POR QUÉ LAS PUEBAS ESTANDARIZADAS MIDEN LA CALIDAD EDUCATIVA El interrogante expuesto por Popham (1999), con respecto a la estructura de las pruebas estandarizadas y los resultados que éstas arrojan, es casi que un absoluto, ya que éstas, –según el autor- no constituyen un argumento para medir la calidad educativa. No obstante, estos argumentos, es necesario observar, tanto las bondades que dichas pruebas traen a la educación, como las dudas que a su vez generan. Las pruebas estandarizadas hacen referencia a dos tipos de pruebas, de aptitud; que predicen o pronostican lo que hará el estudiante con aquellos conocimientos, destrezas y habilidades asimilados en la escuela, y las pruebas de logros; que miden la eficacia de la educación mediante diferentes modelos de pruebas. Para Moreira (2006), las pruebas estandarizadas de logro, son aquellas que se administran y califican siguiendo un procedimiento tipificado predeterminado y se aplican para evaluar la eficacia del centro educativo, así como el desempeño académico de los estudiantes. A su vez, cita al mismo Popham (1999) y a Levín (1998), quienes manifiestan que las puntuaciones de las pruebas estandarizadas de logro han sido el "patrón de oro" del pasado y constituyen la forma predominante de evaluación de los estudiantes y centros educativos. Hasta aquí, tal como se observa, las pruebas estandarizadas de logro, se constituyen en un patrón de medición, razón más que suficiente para reconocer en éstas un factor positivo. Por otro lado, tienen el beneficio de identificar oportunidades de mejoramiento y fortalezas de los sistemas educativos, sumado a esto, se traducen en ayudas adicionales para plantear los objetivos y planificar una enseñanza pertinente en el salón de clases. Adicional a esto, y continuando con Moreira (2006), éste, apoyado en Levinson (2000), expone que en varios países se administran las pruebas estandarizadas por varias razones, tales como evaluar programas, comparar los sistemas educativos regionales, diagnosticar a los estudiantes, así como, evaluar a los futuros profesionales y determinar el valor agregado de un programa educativo. También afirma, que a menudo, estas pruebas se han constituido en un mecanismo para promover el currículo. A su vez, el autor, cita al mismo Popham (1999), quien reconoce que las pruebas estandarizadas de logro muestrean los conocimientos o destrezas de un dominio de contenidos. Afirma, que generalmente, este instrumento de medición proporciona interpretaciones válidas referidas a normas, sobre la situación de un estudiante respecto a una porción sustancial de contenidos. Enfatiza, que si se asume que el grupo normativo (promedio) nacional es genuinamente representativo del país, los educadores y padres pueden hacer inferencias útiles sobre los estudiantes. No obstante, como ya se expuso, las pruebas estandarizadas también presentan dificultades en cuanto a su estructura, pues como su nombre lo indica, son generalizadas y no tienen en cuenta las particularidades de ubicación geográfica,
culturales, de género y de etnia, entre otras, que se traducen en una evaluación con consecuencias de desigualdad. Según el mismo Moreira (2006), quien se apoya en Archieve (s.f.), esta desigualdad se puede mitigar mediante la creación de unas políticas de evaluación más justas en las “pruebas de alta implicancia”, que en su estudio estén orientadas a: • Valorar si todos los estudiantes tuvieron iguales oportunidades de una escolaridad de alta calidad y, sobre todo, si poseen los conocimientos y habilidades necesarias para tener éxito en la vida; • Medir verdaderamente lo que se espera que los alumnos aprendan; • Demostrar que las pruebas ofrecen información vital para las reformas educacionales • Ofrecer oportunidades adicionales de aprendizaje a los estudiantes que no pasan la prueba en el primer intento. De otro lado, Popham (1999), señala otros aspectos que dejan en desventaja la aplicación de las pruebas estandarizadas, menciona que éstas no consideran los currículos; que en muchas instituciones escolares se diseñan de acuerdo con las particularidades de los contextos, lo que quiere decir, que no todos los currículos son iguales. Así mismo, subraya que estas pruebas no tienen en cuenta la estructura de los textos de referencia, ni la capacidad intelectual innata de los estudiantes; tampoco, consideran lo que se enseña en la escuela y el aprendizaje del estudiante fuera de ésta; lo que quiere deja en evidencia un desajuste entre lo que se enseña y lo que se mide.
Con respecto a lo anterior, es pertinente mencionar a Andrés y Martínez (2008), que en referencia al tema de los aciertos y desaciertos de las pruebas estandarizadas, citando a Haertel (1999), señalan que una de las recomendaciones para avanzar en su aplicación y aceptación de las mismas, es abandonar la pretensión de volver a los errores del pasado y reconsiderar el argumento de las pruebas para la responsabilidad. También señalan que, no debería desvirtuarse el valor real de las pruebas utilizadas con fines instruccionales. Además, destacan que las consecuencias ligadas a los resultados de las pruebas son necesarias para crear incentivos que favorezcan a los estudiantes e instituciones. Volviendo al tema de la justicia y la equidad y retomando a Andrés y Martínez (2008), exponen que los aspectos relacionados con la justicia y la equidad son cuestionamientos importantes hacia las pruebas estandarizadas. Señalan que algunos sugieren que las pruebas están siendo utilizadas para privar de oportunidades a algunos alumnos. Indican que los datos más recientes suponen que a muchos estudiantes, especialmente los de bajos ingresos, se les está negando actualmente oportunidades de acceso a la educación. Afirman, que además las inequidades educativas probablemente persistirían sin que los diseñadores de políticas educativas, docentes, padres de familia y público se
enteraran de su existencia. Por tanto, si no hubiera consecuencias ligadas a los resultados de las pruebas estandarizadas, serían pocos los incentivos para que los centros educativos disminuyeran las brechas actuales en el logro académico. De otro lado, los mismos autores, apoyados en Schomoker (2000) resaltan que las pruebas estandarizadas se emplean porque proveen información a las escuelas y al sistema educativo y son una guía para orientar su superación. Además, promueven una instrucción común focalizada y el abandono de prácticas inefectivas. Asimismo, destacan que a pesar de sus deficiencias, las pruebas estandarizadas proporcionan información numérica y comprensible sobre qué tan bien un niño, un docente, o una escuela se desempeña o se supera. Además ofrecen información vital acerca de los patrones de debilidades y fortalezas entre los estudiantes de una clase, o una escuela. En conclusión, las pruebas estandarizadas representan beneficios para la educación en el sentido que orientan el derrotero a seguir, pues indican oportunidades de mejoramiento, que si bien no consideran particularidades del entorno escolar, si aportan a identificar falencias en cuanto a conocimientos y a la forma de hacerlos llegar a los estudiantes. Por otra parte, estas pruebas estandarizadas deben ser de una alta calidad técnica, lo que implica una construcción de acuerdo con estrictos criterios de confiabilidad y validez. En resumen, estas pruebas ayudan a los centros educativos a valorar su actividad educativa y a identificar cuáles áreas específicas necesitan mejorar.
REFERENCIAS
Galvez, E, I. (2005). Reflexiones en torno a la evaluación de la calidad educativa. Tendencias Pedagógicas, 10. Recuperado el 03 de marzo de 2017, en: http://www.mineducacion.gov.co/1621/articles329021_archivo_pdf_indicadores _educacion.pdf Mora, T, M. (2006). Estimación de la validez predictiva de las pruebas de bachillerato en educación media. Recuperado el 03 de marzo de 2017, en: http://unesdoc.unesco.org/images/0017/001776/177648S.pdf Olmo, J, M. (2008). La evaluación alternativa de los aprendizajes. Cuadernos de docencia universitaria, 16. Editorial, Universidad Autónoma de Cali. Popham, W. J. (1999). Por qué la pruebas estandarizadas no miden la calidad educativa. Recuperado el 03 de marzo de 2017, en: https://ubc.edu.mx/plataformavirtual/pluginfile.php/19686/mod_resource/content /1/Texto%203.%20Por%20qu%C3%A9%20las%20pruebas%20estandarizadas %20no%20miden%20la%20calidad%20educativa..pdf