Silvanion -la Leyenda De Los Mundos Perdidos-

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  • Words: 14,766
  • Pages: 71
Autor: Christian Leonardo Talarico.

Guión Novelado, Vilches, Verano 2007-08, Copyright 2008.

MwTMÁSwzà & P»mDBMOQ

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ACTO PRIMERO ESCENA 1. EXT. VILCHES ALTO, MAÑANA: Una mañana hermosa vemos a Rigel, un joven mancebo, levantarse y tirarle maís a sus gallinas, sacar agua del pozo que toma con un tazón metálico con visible regocijo, y luego, partir con una manzana verde en la mano y un aire jovial hacia el camino vecinal, silbando una melodía alegre, que interrumpe a cada mascada. ESCENA 2. EXT. CAMINO VECINAL, MISMA MAÑANA: En la cercanía del camino, Rigel descubre un arroyo con el que se arregla el peinado, se plancha la camisa y luego, viendo unas flores hermosas, decide hacer un ramo improvisado que amarra con un tallo de pasto verde. Contento con sus flores, representa frente a una vaca del campo cercano la presentación de su regalo a lo que parece ser una chica: RIGEL: (Aclarándose la voz) Anaxa... ¡Hum!¡Hum! Anaxalia, ¡hola! ¿Qué tal? Te... ¡Hum!... te... te traje unas... ¡Flores! ¡Sí! (las tiende con gesto incómodo, con una mueca por lo modesto del ramo) Ahí tienes... Eh... ¿Te... gustan? (Pone cara de sorpresa) ¿No? Pucha... (Mira la vaca) Eso, ¡Es porque eres una vaca! Anaxalia, ella, tiene gusto... Sí... Tú también, pero, ¡Para comértelas! Y además... (Se aleja tapándose la nariz) ¡Apeeestas! Parte con un salto alegre, riéndose a carcajadas. ESCENA 3. EXT. INT. CASA DE ANAXALIA, MISMA MAÑANA: Rigel aparece en el frontis de la casa de Anaxalia, se aclara la garganta, mira su ramo de flores nuevamente que reordena lo mejor que puede y, finalmente, llama: RIGEL: ¡Hola! (espera un minuto) ¡HOLA! Aparece tío Ted, un simpático barbón de ojos claros idos, que al reconocerlo se sonríe: RIGEL: (Reconociéndolo) ¡Hola, Tío Ted! TEODOR: Hola, Rigel, ¿Qué tal? RIGEL: (Escondiendo las flores en forma malhabil) Eh... ¡Bien! ¿Y Usted, qué cuenta?

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TEODOR: Otro día hermoso, iré a alimentar los caballos y esas cosas... (Lo mira picarezco) pero supongo que no viniste sólo a preguntarme mis planes para hoy... (Le hace signo que le muestre las flores) RIGEL: Eh... ¡No! Claro... Vine a saludar a Anaxalia... TEODOR: (Sonriendo al ver las flores) ¡Lindas flores! (Le abre el portón) ¡Pasa! Ahora la llamo... RIGEL: (Feliz de haber pasado la prueba) ¡Gracias, tío! Tío Ted entra y al poco tiempo llega Anaxalia, con aire tímido. RIGEL: (Rostro iluminado) ¡Hola! ANAXALIA: (Cuya sonrisa muere en su rostro al ver las flores) Hola... RIGEL: (Tendiéndole el ramo) ¡Mira! Recogí eso para tí... ANAXALIA: (Las recibe con una mueca de disgusto) Sí... Eso -como dices-, pensé que eran rosas de jardín... RIGEL: (Interrumpido por esa recepción, se rasca la nuca) Bueno, eh... ¡Puedo traerte hermosas rosas de jardín, la próxima vez! ANAXALIA: (Jugando a la indiferente) No, ¿para qué? Ya me entusiasmé por nada... ¿Qué querías decirme? RIGEL: (No sabiendo como decírcelo) Eh... bueno, que... somos amigos desde siempre y... me caes bien, y te caigo ...bien –creo-, y... me preguntaba si... 3

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ANAXALIA: (Con impaciencia) Estaba en pleno desayuno, ¿Podrías apurarte? RIGEL: ¡Sí, claro! Me preguntaba si... ANAXALIA: (Cruzando sus brazos) ...Si quería salir contigo... RIGEL: (Rostro iluminado) ¡Eso mismo! ANAXALIA: (Sonriendo astutamente) Mira, Rigel: Primero, para que eso pase, tendrás que demostrarme cuán profundamente eres capaz de amarme, y, Segundo -si pasas todas las pruebas-, ¡Lo pensaré! ¿De acuerdo? RIGEL: (Anonadado) ¿Las pruebas? Eh... ¡Sí! De acuerdo... ANAXALIA: (Con mirada de dominación satisfecha) ...Bien... Entonces, si de verdad me quieres, debes traerme una Ludmilla Púrpura florecida de la cumbre del Círculo de los Magos, sin comer ni beber agua, hasta que me la traigas; y tienes hasta esta noche, a las... 22 horas. RIGEL: (Mirando hacia la cumbre de la cordillera, el OBJETIVO viaja hacia la cumbre donde se ve el Círculo de los Magos –piedras asemejándose a viejos magos reunidos- y conocida en Vilches vulgarmente como “el Peine” y una Ludmilla púrpura cuyo botón está cerrado) ¿Una... Ludmilla Púrpura? ¡Pero sólo florece entre las 12 y las 3 de la tarde! ANAXALIA: (Con mirada maliciosa) ¡Exacto! (mira su reloj) Si partes ahora, caminando rápido, alcanzarás a cortar una antes de que se cierre nuevamente y así me la traerás florecida... Eso, siempre y cuando me quieras, claro... RIGEL: (Con mirada de pronto determinada) 4

5 ¡Y te lo probaré! ¡Espérame nomás, estaré aquí a las 9! ANAXALIA: (Sonriendo satisfecha, bota las flores a la basura) ¡Hum!... ESCENA 4. EXT. CAMINO VECINAL, VILCHES ALTO, PIEDRAS TACITAS, PIEDRAS BLANCAS, CIMA DEL CÍRCULO DE LOS MAGOS, ROCA DE MERLÍN, CAMINO VECINAL, CASA DE ANAXALIA. DIFERENTES MOMENTOS DEL DÍA, NOCHE, MELODÍA ÉPICA: Vemos a Rigel armado de coraje caminar con paso decidido y mirar hacia los arroyos, que bordean el camino, con indiferencia. Luego, lo vemos pasar por varios puestos de Vilches Alto con paso siempre entusiasta. Más tarde, alcanzando las piedras tácitas con el cabello lleno de trumado, pero pasar sobre el arroyo sin tentarse. Lo vemos subir con paso rápido por el cerro. Llegar a las piedras blancas desde las cuales divisa el valle con orgullo y mirando el sol, seguir su camino. Cerca de las 15 horas, alcanza la cima caminando con la lengua afuera, transpirado, sucio y el rostro cubierto de trumado seco y goterrones de sudor; se arrastra hasta la única Ludmilla Púrpura que hay, florecida y a punto de cerrarse, la corta, con un gesto de que lo lamenta mucho, y luego de acariciarla pensativo... Tomando un palito con tizne de su bolsillo escribe sobre una roca: - RIGEL ESTUVO AQUI – Mirando el sol y el camino por recorrer, envuelve la flor en una hoja de Nalca que guarda sobre su corazón y tomando su coraje a dos manos, emprende la bajada, no sin antes mirar hacia la Laguna del Alto con tremendas ganas de bajar, darse un baño, y tomársela enterita... Lo encontramos descansando sobre la Roca de Merlín, y luego, de vuelta al camino vecinal con la boca seca con el sol poniéndose. Ya de noche, alcanza la casa de Anaxalia con paso titubeante, casi delirando, y con sus últimas fuerzas, golpea a la puerta. Al minuto sale Tío Ted, extrañado. TEODOR: (Tratando de reconocer el visitante nocturno) ¿Sí? ¿Quién llama? RIGEL: (Tragando saliva que no tiene pronuncia con voz ronca) ...Ri...gel... TEODOR: ¿Rigel? ¿Qué haces en la calle a esta hora? RIGEL: (Extrayendo la hoja de Nalca con gesto lento y balbuceante pronuncia) Eh... Tra...je la... la flor... Ana... para Ana... TEODOR: 5

6 (Entendiendo) Trajiste una flor para Anaxalia... RIGEL: (Muestra en dirección de su casa, extenuado) Des...cansar... ahora... Ciao... Tío... TEODOR: Buenas noche, Rigel... Que descances. (sonríe impresionado, y mira las flores pensativo) ESCENA 5. EXT. CASA DE ANAXALIA. MAÑANA SIGUIENTE, MELODÍA ALEGRE: A la mañana siguiente, Rigel llega ante la casa de Anaxalia moviendo sus articulaciones, visiblemente molido por el esfuerzo del día anterior, llegado al portón, llama: RIGEL: ¡Hola! Sale de pronto Anaxalia con la Ludmilla en una mano, y aire de pocos amigos: ANAXALIA: (Fingiendo enojo) ¡Eres un tramposo! RIGEL: (Cuya sonrisa muere en el rostro, estupefacto por la acogida que no esperaba) ¿Un qué? ANAXALIA: (Sin perder su aplomo) ¡Escuchaste muy bien! ¡Un tramposo! ¡Esta Ludmilla está desteñida! ¿Y sabes por qué? ¡Porque bebiste agua como un cerdo y la manchaste entera! RIGEL: (No pudiendo creer lo que ve, trata de buscar en su memoria) Imposible... No... (Se rasca la nuca) ¿Cómo diablos se destiñó? -INSERT UNO- EXT. CIMA DEL CÍRCULO DE LOS MAGOS, MAÑANA ANTERIOR. Vemos la escena de Rigel envolviendo la flor con la hoja de Nalca cuando una gota de sudor cae sobre la flor... RIGEL: (reviviendo la escena) Oh no... Caracoles... (A Anaxalia) Fue sudor... Una gota cayó mientras la embalaba. 6

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ANAXALIA: (Mirándolo, incrédula) Sí, claro, y esperas que crea ese cuento. RIGEL: (Defendiéndose) ¡No! ¡Te lo juro! ¡Es sudor! ANAXALIA: (Tirándole la flor a la cara) ¡Peor aún! (se da vuelta enfurecida) ¡Traerme una flor sudada, qué asco! RIGEL: (Perplejo apretando la flor para que no se caiga y mirándola irse boquiabierto) ¡Espera! ¡Any! ¿Qué haces? ANAXALIA: (Simulando enojo) ¡Me voy! ¿Qué crees que hago? RIGEL: (Implorando) ¡No! ¡No lo hagas! Haré... Haré lo que pidas -te lo juro-, no te fallaré esta vez... ANAXALIA: (Sonriendo al oír lo que quería escuchar, se da vuelta, como reconsiderándolo) ¿Lo dices en serio? RIGEL: (Asintiendo con convencimiento) ¡Sí!¡Muy en serio! ANAXALIA: (Apuntándole con el índice) ¿Sin hacer trampas esta vez? RIGEL: (Intentando defenderse, renuncia de pronto a ello) ¡Pero si...! (sacude la cabeza) No... Sin... trampas... ANAXALIA: Bien... Si de verdad me quieres, esto es lo que tendrás que hacer: Buscarás mi pulsera de plata en el fondo de Laguna de la Olla, donde ayer por accidente se me perdió... RIGEL: 7

8 (Con mueca incrédula) ¿Tu pulsera? ¿En la Olla? –EL OBJETIVO VIAJA A TODA VELOCIDAD A LA OLLA, UNA LAGUNA CON UN PRECIPICIO DE 40 METROS- (Sacude la cabeza perplejo) ¿Sabes por qué les dicen: “la Olla”? ANAXALIA: (Simulando desconocerlo por completo) NI IDEA... RIGEL: (Resoplando ) Porque nadie que haya caído ahí ha podido salir con vida... ANAXALIA: (Arrugando la frente) Ya veo... Tienes miedo, o no me quieres lo suficiente como para vencerlo... RIGEL: ¡Momento! No... No he dicho que no lo haré... ANAXALIA: (Sorprendida que no se dé por vencido) ¿Irás? RIGEL: (Tomando aire profundamente, la mirada ida) ...Sí... ANAXALIA: (devolviéndose a su casa) Tienes hasta esta noche, sino, pensaré que te acobardaste, y se lo pediré a mi abuelo... RIGEL: (Mirándola irse abrumado) Mm... (Espera que se vaya y murmulla partiendo a su vez abatido) ...Ni que tu abuelo fuera superman... ESCENA 6. EXT. CAMINO VECINAL, COMUNIDAD SIERRA DE VILCHES ALTO, MISMA MAÑANA, MELODÍA ALEGRE: Rigel, con su usual entusiasmo sube por el camino vecinal hasta la comunidad de la Sierra de Vilches Alto por la que baja no sin saludar a sus amigos Tía Luisa y tío Bert: RIGEL: ¡Hola! tía Luisa, ¡Hola! tío Bert, ¿Todos bien?

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9 TÍA LUISA: (Lavando la superficie de un gran espejo labrado con un paño) ¡Rigel! ¡Mírate nomás! ¡Cómo has crecido! TÍO BERT: ¿Qué tal, campeón? ¿Vamos a darnos un baño? RIGEL: (Bajando la mirada a ese pensamiento) Eh... sí... TÍA LUISA: ¿Qué tienes? ¡Parece que hubieras visto un fantasma! RIGEL: Es que... Any me pidió que recogiera su pulsera... del fondo de La Olla... TÍO BERT: (Fruciendo el ceño a esas palabras y mirando inquieto a su esposa) ¿De La Olla? Habrás oído mal... RIGEL: (Negando con la cabeza) Aha... Oí muy bien. TÍO BERT: (Tomándolo por el hombro, paterno, haciéndole signo a su esposa de que lo manejará) Ven conmigo, tengo quizá algo que te pueda ayudar... Lo conduce a una cabañita de madera: TÍO BERT: Así que Any te está poniendo a prueba, ¿Eh? RIGEL: (Con una mueca de sonrisa) Ni que lo diga... TÍO BERT: (Sonriéndose) Estas brujas, todas iguales... Si quieres mi consejo: No la ames tanto como para matarte, ni tan poco como para volverte indiferente... RIGEL: (Se sonríe) Lo recordaré... 9

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Se detienen ante la entrada: TÍO BERT: (Haciéndole seña de que entre con la cabeza) Métete ahí y abre el coffre de madera, encontrarás lo que precisas. Sólo te pido que lo devuelvas a su sitio cuando ya no lo necesites, ¿sí? RIGEL: (Feliz) ¡Claro! ¡Gracias, tío! TÍO BERT: (Mirándolo pensativo) De nada. (le habla fuerte cuando entra) ...Any lo vale... (pone sus manos en los bolsillos) ...sólo que le falta Mundo para saber apreciar lo que tiene... (Mira hacia donde está su esposa) Como otra bruja que conozco... ESCENA 7. EXT. BAJADA A LA OLLA. LAGUNA DE LA OLLA. CASCADA. DIVERSOS MOMENTOS DEL DÍA. MELODÍA ÉPICA: Reencontramos a Rigel atravesando un arbusto en una caída que lo arrastra por un largo tramo en el trumado espeso del camino conducente a la Laguna. Llegado al Estero, corre a pata pelada sobre las rocas dando brincos como un potro salvaje, y silbando feliz, un bolso suspendido a sus hombros. Alcanza finalmente la Cascada imponente de La Olla y decide bajar por la misma cascada desde cuyo segundo nivel puede divisar la Laguna lejos abajo. Entonces, dada la poca luz del fondo de la laguna encerrada por cerros, extrae de su bolso el regalo de Tío Bert: una barra fluorescente que se enciende al doblarla y la tira al fondo de la laguna suspendida a un hilo de pesca que amarra a su short. Luego, se rasca la nuca y se tira un piquero fantástico para luego bucear debajo del agua en busca de la pulsera. Después de varios intentos -sacando la barra fluo y devolviéndola al fondo en otro sector de la laguna incansablemente- termina por encontrarla ya casi oscuro y temblando como una hoja, ya al borde de la hipotermia... ESCENA 8. EXT. CAMINO VECINAL CERCA DE LA CASA DE ANAXALIA. MISMA NOCHE. MELODÍA DRAMÁTICA: Vemos a Rigel, temblando y apretándose el cuerpo con los brazos, llegar titubeando ante la casa de Anaxalia, donde llama débilmente: RIGEL: ¡Hola...! Any... TÍO TEODOR: (Saliendo) ¿Rigel? ¿Eres tú? RIGEL: 10

11 (Con voz débil) Sí, tío... TÍO TEODOR: (Acudiendo con paso rápido al oír su voz moribunda) ¿Qué ocurre, hijo? ¿Estas bien? RIGEL: (Le tiende la pulsera) La... pul... puls... TEODOR: La pulsera, sí... (la reconoce, intrigado) Es la de Anaxalia, la perdió ayer, ¿Dónde la encontraste? RIGEL: (Indica un punto lejano) La...Olla, al fondo... TEODOR: (Imaginando lo ocurrido) ¿La Olla? ¿Anaxalia te envió a buscar su pulsera al fondo de la Olla? RIGEL: (Sonriéndose infantilmente como puede) ¡Lo... Logré! TEODOR: (Asustado por su estado) Sí... Y mírate, estas medio muerto de frío... RIGEL: (Sacudiendo la cabeza) No es... nada... Mañana... vengo, ahora... (indica la dirección de su casa) descans... sar. TEODOR: (Mirando hacia su casa con el ceño fruncido) Déjame llevarte en camioneta... Ven. ESCENA 9. EXT. CASA DE ANAXALIA. MAÑANA SIGUIENTE. MELODÍA TENSA: Rigel llegando al portón encuentra a Anaxalia llorando en silencio. RIGEL: ¿Any? ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?

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12 ANAXALIA: (Fingiendo enojo) ¡Me mentiste, Rigel! RIGEL: (Abrumado) ¿Yo? ¿Mentirte? ¡Nunca! ANAXALIA: Sí... Dijiste que me querías y me acusaste a mi padre de pedirte cosas imposibles... (se pone a llorar tírandose entre sus brazos) ¡Yo no sabía que La Olla era tan peligrosa! RIGEL: (No sabiendo cómo reaccionar, se defiende) ¡Pero no te acusé, Any! Sólo llegué tan cansado que se me fue, y le dije... adonde había estado, eso fue todo... ANAXALIA: (Levantando ojos desconfiados) ¡Ya no puedo confiar en ti! RIGEL: ¿Por qué no? ANAXALIA: Porque a la próxima prueba que te pida, irás a llorarle a mi padre, y él me retará, y no quiero soportarlo otra vez... RIGEL: (Tragando saliva al oir esas palabras) La próxima prueba... ¿Qué... es? ANAXALIA: (Sacude la cabeza negativamente) No... Mejor no te pido nada más... RIGEL: (Agachándose frente a ella y tocándole las rodillas) ¿Qué es, Any? ANAXALIA: (Levanta ojos suspiciosos hacia él) ¿No le dirás nada? ¿LO JURAS? RIGEL: (Levanta dos dedos juntos) 12

13 ¡Tienes mi palabra de hombre! ANAXALIA: (Lo mide con la mirada y parece satisfecha, se seca sus lágrimas de un gesto y mirando hacia la cordillera pensativa, dice) Si de verdad me quieres... RIGEL: (La toma por los brazos) ¡Any! ¿Crees que me hubiera muerto de sed, de hambre, de calor y de frío por tí de no quererte más que a mi-mismo? ANAXALIA: (Concediendo, forzada) Debo reconocer que te has esmerado; pero, todavía debes pasar una... última prueba. RIGEL: (Desconfiado) ¿La última? ANAXALIA: (Mirándolo con un rayo de malicia en los ojos) La última... RIGEL: (Resoplando) Te escucho... ANAXALIA: Para probarme la fortaleza de tu amor... (se apresura a agregar ante la reacción de Rigel) y tu constancia... Deberás bañarte desnudo en la Laguna Encantada en la noche de la San Juan, o sea... esta noche... RIGEL: (La mira aterrado) Any... ¿Escuchaste lo que me acabas de pedir? ANAXALIA: (Lo mira como a un necio) Yo fui quién te lo pidió, tonto: ¡Obvio que lo escuché! RIGEL: (Sacudiendo la cabeza, incrédulo) Si hago eso, ¿De qué me servirá, si de todos modos no volveré con vida? Sabes muy bien que nadie se baña en la Laguna Encantada de noche y menos en la

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14 noche de las brujas, desde que murieron ahogadas las gemelas hechiceras de Vilches Alto, perseguidas por todo el pueblo hacen dos siglos... ANAXALIA: (Burlona) ¡Son supersticiones! ¿No me digas que crees en esas tonterías? ¡Vamos! RIGEL: (defendiéndose) ¡No son tonterías! Cada año y cerca de esta fecha, muere un turista desprevenido o alguien de la zona, y lo sabes mejor que nadie, ¡Tu propio padre sacó una mujer de la Encantada hacen cinco años! ¡Bien muerta! ANAXALIA: Había comido justo antes, fue hidrocusión ¡No tiene nada que ver con tus brujas! Pero si no quieres hacerlo, no lo hagas, y dejémoslo todo ahí... (hace amago de irse) RIGEL: Any... ANAXALIA: (Deteniéndose sin voltear) ¿Qué quieres ahora? RIGEL: La Laguna Encantada pide sangre, y le estas ofreciendo al hombre que cruzaría el océano por ti, lucharía contra todos los demonios de la tierra, subiría veinte cerros e iría hasta el confín del mundo si necesario... Si tal es tu deseo, iré, pero si no vuelvo, sólo te pido que nunca me olvides, que me prometas sólo eso: NO OLVIDARME JAMÁS... ANAXALIA: Si no vuelves... te lo prometo... Rigel asiente, grave, y se aleja cabizbajo y sombrío... Anaxalia lo mira alejarse y luego mira su pulsera pensativa. ESCENA 10. EXT. BOSQUE VILCHES ALTO. MELODÍA GRAVE: Rigel paseándose absorto por el bosque saca la flor Ludmilla púrpura que tiene colgada a su camisa cerca del corazón y tras observarla con amargura la tira al arroyo con enfado. Esta se aleja en remolinos con la corriente y desaparece en una pequeña cascada bajo su mirada triste que termina por endurecerse...

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ACTO SEGUNDO ESCENA 1. EXT. MISMO BOSQUE. MISMA TARDE, MELODÍA MAGICA ENVOLVENTE: Rigel, cabizbajo, camina por el bosque bajo una lluvia de hojas secas, cuando la niebla cae de súbito y lo envuelve con su manto. Luego de una caminata a ciegas, Rigel choca de súbito contra una puerta sontuosamente labrada en pleno bosque. Extrañado, la contorna, tratando de entender su significado o al menos su utilidad en aquel lugar solitario. Sin hallar respuesta, finalmente,se pone en cuclillas ante ella y la mira meditabundo, hasta que sobre un alzamiento de hombros, se le acerca y tomando su manilla, la abre... La puerta se abre sobre el mismo bosque, pero totalmente nevado y nevando abundantemente. Rigel mira hacia atrás perplejo: el bosque sigue otoñal. Su curiosidad siendo más fuerte, penetra en el invierno con recelo. Un sonido lo sobresalta entonces: la puerta se ha cerrado sola... Descubre entonces que su camisa le cuelga de los brazos y su pantalón se arrastra por el suelo: se ha convertido en un niño... Se acerca al arroyo y se mira con asombro, tocándose la cara abrumado por la metamórfosis... ESCENA 2. EXT.PIEDRA DE MERLÍN, FALDA DEL CERRO “CÍRCULO DE LOS MAGOS”. MISMO MOMENTO: Más allá, el Mago Arkontas que fumaba su pipa sobre una roca, levanta la mirada aguileña y frunce el ceño con sospecha. ESCENA 3. EXT. MISMO BOSQUE. MISMO MOMENTO: Rigel, todavía anonadado camina mirando por todos lados y se agacha a tocar la nieve como para comprobar que es real: lo es, voltea entonces hacia la puerta, pero esta desapareció... RIGEL: Oh, oh... Súbitamente, escucha unos hachazos y siguiendo su curiosidad, camina fuera del sendero buscando la fuente del sonido hasta que encuentra al gigante Akabot cotando un tronco caído, y cantando versos incomprensibles: AKABOT: -“Linainé Elohasati Salainé Ekubaskati Tramisol Atarampioné Mitagal Nikalainé”... RIGEL: -Hola... AKABOT 15

16 (Sin parecer haberlo escuchado): -...“Drakione etulbakané Simbalan Arkontañaé”... ESCENA 4. EXT. ENTRADA DEL BOSQUE. MISMO MOMENTO: Reencontramos a Arkontas –ceño fruncido- caminando a paso rápido pipa en el ángulo de la boca: ARKONTAS: Esperemos que no... ESCENA 5. EXT. CLARO DEL BOSQUE. MISMO MOMENTO: Rigel descubre entonces sobre una pequeña roca una manzana roja, y deseando comérsela va por tomarla, cuando se percata de que la canción del gigante se interrumpió de pronto, mira hacia él y lo descubre observándolo con ojos suspiciosos. RIGEL (despistando) ¡Hola! AKABOT (apuntándole con su hacha): ¿Eres un Elfo ladrón? RIGEL (extrañado por la pregunta): ¿Un ...Elfo? AKABOT (Retrocediendo mentalmente al ver su sorpresa sincera): Sí... de esos espíritus que te raptan por la noche y te roban el Alma. RIGEL (Aliviado al creer entender que está loco): ¡No! Soy Rigel... Soy un... niño de hombre. Y tú... (sonríe imperceptiblemente) ¿Eres un gigante, cierto? AKABOT: Soy Akabot. (Reacciona a esa palabra) ¿Un Gigante? ¿Es eso... malo? RIGEL: ¡No! Es bueno, los gigantes son generosos y comparten todo lo que tienen... Me... Me darías tu manzana a cambio de... (piensa en algo) AKABOT: ¿De qué? 16

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RIGEL (Encontrando algo): De un... “Talismán protector contra los Elfos”... (Se saca el collar que lleva alrededor del cuello, es de madera con un símbolo celta en su centro) AKABOT (anonadado): ¿Un talismán? ¿Que proteje de los Elfos? RIGEL (mintiendo con descarro a la vez que se lo tiende): Con él, podrás ir adonde se te antoje sin temerles, ellos no te podrán hacer daño alguno. AKABOT (lo toma y lo mira intrigado): Es bonito. RIGEL: (Guiñándole un ojo) Y es tuyo, (tomando la manzana roja) ...si me das tu manzanita, claro. AKABOT: (Sin dejar de mirar el amuleto) Tómala, me la regaló Giorse, el leñador... RIGEL: ¡Qué tonto! Si yo tuviera de esas, no se las daría a nadie... (le pega una mordida) ¡Mmm! ¡Deliciosa! (Mira al gigante) ¿Por qué cantabas? AKABOT: (Ensimismándose melancólico) Porque la amo... RIGEL: (Cuya mirada atraviesa un rayo triste que cambia en crueldad) ¿La amas? AKABOT: Sí... RIGEL: ¿Es bonita? AKABOT: (Soñador, sonríe) 17

18 Es la ninfa más bella de Silvanion... RIGEL: (Pensando en Anaxalia) Y... ¿Ella te ama a ti? AKABOT: (Con un gesto tímido) ...No lo sabe... RIGEL: (Con una mirada torva) ¡Espera! Aguarda un momento: ¿Dijiste que era una ninfa? AKABOT: (Con ojos idos) La más bella de todas... RIGEL: ¡Pero no puedes amar a una ninfa! AKABOT: (Mirándolo recién, asustado) ¿Por qué no? RIGEL: Porque... (piensa rápido en una respuesta) ... Porque una ninfa es hija de un elfo y de un hada y si te acercas a ella, tu talismán la hará huir. ¡Pero si te lo sacas, los elfos te raptarán y te robarán el alma! AKABOT: (Abriendo grandes ojos) ¡Oh! no... RIGEL: (Sonriéndose de la ingenuidad del gigante, le golpea la pierna amistosamente) Mejor, olvídate de ella, amigo... Se va, comiendo su manzana. Akabot se deja caer sobre la roca, abatido y apoya su cabeza sobre sus manos, con un suspiro triste y desolado... ESCENA 6. EXT. OTRO LUGAR DEL BOSQUE, MINUTOS MÁS TARDE: Rigel se ríe a carcajadas tirando las semillas de la manzana a lo lejos, cuando resuena la voz de Arkontas que lo sobresalta: VOZ DE ARKONTAS: (Grave) 18

19 Yo que tú, no sembraría semillas tan ligeramente. Rigel lo descubre fumando pipa: ARKONTAS: (Continuando impasible con mirada penetrante) ...Uno nunca sabe qué extraños frutos pueden brotar de ahí; sobre todo, en la tierra de Silvanion, donde todo es posible... RIGEL: (Mirando la última semilla que guarda luego inconscientemente en su bolsillo) ¿Quién es Usted? ARKONTAS: Arkontas, y tú, debes ser Rigel, niño de hombre. RIGEL: ¿Cómo lo sabe? ARKONTAS: Es mi oficio: soy guardián de las puertas y debo saber todo lo que existió, existe y existirá en los mundos que ellas unen... RIGEL: ¿Las puertas? Se refiere a... ARKONTAS: Aquella cosa rectangular por la que llegaste aquí... RIGEL: (Con cara de obvio) Sé lo que es una puerta, gracias. ARKONTAS: (Levantándose de la roca de un gesto sorprendentemente ágil para su edad) ¡Excelente! Así, me evitarás entrar en detalles técnicos –odio las descripciones- y te irás de aquí cuanto antes... RIGEL: (Sorprendido) ¿Irme? (protesta) ¡Pero si no he hecho nada malo! ARKONTAS: Eso, ya lo averigüaremos, hijo; por el momento, lo único que importa es que vuelvas adonde perteneces, y no provoques problemas a Silvanion, a sus habitantes, y por ende, a mí... Sígueme.

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20 Lo conduce por un sendero, con paso apresurado RIGEL: ¿Problemas? ARKONTAS: Sí, esa clase de cosas que encuentras aún cuando no las buscabas... RIGEL: También sé qué es un problema... ARKONTAS: ¡Tanto mejor! Entonces, ya sabrás que ciertas cosas no deben ocurrir, porque si ocurren, otras cosas nacen con ellas que no esperabas, y si no las paras a tiempo, todo acaba mal... muy mal.... RIGEL: (Impresionado) ¿Qué clase de cosas? ARKONTAS: (Deteniéndose y agachándose a su altura) Mira, hijo: tú vienes de un mundo donde hasta los niños nacen viejos, crueles, egoïstas y manipuladores. Aquí, hasta los ancianos son... (Se acaricia la barba blanca) –¿como dicen Ustedes?-...- ¡Ingénuos! Y cómo todo es posible, creerán todo lo que les digas, y lo peor de todo: es que todo ocurrirá como lo dijiste, porque... (hace una mueca, incómodo) ¡Ah!... (Lo mira) ¡Olvídalo! Es... muy complicado. Ahora: ¡Vete! RIGEL: (Mirando ante él y viendo el bosque) ¿Por donde? ARKONTAS: (Haciendo un gesto al parecer habitual, golpea el aire y de pronto aparece una puerta de la nada que abre) Por aquí, y no vuelvas, ¿Entendiste? RIGEL: (Asiente y va por irse cabizbajo, cuando piensa en algo y se detiene) ...Lo que dijo de que en mi mundo, los niños nacemos viejos y crueles, ¿No lo cree, o sí? ARKONTAS: (Haciendo un gesto impaciente y luego –suavizándose- otro de que quizá exageró un poco, mirándolo paterno) Quizá... no todos... (le guiña un ojo) ¡Hasta nunca! 20

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Rigel asiente tristemente y desaparece por la puerta que Arkontas cierra detrás de él con un suspiro de alivio. ARKONTAS: (Pensativo) Espero... Golpea la puerta y esta desaparece. ESCENA 7. EXT. BOSQUE OTOÑAL. MISMO MOMENTO. MELODÍA MÁGICA: Rigel se encuentra nuevamente en el camino otoñal, sacude la cabeza y suspira: RIGEL: Viejo loco... Cuando de repente oye el relinche de un caballo detrás de él, voltea esperando ver la puerta, pero nuevamente desapareció y sólo descubre a un hombre al que está amarrada una mujer por el cuello, caminando detrás de su montura, con cara de mucho sufrimiento. El vendedor de mujeres, Sorayo, lo mira altivo desde lo alto de su montura: SORAYO: Hazte a un lado, gamín, que debo llegar a la feria antes de que cierren y vender a esta pobre diabla al imbécil que quiera comprármela. RIGEL: (Indignado) ¿Venderla? ¿Pero cómo puede vender a una persona? SORAYO: (Mirándolo al comienzo con sorpresa, y luego, viendo que está hablando en serio, parte de una carcajada) ¿En qué mundo vives? Aquí todos saben que si tienes algo bueno, eres un tonto si lo regalas... RIGEL: (Recordando su frase al gigante Akabot, palidece) ¿Algo bueno?... ¿Como una manzana roja? SORAYO: (Iluminándosele el rostro a esa imagen) ¡Exacto! ¡Si yo tuviera de esas, no se las daría a nadie! RIGEL: (Voltea para esconder su estupefacción por la exactitud de la semejanza entre lo dicho por él a Akabot y lo formulado ahora por el desconocido, traga saliva y voltea hacia él, tratando de certificar lo oído) 21

22 ...¿Cómo dijo? SORAYO: (Dejando su sonrisa desdentada, se pone serio de golpe) Me haces perder el tiempo, hazte a un lado. RIGEL: (Tomando una decisión osada se le interpone en el camino) No sin que antes la libere... SORAYO: (Creyendo haber escuchado mal) ¿Perdón? RIGEL: Ella está aquí por culpa mía: libérela y le daré lo que quiera. SORAYO: (Mirándolo de pie a cabeza y luego a su prisionera) Hijo... Soy un comerciante de mujeres. Si voy a la feria con un niño, nadie me tomará nunca más en serio. No me hagas enfadar, ¡dale! Y hazte a un lado de una vez, que tengo prisa. RIGEL: (Tomando una decisión aún más osada, pega un salto y desenfunda el puñal de la vaina de Sorayo con el que corta la soga de la cautiva, y le pega una palmada al caballo que parte galopando con un relinche asustado, entonces, él le grita a la chica) ¡Corre! SORAYO: ¿Qué haces, gamín? ¡Devuélvemela! Ambos desaparecen por el bosque, mientras Sorayo intenta enderezar su montura alocada, maldiciendo. Pero al huir, Rigel se percata de que la muchacha parece también huir de él... RIGEL: ¡Oye! ¿Adonde vas? ¡Eh! (Se detiene, finalmente convencido de que huye de él) Caracoles... Qué agradecida... VOZ de ARKONTAS: Y no has visto nada... RIGEL: (Descubriéndolo a su espalda con asombro) ¿Arkontas? ¿Qué haces aquí?

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23 ARKONTAS: No, la pregunta es: ¿Qué haces tú aquí? ¿Qué no te había dicho de no volver nunca más? RIGEL: (Protestando) Pero si... ARKONTAS: (Enmudeciéndolo de un gesto imperativo de la mano) No digas nada, déjame adivinar: Ya no puedes salir de Silvanion... RIGEL: ¿Qué no puedo salir? ¿Cómo que no puedo salir? ARKONTAS: (Pensativo, sigue el hilo de sus pensamientos en voz alta) Sí... Has sembrado semillas negras que dieron frutos oscuros, y que están envenenando nuestra tierra toda como un mal sombrío y contagioso...y... (Voltea hacia él con ojos de iluminado) No podrás irte hasta... arreglarlo todo... RIGEL: (Alzando las cejas, abrumado) ¿Arreglarlo todo? ¿Pero, cómo? ARKONTAS: (Meditabundo) ...A veces, la solución es sencilla, y sólo debes corregir algo que dijiste, y todo vuelve como antes; a menos que... RIGEL: (Exasperándose) ¿Que qué? ARKONTAS: (Sombrío) ...que no sólo dijeras algo, sino que lo pensaras así. En cual caso, puede que no tenga arreglo... RIGEL: ¡Todo tiene arreglo! ARKONTAS: ...Cambiar las palabras es algo fácil, hijo, pero... los pensamientos... tienen raíces más profundas, son parte de ti, y uno no se deshace de si-mismo, así como así... Raros son los que se atreven a cambiar adentro, pero los que lo quieren con la fuerza suficiente como para lograrlo: esos –hijo- son excepcionales... 23

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RIGEL: ¿Qué debo hacer? ARKONTAS: Todavía no lo sé, hijo, pero ya lo averigüaremos. (camina absorto, fumando pipa) ...Cuando las puertas no comunican con dos mundos, unen dos tiempos de una misma dimensión. Deberás encontrar el punto de partida a ciegas y ser muy cuidadoso de ahora en adelante con lo que haces o dices: porque aquí todo es posible y podrías sufrir las consecuencias de actos que aún no has realizado... RIGEL: (Espeluznado) Pero,¡Eso es imposible! ARKONTAS: (Mirándolo condescendiente) En tu mundo horizontal, quizá, pero en Silvanion... (Tiene una risa gutural): Buena suerte, hijo... Se oye un galope cercano. RIGEL: (Palideciendo) ¡Ahí viene! ARKONTAS: (Sorprendido) ¿Quién viene? RIGEL: (Agitado) ¡El vendedor de mujeres! ¡La tenía que liberar! ¿Me entiende? ¡Escóndame, por favor!... ARKONTAS: (No pudiendo creer lo que oye) ¿Qué le has quitado una mujer a Sorayo el ruín? RIGEL: (Sintiendo el galop acercarse) ¡Sí! O sea: ¡No! Ella huyó también de mí, pero, por favor: ¡Haga que no me vea! ARKONTAS: (El ceño fruncido) Esto no pinta nada bien: llevas dos parpadeos aquí, y ya has metido a todos en apuros, comenzando por ti-mismo... 24

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RIGEL: (Implorando a la vez que le tira la capa) ¡Arkontas! Arkontas hace un gesto de la cabeza que tratará. Sorayo surge con su montura enfurecido y descubre a Arkontas de espaldas, tirando humo de su pipa, al que reconoce: SORAYO: Viejo loco: ¿Has visto a un niño y a una jóven por aquí? ARKONTAS: (Voltea hacia él, sereno, y al reconocerlo se sonríe y extrae la pipa de su boca) ...He visto tantas cosas en mi vida, que puede ser, Sorayo... SORAYO: ¿Puede ser? (Arruga la frente) ¿Hacia dónde huían? ARKONTAS: El niño huía de su propio destino, la jóven: del destino que otros le habían reservado... SORAYO: ¿Hacia dónde, brujo? ARKONTAS: (Alzando los hombros, con mirada entretenida) ¿Quién sabe?¿Acaso eres tan sabio, Sorayo, como para saber hacia donde huyes? SORAYO: (Con mirada torva, a la vez que se prepara al galope) Yo no huyo, Mago: En general, huyen de mí... (Espolea su montura que parte al galope). ARKONTAS: (Tirando una bocanada de humo con una sonrisa enigmática) ...Todo es cuestión de perspectiva... (Frunce el ceño a una idea) Hum...

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ACTO TERCERO ESCENA 1. EXT. BOSQUE OTOÑAL. CERCANÍA DE LA CABAÑA DE NEIRÚN. ATARDECER. MELODÍA MISTERIOSA: Del otro lado de la puerta, Rigel se encuentra nuevamente en otoño pero oscureciendo y se halla ante una cabaña misteriosa rodeada de niebla, se acerca y oye una risita gutural sombría y una voz chillona pronunciando: VOZ de NEIRÚN: “Dulce bocado, Maní salado, Miel de papaya, Con guindas y bayas, Una pizca de canela, Un baño de chocolate, Y el amor ella anhela, Hasta de un disparate...” Rigel abrió mientras tanto la puerta y descubrió un comedor y más allá un fuego con una calderón suspendido sobre él, en el cual una mujer de pelo blanco de espaldas a él tira ingredientes cantando un refrán... RIGEL: (Tímido) Hola... NEIRÚN: (Sin dejar su tarea ni voltearse, sólo levanta la cabeza) Hola, Rigel. Por favor, no seas tímido: siéntate y come algo, debes tener hambre... RIGEL: (Descubre un plato servido sobre la mesa donde antes no había nada y junto a él, una manzana roja... Traga saliva al ver el apetitoso plato) En realidad... Sí, tengo un hambre de ogro. NEIRÚN: (Probando el elixir con una sonrisa) Asiento... RIGEL: (Obedece y comienza a comer como glotón, hasta que se da cuenta de algo y pregunta con la boca llena) ...¿Le... Le puedo hacer una pregunta? NEIRÚN: 26

27 (Tras verter el contenido del calderón en una botella cónica de vidrio que posa sobre la mesa, voltea por primera vez hacia él) ...¿Cómo sabemos quién eres? RIGEL: (Perturbado por el rostro y la mirada de la anciana, rehuye sus ojos penetrantes y esta cae sobre la botella de la pócima) Eh... ¡Sí! Eso... NEIRÚN: (Sin perder su mirada hacia la botella, se sonríe misteriosamente) Sabemos todo de ti, pequeño, y te queremos ayudar a salir de... Silvanion... RIGEL: (Entusiasmado a la idea) ¿De verdad? NEIRÚN: Quieres volver a ver a Anaxalia, ¿Cierto? RIGEL: ¡Sí! ¿Puede hacer eso por mí?... NEIRÚN: (Con una sonrisa afectada) ¡Tal cual! Y a cambio... sólo te pediremos un favorcito... RIGEL: (Frunciendo el ceño, mientras termina la manzana) ¿Un favor? NEIRÚN: (Adelantándose a su inquietud con voz consoladora) La nada misma... ¿Te gustó la manzana? RIGEL: Eh... ¡Sí! Deliciosa... Pero... ¿Qué favor pide? NEIRÚN: Síguenos... (Parte despreocupadamente, dejando la pócima sobre la mesa) RIGEL: (La mira partir y luego sus ojos vuelven atraídos por la pócima, y buscando sobre estantes con la mirada, descubre otra botellita igual y conteniendo un líquido de color semejante; vuelve a mirar hacia adonde partió Neirún y le contesta con voz fuerte y mirada astuta) ¡Enseguida voy!... 27

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Afuera, Neirún se sonríe misteriosamente y abre la puerta de una cabañita sombría y se detiene ante un mueble largo, pero estrecho, cubierto de una tela en harapos; cuando voltea, descubre a Rigel quién mira al interior de la pieza no sin recelo. NEIRÚN: ¡Ven! No temas... (Le presenta el mueble) Acércate... RIGEL: (Obedece y descubre el mueble) ¿Qué... qué es? NEIRÚN: (Descubriéndolo al sacar la tela, muestra un espejo labrado tremendo, donde ella evita reflejarse) Es... Airón: El Espejo del Futuro... RIGEL: ¿Del futuro? NEIRÚN: Así es: todo aquel que se mira en él puede ver lo que ocurrirá, y... El favor que te pedimos et sólo eso: que te mires en él y nos digas qué es lo que ahí ves... RIGEL: (Sonriendo por lo pequeño del favor) ¿Nada más? NEIRÚN: (Devolviéndole su sonrisa, pero enigmática) ...Nada más... RIGEL: Sospechando de pronto una treta) Pero... ¿Por qué no mira Usted y lo ve Usted misma? NEIRÚN: (Con un brillo extraño en la mirada, como un velo oscuro pero volátil) ¿Cómo crees que sabemos todo de ti? Ya lo hemos mirado, numerosas veces, pero queremos saber si tú ves lo mismo y si podrás salir de aquí sin retrasos, ¿Quieres irte, cierto? RIGEL: ¡Claro que quiero! (Frunce el ceño) Pero, Arkontas me ha dicho que no podré hacerlo antes de arreglarlo todo...

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29 NEIRÚN: (Con un brillo cruel en la mirada, al oír ese nombre, endurece la voz sorpresivamente) ¡Ese viejo cascarrabias hace tiempo que no sabe lo que dice! Desde que le golpeó el hacha hechizada de Giorse, anda vagando por los bosques y hablando solo... RIGEL: ¿Hablando solo? NEIRÚN: (Mostrándole el espejo) Pero, eso ya no es problema tuyo: dínos lo que ves, y te ayudaremos a salir de aquí... RIGEL: De acuerdo... (Se acerca al espejo, mirándolo con atención, hasta que de repente...) -INSERT SEGUNDOSe descubre ante la vitrina de una ruidosa ciudad a la que mira estupefacto: por todos lados vehículo echando humo y sonidos estridentes, gente alborotada subiendo en micros atestadas de gentes, rostros tristes y andar decaído, colas interminables y negocios hirviendo de compradores agitados. VOZ de NEIRÚN: ¡Rigel! Rigel... Al interior de la cabaña: Neirún le pregunta al hipnotizado Rigel: NEIRÚN: Rigel... Dinos: ¿Qué ves? RIGEL: (Los ojos fijos en el espejo) Una ciudad fea, sucia y maloliente, llena de... esclavos sin cadenas... NEIRÚN: (Sonriendo feliz a esa descripción) Sí... y dínos: en sus miradas, ¿Alguna... rebelión? En la ciudad, Rigel mira detenidamente las miradas de los traseúntes, pero no ve brillo ni vida: RIGEL: (sacude la cabeza) 29

30 Nada... En la cabaña: RIGEL: ...Ni siquiera... esperanza... NEIRÚN: (Con un brillo maquiavélico en los ojos) ¡Suficiente! (Tapa el espejo y Rigel vuelve en sí, estupefacto y con ojos perdidos) RIGEL: ¿Qué era eso? NEIRÚN: (Con aire triunfante) Te dije que Arkontas fabulaba: Eso era Silvanion, y si lo has hecho tú: no hay nada que puedas hacer para volver atrás, hijo, y lo mejor que te queda por hacer: es huir... RIGEL: ¿Huir? Pero... ¿Y dejaré a toda la gente de aquí llegar a eso? ¿A sufrir en ese lugar espantoso y sin vida, y todo por mi culpa? NEIRÚN: (Bajándole el perfil a todo el asunto) La gente se acostumbra a lo que sea, hijo, sólo es cuestión de tiempo, y no es tu culpa: tú sólo les diste otro camino, pero, ellos lo tomaron... RIGEL: (Esperanzado a una idea) ¡Pero aquí todo es posible! NEIRÚN: ¿Que no viste el futuro? (Designa al espejo) Airón NUNCA miente, y si eso es lo que viste, las posibilidades de cambiar algo ya no existen y todo lo que hagas, conducirá de una forma u otra, a ESTO... ¿Lo entiendes? (Le golpea el hombro amistosamente) Mejor, olvídate de ello, amigo... Sale. RIGEL: (Recordando esas palabras luego de su engaño a Akabot y reviviendo la escena mentalmente) Oh, no... ¿Qué hice? Parte corriendo desesperado y huye atropellando a Neirún que le grita:

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31 NEIRÚN: ¡Huye, Rigel! Huye... (Parte de una risa macabra que invade el bosque en torno a Rigel, mientras ella retorna a la cabañita y, alzando la tela, descubre con una sonrisa que Rigel está preso detrás del espejo) Huye, que ya te tenemos... RIGEL: (Corre hasta perder aliento en la niebla densa, llorando amargamente y gritando el nombre del mago como pidiéndole ayuda) ¡Arkontas! ¡Arkontas! La niebla lo envuelve entonces junto a una música de intenso dramatismo. ESCENA 2. EXT. MISMO BOSQUE. MOMENTO MÁS TARDE. MELODÍA TRÁGICA: Luego de un momento, la niebla desaparece y encontramos a Rigel corriendo perdido en un bosque tupido, cabizbajo repitiendo con voz quebrada: RIGEL: Arkontas... Ayúdeme... Se deja caer a los pies de un gigantesco cohihue y hunde su cabeza en sus brazos, sollozando. Cuando de pronto, oye una voz conocida: VOZ de ARKONTAS: ...Se lo dijimos, ¡Oh, sí! Descubre a Arkontas caminando como un loco, la mirada perdida a lo lejos, y con gestos descoordinados: ARKONTAS: (Imitándose a él mismo) ¡No vuelvas nunca más! (Se ríe para sí, locamente) Niño porfiado... ¡Je!¡je!¡je! RIGEL: (Parándose de un golpe) ¡Arkontas! ¡Qué bueno que llegó! ARKONTAS: (Mirándolo como a un desconocido, con suspicacia) ¿Qué quiere de mí, señora? RIGEL: (Atontado por esa inesperada recepción) ¿Señora? ¡Soy yo, Rigel! ARKONTAS: (Hablando a una persona invisible) ¡Se equivoca! Si uno quiere de veras, a veces se abren solas, y hasta yo no puedo hacer nada para impedirlo... 31

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RIGEL: ¿Se abren solas? ¿Qué? ¿Las puertas? ARKONTAS: (Negando con la cabeza y alejándose) Vieja loca... Que le diga adonde está la Puerta Maestra... (Se da vuelta hacia Rigel) ¡Sólo el valor sobre si-mismo abre esa puerta! ¿De qué le servirá que le diga adonde se esconde? ¡Cerebro de mosca! ¡vuelva a sus tejidos y sus ollas sucias, y déjeme en paz! Antes de que me vengan ganas de convertirla en laucha y que se la coma su propia gata Fifi!... Se va, dejando a Rigel en suma perplejidad: ESCENA 3. EXT. MISMO BOSQUE, MÁS TARDE: RIGEL: (Caminando, sacudiendo la cabeza pensativo) ...La puerta maestra... Deber ser eso... (Se pone las manos en los bolsillos y de pronto encuentra algo: la botellita de la pócima, que mira pensativo, cuando oye un trote de caballos y la guarda apresurado). Un jinete de rústicas facciones y noble vestir aparece, acompañado por su escudero a pie, -un hombre de nobles facciones y rústico vestir-. Rigel alcanza a disimularse tras un arbusto antes de que lo vean. EL ESCUDERO (PRINCIPE HILDERNESSE): Mantén tu porte, ¡infeliz! ¿No me has visto como ando a caballo todos estos años? EL PRINCIPE (ESCUDERO CAMUS): (Mordiéndose el labio inferior) Mil disculpas, ¡Alteza! (se endereza) ¿Así está mejor? HILDERNESSE: ¿Que no te he dicho de no llamarme “Alteza”? ¡Si vas a hacer de príncipe en mi lugar, al menos trata de comportarte como uno! CAMUS: (Disculpándose) Es que no he nacido a esas alturas, señoría, y me cuesta... HILDERNESSE: Sí, te entiendo: volar, cuando toda tu vida te has arrastrado... Pero, ¿Qué quieres? Todo esto no sería necesario si esa estúpida bruja me hubiese dado el elixir de amor que le pedí, y no vino añejo. Ahora, Evangelina me maldijo y no podré ser rey ni conquistarla, mientras no sea vencido en duelo por alguien más pequeño que yo...

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33 RIGEL: (Extrae la botellita de su bolsillo) Caracoles... CAMUS: ¡Su señoría jamás ha sido vencida en duelo! ¿Cómo podría vencerla alguién más pequeño que ella? HILDERNESSE: Por eso te he nombrado: Príncipe honorario; a ti te vencería hasta un niño cojo, manco, y ciego, y cuando Evangelina oiga la noticia de tu derrota –o sea, la míacorrerá en mis brazos: ¿Captas? RIGEL: (Saliendo de su escondite) Capto perfectamente. El falso escudero estupefacto golpea la pierna del falso príncipe de un codazo, significándole que comience su actuación: CAMUS: Eh... ¿Decía, jóven? RIGEL: (Sin dejar de mirar al verdadero príncipe) Nada... HILDERNESSE: (Tras constatar de que es un niño) Un niño... (a Camus) No abra la boca, príncipe y déjeme hacer... (A Rigel) ¿Sabes que es muy feo escuchar detrás de las puertas? RIGEL: (Mira a diestra y siniestra) ¿Puertas? No veo puertas por aquí... señoría... HILDERNESSE: (Se le acerca a la cara) ¿En qué momento llegaste, exactamente? RIGEL: En el que su Alteza le reñía a su escudero su torpe manera de hacerse pasar por un príncipe, o sea: por Usted... HILDERNESSE: (Mira hacia Camus) ¿Ves? Hasta él lo ha notado... (Se torna hacie el niño) ¿Quién eres, pequeño? 33

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RIGEL: Soy Rigel, Hijo de hombre. HILDERNESSE: Mucho gusto, yo soy el príncipe heredero a la corona, Hildernesse –con H-, pero me puedes llamar “Hil” y él... (Tórnase hacia Camus) Es mi escudero: Camus. RIGEL: (Sorprendido) ¿Camus? ¿El es escritor? HILDERNESSE: ¿Escritor? Si esa es la profesión más inútil de Silvanion, sí, él es el rey de los escritores... RIGEL: (Recordando) Bueno, en mi país tampoco los consideran muy útiles que digamos... HILDERNESSE: (a Camus) ¡Mira! Eres escritor, además de idiota, haragán y muerto de hambre, claro... Camus sonríe estupidamente, haciendo una reverencia, honorado por el cumplido. HILDERNESSE: ¿Conque vienes de otro país? ¿De cual? RIGEL: (Con una mueca) Eh... A decir verdad... de más allá de las puertas... HILDERNESSE: ¿Las puertas? ¿Que no habían puertas, acaso? (se ilumina, entendiendo y cambia de actitud) Ah... Tu... ¿Tu no eres de aquí, cierto? RIGEL: (Negando con la cabeza) Aha... HILDERNESSE: ¡Tanto mejor! (a Camus) Te vencerá, y como no es de aquí, cumpliré la maldición sin herir mi orgullo... RIGEL: (Negando nuevamente) 34

35 Aha... HILDERNESSE: (Intrigado) ¿Qué significa ahora: “Aha...”? RIGEL: Que no funcionará... HILDERNESSE: ¿Qué sabes tú de maldiciones? ¿Acaso eras príncipe en tu mundo? RIGEL: No, en mi mundo, los príncipes están en los libros y no tratan de conquistar doncellas con elixires de amor y otros engaños mediocres... HILDERNESSE: ¿No? Entonces, ¿Qué hacen? RIGEL: Las conquistan con un duelo leal... HILDERNESSE: (Mirando a Camus) ¡Je!¡Je!¡Je! RIGEL: (Continuando) ...No se esconden detrás de su escudero... HILDERNESSE y CAMUS: ¡Ja!¡Ja!¡Ja! RIGEL: (Concluyendo) ...Y no temen lastimar su orgullo... HILDERNESSE y CAMUS: ¡Jo!¡Jo!¡Jo! (Hildernesse entre risas) ¡“Los Libros” son un país muy extraño, y sus príncipes no valen mucho más que mi Camus, a lo que veo! RIGEL: Se esquivoca “Hil” –con H-: Los Libros son el país donde sólo llegan los que no le temían a nada, ni siquiera a la vergüenza de perder con alguien más pequeño... HILDERNESSE: (Cesando bruscamente de reír) 35

36 ¿Me estas retando, pequeño? RIGEL: (recibe la espada de Camus, perplejo) ...Vencerme sería cosa fácil para Usted, Alteza... HILDERNESSE: (Desenvainando tras una mueca feroz) ¡Exacto! Lo ataca, y Rigel -sosteniendo como puede la pesada espada- se defiende evitando sus feroces embates, hasta que –cansado- la deja caer con la punta hacia abajo al suelo, la que viene a clavarse en la bota de Hil, clavándolo literalemente al piso. Enfurecido, Hil tira golpes alocados, mientras Rigel se le trepa encima y le tapa los ojos con su propio capuche de escudero que le amarra al cuello con una pita, de modo que Hildernesse golpea el aire sin poder ver su adversario y su espada choca accidentalmente con una rama, la que al quebrarse, le cae a la cabeza en el momento en que Rigel liberaba sus ojos bruscamente, desmayándole. CAMUS: (Al ver al príncipe caído, salta de su montura, con asombro, y se arodilla ante Rigel con reverencia. Luego, se sube al caballo y grita) ¡¡El jóven Rigel ha vencido al príncipe Hildernesse!! RIGEL: (Corrigiendo) “-Con H-“... (Se sonríe) El escudero parte al triple galope, repitiendo esa frase como enajenado, y para que todo Silvanion lo oiga. Rigel intenta detenerlo: RIGEL: ¡¡Oiga!! ¡Aguarde! (pero ya desapareció; mira entonces al príncipe que desclava del piso, extrayendo la espada, guarda esta orgullosamente a su cinturón, y se va tras un alzamiento de hombros) Caracoles... ESCENA 4. EXT. MISMO BOSQUE. DIA. MISMA LUZ: Caminando por el bosque, Rigel oye de repente: VOZ de GIORSE: ¡Cuidado! ¡Agáchese! Rigel obedece por instinto y un hacha le pasa volando por encima de la cabeza para ir a clavarse sobre un cohihue. GIORSE: 36

37 ¡Por mi abuelo! ¡Hacha maldita! (Sale del bosque un hombre fornido que al descubrir a Rigel, se saca el sombrero con ceremonia) ¡Jóven Rigel! (Y se arrodilla con la frente contra el piso). RIGEL: (Con sorpresa incómoda) ¿Qué hace? GIORSE: Espero que su señoría se marche, para poder seguir buscando mi hacha... RIGEL: ¿Señoría? ¿Quién le ha dicho que soy señor? GIORSE: (Sin levantar la frente) Usted venció al príncipe heredero Hildernesse, ¡Todo Silvanion lo sabe! Y es ahora el nuevo heredero, por orden del Rey Akabot, cazador y terror de los Elfos... RIGEL: (Frunciendo el ceño) ¿El rey Akabot? ¿Cazador de Elfos? GIORSE: ¡Sí! Desde que su Alteza recibió un talisman de un poderoso hechicero, se ha convertido en Amo y Señor de Silvanion, y nadie sabe porqué odia tanto a los Elfos, y los caza de día como de noche... RIGEL: (Entendiendo) Oh, no... GIORSE: (Osando levantar la mirada hacia el hacha, la ve soltándose sola del tronco y partir volando nuevamente) ¡Cuidado! El hacha vuela por encima de Rigel que la esquiva justo a tiempo y Giorse la logra atrapar en el aire y lucha contra ella como un endemoniado para que no se le zafe, se debate aquí y allá; recibe golpes del mango y del canto, tropieza diez veces alejándose cada vez más, bajo la mirada espeluznada de Rigel, mientras le dice: GIORSE: El rey... Ha dicho... que hará... un festín de Elfos... en honor a su... nuevo heredero y... saldrá de cacería para... exterminarlos... con la luna nueva... ¡Adios, noble Rigel!

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38 RIGEL: (Sombrío) ¡Adios! (Pensativo) Esto se está poniendo cada vez peor... Debo hacer algo... (Una sombra nubla sus ojos) No... -INSERT 3Se lo ve preso detrás del espejo Airón, mirando una vela consumiéndose encendida en sus manos... **************** En el bosque. RIGEL: (Fatalista) Airón nunca miente, no hay nada que se pueda hacer... Se sienta abatido al pie de un roble y se duerme. ESCENA 5. EXT. LAGUNA ENCANTADA. NOCHE. AMBIENTE ONÍRICO. MELODÍA HECHIZANTE: Una Voz despierta a Rigel: VOZ de AINÓN: ¡Rigel!...¡Rigel!... Se halla ante una laguna de noche sólo iluminada de verde fluorescente desde adentro y algunas antorchas a su alrededor, con llamas también de color verde. La voz parece provenir del fondo mismo de la laguna: VOZ de AINÓN: Rigel... ayúdanos... Eres nuestra única esperanza... RIGEL: ¿Quién eres? VOZ DE AINON: Ainón... RIGEL: ¿Ainón? VOZ de AINON: Soy el alma de Silvanion. RIGEL: 38

39 ¿Y qué haces en este lugar? VOZ de AINON: Estoy presa de tus malos pensamientos... RIGEL: ¿Presa? VOZ de AINON: Sí... Y tú sólo puedes cambiar eso... RIGEL: ¡No! ¡No puedo! Airón me ha dicho que... VOZ de AINON: Airón sólo te mostró un camino, no un destino, Rigel... RIGEL: ¡Pero aquí, todos lo han tomado! (Desesperándose) Dije mentiras, y todos me creyeron, fui egoísta, y ahora, todos lo son! Fui cruel... Y ¡Mira! Ahora, el rey de Silvanion –ayer gigante enamorado- es hoy un asesino de Elfos; y soy... ¡Soy su heredero! VOZ de AINON: Debes ser fuerte, Rigel... Los malos pensamientos son como las flores: sólo perduran si los riegas con miedo, rencor e impotencia... RIGEL: ¡Pero si vi el futuro con mis propios ojos! VOZ de AINON: Con los de Airón, Rigel, sólo con los de ella... ESCENA 6. EXT. MISMO BOSQUE QUE ESCENA 4 ACTO III. DÍA. MELODÍA DE AMANECER: Rigel despierta apoyado sobre el roble: RIGEL: (Frunciendo el ceño) ...¿Ella? BUFÓN: (Surgiendo de detrás del roble, gritando con fuerte acento italiano) ¡Ella!...¡Ella!¡Ella! La piú bella de las dos, pero a su vez, la más vanidosa. Una vez escapó de Sorayo el Ruín, tropezó con su propia imagen, se enamoró de ella y cayó en el Antimundo...

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40 RIGEL: (Intrigado) ¿El Antimundo? BUFON: ¡Ecco, Piccolino! EL otro lado del calcetín, y ahí descubrió que no sólo no era tan bella, si no que.. ¡No existía siquiera! RIGEL: ¿No existía? BUFON: ¡Ecco! Blanco aquí, Negro allá. Mucho afuera, poco adentro y... esas cosas... Y ahora, ella sólo es la sombra de su hermana, un reflejo insaciable en busca de vida jóven... RIGEL: (Pensativo) Airón... y Ainón... ¿Pero cómo cayó presa de Sorayo? BUFON: Hay comerciantes muchos peores que Sorayo, niño, (Sacude la cabeza haciendo sonar sus campanillas) ...Pero dicen los humildes que a menudo, es menos importante saber todas las respuestas que entender todas las preguntas... Y tú, eres la respuesta a todo lo que te atañe, sólo que no te has hecho la buena interrogante... RIGEL: (Concluyendo tras reflexión) ...”¿Por qué?” BUFON: (Golpea sus manos y una puerta aparece tras él) ¡Ecco! Eso suena bene, sólo queda saber si soportarás la verdad que te espera... (Le invita a abrirla con una guiñada) ¿Hum? RIGEL: (Lo mira) ¿Y si no puedo? BUFON: (Se alza de hombros) La Vita no te cierra más puertas que la que te cierras tú mismo, niño... RIGEL: ¿Pero, y si es demasiado tarde?

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41 BUFON: ¿Demasiado tarde? (Parte de una estruendosa carcajada) ...Dicen las tortugas que si vas demasiado rápido, nunca llegarás lejos, y que no llegar nunca es más grave que partir atrasado... RIGEL: (Abre la puerta tras reflexión y mirar al bufón fijamente, absorto, mira hacia el otro lado, está de noche, voltea entonces hacia el bufón) Es de noche... BUFON: (Mira a su vez y luego a Rigel, y asiente en tono de evidencia) ¡Ecco! Día aquí, noche allá... RIGEL: (Frunciendo el ceño) ¿Es... La puerta al... Antimundo? BUFON: (Se rasca la cabeza) Puede ser... RIGEL: (Temblando al sentir el viento fresco) ¡Hace frío! BUFON: Y aquí, calor... RIGEL: ¿Cómo sé que no es una trampa? BUFON: (Le sonríe) ¡No lo sabes! (Lo empuja adentro y cierra tras él con una carcajada) ESCENAS ALTERNADAS

EN EL ANTIMUNDO... ESCENA 7 A. ANTIMUNDO. NOCHE. PRIMAVERA: Rigel golpea la que resulta ser una ventana cerrada. RIGEL:

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42 ¡Bufón! ¡Bufón! ¡Ábreme! (Oye un ruido como de sable desenvainado con eco que le hiela la sangre y para de golpear para mirar hacia una de las antorchas que rodean la ventana).

EN SILVANION... ESCENA 6 BIS. EXT. MISMA MAÑANA. OTOÑO: El bufón separa sus manos en el Aire y aparece un calcetín blanco, luego las junta de nuevo y al separarlas de nuevo del otro lado, este ha desaparecido... BUFON: (abriendo grandes ojos) ¡Ups! Rescibe una bolsa de oro y descubrimos el rostro ciego de Neirún que se sonríe feamente, sus ojos quemados supurrando un líquido verdoso. NEIRÚN: Tu paga, bufón... BUFON: Grazie, patronccina.... (Abre la bolsa para encontrarse con que las monedas no son sino ceniza. Levanta una mirada engañada pero la bruja desapareció con una risa sardónica. El bufón sonríe) ¡Grazie mile! (Sopla la ceniza que se esparce por los aires...) Dicen los ricos que el oro viene y se va y que no es verdaderamente pobre sino aquel que muere rodeado de riquezas y solo como un piojo en una cabeza llena de pelos... (Guiña un ojo al Objetivo y desaparece tras un chasquido de dedos).

EN EL ANTIMUNDO... ESCENA 7 B. EXT. NOCHE PRIMAVERA. MELODÍA ACCION ANGUSTIANTE: Descubrimos a Rigel corriendo desesperado -antorcha en mano- por el bosque, alumbrado por la Luna Nueva, rodeado de sonidos de sables y cuchillos, de tambores retumbando en la noche y antorchas persiguiéndole por un camino sinuoso. El objetivo alterna la carrera desesperada con la de sus perseguidores, entes oscuros de los que sólo vemos sombras extrañas y oímos sonidos perversos; y con la que parece ser a primera vista una bestia grande acorralada.

EN SILVANION... ESCENA 8 A. EXT. DIA OTOÑO. MISMA MELODIA: El Objetivo alterna la carrera de los últimos Elfos –Tarbuk, Keyra y Alkaf- y del Gigante Akabot de día con su hacha ensangrentada. 42

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EN EL ANTIMUNDO... ESCENA 7 C. EXT. NOCHE PRIMAVERA. MISMO AMBIENTE: Rigel y la bestia acorralada huyen paralelamente por senderos distintos, hasta que en un claro en que Rigel oyendo sonidos camina de espaldas, chocan ambos: Rigel y un Akabot malherido y pálido y con ojos aterrados, se sobresaltan. RIGEL: ¡Ah! (Reconociéndolo estupefacto) ¿Akabot? AKABOT: ¡Ah! (Frunce el ceño) ¿Nos conocemos? RIGEL: (Alzándose de hombros) ¡Claro que...! (Piensa y recuerda adonde está) ...todavía no... ¿Qué ocurre aquí? AKABOT: (Atento a los sonidos que parecen rodearlos de más cerca) Los Elfos... Me están cazando como a un lobo... RIGEL: ¿Los Elfos? ¿A ti? ¿Pero no era lo contrar...? (Cae en la cuenta) Hum... El calcetín... (Se rasca la cabeza buscando una salida)

EN SILVANION... ESCENA 8 B: Después de un momento persguiéndolos, Akabot lanza una suerte de boleadora que atrapa a Keyra, la cual cae al piso y se suelta de Tarbuk; viéndolo, este se precipita a ayudarla y es atrapado por los pies por Akabot; grita entonces debatiéndose: TARBUK: ¡¡Huye, Alkaf!! ¡Corre! ¡Eres el último Elfo! Alkaf voltea y le dispara con su onda en la frente, pero este se contenta con fruncir el ceño y perseguirlo colgando a Tarbuk y Keyra a un arbol por los pies.

EN EL ANTIMUNDO... ESCENA 7 D: Acorralados espalda contra espalda, Rigel y Akabot ven como las sombras negras flamean en torno a ellos: 43

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RIGEL: (De pronto se ilumina) ¡Akabot! AKABOT: (Nervioso por la tensión del ambiente) ¿Qué? RIGEL: (Sintiendo los sonidos apremiantes y más fuertes, así como las antorchas rodearlos) ...Si te ayudo a salvarte de los elfos: ¿Prometes hacer todo lo que te diga? AKABOT: (Incrédulo) ¿Salvarme? A menos que seas el Rey de los Elfos en persona, estos demonios me cortarán en trozitos y se harán un festín con carne de gigante hasta la próxima Luna Nueva... El círculo se estrecha a ojos vista, se tapan los oídos por el tam-tam ensordecedor.

EN SILVANION... ESCENA 8 C: El Objetivo muestra a Alkaf refugiado en una alta rama, sacudido de vez en cuando y tocando flauta despreocupado, el Objetivo baja a toda velocidad y muestra a Akabot tallando el mismo arbol a hachazos... Aburrido por las sacudidas, Alkaf mira su último proyectil en su mano, con una mueca. Le apunta a las manos de Akabot y al disparar le hace soltarla con un grito, pero Akabot la retoma con mayor rabia y recomienza su masacre.

EN EL ANTIMUNDO: ESCENA 7 E: Rigel grita entonces a Akabot: RIGEL: ¿Prometes o No? AKABOT: (Mirándolo no sabiendo si confiar o no, y luego, a las siluetas oscuras con ojos rojos amenazantes, se decide finalmente y grita) ¡De acuerdo! ¡Sí! ¡Te lo prometo! Rigel se le acerca entonces al oído y le dice algo. AKABOT:

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45 (Lo mira extraño e inspirando fuerte avanza hacia los elfos y grita con poderosa voz) ¡¡Silencio!! Todos los sonidos se callan de súbito.

EN SILVANION... ESCENA 8 D: El Hacha de Akabot devora el tronco a ojos vista, Las sacudidas perturbando la melodía de Alkaf.

EN EL ANTIMUNDO... ESCENA 7 F: AKABOT: Yo, Akabot, rey de Silvanion en el otro mundo, les juro –Elfos- no darles más caza y hacer las paces con su Rey, si me dejan en paz en este mundo... Todos se miran, y estallan súbitamente en una carcajada siniestra. AKABOT: (A Rigel con una mueca) Creo que eso fue un: “no”... RIGEL: (Saliendo de su escondite) ¡El gigante dice la verdad! ¡Deben escucharlo! Si lo matan ahora: en el otro mundo, ¡Él os exterminará! Al reconocerlo, voces infantiles extrañas pronuncian: LOS ELFOS: ¡Rigelaina! Es Rigelaina...Rigelaina... (y se arrodillan ante él) AKABOT: (Entendiendo y traduciendo el lenguaje élfico) ¿Eres Rigel? ¿El Rey de los Elfos? RIGEL: (Con tono de evidencia) ¡Ahora me reconoc...! (se interrumpe al caer en la cuenta de la segunda pregunta) ¿Cómo dijiste? AKABOT: (Se arrodilla a su vez ante él con reverencia) 45

46 Perdone mi ignorancia, Su Señoría... RIGEL: (Dándose cuenta de la situación, se acomoda la ropa con aire superior) Eh... ¡Sí! Soy Rigel, y tú, Akabot, has dado tu palabra, ¿La cumplirás? AKABOT: (Levantándose con mirada de gratitud) Me ha salvado la vida, Alteza, desde hoy, los Elfos serán mis hermanos... Y como muestra de mi determinación, quiera su Alteza aceptar esta prenda de mi gratitud. (Se saca el collar de Rigel y una rodilla en el suelo se lo tiende por encima de su cabeza a Rigel. Este esconde su sorpresa y se lo pone y luego le pone la mano sobre la cabeza significándole que acepta y puede levantarse.) Los Elfos dejan caer sus ropas negras y se ponen a bailar coloridos alrededor de una fogata que se enciende de pronto en el centro del claro, junto a Akabot y Rigel felices. El Objetivo se desplaza a toda velocidad a Silvanion:

EN SILVANION: ESCENA 8 E: De pronto, Alkaf despierta, al percatarse de que las sacudidas han cesado, así como los hachazos,y en su lugar se oyen risas de Tarbuk, Keyra y Akabot: Mira hacia abajo y los descubre compartiendo un asado de perdices alrededor de un fuego, como hermanos. A esa visión, Alkaf tiene una hermosa sonrisa y se tira al piso, acaricia el arbol herido y este sana milagrosamente, para luego alcanzarlos, botando su onda a lo lejos...

EN EL ANTIMUNDO... ESCENA 7 G: Rigel bailando alegre alrededor del fuego junto a los niños elfos y a Akabot, se percata de pronto de un punto rojo en el bosque junto a una silueta que le llama la atención, se sale entonces de la ronda y se aleja del claro -sin que lo noten- para adentrarse con una antorcha en el bosque, hasta que se pierde. ESCENA 9. EXT. NOCHE-DIA DE PRIMAVERA: Rigel caminando con su antorcha se sobresalta al oir: VOZ de ARKONTAS: Tú no eres el rey de los Elfos... RIGEL: (Reconociéndolo) ¡Arkontas! (Lo descubre fumando pipa y escrudiñándole con su mirada penetrante, calma entonces su entusiasmo al tomar consciencia de la pregunta) Eh... No 46

47 exactamente. (pero su entusiasmo por reencontrar su viejo amigo es más fuerte) ¡Y Usted ha recobrado su cordura, a lo que veo! ARKONTAS: (Extrañado) ¿Qué dices? RIGEL: (Entendiendo finalmente, se ilumina) ¡Fantástico! En este mundo, Usted no recibió ningún golpe en la cabeza, y por ende: ¡No está loco! ARKONTAS: (Mirándolo como a un loco) ¿De qué demonios hablas? RIGEL: (Continuando su razonamiento) ¡Por ende, me podrá ayudar a arreglarlo todo y a salir de Silvanion! ARKONTAS: ¿Y para qué querrías salir de aquí? (Voltea hacia él asaltado por una idea súbita) ¡Oh!... Vienes del Antimundo... RIGEL: (Negando con la cabeza) Este, es el Antimundo... ARKONTAS: (Esquisando una sonrisa) Todo depende desde qué ángulo lo miras (Se aleja reflexionando, mientras camina bajo la Luna) Mmm... Necesito ver claro en esto... (Golpea las manos y se encuentran de día) Así, está mejor... RIGEL: (Impresionado, mirando por todos lados con grandes ojos, bota finalmente su antorcha apagada) ¡Uau! Es Usted más poderoso en este mundo... ARKONTAS: (Frunciendo el ceño) Tal vez sí... tal vez no... Si entiendo bien, vienes de un Silvanion del que querías escapar, pero arreglándolo todo... RIGEL: ¡Exacto!

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48 ARKONTAS: (Siguiendo su razonamiento en voz alta) Y no puedes escaparte antes de haberlo hecho, ¿no es así? RIGEL: Aha... ARKONTAS: Y... (Buscando sus palabras, incómodo)... ¿Qué soy “yo” del otro lado, además de un... loco? RIGEL: Eh... (Traga saliva) El cuidador de las puertas. ARKONTAS: ¿Las puertas? Ah... Aquí, son ventanas, y no las cuido, nos cuido de ellas... Pero, volvamos a lo tuyo... Ya que últimamente, todo anda raro por aquí, supongo que has dejado a Silvanion de lo peor, y en las más oscuras manos, RIGEL: (Bajando una mirada culpable) ¿Cómo lo sabe? ARKONTAS: (Con una mueca modesta) Política... Nadie llega del otro lado del calcetín si no se ha vuelto una molestia para alguien en el otro mundo... Alguien poderosamente malvado a quien prestaste un gran servicio... RIGEL: (Cabizbajo) Fue sin quererlo... ¡De verdad! ARKONTAS: (Midiéndolo con la mirada) Tal vez sí... Tal vez no... Lo cierto, es que mandarte aquí no ha sido su idea más afortunada. RIGEL: (Esperanzado) ¿Entonces, me va a ayudar? ARKONTAS: (Rellenando su pipa con hojas de menta) Tal vez lo haga, pero primero, lo primero: me salvaré a mi-mismo. RIGEL: 48

49 ¿Cómo? ARKONTAS: (Sombrío) Alejándote de ti-mismo. Si por desgracia llegaras a tocar tu otro yo, sendos Silvanion desaparecerían en un gigantesco colapso cósmico, y nos hundiríamos en la Noche Hambrienta, hasta terminar siendo espectros para siempre... RIGEL: (Absorto) La Noche Hambrienta... ARKONTAS: (Con un escalofrío, sus ojos grises perdidos en una visión) Tal vez... aquel sea el motivo secreto de tu presencia aquí... RIGEL: (Entendiendo de golpe, palidece) ¡Oh, no!... Debo irme, Arkontas, ¡Sáqueme de aquí! ARKONTAS: (Mirándolo de pronto con ojos terribles) No lo entiendes, ¿O sí? RIGEL: (Negando con la cabeza perplejo) ¿Entender qué? ARKONTAS: El único modo de volver de dónde vienes es venciéndote a ti-mismo en este mundo... RIGEL: ¿Qué? ARKONTAS: (Asintiendo en silencio, concluye) Uno de Ustedes debe desaparecer, pero sin tocar nunca al otro, porque no pueden haber dos Rigel en el mismo Espacio y Tiempo. RIGEL: Pero... ¿Cómo puedo vencerme sin tocarm...? (Se interrumpe a un pensamiento, y mira a Arkontas con grandes ojos, este asiente a su mirada, Rigel baja entonces una mirada cargada de gravedad) ARKONTAS: (Paterno, le acaricia el cabello) 49

50 No te preocupes, hijo, todavía te falta recorrer camino antes de ese día... RIGEL: (Levantando ojos en lágrimas) ¿Y qué haremos ahora? ARKONTAS: (Tras acariciar su barba blanca) ...Hacer lo contrario de lo que has venido haciendo, es a menudo el mejor camino... RIGEL: (secando sus lágrimones) Un camino al revés... ARKONTAS: Aha... ¿Ves aquel manzano florecido? RIGEL: (descubriendo el arbol mencionado) Sí... ARKONTAS: ¿Dónde comienza y dónde termina? RIGEL: (Pensando) Nace en las raíces y... termina en la flores. ARKONTAS: (Asintiendo) Y mañana, en los frutos, sí; pero te has olvidado de lo principal... RIGEL: ¿Qué cosa? ARKONTAS: (Con mirada divertida ) Mira en tu bolsillo... RIGEL: (Busca en su bolsillo y encuentra la semilla que había conservado, se ilumina al sacarla) La semilla... ARKONTAS:

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51 Así es: en ella están durmiendo todos los manzanos del mañana y conserva en su seno la memoria y la experiencia de todos los manzanos del Ayer, de sus padres y madres, de los que ella es a la vez fruto y nuevo comienzo... RIGEL: (Mirándola, embelesado) Tan pequeña y frágil, y sin embargo... ARKONTAS: (Sonriendo paterno, le acaricia el cabello) A menudo, las cosas más importantes no son las más aparentes... RIGEL: ¿Qué haremos con ella? ARKONTAS: Depende de ti... (Mira el manzano) Aquí, el Manzano ha florecido; pero del otro lado, lo que sembraste ha dado muerte, crueldad y pena... El Manzano de Silvanion es hoy un arbol seco, de ramas quebradizas y de frutos podridos. ¿Qué sugieres que hagamos? RIGEL: (Pensando) ¡El camino al revés! ¡Sembraré vida, bondad y alegría! ARKONTAS: (Sonriéndole) Me suena un buen comienzo; pero debes saber una cosa, hijo: Las semillas contienen siempre algo de quien las siembra, si quieres sembrar pureza, debes ser intachable tú-mismo; porque de otro modo, las sombras de tu alma brotarán con ella... (se agacha a su altura y le toma los hombros, clavando su mirada penetrante y dulce en la de Rigel) Rigel: ¿Qué dice tu corazón? RIGEL: (Buscando dentro de sí) ...Me dice... que tiene miedo... ARKONTAS: (Asintiendo, grave) Me lo temía... Alguien sembró dudas en tus certidumbres (piensa en voz alta) Alguien que no es de este mundo, ni del otro...(Lo mira viajando en su interior) Alguien a quien quieres más que a ti-mismo... RIGEL: (Levanta la mirada hacia Arkontas a esas palabras, y de pronto, descubre la Ludmilla Púrpura flotando en el arroyo tras él) Anaxalia...

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52 ARKONTAS: (Paterno) Hijo... Todos tenemos miedos, ¿Sabes? A menudo, los escondemos bajo máscaras distintas, pero él permanece ahí -aguardando ser vencido- y se disfraza de crueldad, frialdad o indiferencia... RIGEL: (Mirándolo, absorto) ¿Cree...? ¿Cree que ella tenga miedos también? ARKONTAS: (Asintiendo lentamente con una sonrisa imperceptible) Créeme: si es de carne y huesos como tú y yo: ¡De seguro que los tiene! RIGEL: (Sacando una conclusión, esperanzado) Entonces... ¡No me odia! ARKONTAS: (Frunciendo el ceño a esa gran palabra) ¿Odiarte? ¡Apuesto a que se odió a si misma, toda vez que te mandó al infierno a buscar un clavel! RIGEL: (Iluminado, salta en los brazos de Arkontas, llorando de felicidad) ¡Oh, gracias, Arkontas! ¡Mil gracias! ARKONTAS: (Sonríe y le acaricia los cabellos) No hay de qué, hijo... (Le toma la cabeza entre las manos) ¿Qué tal si vemos ahora esa semilla, eh? RIGEL: (Asiente entusiasta y abre su mano con ojos brillante)

MIENTRAS TANTO, EN EL OTRO MUNDO... ESCENA 10. INT. PALACIO DE LA REINA NEIRÚN. MISMO MOMENTO. MELODÍA MACABRA, NOCHE: Vemos a Arkontas y a Rigel a través de una bola de cristal y luego, mirándola con ojos ciegos, la bruja Neirún, con atuendo real y corona, en su palacio, sentada sobre su trono-espejo, del que escapa abruptamente un niño corriendo –Rigel-... NEIRÚN: (Siniestra) ¡Rigel!...¡Vuelve, Niño! (Viendo que es inútil, torna sus ojos asesinos hacia la esfera de cristal) ...¡Brujo maldito! No echarás a perder nuestros planes, ni aquí ni 52

53 en el otro mundo, porque muy pronto serán UNO en la Noche Hambrienta... (Levanta el rostro) ¡Hil! Aparece Hildernesse, pero desfigurado, cojo y jorobado en andrajos. HILDERNESSE: (Se inclina grotescamente) ¿Alteza odiosa entre todas? NEIRÚN: (Satisfecha por su estado) Vemos que has progresado, mi amorcito. HILDERNESSE: (Sonríe, mostrando su boca desdentada) Gracias, su atroz Ignominia... NEIRÚN: (Poniéndose seria de pronto, golpea el piso estremeciendo el Palacio) ¿Y adonde está ese cretino de Akabot? HILDERNESSE: (Aterrorizado, se inclina con premura) ¡Los... Los voraces Gorkas le están dando caza, su villanía! NEIRÚN: ¡Excelente! Que nos lo traigan enterito, nosotros mismos lo despedazaremos: ¡Aliarse con los malditos Elfos! ¡Grandísimo idiota! (Se suaviza subitamente) Y tú... mi amorcito. Acércate... (Hil obedece babeante, ella le acaricia la pera) ¿Recuerdas aquel principado que te prometimos? HILDERNESSE: (Con una mueca de sonrisa torva) ¡Sí, poderosa maldad! NEIRÚN: Y bien... (sombría) estas a un asesinato de obtenerlo... Hil sonríe con ojos perversos. El Objetivo se desplaza velozmente hacia el Antimundo, hundiéndose de pronto en un pozo profundo y volviendo a salir por el agujero donde Rigel está por sembrar la semilla. ESCENAS TRI-ALTERNADAS ESCENA 11 A. EXT. ANTIMUNDO. ANTIBOSQUE. DIA:

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54 Rigel va por depositar la semilla con sus dos manos cuando se oye súbitamente un sonido de desgarro. Arkontas alza su mirada aguileña. ARKONTAS: Un intruso... (A Rigel, cuyo brazo retiene) ¡Aguarda! Algo está pasando... RIGEL: (Descubriendo una silueta saltar de una ventana y desaparecer en el bosque) ¡Por allá! ARKONTAS: (Descubriendo a su vez la ventana abierta, suspendida en el aire) ¡Maldición! ¡Viene de tu mundo! RIGEL: ¿Cómo lo sabe? ARKONTAS: (Designando la ventana) Se abre para adentro, las nuestras siempre se abren para afuera... Conserva tu semilla: todavía no toca corregir el pasado, el futuro toca a nuestra ventana, es hora de contestar... ¡Vamos!¡De prisa! (Parten corriendo) ESCENA 12 A. EXT. MISMO BOSQUE. MISMO MOMENTO. PRIMAVERA DIA. MELODIA ACCION: El Objetivo se desplaza a gran velocidad hacia un claro donde Hildernesse y su Escudero Camus están sentados alrededor de un fuergo, mientra Camus termina de cocinar un asado de golondrinas: HILDERNESSE: ¿Sabes, Camus? Cuando me case con Evangelina, te nombraré Caballero de la Orden de los Mirmitones. CAMUS: ¿Los Mirmitones, señor? ESCENA13 A. EXT. MISMO BOSQUE. MISMO TIEMPO. PRIMAVERA. DIA: Vemos pasos claudicantes corriendo en el bosque y oímos el sonido de una respiración agitada, como una bestia rabiosa. ESCENA 11 B.: El Objetivo alcanza y pasa al lado de Arkontas y Rigel corriendo a toda velocidad. ESCENA 12 B. EXT. CLARO: HILDERNESSE: (Probando un truto con regocijo) 54

55 ¡Sí! ¡Los más grandes chefs de Silvanion! CAMUS: ¡Es un gran honor, Alteza! (Frunce el ceño, intrigado sin embargo) ¿Y...qué es un chef, señor? Hildernesse lo mira como a un redomado necio. ESCENA 13 B: Vemos la sombra del corredor reflejada sobre el piso desenvainando una espada con un sonido estridente. ESCENA 11C: MAS ALLA: Arkontas se detiene al sentir la agresividad en el aire: ARKONTAS: Es lo que me temía... (a Rigel) ¡Más rápido! ESCENA 12 C En el claro, HILDERNESSE: (Concluye sacudiendo la cabeza) ¡Olvídalo! De todos modos, me temo que no lo hubieras entendido... Sigue cocinando... ESCENA 11 D: En el Bosque, RIGEL: (Descubriendo la silueta a lo lejos) ¡Ahí! ARKONTAS: ¡Excelente! (Se detiene y tira una bellota al piso) RIGEL: ¿Qué hace? ¡Va a escapar! ARKONTAS: ¡Dame tu espada! Rigel obedece y Arkontas traza un círculo alrededor pronunciando un hechizo: ARKONTAS:

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Circulum Varuniam Lokasenna! -¡Circulum Varuniam Lokasenna!ESCENA 13 C. Más allá, El corredor rebota contra una pared invisible y cae violentamente de espalda.

EN SILVANION... ESCENA 14 A. INT. PALACIO REAL. NOCHE. LUZ VELAS. INVIERNO. AMBIENTE NEVADO. MELODIA TETRICA: En el Palacio Real de Neirún. Esta levanta una mirada sorprendida y descubre un círculo de arena sobre la mesa. NEIRÚN: (Con una sonrisa burlona) ¡Veterano obstinado! (Sopla

sobre

el

círculo

de

arena

pronunciando)

Numastium apertiis! -¡Numastium apertiis!-

Y éste se deshace...

EN EL ANTIMUNDO: ESCENA 13 D: En el bosque, El Corredor rebota por segunda vez y al tercer intento logra pasar. Arkontas, viéndolo, murmura: ARKONTAS: Neirún... Con que tú estás al mando, ¿Eh? Esto se está poniendo interesante... (Le entrega la espada a Rigel y llama con poderosa voz) Epaminondas!

-¡Epaminondas!-

Su bastón mágico aparece volando y viene naturalmente a su mano tendida. ARKONTAS: (A Rigel) ¡Andando! ESCENA 12 D: En el claro, Encontramos a Hildernesse urgando en sus dientes con un puñal y ayudado de un espejo: HILDERNESSE:

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57 ¡Estos malditos huesos se atascan como suegras en un matrimonio! Repentinamente, descubre en el espejo una silueta blandiendo una espada negra a punto de caerle encima. Arkontas viéndole, grita a la vez que hace girar su bastón como dando un golpe a un adversario invisible: ARKONTAS:

Astârasgûl! Astârasgûl!-¡Astârasgûl!-

Hildernesse gira sobre si-mismo, desenvainando su espada, pero sólo corta el aire detrás de él a su sorpresa, ya que su atacante recibiendo un golpe expectacular vuela como por arte de magia con un mortal adelante para venir a caer dos metros más allá con un gemido. Hildernesse, mira su espada extrañado y se precipita hacia él, apuntándole la espada a la cabeza, indignado: HILDERNESSE: ¡No sé quién te crees, bastardo, pero no vas a arruinar mi almuerzo por más tiempo! Va por clavarle la espada, pero Arkontas se la quita de las manos con otro gesto de su bastón y una incantación: ARKONTAS:

Sulifán!

-¡Sulifán!- (A un Hildernesse estupefacto) ¡No lo haga, príncipe! ¡Y

aléjese de él!

HILDERNESSE: (Reconociéndole) ¡Arkontas! Este individuo pretendía... ARKONTAS: ¡Lo sé! Pero si lo toca: ¡Morimos todos! HILDERNESSE: (Palideciendo) ¿De qué habla? EL individuo encapuchado despierta y blande su espada en dirección de Hil pero Arkontas desvía el golpe con ayuda de Epaminondas y comienza una lucha espectacular entre ambos, mientras Rigel toma a Hildernesse del brazo y lo lleva aparte:

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RIGEL: ¡Señor! Es una larga historia, pero si entiendo bien: él es Usted, pero del otro lado del calcetín... HILDERNESSE: (Mirándolos a él y a Arkontas como a enajenados) ¿Qué calcetín? ¿Están locos? De súbito, el jorobado logra esquivar un golpe y se precipita hacia Hildernesse pero Arkontas le saca el capuchón y lo retiene por él con ayuda de Epaminondas. El príncipe se descubre entonces a si-mismo, pero envilecido con horror: HILDERNESSE: (Ojos exhorbitados por esa visión abyecta) ¡Mil demonios! ¡Es mi hermano! ARKONTAS: (Negando con la cabeza) ¡Es Usted mismo! ¡Pero en el Antimundo! HILDERNESSE –jorobado-: (Tirando espadazos desaforados, con ojos criminales y babeando como rabioso) ¡Te destrozaré, príncipe fantoche! ¡Y el trono será mío! HILDERNESSE: (pálido y desconcertado en grado máximo por semejante violencia) ¿Yo? ¿Qué me han hecho? ARKONTAS: ¡Nada bueno, créame! ¡Pero lo que importa ahora, es que se aleje de él mientras pueda retenerlo! ¡No debe tocarlo bajo ningún pretexto!

EN SILVANION... ESCENA 14 B: En el Palacio de Neirún, NEIRÚN: (Mirando la esfera) No hemos terminado contigo, brujo... (Quiebra una réplica diminuta de Epaminondas)

EN EL ANTIMUNDO... ESCENA 12 E: En el Claro,

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59 La punta del bastón Epaminondas se quiebra con un desgarro esordecedor y libera a su prisionero, el cual se precipita a atacar al príncipe, pero Arkontas reacciona a tiempo petrificándolos a ambos al grito de: ARKONTAS:

Tempus petrificam! -¡Tempus petrificam!-

Se quedan ambos a un dedo de tocarse como estatuas. ARKONTAS: (La mano sobre ellos y haciendo un esfuerzo supremo, le aulla a Rigel) ¡Corre, Rigel! ¡Busca el corazón de Silvanion! RIGEL: ¿Qué? ARKONTAS: (Sudando y temblando por el esfuerzo) ¡Corre! ¡No podré resistir mucho tiempo más! RIGEL: ¿Pero, y Usted? ¿Y Silvanion? ARKONTAS: (Estremecido cada vez más por su lucha contra Neirún) ¡Ahora... todo depende... de ti!

EN SILVANION... ESCENA 14 C: En el Palacio, NEIRÚN: (Sus manos sobre la bola de cristal, temblando como una hoja, mientras pronuncia incantaciones)

...Yasimureta!Incanacetoy! Yasimureta!Incanacetoy! Migranelisiam! Asterotenoy! -¡Yasimureta! ¡Incanacetoy! ¡Migranelisiam! ¡Astarotenoy!

EN EL ANTIMUNDO... ESCENA 12 F: En el Claro, Rigel, luchando entre sus ganas de quedarse con Arkontas y el deber de huir:

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60 RIGEL: ¡No puedo dejarlos, Arkontas! ARKONTAS: (Abriendo ojos de llama) ¡Niño porfiado! ¡Corre! ¡Eres la única esperanza que nos queda! ¡La semilla, Rigel! ¡La semilla eres tú! RIGEL: (anonadado) ¿Yo? ARKONTAS: ¡Sí! ¡Tú! RIGEL: (Palideciendo) Oh no... ARKONTAS: (Con una carcajada sardónica) ¡Hora de enfrentar tus miedos, pequeño! ¡Ahora, ve! RIGEL: ¿Y si no puedo? ARKONTAS: (Cuya tembladera estremece cada vez más, la frente sudando, mira al cielo) ¡La Noche Hambrienta caerá! RIGEL: (Abre grandes ojos y se decide) ¡Adiós, Arkontas! ¡Volveré, lo prometo! Parte corriendo. ARKONTAS: (Con mirada ida) Tal vez sí, tal vez no... Rigel corre con lágrimas en los ojos, pero –sobreponiéndose- se las seca y aprieta sus mandíbula y sus puños, con mirada decidida...

EN SILVANION... ESCENA 14 D: En el Palacio, 60

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NEIRÚN: (Alzando las manos y la voz, reuniendo todo su poder)

alikakmarot! Intramanessar! -¡Alikafmarot!¡Intramanessar!EN EL ANTIMUNDO... ESCENA 12 G: En el Claro, Arkontas agotado, deja caer finalmente sus brazos y abre grandes ojos: ARKONTAS: ¡Corre! (Cierra los ojos y se desmaya) Liberados del hechizo, el jorobado y Hildernesse se atraviesan entonces de sus espadas en un abrazo mortal... Un desgarro gigantesco se produce en el cielo, donde una tormenta horrenda se desata y cae la oscuridad de golpe...

ACTO CUARTO ESCENA 1. EXT. NOCHE HAMBRIENTA. MELODÍA DRAMÁTICA: Rigel corre por la noche, perseguido por un avalancha de sonidos sordidos y extraños (mezcla de vehículos, motores, explosiones y disparos) Hasta que de pronto, se halla en el medio de la nada, con sólo el cielo estrellado sobre su cabeza, temblando. Pero, entonces, descubre un espectáculo dantesco: Las Estrellas más alejadas comienzan a extinguirse una a una en círculos concéntricos... RIGEL: (Mirando aterrado el cielo) ¡Estrellas! ¡No se vayan! ¡Hermanas, por favor, quédense! Llora de rodillas y se pone en cuclillas con la cabeza entre los brazos. VOZ de BUFON: No llores, pequeño... podemos poner otras... RIGEL: (Buscando en la noche con mirada esperanzada) ¿Quién está ahí? BUFON:

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62 (apareciendo de terno y corbata, sin contestarle con una lámpara neón alumbrándole la cara y suspendida a su gorro de cascabeles) Podríamos llenar el cielo de luces de neón, que apagaríamos de día, para economizar energía. RIGEL: (Reconociéndole con mirada desconfiada) ¿Bufón? ¿Qué haces aquí? ¿Y cómo sobrevi...? BUFON: ¿Sobreviví? ¡Elemental! Yo controlo la Noche Hambrienta... RIGEL: (Extrañado) ¿Y... la Bruja? BUFON: (Con una mueca de desprecio) ¿Neirún? ¡Ja! Esa estúpida ni siquiera puede pagarse un bufón... RIGEL: (Entendiendo) Tú lo planeaste todo... BUFON: (Mirando el cielo, manos detrás de la espalda) ...Dicen los locos que de noche se ve mejor que de día, y por eso, los locos son más sabios que los cuerdos. Así que decidí quitar la luz de la Noche, porque un mundo de cuerdos es más fácil de controlar que ese ramacijo de locos que poblan los Silvanions del más allá... RIGEL: ¿Pero cómo puedes preferir la Noche Hambrienta a las maravillas de un Cielo Estrellado? BUFON: Ya te lo dije: Economía. La vida y la naturaleza son un despilfarro. El amor y la alegría: una pérdida de tiempo. Ni qué decir de la imaginación y los sueños: esos absurdos ejercicios mentales... Lo Bello, lo Noble y lo Profundo son todas cosas perfectamente inútiles, así que la humanidad simplificada me agradecerá por siempre el haberle aliviado de esas cualidades que requieren de la engorosa disciplina... RIGEL: ¿Y qué pondrás a cambio? BUFON: (Con tono de evidencia) 62

63 Cosas productivas: cálculo, mediocridad, creencia, egoísmo y superficialidad; además de ciudades, autos, créditos y dinero, ¡claro! Cosas que no exigen disciplina, pero mucho, mucho trabajo... (Mira su reloj) Lo siento, pequeño, pero el tiempo vuela y tenemos negocios pendientes, tu y yo. RIGEL: ¿Negocios? BUFON: Eso dije, tú tienes algo que deseo, y yo, algo que tú quieres más que ti-mismo... RIGEL: (Abriendo grandes ojos) ¿Anaxalia? BUFON: Aha... (Aparece detrás de él una niña que Rigel reconoce) RIGEL: (Feliz) ¡Any! (Frunce el ceño al recordar la situación) ¿Y qué quieres de mí? BUFON: Vamos... ¿No lo adivinas? (Le indica su bolsillo con la mirada) RIGEL: (Entendiendo, la extrae, pálido) ...La última semilla de Silvanion... BUFON: ¡Exacto! No me gusta dejar cabos sueltos, ¿Sabes? Es malo para los negocios no controlar variables impredecibles, y esas cosas... (le tiende la mano abierta) ¿Trato hecho? RIGEL: (Negando lentamente con la cabeza , como tomando consciencia de la gravedad del trato) ...No... ¡No puedo dársela! BUFON: Vamos, no te me pongas melodramático... ¡Claro que puedes! No es más que una semillita insignificante, y Any está temblando, ¡Mírala! RIGEL: (Mirándola temblar, parece luchar consigo mismo: sentimientos encontrados debatiéndose en su interior)

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64 -INSERT 1ARKONTAS: ...Yo que tú, no sembraría semillas tan ligeramente... Uno nunca sabe qué extraños frutos pueden brotar de ahí; sobre todo en la tierra de Silvanion, donde todo es posible... *********************** Su voz resuena en la mente de Rigel: VOZ de ARKONTAS: ...Donde todo es posible... Rigel, sacudido por la lucha interior, mira sin ver, como si estuviera en transe. -INSERT 2NEIRÚN: ...La gente se acostumbra a lo que sea, hijo... Tú, sólo diste otro camino, pero, ellos lo tomaron... ****************** RIGEL: (Pensando) Otro camino... -INSERT 3ARKONTAS: ¡La semilla, Rigel! ¡La semilla eres tú! VOZ de ARKONTAS: (Resonando en su mente) ...¡La semilla eres tú!...

********************

RIGEL: (Abre grandes ojos, donde brilla de súbito la esperanza, tórnase entonces hacia Bufón) ¡De acuerdo! BUFON: (Con una mueca victoriosa) ¿Trato Hecho? RIGEL:

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65 (Sacando disimuladamente la pócima del Elixir de Amor de su bolsillo, le tiende la semilla al Bufón, asintiendo lentamente) ¡Trato Hecho! Pero cuando Bufón va por tomar la semilla, Rigel le propina una tremenda patada en las partes sensibles que hace abrir la boca a Bufón, pegando un grito de dolor, situación que Rigel aprovecha para tirarle la semilla adentro y verter acto seguido la pócima en su garganta, tapándole la nariz con fuerza para que la trage: RIGEL: ¡Aquí tienes tu semilla, Bufón! ¡Regada con mucho Amor, para que crezca sin perder tiempo! Bufón se convulsiona y comienza a estremecerse con ojos desorbitados y saltones, tociendo como endemoniado: BUFON: ¡Pequeño maldito! ¿Qué me has hecho? RIGEL: (Tomando Any de la mano) ¡Vámonos, Any! ¡Corre! BUFON: (Gritándole enfurecido) ¡Los mataré... (Cambia repentinamente su rostro,como hechizado, y parte de una risa convulsiva) ...de la risa! Cubriré sus mejillas de besos, y sus manos de caricias! ¡Seré tierno y dulce! ¡Aguarden, no se vayan! (percatándose de la transformación, abre grandes ojo) ¿Qué me pasa? Oh no... (Escucha sonidos sordidos rodearlo amenazadoramente) Noche Hambrienta... (palidece al entender lo que ocurre) ¡Soy tu Amo! ¡Yo, Bufón! ¡¡¡¡AAAAAAAAAAAaaaaaaaaaaaahhhhhh!!!! (Desaparece engullido por la noche que lo devora con rugidos salvajes, los que resuenan alrededor de Rigel y Anaxalia corriendo en la noche) RIGEL: (Dándose vuelta con mueca compungida, siempre corriendo) La bestia se volvió contra su Amo...Pobre Bufón... (A Any) No te detengas, Any... Corren mucho hasta que Anaxalia se detiene, agotada y resoplando: ANAXALIA: ¡Rigel, para! ¡Estoy muerta! RIGEL: ¡Debemos seguir, Any! ANAXALIA: 65

66 No puedo más... RIGEL: (Tratando de distraerla de la situación) ¿Y adónde estuviste todo este tiempo? ANAXALIA: (Buscando en su memoria) No lo sé... Era muy extraño...Fui una mujer hermosa, pero me raptó un comerciante despiadado... RIGEL: ¿Sorayo? ANAXALIA: (Asintiendo absorta) Sí... Y luego, me liberó un niño... RIGEL: (Entendiendo, con asombro) ¿Qué? ¿Eras tú? ANAXALIA: (Siguiendo el hilo de sus recuerdos) ...Y me escapé, recuerdo que sentía mucha vergüenza, así que huí, huí mucho tiempo, llorando desconsolada, hasta que llegué a una laguna; y ahí, vi mi reflejo... Era tan bella... RIGEL: (Entendiendo) Airón... ¡Eras Airón! ¡El Espejo del Futuro! ANAXALIA: (Llorando a ese lastimoso recuerdo) Sí... Hice mucho daño a tanta gente, por mi... vanidad. RIGEL: (La abraza) Ya pasó, Any, todos cometemos errores... (La mira, extrañado) ¿Y... cómo escapaste? ANAXALIA: (Rememorando) ...Cuando vino la Noche Hambrienta, yo servía de trono a la bruja vuelto reina. Ella me odiaba por encima de todo, porque cuando me encontraron, ella y su esposo por primera vez, él me miró y quedó preso de mí.

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67 RIGEL: ¿Su esposo? (Asiente iluminado) ¡Por eso hablaba siempre en plural! ANAXALIA: ¡Sí! Era una bruja, pero su corazón latía por alguien... RIGEL: Y vino la Noche Hambrienta... ANAXALIA: Sí... Arkontas apareció primero por un puerta mágica y la retó a duelo... -INSERT 4Se ve Arkontas y Neirún, ambos con sus bastones –Epaminondas y Scairas- en un lugar despejado y rocoso. VOZ de ANAXALIA: ...Lucharon como dioses y demonios en la cima del Círculo de los Magos... Se ven rayos tremendos en el Cielo y en la cima del Círculo de los Magos, luego, los encontramos nuevamente, pero con ropa en llamas y negros hasta en los pelos, agotados en el suelo y resoplando por el esfuerzo supremo. VOZ de ANAXALIA: ...Luego de incontables embates, Arkontas –extenuado y en llamas- reunió las pocas fuerzas que aún le quedaban y con su último aliento... ARKONTAS: (Alzando su bastón)

Astamarkand! Imartressian!

-¡ASTAMARKAND!¡IMARTRESSIAN!

Neirún recibe un poderoso hechizo del que intenta en vano protegerse y se convierte en gata... VOZ de ANAXALIA: ...La convirtió en gata... RIGEL: (Abrumado) ¿En gata? ANAXALIA: (Sonríe infantil) 67

68 ¡Miau!... Ambos parten de una risa despreocupada. RIGEL: ¡Genial! (se ensombrece de pronto) ¿Y la Hoche Hambrienta? ANAXALIA: (Sombría) En ese momento llegó al Palacio, y se comió todo lo que ahí había... RIGEL: ¿Y a ti no? ANAXALIA: (Negando con la cabeza) No, sólo se comió todas mis ilusiones, y así... ¡Me liberó!... RIGEL: (Con una gran sonrisa maravillada) ¡Qué increíble! (Frunce el ceño a un recuerdo) ...Y ahí, llegó Bufón... ANAXALIA: (Asintiendo) Sí... y me dio lo que había quedado de Arkontas... (Le tiende la pipa quemada) RIGEL: (Triste la toma con reverencia) Arkontas... (abraza la pipa) Viejo amigo... ANAXALIA: (Poniendo su mano sobre el hombro de Rigel, materna) ¿Y qué haremos ahora, Rigel? RIGEL: (Secando sus lagrimones) ...Buscar el corazón de Silvanion... Debo liberar a Ainón... VOZ de AINON: (Saliendo de sí) ¡Estoy libre, Rigel! RIGEL: (Buscándola con la mirada) ¿Libre? ¿Adónde? VOZ de AINON: 68

69 Dentro de ti... RIGEL: (Asombrado) ¿Dentro de mí? AINON: ¡La Noche Hambrienta se comió hasta las consecuencias de tus malos pensamientos, y quedé libre! RIGEL: Entonces... sólo queda... AINON: El último salto, Rigel... RIGEL: La Puerta Maestra... VOZ mental de ARKONTAS: ...Sólo el valor sobre sí-mismo abre esa puerta... RIGEL: (Inspirando profundamente, le tiende la mano a Anaxalia) Any... ¿Tienes miedo? ANAXALIA: (Negando con la cabeza) Ya no... RIGEL: (Mirando en su interior) ...Yo tampoco... Mira hacia delante, y, sacando su talismán, lo alza en el Cielo: ANAXALIA: ¿Qué haces? RIGEL: Para saltar, hay que saber adónde vas... Lux

naccentam aeolis! aeolis!

-¡Lux Naccentam Aeolis!-

Antorchas se encienden solas sobre una aguas oscuras: RIGEL: 69

70 (Con aire levemente irónico) Any, esto es más peligroso que bañarse en la Encantada, la Noche de la San Juan... ¿Te atreves? ANAXALIA: (Sonriéndole al recordar su prueba) Contigo, iría al Infierno... RIGEL: (Sonriéndole) ¡Descuida! (Mira hacia delante) Vamos... ¡A Silvanion! Aprietan sus manos la una en la otra y se lanzan al vacío con un grito guerrero –En Cámara Lenta- y caen al agua oscura... ESCENA 2. EXT. NOCHE NEGRA. MELODICA MAGICA: Bajo el agua, se debaten, mientras que en el cielo, las dos estrellas que quedaban se unen y despiden un maravilloso destello de luz que invade la totalidad del cosmos, encendiendo nuevamente a sus hermanas extinguidas; paralelamente, sobre la tierra oscura, un tricornio blanco surge de la nada, arrastrando con él la luz de un nuevo Silvanion que se traga la Noche Hambrienta, reemplazándola por divinos bosque, lagunas y cascadas; hasta que de pronto... ESCENA 3. EXT. LAGUNA ENCANTADA. DIA VERANO. MELODIA ALEGRE: Salen del agua y de día, Rigel y Anaxalia grandes, tomados de la mano y tras mirarse alegres y abrazarse, caminan hacia el borde de la Laguna Encantada, maravillados por el Nuevo Silvanion salido de su imaginación. ESCENA 4. EXT. BOSQUE VILCHES ALTO. DIA VERANO. MELODIA ALEGRE: Los encontramos nuevamente, pero en el Bosque donde cruzan a Akabot, tocándole flauta élfica a su Ninfa Aloé, y que los saludan alegres, mientras los persiguen niños Elfos –Alkaf, Tarbuk y Keyra- tocando flauta y bailando. Más allá, descubren a Hildernesse y Camus –escribiendo en un cuaderno- que le hacen una reverencia, pasan al lado de Tío Bert acariciando a su gata Fifi, y luego encuentran a... Arkontas, sentado ante una puerta, fumando pipa, que les abre, invitándoles a entrar. Todos entran –incluso Arkontas- que la cierra tras él, luego de una guiñada al público. Vemos al Manzano florecido...

FIN. ESCENA FINAL. EXT. DIA: Una mano escribe pronunciando lo escrito:

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“Dicen los muertos que la vida se pasa volando, Que la mitad, te la pasas durmiendo, y la otra, Esperando a que un alma generosa e iniciada Te despierte...” EL Objetivo muestra su autor: Camus, quién tras mirar por todos lados le hace un guiño a la cámara...

Christian Leonardo Talarico

Vilches Alto, 2008

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