BANCO DE RESERVAS DE LA REPÚBLICA DOMINICANA Lic. Daniel Toribio Marmolejos Administrador General Miembro ex oficio
CONSEJO DE DIRECTORES Lic. Vicente Bengoa Secretario de Estado de Finanzas, Presidente ex oficio Lic. Mícalo E. Bermúdez Miembro Vicepresidente Dra. Andreína Amaro Reyes Secretaria General VOCALES
Ing. Manuel Guerrero V. Lic. Domingo Dauhajre Selman Ing. Federico I. Domínguez Aristy Dr. Joaquín Ramírez de la Rocha Lic. Luis Mejía Oviedo Lic. Mariano Mella SUPLENTES DE VOCALES
Lic. Danilo Díaz Lic. Héctor Herrera Cabral Lic. Eligio Bisonó Bisonó Ing. Manuel Enrique Tavárez Mirabal Lic. Estela Fernández de Abreu Lic. Ada N. Wiscovitch C.
El presente impreso es una publicación del Banco de Reservas de la República Dominicana bajo la supervisión de la Dirección de Comunicaciones COMITÉ DE EVALUACIÓN Y SELECCIÓN
Lic. Orión Mejía, Director de Comunicaciones, Coordinador Dr. Luis O. Brea Franco, Gerente de Cultura, Miembro Sr. Juan Salvador Tavárez Delgado, Gerente de Relaciones Públicas, Miembro Lic. Oscar Peña Jiménez, Encargado de Prensa, Miembro Lic. Joaquín E. Ortiz Pimentel, Encargado Administrativo, Miembro
Diseño y arte final: Ninón León de Saleme Impresión: Amigo del Hogar Santo Domingo, D.N. República Dominicana 2005
Un mensaje a García
En todo el asunto cubano de la Guerra Hispanoamericana, un hombre aparece en el horizonte de mi memoria… Cuando comenzó la guerra entre España y los Estados Unidos, era necesario, de suma importancia, comunicarse con rapidez con el líder de los insurgentes. García estaba en algún lugar de las densas montañas cubanas –pero nadie sabía dónde. No se podía usar el correo o el telégrafo para llegar a él. El presidente necesitaba su cooperación, con urgencia. ¿Qué se podía hacer? Alguien le dijo al presidente, “hay un tal Rowan que es el único que puede encontrar a García, si es que alguien puede hacerlo”. UN
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El presidente requirió la presencia de Rowan y le entregó una carta para que se la diera personalmente a García. “El tal Rowan” tomó la carta, la selló en una cartuchera de cuero, se la amarró en el pecho sobre el corazón; cuatro días después, desembarcó de noche en las costas de Cuba en un pequeño bote y desapareció en la jungla; luego de tres semanas reapareció al otro lado de la Isla, habia atravesado un país hostil a pie y entregó la carta a García… El punto que deseo resaltar es éste: El presidente Mackinley le entregó a Rowan una carta para que se la llevara a García; Rowan tomó la carta y no preguntó “¿Dónde está García?”. ¡Por Dios! Aquí hay un hombre al cual se debe erigir una estatua de bronce en toda universidad y escuela. Lo que necesitan nuestros estudiantes, no es leer libros y conocer las cosas en abstracto, sino endurecer su columna vertebral para que se pueda confiar en ellos, en su lealtad, 6␣ ␣ ␣ ␣ UN MENSAJE
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en su capacidad de actuar prontamente; que aprendan a concentrar sus energías y puedan lograr hacer una sola cosa: “Llevar un mensaje a García”. El General García está muerto, pero aún viven otros Garcías. No existe un ser humano, que al tener que cumplir una misión donde se requiera de otras personas, no haya sido abrumado muchas veces por la imbecilidad del hombre común, por su incapacidad o desinterés para concentrarse en una tarea y realizarla. Requerir asistencia innecesaria, la falta de atención, la indiferencia necia, y el trabajo a medias y sin calidad, parece ser la norma. Ningún ser humano puede lograr sus objetivos a menos que con la fuerza, el engaño o las amenazas obligue o soborne a otros para que le ayuden; o que, por extraño que parezca, Dios en su infinita bondad realice un milagro y le envíe el Ángel de la Luz como asistente. UN
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Tú, lector, haz el siguiente experimento cuando estés sentado en tu escritorio como supervisor, con seis oficinistas subalternos. Llama a uno de ellos y requiérele: “Por favor, toma la enciclopedia y prepara un memorando sobre la vida de Correggio”. ¿Te responderá el oficinista amablemente diciendo: “Sí, señor” y se irá a realizar la encomienda? Esto no ocurrirá durante toda tu vida. Al contrario, el oficinista te mirará con ojos incrédulos, moviéndolos como un pez en la pecera y te hará una o varias de las siguientes preguntas: ¿Quién era él? ¿En cuál enciclopedia? ¿Fuí empleado para hacer eso? ¿Quiso decir Bismarck? ¿Por qué Carlos no lo hace? ¿Está muerto? ¿Hay prisa en esto? 8␣ ␣ ␣ ␣ UN MENSAJE
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¿Le puedo buscar el libro para que usted lo busque? ¿Para qué usted desea esa información? Apuesto diez a uno, a que después de haberle contestado a todas sus preguntas y explicado cómo y dónde encontrar la información y el por qué la necesita, el oficinista irá a buscar a otro para que le ayude a tratar de buscar a García –y vendrá luego a decirte que esa persona no existe. Por supuesto, puede que pierda mi apuesta, pero de acuerdo a la ley de probabilidades estoy seguro que no perderé. Mas, si eres listo, no te romperás la cabeza explicándole a tu “asistente” que Correggio está en el índice bajo la C, no bajo la K, sino que suavemente le dirás, “no te preocupes” e irás a buscarlo tú mismo. Es esta incapacidad para obrar con independencia, esta incapacidad moral y estúpida; esta blandenguería de la voluntad y el UN
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carácter, este desinterés y falta de disposición de hacer bien las cosas, de buena gana, es esto lo que golpea y molesta; generalmente, la mayoría de las personas posponen los asuntos para más adelante, para más luego. Si el ser humano no actúa con propia iniciativa ante un problema que le toca, entonces ¿qué cabe esperar de él cuando otros precisan su ayuda? Toda mi simpatía y solidaridad se dirige al hombre que sabe hacer su trabajo, sin importar que el supervisor esté o no esté presente. Y que al entregársele un mensaje para García, tranquilamente lo tome, sin hacer preguntas tontas, y sin el propósito de arrojarlo a la primera alcantarilla que encuentre a su paso, o hacer otra cosa que no sea entregarlo a su destinatario. Ese hombre nunca se quedará sin trabajo, ni tendrá que declararse en huelga para que se le aumente el sueldo. La sociedad 10␣ ␣ ␣ ␣ UN
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busca insistentemente a esa clase de personas. Lo que ese hombre pida lo conseguirá. Se le necesita en toda comunidad, en todo pueblo, en toda villa, en toda oficina, tienda o fábrica, en todo taller. El mundo entero pide a gritos, necesita con urgencia al hombre que pueda llevar “un mensaje a García”.
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Un mensaje a García, terminó de imprimirse en el mes de noviembre de 2005, en los talleres de la Editora Amigo del Hogar. Santo Domingo, D.N., Ciudad Primada de América, República Dominicana.