INDICE.
Introducción Antecedentes Planteamiento de la problemática en México Estadísticas Acciones gubernamentales Centros Conclusiones personales
Introducción
La presencia y el consumo de sustancias psicotrópicas no es algo nuevo en ninguna sociedad. Por el contrario, su existencia está documentada en la historia de la mayoría de las culturas, con variaciones en los tipos de drogas, los patrones de uso, sus funciones individuales y sociales y las respuestas que las sociedades han ido desarrollando a través del tiempo. Las sustancias psicoactivas eran usadas en la antigüedad dentro de las prácticas sociales integradas a la medicina, la religión y lo ceremonial. La ambivalencia social hacia las sustancias adictivas encuentra su mejor expresión en el antiguo vocablo griego pharmakon, que significa tanto medicina como veneno, algo que salva o quita la vida. El uso de sustancias que alteran los estados de conciencia se ha ido presentando desde tiempos inmemoriales de manera diversa y puede ser caracterizado como un consumo ritual/cultural, médico/terapéutico, social/recreacional u ocupacional/funcional. Las formas de uso de drogas pueden fluctuar de acuerdo con numerosos factores individuales y sociales. Así, los patrones tradicionales de uso fueron desapareciendo a través del tiempo y el contexto y las formas de consumo cambiaron. Las transformaciones y conflictos geopolíticos y económicos, aunados a los intereses y ramificaciones de la producción y distribución internacional de sustancias, contribuyeron a que el consumo fuera adquiriendo un carácter desintegrador. Lo que imprime una especificidad e importancia al tema de las drogas en la actualidad es la forma en que se presentan sus patrones de producción y distribución a nivel mundial, los efectos económicos, sociales y en la salud vinculados a esas sustancias, así como
su carácter ilícito, su impacto en las instituciones y la relevancia del tema en la agenda y relación política de los gobiernos. El fenómeno de las drogas ilícitas no puede ser visto fuera del contexto del desarrollo de modelos económicos, tecnológicos, sociales y políticos contemporáneos, de la creciente globalización y sus consecuencias en la comunicación y en la transformación de estilos de vida y valores tradicionales. Se ha señalado que el consumo de drogas y las políticas han ido cambiando a través del tiempo, en especial en ciertas sociedades como la de Estados Unidos. Las actitudes hacia las sustancias y su demanda son cambiantes y se ven influidas por numerosos factores culturales, económicos y sociales en un país o región; a esto se agrega la oferta y accesibilidad de las sustancias y el marco de control legal y social que rodea al consumo. La percepción del público hacia distintas sustancias y su mayor o menor rechazo en muchas sociedades, pero no en todas, condiciona la toma de decisiones políticas hacia su control: En otros casos, el proceso es inverso y la política de control tiene como consecuencia el que se busque otras drogas, incluso más dañinas, o que se produzca un rechazo de la sociedad hacia la política. Un ejemplo es la reacción de la sociedad norteamericana a la prohibición del alcohol en este siglo. La preferencia hacia ciertas drogas presenta una dinámica, así como las respuestas gubernamentales a través del tiempo. Desafortunadamente, éstas han estado guiadas con frecuencia por pugnas morales y políticas en lugar de basarse en el conocimiento científico de los efectos en la salud, los impactos sociales y los riesgos individuales específicos de cada tipo de sustancia. Este conocimiento, puesto al alcance de la sociedad, permitirá que se considere franca y directamente el problema y que se produzcan cambios de conducta duraderos en las personas y grupos; aunque la historia nos señala que el consumo de drogas difícilmente va a desaparecer por completo, se podría así, en el corto plazo, detener su crecimiento y disminuir las graves consecuencias que estamos testimoniando.
Las drogas: uso, abuso, dependencia
La definición de droga propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se refiere a todas las sustancias psicoactivas como: "…cualquier sustancia que, al interior de un organismo viviente, puede modificar su percepción, estado de ánimo, cognición, conducta o funciones motoras". Esto incluye el alcohol, el tabaco y los solventes y excluye las sustancias medicinales sin efectos psicoactivos. Las convenciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el control de drogas no establecen una distinción entre drogas legales o ilegales; sólo señalan el uso como lícito o ilícito. Pero en general se emplea el término droga ilegal o ilícita al hablar de aquellas que están bajo un control internacional,
que pueden o no tener un uso médico legítimo, pero que son producidas, traficadas y/o consumidas fuera del marco legal. El alcohol y el tabaco, en estas organizaciones internacionales, son generalmente mencionados como sustancias más que drogas, debido a que no están sujetas al control político internacional, con lo que se trata de pasar por alto que, además de sus fuertes propiedades adictivas, son las que causan mayores daños a la salud individual y pública en prácticamente todo el mundo. Por otra parte, en algunas poblaciones las drogas médicas usadas fuera de un adecuado control terapéutico son la principal causa de abuso y adicción; los solventes volátiles, aunque no están dentro del mencionado control internacional, son frecuentemente usados con fines de intoxicación por niños en muchos países, como en México. Las drogas son consumidas para aliviar el dolor, para el tratamiento de una enfermedad, para cambiar el estado de ánimo, para una búsqueda o abandono de la identidad, como un escape, para olvidar o para explorar estados de conciencia y sensaciones. La OMS habla de abuso de drogas cuando se presenta un uso persistente o esporádico excesivo de las drogas fuera de una práctica médica aceptable. Como esto fue considerado como muy ambiguo, se comenzó a remplazar el término abuso con el de uso dañino, que incluye: "un patrón de uso de sustancias psicoactivas que causa daño a la salud (…) física o mental". Sin embargo, dentro del contexto del control internacional de drogas, la OMS utiliza el término abuso para ser consistente con los términos utilizados por las Convenciones, que emplean indistintamente los términos abuso, uso inadecuado o uso ilícito. El término abuso o uso inadecuado puede tener diversos significados en distintos países de acuerdo con lo que se considera un problema de abuso de drogas en una cultura específica. Además, la expresión abuso de drogas no hace una distinción entre los que las consumen de manera ocasional, habitual o presentan dependencia hacia las sustancias. En general, se ha optado por emplear indistintamente los términos usar o consumir; el concepto de abuso incluye un daño a la salud física o mental del consumidor, o se aplica a un patrón de consumo que es frecuente e interfiere con otros aspectos de la vida, o se presenta de manera ocasional en periodos de consumo intenso. En 1963, la OMS decidió abandonar los términos adicción y habituación, para reemplazarlos por dependencia, entendida como: Un estado psicológico y a veces también físico resultante de la interacción de un organismo vivo y una droga, caracterizado por respuestas conductuales y de otro tipo que siempre incluyen una compulsión por tomar la droga de manera continua o periódica para experimentar sus efectos psíquicos y, a veces, para eludir el malestar debido a su ausencia. La tolerancia -una disminución de los efectos específicos a la misma dosis de la droga y por lo tanto la necesidad de aumentar la cantidad y/o frecuencia- puede o no estar presente en la dependencia; una persona puede ser dependiente a varias drogas.
En 1992 se pensó que era necesario aclarar más el término y fue modificado por: "un grupo de fenómenos fisiológicos, conductuales y cognitivos de variable intensidad, en el que el uso de drogas psicoactivas tiene una alta prioridad; (…) hay preocupación y deseo de obtener y tomar la droga, por lo que se adoptan conductas para buscarla. Los determinantes y las consecuencias problemáticas de la dependencia a las drogas pueden ser biológicos, psicológicos o sociales y usualmente interactúan". Las sensaciones provocadas por la droga pueden ser tan necesarias para el cuerpo y la mente, que su ausencia se vuelve intolerable –síndrome de abstinencia o supresión- y lleva a algunos usuarios a extremos para conseguirlas. Los conocimientos científicos no nos permiten predecir quién se volverá adicto y quién no.
Motivaciones e influencias del uso de drogas
La investigación científica ha tratado de identificar los factores que influyen en que algunas personas usen drogas; y se habla de los personales, los interpersonales y los del medio ambiente social y cultural. Pero hay pocas explicaciones sobre por qué la mayoría de los individuos que las prueban después las abandonan, mientras otros las continúan usando. Tampoco hay absoluta certeza sobre los factores que hacen que la mayor parte de la población no las consuma jamás, a pesar de estar igualmente expuesta al estrés social, a la disponibilidad de las sustancias y a otras realidades adversas en su vida personal y colectiva. Sin embargo, se ha logrado avances importantes en el conocimiento y comprensión del fenómeno, que provienen tanto de la neurobiología y la genética, como de la psicología y otras ciencias sociales y de la conducta. De este modo, hay diversas teorías sobre la relación de los factores biológicos predisponentes que, al establecer contacto con la droga, hacen que algunos individuos sean más susceptibles a desarrollar dependencia. También hay teorías psicológicas que, en concordancia con las recién mencionadas, hablan de una personalidad más vulnerable a desarrollar un vínculo estrecho con las sustancias. Se dice, asimismo, que ciertos rasgos y necesidades personales tienen relación con el tipo de droga consumida o preferida. En contraste con estas teorías, se encuentran los autores de otras corrientes que ponen el acento en el aprendizaje social y la influencia del grupo donde se mueve el individuo y su integración al mismo. Los estudios sociológicos de la desviación han desarrollado teorías sobre la interacción entre la conducta del consumo y la forma en que otros la clasifican y sancionan.
La investigación muestra que el inicio del uso de drogas a menudo ocurre durante la adolescencia o juventud, periodo de transición caracterizado por el estrés, la ansiedad y la búsqueda de nuevas sensaciones, así como de diferenciación de los adultos. Puede comenzar como una forma de manejar emociones negativas y de respuesta al sentimiento de vivir en un mundo caótico y hostil. Se ha señalado reiteradamente que la presión del grupo de pares, la curiosidad y la pobre integración familiar, son factores que contribuyen al uso de drogas. Asimismo, son mencionados otros factores, como la pobreza, la falta de alternativas y una percepción desesperanzada del futuro. Otros estudios sugieren que los que están en mayor riesgo de consumo tienen características que los alejan de los valores convencionales, con mayor preocupación por su independencia y autonomía, con una visión sombría de la sociedad en general, poca compatibilidad entre las expectativas familiares y las de su grupo de pares, y que perciben poco apoyo familiar, valorando más el de sus amigos. Hay acuerdo en que la familia juega un papel importante en estas conductas: las actitudes y patrones de consumo; el tipo y grado de comunicación, respeto y cercanía; la existencia de lineamientos claros y consistentes en las interacciones familiares, de las responsabilidades y atribuciones de cada miembro, contribuyen a aumentar o disminuir los riesgos de consumo del menor. La presencia de una cohesión en la estructura social, familiar y comunitaria, con atención a las necesidades, capacidades y limitaciones de sus miembros, parece contribuir de manera importante a evitar conductas destructivas, violentas, o de transgresión. Las actitudes y conductas familiares en materia del cuidado de la salud y de la formación de hábitos saludables, así como el manejo de las emociones positivas y negativas, pueden ejercer también una influencia relevante en el niño, tanto hacia evitar el consumo de sustancias como en otros aspectos de su desarrollo. Otros factores analizados que parecen contribuir a una mayor vulnerabilidad hacia el uso de drogas, son la desintegración y transición, a veces acelerada de las estructuras sociales tradicionales, donde no ha habido el tiempo necesario para remplazar las viejas normas, valores y costumbres por otros, lo que provoca estados de fractura cultural, como en caso de los migrantes. Las teorías generadas en este ámbito también incluyen la alienación y la anomia social, como aspectos que ejercen una influencia. Un papel cada vez más relevante se concede a los medios masivos de comunicación y a la globalización de la información. Cotidianamente los medios incluyen noticias sobre las drogas, que han creado un falso sentido de familiaridad con el fenómeno y, en ocasiones, una asociación con estilos de vida y valores materiales que pueden propiciar la difusión de imágenes parciales y distorsionadas del problema de las drogas.
Algunos antecedentes históricos.
El fenómeno de la Farmacodependencia^ o drogadicción es un problema de salud física y mental que en nuestros días presenta un panorama importante para la sociedad, ya que, además puede estar asociado a una serie de problemáticas sociales como: delincuencia, pandillerismo, violaciones, asaltos, suicidios, problemas familiares etc., y esto es reflejado de acuerdo a como cada individuo “vivencia” este fenómeno y lo traslada a su contexto familiar y social. El uso de drogas no es nuevo, ya que ha existido desde hace mucho tiempo, aunque no siempre se le consideraba como un problema, sino que ha formado parte de la cultura de los diferentes grupos, tribus, etc. Es importante señalar que, en la edad de piedra, cuando el hombre empezó a descubrir la forma en como alimentarse, vestirse y protegerse de las inclemencias del tiempo, también descubrió la manera en que podía utilizar ciertas plantas que le servían no sólo como alimento sino para curar ciertas molestias. El uso de ciertas sustancias ha sido observado de diferente forma y con distintos fines a través del tiempo y de acuerdo al contexto social de diversos grupos. Se mencionó en el párrafo anterior que el hombre descubrió plantas que servían para curar enfermedades. Es decir, teman un fin terapéutico en donde la sustancia utilizada servía para combatir una serie de molestias en el organismo.
Antecedentes históricos en México.
En nuestro país el uso de drogas fue surgiendo de manera similar al observado en otros países. Es decir, tenían tanto fines místicos como terapéuticos. En cuanto a los primeros tenemos el ejemplo de aquellos pueblos y tribus indígenas que en la época de la conquista española se descubrió que utilizaban hongos embriagantes durante sus celebraciones y festejos con el fin de dar placer a su espíritu. Cabe mencionar que durante esa época se trató de imponer a los indígenas el hecho de venerar a un solo Dios. Sin embargo, era difícil para los indígenas aceptar ese mandato, ya que tenían la creencia no de un Dios único, sino de la existencia de varios según fueran sus rituales. Los indígenas tuvieron que someterse a las imposiciones de los españoles, aunque fuera solamente “ante sus ojos” ya que clandestinamente en sus hogares, veneraban a un Dios que simbolizaba la adoración de la planta llamada “Ololiuqui”, la cual era escondida en canastos para que ningún extraño la descubriera y de
esta manera poder continuar con sus rituales, ya que el uso de esta planta tenía un fin muy particular como lo mencionamos anteriormente. Los hongos también fueron motivo de estudio en esta época. En 1651 Francisco Hernández, médico de la Corona Española, mencionó que existían tres clases de hongos en: a)
Los que causaban la locura a través de la risa.
b)
Los que causaban visiones demoníacas.
c)
Los que eran reservados para fiestas.
Por otra parte, Fray Bemardino de Sahagún mencionó que los hongos no solamente se utilizaban en las fiestas, sino que tenían fines adivinatorios, fortalecían el alma y transportaban al individuo hacia pasajes alucinatorios, algunas veces agradables y otras desagradables. Una de las principales características de los hongos es la adivinatoria. Un ejemplo de esto es el caso de un indígena que, al no saber el paradero de su mujer, decidió comer hongos para que a través de éstos pudiera obtener una respuesta al respecto. Poco tiempo después de comerlos se le apareció una culebra que le dijo: “vuelve los ojos y veras a tu mujer”. Y en efecto, el indio vio que su mujer se encontraba ahí.
No solo los hongos fueron utilizados con estos fines. Otra de las sustancias utilizadas por los pueblos indígenas fue el Pulque, el cual dentro de la cultura Náhuatl tenía ciertas limitaciones en cuanto a la forma de beber. Se permitía beber en las fiestas; pero cuando éstas no se efectuaban, estaba prohibido beber cualquier tipo de bebida embriagante. Si se sorprendía a alguien bebiendo se le imponían castigos severos. Un ejemplo de esto es el caso de él señor Cuautitlán, el cual fue mandado ahorcar por Moctezuma a causa de sus frecuentes borracheras. Sin embargo, las personas que tenían 70 años o más podían beber en cualquier tiempo, ya que tenían “...su alma lo suficientemente avezada y endurecida para que los espíritus moradores del pulque no pudieran hacerles daño ni obligarlos a realizar actos ilícitos o de mal ejemplo”. En la sociedad mexica el pulque era considerado algo sagrado y formaba parte de sus rituales. Por ejemplo, se bebía en las fiestas religiosas, en donde podían beber “... hombres y mujeres de más de 50 años, adultos casados, guerreros, nobles y mercaderes. En estas fiestas denominadas *Pillauano* les es permitido a los niños ingerir el pulque”.
Cada pueblo tenía sus propias reglas en cuanto al uso de sustancias; sin embargo, éstas se han seguido utilizando incluso en épocas más recientes. Tal es el caso de la tribu de los mazatecos, en la cual existió una persona llamada María Sabina, quien utilizaba hongos embriagantes no sólo para su uso particular, sino para servir a los demás a través de los poderes que éstos provocaban en su interior, reflejándose en ella el poder para adivinar lo que sucedería, sentir éxtasis, alucinar, etc. El peyote ha sido y es utilizado actualmente por los huicholes. Esta tribu se encuentra situada en la Sierra Madre Occidental, en los estados de Nayarit, Jalisco y Zacatecas. En su territorio no crece el peyote, por lo cual ellos llevan a cabo una peregrinación hacia los desiertos de San Luis Potosí, específicamente en una región llamada “Wirikuta” en donde crece el peyote. El recorrido lo hacen junto con un Chamán, quien es el jefe del grupo; antes de hacer el recorrido, el Chamán solicita a las personas que permanezcan en un estado de “inocencia”, el cual consiste en revelar al Chamán -en presencia de todos- las antiguas parejas de cada uno de ellos. De tal modo que ni las esposas y esposos actuales tendrían por qué ponerse celosos o celosas ante tal revelación ya que esto significaba un estado de inocencia de la persona y se veía como una confesión. Después de esto hacen su recorrido hacia el Wirikuta, llevando solo para su alimentación 5 tortillas diarias y la consigna de no beber agua hasta llegar a la región. El recorrido se hace con los ojos vendados y siguiendo las señales del Chamán. Cuando llegan a los llamados pozos de aguas maternales, el Chamán les quita la venda y vierte agua sobre su cabeza la cual untan en su cara y cuello. Luego les indica que guarden silencio y es entonces cuando les dice que han llegado al Wirikuta, en donde comienza la caza del venado sagrado- peyote como ellos lo llaman. Al momento de encontrar el peyote, le lanzan flechas a fin de que simule estar atrapado y al momento le rezan una oración y le hacen ofrendas, para luego cortarlo con mucho cuidado y recolectarlo en sus canastas. El Chamán los invita a masticarlo para ver su vida e identificarse con su origen. En relación con los fines terapéuticos o curativos de los pueblos indígenas en cuanto al uso de sustancias, se tenía la creencia de relacionar la forma que tenía una sustancia con una parte del cuerpo humano que fuera semejante a esta o al menos se le pareciera. Así, por ejemplo, entre los aztecas, se utilizaba el peyote para curar el reumatismo y la mandragora - cuya raíz se asemejaba a la de una figura humana- era considerada como inductor a la fertilidad. El “Ololiuqui”, además de sus fines místicos, era utilizado para curar ciertas enfermedades. Primeramente, se seguía un ritual en donde la persona enferma recolectaba hongos y luego eran molidos por una mujer virgen; enseguida se mezclaba con agua y se tomaba los viernes por la noche, tomando en cuenta que la cantidad a tomar tenía que ser aquella que comprendiera el hueco de la mano,
además de hacerse en un lugar silencioso y apartado, por último, se decía una oración. Otra sustancia utilizada con los mismos fines es la mariguana. Su uso se hizo presente en algunos grupos como los otomíes, tepecanos y tepehuas. Probablemente esta hierba vino a sustituir hasta cierto punto al Ololiuqui y al peyote el que era prohibido por la Santa Inquisición. Estos grupos utilizaban la mariguana llamada “Yerba de Santa Rosa”, a fin de que les diera un consejo ante la presencia de una enfermedad a través de un ritual para su fin terapéutico. El procedimiento era el siguiente: primeramente, se sembraban las semillas y después de haber crecido dicha planta, el brujo recolectaba la hierba y realizaba un rito junto con la familia del enfermo ante un altar, en donde el brujo quemaba incienso, fumaba, cantaba y bebía; de esta forma se ponía en contacto con la virgen de Santa Rosa, quien hablaba a través de él. Lo que éste dijera se tomaba de buena manera, ya que era para bien del enfermo. Cabe mencionar que nuestro país es el único en América Latina en donde la planta forma parte de los altares o imágenes cristianas. Hasta ahora hemos dado una breve descripción de algunas formas en cómo han sido utilizadas las drogas en la antigüedad. Ya sea por sus fines místicos o terapéuticos. Podemos decir que la utilización de ciertas sustancias tóxicas de manera inadecuada, por ser administradas sin llevar un control estricto de la cantidad o bien porque uno mismo sabiendo que puede afectarle en el organismo no tiene precaución de su administración, se convierte en un problema principalmente para el individuo que la utiliza, ya que llega un momento en que necesita de la sustancia para poder realizar sus actividades cotidianas o bien para que su organismo se sienta bien, aunque sea por momentos; es en estos casos cuando hacemos referencia a la adicción a una droga. Sin embargo, cabría preguntamos ¿Podrían ser adictas aquellas personas que dentro de su cultura consumen alguna droga, como parte de su ritual? Sabemos que en la actualidad existen grupos sociales que aún consumen sustancias como los hongos alucinógenos, el peyote, la cocaína, etc. dentro de su mismo grupo y bajo ciertas normas y reglas. A este respecto comenta Knab: “que el uso ritual es una forma de control social de una sustancia potencialmente dañina que sin las restricciones del rito podría tener consecuencias sociales graves. Por lo cual considero que habría que observar el daño que orgánicamente produce en el individuo el uso de drogas, aunque éste lo efectúe bajo ciertas restricciones, ya que le puede ocasionar cambios en el organismo. Por otra parte, habría que ver hasta dónde pueden controlar este tipo de grupos su conducta en relación con el uso ritual de las sustancias y no convertirse en un problema social.”
Planteamiento del problema.
La demanda de sustancias adictivas ilícitas surge como problema mundial de salud pública a finales de los años sesenta. En EEUU y otros países se observa un aumento acelerado del consumo de drogas, asociado a la emergencia y difusión de diversos movimientos sociales y de contracultura. Estas tendencias tuvieron impacto en México, donde se comenzó a observar un crecimiento en el uso de sustancias en ciertos sectores, por lo que en ese periodo empiezan a generarse diversas iniciativas para enfrentar este problema. En 1969, había iniciado su trabajo Centros de Integración Juvenil (CIJ), por iniciativa de un grupo de la comunidad preocupado por dar atención a los farmacodependientes que, al poco tiempo y hasta la actualidad, recibe el apoyo del gobierno federal. La Secretaría de Salud (SSA) crea en 1972 el Centro Mexicano de Estudios en Farmacodependencia (CEMEF), institución donde se desarrollan las primeras investigaciones epidemiológicas, biomédicas y clínicas para estudiar el uso y abuso de sustancias adictivas en México. Posteriormente, las funciones del CEMEF son absorbidas por el Instituto Mexicano de Psiquiatría (IMP), fundado en 1979, y que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud de la SSA. En la década de 1980 ya eran numerosos los grupos y organizaciones que estaban trabajando en diversos aspectos de la reducción de la demanda de drogas, como la prevención y el tratamiento. En 1986 se crea el Consejo Nacional contra las Adicciones (CONADIC), por decreto presidencial (D.O.F. 8 de julio de 1986) presidido por la SSA y con la participación de instituciones y dependencias del sector público, así como de organizaciones privadas y sociales, cuyo quehacer se vincula con el campo de las adicciones. El objetivo del CONADIC es establecer un marco normativo, así como lograr la integración y congruencia de los esfuerzos de los distintos sectores. A medida que aumentan los niveles del consumo de drogas y que las consecuencias sociales se hacen más evidentes, se percibe la necesidad de atender estos problemas, por lo que se consolida el papel de instituciones como los CIJ, grupos de ayuda mutua y clínicas privadas; surgen en el interior de las instituciones de salud, educación y justicia programas específicos que impulsan acciones de prevención y tratamiento. El Programa de Reforma del Sector Salud 1995-2000, asigna una alta prioridad a la atención de las adicciones, establece un modelo de salud que privilegia lo preventivo sobre lo curativo y define la necesidad de un enfoque integral que considere la atención en diferentes vertientes y el arraigo de sus acciones en los niveles estatal y municipal, para alcanzar un mayor impacto y hacer más eficiente el uso de los recursos. La prevención del uso y abuso de sustancias adictivas,
sean lícitas o ilícitas, y el abatimiento de los problemas asociados se ubica como una de las prioridades dentro de los programas de salud En 1998 se crea el Programa de Prevención y Control de Adicciones (PPCA) como uno de los programas sustantivos de la SSA que se operan en las unidades de salud y en los diversos niveles de atención de los Servicios Estatales. El CONADIC es responsable de la elaboración y seguimiento del Programa que incluye, de manera integral, una serie de estrategias dirigidas a contar con información que permita el diagnóstico de la situación, la coordinación de las acciones y la evaluación de resultados, además de la actualización de los ordenamientos legales para mantener un control más eficiente de la disponibilidad de sustancias adictivas, principalmente aquéllas de curso legal y mejorar la calidad de los servicios que se ofrecen. Esto constituye un paso decisivo que refleja el marco conceptual del gobierno mexicano, al ubicar a este fenómeno como problema prioritario de la salud pública del país.
Estadísticas.
Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco Resultados principales población total (12 – 65 años)
10.3% ha consumido cualquier droga alguna vez en la vida; el 2.9% lo hizo en el último año (2.5 millones). 0.6% presenta posible dependencia al consumo de drogas en el último año (546 mil). 9.9% ha consumido drogas ilegales alguna vez en la vida (15.8% hombres y 4.3% mujeres); 2.7% las ha consumido en el último año (4.4% hombres y 1.1% mujeres) y 1.4% en el último mes (2.6% hombres, 0.4% mujeres) 1.3% ha consumido drogas médicas alguna vez (1.7% hombres, 0.9% mujeres); 0.5% las ha consumido en el último año (0.6% hombres, 0.4% mujeres) y 0.2% las ha consumido en el último mes (0.3% hombres, 0.1% mujeres). 8.6% ha consumido mariguana alguna vez en la vida, 2.1% en el último año (1.8 millones). 3.5% ha consumido cocaína alguna vez en la vida, 0.8% en el último año.
El consumo de otras drogas ilegales presenta prevalencias iguales o inferiores al 1.1% para el consumo alguna vez, de 0.2% en el último año. La edad de inicio de consumo de drogas es de 17.8 años (hombres 17.7 y mujeres 18.2). De las personas que presentan posible dependencia a drogas en el último año, 20.3% ha asistido a tratamiento (22% hombres y 12.8% mujeres).
Acciones gubernamentales.
La prevención es la meta fundamental y más deseable para todas las enfermedades, pero en el caso de las adicciones representa un reto complejo, por el número y variedad de sustancias, sus efectos en los individuos y el contexto social y legal en que se encuentran. Las adicciones son problemas de salud, y así son consideradas por organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), las instituciones académicas y las asociaciones de profesionales de la salud de todo el mundo. Como tales, pueden y deben ser prevenidos, desarrollando además todas las acciones que permitan disminuir los daños a la salud que puedan ocasionar las sustancias adictivas. De este modo, en el Programa de Prevención y Control de Adicciones de la SSA, las acciones se dirigen hacia el consumo de las siguientes sustancias, que representan retos particulares por los distintos problemas de salud y sociales que causan, así como por los diferentes grupos de la población que son afectados. El abuso en el consumo de bebidas alcohólicas y el alcoholismo. El tabaquismo. El uso no terapéutico de medicamentos psicoactivos, como los analgésicos, tranquilizantes y sedantes. La inhalación con fines de intoxicación de ciertos productos de uso industrial, como tíneres, pegamentos y otros disolventes. El uso y abuso de drogas ilegales, que incluye una variedad de sustancias con diversos grados de peligrosidad, como la mariguana, la cocaína, los alucinógenos y la heroína. Las nuevas drogas sintéticas como metanfetaminas. Las que aumentan el rendimiento deportivo como los anabólicos.
Centros.
En México, se cuenta con diversas dependencias, gubernamentales y privadas, enfocadas en la prevención y atención del consumo de drogas, considerada la red más grande de América Latina. Entre ellas destacan los más de 300 Centros de Atención al Consumo de Adicciones, 104 Centros de Integración Juvenil; centros de desintoxicación, así como los grupos de Alcohólicos Anónimos y las clínicas para la cesación del tabaquismo, estos últimos para el caso de las adicciones a sustancias legales. A todos estos, se les suman los más de dos mil establecimientos de residencia, mayoritariamente del sector privado, mismos que son evaluados y regulados por la Comición Nacional contra las Adicciones (Conadic) y la Comisión para Prevenir Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Conclusiones.
En la familia se presentan algunos factores que en mayor o menor medida impactan la dinámica familiar y por ende a sus miembros, ocasionando posiblemente en algunas dificultades para poderse adaptar a ciertas circunstancias y quizás encontrar en las drogas una aparente solución a los problemas. Ahora bien, de los factores a los cuales nos referimos son el tipo de autoridad que es establecida por un o más miembros de la familia, los roles o papeles que desempeña cada uno de los integrantes de la familia, la situación económica, la ausencia de alguno de los padres o tutores, antecedentes del uso de alcohol u algún otro tipo de droga en uno o varios integrantes de la familia. Estos factores que estamos mencionando se interrelacionan unos con otros, lo que puede ocasionar un malestar familiar que puede ser percibido directa o indirectamente en los miembros de la misma. Sin embargo, cuando alguno de estos factores se llega a hacer presentes en una familia con adolescentes, pudiese traer consigo una problemática como lo es la drogadicción. Hacemos referencia a esta etapa en particular porque el adolescente, al verse envuelto ante las presiones familiares, sumadas a las individuales (propias de la etapa) y las situaciones externas (ambiente social), podría buscar posiblemente un refugio en
las adicciones y con ello ocasionarse un daño tanto físico como mental.
http://www.salud.gob.mx/unidades/cdi/documentos/adic_cI.pdf https://www.sinembargo.mx/12-09-2018/3469917 http://consejomexicano.org/multimedia/1537888545-44.pdf https://www.sinembargo.mx/12-09-2018/3469917 http://www.cij.gob.mx/sabersobredrogas/InformacionAdicional.html https://www.sinembargo.mx/17-05-2018/3418451 https://www.proceso.com.mx/544678/de-adicciones-y-debates