PIEDRA GRANITO
Los granitos se forman a partir de magmas solidificados, y estos a su vez pueden tener orígenes diferentes: hay magmas que provienen de la fusión parcial o anatexia de rocas de la corteza, mientras otros tienen su origen en el manto subyacente. Según el origen del magma los granitoides se clasifican en cuatro tipos, nombrados con las letras I, S, A y M, iniciales de Igneo, Sedimentario, Anorogénico y Manto6 El tipo «I» deriva de magmas originados en la zona de contacto entre la corteza inferior y el manto. El tipo «S» proviene de magma que se forma por la fusión parcial de rocas sedimentarias o de rocas de la corteza superior. Al contrario de los tipos I y S que son comunes en las zonas de orogénesis, el tipo A, anorogénico y alcalino, ocurre en contextos que no están asociados a la formación de cordilleras. El tipo M se distingue de los demás por tener una proveniencia directa de magmas del manto. Los granitoides originados de magma proveniente de la corteza inferior han sido relacionados por científicos con migmatitas de forma que se han interpretado estas últimas rocas de tres maneras: el producto de anatexia que origina a magma granítico, el producto de la inyección de magma granítico a rocas metamórficas, el producto de un proceso de transformación de roca metamórfica en granito en el sitio. Ascenso y emplazamiento
Detalle de una roca de granito. Los granitos se forman a partir de masas formidables de magma, que ascienden por la corteza terrestre porque tienen menor densidad que el material que los rodea. Antes de solidificarse el magma llenaba una cámara magmática, desde la cual también puede alcanzar la superficie por fenómenos volcánicos, aunque esto ocurre rara vez con los magmas ácidos, graníticos. A la «flotabilidad» del magma se contraponen los efectos de la viscosidad, (que es característicamente alta en los magmas de composición granítica), y al hecho de que para que un cuerpo de magma ocupe un lugar debe haber desplazamiento de otro material en cantidad proporcional. Los granitos se emplazan preferentemente siguiendo fracturas y fallas preexistentes en la corteza terrestre. El ascenso del magma puede ser forzoso o pasivo; en el primer caso el magma se abre paso por su propia fuerza, comprimido por los materiales que le rodean, abriendo fracturas y desplazando material; y en el segundo, las tensiones en la corteza crean espacios
que son rellenados por magma. Cuando el magma se encuentra en equilibrio gravitacional (como un témpano de hielo flotando en el mar) se estanca.