JUEVES • 9 • AGOSTO • 2007
PAULA MONACO FELIPE
Enchiladas, tortas, fajitas, coctail de camarones, alambres, carne con chipotle, y burritos “que sí son de México”, son algunos de los platos que el michoacano Ignacio Alvarez vende en sus cinco restaurantes La Hacienda Mexicana, en Arkansas, Estados Unidos, donde llegó con su familia hace 21 años “ilegalmente, como nos fuimos todos”. Francisco Sánchez, oaxaqueño, cruzó la frontera con Estados Unidos en 1984 y los primeros tres años de su estancia en ese país estuvo en la siembra, pero después se dijo “si del campo venía y regresaba a eso… ¡no! ¡Hay que progresar!” Hoy es dueño de El Rinconcito, en San Diego, donde vende comida “auténtica, porque la mexicana que se conoce en Estados Unidos está muy agringada, no tiene raíces de pueblos indígenas, de años y siglos”. Patricia Espitia emigró hace 15 años desde Morelia, Michoacán a Portland, Oregon, “por probar algo diferente, un autoexilio” y cuenta: “Después de andar mucho tiempo empecé con el restaurante, porque estaba muy decepcionada y extrañaba los olores y sabores” de México. Por ello, ahora la costa oeste estadunidense cuenta con La Calaca Comilona y huele a cocina michoacana. Allí se ofrece “la comida de las calles”, que incluye tacos de pastor, carnitas y chorizo; tortas, pambazos; sopes; quesadillas de nopales, chipotle, hongos y pasilla seco; enchiladas morelianas; mole pipián y de zarzamoras; cochinita pibil hecha bajo la tierra, y especiales de fines de semana, como pato al mixmole con pulque.
Se les cumple el sueño americano Ignacio, Francisco y Patricia son tres de los millones de mexicanos que han cruzado al otro lado en busca de prosperidad, no siempre con tanto éxito. Ellos sí alcanzaron el sueño americano, y éste tuvo, en esencia, a la gastronomía mexicana tradicional. Junto con unos 50 migrantes exitosos conforman la United States Mexican Restaurant Association (USMRA) –“los restauranteros” como se autodenominan–, una organización que desde hace seis meses procura promover la gastronomía nacional, crear lazos de solidaridad comunitaria y conformar un bloque empresarial en un país donde existen 90 mil restaurantes de comida mexicana, cifra triplicable si se contabilizan fondas y taquerías.
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GASTRONOMIA 8a
■ Llegan encarecidas y degradadas por las acciones de los intermediarios, se quejan migrantes
Restauranteros mexicanos en EU piden mejorar las materias primas que reciben ■ La United States Mexican Restaurant Association busca aglutinar al gremio para fortalecerlo ■ La comida que venden en ese país está muy agringada; “no tiene raíces indígenas”, exponen
Chef Julio Morales; meseros Eduardo Cárdenas, Pedro Ramírez, Henry Hernández y Luis López, e Ignacio Alvarez, dueño del restaurante La Hacienda Mexicana, en su sucursal de Arkansas ■ La Voz de Arkansas
Tener un restaurante en Estados Unidos puede significar estabilidad y dinero, pero hacerlo funcionar es muy complicado, aseguran sus propietarios, quienes en junio pasado se reunieron en esta ciudad por iniciativa conjunta de USMRA, la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y el Instituto de Mexicanos en el Exterior (IME), de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Allí coincidieron en que uno de los desafíos es facilitar la exportación/importación de materias primas, que hoy llegan encarecidas y degradadas debido a las acciones de numerosos intermediarios. Otro es procurar mejoras en las condiciones de trabajo, porque pese a contar con el privilegio de ser propietarios el trato no es igualitario entre mexicanos y estadunidenses. “Nos estamos reuniendo
para encontrar mayores seguros y mejores condiciones de ayuda legal, si vamos unidos nos van a escuchar, porque aportamos muchos impuestos que a ellos les importan”, dijo entonces Ignacio Alvarez. Los restauranteros agrupados en la USMRA tienen visiones diferentes y varias discusiones sin resolver: ¿se incluyen o no a restaurantes con dueños de otras nacionalidades?; ¿qué pasa con los nacionales que laboran en cocina de otras culturas?, ¿se defiende sólo la gastronomía tradicional?, ¿qué hay de la cocina fronteriza?, ¿el tex mex y cow mex son mexicanos? Más allá de las diferencias, la organización se sustenta en un acuerdo básico: la unión hace la fuerza. “Quien no se organiza no tiene voz y en la medida en que USMRA se fortalezca sus miem-
bros tendrán mayores posibilidades de influir positivamente en las autoridades locales, solucionar los problemas que los afectan, desde la necesidad de regularizar la condición migratoria de sus trabajadores hasta los seguros, espacios de estacionamiento, acceso a importaciones y otros”, sostuvo Fernando Olea, del comité ejecutivo. Por el IME, Carlos González Gutiérrez aseguró que el principal objetivo “va más allá de lo económico y gastronómico”, porque ven a los restauranteros “como un punto aglutinador de las comunidades mexicanas en el exterior” y contribuir a vincularlos “es una manera de empoderarlos, fortalecerlos”. Se estima que 13 millones de mexicanos viven en Estados Unidos. Muchos de ellos trabajan en la rama gastronómica y el poderío político potencial de
una organización así aparece como trasfondo innegable, aunque nadie quiere hablar directamente del asunto. “Ahorita es más bien una presencia cultural y social, no sabemos qué pueda pasar en un futuro”, afirmó Alvarez, mientras Sánchez agregó que “la asociación nos va a representar, hacer unir y dar poder y voz”. Así, la necesidad primordial es generar solidaridad y cohesión. Desde allí vendrán más cambios, porque algunos votan en Estados Unidos y “nuestros hijos están naciendo aquí, son generaciones que están yendo a la universidad con otra mentalidad, conocen todas las leyes, saben cómo opera el sistema y van a tener la posibilidad de cambiar todo esto a largo plazo”, señalaron. Más información en www.restauranteros.com