Concepción evolucionista de Charles Darwin En El origen de las especies por medio de la selección natural Darwin manifiesta estar absolutamente convencido del origen común de todas las especies, de su transformación a través del tiempo y de la que la selección natural constituye el mecanismo más importante (si bien no el único, como prudentemente señala) de modificación. Las características de su teoría de la evolución son: 1. Postura gradualista. Darwin adoptó una visión gradualista en su interpretación de la historia de la vida, visión que más adelante sería recogida y revalorizada por la moderna teoría sintética de la evolución. 2. El concepto de especie en Darwin. La especie no constituye para Darwin una entidad fija e inmutable, sino que, por el contrario, consiste en una población de naturaleza dinámica, que cambia a través del tiempo, de ahí que opte por utilizar la expresión “descendencia con modificación” en lugar de evolución. 3. La variabilidad en los seres vivos Para Darwin, las variaciones pueden ser tanto germinales (innatas) como somática (adquiridas), admitiendo que éstas, las corporales o somáticas, podrían, a la larga, registrarse en el germa y convertirse en hereditarias. En cuanto a las causas por las que se producen estas variaciones, Darwin manifiesta reiteradamente una total ignorancia, si bien cree que las condiciones ambientales seguramente deben incidir en su aparición. 4. Lucha por la existencia y selección natural Para llegar al concepto de “lucha por la existencia” Darwin partirá de dos observaciones puntuales: por un lado, la tendencia de los seres vivos a un crecimiento numérico considerable y, por otro, el hecho de que, no obstante esa tendencia, en la práctica el número de individuos que integra cada una de las especies se mantiene más o menos constante. Darwin interpreta el concepto de lucha por la existencia en un sentido amplio: entre individuos de la misma especie (intraespecífica), entre individuos de especies distintas (interespecífica) y entre el individuo y las condiciones físicas de vida. Pero en todas estas situaciones la lucha por la existencia significa competencia, básicamente entre individuos. Darwin relaciona la lucha por la existencia con las variaciones y con un fenómeno nuevo: la selección natural. Este concepto es introducido por analogía con el de selección artificial, pero a diferencia de éste en la selección natural el agente de selección es la misma Naturaleza, que actúa para beneficio del organismo en cuestión. Pero Darwin es categórico al asegurar que la selección natural de ninguna manera produce la variabilidad, sino que actúa después de que las variaciones aparecen, actuando preservando las que son favorables y dejando de lado las que no lo son. 5. La selección natural y la transformación de una especie en otra. Darwin asegura que la selección natural no sólo preserva las pequeñas variaciones favorables sino que, además, las acumula lentamente; esta acumulación de variaciones favorables constituye, en definitiva, una acumulación de diferencias
respecto de un determinado punto de partida. Darwin creía que, partiéndose de una especie dada, la acumulación de un cierto número de pequeñas variaciones (diferencias) por parte de la selección natural, originaría una variedad y ésta, a su vez, con más variaciones acumuladas por la selección natural, se transformaría, finalmente, en una nueva especie. Por lo tanto, en una relación ancestrodecendiente, la cantidad de diferencias existentes (diferencias de grado) será menor entre una especie y una variedad y mayor entre una especie y otra. 6. Extinción de especies por selección natural Según Darwin, así como la selección natural explica el origen de nuevas especies, también explica la extinción de otras. De esta manera, existe en el proceso evolutivo una renovación permanente: la aparición de nuevas formas, provistas de mejores dispositivos adaptativos, traerá como lógica consecuencia la desaparición de las que carecen de esos dispositivos, particularmente si se establece, entre ambas, una competencia directa por la supervivencia.
Neodarwinismo y mutacionismo Hacia 1880 la teoría de la evolución había alcanzado un alto grado de aceptación. Sin embargo, después de la muerte de Darwin se inició un período de cuarenta o cincuenta años de decadencia general del darwinismo, motivado, en gran medida, por el hecho de que los adelantos en bilogía celular y en genética sembraron series dudas de la eficiencia de la selección natural. Las ideas sustentadas por algunos “neodarwinistas”, el auge de las posturas lamarckianas, con su insistencia en la herencia de los caracteres adquiridos, y el arrollador avance de la genética mendeliana y de las experimentaciones en laboratorio por parte de los mutacionistas, llevaron a que Darwin y la selección natural quedaran relegados a un segundo plano. Así, la popularidad del darwinismo empezaba a decrecer. Recordemos que el punto más débil de la teoría de Darwin lo constituyó el tema de la herencia en general y de las variaciones en particular. No sorprende, por lo tanto, que éste sea el tema que concitará la atención de botánicos y zoólogos en la última parte del siglo XIX y primera parte del XX. En medio de ese período existe un hecho histórico de profunda importancia no sólo en el campo de la herencia sino en el del conocimiento científico en general. Se trata del redescubrimiento de los trabajos de Mendel, hecho que tendrá lugar en el año 1900. En ese año, tres botánicos de diferente nacionalidad, el holandés Hugo de Vries, el alemán Carl Correns y el austríaco Erich Tschermak, creyeron descubrir las leyes de la herencia pero en realidad lo que hacen es “redescubrir” las conclusiones alcanzadas por Gregor Mendel treinta y cuatro años antes.
La teoría sintética de la evolución Tras la rápida difusión de las ideas de Mendel inmediatamente después del redescubrimiento de sus trabajos, en el año 1900, los estudios de génetica desplazaron a un segundo plano a los estudios sobre la evolución. Hacia 1930 las obras de los ingleses Ronald Fisher y John Haldane contribuyeron a compatibilizar el mendelismo-mutacionismo con el darwinismo, es decir, los resultados obtenidos en el campo de la genética con la teoría evolucionista en general y, particularmente, con el mecanismo de la selección natural. De este modo surgía la denominada “teoría genética de la selección natural”. Tras los trabajos de Fisher, Haldane y también Sewal Wright aparecieron las obras de un conjunto de autores que, desde distintos campos de las ciencias naturales, especialmente la genética (y sobre todo la genética de poblaciones), la sistemática y la paleontología, aportaron para la conformación de un cuerpo teórico actualizado que permitiera proporcionar una explicación integral del proceso evolutivo. Cuatro autores, con sus respectivas obras publicadas entre 1937 y 1944, tuvieron particular responsabilidad en el surgimiento de la teoría sintética de la evolución. Fueron Theodosius Dobzhansky, genetista; Enrs Mayr, zoólogo; Julian Huxley, biólogo; y George Simpson, paleontólogo. Los postulados fundamentales del sintetismo podrían enunciarse de la siguiente manera: 1. El sintetismo es una concepción materialista de la evolución que incorpora la genética mendeliana al darwinismo. 2. Como resultado de lo antedicho, y a diferencia de Darwin, el sintetismo niega la herencia de los caracteres adquiridos. 3. Sustenta un criterio poblacional, en la seguridad de que son las poblaciones las que evolucionan y no los individuos de manera aislada. 4. Insiste en que las “pequeñas mutaciones”, o micromutaciones, son las más frecuentes en el proceso evolutivo. 5. Por ende, el sintetismo es esencialmente gradualista, al igual que lo es la teoría evolucionista de Darwin. 6. Proclama la naturaleza absolutamente fortuita de la micromutaciones, en el sentido de que se producen independientemente de las necesidades del organismo. 7. Al mismo tiempo, sostiene la existencia de un factor orientador en el proceso evolutivo: la adaptación, producto de la interrelación entre organismo y medio. 8. De acuerdo con los puntos 6 y 7 precedentes, el sintetismo considera que el proceso evolutivo es una mezcla de azar y orientación y que la selección natural es, en definitiva, el mecanismo que pone orden en la variabilidad genética conduciendo a la evolución por caminos adaptativos. 9. Sostiene, a diferencia de Darwin, que el aislamiento geográfico entre dos poblaciones desempeña un papel clave en el fenómeno de especiación. 10. Finalmente, reivindica la selección natural como mecanismo de especiación.