Rizoma 11 | Enero-marzo 2009

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Rizoma

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[ REVISTA DE CULTURA URBANA ]

Planificación Urbana y mitigación de riesgos Del manejo de aguas pluviales al paisajismo urbano Planeación y prevención de peligros y riesgos naturales en las cuencas hidrológicas Importancia de los Atlas de Riesgos y Peligros

Enero - Marzo 2009 ISSN EN TRÁMITE

Análisis de riesgos urbanos con herramientas de Sistemas de Información Geográfica • Riesgo de los hospitales en México ante sismos y huracanes • Zonificación de peligros como herramienta de prevención de desastres para un urbanismo seguro • ANÁLISIS DE UN CASO: PROYECTO MONTELEÓN, Estabilidad de taludes en la cara Norte del cerro de Las Mitras • Inundaciones en zonas urbanas y formas de mitigación • PELIGROS Y RIESGOS NATURALES, Desarrollo Urbano de la ciudad de Monterrey • Determinación de zonas de riesgo por inundación en cuencas • Resumen de actividades del Consejo • Noticias APDUNL

Rizoma DIRECTORIO

REVISTA TRIMESTRAL DE LA AGENCIA PARA LA PLANEACIÓN DEL DESARROLLO URBANO DE NUEVO LEÓN - ENERO - MARZO 2009

DIRECTOR ARQ. JUAN IGNACIO BARRAGÁN VILLARREAL Presidente Ejecutivo de la APDUNL

ARQ. JUAN MANUEL CASAS GARCÍA Catedrático de la Facultad de Arquitectura de la UANL

COORDINADOR EDITORIAL ARQ. LISETTE CÓRDOVA ROBLES Directora de Gestión y Fomento Urbano de la APDUNL COORDINACIÓN TÉCNICA LIC. FELIPE E. ÁVILA RIVERA

ARQ. RENA PORSEN OVERGAARD Catedrática del Departamento de Arquitectura del ITESM DR. HERNÁN VILLARREAL RODRÍGUEZ Director Ejecutivo del Consejo Estatal de Transporte y Vialidad de Nuevo León

CONSEJEROS ING. HUMBERTO LEAL GARCÍA Presidente del Consejo de Participación Ciudadana y la Obra Pública del Estado de Nuevo León

ARQ. ROBERTO CHAPA GARZA Miembro de la Academia Nacional de Arquitectura Capítulo Monterrey

Año 3 - Núm. 11 - 2009. 3,000 ejemplares. Certificado de Licitud de Título en trámite; Certificado de Licitud de Contenido en trámite; Certificado de Derechos de Autor en trámite. Esta es una publicación de la Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano de Nuevo León, ubicada en Washington 648 Ote., Centro, 64000 Monterrey, N.L., México. Tel. +52(81)2020-6736. Impresa en Monterrey, Nuevo León.

El contenido de los artículos y sus fotografías son responsabilidad exclusiva de los autores y Rizoma no acepta necesariamente como suyas las ideas de artículos firmados. Todos los derechos están reservados. Queda prohibida la reproducción parcial o total del material publicado sin consentimiento por escrito de los editores. La información contenida ha sido obtenida de fuentes que se consideran fidedignas.

DISEÑO Y EDICIÓN LINEACUATRO [email protected]

Consúltela en línea en: http://www.nl.gob.mx

ÍNDICE

Análisis de riesgos urbanos con herramientas de Sistemas de Información Geográfica Por: Dr. Diego Fabián Lozano García Riesgo de los hospitales en México ante sismos y huracanes Por: Dr. Eduardo Reynoso Angulo Zonificación de peligros como herramienta de prevención de desastres para un urbanismo seguro Por: Dr. Martín Bremer Bremer Planeación y prevención de peligros y riesgos naturales en las cuencas hidrológicas Por: Ing. Jacinto Meritano y Arenas

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Importancia de los atlas de riesgos y peligros Por: Ing. Francisco de Jesús Cafaggi Félix

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Inundaciones en zonas urbanas y formas de mitigación Por: Ing. Justino González Álvarez

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PELIGROS Y RIESGOS NATURALES Desarrollo Urbano de la ciudad de Monterrey Por: Dr. Héctor de León Gómez

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Determinación de zonas de riesgo por inundación en cuencas Por: Ing. Amalio Cardona Rodríguez

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Resumen de Actividades del Consejo Por: Rizoma Staff

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NOTICIAS DE LA APDUNL

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Análisis de un caso: Proyecto Monteleón Estabilidad de taludes en la cara Norte del cerro de Las Mitras Por: Dr. Juan Manuel Rodríguez Martínez y M.C. Javier Garza Cortinas

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Del manejo de aguas pluviales al paisajismo urbano Por: Arq. Juan Ignacio Barragán Villarreal

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EDITORIAL

Editorial Históricamente las ciudades del mundo y su población se han enfrentado a desastres de diversa naturaleza, que no sÓlo han repercutido en incuantificables daños materiales sino también en la perdida de muchas vidas humanas.

Conscientes de la propensidad y tipos de riesgos a los que son vulnerables, ciudades como París y Valencia modificaron cuencas de ríos para evitar inundaciones; en Holanda se almacenó el agua en barriles durante las continuas lluvias y en Londres se optó por materiales constructivos menos flamables a fin de evitar los constantes incendios. Posteriormente ciudades como México y San Francisco desarrollaron sistemas constructivos capaces de soportar los constantes movimientos sísmicos. A pesar de que muchas ciudades comenzaron a tomar diversas medidas de mitigación desde hace años, algunos factores han venido a incrementar los riesgos o potencializar los daños que estos pudieran generar en muchos centros urbanos. Entre ellos podemos citar el cambio climático, el acelerado desarrollo urbano, la falta de planeación, la obviedad de estudios técnicos y los asentamientos irregulares; entre otros. El estado de Nuevo León, situado en una región geográfica vulnerable a riesgos geológicos, hidrometeorológicos y antropogénicos, ha tomado una serie de medidas de mitigación que de manera exitosa han atenuado muchos de los riesgos que históricamente amenazaron a su población. Entre estas obras podemos mencionar la canalización del río Santa Catarina, el sistema integrado de drenaje pluvial y la construcción de la presa Rompepicos. Sin embargo, en muchas regiones del Estado y con mayor intensidad en el Área Metropolitana de Monterrey, sigue latente la propensión a riesgos al no considerarse las adecuadas medidas de prevención o mitigación. Por otro lado, es alarmante que en muchos de los casos, los problemas asociados al desarrollo urbano sigan repitiéndose de manera constante; a pesar de las lecciones aprendidas y los altos costos económicos que puede representar su mitigación. Ante esta situación y como uno de los proyectos prioritarios de la presente Administración, el Gobierno del Estado, a través de la Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano de Nuevo León, se ha dado a la tarea de elaborar los Atlas de Peligros y Riesgos Estatal y Metropolitano, documentos mediante los cuales se identifican y localizan mediante avanzados Sistemas de Información Geográfica, los principales riesgos a los cuales están expuestas las regiones del Estado, con la finalidad de definir estrategias de prevención, reducción y mitigación de los mismos. En esta edición de Rizoma, Francisco de Jesús Cafaggi expone la trascendencia de los atlas de riesgos, así como la importancia de generar marcos normativos que conformen una directriz en la planeación y el desarrollo de los asentamientos humanos.

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En su artículo, Martín Bremer Bremer nos muestra en la zonificación de peligros una estrategia para la prevención de desastres, por su parte, Fabián Lozano García describe la utilidad de los Sistemas de Información Geográfica como una importante herramienta en el análisis de riesgos urbanos. En lo referente a riesgos hidrometeorológicos, de manera introductora y haciendo especial énfasis en el paisajismo urbano, compartimos en el artículo central y de manera clara los conceptos básicos relacionados al manejo de aguas pluviales. Jacinto Meritano y Arenas enfatiza la importancia de la planeación en la prevención de riesgos naturales en las cuencas hidrológicas, mientras que Justino Cesar González expone algunas formas de mitigación para las inundaciones en zonas urbanas. Por su parte, Amalio Cardona Rodríguez, de la Comisión Nacional del Agua, describe algunas de las experiencias en Nuevo León en la determinación de zonas de riesgos. En lo que se refiere a riesgos geológicos Juan Manuel Rodríguez Martínez y Javier Garza Cortinas, nos presentan el caso del proyecto Monteleón y el impacto que puede llegar a tener en los taludes de la cara Norte del cerro de las Mitras en Monterrey. En relación a riesgos sísmicos y huracanes, Eduardo Reynoso, enfatiza la vulnerabilidad de escuelas y hospitales en caso de continencia. Finalmente, Héctor de León Gómez nos habla de los riesgos que puede generar la contaminación del agua, así como las fallas en el suministro. La presente edición pretende mostrar un panorama de los principales riesgos a los que se enfrentan los centros de población a nivel nacional, así como las medidas y herramientas a considerar para la identificación, prevención y mitigación de dichos riesgos, a fin disminuir la vulnerabilidad y fomentar una verdadera sustentabilidad integral.

Arq. Juan Ignacio Barragán Villarreal Presidente Ejecutivo de la Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano de Nuevo León

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Análisis de riesgos urbanos con herramientas de Sistemas de Información Geográfica En el prefacio de su libro “Cartographies of Danger”, Mark Monmonier señala que “good geography never asks where without also asking why”. Esta aseveración enmarca la esencia de en lo que los Sistemas de Información Geográfica (SIG) se han convertido, es decir, una herramienta de captura, manejo y, fundamentalmente, de análisis de información geoespacial proveniente de muy diversas fuentes y disciplinas.

Dr. Diego Fabián Lozano García Maestría y doctorado en la Universidad de Purdue, West Lafayette Indiana, E.U.A. Biólogo en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México. Investigador en el área de percepción remota de recursos naturales del Instituto Nacional de Investigación sobre Recursos Bióticos de Xalapa Veracruz. Trabajó como “Remote Sensing Applications Manager” en el Laboratory for Applications of Remote Sensing de la Universidad de Purdue. Consultor técnico del Ministerio de Agricultura y Agua del Reino de Arabia Saudita, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, la Asociación de Universidades de la Amazonia y el Programa de las Naciones Unidas del Medio Ambiente. Actualmente trabaja en el ITESM como profesor titular en el Centro de Calidad Ambiental, así como director del Laboratorio de Sistemas de Información Georreferenciada (LabSIG). Ha impartido cursos de licenciatura y de maestría en temas relacionados a Sistemas de Información Geográfica, Percepción Remota de Recursos Naturales, Ecología, Desarrollo Sostenible, y Metodología de la Investigación. Coordinador de la cátedra de investigación de “Valoración de los Servicios Ecológicos” del ITESM, Campus Monterrey. Ha participado en proyectos de investigación en México y Estados Unidos, en la aplicación de las tecnologías de SIG y Percepción Remota, en la frontera México-E.U.A. Ha publicado revistas nacionales e internacionales. Actualmente es el Secretario Técnico del Capitulo México de la Sociedad de Latinoamericana de Percepción Remota y Sistemas de Información Espacial.

Por: Dr. Diego Fabián Lozano García “Planear es traer el futuro al presente de tal manera que podamos hacer algo al respecto.” Alan Lakein No deben sorprendernos que los Sistemas de Información Geográfica se apliquen en el estudio de peligros y riesgos que las sociedades humanas enfrentan día a día. La incertidumbre que experimentamos cuando tenemos que confrontar alguno de estos riesgos, nos obliga a hacer una pausa en nuestra vida cotidiana y tratar de evaluar los impactos (en vidas humanas, salud, nuestra economía, etc.) de dichos eventos para tratar de entenderlos y, si es posible, predecirlos. ¿Qué es un SIG? Tradicionalmente, los datos geográficos se presentan en forma de mapas en papel o algún medio similar. Un mapa físico es relativamente fácil de producir, pero tiene limitaciones, como datos generalizados para facilitar su lectura. Además, las áreas extensas tienen que ser representadas en varios mapas. Estos mapas son medios estáticos de representación de la realidad y, dada su naturaleza, el análisis y la visualización de muchas variables sobre una porción del territorio es difícil. La modificación y/o actualización de un mapa es un proceso oneroso, los cambios deben hacerse en forma manual e imprimirse nuevamente, por lo que el mapa es un documento poco dinámico. Cuando las agencias cartográficas nacionales acumularon grandes volúmenes de información, su análisis se volvió prácticamente imposible. En la década de los 80, con la aparición de las computadoras y su “popularización”, se desarrollaron los SIG, que permitieron el análisis de grandes volúmenes de datos geográficos. Un SIG está diseñado para la colección, el almacena-

miento, el análisis y la visualización de objetos y fenómenos en combinación con características geográficas y propiedades de los objetos. Por ejemplo, la ubicación y las especialidades de un hospital pueden determinar a qué pacientes atender en una emergencia; o el análisis de grados de erosión de los suelos de una región, determina su productividad potencial. Estas son consideraciones clave al usar varios niveles de información. El potencial de un SIG es más evidente cuando la cantidad de datos es muy grande para ser manejada manualmente. Puede haber cientos de características a ser consideradas, además de la variación de factores asociados con cada característica. Cuando estos datos se incorporan a un SIG, pueden ser fácilmente manipulados y analizados para una eficiente interpretación. Los SIG nos permiten hacer preguntas de tal manera que el analista puede plantear escenarios y verificar los resultados obtenidos y, si estos no son los esperados o adecuados, repetir el análisis con facilidad, modificando variables o factores. Es posible entonces hacernos la pregunta: ¿Qué pasa si…? Junto con los SIG se han utilizado otras herramientas para la evaluación de peligros y riesgos. En primer lugar, hay una marcada tendencia hacia la sinergia entre la tecnología de los SIG, las imágenes de percepción remota y la ubicación precisa por medio de los geoposicionadores espaciales conocidos como GPS. Aplicación La zonificación de peligros, la vulnerabilidad y el riesgo se derivan de la combinación de “capas” de información “simples” como topografía, geología, fisiografía, cobertura y uso del suelo, red hidrológica, climas, etc. Además de la información sobre la ocupación del territorio por parte del ser humano, es decir, equipamiento urbano, condición

social (pobreza, marginación, etc.), es posible agregar planes e infraestructura para responder a eventos y/o catástrofes. Como se plantea en la figura 1, los SIG permiten la comparación de datos de tal manera que es posible estudiar los efectos complejos y combinados de muchas variables. Por ejemplo, para determinar el potencial de inundación en una región, debemos recurrir a la información topográfica, para desarrollar la red hidrológica, determinar la inclinación de la pendiente y construir un modelo de las planicies de inundación. La información meteorológica histórica nos permite reconstruir los eventos de lluvia y, por medio de funciones de probabilidad, estimar la cantidad de precipitación que ocurre en un periodo corto de tiempo y así calcular la acumulación del agua en una cuenca y, por tanto, en el cauce de sus ríos. La información del tipo de suelo, determina los potenciales de infiltración y escurrimiento de éste. La cobertura del suelo afecta también el proceso de infiltración y escurrimiento. Todos estos factores combinados dan como resultado modelos que identifican las zonas de inundación en distintos periodos de tiempo (periodos de retorno) y, al sobreponerlos sobre la traza urbana existente, es posible identificar qué y quiénes están expuestos a este tipo de peligro. La aplicación de los SIG en el análisis de peligros, vulnerabilidad y riesgos, está limitada por dos factores básicos de esta herramienta:

a) La existencia de capas de datos necesarios para evaluar los posibles riesgos en el formato adecuado, refiriéndose a escala de origen, cobertura espacial, resolución, existencia en productos digitales y, en algunos casos, su actualidad. b) La capacidad de organización, responsable de abordar la problemática ante los peligros y riesgos (naturales y antropogénicos) para analizar correctamente la información. El primer factor de disponibilidad para México, se relaciona con la escala de la cartografía oficial con cobertura nacional del INEGI: ésta es la colección de cartas a escala 1:50,000. Existe una cobertura casi completa del territorio nacional en formato digital de la carta topográfica, que proporciona a los usuarios datos básicos requeridos para un análisis regional de peligros. Lamentablemente, otras capas de datos o coberturas temáticas (edafología, geología, uso y cobertura del suelo), sólo están disponibles para una limitada porción del territorio. En el caso de la información sobre uso y cobertura del suelo, son datos muy antiguos, por lo que no resultan adecuados para el análisis. Los interesados en desarrollar un análisis regional, deben recurrir a procedimientos que les permitan generar la información requerida, empleando otras tecnologías (percepción remota, GPS, geofísica, etc.) que, asociadas a

Vulnerabilidad Geofísica Mapas de Topografía, Geología, Hidrología

Vulnerabilidad Biológica

vulnerabilidad climática Datos de Meteorología, Cambio Climático

SIG de evaluaciÓN DEL PELIGRO Y RIESGO

Mapas de Cobertura del Suelo y Edafología

ocupación del territorio

Vulnerabilidad social

Mapas de Urbanización, Planes de Contingencia

Mapas de Pobreza y Marginación

Figura 1. Evaluación de peligros y riesgos por medio de un SIG (adaptado de UN ESCAP, 2009).

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Imagen: Cortesía del autor.

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los SIG, permiten actualizar información para la evaluación de peligros. En otros casos, es necesario recurrir a levantamientos de campo. Para la elaboración de los Atlas de Riesgos urbanos y peri-urbanos, la disponibilidad de datos es aún más limitada, ya que los datos existentes a escala 1:50,000 no representan adecuadamente la variabilidad y el detalle con que se requiere analizar las zonas. Un ejemplo de esto se muestra en la figura 2, en la que se presentan los valores de elevación de una pequeña porción del río La Silla, en el Sur de Monterrey. El cuadrante de la izquierda muestra los datos obtenidos directamente de la carta a escala 1:50,000 del INEGI (pixeles de 30x30 mts. y resolución en elevación de 10 m), mientras que el cuadro de la derecha muestra los valores de elevación obtenidos por el INEGI con un vuelo LIDAR con resolución espacial de 5x5 mts. y resolución en elevación de 1 mto. Es claro que los datos LIDAR permiten hacer una mejor delimitación de las planicies de inundación por la resolución de los mismos. A partir de éstos, se puede estimar con mayor precisión el potencial impacto de inundaciones

y desbordes relacionados con distintos periodos de retorno de los escurrimientos. Ahora bien, la misma resolución espacial y de altura (generada con el vuelo LIDAR), crea un efecto de “sobresaturación de información” en las zonas con topografía más abrupta, lo que dificulta la interpretación de los datos para la estimación de los peligros geológicos presentes en una zona. Sin embargo, no todo son malas noticias. En las zonas urbanas, existe cada día con más frecuencia e información de alta resolución; un ejemplo de esto es la relativamente reciente disponibilidad de los “microdatos” de censos del INEGI. Los microdatos integran la información de censo a nivel de cuadra, una unidad espacial muchísimo más fina que las Áreas Geoestadísticas Básicas. Junto a los datos tabulares de los microdatos, se puede obtener la traza urbana asociada, lo que permite construir, además de la información contenida en los datos censales, la estructura urbana (cuadras, calles/avenidas) con una resolución que anteriormente sólo encontrábamos en datos catastrales.

Figura 2. Comparación de resolución de datos topográficos, INEGI 1:50,000 e INEGI vuelo LIDAR.

Otra fuente de datos de alta resolución ya se ha mencionado en este escrito, es la posibilidad de obtener topografía de alta resolución, a través de vuelos del nuevo sistema LIDAR del INEGI. La tecnología LIDAR tiene varias ventajas: • Resolución. Es posible “controlar” la resolución, es decir, la huella espacial de cada punto en el terreno, lo que permite obtener datos que se ajusten a las necesidades del usuario. Por ejemplo, la resolución en elevación de datos requeridos en Yucatán es muy diferente a lo requerido en la Sierra Madre. • Modelos 3D: En las zonas urbanizadas, con un procesamiento adecuado (y si la resolución espacial lo permite) es posible extraer dos capas de datos, la denominada “nivel de suelo” y la “topografía” de las construcciones, lo que permite reconstruir y visualizar la estructura tridimensional de la urbanización. • Precisión de ubicación. Los vuelos LIDAR se realizan empleando un posicionamiento muy preciso (del avión), los puntos generados con el sensor tienen inherentemente la información de posición en el terreno. • Versatilidad. Es un sistema que proporciona datos directamente en formato digital, lo que permite generar varios productos necesarios para el análisis de riesgos directamente en la computadora, sin requerir del paso intermedio de producción de mapas en papel. En resumen, algunos autores han comparado LIDAR a contar con cientos o miles de topógrafos en el campo obteniendo datos en un instante, lo que eventualmente se refleja en una mejor disponibilidad de datos de alta resolución a un costo mucho menor. Google Earth se ha convertido en otra fuente de datos para los análisis de riesgos. Las imágenes de percepción remota (fotografías aéreas e imágenes satelitales) disponibles hoy en día, también proporcionan datos con mejor resolución espacial. La evolución de las imágenes satelitales nos ha llevado de 75 x 50 mts. en los primeros satélites civiles, hasta pixeles de 60 cms. en satélites como Quickbird. Además, nos permiten visualizar el mundo en color y, en algunos casos, en porciones del espectro electromagnético que normalmente los seres humanos no percibimos, como es el caso del infrarrojo con su alto contenido de información. Hay mejoras sustanciales en la frecuencia de “revisita” de los satélites sobre el mismo punto, lo que permite eliminar con mucha mayor facilidad, la interferencia producida por la presencia de nubes en la zona de estudio. Además, producen datos en formato digital, lo que facilita su uso en los SIG y otros programas de análisis de imágenes.

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Estos avances y otros más, no mencionados por razones de espacio, convergen para proporcionar a las autoridades responsables de la planeación del desarrollo urbano y de la respuesta ante peligros naturales y antropogénicos, información necesaria para la elaboración de Atlas de Peligros y Riesgos y que, de esta manera, se conviertan en herramientas confiables, que puedan actualizarse a medida que la disponibilidad de información sea más adecuada para ser empleada en tiempo real y predecir y/o mitigar los impactos que inevitablemente enfrentaremos en el futuro. Referencias Center for Hazards & Risk Research. 2009. Main page, consultada Marzo 10, 2009. http://www.ldeo.columbia. edu/chrr/index.html Guha-Sapir, D., D. Hargitt & P. Hoyois. 2004 Thirty years of natural disasters 1974-2003: The numbers. Center for Research on the Epidemiology of Disasters, Presses Universitaires de Louvain. Louvain, Belgium. 188 pp. Monmonier, M. 1997. Cartographies of danger: mapping hazards in America. The University of Chicago Press. Chicago. Ill. 363 pp. The World Bank. 2006. Hazards of Nature, Risks to Development: An IEG Evaluation for the World Bank Assistance for Natural Disasters. Washington, D.C. Referencias del CENAPRED UN ESCAP 2009 Towards regional cooperative mechanisms for mapping floods and drought in Asia and the Pacific using space technology. Consultada en marzo 12, 2009. http://www.unescap.org/icstd/SPACE/documents/ DISASTER/Study_Report/chapterVII.asp

Un SIG está diseñado para la colección, el almacenamiento, el análisis y la visualización de objetos y fenómenos en combinación con características geográficas y propiedades de los objetos.

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Riesgo de los hospitales en México ante sismos y huracanes Está documentado que en cada sismo ocurrido en México la estructura que más se daña es el hospital local. Esto se debe en gran medida a que fue la primera que allí se construyó y, por lo tanto, su antigüedad y los estándares de diseño hacen que no sea tan resistente a sismos. Es necesario que tanto la población como las autoridades realicemos conjuntamente una adecuada gestión del riesgo sísmico y ante huracanes.

Por: Dr. Eduardo Reynoso Angulo

Dr. Eduardo Reynoso Angulo Ing. Civil por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México. Doctorado en Métodos Numéricos por el Wessex Institute of Technology, Southampton, Inglaterra. Investigador titular de tiempo completo en el Instituto de Ingeniería, UNAM. Socio fundador de ERN, Evaluación de Riesgos Naturales SC. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores. Miembro de las Sociedades Mexicanas de Ingeniería Sísmica y Estructural y del EERI, de Estados Unidos. Ha participado en más de treinta proyectos de Investigación y dirigido más de 40 tesis. Ha realizado más de 140 publicaciones en libros, congresos y revistas técnicas.

Para una adecuada planeación urbana que considere aspectos de largo alcance, es necesario tomar en cuenta, entre otros factores, las amenazas y los riesgos naturales. Esto implica identificarlos y cuantificarlos, y hacer estudios de riesgo que nos permitan tomar las decisiones más convenientes para la sociedad en su conjunto. Esto nos llevará a destinar algunas regiones a un uso que nos permita no afrontar el riesgo y, en otros, a cuantificarlo de la mejor manera posible, para tomarlo en cuenta en el análisis y diseño de las edificaciones y la infraestructura para que sean menos vulnerables a estas amenazas. En la actualidad, los desastres naturales tienen enormes consecuencias económicas y sociales en la población y en sus gobiernos. Sismos recientes han provocado, entre otros, daños graves y derrumbes a hospitales, como el de Sichuan, China (2008); o Izmit, Turquía (1999), entre otros. En 1985, en la Ciudad de México, un sismo causó el derrumbe de varios hospitales, provocando la muerte de decenas de personas, entre personal médico y pacientes, además de la terrible pérdida de capacidad hospitalaria en una situación que requería de mucha más atención médica de la que quedó disponible. Aunado a lo anterior, está documentado que en cada sismo que ha ocurrido en México la estructura que más se daña es el hospital local. Esto se debe en gran medida a que fue la primera que allí se construyó y, por lo tanto, su antigüedad y los estándares de diseño hacen que no sea tan resistente a sismos. Por otro lado, durante y después de los huracanes, los hospitales cumplen una función vital y su seguridad garantiza la sobrevivencia de la comunidad misma. Es necesario contar con las herramientas que nos permitan estimar los posibles daños que estas estructuras podrían sufrir ante eventos futuros, identificar los aspectos más vulnerables y concentrarnos lo antes posible en resolverlos y mitigar los riesgos; sobre todo si tomamos en cuenta que en México existen hospitales antiguos con muy diver-

sas características estructurales que requieren ser evaluados lo mejor posible. México, debido a su ubicación geográfica, sus condiciones climáticas y geológicas, así como al crecimiento acelerado y muchas veces desordenado de sus ciudades, es amenazado prácticamente por todos los riesgos naturales, en particular por los huracanes y los sismos y, como consecuencia de éstos, derrumbes y deslizamientos. Si bien, en nuestro País contamos con ingeniería de alta calidad y hemos aplicado los avances en estudios y tecnología de la construcción, no estamos exentos de riesgos ni podemos presumir que nuestras estructuras sean cien por ciento seguras. Ha habido, inclusive, extraordinarios intentos por reforzar escuelas y hospitales que deben ser retomados, como el llevado a cabo después del inesperado sismo de 1985 que dañó a diferentes tipos de edificios y construcciones en la Ciudad de México; o el caso de algunas estructuras en el frente de playa en Cancún, después del huracán Wilma; o en el de Tabasco, después de las inundaciones del 2007. Para estimar el riesgo sísmico y por huracanes que tienen los hospitales en México hemos construido un programa de cómputo que toma en cuenta, por un lado, la ocurrencia de todos los eventos posibles y sus diferentes variantes, la forma en que la intensidad se atenúa y las modificaciones locales del movimiento sísmico, viento, inundación y marea de tormenta; y por otro, las características de las construcciones, como tipo estructural, fecha de construcción, reglamento entonces vigente, número de pisos, materiales, uso, irregularidades en planta, elevación y forma de los techos, entre otros. Los resultados de este sistema son estimaciones probabilistas aproximadas pero confiables del daño en las estructuras, en este caso, los hospitales.

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ros) y en Colima y Lázaro Cárdenas. Por otro lado, existen estados cuya costa no está en gran riesgo como Veracruz y algunos del noroeste. El caso de Tijuana es interesante ya que tiene amenazas importantes por los frentes fríos húmedos de invierno, que también están incluidos en el sistema de cálculo de pérdidas, pero los valores de pérdida de los hospitales son afortunadamente bajos. La Figura 2 muestra los daños estimados, ahora por sismo, para otro grupo de hospitales en prácticamente las mismas ciudades mostradas en la Figura 1. Nótese que las curvas de pérdida siguen valores conocidos de intensidad como los incluidos en el Manual de la Comisión Federal de Electricidad (CFE); sin embargo, lo relevante son los cálculos individuales en las distintas ciudades. Por ejemplo, en la costa Sur del Pacífico se obtienen valores tan distintos como 1.39% para Huatulco y 0.51 para Puerto Vallarta, casi un factor de tres, a pesar de estar en la misma zona sísmica; o entre Tijuana (0.11%) y Mexicali (0.54%) con diferencias de hasta cinco veces.

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En la Figura 1 se muestran los daños estimados para algunos hospitales, localizados en determinadas ciudades, de acuerdo con las características de cada uno contenidas en una base de datos que hemos creado a partir de información pública y de inspecciones. Las diferencias en los daños estimados se debe a que cada uno de los hospitales es diferente y que también las ciudades mostradas son afectadas de manera muy distinta por los peligros de viento, marea de tormenta e inundación (estos tres peligros son los que incluye un huracán, pero en distinta intensidad se presentan en todo el País). Los valores indican el porcentaje de daños que anualmente, en promedio, tendrá cada hospital en su vida útil. Nótese, como se espera, que los valores máximos corresponden a Cozumel y Cancún, sin embargo, existen también valores de daños similares e inclusive mayores al norte de Tamaulipas (Matamo-

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Figura 1

Figura 2

Imágenes: Cortesía del autor.

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En la Figura 3 mostramos un mapa de riesgo de deslizamiento. Los colores corresponden a distintos niveles de riesgo de acuerdo a la lluvia que provocaría un Huracán como Gilberto (1988) de acuerdo a la topografía y al material indicado en los mapas geológicos. Este mapa representa el riesgo de deslizamientos ante un evento como Gilberto, pero un análisis completo debe incluir al terremoto mismo, que también puede provocar deslizamientos, además de otros fenómenos meteorológicos distintos a huracanes. Con estos mapas, hemos podido calcular pérdidas en carreteras, edificios en zonas urbanas, líneas vitales como ductos de agua potable, canales, entre otros.

Figura 3

Este trabajo pretende ilustrar las zonas donde se podrían presentar daños en hospitales, y mostrar que el sistema con el que fueron calculados es capaz de proporcionar resultados más detallados que permitirían tomar decisiones sobre qué y cómo mitigar los riesgos para contar con hospitales seguros. Es necesario que tanto la población como las autoridades realicemos conjuntamente una adecuada gestión del riesgo sísmico y ante huracanes, y consecuentemente, ante derrumbes y deslaves, y no confiarnos en que lo que hemos hecho es cien por ciento seguro. Este trabajo se ha realizado junto con Mario Ordaz, Miguel A. Jaimes, Mauro Niño y Francisco Martínez del Instituto de Ingeniería de la UNAM, y de Benjamín Huerta y Carlos Avelar de ERN Ingenieros Consultores.

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Zonificación de peligros como herramienta de prevención de desastres para un urbanismo seguro

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Para que las ciudades sean más seguras, es necesario determinar las condiciones naturales y establecer una zonificación de los peligros y riesgos presentes. Sin embargo, esto es de poca utilidad si los resultados de dichos estudios no son considerados en la toma de decisiones por parte de autoridades, bancos, aseguradoras y población en general. Si paralelamente a estos estudios no se realiza una revisión de las regulaciones vigentes para establecer criterios que consideren también las leyes de la naturaleza en la formulación de planes parciales de desarrollo, cambios de uso de suelo, autorizaciones de fraccionamientos y construcciones, en el futuro la tendencia de los desastres irá en aumento a pesar de los esfuerzos que realicen algunas entidades gubernamentales y no gubernamentales.

Por: Dr. Martín H. Bremer Bremer Monterrey es una ciudad vanguardista en muchos aspectos, sin embargo, un contraste importante se observa en los esquemas asociados a su desarrollo urbano, reflejados en cañadas obstruidas, laderas destrozadas, vialidades inadecuadas e insuficientes, entre otras cosas. Recientemente se dio impulso a la ciudad como metrópoli de clase mundial, organizando el Fórum de las Culturas, la Ciudad del Conocimiento, etc. Sin embargo, estos eventos deben ser detonadores de un desarrollo integral y sostenible de la Ciudad y no quedarse sólo como eventos u obras que no trasciendan más allá del momento. La ONU nombró al periodo 1990-2000 como la Década Internacional para la Reducción de Desastres Naturales (DIRDN) y, según James P. Bruce, presidente del comité técnico y científico de la ONU, dicha década puede verse, como un periodo de transición debido a que el concepto de desarrollo sostenible está siendo aceptado como un paradigma para el Siglo XXI, tomando también en consideración los conceptos de protección ambiental y manejo de recursos, buscando en la “Cumbre de la Tierra” de junio de 1992, fortalecer el desarrollo económico para reforzar los valores ambientales. Dos de los aspectos más importantes que se tomaron en cuenta son el cambio climático influenciado por los gases de invernadero y la necesidad de reducir pérdidas humanas y económicas provocadas por desastres naturales.

Dr. Martín H. Bremer Bremer

La DIRDN 1990-2000 se deriva de las siguientes premisas: • Las pérdidas debidas a los desastres naturales frenan el desarrollo económico, sobre todo en los países y las regiones pobres. • En muchos países vulnerables, las crisis económicas están altamente relacionadas con la ocurrencia de desastres mayores debido a ciclones tropicales, volcanes, inundaciones o terremotos. • Es evidente que con medidas adecuadas de prevención, las pérdidas por desastres pueden reducirse sustancialmente. Un desastre es considerado como la interrupción brusca de la vida cotidiana, debido a pérdidas de vidas humanas, así como pérdidas materiales y ambientales que superan la capacidad de la comunidad afectada para sobreponerse por sus propios medios. Se estima que el factor principal que incrementa las pérdidas por desastres naturales no es únicamente el cambio en la incidencia e intensidad de los peligros naturales, sino el aumento de la vulnerabilidad humana en las comunidades. Debido a que existe una confusión en el uso de términos como peligro, amenaza, desastre y vulnerabilidad, se describe brevemente su significado para comprender cómo una amenaza puede convertirse en un desastre, si

Maestría y doctorado en Ciencias Naturales en la Universidad Tecnológica de Clausthal, en Alemania. Ingeniero Geofísico por la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha impartido cursos de licenciatura y de maestría en temas relacionados al Desarrollo Sostenible, Geociencias Ambientales, Sitios Contaminados, Urbanismo Ecológico y Creatividad e Innovación. Coordinador de la especialidad en Manejo Sostenible de Recursos Naturales de la Maestría en Sistemas Ambientales. Actualmente trabaja en el Centro de Calidad Ambiental del ITESM Campus Monterrey, como profesor investigador titular en Sistemas Geoambientales. Coordinador del Laboratorio de Geofísica Ambiental donde ha desarrollado consultorías especializadas en evaluaciones ambientales de sitios contaminados y zonificación de peligros naturales. Participó en proyectos de investigación en México y Alemania, asesorando más de 20 tesis de maestría. Ha publicado revistas y journals nacionales e internacionales. Ha presentado 3 solicitudes de patente nacionales y una internacional. Participa en las cátedras de investigación de “Creatividad, Inventiva e Innovación en Ingeniería” y de “Regeneración y Desarrollo Ecológico de la Ciudad”.

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(Izq.) Cerro de la Corona, San Pedro Garza García. Foto: Cortesía del autor.

(Der) Ladera Sur. Foto: Cortesía del autor.

estamos en el lugar y tiempo en que un fenómeno natural extremo se manifiesta y sin estar preparados. El CENAPRED, el Instituto de Geofísica de la UNAM (2001) y otros definen al riesgo como la probabilidad de ocurrencia de un evento que se presenta en la naturaleza o de origen antropogénico, que por su energía y persistencia puede ocasionar un desastre. La posibilidad de ocurrencia de tales eventos en un cierto sitio o región constituye una amenaza o un peligro, entendido esto como una condición latente de eventos perturbadores que pueden causar daños a población e infraestructura. La vulnerabilidad se puede definir como el grado de pérdida (susceptibilidad) que un sector de la sociedad experimenta cuando es expuesta (exposición) a un peligro de cierta magnitud. La vulnerabilidad puede ser física en función de la capacidad de la infraestructura a resistir los embates de dichos fenómenos; y social, definida en términos de la fragilidad para perder, total o parcialmente la vida, los bienes y los servicios de una parte de la población o varios sectores de una sociedad (CONAPO, 2000). La terminología en desastres define al riesgo como la combinación de vulnerabilidad y peligro. Así, el riesgo de ocurrencia de un desastre depende por lo general de dos factores: el peligro físico del lugar, que refleja la posibilidad que se produzcan eventos extremos de carácter natural o tecnológico, y la vulnerabilidad de personas o grupos sociales y su infraestructura. En términos prácticos, el desastre es la consecuencia final de un riesgo. América Latina es una de las regiones del mundo más expuestas a amenazas naturales. Abarca al menos cuatro placas tectónicas activas y está situada sobre la cuenca del Pacífico, donde tiene lugar una parte significativa de las actividades sísmica y volcánica del planeta. Debido al terreno montañoso y a complejos sistemas de cuencas hidrográficas, los derrumbes y las inundaciones son comunes. En toda la región, son frecuentes las tormentas tropicales y los huracanes originados en los océanos Pacífico y Atlántico. La variabilidad climática, que se manifiesta en intensas sequías, inundaciones y fuertes vientos en todo el continente, se ve exacerbada como consecuencia de la

recurrencia del fenómeno “El Niño”. Debido a la polarización del régimen pluvial, ocurren regularmente sequías e incendios de bosques en algunos lugares y lluvias torrenciales, así como deslizamientos de tierra e inundaciones en otros (Clarke, 2000). El mayor cambio global que afecta las estadísticas de daños es el aumento rápido de población y de actividad humana en las zonas costeras, en áreas sísmicas, de sequía o propensas de inundación. Los limitados esfuerzos en la prevención de desastres y su mitigación, no van a la par con la población en constante aumento y expuesta a riesgos ambientales. En la publicación del Banco Interamericano de Desarrollo ‘El desafío de los desastres naturales en América Latina y el Caribe’ se menciona que la vulnerabilidad de la región a las amenazas naturales ha aumentado debido a los esquemas de desarrollo y, más concretamente, a la persistencia de la pobreza generalizada, la degradación ambiental y a la urbanización rápida y no regulada, las cuales se deben en gran medida a la pobreza y degradación del ambiente en las áreas rurales, a deficiencias en la planificación de políticas y a la falta histórica de interés político en la prevención. Con el aumento de la población y del tamaño de las ciudades ha sido necesario poblar zonas que anteriormente no eran consideradas como aptas, ya sea por su inestabilidad, por su tendencia a inundarse, etc. Sin embargo, esto se ha hecho sin considerar que las obras construidas en estas condiciones deben ser diseñadas y construidas bajo lineamientos diferentes y, sobre todo, que deben adaptarse al entorno… ¡no el entorno a la obra! Para que las ciudades sean más seguras, es necesario determinar las condiciones naturales y establecer una zonificación de los peligros y riesgos presentes. Sin embargo, esto es de poca utilidad si los resultados de dichos estudios no son considerados en la toma de decisiones por parte de autoridades, bancos, aseguradoras y población en general. Si paralelamente a estos estudios no se realiza una revisión de las regulaciones vigentes para establecer criterios que consideren también las leyes de la natura-

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leza en la formulación de planes parciales de desarrollo, cambios de uso de suelo, autorizaciones de fraccionamientos y construcciones, en el futuro la tendencia de los desastres irá en aumento a pesar de los esfuerzos que realicen algunas entidades gubernamentales y no gubernamentales. El espíritu de las regulaciones y los lineamientos de algunos municipios del Área Metropolitana de Monterrey, que han surgido para construcciones en montaña, plasman la experiencia de grupos multidisciplinarios de profesionales locales y proponen opciones de la forma en que deberían urbanizarse zonas que son atractivas por su belleza, por su vista, por su tranquilidad (al menos para los primeros colonos) o, en otros casos, por la necesidad de tener un lugar donde vivir. Se conocen casos con 10, 20 ó más años, que han logrado ‘vencer’ a la naturaleza, pero esto puede tener dos explicaciones: una es que el lapso transcurrido no ha sido suficiente ya que en la naturaleza hay fenómenos que se manifiestan inmediatamente (p.ej. la gravedad) pero otros ocurren en ciclos de años, siglos y hasta en millones de años. La otra posibilidad es que se redujo la susceptibilidad de la obra, ya sea deliberada o fortuitamente, debido a que fue diseñada y construida acorde al entorno, con la naturaleza y no contra ella. La intervención humana, puede aumentar la frecuencia y la severidad de los desastres, además de originar amenazas donde no existían antes. Esto sucede por mal manejo y uso del medio natural al realizar modificaciones mediante la construcción de obras inadecuadas o por la destrucción del ecosistema, sin considerar los procesos y dinámicas geofísicas con las relaciones ecológicas existentes debido, en gran parte, a que el modelo de desarrollo imperante en la región no ha dado suficiente importancia a la aplicación de instrumentos de ordenamiento territorial, bajo criterios de sustentabilidad ambiental que prevengan este tipo de riesgos. Como ejemplo, podemos citar algunos factores que contribuyen al incremento de los niveles de riesgo de inundación:

• Degradación de bosques en las cuencas y laderas • Erosión de suelos que llevan al azolve de las bocas de los ríos • Obstrucción de escurrimientos En 1978 se estimó que el 90% de los desastres naturales mundiales se deben a cuatro tipos de riesgos: inundaciones, sequías, ciclones y terremotos; de lo que se puede derivar que la mayor parte está relacionada a fenómenos hidrometeorológicos y, por tanto, propensos a las variaciones inducidas por el cambio climático global. Según el CENAPRED (2001), la frecuencia de tormentas severas en las naciones del Pacífico, el mar del Caribe, Australasia y otras regiones, aumentarán por el incremento del nivel del mar, aún cuando el aumento en la frecuencia no está estadísticamente comprobado según lo revelan estudios publicados en ‘Special to World Science’. Sin embargo, hay un gran acuerdo entre muchos autores sobre el incremento de la intensidad de los huracanes, lo que hace imperativo mejorar los planes de manejo de las zonas costeras para reducir sufrimiento, pérdidas de vidas y de propiedad. Es esencial que todos los planes de desarrollo nacionales se basen en una zonificación de los riesgos e incorporen actividades de preparación ante desastres, y que estas actividades se vean como un paso hacia el aseguramiento del desarrollo sostenible, por lo cual SEDESOL ha impulsado una cultura de atención en diversas regiones de nuestro País donde los desastres se dan con mayor frecuencia. La nueva estructura de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Ordenamiento del Territorio ha creado un área que da seguimiento a la prevención, atención y evaluación a desastres naturales en asentamientos humanos. En lo que se refiere a la prevención, se están implementado acciones para llevar a cabo programas de mejoramiento y reubicación de zonas de riesgo. A fin de que el estado de Nuevo León cuente con una herramienta sobre información de peligros y riesgos que pueden causar desastres en la zona metropolitana de Monterrey y la región periférica, la Agencia para el Desa-

Fraccionamiento en construcción, Valle Oriente, San Pedro Garza García. Foto: Cortesía del autor.

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rrollo Urbano de Nuevo León (DUNL), en conjunto con el Servicio Geológico Mexicano, la Universidad Autónoma de Nuevo León, el Instituto Politéctico Nacional y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, desarrolló un Atlas de Peligros Naturales y Riesgos del Área Metropolitana de Monterrey y la Región Periférica, integrado en un Sistema de Información Geográfica, para establecer mejores políticas, planes y programas de planeación urbana, ordenamiento territorial sustentable y estrategias de prevención, optimizando la toma de decisiones para una efectiva planeación y gestión urbana. Conclusiones El verdadero desastre no es el que tiene su origen en la dinámica de la propia naturaleza, sino en la incapacidad humana para anticiparse a los posibles efectos y enfrentarlos con inteligencia, en el momento en que se presentan. El ‘derecho natural’ está de facto por encima del derecho jurídico, ya que los ‘argumentos y veredictos de los fiscales del derecho natural’ son menos civilizados, más violentos y despiadados que los de nuestros juristas. Finalmente, hay que destacar que, aunque las regulaciones incluyan aspectos de la naturaleza además de los sociales y económicos, al no ser conocidos todos los fenómenos asociados a la influencia que tiene la urbanización en zonas sensibles, es recomendable que cada individuo se informe y utilice el principio de precaución en sus decisiones de compra de terrenos e inmuebles, para que esa propiedad le dé satisfacción, no angustias y descalabros económicos que tendrá que afrontar, como ha sucedido a vecinos de los fraccionamientos Las Lajas o Las Águilas, así como aquellos desarrollos en los cerros de la Corona y del Mirador, por mencionar sólo algunos. Referencias

Corte cerro Loma Larga. Foto: Cortesía del autor.

Centro Nacional de Prevención de Desastres, Instituto de Geofísica, UNAM. 2001. Diagnóstico de peligros e identificación de riesgos de desastres en México. Consejo Nacional de Población, 2000. Índices de marginación. p. 260 e Índices de desarrollo humano. p. 131. Guía Metodológica para la Elaboración de Atlas de Peligros Naturales en Zonas Urbanas (Identificación y Zonificación), en convenio de colaboración entre la SEDESOL y el COREMI. 2004. ISBN 968-838-588-8 Caroline Clarke, Céline Charvériat y Sergio Mora-Castro de RE2 y Michael Collins y Kari Keipi de SDS (autores principales del documento), 2000. Facing the challenge of natural disasters in Latin America and the Caribbean: an IDB action plan. Sustainable Development Dept. Special Report. Peter Webster, 2005. Did global warming power Katrina? Special to World Science.

Planeación y prevención de peligros y riesgos naturales en las cuencas hidrológicas

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La planeación debe fundamentarse en datos reales, razonamientos precisos y exactos. Este principio establece la necesidad de utilizar datos objetivos tales como información estadística, estudios previos, investigaciones y/o estudios recientes, correlaciones entre bancos de datos estadísticos y cartográficos. En la planeación se establece la finalidad de la organización y puede describirse un conjunto de metas y objetivos para llevar adelante los programas.

Por: Ing. Jacinto Meritano y Arenas Las cuencas hidrológicas constituyen las unidades básicas en la planeación y la administración de los recursos naturales. Para entrar en tema es necesaria la conceptualización de los principios básicos de la planeación. La planeación debe fundamentarse en datos reales, razonamientos precisos y exactos. Este principio establece la necesidad de utilizar datos objetivos tales como información estadística, estudios previos, investigaciones y/o estudios recientes, correlaciones entre bancos de datos estadísticos, y cartográficos. El plan estratégico establece típicamente la finalidad de la organización y puede describir un conjunto de metas y objetivos para llevar adelante los programas. Para ello es necesario saber que existen los siguientes tipos de planeación: 1) Planeación Estratégica. Es la que enfoca -en este caso- a la naturaleza como un todo, como una unidad total y debe hacerse a largo plazo para lograr las metas. La planeación estratégica se relaciona con el período más prolongado que sea válido considerar. Los planes estratégicos se centran en temas amplios y duraderos que aseguran la supervivencia durante muchos años, por ejemplo: un inventario de recursos naturales; un censo de pozos de agua. Para llevar a cabo una planeación estratégica es necesario analizar diferentes aspectos, clasificados en dos grandes etapas: a. Primaria o de preparación b. Secundaria o de operación.





La etapa primaria esta diseñada para establecer las bases necesarias sobre las cuales se pueda partir, y se subdivide en: • Definición del concepto de misión • Creación de escenarios • Definición de objetivos estratégicos. En el caso de nuestros objetivos deben enfocarse los de desarrollo sustentable, para ello debe tomarse en cuenta los parámetros siguientes: a) Detección e identificación de los tipos de cuencas hidrológicas involucradas en las áreas de estudio, investigación o de correlación, es decir, se deben contemplar la génesis (sedimentarias, ígneas y metamórficas) y evolución de las cuencas hidrológicas. b) Detección e identificación de las cuencas hidrológicas de acuerdo a sus dimensiones (Giga cuencas; Mega cuencas; Macro cuencas y micro cuencas); así como sus áreas de recarga de acuíferos subterráneos y, al mismo tiempo, se deben identificar los pisos verticales y los horizontales de recarga de acuíferos. c) Identificación de los procesos de erosión, identificando los procesos de erosión vertical, laminar y regresiva. d) Identificación de las biocenosis principales y las asociadas. e) Identificación de: las geo-biocenosis con sus componentes esenciales, entre ellos: biotopos; nichos ecológicos; ecotonos y ecosistemas asociados.

Ing. Jacinto Meritano y Arenas Ingeniero Geólogo, por el Instituto Politécnico Nacional. México. Especialista en Fotointerpretación Aplicada a Geología como becario del Gobierno Holandés, de la O.E.A. y del Centro Inter-Americano de Fotointerpretación, Bogotá, Colombia. Perito Geólogo Ambientalista por el Colegio Nacional de Ingenieros Arquitectos de México, A.C. y Miembro de este Colegio Profesional. Actualmente Director General de la Empresa: ECOGEOLOGY-Investigación, Capacitación y Servicios para el Medio Ambiente, S. C.

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f) Detección e identificación de las áreas vulnerables dentro de las cuencas hidrológicas, haciendo hincapié de las dimensiones de las cuencas involucradas (ver el apartado b). Dentro de las áreas vulnerables se debe identificar y, de ser posible, establecer la cartografía señalando las siguientes características de prevención de peligros y/o riesgos de los terrenos investigados: I. Vulnerabilidad de acuíferos subterráneos, II. Detección de focos de contaminación, III. Paredes montañosas con peligro y/o riesgo de sufrir deslizamientos, IV. Inundaciones, V. Flujos de lodos, VI. Peligros y/o riesgos volcánicos, VII. Zonificación sísmica y de ser posible una caracterización micro-sísmica. 2) Planeación táctica. Consiste en formular planes a corto plazo que pongan de relieve las operaciones actuales de las diversas partes de la región estudiada. La planeación táctica se relaciona con el periodo más corto que sea válido considerar. Por ejemplo: un estudio dasonómico o un estudio entomológico. La planificación táctica se ubica en el enlace que puede establecerse entre los procesos de la planificación estratégica y de la planificación operativa. Es más limitada, específica y a mediano plazo en comparación con la planificación estratégica. Se refiere más a asuntos relativos a la eficiencia que resuelve problemas dentro de un programa de largo plazo. Los lineamientos establecidos por la planeación táctica y su función consisten en la formulación y asignación de actividades más detalladas que se deben ejecutar, y estos constituyen los planes operativos a corto plazo. 3) Planeación Operativa. Los objetivos y las estrategias determinan la búsqueda y/o implementación de metodologías de investigación. Después de seleccionar la más adecuada, de acuerdo al fenómeno por estudiarse (vulcanismo, contaminación de aguas y suelos) se determinan las especificaciones y se considera la posibilidad de producirlo. Por ejemplo: la prevención de peligros y/o riesgos volcánicos, un estudio geohidrológico que conlleva como producto final la perforación de uno o más pozos de agua o establecer los planes de emergencia ante una posible inundación en el marco de un río. 4) Planeación Económica de los ecosistemas. Esta parte es esencialmente importante debido a que la actividad humana pesa cada vez más en el estado del medio ambiente natural. Como se sabe, los minerales son una parte de la corteza terrestre (litósfera), que son el cimiento de la biósfera, compuesta de tres envolturas fundamentales: litósfera, hidrósfera y atmósfera. En ellas están concentrados todos los recursos naturales de nuestro



planeta. El estado de esas envolturas está correlacionado, y cualquier cambio en una de ellas se refleja en el estado de las demás y en la biósfera en su conjunto. Así, el cambio de la composición de la atmósfera puede provocar la extinción de las especies existentes de plantas y animales. El cambio de la composición química del agua, el clima. El calentamiento global produce la transformación de la hidrósfera y ésta produce cambios en los comportamientos de las aguas superficiales y subterráneas; otra consecuencia de este proceso puede llevar al agotamiento de los cuerpos de agua -de manera natural, por abuso de ellos o por contaminación- o la formación de pantanos, lo cual afecta directamente al carácter ecológico local y regional de las biocenosis; puede conducir a la aparición o desaparición de desiertos calientes y/o congelados, a las modificaciones climatológicas con todas sus consecuencias. Todas estas alteraciones se aprecian en el estado de la corteza terrestre en su porción más superficial, que tiene que ver con la formación y transformación de los suelos, entre otras causas y efectos.

Es por ello que, para planear la prevención de peligros y riesgos naturales, juegan un papel vital los denominados Sistemas de Información Geográfica (SIG) y la Geomática en general, para generar los productos cartográficos indispensables e interdisciplinarios que lleven al conocimiento exhaustivo de las regiones. Esta cartografía básica permitirá integrar el banco de datos, que tendría una aplicación inmediata en la administración por objetivos (agua superficial y subterránea, prevención de desastres naturales mayores, desarrollo sustentable socio-económico, desarrollo urbano-crecimiento de la mancha urbana, seguridad para la construcción civil municipal y de infraestructura, desarrollo de zonas turísticas e industriales); en suma, el Ordenamiento Territorial a través de la gestión de la información espacial puede tener un impacto significativo sobre muchos aspectos que afectan a la especie humana y en general a la biosfera. Para lograr estos objetivos, se requiere pasar del Análisis Numérico (numerización de la información) de las imágenes multiespectrales al Análisis Espacio-Temporal-Cartográfico, es decir, las Cartas Temáticas serán la base precisa y de permanente actualización para orientar los proyectos de corto, mediano y largo plazo. Así mismo serán de utilidad en el Manejo Integral de los Recursos Naturales y, sobre todo, en la denominada Gestión del Paisaje, a través de una aplicación interdisciplinaria de la Arquitectura del Paisaje.

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Detalle arquitectura de paisaje. Foto: Cortesía del autor.

UNIDADES BÁSICAS a) Geomática (Banco de Datos). Aplicación de SIG. b) Manejo Ecológico Integral de Cuencas Hidrológicas. c) Geología Ambiental. d) Prevención de Desastres Naturales Mayores. e) Deforestación e Incendios Forestales (Prevención). f) Ordenamiento de Cuencas Hidrológicas (Morfometría). g) Detección y Clasificación de Corredores Sísmicos. h) Morfoestructuras (caracterización). i) Características Reológicas de los Materiales Rocosos. j) Detección Zonas de Recarga de Acuíferos Regionales. k) Tectónica y Geología. l) Prevención de Inundaciones. m) Mecánica de Rocas. n) Mecánica de Suelos. o) Clasificación de la Erosión Vertical, Laminar, Regresiva. p) Prevención de Desastres Tecnológicos Mayores. q) Fotogrametría-Topografía. r) Aspectos Socio-Económicos. s) Caracterización Agrícola - Forestal. t) Otros. Este manejo de la arquitectura del paisaje será por medio de las Unidades Basicas del Ordenamiento Territorial (UBOT), cada una de las cuales deberá estar integrada por la mayoría de los elementos del Banco de Datos, según sea el nivel de información requerido. Las UBOT son la información vital para llevar a cabo una Administración por Objetivos. La Administración por Objetivos requiere de la caracterización de las unidades siguientes: a) Provincia Ecológica, b) Región Ecológica, c) Distrito Ecológico, d) Unidades Estables en la Arquitectura del Paisaje, e) Unidades Inestables en la Arquitectura del Paisaje. A las unidades estables se les denomina también Unidades Armónicas y a las unidades inestables de la arquitectura del paisaje, se les denomina Unidades Disarmónicas.

UNIDADES ESENCIALES EN LA ARQUITECTURA DEL PAISAJE: a) Unidades Inestables (Disarmónicas) con Evolución Rápida. Éstas están condicionadas por los niveles de información debidos a: fluctuaciones climatológicas, sísmicas y/o por actividades antropogénicas. Estas Unidades Inestables son: 1) Unidades de la Biósfera. 2) Pendientes Montañosas. 3) Red Hidrológica. 4) Sistemas Ecológicos Sensibles. 5) Terrazas Aluviales. 6) Cono y Abanicos Aluviales. 7) Depósitos de Talud o Pie de Monte. 8) Decaimiento de Vegetación Arbórea. 9) Erosión de Suelos. 10) Cuerpos de Agua Superficial, Semi-Subterránea y Subterránea. 11) Crecimiento de la Mancha Urbana. 12) Contaminación Ambiental (DQO y DBO)*. 13) Aspectos Demográficos. *DBO = Demanda Bioquímica de Oxígeno *DQO = Demanda Química de Oxígeno UNIDADES ESTABLES O ARMÓNICAS (En escala de Tiempo Humano) 1) 2) 3) 4) 5) 6)

Límites Superiores de las Cuencas Hidrológicas (Parte Aguas). Topografía - Diversas Escalas. Estructuras Geológicas. Estructuras Geomorfológicas. Tipos de Valles. Cauces de Ríos en Zonas Áridas.

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Análisis de un caso: Proyecto Monteleón

Estabilidad de taludes en la cara Norte del cerro de Las Mitras Los riesgos geológicos son considerados como las peores catástrofes ocurridas en los últimos tiempos, originando pérdidas humanas y materiales, dichos riesgos son producto de fallas geológicas, deslizamiento de materiales, reptación de bloques y acciones antropogénicas producto de excavaciones y perfilamiento de vialidades en

Dr. Juan Manuel Rodríguez Martínez Ingenierio Civil por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Ph. D. En Ciencias Geológicas por el Instituto de la Industria Petroquímica y del Gas Iván Mixáilovich Gubkin, URSS. Maestría en Geología Aplicada, Universidad de Moscú, Rusia. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores: SNI. Nivel 1. Maestro Normalista en Escuela Normal Miguel F. Martínez. Jefe del Departamento de Geohidrología y Geofísica en el Instituto de Ingeniería Civil, UANL. Coordinador de la Maestría en Hidrología Subterránea, UANL. Asesor de Hines Inc. Corporation. Proyectos Dinastía y Monteleón, Monterrey, N. L. Proyectos Internacionales: Misterio de los Cenotes de Yucatán. Discovery Channel. Estudio de los bagres ciegos en la parte Noreste de México e impacto de contaminantes sobre los diferentes cuerpos de agua entre las ciudades de Acuña y Piedras Negras, Coahuila. Estudio de impacto ambiental proyecto “Parque Industrial Bandera Verde” Tijuana Baja California Norte. Proyectos Nacionales: Atlas de Riesgos Antropogénicos en el Área Metropolitana de Monterrey y regiones periféricas. Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano de N L. Estudio de impacto ambiental sobre la reserva ecológica del Valle de Cuatro Ciénegas, Coahuila, ante la apertura del proyecto agropecuario del Valle del Hundido. Fondos Sectoriales SEMARNAT- CONACYT. Atlas de Riesgos Geológicos e Hidrometeorológicos en el Área Metropolitana de Monterrey, N. L. SEDESOL. Impacto ambiental en la franja fronteriza ante la apertura de los confinamientos de desechos radioactivos en Spofford y Dryden, Texas.

macizos rocosos, modificando las propiedades naturales del terreno.

Por: Dr. Juan Manuel Rodríguez Martínez y M.C. Javier Garza Cortinas Coautores: Ing. Juan Antonio Valero Almaguer e Ing. Arturo Mazón Torres En este trabajo se describen las técnicas para mitigar, prevenir y controlar los riesgos geológicos en zonas de montaña y de ladera que deben de aplicar los nuevos desarrolladores, como parte de los requisitos que establece el Departamento de Desarrollo Urbano y Ecología del Municipio de Monterrey, con base en el Atlas de Riesgos Naturales y Antropogénicos del Área Metropolitana de Monterrey y Región Periférica. Con base en los trabajos de campo se determinó el comportamiento geológico - estructural en cada uno de los cadenamientos analizados en las diferentes vialidades, a partir de la matriz de riesgos; se determinó el nivel de éste así como: las técnicas de remediación y mitigación a aplicar (anclas, bermas, concreto lanzado, muros de contención, etc.) a lo largo de las vialidades en dicho fraccionamiento. Los riesgos geológicos son considerados como las peores catástrofes ocurridas en los últimos tiempos, originando pérdidas humanas y materiales, dichos riesgos son producto de fallas geológicas, deslizamiento de materiales, reptación de bloques y acciones antropogénicas producto de excavaciones y perfilamiento de vialidades en macizos rocosos, modificando las propiedades naturales del terreno. En el presente trabajo se muestran los aspectos más relevantes del estudio en las diferentes líneas de investigación sobre el riesgo que representa la inestabilidad de los taludes al ser modificadas las propiedades de la matriz

rocosa en los diferentes cortes de vialidad realizados en el Proyecto Monteleón. Justificación Este estudio pretende ser un instrumento que permita a la Empresa INSAR respaldar las obras de vialidad en el flanco Norte del cerro de Las Mitras a fin de mitigar, prevenir y controlar los deslizamientos de taludes en cada una de las obras viales, mediante la aplicación de técnicas para estabilizar los taludes de acuerdo al grado de riesgo que presente el corte. Objetivo general Definir el comportamiento geológico y estructural del macizo rocoso, para determinar el nivel de riesgo y la forma de controlarlos. Objetivos técnicos Analizar y evaluar los riesgos geológicos por deslizamiento de taludes y de bloques, producto de los trazos en las obras de vialidad en el Proyecto Monteleón; aplicando técnicas de mitigación y remediación (anclas, bermas, concreto lanzado, muros de contención etc.) a lo largo de las vialidades.

Metodología

Resultados y discusiones

La metodología que se utilizó para la realización de este trabajo fue dividida en dos etapas las cuales se describen a continuación:

Con base en los trabajos de campo fue posible determinar el comportamiento geológico- estructural en cada uno de los cadenamientos analizados en las diferentes vialidades, a partir de la matriz de riesgos se determinó el nivel de éste así como las recomendaciones de técnicas de remediación y mitigación (anclas, bermas, concreto lanzado, muros de contención, etc.) a lo largo de las vialidades en dicho fraccionamiento. A partir del modelo estructural de cabalgamiento basado en datos de campo de los cortes en las diferentes vialidades del Proyecto Monteleón se observan claramente sistemas de fallas normales en el talud “B” así como en la prolongación de la avenida Puerta del Sol en su prolongación poniente. En la Fotografía 1 se muestra el corte del talud, como los diferentes rasgos estructurales que presenta la roca durante el perfilaje del talud. Desde el punto de vista de análisis estructural, la característica más importante es una discontinuidad en su rumbo y buzamiento. La interpretación de los datos geológicos estructurales requiere del uso de proyecciones estereográficas que permiten la representación en dos o tres dimensiones. Para el caso analizado las proyecciones estereográficas se presentan por medio de contornos de áreas. En ambas stereofalsillas (Figuras 2.1, 2.2) la estratificación está representada por el círculo máximo en color negro, y las familias de fracturas por los círculos en color rojo; también se muestra la densidad de los planos de discontinuidad. Coordenadas UTM (Figura 2.1): 361990 E, 2843094 N. UTM (Figura 2.2.): 361769 E. 2843366 N.

• Trabajo de campo, toma de datos estructurales, descripción de afloramientos, tipo de roca, grado de intemperismo, echados, rumbo del echado, azimut, fracturamiento, densidad de fracturas por m2, caracterización de las unidades geológicas, RDQ, altura del talud, etc. • Procesamiento de datos en gabinete, elaboración de perfiles y plano de riesgo geológico con apego a la matriz de riesgo, a fin de definir el grado de susceptibilidad de cada traza de vialidad al ser modificadas las propiedades naturales del terreno. Localización del área de estudio El área de estudio correspondiente al Proyecto Monteleón se localiza en el flanco nororiental del cerro de Las Mitras; limita al norte con el paseo Dinastía, al sur con el cerro de Las Mitras, al oriente con la avenida Puerta del Sol y con el Paseo Dinastía. Figura 1.

Figura 1. Localización del área de estudio Proyecto Monteleón.

Los macizos rocosos se encuentran en la mayoría de los casos afectados por planos de debilidad o discontinuidad, sobre todo en las unidades arcillosas correspondientes a las formaciones Agua Nueva y San Felipe. Los planos de discontinuidad pueden ser de estratificación, diaclasas o fracturas. Estas pueden estar rellenas de minerales de calcita o de pirita como es el caso en el talud ubicado frente a la casa muestra, sobre la avenida Puerta del Sol.

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Figura 2.1. Stereofalsilla No. 1

Figura 3. Se muestra el trazo de la vialidad sobre la Av. Conquistadores Oriente. Proyecto Monteleón.

R - 738.67 T.N.= 758.01

OFF= -12.53 R - 753.73

CL

OFF= -16.57 R - 761.81

En las figuras 3a y 3b, se muestran los cortes sobre la Ave. Conquistadores oriente.

23,14 15,06

+0.00% +0.00%

R - 735.67 T.N.= 754.21

OFF= -11.77 R - 749.21

CL

OFF= -17.77 R - 761.21

Figura 2.2. Stereofalsilla No. 2

25,53

13,54

En la Figura 3 se muestra el nivel de riesgo que presenta la vialidad sobre la calle Conquistadores oriente, las zonas de color morado muestran el nivel de riesgo establecido mediante el análisis estructural, a partir de este parámetro se definieron las técnicas de remediación para estabilizar los taludes en dicha vialidad. En los diferentes perfiles (Figuras 3a y 3b), se muestra la altura de los cortes como los posibles problemas a controlar durante el descapote del talud. Las posibles dificultades que se presentarán durante el corte son: desprendimiento de bloques y taludes descalzos, por lo tanto, es necesario aplicar técnicas correctivas a fin de controlar la estabilidad de éstos. Ver esquemas 4a y 4b.

+0.00% +0.00%

En los esquemas 4a y 4b se muestran los problemas de estabilidad en las vialidades sobre la Ave. Conquistadores oriente. En la Tabla 1 se describe en forma sistemática cada uno de los parámetros a partir de datos de campo, también se muestra la clasificación de riesgos que se pueden presentar durante el corte, al modificar las características de cohesión del macizo rocoso.

TALUD INESTABLE

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estratos descalzos

TALUD ESTABLE

Figura 4a.

En la Fotografía 2 se muestra la distribución espacial de las anclas recomendadas para la estabilización del talud. A partir del análisis estructural, se recomendó anclar el talud utilizando torones, con una profundidad de diseño de 15.00 mts. postensados a 40 ton. Cada ancla está constituida por tres torones de 5/8”. Agradecimiento Los autores agradecen, el apoyo brindado por la empresa Hines Inc. Corp., como al Arq. Armando Sepúlveda González, jefe del proyecto por las facilidades en la presentación de resultados en las diferentes etapas del proyecto. Bibliografía Bartolini C., Buffler.R. T, Cantú Chapa. 2001. The Western Gulf of Mexico Basin. Tectonics, Sedimentary Basins, And Petroleum Systems. The American Association of Petroleum Geologists Tulsa, Oklahoma. González de Vallejo. L. I., Ferrer M., Ortuño, Oteo C. 2004. Ingeniería Geológica. Madrid, España. Pérez C. M., 2004. Anclajes y sistemas de anclas. Universidad Tecnológica Nacional. Facultad Regional Bs. As. Madrid, España. Rodríguez M. J. M., Ferriño F. A. L., 2005. Atlas de Riesgos Geológicos e Hidrometeorológicos del Área Metropolitana de Monterrey. Suárez. J. 2002. Deslizamiento y estabilidad de taludes en zonas tropicales. Universidad de Santander. Colombia.

Figura 4b.

CALLE CONQUISTADORES ORIENTE Sección 0+240 0+260 0+280 0+300 0+320 0+340 0+360 0+380 0+400 0+680 0+700

AzCapaº 305-310 305-310 305-310 305-310 305-310 305-310 305-310 305-310 305-310 305-310 305-310

AzCalleº 265 276 295 304 308 284 261 235 205 250 250

º 40 29 10 1 -3 21 44 70 100 55 55

<° 45-50º 45-50º 45-50º 45-50º 45-50º 45-50º 45-50º 45-50º 45-50º 45-50º 45-50º

Altura PR 9.32 15.33 23.14 25.53 22.74 14.08 15.49 17.01 11.49 8.77 9.97

Alteración Avanzado Avanzado Avanzado Avanzado Avanzado Avanzado Avanzado Avanzado Avanzado Avanzado Avanzado

Riesgo Medio Alto Muy alto Muy alto Muy alto Alto Medio Medio Medio Bajo Bajo

Tabla 1. Clasificación de riesgos Av. Conquistadores oriente. Proyecto Monteleón.

Fotografía 2. Sección correspondiente al talud « B » en ella se muestra la distribución de las anclas recomendadas para estabilizar el macizo rocoso.

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Del manejo de aguas pluviales al paisajismo urbano Hemos visto ejemplos donde el paisajista pretende imitar una solución estética sin tomar en cuenta la racionalidad técnica, hidrológica e hidráulica de la obra. Este es un error a evitar, si no se quiere ser causa de desgracias, que lleguen a significar pérdidas de vidas humanas. Primero la hidrología y la hidráulica, luego el urbanismo y el paisajismo. En la medida en que se entiendan estos conceptos, el creador de espacios urbanos podrá ofrecer soluciones innovadoras y de gran belleza, pero siempre adecuadas al fin original de manejo del agua.

Por: Arq. Juan Ignacio Barragán Villarreal

Arq. Juan Ignacio Barragán Villarreal Arquitecto por el Tec de Monterrey. Cuenta con diversos postgrados en Francia. Fue Director de Fomento Urbano de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas del Estado de Nuevo León. Ha publicado múltiples libros de investigación urbana en México y Francia, así como ha sido colaborador en diversas publicaciones del ramo de la construcción, desarrollo urbano y arquitectura. Fue Secretario de Desarrollo Urbano y Ecología del Gobierno Municipal de San Pedro, Garza García, N.L. Colaboró como Director General de Proyectos y Gestión Urbana de la APUNL. Actualmente es Presidente Ejecutivo de la Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano del Gobierno del Estado de Nuevo León.

En las últimas tres décadas, ciudades en todo el mundo se han venido enriqueciendo con una fuerte inyección de paisajismo reflejado en la creación de humedales, incorporación y adaptación de arroyos o frentes de agua. Han proliferado así, lagos artificiales, represas, fuentes, paseos, ramblas y una serie de instalaciones del mismo tipo. Si bien esa tradición de aprovechar las márgenes de los cuerpos de agua es bastante antigua, la proliferación de estas instalaciones es reciente. La explicación en este progresivo avance en el paisajismo asociado al agua no es exclusiva de la evolución en la estética urbana, sino más bien de los avances en la ciencia del agua, tanto en la hidrología como en la hidráulica. El corazón de esta transformación se encuentra en el concepto de manejo integral de las aguas pluviales y/o fluviales pues, en efecto, en los últimos 100 años los sistemas de manejo del agua fluvial o pluvial han avanzado a nivel internacional en la construcción de sistemas complejos y sustentables de control y conducción del agua como alternativas para evitar inundaciones. Los ejemplos más antiguos datan de inicios del Siglo XX y eran burdas estructuras de desviación de aguas de los ríos, dirigidas a evitar las crecientes en épocas de tormenta o de deshielo. El caso más conocido es el de París, gracias a lo cual no ha vuelo a inundarse desde 1909. Sin embargo, la tecnología ha evolucionado considerablemente en los últimos 30 años, impactando los proyectos urbanos de toda índole, y agregando en forma creciente variables urbanísticas y de paisaje.

¿En qué consiste el manejo de aguas pluviales? Si bien las formas de manejar el agua pluvial varían notablemente según el régimen de lluvias, el tipo de suelos, la vegetación y la topografía, se emplean generalmente cinco conceptos básicos que son: • Control de erosión • Control de flujo • Filtración • Infiltración • Drenaje Para entenderlo con mayor facilidad podemos decir que el manejo de agua pluvial se opone al drenaje pluvial puro en el sentido de que, este último, busca desalojar el agua de lluvia lo más rápido posible, mientras que el manejo del agua busca desalojarla lentamente, y de preferencia conservarla lo más cerca al lugar en donde precipita. El drenaje se relaciona con el pensamiento funcionalista; el manejo de aguas, con el pensamiento sistémico. Tomando por ejemplo las condiciones geográficas propias de la ciudad de Monterrey, encontramos una urbe rodeada de grandes montañas con pendientes muy pronunciadas, medianamente forestadas y un régimen de lluvias caracterizado por la fuerte concentración de tormentas considerables de dos tipos. Las primeras son lluvias orográficas que son las provocadas por remanentes de ondas tropicales, combinadas con frentes fríos que, al encontrarse con un obstáculo orográfico, como una montaña, se presentan produciendo

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Cortina Presa Rompepicos Foto: DUNL.

precipitaciones muy extremas, del orden de 50 a 100 milímetros en un par de horas, pero concentradas en pequeñas superficies que abarcan una o dos microcuencas. Las segundas son lluvias asociadas a depresiones tropicales y huracanes, mucho más extensas en superficie y duración, pudiendo descargar hasta 250 milímetros en 24 horas, afectando grandes cuencas. En ambos casos, la acumulación de agua y humedad en el suelo es muy elevada, por lo que el primer peligro se asocia a la erosión en zona de montaña, así como a la caída de rocas y aludes de tierra y lodo sobre carreteras y zonas urbanas. Al llegar este flujo a la zona urbanizada existe el riesgo de que la velocidad del agua provoque desbordamientos puntuales o que se lleve consigo bienes o personas. Además, el material arrastrado puede provocar un mal funcionamiento en la red pluvial. Una vez que llega a las zonas más planas, el riesgo de desbordamiento se incrementa y, junto a éste, el riesgo de anegamiento, sobre todo en los terrenos con pendientes menores a 3 por millar. Una solución integral incluiría, obras de control de erosión en la montaña, tanto dentro de las cuencas como en las áreas susceptibles de deslave o caídos de rocas. Entre ellas, la forestación con especies locales aparece como una solución no estructural de gran valor, así como el restablecimiento de cañadas desviadas o bloqueadas. Una vez llegados a la zona urbana se pueden combinar las obras de control de flujo, ya sea para la detención temporal (rompepicos) o la retención definitiva, y junto a ellos áreas y obras para la filtración del agua, y su infiltración al subsuelo, tanto para la recarga del acuífero superficial o de acuífero profundo.

Finalmente, los remanentes del agua no controlada deben de drenarse, empleando preferentemente los cauces de arroyos naturales, sin revestir, o con revestimiento permeable. Idealmente, el gasto o caudal de dichos cauces debe ser el mismo que se registraba antes de que la zona estuviera urbanizada. Manejo de agua y paisajismo Los conceptos antes señalados no son más que algunos ejemplos de cómo puede resolverse una situación pluvial en forma integral. Pero existen cientos de esquemas de solución, desde techos verdes y trincheras de infiltración a nivel doméstico, hasta grandes cortinas controladoras de flujo en la escala regional. Sin embargo, lo importante en este artículo es mostrar cómo estas estructuras pueden emplearse para mejorar la calidad del medio ambiente, generando espacios recreativos, deportivos y paisajísticos. Por ejemplo, en la ciudad de Orlando, Florida, existen cientos de lagunas de retención de agua de medianas dimensiones destinadas a evitar las inundaciones de las zonas habitacionales. Cada una de ellas constituye un jardín o un lago permanente, el cual puede tener andadores peatonales a su alrededor, fuentes o chorros de agua que además del aspecto estético ayudan a evitar los malos olores. Este mismo esquema ha sido empleado en diversos proyectos en Francia y España, al igual que en varios países asiáticos. En México, el ejemplo más contundente lo encontramos en Villahermosa, Tabasco. Las pequeñas presas de detención o de retención son cada vez más comunes en el desarrollo urbano en Esta-

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Parque Lineal Río Santa Catarina Foto: DUNL.

dos Unidos y Europa, tanto en campos de golf, parques urbanos, áreas deportivas o jardines industriales y corporativos. Los ejemplos son cada vez más frecuentes en México, sobre todo en los sitios turísticos como Los Cabos, Puerto Vallarta o Cancún, donde las influencias del urbanismo norteamericano o europeo se dejan ver con claridad. En Monterrey, luego de la construcción de la Cortina Rompepicos, obra monumental de 105 metros de altura enclavada en la sierra, y de una serie de obras menores similares, así como de la apertura de un canal de estiaje en tierra, se ha aprovechado el lecho del río Santa Catarina para instalar una gran variedad de equipamientos deportivos y recreativos, tales como una vitapista, una ciclopista, un campo de golf y varias zonas de práctica de este deporte, decenas de canchas de fútbol y béisbol, un mercado móvil, así como jardines y espacios con valor estético; todo ello en el corazón mismo de la ciudad. Ciertamente, son obras inundables, aunque la probabilidad de un acontecimiento catastrófico es baja. Aquí mismo en Monterrey, resolvimos un canal pluvial en una zona inundable, ubicando un área deportiva a un lado, la cual sirve de presa de detención temporal cuando se dan crecientes en la cuenca, afectando a lo mucho a los deportistas por dos o tres días cada año. Este concepto es muy común en los Estados Unidos donde las instalaciones

deportivas e incluso los estacionamientos de centros comerciales, se consideran zonas inundables potenciales en caso de una tormenta extrema. Otro ejemplo local lo encontramos en el Parque de Innovación y Tecnología, el cual ha instalado un sistema con descarga cero, el cual no solamente recupera la totalidad de las aguas pluviales en un lago con fines estéticos y recreativos, sino que además recicla las aguas negras tratándolas, tanto para riego como para inodoros y algunos usos no domésticos. A manera de conclusión Los ejemplos de paseos, humedales, estanques y lagos artificiales, son cada vez más abundantes, brindando al urbanista y al paisajista la posibilidad de mejorar el entorno urbano, utilizando como impulso una obra de manejo de aguas pluviales. Sin embargo debemos hacer una advertencia. Las obras de manejo de aguas pluviales son primera y principalmente una estructura para evitar los efectos nocivos del agua o la erosión. Hemos visto ejemplos donde el paisajista pretende imitar una solución estética sin tomar en cuenta la racionalidad técnica, hidrológica e hidráulica de la obra. Este es un error a evitar, si no se quiere ser causa de

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Vista del Paseo Santa Lucía y campo de Golf en río Santa Catarina. Foto: Javier Orozco.

Las pequeñas presas de detención o de retención son cada vez más comunes en el desarrollo urbano en Estados Unidos y Europa, tanto en campos de golf, parques urbanos, áreas deportivas o jardines industriales y corporativos.

desgracias, que han llegado a significar pérdidas de vidas humanas. Primero la hidrología y la hidráulica, luego el urbanismo y el paisajismo. En la medida en que se entiendan técnicamente estos conceptos por el creador de espacios urbanos, éste podrá ofrecer soluciones innovadoras y de gran belleza, pero siempre adecuadas al fin original de manejo del agua. En contraposición podemos decir que actualmente la gran mayoría de las obras de manejo de agua que se edifican en México carecen de una intención estética, lo que provoca la presencia de bloques informes, sujetos a acumulación de basura, sin posibilidad de uso social, ya sea deportivo o recreativo. En la medida en que los hidrólogos y constructores entiendan que esas obras puede ser un elemento de oportunidad para embellecer y dar sentido humano a la ciudad, e inviten a diseñadores urbanos y paisajistas a fortalecer y dar forma estética a los proyectos, entonces se habrá culminado un proceso sistémico y sustentable que incorpore el elemento humano y social. Como sucedió con la arquitectura clásica, griega y romana, donde los elementos constructivos fundamentales, como la columna, la viga, la cornisa y el entablamiento, fueron desarrollados por el creador de formas bellas, dieron lugar a una estética rica y variada que ha perdurado durante siglos.

Las afectaciones son evidentes al paso de los fenómenos meteorológicos. Fotos: DUNL.

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Importancia de los Atlas de Riesgos y Peligros Un Atlas de Riesgos es una colección de mapas que permite establecer estrategias de prevención, reducción, mitigación y reparación de riesgos, siendo un mecanismo eficaz para informar a la población sobre peligros a los que está expuesta, generar un esquema normativo para la toma de actitudes responsables, así como conformar una directriz formativa en la planeación y el desarrollo de asentamientos humanos, disminuyendo la vulnerabilidad de la población y fortaleciendo el desarrollo sustentable de la sociedad en su conjunto.

Por: Ing. Francisco de Jesús Cafaggi Félix

Ing. Francisco de Jesús Cafaggi Félix Ing. Geólogo por la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Se ha especializado en Hidrogeología, Geotecnia, Geología Ambiental y Análisis de Riesgo, desarrollándose en la iniciativa privada y en el sector público. Tiene a su cargo la Gerencia de Hidrogeología y Geología Ambiental del Servicio Geológico Mexicano. Fue profesor de Geología Aplicada a la Ingeniería Civil en la Maestría de Mecánica de Suelos de la Universidad Autónoma de Querétaro, así como en cursos de actualización con temas inherentes a Riesgo Geológico y a Protección Civil en la División de Educación Continua de la Facultad de Ingeniería de la UNAM y en la Escuela Superior de Guerra de la Secretaría de Defensa Nacional. Ha ocupado diversos cargos honoríficos en sociedades técnicas y actualmente es Secretario del Consejo Directivo Nacional de la Sociedad Geológica Mexicana.

El ser humano y sus obras de infraestructura se encuentran expuestos diariamente a los fenómenos naturales y a eventos que, por su naturaleza, representan un peligro. Así, es factible, por ejemplo, que en cualquier momento se suscite la caída de bloques de roca de los cerros circundantes a las poblaciones, que por accidente se presente la fuga de materiales inflamables de la industria o que se reviente una presa. Las consecuencias de un evento peligroso son función de la naturaleza del mismo, del radio de influencia y del grado de vulnerabilidad de la población y sus obras. De esta manera, para apoyar a los tomadores de decisiones en materia de desarrollo urbano, así como de prevención y atención de desastres, se desarrollan los Atlas de Riesgos. En las siguientes líneas se definirá qué es un Atlas de Riesgos, cómo se desarrolla y qué contiene. De manera genérica, un atlas es el conjunto de mapas que se integran para determinado fin. Un Atlas de Riesgos se define como una colección de mapas que permite establecer estrategias de prevención, reducción, mitigación y reparación de riesgos, siendo un mecanismo eficaz para informar a la población sobre peligros a los que está expuesta, generar un esquema normativo para la toma de actitudes responsables y conformar una directriz formativa en la planeación y el desarrollo de asentamientos humanos, disminuyendo la vulnerabilidad de la población y fortaleciendo el desarrollo sustentable de la sociedad en su conjunto.

Entonces, los Atlas de Riesgos deben ser una herramienta que facilite información a la población sobre los peligros y riesgos a la que está expuesta, generando un esquema básico de entendimiento global. De esta manera, se suman a la cultura de seguridad de la población, permitiendo su involucramiento corresponsable en la toma de actitudes de prevención y actuación responsable como probable primer afectada. De manera adicional, los atlas son, también, instrumento de planeación estratégica para lograr el mejor desarrollo integral de comunidad, ciudad, municipio, entidad, país o sitio específico; de este instrumento se derivan acciones legales que permiten la atención y/o mitigación de accidentes y desastres. A fin de que se consideren como una herramienta legal de apoyo al desarrollo, los Atlas de Riesgos deben elaborarse de conformidad con diferentes ordenamientos y programas legales que, según sea el caso, podrían ser: Programa Nacional de Protección Civil; Catálogo de Peligros y Riesgos del Sistema Nacional de Protección Civil; Manual sobre Peligros Naturales para la Planificación Integral; Reglamentos, Normas y Manuales emitidos por el órgano rector (SEGOB-Sistema Nacional de Protección Civil-Centro Nacional de Prevención de Desastres); y Ley y Reglamento de Protección Civil para el Estado de Nuevo León.

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Antes de continuar vale la pena recordar el significado de ciertos términos, algunos de los cuales, incluso, se confunden con facilidad. Peligro o Amenaza Probabilidad de ocurrencia de un fenómeno destructivo, en un área específica, dentro de un determinado periodo de tiempo. Riesgo Se define como el producto de Peligro (por lo tanto es una probabilidad) por Vulnerabilidad (V) por afectación o Costo (C) en término de la pérdida de vidas humanas o del costo de la pérdida de bienes (usualmente infraestructura). R=P*V*C Vulnerabilidad Grado de probabilidad de pérdida de un determinado elemento o grupo de elementos dentro de un área afectable, a consecuencia de un peligro. Se expresa en escala de 0 (no pérdida) y 1 (pérdida total). Desastre Suceso destructivo, intempestivo, que causa alteraciones intensas en las personas, bienes, servicios y medio

ambiente, el cual excede la capacidad de respuesta de la comunidad afectada. Tipificación de Desastres Los desastres, por su origen, se clasifican en Geológicos, Hidrometeorológicos, Químico-Tecnológicos, SanitarioEcológicos y Socio-Organizativos. Por lo tanto, peligros y riesgos se tipifican de la misma manera. ¿Cómo se desarrolla un Mapa de Peligros? Se trata de un mapa en el cual se zonifican las unidades de terreno que muestran una causal de riesgo. Por ejemplo, para la valoración del fenómeno natural (geológico) de deslizamientos de rocas (deslaves) de igual potencial de inestabilidad se analizan los factores que pueden desencadenarlos y, así, se representan en el mapa de inventario de deslizamientos. Los métodos para definir las zonas en que podría acontecer este fenómeno son varios. Así, en zonas de mayores elevaciones y en valles intermontanos se pueden identificar las áreas de peligro de acuerdo, primeramente, a su topografía plasmada en un mapa. Posteriormente se sobrepone un nivel de distribución de unidades litológicas (geología). A las unidades se les asigna su grado de susceptibilidad en función de características físicas, como pendiente del terreno, grado de fisuramiento de la masa de roca, intensidad de alteración por intemperismo, posición estructural respecto a las la-

Resultados Geológicos. Procesos de Remoción en Masa. Imagen: Cortesía del autor.

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deras e influencia de las fallas geológicas. También deben tomarse en cuenta otros factores, como uso y tipo del suelo, precipitación, drenaje y vegetación. Como resultado se dibujan Polígonos de Peligrosidad Alta (con alta probabilidad de recibir los bloques de roca movidos), Media y Baja. De esta manera se procede a preparar mapas de peligros por diferentes causales de los cinco tipos de peligros: Geológicos, Hidrometeorológicos, Químico-Tecnológicos, Sanitario-Ecológicos y Socio-Organizativos. Desde luego, para cada caso existe una metodología particular. En zonas sísmicas son de gran importancia los mapas que asocian peligros sísmicos, según diferente origen. Por ejemplo, para la Ciudad de México entre los mapas de peligros que existen se encuentran los de aceleración máxima horizontal para sismos tipo Michoacán (como el de 1985) y otros. En dichos mapas se resalta la probable afectación a edificios de diferentes alturas en función de la magnitud del evento. Otros fenómenos geológicos relevantes son los asociados a volcanismos. De zonas que tienen aparatos volcánicos activos, se han preparado mapas de afectación por caída de cenizas y nubes ardientes, entre otros. Para esto se deben de modelar las erupciones con diferentes escenarios e, incluso, dirección y velocidad de vientos. Cabe comentar que en el estado de Nuevo León la actividad volcánica es inexistente y la sísmica irrelevante. Los mapas de peligro por eventos hidrometeorológicos incluyen, desde luego, inundaciones, siendo este fenómeno el que más víctimas cobra a nivel mundial. Diferentes escenarios deberán contemplarse, según sea el caso de la zona a estudiar, como paso de huracanes o la falla de una presa. También pueden prepararse mapas de probabilidad por granizadas y heladas. Éstos serán de particular interés para fines de salud pública. Los mapas de peligros por la probabilidad de eventos destructivos de tipo físico-químicos integran una amplia variedad de eventos. Los puede haber por explosiones e incendios de estaciones de servicio (gasolineras) e, incluso, reacción en cadena de varias estaciones. Se deben preparar, también, mapas de afectación por fugas de sustancias peligrosas como amoniaco y ácidos, entre otros. En su caso, los mapas de peligros por eventos SanitarioEcológicos pueden incluir localización de puntos de contaminación de suelo, aire y agua, así como la presencia de tiraderos clandestinos, basureros y rellenos sanitarios, y su área de influencia. Los atlas son dinámicos y requieren de actualización permanente. De esta manera, un juego de mapas en papel, que se edite el día de hoy, podría ser obsoleto en alguno de sus temas para el día de mañana. Utilidad de los Sistemas de Información Geográfica (SIG) en el desarrollo de los Atlas De esta manera los mapas digitales son una buena opción, ya que permiten ser actualizados de manera permanente. Dada la gran variedad de programas computacionales que existen en el mercado, se ha preferido que los atlas se desarrollen en aquellos que permiten crear Sistemas de Información Geográfica (SIG).

Un SIG es una integración organizada de hardware, software y datos geográficos diseñada para capturar, almacenar, manipular, analizar y desplegar en todas sus formas, la información geográficamente referenciada con el fin de resolver problemas complejos de planificación, gestión, peligro, riesgo y todo lo asociado a éstos. Puede ser utilizado para investigación científica, investigación de peligros y riesgos, evaluación de impacto ambiental, gestión de los recursos, etc. A manera de ejemplo, un SIG podría permitir a los grupos de emergencia calcular el tiempo de respuesta para la atención de un desastre. También, a partir de un SIG y de los polígonos de afectación por un evento peligroso, digamos un incendio o una inundación, se puede estimar de manera inmediata la población y bienes muebles afectados, facilitando la toma de decisiones. Con los SIG es factible, de manera sencilla, apilar diferentes niveles de información o de polígonos de afectación de peligros con varios escenarios para un determinado lugar; de esta manera se sabrá a qué peligros está expuesta una vivienda, un centro comercial, obra de infraestructura, una unidad habitacional, etc. En ese mismo sentido, los Atlas de Peligros facilitan la toma de decisiones en materia de programación de mitigación de riesgos, para reducir los niveles de vulnerabilidad, ubicando y priorizando las zonas según las necesidades de atención, como pueden ser obras ingenieriles. Desde luego, al incorporar los factores vulnerabilidad, población y valor de inmuebles a los mapas de peligro, éstos se transforman en mapas de riesgo. La parte correspondiente a población y valor de infraestructura puede ser obtenida de información generada por INEGI (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática), mientras que el valor de inmuebles se puede obtener de los catastros municipales. Estos dos niveles de información, población y valor de inmuebles, es factible incluirlos en los SIG. Como se desprende, los Atlas de Peligros y Riesgos son una herramienta que permite apoyar tanto a los tomadores de decisiones en materia de desarrollo urbano y de atención y prevención de riesgos. Su utilidad también estriba en que cualquier usuario podrá identificar en los mapas las amenazas o peligros a los que se encuentra expuesto determinado lugar. Finalmente, al desarrollarse estos mapas dentro de plataformas de Sistemas de Información Geográfica (SIG) se facilita la actualización permanente de las bases de datos para los diferentes niveles de peligros y sobre la información de los factores vulnerabilidad, población y valor de inmuebles, con lo cual se tiene un sistema dinámico de información.

Inundaciones en zonas urbanas y formas de mitigación Una inundación se produce cuando el gasto de las avenidas generadas en una cuenca

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supera la capacidad del cauce. Cuando esto sucede, el exceso de agua escurre sin control fuera de su cauce hacia las partes bajas. La humedad del suelo y la cubierta vegetal pueden cambiar radicalmente de la época de verano a la de invierno. Los cambios más importantes, sin embargo, se derivan de la actividad humana: el incremento de impermeabilidad debido a la urbanización, la deforestación y las modificaciones en el uso del suelo.

Por: Ing. Justino González Álvarez Por su situación geográfica, la República Mexicana se ve afectada por lluvias derivadas de diversos fenómenos meteorológicos. En verano (junio-octubre), el País está sujeto a la acción de ciclones o tormentas tropicales prácticamente en toda su extensión. Durante el invierno, en cambio, es afectado por tormentas de origen extratropical, frentes polares originados en latitudes altas que viajan hacia el sur y causan también fuertes precipitaciones en todo el país, sobre todo en el Norte. A estos fenómenos se suman los efectos orográficos y las precipitaciones originadas por fenómenos convectivos, los cuales producen tormentas muy intensas aunque de poca duración y extensión. Esta diversidad de fenómenos meteorológicos produce condiciones extremas de precipitación y de sequía. De acuerdo con la referencia 1, en los últimos 15 años se ha estimado un promedio anual de daños por inundaciones del orden de 200,000 millones de pesos, sin incluir daños no cuantificables, como la afectación a las condiciones normales de vida y de producción, así como la muerte de aproximadamente 1,000 personas por año. Por otra parte, si bien el desarrollo agrícola se beneficia con las lluvias, también se inundan cientos de miles de hectáreas cada año. Adicionalmente se han producido situaciones que pueden calificarse como catastróficas, como la de ciudad de La Paz, en 1976 (5 mil a 10 mil muertes); los daños producidos en 1988 por el ciclón Gilberto, en Monterrey (más de 200 muertes) y los del Bajío, en 1976. Mecanismos productores de la precipitación De acuerdo con el proceso que da origen a la precipitación en México, pueden distinguirse lluvias originadas por huracanes, lluvias provocadas por vientos “normales” que transportan humedad del mar hacia las montañas que la obligan a ascender provocando su enfriamiento y precipitación, lluvias derivadas de las masas polares y lluvias convectivas. Aunque en muchas ocasiones estos mecanismos se combinan, es útil analizar por separado

las características de la precipitación correspondiente a cada caso. Los huracanes transportan grandes cantidades de humedad y ocupan también grandes extensiones. Cuando penetran tierra adentro provocan tormentas de larga duración (del orden de varios días) y extensión (ha habido huracanes como el Beulah y el Gilberto que antes de penetrar a la costa ocuparon prácticamente todo el Golfo de México). Estos fenómenos pueden provocar inundaciones generalizadas en las principales cuencas de la República, sobre todo en las que descargan en el centro y norte del Golfo de México y del Océano Pacífico (Figura 1). En muchas partes de la República, particularmente en las cuencas que vierten al sur del Golfo de México y del Océano Pacífico, los ciclones no penetran directamente. Sin embargo, las corrientes de aire, que transportan flujos importantes de humedad del mar a la tierra, al encontrarse con los sistemas montañosos, ascienden y provocan grandes precipitaciones concentradas en el lado de barlovento de dichos sistemas montañosos. Los mapas de precipitación media anual (Figura 2) muestran que este mecanismo es el causante de las mayores precipitaciones de la República Mexicana. Otro fenómeno causante de precipitaciones importantes en la República, sobre todo en la región noroeste, es el desplazamiento de frentes fríos, que provienen de zonas polares. Las grandes avenidas, por ejemplo, en los ríos Fuerte y Yaqui, son producto de este tipo de precipitaciones, que además provocan el deshielo de la nieve acumulada en las partes altas de las montañas de esa región. Finalmente los mecanismos de ascenso de humedad por convección son causantes de precipitaciones de gran intensidad aunque de poca duración y concentradas en áreas muy chicas. A las lluvias de origen convectivo están asociadas las inundaciones en las zonas urbanas situadas en la altiplanicie de la República, particularmente las inundaciones en la Ciudad de México y, en forma muy importante, en el Área Metropolitana de Monterrey. (Figura 2)

Ing. Justino González Álvarez Ingeniero Civil por la Universidad de Nuevo León. Ha participado en seminarios y congresos de hidrología aplicada, modelos matemáticos en la hidrología, manejo de software en hidrología e hidráulica aplicada, hidrología y contaminación de corrientes, hidrología e hidráulica urbana, sistemas de alcantarillado sanitario y pluvial, sistemas de agua potable, instalaciones hidráulicas y sanitarias, entre otras. Jefe de Dpto. estudios básicos de factibilidad hidrológica en la Secretaria de Recursos Hidráulicos, Cd. de México. Coordinador de control de descargas de aguas residuales, coordinador técnico, plan maestro de administración integral de las aguas pluviales para el Area Metropolitana de Monterrey, s.i.m.a.p. Ha desarrollado proyectos y estudios en sistema de agua potable, sistema de drenaje sanitario y pluvial, redes ramificadas, estudios hidrológicos, estudios de socavación, control y supervisión de obras. Maestro en la Universidad Autónoma de Nuevo León, facultad de Ingeniería Civil.

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Fig.1

y espacial de las precipitaciones correspondientes. 2) Modelos que permiten predecir el hidrograma a la salida de la cuenca cuando se conocen las características de la misma y la distribución temporal y espacial de la precipitación. 3) Modelos que permiten predecir el comportamiento de las avenidas durante su tránsito por los cauces principales.

Fig. 2

Hidrograma en una cuenca urbana

Hidrograma en una cuenca natural

Tiempo

Fig. 3

Q1 Q2

Tiempo

Fig. 4

Nivel de la Margen del Río

Nivel del Río

Fig. 5

Para modelar correctamente el proceso lluvia-escurrimiento, es necesario considerar que tanto las características de la precipitación como las de la superficie del terreno varían de un punto a otro de la cuenca, de tal forma que el proceso real es el resultado de la superposición de muchos procesos, como el descrito líneas arriba. Por otra parte, las condiciones de la cuenca varían de una época del año a otra; así, por ejemplo, la humedad del suelo y la cubierta vegetal pueden cambiar radicalmente de la época de verano a la de invierno. Los cambios más importantes, sin embargo, son los derivados de la actividad humana: el incremento de impermeabilidad debido a la urbanización, la deforestación y, en general, las modificaciones en el uso del suelo, provocan un aumento considerable en el volumen del escurrimiento y en la velocidad con que se presenta su valor máximo (figura 3). Posteriormente, el hidrograma que se presenta a la salida de la cuenca escurre hacia aguas abajo por el cauce del río, sufriendo nuevamente un proceso de regulación y desfasamiento que depende de las características de dicho cauce, características que también pueden modificarse con el tiempo o debido a la actividad humana. (Fig. 4) Para modelar cada vez mejor estos procesos y predecir sus resultados, los hidrólogos han trabajado en el desarrollo de herramientas de análisis que pueden agruparse en tres grandes rubros: 1) Herramientas destinadas a predecir con anticipación los sitios en que se presentan grandes tormentas, así como modelos que describen la distribución temporal

Dadas las características aleatorias de los fenómenos productores de la lluvia, así como las dificultades para el conocimiento preciso de lo que ocurre con ésta en cada punto de la cuenca, estos modelos deben complementarse con aplicaciones del cálculo de probabilidades que permitan, por un lado, estimar la ocurrencia de fenómenos de determinada magnitud y, por otro, tomar en cuenta el grado de conocimiento de los mecanismos de transformación de la lluvia en escurrimiento. Las inundaciones Puede decirse que una inundación se produce cuando el gasto de las avenidas generadas en una cuenca supera la capacidad del cauce. Cuando esto sucede, el exceso de agua escurre fuera de su cauce, sin control, hacia las partes bajas. Las inundaciones ocurren prácticamente en todo el territorio nacional, pero para su análisis es conveniente clasificarlas de acuerdo con su origen y las características de la zona afectada, en los siguientes grupos: 1) Inundaciones que se producen cuando el gasto de una creciente es tal que el nivel del agua supera, en alguna sección del cauce, el nivel de las márgenes (Figura 5) en alguno de los grandes ríos de la República (Usumacinta, Grijalva, Coatzacoalcos, Papaloapan, Pánuco, Bravo, Colorado, los del Pacífico Norte). (Figura 5) 2) Inundaciones derivadas de la insuficiencia de las obras construidas para el almacenamiento y control de las avenidas. 3) Inundaciones en zonas urbanas por tormentas de gran intensidad y de corta duración y donde la infraestructura para el manejo de las aguas pluviales es deficiente.

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1) Es importante diseñar obras que permitan el manejo de las aguas superficiales. En otras palabras, las obras hidráulicas y, en general, las medidas que se tomen para el control de inundaciones, deben diseñarse conciliando el objetivo de disminuir el daño provocado por las inundaciones con los costos de las inversiones necesarias para ello. 2) Hay que mantener una vigilancia permanente ya que la no ocurrencia de avenidas importantes durante varios años no garantiza que no puedan presentarse en el futuro. Esta recomendación es importante sobre todo en relación con las zonas semidesérticas y para propósitos de operación y mantenimiento de la infraestructura pluvial. Cuando las obras de infraestructura están mal diseñadas o falla su mantenimiento, pueden provocarse grandes inundaciones que originen daños mayores a los que se tendrían sin obra. Los problemas se concentran cada vez más en las zonas urbanas, en la misma medida que están cambiando sus características físicas.

Medidas de protección

PLANEACIÓN URBANA

En México se producen inundaciones derivadas del desbordamiento de los grandes ríos prácticamente cada año. Algunos ejemplos extremos son los desbordamientos del Grijalva en 1963, 1973, 1999 y 2006. Las inundaciones derivadas de la insuficiencia y, por tanto, la falla de obras de almacenamiento y control, han sido afortunadamente poco frecuentes. Se pueden destacar las inundaciones en la ciudad de La Paz, en 1976, derivadas de la falla de un bordo de protección; y las de 1976, en el Bajío, por el desbordamiento de una serie de pequeñas represas. Este tipo de fallas representa sin embargo un potencial de daños enorme. Es particularmente importante evitar la falla por desbordamiento de las presas de enrocamiento, ya que, en caso de ocurrir, el desbordamiento provocaría la destrucción de la presa en un tiempo corto (del orden de horas) y el volumen de agua almacenado sería descargado súbitamente hacia aguas abajo, con gastos mucho mayores que la capacidad del cauce. Para entender el problema, considérese el caso de la presa El Infiernillo, situada en el río Balsas, en 1967. Es importante tomar en cuenta que las fallas pueden ocurrir no solamente por la insuficiencia de la obra desde el punto de vista hidrológico sino también por deficiencias en el diseño hidráulico de la obra. Las inundaciones en zonas urbanas son cada vez más importantes debido a que, por un lado, las modificaciones en las cuencas producen hidrogramas varias veces mayores, en volumen y pico, que los de la cuenca natural, y por otro, las inundaciones afectan bienes de alto valor económico. La Ciudad de México es un caso dramático que muestra que, a pesar de las grandes inversiones en infraestructura para el drenaje y control de las avenidas, cada año se producen enormes pérdidas debidas a las inundaciones. De la descripción anterior pueden resumirse algunas ideas importantes para plantear las necesidades y formas de estudio. Los grandes fenómenos son poco frecuentes, sobre todo en zonas semidesérticas, por lo que:

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Con objeto de disminuir en lo posible los daños causados por las inundaciones es necesario desarrollar una serie de medidas de protección; dichas medidas pueden clasificarse para su descripción en estructurales (infraestructura hidráulica destinada al control de inundaciones) y no estructurales o institucionales, aunque generalmente es conveniente el uso conjunto de ambos tipos de medidas. Medidas estructurales para la protección contra inundaciones Están constituidas por cualquier obra de infraestructura hidráulica que ayude al control de inundaciones. Por su función principal pueden dividirse en: a) Obras de regulación. Son fundamentalmente las presas que permiten almacenar temporalmente una parte de las crecientes para después descargarlas en forma controlada. En México, las principales presas para regulación de avenidas han sido construidas en las cuencas de los ríos Grijalva, Papaloapan, Yaqui, Fuerte, Santiago y Balsas; y en el inicio del presente siglo, la construcción de una presa para control de avenidas en Santa Catarina, N.L. en el sitio conocido como Corral de Palmas, y tiene como objeto principal el salvaguardar de las inundaciones al Área Metropolitana de Monterrey. . En los últimos años se ha dado importancia creciente a las obras de mejoramiento de cuencas (reforestación, terraceo, pequeñas presas de retención de azolves, etc.) mediante las cuales se disminuye y regula el escurrimiento superficial, contrarrestando, al menos parcialmente, los efectos negativos de la urbanización. (Figura 6). b) Obras cuya función es facilitar el transporte rápido del agua por su cauce, disminuyendo el tirante de agua en los ríos y, por tanto, las posibilidades de que ocurra un desbordamiento. Están constituidas fundamentalmente por la rectificación de cauces y el incremento de su pendiente mediante el corte de meandros. c) Obras de protección. Su función es confinar el agua dentro del cauce del río (bordos longitudinales a lo largo de una o ambas márgenes del río) o bien evitar que la inundación alcance poblaciones o zonas de gran importancia económica (bordos perimetrales). (Figura 7) Medidas no estructurales o institucionales El objetivo de estas medidas no es tanto evitar las inundaciones, sino disminuir los daños causados por éstas. Pueden establecerse medidas de efecto permanente y medidas aplicables solamente en relación con la presencia de un fenómeno meteorológico importante.

Presas para retención de azolves y control de flujo Área para retención de azolves

Contradique Tanque disipador

T.N.

T.N.

Dentellón x1

x3

x2

Base Total

Sección de la presa sin escala

Fig. 6

1.0 C 3.0

Bordos longitudinales

J

A

A

Sección A-A’

Fig. 7

C

J

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Medidas permanentes. Están constituidas básicamente por la reglamentación en el uso del suelo, apoyada en una zonificación de las llanuras inundables. El propósito es evitar que los bienes de gran valor económico y/o social se ubiquen en zonas sujetas a riesgo de inundación (Fig. 8). Medidas de operación. Todas las medidas que se toman cuando se presenta un fenómeno meteorológico que puede causar una inundación deben apoyarse en modelos de pronóstico en sus diferentes fases (pronóstico de la ocurrencia de la lluvia, de su transformación en escurrimiento superficial, de su “tránsito” por los cauces y las obras de infraestructura). Las principales medidas de este tipo son: la operación de la infraestructura hidráulica, la difusión de boletines de alerta y la evacuación de personas y bienes afectables. (figura 8) Agricultura estacionamientos almacenamiento

Casas con piso arriba del nivel del terreno

Conclusiones Los estudios hidrológicos orientados a evitar, o al menos a disminuir, las inundaciones y los daños provocados por éstas, pueden clasificarse en dos grandes grupos, que se describirán en seguida en forma breve y simplificada:

Cauce Avenida de 100 años Avenida de 500 años

Fig. 8

a) Estudios cuya finalidad es definir la capacidad de las obras hidráulicas que operarán a lo largo de muchos años. En estos casos, lo que se requiere es una predicción de tipo estadístico sobre la magnitud de las avenidas que pueden presentarse en el sitio de la obra. b) Estudios cuya finalidad es operar las obras existentes para controlar determinada avenida específica o, en determinados casos, dar la señal de alarma con la mayor anticipación posible para tomar medidas de alertamiento, evacuación, etc. Lo que se requiere, entonces, es el pronóstico de las avenidas en tiempo “real” (es decir, indicando el día y la hora, a diferencia de la predicción estadística que se menciona en a), en donde lo importante es el tamaño de las avenidas que pueden ocurrir, sin importar cuándo se presentarán). En otras palabras, por una parte se trata de construir obras que ayuden a manejar cualquier avenida que se presente en el sitio que se quiere proteger y por otra, de pronosticar, al menos con unas cuantas horas de anticipación, la magnitud de cada avenida que se presente en el sitio.

Huracán Gilberto, 1988.

En los estudios del tipo a), el análisis es fundamentalmente estadístico, con objeto de conocer las probabilidades asociadas con los diversos factores que determinan la magnitud de una avenida: la magnitud de la lluvia, su distribución en el tiempo y el espacio, las condiciones de humedad en la cuenca, el nivel del agua en las presas, etc. El conocimiento de esas probabilidades y, en definitiva, de las probabilidades asociadas a cada tamaño de avenida, es indispensable para decidir correctamente el tamaño de las obras hidráulicas destinadas al control de las avenidas. Los estudios del tipo b) tienen que hacer énfasis en relaciones causa-efecto, con objeto de estimar, dadas ciertas condiciones en la cuenca, cómo una tormenta específica se transforma en escurrimiento, y cómo llega hasta el sitio que se protege. En otras palabras, se busca conocer la magnitud de la avenida y el momento preciso en que se presentará, a partir de datos de lluvia medidos en diversos puntos de la cuenca y transmitidos inmediatamente a un puesto central de registro y análisis. Tanto los estudios del grupo a) como los del grupo b) se requieren para gran diversidad de condiciones climatológicas, topográficas, geológicas, de vegetación, de las cuencas del País; por lo que es necesario un esfuerzo conjunto de organismos de gobierno, universidades y compañías de estudio, dirigido, en forma organizada, a resolver cada vez mejor estos problemas. Antecedentes. Desde su fundación, la ciudad de Monterrey, ubicada primeramente en los ojos de agua de Santa Lucía, ha sufrido penosas inundaciones. En el año de 1611 se ordenó el cambio del poblado ubicado en Santa Lucía, al sitio actual, debido a las inundaciones. Siendo Gobernador del Estado el General Bernardo Reyes, se terminan las obras de canalización del río Santa Catarina, mientras se inicia la industrialización de Monterrey. A pesar de lo anterior, la ciudad sufre inundaciones en los años de 1903, 1909, 1933 y 1938, provocadas por las avenidas que se presentaron en el río Santa Catarina, por la gran cantidad de pérdida de vidas humanas. La que provocó más daños fue la de 1909, ya que las pérdidas humanas durante esta inundación se estiman en alrededor de 5 mil, cuando la población total de Monterrey era de 90 mil habitantes. En 1947 se realizaron pequeñas obras de rectificación del cauce del río que se continuaron en el periodo de 1949 a 1955, siendo Gobernador del Estado el Dr. Ignacio Morones Prieto.

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ubicado al centro de la sección de gravedad; dos orificios intermedios de 4 m por 4.5 m cada uno, en la cota 879.54 m.s.n.m.; y otro orificio inferior con la misma geometría que los antes mencionados, el cual se ubica en la cota 846.50 m.s.n.m., con un gasto total de descarga de 2400 m3/s; un bordo libre de 1.79 m y áreas de embalse 3.27 Km2 al NAMO y 3.59 Km2 al NAME. Río Santa Catarina

Sin embargo, más recientemente se presentaron las avenidas de 1967, 1986 y 1988, que sirvieron para demostrar que la porción más importante de la canalización, frente a Monterrey y parte de Guadalupe funciona bien; sin embargo, en otras zonas donde el cauce natural del río había sido invadido por el crecimiento de la ciudad, se disminuyó la capacidad hidráulica, dando como resultado que el río recuperara terrenos que pertenecían a su cauce. Como mejor ejemplo, tenemos el paso del Huracán Gilberto por el Área Metropolitana de Monterrey, el 17 de Septiembre de 1988. El río Santa Catarina, durante este evento, según la C.N.A. alcanzó un caudal de 4800 m3/s y velocidades de hasta 12 m/s. Históricamente con frecuencias de 20 a 25 años un huracán revienta en las serranías del Área Metropolitana de Monterrey. El huracán Gilberto provocó a su paso daños por más de 200 millones de pesos. Se registraron más de 200 personas muertas o desaparecidas, y más de 20 mil damnificados, con pérdidas económicas superiores a los 200 millones de pesos.. INFORMACIÓN GENERAL PRESA ROMPEPICOS CORRAL DE PALMAS Localización Política y Geográfica. La cuenca tributaria del río Santa Catarina, hasta la salida del Cañón de la Huasteca, tiene una superficie aproximada de 1,100 Km2, nace a unos 85 Km. de Monterrey, a una elevación aproximada de 3,400 metros sobre el nivel del mar y escurre en dirección hacia el noreste, donde forma el Cañón la Huasteca. En esta zona se localiza el sitio de la boquilla denominada Corral de Palmas, correspondiéndole el área de drenaje aproximada de 750 Km2. Breve descripción de la obra El proyecto consiste en una presa para controlar avenidas, regular escurrimientos extraordinarios y dar protección contra inundaciones al Área Metropolitana de Monterrey, y su zona conurbada; se toman en cuenta las condiciones actuales de capacidad hidráulica del río Santa Catarina y las estructuras alojadas en su lecho. Se proponen, además, obras de encauzamiento y transiciones necesarias para conducir el caudal con el menor riesgo. La presa tiene una capacidad de 100 millones de metros cúbicos. Su cortina es de gravedad, de Concreto Compactado con Rodillo (CCR), tiene una altura de 103.54 metros y 169.27 metros de longitud, además de un vertedor de demasías con perfil en Cimacio a la cota 907.00 m.s.n.m.,

El río Santa Catarina nace en la Sierra de San José en el municipio de Santiago a 2,369 m.s.n.m.; su pendiente general es de 24 m/km y en el tramo de su paso por la zona urbana es de 8 m/km, lo cual hace que sus escurrimientos sean muy rápidos. Estudio de avenidas históricas En el Siglo XX hubo cuatro avenidas extraordinarias con gastos de 6650, 4140, 1100 y 4800 m3/s, según la C.N.A. Estas avenidas se presentaron con un intervalo histórico de aproximadamente 30 años, ya que corresponden a los años 1909, 1938, 1967 y 1988 respectivamente. El tránsito de la avenida de diseño para la Presa Rompepicos dio los resultados que se consignan adelante. El gasto pico de la avenida es de 5942 m3/s y una vez que pasa por la presa se tiene un gasto de 2400 m3/s; esto da una capacidad de regulación para el gasto máximo de casi un 60 % y el tiempo de permanencia en la zona del vaso es de aproximadamente 40 horas. Por otra parte, el arroyo El Obispo es tributario por la margen izquierda del río Santa Catarina y se le une en los límites de el municipio de San Pedro Garza García, el gasto máximo de aportación se estima del orden de 900 m3/s, pero en este momento La Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano en N.L., ha elaborado varios proyectos para pequeñas presas rompepicos en el Piamonte del cerro de las Mitras, y su diseño es tal que se cuenta con una capacidad de regulación del gasto máximo de casi el 50 %. En estas condiciones, para un evento de esta naturaleza, en el Municipio de San Pedro Garza García puede esperarse un gasto máximo alrededor de los 3000 m3/s. que puede ser manejado por el cauce del río Santa Catarina, y esto se debe a la capacidad de regulación y retención de la Presa Rompepicos. Bibliografía 1. Sánchez Bribiesca, J. L., Domínguez Mora, R., Inundaciones en México, Instituto de Ingeniería, UNAM, 1990. 2. Sánchez Bribiesca, J. L., Comunicación verbal, 1978. 3. Instituto de Ingeniería Civil, Síntesis Presa Rompepicos “Corral de Palmas”, 2002.

Corral de Palmas, vista de aguas abajo hacia aguas arriba

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PELIGROS Y RIESGOS NATURALES

Desarrollo Urbano de la ciudad de Monterrey El agua puede ser potabilizada y distribuida a través de redes, pero existen INfiltraciones en algunas fuentes superficiales (presas Cerro Prieto y El Cuchillo) que reducen la cantidad de agua suministrada por cada una de ellas. También influyen las actividades del ser humano cercanas a dichas fuentes y a sus cuencas, y que se encuentran ligadas Dr. Héctor de León Gómez Ingeniero Civil por la UANL, México. Maestría en Geología por la TU Clausthal, Alemania. Doctorado en Ciencias Naturales (Dr. rer. nat.) por la RWTH-Aachen, Alemania. Profesor-Investigador Titular “D” de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la UANL. Investigador Nacional Nivel 1 del Sistema Nacional de Investigadores del SNI, desde 1993-2004. Profesor con Perfil Deseable PROMEP de la SEP. Cursos impartidos en la Facultad de Ciencias de la Tierra: Hidrogeología Ambiental I y II, Geología Básica, Ingeniería Geológica Ambiental, Ingeniería Geológica para Avanzados, Hidrogeología para Avanzados. Actualmente es Director de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la UANL.

directamente con la deposición de la basura doméstica, municipal e industrial de forma inadecuada. Afortunadamente, existen programas de educación y cultura ambiental, lo mismo que planes para solucionar el problema.

Por: Dr. Héctor de León Gómez Los Planes de Desarrollo Urbano de la ciudad de Monterrey y su área metropolitana son elaborados por profesionistas del ramo y dirigidos por los gobiernos municipales y estatal de Nuevo León; esto debido al crecimiento tan acelerado de los municipios, producto del desarrollo económico, político y social del estado. La situación geográfica de Nuevo León con climas templados y secos, morfología muy marcada, hidrografía pobre, precipitaciones bajas y evaporaciones altas, desa-

rrollo industrial, así como el impresionante crecimiento demográfico, ha provocado los problemas del desarrollo urbano de Monterrey. Allí se concentran más del 95% de la población del Estado, es decir, más de 4 millones de habitantes y su población flotante. Los principales problemas de la ciudad son: déficit de agua potable, contaminación del acuífero de valle de Monterrey por actividades industriales, construcciones en zonas de montaña y valle, inundaciones en épocas de huracanes.

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Las fuentes de agua son superficiales (presas La Boca, Cerro Prieto y El Cuchillo), y subterráneas (Pozos de Mina, Campo de Pozos Monterrey, Campo de Pozos La Huasteca, Socavón de San Francisco y Túneles de la Cola de Caballo). La calidad del agua en general es apta para ser potabilizada y distribuida a través de redes, sin embargo existen problemas de infiltraciones en algunas fuentes superficiales (presas Cerro Prieto y El Cuchillo) que reducen la cantidad de agua a suministrar por cada una de ellas. También influyen las actividades del ser humano cercanas a dichas fuentes y a sus cuencas, y que se encuentran ligadas directamente con la deposición de la basura doméstica, municipal e industrial de forma inadecuada. Afortunadamente, existen programas de educación y cultura ambiental, lo mismo que planes para solucionar el problema de las infiltraciones. La contaminación del acuífero de Monterrey, compuesto por una serie de más de 150 pozos de abasto ubicados en el valle de Monterrey y su periferia se debe principalmente a las actividades de la población regiomontana; entre otras, la influencia de los tiraderos de basura que se localizan al noroeste de Monterrey (San Bernabé) en donde se depositaron los desechos de la población en los años 1970-1990, resultando afectadas las aguas de los pozos de abasto con nitratos en altas concentraciones, los cuales afectan la salud de infantes y adultos. Otro problema es el sistema de drenaje, que presenta “fugas” en los procesos de conducción y operación, infiltrándose aguas residuales a los acuíferos que representan las fuentes subterráneas de abasto a la ciudad. A esto hay que agregar actividades como gastronomía, talleres mecánicos, gasolineras con fugas, talleres de pintura, la industria regiomontana, etc. Las construcciones en montaña representan actualmente un problema prioritario en la industria de la construcción de Monterrey, aunado al cambio del uso de suelo,

ahora con tipos de construcción vertical, es decir, edificios de más de 20 pisos. Las cimentaciones de dichas construcciones deben estudiarse a detalle y de manera regional, especialmente los materiales geológicos existentes allí desde hace millones de años. Para esto deben contemplarse el estado físico de los macizos rocosos: intemperismo, fracturamiento, relleno de fracturas, resistencia de la roca, rugosidad, cantidad de agua en poros y grietas, niveles freáticos. Los estudios de Ingeniería geológica deben considerarse en el diseño de la obras, así como la sismicidad de bajo grado registrada por la estación de Linares, con sismos de 4.3 a 4.8 en la escala de Richter ocurridos en abril de 2007 y cuyos epicentros se presentaron en Santiago y Galeana, N. L. Dicha sismicidad se debe a fallas profundas en el noreste de México y que se conducen a través del valle de Monterrey. Basta recordar el caso del edificio de San Jerónimo en el año 2007, deslizado sobre macizos rocosos, arcillosos y muy fracturados, que tuvo que ser demolido por las grandes fallas identificadas en el subsuelo en que se asentaba. Otro problema se presenta con los fraccionamientos construidos en “arroyos secos” que se consideran perennes, es decir, que escurren agua sólo en épocas de lluvia, lo cual ha traído desastrosas consecuencias en las viviendas. Recordemos el caso del año 1988 en Chipinque con el colapso generado por las lluvias del huracán “Gilberto” en un edificio de más de 4 pisos. Las inundaciones del valle de Monterrey han provocado catástrofes y pérdidas de vidas humanas. Dichos eventos se presentan desde hace más de 80 años. El último de los eventos fue la presencia del huracán “Gilberto” en septiembre de 1988, que generó fuertes lluvias por cerca de 3 días y una avenida máxima de casi 4,400 m3/s que llegó a arrastrar varios autobuses que cruzaban por los puentes del río Santa Catarina. Los problemas se resolvieron con

Vista del Área Metropolitana de Monterrey. Foto: BEES SF.

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Edificio en la colonia San Jerónimo, con rasgos del macizo rocoso inestable. Foto: Cortesía del autor.

Vista desde una construcción en la colonia San Jemo, Monterrey, N.L. Foto: Mircea Turcan.

la presa “Rompepicos” construida, como su nombre lo dice, para controlar y/o regular las avenidas formadas en la cuenca alta y disminuir la afluencia de agua y materiales, que se retienen y controlan en la cuenca, aguas arriba de la ciudad de Monterrey. Sin embargo debe rediseñarse la capacidad del río Santa Catarina en lo referente a su ancho y profundidad para controlar y conducir avenidas de agua extraordinarias que se presenten en un futuro no muy lejano.

Debe destacarse la importancia de los estudios geológicos en el diseño y la construcción de obras civiles, independientemente de su magnitud, ya que siempre representarán costos por abajo del 2% del costo total, para que se eviten daños materiales y, lo más importante, a la humanidad en general.

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Determinación de zonas de riesgo por inundación en cuencas México se encuentra situado en una región afectada por diversos fenómenos naturales, donde inciden los fenómenos hidrometeorológicos, que anualmente causan daños, pérdidas económicas y, lamentablemente, pérdidas de vidas humanas. En este sentido, prevenir los riesgos derivados de fenómenos hidrometeorológicos y atender sus efectos, específicamente en materia de ordenamiento territorial, es de vital importancia a fin de garantizar la seguridad de la población.

Por: Ing. Amalio Cardona Rodríguez Las experiencias ocurridas en las cuencas de la zona metropolitana de Monterrey, en el estado de Nuevo León, por las crecientes producidas por estos fenómenos han ocasionado afectaciones y daños a la infraestructura de la ciudad, a las viviendas y a la población. Situaciones como ésta, plantean la necesidad de realizar esfuerzos para prevenir y atender los riesgos naturales, que contemplen sensibilizar a las autoridades y a la población de la existencia de riesgos y la necesidad de incorporar criterios para la prevención de desastres en los planes de desarrollo urbano en el marco normativo de los municipios.

En este sentido, para prevenir los riesgos derivados de fenómenos hidrometeorológicos y atender sus efectos, específicamente en materia de ordenamiento territorial, se contempla la delimitación de las áreas más vulnerables en términos de inundación, para evitar la instalación de asentamientos humanos en ellas y, en la medida de lo posible, proceder a la reubicación de los habitantes que ya existen en estas zonas, con el fin de garantizar su seguridad.

Ing. Amalio Cardona Rodríguez Egresado de la U.A.N.L. recientemente concluyo sus estudios de posgrado en el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) en Ciencias y Tecnología del Agua. Cuenta con diversos cursos técnicos relacionados con el uso de modelos hidrológicos e hidráulicos en los sistemas de información geográfica, como sistemas de soporte en la toma de decisiones en la gestión territorial. Ha desempeñado varios puesto dentro de la Comisión Nacional del Agua, actualmente en el Organismo de Cuenca Río Bravo de la misma Dependencia colabora en el área de Aguas Superficiales e Ingeniería de Ríos, en proyectos relacionados con la determinación de zonas de riesgo a inundación para su empleo en la gestión de riesgo.

Colonias al borde del lecho del río Santa Catarína al poniente del AMM. Foto: Javier Orozco.

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Sistema LIDAR (Ligth Detection and Ranging). Ilustración: Northern Gulf of Mexico (NGOM) Ecosystem Change and Hazard Susceptibility.

(Der.) Afectación en la carpeta asfáltica por fenómenos hidrometeorológicos. Foto: Cortesía del autor.

Estas circunstancias motivan la implementación de metodologías de trabajo, donde el uso de herramientas como los sistemas de información geográfica y las aplicaciones para desarrollar los modelos hidrológicos e hidráulicos generen, como resultados, mapas de inundación para el apoyo de las acciones de planificación, ordenamiento territorial y emergencia orientadas a reducir la vulnerabilidad al riesgo de inundaciones, que podrían afectar la seguridad de la población y la infraestructura de la ciudad. La disponibilidad de información topográfica de detalle es el insumo básico para que el desarrollo de los modelos hidráulicos, produzca resultados más apegados a la realidad en cuanto a las zonas críticas o afectas por tirantes de agua. Recientemente, tecnologías como LIDAR (Ligth Detection and Ranging) para la medición del terreno a distancia mediante un sistema láser, han revolucionado la generación de modelos digitales de elevaciones de alta precisión para

distintas aplicaciones, entre las cuales se encuentran la elaboración de cartografía de inundaciones. Finalmente, la representación de los tirantes de agua en el sistema de información geográfica, determina la distribución espacial de las zonas que pueden ser impactadas ante la ocurrencia de lluvias asociadas a un periodo de retorno o probabilidad de ocurrencia. Estos sistemas permiten aplicar la clasificación de las zonas inundables relacionando el periodo de retorno del gasto analizado y el tirante asociado al mismo. Clasificando las zonas como de amenaza alta, amenaza media y amenaza baja. Clasificación que puede emplearse como apoyo en la toma de decisiones por las partes interesadas, ya sea para atender emergencias en cuencas ya desarrolladas, como es el caso de las cuencas urbanizadas, o acciones de ordenamiento y planificación del territorio que permitan la prohibición, reglamentación y sensibilización de los asentamientos humanos, según corresponda la clasificación de amenaza.

Ordenamiento y planificación del territorio

Leyenda Mapa

Amenaza Alta azul oscuro

Amenaza Media azul

Amenaza Baja celeste

Pérdidas y daños previsibles en caso de ocupación para asentamientos humanos

Implicaciones para el ordenamiento territorial

Las personas están en riesgo tanto dentro como fuera de las viviendas. Existe peligro de destrucción de las viviendas y daños en el manejo de los mismos.

Zona de prohibición, no apta para la instalación, crecimiento y densificación de asentamientos humanos. Las áreas ya adificadas en la medida de lo posible deben ser reubicadas o protegidas con obras de protección y sistemas de alertamiento.

Las personas están en riesgo afuera de sus viviendas. Existen daños en las viviendas dependiendo de los materiales de construcción.

Zona de reglamentación, se puede pertimir la expansión y densificación de asentamientos humanos, siempre y cuando se respeten los reglamentos de ocupación de suelos y normas de construcción apropiados.

El peligro para las personas es débil. Las viviendas pueden sufrir daños leves pero daños importantes hacia el interior de las mismas.

Zona de sensibilización, para los asentamientos humanos que se encuentran en estas áreas y conozcan y apliquen reglas apropiadas ante estas.

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Cañon de la Huasteca. Foto: Javier Orozco.

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Resumen de Actividades del Consejo El Ing. Humberto Leal García, M.C., Presidente Ciudadano del Consejo se dirigió a la Asamblea en las Reuniones realizadas en febrero y marzo de 2009. En la primera, compartió el significado del término gobernanza como modelo de gobernar y administrar recursos, distinto a la forma tradicional de algunos gobiernos protagonistas y dominantes. En la segunda, externó la solidaridad del Consejo por continuar con la realización de programas de protección a los adultos mayores y de salud para la niñez y las personas con capacidades diferentes.

Por: Rizoma Staff El Ing. Humberto Leal García, M.C., Presidente Ciudadano del Consejo de Participación Ciudadana para el Desarrollo Urbano y la Obra Pública de Nuevo León dirigió mensajes de bienvenida en las Reuniones de Consejo realizadas en febrero y marzo de 2009. La primera reunión se llevó a cabo el 12 de febrero ante la presencia del Ing. Lombardo Guajardo Guajardo, Secretario de Obras Públicas del Gobierno del Estado; el Ing. Pelegrín Contreras Meza, Subsecretario de Obras Públicas y la Lic. Graciela Contreras Salazar, Directora de Asuntos Jurídicos Concertación, Seguimiento y Gestión de esta Secretaría; el Arq. Juan Ignacio Barragán Villarreal, Secretario Técnico del Consejo y Presidente de la Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano; el Embajador Lic. Francisco Javier Alejo López, Coordinador Ejecutivo del Programa INVITE; y el Lic. Hugo González González, director de Desarrollo Logístico del mismo Programa. El Ing. Humberto Leal García, aseveró que el Plan Estatal de Desarrollo 2004-2009 es un proyecto que contempla la dimensión ambiental, ya que procura el cuidado y la protección ambiental, la integridad ecológica, el cuidado a la biodiversidad; además de complementarse con una dimensión social en la búsqueda de la equidad y la participación ciudadana como una oportunidad de desarrollo institucional y gobernanza. Enseguida, el Presidente Ciudadano compartió el significado del término gobernanza como modelo de gobernar y administrar recursos, distinto a la forma tradicional de algunos gobiernos protagonistas y dominantes. Según dijo, el proceso de gobernanza toma forma a partir del diálogo entre grupos y sectores sociales, entre estos y los ámbitos de gobierno correspondientes en un camino incluyente, simétrico, racional y pacífico, teniendo la capacidad de que las fallas en la dirección se puedan corregir para poder avanzar en un nuevo esquema. Terminó afirmando que es necesario que se continúe legislando para fortalecer la participación ciudadana, ren-

glón en que se ha logrado mucho durante este período gubernamental, y que ha generado un gran aliento y esperanzas de consolidar una ciudadanía activa y propositiva. La segunda reunión se efectuó el jueves 19 de marzo y a ella asistieron el Dr. Víctor A. Morales Villarreal, Director de Jurisdicciones Sanitarias, representante del Dr. Gilberto Montiel Amoroso, Secretario de Salud y Director General de Servicios de Salud de Nuevo León, O.P.D.; el Dr. Adán Hernández C., encargado de Caravanas de la Salud; el Secretario Técnico, Arq. Juan Ignacio Barragán Villarreal y a funcionarios de la Agencia. Leal García advirtió que el área metropolitana está constituida por nueve municipios conurbados, pero metropolizados con otros trece de la subregión periférica, por lo que se requiere de una enorme red vial. Recordó que desde el Plan Director de la Subregión Monterrey publicado en 1967 denominado Exápolis 2000, se sentaron las bases rectoras para la red con la que hoy se cuenta. Más adelante reconoció que la Secretaría de Salud desarrolla campañas importantes para erradicar dengue, cólera, influenza, tuberculosis, rotavirus y rubéola, con lo que se ha conseguido una de las tasas más bajas en mortalidad y morbilidad infantil en el país. Puntualizó que la esperanza de vida en el Estado supera los 77 años de edad, por lo que podemos compararnos con las metas de naciones europeas desarrolladas. Agregó que en el ramo de hospitales se cuenta con el nuevo complejo Hospitalario Materno Infantil y externó la solidaridad del Consejo por continuar con la realización de programas de salud para la niñez, así como la protección de los adultos mayores, para quienes el cuidado de la salud con programas de deporte adecuados ha tenido un vigoroso impulso. Un esfuerzo equiparable, según dijo, se realiza también con programas para la salud de personas con capacidades diferentes. Para finalizar, terminó reconociendo el trabajo de los consejeros, deseando éxito a la Asamblea y agradeciendo a los invitados por su presencia y participación.

Noticias de la Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano de Nuevo León

Cátedra Urbana El pasado 5 de febrero se llevó a cabo la CÁTEDRA URBANA, titulada “La Planeación Dinámica del Desarrollo Urbano y los Sistemas de Información Geoespacial”. En esta sesión el Lic. Claudio Martínez Topete, director del Centro de Colaboración Geoespacial de la Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano de Nuevo León, fue quien expuso el tema en esta ocasión. En esta sesión se mostraron los nuevos conceptos de la planeación urbana en Nuevo León y la relación de ésta con los sistemas de información geográfica. Se expusieron antecedentes de los sistemas de información, situación pasada y actual de la planeación urbana, tecnologías de información y su metodología, procesos e infraestructura. Y se profundizó en las herramientas del Centro de Colaboración Geoespacial. Estos nuevos conceptos y sistemas de información geográfica son una poderosa fuente de información para los tomadores de decisión de la planeación urbana y el ordenamiento territorial, organismos federales, estatales y municipales, así como todo aquel público, desde estudiantes hasta desarrolladores, que buscan contar con elementos técnicos para sustentar la factibilidad de proyectos de inversión. Primer Audiencia Pública del Plan de Desarrollo Urbano de la Región Cítrica del Estado de Nuevo León El día 2 de abril dio inicio a la Consulta Pública del Anteproyecto del Plan de Desarrollo Urbano de la Región Cítrica del Estado de Nuevo León. Esta consulta tiene como objetivo dar a conocer las propuestas en materia de desarrollo urbano, y dar cumplimiento al proceso jurídico que marca la legislación en materia de Desarrollo Urbano para los municipios que conforman esta región.

La realización de este anteproyecto, se llevó a cabo de forma conjunta y coordinada por la Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano de Nuevo León, los ayuntamientos de Allende, Montemorelos, General Terán, Hualauises, Linares y el Fideicomiso para el Desarrollo de la Zona Citrícola del Estado de Nuevo León (FIDECITRUS). A través de esta consulta se enriquecerá el contenido del anteproyecto del Plan de Desarrollo Urbano para la Región Cítrica del Estado de Nuevo León, convirtiéndose en instrumento jurídico que impulse y promueva el ordenamiento de la región. Primer Audiencia Pública del Plan de Desarrollo Urbano para la Región Altiplano y Sierra del Estado de Nuevo León El 22 de abril inició la Consulta Pública del Anteproyecto del Plan de Desarrollo Urbano para la Región Altiplano y Sierra del Estado de Nuevo León. En esta primer audiencia se dieron a conocer las propuestas en materia de desarrollo urbano para los municipios que conforman esta región dando así cumplimiento al proceso jurídico que marca la legislación en materia de Desarrollo Urbano. La realización de este anteproyecto, se llevó a cabo de forma conjunta y coordinada por la Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano de Nuevo León, los ayuntamientos de Rayones, Galeana, Iturbide, Aramberri, General Zaragoza, Dr. Arroyo, Mier y Noriega y el Fideicomiso para el desarrollo de la región Sur del Estado de Nuevo León. El objetivo de esta audiencia es invitar a la ciudadanía a participar con propuestas, comentarios y sugerencias, al anteproyecto del Plan de Desarrollo Urbano para la Región Altiplano y Sierra del Estado de Nuevo León, enriqueciendo así el contenido del anteproyecto y posteriormente poder convertirse en instrumento jurídico para promover el ordenamiento de la región.

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PLANEACIÓN URBANA

RIZOMA

NOTICIAS DE LA APDUNL

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RIZOMA

Primer Audiencia Pública del Plan de Desarrollo Urbano para el conjunto de las regiones norte, noreste y oriente del Estado. El pasado 24 de abril se llevó a cabo la primera audiencia para la Consulta Pública del Anteproyecto del Plan de Desarrollo Urbano para el conjunto de las regiones Norte, Noreste y Oriente del Estado de Nuevo León. Mediante esta consulta se dan a conocer a la ciudadanía diversas propuestas en materia de desarrollo urbano, y al mismo tiempo se da cumplimiento al proceso jurídico que marca la legislación en materia de Desarrollo Urbano para los municipios que conforman estas regiones. Este anteproyecto, se realizó de forma conjunta y coordinada por la Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano de Nuevo León, los ayuntamientos de Agualeguas, Los Aldama, Anáhuac, Bustamante, Cerralvo, China, Dr. Coss, General Bravo, Villaldama, Vallecillo, Sabinas Hidalgo, Los Ramones, Parás, Melchor Ocampo, Lampazos, Los Herraras, General Treviño y FIDENORTE. Mediante esta consulta se enriquecerá el contenido del anteproyecto para posteriormente convertirse en instrumento jurídico que impulse y promueva el ordenamiento de la región.

Ruta Escultórica El pasado mes de marzo el escultor español José María Sirvent, se reunión con el equipo de trabajo de la Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano del Estado de Nuevo León, para dar seguimiento al proceso de instalación de su escultura “Mirada”, la cual se encontrará dentro de la Ruta Escultórica del Acero y del Cemento dentro del Parque Lineal Río Santa Catarina, en su visita a la ciudad el escultor se avocó a supervisar el plan de montaje de la obra, así como la iluminación, el diseño de la plaza donde se encontrará la escultura y el paisaje de la misma. VI Congreso Nacional de Arquitectura del Paisaje Del 26 al 29 de marzo se llevó a cabo en la ciudad de Monterrey, el VI Congreso Nacional de Arquitectura del Paisaje. Este evento fue organizado por la Sociedad de Arquitectos Paisajistas de México y el Tecnológico de Monterrey. Por su parte la Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano participó como co-organizador de este congreso, dentro de este evento el Arq. Juan Ignacio Barragán, titular de esta dependencia participó como ponente magistral con la conferencia titulada “Manejo de aguas pluviales en el diseño del paisaje”.

Vía Río

es un gran parque lineal metropolitano donde algunas avenidas y calles de la ciudad se transforman en espacios viales para la práctica de actividades deportivas, culturales, turísticas y de esparcimiento los domingos de cada semana. Este circuito de 10.6 km. en el centro de la ciudad, iniciará a partir del 22 de marzo del presente año, donde se brindará un espacio libre de costo, para la convivencia familiar y el deporte. Mediante este programa se busca integrar el proyecto de ciclovías para Monterrey y su área metropolitana, creando conciencia sobre la importancia del uso de la bicicleta en la ciudad como un medio de transporte sustentable y alternativo. Este programa permitirá recuperar las calles y espacios públicos para el esparcimiento y recreación de los habitantes de la ciudad, generando valores de convivencia, comunicación y cohesión social.

OBJETIVO GENERAL Transformar, de manera transitoria, algunos espacios y calles de la ciudad en un parque lineal recreativo dominical donde se paseen los transeúntes en bicicleta, patines, patinetas, carreolas, sillas de ruedas, o a pie y en el que se incluyan espacios en el que se desarrollen actividades de entretenimiento. OBJETIVOS PARTICULARES • Generar valores de sana convivencia y respeto • Crear sentido de pertenencia hacia la ciudad • Promover la recuperación de los espacios públicos • Incentivar actividades culturales, deportivas y recreativas en la ciudadanía • Promover el uso de sistemas de transporte sustentable como la bicicleta

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