LA URGENCIA POR LA LIBERTAD
VIMALA THAKAR
INTRODUCCIÓN
Cada existencia humana tiene una señal inconfundible que en un momento u otro podrá interpretarse debidamente. Desde luego, esto no ocurre con todos. Pero, cuando esa señal se revela, y sus configuraciones son nítidamente trascendentes, se pone en movimiento una fuerza tremenda, una vibración positiva cuyos resultados suelen ser semejantes a la de la piedra que cae en las quietas aguas de un lago. Sus círculos concéntricos, en trémula expansión, son contra-imagen más que sugerente. Algo de esa índole sucedió con Vimala Thakar. Originalmente, volcada en sus afanes hacia el siglo y la recuperación del sufriente y del carenciado, percibió de pronto la necesidad imperiosa de expresar sus convicciones y sus sentimientos, y de elevar aún más sus miras. Tuvo la señal. La vio, la oyó, la interpretó, y se lanzó amablemente hacia el mundo, con un propósito de esclarecimiento que en ningún momento desmintió su honda fe en la humanidad, en el destino sublime del ser humano individual, en el perfeccionamiento gradual de cada persona. La señal que Vimala Thakar vivificó, y vivifica, es, en especial, el mensaje plasmado en brillantes disertaciones en las que ella misma se define como una mujer del común, que no hace ostentación de títulos ni dignidades, y que únicamente desea establecer un diálogo con su audiencia para hablar de temas que, sin duda, atañen a la raíz misma de la evolución real de la mujer y del hombre de hoy, y de todos los tiempos. La Urgencia de la Libertad abarca siete conferencias pronunciadas por Vimala en Santiago de Chile, durante 1983, encarando con su singular maestría el tema de la meditación en la vida cotidiana. Es riquísimo el núcleo de tal cuestión, pues Vimala no duda en internarse en los territorios más espléndidos del ser interior, propiciando su cambio en profundidad, su elevación de verdad, su posibilidad de enriquecer la experiencia personal a través de prácticas conscientes de libertad purísima, de desapego esencial y de amor irrenunciable. Una vez más, y con la misma calidez con que concretó la edición de disertaciones anteriores de Vimala Thakar, la EDITORIAL KIER, S.A. da ahora su bienvenida a este bello título, La Urgencia de la Libertad, en el que, además de la precisión conceptual que la caracteriza, Vimala nos deleita con su palabra sencilla y sabia, bella y conmovedoramente espiritual. LOS EDITORES
LA VIDA NO PUEDE SER DIVIDIDA
Por la gracia de la vida tenemos la oportunidad de encontrarnos unos con otros y pasar algún tiempo juntos los próximos seis días. Estoy muy agradecida a Edgardo, Nena y otros amigos que me han invitado sin habernos conocido jamás personalmente. Lo único que crea una vacilación, es mi ignorancia del español, de modo que posiblemente tengamos que pasar por traducciones a lo largo de la semana; me gustaría que oyeran la charla de esta mañana y en la tarde decidan cómo quieren las traducciones, simultáneas o después de la charla, según lo deseen. Vamos a discutir la meditación en la vida diaria, cuál es la pertinencia de la meditación en la vida diaria y en la vida. Me gustaría que comprendieran primero la palabra “vida” antes de volvernos hacia la palabra meditación. Me parece que el propósito de la vida es vivir. Vivir es relacionarse con aquello que está alrededor nuestro y dentro de nosotros. Vivir es un movimiento de relación; cuando una persona está sola o aislada, hay existencia, supervivencia física, pero no hay vida. La vida está contenida en el movimiento de relación y uno tiene que aprender cómo moverse a través de la relación manteniendo la propia libertad, la propia iniciativa, el propio equilibro. Si la relación perturba nuestro equilibrio interior, nuestra salud mental, nuestra iniciativa, entonces obviamente algo está faltando. Hemos nacido para descubrir lo que significa la vida, cómo vivir en libertad y armonía unos con otros, cómo vivir en paz y armonía unos con otros, y, ustedes estarán de acuerdo conmigo ñeque al final de este siglo XX como especie humana no hemos aún descubierto el secreto de vivir juntos en paz y armonía, sin mutua explotación, sin violencia. Ahora, cuando decimos que vivir es estar relacionado con lo que es, ¿qué hay alrededor de nosotros con lo cual debamos relacionarnos? Ante todo, nacemos en la sociedad, como miembros potenciales de ésta, de modo que el primer círculo de relación sería con la familia y la sociedad. La sociedad implica las estructuras que el hombre ha creado, la estructura social, la económica, la política, la educacional, la cultural; uno tiene que relacionarse con todo esto. Luego, en orno de nosotros, el segundo círculo es el de las especies no humanas, los animales, con quienes debemos convivir; ellos –mamíferos y aves- son nuestros compañeros, no están allí sólo para darnos placer, son nuestros compañeros y tenemos que convivir con ellos, buscando su cooperación, su amor, su afecto. Aparte de las especies no humanas, está el reino de los bosques, de los árboles, los océanos, los lagos, los ríos, las montañas. No son cosas muertas u objetos creados para el placer o el confort material del hombre, porque hay vida en ellos; la más diminuta partícula de materia contiene energía en su interior. La ciencia de la física puede decir cuán impredecible es el quantum de energía contenida en electrones o protones. Así, hay un movimiento de energía aun en la tierra, no existe la materia muerta; estamos rodeados de vida, de energía innumerables y sus interrelaciones, de modo que la vida implica una interrelación con todo esto. La vida es
una misteriosa totalidad, una totalidad homogénea no fragmentable, donde todo está interrelacionado, la Tierra con los cielos, el Sol, la Luna, este planeta con los otros planetas, todo está interrelacionado, todo está actuando sobre lo demás, de modo que la primera cosa que quiero mencionar esta mañana es que el hombre no es el dueño del universo, sino que nosotros, la especie humana, somos una de las tantas otras especies; pero nosotros somos más evolucionados psicológicamente, tenemos el don de la energía auto-consciente, podemos pensar, ser conscientes, darnos cuenta. Gracias a esta energía auto-consciente, es una responsabilidad del ser humano encontrar el significado de la vida, descubrir el camino de la armonía, el amor y la paz. Este es una aspecto de la vida. El segundo aspecto del vivir es, por un lado, el constante movimiento, porque la energía nunca está ociosa; la energía contenida en la tierra se mueve y nos entrega la cosecha generosa; el agua contiene energía; el espacio aparentemente vacío que nos rodea, contiene energía; de modo que hay movimiento constante. Por otro lado, existe la ausencia de movimiento, la quietud, y este país vuestro de montañas, valles y océanos, es muy hermoso, como pude verlo cuando veníamos en el avión. Las montañas tienen su quietud, su paz, y el valle tiene su propia paz indescriptible. Así que existe lo que llamamos silencio o ausencia de movimiento, quietud, puro estado de ser. Tenemos que aprender a relacionar al movimiento, a la energía del movimiento con el no movimiento. Tenemos que aprender a relacionarnos con este espacio, el espacio interior de silencio; sólo entonces habrá un vivir completo. Si sólo sabemos cómo movernos y no sabemos cómo detenernos voluntariamente, fácilmente sin esfuerzo, nuestras vidas será unilaterales; el movimiento y la quietud, los dos juntos, constituyen la totalidad de la vida. Como el lenguaje tiene palabras que son sonido, y el sonido es una energía que contiene luz en ella, hemos aprendido a relacionarnos con este sonido y lenguaje que nos enseñaron desde la niñez en las escuelas, pero nadie nos ha enseñado a relacionarnos con el silencio del cual nacen el sonido y el lenguaje; el silencio y el lenguaje, sonido y silencio, ellos juntos constituyen la totalidad de la vida. De modo que vivir implica ser capaz de estar en silencio cuando el lenguaje no es necesario; el lenguaje es una parte, el silencio es la otra. Lo mismo sucede con el placer y el dolor. Debemos aprender a relacionarnos con ambos. Si uno se apega al placer pretendiendo huir del dolor, puede correr toda la vida pero no podrá evitarlo. De modo que tenemos que aprender a vivir con el placer y el dolor, sin apegarnos a uno ni huir del otro. Y el tercer aspecto de la vida, es este juego de la relación y la soledad; así como hay un movimiento de relación, hay momentos en que no hay nadie alrededor y se está solo con la vida; si no se sabe estar solo, si sentimos miedo cuando estamos solos, si nos sentimos solitarios, nos aburrimos, estaremos corriendo tras la gente, adhiriéndonos, apegándonos a ella ya sea dominándola o dependiendo de ella; la dependencia es también una forma de dominación. De modo que uno tiene que aprender a estar en relación, tanto como a estar en soledad, la soledad es la vida. Cuando hemos aprendido ambos aspectos, hemos aprendido a estar solo gozosamente, sin temor, sin aburrimiento, y cuando aprendemos a movernos en la relación, en paz y amor, sólo entonces el acto de vivir será total. Hoy en día no sabemos vivir. De modo que vivir es algo bastante interesante y la vida es una misteriosa totalidad, donde estas cosas aparentemente contradictorias se reúnen. El silencio y la palabra parecen ser contradictorios, parecen ser incompatibles, pero en realidad, constituyen juntos la totalidad de la vida. La soledad y la relación parecen ser contradictorias, pero en esencia no lo son, constituyen la indivisible homogeneidad de la vida. De modo que, mis amigos, hemos mirado muy brevemente lo que la vida y el vivir implican; éste es nuestro diario vivir. Vamos a
considerar la meditación en la vida diaria, pero antes necesitamos saber qué es vivir. Hemos usado un adjetivo, “diario” vivir, es decir, día a día; lo que tenemos hoy en día, aquí y ahora, lo que tenemos en el presente, es la única realidad. No hay vida, aparte de lo que existe en el presente, en el aquí y en el ahora. En todo el mundo, no sé si también en vuestro país, pero en muchos otros países y continentes del mundo por donde he viajado, Australia, Japón, islas Hawaii, Europa del Este y del Oeste, el Medio Oriente, América, Canadá, etc., he visto a la gente dividiendo la vida; creen que la vida religiosa está aislada y que la vida diaria es algo material, secular, separado; sienten que estos dos aspectos deben mantenerse apartados. En la vida diaria se sigue lo que otros están haciendo, la tradición, las convenciones, se sigue la autoridad de la religión, de la teología, de las escrituras y luego se sigue la autoridad de los líderes religiosos para la vida religiosa; y para la vida secular, mundana, se sigue la autoridad de las normas sociales. La vida está dividida, de alguna manera, en las mentes de las personas, de modo que piensan que para ser religiosos hay que hacer algo especial, separado de la vida diaria. Yo quisiera proponer esta mañana que la vida no puede ser dividida. No existe una vida mundana, secular, y otra religiosa aparte. La vida está en su totalidad en cada momento, cada día, y la religiosidad o la espiritualidad están contenidas en nuestra actitud hacia el acto de vivir, nuestra manera de abordar la vida, nuestra actitud ante la vida; el estado interno en que vivimos alo largo del día; de modo que la vida diaria es la única vida que tenemos. La divinidad, si hay alguna, la eternidad o infinitud, está contenida en lo que vemos delante de nosotros, en cada objeto, en una brizna de hierba, en esos magníficos árboles, en las flores, en el agua, en cada gota de agua. Si hay alguna divinidad, eternidad o infinitud, está aquí y ahora, no lejos de la Tierra, no en alguna parte lejana en el cielo. El más allá está aquí, la divinidad está contenida en el momento presente; si podemos salirle al encuentro, la infinitud está contenida aquí y ahora, si podemos verla, si podemos descubrirla, así que por favor, no dividamos la vida en religiosa y secular. Este es el diario vivir, es la vida que tenemos, sea lo que fuere lo que tengamos que hacer; aquello que tengamos que aprender y descubrir será descubierto aquí. Las relaciones son las oportunidades para descubrir el significado de la vida; no se puede descubrir el significado de la vida huyendo de ellas. Las relaciones no son obstáculos, ellas no nos mantienen en cautiverio, ni limitan nuestra vida; más bien son oportunidades: en primer lugar, para descubrir cómo somos, como en un espejo; uno se sienta ante el espejo y se mira a sí mismo, usted es el que mira y el que es mirado, usted es el que mira y el reflejo, es ambos. De la misma manera, las relaciones son como espejos donde se refleja de hecho su estado mental, donde usted se refleja tal como es, de modo que son algo muy hermoso. En estas relaciones descubriremos lo que somos, lo que es esta mente, por qué pierde su equilibrio, por qué se disgusta, por qué se irrita, se enoja. ¿Es necesario perder el equilibrio al entrar en las relaciones? ¿Puede la mente ser inocente, puede ser saludablemente inocente y libre, incorrupta mientras tiene una relación? Vamos a entrar en estos asuntos en los próximos días. Esta mañana estamos mirando las palabras del tema; primero miramos la palabra “vivir”, luego miramos las palabras “diario vivir” y ahora volvemos hacia la palabra “meditación”. Compenetrémonos de cada palabra, luego podremos comunicarnos y entrar en profundidades, porque esta comunicación verbal es una cosa muy difícil. Estamos hablando en inglés, cada palabra está pesadamente cargada, condicionada, luego tenemos nuestros condicionamientos individuales. Las palabras tienen sus asociaciones religiosas, aun una palabra inglesa; podemos conocer su significado por el diccionario,
pero la palabra tiene su significado religioso, connotaciones hindúes, connotaciones cristianas, de modo que las palabras están cargadas, condicionadas. Nuestras mentes están condicionadas, así que, cuando nos comunicamos con palabras, puede haber dificultades; la misma palabra significa una cosa para ustedes y otra para el que habla, o una cosa para el que habla y otra para el que escucha, y aun así las palabras son el único medio para hacer posible la comunicación. Así que nos volveremos cuidadosamente hacia la palabra meditación. La palabra “Meditación” se usa para indicar algo que ha existido en el Oriente, en India, Tíbet, China, sudeste asiático, etc. En el Oriente ha existido como una manera de vivir por miles de años. La palabra meditación es una traducción de la palabra “dhyana”. Esta palabra “dhyana” ha sido usada en los Upanishads, que fueron escritos unos 10.000 años atrás, pero se hizo muy popular cuando Patanjali escribió sus Yoga Sutras en 553 a.C., de modo que en la ciencia del yoga esta palabra se hizo muy importante. No entraré en todos los aspectos del yoga. Tal vez ustedes están siguiendo clases de yoga, especialmente Hatha Yoga y Pranayama, pero en él hay dos palabras: una es “dharana” y la otra es “dhyana”. “Dharana” significa concentrarse, enfocar la atención sobre un objeto predeterminado. Hay un estudio regular de concentración que siguen los estudiantes de yoga. La concentración es una actividad mental, en la cual yo decido el objeto sobre el cual me voy a concentrar; de modo que es detener y mantener la atención en un objeto específico predeterminado. Desgraciadamente esta actividad mental de la concentración es confundida con la meditación. Dharana o concentración no es meditación, es una actividad psicofísica y lo que hace es una cosa muy interesante, especialmente recomendada a los niños en el Oriente: cuando se recoge toda la atención y se enfoca sobre un punto manteniéndola en él, aumenta el poder de la mente, la agudiza, da el poder de percibir un objeto con precisión, recibir la impresión con exactitud y retener eso, retener cuanto se haya recibido, cuanto se haya percibido. De modo que el estudio de la concentración agudiza la mente y la fortifica, puede estimular experiencias, pues hace a la mente muy sensitiva, desarrollando poderes mentales. Los que se interesan, en desarrollar poderes mentales, estudian tanto la concentración como las drogas psicodélicas, drogas que expanden la consciencia. Esta concentración desarrolla los poderes mentales con rapidez, pero es una actividad, no es meditación. El yo, el “mi”, el ego es necesario. El yo dice: “yo me concentraré”; de modo que el centro, el ego es necesario; también un objeto sobre el cual se va a concentrar; entonces decimos: “me voy a concentrar por media hora, por dos horas.” El tiempo es necesario; el ego, el factor tiempo, el objeto de concentración y la actividad de la concentración. Desgraciadamente a esto se le llama meditación en todo el mundo. Uno puede concentrarse en la llama de una vela, en la foto de alguien, en algún ídolo, en algunas cualidades. Si hemos comprendido la palabra concentración, pasaremos a la palabra meditación. La meditación no es una actividad de la mente o del cuerpo; es un estado de ser en el cual toda la actividad mental llega a su fin. La mente deja de moverse. Voluntariamente recoge toda su actividad en sí misma y se queda en el centro, sin moverse en ninguna dirección; de modo que la meditación es un estado en que la actividad mental toca a su fin, no puede ser asociada con ninguna otra actividad mental. ¿Por qué tendría que cesar la actividad mental? ¿Por qué habría que aprender algo en que esta hermosa mente, esta mente compleja, este cerebro sofisticado detiene voluntariamente su actividad? ¿Qué hay más allá del cerebro? ¿Qué hay más allá de la
mente? ¿Hay algo?; y ¿por qué tendríamos que ir más allá de la mente y el cerebro? ¿Cuál es la necesidad de la meditación? Es el tema que desarrollaremos, cuando nos encontremos la próxima vez. Pero permítanme compartir con ustedes un punto más. Si miramos la historia del mundo en los últimos siglos, especialmente en estos últimos 200 años, notaremos que la raza humana ha usado diferentes poderes para crear la paz del mundo, para crear una sociedad donde los seres humanos puedan vivir en libertad, en fraternidad, en igualdad. Hemos tratado de encontrar los caminos de la paz y no hemos tenido éxito. En los países opulentos, países ricos, en países donde la ciencia y la alta tecnología son avanzadas, y están avanzando a velocidad aterradora, la gente no es feliz individual y colectivamente, no está en paz consigo misma; y en los países atrasados, en vías de desarrollo, así llamados países religiosos, y yo vengo de uno de esos países, India, donde sé lo que sucede, millones están muriendo de hambre, en la tierra de la religión, de la espiritualidad, no hay compasión, ni amor, pero hay insatisfacción, pobreza, hambre, inquietud. Ni las religiones organizadas, institucionalizadas, ni los avances de la ciencia y la tecnología nos han ayudado a encontrar una manera de vivir humanamente, decente y en paz. La gente pensó: si esto no lo consigue la religión ni el poder político, tal vez podamos usar el pensamiento y alimentar el cerebro de la gente con algunos pensamientos, algunas ideologías y convertir sus mentes; creyeron que, mediante moldes de pensamiento y este adoctrinamiento en nuevas ideologías, ya sea una ideología socialista, comunismo, gandhismo, cualquier “ismo”, alimentando con estas ideologías el cerebro, podrían frenarlo, podrían gobernar el pensamiento organizado, standarizado y entonces el mundo sería un lugar maravilloso donde vivir. Pero el poder del pensamiento tampoco nos ha ayudado. En los últimos 200 años pueden verse áreas donde la religión ha sido usada como poder, el poder político ha sido usado, se ha usado el poder del pensamiento y ahora al final del siglo XX nos damos cuenta de que todos estos poderes nos han fallado. El bárbaro está aún allí en el centro del ser; la persona así llamada culta, civilizada, es aún bárbara; podemos matarnos unos a otros, asesinar, masacrarnos unos a otros, sea en el Líbano o Israel, en la India o en Pakistán, Corea, Vietnam, Rusia, Afganistán; podéis mirar los lugares en el mundo y veréis que no hemos superado al violento, al bárbaro, al lujurioso, la criatura humana dominante que pudimos haber sido miles de años atrás. De modo que, si a través de la mente y el cerebro, con la ayuda del pensamiento y las ideologías, no hemos descubierto la libertad, el amor y la paz, indaguemos si yendo más allá de la mente, más allá del cerebro, podemos descubrir una manera alternativa de vivir. La mente no está libre, y en el nivel de la mente, la libertad no parece ser posible, el amor no parece ser posible, la paz no parece ser posible, mediante la mente y el cerebro. A esto es lo que ha llegado el hombre ahora. Ha descubierto, ha realizado. De modo que para aquéllos que están interesados en descubrir una manera alternativa de vivir, no una conquista personal de un misterioso estado o experiencia, la meditación o el descubrimiento de una manera de vivir alternativa no es una actividad egoísta, egocéntrica. El mundo necesita nuevos seres humanos, el mundo necesita seres humanos con nuevas actitudes y nuevas vías, nuevos estilos de vida, de modo que la meditación es una exploración en una dimensión de la consciencia sin tiempo, libre del pensamiento, libre de la medida. Es una exploración muy interesante ir más allá de la
mente, ir más allá del cerebro descubriendo las dimensiones del espacio interior. Tiene urgencia hoy en día, porque las vías de la mente se han demostrado fútiles. Mis amigos, no debería tomar más tiempo; entre los organizadores y yo misma habíamos pensado que hablara sólo 40 minutos esta mañana, para darles una impresión del tipo de inglés que hablo y ver cómo funciona la comunicación. Comenzamos investigando qué es la vida, el vivir y vimos que la vida es un movimiento de relación. ¿Qué es la relación? Acto de relacionarse, ¿relacionarse con qué? –a la vida que nos rodea; ¿qué hay alrededor de nosotros? -primero la sociedad, las estructuras que los seres humanos han construido, luego las especies no humanas, luego la naturaleza; hemos de aprender a relacionarnos con todo esto. Estamos tratando de aterrizar en la Luna y en Marte, de modo que al menos tenemos que aprender a relacionarnos con lo que contiene este planeta. El vivir tiene dos aspectos, soledad y relación, silencio y sonido, movimiento y quietud, de modo que hay que aprender a estar en uno y otro de éstos; consideramos la palabra “vivir”, la palabra “diario” y dijimos “hoy” es la única eternidad a nuestro alcance para la investigación, la exploración, la mutación; no hay ningún mañana, sólo hay “hoy en día”. Consideramos lo que es el tiempo, lo que es el tiempo psicológico, cómo se crean los “mañana”, cómo se crea el pasado. Entraremos en ello, pero “hoy en día” es la única realidad, el ahora, el aquí es la única ocasión de encontrarse en la divinidad, la totalidad, la vida. Y hemos considerado la palabra meditación, la diferencia entre concentración y meditación, y dijimos que la meditación es un estado en que la mente no se mueve, en que el pensamiento y el tiempo llegan a detenerse, donde no hay ninguna presión, ninguna tensión del pensamiento, ninguna presión emocional y la persona está en una total relajación, una dimensión de relajación total en la que tal vez lo otro la energía no condicionada puede ser activada y movilizada. Estoy muy agradecida a cada uno de ustedes por haberme dado una audiencia tan especial. Sobre todo estoy agradecida a aquéllos para quienes es difícil seguir la lengua inglesa. Gracias.
LA MENTE COMO ENERGÍA CONDICIONADA
La comunicación verbal requiere dos acciones simultáneas. El orador habla y el oyente debe escuchar. Me pregunto si ustedes habrán considerado alguna vez lo que es escuchar. Obviamente, oír palabras no es escuchar. No es escuchar, si estoy simultáneamente comparando lo que oigo con algo que he leído antes o que he oído antes. Si uno está ocupado comparando, evaluando, y juzgando, la relación entre el que habla y el que escucha se rompe. De modo que el escuchar requiere una cualidad de atención, una acción total de estar atento sin la tentación de comparar, evaluar y de juzgar. Ayer vimos que la meditación no es una actividad psicofísica, no es concentración, no es una actividad de la mente para saber algo o adquirir una experiencia, sino que es una cesación incondicional de toda actividad mental. Generalmente, la gente cree que el yo, el ego, va a meditar. El yo no puede meditar. El yo puede quedarse en silencio, puede dejar de funcionar, pero no puede meditar. De modo que esta mañana veremos lo que es este “yo”. El yo que dice “yo voy a meditar”, “yo voy a adquirir libertad”, “yo me voy a transformar”, obviamente no puede experimentar lo que la transformación, no puede ser libre, y no puede meditar. Esa es la dificultad con los seres humanos, que imaginan que el yo puede hacer todo eso. De modo que, ¿qué es este yo, que es el ego que inocentemente cree que así como va de compras y adquiere ciertas cosas con dinero, va a adquirir la experiencia de lo divino, va a adquirir y obtener la libertad con la moneda de algún movimiento? Pues bien, ¿qué es la mente? ¿Hemos mirado alguna vez cada uno de nosotros, de primera mano lo que es la mente? ¿Alguna vez hemos observado lo que es la mente? ¿Es la mente lo que entendemos por la palabra cerebro? El cerebro está alojado en la cabeza, misteriosa materia gris que tiene billones y billones de células con un mecanismo y funcionamiento fantásticamente intrincado. Este órgano, el cerebro, está entretejido con el resto del cuerpo humano, recibe impresiones de los órganos de los sentidos, las interpreta y reacciona a esa interpretación. Sabemos muy poco del cerebro. ¿Es la mente lo mismo que el cerebro? ¿Esta la mente alojada en la cabeza, en el pecho, en cualquier parte del cuerpo? Uno tendría que enfrentar esa pregunta de la diferencia entre el cerebro y la mente. Me parece que el cerebro contiene energía y algo de esa energía está condicionada. La energía llamada conciencia está condicionada y el movimiento de esta energía condicionada se llama movimiento mental. La mente es conciencia, la conciencia es una energía que está contenida no solo en nuestro cerebro, sino en la totalidad de nuestro cuerpo, en los huesos, en la médula de los huesos, en el plasma de la sangre, en los tejidos, músculos, glándulas, piel. Así que esta energía condicionada está contenida en la totalidad de la estructura física. ¿Cómo esta contenida, en qué forma? Parece que en forma de vibraciones; las vibraciones contienen todo nuestro pasado humano. No somos animales incultos, no condicionados; la especie humana ha habitado el planeta por millones de años y ha estado trabajando sobre sí misma. Ha cultivado el cuerpo, ha cultivado el cerebro, ha creado medidas, de modo que todo el conocimiento de la raza humana, sus experiencias, sus sofisticaciones, están grabadas en la estructura física. El residuo de toda experiencia humana está grabado e incorporado en la estructura física, de modo que la energía, la conciencia, está
condicionada por lo que la especie humana hizo consigo misma a lo largo de millones de años. De manera que la mente o la energía condicionada impregna toda la estructura física, no está contenida en la cabeza y el cerebro solamente, está en todo el cuerpo. Es muy importante ver que la mente no es un órgano específico, como el cerebro, los ojos, los oídos, la nariz, sino que es condicionamiento repartido en todas partes del cuerpo. Esta energía condicionada comienza a operar cuando se mira un objeto con los ojos. Los ojos ven un objeto, inmediatamente la sensación vuelve atrás, a todo el cuerpo y el funcionamiento de la energía condicionada comienza. La interpretación tiene lugar en el cerebro, la reacción se produce en el sistema químico y en el sistema nervioso y luego usted dice “me siento de tal manera respecto de ese objeto” o “pienso de tal manera respecto a esa situación”. Cada pensamiento y cada sentimiento es una reacción del pasado, es una intervención de la memoria, memoria contenida en todo el cuerpo, no sólo en algunas partes del cerebro. Estamos tratando con la ciencia de la vida y no con sus creencias o mis creencias. Así que, el pensamiento, la emoción, los sentimientos, los valores, son todos respuesta de la memoria. Se oye una palabra y la memoria vuelve atrás a algo que oyó antes y la respuesta viene, “me gusta eso” , “no me gusta esto”. Por favor, observen que el movimiento mental es solo repuesta del pasado. Su propio pasado, el pasado de la familia, el pasado de la raza; es un movimiento mecánico repetitivo, está arraigado en el pasado, no es libre. El pensamiento no puede nunca ser libre. Pues bien, este es el mecanismo de la mente que he descrito brevemente para ustedes. ¿Dónde entra el yo en esto? Es muy interesante. Un niño nace y se le da un nombre. Este es Roberto, este es Harry, esta es Nena, este es Edgardo, le damos un nombre a los niños. La vida contenida en la persona es innominable. Usted tiene un vaso de agua, el espacio en el vaso es innominable, el vacío dentro del vaso no tiene forma ni contorno, ni nombre. Es la forma de ese vaso o de esa cosa plástica que usted ha creado y que llama un vaso o un jarrón, es la forma que ha recibido un nombre, no el espacio interior. El espacio no tiene forma, ni contorno; este vacío alrededor de usted o de mí, es innominable, es inmensurable. Hay un espacio y uno construye cuatro murallas, pone un techo sobre ellas y lo llama casa. Usted ha manejado el espacio y ha tratado de construir una forma alrededor del espacio. Cada construcción es sólo un manejo del espacio. Usted puede decir que la habitación es cuadrada, redonda, circular u oblonga, pero el espacio, el vacío, no es cuadrado, ni circular, ni oblongo, es tal cual era antes de construir la casa. Será igual que cuando la caja sea destruida. El espacio no cambia, es inmensurable, es indomable. De la misma manera, la vida contenida en el niño es innominable, inmensurable, pero hay que darle un nombre al niño, para distinguirlo de los otros niños. De manera que el nombre en realidad se da de acuerdo con el cuerpo, varón o hembra, y después se describe el cuerpo diciendo que es blanco, moreno, negro. La vida contenida no es morena, ni negra ni blanca ni roja, pero el cuerpo lo es. Así que se dice: esta es una persona morena, esta es una persona negra, esta es una persona blanca; esta es la descripción del cuerpo, pero se llama al niño por el nombre, Roberto o Harry, y se le dice éste es tu nombre, y aparece la identificación con el nombre. Se está construyendo la consciencia del yo, la identificación con el nombre; luego hay identificación con la forma, el color de piel, “él es alto, bajo, gordo, ella es delgada”, son todas cualidades y descripciones del cuerpo, no tienen nada que ver con la vida. Pero hay identificación, y la persona dice “yo soy baja”, “yo soy alta”. El niño habla y se comporta y las cualidades del cerebro y las cualidades de condicionamiento toman expresión y entonces se le dice al niño: “eres brillante”, “eres agudo”, “eres torpe”, “eres flojo”, “eres estúpido”. El niño no es ni estúpido ni brillante. Es la cualidad del cerebro que ha heredado de los padres, pero las cualidades del cerebro son
nuevamente identificadas con la consciencia del yo que se está construyendo junto con el nombre, la forma y las cualidades. Los padres juzgan a los niños, los maestros los juzgan. La sociedad los juzga de tal modo que este proceso de identificación continúa, y la consciencia del yo queda construida. La consciencia del yo no tiene existencia factual, tal como la tiene este micrófono. Este es un objeto, pero la consciencia del yo se construye en el plano conceptual, no tiene realidad perceptual, como la tiene el árbol, como la tiene el amplificador. Tiene realidad en su mente y en la mía. La raza humana ha estado ocupada creando conceptos, no vivimos sólo en el nivel de percepción, sino que creamos un nivel conceptual. Así es como creamos el concepto de tiempo. Decimos, son las 10 o las 11 por el reloj. ¿Quién creó el reloj?, nosotros los seres humanos. ¿Qué denota el reloj?, nuestro concepto del tiempo. ¿Cómo creamos el tiempo? Queríamos relacionarnos con el movimiento de la Tierra, el Sol, y la Luna. Así, cuando vemos el Sol, decimos “el Sol sale” . El Sol no sale, y el Sol no se pone; cuando no vemos más el Sol decimos, “el Sol se puso”. Queremos relacionarnos con el hecho y creamos un concepto. De modo que el hombre ha creado el concepto de segundo, 60 segundos hacen 1 minuto, 60 minutos hacen 1 hora, 24 horas hacen 1 día. Todo eso es creación de la mente humana, los minutos, las horas, los días, las semanas no tienen ninguna realidad factual, tienen realidad en nuestra mente. El tiempo psicológico existe en la mente, fuera de la mente no hay tiempo. Esta es la belleza de la civilización y de la cultura. Se dijo uno, dos, tres, cuatro, se crearon los números aritméticos, los seres humanos lo hicieron y se dice 1+ 3 = 4 y 9-5= 4. Pero nosotros creamos los números, nosotros creamos las relaciones. En la vida no hay números, de modo que por favor consideren esto: nosotros, seres humanos, no vivimos en un simple plano perceptivo, vivimos en el plano conceptual. Los conceptos son muy importantes para nosotros y creamos símbolos para representarlos. Así, el reloj es un símbolo, el tiempo es un concepto. Estar libre del tiempo es la realidad. La vida es una, tiene diferentes expresiones, queremos distinguir una expresión de la otra, les damos nombres para identificarlas. Las expresiones de la vida son incomparables. Nosotros las comparamos. De modo que la consciencia del yo es un concepto; por favor véanlo, es un concepto, no tiene ninguna realidad, es algo que hemos creado, que es necesario para vivir juntos. Creamos la sociedad, queremos vivir juntos, queremos compartir la vida, compartir el dolor, compartir el placer, compartir el gozo, la tristeza. De modo que requerimos estos nombres, comparaciones y estructura de valores; son nuestra creación. Ahora, este yo, el mí, el ego, es como el dinero, la moneda que se usa. Toda la estructura económica se basa en la moneda, es nuestra creación, es útil, pero debemos ver que es nuestra creación. Tenemos que ver lo falso como falso, tenemos que ver el símbolo como símbolo, el concepto como concepto y no confundirlo con la realidad, que está libre de conceptos, libre de símbolos. Es una cosa muy interesante, mirar y comprender el significado de la vida. De modo que la mente es energía condicionada, condicionada por toda la especie humana; está contenida en nuestro cuerpo y responde o entra a jugar tan pronto como se abren los ojos. Se toca un objeto, se oye una palabra, el operar de la memoria sigue andando y uno siente que “yo estoy pensando” “yo siento” “yo pienso” “éste es mi pensamiento”. Pero no hay “mi” pensamiento ni “su” pensamiento. Es el movimiento mecánico repetitivo de la mente humana organizada. Es un comportamiento standard, organizado. De modo que pensamientos y valores no son ni suyos ni míos. Yo nací y fui criada en una familia hindú en la India, así que está el pensamiento hindú, organizado, standarizado y los hindúes reaccionan de una manera, colectivamente, ante una
situación y, al mismo tiempo, tenemos 110 millones de musulmanes en la India y su mente está organizada y standarizada de una manera diferente. Así, ante un hecho, los hindúes reaccionan de una manera, los musulmanes de otra. Son las interpretaciones y las reacciones las que entran en disputa. Existe la mente cristiana, la católica, la presbiteriana, la bautista, la metodista, la mente budista, y ahora, la mente comunista. Los seres humanos, colectivamente, organizan modos de conducta, condicionan los modos de conducta. Es una mente colectiva. Lo que llamamos “mi mente” es el producto de esfuerzos humanos colectivos. Si podemos ver esto, si podemos comprender que el movimiento del pensar es mecánico, repetitivo, creado por esfuerzos organizados, reconocidos por la sociedad, sancionados por la sociedad, entonces todo nuestro apego a nuestros prejuicios y preferencias, nuestros gustos y disgustos, desaparecerán. El movimiento de la mente no se detiene, porque estamos apegados a él, nos hemos identificado con él, y aquello con lo cual nos hemos identificado no tiene realidad de hecho. Me gustaría saber español para poder hablarles en su idioma; tengo tanto que decir y me doy cuenta de que no puedo hablarles directamente y me preocupa que sea demasiado difícil para los traductores encontrar las palabras adecuadas. Esta mañana estoy olvidándome de los traductores. A veces me acuerdo. Pero surge el lenguaje, y yo creo que el corazón comprende lo que uno está hablando aunque no comprenda las palabras. El movimiento mental es un movimiento repetitivo, es un movimiento mecánico. Cuando uno dice “yo estoy enojado”, el enojo es un molde de conducta, creado por la sociedad, heredado por mí, y el enojo es expresado; no es que “yo me enoje”, sino que el enojo es expresado como un modo de conducta. Rabia, celos, lujuria, codicia, mecanismo de defensa, valores, son todos creaciones del esfuerzo humano colectivo. No pertenecen a usted ni a mí. La identificación con aquéllos es la única atadura, el único contenido esclavizante. La identificación es la cárcel; si no nos identificamos con todo esto, entonces habrá libertad. La no identificación es el comienzo de la libertad y la identificación constante es el contenido de la esclavitud. De modo que esta mañana estamos tratando de observar la mente. La mente como energía condicionada. Tan pronto como se toma contacto con un objeto, este pasado humano total, estos condicionamientos entran en acción. Tienen un tremendo impulso, un terrible impulso, surgen, y así es como vivimos, reaccionando de acuerdo con el pasado. Nuestro vivir no es sino una cadena de reacciones. No hay acción en libertad, sólo hay esclavitud del pasado, identificación con el pasado, y el impulso del pasado continúa a través de usted y de mí. Así es como vive la especie humana y el pasado continúa. Nosotros modificamos, calificamos, hacemos pequeños cambios aquí y allá, reformas, pero es un movimiento del pasado, que se precipita en el presente, hacia el futuro. De modo que no hay originalidad ni hay libertad en lo que concierne a la mente. Tiene que usar lo conocido para su actividad. Un pintor tiene que usar los colores; nosotros reconocemos los colores como verde, azul, rojo, amarillo e interpretamos que rojo indica enojo, amarillo indica celos, verde indica juventud; tenemos significados unidos a colores. El pintor tiene las pinturas, usa las líneas, los colores, los movimientos de los colores y crea un cuadro, pero tiene que usar los colores y las líneas y éstos ya tienen significados prefabricados, interpretaciones en la mente de la gente. Usted
compone una poesía y siente que eso es creatividad. Un hermoso poema; pero el poeta tiene que usar palabras y las palabras tienen significados definidos, tienen asociaciones tradicionales con sentimientos. De modo que la poesía es una actividad constructiva que tiene que referirse al pasado, usar las interpretaciones del pasado y entonces construir algo nuevo. En poesía, en música, en escultura, en pintura. La mente es capaz de actividad constructiva, se bifurca, pero tiene que usar el pasado. Lo mismo en física, en biología, en medicina. De modo que ninguna creatividad es posible dentro del nivel mental o intelectual, ninguna libertad es posible en el plano mental o intelectual; esto es lo que la mente moderna encuentra muy difícil de entender o aprehender. Hemos adorado la mente, el cerebro, por muchos siglos. La mente, el cerebro, nos han ayudado de muchas maneras; y ahora alguien viene y dice: “mire, éstas son las limitaciones de la mente”. Éstas son limitaciones orgánicas, ésta es una energía condicionada, la hemos usado por muchos siglos, no nos ha ayudado a llegar a una forma de vida pacífica, a un camino de amor; no nos ha ayudado a poner fin a las guerras y a la explotación, así que este movimiento mental ya no nos sirve, si queremos encontrar una nueva forma de vivir. Si no anhelamos encontrar una nueva forma de vivir, donde haya paz, amor, fraternidad, cooperación, no competencia, ni agresión ni violencia, si no estamos interesados en encontrar una manera alternativa de vivir, podemos continuar con la mente; pero si anhelamos encontrar una nueva manera de vivir, donde pueda ponerse fin a las guerras, a la violencia, a la agresión, a la competencia, donde pueda haber nuevas motivaciones y nuevas dinámicas de relación, entonces hay que ver las limitaciones de la mente como son, usar la mente cuando es necesario. Si uno quiere manejar un auto, tiene que informarse acerca de cómo está hecho el auto, entrenarse en manejarlo, usar la memoria para manejarlo. De modo que, dondequiera que estos conceptos y símbolos sean pertinentes, la mente debe ser usada. Sólo en el descubrimiento de lo nuevo, la mente y su movimiento se hacen irrelevantes. Esta mañana quiero enfatizar, antes que pasemos al tema de la meditación, que tenemos que entender lo que es la mente, lo que es el “yo” y por qué es necesario sumergirse en el silencio. Mire, cuando usted tiene un lindo automóvil, usted lo conduce, pero cuando tiene que cruzar un lago, usted no dice que manejará el auto sobre el agua, porque dirá: “es mi auto favorito, es bello, he gastado tanto dinero en él”. Usted no dice “cruzaré el lago manejando el auto”; usted desciende, se baja del auto y dice: “navegaré en un bote”. El auto y su movimiento es inapropiado para cruzar el lago. Del mismo modo, para descubrir la nueva manera de vivir, el movimiento de la mente es inapropiado. Es útil en otros sentidos; en el plano físico, material, tenemos que usar la mente. Estoy usando la mente cuando uso el idioma inglés, pero el movimiento de la mente debe ser reconocido como mecánico, repetitivo; esto es lo primero. Segundo, las limitaciones de la mente deben ser comprendidas, y tercero, el campo relativo en que puede ser usada también debe ser reconocido. Estos son los tres puntos que es necesario comprender muy claramente antes de volvernos hacia la meditación. Debemos advertir que creamos conceptos, creamos símbolos y la palabra yo, el ego, es el signo de un concepto creado para la conveniencia del vivir colectivo. De modo que el yo, el ego, teniendo sus raíces en el pasado, está aprisionado en conceptos, no puede descubrir qué es la libertad, qué es la iluminación, qué es la liberación, sino que puede descubrir sus limitaciones y decir: “mi movimiento no es apropiado para explorar más allá, de modo que déjenme volver a mi centro y quedarme allí muy quieto”. De la periferia de su actividad, la consciencia del yo vuelve al centro y se queda fija allí; dice:
“no puedo moverme en ninguna dirección; siempre que me mueva, el pasado se moverá a través de mí, de modo que veamos lo que pasa si no me muevo. En cualquier dirección que me mueva, es el movimiento del pasado, así que veamos qué sucede si no me muevo en absoluto”. Esta aceptación voluntaria de lo inadecuado de su movimiento, aceptación voluntaria de su limitación, es lo que la mente puede hacer. Es un solo paso el que tenemos que dar y tal vez ese sea el último paso; uno corta voluntariamente, investigando y comprendiendo la naturaleza mecánica, las limitaciones y, voluntariamente, va a la no acción. De modo que el silencio es cesación voluntaria de este movimiento mecánico repetitivo. Uno no tiene que forzarse cuando lo comprende; entonces viene naturalmente. De modo que, por favor, comprendan amigos que la meditación no es una actividad de esta mente mecánica y repetitiva, con su movimiento. Hay mucho más en nosotros, hay muchas otras energías contenidas en nosotros. La energía condicionada es una pequeñísima porción de nuestro ser. No somos sólo el cuerpo y el cerebro, el cuerpo y la mente; hay mucho más en nosotros, en un ser humano, que la energía condicionada. Para permitir que opere la energía incondicionada en nosotros, a través de nosotros, es necesario reconocer el condicionamiento. Para permitir que lo desconocido opere en nosotros es necesario reconocer y comprender lo conocido; es el único paso que debemos dar. Es la comprensión de lo conocido la que nos liberará de ello. Es la comprensión del condicionamiento, lo que nos liberará de sus garras. Esta claridad de comprensión es el fundamento de la meditación. De modo que no entraremos en nuevas actividades físicas o psicológicas, nuevas formas de experiencia, sino que vamos a permitir que la totalidad de la mente entre en suspensión, entre en la no acción. Si ha sido posible para mí esta mañana transmitirles que vivimos con conceptos y en conceptos, si he podido dejar en claro otro punto esta mañana, es que el tiempo psicológico no tiene realidad alguna, que existe en nuestras mentes y lo usamos como un juguete cultural. Lo usamos, tenemos que usarlo, vivimos juntos, nos reunimos a las 9 en el reloj, a las 10,15 nos quedamos en silencio; para la vida colectiva es muy útil, pero no hay nada semejante al tiempo en la vida. La vida es una realidad libre de tiempo, es una maravillosa atemporalidad, es una calidad de ser. Nosotros creamos el tiempo y lo usamos, tenemos que usarlo. Creamos tantos conceptos, como los números matemáticos, creamos el concepto de un punto: ponemos un punto en un papel y decimos que no tiene largo ni ancho. Si tomamos un microscopio, veremos que tiene tanto ancho como largo. Pero creamos el punto, luego extendemos el punto y creamos la línea; en el punto y en la línea está toda la ciencia de la ingeniería y toda la ciencia de la geometría, pero comienza con el punto, y el punto es un concepto. Los números aritméticos son conceptos. Sus relaciones son una creación de los seres humanos. El yo, el ego, tienen sólo realidad conceptual. Si esto está claro, esta mañana, entonces podemos proseguir hacia la meditación. La meditación requiere una base. Si nuestras mentes están confusas, si no sabemos lo que es la mente, lo que es el yo, entonces no creo que la meditación, como estado, pueda ocurrir en nosotros. La meditación es un estado de ser, que sucederá, es un suceso, no es una actividad, no será el resultado de mi acción. Pero la base debe ser establecida correctamente y la claridad de cada cosa, lo que es una percepción, lo que es un concepto, lo que es un símbolo, esa claridad es muy necesaria. La gente cree que la religión, la espiritualidad tienen algo que ver con las
emociones y los sentimientos; hacer esto, no hacer aquello. No es así. La religión o la espiritualidad no se preocupan tanto del hacer, como del ser. No es un proceso de llegar a algo, es la comprensión del ser. Y siento que debo detenerme; no continuaré más adelante; ayer fue el día de la introducción, hoy el trabajo ha comenzado. Gracias.
ESTABLECIENDO LOS FUNDAMENTOS CORRECTOS
Debemos establecer los fundamentos correctos para que el estado de la meditación se exprese en nuestras vidas. Investiguemos esta mañana las implicaciones de la base adecuada, qué se entiende por establecer los fundamentos correctos adecuados en nuestras vidas. Meditación, mutación, esclarecimiento, iluminación, cualquier palabra que ustedes usen, no es sólo un compromiso intelectual con ciertas verdades: es un compromiso con la vida toda, un compromiso con la verdad en el plano físico, verbal y mental. No es solamente un compromiso psicológico, es un compromiso de la persona en su totalidad, de manera que la base correcta debe fijarse primero en el plano físico. Si hay confusión y desorden en el plano físico, este cuerpo –que es el aparato, un aparato muy sensible, más sensible que cualquier aparato electrónico- debe mantenerse en orden. El desorden es fealdad, y el orden es belleza. En el mundo moderno, ser injusto con este bello cuerpo humano, en nombre de la libertad, se ha convertido en moda. La gente piensa que podemos comer a cualquier hora, de cualquier manera, lo que queramos, y eso constituye nuestra libertad. Pero el cuerpo, y los órganos en el cuerpo, se relacionan con la naturaleza, se relacionan con la tierra, los ríos, los océanos, los árboles, las montañas, y poseen un ritmo que les permite funcionar. De modo que una relación no científica con la alimentación causará complicaciones en el organismo. Uno debe ver qué dieta conviene a nuestro cuerpo, de acuerdo a la edad, de acuerdo al clima en que vivimos, de acuerdo a la tarea que realizamos. Uno debe vigilar, observar y encontrar la alimentación adecuada, el horario correcto y tener la disciplina de comer a esa hora determinada. No puede ser una y la misma para todos, no puede ser la misma para todos los países, de modo que debe elegirla uno mismo. Uno puede elegirla en términos de vitaminas, proteínas, carbohidratos, minerales, etc., y, si finalmente, uno establece una relación bien elaborada con la alimentación, la vida se simplifica. Si una persona desea averiguar qué es la libertad, cuál es el significado de la vida y del vivir, cuál es el misterio de la paz, no puede aceptar la autoridad de la sociedad, las costumbres sociales y las tradiciones, y decir, por ejemplo: “Bueno, tengo que comer debido a la etiqueta social y a las costumbres”. En tal caso usted no puede convertirse en investigador. Debe tener cierta disciplina, cierto orden en la vida. Por ejemplo, en el Oriente, ya sea en la India, el Tíbet o China –donde la gente ha estado ocupada estudiando el mundo interior durante miles de años- han descubierto sus métodos de medicina, han descubierto que después de la puesta del Sol los órganos del cuerpo no están muy inclinados a la digestión de los alimentos. Los expertos en medicina de Occidente –en Europa, en América, en América Latina- deberán resolver si tiene alguna validez aquello que los orientales afirman. Pero la ciencia del Yoga, la ciencia del Ayurveda, la ciencia de la medicina china, la medicina tibetana, indican que el cuerpo y todos los elementos químicos en el cuerpo son receptivos y están dispuestos a digerir alimento entre la salida y la puesta del Sol. Si uno ingiere alimentos pesados después de la puesta del Sol y pasada más o menos una hora se acuesta, la digestión se verá afectada. Al haber alimento no digerido en el estómago, la persona tendrá sueños y no dormirá profundamente; ello no será posible, pues cuando queda un residuo de alimento no digerido en el estómago, éste, que se encuentra estrechamente ligado a la glándula
pituitaria, ubicada en la coronilla de la cabeza, se pone tenso, existe una tensión acumulada entre el cerebro y el estómago. No puedo entrar en mayores detalles, pues sólo estaba dando un ejemplo de cómo el investigador debe estar dispuesto a aprender todo. El no dice: “Oh, esto es físico, esto es material, no importa haré lo que quiera con el cuerpo, iré a escuchar una conferencia, me sentaré en silencio durante diez horas y veré lo que es la meditación”. No puede suceder de esta manera. El cuerpo y lo que hagamos con el cuerpo es tan importante, si no más, que lo que comprendamos por medio del cerebro. Sin ruido, sin discutir ni alborotar acerca de la alimentación, haciéndolo en forma fácil y graciosa, uno debe descubrir lo que le acomoda, el alimento alcalino, el mineral o el alimento de alto valor proteico, etc., etc. Ello debe ser resuelto de una vez. Si aceptamos la autoridad convencional respecto de la alimentación, en cualquier país sólo las costumbres, las tradiciones y su poder, o, “en este país comemos de esta manera”, ello afectará la calidad de la investigación. Igualmente con los ejercicios que deben suministrarse al cuerpo, cualquiera sea el sistema de ejercicios que uno siga. Hasta en Yoga existe una variedad de tipos. En Georgia, estado de Rusia en las montañas caucasianas, ha existido un antiguo sistema de yoga. En Tíbet, los tibetanos, los budistas tienen un sistema de yoga propio; los hindúes tienen un sistema de Yoga basado en Patanjali; en fin, existe una variedad de sistemas. Uno debe adoptar cualquier sistema de cultura física que se adapte a su fisiología, pero es necesario darle ejercicio no sólo a las glándulas y a los músculos, sino darle ejercicio a los nervios, a las siete capas de la piel y a los tejidos. Este cuerpo es algo maravilloso. Esta estructura física humana posee una grandeza y majestad propia. Espero que los investigadores no padezcan de la idea de que nacemos en pecado. Existen dos inhibiciones: en el mundo cristiano, la inhibición de que el hombre nace en pecado, y entre los hindúes, la inhibición de que el hombre nace en estado de beatitud. El cuerpo no es pecaminoso, nada del cuerpo lo es, es tan divino como cualquier cosa en la vida. Así es que debe mantenerse flexible, alerta, sensitivo. Cualesquiera sean los ejercicios que practique, uno debe crear un orden en la vida. Lo mismo con las horas de sueño. Si vamos a estropear las noches, trasnochar, estar despiertos hasta la una, dos de la madrugada, como lo hacen en Estados Unidos, en Europa, viendo televisión y luego durmiendo hasta las 9 ó 10 de la mañana perderemos la belleza del amanecer, la frescura del amanecer. Las noches están hechas para dormir, sin embargo la manera moderna de vivir ha estropeado la relación con las noches. Uno debe descubrir cuántas horas de sueño son necesarias para la salud del cuerpo, y la necesidad cambia según las estaciones. En invierno usted necesita más horas de sueño, en verano necesita menos horas de sueño, pero uno debe descubrir la cantidad de horas de acuerdo a la edad. Los niños necesitan largas horas de sueño, y cuando la juventud empieza a florecer hay más energía en el cuerpo; entonces se requiere menos sueño, etc. Y uno debe encontrar cómo organizar el día. Si el hoy no está organizado, el mañana nunca lo estará. La vida entera se organiza cuando uno logra organizar el día, el presente. De manera que uno crea un ritmo en cuanto al sueño, en cuanto a la dieta, en cuanto al ejercicio, ajustándose al trabajo, la profesión, la ocupación. Esto puede lograrse, pero si hay desorden en el plano físico y hay lentitud, flojera, letargo en el cuerpo, si éste está subalimentado o sobrealimentado, si ha dormido poco, o dormido demasiado, por favor no alimente esperanzas de que el cerebro trabajará agudamente. El cerebro, la parte más sutil del organismo, requiere método, requiere disciplina, y cuando uno vigila, observa, comprende y llega a establecer un orden, una disciplina, ella no es impuesta por otra persona; uno ha aceptado voluntariamente esta forma de vivir.
Fue probablemente en 1966 cuando yo estaba en Suiza –en Saanen- por algunos días, asistiendo a las conferencias de Krishnamurti: Un día, un grupo de jóvenes debía reunirse con Krishnamurti, así es que Krishnamurti me dijo: “¿Por qué no viene a ver lo que esta gente joven hará conmigo?” De manera que fui. El grupo estaba interesado en crear una comunidad para la libertad. No recuerdo de qué país provenían, estaban ansiosos por crear una nueva comunidad para la libertad; libertad en la educación, libertad en la vida, etc. De modo que Krishnamurti los escuchó y luego se dirigió a un hombre joven y le dijo: “mire señor, lo he observado fumar cigarrillos todos los días después de mi charla, fuera de la carpa. ¿Estoy en lo cierto?” Y el caballero contestó: “Sí, sí señor”. El le dijo: “¿Porqué no trata de liberarse del hábito de fumar, antes de pensar en fundar una comunidad para la libertad?”. En el plano físico, nos dejamos dominar por los hábitos, moldes de conducta que hemos copiado de la sociedad. Aceptamos la autoridad de la sociedad y su estructura de valores, sus hábitos, y hablamos de crear una nueva sociedad, creando una nueva manera de vivir. De modo que, no más esclavitud de hábitos en el plano físico o cualquier otra autoridad. Tan sólo un bello orden emanado de nuestra propia comprensión, vigilando, observando, comprendiendo; entonces hay libertad en el plano físico. No se puede ser esclavo de la autoridad de los hábitos y del pasado en el plano físico, y esperar ser libre en el plano mental. La vida no puede separarse. Hasta los diagnósticos sobre enfermedades en estos días hablan de enfermedades psicosomáticas. La mente y el cuerpo están entretejidos, no pueden separarse y no puede aislarse el cuerpo y hacer cualquier cosa con él. O usted se reprime o usted se abandona. El culto de abandono al placer es tan dañino y perjudicial como el culto a la supresión y a la represión. Debemos encontrar un camino intermedio. Ni mimos, ni complacencia, ni culto al placer, ni supresión, ni represión, ni autoridad, sino el camino intermedio de la comprensión, la claridad y la libertad. Amigos míos, la libertad empieza con el primer paso. No podemos decir que viviremos de la manera en que lo hemos hecho y que en algún lugar en la distancia, en el último paso, habrá libertad. Es como un pequeño brote en una planta, que crece gradualmente hasta convertirse en flor. La flor y el brote son dos cosas separadas, es la indagación la que gradualmente, lentamente, florece en comprensión. Por lo tanto, la auto-educación en el plano físico es absolutamente necesaria para que ocurra la investigación y la búsqueda. El segundo punto que quisiera compartir esta mañana, es el hábito de la postergación. En el plano mental y físico, seguimos postergando cuando nos atemoriza tomar una decisión. Sabemos que la decisión debe tomarse, pero es desagradable. Entonces nos decimos: “Bueno, esperemos un mes más; o esperemos diez días más”. Con el aplazamiento de decisiones, con la postergación de la acción, estamos perdiendo la oportunidad de vivir hoy, porque nos desagradan las decisiones que nuestra propia inteligencia nos llama a tomar. ¿Sabe usted lo que implica la postergación? Significa crear un intervalo entre su comprensión y su acción. En el intervalo usted permite que prevalezca lo antiguo. La comprensión que ha surgido es relegada a último término, permitimos que prevalezca lo antiguo, y luego decimos: “Lo haré el año próximo, en diez años, la próxima semana, mañana”. La postergación es el hábito de crear un lapso de tiempo entre el entendimiento y la acción. Esto es muy perjudicial para el crecimiento interno. Hablamos del poder de los hábitos y luego hablamos sobre este desorden, que es consecuencia de la postergación. Si usted no limpia su cuarto todos los días, entonces al término de la semana tendrá un trabajo duro. Si lo hace todos los días,
sea ello asear el cuerpo, asear el cuarto, la ropa, cualquier cosa, entonces hay limpieza y orden. La espiritualidad es un nuevo enfoque para la totalidad de la vida. No es tan sólo unos cuantos nuevos pensamientos e ideas recogidas de todo el mundo. De manera que yo les pediría que vigilen y observen si hay algún hábito de postergación, sea ésta de algo pequeño, de algo físico, o la postergación de una gran decisión. Mis queridos amigos, no hay nada pequeño o grande en la vida. Todo es igualmente grande, todo es igualmente sagrado. La vida es sagrada, la totalidad de la vida es sagrada. No hay nada en la vida que no sea sagrado. Es sólo el toque de nuestra mente el que la desacraliza. El tercer punto en relación con los fundamentos correctos es que uno debe tener una perspectiva de su vida entera, lo que uno desea hacer en la vida, lo que a uno le encantaría hacer en la vida. Tenemos a lo más cien años de vida, o 125 años que vivir, no más de eso. Normalmente el cuerpo humano vive, digamos 100, 125 años. Por medio del Yoga se puede prolongar, usted puede prolongar la duración de la vida física por medio del Yoga, pero nosotros, gente corriente, digamos que 100 años. Ahora, ¿qué es lo que yo deseo hacer con estos 100 años en el planeta? Suponiendo que he vivido 30, 40, 50 años, ¿qué deseo hacer con ellos? ¿Es la búsqueda algo de primera prioridad en mi vida? ¿Mi vida entera estará dedicada a la indagación o es ésta sólo uno de tantos anhelos, es sólo uno de tantos deseos? En tal caso, el tiempo y la energía se verán repartidos entre muchos anhelos, muchos deseos, y no quedará suficiente energía, pasión o vitalidad para la indagación. Si esta búsqueda de la mutación, o la revolución psicológica es la primera preocupación, la prioridad máxima, es lo más importante en mi vida, entonces las demás cosas se ordenan, hay un orden de prioridades. Ésta viene primero y las demás van después. De manera que uno debe crear un orden de prioridades. Cuánto tiempo y cuánta energía para qué, cuánta energía y tiempo dedicaré a cuál deseo, qué deseo, qué responsabilidad, etc. Así es que este orden de prioridad es necesario. De lo contrario ¿qué sucede? La civilización moderna ha creado oportunidades, medios de transporte y comunicación. Hoy mi mente siente deseos de practicar Yoga, y corro tras ello durante 5, 6 meses y luego digo: No, no, vamos a escuchar a J. Krishnamurti. Voy y lo escucho, leo libros durante algunos meses; y todo ello ¡resulta tan difícil!; vamos al Tantra. Uno corre tras tantas cosas, debido a que hay gran disponibilidad, y la proliferación de bienes de consumo corrompo la mente del consumidor y lo confunde. Es una trampa del industrial y del capitalista. Del mismo modo, esta disponibilidad de libros, charlas y campamentos, y uno corriendo tras ellos. Ni siquiera intenta algo por 12 meses, uno corre tras tantas cosas, la mente se vuelve confusa. ¿Por qué he de ir a escuchar una charla de algún experto en Tantra, cuando no estoy interesada en practicar el Tantra? Yo no iría, para qué perder mi tiempo. Pero si él está de paso en el pueblo, en la ciudad, permítanme ir a escucharlo, pero ese escuchar deja una huella en la memoria. El conocimiento que no voy a aplicar a mi vida, se volverá una carga para la mente. Palabras no digeridas y no comprendidas crearán un desequilibrio mental; esta palabra, “pensamiento”, es algo muy poderoso, no se puede jugar ligera y despreocupadamente con ella. Permítanme leer esto, permítanme leer aquello, permítanme ir a escuchar esto otro. A menos que uno tenga urgencia en aplicar lo que va a escuchar, o lo que comprende, este es un juego muy peligroso. Después no siente interés en realizar su trabajo o en atender a su familia, ni se interesa en nada específico a lo cual usted puede dedicar su
vida, y se vuelve infeliz, innecesariamente. Uno hace su vida desdichada. Yo he venido como una amiga; he venido como una amiga a prevenirlos contra esta trampa de la mente; correr tras muchas cosas al mismo tiempo. La mente puede tener ambiciones y deseos en muchas direcciones conflictivas, de manera que uno debe sentarse y trabajar para averiguar qué es lo que desea, qué es lo que desea hacer en la vida. Hubo un período en América y Europa en que la juventud se entretenía con drogas psicodélicas. Utilizar drogas psicodélicas o drogas ampliadoras de consciencia como un experimento en investigación es una cosa, y ceder a las drogas psicodélicas por el placer, la sensación que da la droga, es otra; y hay una generación de gente joven cuyas mentes se dañaron, cuyos cerebros se dañaron debido al excesivo uso de drogas psicodélicas, entre los años 60 y 70. Una persona como yo, llora lágrimas de sangre en su corazón cuando ve que la hermosa gente joven se daña, y se dañan sus vidas. De manera que, en nombre de la búsqueda espiritual, uno no debe ir tras las sensaciones de placer. La curiosidad es algo estrecho, la indagación es muy profunda. La curiosidad se interesa solamente en salir al encuentro, como en las películas, “tan sólo déjenme ir a oír a esta gente”, y se crean inhibiciones en la mente, sin que uno lo sepa. Así es que les estoy pidiendo que averigüemos hoy mismo qué queremos en la vida. ¿Deseo libertad, deseo iluminación? ¿O es que quiero un nuevo lugar donde sentirme seguro? La sociedad ya no me da seguridad, de manera que encontraré un nuevo lugar seguro. ¿Estamos buscando la seguridad, buscamos nuevos consuelos, o estamos realmente buscando una libertad incondicional, liberación o iluminación? La libertad no proporciona consuelo alguno. La libertad es impredecible, la libertad es inseguridad, libertad es estar solo con la vida y responder a ella. De modo que si uno tiene una visión de su vida entera, lo que uno desea en la vida, entonces se crea el orden de prioridades y, por lo tanto, no hay confusión. Permítanme volver al plano verbal. Hemos hablado sobre la estructura física y cómo uno debe crear orden en el plano físico, en relación con la alimentación, el sueño, el ejercicio y con otras actividades. El desorden produce desequilibrio, el desequilibrio es impureza. Hablamos de orden, ahora volvamos al plano verbal, en el que nos complacemos la mayor parte del tiempo. O estamos hablando o escuchando a alguien que nos habla, o nos estamos hablando a nosotros mismos, parloteando en nuestra propia mente. La mayor parte de nuestro tiempo transcurre en compañía de la verbalización. Tan sólo por divertirse, cuando termine el campamento, vigilen y observen lo que la verbalización le hace a sus cuerpos y cerebros, observen ustedes, tan sólo por disfrutar, por la diversión que implica, cómo el pensamiento nace en ustedes, dónde está el primer movimiento del pensamiento, cuándo nace un pensamiento, o una sensación, o un sentimiento, y cómo ese pensamiento se reviste de palabras y cómo las palabras tienen un sonido cuando el pensamiento fluye. ¿Han oído al sonido moviéndose en el cuerpo? No puede haber palabras sin sonidos; cuando el pensamiento se reviste de palabras, viaja por el cuerpo. Es la energía del sonido la que está viajando y entonces la palabra tiene un significado, el significado afecta a la química del cuerpo de manera que cuando el pensamiento se mueve, o el sentimiento se mueve, es un proceso dual. El significado afecta la química ya sea excitándolo a usted o deprimiéndolo. Si hay una sensación de miedo, los órganos de la digestión empiezan a encogerse en el interior. ¿Han observado alguna vez cómo el miedo afecta al hígado, o la ira afecta al estómago, a la glándula pancreática, al hígado? Vale la pena observar;
verán cómo los sentimientos, sensaciones, pensamientos producen gasto de energía, la energía neurológica y la energía química del cuerpo. De modo que, cuando nace un pensamiento, y éste se desplaza, es el significado el que está viajando por el cuerpo. No pueden tener un pensamiento sin gastar su energía, la vitalidad del cuerpo. Puede que no lo expresen, puede que no lo digan, pero basta que el movimiento del pensamiento se encuentre dentro del cuerpo, para que se esté gastando energía. De modo que cuando usted se sienta en su cuarto y rumia el pasado, o se preocupa por el futuro, o sigue pensando, despues de un par de horas, cuando se levanta de la silla, está cansado. Y usted se sorprende, ¿por qué estoy cansado cuando he estado reposando en mi cuarto? Pero no estaba descansando, estaba consumiendo energía preocupándose, rumiando, angustiándose, parloteando consigo mismo. El movimiento del pensamiento, el movimiento de la mente, es un asunto muy cansador. Si usted camina 7 y 8 millas, el cuerpo se cansa. Del mismo modo, se produce desgaste y merma de los órganos internos y de la energía, cuando usted permite que la mente o los pensamientos se muevan todo el tiempo. No estoy exponiendo ninguna teoría, mis amigos, estos son simples hechos puestos en palabras por amistad hacia ustedes. Ahora ¿qué haremos con este movimiento de las palabras, que haremos con la verbalización? Se puede hacer tres cosas: una, cuando verbalizo, verbalizo correctamente. ¿Qué es verbalización correcta? Verbalización correcta es la expresión de mis motivaciones internas, no hay contradicción, inconsistencia, entre motivaciones y palabras. Si permito que la hipocresía entre y digo cosas que no siento, y doy a entender cosas que no digo, hay deshonestidad en la verbalización; las palabras en la boca no tienen relación con las motivaciones internas, o las palabras no tiene relación con los hechos físicos y sus motivaciones internas. Ella se relaciona con dos planos, lo externo y lo interno. De manera que la verbalización correcta es veracidad para con los hechos, para con las realizaciones, para con las acciones y también con las motivaciones internas. Cuando hay armonía entre los motivos y las palabras, y entre las palabras y las acciones, entonces hay valentía, pero si tratamos de decir cosas que no queremos dar a entender, cuando somos hipócritas y tratamos de aparentar lo que no somos, y tratamos de esconder lo que somos, entonces toda verbalización es acompañada por miedo a quedar expuesto. “Seré puesta en evidencia, seré pillada, ellos descubrirán”,... la verbalización se acompaña de miedo. El camino a la valentía pasa por la veracidad de las palabras. Ello es hermoso; cualquier otra relación con las palabras es tramposa, es un desajuste con los hechos. Los hechos son una cosa y hablamos de ello de manera diferente: esto es desajuste. De manera que tenemos que purificar este proceso de verbalización. Sin exageraciones, sin decir menos de lo que es, sin decir mas de lo que es, sin hipocresía tan sólo pongan el plano verbal en lo preciso, en lo exacto, el ordenamiento de la verdad, y verán la belleza. Es un hecho magnifico. De otra manera, toda la verbalización crea un temor en el estómago; si no se es veraz, se esconde algo, si oculta algo, usted está almacenando miedo en su interior, no hacia un individuo sino hacia la vida. Y el miedo es una inhibición que paraliza la acción, el miedo paraliza el crecimiento, de manera que espero que vean conmigo que la verbalización puede llevarse a un plano ordenado, austero. Claridad, simplicidad, no hay como la majestuosa simplicidad; sólo la simplicidad, nos ayudará en la complejidad de la vida. Hay elegancia en la simplicidad, majestad y grandeza. Si complicamos las cosas, entonces la confusión, el desorden, el miedo nos acompañan. Siento haber entrado en detalles, pero pensé que este “establecer fundamentos correctos” debía hacerse paso a paso. Procedamos a sentar los fundamentos correctos en
el plano mental. Ahora, de lo físico y lo verbal simple, entramos en un área compleja. Lo verbal era más complejo que lo físico. Hasta lo físico –lo sensorial- tiene sus complejidades. Cuando observo los movimientos del cuerpo, y cómo el cuerpo digiere el alimento y separa los productos químicos y todo se esparce por el cuerpo entero, se convierte en sangre, ¡maravilloso, digo, si esto no es divino, dónde está la divinidad! El funcionamiento del cuerpo, la respiración, y la respiración oxidando la sangre. Ustedes ingieren alimento y éste se convierte en sangre, músculos y tejidos. Esto sucede cada día, renovado y fresco, para nosotros; es el misterio de lo físico. Sin embargo, lo físico es menos complejo que lo verbal y lo verbal es menos complejo que lo mental. Ahora llegamos a la parte más sutil, la mente, y con esta mente tenemos que vivir de dos maneras. Una manera: debemos usar esta mente y cerebro muy competentemente, muy eficientemente, debemos usarla sin desorden, sin incompetencia. Debemos usarla porque ustedes y yo debemos vivir como miembros de la sociedad. Ustedes deben ganarse la vida, de modo que deben educarse, llegar a ser ingenieros, abogados, médicos, profesores, esto o lo otro. Deben usar la mente, el cerebro para eso. Todos los símbolos, los conceptos, deben utilizarse; aún sabiendo que son símbolos, debemos usarlos. Aún sabiendo que son conceptos, debemos usarlos. Existe un plano donde la totalidad del pasado debe comprenderse y utilizarse hábilmente. Los conceptos, los símbolos deben usarse hábilmente, sin confundirlos con la realidad total; debemos usar los conceptos y los símbolos reconociendo sus limitaciones. Ese es un plano, y existe aún otro plano. El hombre es un animal multidimensional y la mente es una energía multidireccional. Somos afortunados de haber nacido en un cuerpo humano, ¿no es cierto? De modo que en un plano ¿cómo usar la mente competentemente? y en el otro ¿cómo dejar que la mente se relaje totalmente, dirigiendo su energía condicionada a la inacción, para que se produzca un flujo de otras energías no condicionadas que hay en nosotros? Estas son las dos cosas que debemos hacer en el plano mental. De la misma manera como en la respiración se inspira o se exhala, debemos tratar la mente de dos maneras diferentes. Pero no les quitaré más tiempo. El reloj señala las 11,30 y estamos aquí en el campamento realizando muchas actividades. Debemos también someternos a las limitaciones del reloj. El ordenamiento en el plano mental, será tratado mañana. Esto que está ocurriendo entre ustedes y yo, esta completa atención y comunicación espontánea, ambas cosas son meditación. No estamos comparando, no estamos juzgando, no estamos evaluando. Existe una comunión más allá de la comunicación, que es el estado de meditación. Se está produciendo la meditación, a pesar de que sólo estamos conscientes de la comunicación verbal. Espero que hayan apreciado la calidad de la atmósfera, la intensidad con que esta atmósfera se carga mientras nos comunicamos unos con otros. Esta intensidad, la atmósfera cargándose de intensidad, el darse cuenta de la vida más allá de las palabras, tiene algo que ver. La cualidad es algo similar al estado de meditación. Me informaron esta mañana, antes de venir aquí, que los intérpretes habían hecho un arreglo diferente para realizar la traducción y que puedo entrar de lleno en mi charla. Me sentí muy agradecida al equipo de traductores y a todos ustedes que me dieron la oportunidad de comunicarme, sin la idea o inhibición de esta traducción. Me dieron absoluta libertad y estoy agradecida por ello. Estoy agradecida también a todos aquellos
que no pueden entender el inglés cien por ciento. Me han dado esta libertad, así es que, con agradecimientos para todos, me retiro.
EL ESTADO DE ATENCIÓN Y EL SUFRIMIENTO
Quien haya escuchado cuidadosamente la charla de ayer debería proseguir conmigo esta mañana en el descubrimiento de cómo mantener el cerebro en un estado limpio, agudo y competente, de modo que podamos funcionar en los niveles físico y psicológico sin mucha dificultad y sufrimiento. El camino hacia la limpieza y agudeza del cerebro está sostenido por la atención. Si usted hace las cosas con cuidado y atención desde la mañana hasta la noche utilizará cada célula de su cerebro; cuando usted está atento la energía del cerebro es ejercitada. Si usted está distraído, entonces, la inercia aumenta, la energía del cerebro no se utiliza, usted es negligente, usted es insensible, es indiferente, o actúa por hábitos. La mayor parte de nuestro tiempo, de nuestro vivir, consiste en reaccionar de acuerdo a los hábitos. Muy fácilmente formamos hábitos y nos comportamos de acuerdo con ellos. Ustedes saben lo que es un hábito: pautas repetidas de conducta. El repetir es fácil, no se tiene que ejercitar la inteligencia, la atención. Mecánicamente, automáticamente, ustedes repiten las cosas. Así que si observan las actividades diarias tendrían que notar que la mayor parte del tiempo uno se está moviendo automáticamente, mecánicamente, repitiendo cosas: cepillándose los dientes, bañándose, vistiéndose; muy pronto estas actividades se hacen mecánicas y mientras uno se cepilla los dientes está pensando en otra cosa, la mente está vagando lejos mientras uno se está bañando, preocupándose, cavilando, estando ansioso. De modo que el acto de bañarse o preparar la comida, o lavar la ropa llega a ser una actividad fragmentaria. Se realiza sin atención, la mente está distraída, la totalidad de usted no está presente en la actividad. De manera que el moverse por medio de hábitos y el moverse en la oscuridad de la inatención, conduce a una atrofia gradual de muchas partes del cerebro. El cerebro comienza a embotarse y, por favor, no estoy expresando ninguna teoría, éstos son simples hechos de la vida cerebral. Estamos viviendo en una era donde los seres humanos hasta han creados cerebros electrónicos, han transferido muchas funciones cerebrales al robot, al computador. Recibir información, procesarla, extraer conclusiones de la información procesada es una función muy normal de un cerebro de computador. Por tanto, es un gran desafío para nosotros descubrir lo que es más propio para el cerebro humano y no llegar a ser víctimas de esta era de computarización. La investigación espiritual es verdaderamente un asunto de supervivencia para la especie humana, descubriendo un modo alternativo de vivir, donde uno sabría qué otra cosa hay para el ser humano, además del cerebro y el cuerpo. En consecuencia, mi primera sugerencia es: éste atento. Fue en 1968, estaba en Japón conduciendo un campamento de meditación en un monasterio Zen, en Kyoto, y el maestro de allí, el maestro Zen, era muy interesante y una persona de gran ingenio y humor. Un día contó una anécdota: dijo que había tenido dos jóvenes americanos,
investigadores, que estaban visitando el monasterio; habían ido al Japón para descubrir el secreto del budismo Zen y también el secreto de la meditación. Estos dos jóvenes amigos, observaron que el maestro Zen se comportaba de una manera muy simple; él hacía todo lo que estos dos jóvenes visitantes también hacían en la mañana él acostumbraba trabajar en el jardín, solía trabajar en la cocina ayudando en el lavado, hacía todas las así llamadas actividades triviales junto con ellos. Nunca lo vieron sentado en meditación. Lo encontraban trabajando y pasando el día de un modo completamente simple y modesto. De manera que después de una semana estos dos caballeros, dijeron: “Bien ¿para qué hemos venido aquí? No hay nada especial en él. Come con nosotros, come como nosotros, trabaja con nosotros, trabaja como nosotros, ¿para qué hemos venido?” Observaron un par de días más y luego fueron donde el maestro. Dijeron: “Hemos venido aquí para aprender meditación; no lo hemos visto a usted meditando, no vemos nada especial en usted, señor. Trabaja con nosotros como trabajamos nosotros, y come con nosotros tal como nosotros comemos”; y el maestro Zen dijo: “Esperen un minuto. Yo trabajo con ustedes, pero no como ustedes; cuando yo trabajo, trabajo y no me preocupo y ustedes sí lo hacen. Cuando como, como, pero ustedes no, ustedes piensan. El secreto de la meditación es –dijo- cuando yo como, como; cuando duermo, duermo, pero ustedes cuando duermen, sueñan. Esa es la diferencia, la esencia interior es diferente; el estado de ser es diferente.” En términos muy simples, los maestros Zen, los instructores Zen tienen una manera muy interesante de expresarse. Dijo: cuando como, como, ustedes no. Cuando duermo, duermo. Cuando ustedes duermen, sueñan. Cuando yo trabajo, trabajo. Cuando ustedes trabajan se preocupan, no están ahí. Así, estar enteramente en todo lo que hagan desde la mañana hasta la noche. La atención lo mantiene a usted vibrando con energía y la inatención es oscuridad, entonces usted se mueve por hábitos, mecánicamente; las células del cerebro comienzan a embotarse, es una clase de atrofia parcial, no sabemos qué proporción del cerebro usamos cuando vivimos por patrones de hábitos, distraídamente, mecánicamente, sin ánimo. No estamos nunca totalmente presentes en cualquier simple momento o en cualquier simple movimiento de la vida. Por eso el cerebro se embota o el polvo de la inercia se acumula allí. En segundo lugar, el cerebro puede ser mantenido en una condición de mucha agudeza cuando no se actúa apoyándose en la autoridad de otra persona, sino viviendo de acuerdo con la propia comprensión, por muy pequeña que ésta sea. Estamos llegando a un punto muy significativo: el origen del autoritarismo en el mundo está en cada cerebro individual. Cuando aceptamos la autoridad en las pequeñas cosas, en los llamados detalles de la vida, porque no deseamos ejercitar nuestros cerebros. Somos renuentes a actuar según nuestro propio entendimiento y a correr el riesgo; comenzamos a buscar a otros, a ponerlos en un pedestal, a aceptar su autoridad, y llegamos a ser pasivos. Cuando ustedes aceptan la autoridad, mis queridos amigos, el cerebro se vuelve pasivo, éste es un punto; la independencia psicológica crece como una actitud, ese es el segundo punto. Una vez que ustedes dependen de las personas, de los libros y de las autoridades, y no ejercitan su propio cerebro, el cerebro se vuelve perezoso y lento; éste es el tercer punto. Y la gente que depende de la autoridad de otros, gradualmente, pierde su propia confianza y seguridad, éste es el cuarto punto. La aceptación de la autoridad es tan dañina, pero éste no es el momento para examinar el origen del autoritarismo que
hoy sufre el mundo en cada esfera de la vida social, ya sea que el país esté bajo un régimen dictatorial, un régimen democrático o un régimen religioso. Las democracias de todo el mundo están fracasando y fallando porque individualmente nos agrada aceptar la autoridad, apoyarnos en la gente. De modo que el cerebro no puede permanecer en una condición de agudeza, si no vivo de acuerdo con mi propio entendimiento. Así como existe una capacidad para conocer a través del intelecto, hay una capacidad para comprender por la inteligencia. No existe ningún ser humano que no esté dotado con esta facultad de comprender, ningún ser humano que no esté dotado con la energía del amor y la energía del entendimiento. Con la ayuda del intelecto ustedes toman una idea, leen un libro, oyen, escuchan a alguien. Y por medio de las palabras, el intelecto forma una idea. Ustedes pueden incorporar ideas ya organizadas, a lo que llamamos pensamiento, o bien ideologías y, entonces, ustedes dicen: “yo sé acerca de”: yo sé sobre teología, sé sobre la evolución cultural, sé sobre socialismo, socialismo científico, socialismo utópico, etc. El intelecto capacita para conocer acerca de las cosas con la ayuda de las ideas. El conocimiento es siempre indirecto. El conocimiento no tiene ningún dinamismo. Es una cosa muy estéril, porque es un contacto indirecto con los hechos, es un contacto indirecto con la realidad. Pero, si después de acumular información, ustedes comienzan a ponerla en ejecución en la realidad actual, entonces el encuentro con la vida resulta en comprensión, la cual es de ustedes y es como la sustancia de su propio ser. Ustedes se sirven sus comidas, comen, digieren los alimentos y, luego, ese alimento se convierte en la sustancia de su ser. Del mismo modo, cuando uno vive el propio conocimiento en la relación verdadera. La comprensión requiere una interacción entre la vida y ustedes, entre los desafíos y ustedes, entre otra gente y ustedes, no es una cosa muerta que pueda salir de los libros. De los libros pueden tener conocimiento, la comprensión requiere del movimiento de la relación, la comprensión requiere acción en la vida. Es algo único, único para cada individuo. La comprensión de ustedes no puede llegar a ser mía, y mi comprensión no puede llegar a ser de ustedes. Esta divina facultad de entendimiento está en cada ser humano. Pero, si estamos satisfechos con el conocimiento, con la acumulación de ideas, poniéndolas en el canasto de la memoria, sacándolas una a una, tratando de aproximar nuestras acciones a esas ideas, a esa ideología, entonces nos convertimos en máquinas para mantener la continuidad de las ideologías, nos convertimos en vehículos para la continuidad del pasado. No existe nada original en esto, vivimos vidas de segunda mano y tercera mano. La espiritualidad es vivir por sí mismo, vibrando con pasión e intensidad de inteligencia. Así, un investigador religioso, un investigador espiritual es aquél o aquélla que está interesado en vivir por sí mismo. Por poca que sea nuestra comprensión, la luz, la lámpara de nuestro propio entendimiento en nuestras manos y si caminamos en esa luz, hay gloria en esa originalidad, hay gloria en esa vida. Las vidas que se basan en el conocimiento, la erudición, el saber, por encantador que éste pueda parecer, no tienen alegría, no tienen vida.
Bien, tengo que seguir adelante. Cuando los cerebros permanecen en una condición atenta, se vive de acuerdo al propio entendimiento. El tercer punto que traeré a colación esta mañana -es tan difícil ser breve aquí, sentada en este fantásticamente hermoso lugar, con una tranquila y amistosa audiencia, que una está tentada de entrar en los detalles y si una entra en los detalles de la agudeza y de la pulcritud, ustedes estarían sentados aquí todo el día y tengo que ser breve, sólo dar un bosquejo y volver al punto-. Proseguiremos, entonces con el tercer punto. ¿Cómo usamos el cerebro y nos movemos por su intermedio sin sufrir? Las relaciones se han convertido en un campo de batalla para nosotros y cada relación parece una ordalía, una cosa difícil por la cual pasar. Sufrimos de miedo, sufrimos de la urgencia de seguridad, sufrimos el miedo de ser expuestos, así que nuestras relaciones hoy son verdaderamente juegos de patearnos unos a otros. Trato de protegerme de ustedes y ustedes tratan de asirse a mí, en un juego de dominación o dependencia. Usted domina, trata de poseer a la otra persona para que no se vuelva hacia alguien más. No sólo en la relación matrimonial, sino aun en la común amistad ordinaria, la gente es tan celosa, tan temerosa, que quieren poseer y ser dueños unos de otros, sofocar la libertad de la otra persona, por miedo de la dominación externa o por el otro juego, que las mujeres juegan mucho más que los hombres y este es el juego de la dependencia del otro. La dependencia, mis amigos, es una clase de dominación, es un modo muy sutil de dominación sobre otros; ya sea que la mujer dependa de su esposo, de un amigo, de un hijo, o de una hija, este juego de dominación por medio de la dependencia es algo muy especial para nosotras, las mujeres. Bien, estamos tratando de descubrir cómo puede funcionar el cerebro sin acumular heridas y sufrimiento, miseria y agonía mientras actúa a través de las relaciones. Y les estoy diciendo a ustedes, como una amiga, que es posible. Se ha vivido de ese modo, es posible vivir de ese modo, este es el mensaje que les traigo a ustedes. No es necesario que la vida y la relación sean una miseria. Ahora, ¿cuál puede ser el secreto de una manera diferente de vivir, en la cual la mente no acumule miseria y sufrimiento mientras funciona? Cuando estoy en los países en desarrollo en el Medio Oriente, Oriente, Asia, me siento muy apenada al observar a la gente que está muriendo de hambre; allí sufren porque no tienen lo suficiente para comer, lo suficiente par vestir sus cuerpos, sin albergues. Usted se encuentra con millones y millones y se siente profundamente afligido por esa hambre. Cuando viajo, como lo he hecho por los países occidentales europeos, los Países Escandinavos, Gran Bretaña, Canadá, América, Australia, Hawaii, me siento profundamente triste; la gente está bien alimentada, bien vestida, tienen todos los artefactos que pueden darles comodidad física y mental, pero cuando usted los observa de cerca, advierte que están agonizando interiormente. Hay sufrimiento, hay miseria, hay soledad, hay miedo. Gente bien parecida, bien alimentada, que vive en hermosas casas y conduce hermosos automóviles. Y he estado viajando en los últimos veinte años a través de un sinnúmero de países. Como si el vivir fuera algo que debiera causarnos miseria y debiéramos partir de este mundo en agonía y dolor. Ciertamente la especie humana no está predestinada a vivir de este modo. El dolor físico, uno puede comprenderlo, el dolor causado por la enfermedad puede ser inevitable, el dolor físico
que llega con la vejez, la enfermedad puede ser minimizada, pero es algo inevitable. Pero aun así, existe un modo de vivir con el dolor. ¿Ustedes saben cuándo un dolor suave se convierte en sufrimiento? Existe una diferencia entre el dolor y el sufrimiento. Supongamos que estoy consciente de que tengo un dolor en la rodilla. Pero, cuando comienzo a alimentar un rencor: “¿por qué este dolor me vino a mí, no a otros; y a mí entre todas las personas del mundo? ¿Por qué debe estar enfermo?” El énfasis se mueve del hecho del dolor al centro del yo “¡Oh, pobre de mí!”. El darse cuenta o el ser consciente del dolor estimula primero la lástima de sí mismo. “¡Oh pobre de mí!, no puedo caminar, no puedo trepar, no puedo correr”. Existe un rencor contra la vida, luego lástima de uno mismo, después la comparación con los demás, y de un simple hecho de dolor físico, la mente crea una continuidad de sufrimiento. Si existe consciencia de dolor y se hace lo necesario, sin entrar en la compasión de sí mismo, dando continuidad a ese pensamiento de dolor, a la idea de dolor, entonces, el dolor físico no necesita crear sufrimiento. Y ustedes están escuchando a una persona que ha pasado por una serie de accidente físicos y no ha estado semanas, sino meses y meses en los hospitales. Hubo un gran accidente cuando regresaba del Nepal a la India; en las montañas el jeep se deslizó, el jeep en el que viajaba resbaló, caí fuera de él, veinticinco o treinta pies, abajo en el valle, quebrándome los huesos entre el cerebro y el oído interno y fui transferida de un hospital a otro durante catorce largos meses. Yo sé lo que el dolor es, y sin embargo el dolor no pudo crear sufrimiento. El sufrimiento es una reacción al hecho del dolor, nosotros lo creamos, lo infligimos contra nosotros mismos, y sin embargo, digo que este dolor físico es comprensible. Pero cuando creamos sufrimiento en el plano mental, en las relaciones, eso es algo muy divertido, muy divertido, y me estoy refrenando para no usar la palabra “tonto” o “estúpido”, pero casi podría usarlas, es verdaderamente divertido. Observen ahora cómo creamos el sufrimiento y cómo lo descargamos sobre nosotros mismos. Me levanto a la mañana; estoy viviendo, digamos con miembros de mi familia y tengo una intención muy piadosa de pasar el día alegremente y hacer las cosas cuidadosamente; sale otro miembro de la familia de su cuarto y dice algo, sin mucho sentido de la responsabilidad, pero dice algo y ello me hiere. En la mañana, digamos, a las siete y media, o a las ocho horas, una persona ha dicho algo, alguna observación muy desagradable o quizás aun hiriente. No hay nada malo en sentirse herido, la persona sensitiva e inteligente se siente herida, es natural. Experimento la ofensa, me produce dolor. Pero el suceso, el momento está terminado, el hecho terminó. Ahora, miren el truco de la mente que crea sufrimiento. La herida era natural y pasé por ello, aun si lloré a causa del dolor, las lágrimas fueron naturales, las lágrimas son parte de la vida como es la risa; ustedes no pueden esperar que la vida sea toda lágrimas o toda risas; ustedes no pueden ordenar a la vida que encaje en un armazón que le agrade a usted y a mí, la vida es un misterio, tiene innumerables expresiones, es nueva y fresca cada momento, impredecible; por eso la llamo misteriosa. Ahora, la persona ha regresado a su cuarto, o se ha ido a la oficina, y yo cargo la memoria; quería pasar el día alegremente y ella lo ha estropeado, él lo ha estropeado, continúo repitiendo eso. Después de diez minutos, alguien más, otro miembro de la familia sale, me da muy alegremente los buenos días, pero mi rostro está sombrío, estoy
herida, estoy deprimida, así que no respondo al saludo alegremente, sólo digo “buenos días”, inclino mi cabeza y me voy. Hace diez minutos que el hecho terminó y continúo llevándolo, alimentando la memoria. Es la memoria la que causa el sufrimiento. El hecho produce dolor, hiere, pero cuando quiero alimentar esa herida y cargarla, entonces comienza el sufrimiento. El sufrimiento es auto-impuesto, mis amigos, nos guste o no. Cuando damos continuidad a un acontecimiento, cuando damos continuidad a las heridas que nos causaron, psicológicamente esa continuidad produce sufrimiento. Una vez, dos monjes estaban viajando; caminaban a pie y llegaron a un río; tenían que cruzar el río, no muy profundo, podían atravesarlo, quizá el agua llegaba hasta el pecho, y había una hermosa joven parada allí. Ella también deseaba cruzar el río, no sabía nadar y estaba esperando un hada o alguien que la ayudara, de modo que se lo pidió a uno de los monjes. El monje la levantó y cargándola sobre sus hombros, atravesaron el río. Ya cruzando el río, la depositó en la orilla; pero el otro monje, que era el guardián de la conciencia de éste, se imaginó que era él quien lo hacía, y sufrió; se dijo: “Un monje no debería tocar a una mujer y menos a una jovencita tan hermosa; él ha violado el voto”, y sufría este hermano monje. Caminaron una media hora y entonces el hermano monje no pudo contenerse más. Se volvió hacia el otro monje y dijo: “¿Por qué la cargaste?”, y el monje preguntó: “¿A quién?” Contestó: “A esa muchacha en la orilla del río”; y el otro sonrió y dijo: “Mira, yo la bajé en la otra orilla, tú todavía la estás cargando”. Por lo tanto, el sufrimiento es autoimpuesto, luego, es usted quien le da continuidad a la herida porque su ego está herido. El ego desea hacer un capital de ello; de esta manera al día siguiente puede desquitarse, puede pagar a la otra persona con la misma moneda. Por lo tanto, por qué no vivir en el momento, cada momento, cada movimiento, cada relación completamente, sea de dolor o de placer; vívalo enteramente con la totalidad de su ser, atentamente, apasionadamente, vierta su ser total en el acto de relación, y viva enteramente el dolor o el placer. El goce o el dolor que ello cause vívalo por entero, y al momento siguiente usted estará libre. Ningún residuo de las acciones, de los movimientos, debería ser transferido a la memoria. Si continúa transfiriendo el residuo de cada herida, cada cosa desagradable, y usted se encontrará con personas con innumerables temperamentos, no va a reglamentarlos, organizarlos, disciplinarlos o hacer lavado de cerebro a la gente, creyendo que todos deben pensar o sentir del mismo modo. Hay temperamentos y hábitos diferentes. Por lo tanto, por qué no vivir en el momento en forma tan completa que no haya ningún deseo de mirar hacia atrás una vez que ya el evento terminó. Usted lo vive enteramente y muere a ello, de modo que queda libre, inocente y fresco de nuevo para vivir el momento siguiente. Es posible mantener el cerebro sin la tortura y agonía del sufrimiento, inocente y fresco como el rocío de la mañana. Alguien muere en mi casa, ello causa dolor. ¿Por qué debería cubrir el dolor con teorías de la reencarnación? La muerte es un hecho, y la persona amada ha partido. Repentinamente se ha creado un vacío en mi vida. Tengo ahora que encontrar cómo adaptarme a la vida sin esa persona; obviamente la pena traspasa el corazón como una flecha, el dolor es parte de la vida. Pero si trato de embotar la agudeza de la flecha con
teorías, estoy tratando de huir del dolor, estoy tratando de escapar del dolor, voy a perder la oportunidad de conocer el dolor. El corazón es atravesado por el dolor y hay mucho dolor agudo allí. Tengo que vivir con él, pero con ayuda de teorías quiero cubrir toda la cosa: no miro a ello, la muerte, la separación, la pérdida repentina; quiero huir de eso, imaginar que no está allí y crear un mundo de creencias. Entonces el dolor no puede enriquecer mi vida, pero si le hinco el diente al dolor, persevero hasta el fin, vivo enteramente el dolor, doy a mi cuerpo un poco de tiempo, un día o dos para penetrar eso, el profundo impacto del dolor, el dolor toca la profundidad de nuestro ser, le da un margen a su personalidad, enriquece la vida como nada más puede hacerlo. La compasión nace sólo en aquellos corazones que no rechazan el dolor. Bien, lo que estoy tratando de compartir con ustedes esta mañana es: tendremos que penetrar el dolor y el placer, el gozo y la pena, esta danza de la dualidad. Y, sin embargo, se puede atravesar los corredores de la dualidad sin apegarse al dolor o al placer, sin llevar la carga de la memoria en la espalda y sentirse pesaroso. Así, hemos mirado esta mañana el tema de la posibilidad de mantener el cerebro limpio, agudo y sin sufrimiento. Tendremos que usar el cerebro y todos los conceptos y símbolos que hemos heredado. No podemos desechar el mundo de conceptos y símbolos, es la riqueza de la civilización. Usamos la palabra condicionamiento para este conocimiento y herencia, pero por favor no asignen ningún sentido derogatorio a la palabra condicionamiento. Esa palabra fue popularizada por Pavlov, el psicólogo ruso, pionero de la psicología de la conducta, para indicar ciertas cosas. Así la civilización y la cultura nos han condicionado, adiestrado el cerebro. No podemos arrojar la riqueza del conocimiento y la experiencia, pero debemos saber, perdón, no saber, debemos comprender que los conceptos y símbolos no son la realidad; ellos son creaciones de la mente humana, útiles para el vivir colectivo. De esta manera, un cerebro agudo y limpio comprenderá el símbolo como símbolo, usará el concepto como concepto y no se convertirá en un prisionero. Si usted y yo sabemos que el tiempo psicológico es una creación de la mente, hemos creado el tiempo como concepto, deseamos relacionar con la eternidad la infinidad de vida que vemos alrededor nuestro, comenzamos a decirlo y creamos la medida del tiempo psicológico. Los minutos, las horas, los días son medidas. Hemos creado muchas mediciones. Hemos creado las medidas de kilómetros y millas; en el espacio no hay kilómetros o millas, o distancias nódicas en el mar, el océano, nosotros las hemos creado. De este modo, para el espacio tenemos una clase de mediciones y para la eternidad de la vida, otra; en matemáticas y aritmética hemos creado los números, una clase de medición. Así, estas mediciones, esta idea de escala y medida es muy apropiada y útil, tendremos que usarla. La única cosa es que las reconozcamos como tales. El tiempo psicológico como una creación de la mente, es necesario. Y sin embargo la realidad está libre del tiempo, es eterna. El infinito está libre de medida, es inmensurable. Si somos conscientes de ambos, si somos conscientes de lo eterno de la realidad y de la apropiada utilidad del tiempo psicológico como medida, podemos usar la medida, podemos estar con el momento, podemos comprender la medida y, sin embargo, ¿habrá consciencia de la vida libre de medida? Estas dos cosas crean un equilibro, consciencia de la totalidad y comprensión de la parte, consciencia de lo total y comprensión de lo particular. Hoy no hay equilibro en nuestras vidas, o nos obsesionamos con los conceptos y símbolos y los tomamos por la realidad, o nos
obsesionamos con la consciencia y las abstractas definiciones de la realidad, la totalidad, la divinidad y perdemos el comprender la vida que se mueve de momento a momento, con la cual tenemos que relacionarnos. De modo que tiene que haber un discernimiento equilibrado, como también, el reconocimiento del símbolo como símbolo y el hábil uso de él, junto con el darse cuenta de la realidad que no tiene símbolos ni medidas, realidad que es inmensurable e innombrable. Estos dos tienen que existir. Bien, hemos visto esta mañana cómo podemos tratar con el mundo de las medidas, escalas y símbolos manteniendo el cerebro limpio, penetrante y sin sufrimiento. Enunciaremos ahora el siguiente punto, que trataremos mañana por la mañana: cómo estar en relación con lo inmensurable, lo innombrable, lo infinito, lo eterno, la vida que siempre ha sido y la vida que siempre será; ¿cómo nos relacionaremos, si la mente o el cerebro están adiestrados sólo para funcionar por medio de conceptos y con la ayuda de símbolos, si la mente no puede moverse sin el tiempo, sin el pensamiento? Obviamente, esta mente y el movimiento de este cerebro no va a ayudarme para la exploración más allá. Por favor, vean la belleza de ello. Esta mente que es tan útil y este cerebro que tiene que ser mantenido limpio y agudo, tan apropiado para lo físico, lo material, para el dominio psicológico, es absolutamente y simplemente inaplicable para la exploración más allá. La investigación más allá tendrá que ser no mental y no cerebral. Si el cerebro y la mente se mueven, dividen la vida en el “yo” como el centro desde el cual está mirando al no yo. Sin esta división del yo, y el no yo, yo y tú, yo y ello, la mente no puede percibir, ha sido adiestrada de esa manera. Puede tomar un fragmento a la vez, puede admitir o recibir uno a la vez, analizarlo, comprenderlo, luego relacionarlo con otro, crear una teoría de secuencia y yuxtaponerlos, diciendo “ésta es la causa, éste es el efecto, esto vino primero y eso vino más tarde”. Esta es la limitación de nuestra percepción a través de los sentidos. La percepción sensorial tiene su belleza y también tiene sus limitaciones. Recibimos a través de los sentidos, uno por uno, los relacionamos con la idea de tiempo y entonces tenemos una teoría de secuencia y continuidad, etc. Por medio del cerebro, por medio de la mente, no se puede asir la totalidad, el todo en el cual existen muchos incompatibles juntos. El cerebro, la mente, no puede recibir en su movimiento de percepción, de reconocimiento, la totalidad. La mente dice “la oscuridad es lo opuesto de la luz”. No sabemos si ellos son opuestos. La mente dice que la oscuridad y la luz son incompatibles. Coloca el dolor contra el placer, coloca el nacimiento contra la muerte, pero en la vida ellos pueden ser suplementarios y complementarios entre sí. Puede ser que la muerte empiece en el momento del nacimiento y el nacimiento comience en el momento de la muerte, no lo sabemos. Pueden no ser mutuamente incompatibles por todo lo que sabemos y comprendemos. Vemos en la totalidad de la vida muchas cosas incompatibles y cosas así llamadas contradictorias viviendo juntas, cooperando unas con otras. Por esto es que digo que la vida es un misterio. La incompatibilidad es algo que la mente imagina debido a la limitación de las percepciones sensoriales y a la comprensión del cerebro. Y espero que los que son doctores aquí o han estudiado psicología, sabrán que no estamos usando todavía la totalidad del cerebro. El ser humano está usando sólo partes del cerebro. Y, entre las partes todavía no exploradas, están las sienes, el lóbulo frontal, y la cavidad entre los dos ojos, igual a la que existe ente la médula oblongata y el gran cerebro. El cuerpo humano es algo maravilloso.
Esta mañana quiero llamar su atención sobre el hecho de que la mente y el cerebro, por muy útil y fantásticamente sofisticados instrumentos que están a nuestra disposición, no pueden admitir en su movimiento de percepción o reconocimiento a la totalidad. Y como tenemos que relacionar las partes, también tenemos que relacionarnos con el todo, y por consiguiente el movimiento de la mente es inaplicable. Tenemos que educarnos a nosotros mismos en dejar completamente relajados la mente y el cerebro; dejar entrar la mente en la no acción o no movimiento absoluto. El silencio o el educarse a sí mismo para estar en silencio, estar en el estado de voluntaria no acción, no es algo negativo, no es apartarse de las actividades diarias y sentarse ociosamente como cuando uno se va a dormir y pasa siete, ocho o nuevo horas. No se está entrando en algo negativo. En el sueño profundo la consciencia del yo no se mueve. En el dormir que está libre del movimiento de los sueños, el yo, el mí, el ego, no se mueve en absoluto. Y aun si usted está soñando podría observar que la consciencia del sueño tiene una relación con el tiempo totalmente diferente de la relación que la consciencia en estado de vigilia tiene con el tiempo psicológico. De modo que la consciencia de vigilia y la consciencia del sueño son dos dimensiones diferentes. Los movimientos que tienen lugar en la misma persona son diferentes cualitativamente. Existe un tercer movimiento en el sueño profundo donde la consciencia del yo no se mueve en absoluto y se mueve la energía incondicionada; ésta se moviliza en el dormir profundo y rejuvenece el cuerpo. Es la función de la energía incondicionada en el dormir profundo la que revitaliza y rejuvenece. En el dormir ustedes están totalmente relajados y en la relajación el movimiento de lo otro tiene lugar, acerca de lo cual hablaremos mañana, el silencio del estado de vigilia, la total relajación en la que no hay tensiones de las partes o presiones de las emociones en el sistema químico del cuerpo; y de cómo la curación comienza en esa relajación. Entonces, mañana y pasado mañana conversaremos sobre el plano no mental, trataremos con la dimensión del silencio y de la meditación. Con esto concluimos el tema que tomamos hasta ayer, de colocar el fundamento correcto, para que ocurra el estado de meditación en nuestras vidas. Gracias.
LA ESPIRITUALIDAD ES LA CIENCIA DE LA VIDA
Temo que la charla de hoy y tal vez también la de mañana, no sean muy fáciles de comprender, como quizá lo han sido las charlas anteriores. Estamos entrando en la órbita de la consciencia, que no tiene centro, como el ego y no tiene fronteras, como las tienen el conocimiento y la experiencia. Espero que cada uno de nosotros esté consciente de que la ciencia es un método de investigación de la naturaleza de la realidad. En Occidente, Europa, América, la gente ha estado ocupada investigando la naturaleza de la realidad fuera de ellos mismos, tomando como objeto de estudio la materia, analizándola con la ayuda del cerebro, con la ayuda de instrumentos externos que amplían la capacidad del cerebro, del oído, de los ojos, etc. así es como las ciencias naturales, la física nuclear, la biología, la medicina, y la alta tecnología nacieron en el Occidente; la automatización, la cibernética y ahora la computación. Como podemos ver existe todo un panorama de la investigación científica en el mundo exterior. El Oriente ha visto el panorama de la investigación interior. La espiritualidad es la ciencia de la Vida, no tiene nada que ver con la credulidad, las creencias, las ilusiones o el pensamiento mágico, o con todas esas tonterías emocionales que se conocen con el nombre de espiritualidad. Es una ciencia tan preciosa como la ciencia que ustedes conocen en el Occidente. La única diferencia en este asunto, es que la investigación y la exploración se han efectuado en el interior y no afuera de uno mismo. En segundo lugar, se lleva a efecto sin la ayuda de los sentidos, sin la ayuda del cerebro, de la mente, sin la ayuda de ningún tipo de instrumento. Ha sido una exploración, una experimentación no sensorial, no psicológica, no cerebral. El espacio interior ha sido explorado, ha sido objeto de la experimentación. Ahora bien, aquéllos que nunca han oído sobre ello o no han visto realizar esos experimentos y exploraciones, encontrarán difícil creer, por ejemplo, cómo el vacío del espacio está lleno de energías creadoras. Encontrarán difícil creer, incluso entender, cómo el silencio y la relajación pueden liberar energías. Así pues, me gustaría enfatizar que lo que diga en los próximos días se referirá a un mundo al cual ustedes pueden no estar acostumbrados. No es un mundo intelectual y si alguien cree que el intelecto es el mejor medio para ponerse en contacto con la realidad de la vida, para él las charlas no tendrán significado y serán irrelevantes. Algunos creen que la razón ha sido un instrumento muy útil en la investigación de la naturaleza de la realidad, pero el raciocinio, el intelecto, no son la última palabra y el hombre aún no ha descubierto la totalidad de su vida, como tampoco el significado de la Vida Universal. Aquéllos que están conscientes de que este universo no ha sido creado por el hombre, que hay otras energías fuera de las energías con que la especie humana ha tomado contacto, utilizándolas, aquellas personas que están conscientes de lo infinito de la Vida, de lo inmensurable y de lo innominado de la Vida; aquéllos que son conscientes de las limitaciones orgánicas del cerebro y de la energía condicionada, pueden encontrar algo relevante en lo que se va a decir.
Si no nos apresuramos por asentir o disentir, entonces la comunicación podrá tener lugar. Espero que ustedes sean tan amables para escuchar a una persona que viene del Oriente y que ha visto la ciencia de la Vida, que ha sido la forma de vivir por miles de años. Hemos visto ayer que el movimiento mental es irrelevante para la investigación y exploración de la realidad. La mente se mueve a través del tiempo, la mente se mueve con la ayuda de conceptos. La mente no puede dejar la palabra o la verbalización atrás y hemos visto todas las limitaciones de la verbalización, de los conceptos y de los símbolos. De modo que podríamos decir: “Si yo no puedo continuar la exploración por medio de la mente, déjenme experimentar con la total relajación de ella”. Hemos pasado ahora del mundo de la argumentación, de la lógica y de la especulación, al mundo de la investigación a través de la experimentación, la exploración personal. La especulación y el juego de la lógica no tienen lugar ahora, en esta área. Esto es lo que hiere al ego del hombre, de la humanidad, quiero decir. Así que la persona dice: “¿Cómo dejo yo ir ahora a la mente a la no-acción o relajación?” Durante el día me muevo a través de la mente, así que tengo que encontrar algún tiempo para estar conmigo mismo y experimentar. La investigación espiritual se convierte en el cometido principal de toda la vida. Si es la máxima prioridad, entonces la persona decide dedicarle algún tiempo, todos los días, a esta investigación-exploración y experimentación. No se puede obtener la espiritualidad leyendo libros sobre ella. No estoy hablando de nuevos rituales, pero la experimentación requerirá: dedicación a la causa y determinación para darle tiempo y energía. Las teorizaciones, los conocimientos académicos, no servirán. Tampoco servirán las especulaciones. No hay instrumentos que ayuden. De modo que uno se sienta tranquilamente en su habitación, en el jardín o bajo un árbol, en cualquier posición que sea cómoda y conveniente para su cuerpo, teniendo cuidado que la columna vertebral y el cuello queden rectos, que la respiración tomo un ritmo; sentado de una manera relajada en una posición confortable. Aquéllos que están interesados pueden encontrar útil, sólo por gusto, estudiar distintas posiciones como la de los persas cuando están en meditación, como los georgianos, los caucasianos. Ellos tienen diferentes formas de sentarse, así como los japoneses, los hindúes y los tibetanos. Pero ustedes encontrarán un factor común: todos tienen cuidado de mantener el cuello, la cabeza y la columna vertebral derecha, ya sea que se sienten en sillas, en el suelo, que doblen sus rodillas hacia atrás o crucen las piernas. Uno ha decidido ocupar ese tiempo en experimentar la relajación total y sumergirse en el silencio y la soledad. Cuando uno se sienta en esa forma, y esto es muy importante, cualquiera sea la posición en que uno se siente, el cuerpo no debe estar rígido ni tieso. Si se notan puntos de tensión o rigidez en el cuerpo, uno debe ocuparse de ellos y ayudar al cuerpo a eliminarlos. El cuerpo debe estar relajado pero alerta; debe estar firme pero no rígido. Es entretenido aprender y educar al cuerpo para estar erguido de este modo. Cuando uno se sienta, nota por primera vez, el terrible movimiento de los pensamientos dentro de sí. Cuando se está ocupado durante el día, recibiendo impresiones, interpretándolas, comparándolas, juzgándolas, no se nota este terrible movimiento porque se está ocupado trabajando sobre ellos, haciéndole algo a ellos.
Ahora uno está quieto, ¿qué haremos con los pensamientos que vemos, los sentimientos, las experiencias, los recuerdos del pasado que surgen? Uno no hace nada. ¡Absolutamente nada! Solamente los ve. ¿Por qué uno los ve? Porque están allí. Uno no está allí por el deseo de verlos, no los ve por un acto voluntario, es un movimiento involuntario. Cuando los ojos están abiertos ven objetos, cuando ustedes están despiertos, el sistema auditivo escucha palabras. Es una acción involuntaria. Del mismo modo, este ímpetu involuntario, parte de la estructura nuestra, queda expuesto, y uno lo observa. Permanecer en el estado de observación es la parte más difícil para nosotros que vivimos en el siglo XX. Primero, porque no tenemos esa cualidad de pura percepción, cognición desnuda. Hemos sido entrenados para reaccionar inmediatamente, instantáneamente y comparar, juzgar y llegar a una conclusión. Hemos sido entrenados para eso, así que la polución de la percepción, la polución que ha ocurrido en la percepción es registrada por nosotros. La percepción no puede permanecer en ese estado de pureza. Con pocas horas o pocos días en que se haya sentado silenciosamente consigo mismo, un investigador cuidadoso puede notar cómo llega a contaminarse con las reacciones subjetivas. Segundo, cuando el contenido de la mente queda expuesto, si algo desagradable aparece, la lujuria o la codicia en uno mismo, las propias debilidades, las obsesiones sexuales, entonces, el ego se hiere. Por primera vez nos damos cuenta que tenemos imágenes de nosotros mismos: “yo soy una persona muy honesta”, “no soy una persona lujuriosa”, “soy una persona muy correcta y amable” y cuando nos sentamos tranquilamente con nosotros mismos, la violencia, la agresión en nosotros, queda expuesta y eso duele. Hasta ahora, uno ingenuamente ha creído que no tenía imágenes de sí mismo, que uno era muy honesto en sus relaciones y ahora se da cuenta que estaba proyectando imágenes. Uno estaba proyectando en una relación la imagen de ser decente, no ser violento, no ser codicioso, etc. En el primer paso, la polución en la percepción es notada por nosotros y en el segundo paso, tal vez, nos damos cuenta de la diferencia entre las imágenes y el ser real; entre las imágenes que la gente tiene de nosotros y las imágenes que hemos creado de nosotros mismos. Así que, el hecho de sentarse tranquilamente expone ante nosotros esta gran diferencia, esta gran distinción entre imágenes y realidad. ¡Vean cómo nos enseña la vida! Ahora, si el ego no está herido, entonces la observación continúa, pero si el ego se ha herido, entonces hay o vanidad o depresión, excitación o autocompasión, y la observación se suspende. Si se tiene humildad para aprender y para mirar las cosas expuestas tal como se miran las nubes del cielo, o se miran las aves volando o la luz danzando sobre el pasto, si se puede observar todo ese contenido cerebral expuesto, que es realmente el contenido del cerebro humano manifestado a través de uno, entonces el estado de observación se mantiene. Si se permanece en el estado de observación, la consciencia de que uno está observando se esfuma. Cuando usted aprende a manejar un auto está muy consciente. Está consciente de que está manejando un auto. Hay como una rigidez alrededor suyo, y no sabe dónde enfocar su atención, si en el movimiento de las ruedas, en el tránsito que hay en la carretera, o en el acelerador, o en el volante, etc; usted piensa que es algo complicado. Una vez que ha aprendido a manejar el auto, entonces ya no está consciente de que está manejando,
se convierte en una extensión de sus movimientos físicos. Hay una consciencia de que está manejando un auto, pero no está autoconsciente. Del mismo modo, hasta que uno llega a aprender a observar, hay una consciencia de que yo estoy observando. Esto quiere decir que la observación tiene un centro desde donde se efectúa y una vez que se lo ha aprendido, se permanece en ese estado de observación, no solamente por una media hora o una hora en que uno se sienta en la habitación tranquilo, sino que el estado de observación permanece también a través del día. Previamente, estamos en el estado de hacedor o de experimentador, pero ahora que se agrega esta nueva dimensión, ya sea que caminemos, hablemos, enseñemos o trabajemos en la oficina, el estado de observación está ahí. ¿Qué es lo que produce ese estado de observación? Produce un cambio cualitativo en la percepción y la respuesta. ¿Cómo lo hace? En el estado de observación uno está alerta a los desafíos objetivos tanto como a la reacción subjetiva. De una sola vez uno está consciente de ambas. Cuando no hemos aprendido a observar, tan pronto como aparece la reacción nos quedamos enredados en ella, y entonces el enganche con el desafío objetivo desaparece. Estamos enredados con la reacción subjetiva y esta reacción subjetiva determina la calidad de nuestras siguientes percepciones. Antes de que hayamos podido ver completamente, la reacción ha surgido. Simpatías, antipatías, preferencias, prejuicios, criterios, todos ellos surgen y llegamos a una conclusión antes de que la percepción se haya llevado a cabo completamente. Así que esta reacción que surge gobierna la siguiente percepción e inhibe mis respuestas. Esto es lo que sucede antes que uno haya crecido en la dimensión de la observación. Estamos viajando en micro o en avión, observamos a la gente que nos rodea y aparecen nuestros gustos y desagrados. Nos gusta el vestido de alguien, no nos gusta el vestido de otro, nos gustan las facciones de una persona, no nos gusta la forma de hablar de alguien. Todo el tiempo estos agrados y desagrados, preferencias y prejuicios, siguen apareciendo constantemente. El uso y abuso de la mente continúa. En el estado de observación, la reacción subjetiva efectivamente aparece, pero no se convierte en el punto de partida de las percepciones siguientes. No nos gobiernan ya porque somos conscientes de la situación objetiva y subjetiva simultáneamente. No te quedas fijado a esa reacción subjetiva, no te obsesionas con ellas, no te enredas con ella. Nuestras respuestas se inhiben al quedarnos enredados en la reacción subjetiva; entonces nos sentimos inadecuados y no podemos enfrentar los desafíos. En el estado de observación el contacto con la situación objetiva nunca se pierde. La amarra con la situación objetiva, la amarra en “lo que es”, con los hechos de la vida, nunca se pierde. Nunca hay que quedarse enredado, aunque haya un estado de alerta hacia estas reacciones subjetivas. No hay fijación, ni una identificación con eso; existe una nueva libertad. Entonces la respuesta viene de un nivel que no es el de la acciónreacción, situaciones objetivas-reacciones subjetivas. Tu “darte cuenta” es sacado de esa dimensión y la respuesta tiene una nueva cualidad, un nuevo aliento de libertad en ella. Esto es lo que la observación, el estado de observación, una vez que uno ha aprendido a observar, hace a la calidad de nuestro ser y al tipo de nuestras relaciones.
En la espiritualidad, en cada caso hay cambios cualitativos en el ser, cambios cualitativos en la conducta; si no se llevan a cabo, la espiritualidad no sirve, por lo menos para mí. El mundo se enfrenta con desafíos muy graves y con esta antigua y gastada mente, la especie humana encuentra extremas dificultades para enfrentarlos. Con la mente pesadamente condicionada, dividida en razas, religiones y países, dividida por la ideología, la especie humana no ha podido con los desafíos, no ha podido enfrentarlos como seres humanos no etiquetados, comprometidos sólo con la verdad, comprometidos con la vida. Por eso, la espiritualidad, al ofrecer una forma de vida alternativa, llega a ser relevante para el desafío moderno. En consecuencia la observación permite a la persona mirar la situación objetivamente y responder a ella en una nueva forma. Durante el período de la exposición, tal vez el contenido del subconsciente y el inconsciente también afloren; pueden aparecer cosas que usted nunca ha vivido pero que tan vez sus padres sí. Surge la tentación de interpretarlas, de decírselas a alguien, para que sean interpretadas. Si uno está interesado en el estudio de la mente, el estudio del subconsciente y del inconsciente, académicamente, teóricamente, lo puede hacer, pero para la búsqueda espiritual, eso es irrelevante. Puede tomarnos toda la vida estudiar la consciencia humana, aun sólo la parte condicionada de ella. A la búsqueda espiritual no le conciernen esas experiencias. Las imágenes de Rama, Krishna, Cristo, Buda, pueden aflorar. Las antiguas experiencias de sus padres o antepasados pueden aparecer. Pero no hay nada de espiritual en esas experiencias. Pueden aparecer experiencias ocultas y trascendentales pero no tienen cualidad de espiritualidad porque son aún el yo consciente como el centro, como el experimentador. Resta aún el reconocimiento, la identificación de lo que está pasando y la sensación de agrado que surge: “¡Oh, he visto a Buda!”, “Estaba sentado calladamente y he visto a Buda”. Y uno se siente muy santo respecto de sí mismo. Es sólo el pasado que emerge. Lo que estoy tratando de decir es que el subconsciente puede mostrar su contenido en variadas formas. Si uno no se siente tentado de interpretarlas y entender su significado intelectualmente, en el viejo marco anterior, entonces no hay problema. Las ve tal como ve las flores, árboles, ríos. En esa quietud, durante el estado de observación, incluso el inconsciente racial, el inconsciente colectivo, pueden quedar expuestos; y tendrán que perdonarme si les digo: ¡Queda expuesto!, es fantástico, es una aventura muy romántica. Ahora bien, aunque el contenido del subconsciente y del inconsciente puede ser muy vasto, es limitado, no es sin principio ni fin. De este modo, una persona que usa su tiempo en quieta observación llega a un punto, a una situación en que ya nada más queda por exponerse. El contenido ha sido observado. Uno no interfirió en él; entonces se produce el término de esa exposición. Nada más es expuesto, no hay nada más para ser observado y por lo tanto también desaparece el observador. El observador fue creado por mí voluntariamente con el objeto de aprender a observar. Fue una división creado por mí voluntariamente; es sólo una realidad conceptual. Si voy a jugar cricket y estoy bateando y tengo un bate en mi mano, soy lo que ustedes llamarían bateador. Si voy a cambiarme de ropa y dejo el bate, ustedes no me llamarían más “el bateador”. Soy el ser humano. El rol de bateador fue tomado voluntariamente para un propósito. Así pues, voluntariamente hemos aceptado esa división para aprender cómo observar. Ahora el estado de observación, es decir, la quieta llama de la atención libre de reacción, está allí. Los contenidos de la mente han sido observados y por lo tanto lo
observado y el observador, ambos desaparecen. Así es como sucede y uno puede experimentarlo y verlo por sí mismo. Nada debe ser aceptado, y afortunadamente para ustedes no soy una autoridad. No he venido como un gurú o maestro, he venido como amiga sólo para compartir lo que se pueda compartir y estas son sugerencias para una autoeducación. Cuando ya no hay observador y nada es expuesto para la observación, surge lo que yo llamo silencio. No hay centro, ni circunferencia, es una total relajación. Toda la estructura física está absolutamente relajada; no hay división entre el pensador y el pensamiento, el observador y lo observado, el experimentador y la experiencia. No hay fragmentación y por lo tanto estamos en la totalidad de nuestro ser, tal vez por primera vez en nuestra vida. Siempre vivimos fragmentados, ya sea como el experimentador, el realizador, el que piensa, el que reacciona identificándonos con roles específicos; debemos actuar, no podemos evitarlo, pero con el término de la observación y del que observa, uno se encuentra a sí mismo en la totalidad de su propio ser. No hay división. La completa relajación es un estado de totalidad, totalidad homogénea del propio ser; así es como es la vida. Donde quiera que la vida esté, está en su totalidad. Nosotros, los seres humanos, hemos tenido que dividirnos y fragmentarnos para la conveniencia de la vida colectiva y adoptar roles funcionales y comportarnos de acuerdo a las leyes y normas que hemos creado. Ese es nuestro destino. Pero esa es sólo una parte de nuestra vida; hemos olvidado que tenemos una totalidad y esta fragmentación tiene sólo un rol funcional para actuar. No es la realidad de nuestro ser. En la relajación total uno está en la totalidad de su ser, lo cual es santo, sagrado. Veremos que, en este silencio, la mente condicionada y la energía condicionada no están actuando. De lo contrario no sería silencio. Por ello no hay presión ni tensión. Lo primero que ocurre a nivel físico y en el nivel mental es que se sanan las viejas heridas y cicatrices, tanto físicas como mentales. La totalidad tiene una energía que cura, la totalidad es una fuerza que sana. La fragmentación ha estado tanto tiempo con nosotros que aún si yo hago una simple exposición del hecho: “La totalidad cura”, podría sonar como una teoría. Pero aquéllos que habitan en el silencio, encuentran que la energía que sana, empieza a operar en el cuerpo. Así pues, a aquéllos que pasan su tiempo en el silencio y se mueven hacia la mente sólo cuando es necesario, hablan cuando es necesario, ejercitan su cerebro cuando es necesario o, de lo contrario, regresan al mundo del silencio interior, se les manifiesta una frescura física. ¿Qué pasa con aquéllos de mente obsesionada por lo intelectual cuando se encuentran con la enorme profundidad del silencio? Sus mentes se shockean. Aprenden lo que es observación, llegan a las fronteras de la observación, y al primer encuentro con ese silencio, donde no hay centro, ni fronteras ni dirección, nada que hacer, ningún lugar donde ir, sus mentes se confunden, se asustan porque quieren hacer algo. El “yo” quiere relacionarse con ese silencio, el “yo” quiere experimentar ese silencio, y en el momento en que el yo empieza a experimentar, el silencio desaparece. Entonces la mente moderna, educada y sofisticada, se asusta al primer contacto con esa bella totalidad y silencio. Ella dice: “¡No sé qué hacer!”, pero usted no debe hacer nada allí, sólo sea y no haga nada. Pero siempre existe la ansiedad de hacer algo, de reducir el silencio a una experiencia, de reducir el silencio a una definición, a una descripción. No puede hacerse y por lo tanto, muchos investigadores vuelven de las fronteras de la observación
después del primer contacto con el silencio, vuelven de nuevo al plano mental. Dicen que se sienten inseguros en el silencio. La seguridad es equivalente a lo conocido y al conocimiento; aquí ellos se encuentran en absoluto estado de “no conocimiento”, de “no hacer”. Llegan a la relajación y cuando la relajación deviene en el contacto sensual con el silencio interior, se asustan. Es tan nuevo; no se puede hacer nada de esto en los términos del pasado, pero queremos hacer algo, interpretarlo en los términos de lo conocido. Así que cuando uno encuentra que no puede interpretarlo, se vuelve atrás. Quieren que alguna autoridad les diga cómo interpretar el silencio, qué hacer con ese silencio. Y lo que yo estoy diciendo es: “no hagas nada”, “solamente quédate allí”, “no trates de interpretar con la ayuda de la mente; ubicarlo en alguna categoría del conocimiento no es posible porque ahora estás en el reino de lo no conocido”. Dejémoslo así, desconocido para el cerebro. En la relajación, lo primero que advertimos, es esta curación a nivel mental y físico. Las cicatrices, las heridas del pasado, pierden su importancia. Anteriormente nosotros hacíamos una gran historia de los insultos y las humillaciones y “lo que X me ha hecho” o “lo que Y no me ha hecho”. Todas esas cosas pierden su importancia, su significado; se convierten en cosas del pasado y no duelen más. Uno puede recordarlas cuando le preguntan o es interrogado, pero el pasado pierde el poder de herirlo, de causar cualquier daño a su vida. Si el silencio es sostenido, contenido, entonces la liberación de una nueva energía, a la que yo llamo inteligencia, la liberación y activación de una nueva energía, ocurre. Esta energía no tiene centro, está ubicada en la totalidad del cuerpo y en todo el universo. Es una energía nacida de la no dualidad, es una energía nacida del silencio interior o del vacío interior. No tengo otras palabras que pueda usar. Espero que no nos hayamos olvidado que en el estado de silencio no hay tensión en los nervios ni presión sobre el sistema químico. Existe una total relajación. En esta condición la nueva energía, la energía incondicionada se libera y empieza a funcionar; funciona surgiendo desde la totalidad del ser. Así pues, cuando se mira a través de los ojos no es la disposición de la mente la que mira por los ojos, es la paz interior y la sensación de totalidad la que mira por los ojos y deviene en un darse cuenta de la totalidad. Los sentidos toman contacto con lo particular y la inteligencia toma contacto con la totalidad. Hay un doble anclaje ahora. Los sentidos tratan con el objeto particular y la inteligencia o el estar alerta trata con lo total. Si yo miro a la gente con la mente condicionada y los llamo: musulmanes, cristianos, budistas y los juzgo de acuerdo a mi escala de valores hindú y a la estructura de valores hindú, es una percepción nacida de la fragmentación de la vida. La energía no condicionada ve al budista, al cristiano, al musulmán primero como un ser humano. Es un ser humano, quien está siendo visto. Se percibe el dolor, el sufrimiento, la angustia de ese ser humano, los problemas que la persona enfrenta. Ya no se los cataloga como cristianos, budistas, musulmanes y en consecuencia la reacción hacia el cristianismo, budismo, no se produce. Hay un sentido de unidad con la gente, con el mundo, una consciencia de toda la humanidad y entonces uno relaciona lo particular con lo total. No sé si he podido ser lo suficientemente clara, pero la respuesta nace de dos cosas: la consciencia de la totalidad y el anclaje en lo particular. Los dos juntos dan nacimiento a la respuesta en las relaciones, y por lo tanto hay un nuevo equilibro, una nueva paridad.
Ustedes no tienen que argumentarse a sí mismo: “Oh, los seres humanos nacen de la misma creación, por lo tanto están relacionados y por ende debo tener respeto y consideración por los otros”. Ustedes no tienen que pasar por ese esfuerzo intelectual, teórico. Espontáneamente, el darse cuenta de la totalidad deviene en lo que ustedes llaman amor, en lo que ustedes llaman amistad en las relaciones particulares. Las relaciones particulares no requieren un esfuerzo del intelecto, ni teorías ni ideologías, ni teologías que ordenen que debes tener cuidado o debes hacer esto. Así pues, la inteligencia como una nueva energía que está cambiando la cualidad de la percepción, cambiando la cualidad de las respuestas, está allí, en ese estado de silencio. Esa inteligencia usa el cerebro, usa la memoria, usa los sentidos, se expresa a sí misma a través del cerebro y a través de la estructura física. En otras palabras, mis amigos, la fuente de la percepción y de las respuestas ahora ha cambiado. Ya no es más la consciencia del yo, ya no es más el centro del yo y la tendencia adquisitiva del yo. La urgencia de seguridad que surge desde el yo ya no es más el origen de la percepción o de la respuesta. La persona entonces, es absolutamente vulnerable a la vida y a lo que sea que la vida traiga. Vive en el romance de la impredictibilidad de la vida. Siempre alerta a la totalidad de la vida tal como es. Cuando la inteligencia se activa en una persona, siendo una energía universal, una energía incondicionada, deviene en una comprensión del todo, comprensión de la vida universal, de la vida cósmica. Naturalmente, las respuestas de esa persona al estar conectadas con esa vida universal o cósmica, tienen una extraordinaria naturaleza. Una persona viviendo en la no egoidad, en un estado de consciencia donde nada brota del yo o del mí, desarrolla un extraordinario poder magnético. Cuando funcionamos desde el centro del yo estamos encerrados, estamos rodeados por las fronteras que nosotros mismos creamos. Podemos tener poderes intelectuales, pero son limitados. Aquí la persona desarrolla, sin que ella misma lo sepa, extraordinarias cualidades. El estado de no egoidad es un fenómeno fantástico. Cuando la persona habla, es siempre en relación al todo; la gente que está fuera de la comprensión del todo, se siente atraída hacia esa persona porque en su vida diaria están siempre confrontados a otros egos y se tienen que ajustar a ellos. Ahora se encuentran con una persona que no tiene ego, lo que quiere decir que su ego no es la parte que la gobierna, ni la parte que rige su vida; el ego no está muerto, ni está destruido pero no es el centro de la percepción, no es la fuente de las respuestas; así que concentrarse con una persona que se mueve en una libertad por sobre los grillos del ego, que vive libre del pasado, es algo nuevo. La gente se siente atraída y esta percepción de la totalidad, esta comprensión de la totalidad, da una nueva calidad de frescura a las respuestas de esa persona. Naturalmente, se realizan cosas extraordinarias a través de esa persona. La gente los llama “superhumanos”. No entiendo por qué esos individuos debieran ser llamados “superhumanos”, es sólo un natural crecimiento del ser humano en otra dimensión; cualquier persona puede crecer en esa dimensión, si lo quiere: está allí para nosotros con sólo golpear y abrir. Como todas las barreras de la estructura de valores y de las identificaciones han tenido un colapso en la vida de esa persona, hay una especie de magnetismo, y entonces usted dice: “Es una persona extraordinaria”, y luego la empieza a poner sobre un pedestal, empieza a adorarla, la sustrae de la relación humana común y la condena a ser una autoridad; y si esa persona empieza a identificarse y a sentir: “Yo soy extraordinario, soy grande, soy superhumano”, entonces se estanca ahí. Muchas cosas podrán ser hechas a través de él, y sin embargo, no podrá nunca alcanzar el estado de meditación.
El silencio, la órbita del silencio, es una dimensión muy romántica. La energía condicionada entra en inacción, lo incondicionado entra a jugar, y la persona ve muchos cambios llevándose a cabo. Un nuevo resplandor en su vida, un nuevo magnetismo expresado en su vida, pero si la persona se identifica con ese magnetismo, con eso extraordinario, entonces la investigación llega a su fin. Esas personas rinden un gran servicio al universo y sin embargo, la dimensión del silencio y su energía todavía moviéndose, no son aún el estado de meditación. Si hay austeridad en la investigación y humildad para no identificarse, así como uno no se ha identificado con los pensamientos y el movimiento del yo, si uno no se ha identificado con el movimiento del no yo ni la energía incondicionada, entonces este movimiento de energía incondicionada, también cesa. Por favor, recuerden, dijimos el primer día que la meditación es un estado de ser donde no hay ningún movimiento, en absoluto, ni de la mente condicionada, ni de la mente incondicionada. Hay sólo ser, el que permanece, libre de la inteligencia cósmica o de la inteligencia universal, o como quieran llamarla, libre del movimiento incluso de la energía incondicionada. Pero de este estado de meditación hablaremos mañana. Hoy hemos hablado del estado de observación, su manifestación en las relaciones diarias, la dimensión del silencio y lo que ocurre en el silencio y hemos llegado ahora al umbral del estado de meditación. Si los he cansado esta mañana, les pido disculpas, pero tenía que adentrarme en las profundidades del tema. Como dije, espiritualidad es la ciencia de la Vida que requiere investigación, exploración y experimentación en el espacio interno. Esa investigación y exploración se da en el plano mental y verbal hasta una cierta extensión y llegamos hasta ese punto ayer. Hoy estamos hablando del reino donde la verbalización no es realmente el medio correcto. Hemos llegado al reino de la no egoidad y de la totalidad. El silencio no puede ser fragmentado ni dividido. Gracias. Gracias a todos.
EL ESTADO DE MEDITACIÓN
Hemos visto en los últimos días que vivir es relacionarse, estar en relación con la totalidad de la vida; la vida tiene muchas capas y la primera capa es la del mundo tangible y visible. Estamos rodeados por el mundo visible y tangible, el que podemos tocar con nuestros sentidos, percibir con nuestros sentidos. Detrás del mundo visible y tangible está el mundo invisible y podemos tratar de alcanzar lo invisible, lo intangible, con la ayuda de ideas, conceptos, normas, criterios, estructuras de valores, etc. Si una persona no ha desarrollado su cerebro, no ha cultivado su intelecto, entonces se perderá la belleza del mundo conceptual, el mundo de la Literatura, las Bellas Artes, la Filosofía, la Teología, las Ciencias Sociales, las Ciencias Naturales. Este es un mundo de objetos invisibles e intangibles, por lo tanto junto con cultivar y educar los sentidos con sofisticación y refinamiento, uno tiene que educar y equipar el cerebro para enfrentar el mundo invisible de cualidades, cultivar la sensibilidad, sentir las cualidades que existen en el mundo invisible. Este mundo invisible e intangible, incluye lo oculto y lo trascendental, donde la percepción sensorial no puede llegar, y sólo puede hacerlo la percepción extrasensorial para ponernos en contacto con él. Cuando uno cultiva y educa la sensibilidad entonces puede tratar de alcanzar el mundo invisible, a través de la actividad de experiencias. Ustedes deben haber oído hablar del mundo trascendental y de experiencias trascendentales. Ellos son las actividades del mundo invisible. La mente puede elevarse hacia lo trascendental, lo oculto, cultivando esta sensibilidad para sentir y experimentar. Pero lo visible y lo invisible no son la totalidad; detrás de lo invisible está lo infinito y lo eterno, donde nunca ha habido ningún cambio, ni nunca lo habrá; es como el espacio, sin forma, que nos rodea. Usted puede construir formas usando el espacio sin formas; estructurar el espacio y crear sus edificios y casas, sus templos e iglesias, pero el espacio sin forma no cambia por el hecho de construir o demoler edificios, el espacio queda igual, el cielo queda igual, llueve a través de los cielos, del espacio, pero el espacio no se quema por el calor del sol, no se moja con la lluvia, no se hiela cuando nieva. A pesar que estos movimientos pasan a través del vacío del espacio, el espacio permanece igual. Hay un infinito, una eternidad detrás del mundo invisible al que no podemos llegar con nuestros sentidos, no podemos ponernos en contacto con él a través de ningún concepto, de ninguna idea, de ninguna medida; así, para alcanzar el infinito y la eternidad, lo que parece ser la esencia de la vida, se tiene que estar en un estado de no esfuerzo, se tiene que estar en una quietud, quietud relajada, un fácil y voluntario no esfuerzo; en otras palabras, uno tiene que entregar todos los esfuerzos en el altar del silencio. La meditación es un estado de no esfuerzo, es un estado de no movimiento voluntario, tanto de la mente como de los sentidos. Habíamos hablado ayer sobre el silencio, y la liberación de energía incondicionada en ese silencio. Hay vamos a considerar el estado de meditación tanto como las palabras puedan detallarlo o describirlo; es en realidad un
ámbito donde las palabras se sienten avergonzadas de entrar y tocar. Todo el habla se retira, las palabras retirándose al sonido y el sonido al silencio, y sin embargo la comunicación verbal es el único medio; veamos ahora, en relación con ello, si podemos comunicarnos. El estado de meditación más allá del silencio es un estado en que ni la conciencia individual condicionada, ni la conciencia universal no condicionada, se mueven. Cuando la conciencia condicionada se mueve tenemos el movimiento del pensamiento, toda la estructura del pensamiento con todas sus medidas, conceptos y símbolos. Cuando esta conciencia condicionada va hacia la inacción, entonces la conciencia universal o cósmica, la conciencia no condicionada se mueve y surge el movimiento del darse cuenta, el movimiento de la inteligencia, y la persona puede decir: “Me doy cuenta de la totalidad de la vida”. Uno se da cuenta del movimiento de la inteligencia, se da cuenta del “darse cuenta”, si puedo usar el término. Cuando este “darse cuenta” desaparece, entonces la gota ha desaparecido completamente en el océano, una gota de agua se ha fundido completamente en las aguas del océano, ha perdido la identidad incluso de ser una gota. Entonces la forma del cuerpo humano permanece pero la idea y el “darse cuenta” de una personalidad y la urgencia de proteger esa personalidad, de proyectar esa personalidad no está allí; tal persona no puede tener ninguna ambición de adquirir cualquier cosa para sí misma, proveniente del hombre o de Dios, y no tiene ambición de hacer el bien a otro conscientemente, de servir, de cambiar el mundo; aun esa distancia entre el mundo y sí mismo no está ahí, usted tiene que sentir al otro como el otro, para tener una motivación, “yo lo serviré a usted”. Por lo menos ese sentido de la dualidad tiene que estar ahí. Pero en el estado de meditación el sentido de “otridad” desaparece o si me lo permiten, el sentido de “yoidad” desaparece de tal manera que esta codicia o ambición de hacer a otros, de llegar a formar a otros, de cambiar a otros, de convertir a otros no ocurre. Cuando el Sol brilla, ¿es el brillar un esfuerzo de parte del Sol? Estamos haciendo una analogía. Cuando usted se refiere a lo infinito y lo eterno, tal vez a través de parábolas, fábulas, analogías, la comunicación llega a ser posible. El brillo del Sol no es una actividad volitiva de parte del Sol, su propia existencia es igual a brillar, la esencia existencia del Sol es luz, es calor, el Sol no puede remediarlo si la luz se proyecta hacia los otros, el calor se proyecta y los otros sienten el calor, el Sol es indefenso, él no está dando la luz, él no está donándosela a otros, el sentido del “yo” dando, “yo” haciendo, no está allí; podemos hacer una analogía incluso con lo que se ha llamado “amor humano”; en esos sagrados momentos de amor, si el amor visita a alguien y purifica algún corazón, uno no tiene el sentimiento “lo haré para mi amado”. La no egoidad es tan natural en ese estado de amor que uno se siente pleno haciendo algo para el amado. El amado le está dando a usted oportunidad para que se descubra, se revele; por lo tanto se siente agradecido con el amado, quien le da la oportunidad de expresar la esencia y compartirla con él o ella y si alguien dice: “Oh, tú has hecho tanto por mí”, entonces el amor se siente herido e insultado. “¿Por qué dices que yo lo he hecho?”, es tan natural. El estado de amor es el estado de no egoidad. Tal vez dure pocos años, unas pocas semanas, unos pocos meses; son tales los afanes de la vida humana que el corazón de uno no puede contener esa pura inocencia del amor, y retrocede a actividades egocéntricas. Creo que no hay ningún ser humano cuyo corazón no haya sido atravesado por el amor, y en ese estado de amor usted no está actuando conscientemente, las cosas son hechas sin voluntad, sin esfuerzo. Si miran y observan el estado de amor y el comportamiento en ese estado, notarán, amigos míos, que el no esfuerzo, la fácil y
natural espontaneidad, constituyen la naturaleza del amor. Por lo tanto, lo que estamos diciendo es: cuando el sentido del yo es borrado en el estado de meditación, no hay sentido del dar, del hacer, y por lo tanto no hay ambición, existe una espontaneidad sin temor, existe una compasión sin ego, que son el flujo del amor y la inteligencia y hay paz en el estado de meditación. Todo el que vive en ese estado genera paz por donde quiera que esa persona se mueva, como el Sol brillando, o la Luna brillando, o los ríos fluyendo; en cualquier lugar en que esta persona se mueva habrá una atmósfera de paz, de amor, de libertad. Libertad, amor y paz, se personifican en el estado de meditación. Esta es una dimensión en la cual todos pueden vivir, esta es la morada. Dije, la meditación es ir a casa, el estado de meditación es la morada en la que uno puede vivir. En la soledad de la meditación, en el profundo silencio de la meditación, uno puede vivir; y cuando el movimiento es necesario, porque estamos viviendo en sociedad, vivimos en familia. De modo que, siempre que el movimiento sea necesario, la relación sea necesaria, esa paz, libertad y espontaneidad sin temor, se mueven a través del cerebro y del cuerpo, y se expresan a sí mismas. Es realmente un nuevo ser humano, se ha ido el temor en la relación, se ha ido la voracidad en la relación humana, se ha ido el deseo de adueñarse y poseer seres humanos; lo que queda es sólo la libertad, la paz y la belleza del amor; ésta es una dimensión en la que todos los seres humanos pueden crecer y usar el cerebro, usar el conocimiento y la experiencia del pasado, con un poquito más de sabiduría. No sabemos cómo usar la ciencia, no sabemos cómo usar la alta tecnología que hemos descubierto, no sabemos qué hacer con los extraordinarios seres humanos que nos visitan y comparten con nosotros su sangre vital; hacemos autoridades de ellos, los idolatramos, y vivimos a nuestra propia y miserable manera, y así, no hemos eliminado la violencia, no nos hemos liberado de la barbarie, no nos hemos liberado del imperialismo y colonialismo; ¡hay tanta miseria, hay tanto sufrimiento en el mundo! Por lo tanto esta exploración de una nueva dimensión es urgente. La meditación no es un logro, un logro privado y personal: “yo he logrado... Samadhi y por lo tanto soy superior a otros. He experimentado lo divino”, y uno se retira en aislamiento, y ahora no hay nada más que hacer. El Samadhi, la meditación, la comunión con la eternidad es el amanecer de una nueva vida, no es la meta donde usted llega, descansa y dice: “Ah, era todo lo que había que hacer”. Es renacer en una nueva dimensión; entonces sabremos cómo usar nuestros cuerpos, sentidos, mentes, cerebros, en esa libertad, en esa paz, y a partir de ese amor y compasión. Si bien estas cosas están expresadas y comunicadas lógicamente paso a paso, muy pocas personas pueden mantener la urgencia por la libertad total, la paz total, la que no tiene la excusa de la excitación y la depresión, un amor incondicional, que no tiene ningún sentido de apego ni desapego. Muy poca gente tiene esta intensidad y urgencia; ellos entienden intelectualmente; verbalmente lo tienen claro, pero creo que hay dos cosas que podrían considerarse obstáculos en tal exploración. Una es el miedo a lo desconocido: la gente en su investigación llega tan lejos como lo puede llevar la verbalización. Se sienten seguros en la compañía de palabras, las que acarrean todo el pasado en sí mismas; nuestra conexión con el pasado, nuestra conexión con lo sensorial es a través de las palabras; por lo tanto mientras se hable sobre observación, la gente se siente segura, “yo estoy observando mi mente”, se sienten a salvo con lo conocido. Y cuando hay absoluto silencio, ni observador ni observación, no experimentando, no haciendo, no sabiendo y no observando, entonces se empiezan a sentir inseguros; el
miedo a lo desconocido, el sentido de la seguridad con lo conocido, los tironean hacia atrás. Le tenemos miedo a la muerte, porque la muerte es lo desconocido, representa lo desconocido; la esencia de la muerte es cortar todas las conexiones con lo conocido; por lo tanto, pensamos que lo desconocido es algo oscuro, y le tenemos miedo, acarreamos ese miedo a través de la vida, y por ello, la exploración no se extiende más allá de la verbalización; si usted le dice a una persona “no haga nada, sólo sea”, la persona se siente confundida porque el hacer le da una sensación de estar vivo. El no hacer, el no movimiento, el ser como sustancia de la vida no ha sido comunicado a la gente. Se ha mostrado sólo una parte de la vida: el movimiento, la energía contenida en el movimiento, las relaciones y los movimientos en las relaciones de movimiento y, estar con esa parte sin movimiento, estar con el silencio, asusta. Segundo, estamos acostumbrados a conducir exploraciones bajo la supervisión y autoridad de alguien; así es que queremos alguna autoridad para que nos tome de la mano y diga: “no importa, si usted se sienta en silencio, verá esto, verá aquello y aquello”. Queremos un “tour” guiado a través de lo desconocido, queremos explorar la libertad guiados por alguien; que alguien nos lleve de la mano hasta el último momento. Una exploración de la libertad es incompatible con la autoridad y su guía. Una vez un explorador iba viajando a través de un país, digamos del Medio Oriente, y llegó a una casa donde en el salón había una pequeña jaula muy hermosa con un loro adentro. Este loro gritaba todo el día: “Libertad, libertad, libertad”. Entonces el explorador sintió mucha pena por el loro; el primer día lo toleró, el segundo le dio tanta pena que no puedo refrenarse y, antes de irse a la cama, abrió la puerta de la jaula y se sintió muy satisfecho porque había cumplido con el deber piadoso de liberar a alguien, había abierto la puerta y, entonces, se fue a dormir. Al día siguiente se despertó y escuchó de nuevo el grito: “Libertad, libertad, libertad”; caminó hacia la jaula, la puerta estaba abierta, pero el loro no había salido: estaba sujetando los barrotes y seguía gritando: “Libertad, libertad, libertad”. La comunicación verbal sólo puede abrir la puerta de la jaula, y está en el loro el dejar de sujetarse a los barrotes y volar afuera. En 1892 un joven monje hindú llamado Vivekananda visitó los EE.UU. y habló en el Congreso Mundial de las Religiones; en una de sus exposiciones dijo: “¿Dónde buscas amigo, esa libertad que este mundo ni el otro pueden darte? Sólo tuya es la mano que sujeta la cuerda que te retiene, cesa de lamentarte y suéltame. Sé audaz”. Se trata de soltar amarras; ¡pero estamos tan asustados! La jaula es segura, alguien provee alimentos, no hay peligro en ningún rincón, las puertas están cerradas, y todo está provisto regular y puntualmente. Así, ¡quién va a abandonar la seguridad y volar fuera de la jaula, donde deberá encontrar su propio alimento y ser empujado a cualquier rama de un árbol, al puro peligro, hacia lo impredecible de la vida. Por eso la gente no siente la libertad como algo seguro. Quieren ser libres y quieren estar a salvo. La libertad tiene su impredictibilidad, la que es llamada inseguridad por la mente que está acostumbrada y enviciada porque todo le ha sido provisto. Adviertan cómo en los así llamados “países democráticos” y libres las mentes están apresadas en el sentido de la seguridad. Por ello, para ganar seguridad uno hace un pacto con su libertad. Y uno está dispuesto a vender su libertad pedazo a pedazo, para ganar seguridad. Esa es la mente del mundo, la mente humana. Queremos acabar con las guerras, queremos paz, queremos hermandad, queremos una sociedad libre de explotación, pero personalmente
estamos asustados; las guerras, la explotación, la violencia, las agresiones, tienen su semilla en la psiquis humana. Este miedo a la libertad es un cáncer, una enfermedad, amigos míos; no hay nada en este mundo que valga la pena tener a cambio de la libertad, y estamos hablando de libertad psíquica; más allá de los sentidos y el cerebro está el reino de la libertad, lo desconocido. Pero si la mente no tiene un esquema detallado de lo que va a pasar en el estado de meditación, dice que es mejor no ir allí, y se retira. Había una vez un grupo de amigos sentados con J. Krishnamurti, amigos muy cercanos, tal vez algunos de ellos eran sus compañeros de clases. Era en Italia, en Roma, y uno de sus amigos más cercanos dijo: Mira Krishna... no, no empezó así... empezó de esta manera: Krishnaji dijo: “¿Por qué ustedes no son libres, si me han estado escuchando por 40 años, qué es lo que les impide ser libres? Y uno de sus amigos dijo: “Krishna, es por causa tuya que no somos libres”, y Krishnamurti dijo: “¿Cómo así?”, y él le dijo: “Mira nosotros abandonamos todas las autoridades tradicionales con una mano, y con la otra nos agarramos de ti. No habríamos abandonado todas las viejas autoridades si no te hubiésemos tenido a ti en la otra mano; así en vez de agarrarnos a lo viejo, nos agarramos a los nuevo”. Y entonces Krishnamurti dijo –había mucha tristeza en sus ojos, lo recuerdo-, y dijo: “Mira Ortelany (ese era el nombre del amigo), había un monje que vivía en los altos Himalayas en una cueva y tenía un ídolo de Buda, lo había hecho todo él; había tallado un precioso Budita para él, lo había pulido, y acostumbraba adorar al Buda, y vivía feliz en la cueva. Y sucedió una vez así: era invierno, muy helado, penetrantemente helado, y este monje estaba en meditación profunda. Era pasada la medianoche y el monje abrió los ojos y se encontró con que el fuego se había apagado; hacía mucho frío, estaba terriblemente helado, así es que se levantó, quería prender el fuego, buscó por toda la cueva y no había leña. Y de repente su mirada cayó sobre aquel ídolo de madera del Buda y... mi querido amigo Ortelany, el monje quería vivir, así es que tomó el ídolo, lo cortó en pedazos, hizo fuego y vivió. Así es que si Krishnamurti se mete en tu camino, -dijo-, córtalo en pedazos, tíralo por la ventana, pero por tu bien sánate, por favor sé libre”. Pero seguimos rechazando las viejas autoridades y recogiendo las nuevas; este juego continúa, ya sea la autoridad de Krishnamurti o algún Ram-ji o algún otro X, Y o Z. Como si la raza humana estuviese aún en estado juvenil, de alguna manera con miedo a la libertad. Es el miedo a la libertad, el que mantiene lejos la transformación y nada más. Porque el intelecto ahora sabe verbalmente lo que es la libertad, lo que es amor, en el amor no hay apego, pertenecemos a todo o no pertenecemos a nada. Y esta situación actual está siendo creada para nosotros por la ciencia y la tecnología. El mundo entero se está reduciendo a una familia humana global. O vivimos juntos como una familia humana global, o seremos destruidos separadamente. No hay una tercera alternativa, tendremos que aprender a compartir todo; si tenemos un sentido de pertenecer sólo a Chile, o a la India o a los EE.UU. o a Rusia, al hinduismo, al cristianismo, al budismo, entonces existirá esta barrera invisible que nos impedirá compartir la vida, compartir los recursos del planeta entre todos, vivir juntos en igualdad y hermandad. Estos condicionamientos de lo antiguo están impidiendo que nos demos cuenta cuál es la realidad del presente; somos adictos al pasado, ¡oh nuestro gran pasado!, gran pasado de los Hindúes, los Budistas y Dios sabe de quién. Entonces es la mente apegada al
pasado, a las tradiciones, a las reglas, a las estructuras de valores. La vanidad y el orgullo se alimentan de esos valores y teorías. Eso es lo que está impidiendo hoy a la especie humana unirse y mirarse a los ojos con amor y amistad.¡Hay tanta desconfianza, tanta desconfianza y temor recíproco! Nuestras negociaciones y conversaciones, tratados y discusiones sobre la paz, han llegado a ser una burla a la vida ya sea a través de las Naciones Unidas o los Bancos Internacionales, o Dios sabe qué, ¿se dan cuenta ustedes de la gravedad de la situación que estamos viviendo? La meditación como una mutación interior, como una revolución psicológica donde uno renace en una dimensión en la que se vive en completa libertad y espontaneidad sin esfuerzo, sin hipocresía, sin pretensiones, y en amor por la vida, ¿saben? Amor es respeto, el amor y el respeto están unidos. Algunos de mis amigos han trabajado con Albert Schweitzer en África. Una vez le escribí preguntándole cuál era su mensaje. Estábamos estudiando en la Universidad. Albert contestó: “el respeto por la vida salvará a la humanidad”. La meditación es un estado, una nueva dimensión donde el amor no se queda sólo como una idea, una cosa sobre la cual escribir poesía, sino que llega a ser una dimensión en la cual se vive. Entonces el amor y la compasión no siguen siendo el privilegio de unos pocos escogidos como Buda, Cristo, Lao-Tse o Confucio, sino que llega a ser la motivación, la motivación social. No podemos hablar de amor y al mismo tiempo de economía basada en el egoísmo, la codicia de poseer, de posesión y propiedad. Actualmente estamos sufriendo de esquizofrenia, la especie humana entera está enferma de doble personalidad; intelectualmente anhela la paz, psicológicamente no puede confiar uno en el otro. Quiere una sociedad libre de explotación y sin embargo quiere propiedades, posesiones, posiciones. Ningún pensamiento, ninguna ideología nos va a curar de eso. Estaba en Yugoslavia en 1959-60 y teníamos la idea romántica que en un país comunista la actitud hacia el dinero, hacia la posesión, la propiedad, debería haber cambiado. Discutíamos con Edward Kardej, (yo estaba dirigiendo una delegación en Yugoslavia) y le dije: “mire señor, encontramos que aquí la proporción de las remuneraciones entre los preparados y los no preparados es de 1 a 20” y él dijo: “no, es alrededor de 1 a 16”. “¿Por qué esta diferencia en las remuneraciones? ¿No debería cada uno ganar aquí, no de acuerdo a sus capacidades, sino de acuerdo a sus necesidades, el ideal del país socialista?” El dijo: “cierto, debe ser así, pero nosotros nos hemos dado cuenta ahora que al cambiar las estructuras colectivas no se consigue cambiar las actitudes de la gente. Se necesita algo más, así es que si nosotros no mantenemos la diferencia de remuneraciones entre el capacitado y el no capacitado, los jóvenes no quieren ir a la Universidad y avanzar en los estudios. Dicen que si un médico, un abogado, un ingeniero va a recibir lo mismo que un obrero no capacitado, que un trabajador, ¿para qué llegar a ser médico? ¿Para qué llegar a ser abogado?”. El incentivo está en la ganancia, en la posesión y en la posición. Así es que cualquiera sea la ideología que usted enseñe, la crisis está en la psiquis humana, en donde estamos llenos de miedo, con la ambición y el anhelo, la codicia por el dinero, la posesión, y el deseo de dominar a los otros; mientras la psiquis humana esté llena de estas motivaciones, y éstas sean ratificadas por la sociedad, creo que nunca podrá haber una nueva sociedad humana.
Hemos abordado el tema “meditación y diario vivir”, así es que si esta sociedad humana realmente quiere crear nuevas maneras de vivir, nuevas dinámicas en las relaciones donde no haya ni miedo ni desconfianza mutua, donde no haya deseo de explotarse unos a otros; en vez de explotación y competencia, deberá haber cooperación; en vez de desconfianza y sospecha, deberá haber amor y amistad. Si visualizamos tal sociedad, entonces no habrá otra alternativa que llevar a cabo una mutación interna individual. Si los individuos no consiguen su revolución y mutación internas, no serán posibles cambios drásticos en la cualidad de sus conciencias creando nuevas maneras de vivir; la paz mundial, y todas esas posibilidades piadosas seguirán siendo sueños. Seguiremos estando de acuerdo con esos ideales de la boca para afuera y seguiremos viviendo exactamente de la manera contraria. La meditación es una revolución interior, es cambiar completamente la manera de vivir, cambiar la prioridad de la vida, cambiar el uso del cuerpo, el cerebro, la mente, y darse cuenta que hay un área de la vida donde todo esfuerzo humano debe ser entregado. Donde uno tiene que estar en el “siendo”, uno tiene sólo que estar con la vida de manera que la vida actúe sobre nosotros. Nosotros estamos todo el tiempo actuando sobre la vida, sobre cosas, sobre animales, sobre pájaros, sobre árboles, sobre otros seres humanos. Esa es un área, los esfuerzos son necesarios en lo visible y en lo invisible; en la zona de lo infinito y eterno, si usted quiere entrar en contacto con ello, si quiere vivir en ello, estar con ello, entonces el no esfuerzo, la humildad y la inocencia del no esfuerzo son absolutamente necesarios. De modo que cuando uno está ahí, como un tambor, lleno de vacío, ¿qué hay en el tambor? En el tambor hay sólo vacío, y uno toca en el tambor con sus dedos y de acuerdo a la presión que les da, el tambor devuelve el tono; no es un estado muy interesante ¿no es cierto? Ustedes deben haber escuchado tantas cosas románticas sobre la meditación, se consigue esto y se consigue aquello, y he aquí que aparece una persona y dice: “En el estado de meditación usted no está ahí”. Corta las raíces de todo interés, ¿no es cierto? Es así, es un renacer, es nacer de nuevo, lo que da nuevas perspectivas de vida, nuevas motivaciones de vida y nuevas dinámicas en la relación. Lo viejo está allí dentro de usted, pero entonces usted usa lo viejo de una nueva manera. Gracias.
LA URGENCIA POR LA LIBERTAD Al comenzar, Vimala canta un mantra cuya traducción sería como sigue:
“La vida ayuda a aquellos que están despiertos y conscientes de su presencia; la vida vela compasivamente sobre aquellos que están en el profundo sueño de la ignorancia; espera a que ellos se despierten, de modo de poder ayudarlos, así que ¡oh! mente mía, despierta a la existencia de la vida eterna en torno a ti”. La vida tiene muy extrañas maneras de reunir a la gente, y a pesar de que no sabemos por qué la vida nos ha juntado, puede ser que haya un propósito escondido u oculto detrás de nuestra reunión que puede aclararse y manifestarse dentro de los próximos meses. El suyo es un pequeño país, un país joven con no mucha población, un país que puede construirse a sí mismo socialmente, culturalmente, económicamente y políticamente, de tal manera que los errores que han cometido otros países podrían ser evitados. He visitado Australia dos o tres veces, y a los jóvenes australianos siempre les he dicho: ustedes son afortunados, ustedes todavía tienen que construir el país, tienen la oportunidad de evitar errores que los países con una ciencia avanzada y alta tecnología han cometido en la aplicación de la ciencia y la tecnología; pueden evitar los errores cometidos por los países en que la gente ha tratado de gobernar sobre la base de ideologías, de modo que puede haber una síntesis de ciencia y espiritualidad, puede haber economía para la paz y política para la paz, puede haber educación para la libertad incondicional del hombre, de los individuos, etc. Para mi gran gozo, cerca de 7.000 jóvenes australianos realizaron una campaña en 1973. La llamaron “Conciencia de la Nueva Edad” y esta gente de diversas regiones de Australia, dejaron sus ciudades, sus trabajos, fueron a los bosques y empezaron a vivir de una manera diferente explorando formas de vivir alternativas, economía alternativa, política alternativa. Han cortado árboles y levantado cabañas para ellos mismos; han podido conseguir electricidad de la energía solar. Usan un mínimo de ventajas tecnológicas y viven de una manera muy simple: no envían a sus niños a los colegios y los educan ellos mismos. Una aventura bastante grande, y hay cientos y cientos de estos grupos desparramados en el distrito Arco Iris, entre Nueva Gales del Sur y Queensland. Yo he estado con algunos de ellos y vivido con ellos. Estudian Yoga, Budismo Zen, Vedanta, pero están estudiando también nuevos caminos, nuevas maneras. Me parece a mí que el mundo requiere hoy exploraciones de formas de vivir alternativas y civilizaciones alternativas. Así que tal vez la vida nos ha reunido para que algunos de ustedes se inspiren para juntarse a estudiar, discutir y descubrir si hay posibilidad de tal exploración en Chile u otro país sudamericano.
Todas las formas educacionales tradicionales, clásicas, las instituciones económicas, se han colapsado o se están colapsando. Las ideologías se han demostrado insuficientes, ya sea la ideología del capitalismo o la del socialismo. De modo que todo está fundiéndose en el caldero; es una bella época para vivir, estamos rodeados de desafíos en todas las direcciones, y los desafíos son cartas de amor de lo Divino, penetran en la profundidad del ser y estimulan las energías creativas. Si no hubiere desafíos y estuviésemos rodeados de seguridad, cadenas de seguridad en nuestros pies y manos, no habría ninguna urgencia para explorar lo nuevo. Lo mismo estamos haciendo en la India; nuestras centenarias religiones institucionalizadas han fracasado en crear una sociedad donde no haya hambre ni explotación; los hindúes hablan tanto de Dios, sobre el Atman y la meditación, pero todavía existen las castas. El hombre todavía no es libre e igual. Tienen maravillosas filosofías, tienen las ciencias del yoga, tantra, mantra, y hay mucho que aprender de ellos; sin embargo no han creado, no han encontrado la forma de crear una sociedad donde el hombre sea libre e igual. A pesar de la ciencia y la tecnología no ha sido posible en el Occidente, en Europa y América, crear una sociedad donde los individuos sean pacíficos y felices, donde haya amor, donde no haya explotación. Podría haber sido posible para Europa y América, pero persiguieron el progreso material sin fin, obcecados con la idea del progreso material ilimitado, y desarrollaron un culto y una cultura del placer sensual, del placer mental, y el tráfico del placer se convirtió en su forma de vida. No pretendo entrar en todos los detalles, pero la revolución industrial que ocurrió en Europa –y el molde fue copiado en América, en Rusia, en todos los demás países- ha llevado a la especie humana por mal camino, lejos de la paz, del amor y la libertad. Debido a condiciones geográficas y al porcentaje de superficie por habitante en Europa, fue necesario centralizar la industria y esa centralización se convirtió en un molde; pero un lugar en que la fuerza animal y humana está disponible y que centraliza la industria, la producción y la distribución, lleva a una centralización del poder político y militar – no se puede escapar a eso-, y esta centralización entonces, ya sea en una sociedad capitalista o socialista, no permite a los individuos ser libres. He venido a ustedes, a vuestro país, cuando el mundo, culturalmente, está pasando por un momento muy crítico. Toda la gravedad y la pena de la situación las siento profundamente en mi corazón. Y cuando se mira alrededor y se viaja, uno se pregunta si hay individuos que comprenden la quiebra y la seriedad de la situación, y si quieren liberarse. De manera que tenemos que explorar modos alternativos de vida en todas direcciones, ya sea en la industria, en la aplicación de tecnología, ya sea en la religión y en la espiritualidad, ya sea en las formas de administración. Todo lo que el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX descubrieron se está colapsando. Por favor véanlo. Y por lo tanto la vida humana está fundiéndose en este momento tan crítico de la historia humana... debe haber algún propósito que todavía no hemos advertido. En los últimos años he estado dando vueltas por el mundo, compartiendo con la gente mi forma de comprender y mi vida. Mi comprensión es: que la raíz de la crisis, la fuente de la crisis está en la psiquis del individuo. La crisis cultural o espiritual y la crisis moral, por la que está atravesando todo el mundo, tiene su fuente en la consciencia individual y tiene que enfrentarse a nivel individual. Por allí tenemos que comenzar. Por
eso, primero que todo, a través de la investigación verbal, diálogos, discusiones, tenemos que tomar consciencia que la crisis está en el individuo. De modo que uno no le eche la culpa a los demás sino que enfrente la responsabilidad de pasar por una transformación psíquica individual y colectiva. Si estamos esperando que vengan algunos sabios, algunos seres humanos superdotados y que nos liberen de todas nuestras debilidades, distorsiones y perversiones, creo que estamos alimentando una ilusión muy peligrosa. La vida nos ha dado intelecto, cerebro, energía autoconsciente, y yo creo que nosotros podemos enfrentar el problema. Este sentido de respeto de sí mismo tiene que ser estimulado en el individuo. Los países industrializados y que están dominados por las religiones institucionalizadas desarrollan una especie de resignación. En la India se le dice a las masas: Por tu fe estás con hambre, por tu fe eres pobre; el que seas miserable se debe al Karma de tus vidas anteriores, y no se puede hacer nada, tienes que vivir con hambre. Los sacerdotes que viajan por el país conducen a las masas; ellos crean ese desamparo. Por eso me gustaría comunicarles a ustedes lo que yo hago con la gente en la India y en otros países. Tienen en ellos el poder del ser humano como tal, para cambiar el contexto, para dejar que se opere en ellos mismos una transformación y también en las estructuras a su alrededor. La pobreza, la explotación, el hambre no es creada por Dios, es totalmente hecha por los hombres, y por lo tanto puede ser cambiada por el hombre. El sentido del respeto por sí mismo tiene que estar allí; si alguien se siente desamparado, no puede hacer nada. Y pobre de nosotros, está más allá de nosotros –nos sobrepasa- si individualmente o colectivamente nos sentimos desamparados. Este desamparo estimula muchas energía negativas; lleva a una psicosis depresiva colectiva, a una melancolía colectiva que es muy invalidante para el ser humano. Así pues, si queremos, si es una urgencia para nosotros que la crisis en nuestra psiquis no se haga permanente, y queremos sobrepasarla, entonces, creo que el sentido de respeto por sí mismo y el sentido de responsabilidad obrarán milagros. Lo primero que les propongo a ustedes es que ustedes y yo como individuos podemos manejar la crisis de la psiquis individual. Todos tenemos la fuerza interior, nadie tiene más o menos. ¿Cuál es la naturaleza de la crisis? La naturaleza de la crisis es nuestra identificación con sólo una parte de nuestro ser; al no descubrir la totalidad de nuestro ser nos hemos identificado a nosotros mismos con nuestro cuerpo y nuestro cerebro. Son partes muy importantes de nuestra vida, pero no son la totalidad. La estructura física y la biológica tienen su belleza. Los impulsos incorporados en nuestro cuerpo tienen su belleza y tenemos que respetar los sentidos, dándoles una posibilidad total, gozar los placeres de la vida sin hacer del placer un culto. Pero el cuerpo no se puede transformar en autoridad. Si los impulsos del cuerpo se constituyen en autoridad, ¿saben lo que pasa? Uno tiene necesariamente que comer dos o tres veces al día, según sea la modalidad, porque hay una relación con el alimento y la dieta; pero si nos volvemos obsesivos con el alimento, hay un comer compulsivo, o hay voracidad, entonces la relación se contamina, se ensucia y uno tiene que someterse a que la alimentación se vuelva autoridad. El alimento se transformó en autoridad y consume toda su energía y todo su tiempo. El sexo tiene su belleza, su lugar en la vida, las relaciones sexuales y el placer sexual; pero si llegan a ser el centro alrededor del cual todo gira y se regula, si toda la vida se centra en el sexo, si eso se transforma en autoridad, entonces pienso que el estar obsesionado y centrado en el sexo sustrae al ser humano de todos los demás aspectos culturales de la vida. Cualquier cosa se vuelve autoridad, dormir se vuelve autoridad, y se pierde tiempo en la cama, debilitándose, y
toda la estructura se vuelve pesada y lenta y no hay vibración de energía, no hay pasión, no hay intensidad; porque la pereza y dormir en exceso hacen al cuerpo torpe y los sentidos se embotan, pierden su agudeza natural, su sensibilidad. Así pues, la relación con el cuerpo es una parte importante de la vida, es algo hermoso, pero si se transforma en autoridad, esa parte comienza a controlar la totalidad. Obviamente surgen distorsiones y perversiones. Supongamos que el cuerpo no fuera la autoridad, pero sí la mente; y los gustos y disgustos y las preferencias y los prejuicios de la mente gobernaran todo tu comportamiento. Me gusta algún objeto, entonces me pongo a correr detrás de él, quiero poseerlo, tenerlo. Me gusta un individuo, quiero tenerlo y poseerlo. No me gusta alguna persona, un colega en la oficina, alguien que trabaja en la fábrica, alguien que trabaja conmigo en el colegio, no me gusta esa persona y esa aversión la transformo en algo importante; mi mente acepta la autoridad de la aversión y entonces busco modos exclusivos de evitar a esa persona. Si hay fuertes atracciones y aversiones, ya sea en la vida familiar o social, usted trata de encontrar modos exclusivos, comienza a cerrarse, a tener relaciones especiales, exclusivas. La aversión se transforma en odio, el odio se transforma en una contienda y nuevamente surge una perversión y distorsión en el comportamiento mental e intelectual. ¿Han visto personas que se odian porque odian la ideología que tiene el otro? Uno puede entender que haya diferentes opiniones, desacuerdos intelectuales, o tener ideologías distintas, pero ¿por qué tendrían que odiarse unos a otros? Pero primero aparece el desacuerdo, luego la aversión, más tarde el odio y la relación humana se distorsionó. De modo que si la mente se transforma en autoridad, deben ocurrir muchas distorsiones. Mi mente acepta la autoridad de los Vedas; otros aceptan la autoridad del Corán, otros el Antiguo Testamento y luego sacamos las armas y las admoniciones y nos ponemos a pelear entre nosotros en el nombre del Hinduismo, del Islamismo, o de la Cristiandad. ¿No ha sucedido esto durante estos veinte siglos? Algo está faltando, no sabemos cómo vivir unos con otros. Volamos por el aire como los pájaros, nadamos en el agua como los peces, ¿cómo vivir en la Tierra unos con otros? No hemos descubierto aún cómo hacerlo armoniosamente, pacíficamente en vez de aterrizar en la Luna y el Marte. No habrá paz en el mundo mientras el individuo no averigüe los modos de vivir en libertad, en paz y armonía unos con otros. Así pues, la mente es sólo una parte, con todo su conocimiento y experiencia, su filosofía, su literatura y sus artes. Los vastos campos de la mente son sólo una parte. Está lo sensual, el cuerpo todo, el cuerpo visible y la mente invisible. Más allá de la mente, más allá del cerebro está la esencia de nuestro ser, la que tenemos que descubrir y vivir –vivir en esa esencia. Sócrates solía decir: “El autoconocimiento es adoración y la autoignorancia es el pecado”. Muchísimo tiempo atrás ese hombre sabio había dicho la verdad. Hace mucho tiempo, Jesús de Nazaret dijo: “El amor es la esencia de la vida”. Y lo mismo dijo Buda sobre el amor y la compasión. El amor como una motivación social. Conocerse a sí mismo o la comprensión de uno mismo como una motivación social. Pero descuidamos la sabiduría de aquellos que nos visitaron y compartieron su comprensión con nosotros. Uno tiene que descubrir la esencia de su ser, lo que hay más allá de la mente, lo que hay dentro del cuerpo y de la mente y también, más allá de ella. Por favor no se dejen engañar por la palabra más allá, no es algo que esté fuera de ustedes, está adentro. El más allá está adentro. El cuerpo está condicionado, la mente está condicionada. Hemos estado viviendo a través de esa energía condicionada, pero hay una parte no condicionada de nuestro ser. Hay una parte de nuestro ser que ninguna
cultura, religión, filosofía o psicología ha condicionado, que desafía el condicionamiento. Miren, amigos míos, el pensamiento puede estar condicionado, pero ¿cómo podría el silencio estarlo alguna vez? Si hay apego puede haber condicionamiento, el amor no puede estar condicionado. Las relaciones condicionan, la soledad no puede condicionar, no puede ser condicionada. El silencio, la soledad, la humildad, la belleza. La vida vale la pena de vivirse porque hay tanto que no puede ser capturado por la mente humana y las palabras. ¿Cómo puedes capturar la belleza en los colores, en la palabra, en las formas? Puedes seguir así por otros 10.000 años y, sin embargo, la belleza estará más allá de la verbalización. Siempre fresca, siempre virgen. A través de todo el mundo, los poetas pueden escribir poesía, los pintores pintar cuadros y los músicos pueden cantar a la belleza y aun así esa divinidad de la belleza permanece siempre virgen, siempre fresca, siempre joven. Mientras más hablas sobre el amor, más permanece innombrado, sin comunicarse. La vida vale la pena porque hay verdad, amor, belleza, que no pueden verbalizarse, que no se condicionan. De la misma manera en nuestro ser hay una parte, esa dimensión de silencio, esa dimensión de soledad, esa dimensión de ser, que no ha sido condicionada, que no ha sido verbalizada. La divinidad que contenemos en este cuerpo humano de carne, huesos y sangre, no puede ser condicionada. ¿Pueden los seres humanos darle una forma a Dios o a la divinidad? Pueden crear formas para su propia conveniencia y adorarlas para la consolación que necesitan o para el sentido de seguridad que la compañía de la forma les da. ¿Pero puede la divinidad o Dios estar prisionero en una forma, una palabra o un concepto? Es la totalidad de la vida, Dios, la Divinidad, es la totalidad. Todo lo que es, lo que existe, lo que vive, lo que se mueve, es una expresión de esa Divinidad. Dios no puede estar colocado en alguna parte en el espacio. No puede estar prisionero en las formas; uno puede hacerlo por su propio gusto, eso es distinto. Es un reflejo de la necesidad humana, no de la naturaleza de la realidad. Así, cualquier cosa que hayamos descubierto, explorado y utilizado, de lo físico y de lo psicológico, no nos permite vivir en paz y armonía los unos con los otros y se nos hace urgentemente necesario explorar lo que está más allá. La meditación es esa exploración. En esta última charla antes de partir, con los participantes de este año, estoy tratando de plantear que esta exploración es urgentemente necesaria. La gente habla de la búsqueda religiosa, de la búsqueda espiritual, de la meditación, de una manera muy mezquina, “Yo quiero alcanzar el Samadhi” –es la ambición transferida del terreno material y psicológico al campo de lo religioso-. La meditación no es una actividad egocéntrica; ella responde al desafío que enfrenta la especie humana. “Yo quiero despertar mi Kundalini”, por favor hágalo si desea. Hay ciencias como el Kundalini Yoga. Kundalini es una energía psicofísica ubicada en la base de la columna vertebral que puede ser estimulada, puede ser despertada y es una fascinante experiencia estimular ciertos poderes psíquicos que algunos adquieren para traficar con ellos. Hoy en día la espiritualidad es un buen negocio, pero para mí la religión y la espiritualidad son cosas muy preciosas y sagradas, no para comerciar, establecer sectas y reunir discípulos. Así que sin saber a quien invitaban, ustedes invitaron a un volcán... En todos estos días que ustedes han estado conmigo no me ha sido posible consolar a nadie, ni dar orientación para ninguna experiencia trascendental, nada como: “no se
inquieten, yo los cuidaré, síganme...” no he dicho ni una sola palabra. Los he arrojado hacia el interior de sí mismos, hacia sus propios recursos. El amor nunca ata, el amor libera; y una persona como yo, que viaja y da charlas, debe tener mucho cuidado que nadie se apegue emocionalmente a la persona, que nadie quede tan impresionado por la personalidad, que pierda su autoestima y sentido de libertad y quiera apegarse al otro. He venido para estimular la urgencia por la libertad y no para crear nuevos lazos. Si algunos de ustedes han visto la urgencia de esta transformación total en uno mismo, le pediría que durante los próximos minutos me acompañen en un resumen de lo que hemos visto en los últimos seis días. Comenzamos diciendo que la búsqueda espiritual requiere un fundamente en el plano de la vida física. Ese fundamento puede ser establecido creando un orden en el plano físico. Una exploración del área que está más allá del cerebro y de la mente, más allá del tiempo y del pensamiento, requiere un aparato muy sensitivo y agudo. Es en este mismo cuerpo y cerebro donde tiene que ocurrir la transformación. La mutación y la transformación tienen que hacerse aquí, de modo que el aparato tiene que estar equipado. La transformación es un hecho que tendrá lugar; no es un resultado fruto de ninguna acción, pero para que ocurra el aparato tiene que ser puesto en orden. Así, ningún desorden en el plano físico; cuando hay orden, éste crea agudeza y limpieza del cerebro, que habilita a la persona para estar atenta, sin esfuerzo; fácilmente, la persona vive en estado de atención. Cuando se crea un orden, no se hace nada de acuerdo a antiguos hábitos. Este fue el segundo punto que analizamos: que desde la mañana a la noche uno debería ver si se mueve descuidadamente, oscuramente, mecánicamente, a través de movimientos repetitivos o si uno está alerta y atento. El tercer punto es ver si estamos reaccionando sólo a las presiones y no aprendemos a actuar voluntaria y espontáneamente en libertad y desde la libertad; este movimiento de reacción no tiene vida. De modo que uno debe averiguar si puede actuar sin compulsión. Puede parecer difícil, pero no lo es. Miren, me levanto a las seis de la mañana, porque tengo que ir a la oficina a las siete; es la necesidad, una compulsión, y si no tengo que ir a la oficina, entonces duermo hasta las 10. Eso significa, que levantarse a las 6 no tiene una relación real conmigo; me levanto a las 6 porque la oficina pide que esté allá a las 7, de modo que me estoy levantando para la oficina y no porque me guste levantarme temprano. Si veo la belleza del amanecer, esto no tiene ninguna relación conmigo, es una presión económica a la cual estoy reaccionando. Mis amigos, reaccionar a compulsiones y presiones, no es vivir. No hay volición, no hay espontaneidad. Me arrastro a mí mismo fuera de la cama, no me quiero levantar, comienzo el día con tan poca voluntad, con renuencia, con una queja en mi mente. ¿Por qué tengo que estar en la oficina a las 7? Tengo que levantarme. Uno es pasivo, uno no es activo allí, uno se arrastra a sí mismo y se empuja para lavarse los dientes, y tomar un desayuno rápido, o lo que sea, y después, nuevamente a la rastra a la oficina. La hermosa mañana está perdida y lo que se pierde hoy, no se puede rescatar mañana, no se repite la vida; lo que se va, se va para siempre, como las aguas del río: uno toca las aguas en este momento y si a los 5 minutos dice, tocaré de nuevo las mismas aguas, éstas ya no están allí, se han ido. Uno puede poner la mano de nuevo en el mismo río, pero las aguas han cambiado, no son las mismas, en esos cinco minutos las aguas han viajado hacia el océano. De la misma manera, la vida y el tiempo no nos esperan; si arruinamos una mañana, si arruinamos todas las mañanas, no podemos esperar gozar las mañanas cuando estemos viejos y retirados; entonces la intensidad en el nivel sensual se
habrá ido, la pasión de hoy no estará ahí después de 10 años; porque la pasión, la intensidad, la profundidad, se relacionan con el organismo físico, con la vitalidad de todos los órganos del cuerpo, el páncreas, el hígado, el riñón, el estómago, los intestinos, este hermoso organismo, los pulmones, su capacidad de respirar profundamente, etc; eso no espera hasta los días del retiro, lo perdido está perdido. Cuando usted come, y está con los negocios, en la política o sabe Dios en qué, usted tiene el teléfono a su lado y la gente cree que la manera más segura de encontrarlo es a la hora del almuerzo o de la comida, de modo que lo llaman y usted habla en las horas de comida, discute la economía y la política; todas las cosas bajo el cielo son discutidas a la hora de la comida. De modo que no hay relación alguna con la comida y ésta se convierte en la sustancia de su ser, y se convertirá en su sangre, en la médula de los huesos y no hay ninguna relación con ella; el alimento que la compasión de la tierra le ha dado, el néctar de la Luna y la energía vitalizadora de los rayos del Sol, todos juntos, ellos crean, pero nosotros no tenemos tiempo para relacionarnos con ese alimento, de modo que comemos mecánicamente, con la mente ocupada en algo y cada 5 minutos el teléfono, la distracción; esta actividad a medias distraída no trae el gozo de la vida. Cuando hablo del desorden y hablo de eliminar el desorden y de tener una relación correcta, entonces digo que por favor no reaccionen a las compulsiones, sino que hagan las cosas voluntariamente. Yo he aceptado el trabajo, he acepado vivir en esta ciudad; por lo tanto levantarme a las 6 de la mañana es algo que he aceptado voluntariamente, no hay más fricción, no hay más malestar, no hay más pasividad; voluntariamente he aceptado esto, por lo tanto voluntariamente me levanto sin ningún malestar inconsciente. Vean ustedes, esta fricción y malestar interno corroen la vitalidad, son una gran fisura por donde la energía se escurre constantemente. Se actúa refunfuñando. De modo que estoy tratando de distinguir entre reaccionar a una compulsión y actuar voluntariamente. La acción voluntaria tiene una sustancia, fluye de la totalidad de su ser; en cambio la reacción fluye de un fragmento de su ser. Algunos de ustedes conocen a J. Krishnamurti, que tiene actualmente 88 años y ha estado viajando durante los últimos 65 años, y es una experiencia notable ver la disciplina, el orden que tiene su vida. Ya sea que esté en la India, Europa o América, a las 5,30 estará sentado en meditación, esté nevando, o esté enfermo. Escribe 2 horas diarias, su diario o lo que sea, tiene sus horas de comida, sus horas de dar charlas, horas de ejercicio, arregla su propio cuarto, lava su ropa, limpia las cosas, empacar o desempacar en sus constantes viajes, lo hace por sí mismo. Asombrosamente buen cocinero, he probado comidas cocinadas por él. Así, ya sea lustrando sus zapatos o lavando su ropa, haciendo su cama, empacando sus cosas, si lo contempláis hacer todo eso, sentiréis que es como ver a Ravi Shankar tocando sitar o a Jehudi Menuhin tocando el violín, elegantemente. Yo tuve una vez una entrevista con él en Londres, y se había olvidado que había dado esa hora y estaba ocupado lavando en la cocina. Así que cuando llegué, él vino a abrir la puerta con delantal y todo y dijo: “¡Por Dios, es que le di una cita a esta hora!”. “Sí, señor”. “¿Le importaría tener la entrevista en la cocina?” Yo dije: “No”. Entonces fuimos a la cocina. Yo le ayudaba a lavar y de pie, allí, por 20 minutos tuve mi entrevista. Pero observarlo hacer eso, -la gente tal vez no tiene idea cómo vive. Yo había observado a Vinoba –un gran discípulo de Gandhi- cuando trabajaba con él, cruzar la India durante 14 años caminando, levantarse a las 2,30 de la mañana, empezar a las 3,30, caminar 4 horas todos los días, bajo la lluvia, en el invierno con nieve, bajo el calor, colectando tierra para los desposeídos y distribuyéndola. Entonces se comprende cuál es la fuerza contenida en la acción voluntaria y cuál es la
desvitalización y aburrimiento de las reacciones. Nos cansamos en la vida porque reaccionamos mecánicamente y repetimos. Por lo tanto, un investigador tendrá que aprender a hacer las cosas voluntariamente a partir de la comprensión. No el desorden, no la desatención, sino acción proveniente de la comprensión. Si no se tiene en cuenta estas cosas, sentarse en silencio por una hora, o dos, o diez horas, no servirá de nada; la investigación debe correlacionarse con la vida total, con toda la manera de vivir, no es un quehacer intelectual o psicológico, es un quehacer de toda la vida. Ahora, sólo un último punto y creo que terminaré la charla. Si sentimos que la estructura social actual en todas partes del mundo está mal, que algo anda mal en ella en sus valores, que está basada en la competencia, la agresión y la violencia, si vemos esto, entonces el investigador estará libre de esta ambición, competitividad y agresividad en su vida. Su vida económica se simplificará. Estas son las necesidades de la familia o mías y no comparativamente uno proveerá esas necesidades, no existirá la ambición, la codicia de ganar más porque alguien a la vuelta de la esquina está ganando más que yo. La relación con el dinero se simplificará. Este crea muchas complicaciones en la vida. De manera que si estas son las necesidades, quiero proveerlas, decentemente, en el contexto de la vida social de mi país, ese standard de vida proveerá mi vivir decente, y ahí termina. Así no hay ninguna complicación de ambición, competitividad por trepar la escalera del éxito y todo lo demás. El investigador necesita simplificar la vida. Lo que se dijo ayer puede ser agregado a este resumen que hemos hecho hoy. Mis amigos, cuando vine aquí, no conocía a ninguno de ustedes. Ni siquiera había visto a Edgardo, que envió la carta. Esta fue una aventura conjunta de Jorge y Edgardo que me trajeron aquí. Cuando mis amigos en la India me preguntaron: “¿Por qué vas a Chile después de todo, de todos los lugares del mundo por qué vas a Chile?”, y yo dije: “Yo no sé, una invitación ha llegado”, pero “¿Acaso conoces a la persona que te ha invitado?” Yo dije: “No”. “¿Qué es lo que hace?” Yo dije: “No sé”. “¿Por qué te ha invitado?” Yo dije: “No lo sé”. “¿Por qué vas a ir?”. “No lo sé. Sólo sé que voy”, y dijeron: “Bueno, después de todos estos 20 años viajando, ni siquiera se ha preocupado de saber qué hace la persona”. Yo dije, “No, es un llamado de la vida, al cual estoy respondiendo”. De otra manera, por qué habría de querer invitarme alguien a Chile. Yo no soy una celebridad y no ando dando vueltas al mundo pretendiendo ser algo especial, o una autoridad espiritual o intelectual. Ni un Yogui, ni Sanyasin, ni maestro del mundo, nada. Sin embargo, la gente llama, no se puede rechazar el llamado de la vida, hay que responder; y por eso vine y estoy contenta de haber venido, he visto que todos los que han asistido al campamento, lo han hecho muy cuidadosamente, con interés, y la calidad de escuchar que han tenido conmigo también ha alegrado mi corazón. A pesar de la barrera del lenguaje, todos habéis cooperado. Si no hay quien escuche, no puede haber orador y las charlas nacen aquí y ahora de la comunión entre el que escucha y el que habla. No son charlas preparadas. Mantengo a Vimalaji allá abajo con las sandalias y dejo que el vacío hable aquí, respondiendo a la presencia de ustedes; es una interacción entre la presencia de ustedes y lo que está presente aquí. Así que en esta última charla quiero expresar mis sinceras gracias a cada uno que escucha, a cada participante, por su paciencia. Quiero expresar mi especial gratitud al equipo de traductores, como los he llamado; tres cariñosas personas, amables: Lucho, Cecilia y Nana, han hecho un hermoso trabajo. He recibido el afecto de todos, no sólo de Edgardo y Jorge, sino de
cada uno de ustedes, especialmente Nena y la madre de Edgardo, todos me han dado tanto afecto que estoy colmada. Cuando vine no conocía a nadie y ahora cuando me voy, siento que estoy dejando a miembros de mi familia. Un sentimiento de pertenencia que surge en el amor, sin ningún lazo, ningún amarre de raza, religión, credo, nacionalidad, ideología y, sin embargo, una sensación de pertenecer unos a otros, es algo muy sagrado; si esto no es amor, entonces tal vez el amor no existe en ninguna parte; sin expectativa alguna, no quiero nada de ustedes, nunca he querido nada de nadie en ningún país en términos de ser mis seguidores o discípulos, ustedes saben. Cuando una persona no quiere nada del hombre o de Dios, entonces la vida confiere su gracia sobre la persona. Cuando uno tiene el valor y la humildad de no pedir nada de nadie, cuando se tiene la humildad para no mandar ni pedir, no esperar, no amarrar a las personas con las sutiles expectativas de su mente, sino que se las deja en libertad, entonces pienso que la vida es tan generosa que uno no puede ni siquiera recibir la gracia y la abundancia de la vida que están más allá de la propia capacidad receptiva. Mis sinceras gracias a todos ustedes y gratitud a la vida. Me despido ahora de ustedes como participantes de este campamento. Podremos encontrarnos de nuevo esta tarde, pero el campamento termina. Siempre donde voy pido campamentos; esta vez no pudimos permanecer juntos, pero en mis campamentos nos quedamos juntos 8 días, 10 días. Hay campamentos organizados en California, donde permanecemos todo el día en silencio, excepto el tiempo de la charla y la discusión, todos guardan silencio por 24 horas. Allí estamos juntos, comemos juntos; aquí han tenido que encontrar un camino intermedio, permanecer algunas horas juntos y volver. Aun así, el estar en el mismo lugar 5 ó 6 días, en la misma atmósfera, tratando el mismo tema, permaneciendo con investigadores de mentalidad afín, todo eso crea una cualidad diferente de investigación que cuando se escucha una sola charla y se retiran; entonces sólo queda en la cabeza. En cambio aquí la investigación comienza a tocar todas las partes de su vida, de su ser, y yo pienso que acelera la velocidad, profundiza la investigación y les da el sentimiento de compañía en la investigación. Así que, gracias queridos Edgardo y Jorge por invitarme. Con estas palabras, me despido.
ÍNDICE
Introducción La vida no puede ser dividida La mente como energía condicionada Estableciendo los fundamentos correctos El estado de atención y sufrimiento La espiritualidad es la ciencia de la vida El estado de meditación La urgencia por la libertad FIN