REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLICTÉNICA DE LAS FUERZAS ARMADAS BOLIVARIANAS NUCLEO BOLIVAR – EXTENSION UPATA AMPLIACIÓN EL CALLAO LICENCIATURA EN ADMINISTRACION DE DESASTRES
Profesora: Lcda. Marys Tarife
Bachilleres: Avilés Milenkis García Jairubis Romero Carmen Romero Editza Marcano Franklin Muñoz Ariannet Fernández Lucys
Junio 2018
PRINCIPALES ECOSISTEMAS Suelo El suelo es una parte fundamental de los ecosistemas terrestres. Contiene agua y elementos nutritivos que los seres vivos utilizan. En él se apoyan y nutren las plantas en su crecimiento y condiciona, por tanto, todo el desarrollo del ecosistema. El suelo se forma en un largo proceso en el que interviene el clima, los seres vivos y la roca más superficial de la litosfera. Este proceso es una sucesión ecológica en la que va madurando el ecosistema suelo. La roca es meteorizada por los agentes meteorológicos (frío/calor, lluvia, oxidaciones, hidrataciones, etc.) y así la roca se va fragmentando. Los fragmentos de roca se entremezclan con restos orgánicos: heces, organismos muertos o en descomposición, fragmentos de vegetales, pequeños organismos que viven en el suelo, etc. De esta forma Siempre se forman suelos muy parecidos en todo lugar en el que las características de la roca y el clima sean similares. Dentro de este orden de ideas la composición en el suelo encontramos materiales procedentes de la roca madre fuertemente alterados, seres vivos y materiales descompuestos procedentes de ellos, además de aire y agua. Las múltiples transformaciones físicas y químicas que el suelo sufre en su proceso de formación llevan a unos mismos productos finales característicos en todo tipo de suelos: arcillas, hidróxidos, ácidos húmicos, etc.
Estructura. Horizontes del suelo. El proceso de formación del suelo termina por estructurar a los materiales en unos estratos o capas característicos a los que se denomina horizontes. El conjunto de estos horizontes da a cada tipo de suelo un perfil característico. Tradicionalmente estos horizontes se nombran con las letras A, B y C, con distintas subdivisiones: A0, A1, etc.
Sus características son: El horizonte A0. es el más superficial y en él se acumulan hojas, restos de plantas muertas, de animales, etc. El horizonte A. acumula el humus por lo que su color es muy oscuro. El agua de lluvia lo atraviesa, disolviendo y arrastrando hacia abajo iones y otras moléculas. A
esta acción se le llama lavado del suelo y es mayor cuando la pluviosidad es alta y la capacidad de retención de iones del suelo es baja (suelos poco arcillosos). En los climas áridos el lavado puede ser ascendente, cuando la evaporación retira agua de la parte alta del suelo, lo que provoca la llegada de sales a la superficie (salinización del suelo). El horizonte B. acumula los materiales que proceden del A. El horizonte C. está formado por la roca madre más o menos disgregada. Tipos de suelos.
Suelos arenosos. Suelos calizos Suelos limosos. Suelos humiferos o de tierra negra. Suelos arcillosos. Suelos pedregosos. Suelos de turba. Suelos salinos.
Organismos vivos en el suelo. En el suelo viven una gran cantidad de bacterias y hongos, tantos que su biomasa supera, normalmente, a todos los animales que viven sobre el suelo. En la zona más superficial, iluminada, viven también algas, sobre todo diatomeas. También se encuentran pequeños animales como ácaros, colémbolos, cochinillas, larvas de insectos, lombrices, entre otros.
BIOMAS TERRESTRES
Se llama así a los grandes ecosistemas terrestres, fácilmente distinguibles por el aspecto de sus comunidades porque cada uno tiene un tipo de vegetación muy característico (hierba, árboles perennifolios, caducifolios, matorral, etc.). En relación a los biomas terrestre podemos nombrar y dar una pequeña definición sobre el desierto, la tundra, taiga, bosques templados, bosques mediterráneos, pradera. Estepas y sabanas, selva.
El desierto: se desarrolla en regiones con menos de 200 mm de lluvia anual. Lo característico de estas zonas es: La escasez de agua y las lluvias muy irregulares que, cuando caen, lo hacen torrencialmente. Además la evaporación es muy alta por lo que la humedad desaparece muy pronto. La escasez de suelo que es arrastrado por la erosión del viento, favorecida por la falta de vegetación. La vegetación se encuentra muy espaciada y las plantas suelen tener mecanismos repelentes para asegurar que en su cercanía no se sitúan otros ejemplares.
La tundra: se encuentra junto a las zonas de nieves perpetuas. La dureza del clima no permite la existencia de árboles. Su suelo -permafrost- está helado permanentemente, excepto un breve deshielo superficial en los dos meses más calurosos.
La taiga: es el bosque que se desarrolla al Sur de la tundra. En ella abundan las coníferas (Picea, abetos, alerces y pinos) que son árboles que soportan las condiciones de vida relativamente frías y extremas- de esas latitudes y altitudes, mejor que los árboles caducifolios. El suelo típico de la taiga es el podsol.
Los bosques templados: En los Bosque templado de hoja caduca, se e sitúa en zonas con climas más suaves que el bosque de coníferas. Se extiende al sur de la taiga en el hemisferio norte, en amplias extensiones de América y Eurasia. En el hemisferio Sur sólo está representado en estrechas franjas del Sur de América, Nueva Zelanda y Australia. También se encuentra en las zonas bajas de las regiones montañosas de latitudes cálidas. El clima en las zonas templadas es muy variable, con las cuatro estaciones del año bien marcadas y alternancia de lluvias, periodos secos, tormentas, etc. En su vegetación se puede decir que las especies de árboles que forman el bosque son muy numerosas. Hayas y robles, junto a castaños, avellanos, arces, olmos, entre otros. La fauna es rica y variada. Muchos insectos y otros animales viven en el suelo y alimentan a un gran número de aves. También los anfibios, reptiles y mamíferos son muy abundantes.
Los Bosque mediterráneo: Las especies arbóreas suelen ser de hoja perenne, pequeña y coriácea para soportar mejor las sequías estivales. Encina y alcornoque, acompañados de acebuches, quejigos, algarrobos, etc. son los principales árboles de este tipo de bosque. La fauna es rica y variada e incluye todo tipo de animales.
La dehesa: Es un ecosistema único, típico de extensas zonas de la península Ibérica, en el que la acción humana ha modificado el bosque mediterráneo llegando a un equilibrio ideal para la explotación de recursos: madera, ganadería, etc.
Praderas estepas y sabanas: Las praderas se desarrollan en zonas con precipitaciones entre los 250 y 600 mm anuales.. Es decir entre las de desiertos y las de bosques. Estas cifras pueden variar dependiendo de la temperatura y de la capacidad del suelo para mantener el agua y en las zonas tropicales encontramos praderas en lugares que tienen hasta 1200 mm de precipitación anual, porque caen sólo en una estación, y el resto del año no hay humedad suficiente para mantener el arbolado. En la sabana tropical africana hay abundantes árboles, con forma de sombrilla, distribuidos por toda ella. El nombre de estepa se suele reservar a las praderas propias de regiones templadas o frías en las que las temperaturas son muy extremas y la lluvia escasa y mal repartida en el tiempo.
La selva: En las zonas tropicales y ecuatoriales encontramos distintos tipos de bosques porque aunque todas las regiones cercanas al ecuador tienen en común el ser calurosas, hay grandes diferencias de regímenes de lluvias de unas a otras por lo que se forman bosques muy diferentes La pluviselva o bosque tropical húmedo es típica de lugares con precipitación abundante y está formada por plantas de hoja perenne, ancha. La selva amazónica es el representante más extenso de este tipo de bioma, aunque se encuentra también en África y Asia. El suelo de la selva es sorprendentemente débil y pobre en comparación con la riqueza de vida que soporta. La explicación es que la mayor parte de los nutrientes se encuentran en los seres vivos y no en el suelo. El bosque tropical espinoso o seco crece en zonas tropicales con poca pluviosidad (unos 400 mm). Está formado por plantas con muchas espinas que pierden la hoja en la estación seca y que se disponen en grupos rodeados por zonas carentes de arbolado.
OCÉANOS Y MARES
Los océanos ocupan el 70% de la superficie terrestre y contienen una gran variedad de organismos. En sus aguas se pueden encontrar representantes de prácticamente todas las formas de vida.
Es por eso, que los seres que viven en el mar se han adaptado a condiciones físicas muy variadas (olas, mareas, corrientes, salinidad, temperatura, presión, iluminación, gases disueltos, etc.) y han desarrollado sistemas fisiológicos, de sujeción, de flotación, etc. muy variados. Sus cadenas tróficas empiezan con organismos fotosintéticos y terminan con grandes ballenas, peces, calamares gigantes, entre otros.
Según las formas de vida de los organismos se distinguen en el océano: Organismos pelágicos: Viven en las aguas libres, en las que los organismos que se encuentran viven sin relación con el fondo oceánico. Aquí encontramos los grandes cardúmenes de peces, ballenas, calamares, etc. que se desplazan por sus propios medios por el medio acuático. Organismos bentónicos: Viven en el fondo oceánico. Los organismos que viven en este ambiente están sujetos al fondo o se apoyan y descansan en él para su alimentación, su reproducción, defensa, etc. El grupo de organismos bentónicos es muy numerosos (algas, anélidos, moluscos, corales, estrellas, crustáceos, peces de fondo, etc.) Organismos planctónicos: Este grupo de seres vive flotando en las aguas y, aunque pueden realizar algunos desplazamientos por su cuenta, se mueven principalmente arrastrados por las corrientes. Entre ellos están algas microscópicas (fitoplancton), protozoos, pequeños crustáceos, huevos, larvas, medusas, etc.) Según la cercanía a la costa se diferencian, horizontalmente, dos zonas: Zona nerítica: Cercana a la costa, en zonas en las que la profundidad es, como mucho, de 150 o 200 m. Corresponden a la plataforma continental, con menos del 10% de la superficie oceánica total, pero con una producción que es casi la mitad del total generado por el océano. Se llama zona litoral a la que se ve afectada por la oscilación de las mareas. Zona oceánica: Es la zona de aguas profundas. En los océanos el máximo de producción primaria se produce en la zona fótica (iluminada) a los 20 o 30 m de profundidad, aunque se encuentran algas hasta los 200 m, dependiendo de la transparencia de las aguas. Del plancton que se va produciendo, el 75%
aproximadamente, es devorado por los consumidores de primer orden. El resto desciende hasta el fondo y se sedimenta. A partir de los 500 m (zona afótica) la oscuridad es absoluta en todos los lugares. Los organismos que viven en los grandes fondos abisales, poseen adaptaciones muy especiales a la oscuridad total, la irregularidad alimenticia y las grandes presiones que deben soportar. Los océanos juegan un importantísimo papel regulador del clima y de las concentraciones de CO2 y O2, lo que lógicamente repercute en la biosfera de forma muy importante.
ESTUARIOS, DELTAS Y MARISMAS
Se denominan estuarios, las masas de agua semiencerradas (desembocaduras de ríos, bahía costera, etc.) en las que la salinidad es intermedia y variable y se deja notar fuertemente la influencia de las mareas. Los deltas son desembocaduras de ríos en las que se van depositando los sedimentos arrastrados por la corriente. Son una forma de estuario y en ellos abundan las marismas. Las marismas son amplias extensiones de tierras bajas que sufren frecuentes inundaciones del agua del mar. Podríamos resumir a continuación que en ellos encontramos una amplia variedad de formas de vida, desde plancton microscópico hasta grandes árboles como en los manglares tropicales. Son características de estos organismos las adaptaciones para adaptarse al ciclo mareal. Tienen también una importante función en la biosfera como lugar en el que se depositan los huevos y tienen lugar las primeras etapas de la vida de muchos moluscos, crustáceos y peces. También son el lugar de descanso en el que los peces migra dores, como salmones y anguilas, reposan en sus viajes entre el océano y los ríos. Han sido muy usados por el hombre para depositar sus residuos, por su cercanía a los lugares habitados y porque poseen gran capacidad de purificación. Actualmente están revalorizados en su aprecio ecológico y son más protegidas.
Ríos Los ríos son componentes esenciales del paisaje continental. Su trabajo erosivo moldea el relieve, forma valles, corta cañones y deposita materiales en sus tramos bajos originando amplias llanuras aluviales. Para la vida en el medio terrestre son esenciales. Llevan agua y nutrientes a plantas y animales y transportan a los organismos y a sus estructuras reproductoras. Son muy usados por el hombre para suministro de agua, deposición de residuos, producción pesquera, etc. Desde el punto de vista ecológico es totalmente diferente el funcionamiento de los tramos alto, medio y bajo: En el curso alto el agua lleva pocos nutrientes pues no ha tenido tiempo de disolver o arrastrar minerales ni otras moléculas. El agua está bien oxigenada pues es fría y está agitada. Debido a la fuerte corriente no se pude desarrollar el fitoplancton y hay poca fotosíntesis: el ecosistema es heterótrofo (más respiración que producción) y los organismos obtienen la energía de los nutrientes que afluyen desde la cuenca, arrastrados por las aguas de lluvia. En el curso medio el lecho es más amplio y menos abrupto, las corrientes tienen menos fuerza y crecen plantas que se sujetan al lecho del río. El río es más autótrofo (producción/respiración mayor que 1 frecuentemente). La diversidad de especies suele ser máxima. Es el lugar de los barbos, nutrias, ranas. En el curso bajo las corrientes son lentas y las aguas fangosas y al haber menos luz se hace menos fotosíntesis, por lo que el río de nuevo es heterótrofo y hay poca variedad de especies en la mayoría de los niveles tróficos. Los peces más frecuentes son tencas, percas, lucios, anguilas, etc.
LAGOS Y ZONAS HÚMEDAS
Lagos y lagunas. Son sistemas jóvenes, a escala geológica. Las lagunas y la mayor parte de los lagos, permanecen desde pocas semanas o meses, las estacionales, a varios cientos de años, las más duraderas. Con el paso del tiempo acaban llenándose de sedimentos y colmatándose. Por este motivo la diversidad de especies es baja pues, aunque por su
aislamiento debía ser alta, su corta duración no da tiempo a la aparición de nuevas especies. En un lago grande se distinguen las siguientes zonas: Zona litoral: con vegetación enraizada a lo largo de la orilla Zona limnética: aguas abiertas con fitoplancton. Zona profunda: con organismos heterótrofos por falta de luz suficiente para hacer fotosíntesis. En las regiones templadas las aguas de los lagos suelen estar fuertemente estratificados en el verano. La parte superior más cálida (epilimnion) se aísla de la más fría (hipolimnion) por una zona llamada termoclina que actúa como barrera ante el intercambio de materiales. Al mezclarse las aguas suele haber explosiones de fitoplancton porque la agitación del agua hace aflorar nutrientes a la superficie.
Lagos eutróficos y oligotróficos.
Según la abundancia de nutrientes (fosfatos y nitratos) en el lago se distinguen dos tipos: Eutróficos: Con las aguas ricas en nutrientes lo que facilita la proliferación de las algas. Cuando las algas mueren son descompuestas por las bacterias en procesos aeróbicos que consumen el oxígeno. En estos lagos la luz penetra con dificultad en el agua y los seres vivos que se encuentran son los característicos de las aguas pobres en oxígeno (barbos, tencas, gusanos, etc.) Oligotróficos: Sus aguas son pobres en nutrientes y, por tanto, las algas no proliferan excesivamente, las aguas son claras y penetra la luz con facilidad, hay oxígeno en abundancia y la flora y la fauna es típica de aguas bien oxigenadas (truchas, larvas de libélulas, etc.)
ZONAS HÚMEDAS
Zonas húmedas son ecosistemas con una elevada biodiversidad, superados sólo por los bosques tropicales, que actúan como refugio para numerosas especies de fauna y
flora, muchas de ellas en peligro de extinción. Son muy fértiles, con una gran productividad primaria e imprescindible para la supervivencia de muchas especies. Las fluctuaciones de agua por mareas o fuertes lluvias y los incendios estacionales las hacen más fértiles, porque liberan nutrientes solubles. Si no hay estas fluctuaciones se van acumulando sedimentos y turba que facilitan la invasión por la vegetación terrestre y el humedal desaparece. Tienen, también, un especial interés porque mantienen a los acuíferos que hay en su cercanía y los van rellenando de agua. La gran productividad de les zonas húmedas se manifiesta en la total renovación anual de la parte aérea de las grandes hierbas y en la gran biomasa que adquieren las bacterias y los diferentes grupos de invertebrados. Entre los vertebrados abundan las aves y los anfibios. Por desgracia, a lo largo de la historia los humedales han tenido muy mala fama porqué son el hábitat del mosquito Anopheles maculipennis, el transmisor del paludismo o malaria, un enfermedad grave que actualmente está prácticamente erradicada de Catalunya.
ACCIÓN DEL HOMBRE
La acción del hombre sobre el planeta ha sido tan notable, especialmente en el último siglo, que se puede afirmar que no existe ecosistema que no esté afectado por su actividad. Desde hace milenios el hombre ha explotado y modificado la naturaleza para subsistir, pero en los últimos decenios además ha producido miles de sustancias nuevas que se han difundido por toda la atmósfera, la hidrosfera, los suelos y la biosfera.
Acción del hombre sobre el ecosistema. Todos los organismos consumidores viven de la explotación del ecosistema y la especie humana también necesita explotarlo para asegurar su supervivencia. En la actualidad no se puede entender el funcionamiento de la mayor parte de los ecosistemas si no se la tiene en cuenta la acción humana. Dado el número de individuos y la capacidad de acción que tiene nuestra especie en estos momentos la influencia que ejercemos sobre la naturaleza es enorme.
Entre las acciones humanas que más influyen en el funcionamiento de los ecosistemas tenemos: Agricultura y ganadería: Cuando se cultivan los campos, se talan los bosques, se pesca o se cría ganado, se "explota" al resto de la naturaleza y se provoca su "regresión" en el sentido ecológico; es decir, el ecosistema se rejuvenece y deja de seguir el proceso de sucesión natural. De igual manera en las actividades agrícolas y ganaderas se retira biomasa de los ecosistemas explotados y se favorece a las especies oportunistas (frecuentemente monocultivos), lo que disminuye la diversidad de especies del primitivo ecosistema. El trabajo agrícola afecta también al ecosistema suelo. Al arar se mezclan los horizontes del suelo y se rompe la estructura para liberar nutrientes que puedan usar las plantas. Por otra parte al recoger la cosecha no se devuelve al suelo los nutrientes y hay que abonar para obtener nuevas cosechas. Obtención de energía y materias primas: La explotación del petróleo y del gas, la minería del carbón y del resto de minerales y el transporte de materias primas y productos terminados suponen también, un fuerte impacto sobre los ecosistemas. Traen consigo carreteras, grandes movimientos de tierra, sobre todo en la minería a cielo abierto, concentración y producción de sustancias tóxicas, en todos los lugares de la tierra y los océanos. Reciclado de residuos: El vertido de residuos es otra fuerte de impacto sobre la naturaleza. En ocasiones provocan tal concentración de productos tóxicos en un ecosistema que causa graves daños a los seres vivos. Hablamos de contaminación o polución para referirnos a estos cambios de las condiciones del ecosistema. El hombre siempre ha confiado en los sistemas naturales para limpiar y depurar sus residuos y los ha vertido a ríos, mares y vertederos terrestres. Destrucción de ecosistemas naturales: El uso de recursos por el hombre deja en ocasiones a los ecosistemas sin componentes que les son imprescindibles. Así sucede cuando desviamos cursos de agua para usarlos en regadío o abastecimiento de ciudades y el cauce de los ríos queda sin caudal suficiente para mantener el ecosistema. O cuando se construye en las zonas del litoral sobre marismas.
Introducción de organismos ajenos al ecosistema: La actividad humana mueve muchas especies de unos lugares a otros. A veces conscientemente y otras sin querer, al transportar mercancías o viajar de unos sitios a otros. Muchas de estas especies son beneficiosas por su aprovechamiento agrícola o ganadero, como la patata y el maíz que fueron introducidas en Europa y son un importantísimo recurso alimenticio. Otras sirven para controlar plagas. Pero algunas son muy perjudiciales, porque no tienen depredadores que las controlen y se convierten en plagas. Siempre hay que tener en cuenta que la alteración del ecosistema es muy difícil de prever y sus efectos secundarios difíciles de controlar.
CONCLUSION
Al concluir con este trabajo Conocer el suelo, las praderas, los bosques, los océanos o los humedales, entre otros varios ecosistemas, es fundamental para entender el funcionamiento de nuestro planeta. Hay varios tipos de ecosistemas, muy extendidos por todo el mundo, cuyo estudio permite tener una visión global de la marcha que ha tenido la vida en la Tierra. El ecosistema es el nivel de organización de la naturaleza que interesa a la ecología. En la naturaleza los átomos están organizados en moléculas y estas en células. Las células forman tejidos y estos órganos que se reúnen en sistemas, como el digestivo o el circulatorio. Un organismo vivo está formado por varios sistemas anatómico-fisiológicos íntimamente unidos entre sí. Dentro de este orden de ideas el funcionamiento de todos los ecosistemas es parecido. Todos necesitan una fuente de energía que, fluyendo a través de los distintos componentes del ecosistema, mantiene la vida y moviliza el agua, los minerales y otros componentes físicos del ecosistema. La fuente primera y principal de energía es el sol. Es importante recalcar que la acción del hombre sobre el ecosistema todos los organismos consumidores viven de la explotación del ecosistema y la especie humana también necesita explotarlo para asegurar su supervivencia. De la naturaleza se obtienen los alimentos y a la naturaleza se devuelven los residuos que generamos con nuestra actividad. La energía que empleamos la obtenemos, en su mayoría, de la combustión de reservas de compuestos de carbono (petróleo, carbón, gas) almacenados por el trabajo de los productores del ecosistema a lo largo de muchos millones de años.
BIBLIOGRAFIA
Zonas húmedas - Editorial Anagrama https://www.anagrama-ed.es/libro/ebooks/zonas-humedas/9788433932686/EB_50
Ecosistema - Wikipedia, la enciclopedia libre https://es.wikipedia.org/wiki/Ecosistema
Principales ecosistemas - Tecnun www4.tecnun.es/asignaturas/Ecologia/Hipertexto/05PrinEcos/100PrinEcos.htm
Tipos de ecosistemas - Tiposde.org www.tiposde.org/escolares/226-tipos-de-ecosistemas/
Anexos
Ecosistemas
Zonas húmedas