Pedagogia De Cuerdas Altas

  • May 2020
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Pedagogia De Cuerdas Altas as PDF for free.

More details

  • Words: 2,517
  • Pages: 8
PEDAGOGIA DE CUERDAS ALTAS Lateralidad: el eslabón perdido por Juan Krakenberger http://www.j-krakenberger.org Páginas de Pedagogía para Cuerdas * Traducción de su artículo publicado en la edición abril 2007 de la prestigiosa revista "The Strad", la mejor del mundo en materia de instrumentos de cuerda. La revista ha querido introducir algunos cambios en la redacción, para conformarlo a las exigencias de su formato, y se han agregado citas de literatura en idioma inglés en torno a la lateralidad y el violín, pero el contenido propiamente no ha sufrido ninguna modificación.

Muchos violinistas y violistas se preocupan para superar nuestra simetría innata, debido a las diferentes tareas que debemos realizar con nuestros brazos. Es lógico, entonces, que la pedagogía de cuerdas altas deba vencer este obstáculo, y por ello Ivan Galamian -que tenía el problema muy presente- inventó hace más de medio siglo su ejercicio de escalas sobre tres octavas, con seis diferentes ritmos y otros tantos esquemas de ligaduras. Este ejercicio nos enseña cómo podemos trabajar inconscientemente con un brazo mientras nos concentramos conscientemente sobre el otro, una destreza indispensable que debemos adquirir ya que no nacemos con ella. Pero esto no ha de eliminar nuestra simetría y este artículo trata sobre cómo podemos usarla con ventaja, vía lateralidad. Con este escenario como fondo ¿qué diría usted, así, a primera vista, si le dijera que la soltura de la muñeca derecha juega un importante papel en una afinación sensible a través de los dedos de nuestra mano izquierda? Probablemente, su inmediata reacción sería decir que eso son cosas separadas y no tienen ninguna relación entre sí. Bueno, lo que me propongo demostrar es que sí existe una conexión, que tiene que ver con lateralidad y nuestra innata simetría. Los diccionarios normales no suelen incluir la palabra "lateralidad". Para encontrarla, hay que consultar diccionarios científicos, donde sí figura, sobre todo desde hace

unos 20-30 años. Y si recurrimos a un buscador en Internet, tenemos más de 100.000 citas en castellano y 912.000 en inglés, la mayoría de ellas refiriéndose a artículos escritos sobre el tema. Es un hecho que el progreso científico alcanzado durante el último medio siglo, en materias tales como fisiología y neurología, ha sido muy importante; y a que el dominio de instrumentos musicales, sobre todo el violín y la viola, tiene raíces en la complicada conjunción de cuerpo y mente, la moderna pedagogía de cuerdas altas es una consecuencia de lo que así hemos aprendido. Mi primera noción sobre la conexión derecha-izquierda de la cual trata todo esto me vino a través de un alumno zurdo, que era torpe pisando las cuerdas. Todos hemos visto alguna vez a un zurdo escribiendo. Tuercen su muñeca lateralmente, para poder controlar por lo menos algo de lo que acaban de escribir. Esta torsión inmoviliza la muñeca, y como lo tuvieron que hacer todos los días desde temprana edad, esto produce un cierto trauma permanente que interfiere cuando se toca el violín, donde tal torsión no es necesaria –al contrario, una muñeca inerte, suelta y derecha es indispensable. ¿Pero cómo entrenar soltura de esta muñeca, si se supone que esté inerte? Fue ante este problema que me acordé de lo que había leído sobre lateralidad. El hecho que ratas diestras podían ser inducidas en el laboratorio a convertirse en zurdas, y viceversa, me había impresionado. Y fue por ello que empecé a entrenar la muñeca derecha del alumno muy intensivamente para conseguir mayor soltura, trabajando con ahínco el ejercicio 29 del Op. 2 Nº3 de Sevcik, y además arpegios sobre las cuatro cuerdas con acción de muñeca, exclusivamente. Después de algunas semanas de este régimen, la afinación mejoró, los dedos de la mano izquierda adquirieron mayor flexibilidad, y la torpeza original desapareció completamente. Pero esto es sólo parte de la historia. ¿Qué tiene que ver la soltura de la muñeca izquierda con una buena afinación? Quisiera empezar diciendo que yo distingo entre una afinación correcta y una afinación sensible. La primera da la nota correctamente, pero tal vez un pelín alejado del sitio preciso donde se producen vibraciones en simpatía, ya sea con el propio instrumento, ya sea con sonidos exteriores. Cuando esto sucede, el sonido mejora, es más rico y redondo: es justamente a eso que quisiera llamar afinación sensible. Pues bien ¿qué hace falta para producir afinación

sensible? Evidentemente, es una cuestión de destreza, que consiste en una soltura de la mano izquierda tal que las puntas de los dedos se tornen sensibles a sensaciones de retorno (feedback), pudiendo percibir –subliminalmente– qué vibraciones vuelven desde la cuerda. Dicho sea de paso, esta percepción de sensaciones también produce endorfinas, y si el alumno es capaz de sentir esto, se está en el buen camino: el ser humano tiene un apetito insaciable por endorfinas y se afanará en buscar más sensaciones de este tipo, adquiriendo así una afinación sensible. ¿Qué debemos hacer para que las puntas de los dedos se tornen sensibles? La respuesta es sencilla: sin soltura interior de la muñeca izquierda, y a pesar de su postura inerte, tal sensibilidad no se ha de dar en las puntas de los dedos. Uno puede probar esto de forma sencilla en uno mismo: tan solo hace falta comparar la sensibilidad de las puntas de los dedos con la muñeca dura o con una muñeca suelta, y la diferencia es notable. El próximo paso es simple: entrenar a la muñeca derecha para que adquiera la mayor soltura, cosa que automáticamente sobrevendrá para la izquierda, y esto a su vez mejorará la sensibilidad en las puntas de los dedos. Y es de esto que trata esta historia. Para corroborar todo esto, echemos la vista para atrás. Empecemos con la manera de tocar el violín barroco. En aquella época, los músicos, con sus arcos cortos, poco vibrato y bastante reverberación acústica, debían conseguir vibraciones en simpatía para obtener un sonido bueno, y esto exigió, evidentemente, una afinación impecable. Pues bien, si miramos como usan el arco, nos damos cuenta que hay mucha actividad de muñeca, más que con el arco moderno francés. O sea, que esta precisión fue obtenida en su tiempo con muñeca suelta, por músicos competentes, por supuesto. Dos siglos más tarde, maestros como Auer y Sevcik cuidaron con esmero la cuestión de soltura de la muñeca derecha. De hecho, hicieron un excelente trabajo, sin ciencia, solamente a través de conocimientos profundos, inteligencia y curiosidad. Tan sólo hace falta mirar la foto de Auer en su método de violín, donde enfatiza esta soltura, o darse cuenta del enorme cuidado que Sevcik dedicó a los ejercicios 29 & 30 de su Op. 2, para desarrollar la flexibilidad de la muñeca derecha. Lo que sí ha cambiado en el ínterin es el número de violinistas prominentes: ha aumentado muy considerablemente. Hace cincuenta años teníamos una docena, actualmente

tendremos alrededor de 200 o hasta 300 instrumentistas que dominan su instrumento tan bien o mejor que aquellas celebridades mundiales, después de la Segunda Guerra Mundial. Además, y contrario a lo que sucedía entonces, ahora tenemos más mujeres que hombres en este grupo selecto, y esto es una consecuencia razonable de los métodos pedagógicos modernos –las mujeres son más sensibles- , y si la pedagogía se concentra sobre este aspecto, las mujeres salen ganadoras. Sin duda, es esta manera moderna de encarar la pedagogía de cuerdas, que ha conseguido estos resultados sorprendentes, de alguna forma paralelos a lo que ocurre en atletismo, donde marcas record son superadas con regularidad. Desde que me apercibí de todas estas implicaciones, estoy usando la soltura de la mano derecha para corregir defectos de la mano izquierda. Un ejemplo: recientemente "heredé" a un alumno muy tieso, que no lograba tocar una secuencia de dobles cuerdas, porque sus dedos no fueron capaces de hacer puente sobre la cuerda adyacente. Le hice tocar arpegios sobre las cuatro cuerdas al aire durante unos diez minutos usando todo el arco y, en secuencia, con un tercio del arco al talón, en el medio y en la punta, con movimientos similares a los que hacemos para decir "Adiós". Cuando esto ya salía con suavidad, le pedí que inmediatamente tocara las dobles cuerdas en cuestión. Le salieron al primer intento –había que ver la expresión de asombro en su cara. Lo que testifica nuevamente que la soltura de la muñeca derecha es indispensable para sacar el mayor provecho de nuestra mano izquierda. Como corolario a todo lo expuesto, he de terminar mencionando la situación de la cuerda alta en España –donde vivo – que me ayudó a darme cuenta de lo que antecede. Debido a los avatares históricos del siglo pasado, la pedagogía de cuerdas altas se halla muy atrasada, y el manejo del arco es muy duro, usándose brazo y antebrazo casi exclusivamente. Algunos profesores de violín, en los conservatorios del país, hasta prohíben al alumno mover la muñeca derecha. Consecuencia: ¡muy poca soltura de las muñecas! Siendo así, no debe sorprender que solamente un bajo porcentaje de cuerdas localmente formadas sea aceptado en las orquestas españolas, porque el sonido que producen con una afinación apenas correcta –pero no sensible– resulta peor que el que producen candidatos que vienen del extranjero o han sido formados allí. Muchos métodos para aprender el violín, sean viejos o

nuevos, insisten sobre la soltura de la muñeca, particularmente la derecha, y por ello sorprende que no digan expresamente que ello es bueno para la afinación. La historia que cuento no inventa pues nada nuevo. Solamente pretende definir un aspecto que –a mi mejor entender– no había sido mencionado expresamente hasta ahora. Es ese el objeto de este artículo: el eslabón perdido, vía lateralidad.

Si deseas dar tu opinión y calificar esta nota sobre Pedagogia de Cuerdas Altas, completa el siguiente Formulario : musicaclasicaym

24819

26664168753228

1

¿Qué te ha parecido este Artículo? Los campos con asterisco (*) deben completarse obligatoriamente.

Calificación* Calificación* \n Nombre* Nombre* País* País* Comentario (opcional)

volver a Artículos

---Seleccionar---

volver a Home

ng a Student to a Method

printable version

best?

a renaissance of new nist (and other e this deluge, a e setting up a nd, all of which had d the approval of

Whistler’s Introduction a Day; Shinichi eu Crickboom’s Le hrt’s Easiest 38 and Op. 45, and or preparing young he way for such e Hrimaly Scale eries; Schradieck nics, Books I and II; 1, 2, 7, 9; Kayser’s ; Kreutzer’s 42 servatory studies.

d books for beginners at the time, in the past a teacher could quickly dy to move up to the pre-conservatory books or needed to stay with ieces

heet-music catalogs, a string teacher can be overwhelmed by the s, pictures, and accompanying CDs seem to obfuscate the teaching

udio syllabus?

using the same method books that she used as a student, from levels. Keeping this in mind, you can follow the trend of favored nd generation to generation. But you might ask, “Does my experience

y’s student?”

wider selection of books should inspire a new generation of students, attention span and a heavy load of after-school activities. String new method books entering the market. So how do you accomplish

N

y methods and teaching philosophies available. But this will take mplify this task by creating your own string-method library, so you d new publications suited to the teaching priorities for each of your ublications that can fit into the classification system you set up for

e method books—old and new—so that you are knowledgeable about ciating the established methods. Begin by evaluating advanced ard to the beginner books. This will allow you to keep the end result steps leading up to intermediate and advanced lessons. For example, p. 32, is a popular etude book in your pre-college curriculum, then younger students, such as Kathyrn Kinnard’s Easy Songs for Shifting

ies, the freshmen must undergo a serious scale regimen. With this in oks that lead up to the Carl Flesch or Ivan Galamian scale books to ajor. There are many colorful scale books these days that invite d basic technique. These include Kathy and David Blackwell’s Fiddleolder beginners might appreciate Mary Cohen’s Scaley Monsters. with Hrimaly’s Scale Studies.

bits from the beginning as well as keep long-term goals in mind for it’s important to note the skill range of each book as well as the d-book series may include multiple volumes with progressively aging that includes colorful pictures and cheerful titles may not be udent. The student’s age and the method book’s intended marketing . Remember that the appropriately matched method-book series can build her love for the instrument.

ES

s ability to gather and retain information also can make a lesson a nizing ordeal. Understanding the various learning types can help in ethod book for the task. There are three general types of learning also known as kinesthetic). Every student falls into a combination of cy toward one of them (see sidebar, “Learn to Match Method Books

information after seeing it. This type of student tends to memorize in ite or play something from memory, these students recall where they become good sight-readers.

ns information by listening. Written material is not useful for this type m. These students tend to have a beautiful tone due to their ey’re also prone to becoming sloppy note-readers unless they hear seeing on the page.

n information through repetition of a physical activity. They don’t rt exercises.

nd more importantly the evaluation of method books, you can ok into one of these categories and then match them. This approach you create an individualized syllabus for each student and it can help ring a lesson.

STUDENT’S LEARNING STYLE

te pictures and take a visual approach are geared toward visual include an accompanying CD. Rather, they include somewhat lengthy . Every new technique is followed by a moderate number of pieces moving to the next topic. Once the visual learner studies a topic, there view. So method books that have musical examples that are ese types of learners reach the same level as students who review ples of method books that fall under this category are Mathieu erfurth’s A Tune a Day (the earlier version without the accompanying Shirley Givens’ Adventures in Violinland series; and Janice Rhoda’s nner.

learner include an accompanying cassette tape or CD. These ritten explanation. For the auditory learner, the progression of new se most can memorize a piece and then perform it repetitively. One accuracy of the CD’s recorded lesson before assigning this type of y what they hear. Examples of books for the auditory learner include ol series; Dinie Goodhart’s Violin Fun; Kathy and David Blackwell’s and the new version of Paul Herfurth’s A Tune a Day (with

e tactile, or kinesthetic, learner are easily identifiable: these books t and similar to etudes or exercises; and each music lesson has a re teacher dependent, meaning that each lesson must be explained in ecific movement being taught. The rate of progression is slow due to upon completing a tactile-oriented book a student has a more solid an the other learning types. Examples of books that meet these gic and Fiddle Rhythms; and Kathyrn Kinnard’s Easy Songs for e.

http://www.stringsmagazine.com/article/default.aspx?articleid=23952

Related Documents

Pedagogia
May 2020 25
Pedagogia
June 2020 21
Las Cuerdas
July 2020 3
Cuerdas-clasico.pdf
June 2020 7
Pedagogia
June 2020 15