HISTORIA DEL DERECHO
Calendario 2007-B, Guadalajara, Jalisco.
PLAN DE CLASE 19 EN HISTORIA DEL DERECHO Tema 19: Unidad 4. HISTORIA DEL DERECHO PENAL: la venganza OBJETIVO PARTICULAR 19.1.- El alumno precisará el derecho penal en los pueblos antiguos y su relación entre religión y delito. 19.2.- El alumno conocerá las diversas etapas del derecho penal 19.3.- El alumno defina los objetivos del derecho penal.
OBJETIVO(S) ESPECIFICO(S) Los estudiantes… 18.1 Recordaran lo que entienden por el concepto de venganza (objetivo de conocimiento). 18.2 Contrastarán su concepto de venganza con el dado por el documento: la venganza (objetivo de comprensión). 18.3 Construirán un esquema de la lectura del documento anterior (objetivo de aplicación). 18.4 Inferirán la importancia de la venganza en la historia del derecho penal (objetivo de análisis).
MATERIALES PROCEDIMIENTO a) b) c) d) e) f)
El docente invitará a que los alumnos realicen lectura de síntesis del documento: la venganza Los estudiantes anotarán en su cuaderno de notas las ideas que consideran más importantes de la lectura anterior. El docente, utilizando el pizarrón, ejemplificará la manera de realizar un cuadro sinóptico (esquema), con las ideas importantes de la lectura ya referida. El docente invitará a los estudiantes a que anoten en su cuaderno el cuadro sinóptico anterior. El docente realizará sesión de preguntas y respuestas sobre el contenido de la lectura del documento ya referido. El docente invitará a que los estudiantes anoten lo que aprendieron de derecho penal y su misión en las sociedades.
EVALUACIÓN A los estudiantes… Solicitarles que por valoren trascendencia del estudio de la historia de la venganza en la historia del derecho penal
RESPALDOS DOCUMENTALES
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HISTORIA DEL DERECHO
Calendario 2007-B, Guadalajara, Jalisco.
La venganza En 1668 Lord Kernagy descubre a su esposa en acto carnal con el Duque de York. Lord Kernagy obtuvo de su esposa confesión detallada de su idilio. No obstante, Lord Kernagy le ordenó que continuara. Mientras tanto, se dio tiempo para planear su venganza. Busco en Londres a las prostitutas más sórdida y enfermas con el fin de contagiarse de sífilis. Volvió a su mansión y le transmitió la enfermedad a su esposa, quien sin saberlo se la trasmitió a su amante, el Duque de York. Éste a su vez se lo paso a la duquesa (su esposa), quien estaba embarazada, por lo que su hijo nació con raquitismo retraso mental. Este es un muy buen ejemplo de una venganza perniciosa y malvada. Es curioso que esta historia se repita en diferentes épocas, países y con distintos protagonistas. Con seguridad quizás el ejemplo anterior haya sido una leyenda urbana, tan universal como el mismo fenómeno que la inspira: la venganza.
No es exclusiva de los seres humanos ¿Se trata de un acto de justicia por el que queda reparado un agravio? ¿Es un primitivo acto de retribución que hoy no tiene sentido? ¿Es algo inherente al ser humano? Stephen Beckerman, antropólogo de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, y Tim CluttonBrook, investigador de Cambridge, Inglaterra, creen que vengar una herida – del tipo “ojo por ojo, diente por diente”- , es una reacción universal que dista de ser exclusivamente humana. Un estudio publicado en la revista Nature indica que las represalias en las comunidades animales son muy frecuentes. Los elefantes marinos o las hienas responden a un ataque con otro, sin embargo estas represalias carecen del sentido moral que caracteriza a la venganza humana. La venganza humana esta relacionada con la dominación. “Va más allá de castigar al culpable. Se trata de que este cambie radicalmente su manera de pensar: de hacerlo ver que ha obrado mal, aunque en esta enseñanza pierda la vida”, asegura Beckerman. Paúl Roscoe, profesor del Departamento de Antropología, de la Universidad de Maine, Estados Unidos, cree que hay otra diferencia respecto a la venganza que nos distingue de la de los animales: la premeditación. “sólo los seres humanos buscamos a enemigos concretos y los asesinamos por acciones pasadas”, menciona.
Revancha desproporcionada
percepción generalmente está teñida de otras emociones que originan reacciones desproporcionadas al mal sufrido o del que creemos ser victimas. El impulso se complica cuando además están presentes sentimientos como la envidia o los celos, pero sobre todo el odio. Cuando este último interviene ya no se desea únicamente cobrar un daño con otro similar, sino destruir al objeto odiado. En el 2003, un agricultor ingles, quien al enterase que su ex esposa estaba embarazada de un nuevo compañero, secuestró a los cuatro hijos que previamente había tenido con ella, se los llevó en su coche a un lugar desierto. Mientras los asfixiaba con gas llamó a su ex esposa por teléfono y comenzó a relatarle como iban muriendo cada uno de ellos. Antes de fallecer también él por la inhalación del gas, le dijo a su ex mujer: “espero que seas feliz y que guardes rencor hacia esa criatura que traes en las entrañas hasta el fin de tus días”.
Un mecanismo de unión Al igual que el antropólogo Paúl Roscoe, otros especialistas sostiene que en las sociedades humanas el mecanismo de la venganza se ajusta a ciertas reglas no escritas que en el pasado fijaron las relaciones entre grupos. Así, según Beckerman, en algún momento quedó establecido un acuerdo tácito entre los miembros de una tribu o clan, según el cual éstos nunca tomarían venganza de sangre sobre quienes pudieran vengarlos a ellos mismos. En la práctica este fenómeno limitaba la violencia en el interior del propio clan, pero las cosas cambiaban de cara el exterior. “Con los grupos con quienes se tenían contactos ocasionales la venganza se ceñía a buscar el equilibrio, pero cuando se trataba de extranjeros, ésta solía ser desproporcionada: se trataba de lograr su total sumisión o destrucción, hasta el punto de que no siempre era un acto inmediato, pues se esperaba a tener los suficientes recursos para vengarse más eficazmente”, dice Beckerman. A su vez, Beckerman dice que la venganza se asocia a impedir una futura agresión. “La gente tiende a pensar automáticamente que si una injuria no es vengada, entonces se está dando permiso para que se repita”. Para los antropólogos los actos de represalia mantienen a la gente controlada donde no hay leyes formales o éstas no se imponen.
Un castigo divino Muchos creyentes sostienen que sólo Dios tiene la suficiente dimensión moral como para reparar una ofensa en su justa medida, tal como parece indicar la cita bíblica: “La venganza es mía, yo recompensaré” Bibliografía: Alonso Abraham (2005). Ojo por ojo. Muy Interesante, revista mensual para saber de todo. Numero 9, año XXII. (Pág. 59-66)
La doctora Beatriz Quintanilla, profesora de psiquiatría y psicología médica de la Universidad Panamericana de México, escribió un artículo en el cual asegura que, en la práctica, la venganza no se da de manera pura y asilada, ni pretende sólo cobrar en una proporción justa. Al llevarla a cabo, nuestra
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