UNIVERSIDAD DEL MAGDALENA FACULTAD DE ESTUDIOS GENERALES CÁTEDRA REGIÓN Y CONTEXTO CARIBE COMPONENTE GEOAMBIENTAL
VI. SUBREGIÓN ESTRATÉGICA: EL MAR CARIBE: ESPACIO DE ENCUENTROS Y DESENCUENTROS
“… Ya dixe como yo habia andado CVII leguas por las costas del mar, por la derecha de la linea osidente a oriente, por la isla iuana[…] allende d`e esta CVII leguas mequeda de la parte del poniente dos provincias que io no he andado, la una de las cuales llaman Auan donde nase la gente con cola” Cristóbal Colón carta a Santangel (1493) El Mar Caribe es una subregión de gran interés en especial por su singularidad ecológica y ambiental, y la historia que él encierra. El Mar Caribe o Mar de las Antillas se encuentra parcialmente cerrado en el norte y en el este por las Indias Occidentales (Antillas Mayores y Menores); delimitado al sur por Suramérica y Panamá, y al oeste por América Central. Tiene aproximadamente 2415 kilómetros de este a oeste, y entre 640 y 1450, de norte a sur. Con una extensión de 1.940.000 Km 2 en su extremo noroccidental está conectado con el Golfo de México por el Canal de Yucatán, un paso de 190 kilómetros de ancho entre Cuba y esa península mexicana. El Paso de los Vientos, situado entre Cuba y Haití, es una importante ruta de navegación entre los Estados Unidos y el canal de Panamá. Con algunas cuantas excepciones, todo el Mar Caribe tiene más de 1830 metros de profundidad; muchas zonas superan los 3660 metros y la mayor está localizada en la Fosa de las Islas Caymán, entre Jamaica y las mencionadas ínsulas (7535 m), también conocida cono Hoya de Bartlett, en reconocimiento al marino de ese mismo nombre que la descubrió en 1880. Su situación astronómica entre los 0o y los 30º de latitud norte, le confiere una serie de características muy particulares: las temperaturas de sus aguas de superficie están varios grados por encima de las aguas oceánicas de las mismas latitudes. El Mar Caribe y el Golfo de México se convierten en acumuladores térmicos, lo que desata toda una serie de peculiaridades meteorológicas e hidrológicas. Es al final de la temporada de máximo calentamiento o finalizado el verano cuando se genera sobre estos espacios un centro ciclónico importante que puede desencadenar en tormentas y huracanes de singular violencia catastrófica para los navegantes o para los habitantes de la macroregión Caribe. La ciclogénesis se mantiene durante gran parte del año y el clima tiene caracteres subecuatoriales en buena parte del Mar Caribe, con lluvias frecuentes que pueden rebasar los 2000 mm anuales. El Mar Caribe está rodeado en un 90% aproximadamente por masas terrestres insulares y continentales. Su biodiversidad es única y sus ecosistemas altamente frágiles, incluyen el segundo sistema de barreras coralinas más grande del mundo. Sus países son altamente vulnerables a los efectos provocados por los cambios climáticos y las variaciones, incluyendo el aumento del nivel del mar, el fenómeno del Niño y el incremento en la frecuencia e intensidad de los desastres naturales causados por huracanes, inundaciones y sequías. Más de 230 millones de personas viven en los territorios caribeños, y para ellos la protección y el manejo sustentable del mar Caribe se constituye en una necesidad vital.
Hay varias fuentes desde las cuales se derivan amenazas para el medio ambiente y la población del Mar Caribe. Aparte de los riesgos asociados con el transporte de desechos nucleares, unos 63000 barcos que pasan cada año por la zona generan un estimado de 82000 toneladas de basura. Cerca de 1500 embarcaciones de pesca que operan en el área. Las fuentes terrestres de polución – fundamentalmente las aguas residuales, los químicos y el empantanamiento-, el desarrollo intensivo del turismo y los grandes embarques de petróleo, tienen también un impacto perjudicial e implican riesgos negativos para el medio ambiente. El Mar Caribe se califica como un mar semicerrado según el artículo 122 de la Ley Internacional del Mar, ya que toda el área que cubre está compuesta por Zonas Económicas Exclusivas, sobre las cuales los estados insulares y continentales de la macroregión ejercen jurisdicción, aún cuando no se hayan definido todavía todas las fronteras marítimas. Los estados del Gran Caribe tienen por ende el derecho, en virtud del convenio constitutivo, de cooperar en el manejo de los recursos del mar Caribe y coordinar la implementación de sus derechos y deberes con respecto a la protección y preservación del medio ambiente marino, ya sea directamente o a través de organizaciones regionales, como por ejemplo la Asociación de Estados del Caribe -AEC-. Gerhard Sandner en la ponencia del X Congreso Latinoamericano de Ciencias del Mar, realizado en San José de Costa Rica en septiembre de 2003, titulada “Delimitación marítima y manejo de recursos marinos costeros en el Gran Caribe” anota que uno de los problemas más serio que confronta el Mar Caribe en las décadas pasadas es la discrepancia entre la apropiación del mar por los estados y los aspectos funcionales de manejo y preservación de los recursos. Pocos años después de iniciar la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre Derechos del Mar (UNCLOS) en 1973 y bajo la influencia de las discusiones sobre la jurisdicción de zonas marítimas, varios estados reclamaron extensas Zonas Económicas Exclusivas. Cuando en 1994 entró en vigencia la Convención, el Mar Caribe había sido dividido en más de 30 áreas al menos opcionales bajo jurisdicción y control de estados ribereños. Lo que antes se pintó en un “azul inocente”, ahora aparece completamente parcelado. Dibujando las áreas de tierra firme y las zonas marítimas bajo jurisdicción de los estados sin considerar las costas, el Mar Caribe se nos presenta como la macroregión más fragmentada del mundo, mientras que en la misma superficie en el Pacífico Occidental hay 23 estados y territorios dependientes, en el Caribe hay 35 unidades.
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Con la cumbre de Río en 1992 culminó la intensa discusión sobre ambiente, ecosistemas y desarrollo sostenible mientras avanzaba la territorialización del Mar Caribe. Sus resultados fundamentales fueron la Convención sobre el Cambio Climático, la Convención sobre la Biodiversidad y la Agenda 21, con su capítulo 17 sobre los mares. El mayor impacto de la Agenda 21 se refiere a la explotación sostenible de los mares y el manejo integral de las zonas costeras. En 1999 los países del Caribe propusieron que la Asamblea General de las Naciones Unidas declarara el Mar Caribe como un “Área Especial en el Contexto del Desarrollo Sostenible” Esta iniciativa quedó aprobada y se constituiría la base de un amplio marco de trabajo para el desarrollo sostenible en la región, que cubriría tanto a las áreas terrestres como marinas. En el Mar Caribe por su condición y normas legales específicas de “mar semicerrado” persiste el problema de cómo realizar las regulaciones previstas por las diferentes instituciones y convenciones cuando aún faltan muchas delimitaciones de los estados y territorios dependientes. Precisamente la falta de delimitación tiene consecuencias negativas para el manejo coordinado y también dificulta programas conjuntos entre estados ribereños vecinos. Sandner en referencia específicamente a la delimitación de la Zona Económica Exclusiva de 200 millas marinas, prevista en UNCLOS, comenta que durante la fase de “territorialización” del Mar Caribe en los años setenta los estados estaban interesados principalmente en la apropiación territorial y no tanto en derechos de uso, cooperación y en deberes como la protección y preservación del medio marino. En el artículo 123, se hace referencia específica a los mares semicerrados, como lo es el Caribe, se señalan los deberes de los estados ribereños entre otros “cooperar entre sí en el ejercicio de sus derechos y en el cumplimiento de sus deberes; coordinar la administración, conservación, exploración y explotación de los recursos vivos del mar; coordinar sus políticas de investigación científica y emprender programas conjuntos de investigación científica en el área” De los 81 límites marítimos posibles del Gran Caribe solamente 21 están fijados por tratados o acuerdos bilaterales, incluyendo sus coordenadas. Sesenta se basan en conceptos unilaterales o en un principio de la línea media. La mayoría de los límites fijados por tratado o acuerdo se refieren a Colombia, Venezuela, México y Cuba, es decir a los estados con más extensas superficies en el Gran Caribe. Ante el gran número de límites marítimos posibles, es sorprendente que hay solamente unos pocos casos conflictivos de delimitación, ninguno de ellos militantes con escalonamiento agresivo. Colombia sostiene zonas de investigación y explotación pesquera con República Dominicana (1978) y con Jamaica (1993), únicas en el Gran Caribe, pero que se reducen a declaraciones formales de intención, sin que se hayan realizado actividades de investigación o de pesca, de coordinación y manejo de recursos o cualquier forma de control. Considerando las isóbatas, es decir el fondo del mar, el Caribe es muy diferenciado con excepción de las dos cuencas extensas de Colombia y Venezuela, mientras que en su periferia abundan las lomas submarinas y fosas más o menos profundas. El florecer del fitoplancton, representa la base de la cadena alimentaria del mar, con alto contenido de vida marina, que incluye deltas y regiones de aguas ascendientes de la profundidad que contrastan con extremos de aguas casi desiérticas Es decir, se distinguen claramente el contraste dramático entre las aguas azules casi estériles y las concentraciones de vida marina en ciertas costas. Las Zonas Económicas Exclusivas de casi todos los estados están divididas en una parte más grande hacia el centro del mar sin muchos recursos pesqueros, y una faja más o menos ancha por las costas con abundancia de recursos. En total, el potencial pesquero del mar Caribe es muy reducido en comparación con otros mares, pero importante como base para la pesca artesanal y la nutrición de la población. Muchos de los estados del Gran Caribe, siguen descuidando sus deberes de control y cooperación en las Zonas Económicas Exclusivas. En el mar Caribe existen extensas áreas de pesca ilegal no limitada al sector artesanal. El caso del comercio ilegal triangular “droga-langosta” frente a la costa
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de la Mosquitia nicaragüense con conexiones hacia Roatán, Florida y Colombia refleja una ausencia total de control estatal o territorial. Esta pasividad de los estados podría ser el resultado de la reducción de la soberanía por efectos de la globalización, por nuevas intensidades de dependencia económica y financiera y por la incapacidad de defender el territorio y la población de impactos indeseados que penetran desde afuera. En el mar se agregan los efectos de la inestabilidad y movilidad de los recursos marinos, las condiciones oceánicas cambiantes por naturaleza y los límites marítimos invisibles o faltantes. Desde el punto de vista marítimo, el Caribe colombiano comprende unos 589.160 Km 2, de los cuales 1600 Km. son de costa. Colombia ejerce soberanía sobre las aguas del mar Caribe en dos zonas, el Mar Territorial, un área aproximada de 39.100 Km. que se extiende desde las primeras 12 millas, 22 Km. a partir de la línea de costas y la de Uso Económico que se extiende hasta 200 millas a partir del limite del mar territorial. (Ver mapa). Además, de ser una subregión natural ligada a la bondad del clima y su ubicación privilegiada, hacen de él un lugar ideal para el turismo que debe realizarse con un sólido desarrollo sostenible, de lo contrario se agudizarán los múltiples problemas que amenazan la base natural ecosistémica de por sí bastante deteriorada por siglos de intervención humana, por la presión de poblaciones costeras crecientes y los impactos naturales o inducidos, desde los huracanes hasta los grandes derramamientos de petróleo, o la sobrepesca de sus escasos recursos pesqueros. Un aprovechamiento adecuado del potencial natural del Mar Caribe, que evite su deterioro, debe basarse en una cultura popular de la sostenibilidad, apoyada en el conocimiento y la valoración adecuada de lo que se posee y de lo que está en riesgo.
El Mar Caribe nos integró a la historia universal desde los orígenes de nuestro “des-encuentro mítico” con la cultura europea. Al pronunciar su nombre nos encontramos en consonancia con el rumor indígena, con la resistencia africana y con la métrica europea; a reconocer en él nuestro espacio vital, nuestro ámbito propio, nuestra tierra prometida. El propósito de los colonizadores europeos era introducir en un mundo de seres inferiores la posibilidad de una salvación ofrecida a través de la fe cristiana. Ofrecer una mejor calidad de vida para los salvajes que habían encontrado. La realidad, esclavitud, dominio e imposición de doctrinas. Las consecuencias, la aniquilación de toda una cultura y tradición ya desarrolladas. Los luchadores, los franceses -fueron
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los primeros en entrar en disputa por el Caribe-, los ingleses, los holandeses –expandiéndose por Brasil- para explotar las salinas, asaltar las flotas y los puertos españoles, y organizar una buena red de contrabando. El Mar Caribe es nuestro mar de muchas entradas y salidas que lo ligan al Océano Atlántico, por donde vinieron los españoles, y después los ingleses, franceses, holandeses y portugueses. Es el mismo mar por donde vinieron a crear zozobra en el Caribe los piratas, corsarios y filibusteros, episodio insólito en la historia de la humanidad. Sus aventuras han levantado en partes iguales fascinación y horror en los siglos posteriores, hasta el punto de crearse mitos y leyendas no pocas veces alejados de la realidad histórica. Los bucaneros eran colonos de diversas nacionalidades pero mayoritariamente franceses y en menor número ingleses, se dedicaban a la caza con fines comerciales. Al darse cuenta de que los españoles no estaban dispuestos a dejarles ejercer el contrabando, decidieron buscar un negocio más lucrativo: la piratería. Los filibusteros actuaron en el mar de las Antillas durante buena parte del siglo XVII. Por norma general provenían de Inglaterra, Francia y Holanda. Uno de los filibusteros más famosos fue el galés Henry Morgan cuya hazaña más exitosa fue el asalto a Panamá en 1671. Los corsarios, en la práctica, es difícil determinar dónde empieza la piratería y dónde termina el corzo, puesto que el mismo individuo podía ser considerado corsario por sus compatriotas y pirata por los enemigos. Este es el caso de Francis Drake, el más famoso de los corsarios ingleses, quien llegó a recibir el título de sir en 1581 por parte de la reina Isabel I de Inglaterra. Para los españoles, sin embargo, no pasó de ser un vulgar pirata. En definitiva, el Caribe es ese mar por donde salieron nuestras riquezas, por donde se dio el des-encuentro cultural pero donde también se hizo resistencia. El mar por donde se dio la diáspora africana en América, esos miles de millones de seres humanos que fueron arrancados del África y sometidos al sistema esclavista en el Caribe y que hoy siguen enfrentando procesos de exclusión social, política y económica. Por el hecho de estar ubicado en el trópico, cuya línea de demarcación al norte coincide con el Trópico de Cáncer, señala la entrada a un mundo particular al que Colón describió como mítico, aduciendo al paraíso; que Bolívar amó y conservó en el alma como lugar de referencias vitales y que nosotros vivimos como espacio posible para verificar nuestras identidades culturales y mantener en pie las razones de una existencia digna. El viejo mundo se encontró en el “nuevo mundo” cuando las tres carabelas del almirante Colón llegaron, en la madrugada de 1492, a unas islas que confundió con el extremo oriente, el Cipango, una especie de metáfora para navegantes ávidos de riquezas y para aventureros recién salidos de las cárceles. Colón se debatía entre el almirante piadoso que perseguía su propio destino y que trataba de cumplir fielmente con la misión de la reina. Dividido entre el deber de hacer un inventario del oro disponible y la misión cristiana que le urgía, se dio a la tarea de colocarle nombre a las cosas, dejando consignado en su Diario el relato de ese Génesis en tierra americana que le seguía los pasos a la Biblia. El llamado descubrimiento de América, o mejor la equivocación o desencuentro de culturas, se dio en el Caribe. “….Es el encuentro del “agua dulce” (que fuese dentro y vecina con la salada), en la desembocadura del Orinoco; es la “suavísima temperancia” del clima; vinieron al navío más de cruenta paredes juntos y dos alcatraces. Vino a la nao un rabihorcado y una blanca como gaviota; y vide muchos árboles muy disformes de los nuestros, y de ellos muchos tenían los ramos de muchas maneras y todo en un pie, y un ramito es de un amanera y otro de otro…Grandes indicios son estos del paraíso terrenal, porque el sitio es conforme a las señales por estos santos e sanos teólogos….Creo que allí es el paraíso terrenal, a donde no puede llegar nadie, salvo por voluntad divina…” Tenemos así el primer relato del Caribe, de su geografía, de su espacio concebido como paraíso terrenal a través de los escritos de Colón en su Diario. Pero luego del “descubrimiento”, de la conquista y colonización de las tierras del Caribe y que traen consigo la visión “mítica” del Nuevo Mundo, a la descripción paradisíaca del primer encuentro le siguen las conquistadas devastadoras de los indígenas, nuestra identidad comienza a construirse dolorosamente con sangre, violaciones, con subyugación, dominación y muerte. Al arribo de los
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europeos, se sumó el legado esclavista y el sistema de la plantación, sistemas que transforman los órdenes sociales dando paso a una larga una fusión de culturas y etnias. En este escenario siempre estuvieron presentes el des-encuentro cultural, la conquista, la colonización, la esclavitud pero también la resistencia. Los mitos tampoco son ajenos al Mar Caribe, nos preguntamos por qué resulta intrigante el temor que despierta como mar. Para entender esto será necesario dar una mirada a la historia y conocer los mitos que se han forjado alrededor del concepto a cuya manifestación física nos resulta imposible desviar la mirada. Existen múltiples mitos que anticipaban la existencia de otro lugar más allá del horizonte, “mas allá de finisterre habita la monstruosidad”. Pero quizás los mitos que más interés suscita y que incluso dio nombre a las Islas del Mar Caribe es el de la Atlántida, Platón hablaba de ella en el Timeo y en Critias, y el otro es el del Triángulo de las Bermudas. Cerca de 9000 años antes de la época de Platón, habría existido frente a las columnas de Hércules una gran isla. Una tierra extremadamente rica, con abundancia de maderas, frutas, animales. La caza de tesoros anunció que había localizado la Atlántida en el Mar Caribe. ¿Estamos ante un episodio más de una absurda fantasía? ¿O tal vez hemos hallado por fin los restos de esta civilización perdida? Más allá de esto está claro que el mito de la Atlántida forma parte de nuestra memoria. El llamado "El Triángulo de la Muerte" cubre un área que va desde Florida, a las Bermudas, a Puerto Rico y de regreso a Florida. Es en esta zona donde supuestamente se hundió la legendaria "Atlántida" de Platón. Los antiguos Atlantes utilizaban enormes cristales como fuentes de poder y psíquicos alrededor del mundo sostienen la teoría de que estos poderosos cristales sumergidos desde hace mas de 10.000 años, son la causa de los extraños fenómenos que suceden en esta asolada zona del mar. También resulta curioso que Colón informase de la caída de meteoros, descritos por él mismo como “pelotas luminosas que bajaban desde el cielo”. Durante sus viajes por el Mar Caribe también describieron bailes de luces en el horizonte... Ecosistemas y Ecorregiones Marinos del Gran Caribe* * Tomado del documento “Una perspectiva Ecológica y Ambiental del Gran Caribe, de Germán Márquez Calle. Desde el punto de vista biogeográfico, el mar Caribe forma parte de una unidad muy amplia, que son los mares tropicales. Los mares tropicales americanos, esto es el Atlántico occidental, entre Bermuda al norte y al sur de Brasil, incluido el Caribe, y el Pacífico oriental entre el norte de Perú y el Mar de Cortés (Baja California) forman la subregión americana. El análisis a escala del Caribe, permite hacer subdivisiones cada vez menores, lo que implica que la diversidad y complejidad biológica es mayor. En tales subdivisiones, fenómenos ecológicos y oceanográficos se suman a los procesos históricos para generar heterogeneidad espacial y diversidad a escala geográfica reducida. (Márquez, 1996) El mar Caribe es homogéneo, por su menor tamaño y mayor interconexión por corrientes; no obstante, pueden distinguirse en él al menos dos grandes provincias: una del norte y otra del sur. Esta subdivisión es explicable con base en influencia de corrientes, en especial la Corriente Caribe, y con los fenómenos de surgencia frente a la costa norte de Suramérica desde Venezuela hasta la región de Santa Marta en Colombia. El medio marino es bastante más homogéneo que el terrestre, debido en gran medida, por la corriente Caribe, que ingresa desde Guayana entre Venezuela, Trinidad y Granada, aproximadamente, y desde allí se mueve en sentido oeste, a lo largo de la costa norte de América
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del Sur, para adentrarse en el Caribe en cercanías de Santa Marta. Factores relacionados con la corriente Caribe, la plataforma continental y los vientos alisios induce el fenómeno de afloramiento de aguas profundas, relativamente frías y fértiles, que contrasta con las aguas más cálidas y menos fértiles del norte, donde no hay surgencia. Ello influye, por ejemplo, en un mayor desarrollo arrecifal coralino en el norte del Caribe, en contraste con las costas continentales de Venezuela y Colombia, donde la pesca en más abundante gracias a los afloramientos de aguas profundas. En cuanto a la salinidad es más difícil de determinar y por tanto resulta menos conocida; es relativamente baja en latitudes altas y tiene un máximo subtropical cerca de 25º latitud norte y de 25º latitud sur, con un mínimo ecuatorial en medio. Los cambios de salinidad de las aguas del Mar Caribe, están asociados con las diferencias entre la evaporación (pérdida de agua dulce en forma de vapor) y la precipitación (adición de agua dulce en forma de lluvia) y por aportación de agua de los ríos. Tanto la temperatura como la salinidad están distribuidas de forma aproximadamente zonal, con contornos que van de este a oeste. Con una extensión de 1.940.000 Km 2 el Mar Caribe es un agente geológico que realiza tres acciones: erosión, transporte y sedimentación. La fuerza de la erosión depende de la potencia de la ola; ésta es más fuerte cuanto más fuerte sea el oleaje. También depende de la naturaleza de la roca, si es dura, la erosión es más débil. Las corrientes de resaca que se forman cuando se rompen las olas arrastran los materiales transportándolos a otros lugares. El transporte depende de la fuerza de la corriente y del peso de los materiales. Cuando la corriente pierde fuerza o termina, los materiales que arrastra se depositan, sedimentan y se forman accidentes como flechas y espigones, que son depósitos alargados conformados por arena que tienen forma de arco o están paralelos a la costa; tómbolas, cuando se forma un espigón entre una isla y la tierra; y playas, cuando la arena se extiende en zonas tranquilas. El Mar Caribe, por sus afinidades biogeográficas, es una subregión y dentro de ella se podrían diferenciar: sistemas pelágicos pulsantes de alta producción, sistemas pelágicos estables de baja producción (sin surgencia) y los estuarios (con influencia de grandes ríos). A nivel de ecosistemas costeros, los tipos principales de ecosistemas serían los arrecifes coralinos, los manglares, las praderas de fanerógamas o de pastos marinos, los litorales y fondos rocosos, los arenosos y las lagunas costeras y estuarios.
Sistemas pelágicos pulsantes de alta productividad: Ocupan la mayor extensión, pues son los que se forman en la masa de agua, cerca o lejos de las costas. Se señalan dos tipos básicos dependientes de si están o no sometidos a la influencia de aguas fértiles por surgencia. Cuando la hay se incrementa la producción pesquera. Las principales áreas de surgencia se encuentran frente a las costas del centro de Venezuela y frente a la Guajira y Santa Marta en Colombia; áreas menores en Panamá y sur de Cuba. Pero en general, en el Mar Caribe predominan los sistemas estables de baja producción, lo que hace que el Caribe sea un mar con limitados recursos pesqueros, que por lo común se encuentran localizados en estuarios o arrecifes. Se encuentran en buen estado, aunque hay preocupación creciente por la contaminación, especialmente de petróleo y fertilizantes. El principal problema asociado es que la contaminación puede trasferirse, a través de los sistemas pelágicos, a cualquier parte y a cualquier ecosistema del Caribe.
Sistemas pelágicos de baja productividad o ecosistemas de aguas azules: La mayor parte del Mar Caribe no es fertilizada ni por surgencias ni por ríos; las aguas cálidas superficiales no se mezclan con las profundas más frías y ricas en nutrientes; los nutrientes se sedimentan y el mar se transforma en un desierto donde se organiza un ecosistema poco productivo pero de admirable complejidad. Este ecosistema es llamado de aguas azules porque las aguas, con poco plancton, tienen un color azul como se observa lejos de las costas. En estas aguas cálidas y pobres los seres vivos enfrentan dos dificultades, cómo obtener nutrientes y cómo permanecer en suspensión. A cambio, gozan de estabilidad en sus condiciones de vida, lo que permite la evolución de sorprendentes adaptaciones al medio.
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Sistemas pelágicos y bénticos de la zona afótica (profunda): La zona bentónica, es el conjunto de regiones acuáticas que están habitadas por el bentos, es decir, por los seres vivos que se fijan a los fondos, o que se deslizan sobre ellos. Se pueden diferenciar entre la comunidad bentónica del litoral y la que ocupa los fondos oceánicos. En el primer caso, al recibir la luz solar, se pueden desarrollar muchas especies de algas verdes y pardas, así como algunas plantas fanerógamas. Por el contrario, los sistemas pelágicos y bénticos de la zona afótica, son los ecosistemas que se estructuran en las partes más profundas del mar, más allá de los límites de penetración de la luz. Estos ecosistemas son subsistemas ecológicos que dependen de la producción primaria de otros sistemas, una leve lluvia de seston que es aprovechada en su recorrido desde la superficie hasta las profundidades donde solo llegan cantidades irrisorias de alimento. Se exceptúan los sistemas basados en quimiosíntesis bacteriana que se organizan cerca de fisuras de la corteza terrestre por las cuales brotan vapores de sustancias reducidas que aportan la energía para la síntesis orgánica. No obstante la escasez de alimento, las enormes presiones y la baja temperatura, la vida ha invadido las grandes profundidades con profusión de especies que han desarrollado complejas y variadas adaptaciones a un medio hostil, entre ellas holoturias, gusanos, estrellas de mar, moluscos y peces adaptados a vivir sin luz. Aunque el Caribe es un mar tropical y relativamente poco profundo, alcanza en algunas cuencas más de 4000 m, profundidad suficiente para el desarrollo de ecosistemas abismales hasta ahora poco explotados y por tanto, poco aprovechados.
Arrecifes coralinos: Representan un elevado significado económico, no sólo por los recursos pesqueros asociados a ellos, sino como atractivo turístico, en especial de buceo, que se convierte en una importante alternativa económica en todo el Gran Caribe. Están distribuidos alrededor del todo el Caribe, especialmente en áreas insulares oceánicas o cercanas a la costa. Las formaciones arrecifales más importantes, complejas y extensas se encuentran frente a Belice, en el archipiélago de San Andrés y Providencia, en las islas Cayman y Swan y en las de la Bahía (Honduras); otras formaciones importantes se encuentran en Bonaire, Curacao, Aruba y Los Roques, frente a Venezuela. Se calcula que mas del 80% de estas formaciones presentan algún grado de afectación por acción humana y la mayoría presentan elevados riesgo, debido en parte a su natural fragilidad. El calentamiento global que inducen las altas temperaturas del agua están causando la mortalidad arrecifal a través del fenómeno del blanqueamiento.
Manglares: Se distribuyen alrededor de todo el Caribe, con algunas formaciones muy significativas y de gran importancia biológica y ecológica. Los principales sistemas costeros dominados por manglar se encuentran en el Golfo de Venezuela y Lago de Maracaibo, el complejo deltaico estuarino del río Magdalena y el sur de Jamaica. Todos los manglares del Caribe se encuentran en riesgo elevado, debido a la intervención humana: tala, alteración hidrológica, relleno, contaminación, con excepción de algunos manglares de la Mosquitia centroamericana.
Praderas de pastos marinos: Se distribuyen en estrecha asociación por las formaciones coralinas, de tal manera que tienen gran importancia en áreas insulares. Entre los más grandes los encontramos en la plataforma de la Misquita frente a Nicaragua y Honduras. En general estos sistemas están en buen estado aunque hay afectaciones locales en áreas turísticas donde los pastos se remueven.
Litorales y fondos rocosos: La mayor concentración de litorales y fondos rocosos se asocian con las formaciones montañosas litorales, dentro de las cuales se destacan la cordillera de la costa de Venezuela y la Sierra Nevada de Santa Marta, además de los litorales escarpados en muchas islas, en especial al sur de Santo Domingo. No hay recursos significativos asociados en forma directa a estas formaciones, que por su ubicación en zonas de intenso oleaje y corrientes son poco utilizados y afectados por uso humano.
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Litorales y fondos arenosos: Playas de arena de gran belleza circundan casi todo el Caribe. Estas playas son el mayor recurso ambiental del Caribe, en la medida que son la base primordial del turismo de sol y playa que soporta la economía de muchas de las islas y regiones costeras caribes. Aunque hay fenómenos de contaminación, erosión y alteración de playas, no existe en principio una situación generalizada de riesgo sobre el recurso. A fondos marinos blandos se encuentran asociados también algunos recursos como el camarón, pero sus pesquerías no representan un renglón importante más que a escalas locales, dada la baja fertilidad general del Caribe.
Lagunas costeras y estuarios: La principal área estuárica del Caribe Central, la constituye el delta del Magdalena, que incluye la Ciénaga Grande de Santa Marta. Otro estuario importante es el del Atrato, diferente por lo diluido de las aguas de este río. Las lagunas costeras, formadas en depresiones costeras en la desembocadura de pequeños ríos se encuentran distribuidas alrededor de todo el Caribe, asociadas con manglares. Son muy importantes para las pesquerías locales y como sitios de residencia o paso de aves, lo cual les da potencial turístico. Son afectadas por problemas relacionados con el poblamiento, la alteración y contaminación de las cuencas.
Problemas ambientales del Mar Caribe* * Tomado de los documentos “Una perspectiva Ecológica y Ambiental del Gran Caribe” de Germán Márquez Calle e “Inventario de problemas ambientales marino antropogénicos en la región del mar Caribe” de Jorge Corredor. El Grupo Mixto de Expertos sobre Aspectos Científicos de la Contaminación Marina –GESAMP- ha definido la contaminación marina como la introducción por el hombre, directa o indirectamente, de sustancias o energía en el medio marino (incluidos los estuarios) causando efectos perjudiciales tales como daños a recursos vivos, peligros a la salud humana, obstáculos para las actividades marinas, incluida la pesca, el deterioro de la calidad del agua de mar, y la reducción de los atractivos naturales. El inventario de problemas ambientales marino presentados a continuación señalan los más inmediatos y críticos, que se distribuyen en pequeños focos de alta y variada contaminación, generalmente en bahías, estuarios y lagunas costeras intensamente utilizadas por el hombre. En estos cuerpos de agua, la contaminación por petróleo, por aguas servidas con su consiguiente carga de nutrientes, materia orgánica y microbios patógenos, por metales pesados, por pesticidas, por basuras y otros que acrecientan por efecto de la pobre circulación de sus aguas. Los ecosistemas son vitales en el Mar Caribe no solamente por su valor turístico y pesquero, sino por la protección que proporcionan a nuestras costas. Entre los factores contaminantes del Mar Caribe vale la pena mencionar:
Superpoblación: Las zonas costeras del Gran Caribe y en especial las islas presentan elevadas concentraciones de población, que implican presiones crecientes sobre los recursos de dicha zona y sobre su capacidad de sostener la población misma, asimilar desechos y resistir cambios en los ecosistemas y en los litorales. Un caso extremo lo conforma la isla de San Andrés, con una población de más de 60000 habitantes en tan sólo 35 Km2, con las condiciones de riesgo y fragilidad ambiental derivadas de su condición insular. La presión poblacional, asociada con situaciones de equilibrio social y económico, ha incidido en una presión muy fuerte sobre los recursos naturales en todo el Caribe, lo cual ha afectado tanto los bosques en tierra como la pesca en el mar.
Contaminación por petróleo: La contaminación con petróleo tiene causas tanto naturales como inducidas por acción humana. La zona de mayor contaminación por hidrocarburos se ubican entre Trinidad y Venezuela, y el Golfo de México, por la concentración de fuentes naturales, procesos de explotación y transporte de los mismos. La contaminación
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natural se relaciona con afluentes espontáneos, algunos submarinos; las inducidas, con campos de exploración de hidrocarburos y con vertidos. En uno y otro caso la contaminación se expresa en forma de agregados de alquitrán y los hidrocarburos disueltos y dispersos. Los primeros afectan los litorales, en especial las playas de barlovento, expuestas directamente al impacto de vientos y corrientes, y en el segundo caso, hay riesgos asociados a la toxicidad de las sustancias liberadas. Las playas de barlovento de las islas de Barbados, Granada y Santa Lucía muestran severa contaminación de alquitranes, de origen externo a la región.
Basuras y desechos marinos: Tienen un impacto en las playas, muy lesivo para el turismo, pero también fuertes implicaciones sobre la biota marina, por efecto en especial del plástico, que es consumido por tortugas y otros animales marinos, además de esponjas sintéticas, artes de pesca (redes, boyas), metales (latas de refrescos y cerveza) y la madera. En las Antillas Menores, un contaminante prevalerte que encuentra su camino al mar por vía de los ríos lo constituyen las bolsas de polietileno utilizadas para cubrir racimos de banano. La persistencia de los plásticos en el medio ambiente es cuestión de gran preocupación ya que el polietileno, por ejemplo, puede persistir durante décadas hasta centenas de años en el medio ambiente sin descomponerse. En Colombia, el río Magdalena es una de las plumas más contaminantes del Mar Caribe. La contaminación por basuras es uno de los pocos problemas ambientales marinos extendidos homogéneamente a través de la región incluidas las regiones pelágicas.
Descargas orgánicas y eutrofización: La materia orgánica proviene, en general, de las excretas de la población humana y de ganaderías asentadas en cercanías al mar y a los ríos, así como a aguas fértiles por nutrientes provenientes de campos de cultivo y plaguicidas como DDT, aldrin, endrin, altamente tóxicos y persistente dada su naturaleza sintética. Además por su naturaleza lipofílica tienden a ser acumulados en el tejido graso y a ser concentrados en su paso por la cadena trófica afectando en especial a los consumidores de alto orden. Las primeras llevan agentes patógenos en las heces humanas y animales. Las segundas agotan el oxígeno del agua, debido a su demanda por los organismos que intentan su descomposición, lo que libera nutrientes que inciden en una mayor producción de materia orgánica, -algas y plantas marinas- en un proceso de fertilización incontrolada denominado “eutrofización”. Los fenómenos de carga orgánica y eutrofización son comunes en aguas de lenta circulación expuestas a fuertes descargas de aguas servidas, principalmente en bahías y puertos como Kingston, La Habana que recibe altísimas descargas industriales y domésticas y la de Cartagena. El constante incremento en niveles poblacionales a orillas del Mar Caribe y regiones adyacentes seguramente redundará en mayores descargas de aguas servidas al medio ambiente marino.
Contaminación Fecal: Aunque representa peligro directo para bañistas y para la práctica de los deportes acuáticos, su mayor preocupación es la acumulación de bacterias patógenas por parte de ostiones y otros organismos filtradores comúnmente consumidos crudos. El mayor peligro lo constituye el hecho de que buena parte de los desperdicios son vertidos no directamente al mar abierto donde el efecto de disolución minimiza el problema, sino a lagunas costeras, bahías y estuarios cuyas aguas tienen tiempos extendidos de residencia. Casos severos de contaminación fecal se encuentran en la bahía de Cartagena y la adyacente Ciénaga de la Virgen; los ríos y lagunas costeras de la zona de Coatzacoalcos en México; la bahía de Kingston en Jamaica; la bahía de La Habana; en aguas costeras de Trinidad y Barbados y St. Croix en las Islas Vírgenes estadounidenses.
Destrucción de Hábitat: Un gran número de actividades humanas resultan en la destrucción de habitas marinos. En la medida que sean destruidos los corales; los organismos principales en la fabricación de la estructura física arrecifal, se destruirá el hábitat de un sinnúmero de organismos que los habitan. Otras actividades destructivas del hábitat coralino son la pesca con dinamita, la recolección de corales para la venta y el anclaje de embarcaciones en arrecifes coralinos. Otra actividad que afecta seriamente los
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fondos blandos y el hábitat es la pesca de arrastre, practicada especialmente en las pesquerías de camarón. Un caso de especial significación lo constituye la alteración de la Ciénaga Grande de Santa Marta. La tala del mangle y del relleno de humedales de mangle son proyectos de “recuperación” de tierras afectadas, pues bien es conocido que los manglares son áreas de crianza de un gran número de organismos marinos, incluidos los camarones y otras especies de gran valor comercial.
Metales pesados: Dentro de los de mayor preocupación en términos ambientales podemos mencionar el mercurio, plomo, cobre, estaño, níquel. cobalto, zinc, cromo y cadmio. Algunos de estos metales pesados son susceptibles de ser concentrados a través de la trama trófica, siendo afectados mayormente los consumidos de alto orden, incluido el hombre. Algunos cuerpos de agua fuertemente contaminados incluyen la Bahía de La Habana, y el litoral habanero; las bahías de Nuevitas y Matanzas en Cuba; la laguna costera de Tamiahua y la región del río Coatzacoalcos en México; la boca del río Missisippi; la Ciénaga Grande de Santa Marta y la bahía de Cartagena.
Sedimentación: Algunas áreas y ecosistemas costeros pueden ser afectados por la sedimentación resultante de la erosión en cuencas aportantes al mar. Se relaciona con obras civiles en el litoral o en interior de los territorios y con deforestación de cuencas. Los arrecifes de corales son muy susceptibles al impacto de la sedimentación. Uno de los casos más conocidos son los arrecifes de las Islas del Rosario incrementada por el dragado del canal del Dique. Otros casos se presentan en el sur de Puerto Rico y en Costa Rica.
Sobrepesca: Los principales recursos pesqueros del Mar Caribe lo conforman caracoles, langostas y peces arrecifales, algunos peces pelágicos como sierras, jureles, bonitos y atunes o peces estuarinos como las mojarras y las lisas, además de camarón. La pesca en el mar Caribe es poca, por la baja productividad general del mar, aunque hay algunos enclaves más productivos en áreas de surgencia frente a Venezuela, a la Guajira y Santa Marta, en lagunas costeras y en arrecifes coralinos dispersos en el mar Caribe, los cuales se constituyen en una especie de oasis en el desierto de poca productividad oceánica. No obstante, la presión de pesca es superior a la oferta natural y ello determina que en gran parte del Mar Caribe se esté experimentando un descenso en la producción pesquera y/o un incremento en el esfuerzo requerido para obtenerla. En Haití, por ejemplo, el descenso drástico de la pesca ha generado un grave impacto social. En las pesquerías arrecifales el impacto es más sensible, como es el caso de los arrecifes del archipiélago de San Andrés y Providencia que en las actuales condiciones de explotación corren un grave riesgo. La pesquería de langosta presenta igualmente síntomas de sobre-explotación pero no obstante la grave crisis de las pesquerías sigue persistiendo la sobre-explotación por razones económicas y culturales. Tal es el caso del camarón de profundidad en los taludes continentales, del erizo de mar en muchas islas antillanas, de los calamares pelágicos y de pesca demersal en fondos blandos de la plataforma continental.
Cambio climático global: El fenómeno de alteración del clima y calentamiento global es especialmente impactante en zonas costeras, por lo cual el Gran Caribe está siendo y será muy afectado por él. El impacto más directo se relaciona con el calentamiento del mar, que se ha traducido por una parte en blanqueamiento y muerte de corales y por otra parte, está incidiendo en una intensificación de huracanes y fenómenos climáticos desastrosos como inundaciones y sequías. Una elevación en el nivel del mar, de apenas unos milímetros, también podrías estar incidiendo en erosión costera, que causa alteraciones significativas en la línea de costa, con graves pérdidas de infraestructura.
* Las nuevas condiciones impuestas por la globalización, señalan –teóricamente- a los espacios marítimos y litorales tanto de países desarrollados como a los en vía de desarrollo, las mejores condiciones y posibilidades de integración económica a la creciente expansión de los mercados mundiales, y por tanto, mayores oportunidades de desarrollo. La mayor parte de estas ventajas
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comparativas se deben, a la localización de una gran parte de la población en las fachadas marítimas y portuarias y a la conexión de éstas con cuencas hidrográficas que facilitan el transporte así como recursos energéticos o materias primas. Lo anterior da las oportunidades a las ciudades portuarias de constituirse en grandes centros comerciales de exportación e importación. En la década de los 50, el 27.5% de la población vivía a menos de 50 kilómetros del mar, hoy vive más del 60% a menos de 20 kilómetros de la costa, lo que hace del poblamiento costero el fenómeno más importante de ocupación del espacio en el último siglo, a pesar de los problemas planteados con el aumento del nivel del mar por causa del cambio climático global. México y América Central muestran un incremento de su población hacia su fachada Pacífica, lo mismo sucede en la costa oeste de los Estados Unidos –desde Los Ángeles hasta Tijuana- donde la población ocupa la mayor parte de sus zonas costeras. No solo los factores de poblamiento y localización son los únicos que permiten mejores condiciones de desarrollo de las fachadas marítimas también la perspectiva con que las naciones miran al mar desde la propensión a percibir el mundo exterior a través del mar y que éstas hagan parte de sus tradiciones y de las representaciones comunes a todos, para no quedarse en la simple contemplación folclórica de sus costas sin otorgar al mar la importancia que tiene para el desarrollo. Este es el caso de Colombia, que no ha demostrado gran preocupación por estudiar el mar desde su potencialidad pesquera, su economía, su geografía, sus tradiciones culturales, la historia de las relaciones con los demás países, etc. Sin una visión marítima se está ignorando la otra mitad del país representada en el mar patrimonial y en las ventajas de las relaciones con los países vecinos a través de las delimitaciones hechas en los Tratados Internacionales del Mar (UNCLOSIII), como Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Jamaica, Haití y República Dominicana. Las visiones frente al mar son muchas. Unas se centran en estudiar los recursos que ofrece el mar; otros, piensan en el análisis en los impactos antrópicos para detener el deterioro; y la más frecuente es la de confundir los espacios marinos con las necesidades geopolíticas de la soberanía, que ven al mar como una posesión territorial y no como un espacio de desarrollo, como un recurso o un patrimonio de la Nación y de la humanidad. Algo que ha caracterizado a nuestro país es la falta de una visión marítima, por ello la primera ciudad industrial está situada a 1.000 kilómetros de los principales puertos del Caribe y más de 500 del Pacífico, a 2.600 metros del nivel del mar, muy lejos de los recursos energéticos y de las materias primas. Quizás por esa falta de visión el país no ha podido hacer valer su localización estratégica sobre dos fachadas marítimas ni aprovechar el creciente poblamiento y la acumulación de mano de obre y capital humanos en las ciudades portuarias ante el desplazamiento violento de la población del interior de las costas Caribe y Pacífica, que está quedando más desocupado que en los comienzos del siglo XX. La propuesta de Francisco Avella es hacer de los espacios marinos y costeros objetivos de la geografía, la historia, la antropología, como un campo de conocimiento, pues a partir de temas como las costas, el mar, las islas, la gente del mar, de los puertos, etc., se construyen los conceptos espaciales que permitan formar una visión marítima. El punto de partida es la estructuración de conceptos que ayuden a explicar la organización espacial y que permitan encontrar sentido a la acción de los hombres sobre los litorales y el mar, para captar y entender el uso de las aguas marinas, la distribución de la población, la construcción de redes urbanas a partir de las ciudades puerto, el manejo estatal y comunitario de los recursos. En el caso específico de las costas, se maneja una visión romántica de espacios con una representación frecuentemente folclórica, que solo se utiliza para el turismo de masas y que difícilmente atraería turismo internacional por el exceso de vendedores ambulantes, por la baja calidad de las playas, por el manejo de las aguas servidas de los grandes centros costeros, etc. En el caso de las islas, para entender la acción de los hombres en estos pequeños espacios llenos de características individuales.
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En definitiva, la propuesta está encaminada a construir una visión marítima que integre espacio y territorio en una nueva visión de conjunto desde las ciencias sociales, a partir de las cuales las estrategias de investigación, de desarrollo y conservación para el manejo sostenible permitirán, dar sentido a las acciones de los interesados: los habitantes de las costas, las comunidades indígenas, negras o de pescadores, sobre las acciones de quienes siempre han decidido desde el Estado. Una visión marítima que restituya a los colombianos la posibilidad de investigar, usar y conservar más de un millón de kilómetros cuadrados de su territorio, representados en su mar patrimonial * Tomado del documento ”Espacio y Territorio en la construcción de una visión marítima” de Francisco Avella. ANEXOS* 1. Glosario La soberanía colombiana va más allá de los litorales, se extiende al mar territorial y a la plataforma continental. El mar territorial o aguas jurisdiccionales comprende las aguas que bañan las costas continentales e insulares hasta una distancia reconocida por el derecho internacional de tres y doce millas. Colombia adoptó la tesis del mar patrimonial de 188 millas náuticas, las que sumadas a las 12 millas del mar territorial, dan una distancia de 370 Km. sobre la superficie marina. Esta soberanía quedó consagrada en los tratados celebrados con Ecuador (Liévano-Lucio, 1975), Panamá (Liévano-Boyd, 1976), Costa Rica (Fernández-Facio, 1977 y Lloreda-Gutiérrez, 1986)), Nicaragua (Esgerra-Bárcenas, 1928), Honduras (Ramírez-López, 1986), Jamaica (SanínRobertson, 1993), Haití (Liévano-Brutus, 1978) y República Dominicana (Liévano-Jiménez, 1978) y se ejerce no sólo sobre aguas superficiales sino también sobre el aire y el subsuelo que ellas cubran hasta los 200 metros de profundidad. Colombia tiene definidas sus fronteras; solo existe un diferendo con Venezuela en relación con la plataforma continental en el Golfo de Venezuela. Con Estados Unidos tiene un acuerdo de explotación conjunta de pesca más no de límites (Tratado Vásquez-Saccio, 1972) Con los tratados internacionales anteriormente mencionados, Colombia ha ganado más de 988.000 Km. de extensión, con lo que nuestro país ahora cuenta con 2.070.408 km 2 de extensión territorial.
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A. MAR TERRITORIAL Con respecto a la definición de Mar Territorial, la III Convención de las Naciones Unidas adoptó los mismos criterios que expresa la Convención de Ginebra, es decir: “la soberanía de un Estado se extiende, fuera de su territorio y de sus aguas interiores, a una zona de mar adyacente a sus costas designada con el nombre de mar territorial”. “Esta soberanía se extiende al espacio aéreo sobre el mar, así como al lecho y al subsuelo de ese mar. La soberanía del mar territorial se ejerce con arreglo a esta Convención y a otras normas del Derecho Internacional”. Con respecto a la anchura del mar territorial, la Convención estableció que: “todo Estado tiene derecho a establecer la anchura de su mar territorial, hasta un límite que no exceda las 12 millas medidas a partir de las líneas de base determinadas de conformidad con esta Convención” B. ZONA CONTIGUA Se puede definir como la zona adyacente al borde exterior del límite del mar territorial de 12 millas de ancho, donde el Estado ribereño podrá tomar las medidas de fiscalización necesarias para prevenir las infracciones de sus leyes y los reglamentos aduaneros, fiscales, de inmigración o sanitarios que se cometan en su territorio o en su mar territorial, así como sancionar las infracciones de esas leyes y reglamentos cometidas en su territorio o en su mar territorial. C. ZONA ECONOMICA EXCLUSIVA La III Convención de las Naciones Unidas, en su artículo 55, definió la Zona Económica Exclusiva como: “un área situada más allá del mar territorial y adyacente a éste, sujeta al régimen jurídico específico establecido en esta parte, de acuerdo con el cual los derechos y la jurisdicción del Estado ribereño y los derechos y libertades de los demás Estados se rigen por las disposiciones pertinentes de esta Convención”, es decir que de acuerdo con la Convención, el Estado ribereño ejerce derechos soberanos sobre los recursos naturales o para su exploración y explotación. Dentro de esta “la soberanía de un Estado se extiende, fuera de su territorio y de sus aguas interiores, a una zona de mar adyacente a sus costas designada con el nombre de mar territorial”. D. PLATAFORMA CONTINENTAL Los criterios de Plataforma Continental en la III Convención son diferentes a los criterios de la Convención de Ginebra de 1958, y en su artículo 76, numeral 1, la define de la siguiente forma: “La Plataforma Continental de un Estado ribereño comprende el subsuelo de las áreas marinas y submarinas que se extienden más allá de su mar territorial y a todo lo largo de la prolongación natural de su territorio hasta el borde exterior del margen continental, o bien hasta una distancia de 200 millas marinas, contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial. En los casos que el borde exterior de margen continental no llegue a esa distancia”. Sobre el particular es importante anotar que en la Convención de Ginebra de 1958, el concepto de Plataforma Continental estaba determinado por criterios de profundidad hasta los 200 metros de profundidad o más allá de esos 200 metros, hasta donde la profundidad permitiera la explotación de los recursos naturales de dicha zona por parte del Estado ribereño. 2. Situación de Colombia en cuanto a la delimitación de áreas marinas y submarinas Antecedentes
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Durante el Gobierno del Expresidente Alfonso Michelsen (1974-1978), la Diplomacia colombiana se encaminó a consolidar la gran mayoría de los limites marítimos en el área del Caribe, en momentos en que no existía ninguna reclamación territorial marítima a Colombia, ni existían diferendos limítrofes por estas delimitaciones con excepción del caso Colombo-Venezolano, en el cual aún no se ha logrado un acuerdo con respecto a la delimitación de áreas marinas y submarinas en el Golfo. Sin embargo, el proceso de negociación se ha desarrollado mediante la utilización de los medios diplomáticos ordinarios, es decir la negociación directa, en este caso a través de los Altos Comisionados de Colombia y Venezuela nombrados por los dos gobiernos para tales efectos, y en concordancia con el Acta de San Pedro Alejandrino de 1990, suscrita por los presidentes Virgilio Barco Vargas y Carlos Andrés Pérez. Es importante tener en cuenta que la delimitación marítima entre Estados se diferencia sustancialmente de la delimitación de fronteras terrestres; esta última se sustenta en títulos históricos, accidentes geográficos tales como altas cumbres, divorcios de aguas, cursos de ríos, etc., que le dan una gran complejidad a todo el proceso de demarcación de la frontera. Por el contrario, la delimitación de áreas marinas y submarinas entre Estados es un hecho que reviste mayor carácter técnico y jurídico, en razón a que la delimitación se ajusta a un sinnúmero de criterios técnicos, y la frontera se sustenta en coordenadas geográficas precisas que no admiten conflictos de interpretación, en razón a que el limite marítimo se representa en una carta que contiene líneas exactas e intangibles que se sustentan en el texto mismo del tratado, sin consideraciones de orden geográfico o histórico. Un ejemplo de la delimitación de áreas marinas y submarinas lo constituye la forma como Colombia logró establecer dichos espacios con todos los países del Caribe, con los cuales comparte frontera ya sea por la proyección marítima de sus costas continentales, o por la presencia del Archipiélago de San Andrés y Providencia. Con el propósito de ilustrar estas delimitaciones, a continuación se relacionan los tratados vigentes y por ratificar con los países centroamericanos y del Caribe, incluyendo la hermana República de Ecuador, con la cual compartimos una frontera marítima que se inicia justo en la referencia geográfica que da término a la frontera terrestre, es decir en la desembocadura del río Mataje, en el Océano Pacifico, en la Bahía Ancón de Sardina. 1. REPUBLICA DOMINICANA Acuerdo Liévano Aguirre- Ramón E. Jiménez sobre Delimitación de Áreas Marinas y Cooperación Marítima. Firmado en Santo Domingo el 13 de enero de 1978. Aprobado por el Congreso con la Ley 38 de 1978. Canjeado los instrumentos de Ratificación en Bogotá el 15 de febrero de 1979. En el acuerdo se establece una zona de investigación y explotación pesquera común, así como también el compromiso de cooperar en lo relacionado con el control, la reducción y la prevención de la contaminación del medio marino. Se establece la coordinación en las medidas de conservación de las especies que se desplazan más allá de las respectivas zonas marítimas. Esta delimitación se realizó por equidistancia, dando como resultado una repartición equitativa y justa para los dos Estados. 2. HAITÍ Acuerdo Liévano Aguirre - Edner Brutus, sobre Delimitación de Fronteras Marítimas. Firmado en Puerto Príncipe el 17 de febrero de 1978. Aprobado por el Congreso Colombia mediante la Ley 24 de 1978; canjeados los instrumentos de ratificación en Bogotá el 16 de febrero de 1979. La delimitación de las áreas marinas y submarinas de la República de Colombia y la República de Haití, está determinada por una línea media cuyos puntos son equidistantes de los puntos más próximos de las líneas de base, a partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial de cada Estado. En el tratado se conviene en cooperar en las materias relacionadas con la contaminación del medio marino y con la protección de las especies migratorias. Como se puede apreciar, nuevamente se pone de relieve el criterio de la línea media y la equidistancia. 3. PANAMA
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Tratado Liévano Aguirre - Aquilino Boyd de Áreas Marinas y Submarinas y Asuntos Conexos. Firmado en Cartagena el 20 de noviembre de 1976. Aprobado por el Congreso de Colombia mediante la Ley 4 de 1977. Canjeados los instrumentos de ratificación en Panamá el 30 de noviembre de 1977. En el tratado se señala como límite entre sus respectivas áreas marinas y submarinas, cualquiera que fuere el régimen jurídico establecido o que se estableciera en estas. En el Mar Caribe: “La línea media cuyos puntos sean equidistantes de los puntos más próximos de las líneas de base desde donde se mide la anchura del mar territorial de cada Estado, desde el punto en que la frontera internacional terrestre llega al mar en el Cabo Tiburón”. En el Océano Pacifico: “La línea media cuyos puntos sean equidistantes de los puntos más próximos de las líneas de base desde donde se mide la anchura del mar territorial de cada Estado, desde el punto en que la frontera internacional terrestre llega al mar”. En el Tratado, Colombia reconoce a favor de Panamá el carácter de Bahía Histórica para el Gran Golfo de Panamá. En el Tratado se manifiesta la decisión de los países para cooperar en materias relacionadas con las especies que se desplazan mas allá de sus respectivas áreas marinas y en la prevención y control de la contaminación marina. 4. COSTA RICA 1.1.
Tratado Fernández - Facio (Mar Caribe). Sobre Delimitación de Áreas Marinas y Submarinas y Cooperación Marítima en el Mar Caribe. Firmado en San José el 17 de marzo de 1977. Aprobado por el Congreso de Colombia mediante la Ley 8 de 1978.
El gobierno de Costa Rica aún no ha procedido a ratificar este importante instrumento internacional, y son bien conocidas las presiones que para evitar su ratificación ha venido ejerciendo el gobierno de Nicaragua, en razón a que este tratado, al igual que los tratados con Panamá, Honduras, Jamaica y los Estados Unidos de América, reconocen que el Archipiélago de San Andrés le pertenece a Colombia, y en tal virtud procedieron a delimitar sus espacios marinos y submarinos. 1.2.
Tratado Lloreda - Gutiérrez (Océano Pacifico, adicional al anterior). Sobre Delimitación de Áreas Marinas y Submarinas y Cooperación Marítima en el Mar Caribe. Firmado en San José el 17 de marzo de 1977. Aprobado por el Congreso de Colombia mediante la Ley 54 de 1985.
El Tratado Lloreda - Gutiérrez ya entró en vigor al ser aprobado por los respectivos Estados, quedando pendiente el Tratado Fernández - Facio. El Tratado Lloreda - Gutiérrez delimita áreas marinas y submarinas entre la isla colombiana de Malpelo y la isla del Coco, perteneciente a Costa Rica en el Océano Pacifico. 5. NICARAGUA Tratado Esguerra - Bárcenas, suscrito en Managua, el 24 de marzo de 1928. Aprobado por Ley colombiana 93 de 1928. Canje de ratificaciones en Bogotá el 5 de mayo de 1930. “La República de Colombia reconoce la soberanía y pleno dominio de la Republica de Nicaragua sobre la Costa de Mosquitos comprendida entre el Cabo Gracias a Dios y el río San Juan, y sobre las islas Mangle Grande y Mangle Chico, en el Océano Atlántico (Great Corn Island y Littie Corn Island), y la República de Nicaragua reconoce la soberanía y pleno dominio de la República de
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Colombia sobre las islas de San Andrés y Providencia, Santa Catalina y todas las demás islas, islotes y cayos que hacen parte de dicho Archipiélago de San Andrés”. En el acta de Canje de ratificaciones del tratado, Nicaragua declaró que “el Archipiélago de San Andrés y Providencia, que se menciona en la Cláusula Primera del Tratado referido, no se extiende al Occidente del meridiano 82 de Greenwich”. El 2 de febrero de 1980, la Junta Revolucionaria de Reconstrucción Nacional instaurada en Nicaragua, en un hecho sin antecedentes jurídicos en la historia, desconoció la validez del Tratado Esguerra - Bárcenas, e inició una reclamación ante Colombia, que hoy en día constituye un caso ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya. No existe diferendo con Nicaragua respecto de la soberanía sobre San Andrés y Providencia, y en tal sentido la posición del Estado colombiano debe ser invariable. Igualmente, el Tratado Esguerra Bárcenas sigue vigente y regido dentro de las normas del Derecho Internacional, concretamente de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969. En relación con las pretensiones de los Estados Unidos sobre los cayos de Quitasueño, Roncador y Serrana el tratado Vásquez-Saccio firmado entre éste país y Colombia el 8 de Septiembre de 1972, reemplazó el statu quo que ambos países habían acordado en 1928; por este tratado (Vásquez-Saccio) los Estados Unidos de América “Renuncia por el presente a cualquiera y a todas las reclamaciones de soberanía sobre Quitasueño, Roncador y Serrana…(Artículo 1)”. En contraprestación la República de Colombia” garantizará a los ciudadanos y buques de los Estados Unidos la continuación de la pesca en las aguas adyacentes a estos cayos…(Artículo 3º.)”. 6. HONDURAS Tratado Ramírez Ocampo - López Contreras sobre Áreas Marinas y Submarinas. Firmado en San Andrés el 2 de agosto de 1986. Este Tratado ya fue aprobado y ratificado por los respectivos Congresos, luego de un amplio proceso de debate interno y a nivel regional. El Gobierno de Nicaragua ejerció presiones sobre el gobierno de Honduras, destinadas a evitar la aprobación del Tratado que reconoce la soberanía y pleno dominio de Colombia sobre el archipiélago de San Andrés. Igualmente llevó el caso de Honduras ante la Corte Centroamericana de Justicia por haber ratificado el Tratado con Colombia. El Tratado es la ley 539 del 13 de diciembre de 1999, y fue registrado ante la Secretaria General de las Naciones Unidas Mediante Nota Oficial LA TR /21121999, y en Honduras mediante registro 36360. 7. JAMAICA Tratado Sanín - Robertson. Firmado en Kingston el 12 de noviembre de 1993. Canjeado los instrumentos de ratificación en Bogotá el 14 de marzo de 1994. Aprobado mediante la Ley 90 del 10 de diciembre de 1993. Se establece una zona de administración conjunta para el control, exploración y explotación de los recursos vivos y no vivos que se denomina “Área de régimen común”. Las partes pueden llevar a cabo las siguientes actividades en dicha área: a. Exploración del área y la explotación económica de los recursos naturales tanto vivos como no vivos de las aguas superadyacentes al lecho y del lecho al subsuelo del mar, y otras actividades para la exploración y explotación del área del régimen común. b. El establecimiento y uso de las islas artificiales, instalaciones y estructuras. c. La investigación científica marina. d. La protección y preservación del medio ambiente. e. La conservación de los recursos vivos.
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Es importante manifestar que este Tratado reconoció la presencia colombiana en el Mar Caribe, derivada de la posesión sobre el Archipiélago de San Andrés y Providencia, en razón a que el Tratado no solo delimita la parte continental de Colombia con Jamaica, sino la parte insular de nuestro país con esa Nación caribeña. * Tomado del documento “La III Convención de las Naciones Unidas sobre el Mar y los límites marítimos de Colombia”. Instituto de Estudios Geoestratégicos, Universidad Militar Nueva Granada. VII. SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA: LA MADRE TIERRA EN CONFLICTO “….Primero estaba el mar. Todo estaba oscuro. No había sol ni luna no gente ni animales ni plantas. Sólo el mar estaba en todas partes. El mar era la madre. Ella era agua y agua por todas partes. Así primero sólo estaba la madre. Se llamaba Gaulchovang. La madre no era gente, ni nada, ni cosa alguna. Ella era alúna. Ella era espíritu de lo que iba a venir y ella era pensamiento y memoria. Así la madre existió solo en alúna, en el mundo más bajo, en la profundidad, sola….” La Sierra Nevada de Santa Marta – declarada por la UNESCO Reserva del Hombre y la Biosfera – es la formación montañosa litoral más alta del mundo y subregión estratégica para el Caribe colombiano, en la medida que es la principal fuente de agua para tres de sus departamentos. Por su aguda variación altitudinal y su posición tropical, se encuentra en ella una amplia variedad de climas y ecosistemas que representan el espectro casi completo no solo de Colombia sino de la América tropical.
La Sierra Nevada es un territorio triangular y aislado de la cordillera de los Andes, que se levanta al nordeste de Colombia. Este macizo orográfico se ubica a orillas del mar Caribe, entre el delta exterior del río Magdalena y la Serranía de Perijá al oriente. Del río Magdalena la separa la Zona Bananera y la Ciénaga Grande de Santa Marta, mientras que del Perijá, los valles formados por los ríos Cesar y Ranchería.
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Este sistema montañoso en forma de pirámide se extiende entre los departamentos de Magdalena, Cesar y La Guajira: de sus tres vertientes, la del norte (Caribe) tiene 160 kilómetros de extensión en su base, mientas que la occidental (Ciénaga Grande) y suroriental (río Cesar) se aproxima a los 180 kilómetros cada una. 1. ASPECTO GEO-ECOLÓGICO 1. 1 Posición astronómica y geográfica Posición Astronómica: La Sierra Nevada de Santa Marta está situada en el extremo nor.-occidental de Suramérica, al norte de Colombia, entre los 10º 01' 05" y 11º 20' 11" de latitud norte y los 72º 36' 16" y 74º 12' 49" de longitud al oeste del meridiano de Greenwich. Según la delimitación natural dada por las vertientes, la Sierra Nevada tiene un área de 21.158 Km2. Posición Geográfica: La Sierra Nevada de Santa Marta se encuentra ubicada en el Caribe colombiano, limita por el noroeste con el Mar Caribe; al noroeste se extienden las planicies áridas de la península de la Guajira; el costado oriental está limitado por una depresión de origen tectónico por donde transcurren en sentidos opuestos los ríos Ranchería y Cesar; al oeste de la Sierra se extienden el delta del Río Magdalena así como la llanura del Caribe. El macizo ocupa territorios de los departamentos del Magdalena, Cesar, y la Guajira, los cuales comprende el 35%, 39% y 25% respectivamente. Esta subregión se encuentra compuesta por diecisiete municipios: Santa Marta, Ciénaga, Zona Bananera, Fundación, Aracataca y Algarrobo, que pertenecen al departamento del Magdalena; Valledupar, El Copey y Pueblo Bello en el departamento del Cesar y Riohacha, Dibulla, Albania, Distracción, Hato Nuevo, Barrancas, San Juan del Cesar y Fonseca en el departamento de La Guajira. 1.2 Caracterización fisiográfica: 1.2.1 Forma y altura La forma de la Sierra Nevada semeja una pirámide de tres caras, norte-oeste-sur- oriente, con aproximadamente 120 Km. de longitud por cada lado y una altura que alcanza 5.775 m.s.n.m. en sus picos Colón y Bolívar los cuales se presentan cubierto por nieves perpetuas. Dada su altura exhibe todos los pisos térmicos por lo que ecosistémicamente cuenta con una altísima biodiversidad expresada en varios tipos diferentes de formaciones vegetales que son representativo de toda América tropical, a saber: húmedo ecuatorial, tropical alternohígrico, subxerofitico, desértico tropical, selva subandina, selva andina, páramo, superpáramo y piso nival. De topografía variada, es escarpada en la cara que mira al mar y menos pendiente sobre el valle del río Cesar. Las aguas abundantes y la presencia de todos los pisos térmicos permiten una gran riqueza de la flora y la fauna.
Pisos térmicos
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1.2.2
Clima
El clima de la Sierra Nevada de Santa Marta está determinado por su posición con respecto a la línea del Ecuador, su variación altitudinal; el efecto de los vientos alisios que vienen del noreste, para los cuales representa un obstáculo; su cercanía al mar; su posición con respecto a la Serranía del Perijá y su posición frente a los numerosos cuerpos de agua del bajo Magdalena. Estos factores generan la particularidad climática de cada una de las tres caras que la conforman, así en lo referente a la vertiente norte es la más húmeda, la sur oriental es la más seca, y la occidental muestra una condición intermedia. Las zonas que bordean el macizo presentan un clima cálido y seco. El régimen de lluvias está definido, en gran parte, por el desplazamiento de la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT), lo que permite distinguir de forma general dos períodos lluvioso: de abril a junio y de agosto a principios de diciembre, alternados por dos épocas secas, de diciembre a marzo y de junio a agosto (veranillo de San Juan), aunque en cada vertiente se presenten particularidades relacionadas con los factores mencionados anteriormente que modifican el clima. Aunque no existen estaciones metereológicas en la Sierra Nevada de Santa Marta fuera de la de San Lorenzo y la estación ecológica del Alto de Mira que permitan ahondar en su caracterización climática y la mayoría de las existentes se localizan por debajo de los 100 msnm, se cuenta con alguna información importante que permitió afirmar lo anterior. Los de temperatura ambiental registrados por el IGAC en 1993, a través de un estudio de campo, muestra que este factor climático varía según la vertiente; esa información permite ver como los valores más altos en temperatura se encuentran en la vertiente oriental, con variaciones entre los 32.4 y 24.4°C; para el sector nororiental de esta vertiente, la temperatura del aire varía entre 28.5 a 22.9°C mientras que en la franja vertiente occidental fluctúa entre 28.7 y 22.7°C. La vertiente norte muestra los valores más bajos:25.8 y 23.8°C. En todos los casos los valores mínimos corresponden a cálculos hechos a los 400 msnm. 1.2.3 Hidrografía
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Debido a la variación de altitud y relieve que caracterizan a la Sierra Nevada de Santa Marta, presenta una gran riqueza en el recurso hídrico. De este macizo bajan numerosos ríos, en una red de escurrimiento radial centrífugo que resuelven casi toda la demanda hídrica para las actividades humanas de la subregión. Es así como el desarrollo de la agricultura, ganadería, centros urbanos e industria dependen en gran medida del estado de conservación del macizo como productor de éste recurso. La Sierra Nevada se erige como un gran sistema montañoso entre el mar Caribe y la región del Caribe colombiano, la cual cuenta con una gran reserva acuífera y valiosos biomas neotropicales. Las tres caras de la Sierra conforman un sistema hidrográfico, conformado por tres vertientes, 35 cuencas y más de 650 microcuencas que no sólo dan sustento a cerca de 180.000 serranos (30.000 indígenas y 150.000 campesinos), sino que se constituye en la en la fuente de agua de por lo menos 1.5000.000 personas asentadas en los departamentos de Cesar, Magdalena y La Guajira. (Viloria, 1994). De las 30 mayores cuencas hidrográficas, 19 vierten sus aguas al mar Caribe. Los ríos de la vertiente norte, de occidente a oriente y desembocando en el mar Caribe son Córdoba, Toribio, Gaira, Manzanares, Piedras, Mendihuaca, Guachaca, Buritaca, Don Diego, Palomino, San Salvador, Ancho (ríos San Miguel y Garavito), Santa Clara o Cañas, Maluisa o Lagarto, Jerez o Dibulla, Tapías o Eneas, Camarones y Ranchería. Los ríos de la vertiente suroriental, de norte a sur son San Francisco, Badillo, Seco, Guatapurí, Azucarbuena o Cesarito, Los Clavos, Diluvio, Garupal y Ariguaní, la mayoría de los cuales desembocan en el río Cesar, que también nace en la Sierra Nevada.
De sur a norte en la vertiente occidental, de sur a norte y tributando a la Ciénaga Grande de Santa Marta se encuentran los ríos Fundación, Piedras, Aracataca, Tucurinca, Sevilla y Frío.
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Por sus características geográficas, las actividades humanas se han organizado desde tiempos prehistóricos a lo largo de las cuencas hidrográficas, que en algunos casos se extienden desde el nivel del mar hasta el páramo. En el siglo XX, la cuenca dejó de ser el eje central de ordenamiento de la Sierra Nevada, al ser reemplazada por el fraccionamiento político-administrativo representado en tres departamentos y diecisiete municipios. Esta división artificial ha contribuido a la descoordinación de políticas y acciones, y por esa vía a la destrucción de los activos ambientales. 1.2.4 Biomas y Bosques Debido a sus características geográficas, climáticas y geomorfológicas en la Sierra Nevada se encuentra una gran diversidad de ecosistemas expresada en los ocho tipos de zonas de vida o formaciones vegetales (biomas), -de acuerdo con Hernández – Camacho y Sánchez (1992)-, de los cuales comprenden cuatro (4) zonobiomas de tierras bajas (ecosistema clasificado en relación a su posición altitudinal) y cuatro (4) orobiomas del área típicamente montañosa (ecosistema cuya clasificación está dada en relación con su posición en la montaña). En cuanto a los zonobiomas tenemos: 1) Zonobioma Húmedo Ecuatorial: Selvas húmedas del piso isomegatérmico, donde la cantidad de lluvias condiciona la presencia de vegetación higrofítica y subhigrofítica, presentando un follaje perenne en la mayoría de las plantas leñosas. Se le encuentra principalmente en la vertiente norte y occidental, entre los ríos Palomino y Mendihuaca desde 0 hasta aproximadamente 1.000 msnm. 2) Zonobioma Tropical Alternohígrico: Bosques del piso isomegatérmico en áreas con un período seco que puede prolongarse hasta por 6 meses, tiempo durante el cual la mayoría de sus árboles pierden el follaje. Se encuentra en la vertiente norte, en el extremo nororiental y al occidente de Santa Marta y en la mayor parte de las vertientes occidental y suroriental alrededor de la Sierra Nevada hasta los 500-700 msnm aproximadamente, con algunas variaciones locales debido a las particularidades del macizo. 3) Zonobioma Subxerofítico Tropical: Bosques o matorrales del piso isomegatérmico, en áreas donde la temporada sin lluvias es más prolongada, llegando a alcanzar 9 meses al año. En estas condiciones las plantas más comunes presentan adaptaciones xeromórficas; se encuentra en los extremos de la vertiente norte y en parte del valle que separa la Sierra Nevada de la Serranía de Perijá, siendo el área más importante la localizada en los alrededores de Santa Marta. 4) Zonobioma Desértico Tropical: Vegetación desarrollada en clima isomegatérmico con escasa precipitación anual y hasta 10 meses sin lluvias durante el año y localizada en el borde plano externo y del piedemonte del macizo. Se encuentra en un bosque donde la cobertura vegetal es densa, en estas condiciones puede ser bosque bajo o matorral xerofítico, ralo o muy escaso y se distribuye en el borde plano externo que limita con el sur de la península de La Guajira y en el sector noroccidental en los alrededores de Santa Marta. Respecto a los orobiomas encontramos: 1) Orobioma de Selva Subandina: Selvas de piso isomesotérmico con nieblas frecuentes que elevan la humedad ambiental, su vegetación es arbórea higrofítica y subhigrofítica de media montaña. Lo conforma una vegetación densa y siempre verde, localizada en las tres vertientes de la Sierra Nevada en un rango que comprende alturas que varían entre los 1.000 y 2.300 msnm, dependiendo de las condiciones de cada vertiente.
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2) Orobioma de Selva Andina: Selvas higrofíticas y subhigrofíticas de piso isomesotérmico e isomicrotérmico con nieblas frecuentes y cobertura densa. Se localiza en las tres vertientes entre los 2.300 y 3.500 msnm con pequeñas variaciones en cada una de éstas. 3) Orobiomas de Páramo: Vegetación arborescente, desarrollada en tierras de piso oligotérmico, por encima del nivel del bosque y por debajo de las nieves permanentes. Puede considerarse dividido en tres sectores: subpáramo, con vegetación leñosa y arborescente en el límite del bosque; páramo propiamente dicho y páramo alto o superpáramo, con escasa cobertura vegetal sobre afloramientos rocosos subnivales. Se localiza principalmente entre los 3.500 y 4.800 a 5.000 msnm en las partes altas de la Sierra Nevada. 4) Orobioma Nival: Cubierta permanente de nieve, donde ocasionalmente y en algunas grietas abrigadas pueden aparecer algunas criptógamas y hierbas rasantes escasas. Su límite inferior se localiza a los 5.000 msnm aproximadamente (EER, 1998). 1.2.5 Diversidad Biológica Se considera que las especies que habitan en la Sierra, exhiben una altísima biodiversidad. El aislamiento geográfico ha permitido el desarrollo de un alto grado de endemismos en los orobiomas (60%) por encima de los 800 a 1000 msnm haciendo que se considere como una de las 9 unidades con mayor grado de endemismos en el país (Hernández – Camacho, 1992). Flora De acuerdo con apreciaciones de especialistas, la diversidad florística de la Sierra Nevada de Santa Marta, es considerada baja, especialmente en las selvas húmedas del flanco septentrional (Prance, 1982). Estimaciones elaboradas con base en la información del transecto Buritaca - La Cumbre y otras publicaciones dan un número de 1.800 especies de plantas con flores para la Sierra Nevada que se agrupan en 636 géneros y 164 familias (Rangel y Garzón, 1995). Según estos autores las 5 familias de plantas superiores con mayor número de especies y géneros son: Asteraceae con 70 géneros y 156 especies diferentes; Orchidaceae con 28 géneros y 87 especies; Leguminosae con 30 géneros y 68 especies; Poaceae con 29 géneros y 55 especies y Melastomataceae con 15 géneros y 57 especies. A su vez se establece que los cinco géneros con mayor número de especies presentes son Solanum (Solanaceae) con 29 especies; Miconia (Melastomataceae) con 27; Peperomia (Piperaceae) con 22; Pleurothalis (Orchidaceae) con 21 y Piper (Piperaceae) con 18 especies. Así mismo, se le ha considerado entre las zonas con bosques tropicales más importantes para planes de recolección, por encontrarse entre las regiones de Colombia más pobremente conocidas desde el punto de vista botánico (Prance y Campbell, 1988). En términos generales la diversidad florística disminuye con la altitud, pero en el mismo sentido aumentan los endemismos. Análisis recientes que han calculado un número aproximado de especies, géneros y familias presentes en las zonas de vida de media y alta montaña dan las cifras siguientes: en la selva subandina se encuentran 130 familias, 330 géneros y 651 especies de plantas superiores; en la selva andina, 105 familias, 237 géneros y 479 especies mientras que para el páramo se reportan 29 familias, 66 géneros y 109 especies (Rangel y Garzón, 1995). Con base en análisis fitogeográficos se ha establecido que la flora de la Sierra Nevada tiene su origen en elementos de tierras bajas de clima cálido húmedo, sobre los cuales se ha dado un proceso de diferenciación marcada, después de los levantamientos orográficos ocurridos en los
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períodos Plioceno y Pleistoceno, cuando se calcula que esta montaña alcanzó sus máximas elevaciones (Hernández-Camacho y Sánchez, 1992). Estos levantamientos dieron lugar a la aparición de ambientes nuevos y ofrecieron hábitats propicios para ser ocupados por la flora que se venía diversificando en el cinturón de bosques de elevaciones medias, formados a partir de los levantamientos previos acaecidos en el medio Cenozoico, como parece ser el patrón general de la génesis de la flora alto montana del norte de Suramérica (Van der Hammen, 1976). Sin embargo, y de acuerdo con los estudios de fitogeografía, en la Sierra Nevada, también se nota la influencia de elementos andinos de distribución amplia que se propone deben haber arribado por la vía de la Serranía del Perijá desde la cordillera oriental. Fauna: La Sierra Nevada de Santa Marta presenta elementos faunísticos comunes a las ecorregiones que la rodean y elementos propios surgidos en ella por un fuerte proceso de especiación, demostrado por los niveles de endemismo y dados por su naturaleza de macizo montañoso aislado. Dentro de los elementos compartidos con otras ecorregiones se encuentran especies comunes a la Serranía. Se encuentran grandes mamíferos como el tigre, el puma, la danta y el venado. Con base en lo estudiado hasta la fecha se sabe que 16 de la 514 especies de aves registradas para la Sierra son endémicas, entre ellas sobresale el perico, el colibrí, el cóndor de los Andes; hay también águilas, pavas, gallinetas, perdices, paujiles, colibríes, pericos, carpinteros, mirlos. Abundan las serpientes, los lagartos y los anfibios. Así mismo la guartinaja, cuyo nombre científico es “Agouti Paca”. Entre los mamíferos se destacan la danta que suele habitar a los 2.000 m de altura; es animal totémico de uno de los grupos indígenas tradicionales de la Sierra; existen especies endémicas tales como el venado de páramo, la ardilla, dos clases de ratones silvestres, león colorado, el jaguar y la nutria. El jaguar es una de las especies endémicas, es conocido científicamente como “lèo onca centralis”. En consecuencia de sus especiales valores bióticos, se le han reconocido a la Sierra categorías de manejo tanto nacional como internacional, en el primer caso, hay allí dos Parques Nacionales Tayrona y Sierra Nevada- así como una Reserva Forestal. En cuanto al resto del mundo, este la reconoce como, Reserva del Hombre y de la Biosfera. 1.2.6
Geología
La Sierra Nevada de Santa Marta, es un macizo ígneo de origen volcánico metamórfico originado por fuerzas distróficas que determinaron sus características generales. Su origen comienza con un basamento metamórfico que data del Pre-Devónico, hace unos 400 millones de años. Posteriormente, por procesos tecto-orogénicos a principios del Mesozoico, en los períodos Triásico y Jurásico (225-135 millones de años), alcanzó mayor altura, así como una nueva localización dentro del país. Finalmente procesos orogénicos Plio-Pleistocénicos (11-1 millones de años) determinaron su altura actual, que alcanza los picos Cristóbal Colón y Simón Bolívar. El levantamiento final de la Sierra se dio al final del terciario al igual que todo el sistema andino pero independiente de él lo cual, en términos biogeográficos, le ha dado el carácter de una isla dentro del continente Los procesos orogénicos y el posterior fracturamiento y fallamiento de la Sierra Nevada de Santa Marta, determinaron el relieve actual. De acuerdo con Uhlig y Mertins (1968), tres fosas rodean el complejo basal cristalino de la Sierra Nevada: al oeste, se encuentra la fosa del Ariguaní con una profundidad de unos 6 Km.; al sureste, corre la falla del río Cesar; y por el este, la falla del río Ranchería. La gran falla colombiana desplazó la Sierra Nevada unos 200 Km. al norte. Otro proceso de separación del macizo se debió a la falla de Oca, que lo separó del basamento de La Guajira.
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2. ASPECTO HISTÓRICO – CULTURAL En el período prehispánico, los indígenas de la Sierra Nevada lograron articular los procesos productivos, urbanísticos y sitios de pagamento, a través de una extensa red de caminos empedrados que intercomunicaban un amplio territorio del macizo, desde el nivel hasta altitudes próximas a los 2500 .m.s.n.m. Las tribus de la costa, productores y recolectores de pescado y sal, intercambiaban con las de valles intermedios hortalizas y otros bienes agrícolas, presentándose una dependencia intertribal. Los indígenas que han sido considerados como grandes ingenieros y arquitectos, quienes llegaron a desarrollar los procesos urbanos más adelantados de Colombia. Para corroborar lo anterior se tienen como ejemplos las ruinas arqueológicas de Pueblito-Chayrama (dentro del Parque Tayrona), Ciudad Perdida-Teyuna (cabeceras del río Buritaca), Ciudad de Antigua y la zona de La Reserva, en las cabeceras del río Frío (municipio de Ciénaga). Según el antropólogo Reichel-Dolmatoff, en el siglo XVI las provincias indígenas localizadas en la Sierra Nevada fueron diez: Provincias de Tayrona, Betoma, Carbón, orejones, Arhuacos, Macongana, Taironaca, Valle de Upar, Guanebucán, Chimila y Pocigueyca. Para este autor, el valle del Tayrona estaba localizado en el río Don Diego. “Fue allí en las hoyas del Don Diego, Buritaca y Guachaca, donde habitó esta tribu, primero llamada tairo y luego Tayrona, aplicando el nombre de la región al grupo que la habitaba” (Reichel-Dolmatoff, 1951:59). La provincia de Betoma se extendió de occidente a oriente entre los ríos Guachaca y Frío, y en ella estaban los territorios que ocupan actualmente las ciudades de Santa Marta y Ciénaga. Por su parte Pocigueyca fue considerada como la capital o ciudad principal de los indígenas de la Sierra Nevada. Varios cronistas coinciden en ubicarla hacia la vertiente occidental del macizo montañoso, de cara a la Ciénaga Grande de Santa Marta. En 1538, los conquistadores españoles exploraron un valle en la vertiente suroriental de la Sierra Nevada, que bautizaron como San Sebastián de Taironaca, pero el poblado no prosperó. Luego de la derrota militar de los Tayronas en 1599-1600, los españoles abandonaron sus incursiones militares o de colonización en la Sierra Nevada. Fue sólo hasta 1693 cuando los primeros misioneros capuchinos fueron autorizados por el rey para trasladarse a la provincia de Santa Marta para catequizar los indios arhuacos. Los capuchinos llegaron primero a Venezuela, y de allí se desplazaron hacia los territorios de La Guajira, Sierra Nevada y Perijá. En 1716 iniciaron su obra evangelizadora en las distintas tribus de la región como los arhuacos, los chimilas, yuppas (tupes o yukos) y wayúu. (Vinalessa, 1952:136-137) En 1750 el virrey Pizarro ordenó al prefecto de la misión capuchina fray Silvestre de la Bata y al maestre de campo José Fernando de Mier y Guerra la fundación del pueblo de San Sebastián de Rábago, en el valle del río San Sebastián o Fundación. Para el efecto se trasladaron 28 familias provenientes de Cartagena, Santa Marta, Mompós, Tamalameque y Santa Fe, se construyeron 30 viviendas, así como un camino que comunicaba con Valledupar. La fundación de esta población se constituía en punto de avanzada colonial sobre los indígenas arhuacos, para su evangelización –por parte de los capuchinos- y ampliación de la frontera agropecuaria, vinculando a la producción fértiles tierras en distintos pisos térmicos. La segunda mitad del siglo XVIII se caracterizó por la integración de comunidades y territorios al sistema colonial, a través de la creciente fundación de parroquias indígenas al interior de la Sierra Nevada. Además de San Sebastián de Rábago, se fundaron las parroquias de San Isidro de Atánquez, Marocaso, El Rosario, San Pedro (Bongá), San Antonio, San Miguel y San Carlos de la Fundación. Este último asentamiento se estableció en 1788, en la zona plana aledaña a la vertiente occidental de la Sierra Nevada, a mitad de camino entre Santa Marta y Valledupar. Desde esta nueva población, se dirigieron los operativos de “pacificación” contra los indios chimilas, y se logró así vincular a la producción agropecuaria una fértil región enmarcada por los ríos Tucurinca, Aracataca, Fundación y Ariguaní, las estribaciones occidentales de la Sierra Nevada, y la Ciénaga
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Grande de Santa Marta. Casi 200 años después del aniquilamiento de los Tayronas a manos de los españoles en Bonda y Pocigueyca, se produjo el control militar sobre los Chimilas y su sometimiento del régimen colonial. (Viloria, 120-132) En el plano económico, a mediados del siglo XVIII se tienen referencias de los primeros cultivos de café en la Sierra Nevada, y la escasa atención prestada por las autoridades coloniales para incrementar su siembre. (De Narváez y La Torre, 1778). En las últimas décadas del siglo XIX la Sierra Nevada empezó a ganar importancia en dos sentidos: como refugio ideal para los perseguidos políticos, y como tierra para cultivar café. La colonización cafetal se inició en la vertiente suroriental, y continuó en la macro-cuenca norte, siendo los empresarios extranjeros los pioneros en el cultivo. Después de haber sido escenario histórico de culturas que alcanzaron gran desarrollo y dejaron significativas huellas antes de desaparecer frente a los embates de la colonización y conquista, la Sierra Nevada de Santa Marta es ocupada hoy por los Ijkas, Kogui, Arsarios y Kamkuamos. Con excepción de los Kamkuamos, cada uno de ellos cuenta con su propia lengua, perteneciente a la familia lingüística Chibcha y con territorio propio, a pesar de la presión que ejercen grupos al margen de la ley y narcotraficantes sobre éstos. En avanzado estado de aculturación, quienes comparten su ancestral territorio son grupos mestizos y mulatos, con asentamiento de colonos de diferentes partes del país, dedicados a todo tipo de actividades. La culturización iniciada desde tiempos coloniales ha dado como resultado una mayor transformación entre los Ijkas y Wiwa. Los Kogui por su parte, son quienes mantienen su cultura y su cosmogonía. Como ya se mencionó, los primeros conocimientos que se tenían de la región indígena, hablan de la existencia de unas provincias, se dice que hablaban diferentes dialectos y que existía una lengua franca llamada atanques. A medida que paso el tiempo estos detalles se fueron olvidando y se generalizó el termino de una "área Tayrona" para agrupar a todas las comunidades. Pasando así por tres períodos: Período integracionista Los primeros inicios de este período se evidencian en la integración territorial y cultural, un incremento en la variedad de formas de enterramiento y en las ofrendas asociadas a ellas. Y se empieza a dar una jerarquización en los asentamientos dependiendo del grado de elaboración de estos. En la orfebrería se cambia la técnica de elaboración y las representaciones que antes eran sencillas pasan a un plano más elaborado de personajes tridimensionales con máscaras y numerosos adornos corporales. Período Clásico El aumento demográfico y el efecto integracionista, generaron las primeras redes de intercambio y el surgimiento de centros regionales encargados de la redistribución de productos que motivaron el comercio de bienes suntuarios o de prestigio con países como Panamá y Costa Rica. Los primeros grandes centros urbanos que se formaron fueron Pueblito y Ciudad Pérdida. En este período se distinguen por lo menos cuatro tipos de asentamientos como son: sitios de habitación temporal, tal vez campamentos ocasionales de pesca o de obtención de sal. Aldeas que en algunas ocasiones presentan infraestructura megalítica en el sector central. El tercer tipo son los centros secundarios de regular tamaño que presentan un sector central cívico ceremonial con estructuras megalíticas (no se observan sectorizaciones entre las terrazas de vivienda). Por último, los centros primarios regionales, de los cuales se conocen dos Pueblito y Ciudad Perdida. Período de Conquista
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Con la fundación de Santa Marta (1525), se regularizan las incursiones contra el territorio indígena, en busca de oro y esclavos para ser enviados a las encomiendas de las Antillas. Sin embargo, el aparente éxito logrado y el dominio que se ejercieron en un comienzo se vieron truncados ante la resistencia de algunas regiones o "provincias". A pesar de ello continuaron las incursiones a estas tierras donde después de ser saqueadas, las poblaciones eran incendiadas. La dominación española sobre el área de la cultura Tayrona fue muy limitada, las razones principales fueron el terreno muy accidentado que no permitía el empleo de la caballería, y la falta de hombres para compensar la desventaja, originada a su vez por la dificultad de conquistar el territorio indígena. Grupos Ancestrales La Sierra Nevada de Santa Marta, es el hábitat de varias etnias legendarias. Esta región fue habitada por los Tayronas quienes eran agricultores del maíz y pescadores. Los Tayronas ocuparon principalmente las estribaciones septentrionales de la Sierra Nevada de Santa Marta en territorios ubicados a menos de 1200 m. sobre el nivel del mar. Estaban distribuidos en numerosos y bien organizadas poblaciones que se encontraban comunicadas por caminos de piedras. Los principales asentamientos de los Tayronas se establecieron en los ríos de Buritacá, Don Diego y Palomino; habitaban en grandes aldeas y casas redondas construidas de paja y madera sobre las plataformas y cimientos de piedra. Estas aldeas fueron levantadas en zonas muy accidentadas, cercanas a los ríos. En las zonas Tayronas, varios tipos de vivienda, se trataba de una sociedad muy estratificada. En 1976 se hallo en complejo arquitectónico de esta área arqueológica ubicado a 1300 metros sobre el nivel del mar, se denominó Ciudad Pérdida o Buritacá 200 y esta compuesto por 26 terrazas de las cuales las más grandes tienen 900 mts2. Las terrazas se encuentran bordeadas por muros de contención para evitar deslizamientos, caminos, escaleras, canales de desagüe abiertos y subterráneos, terrazas de cultivo, espacios de uso público y plazas ceremoniales que indican de manera necesaria la existencia de una sociedad compleja. El hallazgo no fue ninguna sorpresa ya que se habían descubiertos lugares parecidos tales como Pueblito encontrado por Reichel – Dolmatoff en 1954. Esta cultura Tayrona dio origen a los indígenas Kogui, Arhuaco, Wiwa y Kankwamo, los cuales preservan todavía su viejo mundo espiritual, auténtica filosofía y concepción religiosa integrales, producto de una cultura de tradición milenaria, en las tierras altas y frías de la Sierra Nevada. Como la totalidad de los cacicazgos que sustituyeron a las sociedades tribales selváticas, los Tayronas aprovecharon diversos entornos ecológicos; en su caso, en sentido vertical, desde el nivel del mar hasta los climas templados y fríos: fueron al mismo tiempo pescadores y productores de sal. Los Ijkas reconocidos como Arhuacos ocupan un resguardo indígena de 195.000 hectáreas ubicado en la vertiente meridional de la Sierra en los valles altos de los ríos Ariguaní, Guatapurí, Frío y Piedras; se organizan en 20 parcialidades y su capital es Nabusimake. Son el grupo que más se ha organizado para defender su territorio y canalizar recursos del estado. Su cultura ha estado expuesta al contacto con la sociedad mayoritaria. Los Kogui habitan al noroccidente de la Sierra Nevada. Su cosmogonía invita a la reflexión, al respeto por la naturaleza, a la madre tierra, son guardianes celosos de la tradición, respetan su organización y sus autoridades. Muchos de ellos no hablan castellano y en su territorio el dinero tiene poca circulación. Ante la presión han optado por mantenerse en los territorios más elevados, lo mismo que el fortalecimiento de la autoridad religiosa representada en el Mamo y la consolidación de su identidad cultural. Se ubican en un resguardo indígena de 364.490 hectáreas,
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sus poblaciones se encuentran en las márgenes de los ríos Don Diego, Palomino y suroriente del río Guatapurí en el Cesar. Son el grupo más tradicional. Los Wiwas o Arzarios, con una comunidad dispersa, poco homogénea, que presenta un mayor grado de mestizaje, y han sido afectados por los procesos de colonización (invasión y perdida de territorio, violencia y evangelización); habitan dispersos en algunos poblados en las estribaciones de la Sierra Nevada, que colindan con el departamento de la Guajira, son un grupo relativamente pequeño también llamados Sanka, Malayo, los cuales se encuentran en proceso de extinción. Un grupo representativo se encuentra en el departamento del Magdalena y en Atánquez, municipio de Valledupar hay enclaves en lugares fríos como Chirgua, Surimena y Guarachinaka. Los Kamkuamos, con un grupo étnico que adelante desde hace varios años un interesante proceso de reconstrucción cultural. Habitan en la región centro meridional de la Sierra, en zonas aledañas al río Guatapurí
2.1 Sitios importantes para los indígenas 2.1.1 Ciudad Perdida Está ubicada en la vertiente norte de la Sierra Nevada de Santa Marta a 80 Kilómetros de Santa Marta, capital del departamento del Magdalena. Es el resultado de la expansión territorial hacia valles estrechos de fuertes pendientes, como el alto Buritaca. Allí los antiguos Tayrona construyeron unos de los poblados más importantes como forma de adaptación de un medio frágil, de topografía abrupta. Ciudad Perdida tiene ciento sesenta y nueve terrazas, con sus respectivos muros de contención que van ajustándose al contorno de la montaña, tiene caminos, escaleras, canales y desagües hechos de piedra los cuales se intercalen con zonas verdes. Las diferentes terrazas que conforman Ciudad Perdida están escalonadas siguiendo el eje de la cuchilla de los cerros, formando lo que se ha llamado el eje central donde se encuentran los centros religiosos y políticos. Además tiene una serie de obras de canalización en los lechos de las quebradas mediante las cuales se lograba controlar la dirección de las aguas, facilitando su evacuación para así evitar la erosión y el arrastre de algunos materiales. 2.1.2 El Pueblito El pueblo Tayrona, una de las culturas precolombinas más adelantadas, habitó durante centenares de años el macizo de la Sierra Nevada. La comunidad desapareció sin dejar datos sobre sus avanzados conocimientos y su compleja organización social.
2.2
Oleadas de colonización
El proceso de conquista se inició en 1502, con los reconocimientos de la zona costera. En 1525 se fundó la ciudad de Santa Marta, primer asentamiento español en tierra firme. A mediados de ese siglo se consolidaron asentamientos para la explotación de perlas y de oro, que no tuvieron carácter permanente. En 1538, los conquistadores españoles exploraron un valle en la vertiente suroriental de la Sierra, que bautizaron como San Sebastián de Taironaca, pero el poblado no prosperó. Después de un siglo de resistencia, en 1599 las tropas españolas lograron derrotar la organización de los Tayronas. Los indígenas se replegaron a las partes más altas y alejadas al interior del macizo montañoso donde mantuvieron su organización social, política y económica con algunas adaptaciones por la pérdida parcial de su antiguo territorio y a los recursos marinos. Lo anterior implicó transformaciones en los patrones de asentamiento y en el sistema productivo. Más aún, la disminución de la población y de su territorio, causadas por las luchas de sometimiento,
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aunada a las enfermedades traídas por los europeos produjeron importantes modificaciones en la organización social nativa. Los españoles, presionados por los continuos ataques piratas y las sublevaciones indígenas, no ocuparon la Sierra en los siguientes cien años, quedando convertida en “territorio indio”, Chimila o Arhuaco. Una supuesta alianza entre Arhuacos y Chimilas, después de varios enfrentamientos, justificó la entrada de una expedición española en 1730, con la cual se fundamentó la primera colonización en el territorio de la Sierra Nevada. En 1750, el Virrey Pizarro ordenó al perfecto de la orden capuchina la fundación del pueblo de San Sebastián de Rábago, punto de avanzada colonial sobre los indígenas arhuacos, para su evangelización y ampliación de la frontera agropecuaria. En 1785 los capuchinos crearon varias misiones y construyeron internados para niños y jóvenes en algunos poblados; esta situación se vio reforzada como consecuencia de la Guerra de los Mil Días la cual afectó levemente la cara suroriental del macizo serrano. El último asentamiento se estableció en 1788, en la zona plana aledaña a la vertiente occidental y desde allí se dirigieron los operativos de “pacificación” contra los indios chimilas. Debido a la dificultad que enfrentaron los europeos para internarse en las montañas, las comunidades indígenas vivieron en un aislamiento relativo casi hasta finales del siglo XIX. A partir de entonces se iniciaron oleadas de colonizaciones, desde diferentes lugares y por diversas razones, que terminaron por desplazarlos a las partes cálidas y templadas. La idea de poblar la Sierra con colonias extranjeras comenzó a tomar forma a partir de la visita de exploradores y viajeros que inspirados en la exhuberancia del lugar intentaron darle vida a proyectos comunitarios. La primera oleada, tuvo lugar a finales del siglo XIX y se prolongó hasta la década de los 40´s que en su mayoría eran colonos liberales vencidos o perseguidos provenientes del sur de la Guajira. Unido a la actividad bananera, la construcción del ferrocarril, que necesitaba permanente abastecimiento de maderas, y el crecimiento de las haciendas en el antiguo territorio Chimila consolidaron la colonización en esta zona. La segunda oleada, comenzó a finales de los años cuarenta con la llegada de miles de campesinos que, huyendo de la violencia en el interior del país, colonizaron gran parte de la vertiente occidental, esto se tradujo a un aumento sustancial de la actividad cafetera y de la población que para 1952 se había estimado en 4000 familias las cuales se triplicaron en tan solo catorce años. La siguiente oleada estuvo determinada por la demanda internacional de la marihuana, la “cannabis sativa” consideraba en su momento la mejor del mundo. Una vez saturado el mercado, los predios dedicados a este cultivo fueron abandonados y algunos sobrevivientes de la crisis cultivaron coca en los valles de la Troncal del Caribe. A finales de la década de los ochenta apareció la guerrilla, enfrentados con los grupos armados producto de la bonanza marimbera. En la década de los noventa, la promulgación de la Constitución Política abrió nuevos espacios para la participación ciudadana, fortaleció las entidades territoriales locales y reconoció, por primera vez, el derecho a los usos, costumbres y tradiciones de las comunidades indígenas en sus territorios. Sin embargo, la apertura económica, los procesos de privatización, la caída de los precios internacionales del café y el banano, unida al incremento del conflicto armado entre el ejército, los grupos paramilitares y la guerrilla convirtiendo a la Sierra en uno de los territorios más conflictivos de la nación colombiana. 3. ASPECTO POLÍTICO 3.1 Presencia de grupos al margen de la ley Como ya se anotó, durante los años ochenta las guerrillas incursionaron en su territorio, la Sierra por sus características geográficas y ubicación estratégica, constituye un importante escenario en la disputa territorial entre actores armados ilegales. La guerrilla hizo presencia creciente en zonas deprimidas de economía de colonización, como los extremos oriental y occidental de la vertiente
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norte (Mingueo, Palomino, La Tagua y El Campano), en la vertiente occidental (Chimborazo, El Congo, San Pedro, Galaxia), y algunas áreas de la vertiente suroriental (sectores Pueblo Bello, Atánquez y parte alta de San Juan del Cesar) (Viloria, 1994: 185-186) En 1988 existía en la Sierra Nevada un solo frente de las FARC con menos de cincuenta hombres, pero ya en 1992 esa organización tenía tres frentes con más de trescientos hombres en total, mientras que otros grupos incursionaban en la región como el ELN y una disidencia del EPL. Entre 1986 y 2000, es decir en un lapso de 15 años, ocurrieron 564 acciones armadas en la Sierra Nevada, de las cuales el 41% correspondieron a las FARC, 39% al ELN y el restante 20% al EPL y otros grupos subversivos. Datos estos presentados por Viloria y tomados de la Vicepresidencia de la República del Observatorio del Programa Presidencia de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de 1997. Durante años la guerrilla arremetió contra pueblos indígenas, puestos de policía, patrullas del ejército en diferentes sitios de la Sierra, como por ejemplo en Minca, San Pedro de la Sierra, Patillal, Tucurinca, Pueblo Bello y Tomarrazón. Para el 2001 solo queda un puesto de policía en la Sierra Nevada, así lo revela el informe de la Vicepresidencia de la República mencionado anteriormente. A principios de la década de 1980 surgió en el macizo serrano el fenómeno del paramilitarismo, que con el apoyo del narcotráfico, se negaron a seguirle pagando a la guerrilla la llamada “vacuna”, es decir un impuesto por sus cultivos ilícitos. Su núcleo central se desarrolló en la zona de El Mamey (Santa Marta) y “en 1981 esta organización ya había sometido a otras estructuras mafiosas y había limpiado de delincuentes la zona comprendida entre los ríos Guachaca y Buritaca” (Vicepresidencia de la República, 1997). Su zona de influencia inicial fue en la vertiente norte, entre las cuencas de los ríos Piedras y Don Diego y luego se fue ampliando hasta Santa Marta y el río Jerez. En la Zona Bananera, vertiente occidental, y región de Palmor se establecieron también los paramilitares, donde fueron sacados por la FARC a mediados de la década de los 90. Con los albores del siglo XXI las Autodefensas Unidad de Colombia –las AUC- lanzaron una agresiva ofensiva en la Sierra sometiendo a los grupos paramilitares y ejerciendo el control estratégico en los corredores alrededor de macizo, utilizados por la guerrilla introducir armas, alimentos y movilizar secuestrados. Los enfrentamientos entre paramilitares – las AUC y Autodefensas de El Mamey- produjeron en enero de 2002 un desplazamiento masivo de más de 9000 campesinos de la vertiente norte, quienes se concentraron en Calabazo, población a orillas de la Troncal del Caribe, ubicada a 20 Km. de Santa Marta. La confrontación por el territorio y el dominio sobre los cultivos de coca entre los diferentes actores armados ilegales, incrementó la violación de los derechos humanos en la Sierra. Entre 1998 y 2002 se registraron 166 ejecuciones, 92 casos de torturas, 52 secuestros y 44 desapariciones forzosas. En el 2002 se cometieron dos masacres, en las que fueron asesinados 12 indígenas wiwas, lo que originó el desplazamiento de más de 1300 personas de esta comunidad, desde sus territorios en la Sierra hasta poblaciones ubicadas en la zona plana.(Uribe Botero, 2005:12) Todos estos datos nos confirman que en los primeros años del siglo XXI, las diferentes zonas de la Sierra Nevada eran y siguen siendo muy inseguras, con presencia de paramilitares, guerrilla y narcotraficantes, mientras las fuerzas del orden institucional se han retirado de la región. Esta situación llevó al gobierno nacional a establecer en el 2004 un Batallón de Alta Montaña con sede en Santa Clara, municipio de Fundación, con una amplia zona de influencia en las vertientes occidental y suroriental. El establecimiento de este Batallón generó el desplazamiento de la guerrilla a las partes más altas del macizo precisamente donde habitan los indígenas más
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tradicionales de la Sierra, los Kogi. El ejército realiza control de armas, alimentos, medicinas, productos químicos y otros materiales, situación que ha obligado a los indígenas a entregar la mayor parte de su producción alimentaria a los grupos ilegales. Esta dramático escenario ha llevado a los indígenas a estar atrapados en medio de un fuego cruzado y despertando la sospecha de los tres actores armados: ejército, paramilitares y guerrilla. Con el gobierno de Uribe y su política de seguridad democrática las Autodefensas Unidas de Colombia iniciaron un proceso de negociación y posterior desmovilización que incluyó a los grupos que hacían presencia en el macizo serrano, cuyo actual proceso de reintegración a la vida civil está apenas en construcción y continuará siendo objeto de análisis político. 3.2
El narcotráfico
La proximidad al mar que posee la Sierra Nevada de Santa Marta la convierte en un punto estratégico que facilita el contrabando, el narcotráfico y el aprovisionamiento en armas y municiones, además esto facilita la producción de cultivos ilícitos en la zona donde habitan los pueblos indígenas Kogui (Kaggaba), Kankuamo, Arhuaco (Ijka), y Wiwa (Arsarios) y una población campesina de colonos, que proviene especialmente del interior del país, Santander, Boyacá, Tolima y Antioquia. 3.3
Organizaciones a favor
La Sierra Nevada muestra una geografía administrativa inadecuada, para una ágil y adecuada gestión territorial. En la Sierra confluyen las jurisdicciones administrativas de los departamentos de Magdalena, Guajira y Cesar, 17 municipios y tres Corporaciones Autónomas Regionales – CORPAMAG, CORPOGUAJIRA Y CORPOCESAR-, un área de reserva forestal, dos parques nacionales naturales (Sierra Nevada de Santa Marta y Parque Tayrona), un parque arqueológico (Ciudad Perdida o Teyuna) y dos resguardos indígenas, el Kogui-Arhuaco-Malayo y el Arhuaco. Además hacen presencia la Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Naturales Nacionales –UAESPNN-, la Fundación ProSierra Nevada de Santa Marta y el Sistema Nacional Ambiental –SINAOrganismo internacionales como la UNESCO, la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) y Amigos de la Tierra Colombia, The Nature Conservancy, Fundation Mc Arthur, Fundation Liz Claibord, Balance-Cordaid también hacen presencia en la Sierra Nevada. 3.4 Legislación ambiental 3.4.1
Categoría de manejo
Nacional Fue elevado a la categoría de Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta en 1964. El Ministerio de Ambiente la considera una de las cuatro ecorregiones estratégicas del país. Internacional Reserva del Hombre y de la Biosfera, declarada por la UNESCO en 1974 4. ASPECTO CULTURAL 4.1 Armonía: Hombre – Naturaleza Para los indígenas, la Sierra Nevada de Santa Marta tiene carácter sagrado. La montaña se percibe como un cuerpo vivo donde cada uno de los elementos de la naturaleza son parte vital de la cultura indígena y su relación armónica con el medio.
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Este macizo es el corazón y centro del mundo y por medio de un permanente cuidado de los Mamos garantizan el equilibrio del universo. Según la cosmogonía, la Madre Galchuban (la madre de todas las cosas) al principio de todos los tiempos descendió sobre la cúspide de la Sierra Nevada y les entregó a los Hermanos Mayores (los Kogui (Kággaba), los Arhuacos (Ikcas) y los Arsarios (Sanká) el secreto para mantener el orden universal y enseñar a los hombres menores (Bonachis o blancos) a vivir en armonía con el mundo. Esta tradición es conocida como la Ley de la Madre y contiene el código moral, social y espiritual que debe conservar la nación. De acuerdo con los preceptos, de la Madre, se asegura un lugar para cada cosa y para cada grupo humano en la Sierra Nevada, de esta distribución subsisten en tres grupos situados así los Kogui en la vertiente norte, dando la cara al mar, hacia la Bahía de Santa Marta; los Arhuacos se ubicaron en la vertiente suroccidental y suroriental en una franja comprendida entre los 1.000 y 4.000 m. sobre el nivel del mar, compartiendo esta cara con algunos conglomerados Arzarios en el departamento del Cesar. 4.2 Prácticas agro culturales que deterioran la Sierra Nevada de Santa Marta.
Fumigación con glifosato :
El glifosato es un herbicida que el gobierno colombiano autorizó su utilización para erradicar los cultivos de coca y amapola. El Plan Colombia ha permitido la intervención en la erradicación de cultivos ilícitos, en la Sierra Nevada de Santa Marta a través de fumigaciones con glifosato. 5. ASPECTO ECONÓMICO 5.1 Valor de la biodiversidad Los bosques de la Sierra Nevada también proporcionan una fuente de ingresos a los explotadores y comerciantes de madera para el consumo local y para la infraestructura de transporte del banano de exportación. Sobre esta explotación se ejerce muy poco control por parte de las autoridades ambientales. Se puede afirmar que sus características geográficas, el fácil acceso a los mercados del Caribe, la diversidad de ecosistemas representativos del trópico, sus singulares escenarios naturales, la apariencia de poseer aún territorios baldíos sin explotar, y la fertilidad de las tierras a su alrededor, la convierten en zona de importancia estratégica para el país y para el mundo. 5.2 Actividades productivas
La actividad agropecuaria está determinada por la disponibilidad de agua para la producción.
El mayor cultivo es el de banano para la explotación
Los productores de palma africana, demandan también agua para la extracción de aceite de palma, cuyos residuos van a las fuentes de agua.
Existe tan solo un Distrito de Riego, Prado Sevilla, con una extensión de 50.400 hectáreas, de las cuales hay 42.000 hectáreas netas para agricultura y ganadería.
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Las fuentes de agua para riego en el distrito son los ríos Fundación, Aracataca, Tucurinca, Sevilla y Frío. La economía indígena
La economía indígena está basada en la producción agrícola y en el uso racional de los productos del bosque tanto animales como vegetales. Esta forma de producción constituye la característica básica de la subsistencia de los indígenas serranos, que tiene una connotación cultural y de adaptación ecológica al medio. 5.4 La economía campesina Está compuesta por una agricultura comercial y una agricultura para la subsistencia; es decir, el campesino produce una parte para vender y otra para el sostenimiento familiar. Los cultivos están localizados en las laderas de la Sierra, con niveles tecnológicos medios o bajos. El cultivo predominante de la agricultura comercial es el café. La producción cafetera, no alcanza el 1% de la producción nacional, sin embargo, este renglón se convierte en una de las principales fuentes de ingresos de los campesinos de la región. 5.5 La economía empresarial La economía empresarial agropecuaria se encuentra localizada en la planicie, donde el suelo es fértil y hay buena disponibilidad de agua. Este sector produce para la exportación y para la agroindustria interna; posee un alto nivel tecnológico y absorbe una buena cantidad de mano de obra. Los principales cultivos son: el algodón, la palma africana, arroz con riego, banano, maíz tecnificado y sorgo. De la producción pecuaria se destacan bovinos doble propósito, ovinoscaprinos y porcinos. 5.6 La economía agropecuaria La economía agropecuaria de subsistencia se encuentra localizada en la parte media alta del macizo y los principales productos son naranja, lulo, tomate de árbol, caña, fique, maíz, fríjol, yuca, cebollín, tomate, ajo y col, ganado ovino, caprino y algunos bovinos. 5.7 La caficultura La caficultura es una de las más importantes actividades económicas y productivas desarrolladas en la Sierra Nevada de Santa Marta. Es el motor de la economía en una amplia zona conocido como el cinturón cafetero que cuenta con un área total estimada de 168000 hectáreas. Por las condiciones especiales de la Sierra Nevada, se ha desarrollado una caficultura que implica la existencia de un sombrío permanente. Estas plantaciones multi-estrata de café representan una opción de conservación frente a la transformación de los bosques premontanos. FORTALEZAS
DEBILIDADES
• Calidad del café
• Una cosecha al año, menor producción y productividad • Café bajo en acidez • Suelos de formación rocosa y no de cenizas volcánicas • Café orgánico, sin fertilizantes químicos; se • Mal estado de las vías de comunicación exporta tostado y molido • Cercanía al puerto de embarque • Problemas de inseguridad • Una cosecha al año
• Indígenas cafeteros: dejan caer la producción
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• Clima cálido y seco • Menores costos de mantenimiento • Mejor redistribución del ingreso.
promedio que lograban los colonos. • Variedad Colombia • Salida de caficultores tradicionales: cae la producción y el empleo • Colonización espontánea: cota superior 1500 msnm.
5.8 Agricultura orgánica La agricultura ecológica u orgánica es una forma de producción intensiva y equilibrada que trata de buscar una concordancia entre los sistemas tradicionales y las prácticas de manejo de la agricultura ecológica moderna. Esta agricultura se basa en el manejo sostenible de los recursos naturales, asegurando una producción agrícola estable a largo plazo y el aumento de los rendimientos. En este sistema de cultivo no se permite el uso de productos químicos como fertilizantes, herbicidas, insecticidas, fungicidas o cualquier otro producto sintético. 5.8.1 Café orgánico En la actualidad el principal destino del café de la Sierra Nevada de Santa Marta es el mercado japonés: las tostadoras de este país adquieren por lo menos el 80% de la producción anual del grano. El descubrimiento de este mercado por parte de FEDERACAFE a principios de la década de 1990, asegura la venta del café serrano en uno de los países más consumidores de esta bebida, "...durante 1990, el Japón se constituyó en el tercer mercado de café más grande del mundo...siendo superado solamente por Estados Unidos y Alemania". Su aroma, sabor, cuerpo y mínima acidez fueron las características que le permitieron a este producto conquistar el exigente mercado nipón. Los suelos de la Sierra Nevada de Santa Marta no se les debe poner a competir con sus similares del Eje Cafetero. Los suelos en la Sierra Nevada son rocosos, en formación ("cordillera joven e inmadura"), con una capa vegetal escasa en la mayor parte del macizo; de otro lado, son ricos en potasio lo que determina que su grano tenga un bajo grado de acidez, colocándolo en la categoría de café especial. 5.9 Otras actividades También constituyen fuente de ingresos para los campesinos, el turismo y la extracción de madera. Desde el punto de vista paisajístico y de belleza escénica, la Sierra se ha calificado por viajeros, estudiosos y visitantes como “un lugar espléndido” por la presencia de los pisos térmicos, los biomas, la fauna, la diversidad cultural, las actividades agropecuarias, además de dos parques nacionales naturales, Ciudad Perdida, Pueblito; belleza y singularidad propia para desarrollar el turismo ecológico y arqueológico. 5.10 Problemática Problemas relacionados con la calidad de vida de los sectores campesinos: carencia de medios de comunicación y comercialización; pobreza económica; incapacidad para la formulación de proyectos; falta de organización de la comunidad; falta de titulación de tierras para el campesino; ausencia de reforma agraria; falta de asistencia técnica; tecnologías de uso de la tierra inapropiadas; falta de alternativas económicas, entre otros. La amenaza principal y la causa por la disminución de muchas poblaciones de especies en la zona cafetera es todavía la destrucción de hábitat naturales. Actualmente la principal tendencia de pérdida de hábitat naturales es la expansión de la frontera agrícola, el desarrollo de sistemas productivos insostenibles (potreros y cultivos en alta pendiente) y actividades extractivas, cuales están disminuyendo el área efectiva de los hábitats naturales y aumentan la fragmentación.
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De las 2.115.873 hectáreas que conforman la Sierra Nevada, sólo el 15% se considera como bosque no alterado o escasamente intervenido, mientras que en el 85% restante se ubican las actividades humanas y económicas que han originado el deterioro de sus ecosistemas. Un estudio realizado por la Fundación Pro Sierra Nevada de Santa Marta (2001-2003) informa que en todo el macizo la cobertura de bosque fue cercana a 32% de su territorio, mientras que el área de potrero, matorral y suelo desnudo llegó al 30%. De la comparación de las coberturas vegetales de los años 1995 y 2002 se puede evidenciar el estado de conservación de bosques y rastrojos en el cinturón medio y alto del macizo montañoso con una marcada recuperación en la cara suroriental y una degradación de los mismos. VIII. CIÉNAGA GRANDE DE SANTA MARTA: ESCENARIO DE POBREZA Y ABANDONO
Además de la Sierra Nevada y el Mar Caribe, la Ciénaga Grande de Santa Marta (CGSM) constituye el tercer espacio de especial importancia geoecológica del Caribe Colombiano, por lo cual se les considera como de especial valor estratégico, al albergar en él, el más productivo de todos los ecosistemas tropicales, a saber el bosque de manglar, en especial la especie Mangle Rojo (Rizófora Mangle), en consecuencia de ello se destacarán sus principales características expresadas en los aspectos geoecológico, socio - histórico, político, cultural, y económico. ASPECTO GEOECOLÓGICO 1.- Posición astronómica y geográfica Posición Astronómica: La ecorregión o complejo lagunar CGSM, es un espejo de agua salobre, localizada entre las latitudes 10° y 11°, sur y norte respectivamente perteneciendo ambas latitudes al hemisferio norte y las longitudes ambas occidentales, con valores de 74° 14’ y 74° 52’ en oriente y occidente respectivamente. Posición Geográfica: En la margen derecha de la desembocadura del Río Magdalena, en el extremo noroccidental del Departamento del Magdalena se encuentra la llamada Ciénaga Grande de Santa Marta, que en realidad es más que un solo cuerpo de aguas, ya que esta constituida por un sistema de ciénagas, (aproximadamente veinte), esteros (áreas inundadas por el mar en marea alta) y bosque de manglar, interconectados en una intrincada red de caños. En términos generales sus límites o vecinos según los puntos cardinales son:
Norte: Mar Caribe con quien se intercomunica a través del canal sobre el cual se encuentra el Puente de la Barra.
Oriente (O): Con el macizo Sierra Nevada de Santa Marta, del cual recibe varios ríos (Fundación, Aracataca, Sevilla y Frío) incluyendo la carga de sedimentos y contaminación que estos transportan.
Sur: La línea imaginaria que de oriente a occidente, une los municipios de Fundación, Medialuna, Pivijay y Salamina.
Occidente (W): El curso bajo del Río Magdalena el cual a través de sus caños de derivación lateral (Clarín, Renegado, Aguas Negras y el Condazo) hace sus aportes de agua dulce a la ciénaga, y por supuesto, todas las descargas contaminantes procedentes del interior del país.
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Es fácil deducir que el ecosistema CGSM resulta ser un espacio de transición entre tres ecosistemas bien diferenciados como son la Sierra Nevada, el mar Caribe y el río Magdalena, lo cual lo hace vulnerable a las alteraciones que estos experimenten, ya que con ellos mantiene relaciones de interdependencia. 2.- Caracterización fisiográfica Características físicas: Área: La ecorregión CGSM cuenta con un área aproximada de 4280 Km 2 de los cuales 730 son agua donde se destacan los espejos de Pajaral, Alfandoque, la Ahuyama, Conchal, Juncal, Tamacá, La Aguja y Nueva Venecia quienes por su gran tamaño e importancia ecológica y socioeconómica junto a la Ciénaga Grande propiamente dicha, conforman el más importante cuerpo de humedales de toda Suramérica. Forma: El cuerpo de agua principal tiene forma triangular con el vértice en el sur y la base hacia el mar Caribe. Profundidad: Las ciénagas son cuerpos de agua de poco calado (profundidad) condición esta que las hace altamente vulnerables a los procesos de colmatacion (rellenado) acelerando su tránsito hacia otras formas en la secesión ecológica, en el caso de la CGSM esta presenta una profundidad media de 1,8 m. sin exceder los 2,3 m. En la abertura de contacto al mar Caribe pueden verificarse profundidades de hasta 10 metros. Transparencia: varía dependiendo de la salinidad, si la salinidad aumenta la turbidez (estado de aguas revueltas) es mayor, y a medida que esta disminuye también disminuye la turbidez, ganando el cuerpo de agua en transparencia lo que facilita la entrada de la luz del sol, fundamental para los procesos de fotosíntesis que las algas de ese cuerpo de agua realizan y que constituyen parte de la base de su cadena productiva.
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Clima: En promedio la temperatura de la ecoregión es de 28° C, con mínimo de 25° C y máximo de 34° C. Presenta dos periodos secos, de noviembre a marzo, luego semisecos los meses de julio, agosto y septiembre; y dos períodos de humedad, de abril - mayo y octubre – noviembre (inicios). Vientos: los Alisios del noreste coincidiendo con las épocas secas Proceso geológico de construcción de la ecoregión La CGSM ocupa hoy la misma depresión que ocupaba hace más de 10.000 años cuando solo era un pantano, el litoral (línea de contacto mar - continente) en forma de embudo, abierto al mar, estaba ocupado por aguas de poca profundidad y mucha vegetación, luego debido a los procesos de avulsión, es decir de corrimiento lateral del curso del río Magdalena, se convirtió en el estuario que le serviría de desembocadura a éste. Hace aproximadamente 2.300 años el nivel del Caribe se elevó en dos metros, invadiendo el área y sumergiéndola en un cuerpo de agua muy bien definido donde el mar con su dinámica (corrientes y mareas ) es quien redistribuye la carga de sedimentos aportados por el río, así poco a poco, se fue construyendo con arreglo a la dinámica de la Corriente Caribe y a los cada vez mayores aportes de sedimentos que el río acarreaba hasta el lugar, la barra, que hoy constituye la Isla Salamanca, barra que termina por cerrar parcialmente la boca dejando solo algunos pasos de contacto entre el mar Caribe y el cuerpo de agua que comenzó a aislarse y a adquirir condiciones de ciénaga, luego de que el río avulsionara nuevamente hacia la posición actual, manteniendo con la ciénaga relación a través de los caños Clarín, Renegado, el Condazo, y Aguas Negras entre otros. Características químicas: Salinidad: Las aguas de la CGSM son salobres, condición esta que la hace especial y dependiente de los aportes de aguas de los ecosistemas acuáticos aledaños (mar y ríos) los cuales junto con las precipitaciones y la evapotranspiración regulan su caudal y su concentración o no de sales. Ph: más alto que el del mar, sus valores oscilan entre 7.2 y 8.5 es decir de neutra a básica (alcalina, no acida). Características biológicas: Tipo de Ecosistema: como ya se mencionó la CGSM es un ecosistema de transición entre el mar Caribe, la ciénaga y el río Magdalena, lo que le confiere su carácter de espacio mixto, donde se aprecian características propias de una ciénaga pero también de la dinámica de los estuarios (espacio del litoral con forma de embudo que es aprovechado por un río para desembocar por allí, la dinámica del mar es quien distribuye los sedimentos aportados por la corriente) En consecuencia, en este caso resulta un ecosistema cenagoso – estuarino, es decir comporta de las características de dos ecosistemas y dinámicas diferentes. Dado el carácter salobre de sus aguas el espacio de la CGSM es ideal para albergar en especial, especies vegetales gustosas de la sal, es decir halófilas, tales como los Bosques de Manglares cuyas especies gustan en diferentes grados de la salinidad, siendo el mangle rojo (Rizófora mangle) el de menor tolerancia a la misma (menos de 65 partes por millón (p. p. m.) ), razón por la cual siempre ocupa espacios donde sus raíces se encuentren permanentemente en contacto directo con el cuerpo de agua, ya que allí la sal se encuentra diluida a diferencia de tierra firme donde se concentra. Biodiversidad: La biodiversidad que el complejo lagunar CGSM contiene se resume en términos generales en 276 especies vegetales terrestres, 300 morfotipos de algas fitoplanctónicas, 144 especies de peces, 102 morfoespecies de moluscos y cerca de 190 especies de aves entre nativas y migratorias, quienes utilizan este espacio como lugar de anidamiento y cría, para luego regresar a sus lugares
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de origen. Entre los mamíferos se han identificado 19 especies de los cuales el manatí (Trichechus manatus) presenta cierto grado de amenaza y esta a su vez de desequilibrio general para el ecosistema ya que manatí, cumple la importante función (nicho ecológico) de ser el controlador natural de la taruya, de allí que se le conozca con el nombre de “vaca marina”, además se encuentran reptiles, anfibios y aves. El Bosque de Manglar: los manglares son árboles y arbustos que pertenecen a veinte (20) familias de plantas que habitan zonas costeras tropicales y subtropicales cuya principal características es el estar adaptadas a vivir en suelos y aguas salobres. En la CGSM existen tres especies, el mangle salado (Avicenia germinans), el mangle rojo (Rizófora mangle) y mangle amarillo (laguncularia racemosa) y en poca cobertura el mangle bobo (Conocarpus erectus). Al lado de mangle rojo crecen también plantas acuáticas como el llamado buchón de agua, (Eichhornia crassipens) o taruya, la paja enea (Tipha domimgensis) y sobre tierra firma especies espinosas, propias del monte seco, tales como el trupillo (prosopis juliflora) o los cactus (tipo cereus, tuna). Este importante ecosistema en el Caribe colombiano tienen una cobertura de 82.000 hectáreas de las cuales el 60% se encuentra en la ecorregión Ciénaga Grande de Santa Marta e infortunadamente son los que mayor impacto negativo ha recibido, el otro sector de gran importancia y mejor estado de conservación son los manglares de la desembocadura del río Sinú (Tinajones) Principales características del bosque de manglar
El bosque de manglar (mangle rojo) ha sido catalogado como el ecosistema más productivo del planeta. El mangle rojo presenta una corteza rojiza – café del cual deriva su nombre vulgar, sus hojas presentan textura coriácea (aspecto de cuero), de color verde oscuro, con flores blanco cremosas, su florescencia se produce entre marzo y noviembre y su semilla o plántula, (la cual es una planta en miniatura al germinar), precisamente forma parte de la estrategia de adaptación al espacio que ocupan, su forma es la de una lanza resistente y puntiaguda de gran tolerancia a la humedad, la cual al caer al suelo tiene la posibilidad penetrarlo ya que su forma aerodinámica y la naturaleza blanda del suelo húmedo o cubierto de agua así lo permite, evitando que la semilla sea arrastrada por las corrientes y a cambio garantizando un nuevo individuo que formará parte del bosque. Otra de las adaptaciones son sus raíces aéreas, las cuales son de dos tipos: una las llamadas neumatóforos las cuales emergen desde el suelo hacia arriba (geotropismo negativo) en busca del oxigeno que no pueden encontrar en el suelo ya que este permanece la mayor parte del tiempo cubierto de agua, así mismo desarrolla otras, las principales, que anclan el árbol al suelo fangoso, en forma de zancos o balcones, que forman una maraña en la cual múltiples especies en sus primeros estadios de vida, no solo encontrarán seguridad, sino lo más importante, alimento, de allí que sea conocido como la “guardería natural” o “sala cuna del mar”. La máxima importancia del mangle esta asociada a su papel ecológico al servir de hábitat a múltiples otras especies tanto acuáticas, como terrestres y aéreas. Además el mangle rojo tiene variadas aplicaciones en medicina, industria extracción y producción de taninos (tintas) leña y construcción, al tiempo que protege el litoral de los embates del mar.
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Es tal la importancia geoecológica de la CGSM que a nivel nacional ostenta en su sector sur oriental la categoría de área protegida como Santuario de Fauna y Flora, en el litoral, la Isla Salamanca, es reconocida bajo la categoría de Vía a Parque. Por otra parte a nivel internacional, la UNESCO la ha reconocido como Reserva del Hombre y la Biosfera y otros organismos conservacionistas la han reconocido como importante zona de humedales de allí su inclusión en sus listados como “Región Ransar”. ASPECTO SOCIO – HISTORICO Y POLITICO Social: Este espacio desde tiempos prehispánicos ha sido escenario de comunidades que lo han utilizado con algún grado de impacto, por ello es necesario destacar las características del grupo humano que actualmente lo ocupa. En primera instancia la ecorregión es un conglomerado de municipios que rodean la ciénaga o viven dentro de ella (palafitos), entre los primeros tenemos Ciénaga, Pueblo Viejo, Salamina, Aracataca, Pivijay, Cerro de San Antonio, Remolino, Sitionuevo, El Piñón, El Retén; al segundo grupo pertenecen Nueva Venecia, Buenavista y Trojas de Aracataca. Según datos del DANE ajustados en 1997, en el lugar hay una población de aproximadamente 400.000 personas con un 49% de mujeres y un 51% de hombres, con una tasa de crecimiento de 5% anual y de analfabetismo del 85%, dedicados principalmente a la pesca, y actividades agropecuarias en el sector de la Zona Bananera (banano y palma africana) Es necesario destacar el nivel de pobreza en que vive esta gente a pesar de toda la riqueza natural que el lugar oferta.
La CGSM fue durante siglos fuente de riqueza y bienestar para los habitantes de las zonas aledañas, adquiriendo un importante papel económico en el país. Con el deterioro ambiental se ha desatado un proceso paralelo de deterioro económico y social que tiene a sus habitantes y sus culturas en una situación de alto riesgo. Al deterioro del medio ambiente se suma la falta de respuestas del estado en materia de servicios básicos públicos, de salud y educación. En una cadena de causa-efecto, las condiciones de pobreza de los habitantes de la ecoregión han generado modos de satisfacción de las necesidades básicas que agravan la problemática ambiental de la Ciénaga. El rasgo étnico predominante es el mestizo, cuyo origen está muy vinculado con el poblamiento de los pueblos aborígenes del Bajo Magdalena. Sus antecedentes históricos lo constituyen los concheros referenciados desde el año 362 D.C., fecha de poblamiento relativamente tardío en el Caribe colombiano. Su cultura anfibia es la respuesta histórica a la relación intensa con su espacio vital creando cosmogonías profundamente vinculadas a los ciclos de la flora y la fauna. De ahí el respeto por la naturaleza y su gran capacidad de adaptación al entorno acuático, teniendo su máximo símbolo el perenne icono del caimán. Este símbolo recoge los elementos de los habitantes de la Ciénaga: resistencia ante los retos de la naturaleza y ante los conflictos sociales que de tiempo atrás los
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azotan; valoración de la naturaleza, al lograr conseguir una cultura sustentada en la integración del hombre a su entorno. La extrema pobreza, agudizada por el deterioro del ecosistema y por la intromisión de prácticas pesqueras lesivas, ha incidido en el resquebrajamiento de esta simbiosis cultural de los habitantes de los palafitos con la Ciénaga. El rasgo étnico predominante surge del mestizaje entre los indígenas allí asentados y los españoles, quienes a su vez comportaban una mezcla de blancos y distintos pueblos asiáticos. El sincretismo religioso de la población combina la tradición judeo-cristiana con los arcaicos sistemas mágicos, entre los cuales se destaca el tótem del caimán. El patrimonio tecnológico de la ecoregión esta representado básicamente por artes autóctonas de extracción de sal marina y artes sincréticas de pesca. Las relaciones de parentesco están basadas en la familia extensa y a nivel grupal tienen predominancia el compadrazgo y la socialización para la actividad comunitaria. Dentro de la organización social la mujer desempeña un papel integrador fundamental para la familia, aunque socialmente no alcance pleno reconocimiento. Desde el punto de vista socioeconómico se pueden focalizar estratos con relativa predominancia social, como el comerciante de pescado y el de los políticos “profesionales”. Le siguen los pescadores libres –dueños de su medio de trabajo- y los más pobres, los pescadores cautivos, cuyo trabajo está subordinado a prácticas de endeudamiento y a un complejo sistema de lealtades políticas, sociales y parentales. Político: Con relación a este aspecto podemos resaltar la baja capacidad de las comunidades para participar reflejado en la carencia de una conciencia comunitaria y de concepción integral de la situación ambiental, priorizándose exclusivamente lo referente a la supervivencia individual; poca capacidad organizativa y dispersa acción de las organizaciones comunitarias; carencia de una verdadera conciencia organizativa y participativa que posibilite el planeamiento y puesta en marcha de soluciones auto-gestionadas a la problemática social y ambiental; poca representatividad de los líderes comunitarios; débil participación y escaso poder de negociación de la mujer. Histórico: Las primeras evidencias de asentamientos humanos se dan desde el año 362 D.C. basados en los restos cerámicos que se encuentran en los diferentes estratos excavados en los asentamientos que se dieron de occidente a oriente. Según Angulo-Valdés (1978) los primeros ocupantes del área tenían orígenes ligados a culturas con tradición agrícola, a la pesca y la recolección de moluscos que eran la base de la dieta. Día a día creció más la dependencia por los recursos del sistema lagunar. Esta subregión tomó un carácter de cruce de caminos que la definió como una notable confluencia multiétnica, permitiendo asentamientos como Pueblo Viejo y Papare. Los habitantes de Pueblo Viejo son descendientes del grupo Caribe: Los Mamalina, los Salamancas y los Mahomas. (Corpamag) Investigaciones de Correa De Andreis afirman que los primeros habitantes de esta zona procedían del bajo Magdalena y ocuparon la Isla de Salamanca, trayendo consigo técnicas de subsistencia basadas en la agricultura. Los aborígenes que ocuparon estos lugares eran portadores de una tradición agrícola. Entre los hallazgos localizados son frecuentes los metates, las manos de moler, hachas en granito, roca abundante de la Sierra Nevada de Santa Marta, que dista de la Ciénaga Grande a unos veinte kilómetros, elementos que disminuyen en Tasajera y Palmira. Con la llegada de los españoles comenzó la incorporación de los pobladores a la economía colonial y la creación de una cultura mestiza. A mediados del siglo XVIII se consolida el ordenamiento político territorial que permite en la zona sur-occidental abrir nuevos caminos y repartir tierras a los colonos. La ganadería comienza a transformar el paisaje. A partir de 1820 se comienza a estimular la colonización de la margen oriental de la Ciénaga Grande de Santa Marta, ya que varios generales del ejército patriota reciben vastos territorios y
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comienzan a cultivar, especialmente tabaco. A finales del siglo XIX se consolidan los palafitos de Bocas de Aracataca, Buenavista y Nueva Venecia. Entre 1820 y 1902 la subregión de la CGSM se convierte en el escenario de acontecimientos claves, la batalla de Ciénaga (1820) la revolución de Carmona (1840) y la Paz de Neerlandia (1902), con lo cual adquiere un carácter estratégico nacional. En la primera década del siglo XX se inicia un proyecto de desarrollo de infraestructura regional, la construcción del ferrocarril, que estimula económicamente a la región. Con el auge del cultivo de banano en la zona oriental de la Ciénaga Grande llegan inmigrantes del interior del país y del extranjero (sirio-libaneses, italianos y españoles), posteriormente se dan unas relaciones tirantes y desiguales entre los productores de banano y los obreros, y surgen grandes conflictos que desembocaron en la masacre de las bananeras en 1928. Por otro lado, se presentan enfrentamientos entre los productores de banano por el uso de las aguas de los ríos. En la zona occidental de la Ciénaga Grande en el año 1925 finalizan las obras de dragado del caño Clarín, recuperando la navegabilidad y la comunicación con la ciudad de Barranquilla, que en ese tiempo se hacía fluvialmente. En 1956 da inicio la construcción de la carretera Ciénaga Barranquilla. (Corpamag) Centrándonos en la Ciénaga y como ya se mencionó debido a la importancia ecológica del lugar, éste, fue declarado como un área más del Sistema de Áreas Protegidas del país con su correspondiente Zona de Amortiguación, definiéndole en la ley sus funciones fundamentales a saber: la conservación – preservación –investigación. En 1969 fue creado allí el “Parque Nacional Natural Isla Salamanca”, hoy “Vía a Parque Isla Salamanca”, en 1977 se reconoció el “Santuario de Fauna y Flora Ciénaga Grande” zona sur oriental de la ecorregión. En 1998 el gobierno nacional mediante decreto No. 244 de febrero de 1998 designó a la Ciénaga Grande como humedal para ser incluido en la lista de humedales de importancia internacional de acuerdo a los criterios de la Convención Ramsar, en la cual finalmente fue incluida como “Región Ramsar”. El 17 de enero de 2001 la UNESCO, además le reconoció a la ecorregión la categoría de manejo internacional de “Reserva del Hombre y la Biosfera.” Se considera que el proceso de deterioro del área se inició desde el momento mismo en que los grupos humanos que de él han hecho su espacio de desarrollo cultural comenzaron a transformarlo, al comienzo de manera mínima y paulatina, pero a medida que aumenta la población y con ella su presión sobre los ecosistemas estos comienzan a resentirse, vale aclarar que el proceso de impacto propiamente dicho que generó alarma y atrajo la atención internacional es el de reciente ocurrencia cuando la construcción de la carretera Troncal del Caribe fragmentó el ecosistema de la Isla Salamanca, en la segunda mitad de la década de los 50, que junto con las otras causales del desastre ecológico, de manera sinérgica se potenciaron provocando los resultados que conocemos. Vale la pena destacar que para la fecha mencionada los intereses ecológicos no constituían prioridad para ningún gobierno, y lo ambiental en sentido amplio no era un tema que se considerara dentro de las decisiones políticas o económicas, así, los criterios a tener en cuenta para la construcción de la carretera fueron solo de carácter económico. Luego de la constatación de los hechos y los resultados desastrosos -muerte masiva de más del 70% del bosque de Mangar- la Corporación Autónoma Regional para los Recursos Naturales del Magdalena CORPAMAG con la asistencia técnica de la GTZ alemana, unieron esfuerzos a favor de la rehabilitación de la ciénaga, con el Proyecto “Pro – Ciénaga” acometiendo el proceso para su recuperación, el cual se programó en tres (3) fases, a saber:
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Fase preparatoria: de junio de 1992 a diciembre de 1994 durante esta fase se recopiló la información disponible, se profundizó en el conocimiento del ecosistema, se desarrollaron procesos de participación comunitaria y coordinación interinstitucional; se elaboró el diseño hidráulico aplicable al complejo lagunar ajustándolo al comportamiento natural del ecosistema, se formuló el Plan de Manejo Ambiental y se gestionó exitosamente un préstamo con el BID para la financiación de las obras hidráulicas.
Fase de ejecución de obras: entre enero de 1995 y junio de 1998, en esta fase se implementaron todas las medidas que para tal efecto habían sido planeadas tales como: dragado de caños, construcción de estructuras reguladoras, controles de caudales, se fortalecieron los espacios de participación comunitaria e interinstitucional, se comenzó el plan de alivio social y comenzaron los acuerdos acerca del ordenamiento pesquero, así mismo comenzó el monitoreo de los efectos ambientales de las obras que se estaban ejecutando.
Fase Terminal: o fase de consolidación comenzando en junio de 1998 se extendió hasta junio de 2000 durante la cual se trabajó en la consolidación y fortalecimiento en las medidas técnicas, sociales y económicas del proyecto a fin de garantizarle sostenibilidad a futuro, actualmente CORPAMAG mantiene control ambiental sobre el lugar y aunque todo no está hecho, ni todo ha logrado recuperarse en su totalidad, el parte es de satisfacción, pues lo resultados han sido mas halagadores de los esperado, incluso en menor tiempo del calculado el ecosistema ha respondido favorablemente a los procesos de recuperación
FACTORES DE DETERIORO: CAUSAS, CONSECUENCIAS Y POSIBLES SOLUCIONES La Ciénaga Grande, lagunas y bosques adyacentes reflejan la degradación ambiental que afecta a las grandes cuencas hidrográficas nacionales. Desde la segunda mitad de la década de los 50, de manera dramática el armonioso pero frágil equilibrio de la naturaleza ha sido bruscamente alterado en esta zona. Los efectos del deterioro ambiental y sus desfavorables consecuencias de carácter socioeconómico son una cruda realidad. En el pasado el río Magdalena se desbordaba en el invierno sobre su margen derecha y a través de más de una docena de caños vertía al complejo lagunar por lo menos 200 metros de agua y en una acción periódico lavaba los suelos y reducía su salinidad. Los aportes de los ríos de la Sierra Nevada a la Ciénaga Grande y el libre intercambio de flujo contribuían a mantener el equilibrio hídrico del sistema, formando un ambiente óptimo para su plena productividad. Entre las causas que generan el deterioro del ecosistema podemos mencionar la disminución sustancial del aporte de agua dulce, especialmente del río Magdalena; la interrupción de intercambio de flujos del mar Caribe y la Ciénaga Grande por la construcción de las carreteras Ciénaga-Barranquilla, sobre la Isla de Salamanca entre los años 1956 y 1960 y la carretera Palermo-Sitionuevo, marginal del río Magdalena, costado oriental, en la década de los años 70; los procesos de deforestación de la Sierra Nevada de Santa Marta con un considerable aumento de sedimentos depositados en el complejo lagunar; el desvío de canales y la construcción de diques para impedir el desbordamiento del río Magdalena. Entre los efectos de este deterioro podemos mencionar la aceleración de la hipersalinización y de los suelos y el avance de la cuña salina hasta el agujero de la Zona Bananera, la colmatación, la desaparición de más de la mitad del bosque de manglar, el incremento de sedimentos y contaminación química, los cambios en la composición microbiológica del cuerpo de aguas, la drástica disminución del los recursos pesqueros y consecuentemente el aumento de los niveles de pobreza de la población. En definitiva la principal consecuencia de estas alteraciones ha sido el rompimiento del balance hídrico de todo el sistema, lo cual se refleja principalmente en la extrema hipersalinidad de los suelos del manglar, los cuales presentan salinidades del agua intersticial mayores que 100, durante
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más de 8 meses al año. A su vez, investigaciones recientes, han identificado la hipersalinidad de los suelos como la causa principal de la muerte masiva del manglar (Cardona y Botero, 1998). Además del deterioro paisajístico, la disminución del manglar ha generado impactos en todo el ecosistema lagunar, las cuales podrían agruparse en la perdida de hábitat para un gran número de especies; el enriquecimiento de las masas de aguas aledañas al bosque de manglar con materia orgánica e inorgánica, fenómeno este originado no solo por el vertimiento directo a la Ciénaga Grande de aguas servidas procedentes de las poblaciones aledañas y al acarreo de fertilizantes agrícolas y de materia orgánica por los ríos de la Sierra Nevada sino también por el lavado durante las épocas de lluvias de los suelos del manglar cargados de detritus vegetal. El cuadro anexo muestra de manera resumida los principales factores que han contribuido al deterioro de tan importante cuerpo de humedales. LA CIENAGA GRANDE: FUENTE DE RIQUEZA Y CIRCULO DE POBREZA Así como la subregión Ciénaga Grande es uno de los ecosistemas más importantes del departamento del Magdalena y del Caribe colombiano, a la vez su deterioro ambiental ha desatado un proceso paralelo de deterioro económico y social. El porcentaje de la población en pobreza asciende al 85%, lo que la convierte en una de las zonas más deprimidas del departamento del Magdalena y entre las más necesitadas del país. Por lo demás, la explotación extractiva de los recursos se afianza em una concepción de la Ciénaga y de su entorno como “un bien privado” lo que es fuente de conflictos y constituye una presión permanente sobre el ecosistema. La compleja problemática socio-económica de la subregión presente, entre otras, las siguientes manifestaciones generales:
Erosión progresiva de la actividad productiva determinante en la zona (la pesca) asociada al deterioro del medio ambiente, y por ende, un agudo deterioro de las condiciones de vida de las poblaciones. Privatización de la Ciénaga en el imaginario de los actores sociales y explotación extractiva de los recursos naturales Fragilidad de la cultura anfibia, que pone en peligro su permanencia. Conflictos de intereses entre los diferentes actores sociales, usuarios de la Ciénaga Grande. Posición desventajosa de la mujer en la comunidad de la Ciénaga Grande incluyendo escaso poder de negociación y participación, falta de valoración de su papel en el proceso de producción y desarrollo, además de marginamiento de los beneficios del desarrollo. Surgimiento de nuevas formas de inequidad entre los distintos grupos sociales y entre estos grupos y la naturaleza; acumulación de riqueza y extrema pobreza como factores de presión sobre el ecosistema. Graves deficiencias en materia de servicios básicos para las comunidades: inadecuado manejo de residuos y desechos; carencia de un sistema de eliminación de excretas; manejo inadecuado de los residuos sólidos, orgánicos e inexistente servicio de aseo y recolección, falta sistema de agua potable
Al interior de la Ciénaga (in situ) las actividades se basan en el sector primario. En su totalidad, la subregión presenta una baja densidad de ganado vacuno, lo que permite suponer que hay una ganadería extensiva, lo que implica ajas inversiones de capital, deficientes dotaciones e infraestructura y una reducida utilización de la mano de obra. Al norte de la subregión se practica la pesca artesanal intensiva con artes ilícitas o inadecuadas. La parte noroccidental, con grandes áreas de bosque de manglar presenta una alta población y tala para la construcción de edificaciones y producción de carbón. En el occidente la actividad económica está basada principalmente en la agricultura y la ganadería, dependiendo de Barranquilla para la comercialización de sus productos y la adquisición de insumos.
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El sector secundario en la subregión es incipiente, debido a su ubicación con respecto a Barranquilla, quien la desplaza en materia de inversión de capital y de infraestructura, a excepción de la zona oriental, que presenta actividades económicas agroindustriales basadas en el procesamiento de la semilla de palma africana y empacado de banano para la exportación. En suma, la posibilidad real, actual y hacia el futuro, de desarrollo interno de la ecoregión, implica la aplicación de un sistema de producción basado en el aprovechamiento sostenible de la oferta ambiental y a la promoción de inversiones externas que mejoran las condiciones críticas locales. La pesca en la ecoregión se ha practicado desde tiempos remotos pero en términos generales ha estado restringida al recinto principal de la Ciénaga y el complejo lagunar, a los ríos que desde la Sierra Nevada llegan a ella o en los caños que la comunican con el río Magdalena. Hoy, por diferentes factores, la pesquería de la Ciénaga enfrenta la difícil situación de superar los niveles de producción para permitir no solo mejorar los ingresos sino también su redistribución, para que el resultado de esta actividad redunde en el empleo y en el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes. La rehabilitación de las condiciones ecológicas influirá notablemente en la mejoría del recurso.
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DETERIORO DE LA CIENAGA GRANDE DE SANTA MARTA CAUSAS (In situ)
Construcción de las carreteras Santa Marta – Barranquilla y Palermo – Sitio Nuevo
Inadecuados hábitos de pesca representado en la utilización de artes de pesca nocivos para el ecosistema tales como la dinamita, el zangarreo, el bolicheo, la irracionalidad en la captura, (cantidad) que no respeta, talla mínima, época del año, ni especie considerada no permitiéndole al cuerpo de agua y sus especies recuperarse
Inexistencia de las mínimas condiciones de saneamiento básico (alcantarillado, acueducto, recolección de basuras ) para los pueblos aledaños y los que viven en los palafitos
Tala del bosque de manglar para ser utilizado como leña o
CONSECUENCIAS
POSIBLES SOLUCIONES
Interrupción de los flujos naturales de intercambio de aguas entre la ciénaga y el mar o la ciénaga y el río desequilibrio de la salinidad, aumentándola en unos sectores (hipersalinización) y en otros dulcificando excesivamente el agua (hiposalinización) provocando así la muerte masiva de mangle rojo y con ello la perdida del equilibrio productivo del ecosistema lo cual generó disminución de la oferta íctica y perdida de la belleza estética del paisaje, aumento de la pobreza y desplazamientos poblacionales hacia las urbes.
Restauración de los pasos que permitían el flujo natural de intercambio de aguas, mediante la construcción obras hidráulicas como pasos de aguas (levantamiento en cortos tramos de la carretera, pequeños puentes, instalación de tubos de evacuación), control de caudales, creación de viveros de mangle con miras a la reforestación, programas de re - poblamiento de peces, moluscos y crustáceos y alternativas pesqueras tales como acuicultura dentro y fuera de la ciénaga (jaulas, trampas)
Drástica disminución de la oferta íctica, aumento de la pobreza, perdida de biodiversidad, desequilibrios generales del ecosistema al deteriorar también a otras especies que no son objeto de captura, o capturar siempre la misma y en forma desmedida, así mismo la onda explosiva de la dinamita destruye estructuras del espacio o el espacio mismo deteriorándose así el ecosistema de forma general y permanente.
Diseño de un Plan de Ordenamiento Pesquero, el cual permita regular el ojo de malla y con ello, la talla mínima que respete la edad reproductiva, legislación fuerte con prohibición y veda acerca de ciertos artes de pesca (dinamita) y tipos de especies a ser capturados en determinadas épocas del año
Vertimiento al cuerpo de agua de todo tipo de desechos sólidos, excretas humanas con la consecuente alteración de las calidades microbiológicas y químicas del agua contaminado los peces los cuales pueden morir o trasmitir la contaminación a otros eslabones de la cadena alimenticia, inutilización del agua para consumo humano que provoca enfermedades gastrointestinales (cólera) y dérmicas
Garantizar en el lugar las mínimas condiciones de saneamiento básico, (trata de excretas a través por ejemplo de biodigestores y recolección de basuras con clasificación en la fuente) educación ambiental, charlas de concientización acerca de los riesgos y consecuencias a corto y largo plazo sobre sus vidas y su fuente económica de subsistencia
Disminución
Creación
progresiva
y
de
viveros
de
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material de construcción debido a la dureza de la madera (corralejas, puntales de construcción, muebles) o para obtener de su corteza los taninos (tintas) para uso industrial (textiles)
acelerada del manglar, (deforestación) impidiéndole cumplir su función de ser hábitat de múltiples especies y prestar sus mas valiosos servicios ambientales
mangle rojo para su reforestación, veda en el uso de su madera buscando alternativas combustibles (gas propano, paneles solares, biodigestores) o cerchas de hierro para la construcción y la corralejas, así mismo acceder a otras fuentes de taninos
Decisiones erráticas, desarticuladas sin seguimiento adecuado o improvisadas, no prestas a aplicar oportunamente los correctivos necesarios pensando más en la rentabilidad económica que en la conservación base del verdadero desarrollo, constituyéndose todo ello en causal de deterioro
Consolidación de una política ambiental nacional que propenda por el cumplimiento transparente, justo y oportuno de la legislación ambiental, en aras de la protección efectiva de los ecosistemas estratégicos en peligro. Priorizar los intereses ecológicos base del desarrollo, a los estrictamente económicos. Implementación de otras actividades productivas como el ecoturismo
Analfabetismo, creencias equivocas o cultura mal interpretada (machismo, Dios y los niños, Dios y la pobreza) pobreza, falta de organización social y baja capacidad de participación y así como ausencia de Educación Ambiental
Desconocimiento de los valores naturales presentes en su entorno natural con consecuente deterioro de lo que tienen, no participación efectiva para defender y proteger lo que es suyo. Crecimiento desordenado de la población que potencia los factores de su propio subdesarrollo
Potentes planes de erradicación de la pobreza al propiciar programas de equidad social que incluya educación de calidad, planificación familiar y Educación Ambiental en especial, así como formación política para la toma responsable de decisiones individuales y colectivas
Deforestación en la Sierra Nevada por causa de ampliación de frontera agrícola, cultivos ilícitos, colonización, actividad maderera, fumigación a los cultivos ilícitos
Aumento de la erosión y con ello la capacidad de arrastre de las corrientes que aportan mayor cantidad de sedimentos a las corrientes que desembocan en la Ciénaga Grande provocando aumento de turbidez y su colmatación (rellenado) acelerada.
Política de protección de bosques, legislación ambiental fuerte, y programas de reforestación en la Sierra, trampas de sedimentos en las desembocaduras de los ríos que tributan sus aguas a la ciénaga. Erradicación o fumigación manual de los cultivos ilícitos
Aumento en el aporte de sedimento y sustancias contaminantes diluidas o
Política de protección de bosques con reforestación en la cuenca alta y media del
Ausencia por parte de los entes gubernamentales de una verdadera política ambiental de protección y reconocimiento de los valores ambientales representados en nuestros singulares ecosistemas, endeble legislación al respecto o aplicación corrupta de la misma
Contaminación en el Río Magdalena a causa de la actividad agroindustrial y urbana (excretas humanas)
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de la zona Andina, deforestación en sus cuencas alta y media
Actividad agropecuaria extensiva o intensiva en la Zona Bananera, de marcada orientación tradicional, basada en biocidas (herbicidas, fungicidas, plaguicidas), abonos químicos, no descanso, cultivo limpio y no rotación con uso excesivo del agua extraída de pozos subterráneos
Explotación irracional de aguas de los caños con represamiento de la misma por tomas ilegales, así como explotación artesanal y hasta antitécnica de la sal
transportadas por el agua del río hacia la ciénaga a través de los caños de interconexión, sedimentándolos y alterando las calidades químicas del agua y con ello provocando mortandad de peces y otras especies e inutilizando la potabilidad del agua para uso humano
Río, legislación ambiental fuerte a la actividad agroindustrial, dragado de caños, trampas de sedimentos en las bocas de interconexión del río con los caños, monitoreo permanente de las calidades químicas del agua aportada por el río y del cuerpo de agua cenagoso
Aportes de sustancias nutrientes (nitratos y fosfatos) presentes en los abonos químicos, que generan un enriquecimiento de las aguas de la ciénaga al ser transportadas hasta allí por las aguas lluvias provocando el fenómeno de eutrofización, (crecimiento excesivo de la vegetación acuática), hipersalinización de los suelos, desertización, avance de la cuña salina, perdida de biodiversidad por muerte de especies víctimas de los biocidas y homogenización del ecosistema con contaminación visual por la plastificación (bolsa de recubrimiento del banano). Erosión por sobrepastoreo, creación de horizonte del suelo endurecido.
Cambiar la agricultura química por la agroecología que se basa en cultivos heterogéneos, con controles biológicos, abonos orgánicos, descanso del terreno, rotación, uso racional del agua, dragado de caños con maquinaria o repoblamiento de la ciénaga con manatí especie herbívora controladora natural de la taruya. Reutilización de los desechos de la agricultura tanto del vástago del guineo para abonos naturales como del reciclaje del plástico. Racionalización del uso del espacio
Disminución del caudal de los caños que favorecen la sedimentación de los mismos, y con ello disminución de los aportes de agua dulce a la ciénaga. Concentración de la salinidad provocando hipersalinización de los suelos, contaminación de la estética del paisaje
Regular racionalmente el uso de agua de los caños, aplicación de la legislación al respecto, dragado periódico de los mismos y explotación técnica del recurso sal
para la ganadería
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