Desde los inicios, los cristianos se han ocupado de la doctrina del Espíritu Santo, lo hicieron al momento de bautizarse; En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. En el siglo IV hubo quienes se atrevían a cuestionar la divinidad del Espíritu Santo, frente a esto la iglesia afirmó categóricamente la divinidad, testimonio de ello, están los credos. Desde entonces se compuso un himno “Gloria Patri”. En el siglo VIII hubo una discusión no menor si el Espíritu Santo procede del Padre por el Hijo del Padre y del Hijo, de esta manera se separaron algunas iglesias que hablaban latín de las de habla griego. La discusión no era tanto sobre la obra si no sobre la persona del Espíritu, esta discusión se fundamentaba en quién el Espíritu, si es divino, en qué sentido es divino, como se relaciona con el Padre, etc. Calvino en su institución también se ocupó en hablar acerca de la obra de Juan Calvino Juan Wesley continuo y amplio el énfasis en la obra santificadora del Espíritu Santo. Del movimiento de Wesley surgió el movimiento de santidad y de estas surgió el Pentecostalismo. El Pentecostalismo es heredero y continuador del énfasis en la persona del Espíritu Santo, no solo se ocupa en la obra de quién es el Espíritu Santo, si no de como actúa, como se manifiesta en la vida de la iglesia y en la vida de los creyentes. La iglesia afirma que el Espíritu Santo inspiró a los autores de las sagradas escrituras, es el mismo Espíritu que inspira a la iglesia que lee los escritos de Pablo, de Pedro, etc. Poco antes del surgimiento del Pentecostalismo hubo una seria discusión entre evangélicos acerca del modo y la medida en que Espíritu Santo inspiro a los autores Bíblicos. Los últimos años del siglo XIX y XX fueron años del auge de la Modernidad. Esta modernidad estaba imbuida del espíritu del racionalismo, era inconcebible y hasta absurdo que el Espíritu Santo inspirara para escribir las escrituras, además el racionalismo estaba convencido de que los tiempos modernos, con su conocimiento del mundo moderno eran incompatibles con las escrituras, así es como surgió el modernismo, cuyo propósito era desaparecer todo aquello que era deshacerse de todo aquello que pareciese anticuado con la modernidad y sus descubrimientos. En contraste a este movimiento surgió el fundamentalismo que data de un poco antes del Pentecostalismo, su intención era responder a los extremos del Modernismo