Americana II Trabajo práctico
Consignas: 1- Del texto de Lynch, explica: a) Por qué sostiene que una economía colonial dependía de una metrópoli subdesarrollada España era una metrópoli subdesarrollada, por varias razones: porque los metales preciosos no beneficiaban directamente a España; porque tenía una sociedad obsoleta (comercio no garantizado por falta de infraestructura y transporte...). España era una metrópoli antigua, pero sin desarrollar, si las colonias exportaban materias primas, lo mismo hacia España, si sus colonias dependían de una marina mercante extranjera lo mismo sucedía en España. Hacia 1790 el sistema de transporte era incapaz de cubrir la demanda existente o de satisfacer las necesidades de una población creciente. Fue un grave obstáculo que impidió el crecimiento económico de Castilla y la privó de desarrollar su propia industria o bien de convertirse en un mercado para la industria de otras regiones. Cataluña y otras zonas marítimas encontraban más fácilmente mercados y fuentes de materias primas en el exterior, por vía marítima, que en Castilla por tierra. A excepción de las ciudades catalanas y de unos cuantos puertos del norte de España, la organización mercantil era débil. A pesar del soporte del estado, la trayectoria de la mayoría de las compañías comerciales era poco impresionante, padeciendo como padecían la falta de capital y la lentitud de las transacciones, especialmente las que se hacían con América. En la segunda mitad del siglo XVIII existió una cierta recuperación económica en la que la industria catalana y el comercio colonial tuvieron su propio peso. Pero España continuo teniendo una economía esencialmente agraria. Aunque producía suficiente grano, en las regiones costeras a menudo tenían que importarlo, mientras que también se perdían las ocasiones de exportar. b) “La ideología reformista era de inspiración ecléctica” Era ecléctica porque no era única, sino que tomó diferentes aspectos de doctrinas diversas según la conveniencia. Durante la segunda mitad del siglo XVIII la España borbónica buscó la manera de modernizar su economía, sociedad e instituciones. Y esas soluciones se buscaron de diferentes escuelas de pensamiento. De los fisiócratas, corriente económica francesa, tomaron la idea de la primacía de la agricultura y del papel del Estado. Sostenían que lo que producía valor era el sector primario, y adherían a la idea que de la agricultura (del grano) podía sacarse mucho más que de la industria. En el mercantilismo encontraron la justificación de la explotación eficaz de los recursos.
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Del Liberalismo económico se apoyaron para suprimir las restricciones comerciales e industriales. De la Ilustración tomaron las ideas de progreso y de razón, de preferencia por ésta última y por la experimentación. Por supuesto, dejaron de lado autores que hablaban de la división de poderes (que iba en contra del absolutismo monárquico). c) Las formas borbónicas no fueron revolucionarias Las reformas borbónicas no fueron revolucionarias porque fueron reformas de estructuras ya existentes, y no en el establecimiento de nuevas formas. La política borbónica altero la relación existente entre los principales grupos de poder. La propia administración fue la primera en perturbar el equilibrio. El absolutismo ilustrado fortaleció la posición del estado a expensas del sector privado y terminó por deshacerse de la clase dominante local. Los borbones centralizaron el control y modernizaron la burocracia, se crearon nuevos virreinatos y otras unidades administrativas, se designaron nuevos funcionarios y se introdujeron nuevos métodos de gobierno. Estos consistían en parte en planes administrativos y fiscales, que implicaban al tiempo una supervisión mas estrecha de la población americana. Las élites locales interpretaron estos planes como un ataque a los intereses locales. La política de los borbones fue saboteada por estas élites. Al mismo tiempo que limitaban los privilegios en América, los borbones ejercían un mayor control económico, obligando a las economías locales a trabajar directamente para España y enviar a la metrópoli el excedente de producción y los ingresos que durante años se habían retenido en las colonias. Los esfuerzos para incrementar los ingresos fueron sobre todo dos: •
Se crearon monopolios sobre un numero de mercancías (tabaco, aguardiente,
pólvora, sal y otros productos de consumo) •
El gobierno se hizo cargo de nuevo de la administración directa de las
contribuciones, cuyo cobro tradicionalmente se arrendaba. Desde 1765 la resistencia a los impuestos imperiales fue constante y a veces violenta. El mayor agravio fue el causado por el decreto del 26 de diciembre de 1804, con la llamada “consolidación de vales reales”, mediante la cual se ordenaba la confiscación de los fondos de caridad que existían en América y su remisión a España. Los reformadores borbónicos quisieron ejercer una presión fiscal creciente sobre una economía controlada y en expansión. Al principio reorganizaron el comercio colonial para rescatarlo de las manos de los extranjeros y para asegurar los retornos en beneficio exclusivo de España. Su ideal era exportar productos españoles en barcos nacionales a un mercado imperial. Entre 1765 y 1776 se bajaron las tarifas, abolieron el monopolio de Cádiz, abrieron comunicaciones directas entre los puertos de la Península y las islas del Caribe y el continente y autorizaron el comercio entre las colonias. Se fue extendiendo el comercio libre y protegido entre
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España y América. Estas mejoras se vieron contrarrestadas por el contrabando y por la penetración extranjera en América. El nuevo impulso del comercio español pronto saturo estos limitados mercados y el problema de las colonias fue ganar lo suficiente para pagar las importaciones en aumento. Las bancarrotas fueron frecuentes y la industria decayó. 2- De los factores que influyeron en la ruptura del pacto colonial, desarrolla brevemente: a) La independencia de Estados Unidos basados en Adams y García Samundio. Adams hace una reseña de los acontecimientos que se suceden hasta la Declaración de Independencia de Norteamérica: Junto con la revolución francesa, la fundación del estado nacional americano fue el acontecimiento más trascendente del siglo XVIII. Entre 1765 y 1763, Inglaterra y Francia se enfrentaron en la Guerra de los Siete Años. La lucha se produjo también en América del Norte, donde los colonos ingleses se midieron con los franceses. A pesar de la alianza de los franceses con España y de la ayuda que recibieron de las tribus indígenas, Inglaterra ganó la guerra. En 1763, después de firmar la Paz de Paris, Francia abandonó casi todas sus posesiones en América del Norte. Para enfrentar las deudas ocasionadas por la guerra, Inglaterra adoptó algunas decisiones respecto a sus nuevas posesiones: impidió el avance de los colonos hacia las tierras conquistadas a los franceses, con el objeto de reservarlas para los nuevos súbditos asentados en Canadá, reimplantó medidas restrictivas al comercio de las colonias con otros países y creó nuevos impuestos sin consultar a las asambleas americanas. En el marco de esta política, el gobierno británico sancionó en 1765 la “Stamp Act”, que establecía un impuesto sobre documentos y publicaciones periódicas. Como respuesta, los norteamericanos realizaron un reclamo básicamente político: la medida había sido implantada sin participación alguna de las asambleas americanas y todo súbdito ingles tenía derecho a participar, a través de sus representantes, en la redacción de leyes que establecieran impuestos nuevos. Los americanos argumentaban que el gobierno inglés no tenía autoridad para imponerles impuestos, dado que los americanos no tenían representantes que defendieran sus intereses en el Parlamento de Londres. La agitación se extendió y aunque los colonos lograron la anulación de la Stamp Act en 1766 el gobierno inglés sancionó nuevos impuestos a los artículos de consumo cotidiano, entre ellos el té, sobre cuyo comercio se otorgaba monopolio a favor de una compañía inglesa. Los americanos resistieron las medidas y se produjeron algunos incidentes que aumentaron la tensión entre ellos y las tropas británicas. En 1770, en un enfrentamiento callejero, el ejército mató a cinco habitantes en Boston; poco tiempo después algunos colonos comenzaron a difundir escritos y panfletos contra el dominio británico. La publicación de estas ideas, organizada a través de los comités de correspondencia tenía como fin movilizar a la opinión pública. En este clima de agitación, en diciembre de 1773,
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algunos habitantes de Boston disfrazados de indígenas asaltaron tres barcos anclados en el puerto y arrojaron al mar su cargamento de té. Intentaban impedir la recaudación de los impuestos que se obtendrían por su venta. Ante ese desafío el gobierno británico respondió con dureza: cerró el puerto de Boston, reemplazó a funcionarios electos por otros designados por la Corona y limitó el derecho de reunión. En la misma época, el Parlamento británico estableció que la zona situada ente el río Ohio y los Grandes Lagos quedara integrada al antiguo territorio francés de Québec. Esta circunstancia representaba para las colonias inglesas un freno en su expansión hacia el interior. Al mismo tiempo, el gobierno británico concedió a los habitantes de esa zona el derecho de practicar la religión católica, lo cual no fue bien recibido por los colonos ingleses, que en su mayoría eran protestantes. El endurecimiento de las autoridades británicas provocaba un efecto contrario: la resistencia de los colonos a la política inglesa continúo en los meses siguientes. Se produjeron enfrentamientos callejeros y se declararon boicots al consumo de diferentes productos británicos. La progresiva coordinación de la acción de todas las colonias abría el camino para la independencia. En 1774 representantes de las colonias se reunieron en el llamado Congreso Continental, que sesiono en Filadelfia, con el fin de acordar una política conjunta. A las protestas contra la política inglesa, comenzaron a sumarse las ideas de grupos independentistas. Estos grupos estaban influenciados por algunas de las ideas formuladas en la propia Inglaterra en el siglo XVII, en particular las del filósofo John Locke, así como por ciertas propuestas de la ilustración francesa. El tema del autogobierno comenzaba así a transformarse en el de la creación de una nueva organización política en América. El primer enfrentamiento tuvo lugar en abril de 1775, donde las tropas inglesas chocaron con los milicianos americanos, y marcó el principio de la guerra de la independencia. En mayo de 1775 se reunió un segundo Congreso Continental, que decretó la movilización militar y nombró a George Washington comandante de las tropas. La agitación pública crecía y algunos sectores reclamaban ya no solo la independencia, sino la adopción de la forma republicana de gobierno. Estos sectores fueron logrando la mayoría en el congreso y el 4 de julio de 1776 se sancionó la Declaración de independencia, redactada por Thomas Jefferson. G. Samundio plantea la relación entre la independencia norteamericana y las posteriores independencias de las colonias españolas de América del Sur. Para Samundio, la Paz de Versalles, concretada en 1783 entre Gran Bretaña, Francia y España por un lado y Estados Unidos por el otro, fue el desencadenante de las revoluciones independentistas en América del Sur. Y además sostiene que España, apoyando la independencia de Estados Unidos, estimuló la independencia de sus propias colonias. Para el autor, hubo varios aspectos que precipitaron el avance revolucionario en Am. Del Sur: factores geográficos y étnicos, problemas de gobierno, las ideas del siglo XVIII, y la Independencia de Estados Unidos. Esta independencia sirvió de modelo a las colonias españolas. Francisco de Miranda planeaba un proyecto de independencia con la colaboración de Estados Unidos y de Inglaterra.
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Además son apoyados por Catalina II de Rusia. Se forma así una junta “supuesta” formada por José del Pozo y Sucre (peruano), Manuel José Salas (chileno) y Francisco de Miranda, quienes adoptan las bases del proyecto para presentar a los gobiernos de Inglaterra y EE UU. Este último haría una retribución en metálico, permitiría el paso libre de mercancías por el istmo de Panamá y el lago de Nicaragua, y los productos del sur serían transportados en barcos norteamericanos. Miranda no tuvo un franco apoyo oficial como esperaba. Presenta un proyecto de ocupación de puertos sudamericanos (con Vansittart y Popham), que reflejaba una independencia total de las colonias españolas. Al fin y al cabo, solo consigue un vago apoyo financiero. En 1806 sale de Nueva York en “El Leandro” (con Lewis como capitán), que llevaba bandera norteamiericana. La nave iba equipada con elementos de guerra usados, una imprenta, materiales impresos (carta del jesuita por ejemplo), y hombres. En venezuela son atacados por barcos españoles, y Miranda huye a las Antillas y Trinidad. Allí sigue gestionando su empresa, y con refuerzo inglés refuerza la expedición en Barbados y Trinidad. Se dirige nuevamente a Venezuela, ocupa La Vela y Coro, incita a la población a separarse de España, y nuevamente es rechazado por un ataque organizado por españoles y pobladores. Se retira nuevamente a las Antillas. Esta empresa tuvo mal resultado por varias causas. Por un lado, faltó apoyo efectivo, real, suficiente de los gobiernos inglés y norteamericano. La principal causa fue la falsa creencia en que los pobladores iban a abandonar a las autoridades españolas y a apoyar enseguida la insurrección. Los dirigentes no querían cambiar una autoridad por otra. Esperaban la ocasión para luchar por una independencia absoluta. b) La idependencia de Haití según Grafestein En Santo Domingo no todos los propietarios eran blancos. Había entre ellos un buen número de gente de color. Previo a la revolución, la pirámide social estaba formada por: en la cúspide los representantes del comercio metropolitano, la alta burocracia y clero, propietarios grandes. Más abajo estaban los propietarios residentes en la colonia, blancos y gente de color (que dependían económica y administrativamente del rango anterior). Poco más abajo se hallaban artesanos, profesionales (médicos, juristas), comerciantes medios, empleados de grandes comerciantes, administradores y escribanos de las plantaciones y fincas, blancos y de color. Por debajo estaban los blancos empobrecidos, sin empleo fijo, comerciantes ambulantes, pequeños empleados (inmigrantes europeos que llegaban en grandes cantidades a la isla). Debajo se encontraba el esclavo, de origen africano, con gran cantidad de bozales (esclavos de reciente importación) y algunos esclavos criollos. Las grandes contradicciones entre y dentro de las diferentes clases habían llevado a muestras de descontento, resistencia y rebelión, mucho antes de la movilización social desencadenada en 1789. Los esclavos trabajaban en condiciones en extremo adversas, y pese a esto lograron desarrollar prácticas que les dieron cierta identidad común y les permitieron conservar algunas manifestaciones culturales de origen (ritos, bailes, etc). Las altas tasas de mortandad y la corta
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esperanza de vida de los esclavos muestra los ritmos de trabajo excesivos a los que se los sometía (si bien algunos tenían trabajos menos pesados, como los sirvientes domésticos) En 1790 se creó la Asamblea General en Saint-Marc, formada por pequeños blancos autodenominados patriotas, y en contraposición a la Asamblea Nacional Constituyente formada por propietarios blancos. Sin autorización de la metrópoli, la Asamblea de Saint-Marc tomó medidas encaminadas a la autonomía de la colonia: abrió los puertos a barcos extranjeros, licenció las tropas francesas y las reemplazó por guardias nacionales a sueldo. Esto alarmó a los grandes blancos y mandaron a dispersar la Asamblea. Los grandes blancos buscaban más injerencia en la política colonial, en defensa de sus intereses, mientras que los blancos patriotas pretendían debilitar la burocracia civil y militar. Mientras tanto, la gente de color libre siguió buscando la igualdad política. En el Norte, en 1791 se había decretado la libertad de vientre, pero ante el estallido de la rebelión esclava en Santo Domingo fue revocado. En el oeste de Santo Domingo estalló una guerra civil sangrienta entre la gente de color libre, los pequeños y grandes blancos. En el oeste, la gente de color y negros libres, y pequeños blancos eran numérica y políticamente importantes a diferencia del Norte. Estos negros libres y mulatos del oeste tomaron la bandera de la lucha por la igualdad política. Se reafirmó el decreto de la libertad de vientre, y según algunos acuerdos establecidos, logrados a través de negociaciones internas, los mulatos y negros libres debían estar representados en todas las asambleas coloniales y se les concedía la libertad de prensa. Todos los cuerpos civiles y militares debían incluirlos. Con una nueva revocación del decreto de libertad de vientre, los acuerdos quedaron sin efecto y estalló el conflicto entre mulatos y blancos como una abierta guerra civil que alcanzó otras ciudades. Sumado a esto, en el norte estalla la gran rebelión de los esclavos en 1791. El estallido de la revolución fue resultado de una gran preparación y coordinación de 200 esclavos. La rebelión se propagó por las plantaciones de la planicie. Destruyeron parroquias y plantaciones de azúcar, y aumentó el número de esclavos rebeldes. Esta primera fase fue liderada por Boukman, Jean-Francois, Biassou y Bullet. La metrópoli envió una comisión de pacificación para frenar la rebelión, pero fracasó el intento. Después se decidió que la Asamblea nacional otorgara plenos derechos políticos a la gente de color libre. Se volvió a enviar otra delegación para aplicar esta disposición. Santo Domingo fue escenario también de la primera guerra de Coalición de fuerzas españolas e inglesas contra Napoleón. Se produjo una gran lucha por el control de la colonia, en la que se enfrentaron los tradicionales detentores del poder político, militar y económico con los republicanos que se apoyaban en la gente de color. La victoria de los republicanos fue posible gracias a ese apoyo de insurgentes negros de los alrededores del puerto. Posteriormente, la Convención declaró la abolición de la esclavitud en todas las colonias francesas. Los posteriores años del proceso revolucionarios estuvieron marcados por la presencia de Toussaint Louverture. Había vivido más de treinta años como esclavo, aunque en condiciones benignas. Participó en las tropas de republicanos y logró varias victorias contundentes contra los
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españoles. Además, buscaba la hegemonía interna en la colonia. Fue nombrado teniente de gobernador. Tuvo algunas luchas con algunos rivales hasta que venció al último (Rigaud) y dejó el camino libre para su “nuevo orden”. Concentró extremadamente el poder en sus manos, lo que fue posteriormente un factor limitante. En 1801 la Constitución sancionó el poder absoluto de Toussaint. Lo nombró gobernador vitalicio con derecho a gobernar a su sucesor. Tenía pleno derecho a nombrar a todos los empleados civiles y militares. Obtuvo el mando sobre las fuerzas armadas así como la iniciativa legislativa. Para esa época ya no contaba con el apoyo de G. Bretaña y EEUU, ambos en vías de reconciliación con Napoleón. Toussaint necesitaba dar un fudamento jurídico a las conquistas obtenidas anteriormente por los esclavos. De ahí que se adjudicó la facultad de promulgar su constitución sin tomar en cuenta al gobierno francés. En la constitución, quedó establecida la abolición de la esclavitud, la igualdad ante la ley y la posibilidad de acceder a empleos sin distinción. Dividió la isla en seis departamentos, creó tribunales, reorganizó las finanzas públicas, unificó el sistema de impuestos y abrió escuelas públicas. En este período aumentó la producción y exportación de azúcar, café y algodón. Todo esto debido a un sistema de trabajo severo y represivo. Toussaint intentó reconciliar los intereses de esclavos y grandes propietarios. Declaró al religión católica como la única permitida y prohibió el divorcio. En 1802 llegó a la colonia un ejército francés comandado por Leclerc, el cuñado de Napoleón. Hubo varios enfrentamientos. Toussaint había perdido bastante fuerza por la poca adhesión de la gente, cansada del trabajo represivo. Muchos líderes negros se rindieron. Toussaint aceptó una tregua de Leclerc, también una invitación de éste tras la cual fue arrestado y llevado a Francia donde murió. La revolución haitiana con sus logros inauditos para
la época (derrota del sistema
esclavista y acceso a la independencia política) tuvo un impacto enorme en el mundo colonial americano. En el terreno de la producción causo un profundo reordenamiento de las economías de plantación del gran Caribe ya que la destrucción material y humana del complejo productivo de Saint-Domingue abrió la posibilidad para que otras zonas de la región surtieran el mercado europeo con los frutos tropicales. La economía cubana fue la que mas se beneficio. A distintos territorio emigraron los propietarios franceses de Saint-Domingue, introduciendo sus pocos esclavos y dinero en efectivo que hubiesen podido salvar, pero sobre todo aportando sus conocimientos en el cultivo y procesamiento de los productos agrícolas. Las cortes europeas y autoridades civiles y militares de sus colonias tomaron medidas diversas para evitar el contagio. Pero aun así los acontecimientos de la revolución se conocían pronto en las islas y territorios continentales vecinos, incluidos entre los mismos esclavos. Hay una vinculación de los movimientos de independencia de Nueva España, Venezuela y Nueva Granada con los primeros gobiernos haitianos. En cambio los defensores del régimen colonial veían en la revolución haitiana el paradigma de destrucción y violencia.
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La emancipación haitiana represento la ruptura mas radical con el pasado, en lo político, económico y social. No solo se alcanzo la independencia política, sino que se destruyo desde sus raíces el modelo económico imperante, lo que implico la desaparición vía emigración y eliminación física de la antigua clase dominante blanca, así como de la infraestructura existente, con el retiro de los capitales, la destrucción durante la guerra de los ingenios y sembradíos, obras de riego y caminos. En lo social nuevos sectores dominantes surgieron durante la guerra y se fortalecieron en los años posteriores. El ascenso a los máximos puestos de mando por los líderes de la revolución. También se intensificaron las divisiones internas, en parte como un legado de guerra civil de 1799-1800. Las rivalidades entre mulatos y negros, antiguos y nuevos libres, en el seno de la clase dominante será una constante en el siglo XIX que se prolonga hasta el XX. Las masas de nuevos libres cuya mayoría se logro establecer como propietario de una parcela de tierra, llego a convertirse en campesino libre. La producción era para la subsistencia y el café será su base económica principal. Un pequeño porcentaje de las tierras expropiadas a los antiguos colonos franceses se mantuvo bajo el sistema de plantación, sobre todo en la productiva planicie del norte. Los nuevos gobernantes y sus allegados eran sus propietarios. Como sistema de trabajo se mantuvo el que habían impuesto Toussaint y los comisarios republicanos en los años posteriores a la abolición. Hay una nueva forma de explotación del trabajador rural, por otra parte el control del comercio de exportación e importación sobre todo por el sector mulato, sentado en las ciudades-puertos. c) La Revolución Francesa según Guerra. La Revolución Francesa, consiste, antes que en la aparición de actores nuevos en la vida social y política, en una revolución cultural que hace posible la creación de la política y la aparición de estos actores. La política moderna nace de la necesidad de obtener la opinión o la voluntad del nuevo soberano; la nación. Las prácticas societarias de elaboración de la opinión y de dirección de las sociabilidades modernas se extienden al conjunto de la sociedad y se convierten en una lucha para obtener real o simbólicamente al conjunto de la sociedad y se convierten en una lucha para obtener real o simbólicamente la nueva legitimidad. La competición por el poder entre grupos, limitada antes al ámbito privado, sale a la calle y crea el espacio público, la escena en la que van a competir los nuevos actores. La revolución es una mutación cultural; en las ideas, en el imaginario, en los valores, en los comportamientos, en las prácticas políticas, pero también en los lenguajes que los expresan: en el discurso universalista de la razón, en la retórica política, en la simbólica, en la iconografía y en los rituales, e incluso en la estética y en la moda.
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Nuevos lenguajes que manifiestan una nueva visión del hombre y de la sociedad, pero que son también una pedagogía. La revolución es pedagogía porque la sociedad no es todavía el pueblo ideal. En vez del pueblo moderno, formado por individuos libres y autónomos, unánime en la manifestación de su voluntad, lo que existe en una sociedad que, como todas las sociedades, en su mayoría todavía corporativos y tradicionales, de una complejidad irreductible a una unidad pensada. La irrupción del modelo ideal en esa sociedad hace que la construcción de un régimen representativo pase a un segundo plano, ya que la construcción de un régimen representativo pase a un segundo plano, ya que toda representación verdadera lleva consigo un reconocimiento de la heterogeneidad social, y, en está época, del tradicionalismo de una buena parte de la sociedad. Ante esta realidad, los grupos que se adhirieron a las nuevas referencias se radicalizaron rápidamente. La radicalización parece como una consecuencia del nuevo sistema. Surge, por una parte, de la pugna dentro de las élites modernas: si la construcción del modelo ideal es posible y deseable, lógicamente se imponiendo aquellos que se proclaman más cerca de la pureza de los principios. Por otra parte, la radicalización resulta también de la difusión de las nuevas referencias en la sociedad a grupos cada vez más bajos. El carácter abstracto y no determinado del nuevo lenguaje tiene un poder movilizador considerable. d) Según este último autor, a partir de 1808 se abre en todo el mundo hispánico una época de profundas transformaciones que plantean varios problemas explicativos: -
su relación recíproca:
Para los historiadores americanos de las revoluciones de independencia se trataba de legitimar la emancipación de las nuevas naciones hispanoamericanas y la formación de regímenes políticos modernos. Para los historiadores españoles la revolución liberal era el tema central y suficiente para una España desgarrada por un paso traumatizante a la modernidad. Los
dos
fenómenos,
la
revolución
liberal
española
y
las
independencias
hispanoamericanas aparecen continuamente imbricados. Se trata de hecho de un proceso único que comienza con la irrupción de la modernidad en una monarquía del antiguo régimen y va a desembocar en la desintegración de ese conjunto político en múltiples estados soberanos. -
la naturaleza de ese proceso:
En América la independencia trajo pocas modificaciones substanciales de las estructuras económicas o sociales profundas. La revolución de independencia paso a ser considerada un fenómeno político, se refiere tanto a la ruptura del vinculo con la metrópoli, como a la sustitución en el poder político de los peninsulares por los criollos. La conciencia que tienen los actores y que las fuentes reflejan, de abordar una nueva era, de estar fundando un hombre nuevo, una nueva sociedad y una nueva política. Ese hombre nuevo es individual. Lo radicalmente nuevo es la creación de una escena pública cuando este nuevo
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sistema de referencia deja los círculos privados en los que había estado recluido. Triunfa una nueva legitimidad, una nueva política con actores de una clase nueva que pueden ser llamados políticos, en tanto que se constituyen para conquistar esa nueva legitimidad. -
la relación entre la revolución hispánica y la francesa:
La revolución francesa no solo trastoco el equilibrio político europeo, sino que fue un fenómeno social, político y cultural tan nuevo que domino todo el debate político europeo de aquella época. El fondo de la problemática fue el oponer lo francés, identificado con lo moderno, a lo español, identificado con lo tradicional. En América fueron los liberales de la segunda mitad del siglo XIX quienes reivindicaron su filiación con la Francia revolucionaria. Se construye una interpretación de la independencia hispanoamericana que tendrá un vigor considerable. La independencia americana es hija de la revolución francesa y consecuencia de la difusión en América de sus principios. e) Por qué el paso a la modernidad se hizo por vías diferentes en el mundo latino y le mundo anglosajón y cuáles fueron sus consecuencias: El paso a la modernidad fue diferente en el mundo latino, donde como en Francia se hizo por vía revolucionaria, y en el mundo anglosajón por vía evolutiva, como en Inglaterra. En Inglaterra se dio una modernización progresiva de las instituciones. Las élites sociales/culturales participan en el ejercicio del poder gracias a las instituciones representativas de tipo antiguo. Las nuevas ideas tentadas por el modelo ideal van acompañadas por el ejercicio real del poder (compromiso con la realidad). Es una evolución más lenta pero progresiva. Empírica. En España o Francia las élites alejadas del poder por el olvido o la decadencia de las antiguas instituciones representativas, no participan por derecho propio. Algunas participan subordinadas como servidoras del Estado. Las nuevas formas de sociabilidad de construyen al margen del ejercicio del poder (carácter ideal, sin compromiso con la realidad existente). 3- La tesis de Kossok es que las revoluciones americanas son revoluciones burguesas incompletas porque no alcanzo los aspectos económicos-sociales, por la debilidad del elemento burgués y por la contradicción que surge entre la superestructura política institucional y la base socioenomica.
Fundamenta
brevemente esta tesis. Kossok fundamenta su tesis sosteniendo que en las revoluciones americanas, los objetivos vinculados con la superestructura político-institucional se cumplen, pero con la base socioeconómica no pasa lo mismo. Para ese momento, la burguesía no existe o no ha madurado (es débil). Para Kossok, para ser completas deben ser revoluciones político-sociales, socioeconómicas, ideológico-culturales, y en el caso de las americanas falta el aspecto socioeconómico. 4- De Halperin Donghi, supone que debes desarrollar en tus prácticas docentes el tema “La crisis de la independencia”. Realiza brevemente la transposición
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didáctica de “Una guerra civil americana: 1810-1815” y “La guerra colonial: 18171823”. Con el comercio continental europeo bloqueado nuevamente (por Napoleón), los productores manufactureros y los comerciantes ingleses comenzaron a calcular que les podía convenir asegurarse mercados fuera de Europa. Los mercados de la desprotegida América española parecían perfectos para ese propósito. Al mismo tiempo, la corona británica lanzo una ofensiva contra los territorios coloniales de los países ocupados por Napoleón. Por esta causa, los ingleses desplazaron a los holandeses de Ceilán y de la colonia del Cabo. Tiempo después intentaron la riesgosa empresa de atacar las colonias americanas: en 1806 y en 1807 tropas inglesas desembarcaron en ambas márgenes del Plata y ocuparon Montevideo y Buenos Aires. La feroz resistencia de los habitantes de Buenos Aires los hizo rendirse en ambas oportunidades y abandonar la empresa. De todos modos en el corto periodo en que estas ciudades estuvieron ocupadas por las fuerzas inglesas, sus pobladores, sobre todo las elites criollas experimentaron los beneficios del comercio libre. Por otro lado, la presencia de una fuerza enemiga en el Río de la Plata impulso el proceso de militarización de la población, ya que durante las invasiones se organizaron en cuerpos de milicianos para defender la ciudad y su territorio. En 1808 se produjeron en Europa hechos de enorme relevancia para el futuro de las colonias americanas de España y de Portugal. Con el propósito de invadir Portugal, país aliado de Inglaterra, Napoleón invadió España, destrono al rey legítimo Carlos IV e hizo abdicar a su hijo Fernando a quien llevo prisionero a Francia. El trono de España fue ocupado por el hermano de Napoleón, José Bonaparte (farsa de Bayona). Estos acontecimientos desencadenaron una crisis en la monarquía española. En las principales ciudades españolas comenzaron a formarse juntas de gobierno, que gobernaban en representaron del monarca prisionero, Fernando VII. Estas juntas finalmente enviaron representantes a una Junta Central en Sevilla, que debió disolverse cuando las tropas de Napoleón invadieron la ciudad. Las tropas francesas cruzaron España e invadieron Portugal. En 1808 antes de la llegada de los franceses a Lisboa, el rey, su familia y toda la corte portuguesa se embarcaron hacia Brasil, con el apoyo de Inglaterra. Desde Río de Janeiro, fuera del alcance de Napoleón y protegido por la flota de guerra británica, el rey gobernó el imperio colonial portugués. A causa de esta mudanza real, Brasil se convirtió en el centro del Imperio portugués. A comienzos de 1810 las fuerzas de Napoleón ocuparon Andalucía y la Junta Central debió disolverse. A partir de ese momento no hubo mas gobierno legitimo en España. La noticia de la disolución de la Junta Central llego a América entre abril y mayo de 1810. en las capitales virreinales y en otras ciudades importantes, la información fue recibida con temor por las personas mas vinculadas con la administración y con el comercio españoles y suscito esperanza en aquellos grupos de personas que desde 1808 estaban aguardando la oportunidad para separarse de España. Una vez conocida la noticia, los grupos separatistas (eran jóvenes educados en las universidades americanas) comenzaron a actuar. En Caracas, Buenos Aires, Santiago, Bogota y México, las autoridades españolas fueron depuestas por movimientos que instalaron juntas de
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gobierno a imitación de las de España. Los cabildos de las ciudades tuvieron una importante actuación en este cambio político, ya que consideraron que la legitimidad de las autoridades españolas de sus jurisdicciones había caducado por falta de un gobierno legítimo en España. La primera etapa de la independencia se desarrollo entre la formación de juntas de gobierno en América y la restauración de Fernando VII en el trono de España. A pesar de que España continuaba ocupada por los franceses, en 1812 se reunieron en Cádiz (recuperada a los franceses) unas cortes o congreso constituyente, que sanciono una constitución liberal y organizo el reino como una monarquía constitucional. En 1814 Fernando VII retorno al trono, después de que los ejércitos ingleses expulsaron a los franceses de la península. Suprimió la constitución y las cortes liberales y volvió a implantar la monarquía absoluta. El rey estaba también decidido a sofocar las rebeliones americanas. En América del Sur, el Virreinato del Perú se convirtió en el centro de la reacción española. Desde allí partieron las tropas que derrotaron a las fuerzas de la Junta de Chile en 1814 y que disputaron el dominio del Alto Perú a las tropas que allí enviaba desde 1810 la junta de Buenos Aires. La guerra fue permanente para las poblaciones del Alto Perú, Salta y Jujuy. Los españoles lograron retener el Alto Perú. En Venezuela, la Junta de Caracas, con la influencia del líder independentista Francisco de Miranda, declaro la independencia en 1811. Este hecho no contó con el apoyo de la mayoría de la elite criolla, a quienes les pareció muy prematuro y aconsejaban esperar nuevos acontecimientos en España. El movimiento independentista tampoco tuvo apoyo popular, sobre todo de los mulatos y negros, ni de las poblaciones de los llanos del interior. Una guarnición española, que llego desde Puerto Rico derroto fácilmente a las fuerzas independentistas. Miranda fue capturado y el liderazgo independentista paso a Simón Bolívar. Este se fugo a Colombia y vencido se refugio en Jamaica en 1814. La independencia en el norte de Sudamérica había sido aplastada por los españoles. En México la insurrección tuvo un marcado carácter popular, Miguel Hidalgo, párroco del pueblo de dolores encabezo una rebelión de campesinos indígenas y mestizos quienes atacaron y saquearon la ciudad minera de Guanajuato y masacraron a muchos de sus habitantes españoles. El movimiento de Hidalgo tenía un claro programa social: abolición del tributo, confiscación de propiedades a los españoles y restitución de las tierras a las comunidades indígenas. Los criollos de México ante el temor de una rebelión masiva decidieron apelar al poder español para reprimir el levantamiento y retornar al orden. A comienzos de 1811, un ejercito español apoyado por terratenientes y mineros derroto a Hidalgo, quien fue ejecutado. Del movimiento independentista solo quedaba un foco en el sur de México liderado por otro sacerdote, José Maria Morelos, que fue derrotado en 1815. Los levantamientos populares en México habían asustado a los criollos quienes veían amenazadas sus fortunas y sus vidas. Para que la independencia triunfara en ese territorio los criollos debían ser convencidos de que el orden social no se alteraría en su perjuicio. La guerra colonial:
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En 1815 la suerte de la independencia sudamericana no podía ser más incierta. Todos los gobiernos autónomos instalados en 1810 habían sido derrotados por la reacción española. La única excepción era Buenos Aires, que a pesar de las disidencias internas de los patriotas había permanecido libre de las tropas españolas. En 1814 los ejércitos patriotas habían expulsado a los españoles de Montevideo, en la frontera norte, los esfuerzos de la población de Salta y Jujuy bajo el liderazgo del gobernador salteño Martín de Güemes resistían el avance. Después de un periodo de muchas discusiones internas entre 1810 y 1815, en 1816 se reunió en Tucumán un Congreso Constituyente de las Provincias Unidas. Aun cuando el propósito era dictar una constitución, el Congreso termino declarando la independencia. El 9 de julio de 1816 los congresistas que representaban a los pueblos del antiguo Virreinato del Río de la Plata que estaban libres de los españoles declararon la independencia de España para todos los pueblos de América del Sur. El Paraguay que era independiente desde 2811 y la Banda Oriental del Uruguay cuyo gobernante José Artigas se oponía al gobierno de las Provincias Unidas, no participaron en el Congreso de Tucumán. Rodeados por los españoles de Chile y de Perú la suerte de la independencia del Río de la Plata dependía de la derrota de los españoles en esos territorios. Entre 1817 y 1821 las fuerzas de Güemes habían impedido varias veces el avance de los españoles hacia el interior de nuestro territorio, pero desde ese frente no era posible llegar al Perú, principal centro realista en América del Sur. El general José de San Martín que desde 1812 estaba al servicio del movimiento independentista forjó el plan de atacar a los españoles en Chile primero y desde allí subir al Perú para derrotarlos definitivamente (plan Maitland). San Martín organizo el cruce de la Cordillera de los Andes con su ejército de liberación. Luego de dos batallas decisivas (Chacabuco y Maipú) los españoles fueron derrotados y en 1818 se declaro la independencia de Chile. Dos años después San Martín emprendió la liberación del Perú. En 1829 estallo en España una revolución liberal encabezada por el general Riego, a quien Fernando VII le había encomendado la preparación de una fuerza para someter la insurrección americana. El nuevo gobierno liberal dicto una constitución, que irrito a la elite criolla del Perú. Por esta razón esta elite comenzó a considerar la conveniencia de separarse de España, que ya no garantizaba el orden político y social. Temían más que nada la rebelión de las masas indígenas y mestizos, que cuarenta años antes se habían levantado con singular violencia en el Alto Perú, acaudillados por Tupac Amaru. En 1816 Bolívar regreso de Jamaica y comenzó a preparar un ejército de liberación para el norte de Sudamérica. Su empresa recibio la ayuda financiera extranjera (sobre todo inglesa). También tuvo el apoyo de los habitantes de los llanos del interior de Venezuela, liderados por Antonio Páez, que le proporcionaron soldados. Con estos apoyo Bolívar decidió primero enfrentar el centro del poder español en Colombia, que era Bogotá. Después de cruzar las montañas que separan Venezuela de Colombia, Boliar derroto a los españoles en la batalla de Boyacá, a mediados de 1819. Entre 1820 y 1822 se dedico a expulsar a los españoles de todo el territorio de Colombia y Venezuela inclusive de
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Caracas. En 1822 Bolívar entro en Quito y con ello aseguro la independencia de la Gran Colombia, formada por Venezuela, Colombia y Ecuador, de la que el mismo Bolívar se declaro gobernante. Bolívar se dirigió inmediatamente hacia la ciudad de Guayaquil donde se entrevisto con San Martín. En este encuentro se decidió que San Martín se retirara de la campaña mientras que Bolívar se encargaría de terminar la tarea independentista en las sierras de Perú y en el Alto Perú, que eran los últimos focos de resistencia española. San Martín volvió al Río de la Plata y de allí se embarco hacia Europa. En agosto de 1824 el general Antonio de Sucre, el segundo de Bolívar y su ejército derrotaron a los españoles en Ayacucho, la ultima gran batalla de la guerra de la independencia americana. En 1825 Sucre venció la resistencia realista en el Alto Perú y declaro la independencia de Bolivia. Después de quince años de cruentas luchas, de perdidas de vidas y de bienes, la lucha por la independencia de América del Sur llegaba a su fin. ¿Qué entiende Halperin por una Larga espera? En 1825 terminaba la guerra de independencia, dejaba en toda América española un legado nada liviano: ruptura de las estructuras coloniales, consecuencia a la vez de una transformación profunda de los sistemas mercantiles, de la persecución de los grupos mas vinculados a la antigua metrópoli, que habían dominado esos sistemas, de la militarización que obligaba a compartir el poder con grupos antes ajenos a él. De sus ruinas se esperaba que surgiera un orden nuevo, cuyos rasgos esenciales habían sido previstos desde el comienzo de la lucha por la independencia. La primera explicación buscaba en la herencia de la guerra la causa de esa desconcertante demora: concluida la lucha, no desaparecida la gravitación del poder militar, en el que se veía el responsable de las tendencias centrifugas y la inestabilidad política destinadas a perpetuarse. La explicación tendía a dar una imagen engañosa del problema. Los cambios ocurridos son impresionantes, no hay sector de la vida hispanoamericana que no haya sido tocado por la revolución. La más visible de las novedades es la violencia. Al lado de la violencia plebeya surge un nuevo estilo de acción de la elite criolla. De la transformación profunda que sufre la América española a partir de finalizada la guerra colonial explica: 1) La militarización. Las nuevas republicas llegan a la independencia con demasiados nutridos cuerpos de oficiales y no siempre se atreven a deshacerse de ellos. Pero para pagarles tienen que recurrir a mas violencia, como medio de obtener recursos de países a menudo arruinados y con ello depender cada vez mas del exigente apoyo militar. Al lado de ese ejercito pesan mas las milicias rusticas movilizadas para guardar el orden social, estas mas cercanas a las estructuras regionales de poder y también menos costosas, comienzan a veces su ingreso en la lucha política expresando la protesta de las poblaciones agobiadas por el peso del ejercito regular.
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Los nuevos estados suelen entonces gastar mas de lo que sus recursos permiten. Hispanoamérica es prisionera de los guardianes del orden y a menudo causantes del desorden. 2) La ascensión de los propietarios terratenientes. La revolución introducía un nuevo equilibrio de poder en que la fuerza de número contaba más que antes, en casi todas partes no había habido movimientos rurales espontáneos y la jefatura seguía correspondiendo a los propietarios o a sus agentes instalados al frente de las explotaciones, unos y otros solían dominar las milicias organizadas para asegurar el orden rural. Los resultados de la radicalización revolucionarias son efímeros, en la medida en que esta solo preside la organización para la guerra, una economía de paz obliga a devolver el poder a los terratenientes. La revolución no había pasado por las tierras sin provocar bajas y nuevos ingresos en el grupo terrateniente. Es el sector terrateniente al que el orden colonial había mantenido en posición subordinada, el que asciende en la sociedad postrevolucionaria. Frente a él las elites urbanas no solo deben adaptarse a las consecuencias de ese ascenso: el curso del proceso revolucionario las ha perjudicado de modo más directo al hacerles sufrir los primeros embates de la represión revolucionaria o realista. Además la ha empobrecido: la guerra devora en primer termino las fortunas muebles, tanto las privadas como las de las instituciones cuya riqueza, en principio colectiva, es gozada sobre todo por los hijos de la elite urbana: la iglesia, los conventos, las corporaciones de comerciantes o mineros, donde las hay. Los consulados de comercio por ejemplo se transforman en intermediarios entre los comerciantes y un poder político de exigencias cada vez más desorbitantes, cuya agresiva mendicidad es temida por encima de todo. Sin duda la guerra consume desenfrenadamente los ganados y frutos de las tierras que cruza, cuando se instala en una comarca puede dejar reducidos a sus habitantes al hambre crónica, que en algunos casos dura por años luego de la pacificación. Pero aun así deja intacta la semilla de una riqueza que podrá ser constituida: la tierra, a partir de la cual las clases terratenientes podrán rehacer su fortuna, tanto mas fácilmente porque su peso político se ha hecho mayor. 3) La hegemonía inglesa. Gran Bretaña es el único poder externo que puede gravitar en la revolucionada Hispanoamérica. Esa hegemonía se ha de consolidar después de 1815. Tiene ahora una situación envidiable. La diplomacia británica utiliza su posición para consolidar los intereses de sus súbditos. En la década siguiente va a consolidar aun más su situación privilegiada, haciendo pagar el reconocimiento de la independencia de los nuevos estados con tratados de amistad, comercio y navegación. La hegemonía de Inglaterra se apoya en su predominio comercial, en su poder naval, en tratados internacionales, y también en un uso muy discreto de esas ventajas. Es una potencia dominante, que protege mediante su poderío político una vinculación sobre todo mercantil y que no desea participar más profundamente en la economía latinoamericana, arriesgando capitales de los que no dispone en abundancia, se fija objetivos políticos adecuados a esa situación.
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No aspira a una dominación política directa, los esfuerzos británicos por imponer determinadas políticas son siempre limitados. Las aspiraciones políticas de Gran Bretaña están definidas por el tipo de interés económico que la vincula con estas tierras. Salvo excepciones una extrema cautela es el rasgo dominante de una política así concebida. 5- Señala las causas de la guerra de secesión y explica a que se llamo la Reconstrucción. Existen diferencias entre el norte y el sur. En el norte se desarrollaron el comercio, la pesca y la fabricación de barcos. La construcción de embarcaciones permitió la organización de un circuito comercial no controlado por Inglaterra. A través del cual se realizaba un importante comercio de contrabando. Los colonos que controlaron este circuito lograron acumular capital que luego invirtieron en la producción de manufacturas. En las colonias del sur, se organizaron plantaciones de producción de algodón, arroz, tabaco y añil, productos que eran exportados a Inglaterra. Las plantaciones eran propiedad de una minoría de colonos blancos y muy ricos, que empleaban como mano de obra a una enorme cantidad de nativos africanos sometidos a la esclavitud. Estas diferencias provocan un conflicto al intentar imponer un plan hegemónico, por la diferencia de intereses. Eso deriva en la guerra de Secesión (1861-1865), donde los Estados del Sur se separan. De esta guerra sale victorioso el Norte, que bloquea con sus barcos el puerto del Sur y genera una crisis económica. Posteriormente, comienza la reestructuración o reconstrucción del Sur con los valores, instituciones e intereses del norte. Después de la victoria del norte hizo posible que los Estados Unidos formaran una sola nación y que la esclavitud fuera abolida, lo que no se resolvió fue como se gobernaría en el futuro la nueva nación, quien la gobernaría y que lugar ocuparían en ella los negros. Lincoln afirmó que su objetivo era salvar la Unión, cuando fue asesinado lo sucedió Jonson. No bastaba con abolir la esclavitud. Si la democracia había de prevalecer, habría que garantizar los derechos de los hombres libertados, romper las prerrogativas de la vieja aristocracia de los plantadores, limitar los poderes de los Estados y aumentar las del gobierno federal, habría que remodelar la sociedad sudista de arriba hacia abajo. El objetivo que perseguía como manifestara Jonson, era la reintegración en el seno de la Unión de los Estados secesionistas a la mayor brevedad, y no la promoción de los intereses del Partido Republicano ni la imposición de la igualdad racial. Una vez concluida la guerra de lo que se trataba era de reanudar, la normal vida política del país. Hasta finales de siglo ocuparon el poder gobiernos que privaron a los negros del derecho de voto y de la mayor parte de los restantes derechos civiles que los republicanos radicales habían tratado de garantizarles. Se había restaurado la Unión, pero para que los negros obtuvieran las mismas oportunidades que los blancos se necesitaría una reconstrucción totalmente nueva. 6- Describe la ruptura del pacto colonial en México. El Virreinato de Nueva España era uno de los principales centros del dominio colonial español. La producción de metales y más tarde, la producción agrícola sostenidas por el trabajo de
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más de tres millones de indígenas, habían generado cuantiosas riquezas, que habían sido acumuladas por los grupos más poderosos de españoles y criollos. A fines del siglo XVIII las reformas administrativas y comerciales impuestas por los Borbones provocaron el descontento y la oposición de muchos miembros de los grupos dirigentes locales, integrados fundamentalmente por grandes comerciantes, terratenientes, profesionales y los llamados “señores de la plata”. Por otra parte durante las últimas décadas del siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX, también se profundizaron los conflictos con la población indígena y las castas, sometidos a las arbitrariedades de los funcionarios, los terratenientes y los comerciantes. En septiembre de 1810, las tensiones sociales explotaron en una violenta revolución en la que participaron numerosos indígenas y mestizos liberados por el cura de Dolores, Miguel Hidalgo. Hidalgo decreto el reparto de tierras a los indígenas, la abolición de los tributos y la liberación de los esclavos. Estas medidas despertaron un profundo temor entre los grupos gobernantes. Poco tiempo después, Hidalgo fue derrotado y fusilado. En 1812 otro sacerdote, José Maria Morelos, volvió a impulsar el movimiento independentista. Con el apoyo de milicias populares integradas por indígenas y mestizos y de tropas regulares ocupo parte del territorio mexicano y convoco la reunión de un congreso con representantes de todo el país en Chilpancingo. Este congreso declaro la independencia del nuevo estado, en octubre de 1814 dicto una constitución. Sin embargo, la movilización de los sectores populares no contó con la adhesión de los criollos, que frente a la convulsión social se mantuvieron leales a la corona española. México declaro su independencia del dominio español recién en 1821. Los criollos mexicanos, liderados por Agustín Iturbide, elaboraron el llamado “plan de Iguala”: en este documento proclamaron la independencia de España y la igualdad entre criollos y españoles. El plan preveía la creación de una monarquía. Con el apoyo del ejército y de un grupo de criollos ilustrados, Iturbide fue coronado emperador de México. 7-
De la independencia de la América del sur española, explica dos casos, excluida la de Argentina.
Independencia de Venezuela: el movimiento independentista venezolano fue encabezado por el general Simón Bolívar. En Nueva Granada existía una fuerte división social. Por un lado, la elite colonial estaba dividía entre los dueños de las grandes plantaciones de cacao (criollos) y los comerciantes y funcionarios (españoles). Por otro lado, existía una gran cantidad de blancos pobres y de pardos, descendientes de blancos y esclavos negros, y una gran masa de esclavos negros que trabajaban en las plantaciones. Al mismo tiempo, en la zona de los llanos se había conformado un núcleo de población rural dedicada a la producción de la ganadería. En 1810 un grupo de criollos liderados por Bolívar enfrento a las autoridades coloniales y proclamo la independencia venezolana. El proyecto bolivariano consistía en crear una gran confederación que incluyese a todos los nuevos países americanos. Luego de un largo periodo de avances y retrocesos, Bolívar logro fundar una
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republica que abarcaba el territorio de los actuales países de Colombia, Venezuela y Ecuador. Luego de la reunión realizada en Guayaquil en 1823 con el general San Martín, Bolívar tomo la conducción de los ejércitos revolucionarios. Independencia del Paraguay: en 1811 una fuerza militar de la Junta Revolucionaria de Buenos Aires dirigida por Manuel Belgrano que intentaba encender la chispa de la revolución en Paraguay, no recibe apoyo a su paso y es derrotada por las fuerzas realistas en la batalla de Tacuary al mando de los comandantes Cabañas y Yegros. Esta batalla y la huida del gobernador español Velasco se consideran como el comienzo de una toma de conciencia de las propias fuerzas por parte de la oficialidad paraguaya, que llevara al año siguiente a la declaración de su independencia, derrocando a las autoridades españolas locales, el 14 de mayo de 1811. Los españoles o realistas se vieron imposibilitados de atacar ya que las Provincias Unidas del Río de la Plata que enfrentaban a los españoles impedían todo avance de estos hacia el estado del Paraguay. 8-
Explica la independencia de Brasil y describe el ciclo económico del siglo XIX en ese país.
A partir de la instalación de la corona portuguesa (1808) en Río de Janeiro, Brasil dejo de ser una colonia portuguesa. El fin del monopolio comercial, la autorización del intercambio con otros países y el levantamiento de las prohibiciones a la producción favorecieron el crecimiento económico y el desarrollo cultural de algunas ciudades brasileñas. En 1820 en Portugal estallo una revolución liberal que se proponía establecer una monarquía constitucional. Exigían el regreso del rey a Lisboa, el rey Don Juan de Braganza acepto regresar y dejo el gobierno del Brasil a cargo de su hijo Don Pedro. En Portugal los nuevos grupos liberales que controlaban el gobierno no intentaron retrotraer al Brasil a su condición de colonia, para revertir la profunda crisis económica que unía la metrópoli. Con el objetivo de aumentar la recaudación fiscal, limitaron la libertad de comercio y nombraron gobernadores militares que dependían directamente de Lisboa. Estas decisiones provocaron una fuerte reacción entre la elite brasileña, que retiro su confianza al rey de Portugal y expreso su lealtad a su hijo Don Pedro (quien residía en Río de Janeiro). La independencia de Brasil fue precipitada por los acontecimientos que tuvieron lugar en Portugal en 1820 y 1821. El 24 de agosto de 1820 estallo en Oporto una rebelión liberal y nacionalista, seguida de otra en Lisboa el 15 de octubre. El 7 de septiembre de 1822 Don Pedro apoyado por los grupos brasileños más poderosos proclamo la independencia del Brasil. Poco tiempo después Pedro I de Braganza fue coronado como “Emperador Constitucional” del Brasil. La intendencia del Brasil no provoco guerras ni enfrentamientos militares. Ciclo económico de Brasil en el siglo XIX: en el terreno económico, se suceden las medidas que no solo liberan a la colonia de las medidas prohibitivas que tres siglos de sujeción habían acumulado en posición a su libre desenvolvimiento (entre otras la revocación de la ley que
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prohibía las manufacturas), sino también las que procuran estimular las actividades del país. Se construyen carreteras, se mejoran los puertos, se introducen nuevas especies vegetales, se promueve la explotación de oro. Estos son apenas ejemplos escogidos al azar. En general, la administración de la corte portuguesa en el Brasil velara aunque dentro de las posibilidades limitadas de un aparato burocrático oneroso, complejo y muy poco eficiente, por los intereses de la colonia. Los resultados no dejaron empero de contribuir al desenvolvimiento económico del Brasil, y sobre todo señalan un primer paso en la gran transformación que se iba a operar en el país. El cultivo del café marca en la evolución económica del Brasil un periodo bien caracterizado. Durante tres cuartos de siglo se concentra en el casi toda la riqueza del país, y aun en términos absolutos, resulta notable: el Brasil es el gran productor mundial con un casi monopolio del producto que ocupara el primer lugar entre los artículos alimenticios del comercio internacional. La frase famosa “el Brasil es el café”, pronunciada en el Parlamento del Imperio y después ampliamente popularizada, correspondía entonces legítimamente a la realidad, tanto dentro del país como en el concepto internacional. El Brasil era efectivamente, el café. Viviendo exclusivamente de la exportación, el café era el único que contaba seriamente en la economía brasileña. Para aquella exportación el precioso grano llego a contribuir con más de un 70 % de su valor. 9-
Realiza una síntesis del proceso que condujo a la independencia de Cuba.
El atraso de Cuba se debía en parte a que en la isla había pocos ríos adecuados para instalar trapiches movidos por fuerza hidráulica, base de la riqueza de las otras colonias del Caribe. El tabaco era el producto más rentable de Cuba. El mando político estaba en manos del capitan general, que dependía del virrey de México. Durante la segunda mitad del siglo XVIII, Cuba se transformo en una prospera colonia azucarera debido a cuatro causas principales: •
Influyo la creación de nuevos mercados para el azúcar
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La emergencia de una clase de propietarios más interesados en el desarrollo de
sus tierras y en promover riqueza que en preservar su estatus. •
La importación de esclavos
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Una serie de reformas económicas de gran alcance introducidas por los ministros
ilustrados del rey Carlos III. La ocupación de La Habana por los ingleses en 1762 fue el hecho que origino estos cambios. Cuando los inglese abandonaron la isla después de la paz de Paris (1763), los esclavos permanecieron en la isla y se mantuvieron las relaciones comerciales con las Islas Británicas. Otra consecuencia inmediata de la conquista británica fue la desaparición de la mayoría de las antiguas contribuciones españolas y los donativos. La mayoría de las restricciones sobres el comercio quedaron abolidas. Francisco de Arango a su regreso a Cuba en 1792 fundo en La Habana la Sociedad Económica de Amigos del País siguiendo el modelo de otras similares que ya existían en España y en las colonias.
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Al producirse el cambio de siglo, Cuba era una parte muy prometedora del imperio español, sus plantaciones se extendían cada vez mas lejos de La Habana, hasta el punto de llegar a superar a Jamaica como principal productora de azúcar del Caribe. El comercio cubano tenia importancia a los ojos de los estadounidenses. Robert Smith fue designado como representante comercial estadounidense. La mayor parte de la creciente producción azucarera de Cuba se vendió pronto a los Estados Unidos. Para Cuba la revolución de Haití tuvo mayores consecuencias que la independencia estadounidense. En primer lugar la revuelta de los esclavos hizo ascender la demanda de azúcar cubano. Los precios del azúcar se elevaron tanto que incrementaron la tendencia de los propietarios cubanos a convertir sus fincas en plantaciones de caña. Pero la revolución de Haití también les hizo atemorizarse ante la idea de que pudiera propagarse a su isla. Haití quedo comercialmente arruinada después de 1791 y esto beneficio a Cuba económicamente, pero existía el peligro de que su desgracia también se pudiera extender o ser extendida a Cuba. En el desarrollo azucarero peso mucho el papel de los plantadores franceses que huyeron de Haití. La isla era un punto estratégico, esto motivo que el presidente Jefferson efectuara el primero de varios intentos que hicieron los Estados Unidos de proteger la isla, deseaban comprar la isla, pero la propuesta fue rechazada. Las guerras napoleónicas facilitaron la independencia de América Latina. Separados de la madre patria a causa de la destrucción de la flota española en Trafalgar, enriquecida gracias al reformismo económico borbónico durante los últimos treinta años y estimulada políticamente por las revoluciones norteamericana y francesa, los criollos empezaron a contemplar la posibilidad de obtener la autonomía política e incluso la independencia formal de España. Estas ideas, mezcladas con las ideas revolucionarias de Haití también llegaron a Cuba (quien se había convertido en la colonia más rica del mundo). El fracaso de la anexión a los Estados Unidos como consecuencia de la derrota del sur en la guerra de secesión dio lugar a que los azucareros cubanos se constituyeran en grupo de presión política dentro del sistema de gobierno español. La generación de los plantadores reformadores estaba convencida de que al estallar la guerra de secesión el comercio de esclavos se detendría pronto. Algunas familias tenían suficiente dinero para enviar a sus hijos a estudiar a Europa o a Estados Unidos, estos volvían con la cabeza llena de ideas revolucionarias, molestos por las practicas coloniales e irritados por la opresión colonial. Entre estos se extendió entre 1867 y 1868. En 1868 se produjo la rebelión de Puerto Rico. La rebelión cubana empezó cuando Céspedes libero a sus esclavos y creo un ejército de 147 hombres en su propiedad “La Demajagua” el 10 de octubre. Su proclama el “grito de Yara” recordaba la declaración de independencia estadounidense. Fue el principio de la guerra de los Diez Años (1868-1878) la primera guerra de independencia cubana. 10- Realiza un análisis de los documentos: “La carta de Jamaica y la doctrina Monroe”.
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La doctrina Monroe: el fin del imperio español en la mayor parte de América despertó las ambiciones de las demás potencias. La santa alianza respaldaba a España en su negativa a reconocer, la independencia americana, lo que a partir de 1829 aparecía como un intento de Francia y Prusia de intervenir en el continente. Gran Bretaña que era la principal metrópoli colonial en América por sus dominios en Canadá y el Caribe, jugaba también un papel fundamental en muchas de las nuevas naciones, por su influencia comercial, financiera y política sobre los gobiernos y las elites hispanoamericanas. Ante estas amenazas europeas, el gobierno de los Estados Unidos reacciono en 1823 con la celebre frase de su presidente, James Monroe: “América para los americanos”. Con ella rechazaba la injerencia de potencias extracontinentales en los conflictos de establecer nuevas colonias por parte de los países europeos. Lo que estaba diciendo a los reyes europeos era que podían invocar a la Santa Alianza para ayudar a las metrópolis, pero no a las metrópolis para atacar las colonias. Se reservaba el derecho de tener a América para ellos. La llamada “Doctrina Monroe” en muchas ocasiones fue esgrimida como una afirmación de la independencia. Sin embargo, fundamento una agresiva política exterior de los Estados Unidos, que para 1848 había quitado a México más de la mitad de su territorio, desde Texas hasta California, y comenzó su propia injerencia en América Central y el Caribe. La carta de Jamaica: Bolívar trato que su pueblo resolviera sus propios problemas. El libertador en La Carta de Jamaica veía la situación muy difícil entre los lazos de España y nuestra patria. Su sentimiento se demuestra cuando se refiere a un pueblo que esta desolado, triste, donde hay tantas bellezas, no teniendo que envidiarla a nadie. Expresa la idea de unir toda Sudamérica, desde Chile hasta México. Le preocupa su pueblo cuando habla de la masacre mediante la palabra exterminio que segó una octava población. Profetizar sobre el tipo de gobierno era difícil. La preocupación de Bolívar era los conocimientos que el pueblo este preparado para manejar un poder grande le preocupaba la anarquía y desear un buen gobierno. Prácticamente el destino de la patria que tanto hablaba Bolívar estaba en sus gobernantes. Deseaba que América sea la nación más grande del mundo por su libertad y gloria. Los estados americanos han de ser menester de los cuidados de gobiernos paternales que curen las llagas y las heridas del despotismo y la guerra. Un pueblo que paso por lo difícil no era convenientes los reyes sino una republica, el sistema federal lo consideraba demasiado elaborado. Bolívar plantea que la tarea de gobernar es muy difícil, porque una decisión la responsabilidad esta en sus gobernantes y involucra el pueblo. Para ello se debía educar el pueblo. Para ello se debía educar el pueblo, instruirlo, es una decisión que se debe tomar en beneficio del pueblo.
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