CEPAS DE REFERENCIA Las cepas de referencia son cultivos conservados y distribuidos por Colecciones de Cultivo, cuyos microorganismos se encuentran definidos como mínimo a nivel de género y especie. Los laboratorios microbiológicos deben utilizar en el control de sus técnicas y de los medios implicados las cepas indicadas en las normas de referencia (por ejemplo la norma ISO 11133 parte 1 y 2). Los microorganismos se relacionan con su medio, se reproducen, mutan, mueren... Debido a que en estos casos el material de referencia es un ser vivo, es necesario que el laboratorio lo gestione y conserve de forma adecuada, estandarizando sus lotes de cepas de reserva y de trabajo, cuantificando la concentración microbiana con métodos apropiados y garantizando las condiciones de conservación más adecuadas. En función de la presentación de las cepas (liofilizadas, congeladas, cultivo activo, lentículas desecadas, etc.) las condiciones necesarias para la conservación cambian. En cualquier caso, si el laboratorio quiere mantener durante un periodo largo de tiempo un lote propio de cepas de reserva, el sistema de conservación más óptimo es la congelación. El proceso de criopreservación permite la conservación de los microorganismos durante un periodo largo de tiempo a bajas temperaturas. De esta forma, utilizando un medio de conservación con agentes crioprotectores, se evita la perdida de las bacterias debida a la formación de hielo intracelular y al desequilibro osmótico asociado al proceso de congelación. Cuanto menor sea la temperatura, mejor será la conservación de los microorganismos y su viabilidad. Por este motivo se aconseja disponer de equipos capaces de mantener una temperatura por debajo de los -40ºC. También se pueden emplear tanques de nitrógeno líquido que permiten la conservación de las cepas a -196ºC. En cualquier caso, el laboratorio debe asegurar el mantenimiento de las características de las cepas que utiliza en sus controles. Sólo de esta forma se consiguen resultados reproducibles y trazables. En definitiva, resultados de calidad.
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CALIBRACIÓN DE ESTUF AS
¿Sabes como realizar la calibración de estufas o incubadores? En nuestra anterior entrada hablamos sobre cómo realizar la caracterización de frigoríficos y congeladores. Hoy lo que queremos es explicar brévemente cómo realizar la calibración de estufas o incubadores. La mayoría de lo indicado a continuación también es aplicable a otros equipos isotermos como los baños de agua o aceite. Aunque en ambos casos, estufas y neveras, se trata de un equipo isotermo y por lo tanto las fuentes de incertidumbre que tenemos que controlar son las mismas hay varias peculiaridades que debemos tener presentes a la hora de caracterizar un incubador.
Patrón de medida Los termómetros de resistencia RTD (sondas PT100) también son las más adecuadas debido a su elevada precisión y veracidad en el rango de temperatura a la que realizaremos la caracterización. Estas sondas deben asociarse a un sistema que aporte los valores de temperaturas obtenidos. Que la incertidumbre de partida del patrón sea baja es especialmente importante en la calibración estufas ya que la tolerancia admitida en las incubaciones suelen ser pequeñas. Recordemos que la
tolerancia es el intervalo de valores en el que debe encontrarse una magnitud para considerarla válida, en este caso una temperatura.
Ubicación de las sondas
En la caracterización de un incubador pretendemos conocer el intervalo de temperaturas que se mantiene dentro del equipo cuando lo programamos para mantener un valor determinado. Esta variación se produce tanto en el tiempo, ya que el equipo no mantiene de forma constante exactamente la misma temperatura, como en el espacio puesto que suele darse una variación (en ocasiones muy pronunciada) entre los distintos estantes o posiciones de la estufa. Por este motivo se debe disponer de un número de sondas suficientes para poder estudiar esta variación en el tiempo (estabilidad) y en el espacio (uniformidad). En función del volumen del equipo, el número de sondas que se deben utilizar puede variar entre tres y nueve (más incluso si el equipo es muy grande, como una cámara bioclimática).
Tiempo de ciclo Tan importante como la ubicación de las sondas es el tiempo que estaremos tomando los valores de temperatura y el intervalo entre cada medición. Se debe garantizar que se recogen datos de todo un tiempo de ciclo, es decir durante todo el periodo en que la temperatura oscila entorno al valor nominal programado. De esta forma se podrá conocer con exactitud cómo varía la temperatura en el tiempo.
Componentes de la incertidumbre Al igual que en comentamos en la entrada anterior para las neveras y congeladores, las componentes de la incertidumbre que se pueden incluir en la caracterización de una estufa son la asociada al patrón, a la estabilidad, a la uniformidad y la corrección (si no se fuera a tener presente en la programación de la estufa). En este caso también se debe utilizar la ley de propagación de errores (incertidumbre) para obtener un valor que combine la aportación de cada fuente de variación estudiada. Finalmente el valor obtenido lo tenemos que multiplicar por un factor de cobertura (normalmente definido por la constante k) para conseguir un intervalo de confianza con una probabilidad conocida.
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