Policultivos En Granada

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VII Congreso SEAE Zaragoza 2006

Nº 21

LOS POLICULTIVOS EN LA AGRICULTURA TRADICIONAL DE LA VEGA DE GRANADA R. González Lera y G. Guzmán Casado Centro de Investigación y Formación en Agricultura Ecológica y Desarrollo Rural de Granada. Camino Santa Fe – El Jau, s/n, 18320 Santa Fe (Granada). E-mail: [email protected]; [email protected] RESUMEN Los policultivos son una estrategia de diversificación espacial recomendada en agricultura ecológica. Sin embargo, existe poco conocimiento de policultivos desarrollados tradicionalmente en la agricultura mediterránea. En nuestras condiciones, a la eficacia en el uso de recursos como los nutrientes, la luz o la protección de plagas, se une la marcada necesidad de usar eficientemente el agua. Por ello, esta investigación ha tenido como objetivo recuperar el conocimiento de los policultivos practicados en la Vega granadina a partir de los años 30 del siglo XX. Se han realizado entrevistas abierta-semidirigidas a agricultores de edad avanzada, obteniéndose la información primaria que, junto con la observación participante derivada de las visitas a las huertas, sirvió para la elaboración de los resultados. Se han hallado 13 policultivos distintos. De ellos sólo cinco se han encontrado en alguna de las huertas visitadas: haba-espinaca, tomate-maíz, patata-calabaza, pimiento-albahaca y pimiento-acelga. El óptimo aprovechamiento del agua y nutrientes, a través de una adecuada combinación de los cultivos en el tiempo y en el espacio (distinta posición en los surcos), es la base de su diseño, también justificado por otros efectos beneficiosos como la protección frente a las condiciones meteorológicas y a determinadas plagas y enfermedades. Palabras clave: agroecología

asociaciones,

conocimiento

tradicional,

cultivos

hortícolas,

INTRODUCCIÓN Actualmente, en las huertas situadas en las cercanías de los núcleos de población de la Vega de Granada y cuya producción es destinada al autoconsumo permanecen elementos heredados de siglos de tradición hortícola que demuestran un grado de racionalidad ecológica que no posee la, actualmente mayoritaria, agricultura industrializada. Entre estos elementos destaca el manejo de la biodiversidad cultivada. Una alta diversidad biológica en el sistema agrícola es la manera de conseguir interacciones benéficas, que llevan al desarrollo de propiedades emergentes, tales como la estabilidad y la sustentabilidad (Gliessman, 2002b), aportando múltiples servicios ecológicos, como son el reciclaje de nutrientes, el control del microclima local, el control de insectos perjudiciales (por ejemplo, sirviendo de refugio a enemigos naturales) (Nicholls, 2001) o la eficiencia en el uso del agua y la conservación del suelo (Guzmán Casado, González de Molina y Sevilla Guzmán, 2000). Las asociaciones de cultivos se corresponden con la dimensión horizontal de la diversidad ecológica en un agroecosistema (Gliessman, 2002a); es decir la presencia conjunta durante un tiempo de más de un cultivo en el mismo espacio. El policultivo es una estrategia habitual de los sistemas agrícolas tradicionales de todo el mundo (Liebman, 1997) que se justifica, entre otras razones, por su mayor eficiencia en el uso de los recursos naturales (suelo, agua y energía). Pero además de los servicios ecológicos, el policultivo proporciona una dieta rica y diversa durante todo el año,

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otorga estabilidad en las producciones, minimiza los riesgos (ya que si algún cultivo sufre daños, los demás pueden compensar la pérdida) y permite aumentar la rentabilidad con bajos niveles de tecnología (Francis et al. 1976, Harword 1979a, en Altieri, 1997). Sin embargo, las asociaciones de cultivo no aparecen como una estrategia importante en la agricultura de la vega granadina en los últimos doscientos cincuenta años si atendemos a las abundantes fuentes históricas que desde el Catastro del Marqués de Ensenada existen sobre la agricultura de esta comarca. De hecho, sólo en 1752 se recoge el policultivo del olivar y la vid en áreas de regadío eventual (González de Molina y Guzmán Casado, 2006). Esta situación contrasta con la memoria histórica de los agricultores mayores de la Vega, que dan fe de la realidad de esta práctica desde la post-guerra, aunque eso sí mayoritariamente asociada a la pequeña propiedad, lo cual puede ser la causa del olvido en las fuentes escritas. METODOLOGÍA Como elementos centrales se han utilizado la entrevista abierta-semidirigida y la observación participante, consideradas como más apropiadas para el presente trabajo. Son técnicas habituales en la investigación en agroecología y se enmarcan en las metodologías de investigación participativa (Salas, 2000; Guzmán Casado, González de Molina y Sevilla Guzmán, 2000). El trabajo de campo se ha desarrollado principalmente entre febrero y septiembre de 2005. Cronológicamente este trabajo de investigación ha seguido el siguiente desarrollo: 1. Prospección de la zona estudio para la localización y selección de los informantes. El sector de población al que se han dirigido los contactos es el formado por agricultores de avanzada edad (jubilados ya, la mayoría), asumiendo que ellos poseerían mayor conocimiento del tema, como demuestran otros estudios de agricultura tradicional (Mesa Jiménez, 1996; Alonso Mielgo, 2000; Guzmán Casado et al., 2000; Soriano, Figueroa y García, 2003). En esta fase se contactaron un total de 45 agricultores en 9 municipios del área central de la Vega de Granada. Para sondear el nivel de conocimientos de los interlocutores se les realizó una breve entrevista que versaba sobre distintos aspectos relativos al manejo tradicional de la huerta y de las variedades hortícolas. A partir de los resultados obtenidos se seleccionaron a 7 agricultores, a los que se consideraba poseedores de un mayor conocimiento, todos ellos jubilados pero cultivando, aún, sus pequeñas huertas. 2. Realización de entrevistas a los informantes principales. Para el diseño del guión de la entrevista se han trasladado las preguntas centrales de la investigación a las preguntas de teoría, y éstas a las preguntas de entrevista, que se efectúan en lenguaje coloquial (Valles, 2002) y que tratan de obtener información en torno al diseño predial y al manejo de los cultivos. Todas las entrevistas fueron grabadas. Las entrevistas se han realizado en el espacio de la huerta, con la intención de acercarnos lo más posible a la manera en que se transmite el conocimiento tradicional; es decir, escuchando, viendo hacer y haciendo. Y aquí entra la observación participante como elemento importante de la investigación en tanto que contribuye a la asimilación y comprensión de la realidad estudiada (Mesa Jiménez, 1996), así como a la construcción de una relación de mayor confianza entre investigador y agricultor. 3. Tratamiento de la información recogida. Tras el trabajo de campo se ha realizado un análisis conjunto de las transcripciones de las entrevistas y las notas de campo fruto de la observación participante, para, a partir de él, elaborar los resultados de este trabajo.

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RESULTADOS Y DISCUSIÓN La presencia de más de un cultivo compartiendo un mismo espacio durante un determinado período de tiempo ha sido una práctica presente en la agricultura de regadío de la Vega de Granada desde, al menos, la década de los años 40 del siglo XX, como puede deducirse de la multitud de ejemplos de asociaciones que han aparecido en las conversaciones con los agricultores, y que ahora prácticamente han desaparecido. En la post-guerra el empleo de asociaciones es justificado por los entrevistados como una forma de obtener un mejor aprovechamiento del espacio, lo que está de acuerdo con la teoría de que los policultivos ahorran tierra en relación al monocultivo, lo cual viene expresado en un mayor valor de LER (índice de uso equivalente de la tierra) (Altieri, 1997). En nuestro caso de estudio, es visto como una consecuencia inevitable de la escasez de tierra y de una situación económica desfavorable, fundamentalmente para los pequeños agricultores que eran los que practicaban las asociaciones. Además, la economía autárquica en que se sumió España tras la Guerra Civil dificultó enormemente la adquisición de fertilizantes químicos para los agricultores, a lo que se vino a sumar las graves dificultades que en la Vega de Granada tenían, sobre todo, los pequeños productores para acceder al estiércol, fruto de la ruptura del equilibrio agrosilvopastoril que se había producido desde finales del siglo XIX (González de Molina y Guzmán Casado, 2006). En esta coyuntura, era fundamental ahorrar tierra, concebida no solo como espacio físico, sino también como nutrientes. De esta manera, los policultivos permitían disponer de más de un producto y en mayor cantidad, convirtiéndose en un seguro de ingresos mucho más fiable y repartido a lo largo del año, que el que otorga el monocultivo. Por ello, en aquellos años las asociaciones comprendían cultivos comerciales muchos de ellos dirigidos a la industria, como la remolacha azucarera o el tabaco, que fueron cultivos estrella de la vega granadina en la primera y segunda mitad del siglo XX, respectivamente. Actualmente, sin embargo, está estrategia ha desaparecido completamente en la agricultura comercial, en la que se ha impuesto el monocultivo, quedando relegada a pequeñas huertas y a cultivos de autoconsumo. Globalmente, en el diseño de las asociaciones de cultivos en la Vega de Granada son importantes aspectos como la posición que ocupa cada especie en el caballón o la fecha de implantación de cada cultivo. Todo ello para lograr el objetivo de optimizar prioritariamente el uso de espacio y los nutrientes y, secundariamente, el agua. El sistema de caballones está adaptado a la forma de regar de la zona, que es el riego a pie (también llamado a manta). Los caballones quedan elevados y entre ellos hay una zona hundida por la que circula el agua. Es el surco, arroyo o la canal. La parte superior del caballón, es llamada cresta; y los laterales son los pechos o las faldas (Figura 1). Los cultivos se sitúan en estas partes diferenciadas, en función de sus particularidades; principalmente en las referentes al agua de riego. El agua de riego circula por la canal, a lo largo de la cuál, además, permanece embalsada mientras se va infiltrando en el suelo y ascendiendo por capilaridad por el caballón. Este ascenso del agua es lo que denominan el rejugo. La tierra en contacto con el agua estancada se aplasta más que la parte del caballón a la que tan sólo le llega el rejugo. Así, unos cultivos se desarrollan mejor en el rejugo, porque no les conviene que se encharque la raíz o la zona inferior del tallo, y se situarán en el caballón (en la cresta o en el pecho), mientras que a otros no les perjudica ese encharcamiento, y podrán estar, por tanto, en la canal.

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En todos las asociaciones descritas (excepto en el tomate-maíz, donde el maíz se sitúa en una hilera junto al cultivo de tomate) ambos cultivos comparten caballón, formando hileras contiguas situadas cada una en diferente zona del mismo.

Figura 1. Esquema de las partes en que se divide el caballón

La fecha de implantación de cada uno de los cultivos de la asociación va a estar condicionada por el ciclo del cultivo y por la complementación temporal buscada en cada caso. En este sentido se han encontrado dos estrategias diferentes: por un lado están las asociaciones que hemos denominado de relevo, en las que coincide el final del ciclo de un cultivo con el principio del otro (de esta manera, la competencia entre los cultivos es mínima, puesto que el último en implantarse incrementa su ritmo de absorción de nutrientes al mismo tiempo que disminuye el del cultivo que ya estaba en el terreno). Y por otro están las mezclas en las que uno de los cultivos desarrolla su ciclo completo coincidiendo en el terreno con el otro cultivo, que hemos clasificado como simultáneas. A continuación se describen las diferentes asociaciones, comenzando por aquellas realizadas con cultivos comerciales y que ya no están presentes en la Vega: PATATA-TABACO. Están las patatas en la cresta de los caballones, y en abril o mayo se trasplanta el tabaco en el pecho. A últimos de julio las matas de patata se agostan y las plantas de tabaco las superan ya en tamaño. Los tubérculos de la patata están ya criados, y la planta de tabaco se desarrolla sin competencia. Las patatas se pueden sacar o dejarlas en el caballón, protegidas a la sombra del tabaco, hasta después de la cosecha de este (a partir del mes de septiembre). PATATA-MAÍZ Las patatas están en la cresta del arroyo y en abril, antes de sembrar el maíz, se hace una labor superficial en las canales, tras la cual se va sembrando el maíz. Cuando el maíz está lo suficientemente crecido como para entrar en competencia las dos plantas (patata y maíz), la patata ya está formada completamente. A partir de julio, el maíz crece libremente, y se pueden sacar ya las patatas o dejarlas en la tierra hasta que se coseche el maíz. De esta manera, están protegidas por la sombra que da el maíz, y se conservan bien hasta el otoño.

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AJO-LECHUGA En enero o febrero se siembran los ajos en las crestas de los arroyos. Por la misma época se siembra el semillero de lechuga (haciendo coincidir la fecha de siembra dentro de la fase lunar de cuarto menguante). Cuando están las plantas de lechuga listas para el transplante, el ajo ya está nacido. Se plantan las lechugas en los pechos de los arroyos, y en unos 40 días, ya están formadas. A partir de entonces se pueden ir recogiendo y quedan los ajos solos en el caballón, desarrollándose sin la competencia de las lechugas, hasta que se cosechen en el mes de junio. TABACO-AJO En enero o febrero se siembran los ajos en las crestas de los arroyos. El tabaco se pone en abril o mayo en los pechos de los caballones. Hasta junio, que se sacan los ajos, están los dos cultivos juntos en la tierra, pero a partir de entonces se queda ya el tabaco solo hasta que se coseche. AJO-LECHUGA-CEBOLLA Y FRUTALES Entre los frutales (de varias especies) se hacen arroyos, y en la cresta se siembran ajos en enero o febrero. Las lechugas se siembran en el semillero por esas mismas fechas, y se trasplantan en el pecho del caballón en marzo. A finales de abril o principios de mayo, ya está recogida la cosecha de lechugas. Se hace una labor superficial en la canal y se rehace el arroyo. A ambos lados de los ajos, en los pechos, se plantan las plantas de cebolla, al poco tiempo de recoger las lechugas. Todavía estarán un mes, aproximadamente, conviviendo ajos y cebollas, hasta junio, que es cuando se sacan los ajos. A partir de junio, quedan en el terreno las cebollas solas, hasta que se recojan en septiembre. Esta asociación solía rotarse con cereales o leguminosas, ya que tras quitar las cebollas, en el otoño, se sembraba trigo o habas. PATATAS-REMOLACHA Las patatas se siembran en la cresta del arroyo a mediados del invierno. Y en un pecho del caballón se siembra la remolacha algún tiempo después. En el mes de julio, las matas de patata se secan y las patatas están ya formadas. Entonces empieza a desarrollarse la remolacha sin la competencia de la patata. Las patatas pueden conservarse enterradas o sacarse ya en julio. Y la remolacha se cosecha en el otoño. A continuación se describen cinco asociaciones de cultivos que se han encontrado en las huertas visitadas y otras dos (tomate-lechuga y tomate-col) cuya presencia no ha sido constatada pero que también se incluyen en el grupo de las practicadas en las huertas de autoconsumo. TOMATE-LECHUGA El tomate está en un pecho de la canal, y cuando ya está la planta desarrollada y dando tomates, en agosto, se plantan las plantas de lechuga en el otro pecho. Hay que tener previsión en sembrar el semillero de lechuga para tener las plantas preparadas para el trasplante en esas fechas. Las lechugas se crían entre 30 y 40 días, y se pueden empezar a coger cuando ya se va acabando la cosecha de tomates. Como puede comprobarse, en esta asociación, la lechuga desarrolla todo su ciclo estando siempre el tomate presente, en contraste con otros ejemplos en los que se produce un relevo en los ciclos de los diferentes cultivos. En la Campiña Baja también se realiza esta asociación, justificándola en un mejor aprovechamiento del espacio y del agua (Alonso Mielgo, 2000).

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TOMATE-COL Se hace de la misma manera que el anterior, sustituyendo las lechugas por las coles. Esta asociación parece ser que tiene efectos positivos en el control de la palomilla Plutella xylostella que afecta a la col, reduciendo su presencia al ser repelida por el olor de la planta de tomate (Altieri, 1997; Gliessman, 2000a). HABAS-ESPINACAS Se preparan los arroyos; a mediados del mes de Noviembre se siembran las habas en la canal y en los pechos (cerca de la cresta), las espinacas. Las espinacas se van cortando durante un par de meses desde febrero a abril, dependiendo del año. Y las habas se quedan sin competencia en la fase final de su desarrollo, y se van cosechando periódicamente desde el mes de abril hasta mayo. Son dos cultivos que se complementan bien para los riegos, pues las habas, estando en la canal, están en contacto con el agua de riego, lo cual no les perjudica; y las espinacas están en lo alto del arroyo, recibiendo la humedad de la tierra, pero sin estar en contacto directo la planta con el agua, que es lo que requiere. TOMATE-MAÍZ En este caso, el diseño de la asociación es diferente a las comentadas hasta ahora, ya que ambos cultivos no comparten arroyo. El cultivo de tomate se realiza normalmente, y el maíz se siembra en una hilera junto a los arroyos de los tomates. Se siembra, más o menos, en la misma época en que se trasplantan los tomates, y ambas plantas van creciendo a un ritmo parecido, hasta que en el verano, el maíz comienza a superar en altura a las plantas de tomate. Situados así, de esta manera, la hilera de maíz cumple una doble función, protegiendo a los tomates frente a los vientos y proporcionándoles sombra, lo que repercute en la generación de un microclima más fresco. Por esto la localización de la hilera de maíz se hará junto al lateral del cultivo de los tomates en el que mejor satisfaga estas funciones. El efecto cortavientos es el motivo principal que justifica esta asociación en la zona de Huétor-Vega, para proteger a los tomates de los aires moriscos, que son aires cálidos del Sur. Este empleo de una barrera de maíz está bastante generalizado en los huertos de autoconsumo de la Vega. Normalmente, protegiendo a los tomates, pero también puede aparecer junto a otros cultivos de verano, a los que les venga bien una protección frente al Sol y el viento. Aparte del efecto cortavientos parece ser que el maíz actúa, también, como cultivo trampa, atrayendo a Heliothis sp. mientras los granos están lechosos. De esta manera, protege al tomate, reduciendo el ataque o retrasando su llegada (Porcuna Coto, 2001).

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PATATAS-CALABAZA A primeros de marzo se siembran las patatas en las crestas de los arroyos, y a los pocos días, en los pechos se siembran las calabazas, a una densidad bastante baja (cada 6 u 8 metros). La patata se desarrolla más rápido que la calabaza, y cuando ya están las patatas formadas y las matas de patata empiezan a secarse (en el mes de julio), dejan ya de competir con la calabaza, que comienza, entonces, a desarrollarse rápidamente y en pocos días llega a cubrir con sus hojas todo el terreno. De esta forma, protege los arroyos donde están las patatas de la radiación solar, manteniendo un ambiente relativamente fresco en el que las patatas se pueden conservar y en el que se dificulta, al mismo tiempo, la proliferación de insectos como la palomilla (Phtorimaea operculella Zeller),ya que esta especie necesita un ambiente seco para desarrollarse. Se realiza algún riego, que es necesario para las calabazas, y esa humedad beneficia, también, a las patatas. A finales del verano se empiezan a cosechar las calabazas, según van madurando. Y en el otoño, con las primeras lluvias, pueden sacarse las patatas de la tierra, encontrándose en perfectas condiciones. PIMIENTOS-ALBAHACA Una práctica habitual en los huertos de la Vega es plantar alguna mata de albahaca (Ocimum basilicum L.) entre las del cultivo de pimientos, aunque en ocasiones puede verse también entre los tomates o las berenjenas. En el mismo semillero de los pimientos, se siembran algunas semillas de albahaca, y luego el trasplante se realiza en las mismas fechas y condiciones que el de los pimientos, colocando unas pocas matas dispersas entre los pimientos, generalmente en las orillas. Algunos lo hacen por costumbre, mientras que otros dicen que es bueno para repeler los mosquitos. Esta asociación es muy común en los huertos tradicionales de muchas regiones de la península, y en concreto para Andalucía aparece reflejado en el estudio que Antonio Alonso Mielgo (2000) realiza sobre el conocimiento tradicional de las huertas en Andalucía. En él se reconoce el efecto repelente de mosquitos de la albahaca, además de contener (la albahaca) ciertos compuestos que dificultan el desarrollo de algunos insectos. PIMIENTOS-ACELGAS En esta asociación las acelgas cumplen la función de hacer de sostén de la mata de pimiento, en caso de que se doble por el peso de los frutos. Se realiza el transplante de los pimientos en un pecho del caballón y en el otro, se siembran las acelgas en el mes de julio (en la segunda quincena), una vez que han cuajado los frutos de pimiento. A finales de agosto ya han alcanzado las plantas de acelgas suficiente tamaño como para soportar el peso de la mata de pimientos. El Cuadro 1 recoge sintetizadas las características más importantes de cada asociación.

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Cuadro 1. Características de las asociaciones de cultivos en la Vega de Granada Situación Fecha de Justificación de Otros efectos Asociación Tipo en el siembra o los agricultores benéficos caballón transplante Aprovechamiento del espacio, nutrientes y agua

Conservación de las patatas en el terreno, protegidas por el tabaco

Relevo

Patata: Cr Tabaco: P

Patata: fbmz Tabaco: abmy

Patatamaíz

Idem

Conservación de las patatas en el terreno, protegidas el maíz

Relevo

Patata: Cr Maíz: Ca

Patata: fbmz Maíz: ab

Tomatelechuga

Idem

Simultá neos

Tomate: P Lechuga: P

Tomate: my Lechuga: ag

Tomate-col

Idem

Simultá neos

Tomate: P Col: P

Tomate: my Col: ag

Ajo-lechuga

Idem

Simultá neos

Ajo: Cr Lechuga:P

Tabaco-ajo

Idem

Simultá neos

Ajo: Cr Tabaco: P

Ajolechugacebolla

Idem

Relevo y simultá neos

Ajo: Cr Lechuga:P Cebolla: P

Patataremolacha

Idem

Relevo

Patata: Cr Remolacha P

Habaespinaca

Idem

Simultá neos

Haba: Ca Espinaca: P

Haba: nv Espinaca: nv

Tomatemaíz

Ambiente fresco y protección de los tomates frente al viento

Simultá neos

No comparten

Tomate: my Maíz: my

Patatacalabaza

Aprovechamiento del espacio; conservación de la patata en el terreno; protección contra palomilla

Relevo

Patata: Cr Calabaza: P

Patata: fbmz Calabaza: mz

Pimientoalbahaca

Repeler insectos

Simultá neos

Pimiento:P Albahaca: P

Pimiento: my Albahaca: my

Patatatabaco

Control Plutella xylostella en col (Altieri, 1997)

Protección de tomate contra Heliothis sp. (Porcuna Coto, 2001)

Las acelgas hacen Simultá Pimiento: P de sostén para las neos Acelga: P plantas de pimiento (Nota: En la situación en el caballón, Cr: cresta; P: pecho; Ca: canal) Pimientoacelga

Ajo: en-fb Lechuga: mz-ab Ajo: en-fb Tabaco: abmy Ajo: en-fb Lechuga: mz Cebolla:abmy Patata: fbmz Remolacha: fb

Pimiento: my Acelga: jl

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CONCLUSIONES Se constata la presencia de las asociaciones de cultivos en la agricultura de la Vega de Granada en los últimos sesenta años, recogiéndose la descripción de 13 ejemplos de mezclas de cultivos, de los cuales cinco se han encontrado en alguna de las huertas visitadas. En las últimas décadas, además de la pérdida cuantitativa en el número de asociaciones realizadas, se ha producido una disminución del espacio ocupado por los policultivos, siendo hoy insignificante. La justificación más generalizada entre los agricultores para la realización de asociaciones es la optimización en el uso de la tierra, recurso escaso para muchos de ellos. Pero también el mejor aprovechamiento del agua, así como algunos otros aspectos beneficiosos proporcionados por las mezclas concretas (protección frente al viento y el calor en maíz-tomate, repeler insectos en pimiento-albahaca, o mejorar la conservación del tubérculo en la tierra en patata-calabaza) constituyen argumentos para su presencia actual en las huertas, cuando éstas están orientadas al autoconsumo. Una característica común a todas las asociaciones (excepto maíz-tomate) es que los cultivos de la asociación comparten caballón formando hileras contiguas. En el diseño del policultivo tienen una gran importancia la posición que ocupa cada cultivo en el caballón, así como la fecha de implantación de cada uno. Ambos aspectos son determinantes para conseguir optimizar el uso del espacio, agua y nutrientes. AGRADECIMIENTOS A todos los agricultores de la Vega que tuvieron a bien abrirme de par en par sus huertas y su sabiduría. En especial a Eduardo, Antonio, Arturo, Daniel, Vicente, Pepe y Antonio. BIBLIOGRAFÍA Alonso Mielgo, A.M. 2000. El conocimiento tradicional aplicado al manejo de las huertas en Andalucía. En: Guzmán Casado, G., M. González de Molina, E. Sevilla Guzmán (eds.). Introducción a la agroecología como desarrollo rural sostenible. Mundi-Prensa. Madrid. 299-316. Altieri, M.A. 1997. Agroecología. Bases científicas para una agricultura sustentable. CLADES. La Habana. Gliessman, S. 2002a. Agroecología. Procesos Ecológicos en Agricultura Sostenible. CATIE. Turrialba, Costa Rica. Gliessman, S. 2002b. La biodiversidad y estabilidad de los agroecosistemas. En: La práctica de la agricultura y la ganadería ecológicas. Ed. Comité Andaluz de Agricultura Ecológica. Andalucía. España 69-87. González de Molina, M., G.I. Guzmán Casado. 2006. Tras los pasos de la insustentabilidad. Agricultura y Medio ambiente en perspectiva histórica (siglos XVIII-XX). Ed: ICARIA. Barcelona. Guzmán Casado, G., M. González de Molina, E. Sevilla Guzmán. 2000. Introducción a la agroecología como desarrollo rural sostenible. Mundi-Prensa. Madrid. Guzmán Casado, G.I., J.J. Soriano Niebla, F.S. García Jiménez, M.A. Díaz del Cañizo. 2000. La recuperación de variedades locales hortícolas en Andalucía (España) como base de la producción agroecológica. En: Guzmán Casado, G., M. González de Molina, E. Sevilla Guzmán (eds.). Introducción a la agroecología como desarrollo rural sostenible. Mundi-Prensa. Madrid 339-362. Liebman, M. 1997. Sistemas de policultivos. En Altieri, M.A. Agroecología. Bases científicas para una agricultura sustentable. CLADES. La Habana. 133-141.

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