Rabietas y Caprichos Normalmente las rabietas tienen su mayor frecuencia entre los 18 meses y los tres años. Según Mac Farlane en estas edades un 65% de los niños presentan al menos una rabieta al día. Las rabietas van remitiendo a medida que se hacen mayores, para volver a aparecer alrededor de los 6 años. Los padres deben ser conscientes de que esas rabietas representan un estado normal del desarrollo psicológico afectivo del niño y, en general, no tienen significación patológica anormal. Cualquiera que sea la razón de la pataleta, no hay que vivir con el miedo perpetuo a que el niño chille, de patadas, etc. Cuando se niega algo que ha pedido. Se puede influir sobre la frecuencia y la intensidad a partir de lo que haga el niño después del episodio, y se puede estructurar las respuestas para ayudarle y enseñarle la forma adecuada de expresar sus opiniones y sus deseos. Las pataletas del niño tienen siempre algún motivo. Quizás se dio cuenta por casualidad de que ese comportamiento daba resultado y así conseguía siempre lo que quería. Sin importar las razones se tratan de comportamientos inaceptables. El niño debe aprender que es una conducta inadecuada, que no conduce a ninguna parte, que no le ayuda en sus frustraciones, ni le libra de unas obligaciones, ni modifica la manera de pensar de sus padres con respecto a algo. COMO ACTUAR a) Ignorar las rabietas. Es la fórmula más rápida para librarse de este comportamiento, ya que el objetivo principal de la mayoría de estas rabietas es llamar la atención y conseguir algo. Como en esos momentos no se puede razonar con el niño, es mejor no hacerlo. Se puede hacer que se sienta mejor pasándole un brazo por el cuello. Un niño ya con dos años es capaz de iniciar y terminar la rabieta el solo, lo ignoramos mientras sabemos que está en un lugar seguro. El hecho de ignorar las rabietas requiere que sean los padres los que contengan la respiración y tengan paciencia. Mientras dure la pataleta haga otra cosa, puede cantar en voz alta, actúe como si no estuviese ocurriendo nada, hay que tener cuidado de no mirar al niño. Hay que contabilizar la duración y frecuencia aunque parece que duran una eternidad, la realidad es que duran unos minutos. Si se guardan verá como cada vez duran menos si no se le hace caso. Cuando termina la pataleta hay que recibir al niño como si nada hubiese pasado, proporcionándole una ocasión para volver a congraciarse con los demás.
b) Usar un sistema de elogios y recompensas para reforzar la cooperación. Desde luego lo que no hay que hacer es elogiar al niño por no haber hecho una pataleta diciéndole “Gracias por no haber hecho una pataleta”.Se debe decir “Me a gustado mucho tu forma de cooperadora de escucharme”.Préstele atención cuando se comporte bien. Déle atención “instantánea” durante el día, comentándole lo que hace bien. ir c) No dejar que el niño utilice las pataletas para eludir responsabilidades. Resulta increíble la rapidez con que los niños pequeños pueden aprender que las Pataletas distraen a los padres que se olvidan del hecho que las desencadenan. Mamá le pide a su hijo que recoja los jugotes y él contesta “dentro de un minuto, mamá”. Cuando la madre pierde la paciencia y explota, el niño hace una pataleta y se le envía a su habitación para que se calme. La mamá enfadada ordena los juguetes mientras él está en la habitación. Cuando el niño sale, no tiene que recoger y se ha salido con la suya.
d) No dejar que las rabietas cambien el No en Si. Los niños aprenden que llorando durante un tiempo, haciéndolo fuerte, consiguen lo que quieren y que esto es más cierto cuando los padres están cansados o cuando hay delante otras personas. El niño debe saber, que si dice un No, este no se cambia esté quien esté delante. Una buena técnica es una vez dicho el no, ignorar totalmente lo que ocurra. Recuerde que no hay que retroceder. e)
Actuar contra las rabietas, ocurran donde ocurran.
Las pataletas de por si, ya son molestas, más si hay gente delante. La clave es actuar en el momento estemos donde estemos. f)
Tratar de mitigar situaciones que provocan pataletas.
Hay situaciones y momento s en los que es mas probable que los niños hagan pataletas. Si está muy cansado o sobreestimulado, es posible que no sea capaz de controlar las emociones. g) Cuando todo falla. Si alguna de las soluciones expuestas eliminan o desminuyen los episodios de rabietas. Sugerimos que se solicite ayuda profesional.