CAPÍTULO 01: LA EDUCACIÓN ENTRE LOS HEBREOS Es interesante notar que temas de los cuales hablamos los cristianos hoy en día al estudiar la Biblia (tales como revelación, profecía, sacrificio, ritos) están relacionados a la educación hebrea. Es por eso, que el autor toma atención a éste tema. En la educación hebrea estaba ausente lo que ahora llamamos “profesor” o “maestro”. La educación no se daba en las aulas. La educación de los niños era principalmente responsabilidad de los padres. La enseñanza que adquirían los niños comenzaba en la familia u hogar. Pasajes como Deuteronomio 4:9-19; nos muestran que una de las funciones más importantes que tenían los padres era la de enseñanza1. Aunque la educación de los hebreos venía principalmente de los padres, eso no quiere decir, que su educación solo se limitaba a eso. Por ejemplo, algunos, como en el caso de Samuel, fueron dedicados al Señor, de tal modo que su educación quedo bajo la tutela de un sacerdote. También están las sinagogas, donde los judíos recibían mucha instrucción. Además, el autor sugiere que en la Biblia hay indicaciones de que las clases elevadas emplearon amas o guardianas quienes asumieron el cuidado y la instrucción de los niños a su cargo2. Algunos de los textos bíblicos que sugieren esto son los siguientes: 2 Samuel 4:4; Rut 4:16; Núm. 11:12). Finalmente están los profetas3, quienes exhortaban y enseñaban al pueblo, básicamente, interpretando lo que decía la ley. El propósito que tenía la educación hebrea, tenía al menos tres puntos principales. El primero era la de trasmitir la herencia histórica, es decir, tenían que recordar las vidas de los patriarcas, su esclavitud en Egipto, los pactos entre Dios y el pueblo. El segundo tenía el propósito de instruir en la conducta ética. Moisés y los profetas recalcaron mucho la obediencia a la ley así que es natural que ellos aprendieran sobre los “errores” pasados de sus padres. Y, por último, pero no menos importante, sino por el contrario, su propósito mayor, era la de conocer y adorar a Dios. Digo su propósito mayor, pues las anteriores no son un fin en sí mismo, sino que ambas eran constantemente repetidas por los profetas para que ellos conozcan y adoren al Dios verdadero. Por todo lo dicho, es lógico concluir que la educación hebrea fue una educación religiosa. Todos los mandatos, instrucciones y exhortaciones que recibieron apuntan a ese tipo de educación.
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Por lo general, las madres cuidaban y enseñaban a las hijas, y los padres a las hijos Hayward Armstrong 3 Como Elías, Eliseo, Samuel. 2
CAPÍTULO 02: LA EDUCACIÓN JUDAICA Según el autor, la educación hebreo-judaica, no llegó a ser educación formal hasta la institución de la sinagoga4. Así pues, la sinagoga, que era un lugar de instrucción, lectura de las Escrituras, oración, y adoración, inicio como una respuesta al destierro a Babilonia. Lejos de su nación y el Templo tuvieron que emplear una alternativa que tomó la forma de sinagoga5. Esta se instauro aproximadamente entre el siglo V o III a. C. La idea de un lugar de instrucción como la sinagoga, tuvo tanta popularidad que hasta cuando los judíos regresaron a Palestina implementaron las sinagogas locales. El autor afirma que: “posiblemente existían unas 480 en Jerusalén en el siglo tercero a. de J.C.”6. La sinagoga se organizaba por el presidente, quien tenía la responsabilidad de la dirección de adoración, y de asignar personas para leer (no se permitía recitar las escrituras de memoria, se tenía obligatoriamente que dar lectura, la lectura se hacía en hebreo, y luego en arameo), orar y exponer las Escrituras. El siervo, se encargaba de alcanzar y cuidar los rollos de las Escrituras y señalaba a las personas escogidas por el presidente. Había veces que el siervo se encargaba de enseñar a los niños. También la sinagoga tenía la responsabilidad de ejercer disciplina sobre quienes quebrantaban la ley. La adoración se llevaba a cabo con un mínimo de 10 hombres presentes. Los días de culto era los días sábado, lunes, jueves y días de fiesta. Los aportes más grandes respecto a la educación judaica lo hicieron Simón ben-Shetach y Josué ben-Gamala. El primer nombrado vivió en el siglo primero a. de J.C., su aporte fue que hizo más estricto la práctica de la educación, la hizo obligatoria. Por otro lado, benGamala, quién fue sumo sacerdote en los años 63-65 de la era cristiana, universalizó la educación cristiana. El método de enseñanza de la educación judía fue basado enteramente en la instrucción oral. El aprendizaje fue por medio de la repetición y memorización.
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Hayward Armstrong – pg. 21 También llamada “casa de instrucción” 6 Hayward Armstrong – pg.22 5
CAPÍTULO 03: JESÚS COMO MAESTRO Jesús es la base de la educación cristiana, no solo en el sentido de que sobre él es quién se enseña, sino también en el sentido de que toda la enseña hebrea y judía no tendría valor ni efecto en los cristianos si Jesucristo no habría aparecido en escena. Él en esencia fue el primer educador cristiano7. Las cualidades de Jesús como maestro son excelentes: Primero, aunque parezca simple hoy en día, Jesús tenía la habilidad de leer. Un buen grupo de personas en el primer siglo no tenía esa habilidad. También sabía escribir (Juan 8:6), sabía el arameo y hebreo (al menos eso hace notar Mt. 27:46). Conocía profundamente las Escrituras, pues incontables veces la recita de memoria en diferentes situaciones. Además, tenía conocimiento de las tradiciones y leyes orales, tanto como para refutarlas (Mateo 5). Enseñaba con autoridad (Mt. 7:28-29). Y, por último, Jesús es el único que pudo encarnar la verdad que enseñaba (Juan 14:6).
Los alumnos que Jesús tuvo fueron, sus discípulos o apóstoles. Generalmente, estos eran malos alumnos, pero eso no hacía un mal maestro a Jesús. En realidad, aunque estos eran así, Jesús los cambio radicalmente. Además de ellos, Jesús enseñaba principalmente a adultos (aquí entran las multitudes). Nunca vemos un dialogo que haya tenido con un niño, aunque eso no quiere decir que no tuviera contacto con ellos. Respecto al propósito de la enseñanza de Jesús, Armstrong dice que: “fue cambiar vidas y no afectar meramente las emociones o el intelecto”. A lo que podríamos preguntar con justicia a Armstrong, ¿cómo cambiar vidas sin afectar las emociones y el intelecto? Sin embargo, no hay duda que la enseñanza que Jesús dio, primeramente, se trató de una enseñanza redentora, y segundo, de una enseñanza ética. Los métodos de Jesús, fueron el hacer preguntas, contaba historias o parábolas, uso el discurso o conferencia, también se agencio de ayudas visuales, y los milagros, y finalmente, uso el buen ejemplo para enseñar.
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Hayward Armstrong – pg. 29