Trabajo Atapuerca.docx

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100818010886 ATAPUERCA La Sierra de Atapuerca* es conjunto montañoso que tiene una elevación de 1.085 m.s.n.m, ubicada a más o menos 15 km al este de la ciudad de Burgos (Castilla y León, España), se extiende de noroeste a sureste del país, entre la cordillera Cantábrica y el sistema Ibérico. Este lugar ha sido declarado como patrimonio de la humanidad gracias a los importantes hallazgos arqueológicos que han tenido lugar allí mismo, dando luz sobre nuestros antepasados en el proceso de la evolución, ya que se han encontrado fósiles de: h. antecessor, h. heidelbergensis, h. sapiens y por último, unos restos que aún no se han atribuido a algún grupo, por decirlo de alguna manera; claro, tampoco hay que dejar a un lado las herramientas líticas y los restos de macromamíferos e insectos encontrados también en este lugar. Con frecuencia, los yacimientos arqueológicos se encuentran por cuestiones de azar o suerte, y el descubrimiento de Atapuerca no fue la excepción: a finales del siglo XIX, España se estaba uniendo a la revolución industrial a través de la extracción del hierro y el trabajo del mismo (siderurgia), los primeros en entrar a esta área de la industria metalera fueron los vascos, luego le siguieron las zonas aledañas, como Burgos; hay que entender que las grandes máquinas empleadas para esta tarea, usaban grandes cantidades de carbón y, obviamente de hierro, para ese entonces las minas de León y Asturias estaban siendo explotadas, pero se necesitaba más. A unos 50 km de Burgos, se encontraba la Sierra de la Demanda, que contenía vetas de hulla y hierro, pero estos materiales debían ser llevados a Vizcaya, en el País Vasco, ya que ahí se encontraban los grandes hornos de siderurgia. Para solucionar este problema, el británico Richard Preece Williams creó “The Sierra Limited Company”, quien fue la encargada de construir una línea de ferrocarril que iría desde Monterrubio de la Demanda hasta Villafría, en Burgos, ya que en ese lugar cruzaba la línea Burgos-Bilbao con la que se enlazaría y por la cual podría transportar los minerales hasta el País Vasco. El proyecto inició en 1896 y estuvo listo en 1901; cabe destacar que con el fin de recibir aportes económicos, la compañía se comprometió a transportar civiles, lo cual fue un problema ya que en 1911 la compañía cerró gracias a que las personas no usaban este ferrocarril por los altos costos del pasaje de Villafría a Vizcaya. En 1917 esta empresa pasó a ser propiedad de la sociedad Vasco-Castellana; en el mismo año sufre un quiebre económico y finalmente desaparece. Los yacimientos de la Sierra de Atapuerca quedaron al descubierto gracias a un túnel que pasó por las estribaciones de la misma, siendo el conjunto de 3 lugares arqueológicos conocido como “trinchera de ferrocarril” el más cercano a la línea anteriormente mencionada. Sin embargo, el conjunto que constituye a la llamada “cueva mayor” ya era conocido, gracias a evidencia histórica: en 1645 el fray Manuel Ruiz dejó una inscripción del 22 de octubre del mismo año y luego, en 1868 Felipe Ariño solicita la concesión de la propiedad de la cueva para evitar su deterioro, son algunos ejemplos. *Ilustración #1 de la Sierra de Atapuerca pag. 7

Dada ya una breve introducción acerca de este lugar, considero importante empezar a describirlo como tal. La sierra de Atapuerca está dividida en tres grandes grupos, que a su vez están compuestos por diferentes yacimientos arqueológicos1, los cuales son 11 en total; sin embargo, solo pienso enfocarme en uno de ellos: La sima de los huesos, el que describiré más adelante. Claro, esto sin desmeritar ni quitar importancia a los demás, de los cuales solo mencionaré sus hallazgos y características más relevantes: 1. Trinchera de Ferrocarril: a. Sima del Elefante: se recuperó una falange y una mandíbula de un homínido aún no clasificado, al igual que herramientas líticas de sílex y cuarcita principalmente, así como también restos faunísticos (ciervos, bóvidos) con marcas de carnicería. b. Galería: se han encontrado cerca de 2.400 artefactos líticos, más de 19.000 restos de macromamíferos asociados con microvertebrados, al igual que un fragmento de mandíbula y cráneo de h. heidelbergensis. Este lugar era una trampa natural que fue aprovechado por carnívoros y homínidos para la carroña, por eso hay huesos de ciervos, caballos, rinocerontes, algunos osos, leones, entre otros. c. Gran Dolina: hace más de un millón de años, hubo un derrumbe, lo que dejó algún tipo de risco que funcionó como trampa natural, también usada para la carroña por los carnívoros y homínidos, hay restos de rinoceronte, bisontes, caballos y eucladoceros. Este lugar fue usado como refugio, y en una época más cálida que la nuestra (pleistoceno inferior) se dieron episodios de canibalismo, permitiendo recuperar más de 150 fósiles del h. antecessor. 2. Cueva Mayor: a. Portalón: ubicado en la edad de bronce en el II milenio a.c, se han recuperado piezas cerámicas de uso cotidiano como platos y cuencos, al igual que piezas fabricadas de hueso, hasta y marfil, como agujas, cucharas, entre otros. Y en el calcolítico, III milenio a.c, fue usado como lugar de enterramiento, fósiles de h. sapiens se han encontrado asociados con diferentes objetos rituales. b. Sima de los huesos: aquí se encuentra la mayor acumulación de fósiles humanos de la historia y gracias a estudios estratigráficos, paleontológicos y geocronológicos dichos restos se han podido datar de hace más de 400.000 años, ubicándolos en el pleistoceno medio. Son alrededor de 28 fósiles del h. heidelbergensis. c. Galería de las estatuas: se deduce que fue ocupada por los neandertales hace unos 200.000 años, ya que hay herramientas líticas de sílex y cuarcita de la industria musteriense. Aquí no hay restos óseos. 1

Los yacimientos. Recuperado de https://www.atapuerca.org/es/apartado/142/los-yacimientos.

d. Galería de sílex: hay registro arqueológico de las fases del pleistoceno reciente, con 920 m2 de explotación minera de nódulos de sílex, al igual que más de 400 pinturas y grabados divididos en 53 paneles a lo largo de la cueva. Y, por último, indicios de algún tipo de cementerio dividido en 3: cuerpos rodados por un derrubio, restos infantiles y adultos con adornos en el fondo de sus tumbas. Hay restos humanos y faunísticos, se ubica a finales del neolítico e inicios de la edad de bronce 3. Cueva Mirador: haciendo honor a su nombre, esta cueva tiene una vista general del valle del río Arlanzón, por esta razón muchas comunidades prehistóricas tenían una preferencia por este lugar. Las primeras ocupaciones se dieron hace 13.500 años, por cazadores-recolectores, se abandonó por más de 5.000 años, periodo que fue usado por los lobos; luego, hace 7.200 años la usaron pastores y agricultores. En el calcolítico, junto con la aparición de los metales hace 4.700 años se usó como cueva sepulcral colectiva, y en el bronce inicial y medio, entre 4.400 y 3.700 años las tumbas pasan a ser individuales, y por último, hace 3.600 años deja de ser sepulcral para pasar a ser habitada de nuevo. a. Hundidero: una ocupación cercana a la laguna, se distinguen 4 periodos de ocupación de corta duración, se cuenta con artefactos líticos de sílex principalmente, pertenecientes a la industria musteriense la cual es atribuía a los neandertales. No se han encontrado restos faunísticos. b. Hotel California: este fue el lugar por el que atravesó la línea de ferrocarril anteriormente mencionada. Se cuenta con alrededor de 1.800 artefactos líticos, junto con bloques naturales de sílex “perturbados” y, es un sitio de ocupación repetida. c. Fuente Mudarra: se ubica al lado de la trinchera del ferrocarril, se cuentan con varios niveles de ocupación atribuida a los neandertales, se han encontrado artefactos líticos quemados d. Valle de las orquídeas: gracias a estudios con termoluminiscencia este lugar se ha podido datar en 30.000 años. Este lugar cuenta con un afloramiento de sílex cretácico, del cual alrededor del 80% del material lítico encontrado está fabricado con este. Hay 306 artefactos, no hay restos faunísticos y se ha atribuido a la etapa final del paleolítico medio. Dicho esto, es oportuno empezar con la descripción del yacimiento arqueológico denominado como “La Sima de los Huesos”, al cual me referiré usando solamente sus iniciales (SH), no por iniciativa propia, aclaro, sino porque en varias de las lecturas que he llevado a cabo la denominan de la misma manera, a la que me he acostumbrado. Pero antes, debo aclarar que la palabra “sima” hace referencia a una cavidad grande y profunda dentro de la tierra.2 2

recuperado de https://www.diccionariodedudas.com/sima-o-cima/

Como mencioné al inicio de este breve escrito, la “SH” pertenece al gran conjunto “Cueva mayor”, tiene una trampa natural en su interior y ha sido usada como guarida tanto por nuestros antepasados como por diferentes mamíferos, al igual que como sitio de carroña por animales carnívoros que también han sido víctimas de la trampa anteriormente mencionada*. Los primeros restos humanos se encontraron en 1976 asociados con fósiles del Ursus Denigeri (un oso muy cercano al ancestro de los osos pardos actuales), en la parte de la cueva conocida como “La cueva del oso”; pero no fue hasta 1984 que empezaron las excavaciones sistemáticas como tal, donde empezaron a extraer toneladas de sedimentos perturbado durante décadas, gracias a la intervención de personas que solo buscaban dientes de oso (Bermudez de Castro, Martinón-Torres, Lozano, Sarmiento & Muela, 2004); este proceso de extracción y análisis duró 7 años, periodo en el cual se encontraron varios fragmentos humanos. Ya en 1991 se halló la mayor acumulación de homínidos de la historia, contando con 28 fósiles de ambos sexos y diferentes edades, que fueron asignados al homo heidelbergensis; es aquí donde empiezan también los estudios de estratigrafía, paleontología y geocronología, con los cuales se han podido datar con seguridad los niveles fosilíferos de hace poco más de 400.000 años, época perteneciente al pleistoceno medio. Aquí voy a hacer un pequeño paréntesis, ya que considero oportuno describir a grandes rasgos la época anteriormente mencionada y al h. heidelbergensis, por supuesto: el pleistoceno, o mejor conocido como “la era del hielo” fue una época caracterizada por las diferentes glaciaciones que ocurrieron a lo largo de la misma, las cuales eran “interrumpidas” por periodos interglaciares relativamente cortos, episodios en que los diferentes grupos humanos y animales “preferían” migrar, ya que las condiciones climáticas no eran tan agresivas por decirlo de alguna manera, porque predominaba un ambiente húmedo y cálido; sin embargo, ¿a qué quiero llegar? Los restos encontrados en la SH, se ubican en el pleistoceno medio (entre 700.000 a 130.000 años), el cual inicia con la interglaciación Günz-Mindel, la cual duró 50.000 años aproximadamente. Ahora bien, la generación denominada como “homo” se caracteriza principalmente por tener un cerebro más grande, una mandíbula y dientes reducidos, junto con un amplio uso de herramientas, a diferencia de sus antepasados clasificados como australopithecus y ardipithecus; el h. heidelbergensis le debe su nombre a su primer hallazgo, por un hombre que trabajó una mina en Mauer, cerca de Heidelberg, Alemania, en la cual encontró una mandíbula inferior, la cual se dató en más o menos 600.000 años ap. Estos ejemplares en nuestra evolución tenían una estatura promedio de 170 cm, una capacidad craneal que rondaba cerca de los 1.350 cc3, con los arcos de las cejas y un mentón con menos prognatismo4. Retomando un poco el tema principal, alrededor de 1.300 restos humanos se han estudiado desde la última campaña de excavación en el 94, y, como ya se dijo, se han atribuído al h. heidelbergensis, Para para obtener el número mínimo de individuos se ha hecho uso del *

Ilustración #2 de la Sima de los Huesos en la pag. 7

3

Recuperado de http://es.prehistorico.wikia.com/wiki/Homo_heidelbergensis

4

Recuperado de https://www.historiaeweb.com/2014/04/11/homo-heidelbergensis/

análisis de las diferentes mandíbulas, maxilares, dientes sueltos, fragmentos craneales, entre otros5, llegando a la conclusión de que como mínimo, hay 28 ejemplares “seguros”, sin embargo, hay 119 dientes sin asignar a alguno de estos. Otros estudios que se han realizado con el tiempo nos permite saber con seguridad el sexo de 18 de ellos: 9 de ellos son mujeres y 9 son varones, con una tasa de mortalidad muy alta en la adolescencia y en la adultez temprana suponiendo que se debe a la necesidad de buscar alimento, debido a los grandes peligros a los que debían exponerse: hay dos niños con menos de 9 años, 24 restos entre los 10 y 29 años y solo 2 sobrepasan los 30. Claro, como es de esperarse, han surgido varias teorías a lo largo del tiempo sobre esta conocida e importante acumulación de cuerpos, pero las tres que aún se mantienen tienen que ver con un origen animal, natural y antrópico, y todas concuerdan con los estudios que ratifican el hecho de que todos los fósiles se encontraron en un mismo nivel estratigráfico: la teoría de origen antrópico, propuesta por primera vez por Fernández-Jalvo* en 1987 y la del animal propuesta por ella misma en compañía de Andrews* en 1997, van de la mano, por decirlo de alguna manera, ya que nuestros antepasados usaban ese lugar como cementerio, convirtiéndolo así en un lugar de alguna u otra manera sagrado y, como un segundo agente de acumulación, estaba un agente carnívoro, quien mataba o desenterraba cuerpos y los llevaba a la cueva. Luego, en 1999 Arsuaga* y Bocqued-Appel* descartaron la idea del cementerio primitivo para proponer la teoría de la catástrofe natural, sin especificar cuál. Sin embargo, en una de las excavaciones que se estaba llevando a cabo en SH, se encontró una pieza lítica a la que denominaron “Excalibur”: un hacha de mano, con una forma que asemeja a una almendra, lograda mendiante el proceso de percusión usando un martillo suave; fabricada a partir de cuarcita veteada de un color marrón rojizo, material que no es común en comparación con las otras herramientas líticas fabricadas a partir de las vetas de sílex de la misma Sierra, refuerza la teoría de que la SH fue usada como cementerio. (Bermudez de Castro, Martinón-Torres, Lozano, Sarmiento & Muela, 2004). Sin embargo, desde mi punto de vista, la teoría del agente carnívoro no es muy probable o atinada, por decirlo de alguna manera, ya que independientemente del animal o animales que hayan sido, poco creo que luego de haber comido, decidieran ir a tirar o desechar los restos de los homínidos o de otros animales a la trampa natural de la SH, cual “basurero”; 5

Nicolás et al. (1995). El nicho ecológico de los homínidos en el Pleistoceno Medio de AtapuercaRecuperado de https://www.researchgate.net/publication/39280732_El_nicho_ecologico_de_los_hominidos_del_Pleistoceno _Medio_de_Atapuerca *

Yoana Fernández-Jalvo: paleobióloga en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, España.

*

Peter Andrews: investigador en antropología biológica, en el departamento de Ciencias de la Tierra, Museo de Historia Natural, Londres, Inglaterra *

Juan Luis Arsuaga: paleoantropólogo, profesor de paleontología en la Universidad Complutense de Madrid

*

Jean-Pierre Bocqued-Appel: antropólogo francés especialista en paleodemografía-

claro, no digo que no hayan podido haber casos, pero más que por decisión, pudo ocurrir por casualidad y/o error, ya que algunos pudieron haberse acercado mucho al borde de la trampa y mientras desmembraban el cuerpo, algunas partes caían, y, por qué no, ellos también pudieron haberlo hecho. Resumiendo un poco, gracias al descubrimiento de los diferentes yacimientos arqueológicos de la Sierra de Atapuerca, se ha podido avanzar en la investigación de nuestros ancestros evolutivos, al igual que comprobar, refutar y consolidar nuevos conocimientos acerca de los mismos: forma de vida, índice de natalidad y mortalidad, enfermedades, alimentación, entre otros. Al igual que todo lo relacionado con los macromamíferos, insectos, fauna y flora de aquel entonces. Es de suponer que al igual que este lugar, hay muchos otros a lo largo y ancho del mundo “esperando” a ser encontrados, porque recordemos que en la mayoría de los casos, el descubrimiento de estos sitios es gracias a la casualidad y a la suerte. Investigar acerca de esta Sierra fue interesante, en primera instancia porque nunca había oído hablar de ella; por los diferentes hallazgos que han tenido lugar allí y también de los que seguramente están por venir. Debo admitir que el nombre del sitio fue el que me animó a indagar sobre el mismo, al inicio de la recolección de datos, fue un tanto tedioso, ya que hay muchísima información y organizarla fue una de las cosas que más tiempo tomó, ya que de cierta forma esa información me hablaba del yacimiento en general, y muchas ubicaciones, como la Tz (Covacha de los Zarpazos, ubicada en Galería) o el nivel T10 (Nivel Superior en Gran Dolina) me confundían, y habían momentos en los que no sabía sobre qué estaba leyendo, lo que me “obligo” a buscar información por fuera de la base de datos, encontrando así la página oficial de Atapuerca, por la cual me enteré de la distribución y ubicación de los diferentes sitios que componen a esta Sierra.

*Ilustraciòn #1: Nicolás et al, 1995. El nicho ecológico de los homínidos en el Pleistoceno Medio de Atapuerca [Imagen] Recuperado de https://www.researchgate.net/publication/39280732_El_nicho_ecologico_de_los_hominidos_del_Pleistoceno _Medio_de_Atapuerca

*Ilustración #2: para esta ilustración me basé en una imagen que encontré en una página de internet en la que se encontraban explicadas gráficamente las 3 principales teorías sobre la acumulación de cuerpos en la SH. Recuperado de https://studylib.es/doc/5125947/la-sima-de-los-huesos---atapuerca-definitivo

BIBLIOGRAFÍA Juan-Luis Arsuaga. (1993). Atapuerca Bones: Homing in on Homo? Science News, 144(2), 31-31. Recuperado de http://www.jstor.org/stable/3977528 B. Bower. (1997). Spanish Fossils Enter Human Ancestry Fray. Science News, 151(22), 333333. Reuperado de http://www.jstor.org/stable/4018315 B. Bower. (1993). Neandertals Take Big Step Back in Time. Science News, 143(15), 228-228. Recuperado de http://www.jstor.org/stable/3976939 José María Bermúdez de Castro, Martinón-Torres, M., Lozano, M., Sarmiento, S., & Muela, A. (2004). Paleodemography of the Atapuerca: Sima De Los Huesos Hominin Sample: A Revision and New Approaches to the Paleodemography of the European Middle Pleistocene Population. Journal of Anthropological Research, 60(1), 5-26. Retrieved from http://www.jstor.org/stable/3631006 Balter, M. (2001). In Search of the First Europeans. Science,291(5509), 1722-1725. Retrieved from http://www.jstor.org/stable/3082551

WEBGRAFÍA http://www.ibeasdejuarros.es/municipio/sierra-de-atapuerca/contenido-yacimientos/historiasierra-atapuerca/

http://marianosinues.over-blog.es/2016/04/atapuerca-los-yacimientos-de-la-trinchera.html https://blogs.udima.es/historia/trinchera-del-ferrocarril-el-tesoro-paleontologico-que-naciodel-desatino/ https://www.researchgate.net/profile/Peter_Andrews2 https://www.researchgate.net/profile/Yolanda_Fernandez_Jalvo https://www.researchgate.net/profile/Juan_Arsuaga https://www.researchgate.net/profile/Jean_Pierre_Bocquet-Appel

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