Gerardo Ismael Lugo Brito 6° A Semántica y Pragmática
Semántica estructural y semántica cognitiva
La semántica cognitiva, también llamada semántica de los prototipos en los Estados Unidos ha empezado a afirmarse como una semántica opuesta a la analítica, es decir, al análisis de las significaciones en rasgos distintivos y definitorios, en lo concerniente a la constitución de representaciones mentales de las categorías o especies designadas por las palabras. En rigor, la semántica de los prototipos, en cuanto modelo de semántica descriptiva es solo la aplicación al lenguaje de una teoría general de los prototipos, entendida como una teoría de la categorización, o sea, de los universales y de su formación, y desde los universales (categorías), con respecto al lenguaje como semántica general, y con respecto a la realidad (o mundo), como teoría de las especies. Se ha hablado por ello de una verdadera revolución roschiana, no simplemente en la semántica o en la lingüística, sino en la teoría del conocimiento y los universales y de una revolución antiaristotélica, ya que se entiende que la concepción tradicional y corriente de las categorías como al mismo tiempo homogéneas y discretas procede de Aristóteles. Las categorías se forman a partir de ciertos ejemplos óptimos (prototipos) que solo presentarían límites imprecisos y borrosos. Así, las categorías no serían homogéneas, sino difusas (con centro y periferia). De esta manera se llega a la semántica porque las especies o categorías se denominan mediante palabras que las representan en el hablar sobre las cosas. En un primera representación semántica prototípica, el prototipo es una representación mental concreta o una imagen esquemática de un tipo de objetos. En una segunda forma, desarrollada se pasa al prototipo como un conjunto de propiedades prototípicas (ejemplos óptimos). Con estola semántica prototípica se acerca a aquella misma semántica analítica a la que se opone explícitamente, ya que las propiedades prototípicas son enteramente análogas a los rasgos distintivos o condiciones necesarias y
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suficientes de ésta; con la diferencia de que o se reconocen como necesarias ni como suficientes para la constitución y el deslinde de las categorías, eso es para la aplicación de una palabra a todos y cada uno de los ejemplos de clase. Esta semántica clásica a la que se opone la semántica de los prototipos no es, por supuesto, la semántica estructural de tipo europeo. Es una semántica que, como la semántica de los prototipos, no considera las palabras en sus relaciones de significación con otras palabras en una lengua determinada, sino solo y exclusivamente en sus relaciones de designación con respecto a las cosas nombradas, que identifica o no distingue significado y designación. La principales deficiencias de la semántica analítica que Kleiber enumera son cinco: En primer lugar, la semántica analítica no puede aplicarse a todos los sectores del léxico, pue hay sectores que no se dejan analizar en rasgos distintivos. Su fracaso más notorio es el nombre de los colores. En efecto, para rojo, amarillo o azul, sería difícil imaginar otros rasgos distintivos que no fueran, precisamente, estos mismos, rojo, amarillo o azul. La segunda deficiencia está dada, se dice, por el postulado mismo de las condiciones necesarias y suficientes para definir una categoría (o sea, una significación en su aplicación a todos los miembros de esa categoría). La tercera deficiencia de la semántica analítica (implicada ya por la segunda) es su falta de flexibilidad en el tratamiento del uso concreto de las palabras: por postular fronteras netas entre las categorías, tal semántica no puede justificar la vaguedad referencial ni los límites marginales. En este punto existen también, cuatro ventajas que se le atribuyen a la semántica de prototipos, ya que corresponden exactamente a las deficiencias de la semántica analítica. La primera gran ventaja de la semántica prototípica estaría dada ya por la vastedad de sus posibilidades, puesto que se ha aplicado tanto a los campos que se resistían al tratamiento analítico (como el nombre de los colores) como a los ejemplos clásicos de la misma semántica analítica.
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La segunda ventaja estaría dada por el hecho de que no concibe las categorías como estricta y rígidamente delimitadas, sino que advierte que suelen presentar límites borrosos. A la deficiencia representada por el postulado de la homogeneidad categorial, opone la ventaja de entender las categorías como graduales, lo cual correspondería también a intuición de los hablantes, para quienes los miembros de una categoría no son todos equivalentes. La ventaja mayor, también en lo concerniente a la aplicación lexicográfica, sería que en la semántica prototípica se admiten como pertenecientes a las significaciones de las palabras también rasgos pertinentes no necesarios. Ahora precisemos las diferencias entre la semántica de las condiciones necesarias y suficientes (CNS) de tipo norteamericana y la semántica estructural de tipo europeo. La CNS considera las palabras, cada una por separado, en relación con las cosas o los hechos designados, coincidiendo en esto con la semántica de los prototipos. La semántica estructura, en cambio, considera las palabras en sus relaciones de significación propia del significado en una lengua determinada. La semántica estructural distingue estrictamente entre léxico primario, lingüísticamente estructurado y léxico secundario o terminológico, no estructurado idiomáticamente, y excluye de su objeto propio e inmediato todo lo que es nomenclatura científica, técnica y popular. La crítica de las ventajas de la semántica de los prototipos, salvo en lo que concierne a la esfera de aplicación al hacer defensa de las supuestas deficiencias de la semántica analítica. Así, se puede decir que la semántica prototípica, en cuanto a cognitiva, no es semántica, y en cuanto a semántica, no es cognitiva, ya que se desentiende por completo del conocer lingüístico que representan los significados como tales y sólo considera la aplicación de éstos en la designación, confundiendo el conocimiento del significado, el saber lingüístico, con el saber acerca de las cosas.