REGULACIÓN DE LA FUNCIÓN CARDIOVASCULAR
Puesto que para sobrevivir, el organismo necesita que todos y cada uno de sus tejidos tengan un aporte sanguíneo adecuado a los requerimientos metabólicos, los cuales pueden variar de un momento a otro, es indispensable que el sistema cardiovascular se adapte (aunque el término es utilizado generalmente para designar un cambio lento de un organismo o parte de él frente a un cambio del medio, aquí se le emplea también en el sentido de un ajuste rápido frente a un cambio del medio interno) a tales requerimientos, es decir, el sistema cardiovascular es regulado de acuerdo a las necesidades corporales. Esta regulación involucra cambios del volumen de sangre que llega a la circulación sistémica en cada minuto o gasto cardiaco (G.C.) y de la resistencia al flujo de sangre que ofrecen los microvasos (pequeñas arterias) de todos los órganos periféricos. Esta resistencia, llamada Resistencia Periférica Total (RPT) actúa al modo de llave, regulando el volumen de sangre que sale del sistema arterial. De lo descrito se desprende que la presión sanguínea en las arterias sistémicas (P. art.) queda determinada fundamentalmente por el GC (entrada) y la RPT (salida) de acuerdo a la relación:
Pr. Art. = G.C. X
RPT