Fundamentos de filosofía Integrantes: Monzón Emanuel, Maldonado Iván, Marco Marinez, Passucci Sebastián, Britez Mariano 25/04/2018 Facultad de psicología. UCES Comisión: 14
Conocimiento y poder
Foucault nos muestra en la II conferencia de la verdad y las formas jurídicas, el panorama general de la situación del saber en la antigüedad a través de su análisis del mito de Edipo Rey; en él podemos reconocer el juego que se produce entre dos grandes categorías básicas e imprescindibles en la filosofía del autor: poder y saber. En paralelo en la obra: ¿Qué es la filosofía? de Deleuze y Guattari, nos presentan una modalidad de pensar la filosofía distinta a lo que la historia nos propone, esto es pensar a la filosofía como creadora conceptos. A continuación pondremos puntos en común entre estos diferentes textos, sumado a las concepciones clásicas en relación a la temática del poder y el saber, o conocimiento. Foucault refiere a una clase de poder en el mito de Edipo Rey que es aquel que tiene la capacidad de anunciar, de evocar o de proferir testimonio. Este testimonio o posesión de la verdad se da en tres niveles: el de los dioses, el de los reyes y el de los campesinos, o más bien esclavos. Edipo rey era dueño de una verdad y sabía por demás, ya que pudo salvar a su pueblo al resolver el enigma de la Esfinge. Aquí se encuentra el poder: el saber le otorga beneficio y nobleza sobre el pueblo de Tebas. Pero la propiedad sobre la verdad se da de manera progresiva y en distintos niveles, es así que nos remitimos al carácter genuino de la filosofía: en la filosofía antigua las verdades inmutables y eternas nos brindaban un conocimiento cierto sobre la realidad, casi incuestionable; pero gradualmente los conocimientos fueron repensados y cuestionados, vueltos a elaborar. Nietzsche nos invita a desconfiar de aquellas ideas que provengan de dioses y que sean como cuerpos celestes o milagrosos, y pasen a poder de los esclavos o de los creadores, es decir que cada concepto pueda ser originado por los filósofos ya que es su principal tarea. A diferencia de la filosofía, el poder que intentaba conservar Edipo era justamente aquel que había recibido gracias a un saber que había contemplado o sido testigo; en cambio para el filósofo no existe tal contemplación como de hecho existía en la filosofía platónica, sino que su carácter es dinámico y auto cuestionado continuamente. El filósofo no es un comunicador ni realiza reflexiones, porque su tarea principal es la de crear conceptos. En ambos casos se juega un papel de poder. En Edipo, como mencionamos anteriormente, poseía un conocimiento al que sólo él tenía acceso y que sólo él veía.
Este conocimiento le permitía estar entre la nobleza y gobernar; en filosofía “el concepto remite al filósofo como aquel que lo tiene en potencia, o que tiene su poder o su competencia, porque tiene que ser creado” (Deleuze, G y Guattari, F) Esta capacidad de creación pertenece a este campo de conocimiento y es propio de ella. Pero esta preeminencia o privilegio no pertenece sólo a la filosofía ya que en el ámbito del saber no solo existen creaciones de conceptos, como por ejemplo la ciencia. La filosofía disputa el poder y sus rivales han ido variando a lo largo de la historia: así encontramos una superación a la metafísica aristotélica y al refugio del pensamiento en los universales, como también descubrimos y más cercano a nuestro tiempo a la sociología, la lingüística, el pensamiento lógico y la informática. La filosofía para reivindicarse tiene que volver a su raíz a su origen y seguir cuestionado su status, su función, su poder dentro del campo del conocimiento.
Pensamiento Griego Citando a Foucault: Nietzsche comenzó a demoler y nos damos cuenta que por detrás de todo saber o conocimiento lo que está en juego es una lucha de poder, y esta conjetura se encuentra en la aparición de la polis como instrumento, como herramienta política, como autoridad del Estado, un medio de mando y dominación a través de la palabra; la palabra es persuasiva y se utilizara para el debate, la contradicción, la discusión, la argumentación, y que pasaran a ser las reglas del juego intelectual, como también del juego político. De esta forma el lenguaje será utilizado como retorica o sofistica en las luchas de la asamblea y del tribunal. El sistema de la polis implica ante todo, una extraordinaria permanencia de la palabra sobre todos los instrumentos del poder, llega a ser la herramienta política por excelencia, la llave de toda autoridad en el Estado, el medio de mando y dominación sobre los demás. Poder de la palabra: Peitho, fuerza de persuasión, expresiones y formulas en ciertos rituales religiosos o el valor atribuido a los dichos del rey. La palabra no es ya el termino ritual, la formula justa, sino el debate contradictorio, la discusión, la argumentación. El arte político es, en lo esencial, un ejercicio del lenguaje; y el logos, en su origen, adquiere conciencia de sí mismo, de sus reglas, de su eficacia, a través de su función política. Históricamente hacen uso de este arte la retórica y la sofistica que mediante el análisis, llevan a cabo las formas del discurso como instrumento de victoria en las luchas de la asamblea y del tribunal. En el mito de Edipo Rey el poder es utilizado como una forma religiosa y política mediante su saber especifico y el cual intento conservarlo de cualquier forma, inclusive ejerciendo la Tiranía sobre su pueblo, no dándole importancia a las leyes y sustituyéndolas por sus órdenes y por su voluntad. Este relato en conjunto a los orígenes del pensamiento enmarca el origen de la sociedad griega, el origen de la civilización, de la lucha por el poder, por la verdad y por la razón. La política como tal sigue un fin practico y no se concentra simplemente en el conocimiento de las cosas, por ello para que dicha ciencia sea manejada con el mayor
de las eficiencias es importante que no esté manejada por personas que se dejen manejar por sus paciones. Por lo general la gente joven que no conoce tanto del mundo son segadas por sus impulsos y sus paciones y alguien que ya ha vivido lo suficiente tendría una contemplación más virtuosa de la política. El estudio de la política entonces puede ser bien aprovechado por aquellos que son guiados por la razón. La razón aquí es un elemento del poder ya que permite acceder a un puesto, status o categoría que permite ejercer ciertas funciones más importantes para la sociedad griega o polis. Podemos ver como entran en juego el poder y el conocimiento, puesto que Aristóteles plantea una división particular de la sociedad en tres grupos a los que llama géneros de vida conocidos, en ellos se puede percibir como el uso de los conocimientos el saber y la ilustración sirven para el dominio de otros que no persiguen fines últimos tan elevados y que se estacan en disfrutar los placeres materiales. Para explicar esto los divide en: los que consideran que la vida está enfocada en sus goces materiales y placeres, la vida política y pública; y por último la contemplativa o intelectual. Aquellos que pertenecen a la segunda categoría son como Edipo, los gobernantes, los que imponen leyes y órdenes y así ejercen el buen funcionamiento de la ciudad. Para concluir podemos recopilar tres elementos o categorías de análisis en relación al tema planteado: 1. La filosofía ejerce un tipo de poder: en la Antigüedad son aquellos que poseían conocimientos de las Ideas, de los conceptos universales y hasta espirituales o verdades reveladas por divinidades; en la actualidad la filosofía busca su lugar como creadora de conceptos y así legitimar su función a diferencia de otras ciencias o conocimientos. 2. El lenguaje y la palabra en la polis eran instrumentos privilegiados en el ejercicio del poder, tanto en los debates y discusiones por parte de filósofos, aquellos amantes de la sabiduría, como de los sofistas con pretensión de dominar verdades y persuadir al pueblo. 3. El poseer ciertos tipos de conocimientos permitía a la sociedad griega entablar niveles o categorías sociales, los cuáles los ilustrados entablaban leyes y órdenes, es decir ejercían el poder sobre aquellos de no poseían esta sabiduría: los esclavos. El poder es ejercido por aquellos que pueden acceder a conocimientos y saberes especiales, específicos y que permiten tomar decisiones y accionar en determinadas oportunidades, lo cual favorece a la persona empoderada. La tarea de la filosofía será la de desenmascarar estas relaciones que se muestran como naturales y comunes. La lectura de Foucault nos enseña el camino para descubrir los dispositivos que ejercen el poder de manera natural, común, material y simbólica; desde la Antigüedad, hasta nuestros días en el plano social y político el poder se muestra como el mecanismo efectivo de control e influencia.