El brote de Ébola se originó en África occidental en marzo de 2014, afectando mayormente a República de Guinea, Liberia y Sierra Leona, considerado una de las enfermedades más virulentas por la que el mundo haya pasado. Las consecuencias del brote van mucho más allá de las cifras de mortalidad, abarcando diversos ámbitos como la economía, número de habitantes, desde ciudadanos comunes hasta profesionales de la salud y otros como los que se mencionaran a continuación:
Una mortalidad indirecta (no causada directamente por el Ebola) como consecuencia de otros problemas de salud que no pudieron ser tratados debido al colapso del sistema sanitario, escasos medios para transportarse y falta de profesionales. Guinea tenía 50 médicos y 1000 enfermeras para una población de 9,4 millones de personas.
Un importante impacto psicosocial que ha llevado al rechazo de personas y comunidades sobrevivientes del virus. Generando un clima de cierto miedo y desconfianza entre la población y el resto del mundo, evitando viajes turísticos o interacción con emigrantes solo por venir de un país que fue afectado por un virus mortal.
Un impacto especialmente virulento en ciertos colectivos vulnerables, como poblaciones que habitaban fuera del área urbana, afectando a niños y mujeres en su totalidad , según la OMS, entre el 55% y el 60% de víctimas mortales y tres de cada cuatro muertes, son precisamente mujeres.
Un grave impacto socioeconómico, lo que llevó a un aislamiento entre las de comunidades enteras, hubo suspensiones de vuelos y cierre de carreteras desde y hacia Guinea para evitar más propagación de esta epidemia. Se vio altamente afectado la economía nacional, debido a que todos los gastos debieron ser usados en implementos médicos, fármacos, construcciones de recintos por falta de hospitales y por el alto índice de personas afectadas.
El Brote del Ebola ha afectado intensamente a la educación del país, generando como consecuencia que los niños y niñas no puedan asistir a los recintos educacionales, ya que estos son los que se ven especialmente afectados por poseer un sistema inmune más deficiente en comparación al de una persona adulta. También ha generado un impacto negativo en el bienestar psicológico y social hacia los niños, por no poder interactuar y retroalimentarse entre ellos. Al ser tan alta la tasa de personas infectas y la baja cantidad de implementos, provocó a que comenzara a propagarse el virus al personal de salud. El número total de trabajadores sanitarios afectados fue de 318, de los cuales 151 fallecieron Los tres países más afectados disponían solamente de uno o dos médicos para atender a una población de casi 100 000 personas. Cada pérdida de un médico o enfermera disminuye la capacidad de respuesta y genera un retroceso en la erradicación y un aumento del virus. El Ébola ha generado consecuencias muy negativas para la escasa economía de Guinea, -país que recién había empezado a recuperarse de un conflicto civil que duro varios años- trayendo consigo más pobreza de la que ya había, discontinuidad de la industrialización y comercio, aumentando la inflación, los bienes y servicios, ingreso en el sueldo del hogar, limitando su acceso al alimento, provocando en la población más miedo al hambre que al virus. El brote del mortal virus es el mayor de la historia y afecta a países sin los recursos suficientes para manejar su propagación. El 8 de agosto de 2014, la OMS decretó la situación como “emergencia pública sanitaria internacional” y recomendó medidas para detener su transmisión en medio de la expectante preocupación mundial ante el riesgo de pandemia global; entre ellas, pedía a los países donde se habían detectado afectados que se declaren en emergencia nacional y hacía una llamada a la solidaridad internacional. El riesgo terminó siendo alto para el personal médico y paramédico, la incidencia en el grupo de trabajadores de salud fue 103 veces más alto que en la población general, por ello en el periodo entre el 23 de mayo y octubre del 2014, de 3854 casos confirmados de Ébola.