REFERENCIAS CLINICA Ramos-Cejudo, J., & Cano-Vindel, A. (2008). TRATAMIENTO COGNITIVO-CONDUCTUAL DE UN CASO DE TRASTORNO POR ANSIEDAD GENERALIZADA: EL COMPONENTE METACOGNITIVO. Ansiedad y Estrés, 14. Amorós, M. O., Carrillo, F. X. M., Alcázar, A. I. R., & Saura, C. J. I. (2003). La terapia cognitivoconductual en problemas de ansiedad generalizada y ansiedad por separación: Un análisis de su eficacia. Anales de Psicología/Annals of Psychology, 19(2), 193-204. Rodríguez Biglieri, R., Vetere, G., Beck, A. T., Baños, R. M., Botella Arbona, C., Bunge, E., ... & Rothbaum, B. (2011). Manual de terapia cognitiva conductual de los trastornos de ansiedad. Polemos.
López, A. B. (1998). Trastorno de ansiedad generalizada. Recuperado de http://diposit. ub. edu/dspace/bitstream/2445/357/1/116. pdf. Pagés, S. (2007). Trastorno de Ansiedad Generalizada. Revista Argentina de Clínica Psicológica, 16(1), 89-94.
González, M., Ibáñez, I. y Cubas, R. (2006). Variables de proceso en la determinación de la ansiedad generalizada y su generalización a otras medidas de ansiedad y depresión. International Journal of Clinical and Health Psychology, 6, 23-39.
Marco Teórico El trastorno de ansiedad Generalizada (TAG), es un trastorno mental mediante el cual una persona a menudo se preocupa o se vuelve ansiosa respecto a muchas cosas y le es difícil controlar esta ansiedad; las causas de este trastorno se desconocen, es posible que los genes intervengan así como el estrés ya que contribuyen a la aparición de la ansiedad, este trastorno suele ser una afección común y cualquier persona lo puede tener incluyendo a los niños, siendo las mujeres las que con mayor frecuencia se presenta más que en los hombres. Según Bados 1997, la característica principal del trastorno de ansiedad generalizada (TAG) es tener una preocupación y ansiedad excesivas y recurrentes al menos por 6 meses haciendo difícil controlarlos; dichas preocupaciones pueden ser laborales, escolares o familiares. Sin embargo, el DSM – 5, clasifica este trastorno indicando que estas preocupaciones varían en niños y adolescentes como por ejemplo la competencia, hablar en público, mientras que para una madre la angustia sobrepasa al pensar que su hijo se puede ahogar si no lo alimenta bien, por consiguiente, las personas con trastorno de ansiedad generalizada pueden experimentar algunos síntomas físicos dificultando su funcionamiento e interfiriendo en su vida diaria. Las personas con TAG por lo general se preocupan por cosas que tal vez no sucedan o que si ocurren son mucho más manejables y menos dramáticas de lo que aquellas piensan. Como ha afirmado Deffenbacher (1997, pág., 242): “El individuo tiende a darle vueltas en su cabeza a estas cuestiones, siendo incapaz de alcanzar una solución, de tomar decisiones, de llevar a cabo una actuación decisiva y de vivir con relativa tranquilidad con las
consecuencias. Por el contrario, suelen darle vueltas y más vueltas a, y preocuparse con, las posibilidades negativas, los errores y equivocaciones potenciales, y los fracasos y dificultades reales e imaginarios. Es como si estuvieran petrificados en las primeras etapas de una solución de problemas.” El TAG al ser un trastorno que avanza lentamente puede ser tratado, por lo general comienza en la adolescencia o adultez temprana y algunas de las señales son:
Preocuparse demasiado por las situaciones cotidianas. Imposibilidad para controlar sus preocupaciones o sentimientos de nerviosismo. Ser conscientes de que se preocupan mucho más de lo que deberían. Tener dificultad para relajarse. No se concentran con facilidad. No pueden dormir. Cansancio todo el tiempo. Presencia de dolores de cabeza, musculares, estómago o molestias inexplicables. Tener dificultad para tragar Tener temblores o tics (movimientos nerviosos). Irritabilidad y nerviosismo. Sudoración excesiva, mareo y ahogo.
Para el tratamiento del TAG se utiliza un tipo de terapia cognitivo conductual ya que se encamina a ayudar al paciente a pensar, comportarse y reaccionar ante distintas situaciones diarias y así sentirse menos ansioso y preocupado. Ahora bien desde la teoría cognitiva se ha tratado de explicar en qué momento la ansiedad pasa a ser un trastorno, por ejemplo: Dugas, Letarte, Rheaume, Freeston y Ladouceur (1995), proponen que la causa central de esta preocupación excesiva se debe a la intolerancia a la incertidumbre; describiendo que las personas con TAG tienen mayores probabilidades de predecir resultados negativos ya que se sienten incomodos ante los acontecimientos que pueden amenazar el futuro (Miranda y Mennin, 2007), prediciendo así la forma negativa de su futuro.
Referencias 1- Deffenbacher, J.L. (1997). Entrenamiento en el manejo de la ansiedad generalizada. En V.E. Caballo (Dir.), Manual para el tratamiento cognitivoconductual de los trastornos psicológicos (Vol. 1, pp. 241-263). Madrid: Siglo XXI. 2- Bados, A. y Bach, L. (1997). Intervención psicológica con una paciente con trastorno de ansiedad generalizada. Análisis y Modificación de Conducta, 23, 85107.
3- Feliú, M. T. (2014). Los Trastornos de Ansiedad en el DSM-5. Cuadernos de medicina psicosomática y psiquiatria de enlace, (110), 62-69. 4- National Institte of Mental Healt. (2017) Trastorno de ansiedad generalizada: Cuando no se puede controlar la preocupación. Recuperado de: https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/trastorno-de-ansiedadgeneralizada-cuando-no-se-pueden-controlar-las-preocupaciones-new/index.shtml 5- Arredondo, N. H. L., Jiménez, E. B., Acosta, F. J., & Marín, C. A. (2010). Componentes de vulnerabilidad cognitiva en el trastorno de ansiedad generalizada. International Journal of Psychological Research, 3(2), 43-54.
6- Miranda, R. y Mennin, D. (2007). Depression, Generalized Anxiety Disorder, and Certainty in Pessimistic Predictions about the Future. Cognitive Therapy & Research, 31(1), 71-82.