SINTESIS Y APRECIACIÓN DE LA PELICULA: LA LEY DE HERODES La película se desarrolla en un pueblo llamado San Pedro de los Saguaros, sin mucho futuro en sus habitantes, con la mayoría analfabeta y de raíces indígenas. La política se manejaba desde el partido revolucionario institucional (PRI), dominante por muchos años. Los Gobernantes La película trata la controvertida manera de desempeñarse de los funcionarios públicos mexicanos, corrompiendo todos los niveles conocidos y por conocerse. Hombres sin escrúpulos, los políticos, como casi todos, se hacían valer, además de su conocimiento de las leyes, a punta de pistola como se lo enseña López a Vargas para hacer valer “los ideales de la revolución”. Esta situación proyectada en el ambiente del pueblo donde los habitantes no conocen de letras y papeles, y, en donde, el nuevo presidente municipal, llega manifestando esta situación en su discurso al mencionar que viene a “traer modernidad y justicia social” al pueblo. Las intenciones del Lic. Juan Vargas, al principio son buenas, pues en verdad desea hacer justicia en el pueblo, empero muy pronto se da cuenta de la realidad que se vive al encontrar la corrupción en todo su apogeo ante una justicia inexistente, la cual se le manifiesta en la figura de Doña Lupe, una mujer desaliñada con ningún valor ético ni moral, aferrándose a la ley del más fuerte al vapulear a la autoridad local. Otro personaje controvertido es el cura Pérez, de quien Doña Lupe dice: “es el chingón de este pueblo”. De esta forma el nuevo presidente municipal va comprobando las palabras de la mujer al ver que en realidad la corrupción abarca todos los niveles. Al poco tiempo, y con la ayuda del Secretario de Gobierno López, Vargas aprende “La ley de Herodes”, que observa en la disposición a la corrupción de parte de todos lo que manejan la política del lugar, situación que se aprecia en la reunión que tiene Vargas con todos estos personajes, no para el interés colectivo del pueblo que es el que más lo necesita, sino de los intereses personales de cada uno. Los Gobernados Todo el contexto desde los indígenas, el padre, hasta Juan Vargas, crea un ambiente sobre la forma de gobierno en la que vivían y en muchos casos, se sigue viviendo. La mayoría de los habitantes son analfabetas, indígenas, solo el secretario de gobierno municipal Carlos Pek, el Cura, el Dr. Morales, El cantinero y la madrona del prostíbulo, son los que saben un poco más de cómo se maneja la vida pública del pueblo. Todos estos personajes hacen de la vida de los demás habitantes un infierno. Los habitantes careciendo de toda ciudadanía, no conocen derechos, ni deberes. Entre favores pagados al cura, así como las visitas continuas con las prostitutas de Doña Lupe, quienes tienen enfermos a todo el pueblo con su “importante labor social”. A los habitantes no les queda más que soportar todos los “golpes” que su nuevo presidente, junto con todos los que manejan la economía del pueblo, realizan para su propio beneficio. Al
principio los habitantes aceptan los “impuestos” que, por medio de la aplicación de la ley, son cobrados, sin embargo con forme transcurre el tiempo, encuentran un absurdo en la aplicación de la ley. Esta diligencia basada en “ignorantia legis neminem excusat” (la ignorancia de la ley no exime su aplicación) es tomado al pie de la letra por Vargas, quien sin ningún miramiento, arremete en contra de los que, ya sin defensa alguna, solo aceptan su destino. La situación al principio y al final de la película, desata el descontento social del lugar, quienes “toman la justicia por su propia mano” y le cobran al primer presidente de la cinta sus corrupciones y apunto de hacer lo mismo con Vargas. La relación entre el interés individual y colectivo El interés de los políticos y comerciantes, así como de los que manejan el pueblo, son evidentes durante todo el proceso de la película. Sin escrúpulos, corrompiendo, comprando favores, inventar leyes y con ellas impuestos, comprar conciencias, corromper menores, etc. Sin dar tregua a los asuntos de interés colectivo, la ética desaparece del manejo de los asuntos de interés público. Los asuntos personales tienen mayor peso en las decisiones que se toman desde el destartalado palacio municipal. La expresión de “beneficio de las mayorías” solo queda en el discurso recurrente de la boca del presidente, ahora corrupto, por velar los intereses de su propia incumbencia. De igual modo para los demás personajes de la película; siempre buscando la “Ley de Herodes” y de otro dicho popular en aquellos años que ha venido a menos, no por el desconocimiento de las acciones, sino por el acallamiento de la “vox populi”: “El que no tranza no avanza”. Juan Vargas, sin más es extinguido ante una falta de carácter para poder sobrevivir ante toda aquella aglomaración de corrupción que lo pone entre la espada y la pared. Para ejercer los derechos individuales y colectivos se acoge a las leyes vigentes del estado y del municipio sin éxito legal, ya que sucumbe ante la tentación que rige toda corrupción: El dinero fácil. La organización para el beneficio colectivo nunca se nota, sino en los momentos cruciales de la película, es cuando, como en toda sociedad cansada de los males que le aquejan, se reúnen para poder vengar sus afrentas por la vía de la violencia, que finalmente es la única que conocen para arreglar sus diferencias. En conclusión, la película permite entender por medio de la realidad mexicana una serie de críticas al burocratismo, la corrupción y al funcionamiento de las instituciones del Estado al servicio de la clase poderosa. Estos problemas han sido notorios a nivel Latinoamericano, en donde estos han contribuido a desacelerar el desarrollo de la región. En donde el Estado solo es visto como un medio para enriquecerse no como un medio para ayudar al bien común.