Presupuesto de Chile 2009, Defensa y Seguridad Publica Texto normal - Texto grande
La presentación del presupuesto nacional de Chile para el 2009 coincidió con el apogeo de la crisis financiera, cuyo impacto a mediano plazo, particularmente en la economía real, aun no se puede apreciar. Me retuve de hacer circular esta nota, esperando que las fluctuaciones de las tasas de cambio en Chile se calmasen. También he considerado la posibilidad de que cuando sea finalmente votado (30 de noviembre), el presupuesto esté sujeto a modificaciones ya sea por el mismo Ejecutivo ya sea por el debate parlamentario. En efecto, actualmente existe un conflicto triangular soterrado entre el Ejecutivo, las FFAA y el Congreso acerca del destino de las platas que provienen de la venta de propiedades de las fuerzas armadas. El 8 de octubre varios miembros de la comisión de presupuesto abandonaron una reunión que discutía algunas asignaciones de Defensa, en signo de protesta. Más que nunca, las cifras mencionadas más abajo deben ser tomadas como órdenes de magnitud más que como datos de precisión científica, y en ningún caso ser utilizadas como material para calcular cocientes de dos decimales del tipo que adoran quienes practican la econometría obsesional. ALGUNAS REGLAS BASICAS Y LA METODOLOGIA Aun cuando el proyecto que reforma el Ministerio de Defensa -que incluye entre otros la transferencia de la policía al Ministerio del Interior- pasó su primer escollo legislativo en la Cámara de Diputados, está lejos de transformarse en Ley. Cuando al gobierno actual le quedan menos de 17 meses de ejercicio no solo la discusión en el Senado puede ser dura, además la oposición (que pudiese ser el próximo gobierno) ya está indicando aspectos de inconstitucionalidad en el proyecto. El proyecto así presentado por el Ejecutivo parece suponer que no habrá cambios estructurales en el ministerio durante el 2009, porque los presupuestos de la policía están incorporados como de costumbre en la cartera de Defensa (excepto las pensiones, que hay que buscar como siempre en los presupuestos del Trabajo y la Seguridad Social). Mis dudas acerca de la validez de las hipótesis del presupuesto provienen de un par de ítems. El precio del cobre está proyectado a un promedio de U$2,90 para el año próximo, cuando ya había bajado a U$2,13 la libra al terminar la semana pasada y a U$ 1,60 en el día de hoy. Curiosamente, en otro documento oficial también referido al presupuesto del 2009 y presentado al mismo tiempo, la estimación es de solo U$ 1,99 (lo que aun parece optimista considerando que ya casi
estamos en ese valor y que el 2009 se supone será un año peor que el 2008). El crecimiento del PNB para el año que viene está estimado en 4 o 4,5% (dependiendo de qué documento se toma en cuenta. Lo que tienen en común es un estilo más apropiado para un artículo académico iniciático que para un documento que debiese entender el Congreso y los ciudadanos de a pie). La previsión de la tasa de cambio para el 2009 está situada en 538 pesos por dólar, mientras que la tasa desde fines de agosto fluctuó entre 513 y 655, cerrando hoy en 671. Yo estoy olvidando arbitrariamente la estimación oficial para usar 620 pesos por dólar. La única “metodología” que puedo reclamar para esta decisión es que esa cifra está en línea con la tasa de la semana pasada y es un número redondo. Tú puedes pensar que esto no es muy profesional pero te ruego notar que los premios Nobel de economía (matemáticos) que los fondos especulativos contrataron para estructurar modelos a prueba de balas en estrategias de inversión, no han causado una gran impresión hasta ahora. Este año hay otra dificultad, al comparar los presupuestos en pesos para el 2008 y el 2009. La inflación ha sido mucho más alta que lo inicialmente previsto (¡3,2% en el presupuesto 2008!). En realidad alcanzó un 9,2% a septiembre de este año y tiene todas las de terminar el año en ese nivel (las últimas previsiones oficiales en los documentos del presupuesto es un 8,5%). A pesar de varios intentos no pude obtener una respuesta franca con relación a saber si las asignaciones presupuestarias de Defensa para el 2008 fueron ajustadas a la inflación. No parece ser el caso, aunque entiendo que algunos suplementos para los tiempos duros fueron acordados a los ítems de carburante y otras partidas de gastos muy afectadas por la inflación. Por consiguiente me he limitado a comparar el presupuesto original del 2008, al del 2009, aplicando las últimas tasas de inflación de 9,2% para intentar evaluar los cambios reales en pesos. Todas las comparaciones porcentuales en la última parte de esta nota están por consiguiente calculadas comparando el Presupuesto 2009 al Presupuesto 2008 y aplicando un deflactor de 9,2%. (“Deflactor”: herramienta estadística utilizada para convertir dólares (o pesos) corrientes en dólares (o pesos) ajustados a la inflación. N del T). De modo que para no ser repetitivo solo voy a reiterar brevemente aspectos que ya he comentado en años precedentes, y en especial que sobre la base de las mencionadas incertidumbres, una comparación del dólar con años anteriores no tiene sentido, como lo es cualquier cálculo de las cifras como un porcentaje del PNB. Sé que mucha gente insiste en hacerlo. Si quieren actuar como generadores de números aleatorios o exponer su terca estupidez, es cosa suya. Del mismo modo, no justificaré por el décimo octavo año consecutivo que es correcto incorporar como gastos de defensa los costes de las pensiones cubiertas por el Estado. La situación del Fondo del Cobre como fuente de ingresos para pagar equipamiento requiere una mención especial. La desaparición de la ley actual ha sido anunciada muchas veces, y se ha trabajado, incluso intensamente, en un nuevo sistema que si llegase a ver la luz tiene muchas posibilidades de parecerse al típico invento híbrido que producen las comisiones. No ayuda mucho la abyecta ignorancia del personal del ministerio de Hacienda acerca de materias militares. Aparentemente están objetando cualquier sistema de financiación “plurianual” a través del presupuesto nacional, pensando (erróneamente) que eso significa comprometer fondos por adelantado durante varios años. Eso no es así, porque incluso cuando el costo es repartido en varios años, en otros países los montos anuales deben ser aprobados cada vez en los presupuestos anuales, con la posibilidad en teoría de que algunos gobiernos o mayorías parlamentarias puedan parar el gasto a medio camino. Esto contradice uno de los principales argumentos a favor de la reforma del sistema actual: la dependencia del mediano plazo. Un programa plurianual no conlleva ninguna garantía incondicional de su supervivencia a lo largo de la duración prevista. UN PRESUPUESTO EN EL CONTEXTO El gasto total presupuestado para el ejercicio 2009 por el gobierno central de la República de
Chile, alcanza los U$ 33 mil millones, de los cuales solo mil millones debiesen ser gastados en divisas. Esto representa un incremento del 5,7% en términos reales con relación al 2008. Un análisis del presupuesto general no es una tarea fácil, porque no solo el lenguaje es académico y hay contradicciones en las estimaciones entre varios documentos, sino que además los “gastos” mezclan expendios reales con transferencias a cuentas de ahorro y fondos especiales, lo que no es gasto sino disponer de un excedente. Me pregunto cuanta gente en Chile hará el esfuerzo de leerse todo el mamotreto y peor aún, entenderlo. En este contexto, la asignación para el ministerio de Defensa es de U$ 2 mil 320 millones, o sea un 7% del total, contando U$ 2mil 210 millones de gastos en pesos, y U$ 209 millones en divisas. El presupuesto en pesos se incrementa en solo un 2,6% con relación al del 2008, porcentaje muy inferior al incremento del gasto en general. La porción en dólares se incrementa en un 10%. La asignación presupuestaria del ministerio de Defensa no es el total que gasta esa institución. Su gasto real es de U$ 2 mil 820 millones porque también recibe ingresos desde otras fuentes. La mayor parte de ese monto (U$ 402 millones) figura en realidad bajo la glosa “ingresos propios”, que incluyen cuotas, honorarios e ingresos cobrados por las FFAA en varias actividades, la mayor parte de las cuales no tiene nada que ver con defensa. La mayor parte de dichos ingresos proviene de los pacientes de los hospitales operados por las FFAA (U$ 162 millones), las entradas de la Dirección de la Aviación Civil (de competencia de la fuerza aérea) y los ingresos generados por una situación similar en la administración de los puertos por parte de la marina, con un total en conjunto de U$ 224 millones. A este monto hay que agregarle el equipamiento financiado con el 10% de las ventas de cobre de CODELCO, que están fuera del Presupuesto, pero incorporado gradualmente a las estadísticas. En los primeros seis meses del 2008 esto trajo U$ 729 millones, mientras que el año 2007 produjo U$ mil 390 millones. Se supone que el esquema va a ser reformado en profundidad, pero no voy a retener la respiración esperando. Hay en la actualidad una previsión de U$ mil ochenta millones en el presupuesto para el 2009 para ese ítem, pero considerando los caprichos del precio del cobre esa cifra puede ser muy optimista. El tema se confunde aun más por la existencia de dineros no gastados en años precedentes, provenientes de la misma fuente (hay quién habla de hasta U$ 3 mil millones, pero parece ser una exageración). Finalmente, el alto costo de las pensiones militares y de la policía hay que buscarlo en el presupuesto del ministerio del Trabajo y de la Seguridad Social. Ese ministerio debe gastar un total de U$ 8 mil 340 millones, de los cuales casi un cuarto (24,4%) va a las dos instituciones que cuidan de las pensiones militares (CAPREDENA) y de la policía (DIPRECA). El total de esos dos fondos, U$ 2 mil cuarenta millones, debe ser corregido deduciendo U$ 330 millones de contribuciones pagadas por los miembros activos y ya contabilizadas en el presupuesto de Defensa. Las contribuciones de los miembros activos de las FFAA y fuerzas de policía cubren solo el 16,2% de los costos de los beneficios y de los gastos de administración del personal en retiro. El coste neto de CAPREDENA y DIPRECA es pues de U$ mil 710 millones. El total presupuestado para el 2009 para esta partida se incrementa en solo 1,5% en términos reales, con relación al 2008. CAPREDENA está siendo investigada por irregularidades en su administración y en sus finanzas. Ya han caído algunas cabezas. Adicionando los gastos del ministerio de Defensa a los dos fondos de pensiones, llegamos a un total de U$ 4 mil 530 millones.
COMENTARIOS E ITEMS ESPECIFICOS Como se temía, los gastos operacionales asignados a las FFAA fueron reducidos en términos reales por el segundo año consecutivo. Aunque los gastos totales, en pesos, para el Ejército fueron presupuestados con un incremento del 1,4% en términos reales, el presupuesto operacional baja en un 3,6%, y los gastos en dólares no varían. Para la Marina, el presupuesto global en pesos baja en un 1,1% en términos reales, y la parte en dólares sube en un 25%. Su presupuesto operacional baja en un 2,7%. Los gastos en pesos de la Fuerza Aérea ni suben ni bajan, y la parte en divisas sube en un 15,4%. De algún modo saca la peor parte porque sus gastos operacionales bajan en un 4,1%. En las notas que acompañan el presupuesto se subrayan algunos incrementos particulares o asignaciones especiales. Algunos son interesantes (como los U$ 37 millones extras para carburante), pero solo U$ 2,58 millones para piezas de recambio de la flota, y U$ 2 millones para los costes operacionales del próximo satélite. El ítem más curioso es el costo de U$ 1,07 millón de lo que se describe como “intercambio de seis oficiales” para la fuerza de paz conjunta con Argentina llamada “Cruz del Sur”. Uno se pregunta qué gastos de 178 mil dólares por persona puede conllevar tal programa. Los departamentos especializados (cartografía, hidrografía, estudios aéreos) obtienen un tratamiento disímil, aunque su presupuesto total de U$ 13, 5 millones es apenas visible (del cual un tercio viene de la venta de sus servicios a terceras partes). En total, su presupuesto baja en un 0,8% en términos reales. Las fuerzas de policía tiene mejor suerte, con un incremento de un 5,1% de su presupuesto conjunto, pero aun por debajo del incremento medio del total de los gastos del Estado (5,7%). La ANI, la agencia de inteligencia civil, que se espera pueda prever y prevenir todo en un país de miles de kilómetros de longitud, se las tiene que arreglar con un presupuesto de U$ 7 millones (baja de un 1,7%), un personal permanente de 130 personas y apenas 4 vehículos. En los totales generales, los gastos secretos (“reservados”), conocidos en la administración pública francesa como la “caisse noire” y en inglés vulgar como “slush funds”, suman U$ 6,3 millones para los militares y U$ 1,35 millones para la policía. Hay un ligero incremento del 5,1% en dólares corrientes (U$ 28,35 millones) para el costo del entrenamiento y la participación en las misiones de la ONU en el extranjero, pero el monto destinado al desminado baja en un 10%, a apenas U$ 4 millones.