'Ardipithecus ramidus' El 'Ardipithecus ramidus', una especie de homínido que vivió hace 4,4 millones de años y a cuyo mejor ejemplar fósil los científicos han denomindo 'Ardi', precede en los inicios de la evolución de los homínidos al 'Australopithecus afarensis' como el último ancestro común conocido de humanos y chimpancés. 'Ardi', también hembra, precede a 'Lucy', el ejemplar mejor conservado de A. afarensis en aproximadamente un millón de años. Los autores señalan que el Ardipithecus está tan plagado de sorpresas anatómicas que nadie podría haberlo imaginado sin evidencias fósiles directas. Toda la información sobre el nuevo homínido se publica en un especial de la revista 'Science'. Según los investigadores, el hecho de que las similitudes genómicas entre humanos modernos y chimpancés salieran a la luz al mismo tiempo que se descubrió el 'Australopithecus afarensis' probablemente también influyera en la tendencia de pensar en 'Lucy' como representativa del último ancestro común de humanos y chimpancés. Se cree que el último ancestro común compartido por humanos y chimpancés vivió hace seis o más millones de años. Aunque el Ardipithecus no es en si mismo este último ancestro común, probablemente compartió muchas de sus características. Hasta el descubrimiento de los nuevos restos de 'Ardipithecus', el registro fósil contenía escasas evidencias de otros homínidos más antiguos que el 'Australopithecus'. A través de un análisis de cráneo, dientes, pelvis, manos, pies y otros huesos, los investigadores han determinado que el 'Ardipithecus' tenía una mezcla de características 'primitivas' compartidas con sus predecesores, los primates de la época del Mioceno, y características 'derivadas', que comparte sólo con los homínidos posteriores. Debido a su antigüedad, el Ardipithecus conduce a los científicos más cerca del último antepasado común. Sin embargo, muchas de sus características no aparecen en los simios africanos actuales. Según los científicos, es probable que los simios africanos hayan evolucionado ampliamente por separado desde que compartían el último ancestro común con el ser humano. Por ello, chimpancés y gorilas actuales podrían no ser buenos modelos para el estudio de este último ancestro común y para la comprensión de la evolución humana desde entonces. Entre los equipos de investigadores que han participado en el estudio y descripción de los Ardipithecus está Nuria García del Centro UCM-ISCIII de Evolución y Comportamientos Humanos de Madrid. Junto a la identificación de 109 fósiles de Ardipithecus, que representan a un mínimo de 36 individuos, el grupo de trabajo de García ha identificado entre los fósiles descubiertos a otras dos especies de primates, babuinos y colobinos, y a antílopes de cuernos en espiral, que compartieron territorio y época con Ardi. 'ARDI' En uno de los artículos publicados en 'Science' Tim White, de la Universidad de California en Berkeley, presenta los principales descubrimientos de la investigación. Los científicos estudiaron 110 especímenes de Ardipithecus procedentes de la cordillera de Afar al noroeste de Etiopia. Al ejemplar mejor conservado los científicos lo han bautizado como 'Ardi', una hembra que pesaba 50 kilogramos y medía alrededor del metro y medio y de la que se conserva un
esqueleto parcial con gran parte del cráneo, manos, pies, miembros y pelvis. Ardi tenía un cerebro pequeño, incluso más pequeño que el del Australopithecus y similar al de los bonobos y los chimpancés hembra. Su cara tenía un hocico prominente, lo que le confería una apariencia similar a los simios aunque no se proyectaba tan adelante como la parte inferior de las caras de los simios africanos modernos. Algunas características de su cráneo, como el promontorio sobre el entrecejo, son bastante diferentes a las de los chimpancés. Hasta ahora, los investigadores habían asumido que chimpancés, gorilas y otros simios africanos modernos habían retenido muchas de las características del último antepasado que compartieron con los humanos, es decir, que este ancestro era mucho más parecido a los simios que a los humanos. Por ejemplo, se habría adaptado a balancearse y colgarse de las ramas de los árboles y quizás caminaba sobre sus nudillos cuando estaba en el suelo. Sin embargo, el 'Ardipithecus' desafía estas teorías. Según sus descubridores, Ardi vivía en un ambiente boscoso, húmedo y más frío de lo que es en la actualidad y existían claros y bosques tapizados por prados. Subía a cuatro patas a las ramas de los árboles, como algunos primates del Mioceno hacían, y caminaba erguida sobre las dos piernas cuando se encontraba en el suelo. No parece que hubiera andado con los nudillos en el suelo o que pasara mucho tiempo balanceándose y colgándose de las ramas, como hacen los chimpancés. Según los científicos, el 'Ardipithecus' caminó sobre dos piernas aunque no de forma tan eficaz como los homínidos posteriores. Un trabajo liderado por C. Owen Lovejoy en la Universidad del Estado de Kent indica que la pelvis del Ardipithecus es particularmente útil para comprender cómo el esqueleto de los homínidos se modificó progresivamente al bipedalismo. Su análisis sugiere que el Ardipithecus pudo también correr pero probablemente con menos velocidad y eficacia que los humanos. Los dientes y el cráneo del Ardipithecus son bastante diferentes de los del Australopithecus y los simios modernos. El análisis del esmalte dental también indica que Ardi y su linaje tenían una dieta omnívora relativamente diversa que incluía frutas y otros alimentos del bosque como nueces y hojas. El análisis de sus dientes también sugiere que el 'Ardipithecus' era socialmente menos agresivo que los chimpancés y otros simios africanos actuales. Además, el hecho de que los dientes de macho y hembra sean de tamaños similares, a diferencia de lo que sucede en los simios africanos, también indica que estos homínidos podrían haber participado en un sistema social que supusiera menos competición entre los machos. Los investigadores también proponen que las manos del ancestro más temprano de los seres humanos eran ya relativamente ágiles y que sólo requerían un alargamiento de los pulgares y un acortamiento de los dedos para utilizar y producir herramientas.
Esta especie fue descubierta en 1992 por Alamayehu Asfaw en Etiopía. Por su antigüedad, cercana a la datación molecular que marca la separación entre los homínidos y los monos, conserva muchas de las características anatómicas del último antepasado común entre humanos y chimpancés. Es el miembro más antiguo conocido de la rama humana perteneciente al árbol de la familia de los primates. La mayoría de los restos están constituidos por fragmentos de cráneos, sin embargo, también se dispone de un esqueleto completo. El fósil más completo ha sido llamado “Ardi”, es una hembra de 120 cm de altura y pesaba unos 50 kg. Esta especie existió hace 4.4 m.a. Vivió en ambiente de bosque tropical lluvioso templado, lo que indica que si los miembros de esta especie presentaron un bipedismo o semibipedismo, este no estaba asociado aún a su expansión al hábitat de sabana. A. ramidus se distingue de los otros homínidos por un conjunto de rasgos anatómicos: grandes caninos superiores e inferiores, el tamaño de los dientes posteriores es comparativamente menor, diastemas anchos, primer deciduo molar inferior similar al del chimpancé, una articulación témporo-mandibular simiana, esmalte dental delgado similar al simiano y una marcada asimetría del primer premolar inferior. Debido a que los dientes presentan una fina capa de esmalte, idéntica a la del Chimpancé, se supone que la dieta consistía en productos vegetales blandos (flores, hojas, frutos). Si bien la forma de la arcada dental se asemeja a Australopithecus afarensis, los caninos se alinean con los dientes posteriores, de manera análoga a los monos. Parece haber poca diferencia de tamaño total entre machos y hembras, y el cráneo y los dientes indican que tenía una cara pequeña y que era poco agresivo socialmente. Este último rasgo se deduce de la ausencia de un canino protuberante y afilado en los machos. Esto sugiere que los conflictos entre machos eran menos frecuentes que en otros primates como los chimpancés y los gorilas. Según la paleontóloga Nuria García, “el paisaje estaba dominado por bosques con arroyos y pequeños parches densos, más selváticos. Esta zona boscosa donde vivía A. ramidus, a lo lejos se mezclaba con áreas más abiertas de pradera. Los estudios de isótopos estables realizados en los distintos macromamíferos (incluido el propio homínido) confirman esta idea del hábitat cerrado, y que apenas hay elementos de ecosistemas de sabana en la dieta de A. ramidus. Los animales más abundantes que compartían el hábitat del homínido eran monos colobinos y antílopes, además de loros, búhos, varias especies de tigres dientes de sable y hienas, grandes osos, nutrias, puercoespines, rinocerontes, jirafas, etcétera". Los huesos de los dedos son largos y curvados. La pelvis, miembros inferiores y los huesos del pie revelan una locomoción diferente a la de cualquier primate vivo o extinto, pero muy probablemente semi-bípeda. La evidencia sugiere que era bípedo y que su talla era de aproximadamente 122 cm. Su peso era de aproximadamente de 40 kg. Se desconoce el tamaño de su cerebro, pero probablemente haya sido igual al del chimpancé (450 cc). Es probable que sea un antepasado de los Australopithecus. Es posible que, a su vez, fuera descendiente del Orrorin tugenensis.
Ardipithecus ramidus
Ardipithecus ramidus Ardipithecusramidus es una especie extinta de homínido, probablemente un hominino (primate bípedo) y quizá un primitivo ancestro del hombre. "Ardi" significa suelo, "pithecus" en griego significa mono y ramid es raíz, en la lengua (amhárico) del lugar (Etiopía) donde fueron encontrados los primeros restos.
Registro fósil
Clasificación científica
Reino:
Animalia
Filo:
Chordata
Clase:
Mammalia
Esta especie fue definida por Tim White y su equipo a partir del descubrimiento en África Oriental en los años 1992-1993 de unosmaxilares. Los restos fósiles tienen una antigüedad de 4,4 millones de añosy el hábitat en el que se desarrollaron era arbolado y húmedo. La polémica en torno a estos restos se centró en si esta especie pertenecía a la rama de los homínidos bípedos (homininos) o quedaba fuera junto con los simios antropomorfos.
En enero de 2005 se informó del descubrimiento de los restos de por lo menos nueve individuos clasificados como Ardipithecusramidus, de entre 4,4 y Hominidae Familia: 4,1 millones de años de antigüedad, en As Duma, al norte de Etiopía, por el equipo de Homininae Subfamilia: la Universidad de Indiana dirigido por SileshiSeaslug. El aspecto de un metatarsiano (hueso correspondiente Hominini Tribu: al pie) encontrado en el yacimiento, demuestra que el animal al cual pertenece Ardipithecus Género: probablemente se desplazaba con sus miembros inferiores como un hominino. A. ramidus Especie: Según sus descubridores este hallazgo confirma que los homínidos definitivamente caminaban erguidos sobre dos pies hace 4,5 millones de años. Orden:
Primates
En octubre de 2009 se han dado a conocer nuevos restos fósiles de Ardhipithecus ramidus hallados en el valle de Afar (Etiopía) a unos 75 km al norte de donde se halló Lucy (Australopithecus afarensis) en 1974; en concreto se han hallado un total de 235 restos de por lo menos 36 especímenes, la mayoría de los cuales pertenecen a una hembra adulta de 4,4 millones de años de antigüedad, apodada "Ardi"; a partir de ellos se ha podido reconstruir gran parte del esqueleto lo que arroja nueva luz sobre la posición de A. ramidus en el árbol evolutivo humano. Si Ardhipithecus ramidus se encuentra dentro de la línea filogenética que llega al Homo sapiens, entonces es probable que el mismo sea un antepasado de los Australopithecus. Es posible que, a su vez, fuera descendiente de Orrorintugenensis.
Características
Altura: 115 cm - 120cm4 Peso: 27 kg Volumen cerebral: 350 cm3 Dimorfismo: ? Base del cráneo: Alargada Orificio occipital: Posterior Prognatismo: prominente Dientes: Entre Hominino y simio antropomorfo Incisivos: Grandes Molares: Cuadrados Caninos: Forma de diamante Esmalte: Fino
Tras el descubrimiento del esqueleto casi completo de Ardi se han podido resolver algunas dudas sobre esta especie; así, la forma de la parte superior de la pelvis indica que era bípedo y que caminaba con la espalda recta, pero la forma del pie, con el dedo gordo dirigido hacia adentro (como en las manos) en vez de ser paralelo al los demás, indica debía caminar apoyándose sobre la parte externa de los pies y que no podía recorrer grandes distancias. Los caninos superiores en forma de diamante de Ardipithecus ramidus son mucho más parecidos a los humanos que los caninos en "V" de los chimpancés, que como los de los demás simios son mayores en los machos, que los usan en las luchas entre ellos. Los machos Ardipithecus, como los humanos, tenía los colmillos reducidos de tamaño y similares a los de las hembras, lo cual según Lovejoy debió relacionarse con cambios decisivos en los comportamientos sociales. Sin embargo, en su aspecto general, la criatura probablemente se parecía más a un simio que a un humano.
Algunos paleoantropólogos clasifican al Ardipithecus kadabba como subespecie de A. ramidus, a la cual dan la denominación trinomial de Ardipithecus ramidus kadabba, pero para otros la dentición algo más primitiva de A. kadabba obliga a diferenciarlo de A. ramidus.
En enero de 2005 se informó del descubrimiento de los restos de por lo menos nueve individuos clasificados como Ardipithecus ramidus, de entre 4,4 y 4,1 millones de años de antigüedad, en As Duma, al norte de Etiopía, por el equipo de la Universidad de Indiana dirigido por Sileshi Seaslug. El aspecto de un metatarsiano (hueso correspondiente al pie) encontrado en el yacimiento, demuestra que el animal al cual pertenece probablemente se desplazaba con sus miembros inferiores como un hominino. Según sus descubridores este hallazgo confirma que los homínidos definitivamente caminaban erguidos sobre dos pies hace 4,5 millones de años.
En octubre de 2009 se han dado a conocer nuevos restos fósiles de Ardhipithecus ramidus hallados en el valle de Afar (Etiopía) a unos 75 km al norte de donde se halló Lucy (Australopithecus afarensis) en 1974; en concreto se han hallado un total de 235 restos de por lo menos 36 especímenes, la mayoría de los cuales pertenecen a una hembra adulta de 4,4 millones de años de antigüedad, apodada "Ardi"; a partir de ellos se ha podido reconstruir gran parte del esqueleto lo que arroja nueva luz sobre la posición de A. ramidus en el árbol evolutivo humano.
Si Ardhipithecus ramidus se encuentra dentro de la línea filogenética que llega al Homo sapiens, entonces es probable que el mismo sea un antepasado de los Australopithecus. Es posible que, a su vez, fuera descendiente de Orrorin tugenensis.
Los caninos superiores en forma de diamante de Ardipithecus ramidus son mucho más parecidos a los humanos que los caninos en "V" de los chimpancés, que como los de los demás simios son mayores en los machos, que los usan en las luchas entre ellos. Los machos Ardipithecus, como los humanos, tenía los colmillos reducidos de tamaño y similares a los de las hembras, lo cual según Lovejoy debió relacionarse con cambios decisivos en los comportamientos sociales. Sin embargo, en su aspecto general, la criatura probablemente se parecía más a un simio que a un humano.