ÍNDICE
1.- Historia 2.- Principales autores representativos 3.- Fundamento científico ideológico 4.- Auge del sistema 5.- Principales países representativos 6.- Crisis del sistema 7.- Síntesis grupal 8.- Aporte propositivo
Bibliografía
1.- HISTORIA Tanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la civilización, pero el capitalismo como sistema económico no apareció hasta el siglo XIII en Europa sustituyendo al feudalismo. El impulso natural hacia el comercio y el intercambio fue acentuado y fomentado por las Cruzadas que se organizaron en Europa occidental desde el siglo XI hasta el siglo XIII. Las grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI reforzaron estas tendencias y fomentaron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de ingentes cantidades de metales preciosos provenientes de aquellas tierras. El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar bienes y no en producirlos. La importancia de la producción no se hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XIX. Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de las figuras más características del capitalismo, el empresario, que es, según Schumpeter, el individuo que asume riesgos económicos. Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos resultados posibles, por lo que el papel del empresario consiste en asumir el riesgo de tener pérdidas. El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía del renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados Nacionales que proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalismo. Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación del excedente económico que generaba el empresario privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor crecimiento. Desde el siglo XV hasta el siglo XVIII, cuando aparecieron los modernos Estados nacionales, el capitalismo no sólo tenía una faceta comercial, sino que también dio lugar a una nueva forma de comerciar, denominada mercantilismo. Esta línea de pensamiento
económico, este nuevo capitalismo, alcanzó su máximo desarrollo en Inglaterra y Francia. El sistema mercantilista se basaba en la propiedad privada y en la utilización de los mercados como forma de organizar la actividad económica. A diferencia del capitalismo de Adam Smith, el objetivo fundamental del mercantilismo consistía en maximizar el interés del Estado soberano, y no el de los propietarios de los recursos económicos fortaleciendo así la estructura del naciente Estado Nacional. Con este fin, el gobierno ejercía un control de la producción, del comercio y del consumo. La principal característica del mercantilismo era la preocupación por acumular riqueza nacional, materializándose ésta en las reservas de oro y plata que tuviera un Estado. Dado que los países no tenían grandes reservas naturales de estos metales preciosos, la única forma de acumularlos era a través del comercio. Esto suponía favorecer una balanza comercial positiva o, lo que es lo mismo, que las exportaciones superaran en volumen y valor a las importaciones, ya que los pagos internacionales se realizaban con oro y plata. Más tarde, algunos teóricos de la economía como David Hume comprendieron que la riqueza de una nación no se asentaba en la cantidad de metales preciosos que tuviese almacenada, sino en su capacidad productiva. Se dieron cuenta que la entrada de oro y plata elevaría el nivel de actividad económica, lo que permitiría a los Estados aumentar su recaudación impositiva, pero también supondría un aumento del dinero en circulación, y por tanto mayor inflación, lo que reduciría su capacidad exportadora y haría más baratas las importaciones por lo que, al final del proceso, saldrían metales preciosos del país. El capitalismo moderno inicia con dos acontecimientos que propiciaron la aparición del capitalismo moderno; los dos se produjeron durante la segunda mitad del siglo XVIII. El primero fue la aparición en Francia de los fisiócratas desde mediados de este siglo; el segundo fue la publicación de las ideas de Adam Smith sobre la teoría y práctica del mercantilismo. Así pues, tanto los fisiócratas como Smith ayudaron a extender las ideas de que los poderes económicos de los Estados debían ser reducidos y de que existía un orden natural aplicable a la economía. Sin embargo fue Smith más que los fisiócratas, quien abrió el camino de la industrialización y de la aparición del capitalismo moderno en el siglo XIX.
La característica fundamental del proceso de industrialización fue la introducción de la mecánica y de las máquinas de vapor para reemplazar la tracción animal y humana en la producción de bienes y servicios; la aplicación de máquinas de vapor al proceso productivo provocó un espectacular aumento de la producción con menos costes. El desarrollo del capitalismo industrial tuvo importantes costes sociales. Al principio, la industrialización se caracterizó por las inhumanas condiciones de trabajo de la clase trabajadora. La explotación infantil, las jornadas laborales de 16 y 18 horas, y la insalubridad y peligrosidad de las fábricas eran circunstancias comunes. Estas condiciones llevaron a que surgieran numerosos críticos del sistema que defendían distintos sistemas de propiedad comunitaria o socializada; son los llamados socialistas utópicos. Sin embargo, el primero en desarrollar una teoría coherente fue Karl Marx, que pasó la mayor parte de su vida en Inglaterra, país precursor del proceso de industrialización, y autor de Das Kapital (El capital, 3 volúmenes, 1867-1894). La obra de Marx, base intelectual de los sistemas comunistas que predominaron en la antigua Unión Soviética, atacaba el principio fundamental del capitalismo: la propiedad privada de los medios de producción. Marx pensaba que la tierra y el capital debían pertenecer a la comunidad y que los productos del sistema debían distribuirse en función de las distintas necesidades. El capitalismo siguió creciendo y prosperando casi sin restricciones a lo largo del siglo XIX. Logró hacerlo así porque demostró una enorme capacidad para crear riqueza y para mejorar el nivel de vida de casi toda la población. A finales del siglo XIX, el capitalismo era el principal sistema socioeconómico mundial. Muchos países en vías de desarrollo, con tendencias marxistas cuando lograron su independencia, se tornan ahora hacia sistemas económicos más o menos capitalistas, en búsqueda de soluciones para sus problemas económicos. El acontecimiento más importante de la historia reciente del capitalismo fue la publicación de la obra de John Maynard Keynes, La teoría general del empleo, el interés y el dinero (1936). Al igual que las ideas de Adam Smith en el siglo XVIII, el pensamiento de Keynes modificó en lo más profundo las ideas capitalistas, creándose una nueva escuela de pensamiento económico denominada keynesianismo.
2.- PRINCIPALES AUTORES REPRESENTATIVOS 2.1. Adam Smith (1723-1790) Considerado el padre del libre mercado, definió las leyes de la oferta y la demanda. Smith marca el comienzo de lo que se conoce con el periodo clásico del pensamiento económico, que empieza en 1776, con la publicación de “La riqueza de las naciones”. Smith defendió el libre comercio y los mercados competitivos. Fue el primero en afirmar que la búsqueda del interés personal y el individualismo no son negativos para la sociedad. Por el contrario, garantiza la prosperidad social. Porque el individuo, al perseguir su propio interés, promueve el desarrollo de la sociedad. Pero, explicó, eso solo es factible cuando el mercado es libre, abierto y competitivo.
. 2.2. Thomas Malthus. (1766-1834) Malthus entendía que los pobres se multiplicaban, presas del instinto de reproducción, aún en condiciones de miseria, entre otras cosas por su irresponsabilidad, fomentada, entendía Malthus, por las leyes de pobres inglesas que para Malthus suponían una liberación de la restricción moral y finalmente una carga innecesaria para el Estado en forma de ayudas a padres e hijos que suponían costes innecesarios.
Malthus estableció una relación importante entre población y riqueza (alimentos y otros bienes necesarios para la vida), donde unos ricos privilegiados no necesitaban una población excesiva si ésta podía ocasionarles gastos en forma de impuestos.
2.3. David Ricardo (1772-1823) Contribuyó con establecer el valor de temas como el salario, la propiedad y la renta. Su obra fue “Principios de economía política y tributación”, donde planteó temas como el valor de la propiedad, los motivos que llevan al incremento del alquiler de la tierra y la teoría de la ventaja comparativa en el terreno del libre comercio. Planteó así mismo una teoría que explicaba el porqué del valor de la utilidad, el interés, la renta y el salario.
2.4. John Maynard Keynes (1883–1946) Es el economista que sostuvo que el sistema capitalista no conduciría al pleno empleo. En su obra principal, “Teoría general del empleo, el interés y el dinero”, Keynes escribió sus opiniones en lo referente al empleo, la teoría monetaria y el ciclo de comercio. La principal novedad de su pensamiento radicaba en considerar que el sistema capitalista no tiende al pleno empleo ni al equilibrio de los factores productivos. Este enfoque defendía políticas económicas más activas por parte de los gobiernos para estimular la demanda interna en tiempos de elevado desempleo, a través de gastos en obras públicas. Esta teoría, desde los años treinta, forma parte del repertorio de decenas de gobernantes en muchos países, incluido el Perú.
2.5. Friedrich August (1899-1992) Es considerado el padre del liberalismo económico con base en la libertad individual. Precisamente, por ese motivo, fue el más tenaz crítico del intervencionismo estatal en la economía, así como un enemigo acérrimo del socialismo como corriente política, por lo que se ganó enemigos entre los representantes de la izquierda de su época. Su influencia se dejó sentir en administraciones como las de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, así como en la Alemania Federal de la postguerra. La caída del socialismo a fines de los años ochenta confirmó las afirmaciones contenidas en su libro “Principios de un orden social liberal”.
2.6. Milton Friedman (1912-2006) Gracias a su enfoque monetarista desarrolló nuevas teorías para el control de la inflación. Considerado uno de los más grandes economistas de su época, Friedman recibió multitud de honores, incluido el Premio Nobel de Economía (1976). Sus postulados fueron la base de las políticas liberales que se establecieron en algunos países en la década de 1980. Fue uno de los padres de la Escuela de Economía de Chicago, al interior de la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago, una corriente de pensamiento a favor del libre mercado pero dentro de un régimen monetario estricto, definido por el gobierno, para controlar la inflación.
2.7. John Locke (1632-1704) La teoría de la mente de Locke es frecuentemente citada como el origen de las concepciones modernas de la identidad y del yo, que figuran prominentemente en las obras de filósofos posteriores como Hume, Rousseau y Kant. Locke fue el primero en definir el yo como una continuidad de la conciencia. Postuló que, al nacer, la mente era una pizarra o tabula rasa en blanco. Al contrario de la cartesiana basada en conceptos preexistentes, sostuvo que nacemos sin ideas innatas, y que, en cambio, el conocimiento solamente se determina por la experiencia derivada de la percepción sensorial.
3.- FUNDAMENTO CIENTÍFICO IDEOLÓGICO DEL CAPITALISMO
El capitalismo es un sistema de organización económica donde el funcionamiento de la economía de la sociedad se fundamenta en las leyes de mercado y en la interacción de la competencia y el interés individual. En una sociedad capitalista, las personas y las empresas realizan la producción y el intercambio de bienes y servicios mediante transacciones en las que intervienen los precios y los mercados. Smith expone su análisis sobre el origen de la prosperidad de países como Inglaterra o los Países Bajos. Desarrolla teorías económicas sobre la división del trabajo, el mercado, la moneda, la naturaleza de la riqueza, el precio de las mercancías en trabajo, los salarios, los beneficios y la acumulación del capital. Este sistema de libertad natural, como lo llama Smith, es el resultado del libre ejercicio del interés individual que beneficia exitosamente sin proponérselo al bien común en la solución de problemas y satisfacción de necesidades por medio de la libre empresa, de la libre competencia y del libre comercio. La riqueza de las naciones está compuesta por cinco libros, cuyos temas son: Causas que han perfeccionado las facultades productivas del trabajo y del orden, según las cuales los productos se distribuyen naturalmente entre las diferentes clases sociales (sobre la naturaleza humana, el trabajo y la habilidad, la destreza y la inteligencia que ha aportado). De la naturaleza de los fondos o capitales, de su acumulación y su uso (descripción de los negociantes y del capital). De la diferente marcha y del progreso de la opulencia en diferentes naciones (historia del desarrollo económico y política económica). Sistemas de economía política (en particular, el sistema del comercio internacional).
De los ingresos del soberano o de la comunidad (ingresos, gastos y objetivos de gobierno). 3.1. PRINCIPIOS MÁS IMPORTANTES DEL CAPITALISMO.
Sus bases son la libertad personal, la propiedad privada, la iniciativa individual, la empresa privada y la interferencia mínima del gobierno. El término liberalismo se debe considerar en su contexto histórico: las ideas clásicas eran liberales en contraste con las restricciones feudales y mercantilistas sobre la elección de ocupaciones, las transferencias de tierras, el comercio, etc. Las principales características de este conjunto de pensamientos son: Participación mínima del gobierno. Las fuerzas del mercado competitivo libre guiarían la producción, el intercambio y la distribución. La economía se debía autoajustar y debía tender a un empleo total, sin la intervención del gobierno. La actividad del gobierno se debía limitar a imponer los derechos de propiedad, encargarse de la defensa nacional y proporcionar educación pública.
Libertad de mercado. El mercado se rige por la libre competencia de la ley de oferta y demanda. El intercambio de los bienes y recursos se realiza mediante el comercio libre. En éste ámbito se fabrican, compran y venden toda clase de bienes y servicios que son demandados por la sociedad. Respeto por la propiedad privada. En los sistemas capitalistas la mayor parte de los medios de producción es privada. Lo que indica que la construcción de éste sistema se basa en un régimen de bienes de capital industrial y de tenencia y uso de la tierra de propiedad privada. Libre formación de precios. La interacción de las leyes de la oferta y la demanda forma y regula los precios con los cuales se intercambian los bienes y servicios.
Esto permite la asignación de recursos y la distribución de la riqueza entre los individuos. Conducta económica en interés propio. Los economistas clásicos suponían que la conducta en interés propio es básica para la naturaleza humana. Los productores y comerciantes proporcionaban bienes y servicios por el deseo de obtener utilidades; los trabajadores ofrecían sus servicios de trabajo para obtener salarios y los consumidores compraban productos como una forma de satisfacer sus deseos. Armonía de intereses. Con la importante excepción de Ricardo, los clásicos hacían hincapié en la armonía natural del interés en una economía de mercado. Al buscar satisfacer los propios intereses individuales, las personas servían a los mejores intereses de la sociedad.
Importancia de todos los recursos y actividades económicos. Los clásicos señalaban que todos los recursos económicos, tierra, trabajo, capital y capacidad empresarial, así como las actividades económicas, agricultura, comercio, producción y el inter- cambio internacional, contribuyen a la riqueza de una nación. Los mercantilistas habían dicho que la riqueza se derivaba del comercio; los fisiócratas consideraron que la tierra y la agricultura eran la fuente de toda la riqueza.
3.2. VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL CAPITALISMO. Ventajas:
El capital privado puede generar mucha riqueza, algo difícil en otros sistemas.
Se tiene acceso a la propiedad privada.
Todos pueden ejercer tanto sus derechos individuales como los del sector al que pertenecen.
Se promueve el emprendimiento.
Existe un movimiento económico constante, aunque sólo sea un porcentaje mínimo de la riqueza del país.
Existe una toma de decisiones basada en la libertad de pensamiento de cada persona.
Las fuerzas de trabajo se han modificado hasta alcanzar la figura del libre asalariado.
Desventajas:
La descentralización del poder permite que la producción no se reparta, por lo que el sistema no siempre va a satisfacer las necesidades básicas de la población ni va a ofrecer las mismas posibilidades de participación en la distribución de la riqueza.
Existe una enorme competencia por el dinero, pues este es el único motor social.
Se dan malas condiciones de trabajo como la explotación o el despido, justificables para que el capitalismo ofrezca y logre lo que promete (libertad del hombre y desarrollo económico).
No satisface las necesidades de los que menos tienen.
Existe una gran tendencia al monopolio (aunque no debería ser así).
La libertad individual se antepone al resto de derechos humanos.
3.3. TEMAS E IDEAS DEL CAPITALISMO. La división del trabajo y el interés personal El valor del trabajo y la moneda Los factores de producción La formación de los precios, la competencia y el mercado Distorsiones causadas por el Estado La renta y los ingresos Capital fijo y capital circulante Ingreso bruto, ingreso neto y el papel de la moneda Trabajo productivo, trabajo no productivo y acumulación del capital El interés
Los usos del capital y el sistema económico de Smith La regulación del comercio y la ventaja absoluta Las cuatro etapas del desarrollo económico La responsabilidad del soberano La División del Trabajo y El Interés Personal. La división del trabajo es la consecuencia de una cierta tendencia natural de todos los hombres que los lleva a traficar, a hacer intercambios y cambiar una cosa por otra. La motivación de esta tendencia al intercambio no es la benevolencia, sino el interés personal, es decir, el deseo de mejorar su propia condición. Los humanos son los únicos que se dan cuenta de que tienen todo por ganar participando voluntariamente en un sistema económico donde cada uno trabaje para obtener los bienes que satisfagan a todos, el interés personal no es su única motivación, ya que si así fuera, toda negociación sería imposible. Queda claro, por tanto, que un hombre es también capaz de comprender el interés personal de su compañero y de llegar a un intercambio mutuamente beneficioso. El Valor del Trabajo y La Moneda. La moneda permite medir e intercambiar el valor, pero no es el valor en sí misma. Una vez establecida la división, cada miembro de la sociedad debe poder recurrir al resto para proveerse de aquello que necesite; es pues necesario tener un medio de cambio, la moneda. La posibilidad de intercambiar bienes o pagar en moneda por ellos hace aparecer la noción de valor. El valor tiene dos significados: el valor de uso, o utilidad el valor de cambio. Para Smith la moneda no es el valor en sí, y la acumulación de moneda no tiene interés económico para un país. La moneda sería más bien una forma de medida práctica del valor de las transacciones y el medio de cambio de este valor. Los Factores de Producción. En una economía primitiva se puede considerar que la cantidad de trabajo utilizada para producir un bien es el único elemento que determina su valor de cambio. En las economías avanzadas la formación de los precios es más compleja porque involucra tres elementos: el salario, el beneficio y la renta (predial o de
arrendamiento), que constituyen la remuneración de los tres factores de producción: el trabajo, el capital, y la tierra. Smith distingue igualmente tres sectores de actividad: la agricultura, la industria, y el comercio. La Formación de los Precios, La Competencia y el Mercado. El salario es la compensación directa del trabajo, es decir, el alquiler de la capacidad productiva del trabajador. El beneficio sobreviene cuando el stock de valor o de capital, acumulado por una persona, es empleado para poner a otras personas a trabajar, facilitándoles herramientas de trabajo, materias primas y un salario con el fin de alcanzar un beneficio mediante la venta de aquello que producen. La ganancia sería, de acuerdo con Smith, la recompensa de un riesgo y de un esfuerzo. La renta predial aparece desde que el territorio de un país se encuentra repartido en manos privadas: a los propietarios, como todos los demás hombres, les gusta recoger donde no han sembrado, y demandan una renta, incluso por el producto natural de la tierra. Esta es pagada por los agricultores a los propietarios en contrapartida por el derecho a explotar a tierra, que es un recurso escaso y productivo. No requiere ningún esfuerzo por parte de los propietarios. La renta y los ingresos. La renta o arrendamiento es el tercer y último elemento constitutivo de los precios. La renta es un tipo de precio de monopolio, no vale el mínimo valor posible para el propietario, pero en cambio sí que es el valor máximo posible para el agricultor. Mientras que la rentabilidad del capital y del trabajo van al alza, la renta a la baja: Smith sugiere que es determinado por la cantidad de tierras cultivadas, cantidad que es determinada por el nivel de población. Depende pues de la calidad de la tierra, pero también de la tasa media de rendimiento del trabajo y del capital. Se trata de un excedente, cuando aumenta el precio de la tierra, el ingreso adicional es totalmente capturado por la renta. Los salarios, el beneficio y la renta, constituyentes del precio, son igualmente los constituyentes de los ingresos; se reencuentra esta identidad en la descomposición moderna del producto interior bruto, donde la producción total es igual al ingreso total. Las tres clases de la sociedad, cuyos ingresos comportan indirectamente los ingresos de toda la población, son los propietarios, los agricultores y los capitalistas. El interés de estas clases
no coincide necesariamente con el interés común. Este es el caso de los propietarios y los agricultores: lo que enriquece a la nación los enriquece de igual manera a ellos. Con respecto a los capitalistas, si la expansión del mercado es provechosa tanto para ellos como para el público, la restricción de la competencia es provechosa solamente para ellos. Smith aboga por una mayor desconfianza de las propuestas de los capitalistas. Capital Fijo y Capital Circulante. El fondo acumulado (el conjunto de las posesiones) de una persona se divide en dos partes: una sirve para el consumo inmediato (víveres, vestidos, muebles, etc.) y no contribuye al ingreso, la otra puede usarse de tal forma que procure un ingreso a su propietario. Smith separa esta segunda parte, denominada capital, en dos categorías. El capital fijo genera un beneficio sin cambiar de manos, como por ejemplo la maquinaria. Las mercancías de un negociante, en general todos los bienes que son vendidos a cambio de un beneficio y reemplazados por otros bienes, constituyen el capital circulante. Ingreso Bruto, Ingreso Neto y el Papel de la Moneda. Smith hace una distinción entre ingreso bruto e ingreso neto: el ingreso bruto es la suma de la producción de la tierra y del trabajo de un país, mientras que el neto deduce los gastos de mantenimiento del capital fijo y de la parte del capital circulante constituido en moneda. Se reencuentra esta distinción en los agregados modernos: producto interior bruto y producto interior neto. El dinero por sí mismo no contribuye a la renta nacional: «la gran rueda de la circulación es del todo diferente de las mercancías que hace circular. La renta de la sociedad se compone únicamente de estas mercancías, y nunca de la rueda que las pone en circulación». Esta concepción es radicalmente diferente de la de los mercantilistas. El dinero es un medio de almacenamiento del valor y no es útil al fin y al cabo, simplemente permite ser intercambiado por bienes consumibles. Smith deduce la legitimidad de la moneda fiduciaria, que cuesta infinitamente menos de fabricar que la moneda de plata o de oro. Trabajo Productivo, Trabajo no Productivo y Acumulación del Capital. Para Smith, el trabajo productivo es aquel que contribuye a la realización de un bien comercial (como el trabajo del obrero), mientras que el trabajo improductivo no añade nada al valor (como es el trabajo del criado, donde los servicios «mueren en el mismo instante en que se prestan). Esta distinción es a menudo utilizada en economía. No sobreentiende que el trabajo
improductivo es inútil o deshonroso, pero dice que su resultado no se puede conservar y no contribuye pues al fondo económico para el año siguiente. Los trabajadores productivos son remunerados a partir de un capital, mientras que los trabajadores improductivos son remunerados a partir de un ingreso (renta o beneficio). A medida que una economía se desarrolla, su capital aumenta y la parte necesaria por el mantenimiento del capital aumenta también. La única manera de aumentar la producción de la tierra y del trabajo es aumentar, bien el número de trabajadores productivos, bien la productividad de estos. Esto requiere un capital suplementario, ya sea para pagar a los nuevos trabajadores, o para facilitarles nuevas máquinas o mejorar la división del trabajo. Los usos del capital y el sistema económico de Smith. Distingue cuatro usos del capital: suministrar directamente un producto en bruto, transformar un producto bruto en acabado, transportar un producto en bruto o acabado allí donde sea demandado y dividir un producto en pequeñas partes adaptadas a las necesidades diarias de los consumidores. El primer uso corresponde al sector primario moderno, el segundo al sector secundario y los otros dos pertenecen al sector terciario. La cantidad de trabajo implementada para una cantidad dada de capital depende fuertemente del sector de actividad. Es en la agricultura donde el capital es el más productivo: sirve no sólo al trabajo del granjero, sino también en el de sus criados de granja, sus bestias de trabajo y de acarreo que hacen que tantos obreros sean productivos.
4.- AUGE DEL SISTEMA El sistema pre capitalista de producción era restrictivo. Su base histórica era la conquista militar. Los reyes victoriosos habían dado el territorio a sus paladines. Estos aristócratas eran señores en el sentido literal del término, ya que no dependían del apoyo de consumidores comprando o absteniéndose de comprar en un mercado.
Por otro lado, ellos mismos eran los principales clientes de las industrias de procesado, que, bajo el sistema de gremios, se organizaban bajo un esquema corporativo. Este esquema era opuesto a la innovación. Prohibía desviarse de los métodos tradicionales de producción. El número de personas para las que había trabajo incluso en la agricultura o en las artes y artesanías estaba limitado. Bajo estas condiciones, muchos hombres, por usar las palabras de Malthus, tenían que descubrir que “en la asombrosa fiesta de la naturaleza no había plaza vacante para ellos” y que “ésta les decía que se fueran”. Pero algunos de estos marginados se las arreglaban para sobrevivir, tener hijos y hacer que el número de indigentes creciera sin esperanzas cada vez más. Pero luego llegó el capitalismo. Es habitual ver las innovaciones radicales que trajo el capitalismo en la sustitución de los métodos más primitivos y menos eficientes de las tiendas artesanas por las fábricas mecánicas. Es una visión superficial. La característica propia del capitalismo que le distingue de los métodos precapitalistas de producción fue su nuevo principio de marketing. El capitalismo no meramente producción en masa, sino producción en masa para satisfacer las necesidades de las masas. Las artesanías de los buenos viejos tiempos habían atendido casi exclusivamente los deseos de la gente acomodada. Pero las fábricas producían bienes baratos para la mayoría. Todas las primeras fábricas creadas se diseñaron para servir a las masas, los mismos estratos sociales que trabajaban en las fábricas. Les servían o bien suministrándoles directamente o bien indirectamente exportando y ofreciéndoles alimentos y material extranjeros. Este principio de marketing fue la señal del capitalismo temprano, como lo es del capitalismo actual. Los propios empleados son los clientes que consumen la mayor parte de todos los bienes producidos. Son consumidores soberanos que “tienen siempre la razón”. Su compra o abstención de compra determina qué ha de producirse, en qué cantidad y de qué calidad. Al comprar lo que les va mejor hacen que algunas empresas obtengan beneficios y se expandan y otras pierdan dinero y se encojan. Por tanto están continuamente cambiando el control de los factores de producción a las manos de aquellos hombres de negocio que tengan más éxito en atender sus deseos.
Bajo el capitalismo, la propiedad privada de los factores de producción es una función social. Empresarios, capitalistas y terratenientes son los mandatarios, por decirlo así, de los consumidores y su mandato es revocable. Para ser rico, no basta haber ahorrado y acumulado capital una vez. Es necesario invertirlo una y otra vez en aquellas líneas que mejor atiendan los deseos de los consumidores. El proceso de mercado es un plebiscito repetido diariamente y expulsa inevitable de las filas de la gente rentable a quienes no empleen su propiedad de acuerdo con las órdenes dadas por el público. Pero las empresas, objeto de odios fanáticos por parte de todos los gobiernos contemporáneos y los autocalificados como intelectuales, adquieren y mantienen su grandeza solo porque trabajan para las masas. Las fábricas que atienden a los lujos de unos pocos nunca alcanzan a tener un gran tamaño. El cambio radical se reflejó en el énfasis puesto en los mercados por parte de los negocios. Lo que necesitan en primer lugar los negocios son mercados y más mercados. Era la palabra clave de la empresa capitalista. Mercados, lo que significa clientes, compradores, consumidores. Bajo el capitalismo hay una vía para la riqueza: servir a los consumidores mejor y más barato que otra gente. Dentro de la tienda y la fábrica el propietario (en las corporaciones, el representante de los accionistas, el presidente) es el jefe. Pero esta jefatura es meramente aparente y condicional. Está sujeta a la supremacía de los consumidores. El consumidor es el rey, el jefe real y el fabricante está listo si no supera a sus competidores en servir mejor a los consumidores. Fue esta gran transformación económica la que cambió la faz del mundo. Muy pronto transfirió el poder político de las manos de una minoría privilegiada a la del pueblo. El voto adulto se siguió al voto industrial. El hombre común, a quien el proceso de mercado había dado el poder de elegir el empresario y los capitalistas, adquirió el poder análogo en el campo del gobierno. Se convirtió en votante. En el campo político siempre prevalece la voluntad de la mayoría y las minorías deben someterse a él. Sirve asimismo a las minorías, siempre que no sean tan insignificantes en número como para ser insignificantes. La industria del vestido produce ropa no solo para
gente normal, sino también para la gente corpulenta y los editores no publican solo novelas del oeste y de detectives para las masas, sino asimismo libros para lectores refinados. Hay una segunda diferencia importante. En la esfera política, no hay medio para que un individuo o un pequeño grupo de individuos desobedezcan la voluntad de la mayoría. Pero en el campo intelectual la propiedad privada hace posible la rebelión. El rebelde tiene que pagar un precio por su independencia: no hay en este universo premios que puedan obtenerse sin sacrificios. Pero si un hombre está dispuesto a pagar el precio, es libre de desviarse de la ortodoxia o neo-ortodoxia gobernante. Hay tres momentos decisivos en el curso de capitalismo. Uno de ellos, en el siglo XVII, en cuando ocurren las transformaciones políticas y sociales de aquel período decisivo. El segundo momento decisivo en el de la Revolución Industrial de finales del siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX que fue principalmente económica; este tuvo un efecto menos dramático en la esfera política pero no por ello menos importante. La revolución industrial fue tan decisiva para todo el futuro de la economía capitalista y representó una transformación tan radical en la estructura y de la organización de la industria, que algunos han considerado como los dolores de parto del capitalismo moderno, y por tanto como el momento más decisivo en el desarrollo económico y social desde la Edad Media. El tercer momento decisivo y más antiguo es el que marca la desintegración del Feudalismo. En esta etapa el feudalismo llega a una etapa avanzada de su desintegración (siglo XIV) pero esto no quiere decir que inmediatamente se va a implantar el modo de producción capitalista, tuvieron que pasar muchos años casi dos siglos para que empezaran a verse los avances del capitalismo como modo de producción.
5.- PRINCIPALES PAÍSES REPRESENTATIVOS Los países capitalistas son aquellos cuyo sistema de organización social y económica se basa en la propiedad privada de los medios de producción.
Actualmente, el capitalismo es el orden económico más extendido de las civilizaciones actuales. El capital es el factor central de todo este sistema y está constituido por inmuebles, maquinarias, instalaciones, dinero, bienes y hasta las fuerzas de trabajo. A diferencia de otras formas de organización, el rol del Estado es limitado, solo regula las disposiciones legales para que las empresas tengan libertad de acción en el mercado. El liberalismo económico de John Locke, Adam Smith o Benjamín Franklin, es la teoría que dio origen al capitalismo. Dentro de esta doctrina existen diferentes ramas, están quienes tienen posturas más liberales y quienes buscan una combinación con otros modelos para darle mayor preponderancia al papel del Estado.
ESTADOS UNIDOS
Estados Unidos podría ser considerado el modelo capitalista por excelencia. Es la principal economía del mundo, en una lucha cerrada con China, y es la principal potencia de occidente. El proceso hacia el capitalismo en el país comenzó en la primera mitad del siglo XIX con el Factory System, el sistema industrial que se expandió rápidamente por todo el territorio y todos los sectores económicos. Lentamente, Estados Unidos comenzó su expansión comercial, que tomó impulso con el fordismo (el sistema de producción en serie). Tras la Segunda Guerra Mundial, se afianzó como país capitalista, hasta llegar a ser la potencia actual.
FRANCIA
Con la revolución francesa a fines del siglo XVIII y la llegada de la burguesía al poder, Francia comenzó su historia capitalista entre vaivenes políticos y económicos. Actualmente se considera uno de los países más desarrollados del mundo por su calidad de vida. Es la novena economía del mundo. Si bien cuenta con una amplia base de capital privado, la intervención estatal es superior a la de otros países similares.
JAPÓN
Este país comienza su adaptación al capitalismo hacia finales del siglo XIX, con la Restauración Meiji. Esta serie de hechos desencadenaron en la abolición del feudalismo y en la adopción de algunas instituciones similares a las occidentales. La expansión japonesa se vio afectada tras la Segunda Guerra Mundial, con la caída de dos bombas atómicas. Sin embargo, a partir de éstas, la potencia oriental logró niveles de crecimiento que lo llevan a ser la cuarta economía del mundo, detrás de Estados Unidos, China e India.
ALEMANIA
Suele explicarse el caso de este país europeo como el “milagro alemán”. Fue la nación que resultó derrotada en las dos Guerras Mundiales y desde 1948, con el país dividido, comenzó su expansión capitalista. Tras la reunificación en 1990, Alemania se convirtió en la principal economía del continente y la quinta potencia a nivel mundial.
ITALIA
Fue otra de las potencias mundiales que comenzó su transformación capitalista más sólida después de la Segunda Guerra Mundial. Atravesó una dura crisis económica a principios del siglo XXI. En la actualidad y gracias a su gran desarrollo industrial, es la undécima economía a nivel mundial y la cuarta de Europa.
SUECIA
Si bien este país nórdico cuenta con un fuerte estado de bienestar, ligado al socialismo, su economía es capitalista. Además, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), es una de las más avanzadas del mundo. A partir de 1990, Suecia comenzó su viraje a la economía de mercado, impulsada por una crisis económica y por la necesidad de poder sacar frutos de su producción maderera, energía hidráulica y hierro.
HOLANDA
A partir del siglo XVII, este país comenzó una transformación económica que se basó en la apertura de sus legislaciones para aprovechar su posición estratégica. Desde fines de los años 80, este proceso se profundizó con la reducción del rol del estado en favor de la actividad industrial y química.
INGLATERRA
La cuna del capitalismo, tanto por su producción teórica como por su histórico liberalismo económico y la revolución industrial del siglo XIX. Gracias a su gran industrialización y su fuerte sector de servicios, es la octava economía mundial.
BÉLGICA
Es un caso similar al de Holanda, con quien conforma los Países Bajos. Densamente poblado y en una zona de alta industrialización, Bélgica tiene una economía de mercado capitalista. Fue el primer país europeo en desarrollar la revolución industrial y cuenta con uno de los ingresos per cápita más elevados del Viejo Continente.
SUIZA
Es un país con alta libertad económica, considerada como una de las naciones capitalistas más avanzadas y estables del planeta. Así como, la segunda más competitiva. Con un fuerte sector de servicios financieros y una industria altamente desarrollada, Suiza presenta un mercado laboral flexible y con una baja tasa de desempleo.
SUDÁFRICA
Es parte de las BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), un grupo de naciones emergentes. Su economía tuvo un gran desarrollo en las últimas décadas, a pesar de las grandes crisis y problemas sanitarios a los que tuvo que hacer frente.
Es la principal economía de África gracias a sus recursos naturales, oro y platino, y una de las 30 más importantes del mundo.
BRASIL
El gigante sudamericano, es otro de los miembros de las BRICS. Es la principal economía de Latinoamérica, la segunda del continente detrás de Estados Unidos y la séptima del mundo. Su gran desarrollo industrial, minero, manufacturero y de servicios, sumado a su gran fuerza de trabajo, lo llevaron a superar sucesivas crisis.
MÉXICO
Es uno de las principales economías del mundo, ocupa el décimo puesto en términos de Producto Bruto Interno (PBI), pero tiene el índice de pobreza más alto de ese grupo, con un 42%.
COLOMBIA
Con un fuerte sector de servicios, su economía experimentó un fuerte crecimiento a partir del siglo XXI y actualmente es una de las potencias emergentes de la región y del mundo.
LUXEMBURGO
Tiene el segundo PBI per cápita del mundo, detrás de Catar. Su desarrollada economía se basa principalmente en los servicios financieros, gracias a que tiene los regímenes fiscales más laxos de Europa.
EMIRATOS ÁRABES UNIDOS
Es una suma de diferentes emiratos que componen una de las economías más ricas del mundo. Con la inversión en el desarrollo petrolero a partir de la década del año 1970 y una economía liberal, tiene un elevado ingreso per cápita y uno de los superávit comerciales más altos del planeta.
SINGAPUR
Esta nación basa su sistema político en una especie de réplica del modelo inglés y su economía no está ajena a esto. Con un sistema de libre mercado, al igual que los otros“ Tigres Asiáticos” (Hong Kong, Corea del Sur y Taiwán), tiene uno de los PBI por persona más altos del mundo. Sus principales fuentes de ingresos son las exportaciones y el refinamiento de importaciones, con un sector industrial desarrollado.
ESPAÑA
Comenzó su transformación al capitalismo con la Revolución Industrial en el siglo XIX pero fue con una segunda ola industrializadora en el siglo XX donde afianzó su modelo. España es uno de los ejemplos de que el capitalismo puede fallar, tras sucesivas crisis en las últimas décadas el país alcanzó una estabilidad que la ubican como la décimocuarta economía mundial.
GRECIA
Otra de las víctimas del capitalismo, después de que una fuerte crisis y recetas fallidas de los organismos mundiales pusieran al país al borde de la quiebra en la primera década del siglo XXI. Con una economía basada en servicios se encuentra entre los 50 países más poderosos del mundo y es el más desarrollado de la región balcánica.
INDIA
La adopción del capitalismo en India se dio a partir de la década de los 90, tras casi medio siglo de un ensayo socialista que fracasó. Con el cambio en el modelo y la apertura de los mercados, el país asiático se convirtió en uno de los países de más rápido crecimiento de la actualidad. Con un fuerte sector de servicios, una industria desarrollada, acompañados por una agricultura sólida y una gran
masa laboral de más de 500 millones de personas, India es la tercera economía del mundo. También es parte de las BRICS.
ARGENTINA
Argentina es, junto a Brasil, uno de los gigantes sudamericanos, por su extensión y actividad económica. Sin embargo, su desarrollo nunca terminó de despegar y durante las últimas dos décadas del siglo XX experimentó crisis feroces. Es uno de los principales productores de soja y carne del mundo y forma parte del G20, que integran las 20 potencias mundiales.
CHILE
Tras el ensayo socialista de Salvador Allende en 1970, Chile viró hacía el capitalismo hasta convertirse en una de las economías más estables de la Tierra. A pesar de un fuerte sector minero y una economía de libre mercado, tiene altos índices de desigualdad.
RUSIA
Con el fin de la Guerra Fría y la caída de los modelos socialista y comunista, Rusia emergió como una potencia capitalista gracias al incremento en los precios del petróleo.
CANADÁ
Es una de las economías más ricas del mundo, ocupa el puesto 13 según su PBI. Se considera que su sistema de libre mercado es mejor que el de Estados Unidos y las potencias europeas. Con una industria desarrollada y un pujante sector energético, Canadá es uno de los principales exportadores del planeta.
CHAD
Este país africano es uno de los errores del capitalismo. Según la ONU, es la quinta nación más pobre del mundo con un 80% de la población bajo la línea de pobreza.
Su economía se basa, casi enteramente, en la agricultura y en la última década comenzó un desarrollo del sector petrolero, pero las diferencias étnicas internas ponen en peligro cualquier intento de crecimiento.
IRÁN
Irán es otro caso de los países cuya economía capitalista emergió gracias al petróleo. Fue en el siglo XX que esta nación comenzó su crecimiento con la extracción, refinamiento y elaboración de productos derivados del crudo.
MALASIA
Su modelo es similar al de los “Tigres Asiáticos”, pero con la diferencia de que carece de una base sólida de mano de obra, lo que frenó su desarrollo. Su sistema económico está basado en la minería, la agricultura y el sector terciario, los servicios.
PERÚ
El caso peruano es uno de los más emblemáticos de la actualidad, con el segundo índice de inflación más bajo del mundo y un nivel de crecimiento sólo comparable con China. Con una economía de libre mercado y un fuerte sector minero, es uno de los países más sólidos del mundo y el sexto más importante de Latinoamérica.
COREA DEL SUR
Con una fuerza de trabajo altamente calificada y una industria pujante, Corea del Sur es una de las economías más desarrolladas del mundo, gracias a su expansión a fines del siglo XX. Su capacidad de exportación de productos manufacturados de alta calidad, en especial relacionados con la tecnología, lo convierten en la duodécima economía del mundo.
CONGO
Está considerado el país capitalista más pobre del mundo. A pesar de estar provisto de grandes recursos naturales, en especial mineros, El Congo sufre conflictos internos que minaron sus posibilidades de desarrollo.
CATAR
Es en la actualidad la economía más pujante del mundo. Hasta 1940, su economía se basaba en la pesca y la recolección de perlas, pero el boom el petróleo y el gas le dieron un impulso económico inusitado.
6.- CRISIS DEL SISTEMA Con el capitalismo aparecieron los ciclos económicos: periodos de expansión y prosperidad seguidos de recesiones y depresiones económicas que se caracterizan por la discriminación de la actividad productiva y el aumento del desempleo. Las críticas marxistas y las frecuentes depresiones económicas que se sucedían en los principales países capitalistas ayudaron a la creación de movimientos sindicales que luchaban para lograr aumentos salariales, disminución de la jornada laboral y mejores condiciones laborales. El desarrollo del Estado del bienestar se consiguió gracias al sistema de la Seguridad Social y a la creación del seguro de desempleo, que pretendían proteger a las personas de las ineficiencias económicas inherentes al sistema capitalista. En las democracias industrializadas de Europa y Estados Unidos, la mayor prueba que tuvo que superar el capitalismo se produjo a partir de la década de 1930. La Gran Depresión fue, sin duda, la más dura crisis a la que se enfrentó el capitalismo desde sus inicios en el siglo XVIII. Sin embargo, y a pesar de las predicciones de Marx, los países capitalistas no se vieron envueltos en grandes revoluciones. Por el contrario, al superar el desafío que representó esta crisis, el sistema capitalista mostró una enorme capacidad de adaptación y de supervivencia. No obstante, a partir de ella, los gobiernos democráticos empezaron a intervenir en sus economías para mitigar los inconvenientes y las injusticias que crea el capitalismo. Así, en Estados Unidos el New Deal de Franklin D. Roosevelt reestructuró el sistema financiero para evitar que se repitiesen los movimientos especulativos que provocaron el crack de Wall Street en 1929. Se emprendieron acciones para fomentar la negociación
colectiva y crear movimientos sociales de trabajadores que dificultaran la concentración del poder económico en unas pocas grandes corporaciones industriales. Los rasgos característicos de la crisis general del capitalismo son: la división del mundo en dos sistemas, el capitalista y el socialista, y la lucha entre ellos; la agudización de las contradicciones entre la burguesía y el proletariado de los países capitalistas; la crisis del sistema colonial del imperialismo; la agudización del problema de los mercados; la aparición del estado crónico de no ocupación plena de las empresas y de la desocupación crónica de masas La crisis general del sistema capitalista mundial comenzó durante la primera guerra mundial, a consecuencia, principalmente, de la salida de Rusia del sistema capitalista. Como consecuencia de la división del mundo en dos sistemas, surgió una contradicción completamente nueva: la contradicción entre el capitalismo agonizante y el socialismo en crecimiento. Esta fue la primera etapa de la crisis general del capitalismo. Su segunda etapa se desarrolló durante la segunda guerra mundial, particularmente después de la salida del sistema capitalista de una serie de países de Europa y Asia, que tomaron el camino de la construcción socialista Después de la segunda guerra mundial cambió radicalmente la correlación de fuerzas en el terreno internacional. Si antes de la guerra los países capitalistas ocupaban cinco sextas partes del territorio del globo terrestre, después de la guerra su territorio se redujo hasta las tres cuartas partes.
7.- SÍNTESIS GRUPAL Muchas veces se ataca al capitalismo porque dicen que es una descarnada competencia, nada más lejos de la realidad. El capitalismo es en realidad una competencia cooperativa es decir cuanto más sirves a los demás, más triunfas en el capitalismo liberal. Es lo que generalmente se ha denominado la soberanía del consumidor como característica inequívoca del libre mercado. En última instancia, todos somos consumidores. El socialismo sin embargo niega y prohíbe tal cooperación. Imponiendo desde arriba las
decisiones políticas de turno, no permite que los individuos lleguen libremente a acuerdos voluntarios entre sí. Preferir la cooperación a la imposición es preferir el capitalismo. Creer en el capitalismo es creer en el mundo de las oportunidades. Es creer que se puede hallar en casi todo horizonte posibilidades de creación, de expansión, de construir y elevar los estándares de vida y la condición humana misma, el concepto de pueblo por el socialismo sólo adquiere verdadero significado, sentido y poder en el marco del capitalismo de libre mercado. El capitalismo cree que somos nosotros todos y cada uno de los individuos los que debemos tomar las decisiones, pues el llamado mercado no es más que la red de las constantes decisiones de todos los miembros de la sociedad. El socialismo sin embargo cree que el hombre común no es quién para tomar decisiones y que debe delegarlas en una burocracia Teóricos y políticos han puesto gran énfasis en la habilidad que tiene el capitalismo para promover el crecimiento económico, tal como se mide por el Producto Interno Bruto (PIB), así como de la calidad de vida. Este argumento fue medular, ante la propuesta de Adam Smith de dejar que el libre mercado controle los niveles de producción y de precio, y distribuya los recursos. Así también sostienen que el rápido y consistente crecimiento de los indicadores económicos mundiales desde la revolución industrial se debe al surgimiento del capitalismo moderno. A pesar de que las mediciones no son idénticas, aquellos que están a favor argumentan que incrementar el PIB per-cápita ha demostrado en la práctica una mejoría en la calidad de vida de las personas, así como una mejor disponibilidad de alimentos, vivienda, vestimenta, atención médica, reducción en las horas de trabajo, y la libertad de trabajo para niños y ancianos.
8.- APORTE PROPOSITIVO 1. No hay que olvidar que una de las bases del respeto y el capitalismo es la propiedad privada; la llamada tragedia de los comunes, donde todo es de todos, explica por qué la propiedad común es ambientalmente mucho más desastrosa siempre que la privatización,
nadie tiene incentivos para cuidar algo que no es suyo, el capitalismo tiene mayor control de la polución. 2. El Sistema Capitalista sostiene y promueve las libertades individuales, tales como mantener libertad política, el derecho al ingreso y salida del país, la libertad de opinión como también una toma de decisiones basada en la libertad de pensamiento. 3. La actitud, voluntad, esfuerzo y trabajo constante son valores que nos llevan al cumplimiento de nuestras metas y objetivos para vivir bien y gozar de una buena calidad de vida. 4. Lo más positivo del sistema es la increíble capacidad que tiene el capital privado para generar riqueza a través de la producción. 5. Permite el sinceramiento económico y político de la sociedad y el acceso a innumerables objetos y servicios que mejoran la calidad de vida de los habitantes de un país. 6. Permite altos niveles de competencia. 7. Es el único sistema generador de oportunidades y progreso. 8. El capitalismo no es mediocre 9. Permite la innovación, la investigación e inventar a grandes escalas. 10.
Bibliografía https://www.lifeder.com/paises-capitalistas/ https://www.libremercado.com/2016-10-21/las-6-graficas-definitivas-para-defenderel-capitalismo-frente-al-socialismo-1276584691/ http://www.eumed.net/libros-gratis. Michel Beaud “Historia del Capitalismo” Josep María Figueras “Qué es el Capitalismo” Adam Smith “La Riqueza de las Naciones” Longseller 2008