Sadhu Govardhan Seguridad Alimentaria

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¿Seguridad alimentaria en Puerto Rico? Por Sadhu Govardhan (Publicado en Agrotemas, Dic.2007) Recientemente, el tema de la seguridad alimentaria ha ganado mucha popularidad a nivel global. Existen varias maneras de analizar esta temática pero, en cualquier caso, hay tres preguntas fundamentales que debemos hacernos: • ¿Es confiable el suministro de alimentos en Puerto Rico? • ¿Qué factores ponen en riesgo nuestra seguridad alimentaria? • ¿Qué podría garantizarnos la seguridad alimentaria? ¿Es confiable el suministro de alimentos en Puerto Rico? La respuesta es un enfático “no”. En la actualidad, el ingreso bruto anual que genera la agricultura (aproximadamente 800 millones) representa menos del 1% del Producto Interno Bruto (PIB) de la isla, uno de los rendimientos más bajos en el mundo. Menos del 10% del total de los alimentos que consumimos son producidos en la isla. No hay duda de que nuestro nivel de dependencia alimentaria, más de un 90%, describe un panorama sencillamente alarmante. A la enorme cantidad de alimentos que importamos debemos sumarle otro problema: la calidad de los productos que nos llega es relativamente pobre. Muchos de éstos carecen de nutrientes, son desnaturalizados y contaminados con residuos químicos y a menudo son peligrosos para nuestra salud. Pocas personas conocen que hay más de 3,000 sustancias artificiales que legalmente se utilizan en la producción de alimentos en los Estados Unidos, a pesar de que muchas de éstas han demostrado ser peligrosas para la salud humana. De acuerdo a un informe preparado por la Asociación de Agricultores de Puerto Rico en el 2006, la producción agrícola actual puede suplir a toda la población de alimentos frescos solamente para diez días y alimentos perecederos para cuatro semanas. El caos que puede generar este escenario es extremo. Claro, todos vivimos como si esta necesidad de abastecernos a nosotros mismos nunca pudiera suceder. Lo que sí es evidente es que el aumento en el precio de la gasolina aumenta el costo de los alimentos importados aun más. Se debe recalcar que el alza del petróleo también equivale al alza en los precios de todos los productos importados. Las estadísticas demuestran que los alimentos que estamos consumiendo viajan alrededor de 1,500 millas desde la finca que los produce hasta llegar a nuestra mesa. Si los costos del petróleo continúan en ascenso, una severa crisis alimentaria puede hacerse realidad. La forma más efectiva de prevenir tal situación es producir localmente nuestros alimentos. ¿Qué factores ponen en riesgo nuestra seguridad alimentaria? Son muchos los factores que ponen en riesgo nuestro abasto diario de alimentos. El factor principal es la dependencia externa, pero éste no es el único peligro que tenemos para lograr la seguridad alimentaria. Otros factores también contribuyen al triste e incierto futuro de la agricultura en Puerto Rico. Estos son:

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la constante disminución de los terrenos agrícolas muchas de las tierras cultivadas son tratadas con pesticidas, herbicidas y fertilizantes químicos. Estas sustancias tienen tres características en común: destruyen los organismos benéficos del suelo, contaminan el agua y ponen en riesgo la salud de los seres humanos la reducción de trabajadores agrícolas y, más alarmante aún, el fracaso de nuestros líderes agrícolas para promover y atraer una nueva generación de agricultores

En la actualidad tenemos unas 18,000 fincas, pero muchas de ellas tienen una producción mínima o ninguna producción de alimentos. Si esta tendencia continua, la agricultura local podría eventualmente encontrarse en peligro de extinción. Un hecho particularmente preocupante que pasamos por alto es que no estamos produciendo ningún grano. Desde la perspectiva histórica, cualquier país con poca o ninguna producción de éstos se expone a crisis socio-económicas y de subsistencia. Aparte de no producir granos, nuestra producción de vegetales y frutas es bastante limitada. En contra de toda lógica y razonamiento, aún frutas y vegetales que pueden producirse localmente sin dificultad están siendo importados. A pesar de que los terrenos agrícolas están constantemente disminuyendo, muchas de las tierras no se utilizan para producir alimentos. La estrategia actual de permitir la importación de alimentos de baja calidad también nos ha llevado a aceptar la invasión de restaurantes de comida rápida a través de toda la Isla. Esto ha quedado reflejado en recientes estadísticas médicas que reflejan un aumento significante en obesidad, cáncer, altos niveles de colesterol “malo” y diabetes entre la población en general. La mayor parte de los consumidores desconocen que el 65% de los alimentos que se consumen en Puerto Rico contienen ingredientes genéticamente modificados (también conocidos como transgénicos). Aunque el debate mundial sobre cuan seguros son los alimentos transgénicos para el consumo humano aún no termina, no existe desacuerdo sobre el impacto negativo de la ingeniería genética en los cultivos. Las consecuencias ecológicas más visibles son: • • • •

la propagación de genes modificados entre las plantas nativas aumento en la transferencia de tóxicos a la cadena alimenticia la creación de nuevos virus y super-malezas la ruptura del sistema de defensas natural de las plantas hacia las plagas, así como cambios en el comportamiento de los insectos y la destrucción de micro organismos

Así, el trabajo realizado hasta ahora por la floreciente y prometedora industria biotecnológica es responsable por:

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la vulnerabilidad genética y la erosión la perdida drástica de la diversidad biológica la permanencia de los monocultivos, a pesar de que se ha probado y demostrado que son desastrosos para los ecosistemas sobre-producción de un limitado numero de cultivos transferencia de la resistencia transgénica al glufosinato de cultivos a las supermalezas aumento desmedido en el uso de químicos que matan lo bueno y lo malo en el suelo y su entorno rápida evolución de la resistencia a las plagas transferencia genética recombinada, generando la creación de nuevos organismos patógenos

Sin embargo, las compañías biotecnológicas, motivadas primordialmente por las ganancias económicas y no por la investigación científica o el deseo de proveer a la población de alimentos saludables son recibidas con brazos abiertos en Puerto Rico. Calladamente y a espaldas de los consumidores, más y más laboratorios de experimentación se han estado estableciendo en la Isla. Documentos oficiales del USDA demuestran que, al cierre del año 2004, existían un total de 1,330 permisos para la experimentación con cultivos transgénicos para un total de 3,483 laboratorios. Con excepción de Hawai, ningún otro estado o territorio de los Estados Unidos lleva a cabo más experimentación con transgénicos por milla cuadrada que nuestra isla. ¿Qué podría garantizarnos la seguridad alimentaría? Afortunadamente, existen soluciones probadas a través de la historia para asegurar el futuro de nuestros alimentos. Una vez aceptemos los principios básicos detrás del verdadero progreso y éxito en la agricultura, nuestra seguridad alimentaria estará garantizada. Los métodos alternos de agricultura, tales como la eco-agricultura, la permacultura y la agricultura holística, están ganando adeptos. Estas alternativas promueven una visión del holos (todo) e incorporan la ética, la ecología, la antropología, la sociología y la agronomía sustentable. Sus principios están fundamentados en el éxito a largo plazo y no en obtener ganancias basadas en la explotación de la tierra, sus recursos y la gente. Si no consideramos cada uno de estos elementos, la agricultura posiblemente no podrá prosperar. La integración de los principios que rigen estas ciencias es simple. Estas persiguen implantar modos más éticos de producir alimentos saludables y establecer modelos de producción totalmente sustentables y enormemente diversificados. No existe mejor garantía para la seguridad alimentaria que producir los alimentos que necesitamos y promover la diversificación de frutos. La transición del monocultivo al poli-cultivo es el primer paso práctico hacia el principio de auto-suficiencia alimentaria.

Contrario a la agricultura convencional, la agricultura sustentable conserva los recursos naturales tales como el agua, el suelo y la biodiversidad, y es a la misma vez económicamente viable. Para acercar los alimentos al consumidor, este paradigma enfatiza la producción a pequeña y mediana escala, realizadas por familias y comunidades. Esta práctica promueve la conexión directa y personal entre el agricultor y el consumidor, lo que conlleva múltiples beneficios: • nuestros niños se expondrán nuevamente al arte de producir alimentos saludables • la toma de conciencia por estilos de vida más saludables y sustentables • los productos serán más accesibles al consumidor y simultáneamente más rentables para el agricultor • cientos de nuevos alimentos y especies harán nuestra cocina más rica • miles de bancos de semillas locales permitirán garantizar un abastecimiento ilimitado de valiosas semillas • la diversidad genética de nuestros alimentos estará segura y, más importante aún, Puerto Rico será autosuficiente en términos de producción de alimentos. En un intento por introducir nuevos frutos tropicales en el libro, “Oro Verde: Securing the Future of our Food”, describo 120 nuevos vegetales, hierbas y frutas con un alto valor nutritivo y potencial comercial Otro aspecto que debe considerarse es la implantación de la agricultura urbana a través de proyectos de huertos familiares, comunitarios o escolares. El modelo de estos huertos nos llega de una tradición muy antigua que ha sido revivida en décadas recientes. Ciudades en Asia, Latinoamérica y África están demostrando lo exitoso que podría ser la agricultura urbana si ésta se planifica adecuadamente. Por ejemplo, Hanoi-Vietnam produce 80% de sus vegetales frescos. En Shangai-China, 60% de los vegetales y más del 90% de la leche se origina en las ciudades. En Bangkok-Tailandia, la mayor parte de los vegetales también crece en la ciudad. En Cuba, un estimado de 90% de los alimentos frescos consumidos en la Habana crecen en y alrededor de la ciudad. Considerando estos métodos ya probados y habiendo demostrado ejemplos de hechos concretos, no es una utopía el creer firmemente que podemos aumentar la producción agrícola actual al menos diez veces, lo cual podría ser suficiente para que Puerto Rico logre la auto-suficiencia de alimentos.

Conclusión: Si continuamos pasando por alto las consecuencias que genera nuestra dependencia actual de alimentos importados, con toda probabilidad enfrentaremos un futuro difícil y poco esperanzador. Cada uno de nosotros podría contribuir a mejorar el futuro de la agricultura en Puerto Rico. Si observamos los hechos y las estadísticas, tenemos que admitir que éstos representan un llamado de alerta que no podemos desoír por más tiempo. Para transformar las condiciones que impiden el mejor desarrollo de la agricultura en nuestro país, debemos buscar todas las posibles alternativas para trabajar juntos. Esta cooperación debe ser sincera y sin motivos ulteriores. Uno de los cambios esenciales es la re-educación de algunos de nuestros educadores agrícolas. Muchos de éstos poseen mentes brillantes que han sido mal dirigidas por las falsas promesas de los políticos y los intereses de las corporaciones multinacionales. Si miramos el deterioro actual de nuestra agricultura, esta re-educación será favorable para todos. Alrededor del mundo podemos encontrar ejemplos sorprendentes del progreso de la agricultura. No hay necesidad de reinventar la rueda. Lo que debemos hacer es estudiar y adaptar a nuestra realidad modelos que ya han sido probados y que han tenido éxito en otros países. Algunas de las historias más sobresalientes e inspiradoras provienen de Latinoamérica, en donde las organizaciones no gubernamentales (ONG) han ayudado a miles de pequeños agricultores a lograr que la agricultura sea rentable sin tener que perder la integridad ecológica. Una vez liberemos la agricultura de las influencias y el control de las corporaciones y los políticos, ésta volverá a florecer para ser pura y fructífera. Los agricultores y los consumidores necesitan estar vinculados. Esto significa que toda la industria de alimentos (producción, procesamiento y distribución) tiene que ser local. Esto traerá un cambio primordial en la condición del agricultor y del país. Una fuerte red de pequeños agricultores, políticamente independientes y dedicados a la producción sustentable de poli-cultivos, es la base ideal para una sociedad saludable y estable. La autonomía agraria nos dirigirá naturalmente a la paz, la prosperidad y la libertad. Todavía podemos hacerlo…pero no podemos esperar mucho más.

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