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Trabajo de investigación La revolución francesa

Juan Felipe Arias Rodríguez Víctor Saravia Paiva

Escuela de Administración Pública – ESAP Modulo: Régimen y Sistema Político Colombiano I Docente, Jorge Ernesto Ortiz Monsalve 2018

Introducción

El 14 de julio de 1789 es, sin duda, una fecha que modificó el curso de la Historia. La toma de la Bastilla se ha considerado tradicionalmente el inicio de la Revolución Francesa y como tal, el punto de inflexión entre un mundo que agonizaba, el del Antiguo Régimen, y una nueva sociedad más libre e igualitaria que emergió. En la Revolución Francesa fue crucial la participación y toma de conciencia de un grupo social: la burguesía, en torno a su capacidad para convertirse en motor de la sociedad de su tiempo. Ante su extraordinaria pujanza, los estamentos privilegiados, clero y nobleza, no tuvieron posibilidad de reconducir los acontecimientos, y a la monarquía no le quedó más remedio que contemplar, impotente, su propio fin. Los acontecimientos que veremos van de las causas (internas y externas), pasan por la convocatoria de los Estados Generales, las Constituciones e instauración de la Primera República Francesa, la instauración del Régimen del Terror y el Directorio hasta el Consulado o hegemonía del ejército con su consecuencia principal, el Imperio Napoleónico que representará a la burguesía.

Contenido

Introducción…………………………………………………………………. 2 2.

Causas de la revolución………………………………………….…… 4

2.1

Causas Sociales: composición social a finales del sigloXVIII.……..… 4

2.2

Causas culturales: los ideales de la ilustración……………………….. 5

2.3

Causas políticas y económicas..…………….……………………………. 5

3.

Primera etapa 1789-1791……………………………………………….. 6

4.

Segunda etapa 1792-1794……………………………………………… 8

5.

Periodo del Terror……………………………………………………….... 8

6.

Tercera etapa 1795-1799……………………………………………….. 9

7.

Imperio Napoleónico……………………………………………..……... 10

7.1

Acontecimientos…………………………………………………………….. 10

7.2

Acontecimientos posteriores………………………………………………. 11 Conclusiones…………………………………………………………………... 12 Bibliografía……………………………………………………………………... 13

2.

Causas de la Revolución

En el último cuarto del siglo XVIII, Francia es un país mayoritariamente rural, en el que la burguesía se ha convertido en el sector social más dinámico mientras que el absolutismo va cayendo poco a poco en una crisis política irremediable. Sin embargo, la Revolución Francesa es producto de una serie de causas de carácter social, cultural y político-económico. A continuación abordaremos cada una de éstas.

2.1

Causas sociales: La composición social de Francia a finales del siglo XVIII

En la cúspide de la pirámide social se encuentra una monarquía despótica que sólo rinde cuenta de sus actos a Dios, por cuya gracia reina. El resto la componen, en orden descendente, estamentos determinados por el nacimiento: nobleza y clero, éstos cuentan con privilegios, el principal es la exención de impuestos. El Tercer Estado reúne al resto de la población y su misión es procurar la subsistencia a la Nación. Es decir, el artesanado, campesinado y burguesía se veían obligados a mantener a los otros dos sectores que eran improductivos. Esto se ilustra de la siguiente manera:

2.2

Causas culturales: los ideales de la ilustración

La burguesía urbana que cuenta con educación se ve pronto influida por la Ilustración, que promueve los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad que socavan la legitimidad del Despotismo. Surge una incipiente opinión pública en las tertulias de los salones parisinos donde se discute sobre esos principios examinados a la luz de la razón. Sin embargo, habría que matizar la influencia de la filosofía ilustrada sobre los orígenes de la revolución: no era el pueblo el que estaba influido por ella, sino la pequeña minoría dirigente en el momento del estallido en 1789, como refiere Jacques Solé: “Esa élite minoritaria lógicamente llevó su combate intelectual contra las supersticiones populares, que despreciaba sin entenderlas […] La inmensa mayoría de la población francesa permanecía encerrada, dentro de sus parroquias" (Solé, 1989: 25-26).

2.3

Causas políticas y económicas

Pero será la quiebra financiera la que hará explotar el polvorín. Francia cuenta con una población de 26 millones en el momento del estallido de la Revolución, así como con buenos recursos naturales. Sin embargo, el Tercer Estado había contribuido con el pago de altos impuestos para costear las guerras, como la Guerra de los Siete Años 1757-1763 y la independencia de las Trece Colonias durante la cual Francia apoyó a los colonos económicamente para debilitar a Inglaterra. El resultado directo fue la bancarrota del estado que, aunado a los festines y las malas cosechas llevó a un alza desbocada de los precios y desató el hambre. El Estado Francés se encontraba endeudado; y ya desde 1783 los ministros ilustrados de Luis XVI, Calonne y Brienne, trataron de implementar sistema impositivo a las clases privilegiadas: nobleza y clero. Pero fracasaron ante la resistencia de los grupos más poderosos que amenazaron con retirar los préstamos a corto plazo a la corona, de los que dependían las finanzas estatales. La tierra era la fuente de poder de la aristocracia. En tanto que la burguesía adquiría riqueza gracias al comercio transoceánico y por ello pudo aspirar a obtener el poder detentado por la nobleza. Además del auge del comercio, la

revolución industrial en marcha favoreció principalmente a la burguesía, la clase que ascendía en la escala social. Para 1787 la crisis era total. En un último esfuerzo por controlar la crisis, la monarquía convoca a reunión de una Asamblea de notables que rechaza los proyectos fiscales de Luis XVI.

3.

Primera etapa 1789-1791

En plena crisis, la inflación y las malas cosechas entre el verano de 1788 y la primavera de 1789 habían provocado que el costo de la harina aumentara, dejando a la población sin posibilidad de pagar lo que en ese tiempo era la base alimenticia de los franceses: el pan, cuyo costo llega a ser inaccesible para la gente que, literalmente sufría de hambre. Se desatan entonces pequeños disturbios: la gente toma por asalto panaderías linchando a los panaderos, el caos ha comenzado. En la primavera de 1789, Luis XVI nombra Ministro de Economía a Jacques Necker, que pronto se volvió popular por oponerse a las medidas estatales en las que se desprotegiera el alimento para el pueblo. Necker convence al rey de convocar a los Estados Generales, que no se habían reunido en más de siglo y medio para analizar nuevas medidas fiscales. Esta reacción provocó motines en las ciudades de París, Grenoble, Dijon y Toulousse, ya que se pedía que se duplicara el número de representantes del Tercer Estado en la asamblea. La apertura oficial de los Estados Generales se dio el 5 de mayo de 1789 y se agudizó la crisis política. La burguesía propuso no votar por estamento sino por cabeza, lo cual se logró. El rey sintió esto como una amenaza, destituye al ministro Necker y envía tropas que sublevaron a las masas que, ante las malas cosechas de 1788 y el incremento del precio del trigo, vieron un complot aristocrático tramado por el rey y tomaron las armas y la Bastilla, prisión símbolo del Absolutismo, el 14 de julio. Lo que podía haber sido un acontecimiento más en el curso de la Revolución se consagró ante sus contemporáneos y ante la historia como el emblema de la victoria del pueblo contra los tiranos. Frente a estos acontecimientos, Luis XVI nombra de nuevo al ministro Necker; pero ya no se puede detener el curso de la recién iniciada Revolución y una multitud que asalta Versalles obliga al rey a trasladarse a París. Sabiendo que su poder decrece cada día más, el monarca reconoce la soberanía del pueblo y adopta la escarapela tricolor de los insurrectos.

Pero la conmoción del campo no se pudo detener y la Revolución se extendió por todo el país. El pueblo tomó los poderes municipales: los campesinos asaltaron los castillos y quemaron los documentos que legalizaban los derechos feudales. El Gran Pánico se apoderó de la nación y más de la burguesía, que temía que la Revolución campesina hiciera zozobrar su poder económico, por lo cual se decreta la abolición de los privilegios, en particular el diezmo, y se proclama la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 La Asamblea Nacional que los proclamó se convierte, dos años después en Asamblea Constituyente y organiza el sistema político y legislativo de la nueva Francia codificado en la constitución de 1791, que concernía a la reorganización de la administración, la justicia y las finanzas. En lo correspondiente a los bienes de la Iglesia, los revolucionarios se dividieron y aparecieron las facciones girondinas y jacobinas aunque en esta etapa aún no están bien definidas. Luis XVI intentó huir con su familia, para desde el extranjero, declarar la guerra a la Francia revolucionaria con el apoyo de las potencias europeas absolutistas, pero fueron sorprendidos a las afueras de París, en Varennes, pese a que iban disfrazados. La Asamblea desconoció las funciones del monarca, a menos que jurara la Constitución, lo que hizo a regañadientes.

Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana de 1789 escrita por Olympia de Gouges. En la Francia revolucionaria hubo una gran participación de las mujeres, incluso se fundó, en 1793, la Sociedad de Mujeres Revolucionarias Republicanas. Pero ya en 1791, Olympia de Gouges había escrito La Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana, una de las primeras manifestaciones de la lucha por la equidad de género… Así que ahora sabes que en los últimos años del siglo XVIII se gestaron los movimientos por los que aún hoy en día seguimos luchando: la libertad, la igualdad y la fraternidad.

4.

Segunda etapa 1792-1794

Ante lo acontecido, Austria y Prusia declararon la guerra a la Revolución Francesa y movilizaron sus ejércitos. La guerra contra los extranjeros fue la transposición de la revolución del plano francés al plano europeo, ya que despertó simpatías de los países que aspiraban a la libertad, la igualdad y la justicia, desde los Países Bajos hasta los principados italianos y España. La Francia revolucionaria inició una guerra defensiva y en Valmy, el 21 de septiembre de 1792, detuvo a los prusianos, con lo cual sepultó al Absolutismo al proclamar la República. Observa el mapa de la Revolución Francesa para conocer los principales sitios de esta guerra. Se disuelve la Asamblea Legislativa que fue sustituida por una Convención Revolucionaria conformada por dos grupos: la Llanura o moderados, que en su mayoría eran girondinos y la Montaña o radicales, conformada principalmente por los jacobinos. El primero representaba a la alta burguesía y el segundo a la pequeña burguesía y el común del pueblo. Los girondinos intentaron imponerse en la república burguesa pero su general en jefe, Dumouriez, se pasó a la coalición de Estados Europeos que se formó nuevamente y venció a los franceses en 1793. Los gastos militares llevaron a una crisis demoledora, la República no podía cumplir los compromisos básicos con el pueblo, las unidades militares carecían de efectivos y recursos, y los campesinos de la región de la Vandée, recelosos de la dirección centralista de los burgueses que acaparaban los bienes nacionales se levantaron en contrarrevolución. Todo lo que acontecía sirvió a los radicales de la Montaña para tomar el poder. En enero de 1793, Luis XVI fue condenado a muerte y ejecutado en la guillotina, en octubre del mismo año le siguió su esposa, la Reina María Antonieta, de la familia de los Austria. Los diputados girondinos fueron expulsados de la Convención y los montañeses, ahora jacobinos, incrementaron las filas de soldados, las fábricas fueron puestas al servicio de la milicia, se constituyó el Comité de Salvación Pública. Para penalizar la contrarrevolución se crearon tribunales que instauraron la política del Terror, encabezada por Robespierre, Danton y Marat, al poner en funcionamiento constante la ejecución por la guillotina.

5.

Periodo del Terror

En el contexto de la Revolución Francesa, el término Terror -del que deriva el concepto actual de terrorismo- no significa tanto un periodo de caos sangriento,

que lo fue, sino un régimen dictatorial, un lapso en el que se ejerció el poder al margen de la normativa constitucional porque la revolución estaba en peligro. En esta etapa se efectuó una eliminación sistemática y arbitraria de ciudadanos moderados girondinos o refractarios monárquicos. En un par de meses, tras el asesinato de Marat y la paulatina moderación de Danton, Robespierre asumió el control absoluto del Comité transformándolo en instrumento de sus ideas. A partir de ese momento también irían a parar a la guillotina correligionarios suyos. Robespierre impuso una política de anticipaciones económicas y sociales: ley de los sospechosos, de los precios y los salarios, requisas y racionamientos, impuesto sobre los ricos, socorro a los pobres con un esbozo de seguridad social, proclamación del principio de la enseñanza obligatoria y gratuita, confiscación y venta de los bienes de los emigrados y la Iglesia, entre otras más. Lo que buscaba era un gobierno fuerte, autoritario y centralizado. No existe un concenso sobre las cifras de los detenidos y muertos durante el periodo de El Terror. Según distintas fuentes (Pijoan, 1980; Solé, 1989), la cifra menor de encarcelados es de 70,000 y la máxima de 500,000 y la de ejecutados oscila entre los 35 y 40,000; de éstos sólo fueron sometidos a juicio alrededor de 17,000. La Convención ordenó el arresto de Robespierre para julio de 1794 y sin previo juicio fue guillotinado, dando paso al terror blanco o reacción termidoriana que mediante encarcelamiento y ejecuciones barrería a la izquierda jacobina para instalar la forma de gobierno del Directorio y regresar el poder a los girondinos sobrevivientes o alta burguesía. El periodo del Terror terminó con la ejecución de Danton por Robespierre, y de éste por los moderados; con lo que cayó el gobierno del Comité de Salvación Pública, en julio de 1794, cinco años después del comienzo de la Revolución.

6.

Tercera etapa 1795-1799

A partir de la caída de Robespierre, la Convención Nacional elabora una nueva Constitución que estableció el nuevo gobierno: el Directorio, de cinco integrantes, con un legislativo bicameral y el poder en manos nuevamente de los burgueses, quienes restablecieron el derecho de voto exclusivamente a los propietarios, que en ese entonces no sobrepasaban los 30 000. Este periodo abarca de 1795 a 1799. En 1795 una nueva crisis económica afectó sobre todo a los obreros y la pequeña burguesía y una revuelta campesina en Provenza fue sofocada sangrientamente por el ejército del Directorio. Los criterios de la alta burguesía dirigirían y normarían al Estado a partir de entonces.

La Revolución, que había llegado a su apogeo en Francia, empezó a decaer al interior mientras sus principios se expandían por Europa. El nuevo gobierno fue depositando su confianza en un general, Napoleón Bonaparte, quien lo protegió de varios golpes de las coaliciones monárquicas y dirigió las tropas de Francia en las campañas militares de Italia y Egipto, contra una nueva coalición formada por Gran Bretaña, Rusia, Turquía, Austria y Nápoles.

7.

Imperio Napoleónico

Luego del golpe de 1799, Napoleón constituye el Gobierno de los Cónsules. Se las arregla para ser nombrado Cónsul vitalicio; y durante ese primer período logra incrementar su ya importante apoyo popular. Aunque ya disponía de amplios poderes, la oportunidad era propicia para aumentar aún más sus privilegios.

7.1

Acontecimientos

En 1804 se convoca un plebiscito, y Napoleón se corona emperador el 2 de diciembre. Bonaparte gestiona una política interna que genera crecimiento económico, y le gana más simpatías. El Imperio inicia también una época de invasiones y anexiones, impulsada también por la rivalidad que existía con Inglaterra. La política de anexiones del Imperio, que se manifestaba en invasiones, tuvo repercusiones más allá de Europa. Una de ellas fue la desestabilización de España, lo que favoreció a los movimientos independentistas de Hispanoamérica. Pero con el tiempo, el Imperio comenzó a agotarse. El gobierno de Napoleón no tardó en dar muestras de intolerancia, además del problema que significaban las continuas guerras, tanto en dinero como en vidas. Frecuentes eran las deserciones de jóvenes en edad militar que se negaban a participar en las campañas de expansión. La desastrosa invasión de 1812 contra Rusia terminó de derrumbar el prestigio del Emperador. Napoleón tuvo que renunciar al trono en 1815, y se exilió en Elba, una pequeña isla frente a la costa de Italia. Los problemas que rápidamente tuvo la Monarquía que le sucedió hicieron pensar a Napoleón que podría volver a ser emperador, pero no duró más de cien días en

el trono. Perdió en la Batalla de Waterloo, teniendo que abdicar definitivamente. Fue el fin del Imperio.

7.2

Acontecimientos posteriores

Napoleón intentó abdicar en favor de su hijo, pero éste no pudo ascender al trono. Los ingleses exiliaron a Bonaparte a Santa Elena, una isla en medio del Atlántico, a cientos de kilómetros frente a la costa de África. Allí moriría en 1821. Muchos conceptos propios de la Revolución Francesa se diseminaron por Europa gracias a la influencia del Imperio Napoleónico. Napoleón Bonaparte fue sin duda alguna, una de las figuras más influyentes de la historia.

Conclusiones

La Revolución Francesa y su secuela napoleónica ejercieron un efecto profundo en el curso de la historia, desencadenaron fuerzas e ideas que han influido y estremecido al mundo desde entonces, especialmente las ideas ilustradas revolucionarias de libertad, igualdad y fraternidad que tomaron forma en las independencias hispanoamericanas y en los movimientos nacionalistas europeos. Los ecos de esta Revolución empezarían a propagarse por Europa. En ese sentido se puede decir que precisamente con la Revolución Francesa se fortaleció el sentimiento nacionalista entre los distintos sectores sociales. La Revolución Francesa y la era napoleónica constituyeron un momento político decisivo que marcó los comienzos de la edad contemporánea, abrieron camino al gobierno constitucional y a las instituciones democráticas que han prosperado en el transcurso de los siglos posteriores. Se imitarían la burocracia administrativa y los códigos legales establecidos durante la era napoleónica que caracterizan los sistemas políticos actuales. Cuando se habla de esta Revolución se le suele colocar entre dos polos: sangrienta y terrorífica, o bien en la que nacen las ideas de libertad, iguadad y fraternidad. Lo cierto es que es ambas cosas, pero lo más contundente es que logra derribar una estructura de poder cimentada durante siglos: el contubernio entre la Iglesia y la Monarquía; “Los hombres nacen y permanecen libres e iguales…” reza el primer artículo de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. También es cierto que luego de un largo proceso dentro del cual el grupo radical estuvo en el poder, la clase social que se consolida y que dictará las reglas del juego en las posteriores democracias será la burguesía. Al mismo tiempo se establecieron las bases legales para el capitalismo contemporáneo: la participación de la burguesía en el gobierno, la defensa de la propiedad privada, la circulación libre de las mercancías (libre comercio) y la liberación de los hombres de los lazos feudales.

Bibliografía

Fuentes electrónicas  





   

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