Una fobia es un tipo de trastorno de ansiedad. Es un temor fuerte e irracional de algo que representa poco o ningún peligro real. Existen muchos tipos de fobias. La acrofobia es el temor a las alturas. La agorafobia es el temor a los lugares públicos y la claustrofobia es el temor a los espacios cerrados. Si se siente ansioso e inseguro de las situaciones sociales cotidianas, usted podría tener una fobia social. Otras fobias comunes incluyen los túneles, conducir en autopistas, el agua, volar, los animales y la sangre. Las personas con fobias intentan evitar lo que les provoca miedo. Si eso no es posible, pueden sentir:
Pánico y miedo
Taquicardia, cuando el corazón late muy rápido
Falta de aire
Temblores
Un fuerte deseo de huir
En general, las fobias comienzan en la niñez o en la adolescencia y continúan durante la edad adulta. Las causas de las fobias no se comprenden bien todavía pero sí se sabe que a veces pueden ser hereditarias. El tratamiento ayuda a la mayoría de las personas con fobias. Entre las opciones se encuentran medicamentos, psicoterapia o ambas. Fobia a los animales, o zoofobia Aquí entraría todas esas fobias relacionadas con los seres vivos con peor imagen, como las arañas o las serpientes, pero técnicamente puede encuadrarse en esta categoría cualquier a de esos tipos de fobias cuyo estímulo desencadenante sea un animal, se trate de un colibrí, un mapache, un cangrejo o cualquiera de las posibilidades que nos brinda la evolución. Fobia a la sangre, o hematofobia Uno de los grandes clásicos y que, atendiendo a algunos estudios, parece uno de los tipos de fobias más comunes. Sin embargo, la fobia a la sangre presenta una particularidad que la distingue del resto: con frecuencia conduce al desmayo. Puedes leer más sobre este tema en el artículo dedicado a este fenómeno. Fobias de entorno natural El hecho de encontrarse a más o menos altura respecto al lugar que percibimos como "suelo" o base del lugar en el que nos hemos subido guarda una relación evidente con el peligro al que nos exponemos. A mayor altura, mayor es el riesgo de morir en caso de caída. Sin embargo, en ocasiones el miedo a las alturas puede ser tan severo e incapacitante que se puede considerar un tipo de fobia relacionada con el entorno natural. Esto es especialmente relevante si tenemos en cuenta que en las ciudades los cambios bruscos de altura son frecuentes, sobre todo en los edificios.
Estigmas Los estigmas son señales o marcas que aparecen de forma espontánea en el cuerpo de algunas personas, casi siempre místicas extáticas cristianas. Estas heridas son similares a las infligidas sobre Jesús de Nazaret durante su crucifixión según la iconografía cristiana tradicional, y van precedidas y acompañadas de tormentos físicos y morales.1 Suelen aparecer en las manos, pies y costado izquierdo, y a veces también en la cabeza y en las espaldas, lo que recuerda la coronación de espinas y la flagelación de Jesús de Nazaret.2 Las diversas confesiones cristianas diferencian la estigmatización de origen sobrenatural, bien por un don de Dios o por una intervención diabólica, de las de orden natural, causadas por el mismo sujeto que las porta, ya sea intencionalmente o por razones de origen psicosomático (por sugestión, hipnosis, etc. se ha conseguido producir fenómenos similares a la estigmatización, aunque difieren en la instantaneidad del fenómeno y en el deseo de su constatación a la vista de los demás).34 La Iglesia católica, cuando los considera auténticos y don divino, afirma que son participación de los sufrimientos de Jesús.1 Reconoce algo más de trescientos casos de estigmatizados;5 estos pueden ser visibles o no, sangrientos o no, permanentes o no. Los estigmas invisibles, según la Iglesia católica, pueden producir tanto dolor como los visibles. A lo largo de la historia se han documentado muchos casos de personas que -sin causa aparente- padecieron estigmas, es decir, heridas estimadas semejantes a las que habría sufrido Jesús de Nazaret durante su pasión. Aunque suele considerarse a san Francisco de Asís (c. 1181-1226) como el primer estigmatizado, en realidad el primer caso en la historia sería el de la beata María de Oignies (c. 1177-1213), beguina, caso que pasó prácticamente inadvertido. También destacan otros estigmatizados como santa Catalina de Siena, la venerable alemana Teresa Neumann, la laica pasionista santa Gema Galgani y el santo capuchino Padre Pío de Pietrelcina.