PSICOLOGÍA INDIVIDUAL La psicología individual es una teoría psicológica ideada por Alfred Adler. A diferencia de Freud, Adler creía que el hombre tiene posibilidades de mejorarse y de progresar en la vida, de reducir sus problemas y, con el tiempo, de llegar a un ajuste casi perfecto de su proceso vital. La psicología individual plantea la vida como una lucha desde el nacer hasta el morir, una especie de viaje en el que cada ser humano se vale de su propio método, en el que cada viajero sabe de los otros, en que cada uno está impulsado por muchas metas comunes y en el que todos están expuestos por igual a las vicisitudes del itinerario. La Psicología Individual fue creada por Alfred Adler (1870 – 1937) y en ella todo gira alrededor del YO. A partir de sus divergencias con Freud y el Psicoanálisis, Adler dejó la postura sobre la primacía de la sexualidad y la libido como determinantes de la vida anímica y formuló otra donde la evaluación individual del mundo es lo más determinante. Adler consideraba que una persona se encuentra en confrontación en tres frentes distintos: el social, el amoroso y el vocacional. Estas tres fuerzas con las que se confronta determinan la naturaleza de la personalidad. En los inicios del psicoanálisis fue un importante colaborador de Freud y llegó a ocupar incluso la presidencia de la Sociedad Psicoanalítica, pero diferencias en conceptos fundamentales como la sexualidad le hicieron alejarse y desarrollar su propia teoría. En 1912 publica “El carácter neurótico”, su obra más importante. Para Adler el sentimiento de inferioridad (consciente o inconsciente, con sus mecanismos de compensación), es la clave para promover el desarrollo positivo y el crecimiento personal. El sentimiento de inferioridad sería la base para la superación, la idea que dirige e impulsa el cambio, pero una excesiva fijación en este sentimiento puede ser patológica. A este problema lo denominó complejo de inferioridad. Posteriormente la teoría se amplió a la búsqueda de sentimientos de superioridad y los motivos de interés social.
La teoría de la compensación, resignación y sobrecompensación Compensación. Cuando una persona sufre de desventajas que le hacen inferior a los otros, su meta principal se convierte en neutraliza dichas desventajas. Aquellos que alcanzan esta meta con éxito obtienen éxito en sus vidas tanto social como individualmente. Resignación. Aquellos que admiten sus desventajas y se reconcilian con ellas. Suelen ser la mayoría de las personas y su actitud hacia el mundo que les rodea es relajada y un poco desinteresada. Sobrecompensación. Las personas que se obsesionadas con la idea de compensar sus desventajas se dejan llevar en exceso por su búsqueda por alcanzar la meta. Éstos son los que se vuelven neuróticos. Es una estrategia por medio de la cual uno encubre, consciente o inconscientemente, debilidades, frustraciones, deseos, sentimientos de inadecuacidad o incompetencia en un área vital por medio de gratificaciones o (afán de) excelencia en otra área. La compensación puede abarcar deficiencias e inferioridades personales o físicas ya sea real o imaginaria. Sin embargo, la estrategia de compensación no ataca realmente la causa o fuente de esta inferioridad. Las compensaciones positivas pueden ser una ayuda en sobreponerse a sus dificultades Por otro lado, las compensaciones negativas no lo son, lo que redunda en un refuerzo del sentimiento de inferioridad. Los principios generales de la Psicología Individual son los siguientes: 1.- El afán de dominio sobre los demás y el afán de superarse a sí mismo. El afán de superación tropieza con las limitaciones y dificultades de la vida, las cuales, para Adler, abarcarían tres grandes zonas: sociedad, trabajo y amor. 2.- Si el sujeto fracasa frente a su medio o a causa también de alguna inferioridad orgánica, ya sea morfológica o funcional, puede ser invadido por un sentimiento de inferioridad que puede devenir en un complejo de inferioridad. 3.- Y el hombre, a veces, al tratar de compensar el sentimiento de inferioridad ocasiona un sentimiento de superioridad consistente en una excesiva valoración de si mismo y se podría formar un complejo de superioridad.
Para Adler no existen subdivisiones de la personalidad como el ego, el yo y el superyó, y de ahí que su teoría se haya denominado también Teoría holística o indivisible. Adler comprende al individuo en su singularidad, relacionándolo con su contexto social y cultural. En este sentido fue un precursor de la psicología social y de los modelos integradores actuales. Adler plantea la teoría de la personalidad en un sistema de la psicología individual. Se centra en la seguridad del ser humano, en su conciencia y sus fuerzas sociales. Según Adler todos nacemos con un sentimiento de inferioridad, causado porque al nacer somos indefensos y dependemos de otros; este sentimiento nos motiva a superarnos, complementarlo con el sentimiento de superioridad o perfección, el cual es el fin último del ser humano. Inferioridad De acuerdo con este principio, el hombre, en cuanto tiene conciencia, se siente en el mundo incompleto e insatisfecho. Gracias a este sentimiento, el individuo se ve impulsado a analizarse, localizando sus males y enfermedades en regiones específicas de su cuerpo (lo que se denomina trastornos psicosomáticos de órgano). Superioridad El principio de superioridad indica que el ser humano es más que un animal agresivo, pues su búsqueda es la del poder (físico y simbólico) para lograr sobrevivir. La más importante de las fuerzas que mueven la conducta de la persona «es el esfuerzo por ir de una condición inferior a una superior». Estilo de vida Considerado como una especie de guía con el fin de que el hombre logre superarse, el hombre buscaría dos cosas: su dirección interior de conducta, impulsada y dictada por él mismo; las fuerzas del ambiente que ayudan a tomar la dirección que el yo interno desee tomar.
Yo creador Para la psicología individual, el ser humano no es solo un producto del ambiente, sino que crea una estructura propia sobre las experiencias vividas durante toda su vida, las interpreta y busca satisfacer sus deseos de superioridad. Se trataría, pues, aunque reactivo y mecánico, de un yo creativo original, inventivo y que crea algo inexistente: una nueva personalidad. Yo Consciente Nuestra parte divina más cercana en la Tierra consciente de todas las fracciones de nosotros mismos, capaz de dirigirlas desde la consciencia del Yo Soy. Metas fantasiosas El ser humano es impulsado y atraído por una serie de metas imaginadas, que son las que explican la conducta del mismo el ser humano Interés social El hombre confía en que una sociedad más fuerte y perfecta lo ayudará a obtener un sentimiento de superioridad más completo, el ser humano.
AVANCES En nuestros días, concluía: la individualidad y sus potencialidades no pueden medirse, pero un observador sagaz, ejercitado en el estudio de los seres humanos, es a veces capaz de descubrir el futuro en las características actuales de un individuo determinado. Hoy, nadie discute ya los avances registrados por la psicología en la comprensión de los problemas humanos. André Amar, profesor del Instituto de Estudios Políticos de París nos recuerda que psicología significa al pie de la letra ciencia del alma y la noción del alma ha sido esencial en la corriente del pensamiento occidental y hasta fines del siglo XVIII, para ordenar el estudio de las pasiones y de las facultades intelectuales del hombre ("Desarrollo y evolución de la psicología", en La Psicología Moderna, Ediciones Mensajero, 1978, pp.204-205).
Es la inteligencia emocional la que nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo, incrementar nuestra capacidad de empatía y nuestras habilidades sociales, y aumentar nuestras posibilidades de desarrollo social". Goleman establece que en cierto sentido, tenemos dos cerebros: emocional y pensante; dos mentes: la que piensa y la que siente; y dos clases de inteligencia: la racional y la emocional. El antiguo paradigma entre razón y sentimiento era suprimir la emoción y colocar en su lugar la razón. Otra idea importante que capté en Frankl era que, a diferencia de sus dos maestros, Sigmund Freud y Alfred Adler, la esencia de su teoría psicológica fue desde una experiencia vital. Y al margen de estar equivocado o no, esa experiencia tiene valor añadido porque su prejuicio ideológico parte desde el final. Primero vive la experiencia límite y luego se decepciona de los presupuestos que asumió como discípulo de aquellos dos grandes psicoterapeutas. El primer capítulo que me cautivó fue “Psiquiatría del campo de concentración” en donde alude a su encierro en el campo de exterminio de Auschwitz en Polonia. El segundo capítulo que marcó una pauta en mi admiración por Frankl fue el referido al “Encuentro de la Psicología Individual con la Logoterapia”. Este capítulo no puedo dejar de asociarlo a otro en el cual Frankl recuerda a un discípulo de Adler, el psiquiatra y filósofo católico Rudolf Allers. En términos más técnicos, para Adler, el complejo de superioridad es la consecuencia del proceso de transferencia que busca esconder la inferioridad percibida, con la pretensión de ser superior a los demás, en algún aspecto vital. La percepción de superioridad es la consecuente reacción a un sentimiento de inferioridad no expresado externamente, maximizando hacia el exterior aquellos aspectos en que, por transferencia de objetos, o por observación diferencial, consideramos destacar del comportamiento colectivo aparente. Es una maximización subjetiva del hecho sincrónico que nos lleva a buscar aquello que los demás consideran insólito, en nosotros mismos. Pero, básicamente, el complejo de superioridad se manifiesta como una afectación de la personalidad que conduce a la adopción de posturas prepotentes o arrogantes en el trato con los demás. El síndrome de superioridad es una consecuencia de un previo complejo de inferioridad mal resuelto.
SINOPSIS DE LA TEORÍA DE ADLER Alfred Adler postula una única "pulsión" o fuerza motivacional detrás de todos nuestros comportamientos y experiencias. Con el tiempo, su teoría se fue transformando en una más madura, pasando a llamarse a este instinto, afán de perfeccionismo. Constituye ese deseo de desarrollar al máximo nuestros potenciales con el fin de llegar cada vez más a nuestro ideal. Es, tal y como ustedes podrán observar, muy similar a la idea más popular de actualización del self. La cuestión es que "perfección" e "ideal" son palabras problemáticas. Por un lado son metas muy positivas, de hecho, ¿no deberíamos de perseguir todos un ideal?. Sin embargo, en psicología, estas palabras suenan a connotación negativa. La perfección y los ideales son, por definición, cosas que nunca alcanzaremos. De hecho, muchas personas viven triste y dolorosamente tratando de ser perfectas. Como sabrán, otros autores como Karen Horney y Carl Rogers, enfatizan este problema. Adler también habla de ello, pero concibe este tipo negativo de idealismo como una perversión de una concepción bastante más positiva. Luego volveremos sobre el particular. El afán de perfección no fue la primera frase que utilizó Adler para designar a esta fuerza motivacional. Recordemos que su frase original fue la pulsión agresiva, la cual surge cuando se frustran otras pulsiones como la necesidad de comer, de satisfacer nuestras necesidades sexuales, de hacer cosas o de ser amados. Sería más apropiado el nombre de pulsión asertiva, dado que consideramos la agresión como física y negativa. Pero fue precisamente esta idea de la pulsión agresiva la que motivó los primeros roces con Freud. Era evidente que éste último tenía miedo de que su pulsión sexual fuese relegada a un segundo plano dentro de la teoría psicoanalítica. A pesar de las reticencias de Freud, él mismo habló de algo muy parecido mucho más tarde en su vida: la pulsión de muerte. Adler formó muchos discípulos, si bien muchos de los más importantes se separaron de su escuela como Oswald Schwarz, Rudolf Allers y Viktor Frankl (fundador de la Logoterapia), que conformaban un grupo dentro del adlerismo que abogaba por una fundamentación de la teoría de Adler desde la antropología filosófica. También se separó de él el conocido psiquiatra y caracterólogo Fritz Künkel, fundador de la psicología del "Nosotros". Fueron además discípulos de Adler su hija Alexandra Adler, Hans y Rowena Ansbacher, Erwin Wexberg y Rudolf Dreikurs, entre otros.
Adler plantea la teoría de la personalidad en un sistema de la psicología individual. Se centra en la seguridad del ser humano, en su conciencia y sus fuerzas sociales. Según Adler todos nacemos con un sentimiento de inferioridad, causado porque al nacer somos indefensos y dependemos de otros; este sentimiento nos motiva a superarnos, complementarlo con el sentimiento de superioridad o perfección, el cual es el fin último del ser humano. Sin embargo, cuando uno no es capaz de compensar los sentimientos de inferioridad se genera el complejo de inferioridad (incapacidad para afrontar los problemas de la vida); por otro lado, cuando la retribución es excesiva, se forma el complejo de superioridad (opinión exageradamente de nuestras habilidades y logros). Determinan nuestra personalidad patrones adquiridos según nuestro estilo de vida y orden de nacimiento, según Adler. Los estilos de vida, existen cuatro tipos básicos: el tipo dominante o controlador, muestra una actitud autoritaria, sin consideración hacia los demás, llegan a convertirse en delincuentes o psicópatas, en menor grado solo drogadictos, alcohólicos; el tipo inclinado a recibir, el más común, es dependiente de otras, espera recibir no dar; el tipo evasivo, no hace frente a los problemas, no arriesga, pasa por alto las dificultades por miedo a fracasar; el tipo socialmente útil, los anteriores estilos de vida no son útiles a la sociedad, este en cambio, es tolerante con las personas, busca ayudar a otros y se desarrolla dentro de los estatutos sociales. Estos cuatro estilos de vida, a su vez, son determinados por el orden de nacimiento. El orden de nacimiento: los primogénitos, son los engreídos que sufrirán el destrono por sus hermanos, al principio reciben mayor atención por sus padres, sobreprotegen a sus hermanos y si no superan su destrono son proclives a problemas posteriores ; los segundos, son los hijos a quien le da igual lo que suceda con ellos, no han sido destronados ni son los más engreídos; lo últimos hijos, son los engreídos, consentidos e hiperactivos, puesto que no aprenden a hacer solo sus cosas sino que tienen a sus hermanos, les cuesta adaptarse a la vida adulta; el hijo único nunca pierde la supremacía, son pegados a mamá, pueden sufrir de mamitis, les cuesta compartir y competir con otros porque en casa siempre tuvieron todo para ellos solos, además de ser egocéntricos.
ESFUERZO
DESDE
LA
INFERIORIDAD
HACIA
LA
SUPERIORIDAD El complejo de inferioridad: considera la percepción de desarraigo que un individuo obtiene a causa de haber padecido una infancia mala, plena de burlas, sufrimientos, rechazos, etcétera. Complejo de superioridad: Adler considera que es un mecanismo inconsciente, neurológico, en el cual el individuo trata de compensar sus sentimientos de inferioridad, resaltando aquellas cualidades en las que sobresale. El síndrome de superioridad es una consecuencia de un previo complejo de inferioridad mal resuelto. Quien no siente la “inferioridad”, no precisa exhibir su “superioridad”; por otra parte, quien es claramente superior, es así percibido por los demás, sin requerir una manifestación mayor. De todas maneras es importante advertir que un individuo, aunque exhiba comportamientos autoritarios y arrogantes, o desarrolle actitudes de prepotencia, no necesariamente se hallará en un auténtico “complejo de superioridad”, si no es consecuencia de una percepción previa de ser inferior en algo. Y esto, por cierto, dicho al margen de lo disvalioso que pudieren resultar sus actitudes en la convivencia social. En sus teorías se definen y estudian los complejos de inferioridad y superioridad como ejes de su corriente. El complejo de inferioridad considera la percepción de desarraigo que un individuo obtiene a causa de haber padecido una infancia mala, plena de burlas, sufrimientos, rechazos, etcétera. Con más detalle puede describirse al complejo de inferioridad, en la ciencia de la psicología y el psicoanálisis, como el sentimiento en el cual, de un modo u otro, una persona se siente de menor valor que los demás, lo cual, normalmente, sucede en forma inconsciente y lleva a los individuos afligidos a sobrecompensarlo. Pero esto último, a su vez, plantea una alternativa. Porque la necesidad de sobrecompensación puede resultar o bien en exitosos logros o bien en comportamiento esquizotípico severo.
LA UNIDAD DE LA PERSONALIDAD A este tipo de pensamiento que considera que los objetos son totalidades y no simples agregados de elementos o partes se le denomino holismo. Este término proviene del griego holos que significa que todo y fue introducido por Jan Smuts a la filosofía. Influido por esta forma de pensamiento, adler concibe al individuo como una unidad: "los fenómenos del alma nunca deben considerarse como un todo cerrado y separado, sino que solo se los puede comprender considerando todos los fenómenos del alama como partes de un todo inseparable". Es decir, que los sentimientos, pensamientos, voliciones, o acciones del individuo no pueden comprenderse de una forma separada, éstos adquieren significado en la forma en que la persona internamente los une. Pero si evadimos la responsabilidad, muchas veces buscamos a quién culpar, incluso a nosotros mismos y nuestra torpeza, o creamos excusas que cargarán con el peso de nuestro error pero para Adler esto no es admisible debido a que si cometemos un erro es nuestra responsabilidad aprender de él y ser ahora conscientes de sus correspondientes consecuencias. Es muy importante que seamos cada vez más conscientes de nuestras acciones y las consecuencias de las mismas pues eso nos ayudará a tomar mejores decisiones. Este es el motivo por el cual en la psicología individual las excusas, sentimientos de culpa y contradicciones no son aceptables, pues todas ellas pretenden ocultar nuestras verdaderas intenciones, evadir las consecuencias de la acción y no responsabilizarnos por ellas. En la psicología Individual, para comprender al ser humano debemos pensar en él como algo que va más allá de él mismo. No es posible entenderlo y aislarlo de su entorno, de la gente con la que convive, de las circunstancias físicas que lo rodean, de las ideas que le influyen y los valores que le guían. Ese todo que gira en torno a él es parte de él y debemos entenderlo dentro de él. El individuo más que una concepción propia y creativa del individuo. El hombre es para él un ser único e indivisible en partes más pequeñas, un "individuo" en el sentido etimológico de la palabra (in-dividuus: no dividido), en el que cada una de sus partes obra en conjunto hacia una finalidad.