que recojan, canalicen y procesen las necesidades e iniciativas de los productores agrícolas en materia de innovación técnica. Al darse ambas condiciones se genera en consecuencia, un progreso tecnológico sostenido y difundido en el sector agrícola, el cual conlleva a un uso eficiente de los factores de producción disponibles. La teoría de la innovación inducida complementa el marco teórico sugerido por la teoría neoclásica de la producción, al plantear cómo los productores y las instituciones de investigación y desarrollo tecnológico para la agricultura se ven inducidos a generar y adoptar innovaciones y cambios en la forma cómo producen (en el caso de los productores), cuando se dan modificaciones en los precios de los insumos y de los factores de producción. Así, el cambio en los precios relativos de los insumos, esto es, el proceso en que unos insumos aumentan más de precio que otros, debe inducir al uso de tecnologías y propiciar innovaciones y desarrollo tecnológico que estimule el uso de los insumos y de los factores de producción más abundantes (más baratos en términos relativos). Este es un comportamiento, que de acuerdo con la hipótesis de trabajo de esta investigación, se supone que asumieron los productores de papa del estado Mérida ante el encarecimiento relativo de algunos insumos utilizados para producir (semilla certificada importada, fertilizantes y otros agroquímicos). 2.2.4. La demanda como causal de innovaciones. Planteamiento general Los cambios en el nuevo orden internacional han propiciado el replanteamiento de las condiciones organizacionales entre el capital y el trabajo. La competencia comercial a nivel internacional, encabezada por tres potencias industriales (Estados Unidos, Alemania y Japón), subyace de una nueva estructura fundamentada en la regionalización de las economías que exige buscar alternativas, tanto de innovaciones organizacionales como de innovaciones tecnológicas que garanticen el incremento de la productividad del proceso de trabajo. De esto depende que un bloque comercial determinado supere en la competencia comercial al otro. A grosso modo, cada bloque comercial representa un modelo de proceso productivo que, a la luz de la competencia en la década de los años ochenta, ya mostraba sus aciertos y limitaciones ante la nueva condición de la economía internacional. La apertura de las economías, la saturación de equipos básicos de producción en el mercado y el descenso de la demanda, fragmenta mucho más al mercado imponiendo fuertes retos a la productividad de las empresas. De tal forma que en lo sucesivo se requerirá garantizar la disminución de los costos, alimentar al mercado y conquistar nuevos círculos de consumidores cuya demanda está especificada. Es decir, que la competencia económica entre las empresas y las naciones se vuelve mucho más compleja. Un aspecto que, en la perspectiva de este trabajo, es importante considerar, es que en la década de los años ochentas el neoliberalismo parecía constituirse en el paradigma dominante que no sólo definiera las formas que rigen las relaciones políticas, sino también las económicas y las sociales. En ese sentido, es entendible cómo se cifró la atención en el éxito de la economía norteamericana, puesto que su proyecto político, económico y social exaltó las virtudes de individualismo que impregnó y definió las formas de relación entre el capital y el trabajo, es decir, las relaciones internas del proceso productivo. De tal forma que, la incapacidad de ese sistema para superar la crisis económica, que presiona sobre Estados Unidos desde principios de los años ochenta, sugiere de antemano que su modelo productivo no dio los resultados esperados. Sus formas de contratación individual, la intensificación del trabajo, la falta de calificación de sus trabajadores, y por ende, la incapacidad para incorporar innovaciones organizacionales no elevaron la productividad al nivel requerido para que Estados Unidos mantuviera la primacía económica que todavía poseían a principios de los años setentas. Por otra parte, se advierte a dos sociedades que emergieron como potencias económicas después de la Segunda Guerra Mundial, las grandes perdedoras militares, Alemania y Japón, que en alianza con Italia conformaron el bloque fascista que aspiró a conquistar el mundo. Aquí vale la pena recordar que estas dos sociedades, crecieron con el respaldo financiero de los Estados Unidos, pero, sobre todo,

con base en una alta tecnificación de los procesos de trabajo (innovación organizacional y tecnológica), que con el apoyo de un Estado benefactor lograron reconstruir sus economías hasta ocupar los lugares más importantes a nivel internacional. Así, podemos pensar que de estos dos proyectos de reconstrucción, principalmente del japonés, emergió el modelo de producción que hoy constituye el paradigma productivo que, hoy por hoy, inspira a los países competidores, desarrollados y subdesarrollados, para implementar, fundamentalmente, las innovaciones organizacionales que resuelvan la cambiante y adversa situación económica. En ese contexto, es necesario identificar las características generales de cada uno de los modelos de relaciones laborales, para así extraer algunas conclusiones preliminares en cuanto a los diferentes elementos que intervienen en el proceso de trabajo, y principalmente, lo concerniente al papel que juegan los recursos humanos en la promoción de nuevas formas organizacionales que eleven la productividad. Tres aspectos que se requieren considerar como premisas en el tratamiento de las nuevas relaciones laborales, son: 1. Que el movimiento obrero a nivel internacional se encuentra prácticamente derrotado, por lo que el trabajador ya no cuenta con las instancias que le permitían, colectivamente, resistirse a la explotación. Por lo que aparentemente, no debiera existir elemento alguno que impida que el capital redefina las relaciones capital-trabajo, es decir, que restructure el proceso productivo a partir de las nuevas necesidades del capital. 2. Que el aspecto tecnológico es preponderante para marcar nuevos ritmos de productividad, de tal forma que si uno de estos dos modelos no cuenta con la capacidad suficiente para introducir innovaciones organizacionales en el proceso de trabajo, quedará rezagado en la competencia comercial. 3. Que el aspecto de la cultura, en general, y el de la cultura laboral, en lo particular, le asigna una nueva dimensión al papel que jugará el factor humano. De tal forma que el reto fundamental para el capital será el cómo comprometer al factor humano con los requerimientos de productividad y calidad que exige el nuevo contexto económico internacional. Los modelos organizacionales “clásicos” A principio de este siglo predominaron dos teorías, que de hecho, guiaron la lógica organizacional del proceso de trabajo: se trata del fordismo y el taylorismo. Las dos vertientes tuvieron como objetivo primordial el elevar la productividad, y por lo tanto, en lo esencial, elevar la tasa de ganancia. El aporte fundamental que hacían estas teorías de la productividad era el control que se imponía a la mano de obra bajo los principios de tiempos y movimientos. Con esto se logró de manera más clara el paso de una explotación absoluta a una relativa. Es decir, que en lo sucesivo, el capital mantendría un mejor control sobre el proceso de trabajo, a partir de la mano visible7 de la dirección que intentará introducir elementos innovadores a nivel organizacional, y también tecnológico, para elevar la productividad. Evidentemente, la progresiva introducción de la tecnología en el modelo organizacional del trabajo que se impulsó, a partir de estas teorías, marcó otro ritmo que hizo más sencilla la instauración de un control de tiempos y movimientos. En ese sentido habrá que distinguir entre la elevación de la productividad por causa de la innovación tecnológica y el aumento de la productividad, promovido por el mayor control del proceso de trabajo, que es en el que cifraremos la atención de este trabajo. Se trata, entonces, de diferenciar entre los efectos que tiene la introducción de tecnologías duras y las tecnologías blandas que llaman la atención sobre el papel que juega la participación de la mano de obra en la planificación de las nuevas estrategias organizacionales. Por un lado, el taylorismo8 se caracterizó fundamentalmente por la especialización de los trabajadores en una actividad concreta del proceso de trabajo, obvio, esta especialización corresponde a la misma naturaleza de la división social de trabajo sobre la que emergió la estructura productiva capitalista. En ese sentido, la emergencia de la teoría de la producción taylorista representa la solución que el capitalismo da en una etapa determinada en la que se requiere elevar la productividad; más concretamente, el controlar el proceso de trabajo a partir de los principios de tiempos y movimientos, definiendo su ritmo conforme a objetivos predeterminados. Esto reflejó, a nuestro parecer, dos cuestiones fundamentales: una, que se hacía evidente la separación entre el trabajo directivo y el trabajo concreto, entre cuadros gerenciales y trabajadores; dos, que en un contexto de resistencia de los trabajadores a la explotación, el capital intenta controlar la acción del trabajo. Así, el taylorismo viene a resolver la posible independencia del productor directo en el proceso de trabajo. De ahí que en lo sucesivo, la productividad irá en aumento en la medida que se eliminen los tiempos muertos, por lo tanto, el control de los tiempos y movimientos impone una progresiva especialización de cada posición en la línea de montaje. La permanencia del trabajador en una posición específica es lo que propicia una mayor especialización del trabajo, y por tanto, desde esa óptica, su posibilidad para incrementar la productividad. En ese sentido, por lo que toca a las innovaciones organizacionales que en lo sucesivo se incorporan en el proceso productivo, tendrán como referente básico los principios tayloristas que permiten establecer medición entre tiempo de trabajo y volumen de producción. Pero, sobre todo, el controlar el comportamiento productivo, a nivel individual y colectivo, en un lapso determinado de tiempo. Es decir, que se trata de una relación muy estrecha entre la especialización del trabajador y el tiempo en que logra cierto volumen de producción.

Por su parte, el fordismo se caracteriza en que, basado en los principios tayloristas,9 promueve la especialización del trabajo, y por tanto, la elevación de la productividad a través de la incorporación de tecnología al proceso de trabajo. De hecho, esta estrategia del capital es lo que hace al trabajador un apéndice de la máquina. La línea de montaje, y por tanto, la organización del trabajo, queda estructurado a partir del ritmo y los requerimientos de la maquinaria utilizada en el taller, fábrica o industria. La acumulación del taylorismo y el fordismo determina la nueva disciplina industrial que en lo sucesivo sustentará la esencia de la organización del trabajo. Por ello, las proposiciones que Taylor y Ford hacen a las teorías de la productividad revisten vital importancia al hacer posible la idea de tiempo asignado. A través de la línea productiva, Ford aporta el concepto de tiempo impuesto que se refiere a la especialización de las funciones, la fragmentación de las tareas y la medición de tiempos y movimientos. Este modelo original (basado en una producción en masa sobre líneas de montaje rígidas, con necesidades de poca calificación para dotar de mercancías rígidas) entra en auge conforme se van multiplicando los mercados, tanto a nivel internacional como nacional. El desarrollo industrial y la expansión del mercado de trabajo propicia y respalda una producción en serie que pretende atender la demanda de las masas. Esta situación de auge llega a su crisis al momento en que emergen nuevas potencias económicas (Alemania y Japón) que le disputan la supremacía a la economía norteamericana, y cuando el modelo individualista sustentado en los principios taylor-fordistas entra en crisis en los años setenta. El llamado neofordismo llega a su término por provocar la erosión de las relaciones entre el capital y el trabajo que, en retrospectiva, afectaron los niveles de productividad. El individualismo norteamericano había concedido demasiadas atribuciones al capital: una contractualización a largo plazo de la relación salarial, sin restricción al derecho empresarial al despido, programación de los aumentos salariales indexados a los precios y a la productividad en general. Es decir, que en el periodo que corrió del fin de la 2da. Guerra Mundial a los años setenta, se eliminó toda iniciativa entre los trabajadores para proponer alternativas en el proceso de tra- bajo que garantizaran la elevación de la productividad. La crisis del fordismo en los años setenta, del neofordismo, es la causa de un marco de competitividad donde se hace evidente que su lógica no alcanzó a elevar la productividad al grado requerido por el nuevo orden internacional, en el ámbito económico. Las empresas norteamericanas que adoptaron ese modelo productivo entraron en un proceso de endurecimiento tecnológico que no modificó en lo sustancial el proceso de trabajo, se privilegió a la innovación tecnológi-ca sobre la organizacional. Así, entendemos la lógica de los cambios que en la etapa del posfordismo se intentan implementar. El posfordismo es un intento de restructuración del modelo de producción que las empresas norteamericanas, fundamentalmente, intentan introducir para recuperar el terreno perdido en la competencia económica contra capitales extranjeros, principalmente japoneses y alemanes. Tres principios sobre los que se basa esta propuesta son: 1) distribuir el trabajo en “islotes” y pequeños grupos de trabajo, rompiendo con la lógica de los puestos individuales y las actividades parcializadas; 2) romper la lógica unidimesional de la línea de montaje e instaurar una nueva organización del trabajo a través de minilíneas; y 3) remplazar la banda de ritmo fijo. Se trata, ahora, de incorporar cambios a nivel de la organización del trabajo, de innovaciones organizacionales, y no tanto de incorporación de tecnología, aunque evidentemente también son muy importantes. Los nuevos propósitos de la economía norteamericana y británica, que anteriormente se sustentaron en el modelo neofordista, intentan ahora responder a una demanda profundamente imprevisible, que en un contexto de crisis económica a nivel internacional, exige atender nuevas condiciones tanto de calidad como en cantidad; por lo que resulta imprescindible implementar suficientes innovaciones en el proceso de trabajo, tales que permita atender la diversificación del mercado. Es por esto que la administración norteamericana es influenciada por la experiencia del modelo japonés, de su éxito, que se basa, grosso modo, en el principio de “justo a tiempo”. El dilema para el posfordismo está cifrado en el rompimiento que supone el modelo, en cuanto a la marginación participativa de los trabajadores en el proceso de trabajo. Por ello, el reto para el capital es la creación de una nueva cultura laboral que comprometa a los trabajadores con los objetivos de productividad que hoy imperan en el mercado. Se reconoce, entonces, la necesidad de “humanizar” las relaciones con el factor humano productivo. Este cambio significa la transición de la producción en masa a la especialización flexible que prioriza la creciente y permanente segmentación del mercado. Este intento es producto del fracaso de tres de las empresas más poderosas de Estados Unidos y del mundo entero, como es el caso de Steel (productora de acero), General Motors (industria automotriz) e IBM (industria de la electrónica); estas super-empresas tuvieron su crisis en situaciones que fueron aprovechadas por empresas mucho más chicas, con alta tecnología y con gran capacidad de establecer una producción flexible. Así, en lo sucesivo, la productividad se impulsará a través de: 1.- Empresas medianas y pequeñas más o menos especializadas. 2.- El sustento de la oferta territorial del trabajo calificado para una rama específica. 3.- Una producción orientada con flexibilidad a la demanda.

Esto marca una clara tendencia de la grandes empresas hacia su restructuración en unidades semindepen- dientes dentro de una estructura flexible, en todos los terrenos. En cuanto a sus recursos humanos, financieros, activos y de producción. Por eso es factible afirmar que el posfordismo no significa otra cosa que el intento de apropiación de la experiencia del modelo japonés. El modelo japonés: el nuevo paradigma Es evidente que tanto el modelo de producción de Alemania como de Japón toman como base los fundamentos de la productividad propuestos por Taylor y Ford, sólo que intentan eliminar los factores político-culturales que resultan nocivos para garantizar la participación y por tanto el compromiso de los trabajadores. En ese sentido se entiende la sugerencia de Bell, respecto al rompimiento existente entre la política y la economía, entre la cultura y la economía, donde según su interpretación la crisis cultural, en la que nosotros incorporamos la crisis económica, se debe a la exacerbación del individualismo. En ese sentido, se hace entendible el éxito del modelo japonés. Este modelo de producción se conoce bajo el nombre de modelo “toyota” o modelo “ohnista”, y se fundamenta en dos principios básicos: 1)la producción de “justo a tiempo” 2) la “autoactivación”. Evidentemente, este modelo de producción promueve la incorporación de altos niveles de tecnología en el proceso de trabajo, pero también queda respaldado por la cultura japonesa proveniente del periodo de posguerra. Las condiciones económicas fijaron los retos que tanto gobierno como empresarios vencían ya a principios de los años setenta. Esto impuso una lógica que guiaría a la producción a ofertar las pequeñas cantidades que demandó el precario mercado japonés de los años cincuenta. De ahí que el principio del “justo a tiempo” implique otra serie de elementos que redondean el alto grado de adaptación del modelo japonés, así como su gran capacidad para bajar los costos. El “justo a tiempo” impone una disciplina de “inventarios cero”, tanto de materia prima como de productos terminados, este es el primer elemento que determina la reducción de los costos. A la vez, el principio de los “inventarios cero” es lo que otorga la lógica a la idea de “empresa mínima”, que hoy emerge como el principal objetivo de la modernización productiva. Se trata de una estructura con una alta propensión a flexibilizar los volúmenes de producción, así como a variar el tipo de producto. Para ello, desde el momento en que se concibe el esquema de una empresa se definen estrategias para evitar los excesos tanto de personal como de equipo. Estos son los principales puntos que Occidente ha intentado copiar del modelo japonés, y que hasta cierto punto incorporan, a través de una política administrativa predeterminada, controlable podríamos decir. Esto es lo que Ohno concibe como un modelo adaptado a la producción de volúmenes limitados de productos diferenciados y variados. Pero existe otro factor que posiblemente represente la esencia del éxito japonés, se trata del factor humano, y por lo tanto, de la cultura laboral que impera en el Japón. Si a algún factor de la producción se le debe el mayor mérito en el mantenimiento de un alto grado de productividad, con el respectivo grado de calidad requerida actualmente, es al papel que juegan dentro del proceso de producción los trabajadores japoneses. Se trata de un relación de trabajo en la que existe un compromiso negociado que reditúa en una alta participación por parte de los trabajadores; ya sea para controlar la calidad, ya sea como fuerza innovadora para mejorar los procedimientos en la organización del trabajo. Aquí radica realmente la fuerza del modelo japonés. Evidentemente, el compromiso asumido por parte de los trabajadores está respaldado por el compromiso empresarial en cuanto a la remuneración. Un sistema de remuneración basado en la productividad colectiva, rompiendo el individualismo, propicia el compromiso del grupo para garantizar el volumen y la calidad. Una remuneración de retiro que garantiza la reproducción material del trabajador después de su “vida productiva”, promueve mayormente su compromiso con los objetivos de la empresa, esto es, con el tiempo efectivo de trabajo. Esto hace que, el trabajador japonés tenga un alto grado de participación en las innovaciones organizacionales que repercuten favorablemente en los objetivos de productividad que hoy imperan en las nuevas condiciones de la competencia internacional. El mismo aspecto de la innovación tecnológica recae en la mano de obra, que en el caso japonés, al contar con un alto grado de capacitación, fortalece la potencialidad de los trabajadores para proponer mejoras en los sistemas de calidad. Entonces, los requerimientos de diversificación en la producción, que sólo se sustenta en una estructura flexible, depende en mucho del compromiso de los trabajadores con la empresa. Ese constituye el desafío de los empresarios y naciones que piensan al revés. De tal forma que, si la tendencia de hoy apunta hacia incorporar al trabajador activamente, con una disposición de polivalencia en un marco de automatización y alta calificación de la mano de obra, habrá que pensarse en la oportunidad de un trabajador altamente participativo. Esto provocará, para beneficio de las empresas, la reconformación de las estructuras de poder y autoridad al interior de las unidades productivas, donde se tendrán que construir nuevos estilos de liderazgo, que permita y motive el incremento de productividad.

Gran ejemplo ofrece la experiencia del modelo de producción japonés, aunque hoy, también ellos resien- tan la presión de una economía internacional conflictiva. Moraleja para el empresariado mexicano A partir de las nuevas tendencias del orden internacional, se hace evidente que la competencia comercial recaerá en la capacidad innovadora de cada economía. La peculariedad de este fin de siglo es que, el potencial tecnológico que determinará la jerarquía de las naciones gira entorno a la capacidad de cada economía para impulsar las tecnologías blandas. Esto es, el conjunto de conocimientos organizacionales que desarrollen todas las habilidades de los recursos humanos, y sobre todo, de aquellos encargados de la producción directa. Esta es la enseñanza que nos deja el modelo de relaciones laborales japonés, y en menor medida también, el alemán. De hecho, los intentos que se han realizado en Estados Unidos para implementar un modelo a semejanza del japonés, confirma la validez del paradigma laboral oriental aunque, también, refleja la erosión de un modelo de relaciones laborales donde el intercambio entre empleadores y trabajadores favorece progresivamente a los primeros. En ese sentido, es fundamental advertir que los empresarios norteamericanos comienzan a reconocer que no se puede promover una actitud obrera más cooperativa sin ofrecer “algo” a cambio. La crisis del paradigma “norteamericano” obliga a tener muy presente que la esencia de todo tipo de relación social se fundamenta en un intercambio entre las partes. Así, un empleador y un trabajador no solamente intercambian valores a partir de la compra de la fuerza de trabajo; el intercambio se torna mucho más complejo cuando reparamos en cuestiones culturales, y ahí, el intercambio simbólico adquiere mayor relevancia. El status de una empresa se transfiere al ámbito privado como status individual, etcétera. Sin embargo, la crisis económica en ese país, previo desmantelamiento del Estado benefactor, así como una capacitación cada vez menos apegada a las exigencias del nuevo orden internacional, han provocado la falta de compromiso del trabajador norteamericano, en un momento en que su participación es fundamental para redefinir las estrategias organizacionales. Si esta es la situación que prevalece en economías como la norteamericana, ¿cuáles son las condiciones laborales en economías como la nuestra? ¿Cuáles son los principales retos de la cultura laboral en México? ¿Cómo se definirán las posibilidades inmediatas para cumplir con los requerimientos del nuevo orden internacional?. En primer lugar, es necesario reconocer que la economía mexicana se mantiene marginada en relación a los avances de la tecnología, esto es, que no desarrolla tecnología de punta ni accede a ella, puesto que a diferencia de los que el empresariado mexicano cree, la tecnología no circula como una mercancía común en el mercado internacional. Por lo cual, es absurdo pensar que las naciones poseedoras de la tecnología de punta la transferirán a sus competidores comerciales, sin importar su jerarquía en el orden internacional. En segundo lugar, nuestra economía carece de un circuito que vincule, dinámicamente, la relación producción-educación, y como consecuencia la investigación que requiere el impulso de nuevas condiciones del proceso de trabajo adolece, también, de un agresivo programa de capacitación que rescate la situación en el mediano plazo. Tercero, lo que urge es el impulso de una nueva cultura laboral que tenga presente, como una cuestión fundamental, la necesidad de garantizar el intercambio de valores entre las partes. Pues la crisis económica por la que atraviesa nuestra sociedad, ha servido para confirmar las actitudes despóticas del empresariado mexicano, quienes pretenden resolver el problema con recortes de personal. Es decir, que en los hechos, independientemente que el discurso empresarial se vaya modernizando, se ha optado por una burda concepción de la flexibilidad laboral. En síntesis, lo que requiere la economía mexicana es la constitución de un modelo de relaciones laborales que contemple la especificidad de nuestra cultura, así como las variantes que impone la crisis económica y política que hoy nos azota. Se requiere fundar un nuevo pacto laboral cifrado en nuevos valores que garanticen el reconocimiento de ambas partes, de manera que el compromiso adquirido tanto por empleadores como trabajadores permita avanzar en la construcción de organizaciones que resuelvan los laberintos del nuevo orden internacional.

2.2.5. La empresa, la estructura del mercado y la innovación. RESUMEN EJECUTIVO Este resumen ejecutivo considera los principales aspectos contenidos en el Estudio sobre innovación y estructura de propiedad de las empresas españolas elaborado para la Dirección General de Política de la Pequeña y Mediana Empresa del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. De acuerdo a ello, se presenta una síntesis de la motivación, objetivo y situación de cada una de las categorías del análisis evaluadas, es decir: el problema interno de asimetría informativa que se puede generar en la empresa debido a su estructura interna y el efecto que el mismo puede tener sobre las inversiones y resultados de la innovación empresarial. Finalmente se

presentan las principales conclusiones obtenidas del estudio teniendo en cuenta la situación de las empresas españolas tanto en la composición de su estructura de propiedad y capital interna como en sus resultados e inversiones innovadoras. La evolución de la economía ha hecho que en las empresas la búsqueda por extraer el máximo provecho de sus potencialidades pasara de absorber únicamente las ventajas de su entorno, siendo en muchas ocasiones el mercado el que actuaba como mecanismo de control de la competencia empresarial, a que en la actualidad, las empresas decidan distinguirse de sus competidoras explotando al máximo tanto las oportunidades que les brinda el entorno como las potencialidades internas de su misma organización. Existe un reconocimiento del insuficiente papel del mercado y los precios para guiar las decisiones de inversión y financiación y del importante papel de la estructura empresarial interna y de la regulación de la misma en la toma de decisiones más transparentes dentro de los agentes que la componen (Salas, 2002). La “empresa clásica” ha evolucionado convirtiéndose en la “moderna corporación” donde la especialización de las funciones cobra mucha más importancia que en el pasado y donde aparecen mayores problemas relacionados con las asimetrías informativas y los conflictos de intereses por parte de los individuos que forman la organización. La incorporación de personal externo a la propiedad en las tareas de toma de decisiones empresariales puede hacer surgir problemas debido a la divergencia en los objetivos buscados por el propietario no gerente y por el gerente no propietario (Berle y Means, 1932; Jensen y Meckling, 1976; Hermalin and Weisback, 1991; Rodríguez-Sanz, 1996, entre otros). La separación efectiva que se produce entre propiedad de la empresa y control de las decisiones gerenciales, como consecuencia de la dispersión del accionariado entre muchos accionistas y la delegación de la capacidad de decisión en el gerente profesional, lleva a que se den problemas de apropiación de rentas de control por parte de los gerentes los cuales actúan en ventaja respecto a los propietarios (Jensen y Meckling, 1979; Galve y Salas, 1992; Milgrom y Roberts, 1992; entre otros). Es por ello que los propietarios pueden llegar a incrementar el control sobre las acciones tomadas por los gerentes o a mejorar el sistema de incentivos sobre los mismos con el único objetivo de hacer que la divergencia de intereses tienda a disminuir, de forma que acaben convergiendo en un objetivo común beneficiando tanto a propietarios como a administradores. Por otra parte, la apertura a un mercado cada vez mayor con la incorporación de España en la Unión Europea y la necesidad de ampliar el ámbito geográfico de la demanda están haciendo que las empresas hayan comprendido la necesidad de llevar a cabo la adopción de estrategias que hagan favorecer el resultado y la expansión de la empresa. Todas estas estrategias pasan por la necesitar de fomentar su capacidad de innovación, hasta el punto de llegar a la “innovación continua” que implica que, en las organizaciones la innovación no tenga un punto final, es decir, que no se formule para alcanzar una meta determinada, sino que se incorpore a la propia estrategia de la empresa, institucionalizándose. Considerando la importancia que la gestión y la organización de la empresa pueden tener en la inversión empresarial y más concretamente en la actividad innovadora de la misma, vemos la necesidad de analizar las características de su estructura de propiedad: quién posee y cómo está distribuido el control de la toma de decisiones, la naturaleza de este control, el porcentaje de capital que poseen los gerentes, los grados de concentración de la propiedad, entre otras cuestiones. Son innumerables las características que pueden motivar a que se adopte una buena gestión de los recursos tanto financieros como físicos de la empresa y ello será determinante para conseguir unos buenos resultados en el proceso innovador de la misma, lo cual determinará su crecimiento y su futuro. Objetivo del estudio Así, en el presente trabajo se analiza el efecto que diferentes cuestiones relacionadas con la estructura de propiedad y control de las empresas poseen en las decisiones de incurrir en inversiones de I+D, así como el efecto que esas mismas cuestiones tienen en la obtención de un resultado formalizado de dicha innovación. Como se analiza en los apartados referidos al marco teórico de nuestro tema, existe una relación directa entre la estructura de propiedad y los mecanismos utilizados para paliar los posibles problemas de agencia surgidos por la separación de funciones entre propiedad y control en puestos de toma de decisiones empresariales. Es por ello, que mediante el análisis de los mecanismos de control de los problemas de agencia sobre las decisiones de inversión en innovación y los resultados de dicha innovación, se observará si existe algún efecto de la estructura de propiedad en el proceso innovador de la empresa manufacturera española para el período 1990-2001. Contexto Es necesario tener en cuenta a la hora de estudiar este tipo de cuestiones las características del tejido empresarial español, un tejido diverso con empresas de muy diferente tamaño (Paricio, 1993; Melle y Raymond, 2001; entre otros). En España juegan en el mercado empresas tradicionales marcadas por una dimensión reducida que cuentan con pocas oportunidades de crecimiento e inversión en proyectos con valores netos positivos y empresas que han experimentado un gran crecimiento que poseen una mayor dimensión que poseen oportunidades de inversión mayores respecto a las anteriores. Estas empresas compiten con empresas de naturaleza multinacional y de naturaleza pública, empresas que se caracterizan por poseer

dimensiones mayores y en ocasiones por poseer una marcada concentración en su estructura de propiedad y en la mayoría de casos con una composición de la participación en el capital muy diferente a las de propiedad nacional no pública. Según Galve y Salas (1993), las empresas de tipo familiar poseen una menor dimensión que las empresas no familiares a fin de mantener el control, pero la menor dimensión no tiene porque repercutir negativamente en la rentabilidad porque, para un tamaño dado, la empresa familiar parece ser más eficiente que la no familiar, compensándose así el impacto negativo de un menor tamaño cuando existe una relación positiva subyacente para todas las empresas entre tamaño y resultados. Además, tal como muestran los datos y como se ha apuntado por diferentes autores (Galve y Salas, 1993; Rodríguez-Sanz et al. 1994; Crespí y García-Cestona, 2002) la estructura de propiedad de la empresa española no se ajusta a los estándares de la separación entre propiedad y control y de existencia de un elevado número de pequeños inversores, como sería el caso americano. El caso español se incluye dentro del modelo europeo o continental, en el que predominan la concentración de la propiedad y la presencia de propietarios en puestos de toma de decisiones. En cuanto a la actividad innovadora de las empresas españolas, se observa un reducido número de empresas que lleven a cabo inversiones en I+D y un menor número de empresas que obtengan resultados de dichas inversiones. Análisis Entre los mecanismos de control más analizados en la literatura, en nuestro trabajo se han analizado los mecanismos relacionados con la concentración de la propiedad, la presencia de propietarios en puestos de toma de decisiones, la financiación con deuda, la presencia de propiedad de naturaleza extranjera o pública, así como la posible influencia de que la empresa decida entrar en el mercado bursátil. Si bien este tipo de mecanismos llevan a la reducción de los problemas de agencia propios del riesgo moral dado en las asimetrías informativas entre gerentes y propietarios, podrían tener una serie de desventajas sobre las inversiones en innovación asociadas tanto a la reducción de la acción por parte de los administradores o gerentes como a la propia naturaleza de este tipo de inversiones (riesgo excesivo, inversiones a largo plazo, alta probabilidad de fracaso, intensivas en mano de obra, impredecibles). En primer lugar, podríamos concluir que la significatividad de las variables de estructura de propiedad nos indica que la utilización de los mecanismos podría actuar como freno a los posibles problemas de agencia en las decisiones de inversión, entre ellos la incorporación de propietarios en puestos de toma de decisiones empresariales o la concentración del capital. La concentración del capital en un número reducido de propietarios, se observa que posee una influencia significativa y negativa tanto sobre la inversión realizada en innovación como sobre el resultado innovador. Debido por un lado a la reducción de la acción de los directivos responsables de la toma de decisiones en innovación, lo cual podría traducirse en menores oportunidades de crecimiento empresarial. Como por el hecho que a mayor concentración de la propiedad, menor es el riesgo que los propietarios están dispuestos a asumir, dado que ello implica un mayor riesgo en menos manos. En otras palabras, la empresa no estará en condiciones de asumir proyectos arriesgados como los concernientes a las actividades innovadoras. La incorporación de propietarios en tareas de gestión y administración es un mecanismo que si bien supone un control explícito sobre la acción de los gerentes aleja a la empresa de los beneficios de la especialización de funciones empresariales, lo cual se traduce en reducción de los posibles problemas de las asimetrías informativas que se dan en empresas con estructuras de tipo jerárquico pero menor adopción de proyectos arriesgados. Como se observa en nuestros resultados, un incremento en la participación de los propietarios en los puestos de gestión, reducirá la probabilidad tanto de adoptar proyectos de I+D como de obtener un resultado satisfactorio de dicha innovación. El mecanismo de la financiación con deuda, presenta un efecto ambiguo como otros muchos autores ya apuntaban. Por un lado, este mecanismo pretende sustituir un control de tipo directo o interno por un control externo que vendría dado por los tenedores de la deuda, los cuales con su principio de aversión al riesgo optarían por la realización de proyectos sin elevados riesgos. Con ello se pretende sustituir la posible “sobreinversión” llevada a cabo en ocasiones por los gerentes por una inversión menos arriesgada y más eficiente. Este hecho se observa claramente en el efecto negativo ejercido por este mecanismo sobre la inversión en innovación en España. Por otro lado, este mayor control de las inversiones realizadas en materia de innovación lleva asociada una mayor probabilidad de éxito de los proyectos adoptados, así se observa en nuestro estudio como la utilización de deuda ejerce un efecto positivo sobre el resultado innovador (obtención de patentes y modelos de utilidad) de la empresa. Tal y como otros muchos autores han apuntado se observa como una mayor dimensión, madurez y mayores oportunidades tecnológicas del sector de actividad al que pertenece la empresa poseen un efecto positivo y significativo sobre la actividad innovadora de la empresa

española. Finalmente, las variables de estructura de mercado presentan importancia en el análisis, pudiéndose concluir a favor de una influencia positiva de una mayor competencia en las decisiones empresariales relacionadas con el proceso innovador. Como conclusión general, podríamos añadir que la reducida actividad innovadora en la industria manufacturera española podría explicarse en parte por la estructura interna que presentan sus empresas y por el exceso de control y reducido margen de maniobra que poseen los directivos encargados de la toma de decisiones en materia de inversión.

Cada vez más, las empresas están incorporando en sus estructuras empresariales diferentes formas de organizar su actividad interna. En ellas juega especial relevancia la toma de decisiones empresariales y quién es el sujeto que lleva a cabo dicha labor dentro de la empresa. La apertura a un mercado cada vez mayor con la incorporación de España en la Unión Europea y la necesidad de ampliar el ámbito geográfico de la demanda están haciendo que se adopten estrategias que hagan favorecer el resultado y la expansión de la empresa. En consecuencia, las empresas españolas están empezando a tener unas mayores dimensiones y una competencia mayor en los mercados en los que opera, hecho que les obliga a incorporar a nuevos miembros dentro de los equipos directivos con el fin de dotar de mayor especialización a las diferentes tareas que se desarrollan en ellas. La incorporación de personal externo a la propiedad en las tareas de toma de decisiones empresariales puede hacer surgir problemas debido a la divergencia en los objetivos buscados por el propietario no gerente y por el gerente no propietario (Berle y Means, 1932; Jensen y Meckling, 1976; Rodríguez, 1996, entre otros). La separación efectiva que se produce entre propiedad de la empresa y control de las decisiones gerenciales, como consecuencia de la dispersión del accionariado entre muchos accionistas y la delegación de la capacidad de decisión en el gerente profesional, lleva a que se den problemas de apropiación de rentas de control por parte de los gerentes los cuales actúan en desventaja respecto a los propietarios (Jensen y Meckling, 1979; Galve y Salas, 1992; Milgrom y Roberts, 1992; entre otros). Es por ello que los propietarios pueden llegar a incrementar el control sobre las acciones tomadas por los gerentes con el único objetivo de hacer que la divergencia de intereses tienda a disminuir, de forma que acaben convergiendo en un objetivo común beneficiando tanto a propietarios como a administradores. Por otra parte, en los últimos años, las empresas han comprendido la necesidad de fomentar su capacidad de innovación, hasta el punto de llegar a la “innovación continua” que implica que, en las organizaciones la innovación no tenga un punto final, es decir, que no se formule para alcanzar una meta determinada, sino que se incorpore a la propia estrategia de la empresa, institucionalizándose. Existe una amplia literatura reciente que trata de estudiar los determinantes de la innovación. Esta clase de estudios se podrían clasificar en estudios de naturaleza macroeconómica, que intentan explicar las potencialidades que tienen diferentes unidades geográficas en materia de innovación, y estudios de naturaleza microeconómica, que tratan de analizan los determinantes internos de la empresa para explicar el esfuerzo y resultado innovador. En los estudios de corte microeconómico, algunas cuestiones como el efecto del tamaño o dimensión empresarial, la madurez de la empresa, el grado de cooperación con otras empresas o la financiación, tanto interna como externa, han sido analizadas en detalle. Sin embargo ha habido pocos estudios que traten de explicar el efecto de variables como la estructura de la toma de decisiones o de la propiedad, consideradas dadas o inobservables, y que podían influir en las decisiones de invertir en la empresa. La capacidad de una empresa para innovar depende de una serie de factores, de tal forma que la existencia o no de los mismos influye favorable o desfavorablemente en el proceso de innovación. Dichos factores se podrían agrupar en los siguientes grupos: 1.- Existencia de condiciones favorables en la estructura de la demanda o en la dimensión del mercado, en el ciclo de vida de los productos que fabrica o en la evolución de los medios científicos y técnicos que pueda utilizar. 2.- Los recursos de la empresa destinados a ingeniería, diseño, investigación y comercialización. Además, las condiciones favorables anteriores y la capacidad técnica de la empresa deben estar integradas en el marco de una estrategia innovadora, y entonces intervienen: 3.- La gestión y organización de la empresa. 4.- Su voluntad en diferenciar sus productos o procesos de los de sus competidores. Considerando la importancia que la gestión y la organización de la empresa pueden tener en la actividad innovadora de la misma, vemos la necesidad de analizar las características de su estructura de propiedad: quién posee y cómo está distribuido el control de la toma de decisiones, la naturaleza de este control, el porcentaje de capital que poseen los gerentes, los grados de concentración de la propiedad, entre otras cuestiones. Son innumerables las características que pueden motivar a que se adopte una buena gestión de los recursos tanto

financieros como físicos de la empresa y ello será determinante para conseguir unos buenos resultados en el proceso innovador de la misma, lo cual determinará su crecimiento y su futuro. Teniendo en cuenta que la estructura de propiedad afecta a la toma de decisiones empresariales, la cual a su vez afecta tanto a las decisiones de inversión empresariales como a la creación de valor empresarial, nuestro estudio se centraría únicamente en las decisiones de inversión en I+D y los resultados de dicha inversión. Así, diremos que nuestro trabajo pretende estudiar la relación entre la estructura de propiedad y control de la empresa y las decisiones de inversión en innovación y su impacto sobre la creación de valor mediante el resultado innovador de la empresa. Se pretende, en base a la literatura tanto en materia de estructura de propiedad como en torno a la innovación, analizar el papel que pueden desempeñar ciertos determinantes internos a la empresa relacionados con la estructura de propiedad a la hora de adoptar la decisión de incurrir en gastos de I+D o la de obtener un resultado formalizado (registro de patentes y modelos de utilidad) de dicha innovación. Adicionalmente, cuando se estudian los mecanismos de control para paliar los posibles problemas de agencia surgidos por la separación entre propiedad y control en los puestos de toma de decisiones, se observa que éstos tienen relación directa con la estructura de propiedad de las empresas. De esta manera, del análisis que aquí se realice, se podrán extraer conclusiones sobre si este tipo de mecanismos juegan un papel determinante en las decisiones de invertir en innovación y de obtener un resultado innovador por parte de las empresas analizadas. Es necesario tener en cuenta a la hora de estudiar este tipo de cuestiones las características del tejido empresarial español, un tejido diverso con empresas de muy diferente tamaño (Paricio, 1993; Melle y Raymond, 2001; entre otros). En España juegan en el mercado empresas tradicionales marcadas por una dimensión reducida y empresas que han experimentado un gran crecimiento que poseen una mayor dimensión. Estas empresas compiten con empresas de naturaleza multinacional y de naturaleza pública, empresas que se caracterizan por poseer dimensiones mayores y en ocasiones por poseer una marcada concentración en su estructura de propiedad. Según Galve y Salas (1993), las empresas de tipo familiar poseen una menor dimensión que las empresas no familiares a fin de mantener el control, pero la menor dimensión no tiene porque repercutir negativamente en la rentabilidad porque, para un tamaño dado, la empresa familiar parece ser más eficiente que la no familiar, compensándose así el impacto negativo de un menor tamaño cuando existe una relación positiva subyacente para todas las empresas entre tamaño y resultados. En el presente proyecto se pretende avanzar en el estudio de los mecanismos que se aplican en la empresa para solventar los problemas de agencia que pueden aparecer en las decisiones empresariales como consecuencia de la separación entre propiedad y control. En un primer lugar, se analizan a nivel teórico los principales problemas que pueden surgir así como las soluciones que pueden proponerse para solventar dichos problemas. Posteriormente se identifican empíricamente para una muestra de empresas manufactureras españolas entre 1990 y 2000, analizando la evolución de los distintos mecanismos en el tiempo, a la vez que se tiene en cuenta si aspectos tales como el tamaño empresarial, el sector de actividad o la comunidad autónoma a la que pertenece la empresa influyen en la utilización que las empresas realizan de tales mecanismos de control. Posteriormente, se analiza la influencia que dichos mecanismos relacionados con la estructura de propiedad y control de las empresas tienen sobre la innovación realizada por las mismas, tanto desde el punto de vista del input como del output innovador. MARCO TEÓRICO: PRINCIPALES TEORÍAS Y CONCEPTOS La economía clásica tenía como objetivo el estudio de los mecanismos mediante los cuales los agentes económicos podían hacer máximas las potencialidades del entorno. En las últimas décadas ha resurgido una literatura que pretende estudiar dichas potencialidades a nivel de la empresa. Esta literatura de carácter microeconómico pretende analizar no tanto las ventajas adquiridas del entorno geográfico o competitivo de las empresas, sino las que nacen en la organización interna de la misma, descubriéndose la importancia de aspectos relacionados con la estructura de la organización, como la propiedad o el modo de estructurar la toma de decisiones empresariales. Rompiendo algunos esquemas de la economía clásica, se han propuesto metodologías analíticas y desarrollado teorías para facilitar la comprensión del modo de organizar la toma de decisiones, tomándose el estudio de una economía basada en las organizaciones (Organizational Economics) como mecanismo alternativo al puro “mercado”. En los siguientes apartados se realiza un breve apunte de las principales teorías y algunos conceptos que enmarcarían la literatura basada en la propiedad, el control y la potencialidad de los recursos internos de la empresa.

Principales teorías de la literatura de propiedad y control de la empresa Teoría de la empresa gerencial Partiendo del famoso trabajo de Berle y Means (1932) donde se destacaban los problemas de la separación entre propiedad y control, la teoría de la Empresa Gerencial2 (managerial firm) enfatiza que los gerentes tienen considerable autonomía para perseguir sus propios intereses, aun cuando estos intereses entren en conflicto con los intereses de los accionistas. La empresa gerencial se enfrenta a las mismas posibilidades de producción que la capitalista, pero reduce su rentabilidad debido a que la función objetivo de los gerentes lleva a un tamaño mayor que el que maximiza el beneficio por la diferencia entre las funciones objetivos de los propietarios y de los gerentes (Baumol, 1959; Marris, 1964). Las teorías de la empresa gerencial fueron fundamentadas más rigurosamente por la teoría moderna de la información, que explicó las razones por las cuales los propietarios tenían que delegar responsabilidades en los gerentes, y por qué sólo imperfectamente podían controlar las acciones de estos últimos (Stiglitz, 2002). Teoría Económica de las Organizaciones La Teoría Económica de las Organizaciones acoge a una serie de teorías que se centran en el estudio de las diferentes características de la organización y la toma de decisiones empresariales, de forma que la estructura de la propiedad y control y el diseño organizativo influyen sobre la eficiencia productiva. Es decir, dos empresas de igual tamaño pero diferente estructura de propiedad pueden tener diferentes resultados si los costes organizativos de una son mayores que los de la otra.

Entre las teorías que componen la teoría económica de las organizaciones destacan principalmente la teoría de las burocracias jerarquizadas, la teoría de los costes de transacción y la teoría de la agencia.

Teoría de las burocracias jerarquizadas: Esta teoría parte del hecho que la gran empresa se estructura generalmente por niveles jerárquicos que constituyen a la vez instrumentos de coordinación y transmisión de información e instrumentos de control y supervisión jerárquica. La jerarquía realiza imperfectamente estas funciones de manera que, con frecuencia, el grado de imperfección y con él la eficacia global de la empresa, varían en función del tamaño y la situación de control de la empresa. Teoría de los costes de transacción: El proyecto de la Economía de los costes de transacción (referido tanto a leyes, economía y organización) demuestra una vez más que “el total puede ser mejor que la suma de las partes” (Coase, 1964). Como indica Salas (1996), de acuerdo con los postulados de la economía de los costes de transacción las características del comportamiento humano, los límites en la capacidad de cálculo y previsión y las inclinaciones oportunistas, juntamente con las dimensiones de las transacciones, incertidumbre, especificidad de los activos y frecuencia, condicionarán la estructura contractual elegida para gobernar o conducir las transacciones. El criterio que guiará la asignación de formas contractuales a un tipo de transacciones u otro será el criterio del coste mínimo de transacción. Teoría de la agencia: Se trata de una de las ramas más influyentes dentro de la teoría económica de las organizaciones. Su aplicación a la empresa donde existen diferentes tipos de propietarios, accionistas y acreedores que se relacionan a su vez con un administrador no propietario, reconoce expresamente el conflicto de intereses que existe entre todos ellos y recurre a los contratos para tratar de superarlo, respetando los límites impuestos por la información disponible. La estructura contractual elegida incide directamente sobre la eficiencia afectando a la función de producción, debiéndose contemplar como un elemento más de la misma. Aproximarse más a la gran empresa real requiere no sólo reconocer los objetivos en conflicto de propietarios y gestores cambiando la función objetivo de la empresa, sino que además es necesario incorporar una nueva formalización de la función de producción (Jensen y Meckling, 1979). Podríamos definir una “relación de agencia”, según Salas (1996), como la relación que surge cuando una persona, denominada principal, encarga a otra, denominada agente, la realización de una tarea o la toma de decisiones en beneficio de la primera, a cambio de una remuneración y otorgándole amplia capacidad de decisión. La parte fundamental que explica la relación de agencia es la asimetría informativa, dado que el agente dispone de información especializada sobre su trabajo a la que el principal no tiene acceso.

Contrariamente a lo que sucede en los contratos explícitos, en los contratos implícitos el principal no puede conocer con precisión la cantidad y calidad de trabajo de un agente y, por tanto, no puede establecer los incentivos en función de ello. Ello le obliga a aumentar los recursos invertidos en el control de los agentes. La tasa de rentabilidad de los recursos invertidos en el control de agentes disminuye después de cierto nivel y, en la mayoría de los casos, no es rentable tratar de controlar todos los comportamientos oportunistas implícitos. Por ello, se define el “coste de agencia” como la pérdida de eficacia en la toma de decisiones debida al hecho que el principal no sabe si el agente ha tomado su decisión final por ser la más eficiente o si, por el contrario, pudiera haber tomado otra más eficiente pero no lo ha acabado haciendo. Algunos conceptos: asimetrías informativas en la empresa Los problemas de la asimetría informativa en la empresa Uno de los problemas relacionados con la asimetría informativa y motivacional es el riesgo moral (Holstrom, 1979). El riesgo moral es un problema de incentivos. Ocurre cuando una persona no es recompensada por lo que hace o cuando no tiene que pagar todos los costes de sus actos. Podemos identificar una situación de riesgo moral como una situación en la que concurren las siguientes circunstancias: En primer lugar, debe haber una potencial divergencia de intereses entre las partes. Los conflictos de intereses no siempre aparecerán, ni lo harán con todas sus dimensiones. Incluso los diferentes intereses individuales pueden, desde luego, estar bastante bien armonizados en determinadas circunstancias. No obstante, los conflictos ocurrirán con frecuencia, aunque sólo fuera porque la escasez de los recursos significa que lo que tiene una persona no puede tenerlo otra, lo cual ocurre siempre que existe separación entre propiedad y gestión de la empresa. En segundo término, debe haber bases para intercambios provechosos u otra forma de cooperación entre los individuos que activen los intereses divergentes. Hasta este punto, los simples arreglos de mercado funcionarían: la divergencia de intereses es un factor presente en casi todos los intercambios y, sin embargo, los intercambios suelen realizarse bastante bien, sin que se vean interferidos por el riesgo moral. En tercer lugar, debe haber dificultades para determinar si, en la práctica, los términos del contrato han sido respetados y para exigir su cumplimiento. Estas dificultades aparecen con frecuencia, porque el seguimiento de las acciones o la verificación de la información transmitida es costoso o imposible, existiendo asimetrías informativas. Jensen y Meckling (1976), apuntaban ya los problemas que podrían surgir por la no identidad entre directivos o administradores, debido a las discrepancias en sus funciones objetivos, las posibles asimetrías informativas y los problemas de riesgo moral. Entre otras podríamos decir que las causas de dichas discrepancias se dan básicamente porque: Los administradores: Persiguen maximizar su función de utilidad que consistiría en mantener o aumentar la retribución fija que consiguen de su salario. En ocasiones llevan a cabo consumos desorbitados que repercuten de forma negativa en los fondos propios o en el flujo de tesorería que se podría reinvertir en proyectos de mayor valor añadido.

Los gerentes poseen un conocimiento mayor que los propietarios. Los inversores tienen información de carácter limitada o imprecisa, hecho que hará posible que los gerentes intenten orientar sus decisiones con el objetivo de favorecer sus propios intereses, aún a costa de reducir el valor de mercado de las acciones de la empresa y, por lo tanto, la riqueza de los accionistas. Tienen un conocimiento mayor en muchos campos, lo que podría hacer que se involucrarán en proyectos de inversión más punteros, que un propietario con un menor conocimiento no vería viable. Debido a que no son propietarios, no están identificados con el gasto, por lo que puede que lleven a cabo proyectos arriesgados dándose problemas de sobreinversión. Los propietarios: Persiguen el objetivo de la maximización de beneficios mediante el menor coste.

No poseen, tecnológicos.

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Las dos razones anteriores pueden llevar a problemas de subinversión en muchos casos, y de pérdidas de eficiencia por no llevarse a cabo proyectos de alto riesgo y resultado no claro. La separación de funciones en las modernas corporaciones presenta indudables ventajas asociadas a la especialización de funciones. Pero también trae asociada una serie de inconvenientes debido al conflicto de intereses. En sociedades caracterizadas por un control difuso de su propiedad se llevan a cabo comportamientos oportunistas por parte de los gerentes, por la carencia de control de sus acciones debidas a la propiedad difusa.

Una solución al problema: Los mecanismos de control Con el objetivo de hacer posible que la finalidad objetiva de la organización y la finalidad subjetiva de los miembros de la misma lleguen a converger en un objetivo común, se puede optar por establecer un “sistema de control”. Este sistema aportará los mecanismos necesarios y específicos para motivar a los diferentes agentes que forman parte de la organización a perseguir objetivos comunes. La separación de las funciones entre administradores y propietarios lleva a lo que hemos definido con anterioridad como un problema de agencia. Con el fin de paliar estos problemas surgidos de la no-supervisión directa por parte del propietario de la acción ejercida por el agente (administrador o gerente), se establecen unos mecanismos para paliar dichos problemas, entre los que destacan los siguientes: Participación de la propiedad en las tareas de toma de decisiones: Este mecanismo actúa como control explícito o directo sobre las acciones realizadas por el gerente. La incorporación de propietarios en puestos de toma de decisiones reduce las políticas “subóptimas” de inversión modificando el mal uso que el gerente pueda hacer de los fondos propios de la empresa. Sin embargo, este mecanismo en ocasiones puede llegar a ser un inconveniente debido a que los propietarios, en general, no tienen una elevada experiencia en este tipo de funciones, haciendo que no se lleven a cabo proyectos que pudieran favorecer el crecimiento futuro de la empresa debido a la falta de conocimiento por parte de los mismos. Concentración de la propiedad: El mecanismo de concentración de la propiedad en pocas manos actúa sobre el mal uso que la dirección puede realizar de los recursos destinados a la inversión. Contribuye a alinear los intereses del equipo directivo con los del grupo de accionistas lo cual debería traducirse en un menor recurso al endeudamiento y una mayor contribución a reducir las políticas “subóptimas” de inversión reduciendo las inversiones de elevado riesgo. La mayoría de autores concluyen en sus estudios que si bien la concentración es un mecanismo que hace reducir el problema de la agencia, puede que aleje a la empresa de los beneficios que le reporta una mayor especialización (Burkart et al., 1997; Hill y Snell, 1988). Dotación al gerente de parte del capital de la empresa: Este mecanismo actúa como incentivo para que el gerente opte por una actitud más involucrada en la empresa, con el fin de que las funciones objetivos de la dirección y la propiedad sean más similares. Según Azofra et al. (1995), el análisis de la relación entre la participación directiva en el capital y los resultados de la empresa constituye un test de gran importancia a la hora de contrastar las denominadas hipótesis de convergencia y atrincheramiento. Mientras la primera de ellas preconiza un incremento en el rendimiento empresarial conforme aumenta la participación directiva en el capital produciéndose la convergencia de intereses entre dirección y propiedad, la segunda mantiene que a partir de cierto umbral dicha tendencia se invertirá ya que los gerentes utilizarán su mayor participación en la empresa como mecanismo de “atrincheramiento” y protección frente a las amenazas e intereses del resto de accionistas. Financiación en forma de deuda: El mecanismo de financiación en forma de deuda obliga al administrador a liberar los recursos libres que la empresa ha generado con el fin de devolver la deuda. Además, al control que se puede ejercer por parte de los propietarios se le añade un control externo por parte de los tenedores de la deuda, los cuales no permitirán que ésta se destine a un uso con un fin indeterminado o excesivamente arriesgado. Sin embargo algunos autores como Azofra et al. (1995), argumentan que este mecanismo puede tener un efecto ambiguo, pues si bien un incremento en el nivel de endeudamiento pudiera acentuar el conflicto entre accionistas y obligacionistas, al mismo tiempo permite mitigar las divergencias de interés entre accionistas internos y externos a la dirección y transmitir una información valiosa sobre las expectativas de la empresa.

Cotización en bolsa: La cotización por parte de la empresa en bolsa ejerce una labor de control sobre las acciones llevadas a cabo en la empresa por parte de los accionistas. Mediante este tipo de acciones se pretende que sea el mercado quien actúe de controlador externo a las posibles acciones que se desvíen de la maximización de los beneficios. De esta manera, se reducen las asimetrías en la información. BREVE REVISIÓN DE LA LITERATURA Características diferenciales entre la empresa anglosajona y la europea Conviene precisar de partida que los artículos más destacados de la literatura basada en las organizaciones tienen como base el análisis de la empresa estadounidense cuyo contexto y organización difiere en muchos casos al europeo y en mayor medida al español. De ahí que se deba de contemplar de partida las diferencias que poseen las empresas españolas en comparación con las estadounidenses. Las empresas estadounidenses vienen caracterizadas por las siguientes cuestiones: Presentar una marcada orientación al mercado como forma de organización de la actividad financiera y mecanismo de control del gobierno de la empresa, así como por la especialización existente entre propiedad y gestión de la misma. Las empresas norteamericanas del modelo anglosajón ejemplifican la delegación de los derechos de decisión en los directivos y el control de sus decisiones a través, aunque no únicamente, de los sistemas externos de control (mercados). “Control minoritario”: existe una notable dispersión del accionariado en las grandes sociedades, de manera que éste es efectivamente “anónimo” y marginalmente irrelevante para el funcionamiento y decisiones de la sociedad. Se trata del accionista inversor que se preocupa por el rendimiento y el riesgo de su cartera de inversiones, pero mucho menos de influir en cómo se debe gestionar cada empresa. Hay una separación entre accionistas, propietarios y gestores que deciden sobre cómo se emplean los recursos de la sociedad. Sólo recientemente la aparición de inversores institucionales, con paquetes significativos de acciones e incentivos para supervisar, ha propiciado la formación de estructuras accionariales algo más concentradas. Las principales características asociadas a las empresas europeas son las siguientes: Presentan estructuras accionariales concentradas, grupos de accionistas con paquetes significativos de control y una actuación más activa de los intermediarios financieros tanto en la provisión de recursos ajenos como en el gobierno de la empresa. No se observa empíricamente en Europa la dispersión accionarial de la empresa americana. En Europa, incluso en las grandes empresas el poder político está muy concentrado, lo cual debe llevar a que el grupo de control ejerza una estrecha vigilancia sobre las acciones y conducta del gerente, si éste no forma parte del mismo grupo.

El inversor institucional, fondo de pensiones por ejemplo, que es un protagonista importante en las operaciones de control de EE.UU., no tiene el mismo protagonismo en Europa, donde en cambio los bancos son accionistas activos mucho más importantes y el holding o grupo de empresas con participaciones cruzadas está mucho más extendido.

El papel del mercado para promover la eficiencia en la asignación de recursos en estos sistemas corporativos es aún muy débil, si bien han experimentado un gran desarrollo en los últimos años.

En las empresas del modelo continental (entre ellas, la española) la separación entre la propiedad y la gestión es menos apreciable, siendo frecuente que los propietarios participen activamente en la toma de decisiones. Al atenuarse la divergencia de intereses, los costes de agencia debidos a la separación de la propiedad y el control en las empresas europeas podrían alcanzar cotas inferiores a los de las empresas estadounidenses, pero surgen otros problemas como son la elevada concentración de riesgos, la posibilidad de no aprovechar las ventajas de la especialización (iniciativa directiva, inversiones específicas, etc.) cuando a la empresa se le presentan oportunidades rentables de crecimiento (Burkart et al., 1997) o la expropiación de las rentas de los accionistas minoritarios por parte de los mayoritarios (La Porta et al., 1999).

Relación entre estructura de propiedad e innovación: Literatura empírica previa Muchos estudios, a nivel empírico, han tratado de estudiar la importancia de la estructura de propiedad en las posibilidades de crecimiento o de éxito de la empresa y, por tanto, hasta qué punto las cuestiones analizadas por las distintas teorías de la economía de las organizaciones se cumplen en el ámbito aplicado. Dado que en el presente trabajo partimos de la idea de que esta misma cuestión se halla profundamente relacionada con las posibilidades por parte de la empresa de obtener unos resultados innovadores que le proporcionen un crecimiento futuro, las conclusiones en ellos obtenidos pueden resultar de interés para el objetivo que aquí se persigue. De este modo, entre los trabajos que analizan la relación entre estructura de capital y oportunidades de crecimiento destacan los de Smith y Watts (1992) y el de Lasfer (1995). En el primero de ellos se analiza como la decisión de financiación, por una parte, y la política de remuneración a los directivos, por otra, pueden influir sobre las inversiones y oportunidades de crecimiento a disposición de la empresa, obteniéndose una relación negativa entre las oportunidades de crecimiento y endeudamiento, hecho que ofrece la posibilidad de regular los conflictos de agencia que les afectan. El trabajo de Lasfer, por su parte, confirma la influencia positiva del apalancamiento en aquellos casos donde la empresa no dispone de oportunidades valiosas de crecimiento, en línea con lo propuesto por Jensen (1986) y Stulz (1990). Asimismo, Himmelberg et al. (1999), analizan mediante la aplicación de datos de panel, los determinantes del valor de la empresa, argumentando que la heterogeneidad inobservada genera una correlación espúrea entre propiedad y oportunidades de crecimiento. Por otra parte, realizando un pequeño repaso por la literatura que relaciona el ratio Q de Tobin con la variable “propiedad gerencial”, se observa que la creación de valor no mantiene una relación de tipo lineal con la propiedad, ya que el valor de la empresa experimenta aumentos y descensos para diferentes proporciones de propiedad en manos de los directivos. Entre los estudios que analizan este aspecto, encontramos varios de ellos que obtienen una relación en forma de U invertida (Mørck et al., 1988; McConnell y Servaes, 1990; Holderness et al., 1999). El estudio de Kole (1995) examina las diferencias en los trabajos comentados anteriormente y concluye que las diferencias en el tamaño empresarial pueden conducir a diferencias en las conclusiones de este tipo de trabajos. Adicionalmente en ellos no se está teniendo en cuenta el problema de la endogeneidad que posee el uso de la variable “propiedad gerencial” como variable explicativa, que apunta Jenser y Warner (1988). Leech y Leahy (1991) llevan a cabo un estudio con datos de empresas británicas que tiene por objetivo describir la estructura de propiedad de una muestra de empresas grandes y llevar a cabo un análisis econométrico de sus causas y consecuencias en términos de control e incentivos. Consideran que la estructura de propiedad y el grado de concentración de la misma tienen un importante papel en el crecimiento de la empresa, de forma que a través de un modelo de regresión en el que se incluyen variables relacionadas con las funciones de utilidad de la dirección y de los accionistas o propietarios, se concluye que la posibilidad de crecimiento de la empresa depende de la concentración de la propiedad y el control que posee el directivo. Los resultados del tipo de control indican que, ceteris paribus, aumentos en el control por parte de la propiedad llevan a incrementos en el grado de valoración de la empresa, en los beneficios y en los dividendos a los accionistas, así como, tasas mayores del crecimiento de las ventas y de los activos netos. En cuanto a la concentración de la propiedad, una menor concentración llevará a mayores ratios de valoración, beneficios marginales y a un mayor crecimiento de los activos. Así también, para el caso de la concentración de la propiedad y su relación con proyectos empresariales encontramos el trabajo de Zhang (1998), el cual analiza el efecto de la estructura de capital sobre las decisiones de inversión cuando la empresa posee una gran concentración de la propiedad en un accionista adverso al riesgo. Según él, se produce un problema de subinversión debido al problema de aversión al riesgo por parte de una propiedad muy concentrada caso que no parece observarse en presencia de una propiedad diversificada en estructuras atomizadas de accionistas. Para el caso español Galve y Salas (1993) realizan un estudio empírico con el objetivo de analizar la composición accionarial de la empresa española y comprobar si existen o no diferencias en los resultados financieros, atribuibles a la naturaleza del colectivo de propietarios que controlan la sociedad, detallando el mecanismo a través del cual se traslada la influencia de la propiedad-control sobre los resultados. Se evidencia una relación positiva entre concentración de la propiedad y los resultados obtenidos por la entidad. Por otra parte, en el trabajo de De Andrés-Alonso et al. (2000), con el objetivo de estudiar la incidencia de la decisión de endeudamiento y de la estructura contractual sobre el valor de mercado de las empresas, se concluye que existe una influencia nociva en la concentración de la propiedad en presencia de oportunidades de crecimiento y no se prueba una relación positiva entre la participación accionarial de los consejeros y la creación de valor en ausencia de oportunidades.

Hasta este punto se ha analizado la literatura de estructura de propiedad y su efecto sobre el crecimiento de las empresas. Sin embargo no existen a penas trabajos, por lo que conocemos, que se interesen por el papel que puede jugar la estructura de propiedad de una empresa y la forma en que se encuentra constituida y gestionada, sobre decisiones tan importantes como la estrategia innovadora a seguir. Tan sólo en los trabajos de Kraft (1989), Love et al. (1996), Dixon y Seddighi (1996), Acs y Isberg (1991), Hall (1992) y Chiao (2002), y Francis y Smith (1995) se analiza algún aspecto relacionado con la estructura de propiedad entre otras cuestiones a la hora de estudiar la actividad innovadora. Así en el primero de ellos, se analiza una muestra de empresas escocesas, llegando a la conclusión de que la propiedad de naturaleza extranjera tiene un efecto positivo en la probabilidad de que una empresa situada en Escocia obtenga innovaciones de producto. El trabajo de Kraft, introduce la idea formulada por la teoría de gerencial (managerial capitalism), parte de la idea de que los directivos sin participación del capital están más orientados hacia la obtención de un mayor crecimiento empresarial que los directivos con participación en el capital. Según él, el crecimiento además de otras cuestiones está constituido por la innovación empresarial. Partiendo de este argumento se esperaría un efecto positivo de la acción de los directivos. Sin embargo, según él, se tendría que tener en cuenta el efecto que provocaría una mala gestión o una gestión demasiado arriesgada sobre el empleo del directivo que podría llevar a que él prefiriera no asumir grandes inversiones inciertas con el fin de mantener su puesto de trabajo. Por ello se analiza el incentivo de dotar al directivo de parte del capital y se observa como éste tiene un efecto positivo sobre la obtención de innovaciones de producto. En el trabajo de Dixon y Seddighi, realizado para una muestra de empresas inglesas, se analiza el efecto de la naturaleza de la propiedad (nacional o extranjera) resultando tanto en este trabajo como en el de Acs y Isberg independiente de la innovación llevada a cabo por la empresa. Hall analiza el papel de la deuda en la inversiones de I+D, concluyendo que las empresas prefieren financiar con deuda los activos físicos y utilizar los fondos propios para financiar activos más arriesgados como serían aquellos relacionados con las actividades innovadoras empresariales. Siguiendo las hipótesis de Hall, Chiao realiza un estudio de la influencia de la deuda sobre las inversiones en capital físico y las inversiones en I+D, obteniendo que en las empresas pertenecientes a sectores de oportunidad tecnológica baja se observa como la financiación con deuda es un recurso tanto para financiar activos físicos como proyectos arriesgados; en cambio, en el caso de las empresas de alto contenido tecnológico se observa como la deuda sólo se utiliza para financiar capital físico. Finalmente, el trabajo de Francis y Smith analiza la relación empírica entre la estructura de la propiedad empresarial y la innovación. Ellos contrastan la hipótesis que las empresas con un control difuso en su propiedad son menos innovadoras que las empresas con una concentración de la propiedad mayor por parte de los directivos o por parte de inversores externos. Sus resultados son consistentes con el hecho que la propiedad concentrada y el control por parte de los accionistas son efectivos para mitigar los costes de agencia y de contratación asociados con las inversiones relacionadas con el proceso innovador de la empresa. En cuanto al caso español, Galende y De la Fuente (2003) han desarrollado un análisis econométrico de una muestra de empresas innovadoras españolas. Su investigación se centra en el análisis de los factores que son determinantes en la organización de las actividades innovadoras de las empresas. Sus resultados empíricos confirman la existencia de interesantes relaciones entre los factores empresariales de tipo interno y el proceso innovador, obteniendo un efecto significativo del mecanismo de financiación (el uso de deuda) de forma que una alta utilización de este mecanismo por parte de la empresa tiene un impacto mayor sobre la obtención de innovaciones incrementales que sobre las innovaciones radicales. Y siguiendo con los resultados innovadores y centrándonos en uno de los aspectos más contrastados en cuanto a variables relacionadas con estructura de propiedad se refiere, encontraríamos para el caso español los trabajos de Busom (1993) y de Buesa y Molero (1996ª y 1996b), que analizan el papel de la naturaleza de la propiedad. En el trabajo de Busom (1993) se argumenta la mayor capacidad de la empresa que posee capital extranjero, en el acceso a la financiación o en la obtención de información tecnológica, favoreciendo la obtención de innovaciones empresariales. En el trabajo de Buesa y Molero, para una muestra de empresas innovadoras madrileñas, se observa como aquellas que poseen participación de capital extranjero tienen mayores innovaciones de producto. Entre los diferentes mecanismos de control que puede utilizar la empresa para paliar los roblemas de agencia surgidos por la no identidad entre propiedad y control en puestos de toma de decisiones, tal como se ha comentado en el apartado anterior la literatura económica ha destacado la concentración de la propiedad en manos de un número reducido de propietarios, el incentivo de dotar a los gerentes de partes significativas del capital de la empresa y la utilización de la deuda. Así, por ejemplo, en Rodríguez (1996) se observa como el mecanismo de control de la concentración de la propiedad da testimonio de su participación en los conflictos de interés planteados en la empresa incluso con mayor relevancia que la participación directiva en el capital, a la vez que viene a confirmar el hecho de que cuando la propiedad se centraliza en pocas manos puede llevar a unos resultados más favorables en la realización de proyectos con un elevado riesgo.

Teniendo en cuenta la literatura revisada, podríamos delimitar unas ideas a priori que guardan relación con el vínculo entre la estructura de propiedad y el proceso innovador empresarial. Respecto a la concentración de la propiedad, nosotros esperamos que las empresas que tienen una estructura de propiedad más difusa tengan mayor probabilidad de llevar a cabo inversiones en investigación y desarrollo que las empresas que poseen una propiedad más concentrada debido en parte al mayor margen de maniobra en las decisiones tomadas por los directivos. Por otro lado, la incorporación de propietarios en puestos de toma de decisiones actúa como un control directo sobre las decisiones de los directivos de ahí que esperemos que debido a la pérdida de la especialización, el efecto de dicha incorporación sobre las actividades relacionadas con el proceso innovador sea negativo. Finalmente, aunque en la literatura se observa una ambigüedad en cuanto al efecto de la utilización de deuda como financiación empresarial sobre las inversiones empresariales, nosotros consideramos que la evidencia empírica muestra una influencia negativa de la financiación con deuda sobre las inversiones relacionadas con el proceso innovador empresarial que se deberá tener en cuenta. BASE DE DATOS La base de datos empleada para analizar el efecto de la estructura de propiedad y control sobre el proceso innovador empresarial es la Encuesta sobre estrategias empresariales (ESEE) que elabora la Fundación Empresa Pública por encargo del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. En la actualidad, la ESEE es cofinanciada por dicho Ministerio y diversas instituciones (Fundación Empresa Pública y BBVA), además de recibir ayudas concretas de otras como la Consejería de Economía y Empleo de la Comunidad de Madrid y Endesa. El Programa de Investigaciones Económicas de la Fundación Empresa Pública diseñó la encuesta, supervisa su realización anual y mantiene la base de datos. La ESEE es una investigación estadística que encuesta anualmente a un panel de empresas representativo de las industrias manufactureras españolas. Su diseño es bastante flexible y está adaptado a dos tipos de usos potenciales. Por una parte, permite conocer y analizar con profundidad la evolución temporal del sector industrial a través de múltiples datos sobre la actividad y las decisiones de las empresas del sector. Por otra parte, el diseño de la ESEE está pensado para generar información microeconómica que permita la especificación y contraste de modelos econométricos.

Respecto a sus contenidos informativos, la encuesta está orientada a captar sobre todo información sobre las estrategias de las empresas, es decir, sobre aquellas decisiones que adoptan sobre los instrumentos de competencia a su alcance, como es su comportamiento competitivo internacional. Estos instrumentos se consideran en un sentido amplio y abarcan desde los más flexibles, de frecuente variación en el corto plazo (precios), hasta los que requieren plazos de tiempo más dilatados (gastos de I+D).

Una de las características que diferencia a la ESEE de otras estadísticas sobre empresas es su objetivo explícito de generar información con una estructura de panel, si bien, como más adelante se detalla, al respecto se plantean ciertos problemas, dado que las empresas de la encuesta no son siempre las mismas, debido a su inevitable proceso de nacimiento y desaparición. Al ser las empresas entidades complejas que experimentan cambios que modifican su naturaleza jurídica, ha sido necesario llevar a cabo un registro lo más sistemático posible de estas incidencias. La ESEE recoge un abanico bastante amplio de decisiones que implican alteraciones extraordinarias en la vida de las empresas, y que es necesario controlar para asegurar la comparabilidad interanual de sus datos: fusiones, absorciones, escisiones, expedientes de regulación de empleo, segregaciones de plantilla o de activos materiales, etc. Por otra parte, esto ha obligado a un esfuerzo específico de depuración y validación de la información suministrada por las empresas para asegurar su calidad y consistencia temporal. Toda la información contenida en la ESEE está sometida a controles de validación y de consistencia lógica, sin que en ningún caso se proceda a la imputación de valores cuando hay falta de respuesta de la empresa. Respecto a su cobertura, la población de referencia de la ESEE son las empresas con 10 y más trabajadores de lo que se conoce habitualmente como industria manufacturera. El ámbito geográfico de referencia es el conjunto del territorio nacional, y las variables tienen dimensión temporal anual. Una de las características más destacadas de la ESEE es su representatividad. La selección inicial de empresas se realizó combinando criterios de exhaustividad y de muestreo aleatorio. En el primer grupo se incluyeron las empresas de más de 200 trabajadores, a las que se requirió exhaustivamente su participación. El segundo grupo quedó formado por las empresas con empleo comprendido entre 10 y 200 trabajadores, que fueron seleccionadas por muestreo

estratificado, proporcional con restricciones y sistemático con arranque aleatorio. Se trata de un muestreo aleatorio de los cruces de las 21 actividades manufactureras de la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE) a dos dígitos y cuatro intervalos de empleo: 2-10, 21-50, 51-100 y 100-200 trabajadores. En el primer año, 1990, se encuestaron 2.188 empresas seleccionadas con los criterios indicados. Posteriormente, se ha puesto especial atención en mantener su representatividad respecto a la población de referencia. Los esfuerzos se han orientado, por una parte, a reducir en lo posible el deterioro de la muestra inicial, evitando el decaimiento de la colaboración de las empresas y, por otra parte, a incorporar cada año a la encuesta todas las empresas de nueva creación mayores de 200 trabajadores y una muestra seleccionada aleatoriamente que representa aproximadamente el 5 % de las empresas nuevas entre 10 y 200 trabajadores.

La ESEE cuenta con alguna que otra debilidad. En cuanto a su contenido está orientada a captar fundamentalmente información sobre las estrategias de las empresas, lo que nos ha hecho posible relacionar características de la empresa, como son su tamaño, edad, sector de actividad, el ámbito geográfico del mercado y aspectos relacionados con su esfuerzo o resultado innovador determinantes para nuestro estudio. Sin embargo, como indica Melle (2000), la explotación de la ESEE para analizar aspectos financieros presenta, al propio tiempo, dos puntos débiles: en primer lugar, la información económico-financiera obtenida mediante una encuesta ofrece una fiabilidad menor que la de otras bases como la de los registros mercantiles, la Central de Balances o la Comisión Nacional del Mercado de Valores, y en segundo lugar, al ser una encuesta diseñada para medir fundamentalmente aspectos estratégicos de las empresas, contiene pocos indicadores que permitan evaluar sus decisiones financieras. Precisamente por ese motivo no se han podido contrastar determinadas hipótesis sobre la estructura de capital de las empresas que exigían la cuantificación de algunas variables para las que no existía información en la ESEE. ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LA INNOVACIÓN Y DE LA ESTRUCTURA DE PROPIEDAD Y CONTROL EN LA EMPRESA MANUFACTURERA ESPAÑOLA

Aplicación de los diferentes mecanismos de control por parte de la empresa manufacturera española Teniendo en cuenta los objetivos planteados en el apartado anterior, a fin de analizar la utilización por parte de las empresas de distintos mecanismos de control, se han construido las variables de estructura de propiedad y control que se presentan a continuación. El mecanismo de control directo que pasa por la incorporación de propietarios en puestos de toma de decisiones se analiza mediante la construcción de una variable dicotómica que toma valor 1 en el caso en que existan propietarios o personal no asalariado en puestos de dirección y valor nulo en caso contrario. Esta variable recogería la información sobre hasta que punto se incorporan supervisores de las acciones realizadas por el gerente. Con el fin de observar la aplicación del mecanismo de concentración de la propiedad se ha considerado una variable categórica que clasifica a las empresas como de control difuso cuando todas las empresas que se reparten el capital de la misma poseen participaciones inferiores al 50% y de control efectivo cuando sólo una empresa o grupo posee más del 50% del capital de la misma. Para observar el efecto del control externo ejercido por el mercado bursátil se analizará una variable dicotómica que toma valor la unidad cuando la empresa cotiza en bolsa y valor nulo en caso contrario. Otro tipo de control externo o indirecto que influye sobre las decisiones tomadas por el gerente es la utilización de financiación externa o en forma de deuda. Para observar el efecto de dicho mecanismo se analizará la ratio del porcentaje de financiación con deuda respecto a la financiación total de la empresa. Como hemos comentado con anterioridad, las dos situaciones más propicias para encontrarnos con problemas de agencia en la toma de decisiones empresariales son la incorporación de personal externo a la propiedad en puestos de dirección (situación que designaremos como manager control) y la situación en la que la propiedad se encuentra repartida entre muchos propietarios de manera no significativa (situación de control difuso), en contraposición al caso de una concentración elevada de la propiedad (situación de control efectivo) y propietarios en puestos de toma de decisiones (Situación de ownership control), en la que la posibilidad de encontrarnos con problemas de agencia quedan minimizados. Según el gráfico 1, en que se realiza un análisis de

la evolución del porcentaje de empresas que poseen una situación de concentración elevada de la propiedad y propietarios en puestos de toma de decisiones, se puede observar como un gran porcentaje de empresas, entre el 50% y el 60% presentan una estructura de propiedad y control que permite paliar sus problemas de agencia. Además, se puede observar como este porcentaje ha experimentado un aumento, si bien muy ligero, a lo

largo de los años analizados. Para analizar más detenidamente la aplicación de estos mecanismos, en los siguientes subapartados se realiza un estudio de los mismos teniendo en cuenta aspectos tan importantes como el tamaño o la madurez empresarial de las empresas analizadas. Gráfico 1. Evolución del % de empresas con control efectivo y propietarios en puestos de toma de decisiones

80 70 60 50 40 30 20 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000

Participación de la propiedad en puestos de toma de decisiones Como hemos visto hasta el momento, la separación de funciones entre propiedad y control es una de las principales causas que pueden provocar problemas de agencia en las decisiones empresariales. Vamos a analizar cómo ha evolucionado a lo largo de los años de la muestra este mecanismo y qué diferencias ha experimentado teniendo en cuenta características empresariales como el tamaño empresarial o la etapa de madurez. Además se tendrán en cuenta las diferencias existentes entre sectores de actividad y comunidades autónomas. En primer lugar, analizamos la distribución de empresas de la muestra entre tipos de toma de decisiones (ownership control vs. manager control) en función del tamaño empresarial. En el gráfico 2 se analiza la evolución a lo largo del tiempo del porcentaje de empresas en que se lleva a cabo cierto control empresarial por parte de los propietarios diferenciando entre empresas de gran y pequeño tamaño (empresas de tamaño menor o igual 7 a 200 trabajadores y empresas de más de 200 trabajadores) . En concreto nos centramos en la evolución de la categoría “ownership control”, la cual recoge la información sobre las empresas que han incorporado propietarios como supervisores directos de la acción realizada por los directores externos, es decir, se analizan a las empresas en las que se produce una identidad entre propiedad y control empresarial. 7 Fariñas y Jaumandreu (1994, 1999) explican que en la selección muestral de la ESEE se distinguieron dos subpoblaciones: la formada por empresas de más de 200 trabajadores, entre las que la selección fue exhaustiva, requiriendo la colaboración de todas, y la formada por las empresas entre 10 y 200 trabajadores, donde la selección se realizó mediante un muestreo aleatorio de los cruces de estrato de 21 actividades y cuatro intervalos de empleo. Debido a esta razón, hemos creído conveniente como primer esbozo, realizar una clasificación de las empresas en función del tamaño, sólo en dos tramos manteniendo los criterios seguidos por otros autores. Esto nos permitirá ver las diferencias en la utilización del mecanismo de participación de la propiedad en las tareas de toma de decisiones por parte de las empresas de gran tamaño y las PYME, separadamente. Tendremos que tener en cuenta que a lo largo de los años el número de empresas de gran tamaño se va haciendo más importante que las de menor tamaño. En 1990 sólo eran un 32,4% las empresas de la muestra que poseían más de 200 trabajadores, mientras que en el año 2000 ascienden a un 63.5%. Habrá que tener en cuenta este dato ya que puede influir en las conclusiones dado que las condiciones organizativas pueden variar según el tamaño.

Gráfico 2. Evolución del % de empresas con propietarios en puestos de dirección según tamaño empresarial

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 1991 1992 1993 1994 1995 <=200 trab.

1996 1997 1998 1999 2000

>200 trab.

total

Sin distinguir entre tamaños, se observa que este mecanismo de control es utilizado por parte de aproximadamente el 40% de las empresas manufactureras españolas, con una tendencia ligeramente decreciente a lo largo de la década de los años noventa. Si nos centramos en el tramo de empresas de tamaño menor o igual a 200 trabajadores se observa cómo a lo largo de los años se produce un incremento de empresas que tienen identidad entre propiedad y control en la toma de decisiones, incremento que parece estancarse en el año 1999. Sería conveniente hacer el mismo análisis para años posteriores a 2000, con el fin de ver si el descenso que parece producirse en este año se mantiene en los años posteriores, o si por el contrario éste es un año atípico. En cuanto a las empresas con un tamaño superior a 200 trabajadores, parece que la tendencia a lo largo de los años es a decrecer. Este hecho, como antes ya se había comentado, podría tener su causa en la mayor especialización de la toma de decisiones de las empresas de mayor tamaño. Por tanto, sobre todo en los últimos años se observa que este mecanismo parece ser utilizado de forma algo menor por las empresas de gran tamaño, las cuales quizás optarían por incrementar en los puestos de control a personal externo debido a la mayor especialización en sus tareas. Uno de los motivos que puede condicionar la incorporación de personal externo en la empresa puede ser la madurez que la empresa posea. En el gráfico 3 se clasifican a las empresas en función de su edad. Las empresas que presentan un mayor número de propietarios en puestos de toma de decisiones son las empresas que tienen una madurez mayor (con más de 27 años de existencia), es decir, que han sido constituidas más tempranamente. Es significativo que aquellas categorías que parecen presentar porcentajes más elevados de empresas con propietarios en puestos de dirección son aquellas que poseen una madurez más alta o más baja (las más maduras y las de reciente creación). Aquéllas empresas que se encuentran en una etapa intermedia del ciclo de vida empresarial presentan una menor utilización de este mecanismo. Se podría obtener una explicación a este hecho en el menor tamaño empresarial que presentan las empresas de menor madurez hecho que hace que la jerarquización sea menor en ellas. De hecho, en la mayoría de casos las empresas de nueva creación, debido a su temprana edad, deciden incorporar trabajadores más especializados para realizar tareas que resultan novedosas para el propietario de la empresa. El paso de los años puede hacer

que el propietario tenga un conocimiento mayor de las tareas de gestión y opte por realizar él mismo dichas tareas. Sin embargo la expansión que pueda llevar a cabo la empresa puede traer aparejada una necesidad de incrementar las plantillas siendo necesario la incorporación de personal externo más cualificado teniendo en cuenta las características de una mayor empresa así como de los nuevos mercados en los que opere. Gráfico 3. Porcentaje de empresas con propietarios en puestos de dirección en función de la etapa de madurez, año 2000

>39 años entre 33 y 39 entre 27 y 33 entre 17 y 27 entre 11 y 17 entre 7 y 11 entre 5 y 7 <5 años

0

20

40

60

80

100

En el gráfico 4 se analiza la evolución del porcentaje de empresas que utilizan el mecanismo de la incorporación de propietarios en puestos de toma de decisiones teniendo en cuenta la comunidad autónoma en la que se ubican las mismas. Se puede observar como la práctica totalidad de comunidades autónomas experimentan un incremento en el porcentaje de empresas que utilizan el mecanismo de introducción de propietarios en los puestos de dirección como control directo sobre la actuación de los directivos. En cuanto a las diferencias entre niveles se observa que Cantabria, Navarra y País Vasco presentan, especialmente en el año 2000, los mayores porcentajes, mientras que Baleares y Canarias serían las que presentan unos menores porcentajes de empresas con propietarios en puestos de toma de decisiones.

La Rioja

País Vasco

Navarra

Madrid

Murcia

Galicia Extremadura

Cataluña Castilla León

Com.Valenciana

1991 1994 2000

Castilla Mancha

Canarias

Baleares

Asturias

Aragón

Andalucía

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0

Cantabria

Gráfico 4. Evolución del % de empresas con propietarios en puestos de dirección en función de la CC.AA.

Cabría esperar que aquellos sectores con un alto contenido tecnológico incorporaran personal especializado en los puestos de toma de decisiones. Para observar más detenidamente este 8 hecho se analizan los diferentes sectores en función de su oportunidad tecnológica .

Como se observa en el gráfico 5, aquellos sectores que poseen una oportunidad tecnológica mayor poseen porcentajes más elevados de este mecanismo. Si bien podría pensarse que en estos sectores pudiera existir una mayor necesidad de personal especializado en la toma de decisiones, la evidencia empírica demuestra que los propietarios participan en la toma de decisiones proporcionalmente al comportamiento tecnológico de la actividad de la empresa. Por último, analizando la evolución a lo largo del tiempo todos los sectores parecen haber experimentado un incremento en la incorporación de propietarios en puestos de toma de decisiones. Gráfico 5. Porcentaje de empresas con propietarios en puestos de dirección según oportunidad tecnológica

1998 oport.alta oport.media oport.baja

1994

1991 0 20

40

60

80

100

Concentración de la propiedad Con el fin de realizar un análisis de la evolución a lo largo de los años de la muestra del mecanismo de control basado en la concentración del capital, centramos ahora nuestro análisis en el porcentaje de empresas de la categoría “control efectivo”, es decir, aquellas empresas que poseen una concentración del capital mayor al 50% en manos de una sola persona o grupo de empresas. En el gráfico 6 se analiza el mecanismo de la concentración de la propiedad diferenciando entre empresas de tamaño empresarial grande (mayores de 200 trabajadores) y empresas de tamaño pequeño (menores de 200 trabajadores). La primera conclusión a extraer es la amplia aplicación del mecanismo de concentración en la propiedad y su estabilidad a lo largo de los años analizados. Centrándonos en los dos tramos de tamaño, las empresas de menor tamaño poseen porcentajes de concentración mayores, los cuales parecen mantenerse en torno al 95% a lo largo de los años analizados. Analizando las empresas de mayor tamaño, la primera conclusión a extraer es que aunque el porcentaje de concentración de la propiedad en esas empresas se encuentra por debajo del porcentaje observado en las de menor tamaño se trata 8 Se han clasificado como sectores de oportunidad tecnológica alta los siguientes: máquinas de oficina, equipos informáticos, de proceso, óptica y similares; Productos químicos; Maquinaria y equipo mecánico; Maquinaria y material eléctrico y electrónico; Vehículos de motor; Otro material de transporte, Edición y artes gráficas. Como sectores de oportunidad tecnológica media: Industria cárnica; Productos alimenticios y tabaco; Bebidas; Productos de caucho y plástico; Productos de minerales no metálicos; Metalurgia; Productos metálicos. Y como sectores de oportunidad tecnológica baja: Textiles; Cuero y calzado; Industria de la madera; Papel; Muebles y Otras industrias manufactureras. de un porcentaje muy elevado, que parece ir incrementando, si bien de forma muy ligera, con los años.

Gráfico 6. Evolución del % de empresas con “control efectivo” según tamaño

100 90 80 70 60 50 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000

<=200 trab.

>200 trab.

total

El gráfico 7 muestra como se distribuye el porcentaje de empresas con control efectivo teniendo en cuenta el año de constitución o madurez empresarial de las empresas analizadas. Destaca el hecho que aquellas empresas que poseen una madurez mayor (más de 27 años de existencia) son las que presentan porcentajes más elevados de empresas con alta concentración de la propiedad en pocas manos.

Gráfico 7. Evolución de las empresas con control efectivo según la etapa de madurez empresarial, año 2000.

>39 años entre 33 y 39 entre 27 y 33 entre 17 y 27 entre 11 y 17 entre 7 y 11 entre 5 y 7 <5 años 0

10

20

30

40

50

60

Del mismo modo que se hizo con la incorporación de propietarios en puestos de dirección, para el mecanismo de concentración de la propiedad se presenta el gráfico 8, con el fin de ver la utilización de dicho mecanismo en las distintas CC.AA. La primera conclusión a extraer es la gran concentración que experimentan las empresas españolas en todas las CC.AA. Como se puede observar en el gráfico no parece encontrarse un comportamiento homogéneo en la evolución de la concentración de la propiedad teniendo en cuenta la comunidad autónoma. Existen comunidades como es el caso de Baleares, Aragón o Navarra que experimentan un descenso en la concentración; sin embargo otras comunidades como Canarias o el País Vasco han llevado a cabo medidas de incrementos de concentración de la propiedad en sus empresas.

La Rioja País Vasco

Navarra

Murcia

Madrid

Galicia Extremadura

Com.Valenciana

Cataluña Castilla León

Castilla Mancha

1991 1994 2000

Cantabria

Canarias Baleares

Asturias Aragón

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0

Andalucía

Gráfico 8. Empresas con control efectivo según CC. AA.

En cuanto a la utilización del mecanismo de concentración de la propiedad teniendo en cuenta la oportunidad tecnológica del sector de actividad de las empresas analizadas, en el gráfico 9 se observa que, aquellas empresas que poseen una oportunidad tecnológica menor tienen una concentración mayor de su capital, si bien las empresas de oportunidad tecnológica media alta también poseen porcentajes elevados. A medida que transcurre el tiempo la concentración parece reducirse levemente en aquellas empresas con oportunidad

tecnológica menor, hecho que no parece ocurrir en las empresas con oportunidad tecnológica alta.

Gráfico 9. Empresas con control efectivo según oportunidad tecnológica del sector de actividad

1998 oport.alta oport.media oport.baja

1994

1991 80

85

90

95

100

Otros factores que podrían llegar a ser mecanismos de control Otro de los mecanismos más utilizados como control a la gestión de los directivos es la utilización de financiación externa. Este mecanismo es un mecanismo de control indirecto ya que no es la propiedad la que controla las acciones de los directivos, si no que se trata del que

Cuadro 1. Porcentaje de financiación en forma deuda sobre la financiación total, año 1994 Tamaño empresarial Media N Desv. Típ. <= 200 trabajadores 59,53% 1.173 0,244 >200 trabajadores 55,79% 594 0,212 1 To 58,27% 1.767 0,234 tal 8 En el gráfico 10 se realiza el estudio de la evolución del mecanismo de financiación en 9 forma de deuda teniendo en cuenta la forma jurídica . La totalidad de formas jurídicas utilizan fuertemente este mecanismo, siendo la empresa individual la que parece contar con un porcentaje menor de empresas con financiación en forma de deuda. Observamos como aun siendo muy elevado el porcentaje de empresas que utilizan la financiación externa éste ha experimentado un aumento considerable en la categoría cooperativa de trabajadores. Gráfico 10. Evolución del % de empresas con financiación en forma de deuda en función de la forma jurídica

Otras Coop.Trabajo SAL SL SA E.Individual

90

92

94 96 1994 1998 2000

98

100

Se observa, por tanto que prácticamente todas las empresas requieren financiación externa para realizar sus inversiones. La menor utilización de financiación externa por parte de la empresa individual en comparación con las otras formas jurídicas podría deberse a la debilidad de la estructura financiera de la empresa de reducida dimensión. De Obesso y Saiz (1999) destacan tres de los principales motivos de dicha debilidad: la rigidez del mercado español para incorporar recursos a largo plazo a la PYME, mientras que la gran empresa cuenta con mayores posibilidades de acceder a la Bolsa de valores o de captar capitales; el difícil acceso de las PYME a instrumentos de financiación alternativos a la bancaria, como la emisión de

9 La variable forma jurídica clasifica a las empresas teniendo en cuenta su forma legal. Las diferentes categorías que la componen son: empresa individual, sociedad limitada, sociedad anónima, sociedad anónima laboral, cooperativa de trabajo y otras.

empréstitos o pagarés, de coste inferior a los créditos y, por último, los mayores costes y menores períodos de amortización para las operaciones financieras tradicionales de las PYME. La dificultad de evaluar la viabilidad de los planes de inversión de la PYME se sustituye por la exigencia de garantía real o personal y primas de riesgo adicionales. Otro de los mecanismos que podría ser utilizado por las empresas para mitigar posibles problemas de asimetrías de la información sería la utilización del mercado bursátil o el mecanismo de cotización en bolsa. Como podemos ver en el gráfico 11, existe una diferencia notable en el porcentaje de empresas que deciden incorporarse al mercado bursátil teniendo en cuenta el tamaño empresarial. Se observa, como era de esperar, que las empresas de mayor tamaño poseen un porcentaje mayor de empresas que cotizan en el mercado bursátil aunque este porcentaje parece haber descendido a lo largo del tiempo. En cuanto a las empresas de tamaño menor se observa que aumenta el porcentaje de empresas que cotizan en el mercado bursátil pero hay que tener en cuenta que el porcentaje es muy reducido.

Gráfico 11. Porcentaje de empresas que cotizan en bolsa en función del tamaño empresarial 40 35 30 25 20 15 10 5 0 1990

1994

1999

2000

<=200 trabajadores >200 trabajadores

No obstante, tal como se ha comentado anteriormente, tanto la financiación en forma de deuda como la cotización en bolsa pueden no ser utilizados como mecanismos de control sino deberse a cuestiones puramente relacionadas con las fuentes de financiación de la empresa. 5.2 Estructura de propiedad e innovación en la empresa manufacturera española Teniendo en cuenta los objetivos del trabajo, a fin de analizar la actividad innovadora empresarial tanto por el lado del esfuerzo como del resultado, se ha procedido a la construcción de cuatro variables relacionadas con el proceso innovador en la empresa. La variable INNOV es una variable dicotómica que toma valor uno cuando la empresa lleva a cabo gastos de investigación y desarrollo en cada uno de los años y valor nulo en caso contrario. Mediante el uso de esta variable podremos analizar cuales son los determinantes de la decisión de llevar a cabo inversiones en innovación. Con el fin de analizar la intensidad en el

esfuerzo innovador llevado a cabo por la empresa se construye la variable EFFORT, variable que presenta la proporción de gastos de I+D por empleado realizados cada año en la empresa. En cuanto a las variables que describen el resultado innovador de la empresa, se construyen, siguiendo un procedimiento similar al del esfuerzo innovador, las variables RESULT y PAT. La variable RESULT sería una variable dicotómica que toma valor uno cuando la empresa decide proteger su resultado innovador mediante una patente o un modelo de utilidad, variable que además de mostrar el potencial innovador de la empresa nos da muestras de la preocupación por parte de la misma de protegerlo. Y por último, la variable PAT recoge el número de patentes y modelos de utilidad conseguidos por la empresa en cada uno de los años analizados. Dado que el objetivo principal de nuestro estudio es analizar la relación existente entre la estructura interna empresarial y las actividades innovadoras realizadas por la empresa, se ha procedido a la construcción de las variables presentadas a continuación para analizar la estructura de propiedad y de control de la empresa. La variable OWN se incorpora en el estudio para analizar cómo influye en la actividad innovadora empresarial la separación entre propiedad y control. Dicha variable recoge el porcentaje de propietarios o familiares en puestos de toma de decisiones sobre el total de empleados a final de año en la empresa. Esta variable explica la aplicación de la incorporación de propietarios en puestos de decisión en la empresa con el fin de paliar los problemas que surgen de la separación entre propiedad y control dentro de la misma. La separación de funciones implica una serie de ventajas, principalmente de especialización, que las empresas no pueden ignorar. Jensen y Meckling (1976) comentan que existen problemas de oportunismo, debido a que la información que poseen los inversores acerca de las actividades de la empresa normalmente es limitada o imprecisa, ellos tienen un incentivo en involucrar a las empresas en ratios de crecimientos cercanos al óptimo con el fin de maximizar el valor de la empresa. Cuando los directivos son los que controlan este tipo de recursos, aparece un riesgo de que se de un uso inadecuado o improductivo de los mismos. La solución a este conflicto pasa por incentivar a los directivos a que adopten decisiones similares a las que llevarían a cabo los propietarios y que no adopten proyectos con valores netos negativos.

Tal y como comentábamos en apartados anteriores, una de las características que más importancia tienen en la estructura de propiedad de la empresa es el grado de concentración de la propiedad. La variable SHARE muestra el efecto del porcentaje de participación del accionista mayoritario. Altas tasas de concentración de la propiedad en pocas manos actuará como mecanismo de control de los problemas de agencia nacidos por la no identidad de control y propiedad. Este mecanismo tiene asociada una serie de desventajas, debido al incremento del riesgo por parte de los propietarios, menor liquidez en mercado y menores oportunidades para negociar los valores empresariales.

Con el fin de analizar la influencia del control indirecto ejercido sobre las decisiones empresariales de la financiación externa o en forma de deuda, se incluye la variable DEBT la cual muestra la ratio de financiación en forma de deuda sobre la financiación total de la empresa. Algunos autores encuentran un efecto ambiguo en la utilización de financiación externa como mecanismo para solucionar los problemas de agencia (Hall, 1992; Chiao, 2002). Desde un punto de vista teórico, la teoría de los costes de transacción y la teoría de la agencia argumentan que la financiación con deuda puede desanimar a que se lleven a cabo actividades innovadoras. La teoría de los costes de transacción analiza el hecho que la intangibilidad y la especificidad de las inversiones tecnológicas aumenta los costes de transacción y disuade el llevarse a cabo la financiación con deuda. La teoría de la agencia muestra que el alto riesgo de ese tipo de actividades y la aparición de asimetrías informativas causan problemas con la financiación en forma de deuda (en Galende y De la Fuente, 2003). Un aumento en el nivel del endeudamiento puede llevar a que se incrementen los conflictos entre los tenedores de la deuda y los accionistas. Sin embargo, este aumento puede llevar a que se mitiguen las diferencias entre los accionistas internos y externos y la dirección de la empresa, además de incrementar la información disponible para llevar a cabo previsiones de la actividad económica. Jensen y Meckling (1976) argumentan que la financiación en forma de deuda podría llevar a que se adoptaran inversiones con un riesgo excesivo. Según ellos, los accionistas preferirán cubrir los gastos de inversiones arriesgadas con financiación externa debido a que el resultado final recaerá sobre los tenedores de la deuda. En cambio, los tenedores de la deuda no

ofrecerán financiación para proyectos arriesgados con el fin de recuperar al final el valor de su contribución.

Para observar el efecto del control externo ejercido por el mercado bursátil se analizará la variable dicotómica STOCK, variable que toma valor la unidad cuando la empresa cotiza en bolsa y valor nulo en caso contrario.

Por último, se incluyen dos variables para analizar el efecto que tiene poseer una composición de la propiedad de naturaleza extranjera o pública. Así se incluyen dos variables dicotómicas EXT y PUB, que toman el valor uno cuando la empresa posee participación de capital extranjero o público y valor nulo en caso contrario.

De forma adicional y siguiendo los estudios relacionados con la temática de la innovación empresarial se incorporan las variables más analizadas en estudios de esta literatura. El análisis del tamaño empresarial, aproximado por la variable SIZE construida con la información del número de empleados de la empresa a 31 de diciembre del año analizado. El análisis de la influencia de la edad o madurez empresarial, mediante la variable AGE que se construye con los años de la empresa desde su constitución. El efecto de la oportunidad tecnológica del sector de actividad al que pertenece la empresa, que se analiza con la inclusión de dos variables dicotómicas que toman valor la unidad si la empresa pertenece a un sector que cuenta con una alta oportunidad tecnológica (HIGH) o una baja oportunidad tecnológica (LOW) y valor nulo en caso contrario. Como se puede observar se ha excluido del análisis la variable dicotómica que clasifica a las empresas de oportunidad tecnológica media con el fin de que no existan problemas de multicolinealidad. Y por último, dada la importancia de la estructura del mercado en el que opera la empresa, se ha incluido la variable dicotómica MARKET, que tomará el valor la unidad cuando la empresa posea un ámbito geográfico del mercado principal nacional o extranjero y nulo cuando el ámbito geográfico sea menor al ámbito nacional.

En el cuadro 2 se ofrecen algunos estadísticos descriptivos de las variables cuantitativas del estudio. Se observa como la media de la concentración del capital en manos de un propietario (SHARE) se va haciendo mayor con el paso del tiempo, si bien la dispersión de la misma también aumenta, con lo que se puede pensar que algunas empresas decidieron pasar de controles más difusos a controles algo más efectivos como posible mecanismo de control ante problemas de agencia entre la propiedad y el control, pero de forma muy ligera.

Se observa también que con el paso del tiempo se produce un incremento, aunque muy leve, del porcentaje de capital extranjero, es decir, cada vez tiene mayor peso en los capitales de las empresas españolas las participaciones de propiedad extranjera, lo cual también podría tener efecto en los resultados empresariales de las mismas. En cambio, se observa que el porcentaje de capital público decrece con el paso del tiempo, debido a los procesos de privatizaciones sufridos en los últimos años en la economía española. En cuanto a la variable OWN, variable que recoge la identidad entre propiedad y control, se observa que parece haber experimentado un descenso el porcentaje de propietarios en puestos de control. Hay que tener en cuenta que esta variable puede no explicar del todo lo que pretendemos medir, dado que puede ser que se estén considerando propietarios a todas las personas que poseen capital en la empresa. De hecho, uno de los mecanismos de control para evitar problemas de agencia es la dotación al manager de parte de las acciones de la firma, para establecer un vínculo entre la dirección y la propiedad. Este vínculo podría actuar sobre la dirección como una posible motivación, de forma que ésta pueda llegar a actuar con criterios semejantes a los que actuaría el propietario, es decir, intentando llevar a cabo la maximización del beneficio, sin incurrir en sobre-inversiones o inversiones demasiado arriesgadas que pudiesen poner en peligro la vida de la empresa. Con respecto a la variable DEBT, que recoge el porcentaje de financiación externa con respecto a la financiación total, se observa que sufre un aumento leve con el paso del tiempo. Destaca el bajo valor de la media en la variable ESF, que recoge los gastos de I+D por trabajador en el año analizado. Ello nos da muestras del bajo esfuerzo que realizan las empresas españolas en inversión en I+D, si bien se observa un incremento considerable en el tiempo. En cuanto a la media del tamaño y la edad de las empresas consideradas, cabe destacar el hecho de que estamos hablando de empresas de gran tamaño (278 trabajadores de media), que se ha mantenido prácticamente estable con el paso del tiempo, y con una media de edad de 23 años. Por último, con respecto a este cuadro destacar el valor nulo de la mediana en muchas de las variables de nuestro estudio, lo que nos da muestras de la gran homogeneidad de las empresas españolas, principalmente en el caso de las variables de estructura de propiedad (SHARE, EXT, PUB y OWN). En cuanto a las medianas de las otras variables es destacable el bajo valor de la mediana en las variables tamaño y esfuerzo innovador muy por debajo de los valores medios de dichas variables. En lo que se refiere a las variables de tipo cualitativo, los cuadros 3 y 4 presentan los porcentajes de empresas que afirman llevar a cabo inversión en I+D (cuadro 3) y registrar resultados de la I+D (cuadro 4) para cada categoría y en los años analizados.

Los resultados del cuadro 3 ponen de manifiesto, a nivel general, que las empresas que sí realizan inversiones en I+D son un porcentaje reducido del total de empresas, aunque este porcentaje aumenta con el paso del tiempo. Respecto a la variable forma jurídica (FORM) los resultados más destacables son las diferencias entre las categorías, destacando como categorías con mayor porcentaje en gastos de I+D las sociedades anónimas y las cooperativas de trabajo, observándose un gran aumento del porcentaje de esta última categoría entre los dos años analizados. Este tipo de formas jurídicas tienen presumiblemente una separación entre la propiedad y el control debido a la gran dispersión de la propiedad, y como argumentaba Jensen (1986), las actuaciones de los administradores tienden a la reinversión de los recursos generados antes que al retorno a los accionistas. Comparando los dos años analizados, destaca la reducción del porcentaje en la categoría “empresa individual” hecho que no ocurre con las demás categorías que aumentan su porcentaje en el año 2000. En cuanto a la variable que nos indica si la empresa cotiza o no en bolsa (COTIZ), destaca el hecho de que prácticamente el total de las empresas que cotizan en bolsa realizan inversiones en innovación. Por otra parte, como era de esperar la categoría de la variable oportunidad tecnológica (OPORT) que presenta un mayor porcentaje de inversión en I+D es la categoría “oportunidad tecnológica alta”, obteniéndose que la mitad de las empresas de dicha categoría tienen gastos de I+D. Por último, el cuadro muestra el análisis para el ámbito geográfico del mercado principal (MARKET). Se observa cómo a medida que aumenta el ámbito geográfico el porcentaje de empresas que realizan inversión en innovación aumenta. Comparando los dos años analizados, vemos que no se produce un incremento en todas las categorías de esta variable como ocurría en la mayoría de las otras variables analizadas en el cuadro. Así en los ámbitos geográficos más amplios “conjunto nacional”, “extranjero” y “España y extranjero” en lugar de experimentar un aumento del porcentaje, como en principio cabría esperar, se produce un descenso del mismo.

Si analizamos el cuadro 4 en el que se presenta el porcentaje de empresas que afirman haber obtenido un resultado formalizado de la innovación realizada, destaca el reducido porcentaje de empresas que registran patentes, patentes en el extranjero o modelos de utilidad en los años analizados, si bien el mismo experimenta un leve aumento con el paso del tiempo. En cuanto a las distintas categorías de empresas analizadas, en relación a la variable forma jurídica (FORM) destaca el hecho de que la categoría “empresa individual” presente un porcentaje nulo para los dos años analizados. Los mayores porcentajes los encontramos en las categorías “sociedad anónima” y “cooperativa de trabajo” para los dos años analizados. Como comentario adicional en cuanto a la variable FORM destaca que todas las categorías, excepto la “sociedad limitada”, experimentan un aumento de empresas con resultado innovador con el paso del tiempo. Con respecto a la variable que nos indica si la empresa cotiza o no en bolsa (COTIZ), destaca la diferencia de los porcentajes en los dos años analizados, si bien en los dos años las empresas que no cotizan en bolsa tienen un porcentaje reducido, es interesante observar el gran aumento que experimenta el porcentaje de aquellas empresas que cotizan en bolsa y obtienen un resultado formalizado de la innovación realizada con el paso del tiempo. Prácticamente la totalidad de empresas que pertenecen a esta categoría obtienen un resultado de la innovación realizada en el año 2000. Como era de esperar e igual que ocurría en el cuadro 3 (gastos de I+D) los porcentajes en relación a la variable oportunidad tecnológica del sector (OPORT) aumentan a medida que aumenta dicha oportunidad tecnológica, es decir, la categoría que presenta un mayor porcentaje de empresas con resultados de la innovación es “sector oportunidad tecnológica alta”. Con respecto a la comparación entre los años analizados, aunque aumenta el porcentaje para la categoría inferior a lo largo del tiempo, no es así para las categorías superiores. Por último, en relación al ámbito geográfico del mercado principal (MARKET), destaca que la categoría menor “ámbito geográfico local” presentaría un porcentaje mayor que la siguiente a ella “provincial” y lo mismo ocurre con la categoría “extranjero” y la inmediatamente superior “España y extranjero”. Destaca, como era de esperar, que a

lo largo del tiempo estos porcentajes aumentan para cada una de las categorías analizadas, excepto para las categorías “ámbito geográfico regional” y “ámbito geográfico nacional”. 6. METODOLOGÍA ECONOMÉTRICA Dado que nuestro objetivo se centra en el análisis del impacto que diferentes variables que describen la estructura de propiedad y de control pueden tener sobre la inversión de I+D y sobre el resultado conseguido de la misma, deberemos tener en cuenta diferentes modelos a la hora de analizar cada uno de estos dos aspectos de las actividades innovadoras empresariales. 6.1. Modelos para analizar la probabilidad de llevar a cabo inversiones en I+D Aunque existen muchos estudios que contienen modelos que analizan los determinantes de la decisión de invertir en I+D a nivel empresarial (Beneito, 2003; Crépon et al., 1996; Dixon y Seddighi, 1996; Galende y Suárez, 1999; Geroski y Pomroy, 1990; Love et al., 1996; entre otros), hay muy pocos que incluyan variables relacionadas con la estructura de propiedad y control de la empresa. Nuestro primer modelo se centra en el análisis de la decisión de llevar a cabo inversiones de I+D. Dada la naturaleza dicotómica de la variable dependiente se estima un modelo de elección discreta que relaciona la estructura interna de la empresa y la innovación llevada a cabo por la misma. Los principales modelos utilizados para este tipo de estudios son los modelos probabilísticos y logísticos. Dado que las conclusiones de nuestro estudio serían las mismas para los dos modelos se comentará únicamente el procedimiento del cálculo del modelo probabilístico dirigiendo al lector a un manual econométrico para la metodología del modelo logístico (Wooldridge, 2001; Greene, 2003). Asimismo, dada la utilización de un panel de datos, será necesario estimar dichos modelos en un entorno de datos de panel. El modelo probit para datos de panel puede ser formulado como (Greene, 2003):

La aplicación de modelos no lineales mediante el tratamiento de efectos fijos se ha intentado evitar a menudo por dos razones, una de tipo metodológica y una práctica (Greene, 2001). La razón metodológica se centra en el conocido problema de los parámetros incidentales, problema que puede llevar a que el estimador sea inconsistente (Arellano, 2003), dado que los estimadores de efectos fijos reducen gravemente el número de grados de libertad y pueden introducir un importante sesgo por los errores de medida (Hausman y Griliches, 1986). Por otro lado existe una razón de tipo práctico, que se debe a que la incorporación de un elevado número de parámetros fruto del tratamiento de efectos fijos puede llevar a que el cálculo de los parámetros del modelo sea prácticamente imposible en muchos casos. Además, Wooldridge (2001) explica que en casos donde las variables explicativas no varían mucho a lo largo del tiempo, la estimación mediante efectos fijos o primeras diferencias podrían llevarnos a estimaciones imprecisas. De forma adicional, la utilización de efectos aleatorios cuando se está muestreando una población elevada de empresas parece ser razonable por el hecho que la especificación de efectos aleatorios asume que los términos constantes individuales están distribuidos aleatoriamente entre las diferentes observaciones transversales (Greene, 2000). Por esta razón, algunos trabajos previos relacionados con la I+D adoptan la estimación mediante efectos aleatorios (Muriani y Oriani, 2002; Barrios et al., 2003; Mañez et al., 2004). Por las razones antes presentadas hemos implementado un modelo probit de efectos aleatorios. Por construcción, la especificación de efectos aleatorios asume que los efectos individuales están incorrelacionados con los demás regresores, por lo que la especificación que se asume para el término de error es la siguiente:

El modelo probit se estima utilizando el método de máxima verosimilitud10. En este tipo de

modelos, mientras que los parámetros no son fáciles de interpretar sus signos muestran la dirección del efecto causado por las variables explicativas sobre la variable dependiente, mientras que los cocientes entre los valores estimados de dos parámetros miden la importancia relativa de los efectos que las variables explicativas asociadas a dichos parámetros tienen sobre la probabilidad de escoger la alternativa Yi=1. Debido a esta propiedad, si bien los coeficientes de un modelo de elección discreta no son directamente interpretables, sus valores relativos sí lo son. En cuanto a la interpretación del signo de los parámetros, si j es positivo, entonces entenderemos que la variable que acompaña tiene un efecto que hace que sus aumentos impliquen aumentos en la probabilidad de escoger la opción 1. Mientras que, si el parámetro estimado es negativo, entonces querrá decir que aumentos de la variable explicativa que acompaña implican disminuciones de la probabilidad que la variable dependiente valga 1. No se puede hablar de la magnitud de los parámetros, ya que el impacto o el efecto de incrementos de las variables explicativas implican incrementos en la probabilidad estimada de escoger la alternativa 1, pero estos aumentos son más o menos intensos dependiendo del valor inicial de la variable explicativa. La interpretación más generalizada que se hace de los resultados obtenidos de estas estimaciones consiste en el cálculo de los llamados “Odds-ratio” los cuales se obtienen a partir del cálculo: exp( i), expresión que permite interpretar cada parámetro como el incremento en la probabilidad de que la variable explicada tome el valor de 1 frente a un incremento marginal de la variable explicativa. Si se desea analizar el incremento en esta probabilidad ante un incremento de más de una unidad de la variable explicativa será necesario elevar la expresión anterior a una potencia igual al número de unidades de incremento que se desea estudiar. Por 10 La estimación que se ha adoptado es la estimación de máxima verosimilitud explicada en Butler y Moffitt (1982). lo tanto, si se eleva a la unidad indica el cambio relativo que experimenta el cociente de probabilidades cuando la variable explicativa asociada aumenta una unidad. Por último, análogamente al resto de modelos econométricos, se pueden hacer contrastes sobre la significación individual de los parámetros. En los modelos logísticos, el estadístico de Wald, análogo al t-test utilizado en los modelos de regresión lineal, es comúnmente utilizado para contrastar la hipótesis nula de que uno o varios coeficientes del modelo son iguales a cero. La expresión que permite calcular el estadístico de Wald es:

Obtenido a partir de la comparación de la estimación máximo verosímil de la pendiente i

del parámetro con la estimación de su error estándar del test de Wald bajo la hipótesis nula sigue una distribución libertad.

El comportamiento -cuadrado con un grado de

Teniendo en cuenta las hipótesis que nosotros queremos contrastar, el modelo que se acabará estimando seguirá la expresión siguiente:

Como variable dependiente se incorpora la variable de input innovador INNOV, que como hemos visto anteriormente se trata de una variable dicotómica que toma valor uno cuando la empresa lleva a cabo gastos de investigación y desarrollo en cada uno de los años y valor nulo en caso contrario. Mediante el uso de esta variable podremos analizar cuales son los determinantes de la decisión de llevar a cabo inversiones en innovación. Entre los determinantes analizados se introducen, además de las variables antes comentadas que explican la estructura de propiedad y control de la empresa, variables relacionadas con la estructura interna empresarial. Con respecto al efecto del tamaño, el

estudio de Schumpeter (1942) ya sugería que existe un efecto positivo del tamaño en este tipo de análisis. Existen trabajos de tipo teórico que argumentan el hecho que las empresas de mayor tamaño poseen ventajas sobre las de menor, como es el hecho de la obtención de economías de escala, la disminución del riesgo debido a la posibilidad de diversificar, un mayor mercado y aumentos en las oportunidades de apropiabilidad (Fernández, 1996). A pesar de la unanimidad de los trabajos teóricos, se observa una gran disparidad en los resultados desde un punto de vista empírico. Existen trabajos que encuentran una relación positiva del tamaño empresarial y la innovación (Cohen y Kleeper, 1996; Love et al., 1990; Scherer, 1992; Scherer y Ross, 1990; entre otros muchos), pero también se encuentran otros trabajos que no han podido encontrar una influencia significativa (Acs et al., 1991; Mansfield, 1964; entre otros). La variable edad también ha sido uno de los determinantes más analizados en la literatura. La edad de la empresa es una posible medida de la capacidad organizativa. Dicha variable representa la experiencia y el conocimiento acumulado a lo largo de la historia y esta relacionada con una mayor capacidad de absorción y una mejor comunicación en la dirección (Galende y De la Fuente, 2003). Esta variable se utiliza en muchos casos como medida de la experiencia adquirida en la empresa debido al aprendizaje que se adquiere a lo largo de la vida. Y por último, dada la importancia de la estructura del mercado en el que opera la empresa, se ha incluido la variable dicotómica MARKET. Esta variable muestra el efecto que tiene la decisión por parte de la empresa de expandir su mercado a un ámbito geográfico mayor sobre la actividad innovadora realizada. Esta variable también explica el efecto que tiene la demanda de mercado en las decisiones relacionadas con el proceso innovador y las diferentes tipos de competencia a la que se enfrenta dependiendo si el mercado posee un ámbito geográfico superior al mercado nacional. La literatura empírica en muchas ocasiones aproxima está idea analizando el efecto de la actividad exportadora sobre las actividades de innovación realizadas. 6.2. Modelos para analizar la intensidad de esfuerzo en I+D El segundo modelo analiza el esfuerzo de la inversión en I+D por empleado, el cual se mide mediante la ratio gastos de I+D totales entre número de empleados a 31 de diciembre (EFFORT). Debido al hecho que la variable dependiente es de tipo continuo y truncada se acaba optando por implementar un modelo de tipo Tobit, que como en otros muchos artículos suele utilizarse para analizar los determinantes de los gastos en I+D (Beneito, 2003; Cohen y Klepper, 1996; Cohen et al., 1987; Crépon et al., 1998). El caso más estándar de este modelo, típico para gastos ya que éstos no pueden tomar valor negativo y debido a que los datos observados presentan gran cantidad de ceros, se llevó a cabo mediante la adaptación del mismo bajo la estructura de datos panel con efectos aleatorios:

Teniendo en cuenta las hipótesis que se pretenden analizar, se acaba desarrollando el modelo siguiente:

el cual contiene las mismas variables explicativas que las incorporadas en el modelo anterior.

6.3. Modelos para analizar la probabilidad de obtener un resultado formalizado de I+D

Con el fin de analizar la decisión por parte de la dirección de la empresa de proteger los resultados conseguidos de las actividades de innovación realizadas en la empresa, se estima un modelo de elección discreta para datos de panel que tiene por variable dependiente la variable dicotómica RESULT. Dicha variable tomará el valor la unidad cuando la empresa haya obtenido a lo largo del año analizado al menos una patente o un modelo de utilidad y valor nulo en el caso contrario. Sabemos que existen muchas empresas en las que, aun habiendo conseguido innovaciones a lo largo de su vida, éstas no acaban materializándose en patentes; de ahí que se utilice la información acerca de la protección con modelos de utilidad que ofrece la ESEE. El hecho de introducir esta información hace posible que se incorporen al análisis aquellas empresas que debido a su dimensión o a sus capacidades no pueden optar a asumir el coste de proteger sus innovaciones con patentes y deben hacerlo mediante la protección no tan fuerte de los modelos de utilidad. A pesar de todo ello somos conscientes de que la mayoría de empresas a lo largo de los ejercicios llevan a cabo innovaciones de tipo incremental las cuales en muchos casos son muy difíciles de captar con la información que ofrecen las encuestas, por lo que la variable utilizada probablemente esté subvalorando los resultados innovadores de muchas empresas. Teniendo en cuenta la naturaleza binaria de la variable endógena y las hipótesis que queremos estimar, el modelo a estimar será el siguiente modelo probit:

Las variables explicativas del modelo son las mismas que las que se han incorporado en los modelos presentados previamente, si bien añadiendo la variable EFFORT que recoge el esfuerzo innovador de la empresa. 6.4. Modelos para analizar la intensidad de los resultados formalizados de la I+D Finalmente, el cuarto modelo implementado en nuestro estudio está centrado en el análisis del output de I+D y está basado en los trabajos desarrollados por Griliches. La Función de Producción de Conocimientos fue originalmente desarrollada por Griliches (1979,1986) y es visualizada como un función de tipo Cobb-Douglas que incluye diferentes factores de producción de conocimientos como son los gastos de I+D llevados a cabo por la empresa (Pakes y Griliches, 1984; Hausman et al., 1984; Acs y Audretsch, 1988; Crépon y Duguet, 1997; Blundell et al., 1995). Específicamente, el modelo básico que consideramos relaciona el output de innovación de la empresa, medido como el número de patentes y modelos de utilidad, con los inputs de innovación y desarrollo en la misma empresa mediante una función de producción de conocimientos. Nosotros modificamos ligeramente esta función de producción por lo que el incremento del resultado innovador depende de un número de factores relacionados con las características internas de la empresa además de algunas cuestiones relacionadas con las variables de estructura de propiedad. Para calcular el impacto de dichos determinantes en el número de patentes y modelos de utilidad conseguidos por la empresa debe tener en cuenta la naturaleza discreta de la variable dependiente. Adicionalmente debe tenerse en cuenta que, dada la incertidumbre de las actividades de investigación y desarrollo, asumir el coste de la protección de los resultados obtenidos por la misma en ocasiones es un gasto que muchas empresas no llevan a cabo, de ahí que nos encontremos con una presencia importante de ceros en la variable dependiente (patentes y modelos de utilidad). Debido a estos problemas, el uso de modelos lineales convencionales puede ser inapropiado, dado que las fuertes imposiciones del modelo lineal en cuanto a la normalidad de los residuos no se darían en este caso. La forma más usual de realizar las estimaciones de este tipo de modelos que poseen una variable dependiente discreta y no negativa es estimar un modelo para datos de recuento. Uno de los modelos para datos de recuento más comúnmente aplicados es el modelo de regresión Poisson, en donde el número de eventos, teniendo en cuenta una serie de regresores X, se aproxima mediante el uso de una función de densidad con una distribución de tipo Poisson. Siguiendo el trabajo realizado por Hausman, Hall y Griliches (1984) o el manual de Cameron y Trivedi (1998) podríamos formular el modelo poisson con datos de panel como el siguiente:

donde wi es el peso que se le da a i en el panel, si no especificamos ningún peso wi es igual a la unidad. Además para tener en cuenta el problema de la sobredispersión en los datos observados, se ha pasado ha estimar un modelo negativo binomial. Teniendo en cuenta las características de la variable dependiente y las variables explicativas a incluir que lleva a cabo la estimación bajo las técnicas antes explicadas del siguiente modelo:

7. RESULTADOS

En el presente apartado se procede a comentar los resultados obtenidos de las regresiones implementadas siguiendo los modelos teóricos expuestos con anterioridad. Dichas regresiones evaluarán el efecto que diferentes variables que caracterizan la estructura interna de la empresa (tamaño, edad, concentración del capital, nivel de oportunidad tecnológica, entre otras) tienen sobre la decisión de llevar a cabo inversiones en I+D y sobre el resultado innovador obtenido. 7.1. Modelos de decisión de llevar a cabo inversiones en I+D El modelo de decisión de invertir en I+D analiza el comportamiento que ciertas variables internas y de estructura de propiedad - control tienen sobre las decisiones de llevar a cabo inversiones en I+D (INNOV). El cuadro 5 muestra los resultados obtenidos de la estimación del modelo logístico y probabilístico que explica la decisión de incurrir en gastos de I+D para una muestra de empresas manufactureras españolas en los años comprendidos entre 1994 y 2001. Como se puede observar los resultados de las dos estimaciones implementadas son muy similares es por ello que comentaremos los resultados de los mismos de forma global. El principal comentario a resaltar es el importante papel explicativo de las variables internas empresariales relativas a la estructura de propiedad y al tipo de control en la 11 actividad innovadora de las empresas . Respecto a la variable que recoge la identidad entre propiedad y control (OWN), los resultados apuntan a que cuanto mayor es el porcentaje de propietarios o de familiares en puestos de dirección con respecto al total de empleados, menor es la probabilidad de que se lleven a cabo gastos en I+D. Esto nos está indicando que el hecho que se dé una identidad entre propiedad y control hace que descienda la probabilidad de incurrir en gastos de I+D. Esta unión de funciones trae consigo una serie de desventajas, fundamentalmente de falta de especialización, a las que el contexto empresarial no puede ser ajeno. Cuando los directivos son los que controlan este tipo de recursos, existe el riesgo de que se produzca un uso improductivo o inadecuado de los mismos. La solución a este tipo de conflicto ha de pasar necesariamente por incentivar al gerente a la distribución de estos recursos frente a su inversión en proyectos de valor actual neto negativo. Para garantizar este tipo de conducta, el equipo directivo tiene a su disposición dos instrumentos fundamentales: por un lado, un incremento de la financiación en forma de deuda que obliga al gerente a liberar los recursos libres que la empresa ha generado; y por otro, un mayor control por parte de los inversores ejercido a través de una concentración de la propiedad (instrumento utilizado como hemos visto en la industria española que actúa como mecanismo de vigilancia sobre el mal uso que la dirección puede realizar de dichos recursos). En este último caso, la participación de la dirección en el capital de la sociedad puede también contribuir a poner coto a las políticas subóptimas de inversión. 11 La significatividad de las variables se ha llevado a cabo mediante el estadístico Wald, el cual nos permite examinar y comparar con la hipótesis nula de que el coeficiente sea nulo.

La variable que muestra la concentración en la propiedad (SHARE) es significativa y de parámetro negativo, por lo que a mayor concentración del capital en manos de pocas personas, menor probabilidad de incurrir en gastos de I+D. La relación entre la concentración de la propiedad y la innovación ha sido comentada a nivel teórico por diferentes autores (Galve y Salas, 1993; Leech y Leahy, 1991), encontrándose sólo el artículo de Andrés et al. (2000) que analiza esta relación a nivel empírico y para el caso español llegando a las mismas conclusiones que nosotros. Nuestro resultado estaría en línea con dos ideas diferentes. Por un lado, la concentración de la propiedad en manos de pocos accionistas puede hacer que dado el poder de los mismos la acción de los directivos responsables en tomar decisiones de inversión se vea en cierta manera limitada. Esto podría llevar a un impacto negativo en la toma de decisiones que implicasen un cierto riesgo para la empresa, como las decisiones de inversión relativas al proceso innovador, aunque este tipo de decisiones sean de gran importancia para las oportunidades de crecimiento empresarial. Por lo tanto, se podría entender que la concentración de la propiedad en pocas manos podría suponer un tope al crecimiento empresarial, y según nuestros resultados también puede suponer un freno a la adopción de inversiones en investigación y desarrollo. Por otro lado, a mayor concentración de la propiedad, menor es el riesgo que los propietarios están dispuestos a asumir, dado que ello implica un mayor riesgo en menos manos. En otras palabras, la empresa no estará en condiciones de asumir proyectos arriesgados como los concernientes a las actividades innovadoras. La variable que intenta medir el efecto del mecanismo de la financiación en forma de deuda utilizado para controlar las actividades de inversión llevadas a cabo por el gerente (DEBT) es significativa en la decisión de llevar a cabo inversiones en gastos de I+D y con parámetro negativo, mostrando que la probabilidad de incurrir en gastos de I+D es menor cuando la empresa posee altas ratios de deuda. Nuestro resultado estaría en línea con la teoría que predice que las empresas con altas ratios de deuda tienden a reducir sus gastos relacionados con las actividades innovadoras, porque los gastos en I+D pueden evaporarse en épocas de problemas financieros. Existe evidencia empírica que muestra esta influencia negativa (Hall, 1990, 1992; Giudici and Paleari, 2000; Chiao, 2002). Entre los trabajos realizados para el conjunto español, el de Azofra et al. (1995) también obtiene una relación negativa entre endeudamiento y ratio de valoración. Se observa en este estudio como aquellas empresas con activos intangibles o con buenas oportunidades de crecimiento y, consiguientemente, superiores ratios de valoración, tienden a recurrir en menor medida al endeudamiento; de igual forma, una valoración positiva por parte del mercado es sinónimo de una elevada capacidad de recursos internos y, por lo tanto, permite prescindir de la financiación ajena.

En cuanto a la variable que recoge si la empresa cotiza o no cotiza en Bolsa (COTIZ), se observa que resulta significativa y con parámetro positivo, lo que nos mostraría que aquellas empresas que cotizan en el mercado de valores tienen mayor probabilidad de llevar a cabo inversiones relacionadas con el proceso innovador en la empresa.

Para analizar con más detalle como influye la naturaleza de la propiedad sobre la probabilidad de llevar a cabo inversiones relacionadas con la I+D en la empresa, se ha llevado a cabo el análisis del modelo 1 bis, el cual incluye dos variables explicativas adicionales, que la empresa posea propiedad extranjera (EXT) y que la propiedad sea pública (PUB). Podemos observar como el efecto de este tipo de variables es significativo y positivo. La explicación se podría encontrar que en los dos casos nos encontraríamos con un tipo de propiedad que no posee un control directo sobre la actuación del directivo, ya que en los dos casos se tratan en la mayoría de casos de propietarios que dejarán en manos de la dirección cualquier tipo de decisiones, no teniendo ésta sobre sus espaldas la asunción del riesgo y sabiendo (dada su mayor experiencia) que para las oportunidades de crecimiento empresarial resulta sumamente importante el llevar a cabo inversiones en innovación, por lo que decidirá llevarlas a cabo. Este resultado es similar al obtenido por los autores Buesa y Molero (1996), que realizan un estudio para una muestra de empresas madrileñas, donde la probabilidad de llevar a cabo innovación era mayor en el colectivo de empresas que poseían un control extranjero o público.

Con respecto a las variables que la literatura define como de estructura interna, se observa a grandes rasgos como son significativas y con los signos que cabría esperar dada la literatura existente para este tipo de análisis. Como era de esperar, tanto el tamaño (SIZE) como la edad (AGE) de la empresa presentan un parámetro significativo y positivo, por lo que se concluye que a mayor tamaño y mayor edad de la empresa, mayor probabilidad de incurrir en gastos de

I+D. Este resultado es acorde a los obtenidos por muchos autores. Respecto al tamaño empresarial, nuestro resultado muestra la influencia apuntada por Schumpeter (1942), y otros estudios con un resultado positivo en la relación entre tamaño e innovación (Scherer, 1992; Scherer y Ross, 1990; Love et al., 1990; Cohen y Kleeper, 1996; Crépon et al., 1998; entre otros). Para el caso español, existen muchos estudios que confirman el efecto positivo del tamaño sobre la innovación empresarial (Beneito, 2002, 2003; Busom, 1993; Fariñas y Huergo, 1999; Gumbau, 1994, 1997; Labeaga y Martinez-Ros, 1994; Molero y Buesa, 1996; entre otros) los cuales han llegado a la misma conclusión que Schumpeter, especialmente en el caso de los sectores manufactureros. Existen trabajos teóricos que argumentan que las empresas de mayor tamaño cuentan con potencialidades como son la obtención de economías de escala, la disminución del riesgo, mayor mercado o mayores posibilidades de apropiación (Fernández, 1996) que avalarían el resultado obtenido.

La variable edad (AGE) también ha sido uno de los determinantes más contrastados por la literatura llegando en la mayoría de las ocasiones a la conclusión extraída por nosotros, de que a mayor edad empresarial mayor probabilidad de incurrir en gastos de I+D. Se trata de una variable que se usa comúnmente para medir la experiencia y el aprendizaje de las empresas, factores relacionados con los recursos organizativos y la experiencia y el conocimiento acumulado. Existen algunos autores que verifican el impacto positivo de la edad sobre la actividad innovadora para el caso español (Busom, 1993; Gumbau, 1997; y otros). Sin embargo, existe un trabajo de Molero y Buesa (1996) el que nos muestra como las empresas de menor edad dedican más recursos a la innovación, por lo que algunos resultados contrarios podrían ser encontrados en la literatura.

En cuanto a la variable oportunidad tecnológica del sector se observa como aquellas empresas que presentan una oportunidad tecnológica baja (LOW) tienen menor probabilidad de llevar a cabo I+D que las de la variable dicotómica omitida (oportunidad tecnológica media) y por el contrario, resultado que era en principio esperable, las de mayor oportunidad tecnológica (HIGH) poseen una probabilidad mayor de incurrir en gastos de I+D. Muchos autores han obtenido también estas mismas conclusiones: la pertenencia a un sector de actividad de complejidad tecnológica alta es determinante a la hora de innovar (por ejemplo, Scherer, 1965; Kraft, 1989; Cohen y Levin, 1989; Paricio, 1993; Gumbau, 1994, 1997; Coronado y Acosta, 1999). Por último, la variable que refleja el ámbito geográfico del mercado principal en el que opera la empresa (MARKET) recoge el efecto que sobre la decisión de invertir puede tener el hecho de que una empresa haya decidido ampliar su mercado a un ámbito mayor. Esta variable recoge diferentes cuestiones. En primer lugar, nos encontramos con el hecho de que las empresas que se clasifican en las categorías de mayor ámbito geográfico (nacional y extranjero), en principio, se tratarían de empresas de mayor tamaño e incluso que pertenecen a una etapa de madurez mayor. Adicionalmente, esta variable recoge el efecto de la demanda sobre las decisiones de invertir en mejorar el producto, de forma que en ámbitos geográficos superiores 12 iguales al ámbito nacional, son determinantes las innovaciones de producto . Juegan un importante papel aquí las condiciones de enfrentarse a un ámbito geográfico mayor: la competencia internacional es más diversa y difícil que la de ámbitos geográficos más reducidos, debiendo mejorar sus capacidades internas a través de gastos de publicidad o innovación más arriesgados con el fin de conseguir una cuota de mercado segura. Observamos que se trata de una variable significativa y con parámetro positivo. Este resultado corrobora el obtenido en otros estudios como el de Dixon y Seddighi (1996), Mansfield (1981,1986), Geroski (1990), Love et al. (1996) y Gumbau (1997), Crépon et al. (1998). Finalmente, comentar que los estadísticos obtenidos nos muestran la necesidad de la utilización de un panel de datos en la que se tiene en cuenta la heterogeneidad existente tanto entre las empresas como entre los años analizados en contra de la estimación de todas las observaciones como un pool de datos. Este parámetro que recoge el porcentaje de la varianza total explicado por la componente de varianza a nivel de estructura de panel. De forma complementaria, se ha incluido el test basado en el logaritmo de la razón de verosimilitud para el parámetro =0, el cual nos compara el modelo estimado tomando o no las observaciones sin tener en cuenta su estructura de panel como se puede observar es claramente significativo lo que nos ratifica la adecuación de la estimación empleada.

7.2. Modelos de intensidad de esfuerzo en I+D El modelo de intensidad de esfuerzo en innovación, analiza el efecto que ciertas variables internas a la empresa tiene sobre la intensidad de la inversión en investigación y desarrollo por trabajador de la empresa (modelo 2). Este modelo se ha estimado como un modelo de variable dependiente censurada, debido a la especial característica de la variable inversión la cual no puede tomar valores negativos. Es destacable la gran significatividad 2 del estadístico de la para el conjunto de las variables incluidas en la ecuación, la cual nos da muestras de su gran potencial predictivo13. Los resultados se muestran en el cuadro 6. En cuanto a las variables relacionadas con la estructura de propiedad de la empresa observamos como en la mayoría de casos se confirman los resultados obtenidos en los 12 Este aspecto se incorpora en el estudio de González y Jaumandreu (1998) que estudian las decisiones de llevar a cabo innovaciones de producto para una muestra de empresas españolas. 13 El estadístico 2 contrasta la hipótesis nula consistente en que los coeficientes de las variables incluidas en el modelo sean nulos. Nos muestra la diferencia entre el logaritmo de las funciones de verosimilitud de todo el modelo y el modelo que solo incluye el término constante. modelos de decisión (Modelos 1 y 1bis). Así, se puede observar como la concentración de la propiedad en pocas manos (SHARE) parece hacer que la inversión en investigación y desarrollo se vea reducida. Este resultado se mantiene acorde al obtenido en el modelo de decisión y al obtenido por algunos autores con anterioridad (Galve y Salas, 1993; Leech y Leahy, 1991; Andrés et al., 2000). El uso de la financiación empresarial en forma de deuda (DEBT) parece también mantener el efecto negativo que se observaba en la etapa anterior. Así se observa como cuanto mayor sea la ratio de endeudamiento en forma de deuda sobre el endeudamiento total de la empresa, menor será la inversión en I+D por trabajador. En un trabajo de Myers (1977) se observa como la ratio de endeudamiento empresarial parece poseer una correlación significativa y negativa con los gastos en I+D. Debido en parte a los costes que supone la financiación en forma de deuda, las empresas que poseen oportunidades de crecimiento (y, de forma análoga, las empresas que poseen oportunidades de I+D significativas) son menos propicias a poseer altas ratios de deuda. De igual forma los trabajos de Hall (1992) y Chiao (2002) parecen también corroborar la idea de que debido a la naturaleza arriesgada de los proyectos de I+D, las empresas deciden no utilizar la financiación con deuda para llevarlos a cabo. En el trabajo de Chiao parece observarse esa relación negativa entre deuda e inversiones de I+D tanto para el caso de las empresas de oportunidad tecnológica elevada como para las de menor oportunidad tecnológica. En cuanto a las variables que nos muestran la separación entre propiedad y control (OWN) y la cotización en bolsa (STOCK), parecen no poseer ningún efecto significativo sobre la intensidad de la inversión en I+D empresarial por trabajador en el caso de la industria manufacturera española. La naturaleza de la propiedad (modelo 2 bis) parece ser significativa en el caso de la propiedad extranjera. Los resultados muestran que a mayor porcentaje de propiedad extranjera en las empresas (EXT), mayor es la proporción de inversión en investigación y desarrollo por trabajador en la empresa. Según Busom (1993), la participación de capital público o de capital extranjero en la empresa puede afectar a las inversiones relacionadas con la I+D de la empresa, debido a dos aspectos principalmente. El primero de ellos, sería el facilitar el acceso a la información tecnológica y/o a los mercados de capitales o a la financiación. Los inversores extranjeros pueden llevar a cabo diversificación de riesgos y, por tanto, estar más predispuestos a invertir en proyectos de investigación. En cuanto a la propiedad de naturaleza pública (PUB), parece no tener ningún efecto significativo sobre la intensidad de inversión en innovación realizada por la empresa.

Las variables que nos dan a conocer las características internas de la empresa muestran los resultados en principio esperables. Así, el tamaño empresarial (SIZE) parece tener un efecto significativo y positivo sobre la intensidad de la inversión en I+D de la empresa (González y Jaumandreu, 1998; Gumbau, 1997; Paricio, 1993). De igual forma la edad empresarial (AGE) afecta de forma significativa y positiva, a medida que la empresa se va haciendo más madura el esfuerzo que dedica por empleado a la inversión en investigación y desarrollo aumenta.

Las empresas pertenecientes a sectores de oportunidad tecnológica elevada (HIGH) parece tener una mayor intensidad en inversión en innovación como cabria suponer. Este resultado está en línea con los resultados obtenidos por otros autores para el caso español (Busom, 1993; Gumbau, 1997; Paricio, 1993). Resultado que no parece observarse para el caso de las empresas pertenecientes a sectores con menores oportunidades tecnológicas (LOW).

Por último, el poseer un ámbito geográfico del mercado elevado (MARKET) tiene un efecto significativo y positivo sobre la intensidad del esfuerzo innovador empresarial. Nuestro artículo obtiene el mismo resultado que el trabajo realizado por González y Jaumandreu (1998) también para el caso de las manufacturas españolas. Las empresas que tienen un mercado mayor o igual al ámbito nacional tienen mayor gasto en I+D por empleado que las empresas que operan en mercados menores al ámbito geográfico estatal. En el trabajo de Crépon et al. (1998) se incorporan algunas variables relacionadas también con la estructura de mercado en la que opera la empresa, encontrando también un efecto positivo de la cuota de mercado alcanzada por la empresa y de la diversificación competitiva sobre la intensidad de la innovación realizada.

El estadístico que analiza la contribución a la varianza total de la componente de varianza debida al tratamiento de los datos muestra la adecuación de la estimación de un modelo de datos de panel.

7.3.

Modelos de decisión de obtener un resultado formalizado de I+D

Tras haber visto la influencia de las diferentes variables de estructura interna y de propiedad y control sobre las decisiones de innovar, pasamos ahora a analizar los resultados obtenidos de la estimación del modelo que analiza la influencia de dichas variables sobre el resultado formalizado de I+D. Como una primera aproximación y con la misma metodología utilizada por otros autores llevamos a cabo la estimación de dos modelos de elección discreta para explicar el efecto de las variables internas y de estructura de propiedad sobre la decisión de formalizar el resultado de innovación obtenido por la empresa, el logístico y el probabilístico (cuadro 7).

Como se observa en la estimación obtenida del modelo, la variable esfuerzo en I+D (EFFORT) es significativa y con parámetro positivo, resultado que era de esperar, por lo que a un mayor esfuerzo en I+D se obtendrán mayores resultados en I+D, en el sentido de que aumentará la probabilidad de que la empresa haya patentado alguna innovación o haya registrado algún modelo de utilidad, resultado similar al obtenido por otros autores (Love et al., 1996; Beneito, 2003; entre otros).

Como nosotros esperábamos, la variable interna que explica el tamaño empresarial (SIZE) presenta en la mayoría de modelos un parámetro significativo y positivo, mostrando que a medida que la empresa crece en tamaño mayor es la probabilidad de que obtenga un resultado formalizado de la innovación llevada a cabo. Este resultado sería acorde al encontrado por muchos autores que analizan la relación entre el tamaño empresarial y la capacidad de obtener resultados de la innovación realizada en las empresas españolas (Coronado y Acosta, 1999; Gumbau, 1997; Paricio, 1993; entre otros muchos). Los resultados obtenidos por nosotros difieren de los obtenidos por Martinez-Ros y Labeaga (2002) los cuales obtienen que el tamaño no tiene el efecto schumpeteriano esperado sobre la probabilidad de obtener innovaciones de producto.

La variable que recoge el efecto de la etapa o madurez empresarial (AGE) no resulta significativa para ninguno de los modelos presentados. Esto indicaría que no parece determinante la edad empresarial en la probabilidad de registrar resultados de la innovación realizada, cosa que no ocurría en el modelo que medía la probabilidad de llevar a cabo inversiones en I+D. Este resultado no sería acorde con el resultado de algunos estudios, como el de Buesa y Molero (1996), los cuales argumentan que este tipo de actividades se tratan de

procesos tecnológicos acumulativos, donde la disponibilidad de experiencia constituye un factor favorable para la obtención de resultados innovadores. Según estos autores, la edad de las empresas puede explicar el ciclo vital en el que se inscriben y, generalmente, su trayectoria empresarial. Pero hay que tener en cuenta que las empresas de menor edad, en muchas ocasiones pertenecen a sectores con elevados niveles de tecnología que han nacido para explotar un resultado innovador como puede ser una patente.

En cuanto a las variables propias de la estructura de propiedad y control, destaca la variable que recoge la identidad entre propiedad y control (OWN), que resulta ser significativa y con parámetro negativo, de forma que cuanto mayor sea el porcentaje de propietarios en puestos de toma de decisiones menor será el margen de maniobra de los gerentes y por tanto menor será la probabilidad de llegar a un resultado formalizado de I+D. El hecho que se posean más propietarios en puestos de toma de decisiones hace que se reduzcan las inversiones y como consecuencia hace que el resultado de las mismas disminuya. Normalmente los propietarios suelen ser más adversos al riesgo que los directivos, debido a que se sienten más involucrados a la hora de llevar a cabo inversiones con su capital. De ahí que en algunos estudios se encontrara una relación en forma de U invertida entre la dotación al gerente de parte del capital y la ratio de creación de valor Q de Tobin, estudios que explicaban el hecho de que a medida que se incrementa la participación del gerente en la propiedad más aversión al riesgo muestra (Morck et al., 1988; Mc Connell y Servaes, 1990).

La concentración de la propiedad (SHARE), de igual manera que en los modelos de esfuerzo innovador antes analizados, presenta un parámetro significativo y negativo, lo que nos corrobora el hecho de que aquellas empresas que poseen una estructura de propiedad más concentrada tienen menor probabilidad en llevar a cabo inversiones relacionadas con la innovación y en obtener resultados de la misma. En cambio, la financiación en forma de deuda (DEBT), parece no afectar de forma significativa en la probabilidad de obtener un resultado formalizado de la innovación realizada.

La variable que recoge si la empresa cotiza o no en Bolsa (STOCK), presenta un parámetro significativo y positivo, resultado acorde al obtenido en los modelos de esfuerzo en innovación. Este resultado puede deberse al hecho que la obtención de patentes se utiliza como señal por parte de los accionistas para incrementar sus participaciones en la compañía o para que accionistas potenciales participen de la misma.

La oportunidad tecnológica del sector de actividad (HIGH, LOW) no parece ser significativa en este modelo. El hecho de pertenecer a diferentes sectores de oportunidad tecnológica tiene una influencia significativa en la decisión de llevar a cabo innovaciones (dada la significatividad de esta variable en el modelo de decisión de innovación), pero no parece influir en un mejor resultado de dicho proceso innovador. Este resultado sería contrario al obtenido por Coronado y Acosta (1999) los cuales obtienen que la probabilidad de obtener un resultado innovador es mayor en las empresas que pertenecen a sectores con una complejidad tecnológica elevada. Con respecto al ámbito geográfico del mercado principal (MARKET) se observa como éste afecta de forma significativa y positiva a la probabilidad de obtener patentes. Aquellas empresas que poseen un ámbito geográfico del mercado nacional o superior poseen mayores probabilidades de obtener patentes o modelos de utilidad. Para el caso español, el trabajo de Martínez-Ros y Labeaga (2002) parece no encontrar ninguna relación entre la concentración del mercado en el que opera la empresa, el poder de mercado relativo y la probabilidad de obtener innovaciones de producto.

De la misma forma que en los modelos anteriores, se ha procedido a estimar un modelo que contara con las variables que recogen la información de la naturaleza del control de la empresa (EXT, PUB), observándose como ninguna de dichas variables resulta significativa para tener mayor probabilidad en registrar resultados de innovación.

Para evaluar la bondad del modelo se lleva a cabo el análisis del estadístico que contrasta la hipótesis nula consistente en que los parámetros sean nulos. Este estadístico muestra la diferencia entre el logaritmo de verosimilitud para el modelo completo y el modelo que solo incluye el término constante. Se puede observar que el estadístico chi-cuadrado presenta una significatividad elevada, lo cual nos da muestras de la adecuación de este tipo de modelos en nuestro análisis.

7.4. Modelos de intensidad de los resultados formalizados de la I+D En la última etapa, se analizan los modelos de la intensidad de obtener un resultado de la innovación realizada. Para ello se procede a estimar dos modelos adecuados para datos de recuento, característica básica de nuestra variable dependiente, la Poisson y el Negativo Binomial. El cuadro 8 muestra los resultados obtenidos de los modelos de datos de recuento estimados (modelo 4). Dado que los resultados obtenidos son muy similares para los dos modelos de recuento, vamos a comentarlos de forma general. En primer lugar, se observa como la inversión en I+D por trabajador realizada (EFFORT) presenta un parámetro significativo y positivo en la mayoría de modelos presentados. Este resultado corrobora al obtenido por otros muchos autores los cuales observan que el esfuerzo realizado en materia de innovación tiene un efecto directo sobre el número de patentes, patentes en el extranjero y/o modelos de utilidad obtenidos por la empresa (Cincera, 1997; Crépon et al., 1998; Hausman et al, 1984; Licht y Zoz, 1998; Martínez-Ros y Labeaga, 2002; entre otros muchos). También se observa como se obtiene un efecto positivo también para el tamaño empresarial (SIZE) por lo que a mayor tamaño mayor obtención de resultados formalizados de innovación. Hay que tener en cuenta que nosotros incluimos como resultado formalizado de la innovación también los modelos de utilidad con el fin de recoger el resultado de aquellas empresas que debido a su menor tamaño no pueden asumir el coste de patentar pero sí pueden asumir el de proteger sus invenciones con las leyes de los modelos de utilidad, argumento similar al formulado por Galbraith (1952) el cual lo basaba en las economías de escala y las bajas probabilidades de éxito de este tipo de inversiones. Muchos son los trabajos que también acaban obteniendo el efecto significativo y en la mayoría de casos positivo del tamaño empresarial sobre la obtención de patentes o resultados innovadores (Acs y Audretsch, 1988; Blundell et al., 1999; Cohen y Klepper, 1996; Licht y Zoz, 1998; Martínez-Ros y Labeaga, 2002; Scherer, 1980). Algunos autores encuentran un efecto positivo aunque según palabras de Scherer (1965) el output innovador aumenta con el tamaño empresarial, pero generalmente a una tasa menos que proporcional. Algunos trabajos como es el caso de Crépon et al. (1998) no parecen encontrar ningún efecto significativo entre tamaño empresarial y resultados de innovación. Observamos que la edad empresarial (AGE) no presenta un parámetro significativo en algunos modelos, y cuando sí lo presenta resulta que el efecto sobre la obtención de resultados innovadores es negativo. La causa de este efecto negativo se podría encontrar en el hecho de la existencia de empresas que nacen a raíz de la aparición de una patente o de un modelo de utilidad, lo cual posibilita que la protección de su producto pueda ofrecerles un nicho de mercado en los primeros años de su vida. También podríamos encontrar argumentos en los trabajos relacionados con el ciclo de vida del producto, en los que se denota una mayor necesidad de obtención de resultados innovadores en la primera parte del proceso, cuando la invención juega un papel fundamental y necesita ser explotada. En las etapas más tardías se deben de llevar a cabo inversiones relacionadas con la importación o adquisición de innovación en maquinaria para poder conseguir mayor unidad de producto y así obtener economías de escala en su comercialización. En cuanto a las variables relacionadas con la estructura de propiedad y de capital, se puede observar como la mayoría de variables son significativas aunque el efecto de las mismas en algunos casos es bastante ambiguo debido en parte al problema del exceso de ceros en los datos de patentes. La participación de propietarios y familiares en puestos de gestión empresarial (OWN) presenta un parámetro significativo y negativo en todas las estimaciones realizadas. Este resultado corrobora los obtenidos en los modelos anteriores dando muestras de la importancia de la especialización de los directivos en todos los temas relacionados con el proceso innovador empresarial. Existe un trabajo de Kraft (1989) en el que se analiza el papel que juega el incentivo de dotar al manager de cierta participación en el capital de la empresa. Según él, si el directivo es propietario existe un efecto positivo en la obtención de innovación de producto. La concentración de la propiedad en pocas manos (SHARE) presenta también el mismo efecto

que presentaba en los modelos de input innovador. Se puede observar como altas concentraciones de propiedad harán que no se obtengan resultados formalizados de la inversión en innovación realizada. Un resultado similar podría encontrarse en el trabajo de Leech y Leavy (1991) los cuales encuentran que una menor concentración llevará a mejores resultados empresariales, como son mayores ratios de valoración, beneficios marginales y un mayor crecimiento de los activos.

La financiación en forma de deuda (DEBT) presenta, en la mayoría de modelos, parámetros significativos y negativos, de forma que aquellas empresas que recurren a la deuda obtienen menores resultados de la innovación realizada. La respuesta a este hecho puede encontrarse en el trabajo de Link (1982) el cual comenta que las empresas tienden a financiar sus actividades de I+D con fondos propios y no con financiación de tipo externo, y este hecho se debería en parte a la naturaleza arriesgada de este tipo de actividades donde los deudores se mostrarían recelosos de participar en proyectos sin un resultado seguro.

La cotización en bolsa (STOCK) parece presentar un efecto ambiguo. Así, se observa como en las estimaciones realizadas con el modelo de poisson el efecto es claramente positivo siendo el mismo signo que se obtenía en los modelos de inversión, de forma que las empresas que cotizan en bolsa obtienen mayores resultados de las inversiones realizadas. Efecto que no parece observarse para las estimaciones realizadas con la negativa binomial.

En cuanto a las variables que nos dan muestran de la diferente naturaleza en la composición de la propiedad, extranjera (EXT) y pública (PUB), se observa como para el caso de la propiedad extranjera parece obtenerse un efecto negativo. Este resultado no estaría de acuerdo con el trabajo de Molero y Buesa (1994) los cuales mediante una muestra de empresas innovadoras madrileñas encontraban que la propiedad extranjera favorecía a que se obtuvieran innovaciones de producto.

La oportunidad tecnológica del sector de actividad empresarial presenta, en la mayoría de modelos estimados, un efecto significativo y positivo para el caso de las empresas pertenecientes a sectores de oportunidad tecnológica elevada (HIGH), mientras que en cuanto a los sectores de oportunidad tecnológica baja (LOW) el efecto parece ser negativo en aquellos modelos que presentan parámetros significativos. Según Scherer (1965) las diferencias entre el resultado innovador obtenido por las empresas que pertenecen a sectores con diferentes oportunidades tecnológicas se deben básicamente a las posibilidades de llevar a cabo inversiones en tecnología las cuales suponen una gran fuente de conocimiento. Existen varios trabajos que, de la misma forma que nosotros, obtienen un efecto positivo de la oportunidad tecnológica del sector en el que opera la empresa sobre la intensidad del resultado innovador obtenido (Cincera, 1997). Para el caso español también encontramos trabajos en los que se obtienen incentivos para obtener innovaciones de producto en aquellos sectores con mayores oportunidades tecnológicas (Martínez-Ros y Labeaga, 2002).

Por último, en cuanto al ámbito geográfico nacional o internacional del mercado (MARKET) se observa como claramente éste tiene un efecto significativo y positivo en todos los modelos analizados. Este tipo de ámbitos geográficos de mercado más competitivos obligan en muchos casos a invertir en protección de las innovaciones como freno a competidores directos o indirectos, cosa que en principio parecería más sencilla en un ámbito geográfico más reducido.

Este resultado es similar al encontrado por Blundell et al. (1999), según los cuales aquellas empresas que operan en mercado de ámbitos geográficos mayores tienen ventajas relacionadas con la mayor facilidad de difundir las innovaciones realizadas, lo cual hace que este tipo de ámbitos geográficos del mercado incentive a que se lleven a cabo mayores resultados de la innovación realizada en la empresa. Licht y Zoz (1998) también encuentran que las actividades exportadoras parecen ser uno de los determinantes más importantes de la propensión a patentar. Resultado no acorde al obtenido por Kraft (1989) quien para una muestra de empresas del sector metalúrgico no encontraba ningún efecto de la actividad exportadora sobre las innovaciones de producto obtenidas por la empresa, aunque se debería de tener presente que la naturaleza de las innovaciones de producto en muchas ocasiones se trata de innovaciones de tipo incremental las cuales en su mayoría no son patentadas. Aunque no se trata de la misma definición de las variables, existen autores que introducen en sus modelos variables relacionadas con la estructura del mercado en el que opera la empresa

encontrando efectos significativos y positivos para la cuota de mercado empresarial (Blundell et al., 1999; Martínez-Ros y Labeaga, 2002; entre otros).

Adicionalmente y siguiendo el análisis realizado para los otros modelos, se ha incluido en las tablas los estadísticos de significatividad global del modelo. Como se puede observar el estadístico Wald es significativo en todos los casos, lo cual nos indica que la buena elección de las variables incluidas en el modelo. Además, en cuanto a la utilización de datos de panel se ha incorporado el estadístico que compara el modelo con el tratamiento de datos de panel y sin él y se observa que es correcta la utilización de este tipo de modelización.

La diferencia observada, tanto en los signos como en la significatividad de las variables, entre los resultados obtenidos en las estimaciones de la Poisson y del Negativo Binomial, tiene su explicación econométrica. Debido a que nuestros datos muestran un claro exceso de ceros en el caso de la variable dependiente (los coeficientes de sobredispersión de los modelos Negativos Binomiales son estadísticamente significativos), la estimación más adecuada y precisa sería la del modelo Binomial Negativo.

Si lleváramos a cabo una comparación entre los resultados obtenidos en los modelos de intensidad del esfuerzo (tipo Tobit) y los modelos de obtención de resultados, observaríamos que prácticamente las variables poseen el mismo efecto en los dos casos a excepción de la edad y la cotización en bolsa. Y se podría acabar concluyendo que las variables relacionadas con la estructura de propiedad de la empresa parecen tener un efecto claro sobre las actividades empresariales relacionadas con los diferentes aspectos del proceso innovador.

Cuadro 5. Resultados del modelo de decisión de llevar a cabo inversiones en I+D

VARIABLE SIZ E AG E OW N SH AR E DE BT ST OC K EX T PU B HI GH LO Dependent Variable: Observations N: Individuals N: Log likelihood Function:

LOGIT MODEL (Modelo 1)

LOGIT MODEL (Modelo 1 bis)

ODDS

ODDS

RATIO 1.00214

1.02872

0.00046

0.99126

0.47138

3.06400

COEFFIC. Z=b/s.e. 0.00214 (0.00 015) 0.02832 (0.00 368) -7.68582 (1.35 638) -0.00878 (0.00 357) -0.75210 (0.25 949) 1.11972 (0.44 157)

14.71***

RATIO 1.00186

7.70***

1.29475

-5.67***

0.00020

-2.46**

0.98921

-2.90***

0.51184

2.54**

2.42047

2.61392

COEFFIC. Z=b/s.e. 0.00186 (0.00 020) 0.25832 (0.00 373) -8.5396 (1.67 725) -0.01085 (0.00 312) -0.66974 (0.30 014) 0.88396 (0.43 284) 0.96085 (0.17 852)

9.22***

6.93***

-5.09***

-3.48***

-2.23**

2.04**

PROBIT MODEL (Modelo 1) ODDS COEFFIC. Z=b/s.e. RATIO 1.00113 0.00113 11.42*** (0.00 010) 1.01619 0.01606 7.51*** (0.00 214) 0.02165 -3.8328 -5.80*** (0.66 128) 0.99482 -0.00519 -2.83*** (0.00 183) 0.64837 -0.43330 -3.02*** (0.14 359) 1.86696 0.62431 2.85*** (0.21 907)

PROBIT MODEL (Modelo 1 bis) ODDS COEFFIC. Z=b/s.e. RATIO 1.00092 0.00092 8.00*** (0.00 012) 1.01546 0.01534 7.30*** (0.00 210) 0.00941 -4.66573 -5.07*** (0.92 109) 0.99367 -0.00635 -3.53*** (0.00 180) 0.68560 -0.37747 -2.20*** (0.17 126) 1.77142 0.57178 2.35*** (0.24 280) 1.77025 0.57112 5.60*** (0.10 197)

5.38***

INNOV 13153 2643

INNOV 5805 2609

INNOV 13153 2643

INNOV 5805 2609

-4704.85 706.99 (0.0000)

-2623.59 466.74 (0.0000)

-4709.455 702.93 (0.0000)

-2628.28 507.86 (0.0000)

4018.12

729.47

4160.99

775.02

Cuadro 6. Resultados de los modelos de intensidad de esfuerzo en I+D TOBIT MODEL (Modelo 2) VARIABLE SIZE A G E O W N SH AR E Sigma(u) Sigma(e) Dependent Variable: Observs. N: Individuals N: Log likelihood

COEFFIC. STANDARD 0.00643 0.00384 0.65337 0.13037 -55.03089 46.7262 -0.251992 0.12784 -25.65769 11.63287 27.36577 18.45294

Z=b/s.e. 1.67* 5.01*** -1.18 -1.97** -2.21*** 1.48

33.57914 -2.25851 561.4383 260.1316 0.82326

4.80*** -0.36 119.92*** 155.91*** 260.35***

6.98936 6.25163 4.68159 1.66850 0.00316

EFFORT(R&D Expenses/Employment) 13123 2639 -95240.547

TOBIT MODEL (Modelo 2 bis) COEFFIC. 0.09471 1.00773 -155.4654 -1.03519 -42.35625 51.67771 36.38533 46.04217 214.5591 10.50439 332.758 323.1641 0.51462

STANDARD Z=b/s.e. ER 0.01097 8.63*** 0.36126 118.9333 0.32701 29.76408 40.96872 18.48632 43.70333 17.74231 18.76815 7.80358 3.94203 0.01513

2.79*** 1.31 3.17*** 1.42 1.26 1.97** 1.05 12.09*** 0.56 42.68*** 81.98*** 33.98***

EFFORT(R&D Expenses/Employment) 5775 2598 -42876.192 459.36

Cuadro 7. Resultados del modelo de decisión de obtener un resultado formalizado de I+D LOGIT MODEL VARIABLE EFF ORT SIZ E AGE OW N SHA RE DEB T STO CK EXT PUB HIG H LO W MAR KET Interc ept Dependent Variable: Observations N: Individuals N: Log likelihood Function:

PROBIT MODEL (Modelo 3) ODDS COEFFIC. Z=b/s.e. RATIO 1.00030 0.00030 5.71*** (0.00 005) 1.00023 0.00023 4.61*** (0.00 005) 1.00189 0.00189 1.01 (0.00 195) 0.08334 -2.48487 -2.52** (0.98 798) 0.99640 -0.00361 -2.27** (0.00 159) 0.80250 -0.22002 1.35 (0.16 253) 1.45010 0.37163 1.92* (0.19 334)

RESULT 13123 2639

LOGIT MODEL (Modelo 3bis) ODDS COEFFIC. Z=b/s.e. RATIO 1.00073 0.00073 5.73*** (0.00 013) 1.00348 0.00347 3.43*** (0.00 010) 1.00244 0.00244 0.64 (0.00 383) 0.00141 -6.56164 -2.82*** (2.33 037) 0.99253 -0.00750 -2.19** (0.00 343) 0.84171 -0.17232 -0.49 (0.34 977) 1.40190 0.33783 0.84 (0.40 442) 0.10770 -2.22844 -1.18 (0.19 RESULT 5775 2598

RESULT 13123 2639

PROBIT MODEL (Modelo 3 bis) ODDS COEFFIC. Z=b/s.e. RATIO 1.00041 0.00041 5.93*** (0.00 007) 1.00019 0.00019 3.68*** (0.00 005) 1.00130 0.00130 0.62 (0.00 210) 0.03421 -3.37513 -2.79*** (1.20 822) 0.99584 -0.00417 -2.25** (0.00 185) 0.91662 -0.08706 -0.46 (0.18 901) 1.40190 0.18691 0.86 (0.21 617) 0.88619 -0.12082 -1.15 (0.10 RESULT 5775 2598

-2789.8299 169.79 (0.0000)

-1484.9632 130.85 (0.0000)

-2790.4585 181.72 (0.0000)

-1485.7804 137.42 (0.0000)

1447.58

232.96

1346.19

226.00

ODDS RATIO 1.00054

1.00041

1.00273

0.00671

0.99309

0.64803

2.11810

(Modelo 3)

COEFFIC. Z=b/s.e. 0.00054 (0.00 010) 0.00041 (0.00 009) 0.00273 (0.00 363) -5.00334 (1.84 200) -0.00693 (0.00 289) -0.43381 (0.30 073) 0.75052 (0.39 965)

5.14***

4.73***

0.75

-2.72***

-2.40**

1.44

1.88**

Cuadro 8. Resultados de los modelos de capacidad o intensidad de obtención de un resultado formalizado de la I+D POISSON MODEL (Modelo 4) VARIABLE EFF ORT SIZ E AGE OW N SHA RE DEB T Dependent Variable: Observations N: Individuals N: Log likelihood Function:

POISSON MODEL (Modelo 4bis) COEFFIC. STANDARD Z=b/s.e. 0.00010 0.00004 2.47** 0.00074 0.00005 13.83*** -0.00128 0.00219 -0.59 -4.95200 1.92872 -2.57** -0.01223 0.00096 -12.73*** -0.22166 0.200614 -1.10 0.87049 0.28338 3.07*** -0.77365 0.09881 -7.83*** 0.80829 0.42720 1.89** 0.38140 0.14066 2.71*** 0.07803 0.06681 1.17

NEGBIN MODEL (Modelo 4)

NEGBIN MODEL (Modelo 4bis)

COEFFIC. STANDARD Z=b/s.e. 0.00015 0.00004 3.98*** 3.08e-06 0.00003 0.09 0.00485 0.00219 2.21** -3.9154 1.28949 -3.04*** 0.00122 0.00170 0.71 -0.08339 0.19310 -0.43 -0.07367 0.19365 -0.38

COEFFIC. STANDARD Z=b/s.e. 0.00043 0.00007 6.03*** 0.00018 0.00007 2.62** 0.00213 0.00276 0.77 -6.50941 1.88533 -3.45*** -0.00240 0.00229 -1.05 -0.28272 0.25358 -1.11 -0.21509 0.28260 -0.76 -0.23119 0.14009 -1.65* -0.15514 0.33180 -0.47 0.16224 0.14327 1.13 -0.18066 0.15704 -1.15

PAT 13096 2638

PAT 5765 2596

PAT 13096 2638

PAT 5805 2609

-8149.0013 836.35 (0.0000)

-3608.3849 536.38 (0.0000)

-5518.2414 132.79 (0.0000)

-2628.28 507.86 (0.0000)

3.8e+04

1.6e+04

1673.84

775.02

COEFFIC. STANDARD Z=b/s.e. -0.00001 0.00002 -0.58 0.00083 0.00004 18.50*** -0.00256 0.00156 -1.64 -4.60526 1.09411 -4.21*** -0.01213 0.00069 -17.67*** 0.37880 0.13046 2.90*** 0.78500 0.13655 5.75***

-0.19943 0.11112 -0.42865 0.04906

-1.79* -8.74***

0.18677 -0.25055

0.11348 0.12320

1.65 -2.03**

8. CONCLUSIONES La evolución de la economía ha hecho que en las empresas la búsqueda por extraer el máximo provecho de sus potencialidades pasara de absorber únicamente las ventajas de su entorno, siendo en muchas ocasiones el mercado el que actuaba como mecanismo de control de la competencia empresarial, a que en la actualidad, las empresas decidan distinguirse de sus competidoras explotando al máximo tanto las oportunidades que les brinda el entorno como las potencialidades internas de su misma organización. La “empresa clásica” ha evolucionado convirtiéndose en la “moderna corporación” donde la especialización de las funciones cobra mucha más importancia que en el pasado y donde aparecen mayores problemas relacionados con las asimetrías informativas y los conflictos de intereses por parte de los individuos que forman la organización. El presente trabajo ha intentado analizar el efecto que diferentes cuestiones relacionadas con la estructura de propiedad y control de las empresas poseen en las decisiones de incurrir en inversiones de I+D, así como el efecto que esas mismas cuestiones tienen en la obtención de un resultado formalizado de dicha innovación. Como se ha analizado en los apartados referidos al marco teórico de nuestro tema, existe una relación directa entre la estructura de propiedad y los mecanismos utilizados para paliar los posibles problemas de agencia surgidos por la separación de funciones entre propiedad y control en puestos de toma de decisiones empresariales. Es por ello, que mediante el análisis de los mecanismos de control de los problemas de agencia sobre las decisiones de inversión en innovación y los resultados de dicha innovación, se observará si existe algún efecto de la estructura de propiedad en el proceso innovador de la empresa. Tal como muestran los datos y como se ha apuntado por diferentes autores (Rodríguez et al. 1994; Alonso y De Andrés-Alonso, 2002) la estructura de propiedad de la empresa española no se ajusta a los estándares de la separación entre propiedad y control y de existencia de un elevado número de pequeños inversores, como sería el caso americano. El caso español se incluye dentro del modelo europeo o continental, en el que predominan la concentración de la propiedad y la presencia de propietarios en puestos de toma de decisiones. En cuanto a la actividad innovadora de las empresas españolas, se observa un reducido número de empresas que lleven a cabo inversiones en I+D y un menor número de empresas que obtengan resultados de dichas inversiones. A la vista de los resultados obtenidos podemos sacar algunas conclusiones acerca de la utilización de los mecanismos de control para resolver los problemas de agencia en la gestión de las decisiones empresariales en materia de innovación. Entre los múltiples mecanismos de control existentes, en nuestro trabajo se han analizado los mecanismos relacionados con la concentración de la propiedad, la presencia de propietarios en puestos de toma de decisiones, la financiación con deuda, la presencia de propiedad de naturaleza extranjera o pública, así como la posible influencia de que la empresa decida entrar en el mercado bursátil. Si bien este tipo de mecanismos llevan a la reducción de los problemas de agencia propios del riesgo moral dado en las asimetrías informativas entre gerentes y propietarios, podrían tener una serie de desventajas asociadas a la reducción de la acción por parte de los administradores o gerentes. Con respecto a los modelos de decisión de investir en innovación y de obtención de resultados formalizados de dicha innovación, destaca la significatividad de las variables de estructura de propiedad, lo cual nos indica que la utilización de mecanismos de control como freno a los posibles problemas de agencia, entre ellos la incorporación de propietarios en puestos de toma de decisiones o la concentración del capital, influyen significativamente en la actividad innovadora de la empresa. En relación al primero de ellos, el basado en la concentración del capital en un número reducido de propietarios, se observa que posee una influencia significativa y

negativa tanto sobre la decisión de innovación como sobre el resultado innovador. Este resultado estaría en línea con dos ideas diferentes. Por un lado, la concentración de la propiedad en manos de pocos accionistas puede hacer que, dado el poder de los mismos, la acción de los directivos responsables en tomar decisiones de inversión se vea en cierta manera limitada. Esto podría llevar a un impacto negativo en la toma de decisiones que implicasen un cierto riesgo para la empresa, como las decisiones de inversión relativas al proceso innovador, aunque este tipo de decisiones sean de gran importancia para las oportunidades de crecimiento empresarial. Por lo tanto, se podría entender que la concentración de la propiedad en pocas manos podría suponer un tope al crecimiento empresarial, y según nuestros resultados también puede suponer un freno a la adopción de inversiones en investigación y desarrollo. Por otro lado, a mayor concentración de la propiedad, menor es el riesgo que los propietarios están dispuestos a asumir, dado que ello implica un mayor riesgo en menos manos. En otras palabras, la empresa no estará en condiciones de asumir proyectos arriesgados como los concernientes a las actividades innovadoras. El segundo mecanismo de control que se tiene en cuenta en el estudio, es el efecto que produce la incorporación de propietarios en tareas de gestión y administración. Este mecanismo aleja a la empresa de los beneficios de la especialización de funciones empresariales, pero reduce los posibles problemas de las asimetrías informativas que se dan en empresas con estructuras de tipo jerárquico. Así, si tenemos en cuenta la importancia de la especialización en el contexto del riesgo específico propio de las inversiones en innovación, se observa que este mecanismo no será el mecanismo más oportuno en este tipo de actividades empresariales. La especialización es, en muchas ocasiones, necesaria para disponer de directivos con capacidad de gestionar estructuras organizativas complejas, diversificar el riesgo entre los accionistas y obtener grandes volúmenes de fondos para adquirir activos específicos, como apuntaban Berle y Means (1932). El hecho de disminuir la divergencia de intereses, por un aumento de los propietarios en puestos de dirección hará que los costes de agencia sean menores pero no se adoptarán proyectos arriesgados por no aprovechar la especialización o por poseer una alta concentración de riesgos en manos de pocos propietarios. Como se observa en nuestros resultados, un incremento en la participación de los propietarios en los puestos de gestión, reducirá la probabilidad tanto de adoptar proyectos de I+D como de obtener un resultado satisfactorio de dicha innovación. En cuanto al mecanismo de la financiación con deuda, se observa que aunque alrededor de la mitad de la financiación de las empresas está constituida por financiación externa presenta un efecto positivo tanto en la decisión de llevar a cabo inversiones en I+D ni en la obtención de resultados. Este mecanismo lo que pretende es sustituir un control de tipo directo o interno por un control externo que vendría dado por los tenedores de la deuda, los cuales con su principio de aversión al riesgo optarían por la realización de proyectos sin elevados riesgos. Con ello se pretende sustituir la posible “sobreinversión” llevada a cabo en ocasiones por los gerentes por una inversión menos arriesgada y más eficiente.

Por último, las variables que explican la estructura interna de la empresa o la estructura del mercado al cual pertenecía la empresa ofrecen los resultados que en principio cabria esperar. Una mayor dimensión, madurez y mayores oportunidades tecnológicas del sector de actividad al que pertenece la empresa posee un efecto positivo y significativo sobre la actividad innovadora de la empresa española. Finalmente, las variables de estructura de mercado presentan importancia en el análisis, pudiéndose concluir a favor de una influencia positiva de una mayor competencia en las decisiones empresariales relacionadas con el proceso innovador.

2.2.6.

Fordistas-Tayloristas.

L a reciente reestructuración del ámbito de trabajo en los Estados Unidos desafía a los investigadores de la sociología del trabajo a describir la forma en que se ha difundido y analizar sus consecuencias para la viabilidad de la organización obrera y la subsistencia y oportunidades de los trabajadores. Instancia de un cambio social estructural fundamental, la reestructuración del ámbito de trabajo compele a los sociólogos a reconceptualizar el ámbito del trabajo, las relaciones de empleo, y la organización del trabajo, conceptos originados en los años ’50 con la cristalización del modelo burocrático de trabajo y relaciones de empleo. En el presente trabajo, comienzo por describir la evolución del modelo burocrático de lugar de trabajo, relaciones de empleo y organización del trabajo que ha prevalecido en la investigación estadounidense en la sociología del trabajo desde los años ’50 (sección 2). A continuación, defino “Reestructuración del lugar de trabajo” y discuto sus implicancias conceptuales y empíricas para el desarrollo de la anomia y la desigualdad económica en los lugares de trabajo en Estados Unidos (sección 3). Pasando a la organización del trabajo (sección 4), evalúo el impacto de la anomia (sección 4ª) y la desigualdad económica (sección 4b) sobre las posibilidades de revitalización del movimiento de los trabajadores en EE.UU., que se ha deteriorado desde los años ’50, y propongo una agenda de investigación sociológica sobre la revitalización del movimiento trabajador. Concluyo (sección 5) con sugerencias para futuras investigaciones en sociología del trabajo en los EE.UU., orientadas a estudiar el impacto de la reestructuración del ámbito del trabajo sobre el destino de la autodeterminación de los trabajadores en el siglo XXI. Burocracia, organización del trabajo y la sociología del trabajo En los años ’50, la imagen burocrática del ámbito de trabajo dominaba la sociología del trabajo en los EE.UU. (Simpson 1999; Miller and Form 1951). Siguiendo a Max Weber, sociólogos como C. Wright Mills (1951) concebían al ámbito de trabajo como una enorme institución formal consistente en una estructura de autoridad piramidal y una compleja división ocupacional del trabajo, con tareas sumamente especializadas. Según Bendix (1956), Gouldner (1954) y Seashore (1954), este ámbito de trabajo burocrático era también reforzado por una ideología administrativa que legitimaba la estructura de autoridad, y consistía en potentes grupos de trabajo informales en la fábrica y las oficinas que servían para integrar (o des-integrar) trabajadores al ámbito de trabajo, e influenciaban la productividad de éstos. En términos sociológicos, el ámbito de trabajo burocrático se había tornado la arena central en la cual tenían lugar los procesos de movilidad social (Mills 1951). El status ocupacional jerárquico de la burocracia constituía la estructura por medio de la cual los trabajadores aspiraban a ascender en la escala laboral, y como consecuencia obtener niveles más altos de status a través de sus vidas como trabajadores adultos en una carrera a largo plazo con un único empleador. Este sistema burocrático de movilidad social, a su vez, daba por sentada una relación de empleo burocrática, que consistía en un mutuo compromiso a largo plazo entre empleador y empleado: el empleador esperaba proveer al empleado capacitación y oportunidades de carrera dentro de la compañía así como beneficios complementarios cuya generosidad aumentaba de manera directamente proporcional a la antigüedad del empleado en la compañía, a cambio de la lealtad de éste y de contar con una fuerza de trabajo estable y productiva. Para los trabajadores no administrativos, los términos de la relación burocrática de empleo a menudo se formalizaban y reforzaban por medio de un contrato entre el empleador y una organización obrera industrial local. La organización local representaba a todos los trabajadores no administrativos, sin importar sus ocupaciones, en ese ámbito de trabajo en particular. En general estaba afiliada a una organización nacional, que intentaba estandarizar las condiciones de trabajo y empleo para ese tipo de industria en particular. La organización nacional generalmente estaba afiliada a la federación obrera nacional, AFL-CIO (Miller and Form 1951; Stern and Cornfield 1996). El ámbito burocrático de trabajo, incluyendo las relaciones burocráticas de empleo, descansaba sobre el dominio de las corporaciones estadounidenses en la economía mundial y la existencia de un movimiento de trabajadores poderoso. Aún más, las expectativas de movilidad social ascendente por parte de los empleadores dependían de la persistencia económica y social de la gran corporación burocrática, de su equilibrio estructural, y del mutuo compromiso a largo plazo entre empleador y empleado.

La imagen burocrática del lugar de trabajo, que algunos han dado en llamar “Fordista/Taylorista”, ha guiado la mayor parte de la investigación sociológica sobre el trabajo, los trabajadores y los ámbitos de trabajo desde los años ’50 (Miller and Form 1951; Cornfield and Kane 1998; Kallenberg and Berg 1987). Al mismo tiempo, los investigadores han depurado y adaptado la imagen burocrática del ámbito de trabajo de cinco maneras diferentes. Primero, junto con la publicación en 1971 del libro International Labor Markets and Manpower de Doeringer y Piore, los sociólogos tomaron prestado de los economistas el concepto de “mercado internacional del trabajo” a fin de especificar más profundamente los mecanismos formales por medio de los cuales la estructura y el funcionamiento de las grandes corporaciones burocráticas moldeaba las carreras individuales e influenciaba los resultados finales del mercado de trabajo (ver por ejemplo Edwards [1979] y el número especial de agosto de 1983 de Work and Occupations sobre “Capital, empleo y trabajo: determinantes estructurales de desigualdades ligadas con el trabajo”). En segundo lugar, la publicación de Labor and Monopoly Capital de Braverman en 1974 estimuló un enorme debate y un gran volumen de investigaciones acerca del impacto de la burocratización sobre el proceso de trabajo, la distribución de habilidades y poder, y las tendencias en el nivel de habilidades y poder del trabajador en el ámbito de trabajo burocrático (ver, por ejemplo, Smith [1994] y el número especial de noviembre de 1990 de Work and Occupations sobre “El significado y la medición de la habilidad”). En tercer lugar, la publicación en 1977 de Men and Women of the Corporation de Kanter, en conjunción con la elevada percepción pública de la desigualdad social que derivaba de los movimientos por los derechos civiles y de mujeres de los’60 y ’70, abrió un torrente de investigaciones sobre desigualdades de género y étnico-raciales en la integración social en el trabajo, “techo de cristal” en el ámbito laboral, y desigualdad en las oportunidades de carrera en las organizaciones (ver por ejemplo Federal Glass Ceiling Commission [1995], Reskin and Roos [1990], Wilson et al [1999], y los números especiales de noviembre de 1992, mayo de 1997 y mayo de 1998 de Work and Occupations sobre desigualdad de género, segregación ocupacional por sexo, y trabajo). En cuarto lugar, la publicación de Work and Family in the United States de Kantor en 1977, junto con el aumento de la participación en la fuerza de trabajo de mujeres casadas y madres en los EE.UU., contribuyó al surgimiento de una línea de investigación creciente sobre la relación mutuamente causal entre ámbito de trabajo y familia. Esta línea de investigación ha demostrado el mutuo impacto de cada institución sobre las diferencias de género y las similitudes en el bienestar emocional y las oportunidades de carrera de los trabajadores, en especial aquellos que están casados, son padres, o ambas cosas (ver Holtzman and Glass [1999 ] y el número especial de noviembre de 1996 de Work and Occupations sobre “Trabajo y familia”). En quinto lugar, con la globalización económica y la publicación en 1979 de Work, Mobility and Participation de Robert Cole, una comparación de actitudes frente al trabajo y carreras organizacionales entre EE.UU. y Japón, la investigación sociológica ha estudiado de manera creciente las diferencias cruzadas entre naciones en el impacto de los valores sociales y la economía política nacional –por ejemplo, capitalista, corporativa, socialista, etc.- sobre las actitudes frente al trabajo, las relaciones de empleo, y los procesos de movilidad social (ver por ejemplo Abramo et al [1997], Abramo [1998], Brayfield and Adler [1997], Cornfield [1994-1995], kenney et al [1998], Van der Berg et al [1998], el número especial de febrero de 1997 de Work and Occupations sobre “Dinámica de los ámbitos de trabajo en Asia” y el número especial de agosto de 1997 de Work and Occupations sobre “trabajo en América”). En suma, la imagen burocrática del ámbito de trabajo ha sido modificada por los sociólogos en respuesta a importantes tendencias económicas, sociales y demográficas. No obstante, los investigadores que utilizan la imagen burocrática del ámbito de trabajo han tendido a conservar su “balance estructural”: una estructura burocrática estática que es relativamente insensible a las presiones externas en pos del cambio. Más aún, los investigadores que han utilizado esta imagen han tendido a adoptar su “determinismo” implícito: los trabajadores tienen escaso o ningún control sobre el inexorable impacto de la burocratización sobre su bienestar y su subsistencia. Algunos investigadores, sin embargo, han empezado a cuestionar los supuestos de balance y determinismo en la imagen burocrática del ámbito de trabajo introduciendo el concepto de “entidad” humana, esto es, acción individual o colectiva intencional, especialmente a la luz de la reestructuración del ámbito de trabajo, que desafía la viabilidad del ámbito burocrático como modelo para la investigación social (Cornfield 1997b; Hodson 1995; Simpson 1989; Smith 1997). Reestructuración del lugar de trabajo, anomia y desigualdad económica

En términos históricos, la reestructuración del ámbito de trabajo desafía la viabilidad de éste como modelo para la investigación social. El desafío deriva de las modificaciones “postFordistas/Tayloristas” de la estructura de autoridad, división ocupacional del trabajo y relaciones de empleo del modelo burocrático que acompañan la reestructuración del ámbito de trabajo (Simpson 1999; Vallas 1999; Vallas and Beck 1996). Más aún, los gerentes corporativos reestructuran el ámbito de trabajo a fin de obtener mayor flexibilidad para la toma de decisiones y costos de producción más bajos como respuesta a la creciente competitividad económica global de la industria. En resumen, la reestructuración del ámbito de trabajo es un desafío para el modelo burocrático que resulta en parte de la decadencia del dominio corporativo estadounidense en la economía mundial. En términos sociológicos, la “reestructuración del ámbito de trabajo” es una transformación tridimensional de la estructura del ámbito de trabajo: 1) devolución de la toma de decisiones; casualization de las relaciones de empleo; y 3) cambio de la negociación colectiva por medio del gremio o sindicato obrero de los términos del contrato de empleo, a la negociación individual sin sindicato. “Devolución de la toma de decisiones” es la descentralización de la estructura de autoridad de la firma, en la que la toma de decisiones gerenciales y administrativas se disemina entre una gama más amplia de trabajadores no administrativos organizados a tal efecto en equipos de producción, círculos de calidad, programas de involucramiento del personal, etc. Como tal, el traspaso de la toma de decisiones no sólo descentraliza la autoridad, sino que también simplifica la división ocupacional de la labor al interior de la firma. “Casualization de las relaciones de empleo” es el desarrollo de un horizonte a corto plazo y un compromiso acotado en el tiempo entre empleador y empleado, en vez de la relación de empleo burocrática a largo plazo, recíproca y “full time”. La casualization cobra diferentes formas, incluyendo trabajo part-time y temporario, trabajo eventual, manejo de múltiples trabajos y outsourcing de tareas. El “cambio de la negociación colectiva por medio del gremio o sindicato obrero de los términos del contrato de empleo, a la negociación individual sin sindicato” se manifiesta en la decadencia de la participación gremial en los EE.UU.: de su punto máximo de 35,5% en 1945, el porcentaje agremiado bajó a 13,9 % en 1998 (U.S. Bureau of Labor Statistics 1979: 507 and 1999b). La decadencia de los sindicatos obreros en los EE.UU. es consecuencia de varias causas económicas, tecnológicas, sociales y políticas que discutiré en la siguiente sección de este paper (para reseñas ver Cornfield [1991] y Stern and Cornfield [1996]). Uno de los grandes desafíos para los investigadores de la sociología del trabajo consiste en documentar empíricamente el alcance de la reestructuración del ámbito de trabajo en la economía nacional. Ello es desafiante porque no hay suficientes datos longitudinales como para dar seguimiento a la forma en que se ha difundido a lo largo del tiempo la reestructuración del ámbito de trabajo en los sectores económicos e industriales y en las firmas. De las tres dimensiones de la reestructuración del ámbito de trabajo, el cambio de la negociación colectiva por medio del gremio o sindicato obrero de los términos del contrato de empleo a la negociación individual sin sindicato es el más fácil de documentar a partir de la caída de la actividad gremial, ocurrida en todos los principales sectores industriales y ocupacionales a excepción del empleo gubernamental (Bureau of National Affairs 1999; Cornfield [1991]; Stern and Cornfield [1996]). En contraste, la devolución de la toma de decisiones es prácticamente imposible de documentar a lo largo del tiempo debido a la ausencia de datos longitudinales a largo plazo. La tendencia a una mayor casualization de las relaciones de empleo sólo puede documentarse parcialmente con datos longitudinales sobre mantenimiento de múltiples empleos y empleo parttime. El porcentaje de empleados que trabajan en múltiples trabajos descendió de 5,5 % en 1956 a 4,5 % en 1974, y luego ascendió a 6,0 % en 1998 (Jacobs 1997: 68-69; U.S. Bureau of Labor Statistics 1983: 114, 1999: 221). El empleo part-time como un porcentaje del empleo aumentó de 14,0 % a 17,7 % entre 1968 y 1998 (Jacobs 1997: 45; U.S. Bureau of Labor Statistics 1999ª: 184). Independientemente del alcance de su difusión, la reestructuración del ámbito de trabajo consiste en tendencias contradictorias respecto de su impacto sobre la integración social en el ámbito de trabajo (Smith 1998). Por un lado, la devolución de la toma de decisiones tiene como finalidad aumentar la integración de los trabajadores al ámbito de trabajo involucrándolos en un rango más amplio de decisiones productivas satisfactorias y aumentando su compromiso, satisfacción laboral y productividad. Con la devolución, la investigación sobre la formación de las actitudes frente al trabajo ha virado de su tradicional énfasis sobre la relación entre el empleado y

su rol laboral inmediato, hacia un nuevo énfasis en la dinámica del trabajo grupal. La investigación sobre la dinámica del trabajo grupal ha empezado a evaluar el impacto del tamaño del grupo y su composición social sobre la satisfacción obtenida en el trabajo, el compromiso, “el comportamiento ciudadano organizacional”, y el desarrollo de la confianza en el ámbito del trabajo (ver, por ejemplo, Bolino 1999; Hodson 1997; Jones and George 1998; Kirkman and Rosen 1999; Lau and Murnighan 1998; Tsui and Farh 1997). Es poca la investigación que ha evaluado el impacto de la devolución sobre los niveles de productividad. Por otra parte, la casualization y la decadencia de los sindicatos implican un deterioro de la comunidad en el ámbito del trabajo y una atenuación del control social en el mismo –lo que Emile Durkheim denominó en términos generales como anomia. ¿Cuán anómico es el ámbito de trabajo reestructurado? Sólo últimamente los investigadores han comenzado a tomar en cuenta esta importante pregunta. La anomia creciente implica una disminución del control social y un potencial creciente para el crimen y otros tipos de “comportamiento desviado” entre los trabajadores afligidos en el ámbito de trabajo (ver por ejemplo Baxter y Margavio [1996], Hodson [1999], Leather et al [1999], Robinson and O’Leary Kelly [1999], Smith [1998] y el número especial de febrero de Work and Occupations sobre “crimen y el lugar de trabajo”). En su informe especial sobre el achicamiento de América, el New York Times reporta a partir de su encuesta de opinión de 1995 que aproximadamente dos tercios de los que respondieron a la encuesta sentían que los empleadores y los empleados se habían vuelto menos leales los unos con los otros en los últimos diez años, y que los colaboradores eran más competitivos que cooperativos el uno con el otro. Más de la mitad de los encuestados sentían que un estado de ánimo de disgusto se había desarrollado en muchos ámbitos de trabajo (New York Times 1996: 55). La reestructuración del ámbito de trabajo, en especial la casualization y la decadencia de los sindicatos, podría también estar asociada a la creciente desigualdad económica en los EE.UU. Es escasa la investigación que se ha orientado a responder esta importante pregunta (ver por ejemplo Barker and Christensen [1998] y Stern and Cornfield [1996]). Un aguzamiento de la falta de equidad en el ingreso ha coincidido con la reestructuración del ámbito de trabajo. De acuerdo al U.S. Bureau of the Census (1999), el coeficiente Gini –un indicador estadístico de primer orden- se incrementó en un 15 % entre 1967 y 1997. Datos recientes sugieren que los trabajadores que poseen arreglos no standard o alternativos en sus empleos tienden a tener condiciones de empleo inferiores en comparación con las de los trabajadores full-time. En 1997, de acuerdo al U.S. Bureau of Labor Statistics, 53,9 % de “trabajadores no eventuales”, en comparación con sólo 20,7 % de trabajadores eventuales y 7,0 % de empleados temporarios de agencia estaban cubiertos por seguros de salud provistos por el empleador; 44,2 % de trabajadores no eventuales en comparación con sólo 14,8 % de trabajadores eventuales, 10,4 % de empleados temporarios de agencia y 3,6 % de contratistas independientes, estaban incluidos en un plan de jubilación provisto por el empleador. Más aún, para 1997 los ingresos semanales promedio de los trabajadores eventuales full-time eran entre un 12 y un 23 % más bajos que aquellos de los trabajadores full-time no eventuales para ambos géneros y principales grupos étnico-raciales (U.S. Bureau of Labor Statistics 1998ª y 1998b). Por otra parte, si bien los sindicatos están en decadencia en los EE.UU., la paga por hora de los trabajadores agremiados ha superado a la de los trabajadores no inscriptos en los sindicatos entre un 22 y un 32 % entre 1973 y 1998 (Bureau of National Affairs 1999: 19). Los beneficios del sindicato en términos de salario fueron aún mayores para las mujeres y los trabajadores negros: entre 1973 y 1998, la paga por hora de las mujeres y los trabajadores negros agremiados superaba a la de los no agremiados entre un 15 y un 51 %; para los varones blancos, el salario medio por hora superaba al de los no agremiados por sólo un 8 a 19 % (Bureau of National Affairs 1999: 2121). Para sintetizar, es necesaria más investigación orientada a difundir la reestructuración del ámbito de trabajo y su potencial para aumentar la anomia en el lugar de trabajo y la desigualdad económica. Estas, a su vez, tienen una importante incidencia en la investigación sobre la revitalización del movimiento de los trabajadores. Anomia y desigualdad económica: sus implicancias para la revitalización del movimiento de trabajadores y la sociología del trabajo

La anomia y la falta de equidad económica que acompañan la reestructuración del ámbito laboral moldean las posibilidades de revitalización del movimiento de los trabajadores en los EE.UU. El movimiento obrero norteamericano se puso de pie para enfrentar a la anomia y la desigualdad económica que habían acompañado a la industrialización, la ampliación geográfica de los mercados, la concentración económica, la burocratización y la urbanización durante fines del siglo diecinueve y principios del siglo veinte en los EE.UU. (Cornfield 1991; Stern and Cornfield 1996). Durante este período, el movimiento de los trabajadores se adaptó a la emergencia de la “nueva” fuerza de trabajo no preparada, inmigrante, en las fábricas de manufactura corporativa en masa a gran escala como la industria automovilística, vestimenta, acero y electrónica. La adaptación constituyó una profunda transformación organizacional de los sindicatos: del gremialismo antiguo, excluyente, del trabajo manual, entre comerciantes experimentados (por ejemplo carpinteros, electricistas, trabajadores tipográficos, etc.), cuyo poder estaba en sus escasas habilidades y capacidad para restringir la provisión de trabajo, al nuevo gremialismo industrial, que incluía a todos los trabajadores en un mismo ámbito de trabajo independientemente de su tarea, ocupación o nivel de habilidad, y cuyo poder derivaba de su inclusividad. Tal como lo discutiéramos anteriormente, hacia 1950 el sindicalismo industrial, y no el sindicalismo del trabajo manual, se había tornado un componente del modelo burocrático del ámbito de trabajo y la relación de empleo burocrático en los EE.UU. Según lo mencionara anteriormente, sin embargo, el clímax del movimiento sindicalista norteamericano ocurrió a fines de los años ’40. Desde 1940, múltiples fuerzas sociales, políticas y económicas han conspirado para debilitar al movimiento de los trabajadores. La decadencia del sindicalismo norteamericano ha sido atribuida a la globalización del capital y la incapacidad de los estados nacionales para controlar el flujo de capitales y estandarizar las condiciones de trabajo a nivel internacional (Boswell and Stevis 1997); el paso de una economía obrera productiva a una economía de cuello blanco proveedora de servicios (Griffin et al 1990); derecho preferencial a compra debido al crecimiento del estado benefactor, la existencia de un sistema descentralizado de relaciones industriales y la ausencia de un partido político de izquierda (Western 1997); derecho preferencial a compra por parte de las grandes corporaciones no sindicalizadas por medio de la provisión de salarios en escala sindical y beneficios adicionales para disuadir a los trabajadores de la necesidad de agremiarse (Cornfield 1986, 1990); intimidación activa y violenta de los trabajadores durante las campañas electorales de los representantes sindicales (Friedman et al 1994); y valores socioculturales individualistas que disminuyen la demanda de sindicalización (Lipset 1998) (Para reseñas sobre la decadencia de los sindicatos, ver el “simposio sobre los trabajadores” en los números de marzo de 1994 y marzo de 1998 de Contemporary Sociology; el número especial de agosto de 1997 de Work and Occupation sobre “trabajo en las Américas”; Stern y Cornfield 1996: ch 4; y U.S. Commission on the Future of Worker Manager Relations 1994). La decadencia de los sindicatos en EE.UU. es también en parte atribuible al achicamiento de su rol social (Cornfield 1986, 1987, 1990, 1997ª). Junto con la transformación del sindicalismo del trabajo manual en sindicalismo industrial, el rol de los sindicatos estadounidenses cambió de “proveedor” a “defensor” durante el siglo veinte. Como proveedor, en los inicios del siglo veinte el sindicato no sólo servía como defensor de sus miembros negociando con los empleadores, sino que también proveía a los miembros una amplia serie de beneficios de asistencia social (por ejemplo seguro de desempleo, pensiones de jubilación, etc.) que eran financiados con derechos de membresía. Los primeros sindicatos controlaban además la provisión de trabajo por medio de pasantías administradas por ellos y hiring halls with closed-shop contracts con los empleadores. Como “defensor”, el sindicato contemporáneo se involucra en negociaciones colectivas y procesa querellas individuales de sus miembros, pero ya no desempeña funciones de bienestar social y provisión de trabajo. El cambio a lo largo del siglo de proveedor a defensor fue resultado de varias fuerzas, incluyendo la prohibición legal de closed-shop acuerdos laborales y la transferencia de la mayoría de las funciones de bienestar social y provisión de trabajo al estado y las grandes corporaciones privadas. Como consecuencia, el rol de los sindicatos se ha opacado a los ojos de los trabajadores y sus vidas cotidianas, contribuyendo a disminuir la demanda de sindicalización entre los trabajadores no agremiados. La anomia y desigualdad social que derivan de la reestructuración del ámbito de trabajo tienen importantes implicancias para la revitalización del movimiento obrero. La organización obrera

contemporánea en los EE.UU. que había cristalizado en los años ’50 con el modelo burocrático del ámbito de trabajo -por ejemplo, el sindicato industrial que funciona como un defensor- actualmente está siendo socavada por la reestructuración del ámbito de trabajo. Al mismo tiempo, sin embargo, la “nueva” anomia y falta de equidad económica moldean las posibilidades organizacionales de revitalización del movimiento de los trabajadores y una nueva agenda de investigación para la sociología del trabajo en los EE.UU. (Nissen 1997). Anomia, revitalización del movimiento de trabajadores y la sociología del trabajo Las tendencias contradictorias de reestructuración del ámbito de trabajo podrían tener influencias contradictorias a nivel de la demanda de sindicalización en ámbitos laborales reestructurados (Nissen 1997). Si los efectos integradores de la restitución de la toma de decisiones prevalecen en los lugares de trabajo, los sindicatos de trabajadores necesitarán continuar su confrontación con comunidades de trabajo controladas por las corporaciones que a menudo generan identificación del trabajador con su empleador más que con los sindicatos. De manera similar, la investigación sociológica continuaría examinando el impacto de programas controlados por los empleadores, post-Fordistas/Tayloristas, de involucramiento de los empleados, a nivel de la demanda de sindicalización por parte de los trabajadores. El impacto sobre la sindicalización de la anomia y la casualization de las relaciones de empleo, sin embargo, probablemente sea complejo. Por un lado, anomia y casualization podrían aislar físicamente a un trabajador de otro y erosionar cualquier sentido de comunidad ocupacional o del ámbito laboral entre los trabajadores. La atomización de los trabajadores resultante, y la dificultad para organizar a trabajadores que se hallan físicamente dispersos, disminuiría la posibilidad de sindicalización entre trabajadores en un ámbito de trabajo anómico y casualized. Por otro lado, el desarrollo de la anomia y la casualization en el trabajo podrían constituir para los sindicatos una oportunidad de ampliar sus roles a fin de organizar a aquellos trabajadores que buscan reconstruir un sentido de comunidad en sus vidas laborales. En otras palabras, los sindicatos podrían verse compelidos a retornar a sus más amplios roles como proveedores a fin de reconstruir comunidades en el ámbito laboral que, irónicamente, fueron destruídas por gerentes corporativos en su esfuerzo por reestructurar y racionalizar los ámbitos de trabajo corporativos. Mi reciente investigación del rol de los sindicatos como facilitadores del desarrollo de una comunidad sugiere que la demanda de sindicalización es en parte función de la demanda de comunidad por parte de trabajadores no agremiados en los EE.UU. (Cornfield et al 1998). Mis colegas y yo examinamos los determinantes de la demanda de sindicalización entre trabajadores no agremiados en la Encuesta Social General de 1991, una muestra al azar a nivel nacional de más de 500 trabajadores no agremiados en los EE.UU. Nuestros principales resultados sugerían que, independientemente de las actitudes individuales en el trabajo, el status socioeconómico y las características demográficas, los individuos que estaban menos integrados a sus comunidades tendían a ser quienes tenían los más poderosos deseos de sindicalizarse. Específicamente, encontramos que los individuos que se hallaban menos involucrados como miembros en asociaciones voluntarias, y los individuos que asistían a la iglesia con menos frecuencia, eran también los que tenían los más fuertes deseos de sindicalizarse. Nuestra conclusión Durkheimiana fue que los sindicatos contemporáneos podrían fortalecerse entre los trabajadores anómicos si ampliaran su rol cumpliendo un mayor espectro de funciones sociales y culturales en la vida cotidiana de los trabajadores. Este estudio sugiere además que la investigación en sociología del trabajo debería examinar las posibilidades Durkheimianas de revitalización de los movimientos de los trabajadores en los EE.UU. Hacerlo requiere una presunción de “agencia” –en este caso, que las acciones estratégicas e intencionales de los sindicatos como actores institucionales calculadores, en el contexto de un ámbito de trabajo anómico y relaciones de empleo casuales, podría transformar al ámbito de trabajo reestructurado en una oportunidad para el crecimiento de la afiliación a los sindicatos. Como consecuencia, futuras investigaciones en los EE.UU. debieran dedicarse a las condiciones sociales y organizacionales bajo las cuales los sindicatos contemporáneos pueden redefinir sus roles de defensores a proveedores y el impacto de esta redefinición de rol en los resultados de los impulsos organizativos de los sindicatos (Cornfield 1997b). Desigualdad económica, revitalización del movimiento de trabajadores y sociología del trabajo

La demanda de sindicalización entre trabajadores no agremiados es influenciada en parte por la falta de equidad económica asociada con la segmentación del mercado de trabajo en los EE.UU. La segmentación del mercado de trabajo es la diferenciación institucional y de status tanto de los trabajadores como de las tareas en función de las características ocupacionales, industriales, organizacionales, geográficas y político-legales de los empleadores, y por características de los trabajadores tales como género, raza, origen étnico, edad y educación. Resulta de desigualdades de acumulación de capital en firmas e industrias y de desigualdades en la asignación de los trabajadores de diversos ambientes sociales a trabajos de diferentes status sociales, estratificando efectivamente las oportunidades de los trabajadores en múltiples dimensiones del status social (Form 1995). Investigaciones previas muestran que la demanda de sindicalización entre trabajadores no agremiados en los EE.UU. es mayor entre los segmentos socioeconómicos más desfavorecidos en el mercado de trabajo: trabajadores de bajos salarios, minorías raciales y étnicas, y mujeres (Cornfield and Kim 1994; Cornfield et al 1998; Freeman and Rogers 1999). Estos grupos de trabajadores sufren condiciones de empleo inferiores y, tal como se muestra más abajo, experimentaron las mayores ventajas salariales al sindicalizarse, comparados con los hombres blancos. Más aún, los sindicatos de EE.UU. han buscado de manera agresiva captar a estos grupos de trabajadores en recientes movidas en pro de la organización de los sindicatos y en sus esfuerzos de lobby político y legislativo, derivados en parte de la alianza informal a largo plazo entre los sindicatos y el Partido Demócrata (Cornfield 1999). Poca o ninguna investigación se ha dedicado en los EE.UU. a la relación entre la creciente desigualdad en el ingreso y la segmentación del mercado de trabajo por un lado, y la creciente aprobación del público para con los sindicatos por otro. Los resultados obtenidos de la opinión pública en la Tabla 1 sugieren que los trabajadores que más se benefician con la sindicalización y que poseen orientaciones políticas pro-laborales expresan las mayores demandas de sindicalización. Los resultados del sondeo Gallup de opinión pública en la Tabla 1 indican que el nivel de “aprobación de los sindicatos” por parte del público aumentó entre 1981 y 1999, y que creció en proporción más alta entre los grupos más desfavorecidos socioeconómicamente –por ejemplo mujeres, no blancos, e individuos de las regiones pobres o des - industrializadas del sur y medio oeste de EE.UU. La Tabla 1 muestra asimismo que los individuos alineados con el Partido Demócrata han aumentado en gran medida su nivel de aprobación de los sindicatos por comparación con los individuos con otras orientaciones políticas. Para 1999 el nivel de aprobación de los sindicatos en los EE.UU. era mayor entre las mujeres, no-blancos, habitantes del medio oeste y demócratas. Se necesita mucha más investigación sobre cómo el nivel de demanda de sindicalización y los tipos de temáticas relacionadas con el empleo varían a lo largo del espectro completo de segmentos del mercado laboral (Freeman and Rogers 1999). Específicamente, es escasa la investigación que ha determinado cuáles tipos de temáticas relacionadas con el empleo –por ejemplo económicas, específicas del género, específicas de lo étnico-racial, y relativas al trabajo y la familia- están más y menos asociadas con la demanda de sindicalización. Asimismo, casi ninguna investigación ha comparado la demanda de sindicalización con la demanda de otros tipos de organización laboral, como asociaciones profesionales y equipos de trabajo controlados por los empleadores, y con la “demanda” de no organización. Con la reestructuración del ámbito de trabajo, el trabajador contemporáneo podría identificar con trabajo al empleador, o dadas la suficiente anomia y atomización, con sí mismo. La reestructuración del ámbito laboral, por lo tanto, compele a los investigadores a examinar la nueva complejidad de la relación entre el trabajador individual y la variedad de tipos de organización del trabajo, incluyendo los sindicatos.

Tabla 1. Porcentaje de norteamericanos adultos que “aprueban a los sindicatos” por género, raza, región y partido político, 1981-1999

1981

1999

55%

66%

Género Mujeres Varones

59% 58%

71% 61%

Raza No-blancos Blancos

63% 53%

78% 64%

Todos adultos

Región Sur Medio oeste Oeste Este

54% 60%

64% 62%

Partido Político Demócrata Independiente Republicano

59% 55% 47%

83% 64% 50%

49%

65% 54%

72%

Fuente: datos del sondeo de opinión Gallup citado en Cornfield (1999) La reestructuración del mercado de trabajo desafía a la sociología del trabajo a continuar ocupándose de los problemas y perspectivas de la organización del trabajo en los EE.UU. El desafío surge de la coincidencia de varias tendencias importantes: la decadencia de los sindicatos luego de la 2da Guerra Mundial, la creciente desigualdad en el ingreso, y la reestructuración de muchos ámbitos de trabajo. El desafío también surge por motivos intelectuales. El modelo dominante del ámbito de trabajo y de la relación de empleo en la sociología del trabajo –esto es, el modelo burocrático del ámbito de trabajo- es inconsistente con el cada vez más heterogéneo conjunto de modelos de trabajo y organización laboral que han acompañado la reestructuración del trabajo en los EE.UU. En su condición de cambio estructural social fundamental, la reestructuración del ámbito de trabajo efectivamente diversifica la división ocupacional del trabajo, la estructura de autoridad y las relaciones de empleo al interior de muchos espacios de trabajo. Simplemente monitorear y describir la forma en que se ha difundido la reestructuración del espacio de trabajo en firmas e industrias es un objetivo importante para la investigación futura. Las consecuencias de la reestructuración del trabajo –especialmente la anomia y la desigualdad económica- ameritan futuras investigaciones. Existen unos pocos signos preliminares de anomia y desigualdad económica que se han desarrollado asociados con la reestructuración del ámbito de trabajo. Es también importante examinar el desarrollo de la anomia y el aguzamiento de la desigualdad económica en relación con la segmentación del mercado laboral, en especial las variaciones relativas a ocupaciones, género, raza y etnia, región y orientación política. Finalmente, los problemas y perspectivas de la organización de los trabajadores debe examinarse a la luz de la reestructuración del ámbito de trabajo y la segmentación del mercado laboral. Investigaciones preliminares sugieren que la anomia y la desigualdad económica asociadas con la reestructuración del ámbito de trabajo moldearán las posibilidades de revitalización del movimiento de los trabajadores norteamericano. Más aún, la segmentación del mercado laboral interviene en los efectos de la reestructuración del ámbito de trabajo sobre el nivel de demanda de sindicalización y la variación de esta demanda en diversos grupos de trabajadores. La investigación en sociología del trabajo debiera dedicarse al impacto de la reestructuración del ámbito de trabajo sobre el potencial para la revitalización del movimiento de los trabajadores, por lo menos para evaluar el destino de la autodeterminación de los trabajadores en el siglo XXI en los EE.UU.

2.3. Teoría Evolucionista – Schumpeteriana. Aprendizaje y rutina. Ambiente y selección. Competencia central entre: micro, pequeña y gran empresa. Lo que en este artículo se propone es que los planteamientos más sólidos de la teoría de la evolución biológica pueden ser de suma utilidad para el análisis de problemas y, en general, de objetos de estudio de la administración de empresas. La teoría evolutiva es uno de los enfoques conceptuales de las ciencias sociales menos difundido; por ello, el objetivo de este artículo es identificar el estado de la cuestión del pensamiento evolucionista, desde sus orígenes más remotos hasta los autores más contemporáneos e influyentes, en ese contexto, se destaca el papel protagónico de Schumpeter y su legado. A partir de estos planteamientos conceptuales se mostrará el herramental adecuado para estudiar determinados problemas de la administración de empresas. Los autores evolucionistas suponen que el único método de evolución económica es el de la regeneración de los espacios vacíos dejados por las viejas industrias, eliminando, por descontado, la regeneración de la tecnología obsoleta, la cual se va acumulando y transformándose en desperdicios. Por ende, el flujo de la productividad del capital formado por el progreso cada vez se reduce más debido a la decreciente disponibilidad de capital natural, como consecuencia del uso desmedido de los recursos naturales. Asimismo, los procesos de crecimiento económico se caracterizan por los constantes efectos de retroalimentación entre las distintas variables consideradas, estableciendo un proceso causal continuo que genera tendencias de crecimiento o de decadencia donde una vez que se establece un ciclo, éste se vuelve muy difícil de romper y frecuentemente se requiere de una intervención externa mayor para modificarlo. Los precursores de la teoría de la evolución biológica en el estudio de las ciencias sociales La teoría de la evolución fundamentalmente se enfoca en el uso de las analogías o conceptos de la biología para analizar el comportamiento de las instituciones y sistemas sociales. La relación entre las ciencias sociales y la biología, de la cual las ciencias sociales toman conceptos y esquemas de análisis desarrollados para el estudio de la evolución de organismos y sistemas biológicos, tiene sus orígenes en el periodo de los fisiócratas en el siglo XVIII. Posteriormente, durante el siglo XIX algunos auto- res de la Escuela Histórica Alemana, como Wilhelm Roscher y Gustav von Schmo- ller, particularmente en su Methodenstreit (Discusiones en torno al Método) hicieron constantes referencias a los aspectos biológicos al analizar las relaciones entre las empresas, los sistemas económicos y el entorno en el que éstos subyacen. A inicios del siglo XX Thorstein Bunde Veblen, en su libro The Place of Science in Modern Civilisation (El lugar de la ciencia en la Civilización Moderna, de 1919), in- tentó desarrollar una teoría socioeconómica de la evolución basada en los principios darwinianos de herencia, variación y selección. Veblen consideró a los instintos, con- venciones, hábitos e instituciones como las unidades de herencia, mutación y selec- ción en las sociedades humanas. Para Veblen la evolución de las sociedades y de las organizaciones implicaba la modificación de las preferencias individuales conforme la sociedad adquiría nuevos conocimientos o desarrollaba nuevas ideas y conceptos. Para este autor los individuos, las organizaciones y el entorno social estaban en un continuo cambio motivado por su interacción. A diferencia de Marx, para Veblen la evolución estaba indeterminada, pues sufría múltiples forcejeos, movimientos late- rales y retrocesos, por lo que estaba, finalmente, sujeta a decisiones azarosas y de la cambiante voluntad humana. Alfred Marshall, uno de los más destacados miembros fundacionales de la corriente neoclásica de economía en los inicios del siglo XX, reconoció la necesidad de que la economía explorara el uso de los principios de la teoría de la evolución biológica (v.g. admitió el carácter estático de los conceptos extraídos de la mecánica clásica), aunque opinaba que era demasiado complejo el aparato analítico necesario para tal objetivo. Su análisis enfatiza los cambios irreversibles de la actividad económica, sugiriendo la presencia de un tiempo real distinto del tiempo mecanicista, propio de la economía neoclásica. Para él, las mismas condiciones en momentos distintos no producen los mismos resultados y, además, muy probablemente, nunca se vuelven a dar esas mismas condiciones. Un aspecto a destacar en su obra es el proceso de ajuste de la empresa a largo plazo puesto que, si bien no hay una referencia explícita a la metáfora biológica, sí ha sido

utilizado posteriormente por los evolucionistas para explicar el proceso de selección en la sociedad. En este proceso las empresas y las comunidades de individuos cambian de dimensión y su número varía. Por ejemplo, si el precio de los productos de una industria aumenta, la producción y tamaño de las empresas en expansión también lo hacen,se retarda el declive de las empresas en recesión y crece el número de empresas. Si el precio de los productos disminuye, lo hará la producción, se acelerará la caída de las empresas en recesión, se postergará el crecimiento de las que estén en expansión y, muy probablemente, disminuirá el número total de empresas. Las causas por las que unas comunidades crecen y otras no, así como por qué unas sobreviven y otras desaparecen, se debe, para este enfoque, a la existencia de un ciclo de vida de las organizaciones que está asociado al de la tecnología. En la primera fase del ciclo, en donde hay un fuerte crecimiento de la demanda, generalmente las empresas son de ta- maño reducido y generan recursos limitados. La segunda fase es de declive, donde se disponen de más recursos, pero faltan los incentivos. La tercera fase es de madurez; en ella se dispone del marco y de los recursos adecuados y proliferan las pequeñas innovaciones de proceso o de producto. Para los autores evolucionistas las ciencias sociales se estructuran en función de sis- temas dinámicos, complejos e interdependientes que se despliegan en un tiempo his- tórico e irreversible. Para estos científicos, los agentes deben tomar decisiones cuyo impacto sólo se evidencia luego de un tiempo considerable: en contextos de incerti- dumbre e interacciones holísticas entre los agentes y las variables agregadas. Como lo señala Jiménez Herrero (1996), la visión global, holística y macroscópica intenta ver por qué el conjunto es más que la suma de las partes y de explicar las relaciones dinámicas de las partes en el todo, del todo en las partes y del todo en las totalidades. Este enfoque se interesa particularmente en la relación entre el Hombre y la Naturaleza en su complejidad, en su totalidad y en su dinámica propia. Los trabajos de Alfred Marshall y Thorstein Veblen se complementaron con las in- vestigaciones de Joseph A. Schumpeter (a partir de 1912). Este economista de origen austriaco definió la evolución en términos de los cambios que tienen lugar en el seno de las organizaciones; colocó al cambio tecnológico en el centro de la evolución y al empresario como el ente innovador de las empresas. Intentó hacer compatible el concepto del equilibrio general walrasiano con la evolución. Para el enfoque schumpeteriano son los empresarios y/o los consejos de administra- ción los encargados de modificar el estado de las cosas: en su afán por incrementar ganancias, modifican rutinas y, al hacerlo, crean nuevas trayectorias de evolución para las cuales hay que crear nuevos hábitos y nuevas instituciones. En el caso de las grandes empresas las decisiones se asumen por los consejos de administración u otros cuerpos colegiados, quienes son los responsables de generar nuevas trayectorias de evolución. La noción del empresario, como tomador único e infalible de decisiones, es un enfoque obsoleto que no tiene aplicación en el seno de las grandes empresas; cosa que en su día Schumpeter no fue capaz de prever. A partir de los trabajos de Milton Friedman (1953) el enfoque neoclásico y sus versiones derivadas, inverosímilmente consideraron que la evolución ocurre en un am- biente estático (y con una función y objetivo atemporal o inmutable en el tiempo), donde no existe interdependencia alguna entre el entorno y los agentes que radican en él, y que todo tiende a un equilibrio estable e inmutable debido al surgimiento de un orden natural espontáneo. Autores de esta interpretación están identificados con la Escuela de economía de Chicago, y entre sus más destacados exponentes figuran Milton Friedman, Gary S. Becker, Jack Hirsleifer y Gordon Tullock y A. Friedrich von Hayek de la Escuela Austriaca. La limitante básica del análisis de la Escuela de economía de Chicago y de la Escuela Austriaca de economía es que no consideran la interacción entre los distintos tipos de organismos ni la interacción entre éstos y su medio ambiente. El legado de Schumpeter al estudio de la administración de empresas Contrario a lo que han escrito autores de la Escuela de economía de Chicago, Schumpeter (1912) consideró que una organización que se rija por parámetros capitalistas nunca deja de moverse, por tanto, es imposible estudiarla a partir del postulado de estacionalidad. La persecución de las utilidades y la acumulación de capital con- ducen a un aumento en el crecimiento. El impulso fundamental que alimenta dicho crecimiento proviene de los nuevos bienes consumibles, los nuevos métodos de pro- ducción, nuevos mercados y nuevas formas de organización de los individuos. El proceso de cambio es cualitativo, pero también cuantitativo. Prueba de ello es que las

viejas industrias constantemente son reducidas en su alcance, e incluso algunas han desaparecido y han dado paso a otras nuevas. El resultado no ha sido únicamente una expansión cuantitativa de las organizaciones, sino también un cambio cualitativo en las estructuras. La creación de nuevas empresas y la desaparición de las viejas es lo que para Schumpeter es la destrucción creativa. La destrucción creativa schumpeteriana se refiere a que para, crear algo nuevo, es necesario destruir gran parte o la totalidad de lo viejo. Bajo este enfoque, la historia de la humanidad puede clasificarse en dos tipos de etapas: a) las de cambio incre- mental; y b), las de cambio de paradigma tecnoeconómico. En las primeras se ha mejorado lo existente hasta llevarlo casi al límite de sus capacidades; una vez que ha estado muy cerca del límite, las deficiencias de la tecnología, de la organización y del sistema socioeconómico se han vuelto patentes y con ello ha iniciado una frenética búsqueda para identificar y evaluar caminos alternativos de evolución. Las segundas se refieren a una nueva concepción para enfrentar los problemas y los métodos para solucionarlos. Cuando estas condiciones tienen lugar en una sola industria o región se habla de un cambio de trayectoria tecnológica; cuando se da en toda la sociedad, se trata de un cambio de paradigma tecnoeconómico (Freeman y Pérez, 1988). En ambos casos se trata de una modificación de los problemas que se consideran relevantes y de lo que se cree que son las formas correctas de solucionarlos. Al darse un cambio de para- digma o de trayectoria, algunos o varios de los conocimientos, rutinas e instituciones desarrollados bajo el paradigma anterior se vuelven obsoletos por ser contrarios a las prácticas que ha impuesto la nueva trayectoria o paradigma para poder ser instru- mentado. Por ende, la destrucción creativa se refiere a una forma de competencia sustancialmente distinta a la que se pudiera encontrar en la teoría neoclásica. Lo que Schum- peter (1912) propone es un proceso que relega al equilibrio puramente competitivo. En virtud de lo anterior, la amenaza real para una organización está constituida por la introducción de una nueva tecnología por un competidor. Las innovaciones en los productos y la tecnología en la producción de los mismos, los mercados y los méto- dos de organización se suceden en forma de olas. Los empresarios son atraídos hacia el uso de tecnología de punta y los productos más innovadores; a la postre, estos as- pectos se convierten en el motor del crecimiento económico que conllevan a generar una expansión de los mercados. Durante esta fase de acelerado crecimiento econó- mico, el capital (v.g. los empresarios y/o los consejos de administración) es atraído hacia los motores de crecimiento e ignora otras variantes o posibilidades. A menudo, los nuevos empresarios inician nuevas tecnologías y crean empresas que sirven para colocar productos en nuevos nichos del mercado o emular a los mismos pioneros. La formulación de varias alternativas de evolución, que superen las deficiencias de la línea de evolución seguida hasta el momento, es un proceso que requiere de un periodo de entre cinco a quince años. El proceso de selección de la nueva alternativa dominante (nueva trayectoria tecnológica o nuevo paradigma tecnoeconómico) es un proceso que toma otra década. Por tanto, el tiempo que transcurre entre la detección de los límites del crecimiento de un paradigma o trayectoria, y su sustitución por otra mejor adaptada a las nuevas condiciones, es un proceso que toma de diez a veinti- cinco años. Ha sido una constante que, cuanto mayor haya sido el éxito del paradigma o trayec- toria anterior y cuanto más radical sea el cambio propuesto, mayor tiempo tardará en darse la transición. La destrucción creativa de Schumpeter sugiere que la industria tiene patrones de ciclos de vida de desarrollo caracterizados por un rápido creci- miento inicial y una reducción subsiguiente del crecimiento, y en algunos casos, un declarado declive. Una industria crece rápido, hasta que llega a saturar el mercado, na vez que este periodo llega a su fin; por lo que el crecimiento de la demanda del producto se relaciona con el ingreso y el crecimiento de la población en la medida en que crezca la competencia con nuevos productos y nuevas tecnologías que entren al mercado y sean capaces de atraer a los consumidores.1 La propuesta general de Schumpeter enfatiza que el sistema económico se mueve empujado por los nuevos bienes de consumo, los nuevos métodos de producción y de transporte de las mercancías, los nuevos mercados y de las nuevas formas de or- ganización industrial que generan las empresas. Señaló la diferencia entre el simple mejoramiento de tecnología y el

movimiento lateral de procesos nuevos; para él, un sistema que utilice sus recursos óptimamente, con el paso del tiempo podría resultar inferior a otro sistema que no se desempeñe tan óptimamente, pero que sea más in- novador. Sin embargo, Schumpeter no fue capaz de identificar que se puede innovar sin necesariamente destruir. La supervivencia es posible (incluso si se continúan si- guiendo los viejos cánones con los que se ha procedido) si se muestra adaptabilidad al cambio. La teoría de la evolución biológica contemporánea En la década de los setenta algunos economistas revivieron el interés por incorporar al conjunto de herramientas del análisis económico el uso del análisis de la evolución biológica. El autor pionero de este enfoque fue Nicholas Georgescu–Roegen (1967 en adelante).2 Sus principales aportaciones se centraron en las implicaciones de la Ley de la Entropía en el análisis de las organizaciones, las nociones sobre la escasez absoluta y sus contribuciones sobre la integración de conceptos de la termodinámica en la economía. En 1971 este autor publicó su The Entropy Law and the Economic Process (La ley de la entropía y el proceso económico). Para Georgescu–Roegen (1978) el crecimiento de las organizaciones está caracterizado por redistribuciones cuantitativas dentro de un espectro de bienes cualitativamente constantes. Esta apre- ciación se fundamenta en los principios termodinámicos, en virtud de que bajo la óptica de las ciencias físicas no es posible la creación de materia y, por lo tanto, el proceso de producción en realidad es un proceso de transformación de la materia a 1 Una excepción importante a lo dicho por Schumpeter fue planteada por Burns (citado en Booth, 1998: 13) cuando indica que “la economía, comprendida como un sistema, no experimenta un retroceso en el crecimiento, pero ello no implica que las industrias lo hagan inevitablemente”. Esta consideración im- plica que las nuevas industrias van regenerando el crecimiento que han dejado las antiguas industrias: en adición a lo anterior, la incorporación de nuevos sectores que aportan tecnología y producción a la economía hacen que ésta se expanda, y con ello se evite el declive de la misma. 2 Para un profundo conocimiento de la obra de Georgescu–Roegen se recomienda especialmente ver Carpintero (2006) y Naredo (2003 y 2006). través de la manipulación de la mano del hombre (si bien sí hay una degradación energética, sustentada en el principio de la entropía). Por tanto, el crecimiento de las empresas es un proceso que conduce a la producción de bienes nuevos, en los que implícitamente hay una homogeneidad cualitativa; de ahí que el proceso económico se caracterice por generar redistribuciones cualitativas dentro de un ámbito de bienes cualitativa y cuantitativamente cambiantes. Nicholas Georgescu–Roegen fue objeto de múltiples reconocimientos en vida.3 Sus teorías se popularizaron por su originalidad y por la manera tan arrolladora con la que las exponía, pero una vez que murió (en 1994) ha sido evidente el paulatino proceso de olvido del que han sido objeto. Estas ideas, sin embargo, por derecho propio me- recen estar consideras en los planes de estudio de economía y administración debido a que de manera magistral exponen la transdisciplinariedad de la economía y de las ciencias exactas (principalmente de la biología, pero también de la física y de la quí- mica), y su perfecta sintonía en torno a objetos de estudio de interés mutuo. Lo que no alberga lugar a dudas es que las propuestas planteadas por Georgescu Roegen han sido capaces de generar nuevas discusiones en torno a ámbitos que, hasta antes de él, nadie se atrevió a plantear. Otro autor de notable importancia fue Herman Daly (1968 en adelante), quien se dio a la tarea de fusionar conceptos de la biología y la ecología en el análisis económico, tales como el de capacidad de carga.4 Para este profesor, en su The Economics of The Steady–State (La economía del estado estacionario, de 1974), el crecimiento económico es el aumento natural de tamaño por medio de la adición de material a través de la asimilación; mientras que el desarrollo económico es la expansión de las posibilidades con las que cuenta y, de ese modo, acceder a un estado superior y mejor. En el estricto sentido de las competencias de las empresas, el proceso de evolución económica es una manera particular de evolución, en el que concurren elementos como la organización económica, las mercancías (en tanto que son el insumo que dinamiza el interés de los consumidores), las tecnologías, los productores y el resto de los agentes económicos. En 1973 Richard Nelson y Sydney Winter publicaron

Blaug Analysis of the Corporation (Análisis de la Corporación); en 1975 se publicó Socio3 (1985) indica que en 1971 Georgescu–Roegen fue distinguido como miembro de número de la prestigiosa American Economic Association (Asociación Estadounidense de Economía) y Szenberg (1992) señala que, incluso, la American Economic Review le dispensa un trato de admiración, cosa muy poco frecuente para los casos de economistas considerados como heterodoxos. 4 Daly (junto con Naredo, Grinevald, Gowdy, Mayumi y Valero, entre otros) ha sido uno de los principa- les responsables de que la obra de Georgescu–Roegen paulatinamente recupere el lugar que por dere- cho se ha ganado, y de que en la actualidad otros economistas estén descubriendo el material analítico de su legado. biology: The New Synthesis (Sociobiología: una nueva síntesis) de Edward Wilson; y por último, en 1982, Richard Nelson y Sydney Winter publicaron su influyente libro Evolutionary Theory of Economic Change (Teoría evolucionista del cambio económico), en el que argumentaban que las interacciones entre los individuos, las empresas y su entorno regresan al centro del cambio económico, tal y como en su día lo explicaron Veblen y Schumpeter. A partir del trabajo de Nelson y Winter ha habido un resurgimiento del interés sobre este enfoque y de los temas que considera relevantes. Algunos trabajos realizados en las décadas de los ochenta y noventa fueron: Norman Clark y Calestous Juma, Long–Run Economics (Economía del largo plazo); Brian Loasby, Equilibrium and Evolution (Equilibrio y evolución); Bart Verspagen, Uneven Growth Between Inter- dependent Economies (Crecimiento desigual entre economías interdependentientes); Gary S. Becker, Altruism, egoism, and genetic fitness: economics and sociobiology (Altruismo, egoísmo y puesta en forma de la genética: economía y sociobiología); Geoffrey Hodgson, Economics and Biology (Economía y biología) y más reciente- mente The evolution of institucional economics: agency, structure and Darwinism in American Institutionalism (La evolución de las instituciones económicas: agencia, estructura y Darwinismo en las instituciones estadounidenses); Richard England, Evolutionary Concepts in Contemporary Economics (Conceptos evolucionistas en la economía contemporánea); Jack Vromen, Economic Evolution (Evolución eco- nómica); Christopher Freeman y Luc Soete, The Economics of Industrial Innovation (La economía de la Innovación Industrial); Giovanni Dosi (et al.) su multicitado Technical Change and Economic Theory (Cambio tecnológico y teoría económica), Kenneth Boulding, Evolutionary Economics (Economía Evolucionista), y su original propuesta teórica sobre la idea del balance de materiales (derivadas de los principios físicos) como es el concepto space–ship–earth, en el cual se concibe a la Tierra como una nave espacial, o proceso cerrado; y Daniel C. Dennett, Freedom Evolves (Evolución de las libertades). Particularmente se recomienda el trabajo de Nelson y Winter (1982) y las contribuciones de Loet Leydesdorff (a partir de principios de los setenta). Para estos autores los elementos que caracterizan a la teoría evolucionista se distinguen porque: a) El foco de atención se centra en una variable (o un grupo de ellas) que cambia con el tiempo y es de sumo interés el entendimiento del proceso dinámico que está detrás del cam- bio observado; y b), La variable o sistema en cuestión sufre variaciones parcialmente azarosas y existen mecanismos de selección sistemática entre esas variaciones. El cúmulo de las teorías planteadas por los autores evolucionistas señalan que en todo proceso de evolución se encuentran los siguientes aspectos: a) El replicador evolutivo o mecanismo de transmisión; b) El principio de variación; y c), El mecanismo de selección. Afirman que, si bien pueden existir algunos otros errores de frecuencia mí- nima que ocasionen una interacción positiva, el resultado final es que el portador del gen estará dotado de una ventaja evolutiva y, en función de ella, los organismos son capaces de sobrevivir y de transmitir las características genéticas a sus descendientes. Éste es el principio de la selección natural que caracteriza a la evolución darwiniana. En este tipo de evolución los genes son los mecanismos de transmisión. El principio de variación es el error de copia (el mecanismo de selección es aleatorio) proveniente de una mutación y que produce cambios graduales sucesivos. La función ambiental es definida como la capacidad del proceso natural, y sus com- ponentes, de proveer bienes y servicios que satisfagan las necesidades humanas, di- recta o indirectamente. Para los pensadores de la teoría de la evolución biológica los grupos en los cuales se clasifican las funciones ambientales son: a) Las funciones de regulación de los

procesos ecológicos; b) Las funciones de carga, principalmente la provisión de espacio físico; y c), Las funciones de producción de recursos ma- teriales y energéticos. Estas funciones son insustituibles y no es correcto que se dé una en perjuicio de otra: el criterio fundamental es que todas las funciones son un bien económico escaso. Por tanto, el flujo entre energía y materia dentro del sistema económico es concebido como un proceso relativamente lineal y unidireccional, no circular; considera que la energía y la materia fluyen del medio ambiente al sistema económico y generan un desperdicio de materia y calor que fluye del sistema económico al medio ambiente. El flujo comienza con el agotamiento de la energía y los recursos materiales y termina con la contaminación del medio ambiente con material de desperdicio y calor. Bajo estos principios, el flujo de materia en la producción y el consumo es un proceso entrópico. Éste consiste en que altas concentraciones de energía son convertidas en artefactos útiles para la producción y el consumo; durante esta etapa los artefactos son convertidos en desperdicio. La energía de la naturaleza (v.g. el Sol, el viento, etc.) causa que la materia se disperse; para volver a reconcentrar ese material disperso se requiere una cantidad muy importante de energía orientada a la regeneración de toda la materia que se ha utilizado, lo que hace que el reciclaje al 100% sea prácticamente imposible. En consecuencia, tanto la materia como la energía son entrópicas. Una de las consecuencias del desarrollo de la teoría de la evolución biológica ha sido la reintroducción en el análisis económico de la dependencia secuencial y, con- secuentemente, de la historia, de la irreversibilidad en el desarrollo de la actividad económica y del valor de la diversidad como mecanismo de adaptación y supervi- vencia ante la importancia de la interacción continua entre los agentes económicos. Estos estudios han contribuido a recuperar la importancia del espacio geográfico y la importancia de los valores sociales como medios que faciliten la acción individual y colectiva. En el campo de la política económica, las meso–políticas y la acción de las autoridades locales y sectoriales han instado a recobrar importancia en virtud de la recuperación del espacio geográfico, del aprendizaje y de la historia en el análisis económico. Este enfoque goza de un notable vigor intelectual, si bien es relativamente reciente; prueba de ello son las publicaciones y encuentros generados por la Society for Ecolo- gical Economics (Sociedad para la Economía Ecológica) y en el seno de la prestigio sa revista científica Evolutionary Economics (Economía Evolucionista). Desde esta organización se han promovido interesantes trabajos, como son los modelos de siste- mas ecológico–económicos o de la economía energética (a partir de los trabajos se- minales de Costanza, 1997). Las instituciones que más generosamente han abrazado el enfoque evolucionista (si bien no como único punto de vista) son las universidades de Kent, Exeter, Columbia, Nueva York, Bocconni, Maastricht y, muy particularmente, la Universidad de Duke, en donde se preservan los archivos de Georgescu–Roe- gen. Sus trabajos han sido particularmente influyentes en los siguientes campos: a) El impacto generado por el cambio tecnológico en las organizaciones; b) La capacidad de adaptación de las organizaciones en un entorno de cambio constante; c) La racio- nalidad limitada de los agentes; d) La forma en la que fluye la información; e) La generación del conocimiento y su eficiente y eficaz difusión; f) La variedad, novedad e indeterminación; g) La teoría del caos y la dinámica no–lineal; h) Las relaciones entre individuos, grupos e instituciones; y i), El papel del empresario en el desarrollo económico, entre otros.5 Los principios de la teoría de la evolución biológica y su utilidad para el estudio de la administración de empresas. Las investigaciones de los economistas partidarios de la teoría de la evolución bioló- gica están fundamentadas en: a) La inestabilidad del equilibrio y en la imposibilidad de alcanzarlo; b) El estudio de los agentes como satisfactores de metas; c) Que los fenómenos económicos se desarrollan en un entorno cambiante; d) La racionalidad limitada de los agentes; y e), En las relaciones no–lineales entre variables económi- cas, entre otras. Algunos de los resultados derivados de las investigaciones empíricas 5 Por otro lado, el interés en el estudio de los problemas ecológicos y su vinculación con la economía también ha sido abordados por investigadores de otras Escuelas, como es el caso de Faber, Niemes y Stephan (1987) desde la perspectiva neoaustriaca, y muy en especial desde la Montpellerin Society (Sociedad

Montpellerin).se han orientado a: a) La modificación en la definición de los problemas económicos; b) Que uno de sus principales objetos de estudio ha transitado de la asignación óptima de factores escasos con usos múltiples, dadas determinadas preferencias inmutables (de la economía neoclásica), a la identificación de las características y patrones de ajuste continuo exitoso, y a condiciones y preferencias permanentemente cambiantes (de la economía evolucionista). Con estos mimbres, para los autores del enfoque evolucionista el comportamiento de la economía se caracteriza porque: a) Los precios siguen a los costos de pro- ducción; b) Las empresas funcionan bajo condiciones de economías de escala no decrecientes; c) La creación de productos o servicios está sujeta a un número limi- tado de tecnologías de producción; d) La sustitución en el consumo por cambios en los precios relativos es restringida; e) Los fenómenos económicos son secuenciales e irreversibles; f) Los mercados no siempre son capaces de asimilar las decisiones que asumen los agentes económicos; g) Los mercados y los procesos que ocurren en ellos son instituciones específicas que están sujetos a convenciones culturales y de ámbito temporal; h) Los sistemas económicos se rigen por elementos meta–económicos; y i), En ciertos casos, las combinaciones de elementos macro, meso, micro y meta económicos son capaces de producir sistemas nacionales de producción e innovación exitosos. Asimismo, para la teoría de la evolución biológica las señales que las empresas reci- ben del sistema económico en el que operan son de tres tipos: a) Las oportunidades tecnológicas y los beneficios esperados que están asociados a ellas (tanto en sus pro- pios productos como en otros diversos); b) El comportamiento actual y esperado de la demanda por sus productos y otros productos; y c), Los cambios en costos, precios, cantidades y rentabilidades en los mercados en los que operan, y en algunos otros. El primer grupo de señales corresponden a las oportunidades de innovación/imita- ción/mejora tecnológica o estrategia de ajuste schumpeteriana. El segundo grupo de señales se relaciona con la búsqueda de oportunidades de crecimiento o estrategia de ajuste keynesiana. El tercer grupo de señales se refiere a los ajustes de precio y/o cantidad con tecnología constante o estrategia neoclásica de ajuste. En todo momento debe recordarse que la dirección y grado de los procesos de ajuste microeconómicos están determinados por las políticas, reglas sociales implícitas, formas dominantes de organización y coordinación entre los agentes económicos, así como el grado y forma en que se enfrentan los conflictos industriales y laborales y sus soluciones. Como lo señala Dow (2001), las teorías de la evolución biológica argumentan su rechazo a tres axiomas considerados como incuestionables por la teoría neoclá- sica: a) La neutralidad del dinero; b) La fácil sustitución en el consumo y en laproducción; y c), La predecibilidad del futuro. A partir de estos elementos la teoría evolucionista puede resultar de suma utilidad para el estudio de la administración de empresas, bajo las siguientes consideraciones: La tasa de inversión es la variable que determina el crecimiento de las empresas y la distribución de los beneficios. El efecto ingreso supera al efecto sustitución. En el largo plazo las fuerzas del mercado no siempre son suficientes para condu- cir a un crecimiento de las empresas. Las instituciones monetarias y crediticias desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de las empresas; para el efecto, es primordial la flexibilidad del sistema bancario, porque de ello dependerá su capacidad para responder a la demanda que las empresas ejercerán en busca de crédito. Se reconoce la existencia del poder y la influencia que ejercen las empresas transnacionales y de que, en muchos casos, gobiernos y sindicatos están subyu- gados a éstas. Los precios y los salarios están administrados por el mercado, lo que significa que las decisiones de los usuarios y consumidores no inciden sobre los precios. No es factible controlar los procesos inflacionarios mediante instrumentos de política monetaria porque ésta es resultado de un conflicto sobre la distribución del ingreso; razón por la cual es indispensable una política de ingresos. Los mercados en absoluto son competitivos, lo que significa que la distribución del ingreso no se realiza a través de los diferentes mecanismos que impone el mercado.

Se da por sentada la aceptación de la existencia de la incertidumbre (en lugar del riesgo). El Hombre es un ser social, que goza de racionalidad limitada y que busca al- canzar metas (contrario a los planteamientos de los neoclásicos, que dan por hecho que el Hombre es un ente solitario, racional y plenamente maximizador de recursos). Las leyes de la oferta y la demanda son interdependientes. El dinero es una medida de valor que permite reducir la incertidumbre (los auto- res neoclásicos consideran que sólo es un medio de cambio). A partir de los anteriores puntos, las teorías evolucionistas resultan particularmente sugerentes para investigar sobre los fundamentos macroeconómicos del comporta- miento microeconómico debido a que se da por descontado que existe una influencia interdependiente entre ambos niveles de actividad. Esta cuestión permite argumentar la necesidad de defender la pertinente participación del Estado a través de la creación de instituciones y organizaciones potentes y de la selectiva y limitada regulación de las empresas privadas; todo lo cual permitirá atemperar la incertidumbre. Empero, la presencia del ente gubernamental debe ser inmanente en aquellos sectores consi- derados como neurálgicos, como lo es el de la educación y la generación de conoci- miento, la sanidad, la creación de infraestructuras productivas y de transporte, ello con la esperanza de que a la postre tenga lugar una retroalimentación de la inversión privada. Ha sido recurrente que, aquéllos que no comprenden o desconocen suficientemente la teoría de la evolución biológica (y el magnífico acervo de conocimientos generados en su seno) y la utilidad que puede representar para el estudio de las ciencias sociales en lo general, y de la administración de empresas en lo particular, han optado por el fácil camino de descalificar a los evolucionistas por considerarlos como marxistas camuflados. Pero nada más lejos de la realidad. El cuerpo de la teoría evolucionista se resiste a aceptar el nocivo encasillamiento del que han sido objeto otros enfoques teóricos. Las legítimas reivindicaciones de los científicos sociales que son partida- rios del enfoque evolucionista se sustentan en sólidos conocimientos teóricos y en investigaciones empíricas que nada tienen que envidiar al enfoque dominante ni a los históricamente conocidos como heterodoxos porque, está claro, su valor va más allá de las consideraciones y erradas interpretaciones de neoclásicos o neomarxistas. Naredo (2003 y 2006) erróneamente señala que la teoría de la evolución biológica considera que la actividad económica capitalista es la principal causa del deterioro ambiental, y que los máximos responsables son las grandes empresas multinaciona- les, el sistema financiero internacional, los países ricos, en especial Estados Unidos, en su calidad de primera potencia hegemónica, y los países pobres, en tanto que dirigen sus esfuerzos para parecerse a los ricos. Este enfoque, sin embargo, omite deliberadamente los trade offs. Como lo apunta Winter (2005) es una exageración creer que la culpa de todos los males que aquejan a la humanidad proviene de esos grandes agentes, y no que también acusa a una responsabilidad en el fuero interno de cada individuo, de cada localidad, de cada región y, en última instancia, de cada país. La creencia de que los mega–agentes y el mercado son culpables es un enfoque radical que no ha hecho más que dañar al pensamiento evolucionista. En el análisis de los trade–offs se deben tomar en cuenta los costes a que se refiere Naredo (2006), pero también a los beneficios. Los principios de la teoría de la evolución biológica se centran en el uso de los concep- tos de la evolución biológica para analizar el comportamiento de las organizaciones y sistemas económicos. El estudio del crecimiento y el desarrollo por los evolucionistas enfatiza que las posibilidades de progreso del sistema económico dependen fundamentalmente de su capacidad para innovar, y no tanto en la esperanza de alcanzar un estado estacionario. Para este enfoque desarrollo y crecimiento en realidad son dos procesos diferentes: el crecimiento se orienta a una trayectoria de insostenibilidad, mientras que el desarrollo se interesa en ser sostenible. Sin embargo, el desarrollo no es posible si antes no se produce un proceso de crecimiento; este supuesto determina que a partir de la dinámica que se genera en los procesos de cambio acumulativo (que son típicos del crecimiento económico) son posibles las transformaciones radicales (que son típicas del desarrollo económico). Asimismo, los hábitos y las rutinas en el desarrollo económico juegan un papel pa- recido al de los genes en la evolución biológica (y también en el desarrollo de las or- ganizaciones); es decir, que son, al mismo tiempo, los depositarios del conocimiento acumulado en el tiempo (herencia) (y como tal,

son elementos de estabilidad), pero, simultáneamente para ellos los cambios permiten que las organizaciones progresen y se desarrollen (mutación). Y son los empresarios y/o los consejos de administración los encargados de su modificación: en su afán por incrementar ganancias modifican rutinas, y al hacerlo crean nuevas trayectorias de evolución, para las cuales hay que crear nuevos hábitos y nuevas instituciones. En el caso de las grandes empresas las decisiones se asumen por los consejos de administración u otros cuerpos colegiados, quienes son los responsables de generar nuevas trayectorias de evolución. La noción del empresario, como tomador único e infalible de decisiones, es un enfoque obsoleto y que no tiene aplicación en el seno de las grandes empresas. a teoría de la evolución biológica es útil para el estudio de la administración de empresas en torno a aspectos relacionados con: a) La tasa de inversión es la variable que determina el crecimiento de las empresas; b) El efecto ingreso supera al efecto sustitución; c) En el largo plazo las fuerzas del mercado no siempre son suficientes para conducir a un crecimiento de las empresas; d) Las instituciones monetarias y crediticias desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de las empresas; e) Se reconoce la existencia del poder y la influencia que ejercen las empresas transnacio- nales, y de que, en muchos casos, gobiernos y sindicatos están subyugados a éstas; f) Los precios y los salarios están administrados por el mercado, lo que significa que las decisiones de los usuarios y consumidores no inciden sobre los precios; g) No es factible controlar los procesos inflacionarios mediante instrumentos de política mone- taria porque ésta es resultado de un conflicto sobre la distribución del ingreso; h) Los mercados en absoluto son competitivos; i) El Hombre es un ser social, que goza de ra- cionalidad limitada y que busca alcanzar metas; j) Las leyes de la oferta y la demanda son interdependientes; y k), El dinero es una medida de valor, el cual permite reducir a incertidumbre, entre otros. Los procesos de cambio tecnológico se van a caracterizar por: 1. El carácter acumulativo y específico del progreso técnico. 2. Las oportunidades tecnológicas que ofrece cada paradigma tecnológico. 3. La apropiabilidad privada de los efectos del cambio técnico. 4. La incertidumbre de los resultados. La distinción entre conocimiento e información es crucial para la formulación de los modernos modelos evolutivos del cambio tecnológico que posibilitan el análisis de la configuración interna de los procesos de innovación para descubrir su variedad tal como aparecen en la realidad social. Así, el conocimiento comprende la información pero no es reducible a ella. Y, en consecuencia, la tecnología presenta una serie de características que la diferencian de un mero objeto susceptible de ser comercializado en el mercado. La tecnología posee un carácter tácito inherente a las organizaciones. Permítaseme utilizar una analogía para clarificar la diferencia que existe entre la concepción de tecnología como conjunto de información o de conocimientos: Probablemente, en cualquier establecimiento donde se puedan adquirir partituras musicales de nuestra ciudad, podamos encontrar alguno de los conciertos para piano de Liszt, que podemos interpretar en casa si es que tenemos suficientes conocimientos de piano, pero ello no implica que podamos sustituir a un reputado concertista en alguna de sus giras. Las partituras transfieren información pero no el conocimiento del que este mismo es sólo una parte. De ahí que las publicaciones musicales no menoscaben la ventaja de las salas de concierto para escuchar a un compositor o pianista de reputación contrastada. Por consiguiente, debido a sus elementos tácitos, la transferencia de tecnología de unas empresas a otras constituye una operación costosa para su receptor, quien no sólo ha de pagar un precio por su adquisición, sino que además ha de financiar el aprendizaje para su dominio. A estos costes directos se añaden los costes de oportunidad derivados del retraso en la adopción de la innovación con respecto al creador. Por esto, un país con una dependencia de tecnología extranjera presentará una fuerte desventaja competitiva. Así la innovación requiere la realización de un esfuerzo de aprendizaje por parte de las empresas. Tal esfuerzo puede adoptar distintas formas siendo las más relevantes las actividades de I+D, de diseño industrial, de ingeniería de producción y, además, la experiencia de “hacer”, “usar” o “copiar”. Esto implica que la innovación tiene un carácter acumulativo, lo que supone que las posibilidades de futuro dependen, en gran medida, de los logros del pasado. Así, podemos decir que la tecnología y la innovación aparecen atendiendo a las características de los agentes que

participan en su creación y de las industrias que las solicitan. Esto supone un valor añadido para quien la crea. Sin embargo, la tecnología está sometida a una fuerte incertidumbre por lo que respecta a sus resultados. De una forma concisa, cabe señalar que las vías fundamentales que utilizan los países para acceder a las innovaciones técnicas son dos. Por una parte, la generación propia a partir de la realización de actividades de I+D en las universidades, centros públicos de investigación, fundaciones y empresas, lo que se entiende por sector tecnológico, y de otras actividades complementarias que permiten plasmar los resultados de la I+D en innovaciones. Por otra parte, la importación de las innovaciones extranjeras. Para ello, se pueden utilizar mecanismos muy diversos, con un coste y una eficacia, en cuanto al aprovechamiento de las tecnologías foráneas, también dispares. Estos mecanismos fundamentales son: Las publicaciones científicas y técnicas. Los contratos de transferencia de tecnología que comportan la licencia de una patente o la adquisición de servicios de asistencia técnica. La importación de bienes de equipo o intermedios que incorporan mejoras técnicas. La inversión extranjera directa. La movilidad internacional de la mano de obra cualificada. La generalidad de los países hace un uso complementario de ambas vías, aunque en proporción diferente. No existe ningún país que se autoabastezca absolutamente de tecnología a este respecto. Se ha comprobado que cuanto mayor sea el nivel de desarrollo económico de un país mayor es también la importancia de su sector tecnológico o conjunto de actividades de I+D. Parece ser que España es la excepción (1). Desde la perspectiva del análisis económico, la concepción de la tecnología como conocimiento, de acuerdo con la definición que antes se ha dado, es bastante reciente. Hasta mediada la década de 1970 el modelo explicativo de la innovación adopta un carácter lineal y el análisis se centra en la búsqueda de los factores determinantes de los resultados tecnológicos de las empresas. El modelo lineal fue concebido como un proceso que evoluciona pasando por distintas etapas: investigación, invención, innovación y difusión. A su vez, la investigación pasaba por diversas fases: conocimientos científicos básicos, conocimientos tecnológicos e ingeniería práctica. Debido a esta hipótesis de linealidad, la I+D se consideraba el principal indicador de las actividades de innovación. Así, los datos disponibles para el análisis de la innovación se podían resumir en tres grandes categorías: Inputs en I+D, recogidos en los países de la OCDE conforme a la metodología del Manual de Frascati. Datos relativos a patentes, cuyo conjunto más importante está formado por los registros de la Oficina de Patentes de Estados Unidos, de la Organización Mundial de la Propiedad Industrial (OMPI) y de la Oficina Europea de Patentes. Datos bibliométricos, que reagrupan las publicaciones y citas científicas a partir, fundamentalmente, de la base de datos elaborada por el Institute for Scientific Information de Philadelphia (Estados Unidos). Las limitaciones de estos datos son conocidas (2). Las cifras de I+D no reflejan los resultados de la innovación y, por otro lado, tienden a subestimar la actividad innovadora de las pequeñas empresas, ya que numerosas empresas innovan con éxito con relativos pocos recursos para la I+D. Los datos sobre patentes son limitados porque no todas las empresas siguen la misma política en materia de depósitos. Además, informan de la fase de invención pero casi nunca de su comercialización y, por tanto, del impacto económico de la misma. Por último, los datos bibliométricos sólo informan de la investigación básica, pero no del proceso de innovación. Un segundo modelo, opuesto al modelo lineal, es el desarrollado en los años ochenta, denominado modelo interactivo, que implica cambios radicales para la gestión tecnológica de las empresas o el diseño de la política tecnológica por parte de las administraciones públicas. Este modelo se basa

en la idea de una interacción continua entre los distintos partícipes y elementos presentes durante todo el proceso de innovación y la comercialización posterior de resultados. Incluso una vez que el producto esté plenamente introducido en el mercado, este proceso sigue mediante el perfeccionamiento y diversificación de los productos y procesos de producción de las tecnologías utilizadas. Mientras que en el modelo lineal destacan solamente las actividades tecnológicas del departamento de I+D, el modelo interactivo destaca la capacidad tecnológica de la empresa en general, considerando la gestión empresarial como un proceso estratégico y corporativo en el que tendrá que estar implicada toda la empresa, incluidos sus distribuidores y clientes. La capacidad tecnológica de una empresa se basa en su “saber hacer” y tiene una dimensión tácita y acumulativa. La transferencia tecnológica es considerada como costosa y difícil, y el entendimiento de nuevas tecnologías cuesta mucho tiempo y recursos humanos. El modelo interactivo considera la innovación como un proceso dinámico o interrelacionado con efectos de retroalimentación continuos entre las distintas etapas y, además, todo este proceso se desarrolla en un ambiente cambiante (Malerba/Orsenigo, 1995), donde los protagonistas y competidores reaccionan a cada uno de los cambios. Por otra parte, debido a la multiplicidad descrita de las fuentes del aprendizaje, las oportunidades del desarrollo tecnológico difieren muy sensiblemente de unas industrias a otras. Esas oportunidades, que pueden resultar cambiantes a lo largo del tiempo, dependen del estado o nivel de la ciencia y la técnica relevantes para el caso, del ritmo en el que se desplace en cada campo la frontera del saber, del grado de dificultad que, para el aprendizaje, poseen las tecnologías de cada rama industrial o de servicios, de la amplitud de las empresas, de la presión de la competencia entre ellas y, finalmente, de factores aleatorios que hacen que descubrimientos casuales abran ventanas de oportunidades para nuevos desarrollos. Entre las razones últimas que dirigen la gestión empresarial, unas de ellas, imprescindible para llevar a cabo un esfuerzo innovador en su actividad es que los resultados del esfuerzo innovador se traduzcan en algún tipo de beneficio para el que los realiza. Ese beneficio dependerá, entre otros factores, del grado de apropiación privada de los resultados. Las tecnologías difieren en cuanto al grado en que pueden ser apropiadas y en cuanto a la forma o medio para conseguirlo. Todas poseen aspectos propios de los bienes públicos y características susceptibles de ser apropiadas privadamente, pero en proporciones que varían en gran medida según las tecnologías. También los medios para proteger un resultado frente a la imitación o para valorizarlo previamente son diferentes según la tecnología que se trate —patentes, secretos, modelos, regularidad innovadora, tiempo de adelanto, curva de aprendizaje, capacidad comercializadora, etc. o una mezcla de todos ellos—. La apropiabilidad influye de forma directa en el nivel del esfuerzo innovador de las empresas para un nivel dado de oportunidades tecnológicas. Otra característica comúnmente admitida de la actividad innovadora, aunque no siempre introducida en los modelos (3) en cuanto a los resultados de tipo tecnológico y económico que se van a conseguir, justamente por tratar con problemas y no siempre bien acotados es la incertidumbre. Es cierto que al recoger que la tecnología tiene una naturaleza acumulativa y específica a cada empresa, el proceso de búsqueda se restringe a áreas ligadas tecnológicamente y económicamente a las actividades existentes; sin embargo, esto no significa que se reduzca la incertidumbre. La incertidumbre deriva no sólo de la carencia de conocimientos sobre los resultados y los costes de las diferentes alternativas posibles sino también, más esencialmente, de la falta de conocimientos sobre la lista de alternativas posibles. Esa incertidumbre es máxima en las fases de cambio de paradigma y se va reduciendo a medida que el paradigma se consolida y se van desarrollando direcciones de búsqueda bien delimitadas. Diversas concepciones que recogen las formas organizativas de la innovación Teniendo en cuenta el carácter acumulativo de los procesos de aprendizaje, la variedad de las fuentes de las que este se nutre, la desigualdad de las oportunidades tecnológicas, la multiplicidad de las formas de protección de las innovaciones y la incertidumbre en los resultados hacen que las formas organizativas de la innovación difieran de unos sectores a otros o de unos tipos de

empresas a otras. Son varios los caminos emprendidos para establecer categorías susceptibles de reflejar tal diversidad, vamos a esbozar los más significativos. K. Pavitt, a partir de una voluminosa información de base descriptiva de la actividad innovadora de las empresas, establece una taxonomía de sectores en función de las fuentes, naturaleza e impacto del cambio técnico. Esta taxonomía se basaba en la identificación de la trayectoria tecnológica dominante en las empresas de cada sector a partir de tres elementos: las fuentes de la tecnología, las necesidades de los clientes o usuarios de los productos y las formas de apropiación de los avances en el conocimiento (4). En una tipología básica aparecen cuatro grandes grupos: 1. Dominados por proveedores. Son aquellos en los que las empresas del sector no desarrollan directamente una gran actividad innovadora. Esta les llega incorporada en las materias primas, maquinaria y equipo que adquieren a sus proveedores. Se encuentran en este grupo el textil, las prendas de vestir y peletería, la madera y corcho, el cartón y el papel, muebles etc. 2. Productores a gran escala. En estos sectores la innovación viene inducida fundamentalmente por las necesidades de reducir coste ya que elaboran productos destinados a grandes mercados con un cierto grado de estandarización. Tenemos aquí por ejemplo las industrias de automoción, ciertas manufacturas, etc. 3. Proveedores especializados. Aquí las empresas realizan desarrollos propios y se mantienen estrechamente ligadas al proceso innovador de sus proveedores y de sus clientes. Se sitúan en este grupo la maquinaria de oficina y los ordenadores. 4. De base científica. Son sectores en los que su innovación descansa fundamentalmente en un intenso nivel de investigación propia, como es el sector farmacéutico, las telecomunicaciones o las industrias aeroespacial. Esta línea de trabajo propuesta por Pavitt y otros investigadores del SPRU-Sussex es de máximo interés para avanzar en la comprensión de las relaciones entre la estructura industrial y las características de la innovación —y es un punto de referencia fundamental en este trabajo—. Las características de cada trayectoria tecnológica dependen de la fuente de la tecnología de proceso (internas o externas), del peso relativo de las innovaciones de proceso y de las innovaciones de producto, de la dimensión relativa de las empresas innovadoras y de la intensidad y dirección de la diversificación tecnológica. El mayor esfuerzo quizás para fundamentar teóricamente el enfoque evolucionista es el realizado por Nelson y Winter (5). Con un gran desarrollo analítico intentan elaborar una versión rigurosa de la teoría schumpeteriana, basándose en ideas de la teoría de la elección de Simon. Estos autores rechazan la idea de racionalidad maximizadora y de equilibrio y para ello proponen dos conceptos alternativos: búsqueda satisfaciente y selección. La búsqueda satisfaciente se justifica porque el conjunto de posibilidades es limitado y quién toma la decisión no tiene porque saber cuáles son óptimas. En su análisis del cambio tecnológico se rechaza la función de producción como instrumento para conceptuar el estado del conocimiento tecnológico, dado que las empresas no tienen a su disposición un abanico de técnicas sino que deben de buscarlas. Por otra parte, dado que no existe una elección que sea claramente la mejor ex ante, introducen un criterio de selección ex post: las empresas que encontraron las mejores técnicas se expandirán más. Los modelos construidos con estos conceptos presentan tres características: 1. Existe una población de empresas caracterizadas por un cierto número de variables de estado —capital, técnicas, I+D—, ciertos postulados de conducta —rutinas— y un conjunto de condiciones que relacionan los precios de los factores y los precios de los productos con la demanda de los factores y la oferta de los productos. 2. Es un proceso de Markov en el sentido que, dados los valores de las variables estado en el instante t, los postulados y condiciones permiten definir una distribución de probabilidades sobre el conjunto o conjuntos de variables estado que pueden obtener en el instante t+1.

3. Los modelos son probabilísticos y no deterministas en la medida en que el resultado de los procesos de búsqueda es estocástico y el cambio tecnológico considerado es incierto e impredecible. La teoría evolucionista de Nelson y Winter guarda un cierto parentesco con las teorías de la evolución biológica en la medida en que en ambas la variación es estocástica y la selección no determinista. Sin embargo, presentan algunas diferencias: a) en Nelson y Winter no hay concepto de equilibrio; b) las variaciones son pequeñas pero no aleatorias, ya que son en parte resultado de un proceso de búsqueda; c) las empresas no pueden reproducirse sino solamente aumentar o disminuir de tamaño. Estos modelos permiten fundamentar con un mayor rigor algunas de las ideas centrales de Schumpeter, en particular la de la competencia como un proceso y no un estado y que, por lo tanto, hay ganadores y perdedores y, además, aleatoriedad. También incorpora la idea de que existe un trade-off entre eficiencia estática asociada a la competencia general y la eficiencia dinámica asociada a la competencia restringida. Empero, los modelos evolutivos no introducen la importancia de las grandes innovaciones discontinuas tan presentes en la teoría de la “destrucción creadora” schumpeteriana. G. Dosi (6) trata de construir un modelo capaz de explicar los determinantes del cambio tecnológico que permitan comprender las maneras en que ciertas tecnologías se conforman como dominantes y las vías en que evoluciona y en un contexto que también cambia y evoluciona. Construye lo que él llama un “modelo de estructura débil” en el cual el comportamiento y estrategia de las empresas aparecen determinados por las condiciones estructurales —las de la propia empresa, las del sector y las del régimen tecnológico—, que definen los grados de libertad que tienen las empresas para la acción. Es un modelo jerarquizado que permite unir el tratamiento microeconómico del comportamiento innovador y la dinámica del sistema en su conjunto. Dosi va a criticar las principales teorías que tratan de explicar los determinantes del cambio técnico: la teoría de la demand-pull (7) y la teoría de la technology-push (8) . Ambas muestran una incapacidad para dar cuenta de buena parte de los resultados obtenidos a partir de los análisis empíricos realizados sobre tecnologías y sectores concretos. La crítica a las teorías de demand-pull, más allá del cuestionamiento del marco teórico de referencia, se centra en tres aspectos: 1. Éstas suponen un concepto de pasiva y mecánica reactividad del cambio técnico respecto a las necesidades expresadas en el mercado. Sin embargo, las necesidades potenciales son infinitas y es difícil explicar en qué momento se van a satisfacer. Por otra parte, no explican qué es lo que pasa entre el reconocimiento de la necesidad por el productor y el resultado final de un nuevo producto. La tecnología y la ciencia aparecen como una “caja negra” con infinitas posibilidades. 2. Son incapaces de definir el porqué y el cuándo de ciertos desarrollos tecnológicos en lugar de otros. 3. Ignoran los cambios que tienen lugar en la capacidad inventiva con el paso del tiempo, sin guardar una relación con los cambios en el mercado. Por lo que se refiere a las teorías de la technology-push su limitación es justamente la inversa. Incorporan mal la importancia de los factores económicos en la dirección del proceso de innovación. Su esquema básico parte de una visión unidireccional de las relaciones cienciatecnología-producción, donde la primera componente es una fuerza exógena. Para construir un modelo alternativo parte de la consideración, como firmes, de una serie de resultados obtenidos a partir de los análisis empíricos de los procesos de innovación: 1. Los inputs científicos juegan un papel creciente en el proceso de innovación. 2. Las actividades de I+D presentan una creciente complejidad que hace que el proyecto de innovación sea objeto de planificación a largo plazo por las empresas y otros agentes, lo

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que hace pensar en la hipótesis de una innovación como respuesta de los productores frente a los cambios en las condiciones de mercado. Existe una significativa correlación entre esfuerzo de I+D y output innovador en muchos sectores. También se observa una ausencia de correlación entre mercado y patrón de demanda por un lado, y output innovador por otro. Una parte importante de la innovación se origina en el learning-by-doing y está incorporada en personas y organizaciones. La creciente formalización institucional de la investigación, aun conservando una naturaleza intrínseca incierta, indicaría la existencia de un conjunto de elecciones tecnológicas que son conocidas ex-ante. El cambio técnico no ocurre al azar sino que: a) su dirección es definida por el estado de las tecnologías en uso; b) la posibilidad de que empresas y organizaciones consigan avances tecnológicos es función, entre otras cosas, del nivel tecnológico conseguido por ellas previamente. La evolución de tecnologías a lo largo del tiempo presentan regularidades y una de ellas es que normalmente pueden definirse sendas (pautas) de cambio en cuanto a algunas características económicas y tecnológicas de los productos y procesos.

Dosi plantea como objeto central de análisis el “sistema tecnológico” (9) y sus relaciones con las variables económicas. Define la tecnología como un conjunto de elementos de conocimiento, directamente práctico y teórico, know-how, métodos, procedimientos, experiencia de aciertos y errores y, por supuesto, aparatos físicos y equipos (10) . Rechaza la tecnología como si fuera información —Arrow—, aplicable y no apropiable. Incluye elementos inmateriales difíciles de captar con precisión incluso conocimientos difícilmente codificables adquiridos por las personas y las organizaciones: la tecnología desincorporada, y por supuesto, la incorporada. Así no se explota un conjunto de conocimientos libre sino que su proceso de búsqueda es un proceso de mejora y diversificación a partir de su propia base de conocimientos, de tal forma que sus posibilidades dependen de lo que se ha hecho en el pasado. La tecnología incluye, igualmente, los mecanismos de búsqueda y aprendizaje para mejorar la eficiencia productiva y el desarrollo de nuevos productos y métodos de producción. Dosi define el progreso técnico como el proceso secuencial de resolución de problemas en el marco de un paradigma tecnológico, siguiendo una trayectoria tecnológica. Para este autor ese progreso es irreversible. Los conceptos centrales son el paradigma tecnológico y la trayectoria tecnológica. El paradigma tecnológico va ser definido por analogía con el concepto de “paradigma científico” de Kuhn “como un modelo y un patrón de solución de los problemas tecnológicos seleccionados, basado en principios seleccionados derivados de las ciencias naturales y en tecnologías materiales seleccionadas” o, de forma equivalente pero no idéntica, como “un conjunto específico de conocimientos, relacionados con la explotación de principios físicos/químicos seleccionados y el desarrollo de una serie de elementos dados (11) “. Un paradigma tecnológico acota los problemas abordables en su marco y encauza las soluciones a esos problemas. De esa forma impone fuertes restricciones en cuanto a las direcciones que el cambio técnico tiene que seguir o abandonar. La dirección del progreso técnico aparece como solución de los problemas y necesidades que se van planteando dentro de un paradigma, enfocando los esfuerzos en la exploración de las oportunidades tecnológicas que éste ofrece y ejerciendo un poderoso efecto de exclusión con respecto a otras posibilidades alternativas. En consecuencia, con eso los teóricos de la Teoría Evolucionista, definen la trayectoria tecnológica como “el patrón de solución normal de los problemas dentro de un paradigma tecnológico (12) “. Cada paradigma tecnológico posee unos procedimientos y mecanismos de búsqueda propios y una “lógica en el tipo de soluciones” encontradas, que caracteriza el desarrollo tecnológico de las

tecnologías a lo largo del tiempo. De ahí sale una idea de progreso, dentro de un paradigma, como el resultado de las mejoras de los trade-offs entre todas las dimensiones que lo configuran: campo de aplicación, tecnología material, propiedades físico químicas a explotar, dimensión tecnológica y económica, etc. La emergencia de un nuevo paradigma marca discontinuidades en la dinámica del progreso técnico frente a la continuidad que caracteriza al progreso en el mismo paradigma. Así, cabe distinguir entre el proceso a través del que se selecciona un nuevo paradigma y los mecanismos que marcan la dirección del progreso técnico. Un nuevo paradigma surge de la ciencia, pero no directa y exclusivamente, sino que en ella intervienen elementos de selección y discriminación de carácter económico, institucional y social. Estos elementos de selección actúan como un filtro que determinan las características del paradigma. Según Dosi, los filtros más generales son las valoraciones de “factibilidad, comerciabilidad y rentabilidad” y, sobre todo, las grandes opciones tomadas por el Estado. La dirección del progreso técnico normal es analizada por Dosi como el desarrollo de trayectorias tecnológicas cuya senda está determinada por la forma normal de resolución de los problemas que le es propia a cada paradigma. O dicho de otra forma, cada paradigma determina unas trayectorias tecnológicas que son la expresión de la matriz de trade-offs que se establecen entre las variables relevantes de ese paradigma. Esas trayectorias configuran un conjunto de estándares tecnológicos para un considerable período de tiempo. Tanto para Nelson y Winter como para Dosi el entorno económico y social juega un papel de selección de la trayectoria tecnológica seguida. El entorno no modifica las posibilidades contenidas en una tecnología ni modifica una trayectoria tecnológica determinada, pero discrimina y selecciona las trayectorias dominantes basándose en diversos criterios. De tal forma, sobre la base de un flujo de innovaciones, el entorno determina la vía a través de la cual el uso relativo de las diferentes tecnologías cambia con el tiempo. En concreto Nelson y Winter toman en consideración elementos del mercado —el beneficio— y extra-mercado en su modelo general del entorno de selección. Destacan la importancia creciente de los segundos respecto de los primeros como son los elementos político-institucionales, financieros, comportamiento de los consumidores, etc., particularmente en relación a algunos sectores. Insisten en la necesidad de matizar las relaciones entre innovación-beneficios teniendo en cuenta la especificidad de cada sector y la importancia de la relación imitación-beneficios. Los trabajos sobre innovación desde la perspectiva sectorial incorporan una dificultad añadida, precisamente por la especificidad de cada sector, dificultad subsanada, por trabajos que buscan tipologías sin discriminaciones sectoriales, lo que concede un interés especial a este tipo de trabajos. Esta es la orientación que se le ha dado al que aquí se presenta.

imagen1 Fuente: Elaboración propia a partir de estudios NOTAS [1] La distancia tecnológica que nos separa de la cuota europea es enorme. Concretamente el ratio de esfuerzo tecnológico español tan solo supone un 46% del que tienen, en media, los países de la UE, y un 33% del que registra EE.UU, España muestra un desnivel en términos de I+D, muy superior al que corresponde a su posición económica. Así, adviértase que la renta per cápita de España se encuentra bastante más próxima a la media de la UE: en torno al 85 por ciento, medida en paridad de poder de compra. [2] Schmookler descubrió que, en 1953, las patentes y los gastos en I+D estaban muy relacionados en dieciocho importantes grupos industriales, con el 85 por 100 de la variación interindustrial de patentes pendiente explicada por la variación en los gastos en I+D. Utilizando una muestra de las mayores 500 empresas industriales norteamericanas en 1955, el análisis de regresión de Scherer (1965) indicó una relación casi lineal entre el número de personas dedicadas a la I+D en 1955 y el número de patentes concedidas a una empresa en 1959 (el intervalo de cuatro años refleja el tiempo medio de registrar y procesar solicitudes). En otro estudio, Comanor y Scherer (1969) compararon tres medidas de la actividad innovadora en cincuenta y siete empresas farmacéuticas: el volumen de ventas de los nuevos productos en los dos años posteriores a su introducción, el número de personal dedicado a la I+D y el número de patentes obtenidas. Manteniendo fijo el tamaño de la empresa, la correlación entre las patentes y las otras medidas relativas a los factores y a la producción de invenciones fue positiva y significativa desde el punto de vista estadístico. McLean y Round (1978), siguiendo el esquema de estudio de Comanor y Scherer, investigaron la correlación entre las tres medidas de factores que intervienen en el proceso de investigación y desarrollo —la relación gastos en I+D-ventas, empleados en I+D-mano de obra total y empleados profesionales-mano de obra total— y la producción medida por los nuevos productos, o los nuevos productos ponderados —donde la ponderación reflejaba sus ventas relativas— Su muestra contenía 980 empresas industriales australianas durante el período 1971-1972. Para toda la muestra, los coeficientes de correlación fueron positivos y altamente significativos. La correlación mayor entre los factores y la producción se obtuvo cuando los primeros se midieron por la relación empleados en I+D-mano de obra total. Mansfied (1968) descubrió, para un tamaño de empresas dado, una relación estrecha a largo plazo entre los gastos en I+D y el número total de invenciones importantes resultantes. El estudio de Comanor (1965) sobre la industria farmacéutica alcanzó, con su muestra, una conclusión similar. Pavitt y Ward (1971) encontraron, con datos de trece industrias norteamericanas, una elevada

correlación entre la intensidad de la I+D (la relación fondos para la I+D-ventas) y las tasas de innovación técnica, medidas por la tasa anual esperada de introducción de nuevos productos como porcentaje de las ventas. Descubrieron asimismo, con datos de diez países de la OCDE, una alta correlación entre los gastos en investigación y desarrollo industrial a nivel nacional y la innovación tecnológica, después de corregir las diferencias en población. [3] De hecho, G. Dosi no la introduce en la obra de 1984 que venimos citando (Technical Change and Industrial Transformation) pero la incorpora en el artículo citado, ibid., p. 17. [4] Vid. Pavitt (1984a) y (1984b) [5] R.R. Nelson y S.G. Winter, “ Neoclassical vs Evolutionary theories of economic growth: critique and prospectus”, The Economic Journal, diciembre, 1974, pp. 886-905; R.R. Nelson y S.G. Winter, An evolutionary theory of economic change, Cambridge (Massachusetts), Harvard University Press, 1982. [6] G. Dosi, Technical Change and Industial Transformation, Londres, MacMillan. Press, 1984 [7] La idea fundamental que subyace en esta teoría es que la invención es una respuesta a las oportunidades de obtención de beneficios. Así, se piensa que las industrias en crecimiento generarán más actividades inventivas que las que están en declive o estancadas. Una industria en crecimiento necesita más bienes de equipo, lo que brinda a los proveedores con máquinas nuevas o perfeccionadas la oportunidad de obtener beneficios. Este hecho crea, a su vez, un incentivo para realizar invenciones de este tipo. En una industria estancada, la demanda de nuevo equipo se limita a sustituir el equipo obsoleto o deteriorado y, por lo tanto, hay menos incentivos para desarrollar nuevas máquinas. En la demand-pull se supone que el comienzo de una innovación procede del personal de comercialización o de producción de una empresa, y que la respuesta proviene del personal investigador. Dicho de otra manera, los miembros de las empresas que tratan directamente con los clientes o que están relacionados con la fabricación de sus productos plantean un problema, y el personal investigador proporciona la solución. [8] En ésta teoría se considera al personal investigador de una empresa como el indicador de las innovaciones. El personal investigador comunica a la organización matriz los progresos relacionados con el conocimiento científico básico para una posible comercialización. De aquí se derivan dos importantes consecuencias: 1) Una empresas con un gran centro de investigación dispondrá de una ventaja respecto a otra con instalaciones más reducidas, ya que su personal podrá examinar un campo más amplio de la base científica para posibles aplicaciones comerciales. 2) La velocidad de las actividades innovadoras dependerá de los progresos realizados en la base científica, lo que indica que en las áreas que la base científica subyacente es estacionaria, la innovación tiende a ir más despacio que en aquellas áreas en las que ésta está creciendo. Este panorama del proceso de innovación supone que una empresa que es capaz de financiar a un gran número de investigadores se halla, de nuevo, en dicha posición más favorable que otra que no lo puede hacer.

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