UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE OCCIDENTE Facultad de Ingeniería I Periodo de 2019 Santiago de Cali 5 de Marzo del 2019 Asignatura: Seminario de Ingeniería Ambiental Docente: Veronica Manzi Tarapues
ACIDIFICACIÓN DE LOS OCÉANOS P.A. Castillo1 , V. Enriquez1 , I. Mejía1, E.M. Sarria1 1
Ingeniería Ambiental, Facultad de Ingeniería, Universidad Autónoma de Occidente, Cali, Colombia 2151086 Ambiental Facultad de Ingeniería, Universidad Autónoma de Occidente, Cali, Colombia -2150956 1Ingeniería Ambiental, Facultad de Ingeniería, Universidad Autónoma de Occidente, Cali, Colombia 2146567 1 Ingeniería Ambiental, Facultad de Ingeniería, Universidad Autónoma de Occidente, Cali, Colombia - 2141613 1Ingeniería
La acidificación oceánica está directamente causada por el aumento de los niveles de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera debido a que los océanos actúan como “sumideros de carbono”, reduciendo los impactos asociados al cambio climático. Sin embargo, la continuidad en el tiempo de un cambio tan fundamental y tan rápido como lo es la acidificación de los océanos será probablemente perjudicial para la vida marina (OMM, 2014). No sólo causará problemas a muchos organismos como las ostras, los mejillones, los corales y algunas especies de plancton sino que también puede afectar a muchos otros organismos, ecosistemas y procesos, con consecuencias importantes para la sociedad. Por lo cual, es necesario saber ¿Cómo influye el aumento de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera al decaimiento del pH del océano?. Antes de entrar más detalladamente en esta problemática, es necesario saber que la incidencia del cambio global en los procesos físicos, químicos y biogeoquímicos de los océanos y costas ha modificado la biodiversidad marina y la estructura ecológica, así como las funciones, beneficios y servicios de los ecosistemas marinos. Este fenómeno se ha evidenciado en los océanos por el aumento de la temperatura del agua, la acidificación (por la disminución del pH) y el aumento del nivel del mar (Rojas y Pabón, 2015). Uno de los aspectos importantes de este problema, es que técnicamente la acidificación del océano no está explícitamente regulada por los tratados internacionales. Los procesos y convenios internacionales y regionales de las Naciones Unidas están empezando a poner de relieve el fenómeno de la acidificación del océano (Convenio de Londres y Protocolo, Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, Convenio sobre la Diversidad Biológica, entre otros). Sólo hasta junio de 2012, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río + 20) reconoció que la acidificación
del océano constituye una amenaza para los ecosistemas ecológicos y para el bienestar humano (IGBP et al., 2013). Por otro lado, la acidificación del océano, influirá en el turismo, la pesca, la seguridad alimentaria, la protección de las costas y la biodiversidad. Cabe resaltar que más de 100 millones de personas dependen económicamente de los arrecifes de coral, y muchos más los necesitan como protección, recurso y recreación. Las predicciones económicas apuntan a que la desaparición de los arrecifes provocaría pérdidas multimillonarias al año y una gran parte de estas pérdidas tendrán lugar en comunidades vulnerables y en pequeños estados insulares cuyas economías dependen de los arrecifes de coral (Harrould y Savitz, 2009). Como ya se mencionaba, la acidificación del océano hace que muchos de los procesos biológicos y fisiológicos de muchos organismos se vean afectados por el aumento de la acidez, lo que provocaría grandes cambios en muchos ecosistemas marinos. Una de las grandes repercusiones está en los arrecifes de coral, ya que reduciría de manera significativa la capacidad de los corales para construir sus esqueletos y a su vez, la pérdida del hábitat de millones de especies, debido a que estos son guaridas, zonas de cría y alimentación para muchas especies, sin que exista otro sistema parecido en la Tierra (Harrould y Savitz, 2009). Frente a todo lo anterior mencionado, es clave identificar quiénes son los principales actores involucrados, ya que de estos depende el desarrollo de la problemática. Los responsables son todos aquellos involucrados que realicen u obtengan utilidades de las actividades generadas, a partir de la combustión de hidrocarburos (gasolina, diesel, entre otros), como industrias, fábricas y en mayor medida el sector de transporte. Así como también los entes gubernamentales que están en el deber de regular las emisiones de contaminantes a la atmósfera a través de normativa y aplicar sanciones correspondientes en caso de que se incumpla. En el caso de las industrias y sector de transporte , su papel radica en establecer medidas de prevención que disminuyan la cantidad de Dióxido de Carbono emitido, implementación de nuevas tecnologías, por ejemplo en el caso de los automóviles, el cambio de combustible a energía eléctrica y la promoción de estas (tecnologías) para estimular su compra. Teniendo en cuenta lo anterior, las naciones del mundo se reunieron en Junio de 2012 en Río de Janeiro en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sustentable donde se reiteró la necesidad de trabajar unidos para prevenir acidificación oceánica adicional, así como para mejorar la resiliencia de los ecosistemas marinos y de las comunidades cuya subsistencia depende de ellos. Por tal motivo, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) anunció en Río que lanzaría un nuevo Centro Internacional de Coordinación sobre la Acidificación Oceánica para servir a la comunidad
científica, a los diseñadores de políticas y al público en general (Laffoley and Baxter, 2012). Contextualizando la problemática en Colombia, el Grupo Internacional de Usuarios de Referencia sobre Acidificación Oceánica (OAIRUG), en colaboración con INVEMAR, el Centro de Coordinación Internacional de Acidificación del Océano de la Agencia Internacional de Energía Atómica y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza organizaron conjuntamente un evento regional sobre la acidificación del océano en Santa Marta en el año 2018, evento al que asistieron 19 representantes de América Latina y el Caribe con el fin de explorar los impactos de la acidificación del océano en esta región. Como resultado, el documento denominado Plan de Acción Regional sobre Acidificación de los Océanos para América Latina y el Caribe, que explora 17 temas en tres categorías principales y establece las prioridades claves para abordar y combatir la acidificación de los océanos (INVEMAR, 2018). Siguiendo sobre este razonamiento, se ha ideado un programa de planeación del desarrollo a corto, mediano y largo plazo liderado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible llamado Estrategia Colombiana de Desarrollo Bajo en Carbono, el cual pretende desvincular el crecimiento de las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) del crecimiento económico nacional y contribuyendo al desarrollo social y económico nacional (MinAmbiente) Además de esto, países como China, Australia, Estados Unidos, Reino Unido, Mónaco, Corea, Alemania, Japón y la Unión Europea que son los principales responsables, han realizado estudios que van en marcha o en etapas avanzadas de planificación, donde se han tomado las siguientes medidas para minimizar los factores que generan esta problemática (Laffoley and Baxter, 2012): -
Adoptar una política para estabilizar los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera en 350 ppm. Promover la eficiencia energética y reducir el uso de combustibles fósiles. Utilizar fuentes de energías alternativas. Regular las emisiones de carbono. Reducción de otros impactos como la sobrepesca y la contaminación.
Es necesario entender que la acidificación de los océanos y el cambio climático no son amenazas aisladas, sino que actúan de forma conjunta con otros tipos de impactos en ecosistemas y especies. Por este motivo, es importante identificar la relación de la problemática presentada, con los objetivos de desarrollo sostenible, ya que estos proporcionan un panorama más amplio y abarcan distintos factores que permiten entender mejor la situación. Objetivo 1: Fin de la pobreza
La pobreza va más allá de la falta de ingresos y recursos para garantizar unos medios de vida sostenibles. Entre las distintas manifestaciones de la pobreza figuran el hambre, la malnutrición, la falta de una vivienda digna y el acceso limitado a otros servicios básicos como la educación o la salud (ONU, 2019). La acidificación del océano generaría un decrecimiento económico puesto que los bienes del ecosistema marino y los servicios como la pesca y el turismo se verían fuertemente afectados por este fenómeno, lo cual dejaría sin empleo a una gran cantidad de personas. Objetivo 2: Hambre cero El sector alimentario y el sector agrícola ofrecen soluciones claves para el desarrollo y son vitales para la eliminación del hambre y la pobreza, si son gestionadas de forma adecuada. Sin embargo, suelos, océanos, bosques, agua potable y biodiversidad están sufriendo un rápido proceso de degradación debido a procesos de sobreexplotación (ONU, 2019). Debido a esto se presentan fenómenos como la acidificación, que causaría la pérdida y extinción de miles de especies marinas, de las cuales, muchas de ellas son un recurso alimenticio para millones de personas en el mundo. Objetivo 3: Salud y Bienestar Muchas regiones se enfrentan a graves riesgos para la salud, como altas tasas de mortalidad materna y neonatal, la propagación de enfermedades infecciosas y no transmisibles y una mala salud reproductiva (ONU, 2019). Al producirse una afectación en la seguridad alimentaria, se provocan consecuencias graves en la salud y el bienestar de todas las comunidades costeras. Objetivo 8: Trabajo decente y crecimiento económico Para conseguir el desarrollo económico sostenible, las sociedades deberán crear las condiciones necesarias para que las personas accedan a empleos de calidad, estimulando la economía sin dañar el medio ambiente (ONU, 2019). La acidificación del océano podría dar lugar a una reacción en cadena a través de la red alimentaria marina que afectará a la industria comercial de la pesca y el marisco, la cual mueve miles de millones de dólares y le proporciona empleos a miles de personas que figuran entre las más necesitadas del mundo (SCOR et al., 2009). Objetivo 12: Producción y consumo responsable El consumo y la producción sostenible consisten en fomentar el uso eficiente de los recursos y la energía, la construcción de infraestructuras que no dañen el medio ambiente, la mejora del acceso a los servicios básicos y la creación de empleos ecológicos, justamente remunerados y con buenas condiciones laborales (ONU, 2019). Si se toman las decisiones correctas y oportunas, es posible salvar de la acidificación y del cambio climático tanto a los arrecifes de coral, como a la vida marina asociada a ellos, lo cual se logra estabilizando los niveles de concentración de dióxido de carbono en la atmósfera (Harrould y Savitz, 2009). Objetivo 13: Acción por el clima
El cambio climático afecta a todos los países en todos los continentes, produciendo un impacto negativo en su economía, la vida de las personas y las comunidades. En la actualidad, está al alcance soluciones viables para que los países puedan tener una actividad económica más sostenible y más respetuosa con el medio ambiente. El cambio climático es un problema que requiere que la comunidad internacional trabaje de forma coordinada y precisa para que los países en desarrollo avancen hacia una economía baja en carbono (ONU, 2019). Objetivo 14: Vida Submarina Los océanos del mundo, su temperatura, química, corrientes y vida mueven sistemas que hacen que la Tierra sea habitable para la humanidad. Sin embargo, en la actualidad, existe un continuo deterioro de las aguas costeras, debido a la contaminación y la acidificación de los océanos, que está teniendo un efecto adverso sobre el funcionamiento de los ecosistemas y la biodiversidad, y que también está afectando negativamente a la pesca de pequeña escala (ONU, 2019). Objetivo 17: Alianzas para lograr objetivos Un programa exitoso de desarrollo sostenible requiere alianzas entre los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil (ONU, 2019). Por lo cual, se hace necesaria la participación de toda la comunidad internacional y el cumplimiento de los compromisos que cada país podría acoger, con el fin de disminuir la contaminación, la producción de gases de efecto invernadero y fomentar la promoción de ahorro energético, mediante la reducción del uso de los combustibles fósiles. Por último, es de suma importancia reconocer claramente el papel de la Ingeniería Ambiental en la planeación e implementación de soluciones en cuanto a la acidificación del océano, ya que están en la capacidad de realizar una revisión profunda de las investigaciones que se han hecho hasta el momento para tener una visión global del problema, con el fin de poder plantear estrategias que reduzcan las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, para que los niveles de pH no sigan disminuyendo. Así mismo, trabajar en la implementación de medidas de mitigación de los impactos existentes y lograr que los problemas de acidificación del océano sean reconocidos globalmente para que se convierta en una problemática ambiental y social en la cual todos se vean involucrados y puedan aportar a solucionar esta problemática. Referencias bibliográficas ●
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Anexos
Anexo 1. Árbol del problema
Anexo 2. Tabla de actores involucrados