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RCP - adultos y niños a partir de los nueve años



RCP corresponde a las siglas de reanimación cardiopulmonar. Es un procedimiento de salvamento que se realiza cuando la respiración o los latidos cardíacos de alguien han cesado. Esto puede suceder después de una descarga eléctrica, ahogamiento o un ataque cardíaco. La RCP involucra: Respiración boca a boca, la cual provee oxígeno a los pulmones de una persona.



Compresiones cardíacas, las cuales mantienen la sangre de la persona circulando. Se puede presentar daño cerebral permanente o la muerte en unos pocos minutos si el flujo de sangre en una persona se detiene. Por lo tanto, se debe continuar con la RCP hasta que los latidos y la respiración de la persona retornen o hasta que llegue ayuda médica entrenada.

Consideraciones Las personas ideales para practicar RCP son quienes hayan recibido entrenamiento para tal fin en un curso acreditado. Los procedimientos descritos aquí NO sustituyen el entrenamiento en RCP. Las técnicas más nuevas hacen énfasis en la compresión más que en la respiración boca a boca y el manejo de las vías respiratorias, lo que revoca las prácticas antiguas. Consulte www.heart.org/HEARTORG/ para buscar clases cerca de usted. El tiempo es muy importante cuando una persona inconsciente no está respirando. El daño cerebral permanente comienza después de tan solo 4 minutos sin oxígeno y la muerte puede ocurrir de 4 a 6 minutos más tarde. Las máquinas llamadas desfibriladores externos automáticos (AED, por sus siglas en inglés) se pueden encontrar en muchos lugares públicos y están disponibles para uso casero. Estas máquinas tienen almohadillas o paletas para colocarlas sobre el pecho durante una emergencia potencialmente mortal. Dichas máquinas revisan automáticamente el ritmo cardíaco y dan un choque súbito si, y solo si, se necesita para hacer que el corazón recobre su ritmo correcto. Al usar un AED, siga las instrucciones al pie de la letra.

Primeros auxilios



1. Verifique si hay respuesta de la persona. Sacúdala o dele palmadas suavemente. Observe si se mueve o hace algún ruido. Pregúntele en voz alta "¿Te sientes bien?". 2. Llame al número local de emergencias (como el 911 en los Estados Unidos) si no hay respuesta. Pida ayuda y envíe a alguien a llamar al número local de emergencias (911). Si usted está solo, llame al número local de emergencias y traiga un desfibrilador externo automático o AED (de haber uno disponible), incluso si tiene que dejar a la persona. 3. Coloque a la persona cuidadosamente boca arriba. Si existe la posibilidad de que la persona tenga una lesión en la columna, dos personas deben moverla para evitar torcerle la cabeza y el cuello. 4. Realice compresiones cardíacas o pectorales: Coloque la base de una mano en el esternón, justo entre los pezones



Coloque la base de la otra mano sobre la primera mano



Ubique el cuerpo directamente sobre las manos



Aplique 30 compresiones. Estas deben ser rápidas y fuertes. Presione alrededor de 2 pulgadas (5 centímetros) dentro del pecho. Cada vez permita que éste se levante por completo. Cuente las 30 compresiones rápidamente: "1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, ya".



5. Abra la vía respiratoria. Levántele la barbilla con 2 dedos. Al mismo tiempo, inclínele la cabeza hacia atrás empujando la frente hacia abajo con la otra mano. 6. Observe, escuche y sienta si hay respiración. Ponga el oído cerca de la nariz y boca de la persona. Observe si hay movimiento del pecho. Sienta con la mejilla si hay respiración. 7. Si la persona no está respirando o tiene dificultad para respirar: Cubra firmemente con su boca la boca de la persona afectada.



Ciérrele la nariz apretando con los dedos.



Mantenga la barbilla levantada y la cabeza inclinada.



Dé 2 insuflaciones boca a boca. Cada insuflación debe tomar alrededor de un segundo y hacer que el pecho se levante. 8. Repita las compresiones cardíacas y las insuflaciones hasta que la persona se recupere o hasta que llegue ayuda. Si hay un AED para adultos disponible, utilícelo lo más pronto posible. Si la persona comienza a respirar de nuevo, colóquela en posición de recuperación. Revise periódicamente la respiración hasta que llegue la ayuda.

No se debe 

Si la persona tiene respiración normal, tos o movimiento, NO inicie las compresiones cardíacas. Hacerlo puede hacer que el corazón deje de latir.



A menos que usted sea un profesional de la salud, NO verifique si hay pulso. Solo un profesional de la salud está entrenado apropiadamente para hacer esto.

Cuándo contactar a un profesional médico  

Si tiene ayuda, solicítele a una persona que llame al número local de emergencias (911 en los Estados Unidos) mientras otra persona comienza a administrar RCP. Si está solo, tan pronto como determine que la persona no reacciona, llame al número local de emergencias (911) inmediatamente. Posteriormente inicie la RCP.

Prevención En adultos, para evitar lesiones y problemas del corazón que puedan llevar a que el corazón deje de latir:



Elimine o reduzca los factores de riesgo que contribuyen a la cardiopatía, como el consumo de cigarrillo, el colesterol alto, la hipertensión arterial, la obesidad y el estrés.



Haga mucho ejercicio.



Visite a su proveedor de atención médica con regularidad.



Utilice siempre el cinturón de seguridad y conduzca de manera segura.



Evite el consumo de drogas psicoactivas. La mayoría de los niños necesitan RCP debido a un accidente que se puede prevenir. Los siguientes consejos pueden ayudar a prevenir algunos accidentes en niños:



Enséñeles a sus hijos los principios básicos de la seguridad familiar.



Enséñeles a sus hijos a nadar.



Enséñeles a sus hijos a estar al pendiente de los autos y a montar sus bicicletas de manera segura.



Enséñeles a sus hijos medidas de seguridad con respecto a las armas de fuego. Si tiene armas de fuego en su casa, manténgalas bajo llave en un gabinete aislado. La reanimación cardiopulmonar (RCP) es una técnica útil para salvar vidas en muchas emergencias, entre ellas, un ataque cardíaco o cuasiahogamiento, cuando se detienen la respiración o los latidos del corazón de una persona. La American Heart Association (Asociación Estadounidense del Corazón) recomienda que todos, tanto los observadores sin capacitación como el personal médico, comiencen la reanimación cardiopulmonar con las compresiones de pecho. Es mucho mejor hacer algo que no hacer nada en absoluto si temes que tus conocimientos o habilidades no están al 100 por ciento. Recuerda que la diferencia entre hacer algo y no hacer nada podría salvarle la vida a alguien. A continuación, se presentan algunos consejos de la American Heart Association (Asociación Estadounidense del Corazón): 





Falta de capacitación. Si no tienes capacitación en RCP, solo practica la reanimación cardiopulmonar con las manos. Esto significa hacer compresiones de pecho sin interrupción de 100 a 120 por minuto hasta que lleguen los socorristas (se describe en mayor detalle más adelante). No es necesario proporcionar respiración de rescate. Con capacitación y preparación. Si tienes capacitación y confianza en tus habilidades, comprueba si la persona tiene pulso y respira. Si no respira o no tiene pulso en 10 segundos, comienza las compresiones de pecho. Comienza la reanimación cardiopulmonar con 30 compresiones de pecho antes de dar dos respiraciones de rescate. Con capacitación, pero falta de práctica. Si anteriormente hiciste la capacitación en reanimación cardiopulmonar, pero no tienes confianza en

tus habilidades, solo haz las compresiones de pecho a un ritmo de 100 a 120 por minuto. (Los detalles se describen más adelante). Los consejos anteriores se aplican a adultos, niños y bebés que necesiten reanimación cardiopulmonar, pero no a los recién nacidos (bebés de hasta 4 semanas). La reanimación cardiopulmonar (RCP) puede mantener el flujo de sangre oxigenada al cerebro y otros órganos vitales hasta que un tratamiento médico más definitivo pueda restablecer el ritmo cardíaco normal. Cuando el corazón se detiene, la falta de sangre oxigenada puede causar daño cerebral en solo unos minutos. Una persona puede morir en 8 o 10 minutos. Para aprender correctamente la reanimación cardiopulmonar, haz un curso de capacitación de primeros auxilios acreditado que incluya la reanimación cardiopulmonar (RCP) y cómo usar un desfibrilador externo automático. Si no recibiste capacitación, pero tienes acceso inmediato a un teléfono, llama al 911 o al número local de emergencias antes de comenzar la reanimación cardiopulmonar. El operador podrá darte instrucciones sobre cómo hacer los procedimientos de manera adecuada hasta que llegue la ayuda.

Antes de comenzar Antes de comenzar la reanimación cardiopulmonar (RCP), comprueba lo siguiente:    





¿El ambiente es seguro para la persona? ¿La persona está consciente o inconsciente? Si la persona parece inconsciente, tócale o golpéale el hombro y pregúntale en voz alta si se encuentra bien. Si la persona no responde y hay dos personas más, pídele a una que llame al 911 o al número local de emergencias y obtenga el desfibrilador externo automático, si hay uno disponible, y pídele a la otra persona que comience la reanimación cardiopulmonar. Si no hay nadie más y tienes acceso inmediato a un teléfono, llama al 911 o al número local de emergencias antes de comenzar la reanimación cardiopulmonar. Busca un desfibrilador externo automático, si hay uno disponible. Tan pronto como tengas el desfibrilador, aplica una descarga si así lo indica el dispositivo y luego comienza la reanimación cardiopulmonar.

Recuerda deletrear C-A-B

Compresiones en el pecho

Abrir la vía respiratoria

Respiración de rescate

La American Heart Association (Asociación Estadounidense del Corazón) usa las letras C-A-B —compressions, airway, breathing (compresiones torácicas, vías respiratorias, respiración)— para ayudar a las personas a recordar el orden en el que deben seguir los pasos de la reanimación cardiopulmonar (RCP).

Compresiones torácicas: restablece la circulación sanguínea 1. Coloca a la persona boca arriba sobre una superficie firme. 2. Arrodíllate junto al cuello y los hombros de la persona. 3. Coloca la palma de una mano en el centro del pecho de la persona, entre los pezones. Coloca la otra mano sobre la anterior. Mantén los codos derechos y posiciona los hombros directamente arriba de las manos. 4. Usa el peso de la parte superior del cuerpo (no solo los brazos) para presionar (comprimir) el pecho con fuerza al menos 2 pulgadas (aproximadamente 5 cm), pero no más de 2,4 pulgadas (aproximadamente 6 cm). Presiona con firmeza a un ritmo de 100 a 120 compresiones por minuto. 5. Si no estás capacitado en reanimación cardiopulmonar, continúa haciendo las compresiones en el pecho hasta que notes signos de movimiento o hasta que el personal médico de urgencia tome el control. Si estás capacitado en reanimación cardiopulmonar, abre las vías respiratorias y proporciona respiración de rescate.

Vías respiratorias: abre las vías respiratorias



Si estás capacitado para hacer reanimación cardiopulmonar y has hecho 30 compresiones torácicas, abre las vías respiratorias de la persona mediante la maniobra de inclinar la cabeza y levantar el mentón. Coloca la palma sobre la frente de la persona e inclínale lentamente la cabeza hacia atrás. A continuación, con la otra mano, levántale lentamente el mentón hacia adelante para abrir las vías respiratorias.

Respiración: respira por la persona La respiración de rescate puede ser boca a boca o de boca a nariz si la boca está gravemente lesionada o si no puede abrirse. 1. Con las vías respiratorias abiertas (mediante la maniobra de inclinar la cabeza y levantar el mentón), cierra las fosas nasales con los dedos para hacer respiración boca a boca y cubre la boca de la persona con la tuya, sellándola por completo. 2. Prepárate para darle dos respiraciones de rescate. Proporciona la primera respiración de rescate —de un segundo de duración— y observa si se eleva el pecho. Si efectivamente se eleva, proporciona la segunda respiración. Si el pecho no se eleva, repite la maniobra de inclinar la cabeza y levantar el mentón, y luego proporciona la segunda respiración. Treinta compresiones torácicas seguidas de dos respiraciones de rescate se consideran un ciclo. Ten cuidado de no proporcionar demasiadas respiraciones y de no respirar con demasiada fuerza. 3. Reanuda las compresiones torácicas para restablecer la circulación. 4. Apenas haya un desfibrilador externo automático disponible, colócalo y sigue las indicaciones. Administra una descarga y, a continuación, reanuda la reanimación cardiopulmonar (comenzando con las compresiones torácicas) durante dos minutos más antes de administrar una segunda descarga. Si no estás capacitado para usar un desfibrilador externo automático, un operador del 911 u otro operador médico de urgencia pueden indicarte cómo usarlo. Si no hay ningún desfibrilador externo automático disponible, sigue el paso 5 que se explica a continuación. 5. Continúa con la reanimación cardiopulmonar hasta que notes signos de movimiento o hasta que el personal médico de urgencia tome el control.

Cómo hacer reanimación cardiopulmonar (RCP) a un niño El procedimiento para hacerle reanimación cardiopulmonar a un niño —desde el primer año de edad hasta la pubertad— es básicamente el mismo que para un adulto. La American Heart Association (Asociación Americana del Corazón) recomienda lo siguiente para hacer reanimación cardiopulmonar a un niño:

Compresiones torácicas: restablece la circulación sanguínea Si estás solo y no viste cuando el niño perdió el conocimiento, comienza con cinco ciclos de compresión y respiración —esto debería tomarte unos dos

minutos— antes de llamar al 911 o al número local de emergencias y de buscar el desfibrilador externo automático, si hay uno disponible. Si estás solo y viste cómo el niño perdió el conocimiento, llama al 911 o al número local de emergencias y busca el desfibrilador externo automático, si hay uno disponible; comienza la reanimación cardiopulmonar. Si hay otra persona disponible, pídele que llame para solicitar ayuda de inmediato y que traiga el desfibrilador externo automático mientras tú comienzas con la reanimación cardiopulmonar. 1. Recuesta al niño boca arriba sobre una superficie firme. 2. Arrodíllate junto al cuello y los hombros del niño. 3. Usa ambas manos, o solo una si el niño es muy pequeño, para hacer las compresiones de pecho. Presiona (comprime) el pecho con fuerza unas 2 pulgadas (aproximadamente 5 cm). Si es adolescente, presiona el pecho con fuerza al menos 2 pulgadas (aproximadamente 5 cm), pero no más de 2,4 pulgadas (aproximadamente 6 cm). Presiona con firmeza, a un ritmo de 100 a 120 compresiones por minuto. 4. Si no estás capacitado en reanimación cardiopulmonar, continúa haciendo las compresiones en el pecho hasta que notes signos de movimiento o hasta que el personal médico de urgencia tome el control. Si estás capacitado en reanimación cardiopulmonar, abre las vías respiratorias y proporciona respiración de rescate.

Vías respiratorias: abre las vías respiratorias 

Si estás capacitado para hacer reanimación cardiopulmonar y has hecho 30 compresiones torácicas, abre las vías respiratorias del niño mediante la maniobra de inclinar la cabeza y levantar el mentón. Coloca la palma sobre la frente del niño e inclínale lentamente la cabeza hacia atrás. A continuación, con la otra mano, levántale lentamente el mentón hacia adelante para abrir las vías respiratorias.

Respiración: respira por el niño Utiliza el mismo ritmo de compresión y respiración que se utiliza con un adulto: haz 30 compresiones seguidas de dos respiraciones. Esto comprende un ciclo. 1. Con la vía respiratoria abierta (utilizando la maniobra de inclinar la cabeza y levantar el mentón), cierra las fosas nasales con los dedos para hacer respiración boca a boca y cubre la boca del niño con la tuya, sellándola por completo. 2. Prepárate para darle dos respiraciones de rescate. Proporciona la primera respiración de rescate, que debe durar un segundo, y observa si se eleva el pecho. Si efectivamente se eleva, proporciona la segunda respiración. Si el pecho no se eleva, repite la maniobra de inclinar la cabeza y levantar el mentón y luego proporciona la segunda respiración. Ten cuidado de no proporcionar demasiadas respiraciones y de no respirar con demasiada fuerza.

3. Después de las dos respiraciones, comienza de inmediato el próximo ciclo de compresión y respiración. Si hay dos personas haciendo reanimación cardiopulmonar, haz 15 compresiones seguidas de dos respiraciones. 4. Apenas haya un desfibrilador externo automático disponible, colócalo y sigue las indicaciones. Para niños de hasta 8 años, usa almohadillas pediátricas si están disponibles. Si las almohadillas pediátricas no están disponibles, usa almohadillas para adultos. Administra una descarga y, a continuación, reanuda la reanimación cardiopulmonar (comenzando con las compresiones torácicas) durante dos minutos más antes de administrar una segunda descarga. Si no estás capacitado para usar un desfibrilador externo automático, un operador del 911 u otro operador médico de urgencia pueden indicarte cómo usarlo. Continúa hasta que el niño se mueva o llegue la ayuda.

Para administrar reanimación cardiopulmonar a un bebé de 4 semanas o más La mayoría de los paros cardíacos en los bebés se producen por falta de oxígeno, por ejemplo, por ahogo o atragantamiento. Si sabes que el bebé tiene una obstrucción de las vías respiratorias, dale primeros auxilios para atragantamiento. Si no sabes por qué el bebé no respira, administra reanimación cardiopulmonar (RCP). Para empezar, evalúa la situación. Toca al bebé y espera a ver cómo responde (por ejemplo, moviéndose), pero no lo sacudas. Si el bebé no responde, sigue los procedimientos de C-A-B (siglas en inglés de «compressions, airway, breathing», compresiones torácicas, vías respiratorias, respiración), que se detallan abajo, para un bebé de menos de 1 año (salvo en recién nacidos, que comprenden a los bebés de hasta 4 semanas) y cronometra el llamado de ayuda de la siguiente manera: 



Si eres el único reanimador y no viste cómo el bebé perdía el conocimiento, administra la reanimación cardiopulmonar durante dos minutos (alrededor de cinco ciclos) antes de llamar al 911 o al número local de emergencias y buscar el desfibrilador externo automático. Si viste cómo el bebé perdía el conocimiento, llama al 911 o al número local de emergencias y busca el desfibrilador externo automático, si hay uno disponible, y comienza la reanimación cardiopulmonar. Si hay otra persona disponible, pídele que llame para solicitar ayuda inmediatamente y que traiga el desfibrilador externo automático mientras tú atiendes al bebé.

Compresiones: Restablecer la circulación sanguínea 1. Coloca al bebé boca arriba sobre una superficie plana y firme, como una mesa. También puede ser en el suelo. 2. Imagina que hay una línea horizontal trazada entre las tetillas del bebé. Coloca dos dedos de una mano justo debajo de esta línea, en el centro del pecho.

3. Presiona con suavidad el pecho unas 1,5 pulgadas (unos 4 cm). 4. Cuenta en voz alta mientras presionas a ritmo bastante rápido. Debes presionar a un ritmo de 100 a 120 compresiones por minuto.

Vía respiratoria: Abrir la vía respiratoria 

Después de 30 compresiones, con cuidado, inclina hacia atrás la cabeza del bebé, levantándole el mentón con una mano y presionando hacia abajo la frente con la otra mano.

Respiración: Respira por el bebé 1. Cubre la boca y la nariz del bebé con tu boca. 2. Prepárate para darle dos respiraciones de rescate. Usa la fuerza de tus mejillas para soplar aire en forma suave (en lugar de profundamente desde los pulmones) para exhalar lentamente en la boca del bebé una vez, en una respiración de un segundo. Observa si se eleva el pecho del bebé. De ser así, haz una segunda respiración de rescate. Si el pecho no se eleva, repite la maniobra de inclinar la cabeza y levantar el mentón y luego proporciona la segunda respiración. 3. Si de todos modos el pecho del bebé no se eleva, continúa las compresiones en el pecho. 4. Haz dos respiraciones después de cada serie de 30 compresiones en el pecho. Si la reanimación cardiopulmonar está a cargo de dos personas, haz dos respiraciones después de cada serie de 15 compresiones en el pecho. 5. Administra reanimación cardiopulmonar durante unos dos minutos antes de llamar a emergencias, salvo que alguien pueda llamar mientras tú atiendes al bebé. 6. Continúa la reanimación cardiopulmonar hasta que el bebé dé señales de vida o llegue el personal médico

Primeros auxilios para las quemaduras: preguntas frecuentes de los padres

Qué debe hacer cuando su niño se quema depende de la severidad de la quemadura. Simplemente, existen tres tipos de quemaduras; saber cómo tratarlas con rapidez y eficacia es sumamente importante. 

Las quemaduras de primer grado. La piel se enrojece, pero no se ampolla. Es algo dolorosa como una quemadura del sol. Las quemaduras de segundo. La capa exterior de la piel se quema y alguna parte de la dermis se lesiona. La quemadura es bastante dolorosa y salen ampollas. Las quemaduras de tercer grado. La piel se quema se ve blanca o carbonizadas. La epidermis y la dermis (las dos capas superiores de la piel) se lesionan irreversiblemente. Una quemadura eléctrica que deje la piel carbonizada, correosa, consumida (por el fuego), o no tenga ninguna sensación es grave y debe recibir atención médica de inmediato. Una ampolla, hinchazón por quemadura que abarque un área de un tamaño mayor que el de la mano de su niño, o una quemadura en la mano, pie, cara, genitales o sobre una articulación es una lesión grave y debe ser vista de inmediato por un pediatra o en una sala de urgencias. Si le preocupa una quemadura, aunque no parezca ninguna de las descritas anteriormente, consulte con su pediatra.

Mi niño tiene una quemadura leve. ¿Cómo debo tratarla? La mayoría de las quemaduras y ampollas pequeñas pueden ser tratadas y curadas en el hogar. Si tiene alguna pregunta sobre si la quemadura se puede curar en casa, contacte a su pediatra.

Aquí le decimos lo que puede hacer: 1. Refresque (enfríe) la quemadura. Ponga la parte afectada bajo un chorro de agua fría por cerca de cinco minutos. Esto ayuda a evitar que se siga quemando y disminuye el dolor y la inflamación. No ponga hielo sobre una quemadura. No frote una quemadura porque esto puede empeorar la lesión. No rompa las ampollas ya que puede aumentar el riesgo de una infección en el sitio de la quemadura. 2. Cubra la quemadura. Cubra el área afectada con un vendaje limpio que no se pegue a la quemadura. Esto ayuda a disminuir el riesgo de infección y alivia el dolor. 3. Proteja la quemadura. Mantenga el sitio de la quemadura limpio, lávalo suavemente con agua y jabón. No aplique ungüentos sino se lo ha indicado el pediatra. Nunca debe aplicar mantequilla, grasas u otros remedios caseros a la quemadura sin consultar con su pediatra, ya que esto puede aumentar el riesgo de infección.

Si después de haber refrescado la quemadura por 5 minutes todavía le duele al niño, ¿qué debo hacer? Es muy probable que la quemadura todavía le duela. No olvide darle a su niño un medicamento para el dolor y tranquilice al niño para que se calme.

Qué hacer en casos de quemaduras Las acciones a tomarse después de sufrir una quemadura, dependerán del grado de la quemadura. Por lo que a continuación se indica paso a paso qué debe hacer en cada tipo:

1. Primer grado

Las quemaduras de 1º grado afectan apenas la capa superficial de la piel, causando síntomas como dolor y enrojecimiento en la región. En estos casos se recomienda:  Colocar la región quemada debajo de agua fría durante al menos 15 minutos;  Mantener un paño limpio y humedecido en agua fría en la región durante las primeras 24 horas, cambiando siempre que el agua se caliente;  No aplicar ningún producto como pasta de diente, aceite o mantequilla en la quemadura;  Colocar una crema hidratante o cicatrizante para quemaduras como Recoveron NC. Vea una lista más completa de pomadas. Este tipo de quemadura es más común cuando el individuo se mantiene mucho tiempo al sol o cuando agarra o roza un objeto caliente. Generalmente el dolor desaparece al cabo de 2 o 3 días, pero la quemadura puede demorar hasta 2 semanas en cicatrizar inclusive usando pomadas. Generalmente, la quemadura de 1 primer grado no deja ningún tipo de cicatriz en la piel y raramente presenta complicaciones.

2. Segundo grado

Las quemaduras de 2º grado afectan las capas intermedias de la piel y, por esto, además de enrojecimiento y dolor en la región, pueden surgir otros síntomas como ampollas o hinchazón. En este tipo de quemaduras se aconseja:  Colocar la región afectada debajo de un chorro de agua fría durante al menos 15 minutos;  Lavar cuidadosamente la quemadura con agua fría y jabón de pH neutro, evitando frotarla con mucha fuerza;  Cubrir la región con una gasa mojada durante las primeras 48 horas, cambiándola siempre que sea necesario;  No reventar las ampollas y no aplique ningún producto en la región, para evitar el riesgo de infección;  Buscar ayuda médica, sobretodo si la ampolla es muy grande. Esta quemadura es más frecuente cuando el calor está más tiempo en contacto con la piel, como ocurre cuando se derrama agua caliente sobre la ropa o si se agarra algo caliente durante mucho tiempo, por ejemplo. En la mayoría de los casos el dolor mejora al cabo de 3 días, pero la quemadura puede tardar hasta 3 semanas en desaparecer. Aunque las quemaduras de 2º grado rara vez dejan cicatrices, la región de la piel donde ocurrió la quemadura puede quedar más clara.

3. Tercer grado

Las quemaduras de 3º grado es una situación grave que puede colocar la vida en peligro, ya que las capas más profundas de la piel se ven afectadas. En estos casos se recomienda:  Llamar de inmediato una ambulancia al número de emergencia o lleve a la persona rápidamente al hospital;  Colocar cuidadosamente una gasa esterilizada o un paño limpio sobre la región afectada, hasta que llegue la ayuda médica;  No colocar ningún tipo de producto en la región afectada. En algunos casos, la quemadura de 3º grado puede ser tan grave que causa un fallo en varios órganos. En estos casos, si la víctima se desmaya y deja de respirar, se debe iniciar el masaje cardíaco mejor conocido como la técnica de RCP. Vea cómo realizar la reanimación cardiopulmonar. Una vez que todas las capas de la piel se ven afectadas, los nervios, las glándulas, los músculos y hasta los órganos internos pueden sufrir lesiones graves. En este tipo de quemaduras puede no sentirse dolor debido a la destrucción de los nervios, pero se requiere ayuda médica inmediata para evitar complicaciones graves como infecciones.

Qué no debe hacer Después de quemarse la piel es muy importante saber qué debe hacer para aliviar rápido los síntomas, pero también debe saber qué no debe hacer, especialmente para evitar complicaciones o secuelas. Por lo que se recomienda no intentar retirar objetos o ropas que se encuentren en contacto con la quemadura; no colocar mantequilla, pasta de dientes, café, sal o cualquier otro producto casero; no debe reventar las ampollas que surjan después de la quemadura.

Asimismo, también no se debe aplicar compresas de hielo sobre la piel, debido a que el frío extremo además de causar irritación, puede empeorar la quemadura y hasta causar un shock debido a la gran diferencia de temperaturas.

Cuándo debe acudir al hospital La mayoría de las quemaduras pueden ser tratadas en casa, sin embargo, se recomienda acudir al hospital cuando la quemadura es mayor que la palma de la mano, surgen muchas ampollas o es una quemadura de tercer grado donde ser ven afectadas las capas más profundas de la piel. Asimismo, si la quemadura también ocurre en las regiones sensibles como manos, pies, genitales o rostro, también se debe acudir al hospital

Qué hacer ante una herida por arma de fuego

Las heridas por arma de fuego suelen requerir cirugía para extraer el proyectil y reparar los órganos o tejidos afectados.   

Qué es una herida por arma de fuego: características y tipos Consecuencias y complicaciones de una herida por arma de fuego Qué hacer ante una herida por arma de fuego Compartido:

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en ocasiones tampoco sabremos qué tipo de arma y de proyectil se han empleado. Los primeros auxilios, que pueden salvar vidas, han de basarse en estabilizar a la víctima hasta conseguir apoyo médico profesional:  En primer lugar, y muy importante, cerciorase de que nos encontramos en una posición segura. Si se ha producido un tiroteo o un accidente (por ejemplo, de caza), o has sido testigo de un crimen o un intento de suicidio, asegúrate de que es perfectamente seguro ir a socorrer a la víctima; no sirve de nada que tú también acabes herido. Si tienes equipo de protección, como cascos o chalecos antibalas, utilízalos.  Lo siguiente será pedir ayuda. Siempre, en cualquiera de los casos donde haya un herido de bala, hay que recurrir a asistencia médica. Sé breve pero preciso en la comunicación de la emergencia, y proporciona suficiente información para que te puedan localizar con facilidad.  Intenta no mover a la víctima de sitio para evitar que su estado se agrave. Por ejemplo, puede pasar que tenga una herida abierta y al movilizarlo comience a sangrar profusamente.  El tiempo jugará en nuestra contra. Existe la llamada hora de oro, que quiere decir que las personas que llegan al hospital dentro de la primera hora tras recibir el disparo tienen más probabilidades de supervivencia. Actúa con rapidez, pero sin perder la calma ni entrar en pánico.  Busca las heridas, los orificios de entrada y salida si hubiera, analiza el cuerpo de la víctima en busca de hemorragias, y actúa para frenarlas de la siguiente manera: o

Aplica presión en el punto sangrante con un paño, gasa, toalla, o una prenda de ropa si es necesario.

o

Si la prenda se empapa de sangre, simplemente pon otra encima y sigue aplicando presión, pero nunca la retires.

o

Si la hemorragia es en un brazo o pierna y con presión no se puede controlar, se puede realizar un torniquete con un cinturón o una banda de tela que no se rompa. El torniquete se debe poner lo más cercano a la herida, pero siempre por encima de la rodilla o el codo. Hay que recordar que el torniquete sirve para detener la hemorragia, pero puede provocar daño tisular por la falta de riego sanguíneo, por lo que hay que apuntar la hora a la que se realizó, y revisar cada 10 minutos si ha parado la hemorragia, aflojándolo un poco.

o

En el momento en que la hemorragia pare, retirar el torniquete si lo hubiese, y se puede poner un apósito encima, o vendar la herida con algo de presión.



Si la herida se ha producido en el abdomen o el torso, donde están la mayor parte de los órganos vitales, es más difícil de tratar, ya que se requiere material específico. Debemos estar atentos a la herida por si saliera aire de la misma, porque esto significa que el pulmón está perforado y está saliendo el aire. Lo importante en este caso es sellar la herida para que el aire quede dentro. Esto lo haremos colocando gasas o paños y aplicando presión en los laterales de la herida para así cerrarla.







Intenta mantener a la víctima lo más cómoda posible, abrigándola bien y tranquilizándola. Cuanto más nervioso esté el afectado más difícil será estabilizarle. Sobre todo, nunca jamás abandones a la persona, reevalúa cada pocos minutos su estado, ya que en caso de que hubiese daños internos que no podemos determinar, su estado general se vería afectado. Si la víctima está inconsciente se la debe colocar en posición lateral de seguridad (de lado, en una posición lo más cómoda posible, dejando libre la vía aérea), y reevaluar con frecuencia su estado, incluyendo respiración y pulso. En el caso de que no respire, se deben iniciar de inmediato las maniobras de resucitación cardiopulmonar. Hay ocasiones en las que será necesario el traslado del herido, por ejemplo, si se ha producido un accidente durante una cacería en el campo, y lo más conveniente es movilizar a la víctima al hospital, o a una zona que resulte más accesible para los servicios médicos. Para trasladar a la víctima muchas veces es necesario inmovilizar mediante tablas, palos, o cualquier objeto que sirva para entablillar extremidades, ya que cualquier movimiento brusco podría causar más daño o hemorragia. Colocaremos las tablas lo más rectas posible, procurando que no estén en contacto directo con la herida, y pondremos vendas o telas que las sujeten firmemente. Si la víctima está inconsciente o no se puede mover y hay más de dos socorristas, entre tres personas se le puede movilizar, intentando mantenerla siempre en horizontal y con el torso alineado, en bloque. Se pueden improvisar camillas con tablas, puertas, sábanas, etcétera, siempre y cuando sea seguro el transporte y no haya riesgo de caídas

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