Trastornos producidos por el calor El cuerpo suele ser capaz de mantener su temperatura dentro de un estrecho margen, ya sea en un clima templado o frío, mediante la sudación, con cambios en la respiración, tiritando y variando el flujo de sangre que llega a la piel y a los órganos internos. Sin embargo, una exposición excesiva a altas temperaturas puede producir trastornos como agotamiento por calor, golpe de calor y calambres. El riesgo de sufrir uno de estos trastornos producidos por el calor aumenta con la humedad elevada, que disminuye el efecto refrescante de la sudación, y con el ejercicio físico prolongado y agotador, que incrementa la cantidad de calor que producen los músculos. Los ancianos, las personas muy obesas y los alcohólicos crónicos son especialmente susceptibles a los trastornos del calor, al igual que los que ingieren ciertos medicamentos como antihistamínicos, fármacos antipsicóticos, alcohol y cocaína. La mejor forma de evitar enfermedades relacionadas con el calor es usando el sentido común. Por ejemplo, debería evitarse realizar ejercicios físicos extenuantes en un ambiente muy caluroso o en un espacio poco ventilado, y habría que usar una vestimenta apropiada. Los líquidos y las sales perdidas con el sudor pueden reponerse consumiendo alimentos y bebidas ligeramente salados, como zumo de tomate salado o sopa fría. Muchas de las bebidas que se pueden comprar en la actualidad, contienen una cantidad adicional de sal. Cuando no es posible evitar el entrenamiento físico en un entorno caluroso, es importante beber mucho líquido y enfriar la piel humedeciéndola con agua fría.
Postración causada por el calor La postración causada por el calor es un proceso debido a una exposición al calor durante varias horas, en el cual la pérdida excesiva de líquidos provocada por la sudación produce fatiga, baja presión arterial y, a veces, un colapso. La exposición a altas temperaturas puede causar pérdida de líquidos a través de la sudación, particularmente durante la actividad física o el ejercicio. Junto con los líquidos, se pierden sales (electrólitos), lo cual altera la circulación y el funcionamiento del cerebro. Como resultado, se puede producir postración. La postración causada por el calor parece una situación grave pero, en realidad, rara vez lo es.
Síntomas y diagnóstico Los principales síntomas son incremento de la fatiga, debilidad, ansiedad y sudoración excesiva. La persona puede sentir que se desmaya estando de pie porque la sangre se acumula (se almacena) en los vasos sanguíneos de las piernas, que se dilatan con el calor. El latido cardíaco (ritmo) se vuelve más lento y débil, la piel se enfría, palidece y toma un aspecto húmedo y viscoso y el afectado siente confusión. La pérdida de líquidos reduce el volumen de sangre, hace descender la presión arterial, y puede producir un colapso o desmayo. Generalmente, la postración causada por el calor se diagnostica basándose en los síntomas.
Tratamiento El principal tratamiento consiste en reponer los líquidos y sales (rehidratación). En casi todos los casos lo que se necesita es tumbarse completamente o recostarse con la cabeza más baja que el resto del cuerpo, así como tomar bebidas frías y ligeramente saladas durante algunos minutos. Algunas veces, los líquidos se administran por vía intravenosa. También ayuda el hecho de trasladarse a un ambiente más fresco. Después de la rehidratación, la persona suele recuperarse por completo. Si la presión arterial sigue baja y el pulso continúa siendo lento durante más de una hora a pesar de este tratamiento, debería pensarse que la causa puede ser otra enfermedad.
Golpe de calor El golpe de calor es una enfermedad que puede poner en peligro la vida, que deriva de una prolongada exposición al calor, y en la cual una persona no puede sudar lo suficiente como para hacer descender su temperatura corporal. Esta enfermedad suele desarrollarse rápidamente y requiere un tratamiento intensivo e inmediato. Si una persona está deshidratada y no puede sudar lo suficiente para enfriar su cuerpo, la
temperatura corporal puede alcanzar niveles peligrosamente altos y provocar un golpe de calor. Ciertas enfermedades, como la esclerodermia y la fibrosis quística, disminuyen la capacidad de sudación y, en consecuencia, aumentan el riesgo de que se produzca un golpe de calor.
Síntomas y diagnóstico El golpe de calor puede desarrollarse rápidamente y no siempre está precedido por signos alarmantes como dolor de cabeza, vértigo (una sensación de girar) o fatiga. La sudación suele disminuir, aunque no siempre. La piel se encuentra caliente, enrojecida y generalmente seca. El ritmo cardíaco se acelera y, rápidamente, puede alcanzar las 160 o 180 pulsa-ciones por minuto, en contraposición con el índice normal de 60 a 100 pulsaciones por minuto. El ritmo respiratorio se acelera, pero la presión arterial rara vez varía. La temperatura corporal, que debería tomarse en el recto, asciende rápidamente a 40 o 41 ºC, provocando una sensación de fuego interno. La persona puede sentirse desorientada y confundida, perder rápidamente la consciencia o tener convulsiones. El golpe de calor puede causar trastornos permanentes o la muerte si no se trata de inmediato. Una temperatura de 41 ºC es muy grave, y una temperatura de sólo un grado más suele ser mortal. Rápidamente podría producirse una lesión permanente en los órganos internos, como el cerebro, llegando a sobrevenir a menudo la muerte. Los ancianos y quienes sufren una enfermedad debilitadora, incluyendo los alcohólicos, tienden a ser los más perjudicados. Por lo general, el diagnóstico de golpe de calor se basa en los síntomas.
Tratamiento El golpe de calor es una urgencia e inmediatamente deberían tomarse medidas para salvar la vida del paciente. Si no es posible trasladar a la víctima rápidamente a un hospital, habría que envolverla en sábanas o prendas mojadas, sumergirla en un lago, un arroyo o una bañera de agua fría, e incluso enfriarla con hielo mientras se espera el traslado. Una vez en el hospital, se controla la temperatura corporal constantemente para evitar un enfriamiento excesivo. Es posible que el paciente necesite recibir medicamentos por vía intravenosa para controlar las convulsiones. Tras un golpe de calor grave, se recomienda guardar reposo en cama durante varios días. La temperatura corporal puede sufrir oscilaciones durante semanas.
Calambres producidos por el calor Estos calambres son graves espasmos musculares que se producen tras sudar excesivamente al realizar una intensa actividad física en condiciones de calor extremo. Dichos calambres se producen por una excesiva pérdida de líquidos y sales (electrólitos) como sodio, potasio y magnesio, derivada de una intensa sudación, tal como ocurre durante la práctica de una actividad física extenuante. Los calambres producidos por el calor son muy comunes entre los trabajadores manuales como el personal de salas de máquinas, los trabajadores del acero y los mineros. El exceso de abrigo, como las prendas que llevan los alpinistas o los esquiadores, puede ocultar una gran sudación. Este tipo de calambres suele iniciarse de improviso en las manos, las pantorrillas o los pies; suelen ser dolorosos e impiden el movimiento. Los músculos se endurecen, se tensan y resulta difícil relajarlos. Los calambres producidos por el calor pueden evitarse o bien tratarse consumiendo bebidas o alimentos que contengan sal. En raras ocasiones la persona afectada debe recibir líquidos y sales por vía intravenosa. Los comprimidos de sal pueden ayudar a evitarlos pero, por lo general, causan malestar en el estómago. Hay que tener en cuenta que, si se consume un exceso de sal, puede producirse una retención de líquidos (edema).
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